Yuzuki Minami Interior del barco Shino no le quitó importancia a mis palabras y nuestra conversación, pero sí que buscó alivianar la carga que yo percibía en la charla que habíamos mantenidos hasta entonces. Le dediqué una sonrisa, secundé lo dicho con un asentimiento y cuando estaba por excusarme con intenciones de volver con Hayato y Tsubaki fue que apareció Tamura repartiendo guajes. Shino pareció bastante confundida al recibirlo, así que Noishi tuvo que explicarle cuál era la lógica del guaje. Los observé tranquila, recordando fragmentos del día que Yamagata nos puso ebrios a todos luego de la guerra y sonreí con un dejo de nostalgia, sin interrumpirlos hasta que solo quedó el choque de realidad de la ex-emperatriz. Tsubaki apareció en ese espacio de tiempo, me miró y explicó que Hayato se había dormido, que lo había llevado a la habitación de al lado. Le sonreí, agradecida, e imaginé que entre la llovizna, el viaje, el paso por las minas y la miel el sueño le acabó alcanzado el cuerpo. —Muchas gracias por cuidarlo. Había notado ya la tensión entre ellos, que tuvieron una pelea de miradas, Shino miró a Noishi, luego a Tsubaki y finalmente a mí en busca de una explicación. Volví a sonreírle, pretendió ser una disculpa, y solo después hablé de nuevo. —Hay cosas demasiado complejas entre estas familias —comencé antes de estirar la mano con el guaje hacia Tsubaki—. ¿Vienes por algo en particular además de avisarme sobre Hayato y la tensión que trajiste? Bebe un poco, nos ayudará a todos a sobrevivir este viaje. >>Yo ya los he molestado lo suficiente. Podemos dejar cualquier otra situación para después.
Interior del barco [Yume; Matahachi; Kohaku; Tamura] Matahachi miró asombrado a Kohaku; después sonrió ampliamente al darse cuenta que se unía a su plan, uno que fue comunicado casi telepáticamente. Tamura miró a Kohaku; sus mejillas y orejas estaban comenzando a pintarse de un sutil carmín; su mirada comenzaba a bailar, pero parecía aun estar en control, al menos por ahora — ¿Beber? — preguntó confundido — Beber me pone ebrio. Yume me pone contento — dijo para recargarse ligeramente en Yume, cubierto por completo de la piel de lobo. Yume se sonrojó de inmediato; al notarlo buscó entre sus pertenencias, sacando esa cajita de bambú que Kohaku había visto antes cuando hablaban en cubierta; la abrió y reveló su contenido, un hermoso abanico. Con este comenzó a abanicarse con precaución. Tamura miró a Kohaku y después a Matahachi —A ustedes si los pone felices el alcohol ¿No es así? Yume también asomó su mirada sobre el abanico; miró como ambos habían chocado bebidas en complicidad —No, Tamura. Matahachi al parecer tiene gran tolerancia al alcohol — Yume cerró el abanico de golpe y miró a Matahachi quien aun reía ligeramente —Es la compañía lo que lo hace feliz. Matahachi la miró y se sonrojó ligeramente —Es el alcohol. Y más si es barato. —¡Hey! No compré del bawato, te crees conoceoor y ni sabes de calidadessss— respondió Tamura tan rojo y comenzaba a sonar errático en su hablar. Yume miró a Tamura —¿No es del barato? — miró al techo —¡Mi padre se va a dar cuenta! Me va a matar — dijo preocupada por la economía de su ya empobrecido clan. Matahachi dio otro sorbo a su guaje mientras Tamura lo miraba —Oh no... — dijo Tamura. Matahachi entendió esa mirada y abrió ligeramente la boca, incrédulo ante aquel movimiento hecho por Tamura — fueron del niñuo rico de allí. Con su sucio dinewo impegial... Matahachi se buscó entre la ropa y sonrió con el mismo rubor que ya parecía permanecer en su rostro. A sorpresa de los presentes no pareció molestarle, miró a Kohaku —Chiasa tiene competencia. Yume sonrió enternecida hacia Matahachi; el arquero sintió la mirada y la volteó a ver instintivamente. Se dio cuenta que en ese momento, él fue el venado, y Yume la flecha. Yume miró a su guaje aun sonriendo —No sólo Chiasa tiene competencia — dio un sorbo grande, para después mirar a Kohaku — En verdad que eres muy especial, Ko — le sonrió. Matahachi miró a Yume, un ligero temor se notó en esa mirada. Era un temor distinto al de un combate, era de alguien a quién habían descubierto. Contenido oculto Gigi Blanche [Shino; Noishi; Yuzuki; Tsubaki] Tsubaki soltó la respiración que estaba conteniendo; miró a Yuzuki y afirmó tomando el guaje —Venía a quejarme con mi maestro — dijo para después volver a mirar a Noishi; pero su mirada se desvió ligeramente a Shino, quién se notaba preocupada. Notó el cansancio en sus ojos, lo hinchados que estaban por llorar. Su vientre aun abultado, recordándole lo que ya jamás sostendría entre sus brazos. Aquella imagen hizo que bajara la mirada al guaje que Yuzuki le entregó. Tsubaki sonrió ligeramente al recordar cómo se había emborrachado con Takeda en Sado, olvidando todo lo malo que había sucedido en aquella isla. Levantó la vista hacia Noishi — Es bueno volver a verlo... maestro— dio un sorbo al sake. Noishi también dio un sorbo al suyo —Puedes llamarme Noishi. Tsubaki negó —No lo haré, maestro. Noishi sonrió ligeramente ante tal despliegue de terquedad. Shino miró su guaje, lo acercó a su boca y dio un pequeño trago, lo cató en su boca y al pasarlo se impresionó —Esto es un Junmai; sake de calidad— dijo impresionada y se llevó la mano al pecho, recordando la primera vez que había probado algo como aquello —¿Qué hace tan buen sake en esta presentación? Tsubaki sonrió —Sería una lástima embriagarse con algo tan pulido como esto — dijo tomando dos sorbos más de aquella bebida. —Este es sake de contrabando; por eso de la presentación— miró a Shino y sonrió —Un regalo de Matahachi y Konan... Contenido oculto Zireael
Kohaku Ishikawa Interior del barco Noté la mirada sorprendida de Matahachi a mi costado, pero por el bien de la misión lo ignoré por completo. Llevaba viajando con este par desde Tateyama y quizá fuera denso para varias cosas, pero los sentimientos de Tamura me fueron evidentes casi desde el principio. Por supuesto que iba a... colaborar con la causa si la causa se presentaba, llevaba queriendo hacerlo desde hacía rato; y si en el proceso alegrabamos al muchacho, pues todos ganaban, ¿no? Me sorprendió un poco que admitiera tan abiertamente lo que sentía, ya no sabía si por culpa del alcohol o porque él era así. No lo demostré, sin embargo, y Yume se sonrojó. Ella era la pieza de información faltante. Comenzó a abanicarse, ensanchándome la sonrisa, y me pregunté qué sentiría por él o si al menos sería consciente de ello. Tamura nos preguntó si el alcohol nos ponía felices mientras daba el tercer sorbo de la noche, miré el guaje y me encogí de hombros. —En un rato te digo —bromeé, relajado. Ahora que lo pensaba, sí, me sentía bastante relajado. Yume habló de que la compañía era lo que alegraba a Matahachi y recordé, aunque brevemente, la bienvenida que había visto le dieron a Murai. Tamura me había comentado que el grupo de Matahachi cuidaba y apreciaba mucho a Yume, y de por sí se conocían de toda la vida. Era bonito ver que hubieran podido reencontrarse y pasar tiempo juntos, y también que Tamura se divirtiera con ellos. Bebí nuevamente del sake y miré a Tamura desde detrás del guaje cuando su discurso empezó a volverse denso y enrevesado. Bajé la bebida y no pude evitar reírme, tapándome apenas la boca con el dorso de la mano. Al parecer alguien tenía poca tolerancia, ¿eh? Resultó que había comprado todo ese sake con el dinero de Matahachi y yo me seguí riendo, entretenido con la revelación y la escena general; ojalá Hotaru estuviera aquí, me apenaba mucho que no pudiera compartir este momento con nosotros. Pensé que Matahachi iba a molestarse por el hurto, pero se lo tomó con liviandad y la mención de Chiasa me ensanchó la sonrisa. —Ya puedes postularte para trabajar con Rei —bromeé hacia Tamura—, creo que cumples con los requisitos. Yume intervino, entonces, me dijo que era especial y la afirmación me resultó tan descolgada que... no entendí nada. Tenía las manos entretenidas balanceando el guaje entre mis piernas y ladeé la cabeza, confundido. No fui consciente de que, contrario a mis reacciones usuales, la anotación no me causó vergüenza; sólo curiosidad. —¿Hmm? —murmuré a modo de pregunta.
Interior del barco [Yume; Matahachi; Kohaku; Tamura] —Yo tampoco enfiendooo.. — dijo Tamura aliándose al movimiento de cabeza de Kohaku. —Esa tranquilidad no es normal en Matahachi — se explicó Yume ante los muchachos. —Estoy... tranquilo, sólo es eso — insistió Matahachi a Yume. —Demaiado trancuiloooo— molestó Tamura —SI, es waro... —Y hay pocas cosas que son diferentes de lo usual para que estés tranquilo — señaló Yume. —¡Yo sé que essss! ¡Ya entenwí! — gritó Tamura sobándose los párpados, el sueño comenzaba a robarle la vista; después miró a Kohaku. Matahachi tensó el cuerpo. ¿Era eso posible? ¿Que Tamura fuera tan suspicaz en ese estado? —¡Acuaba de peder su trawajo! — comenzó a reírse —¡No estréssss! Tiene setido...hip Yume sonrió al darse cuenta de lo que pasaba por la mente de Matahachi, dió un sorbo más —No tienes escapatoria— miró a Matahachi. Yume lo había atacado con su propia arma; había apuntado a Tamura e ignoró que tenía la defensa más grande en Yume; y Yume también era bastante inteligente y más en temas como esos, y en este momento ella tenía las de ganar si Matahachi no actuaba con mayor destreza. —Se los he dicho ya, es el acohol — dijo Matahachi —Relaja los músculos. —Brindemos, Matahachi — dijo Yume extendiendo el guaje hacia él para que chocara nuevamente con el suyo. ¿Yume le estaba regalando la salida a esa trampa mortal que le puso? "Gracias, Yume" pensó. Matahachi acercó el guaje y lo chocó con el de Yume —Veo que tiemblan tus manos, entonces no es el alcohol. Ya no deberían temblar tus manos. ¿Otra vez estás nervioso? Matahachi sonrió ante la táctica de Yume; no le ganaría de ese modo, ella era la que más conocía los síntomas de cualquier dolencia. Conocía perfectamente cómo hablaba el cuerpo humano y fue tonto de Matahachi usar el cuerpo como una salida fácil a su problemática. —¿Crees que es algo más? — Preguntó Matahachi para ganar algo de tiempo. Yume sonrió —Alguien más... "Maldita sea, Yume" —Creo que debes ser sincero — sonrió Yume, sabía que había ganado. Pero no iba a presumirlo — Puedes guardarlo; pero es algo que debes resolver pronto — lo miró — el mar se acorta cada vez más. Matahachi borró la sonrisa y suspiró. Había peleado en algo que no tenía la más mínima experiencia y fue acribillado por la experiencia de Yume. Lo entendió muy tarde. El silencio de Matahachi hizo que Tamura pasara su mirada de Yume a Matahachi continuamente; terminó mirando a Yume. —¿Le ganateee? — preguntó confundido. Yume negó —Él ha ganado; pero sigue sin darse cuenta — dijo hacia Tamura quien ya se balanceaba de un aldo al otro, sentado en su lugar. Yume se levantó para traer agua; la cual entregó a Tamura tomándolo de las manos — Debo hidratarte o todo este alcohol te sentará fatal — dijo acariciando su frente, para después besarla. Tamura sonrió y cerró los ojos; estaba en el paraíso. Yume miró a Matahachi — Yo lo tengo muy claro. Y creo que tú también — les sonrió y desvió la mirada hacia Tamura, para asegurarse que bebiera el agua suficiente. Matahachi tomó su guaje y de trago en trago se lo terminó, lo dejó a un lado y suspiró. Yume miró a Kohaku —Es ahora dónde le preguntas ¿Qué es lo que está pasando? —Yume... ya no le incomodes— la detuvo Matahachi para después mirar a Kohaku —Tú eres él que me ha traído paz — dejó ir el aire; cómo si este se hubiera estado acumulando allí por mucho tiempo, esperando a poder ser libre —Aun no lo entiendo del todo; pero estoy tranquilo contigo. Y me gusta sentirme de este modo — dijo sin ningún conflicto; no tuvo que pensarlo demasiado, seguramente porque ya lo había pensado lo suficiente. Matahachi se levantó; sus pies no trastabillaron, cómo si el alcohol no hubiera hecho el más mínimo efecto —Saldré a tomar un poco de aire — sonrió y miró a Kohaku con tranquilidad —Ahora vuelvo— dijo para después salir de allí con paso firme. Yume sonreía. Contenido oculto Gigi Blanche
Kohaku Ishikawa Interior del barco Tamura y yo estábamos más perdidos que un barco a la deriva. Nuestros ojos fueron y vinieron de Yume a Matahachi como el vaivén de una danza. En algún punto tuve la sensación de que había sido mala idea pretender meternos con ellos y la conclusión errada de Tamura me aflojó el cuerpo en una risa nasal. Por fuera de eso, seguía sin entender nada. Cuando vi que Yume besaba la frente de Tamura pestañeé, preguntándome si acaso los dos sentirían lo mismo el uno por el otro, sólo que nunca habían modificado su amistad. "Alguien más", tanteó ella, y sentí... una idea totalmente descabellada apareció en mi cabeza. Empecé a sentirme nervioso, cosa que me esforcé en disimular, y presioné los dedos en torno a mi bebida. La atención repentina de Yume sobre mí me arrancó un leve respingo y esbocé una sonrisa automática, dispuesto a responder, cuando Matahachi intervino y me habló a mí. No... tenía sentido, ¿verdad? No lo tenía en absoluto. Podría jurar que el corazón se me había detenido dentro del pecho. ¿Paz? Paz... Permanecí en sus ojos, intentando darle sentido a sus palabras, aún si mi mente se había anulado por completo. Fue un esfuerzo inútil. Su aviso de que saldría a tomar aire logró espabilarme, parpadeé y murmuré un sonido afirmativo, quedo. Lo vi retirarse y agaché la mirada. ¿Qué... estaba pasando? Giré el guaje entre mis manos, nervioso y confundido. No lograba procesar su... ¿su qué? ¿Confesión? ¿Era exagerado llamarle así? Retrocedí en la conversación, en los demás momentos que compartimos, los gestos y lo que creí comprender de ellos, intentando darle sentido. Pensaba que había metido la pata por completo desde el principio, cuando ocurrió lo de la clínica, luego le había dicho a Rei que... y recién... —No entiendo —murmuré casi sin darme cuenta, rascándome la nuca, y miré a Yume—. Pensé que... no le caía del todo bien o algo. ¿Tan mal lo había entendido? Suspiré apesadumbrado. Era muy extraño. Volví a bajar la vista al guaje y le di un trago más prominente; ahora sí que lo necesitaba. Sus palabras se siguieron repitiendo en mi cabeza y, bastante a destiempo, sentí una oleada de calor en toda la cara. Me cubrí el rostro con una mano, avergonzado. ¿Quizá yo le estaba dando más importancia de la que tenía? —Tal vez sea mi culpa —reflexioné un rato después, en voz baja, y aplasté la mejilla contra la palma de mi mano al recargarme allí—. No... no soy muy bueno entendiendo cómo la gente me percibe ahora que no uso la máscara.
Yuzuki Minami Interior del barco Tsubaki dijo que venía a quejarse con su maestro, momento en que desvié la mirada a Noishi un instante, pero fue hasta que reparó en Shino que bajó la vista al guaje que yo le ofrecía. Supuse que eso le habría valido suficiente para detener la dichosa queja, aunque no pude adjudicar su sonrisa posterior a nada en particular. Hubo un breve intercambio sobre la formalidad de llamarlo maestro, pero Tsubaki se negó y el famoso maestro solo sonrió ante la necedad de su alumno. Fue después de eso que Shino probó el sake, pero lo que me sorprendió fue escucharla decir que era junmai y después de que Tsubaki bebió de nuevo estiré la mano para recuperar el guaje. —¿De Matahachi y Konan? —repetí al oírlo, dándole un trago al guaje y sonreí al bajarlo—. ¿Y está bien que lo hayan repartido como si fuese agua? La tontería consiguió hacerme algo de gracia, la suficiente para que se me escapara una risa baja, y le dio otro trago al sake pues porque no era mentira lo de sobrevivir el viaje. Es más, a lo mejor algunos acababan dormidos para cuando llegáramos a las islas y así todo quizás sería más fácil. Solo quizás. Ni en el más disparatado sueño se me había ocurrido estar bebiendo con los Taira, mucho menos en el mismo espacio que la que hasta hace poco había sido la emperatriz, pero no era como si algo saliera según nuestros planes en realidad. Todo era un desastre. —Bien, que el maestro y el alumno puedan compartir un trago en calma es un buen avance —apunté sin pretender traer de nuevo al espacio lo de las quejas y busqué mirar a Shino—. ¿No le parece?
Interior del barco [Yume; Kohaku; Tamura] Yume notó al instante todo lo que sucedía en la mente de Kohaku; acomodó a Tamura para que este no se cayera sentado y se dirigió hacia Kohaku, sentándose a su lado. Lo abrazó con una mano, la cual reposó sobre su hombro. —Matahachi es alguien complejo porque apenas está entendiendo sus emociones a profundidad...— inició — Pero hay algo en lo que ambos se parecen. Ambos llevaron una máscara por mucho tiempo — Yume no conocía a fondo la historia de Kohaku; incluso la de Matahachi estaba inconclusa en su mente. Pero ella entendía las emociones reprimidas, vaya que si. —Creo que lo mismo que te pasa a ti en este momento le pasó a él en Shima; nosotros tampoco conocíamos a... Hachi. Los shinobis de Iga ni siquiera conocen a Matahachi — dijo mirando a Kohaku — Él siempre ha existido para servir, nunca lo vi haciendo algo porque él quisiera hacerlo. Toda esa libertad reprimida lo hizo alguien un tanto gruñón — dijo riendo ligeramente — Pero desde Shima fue distinto; Tamura y yo lo conversamos en privado. Está más relajado cuando estás tú cerca. —¿Y Matahashiii?— preguntó Tamura algo desorientado —¿Fue al banio... yo también debo... — se intentó levantar sin éxito. Yume lo revisó y vio que comenzaba a quedarse dormido. Soltó una ligera risa para después volver a Kohaku. — Matahachi aun está entendiendo lo que pasa por su cabeza; y tiene muchos pensamientos que ordenar antes de poder entenderse del todo — acarició la cabeza de Kohaku — Perdona que lo presionara frente a ti. Pero sé que debía hacerlo porque él debe resolver problemas más inmediatos. Ahora... — dijo mirando a Kohaku a los ojos —Una cosa es lo que sienta Matahachi; pero lo que sientas tú también es importante, y a ti no voy a presionarte. Tienes tiempo de entender todo lo que él te ha dicho, pero sé que aun está incompleto — le sonrió. Contenido oculto Gigi Blanche [Shino; Noishi; Yuzuki; Tsubaki] Noishi sonrió ante la pregunta de Yuzuki —Estará bien, los ayudé a subirlo; han traido más sake que suministros... — dijo algo avergonzado. Tsubaki relajó los hombros y siguió tomando con calma —No sé de quién fue la idea de que lleguemos ebrios o dormidos a la isla; no es prudente. Pero toda esta decisión ha sido algo confusa, tal vez el alcohol me haga creer que todo esto es buena idea. Shino sonrió ante la pregunta de Yuzuki; Tsubaki le parecía alguien muy osado, poco refinado, hostil... algo que la preocupaba; ese tipo de comportamientos no se daban mucho en Kioto. Luego sonrió con mayor tranquilidad — Es un avance, si. Y sobre todo, es bueno ver emociones reales, no falsos rostros que dicen mentiras — dijo hacia Tsubaki — Prefiero estas conversaciones, más honestas. —Honestidad...— afirmó Tsubaki notando lo incómoda que se encontraba Shino con su presencia —También es algo que Murai necesita oír de mí —No vayas a molestar a Murai-dono, creo que no estará muy dispuesto en estos momentos a conversar — agregó Noishi. —No me incomodaría molestarlo — dijo Tsubaki poniéndose de pie para volver a salir. Contenido oculto Zireael Cubierta [Riku; Togashi; Matahachi] Matahachi llegó hacia dónde estaban Togashi y Riku; pues huyó al ver a Rei gritando con Reijiro mientras Masaharu y Genichi parecían apoyar a Reijiro en una competencia de alcohol. Matahachi los miró y se alejó al notar su presencia —No quería incomodarlos; sólo vine a tomor un poco de aire. Me iré pronto, sólo... ignórenme. Contenido oculto Monpoke Bruno TDF
Kohaku Ishikawa Interior del barco Yume se acomodó a mi lado, sentí su brazo rodearme los hombros y me dejé hacer. Habló de nuestras aparentes similitudes, de las vidas que Matahachi y yo habíamos llevado; en algún punto logré mitigar la vergüenza y le correspondí la mirada. Matahachi había crecido con la demanda ineludible de esconder su verdadera identidad, una que, quizá, había comenzado a olvidar lentamente. Mara lo había dicho: la voz que no se oye es fácil de opacar. Al mencionarlo como alguien gruñón, una sonrisa bailó en mis labios y exhalé por la nariz, buscando relajar el cuerpo a consciencia. Desde Shima era diferente, decía. La miré con el ceño fruncido, no por molestia o rechazo, sino por lisa y llana extrañeza. Me costaba creerlo. Me costaba creer... ¿qué, exactamente? ¿Tener esa clase de impacto en la vida de alguien? ¿Yo, de toda la gente? Me dedicaba a servir, ahora bajo mis propios criterios, pero seguía siendo un siervo al fin y al cabo. De Takeda, de los Shijin. Tamura intervino, robando la atención de Yume, y le di otro sorbo al sake. Ya que estábamos en estas, al menos esperaba que luego me ayudara a dormir. La chica acarició mi cabello, fue dulce y suave, y cerré los ojos un instante. Exceptuando a Hotaru, no recordaba la última vez que alguien me había tratado así. Hotaru... ¿Estaría escuchando todo esto como me había oído con mi padre? Dioses, ni siquiera quise averiguarlo. Asentí con lentitud, concentrado en mis propios pensamientos pero sin dejar de escucharla. Lo que sentía yo... ¿Qué demonios era? Había emociones que reconocía con facilidad en mi interior: el respeto, la responsabilidad, la alegría, la tristeza. Pero no entendía nada de amor, de odio o de deseo. Nunca se me había permitido hacerlo y tampoco lo vi necesario, como si fuese incapaz de ello. Miré a Yume al retroceder sobre sus palabras. —¿Problemas más inmediatos? —tanteé, confundido. Le eché un vistazo a Tamura y exhalé por la nariz, sonriendo—. Todo esto es en venganza por habernos metido con ustedes, ¿verdad? Te ayudo a acostar al grandulón, o se nos quedará frito aquí, entre las cajas... con una pequeña condición. Aquello último fue prácticamente susurrado, y me acerqué a su oído para agregar con suma discreción: —¿Te gusta Tamura? Quizás el atrevimiento fuera culpa del alcohol, llegados a este punto. También me servía para desviar los tiros y, ya que estaba, quitarme una duda milenaria.
Interior del barco [Yume; Kohaku; Tamura] Yume escuchó las palabras de Kohaku y sonrió —No, no lo hice por mera venganza. Lo he hecho para ayudarlo. Matahachi no me pediría un consejo, mucho menos ayuda. Siempre que envío su medicina es por medio de un tercero que me la pide. Él jamás me ha pedido ayudarlo. Es terco y orgulloso; pero es así no por soberbia, es por se cree débil y no quiere demostrarlo; él se sabe débil y juzga a todos de la misma menera, no sabe ver la fortaleza que existe en aquellos que caen constantemente y se siguen levantando. Creció observando e imitando las peores facetas de distintos guerreros del Imperio, ignorando el hecho de que jamás ha matado a Hachi, sólo ha aprendido a ocultarlo — sonrió al notar que se estaba extendiendo demasiado en su respuesta. Yume miró a Tamura, quién ya estaba con los ojos cerrados — No me gusta Tamura; yo lo amo. Pero nunca se lo he dicho porque jamás se apartaría de mi lado. Tendría que llevarme a todos lados y sería su mayor prioridad. En sus viajes solo él es su mayor prioridad, sabe que debe cuidar de sí mismo para poder regresar a mí y no dejarme sola. Tamura es muy fuerte pero es descuidado, si yo viajo con él y me expongo al peligro, sé que él sacrificaría todo por mí. No quiero que lo haga... me aterra perderlo — dijo apretando sus puños y después miró a Kohaku. —Ven, ayúdame a recostarlo; que yo no puedo sola— dijo mientras se acercaban a Tamura; entre ambos lograron cargarlo para recostarlo envuelto de la piel de lobo, dejándolo bien envuelto y rodeado de otras telas apelmazadas para que no se rodara con el vaivén del barco, dejándolo mirando a un costado para que no mirara al techo. Yume exhaló por el esfuerzo; aunque prácticamente todo lo hizo Kohaku. Le indicó que volvieran a dónde las cajas y se sentó nuevamente a su lado —Preguntaste de los problemas inmediatos de Matahachi...— dijo mientras tomaba su guaje y daba otro sorbo — Lo presioné porque en la isla hay alguien que lo está esperando — miró a Kohaku — Así que debe resolver sus sentimientos antes de que lleguemos a la isla. Yume era una persona sincera; no hablaba con tapujos. Pero también sabía que Kohaku ya sabía esa historia que el mismo Matahachi había relatado. "Mi deber siempre es contigo" Esas habían sido las palabras de Matahachi con Tomoe. "Él siempre ha existido para servir, nunca lo vi haciendo algo porque él quisiera hacerlo" La palabras de Yume tenían sentido. Contenido oculto Gigi Blanche
Fujiwara no Riku Cubierta La llegada de un segundo visitante me tomo menos desprevenido que la primera, está vez alguien que llegaría a conocer más que el anterior. Pero todavía alguien a quien podría llamar un desconocido. "No te preocupes". Hice un pequeño gesto levantando el guaje, y lo mire, dando a entender que note que ha bebido. "El ánimo en este barco se está levantando, ¿No? No es un ambiente para estar tensos por los demás". Aunque todavía no había tomado ningún sorbo del alcohol. Por las voces que se elevaban, algunos pasajeros parecen si parecen haberlo hecho. "Dime...". Comencé. Al menos, dando a entender que buscaba preguntarle algo. "¿Cómo ha estado Dazai?".
Cubierta [Riku; Togashi; Matahachi] —La tensión es inherente en mí — dijo en tono burlón mirando a Riku; Riku notó que Matahachi parecía estar en el mismo estado que él, parecía que no tenía ni una gota de alcohol encima —Dazai — Sonrió, aquel hombre parecía que le caía bien. —Se encuentra bien; es un hombre equilibrado, buen comerciante. Y sabe detener conflictos — dijo hacia Riku — Viejo amigo tuyo ¿No es cierto? — preguntó por cortesía; pues ya conocía la historia de Riku con Dazai —Ese hombre ha hecho algo imposible, sabes... calmar a mi madre — soltó una ligera risa — Creo que si Dazai no hubiera conocido a mi madre; en Gifu hubiera corrido mucha sangre. Contenido oculto Monpoke Bruno TDF
Fujiwara no Riku Reí un poco bajo por sus primeras palabras. "Otros podrían recriminarte por eso". Correspondi a su sonrisa con una propia. "Pero lo que a uno lo mantenga funcionando, supongo. Igual no creo que sea lo único en ese sentido que te tire hacía adelante". Baje el guaje, todavía no dispuesto a beber. Sonreí. "Un viejo amigo y compañero. En el pasado a tenido que dirigir a personas poco agradables y confiables, yo una de ellas, para que hagamos nuestro trabajo" Suspiro, un poco perdido en ese tiempo "Eran de días de solo ir ganándose unas monedas, es bueno verlo salido de eso y cumpliendo su objetivo... Y más". "Gifu, eh. Tu madre se mantuvo firme en esa situación". La elogie un poco. Seguido de callarme por unos segundos. "¿Tu, o el crisantemo blanco, han estado antes con los Taira o los Sugita antes de eso?". Le pregunté, no creyendo que de esa única reunión se hayan juntado tanto con las otras personas de este barco.
Kohaku Ishikawa Interior del barco Lo de la venganza había sido una mera broma, pero Yume me respondió con seriedad y habló de lo que conocía de Matahachi. La escuché en silencio, atentamente, y acabó afirmando que amaba a Tamura. Su vista estaba reposada en el muchacho, por lo cual me permití alzar las cejas antes de relajar el semblante. Sus puños se comprimieron, regresó a mis ojos y aceptó mi ayuda para recostarlo. Durante el proceso seguí dándole vueltas y vueltas a multitud de pensamientos, aunque verlo tan noqueado me dio ternura y le quité ligeramente el pelito de la frente. —Descansa, Takkun. Mañana te hago un té para la resaca. Una vez regresamos, respondió mi pregunta sobre Matahachi. Había alguien esperándolo en las islas... Arrugué el ceño, desviando la mirada, y se me escapó una risa nasal. No la moderé a consciencia y no quise que Yume me malinterpretara, por lo que busqué sus ojos rápidamente y esbocé una sonrisa algo incrédula. Estaba hablando de la princesa, ¿verdad? —No puede haber forma de que esto afecte su relación —afirmé, pues desde mi perspectiva no tenía el más mínimo sentido. Aunque, a fin de cuentas, no podía estar seguro de nada. Exhalé con pesadez. La idea de... de perjudicar o inmiscuirme negativamente con la princesa de Japón era pesada y no me gustaba nada. Me rasqué el cabello de la nuca, bebí algo más de sake y decidí cambiar de tema por el bien de mi salud mental. —Creo que lo subestimas —murmuré, tranquilo, y la miré de reojo—. A Tamura, quiero decir. Hemos hablado un poco respecto a eso, en Tateyama. Tamura disfruta y valora mucho sus tiempos en soledad, la idea de reencontrarse contigo lo motiva, mas no lo limita. Negarle una verdad que lo haría tan feliz... no creo que valga la pena detenerse por el miedo de escenarios hipotéticos. Tamura es Tamura, y en definitiva serán sus decisiones, ¿verdad? Le corresponde sólo a él tomarlas. Puede que sea torpe y descuidado, pero se toma muy en serio lo que siente por ti. —Le sonreí—. Y si piensas que haría lo que sea por ti, ¿eso no podría incluir salir a recolectar hierbas y disfrutar de su soledad de vez en cuando?
Interior del barco [Yume; Kohaku; Tamura] La risa de Kohaku la tomó por sorpresa; lo escuchó y sonrió. Tal vez lo entendería cuando los viera juntos en la isla, vería todo lo que los demás habían visto por años en silencio. Después habló de Tamura y ella sonrió con ternura, viéndolo a distancia envuelto como una bolita de arroz —Ahora que nos dirigimos a la isla, es algo que me he planteado; por fin decírselo — se sinceró mientras abrazaba sus piernas llevándolas a su pecho; era muy pequeña y delgada — Ahora que no estamos solos, que volvemos a pertenecer a un grupo activo de guerreros y estamos protegidos— miró a Kohaku y se ruborizó — Tal vez se lo diga— soltó una risita infantil — Ya cuando no haya alcohol en nuestros cuerpos; no quiero decir nada que después crea que fue por culpa del sake, o decirle algo y que a él se le olvide. Contenido oculto Gigi Blanche Cubierta [Riku; Togashi; Matahachi] Escuchó a Riku; ambos parecían estimar a Dazai. Y fue cuando Riku planteó la última pregunta cuando Matahachi supo que tenía que contarle, debía hacerlo ahora que la fiebre no lo hacía delirar por el dolor, esta vez su mente estaba en calma. —El crisantemo blanco; ha tenido alianza con los Taira por medio de Shino, y también con los Sugita; pero el contacto que tenía con ellos era principalmente con mi viejo maestro, Kozaemon y el antiguo señor de Shiga; Kaji Akamatsu — se sinceró —Mi madre me encomendó la logística del crisantemo blanco y bajo mi cargo tengo a muchos aliados que respondían ante mi como "Karasu" incluyendo a Murai —observó a Riku —Y yo también he guiado a los Fujibashi como el falso Kaze— suspiró. Algo en todo eso parecía tenerlo preocupado, se recargó en la barandilla para ver la noche — Entraré en mayor detalle cuando lleguemos a las islas, antes de empezar a especular y replantear estrategias debo conocer toda la información que tenemos— miró a Riku —Sé que es difícil confiar en ellos; principalmente en Murai. Pero esto va más allá de aliarse con el enemigo de tu enemigo. Es tirar todo lo que antes creías cierto, iniciar de nuevo, pues...— miró a la luna —Todo lo que sabes sólo es el reflejo de lo que alguien superior quiere que veas... todos hemos sido manipulados y creo que lo seguimos siendo — dijo con desesperación. —Pero ahora estamos juntos en este barco, con la idea de levantar a Takeda sobre todo el sadismo que el Imperio ha iniciado. Para Noishi siempre fue Takeda la única solución pero... — suspiró sin separar la vista de la luna — Para Sakurai la solución eran sus hijas — negó — Pero había alguien más, una persona en la que yo confiaba sobre todas las opciones... — esta vez miró a Riku — No había mayor nobleza y equilibrio que el que Taiyo tenía. Él era la esperanza de mi maestro Kozaemon y mía. Contenido oculto Monpoke Bruno TDF
Fujiwara no Riku "No pleneo acusarte por guardar aquello, probablemente abría traído problemas saber que estaban en... Lazos más estrechos con nuestros enemigos cuando contactaron con nosotros. Pero aún así es algo que necesitaba confirmar". Respondí, guardandome la sorpresa de esa información que desconocía del falsos Kaze. "Entonces, es complicado aceptar que las cosas resultan diferentes ahora...". Me uni junto a Matahachi en la barandilla. "Creo que puedo aceptar ser manipulado en alguna medida, no me gusta, pero voy creer que sigo siendo quien decide. Al menos, lo tolerare mientras mis deseos y ese plan superior se alinean. Pero si resulta no ser así...". "Taiyo". Repetí el nombre con cierta amargura, tristeza, pero con nostalgia. "Es probable que hubiera preferido pasárselo a Takeda y quitar a Akishino del puesto que le arrebato a su padre". Junte las manos frente a mí, como rezando, pero en realidad era en un recuerdo de aquel día en Kamakura. Cuando aprendí parte de su historia. "Si llegara a emperador se las abría arreglado en perder hasta la última moneda". Solté un pequeña risa al revivir aquella broma.
Kohaku Ishikawa Interior del barco La idea de que Yume se declarara con Tamura en las islas me lanzó un chispazo de alegría casi pueril y sonreí muy amplio, asintiendo con entusiasmo. No me correspondía en lo más mínimo, pero de repente me emocionaba un montón la idea de que vivieran ese momento y... y podía imaginar la felicidad de Tamura. De sólo pensarlo se me entibiaba el pecho. —Tienes todo mi apoyo —murmuré, chocando suavemente su hombro con el mío, y seguí divagando de cualquier tontería—. Si hace falta hasta te ayudo a secuestrarlo, decoramos una porción de playa con velas y pétalos de flores y lo llevamos vendado. Y luego organizamos un gran festín para todos, y tocamos música y celebramos. Sabía que Yume no era esa clase de persona, pero para la broma colaba y ¿quién sabe? Quizá sí era una buena excusa para reunirnos y relajarnos un poco. Nos quedamos allí sentados, me puse a juguetear con el cordón amarrado al guaje y apoyé la espalda en la pared. —¿Cómo se siente? Amar a alguien, digo.
Yuzuki Minami Interior del barco A ver, no era que fuese a rechazar un sake de calidad si me decían que quizás repartirlo como si nada había sido un error, pero igual la respuesta de Noishi me vino en gracia y solté una risa al escucharlos decir que traían más sake que suministros. Digamos que tenían la prioridades en orden, más o menos. —Bueno, no es que tengamos que beber hasta que la tira del guaje sea necesaria, ¿o sí? —apañé solo por la tontería y vi que Tsubaki había seguido bebiendo. Mi comentario sobre el avance hizo sonreír a Shino y volví a pensar, con cierto retraso, en la elegancia y delicadeza que proyectaba. Dudaba mucho que hubiese lidiado con estos hombres bruscos, poco interesados en formalidades, lo normal era que se preocupara o tensara por esta clase de intervenciones. Incluso a mí, que ahora estaba aquí sentada pidiéndole calma a todo el mundo, tendía mucho más a la brusquedad. Solo así se sobrevivía fuera. Ella mencionó la honestidad, ante lo que miré a Tsubaki de reojo, y este de repente dijo que era algo que también Murai necesitaba oír de él y suspiré mientras Noishi le decía que no lo molestara. No había remedio con toda esta gente, ¿cierto? Ni modo. —Trata de no hacer nada que me obligue a ir a la cubierta —advertí sin que fuese en verdad una llamada de atención ni nada—. Me cansé solo de venir aquí a hablar. De la manera que fuese, le di un nuevo sorbo al guaje y regresé la atención a Shino y Noishi. —Solemos tener demasiado… ímpetu, para llamarlo de alguna manera. Nunca me había detenido a pensar realmente en qué tan difícil es mantenerlos quietos —expliqué y la risa que me escapó cargó algo de vergüenza consigo—. Por lo general estaba también de ese lado, del que busca al maestro para quejarse o el que no le importaría molestar a nadie. Shino lo había visto directamente y Noishi también.
Interior del barco [Yume; Kohaku; Tamura] Escuchó la sugerencia de Kohaku para su declaración de amor y comenzó a reírse —¿Sabes como armar el escenario pero me dices que no sabes de amor? — negó burlona. — Sé a lo que te refieres con tu pregunta — respondió con mayor seriedad — Creo que todos sienten el amor de maneras distintas; pero yo tuve ese presentimiento de amor en el momento que vi a Tamura aprendiendo a trenzar un kumade — sonrió — No fue la idea de un amor a primera vista, fue más una sensación de que sabía que me iba a enamorar de ese muchacho, tal vez no de inmediato; pero el amor sería inevitable. Cuando lo supe fue la primera vez que lo vi enfermo; no salió a entrenar aquel día, yo aun no conocía nada de medicina, y no lo vi por cuatro soles... limpié las hojas con el kumade que él trenzó, y mientras barría pensaba en él, esperando que volviera pronto — se ruborizó de inmediato —... al quinto sol lloré como nunca. En mi imaginación de niña lo creí muerto. Pero ese mismo día volvió a entrenar con los demás monjes, y me encontré a mi misma sonriendo sin siquiera pensarlo. Eso es amar alguien, preocuparse por él y atesorar cada cosa que este hace. Contenido oculto Gigi Blanche [Shino; Noishi; Yuzuki] Tsubaki afirmó hacia Yuzuki antes de salir; dejándolos nuevamente solos. —Creo que siempre he sido demasiado formal; debía mantenerme así para no deshonrar a mi clan — miró el guaje y tomó otro pequeño sorbo con gran delicadeza; no usó el listón para empinarlo, lo tomó como si fuera una tetera y bebió. Miró a Noishi quien también bebía, pero él parecía que dominaba el movimiento a perfección, ya no era como el Noishi de la corte Imperial —¿Bebías con tus amigos shinobi? — preguntó inocente. —El alcohol también es un veneno que debemos aprender a dominar — trató de justificarse pero su rostro sonrojado lo delataba. Miró a Yuzuki — ¿Los Minamoto...— se sintió raro diciéndolo de ese modo — ¿Aun celebran todo con sake? Mi padre lo hacía todo el tiempo Shino rió al recordarlo. Contenido oculto Zireael Cubierta [Riku; Togashi; Matahachi] Matahachi sonrió ligeramente hacia Riku por el comentario de Taiyo —Si lo dices tú quién conoció a Taiyo, te creeré. Takeda... — dijo hacia el horizonte —Creo que soy el único en este barco que no le conoce. Cuando yo llegué a Kioto ya había sucedido el ataque a los Minamoto. Aquello era cierto; posiblemente Eiji era el único como Matahachi que jamás había visto a Takeda; y ese hablaba mucho de alguien que estaba dirigiendo clanes shinobi. Takeda jamás fue un objetivo en el Imperio. Nadie creyó que volvería. —Pero conozco a los suyos, y siempre se debe juzgar a una persona por la calidad de la gente que lo rodea — sonrió — Me emociona conocerlo algún día — dijo para después mirar a Riku — Supe por mi abuelo que Tai te dio problemas. Me disculpo por ello; actuó por cuenta propia. Yami también me complicó todo en Gifu... — negó — desde que dejé a los tuyos en Shimotsuke, nada me ha salido bien. Cómo si fuera una maldición — se sinceró para mirar el guaje que Riku aun no llevaba a sus labios. —Es buen sake, ¿sabes?— dijo a Riku señalando su guaje; sonrió, esta vez con melancolía — Es de Kobe, confía en mí; es el mejor que probarás. Es destilado puro de arroz, hecho con koji de alta calidad. No se te subirá si no lo tomas de golpe. Contenido oculto Monpoke Bruno TDF
Fujiwara no Riku "Takeda, tampoco voy a ir afirmando que los conozco demasiado. Últimamente hemos estado inquietos y la verdad no he llegado a conocerlo mucho". Le informe, al menos, para que tome muy literal mí opinión sobre él. "Supongo que estarás al tanto de la poca lealtad que han tenido algunos de los suyos". Dije con una mueca al hablar de la traiciones por las que había pasado. "Apruebo a Takeda porque no parecer ser que quiera gobernar bajo el pensamiento de que está en su derecho de ser emperador. Se lo ha ido ganando por ser quién es realmente, más que por solo su apellido. Es lamentable que esa decisión se haya visto tambaleada por las acciones de unos pocos". Le quite los ojos de encima y señalé hacía Togashi, quien de momento ha estado bebiendo y excluido, pero sin olvidarme de él. "Siempre que encantado te hablaría de lo que debes esperar de él". "Está bien, en parte diría me lo merecía". Le respondí sobre las disculpas que toma por parte de Tai. Aunque termine levantando una ceja, curioso. "¿Yami?" Esto de ser guiar a otros no siempre va a resultar de la manera esperada". "No ando tan despreocupado". Negué, todavía sujetando el guaje, pero sin beber y resistir esa tentación. "Si es tal como dices, podría dejarlo para una ocasión especial".
Kohaku Ishikawa Interior del barco El apunte de Yume me arrancó también una risa liviana y me encogí de hombros, haciéndome el misterioso antes de responder. —En mi villa solían celebrarse más o menos así las uniones. Les comenté que era una aldea costera, ¿cierto? Vivíamos de la pesca y la agricultura, todo lo relacionado al mar era importante y valioso para nosotros. Organizar los festejos en la playa formaba parte de eso. —Mi sonrisa se ensanchó—. Y también leía mucho, incluso lo que los Ancianos me prohibían, así que tengo una imaginación bastante vívida. Asentí cuando dijo que cada quien experimentaba el amor diferente, pues yo también lo creía. La historia que me contó era cotidiana y entrañable. Suponía que, al ponerlo en retrospectiva, uno descubría que había empezado a apreciar a las personas incluso antes de lo que creía. La ausencia de Tamura fue lo que hizo a Yume consciente de sus sentimientos. Escuché su historia con una sonrisa suave plantada en los labios y hacia el final volví a asentir. —Atesorar, cuidar, respetar —murmuré—. Y conocer. Yo también lo entiendo así. No había tenido grandes ni heróicos modelos a lo largo de mi vida, pero recordaba con una claridad absurda los pequeños detalles. —Mi padre solía mirar a madre mientras leía o trenzaba. Sólo eso. Lo hacía en silencio, desde una distancia prudencial, pero con tanto esmero que siquiera me notaba a mí pillándolo. —Sonreí—. Y madre siempre le cantaba a los niños cuando no podían dormir, y sostenía sus manitos al enfermarse. Chiasa me quitaba la máscara, una y otra vez, y yo... yo los observaba, si acaso intentaba imitarlos. —Agaché la mirada, sereno—. No creo haber hecho mucho por ellos, pero ahora puedo recordarlos con un detalle absurdo y sé que lo haré el resto de mi vida. Uno no le presta atención a lo que no le importa, ¿verdad? Amar es conocer. Aún así era consciente de que el amor familiar distaba del amor que compartían Yume y Tamura, uno que se me escapaba y... me resultaba algo intimidante. Me desinflé el pecho y eché un vistazo por donde Matahachi se había ido. Se suponía que lo esperaramos, ¿verdad? Al menos me parecía lo correcto, en vista de la situación. —Oye, ¿tienes hambre? —pregunté, inclinandome hacia Yume—. ¿Dices que podamos robar algún aperitivo nocturno mientras todos se emborrachan ahí arriba? Tuve un recuerdo repentino y solté una risa liviana. —Chiasa una vez se coló en un oyaji, ¿sabías? El alboroto que armó esa criatura, no tienes idea.