Vida y amor de vampiros

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Amara Silberschatz, 29 Abril 2010.

?

¿Que les perecio mi fic?

  1. Bueno, me encanto

    45 voto(s)
    84.9%
  2. Lo haces bien pero puedes mejorar

    5 voto(s)
    9.4%
  3. Vas bien pero te faltas algunos detallitos...

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    0.0%
  4. No me gusto y te faltan muchas cosas

    3 voto(s)
    5.7%
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  1.  
    Amara Silberschatz

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    Re: Vida y amor de vampiros

    Hola, traje lo que había prometido y gracias todos por ser pacientes...
    Recuerden Michi los adora ^^
    Weno es todo de momento del dejo la conti del fic :3


    Capitulo 8

    Nuevo comienzo

    Sakura se encontraba una habitación completamente desconocida para ella, recién acababa abrir sus ojos mas no tardó en notar que este lugar no era ni el colegio ni su casa, era un lugar ajeno a ella.

    —¿Dónde estoy? —Se atrevió a preguntar la muchacha todavía algo desorientada y confundida.

    —En mi casa —Respondió un desconocido que se encontraba en la puerta del cuarto y luego con voz arrogante prosiguió a decir— Acaso no sabes que es de mala educación dormirse en los pasillos.

    La jovencita en primero se quiso enojar por el comentario pero cuando estuvo punto de gritar reaccionó y cambio su insulto por una pregunta: “¿Dormida?”.

    Pregunta a la cual el moreno no respondió sino que más bien ignoró, él sin decir palabra alguna se dirigió a la puerta mas fue detenido por un pequeño jaloncito, lo habían tomado de su camisa. Incrédulo, él, se volteo a ver a la dueña del la mano que le había propinado el jalón más cuando quiso decirle de manera muy tosca y fría que lo soltara un recuerdo le paso por su mente, razón por la cual dio un pequeño suspiro, el cual que iba cargado de fastidio y a la vez de nostalgia, luego la miró a los ojos y después prosiguió a quitarse con un poco de brusquedad la mano blanca con la que la chica le había retenido antes.

    —¿Podrías decirme tu nombre? —Cuestionó la chica de ojos verdes sacando valor de quien sabe ni donde al mismo que tiempo que sentía una gran nostalgia al ver los profundos y oscuros ojos cual la noche, esos mismo que la miraban fijamente.

    —No sé si sea necesario pero tampoco tengo inconveniente alguno… —el pelinegro hizo una pausa y suspiró— Sasuke, mi nombre es Sasuke.

    La joven cuyos verdosos y vivos ocelos se habían tornado carentes de ese brillo característico en ellos, se quedó simplemente fuera de sí. Por su mente pasaba miles y cientos de veces el nombre del joven junto con unas escenas muy borrosas y apenas coloridas. Las memorias de la peli-rosa eran muy difíciles de interpretar para la joven no había una sola que fuese nítida, todas estas distorsionadas pero lo que parecía peor es que cada una era más irreconocible que la otra.

    —Oye, ¿Te has quedado muda? —Consultó el morocho con cierto tono de burla en su voz mas se quedó extrañado al notar que la chica seguía igual que antes como si no escuchase.

    Por su parte la muchacha de ojos jades trataba de distinguir las caras y de recordar las escenas que le pasaban ante sus ojos, haciendo parecer casi como si regresase el tiempo ante sus ojos. Estaba complemente confundida su respiración se había vuelto entre cortada y apenas podía mantenerse conciente porque sus piernas ya le estaban flaqueando, provocando su colapso e inminente caída, mas ella no contaba con…
    —Sa… Sasuke… —Susurró algo confundida, la muy débil y agitada chica que se encontraba entre los fuertes y fornidos brazos del azabache.

    Él sin decir palabra alguna la tomó y la cargo de manera delicada hasta la cama en la que se encontraba antes, y suavemente la colocó ahí como si no se tratase de nada fuera de este mundo, después se le acercó para decirle: “Lo mejor es que descanses, no vaya a ser que me echen las culpas si algo te pasa”.

    Ella simplemente sucumbió ante el cansancio, como es costumbre se quedó profundamente dormida en menos de dos segundos. Su cara parecía estar completamente relajada, su respiración lenta y apenas perceptible. Debía admitirlo el simple hecho de ver su cuello entre esos finos cabellos le estaban tentando más reprimía su instinto y aunque fuese su deseo beber la sangre de la chica no lo hacía pero… La pregunta que él mismo se hace es: “¿Hasta cuando podré soportar esto?”.

    En algún lejano lugar del bellísimo pueblo de konoha se encontraban una tímida pelinegra y un rubio hiperactivo de camino hacia su colegio. Ambos parecían estar algo sonrojados pero aun así seguían en silencio su camino hasta qué…

    —Hinata-chan ¡Mira un puesto de ramen! —Soltó un grito cargado de alegría el joven de cabellos dorados mientras se dirigía hacia la pequeña venta de ramen arrastrando con sigo a la pálida chica de orbes blanquecinos.

    La muchacha trató de darse ánimos para decirle al chico de ojos color zafiro que ya iban tarde, mas cuando lo intentó se quedo complemente perdida en la mirada aniñada y esperanzada del muchacho, por eso mejor guardo silencio.

    —Un miso ramen —ordenó recién sentándose el morocho mas luego se acordó de su acompañante y le preguntó— ¿No quieres Hinata?

    La Hyuuga asintió con la cabeza y susurró un muy tímido “sí” luego de eso miró detenidamente a su amado joven de orbes azulados, el cual había pedido que agrandaran el ramen. Cosa que extrañó algo a la azabache mas no le toó mucha importancia hasta que sirvieron el mismo…

    —Hinata-chan ¿Te importa si compartimos? —Cuestionó él al tiempo que le entregaba unos palillos a la joven de piel blanquecina.

    La pelinegra después de tan si quiera imaginarse la escena de ambos comiendo de un mismo plato casi se desmaya, mas se recordó que sería una desagradecida si no comía de lo que le estaba invitando el muchacho.

    Mientras tanto en la academia, se podía ver a una joven de cabellos eléctricos muy preocupada, ya que su amiga Sakura había desaparecido y no tenía ni idea de cuando o en donde. Shikamaru no había llegado a clases, muy raro en él porque por lo general llega a clases aunque sea solo a dormir. Tampoco se habían presentado a clases Hinata y Neji, eso tenía súper extrañada a la chica, ya que ellos son los más puntuales; de Naruto era muy, demasiado, común llegar tarde pero siempre llegaba y el día de hoy no interrumpió la clase a la mitad, como siempre lo hace…

    —Yamanaka-san —Llamó alguien a espaldas de la rubia.

    Ella al escucharlo se volteo casi inmediatamente, para darse cuenta de que quien le estaba buscando era el pelinegro al que le debía su gratitud. La muchacha estaba muy feliz de ver a su salvador, por eso tenía una sonrisa radiante en su cara.

    —Hola Sai-kun —Saludó, ella, al muchacho de ojos negros como la noche y tez pálida, todavía, con una sonrisa en su rostro.

    —Yamanaka-san ¿Le gustaría almorzar conmigo? —Preguntó con una sonrisa al parecer algo fingida más Ino sabía que él era así.

    —Claro Sai-kun —Respondió muy alegre la chica de orbes celestes dejando a un lado, por un tiempo, la preocupación por sus amigos.

    Narra Sasuke.

    No contaba con eso, con que ella ni se acordase ni de mi nombre, es decir yo quería que olvidara su pasado pero no que me olvidara a mí. Al parecer el haber olvidado todo le ha cambiado un poco el carácter es un poco más amable, tranquila y algo menos fría que en aquel entonces. Pero no podría culparla después de todo lo que vivió y hasta cierto punto también es mí culpa mía su frialdad, todavía, recuerdo que desde el momento en que se convirtió en mi prisionera nunca dio tregua, peleo hasta el último momento y jamás se sintió menos que nadie. En aquel entonces, yo, solo la veía como una mocosa terca…

    —Sasuke —Susurró la joven de cabellos rosados que tenía al frente sacándome de mis pensamientos.

    —¿Qué? —Hablé con mi voz fría, como siempre, más a Sakura no le importo.

    —¿Qué sabes tú de mí? —Cuestionó sin como si no le importase nada más que saber acerca de su pasado.

    Yo, algo impactado, ya que no me esperaba esa clase de pregunta o de reacción de su parte. Por eso no sabía que debía contestarle, solo alcancé a decirle un simple y poco expresivo: “Todo a su tiempo”.

    Esto es todo de momento se despide de usted Michi-chan ♥
     
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    Amara Silberschatz

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    Hola!!
    He tenidounos días muy dificiles así que de momento les traeré un capitulo extra, por favor sean pasientes porque no tengo ni mi pc ni un respaldo de mi fic... Además de que he salido RE-MAL en mis examenes!! u.u
    Así que pofa sean comprensivos!!
    Les pido mil disculpas y igual les traeré un capi de lo que llamaría "relleno"...
    Creo que será un naruhina nada seguro, de momento, pero solo seré mientras me consigo como traerme la conti del fic!
    Prometo que pronto traere aunque sea el capi especial!
     
  3.  
    Amara Silberschatz

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    Bueno no es lo más extenso ni lo mejor pero buehh...
    Les traigo el cap de relleno, es bien cortito y apenas sirve mmientras taigo la conti para que no cierren mi fic ToT

    Recuerdos bañados en sangre​
    Era un frío y lluvioso 21 de abril, un grisáceo día de abril que jamás olvidaré aunque quiera. Algunos se preguntarán el porqué, mas solo diré que es un día bañado en sangre y desesperación. No hablo de hace mucho tiempo atrás sino de unos pocos años unos mil quinientos años atrás.

    —¡Temari-chan mira que bella flor! —Exclamó una tierna niña de orbes cafés al igual que su cabello que contrastaba bien con su morena piel.

    —Tenten-chan ten cuidado es una rosa y tiene espinas —Anunció la rubia de orbes verdosos a su amiga.

    La morocha chiquita se quedó admirando la belleza de la flor, luego miró atentamente a los guardias que se acercaban a ambas. Los guardias las miraban bastante preocupados parecían venir heridos y muy débiles por un ataque.

    —¿Qué les pasó? —Preguntó la de melena color mostaza bastante preocupada.

    —Un ataque señoritas… —Dijo— ¡Nos están atacando!

    Ellas preocupadas querían correr a auxiliar a sus padres, mas por los guardias fueron detenidas y obligas a esconderse hasta que todo pasara… pero en ese preciso instante un enemigo mató a un guardia y su sangre empapo a las niñas dejándolas muy asustadas.

    —¡¡Temari!! —Gritó desesperada la castaña mientras se pasaba las manos por la cara para quitarse la sangre.

    La de ojos verdosos sujetó la mano de la castaña para intentar llevarla a un lugar seguro, los guardias seguían tratando de protegerlas. Las niñas estaban cansadas y no podía correr más, pero no iban a darse por vencidas, ellas, iban a continuar. Corrían y corrían, mas ya las estaban por alcanzar.

    —Tenten quédate aquí —Ordenó la de cabellos color amarillo ocre dejando a la otra niña escondida bajo la raíz de un árbol.

    —Temari-chan no te vayas —Rogó la pequeña morena con lágrimas en los ojos agarrando la manga de la blusita de la rubia.

    Haciéndole caso omiso a la chiquita de piel oscura y con una sonrisa en la cara se dispuso a enfrentar a los enemigos y a pesar de morir en la batalla defendió a su hermana, la princesa, de los asesinos. Y aunque la que por ley del reino debió haber muerto fue Tenten, ella, prefirió romper las reglas y dejar que su pequeña hermanita continuara con vida regalándoles a todos su sonrisa. Quizás la morena en este momento no lo recuerde y tal vez solo la joven de cabellos mostaza lo sepa, pero ocurrió mucho antes de que la castaña conociera a Neji.
     
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