Villa Cruce

Mimi Honda

Mochi frunció ligeramente el ceño, molesto por los jugueteos de Emily sobre su pulcro y lustroso pelaje. Orgulloso, se zampó dos galletas de un solo bocado y se recololocó la estola de pelo blanco sobre su cuello, alisándolo con fruición.

Por mi parte, escuché las palabras de Emily con atención. Ella ya tenía la medalla de Shea. Habiendo escogido a un inicial de tipo fuego no debía haber sido muy complicado... pero Arthur no se lo iba a poner nada fácil.

—Sobre el gimnasio de Rococó...—le dije entonces a modo de consejo— la estrategia de Arthur se centra en el uso de trampa rocas y el clima tormenta de arena para potenciar a su equipo a la vez que desgasta al rival. La tormenta de arena también aumenta mucho su defensa especial. Si encuentras una forma de lidiar con eso, lo tienes ganado. Estoy segura de que puedes hacerlo.

Le guiñé un ojo, cómplice. Sin embargo, mi expresión perdió parte de su alegría al ver el gesto serio de Emily. Podía entender su preocupación. Buscar información sobre Macrocosmos y los planes de Tyre Chance era nuestro principal cometido en esa región. Todo lo demás era secundario.

Llevé mis manos a la taza de té. Su calor me reconfortó. Yo tampoco había hecho gran cosa.

>>Sobre eso...—hice una pequeña pausa—. Liza me contó que su patrocinador colabora con Macrocosmos. Se llama Lion y es, al parecer, el ex-campeón de la Liga de Galar. De momento eso es todo lo que sé... tampoco he avanzado mucho con la investigación.

Era un poco... patético. Ugh.

>>Bueno ¿qué importa?—bufé cerrando momentáneamente los ojos, tensa—. Hay tiempo de sobra. Y hay mucho más con lo que lidiar en Gérie de lo se esperaría. ¿Has oído hablar del Team Howl o La Asociación Celthic? Uno es el... grupito macarra de turno y el otro es una asociación pseudo-pacifista que está en contra del campeonato de gimnasios y la invasión silenciosa de Galar.

Solté la taza de té llevando mis manos a mi regazo, sobre la tela de los shorts.

>>Y digo "pseudo-pacifista"—proseguí con severidad— porque parte de ellos tienen planes mucho más inmorales y poco éticos a espaldas del resto. La líder de este grupo de miembros corruptos se llama Adara. Secuestró a Zach, el pupilo de Arthur y hermano de Aileen, solo para usarlo como chantaje contra el propio Arthur. Pretende cancelar el torneo de gimnasios por la fuerza, cueste lo que cueste y pise a quien pise. No sé cuáles sean sus motivos... pero es evidente que es capaz de cruzar cualquier límite solo por ellos.

 

Mimi Honda

—¿Berto?—repetí con cierta sorpresa—. Entonces estás en el mismo equipo que Arnie. Ese bobo... dijo que volveríamos a enfrentarnos y aún no he tenido oportunidad.

¿Emily lo conocería ya? Dado que debía estar algo más adelantado que ella tal vez aún no había tenido la ocasión. Seguro le caía bien... se parecía demasiado a Ethan.

Como fuese.

Apuré el té.

—Bueno, realmente... creo que solo queda algo sobre lo que hablar y no tiene que ver con Gérie—jugueteé con mis uñas sobre la taza vacía, visiblemente tensa. Volver a pensar en ello me sacaba por completo de mis casillas. Ese idiota de Alpha... no me entendía en lo absoluto. Era como tratar con una piedra—. En el mensaje que te envié te comenté que Alpha y yo discutimos pero no te dije por qué. Lo cierto es que pasaron muchas cosas.

Suspiré con pesadez y aparté a un lado la taza. Nuestra situación era crítica. Hasta el punto en que habíamos dejado de ser amigos. Pero era su maldita culpa. Yo solo estaba tratando de hacer lo correcto.

Me pesaba el pecho.

>>La verdad es que no le entiendo para nada—solté exasperada. Me aparté un mechón de cabello del rostro— Ian tiene razón... somos tóxicos el uno para el otro. Lo mejor es que no volvamos a vernos.

 

Mimi Honda

No pude evitar una pequeña risita cuando Emily habló de Arnie. ¿Que fuese más despacio? Eso iba a ser difícil. Aunque al menos y por suerte no se trataba de Colin. Si no fuera porque la líder de Cruce estaba desaparecida, probablemente tendría ya cuatro medallas.

Ese Berto debía ser un horror de patrocinador.

Sin embargo las siguientes palabras de Emily, su opinión sobre la situación y todo lo acontecido con Alpha me hizo apartar la mirada fijándola en ningún lugar en concreto. Era cierto que había cambiado. Había cambiado mucho... pero Alpha seguía aterrado a pesar de todo. Nuestra relación estaba llena de altibajos y de muchas más cosas malas que buenas. ¿Qué sentido tenía entonces luchar por ella?

—No lo sé, Em—murmuré aun sin mirarla, con un tono bajo, desilusionado incluso—. No quiero lastimarlo ¿sabes? Creo que todo se resume en eso.

>>Pero aún no sé si soy capaz de controlar mis repentinos arranques de ira. Le crucé la cara a Ian por ser un completo imbécil y sin embargo... fue un impulso. Ni siquiera lo pensé. Podría volver a pasar lo mismo con Alpha.

 

Mimi Honda

Escuché la respuesta de Emily y volví la cabeza para mirarla. Sin embargo, en mi expresión no había sorpresa alguna. Después de la discusión que tuvimos, solo había llegado a una conclusión. Si Alpha quería superar su absurdo miedo a que le golpease era solo por una estúpida promesa. Nunca me había demostrado o dicho, ni por un segundo, que nuestra relación le importase de verdad. Jamás me había dicho que me apreciaba al menos una ínfima parte de lo que apreciaba entrenar.

Me sentía culpable, acorralada, decepcionada. Era una situación que detestaba con toda la fuerza de mi alma. No necesitaba promesas vacías. Todo lo que quería era que me lo dijera alto y claro, sin rodeos:

"Me importa".

Sacudí la cabeza cuando Emily dejó de acariciarme el cabello. Su tacto cálido, ni siquiera logró reconfortarme como solía hacerlo.

—No. No lo creo—le respondí finalmente con un hilo de voz y sintiéndome expuesta y vulnerable, abracé mi brazo con el contrario. Mi mirada estaba fija en la taza de té—. De hecho estoy segura de que a Alpha no le importa. Era todo lo que necesitaba escuchar. Que nuestra relación le importaba algo, que tal vez merecía la pena el esfuerzo por mantenerla... pero no me dijo nada. Todo lo que hizo fue decirme que vencería a Ian, porque todo lo que quiere es vencerle en un combate. Si es o no mejor persona que él, si para mí es mejor o no... le da igual. Si no nos entendemos, si él es incapaz de comprender mis sentimientos... ¿de qué sirve? No voy a esforzarme ni luchar por algo que no tiene sentido... es absurdo.

Mochi se acercó a mí, preocupado, buscando nerviosamente mis ojos bajo la sombra del flequillo.

>>Estoy cansada, Emily—finalicé—. Si realmente le importa esto debería demostrarlo. Si realmente tiene la más mínima intención en que recuperemos nuestra amistad, deberá ser él el que de ese paso. Yo ya he tirado la toalla.

Acerqué mi mano y levantando ligeramente la mirada acaricié la cabeza de mi Cinccino, buscando calmarle. El tipo normal soltó una especie de arrullo, cerrando los ojos con satisfacción.

>>Si no lo hace... es evidente que yo tenía razón desde el principio.

 

Mimi Honda

¿Entrenar para protegernos a todos? Era un verdadero tonto. Era evidente que podíamos de sobra protegernos solos... ¿por qué tenía que ser siempre él quien cargase con el peso de todo? Primero Darkrai, ahora eso... Me quedé un instante en silencio, pensativa, tratando de recordar las escasas ocasiones en las que Alpha había dado muestras de que nuestra relación le importase. Tal vez en el fondo éramos más parecidos de lo que me gustaría admitir. Ambos necesitábamos cosas claras y directas, sin rodeos inútiles.

Miré a Emily y le sonreí ligeramente. En cierta forma agradecida porque me escuchase y diese su punto de vista sobre la situación. Ella y yo éramos completamente diferentes pero eso no impedía que nos entendiéramos. Nuestra relación era completamente apuesta a la mía con Xenodis.

Apoyé la mano sobre mi mejilla.

—Ojalá Alpha fuese más como tú—le dije—. Sería tan fácil hablar con él de esa forma.

Contuve un suspiro nuevamente y me erguí en la silla. Tenía demasiadas cosas en las que pensar pero no quería darle vueltas en ese momento. Necesitaba estar centrada. Necesitaba dar el cien por ciento.

>>Lo he decidido, Em. Esperaré a que él haga algo, lo que sea. Con que se acerque a hablar será suficiente. No le estoy pidiendo un imposible.

Saqué mi monedero y pagué la cuenta por ambas. Una vez finalizado el trámite, recogí mi bolso y me puse en pie. Mochi saltó a mi hombro con una agilidad envidiable.

>>No te entretengo más, tampoco quiero llenarte la cabeza con mis problemas—finalicé con resolución girando sobre mis talones—. Necesitas estar centrada para combatir contra Arthur. Yo iré a por Shea, pero antes pasaré por Ciudad Rococó, de modo que puedo acompañarte hasta el estadio—me detuve un momento girándome para mirarla—. Si quieres, claro. ¿Vamos?

 

Liza White

Una vez más, nuestros pasos nos habían llevado hasta Villa Cruce. La ciudad rebosaba de actividad en aquellas horas de la tarde, a pesar de que empezaba a notarse el descenso de trabajo en líneas generales. Me preguntaba si aquella noche la pasaríamos en la villa, o nos daría tiempo de seguir avanzando hacia el norte. Realmente no sabía si buscar en primer lugar el gimnasio del lugar, si Cait habría llegado ya, o dirigirme hacia el norte, donde se suponía que el team Howl debía estar incordiando el paso de los contendientes.

Suspiré, llevándome dos dedos al puente de la nariz. Nana detuvo su caminata, curiosa.

—¿Qué crees que deberíamos hacer primero? —pregunté al aire, sabiendo que me estaba prestando atención. Habíamos tenido tiempo para descansar, y sabía que mi equipo se moría de ganas de seguir entrenando. Cualquier respuesta estaría bien para nosotros—. ¿Buscamos el siguiente gimnasio, al menos para saber si ya está disponible? ¿Entrenamos por la zona? ¿Exploramos las rutas del norte?

Nana se detuvo un instante, y por un segundo parecía reflexionar por primera vez desde que la conocí. Emitió un balido, echando a rodar calle abajo, y la seguí sorprendida por su decisión. Pronto noté que había escogido esa calle porque un mercader venía con un saco de frutas y bayas, y la glotona de Nana no iba a desaprovechar la oportunidad.

Bueno... Supongo que la decisión estaba tomada: rumbo al norte.

 

Poco después de entrar en Villa Cruce, Liza se topó, para su sorpresa, con un chico que, alzando la voz, la detuvo y correteó hasta ella, agitando la mano. Era... Liam. Madre mía, iba a entrar en ráfaga otra vez, ¿a que sí?

—¡Pero si es Liza! ¡Hombre, cuánto tiempo! Chica, te estás haciendo famosa ya, ¿eh? ¡¿Sabías que se ha abierto un club de fans y todo para ti!? ¡Como te lo cuento, métete en la web en cualquier momento y busca "Liza White fans", ¡y te sale en primerita fila!! Wow, debe ser super chulo eso de ser conocida y tal, ¿eh? Yo como no soy muy bueno, pues solo me queda soñar, ¿eh, Dreepy?

El pequeño pokémon, a su lado, dio un girito en el aire, como en un gesto de confirmación y alegría. ¡Qué despreocupado se le veía, al pequeñín!

—Bueno, se ve que tienes tres medallas, ¡y eso está requetegenial! La cosa es que por aquí aún no ha vuelto la líder, me temo. Nope. Pero míralo por el lado bueno, ¡Macrocosmos ya se ha movido un poco más arriba en sus investigaciones de la Ruta 13, y ya se puede pasar! Puedes ir para el norte y, tras cruzar un poco de la 13, ¡zap!, giras a la derecha y entras en la Ruta 16. ¡Al fondo está Ciudad Aqualia, y ahí hay otro Estadio con su medalla y su todo! Tus fans estarán encantados de verte combatir otra vez, ¡ay, qué emoción!

Este chico no dejaba hablar, ¡y no se callaba! Antes de que pudiese decir nada Liza, fue interrumpida por él, que de pronto desvió la atención a una farola cercana.

—¡Ey! ¿Qué es esto?

Arrancó entonces un papel colgado de la farola y lo leyó, reflexivo.

—¿Huh? "La Asociación Celthic es corrupta y está podrida por dentro. Secuestraron a un inocente joven para lograr retener a Arthur, líder de Rococó, y así obstaculizar el avance del Campeonato. Su supuesta protesta pacífica no es más que una mentira. Permaneced atentos a todos sus movimientos, pues son más peligroso de lo que aparentan". Y está firmado por un anónimo. ¿Q-Qué es esto...? ¿Será verdad lo que dice? ¡Mira, allí también hay un cartel! ¡Y allí! ¡Y allí! Jo, están por todas partes...

Era cierto, ¡había demasiados carteles! Pero, ¿quién los había colocado? ¿Y cómo podría saberlo? En principio, solo los holders, Zach, Arthur y Shea lo sabían, ¡y acordaron mantenerlo en secreto! ¿Quién habría podido... divulgar eso?

—Cuando la gente lea esto empezará a ver a los de la Asociación con otros ojos, desde luego... ay, esto me da mala espina. Oye, ¿se habrá enterado mucha gente ya de esto? S-Se puede liar gorda, sea o no mentira... especialmente porque, si no me equivoco, dentro de poco los de los Celthic iban a hacer una conferencia de las suyas en el centro de la ciudad. ¡Oye, sígueme, Liza, corre! ¡Vamos al Mercado de Cruce! A ver si allí nos podemos enterar sobre este tema, ¿eh? ¡En el Mercado siempre hay mucha gente, alguien sabrá algo, digo yo! ¡Parece que el asunto es complejo!

Y sin más... se marchó corriendo, sin esperarla.

Pero Liam tenía razón. Liza sabía qué había pasado, y sabía que era cierto, pero con todo, era extraño que alguien lo divulgase. Era mejor intentar enterarse de lo máximo posible. Quizá alguien haya visto quién dejó esos carteles, o tal vez podría saber qué opinaba el público general sobre todo el tema. Los planes que tenían se podían estropear por culpa de eso...

Entonces el Mercado Central de Cruce, ¿eh? Habrá que ir allí... oh, y a propósito... ¿¡un club de fans...!? ¡C-Caray, quién lo diría!

 

Liza White

Pero apenas pudimos atravesar la villa, pues una voz conocida nos asaltó de alguna forma, alegre como él solo. Liam y Dreepy nos reconocieron en la distancia y apenas pude saludarle, pues pronto me llegó un aluvión de información que me dejó algo descolacada. Aguardé con una sonrisa algo tensa, tratando de encontrar el momento perfecto para hablar, pero este no parecía llegar nunca.

Bueno, parece que era parte de Liam el hecho de hablar por los codos, debía acabar acostumbrándome con el tiempo... ¿Cierto?

—Espera, ¿acabas de decir club de fans? —interesada, abrí los ojos con atención, expectante ante su respuesta, pero esta nunca llegó pues, distrayéndose con una velocidad abrumadora, encontró unos carteles cerca de nosotros, que parecían hablar de lo sucedido con los Celthic.

Imité su acción, cogiendo uno de los folletos, intrigada. ¿Cómo no lo había visto antes? ¿Tendría Balor algo que ver en todo esto? Por el momento tuve que dejarlo de lado pues cuando aparté la vista del cartel, Liam y Dreepy ya se estaban alejando. Parpadeé, incapaz de procesar todo lo que acababa de pasar, y aceleré el paso junto a Nana, siguiéndole hacia el Mercado Central del que hablaba.

>>¡Hey, Liam, vuelve aquí! ¡Tengo muchas preguntas por hacerte...! ¡Liam!

Mierda.

 

Liza correteó tras Liam con esfuerzo, y logró pillarle poco antes de llegar al Mercado. Allí se topó con el chico hablando con un muchacho pelirrojo bastante alto. Hmmm... era uno de los que ayudaron en el asalto del Team Howl en el Parque, sí, el que iba con Mimi.

—¡Ah, Liza, bien que llegas! Mira, me he cruzado con este chico, ¡es Arnie! Ya le conocía, me lo había cruzado un par de veces e hicimos buenas migas, ¿eh? —le puso la mano en el hombro, y, si bien Arnie sonrió, parecía estar, en el fondo, parecía algo incómodo. Se ve que Liam también le asaltó a él como solía hacer a menudo, y Arnie no estaba demasiado acostumbrado a esa efusividad—. Arnie aquí presente nos va a ayudar a investigar el tema este de los Celthic.

—¿Ah, sí? —preguntó él, algo confuso—. No sabía eso...

—¡Claro que sí! —sonrió Liam, motivado—. Si nos dividimos será más fácil, ¡yo voy por allí!

Y, como el terremoto que era, Liam salió disparado a saber dónde. P-Pero, ¿¡este chico no paraba nunca, o qué!? En fin, sea como fuere, Arnie se acercó a Liza, suspirando.

—Encantado, es un verdadero placer. Tal vez no sean las presentaciones más corteses posibles, pero lo que Liam decía era cierto: mi nombre es Arnie. Soy patrocinado de Berto, competidor del Campeonato, claro. ¿Asumo que tú eres Liza? Liam me estaba justo hablando de ti, y me ha bombardeado con todo el tema de los Celthic. Casi no he comprendido del todo qué pretendemos averiguar, pero permíteme unirme a tu búsqueda. Si los Celthic obstruyen de alguna forma el normal desarrollo del Campeonato, no puedo sino desafiarles. Si molestan ahí, me molestan a mí.

>> Así pues, adelante, obtengamos información. ¿Preguntamos a alguien?

Vale, el punto era... ¿qué preguntar exactamente? Allí hay mucha gente, seguro que alguien sabía algo...

>> Preguntar (elige a quién y el qué):
Opciones:
- Anciana de compras
- Niño desorientado
- Señor de negocios
Opciones:
- Sobre quién colocó las notas del Team Celthic
- Sobre su opinión acerca del Team Celthic
- Sobre si sabe o no algo acerca del secuestro de Zach

 

Liza White

Por suerte logré no perder de vista a Liam entre la multitud, pero me obligué a frenar el paso con cierto disimulo al notar que hablaba con alguien que me resultaba ligeramente familiar, algo incómoda. Cuando me notó llegar me presentó ante el chico a su manera, y confirmé mis sospechas al recordar al chico que nos ayudó en el Parque Pistacho. Así que Arnie, ¿eh? Le sonreí cuando Liam no miraba, nerviosa, probablemente sin comprender nada de lo que sucedía al igual que él.

Y lo que era peor: en un abrir y cerrar de ojos, el único que tenía claro lo que hacer se marchó de allí, dejándonos a ambos sorprendidos y algo confusos acerca de cómo proceder. Por suerte el tal Arnie parecía ser muy educado y no tardó en romper el hielo, cosa que le agradecí al volverme hacia él.

—Encantada de conocerte Arnie, lamento que también hayas acabado metido en... esta suerte de investigación express —me disculpé, recorriendo con la mirada el mercado en el que nos encontrábamos—. Pero dado que ya estamos aquí, supongo que sería lo ideal echar un vistazo por la zona. Gracias por tu ayuda, creo que la voy a necesitar.

Y claro que la iba a necesitar, había demasiada gente congregada y ello me hacía sentir algo agobiada. No tenía idea de por dónde empezar, y el objetivo principal pasó a un segundo plano cuando noté a un niño pasar no muy lejos de nosotros, algo perdido por lo que podía notar. Le hice una ceña a Arnie, algo preocupada por él, y decidí acercarme.

>>Oye, perdona, ¿necesitas ayuda? Me dio la impresión de que estabas algo perdido —llamé su atención con cuidado de no asustarle, dedicándole una sonrisa amable. Un silencio algo incómodo se instauró entre nosotros y noté en la farola de al lado uno de esos carteles que había notado Liam. Lo señalé con cierta curiosidad—. Nosotros estábamos comprando por aquí cuando notamos esos carteles tan extraños, y queríamos saber a qué se debían. ¿Te suenan de algo?


>>Niño desorientado
>> Sobre quién colocó las notas del Team Celthic

 

El niño, labio tembloroso, alzó la cabeza para mirar a Liza. ¡Ay, parecía a punto de romper a llorar, estaba haciendo un pucherillo!—

—¿Eh? N-No sé, no me fijé, yo estaba con mi mamá, y, de pronto... snif...

Arnie se frotó el mentón, y decidió entonces agacharse, mirando al niño con ojos entrecerrados, casi como si estuviese juzgándolo. Con todo, su tono de voz sonó relajado. Como de costumbre, por otra parte.

—Vaya, vaya, perdido, ¿eh? No será que te has escapado y al final te ha acabado pasando factura, ¿verdad que no? Estás demasiado cerca del puesto de chuches para ser casualidad.

—P-Pero y-yo no...

—Vaya~. Parece que tenemos un jackpot aquí —sonrió de forma dulce, pero su dulzura era... siniestra. A-Arnie no parecía ser especialmente delicado para hablar con los niños, y eso que los manejaba bien. Lo tenía intimidado, lo suficiente como para hacerlo hablar, pero sin asustarlo demasiado. ¿Serviría para su propósito?—. Tus padres se pondrían tristes si supieran que su hijo se ha escapado solo porque querías comer dulces sin su permiso. ¿Tal vez deberíamos decírselo? Ay, si supiésemos quién colocó los carteles, igual... se nos olvidaría este asuntillo.

—¡¡F-F-Fue un Smeargle!!! ¡Uno así con la cola azul y, y...! —el niño habló de pronto, nervioso.

Y Arnie alzó una ceja.

—Buen intento, chaval. Pero ni hay Smeargles en Gérie ni tienen la cola azul. Alguien ve demasiado la tele, ¿huh?

—¡Eeeek! P-Pero, ¡no le digas nada a mis padres!

Y el chico suspiró.

—En fin, no parece mentir, Liza —le dijo, incorporándose lentamente—. Le ahorraremos de momento un fin de semana de castigo... salvo que tengas otra pregunta que hacerle, claro.

>> Yo estoy dispuesto a negociar con él~.

 

Liza White

Me acuclillé al lado del pequeño cuando este pareció a punto de llorar, apenada, buscando reconfortarle con la presencia de la adorable Nana. A los niños les parecía agradar mucho los Wooloo, con su ayuda quizás pudiésemos saber algo más acerca de dónde estaban sus padres. Pero no tuve tiempo de actuar, puesto que Arnie se adelantó y se acuclilló a mi lado, encarando al niño bastante directo pero sin perder la serenidad en su voz.

Intercambié miradas entre el chico y el niño, atenta a la extraña conversación que se estaba desarrollando frente a nosotros. No creí que esas fuesen las formas de actuar pero, con todo, parecía ser consciente de la linea que no debía cruzar. Qué chico tan curioso.

—No hace falta, Arnie, no creo que este pequeño sepa algo relevante —me erguí entonces, acariciando la cabeza del niño, conciliadora—. Cielo, prométeme que esperarás en este puesto de chuches junto al encargado hasta que pasen tus padres. Nada de volver a escaparse, ¿sí? Deben estar muy preocupados por ti.

Y tras dirigirle una última sonrisa me volví hacia Arnie, alejándonos de allí. No pude evitar volverme varias veces para ver si el pequeño seguía allí, intranquila por dejarle, pero al menos ya no estaba solo; el encargado del puesto dr chuches accedió a cuidar de él y de avisar a sus padres. Y necesitábamos continuar con nuestra misión, después de todo.

No mucho después encontramos a un hombre trajeado que me llamó la atención. Quizás él estuviese puesto en el tema de los Celthic, podría ser buena idea acercarse a él.

—Disculpe, ¿podemos hacerle una pregunta? Solo será un segundo.


>>Señor de negocios
>>Sobre su opinión acerca del Team Celthic

 

Enchaquetado y llevando un maletín, el hombre la miró de arriba abajo, como juzgándola por acercarse a él a preguntarle.

—Perdona, pero, ¿qué haces hablándome...? ¿Qué tipo de confianza tienes conmigo, eh? ¿Eh? Tsk. Niños molestos...

Fue entonces cuando Arnie se aclaró la voz.

—Discúlpeme, señor, ¿trabaja usted en alguna empresa de la zona? Verá, creo que sería conveniente que nos atendiese y respondiese nuestras dudas. Mi compañera y yo no solo somos entrenadores reconocidos en esta región, con clubs de fans, sino que yo, también, dispongo de grandes cantidades de dinero. Doy por sentado que a su empresa le vendría bien un inversor famoso que, encima, promocione sus productos y su marca, ¿no cree?

—... b-bueno, visto así...

—Si nos ayuda quizá podamos hablar de negocios —dijo Arnie, que comenzó a juguetear con un fajo de billetes. U-Un momento, ¡¡no era mentira eso de que estaba forrado, menudo pastizal llevaba ahí!!—. Así que, ¿respondería a la duda de mi compañera?

El tipo cambió pronto de expresión a una aduladora.

—C-Con gusto... la verdad es que he oído poco hablar de los Celthic. Solo estoy de paso normalmente, ni siquiera soy Gériense ni de esta ciudad, así que no creo que pueda ayudarles en eso, ¡pero si tienen otra duda, con gusto la respondería!

—¿Tenemos otra duda, Liza? —le preguntó Arnie, meneando el dinero ante el tipo, que parecía un Munchlax siguiendo un rastro de bayas—. Este fajo de billetes pesa demasiado, tengo ganas de soltarlo...

 

Liza White

El tono educado y amable con el que le había tratado dejó de parecerme adecuado en cuanto se volvió hacia mí, y me respondió de forma asquerosamente arrogante y elitista. Solté un incrédulo "¿disculpa?", pero Arnie a mi lado decidió continuar con la conversación empleando algo con lo que captar el interés de su tipo: el prestigio y el dinero.

Cruzada de brazos, aguardé a que mi compañero terminase de hablar, intercambiando miradas entre él y el tipo que parecía menear la cola ante el fajo de billetes. Si lo que decía era cierto y no era de Gérie, ninguna de las preguntas llegaría lejos, a no ser que nos mintiese para conseguir el dinero.

Y lo cierto es que prefería que Arnie cargase con aquel fajo el resto de su vida que dárselo a aquel hombre.

—Ninguna duda, creo que hemos cumplido por aquí —le dirigí una mirada de reojo al tipo, fugaz, antes de dar media vuelta junto al entrenador. No traté de disimular la fingida culpabilidad en mis palabras, casi teatral—. Lamentamos haberle hecho perder el tiempo~.

Y con ello, continuamos avanzando por el mercado, algo frustrados. Decidimos probar suerte con una anciana que parecía estar de compras por la zona.


>> Anciana de compras
>> Sobre si sabe o no algo acerca del secuestro de Zach

 

Ian Lockhart

Poco después llegamos a Villa Cruce, dónde lo primero que hice fue ir al centro pokémon a recuperar a Linoone. La enfermera Joey recibió la pokeball y la puso en la máquina de recuperación, devolciéndomela poco después.

Le agradecí y saqué al pokémon de su Ball. Se notaba enfadado, más con él mismo que conmigo. Le di unas palmadas en la espalda antes de avanzar.

—No eres el único que está enfadado, pero sólo debemos encargarnos de que no vuelva a pasar, ¿No? Je.

Y tras unos instantes sin decir nada, el pokémon me siguió hasta la salida de la ciudad.