Viaje al pasado. [Sessho&Kago]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por FiraLili, 25 Junio 2011.

  1.  
    ivana

    ivana Entusiasta

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    espectacularmete espectacularrrr!!!!!! :3 mas lindooooo, al menos lo hizo el, que era lo que todas queriamosssss que belloooo *-*. sayumi se le subieron los colores jajajaj xD ver a sus padres en esas jajaj xD ta bien ta bien! si me puedo reir! buenoo, con tal de que no los vea en aquellas situaciones jajaja xD todo bien. inuyasha eres un idiota! como no te diste cuenta que kagome te seguia? dios santo! hay que ser bruto, peor bueno....

    espero el proximo capitulo, besosss
     
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  2.  
    *Kurayami*

    *Kurayami* Usuario común

    Leo
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    Fue hermoso, me encontré con este escrito en un momento de aburrimiento y cuando comencé a leerlo, me absorbió por completo, es... realmente hermoso, no creí sentirme atraída tan rápidamente por una historia, me encantó y realmente espero leer cuanto antes la continuación.
    Amé cuando Sesshoumaru accedió a darle de su sangre a Kagome, siento que ya se dio cuenta de que ella es la madre de su hija, y que de alguna forma lo aceptó... ¡Me siento tan ansiosa! Espero avises n___n...
    Nos vemos~
    Hahahah, de verdad me dejaste muy pegada a lo que escribiste... sigue así y gracias *--* en verdad es un gusto leerte...
     
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  3.  
    Estrellita

    Estrellita Bel-Kuran

    Piscis
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    Me encantó este capitulo, parece que lo has publicado hace mucho tiempo pero yo recien lo veo, disculpa, bueno la trama es excelente, Inuyasha que busca a Kikyo y Kagome que de la depresión intenta suicidarse, creí que eso era lo que escondia Kagome a su hija pero lo que me dejó impresionada fue que el lindodo de Sesshomaru le diera su sangre y encima practicamente la besó, guau, me encantó sigue asi.

    Con respecto a ortografía, tienes varias faltas de ortografía pues faltan letras en la mayoría de conectores y tambien algunas tildes estan mal ubicadas y a veces ni siquiera deberían tener tilde, pero esto debio ser por lo largo del capitulo y tambien porque seguramente escribias muy rapido, espero mejores en esa parte.

    Que te vaya bien, y continua pronto la historia por favor... sayonara.
     
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  4.  
    bettytoon

    bettytoon Iniciado

    Libra
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    Hola amigas mía, quiero decirles que este fanfic me encanta, por lo cual soy una fiel seguidora.
    Adoro leer fanfics por lo cual tengo varias paginas, direcciones, foros (o como se llaman) para leer
    y me di cienta que en fancfiction.net tambn esta este fanfic y va por el capitulo 8.
    muchas gracias por tu fanfic firalili.
     
  5.  
    FiraLili

    FiraLili Usuario común

    Aries
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    Título:
    Viaje al pasado. [Sessho&Kago]
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    4491
    Viaje al pasado

    Sanación

    Su pecho y vientre fueron brutalmente desgarrados. El rojo tiño su cuerpo completamente, por un momento se arrepintió por su decisión pero ya no había vuelta atrás, en su mente pasaron tantas cosas buenas como malas hasta que todo eso fue opacado por una imagen.

    Era Sayumi con una radiante sonrisa en sus labios, su infantil rostro brillando de alegría mirándola fijamente mientras le llamaba y entonces… lo vio a él, a Sesshomaru, quien sostenía a la niña por una de sus manos, había algo diferente en su persona, tenía el mismo porte altivo pero sus ojos, sus ojos eran cálidos.

    —Sesshomaru…

    No entendía que pasaba, no comprendía porque pensaba en ese yokai y aún así su mera imagen le dio consuelo.

    El dolor agudo vino acompañado de varias convulsiones mientras tosía sangre, perdió todo sentido del lugar y tiempo hasta que una voz le trajo de nuevo a la realidad, era una voz tan conocida y suplicante pero no encontraba su voz para responderle.

    Se partió su corazón al oír como Sesshomaru decía que se había suicidado porque era la verdad, se le partió más al ver la decepción en los ojos de la niña, fue cuando supo que nunca debió haberse dejado vencer, ¿cómo había dejado de pensar en seguir adelante?, ¿cómo perdió toda motivación por… un hombre?

    Vio la discusión que mantuvieron para salvarla dándole ¿sangre de yokai?, ¿era posible salvarla de esa manera?

    Si no estuviera tan débil abría temblado al ver como Sesshomaru se inclinaba para besarle, bueno le estaba pasando su sangre y a pesar del sabor metálico la tragó.

    Sesshomaru.

    Eso quería decir pero le era imposible, sólo se dejó hacer, comenzó a sentir sueño, mucho sueño.

    0-0-0-0-0

    —¿Estará bien?

    Sayumi acariciaba los cabellos de su madre, su aspecto había mejorado mucho aunque seguía muy pálida.

    —Lo estará.

    Él se encontraba apartado, el sabor a sangre de su boca ya había desaparecido no así la sensación de extrañeza de sus labios. Miró a la mujer con detenimiento por lo que notaba no despertaría en varias horas.

    —Hay que irnos.

    La Inu alzó la vista.

    —¿No la dejaremos, verdad?

    —No.

    Después de contestarle se inclinó para tomarla de la cintura y echársela al hombro derecho, asegurándose de que su estola le resultara cómoda.

    —Vamos.

    —¡Sí!

    Sayumi se colocó al lado izquierdo de su padre con sus manos entrelazadas en la espalda, por un instante creyó ver la imagen de su familia por completo, su madre y su padre juntos con ella en medio… fue una imagen vaga pero la atesoró, ladeó un poco su rostro para contemplar a su padre, aún no comprendía la decisión de darle su sangre y no la de ella.

    —¡Ah!

    La Inu se volteó repentinamente al sentirse llamada, era una extraña sensación de familiaridad aunque al mismo tiempo de terror, el poder que le reclamaba no presagiaba nada bueno, caminó para situarse cerca y entonces vio un resplandor, era un pequeño fragmento.

    ¿Lo tomaba?

    —En manos equivocadas se corromperá.

    Se sobresaltó al oír la voz de su padre a su espalda, no le sintió acercarse.

    —¿Debo tomarlo?

    —Sino buscas poder, puedes.

    A pesar del tono impasible, ella reconoció o tal vez intuyó el apoyo. Suspiró profundamente para inclinarse y alcanzar el fragmento, casi lo suelta cuando una corriente paso por su cuerpo para concentrarse en la palma de su mano y fue cuando el fragmento brillo con un tono blanco y rosado.

    Se purifico.

    —¡¿Qué…?!

    Asombrada era como estaba, nunca experimentó nada así hasta ese momento, ahora ya no tenía ese terror de antes era como si las malas energías que había sentido anteriormente se hubieran esfumado.

    —Has purificado el fragmento. —Sayumi miró a su padre con recelo, no parecía nada sorprendido—. Vámonos, la sangre atraerá más demonios.

    —Sí…

    0-0-0-0-0

    Rin que ya llevaba varios minutos despierta se preocupó al ver a Kagome ensangrentada y con sus ropas destrozadas pero se llenó de alivio al ver que se encontraba bien, después desvió su atención a su hermanita la cual se hallaba acurrucada contra la mayor, sonrió.

    —Kitto vayamos a buscar comida para Kagome-sama y Sayumi-nee.

    El kitsune emitió un leve ronroneo, aceptando, se restregó contra Sayumi antes de seguir a Rin, quienes iban siendo escoltados por Yaken, el cual ya no necesitaba que le dijeran que los acompañara, ya era costumbre.

    Sesshomaru abrió sus ojos sólo para ver que Yaken los acompañara, al constatar eso volvió a cerrar sus parpados, de esa manera podía cuidar a los suyos a grandes distancias. Aunque había algo que le molestaba, la humana ya debía haber despertado pero no daba muestras de querer hacerlo, frunció el ceño no había dado su sangre para nada, así que esa mujer iba a despertar porque iba a despertar.

    Sayumi se removió un poco antes de comenzar a parpadear somnolienta, una sonrisa se formo inconscientemente en sus labios al sentir una calidez muy conocida, se corrió buscando más de ese calor.

    —Mamá…

    Fue un acto reflejo el que esa palabra saliera, así de adormilada no tenía pleno uso de conciencia.

    —Ya despertaste.

    Sayumi despertó todos sus sentidos, se reincorporó, alejándose de su madre y dirigiendo su mirada a su padre que estaba recostado contra un tronco con sus ojos cerrados, tragó un poco de saliva al recaer en lo que dijo momentos atrás. ¿La habría oído?

    Por la forma tan calmada en que se hallaba su padre, lo dudaba, no creía que podría encontrarse tan calmado si supiera que su pareja en un futuro fuera una humana… por lo menos no en ese momento.

    —Sí —musitó débilmente—. ¿Dondé están Rin y Kitto?

    —Fueron por comida.

    —¡Ah! —Fue lo único que se le ocurrió decir, un silencio incómodo se apodero del lugar.

    La azabache con mechones y destellos plateados, prefirió poner toda su atención a su madre, acarició su mejilla izquierda esperando que despertara, lo ansiaba, deseaba ver esos ojos celestes que siempre le miraban con ternura y amor.

    Sus pensamientos fueron abruptamente atravesados por el recuerdo de su madre moribunda, sin fuerzas para pelear ni para vivir. Sus ojos se volvieron peligrosamente aguados y brillantes, con el dorso de su muñeca se los restregó rápidamente para que su padre no notara ese pequeño desliz cosa que no logró pues Sesshomaru ya estaba erguido a su espalda, él reaccionó al aroma de agua salada, no le gustaba ver llorar a nadie, nunca le había gustado. Sin saber muy que porque colocó la palma de su mano derecha sobre la cabeza de la niña.

    Ella al sentir eso no evitó que se tensara sin saber cómo responder a eso, tal vez la reñiría por llorar o la alejaría de su madre, sin embargo ninguna de esas dos cosas paso, él sólo dejó su mano ahí y al comprender esa acción no puedo evitar que las lágrimas quisieran salir de nuevo, intentaba darle animo y algo de consuelo. Una sonrisa surcó sus labios nunca hubiera imaginado a su padre haciendo algo así.

    Por un largo rato estuvieron así hasta que Sesshomaru se alejó al tiempo que llamaba a Ah-Un, Sayumi no entendía lo que pasaba, mucho menos cuando él tomó a su madre en brazos –más bien con su brazo derecho- y la puso sobre el dragón, se apresuró a colocarse al lado de Ah-Un.

    —¿Sesshomaru-sama?

    —Vamos.

    —¿Eh?

    En ese momento algo se abalanzó contra ella, soltó una carcajada al ver a Kitto lamer su mejilla con cariño, fue cuando reparó que Rin y Jaken ya habían vuelto, por eso su padre comenzó a moverse.

    —Sayumi-nee, ¿estás bien? —preguntó Rin mientras le ayudaba a ponerse de pie.

    —Sí —respondió al estar de pie con Kitto en su hombro.

    —Vamos, mocosas, muévanse que el amo nos deja.

    Ambas se miraron entre sí antes de correr y empujar en el proceso al pequeño yokai que acabó tirado en el suelo, despotricando contra ellas. Las risas no tardaron el oírse.

    Sesshomaru relajó las facciones de su rostro, escuchar a esas dos niñas corretear a su alrededor le hacía sentir… bien. Dirigió una sutil mirada a la mujer inconsciente.

    0-0-0-0-0

    En lo más profundo de los bosques del oeste, donde los animales han dejado de vivir, donde se respira el miedo se alza una choza, la cual es habitada por una curandera yokai, tan fea como el pecado pero tan sabia, como la tierra.

    Por eso no se sorprendió al ver acercarse al dueño de oeste con una joven humana en su hombro derecho, ya era muy conocido y murmurado que su señor comenzaba a proteger a esos seres tan viles, como se les llamaba por los yokai, ella no tenía ningún problema con esos seres, se le hacían interesante pero lo que si le sorprendió fue ver a una pequeña niña, una copia en miniatura de su señor.

    ¿Cómo era posible? Se preguntaba.

    —Heilende Hande.

    —Aquí estoy, mi señor.

    Sayumi se ocultó un poco tras su padre, esa mujer le daba miedo, no le gustaba sus ojos con una combinación de negro y blanco pero de un predominante negro, dos ónix que parecían poder leer todo.

    —Revisa a esta mujer.

    La curandera bajó la cabeza en señal de respeto.

    —Enseguida.

    Cuando quiso tomar a Kagome en brazos, Sayumi apretó el pantalón de su padre inconscientemente al ver los dedos arrugados acercarse a su madre, él lo notó.

    —No, dime donde la pongo.

    Si a la Yokai eso le pareció extraño, no lo demostró, con un movimiento de mano señalo el interior de su morada, Sesshomaru se adelantó a lo que Sayumi le siguió de cerca con miedo a alejarse de su padre.

    Hande les siguió, cuando Sesshomaru posó a Kagome en el lugar indicado, se adelantó para ver a esa humana, posó una de sus manos en los ojos firmemente cerrados y la otra en su pecho a la altura del corazón, buscaba información. Un espasmo recorrió el cuerpo de la curandera y se giró bruscamente a ver a su señor con sorpresa, nunca se hubiera imaginado lo que acababa de descubrir.

    —¿Has dado tu sangre a una humana?

    Sayumi no entendió porque la yokai estaba bastante sorprendida, tanto como para que sus manos –ahora alejadas de su madre- temblaran.

    —Eso no es de tu incumbencia, haz tu trabajo.

    —Pero-

    —Tu trabajo.

    La yokai se mordió la lengua antes de volver a enfocarse en la humana, ahora la miró con más atención, no venía nada excepcional en esa mujer además de sus poderes espirituales de baja categoría si no fuera por eso pensaría que era una humana del montón, ¿porqué su señor le había dado algo tan valioso como su sangre?, ¿qué tenía esa mujer?

    Su mente audaz y calculadora no encontraba la respuesta, por una vez en su vida algo no cuadraba pero entonces cayó en cuenta, la niña.

    Sus ojos ónix analizaron de arriba abajo a la cachorra, algo no estaba bien. La niña aparentaba una edad de 6 o 7 años lo cual era imposible, para que una cachorra yokai alcanzara esa edad debían pasar por lo menos 60 años a menos que, volvió su vista a la Miko que tenía recostada…

    —Un sello tal vez…

    Eso explicaría el crecimiento tan acelerado junto a la capacidad cognoscitiva que podía entrever en esos ojos asustadizos, el sellado de su sangre yokai ocasionaría que creciera al ritmo de un humano común pero que aprendiera el triple de lo normal, el sellado tan sólo dormiría su yoki pero la cual estaría latente en otras cuestiones.

    —Una joya.

    Sesshomaru frunció el ceño ante las incoherentes palabras de la curandera.

    —Heilende Hande.

    La voz de él sonó amenazadora.

    —La humana no tardara en despertar —musitó—, la tardía reacción es porque su cuerpo se está acostumbrando a la nueva sangre en su interior.

    —Bien.

    Con paso seguro se acercó para volver a tomar a la mujer inconsciente, sólo quería constatar que la mujer viviría. Hande al ver que su señor ya se retiraba le paró.

    —Mi señor, ¿podría dejarme a la niña?

    Sayumi se estremeció y por instinto de supervivencia su mano ya estaba sobre la empuñadura de su espada, lista para desvainar de un movimiento.

    —No. Vamos, Sayumi.

    Los oídos de la mujer repararon en el significado del nombre de la niña, entonces lo supo.

    —Su hija es poderosa, mi señor —Sayumi retrocedió un paso al percatarse de las palabras de la yokai—, pero necesita guía, yo se la proporcionaré.

    —No —volvió a repetir—. Sé cuáles son tus intenciones, Hande, no la toques. Sayumi ve con Rin, yo te seguiré.

    La niña no esperó a que se lo repitieran, salió rápidamente para ir al inicio del bosque en donde habían dejado a Rin y a Jaken por la seguridad de la primera, detuvo sus pasos al darse cuenta que no la seguía pero no quiso volver por lo que siguió su camino sin tomar en cuenta que su vida pendía de un hilo.

    —Mi señor…

    —He dicho no, Hande —gruñó—. Ten cuidado con esas ansias de poder, te permito estar en mis tierras porque me eres de utilidad pero rompe cualquier ley implantada a ti y te eliminaré. No me gusta que se acerquen a mis posesiones.

    —¿Posesiones? —preguntó con un toque de ironía—. ¿Sólo eso son, mi señor? Porque he de iluminarlo, si fueran meras posesiones como dice no hubiera dado su preciada sangre a una simple humana, no cuando sabes las consecuencias de ese acto.

    —Ten cuidado con esa lengua, Hande.

    —Se ha ablandado.

    Por respuesta obtuvo un brusco empujón que la dejó tendida con la punta de la espada de su señor en la yugular, ¿cómo le hizo para dejar a la humana que tenía en su brazo en el suelo rápidamente? No tenía ni idea.

    —Te lo advertí.

    —He de disculparme, mi señor, no fue mi intención ofenderlo.

    Sesshomaru clavó a Tokijin en la palma de la curandera, que soltó una especie de gemido de dolor ante tan acción, se había equivocado, su señor seguía igual de peligroso. Ella no se preocupaba por la herida, sanaría en unos segundos cuando el retirara la espada y esperaba fuera pronto.

    Ahogó un gemido de dolor, apretando fuertemente sus amarillentos dientes. Sesshomaru gruñó al ver como contenía ese dolor que veía en la cara y en los ojos de esa yokai.

    —Quedas advertida, Hande.

    Con un medio giro se retiró del lugar, caminando sin prisa no sin antes inclinarse a tomar a Kagome.

    Hande se sentó para sobar su mano herida, que ya comenzaba a cicatrizar, frunció el ceño al haber perdido semejante joya.

    Una sonrisa macabra se formó en sus labios.

    —¿Posesiones? Oh, mi señor, la sangre de la niña es lo que hace que usted necesite protegerla, es esa sangre que le ata a la cachorra… ¿sabe que pasara si Sayumi muere? —Detuvo su monólogo para tomar aire—. Usted perdería si interés en la vida… pero eso ya lo sabía, ¿no es así? Por eso tomó la decisión de darle vuestra sangre a esa humana, si Sayumi llega a morir su sangre no se alterara pero no tendrás que atarte a la Miko para vivir, tan sólo deberes procurarla…

    Se reincorporó para dirigirse al umbral de la puerta y recargarse contra el umbral.

    —A menos que te enamoraras.

    0-0-0-0-0

    Sayumi sonreía al ver a Yaken despotricar contra su pequeño pupilo, que no quería hacerle caso, Rin se encontraba a su lado, sentada armando coronas de flores, su madre le contó que la niña le encantaba tejer esas coronas, cuando le preguntó el por qué, su respuesta le sorprendió.

    “Las coronas son tributos que les da a las personas que pierden la vida en la batalla contra Naraku”

    Bajó la mirada, sus ojos seguían los rápidos movimientos pero certeros que Rin hacía para entrelazar tallo con tallo, se sobresaltó al ser descubierta por unos ojos chocolates que brillaban.

    —¿Quieres aprender?

    —Sí —contestó instintivamente.

    Se arrodilló mientras la contraria le pasaba varias flores, en unos minutos ya sabía la técnica para entrelazar los tallos firmemente y son equivocarse, no entendía bien pero pareciera que sus preocupaciones por su madre se minimizaron, hacer coronas le tranquilizaba.

    —Sesshomaru-sama.

    Se sobresaltó al oír como Rin llamaba a su padre, levantó la vista y se dio cuenta que no fue capaz de percatarse de la presencia del él, sus ojos se movieron a su madre que seguía inconsciente.

    —¿Ella…?

    Sesshomaru intuía que no hablaba de la mujer que tenía sobre su hombro derecho.

    —No te molestará.

    Un inmenso alivio la inundo, por unos momentos temió que la dejara con esa yokai, suspiró mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios. Se acercó a él al ver que dejaba a su madre a la sombra de un árbol, Rin la siguió igual después de recoger las flores para seguir armando las coronas.

    Sesshomaru se alejó de ellas, queriendo estar un momento en silencio tenía mucho que reflexionar porque Hande tocó la fibra. Gruñó.

    0-0-0-0-0

    Sus parpados temblaron, su cuerpo ya había parado de quemarle por dentro ahora sólo quedaba un leve cosquilleo, el recuerdo de lo que fue, entreabrió sus ojos hallándose con un cielo estrellado, completamente despejado y salpicado de brillantes puntos plateados.

    —Que… hermoso…

    Se sorprendió al oír su voz patosa y rasposa, al parecer el haber estado sin utilizar su voz por más de un día le había resecado la garganta, se llevó una mano a su cuello masajeándolo.

    Se reincorporó con ayuda de sus codos, no reconocía el lugar al parecer estaba en un claro, recostada al pie de un gran árbol, ladeó su rostro para encontrar dos pequeñas figuras recostadas arrulladas por el crepitar del fuego y el calor de la misma, sin poder evitarlo sonrió al ver esa tierna escena, sus ojos se desviaron a la fogata donde encontró la figura encorvada en Jaken que al parecer se había quedado dormido sentado, soltó una suave risa para luego sentir como algo se restregaba a su costado, alzó el brazo para ver mejor.

    —Hola —murmuró al ver a Kitto, lo tomó entre sus brazos para que éste se acomodara mejor—, ¿cómo has estado?

    —Kyu —fue la suave respuesta, lleno de cariño.

    —¿Has cuidado bien a Sayumi, verdad?

    Kagome sonrió ante una lamida proporcionada en su mejilla.

    —Lo tomaré como un sí.

    —Has despertado.

    Se sobresaltó, un sudor frío bajo por su columna al escucha esa voz tan seria y carente de sentimientos, a su memoria llegaron de golpe los recuerdos que la llevaron a querer morir, las lágrimas acudieron a sus ojos, sus manos temblaron.

    —…

    Sesshomaru entendió ese silencio, el silencio de saber que se hizo algo mal y se arrepentía.

    —Sayumi se alegrara de verte despierta.

    Cogiendo valor se levantó para poder darse la vuelta y encarar al yokai, se estremeció inconscientemente y retiró su mirada, no pudo sostener la mirada tan fría y severa que le dirigió él… lo sabía, después de verlo a los ojos lo supo, la culpaba de todo. Esas palabras “Sayumi se alegrara de verte despierta” no las sentía.

    —Yo…

    —Ya va a amanecer, Sayumi no tardara en despertar, cuidado con tus palabras.

    Para ella eso fue como una bofetada para su persona, sus hombros se deslizaron para abajo en señal de impotencia, no sabría como la vería Sayumi de ahora en adelante, tenía miedo de ver en esos ojos dorados decepción y desprecio… por alguna razón no soportaría esa mirada.

    —Lo siento.

    —¿Te disculpas de tu cobardía? No es necesario —ella le miró directamente—, los humanos son débiles e inútiles.

    Algo en esa última descripción le enojo, apretó fuertemente sus dientes.

    —Cometí un error, lo acepto —murmuró con la rabia destilando en sus labios—, pero no por eso soy inútil.

    —¿No? —Él debía haberse enojado pero le divirtió el hecho de defenderse ante sus palabras—. ¿Lo dice quién se quiso suicidar?, ¿quién no puede hacer que el hibrido deje de ver a esa muerta?, ¿quién no puede alzar el arco sin temblar?, ¿quién depende de sus aliados para sobrevivir?

    Ella se sorprendió al escuchar por primera vez a él decir más de 6 palabras, a pesar de que esas fueran insultos a su persona, después retiró su vista puesto que en sus palabras había verdad.

    Cruel verdad.

    —Yo seré fuerte —musitó aún con su mirada clavada en el suelo—, me haré más fuerte —levantó su mirada con firmeza—, haré que Inuyasha se arrepienta de haber elegido a Kikyo en vez de a mí y… ¡tú te tragaras esas palabras de desprecio!

    Tenía sus manos apretadas fuertemente en forma de puños y su mandíbula tensada, Kitto se removió incomodo al sentir como Kagome apretaba más sus brazos contra su pecho, ella al sentir el movimiento su enojo se evaporo.

    —Kitto perdón.

    Sesshomaru al ver que la atención de la morena se desvió, dio media vuelta para alejarse y perderse por el bosque pero su retirada fue cortada por una voz.

    —¡Espera, ¿a dónde vas?!

    —Sayumi.

    Ese simple nombre que salió de sus labios, basto para que la morena se volteara para alcanzar a ver a la niña desperezándose y bostezando abiertamente, una ternura infinita se apodero de su pecho antes de avanzar hacia ella.

    Sesshomaru antes de seguir su camino se tomó unos segundos para mirar los cambios que había tenido la morena y que ésta ni se había percatado.

    Kagome se detuvo para mirar sobre su hombro al yokai que desaparecía entre los árboles, sin poder evitarlo su mente le trajo el recuerdo de los labios de él sobre los suyos.

    —Sesshomaru…

    Sayumi alcanzó a oír entre bostezos ese suspiro y en su mente sonrió, sabiendo que pronto todo comenzaría.

    Continuara.
     
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  6.  
    andi-chan

    andi-chan Entusiasta

    Géminis
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    olaaaaaa
    hace tiempo que no leia tu historia y como siempre te quedo hermoso
    sobre todo cuando sesshomaru defendio sus "posesiones"

    espero la proxima conti

    bye,bessos
     
  7.  
    Ámbar

    Ámbar Rey

    Aries
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    Ola, muchas gracias por tu invitación, como siempre tu sorprendiendome con tu manera de escribir;), te habias tardado demasiado (mucho) , pero valio la pena esperar, estube encantada de tu capitulo pero medio molesta al saber que te tomaras el lujo jxjxjxjxjx de demorarte por el otro...jajajajaja , pero vale la pena..!! ya que tu historia es una de las mejores que eh leido:) y que me ah atrapado, te ruego k continues pronto xk si no te hago una demanda..!! no, no seria capaz, ni modo te tendre que esperar, espero que llegues a lo emocionante..!! me despido

    atte: tu malvada lectora:+Seishira
     
  8.  
    very very

    very very Iniciado

    Leo
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    hola!! madre miaa,me encanta como esta siguiendo el fic,es muy emocionante.
    Me gusta ver a sesshomaru preocupado x su hija y como le cuida,jjejej y kagome también me encanta esta sufriendo y no debería.Sayumi ahora esta con sus padres,jeje
    Me encanta el fic,xaa,continualo pronto!!:)
     
  9.  
    liisseth

    liisseth Entusiasta

    Capricornio
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    Konichiwa ^u^ Me alegro que al fin pusieras actualización :b la esperaba con ansias... ¿Consecuencias? e.e Yo quiero saber... Lo que yo entendí fue que (me sentí como en la primaria escribiendo eso xD) Sesshomaru-sama le dio su sangre a Kagome-chan por beneficio propio, si Sayumi-nee muriera, ¿su sangre no lo volvería loco? Y solo tendría que ¿enseñar? a Kagome-chan a defenderse y él se podría ir a donde quisiera pero como dijo Hande... No lo podría hacer si se enamorara... ¡Esto es confuso! Pero eso es lo que hace interesante a tu historia, espero que vayas aclarando este misterio si no no podre dormir (Vaya... Hasta a mi me confundio) Vamos Yumi-chan, tenemos que ir a amenazar a mas escritoras y ver a Lord-sama (Yeii!) Esta chica dice:

    — Cambio y fuera
    ¬ |•‡•_|[°o.Liizeeth--Annahhi.o°]|_•‡•|¬?
     
  10.  
    FiraLili

    FiraLili Usuario común

    Aries
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    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    3508
    Disclaimer: Inuyasha no me pertenece ni ninguno de sus personajes.

    Advertencias: ¿OoC? Fallas de ortografía.

    Advertencia 2: Este FF igual lo subo en FanFiction.net por lo tanto si lo ven ahí no se preocupen :D no me fue plagiado ni nada, si lo ven en otro lado avísenme.

    Dedicatoria: A Fer-kun, que me ha hecho salir de mi pozo hondo de depresión por no saber si seguir escribiendo o no. Gracias mi pequeño amado.
    Viaje al pasado
    Destino… ¿roto?

    —¡Es tu culpa!

    Inuyasha apretó los dientes al tiempo que desviaba su vista, tenía firmemente cruzados sus brazos sobre su pecho, escuchar las reclamaciones de Sango, el llanto de Shippo y la mirada acusatoria de Miroku lo estaban poniendo a tono. No le gustaba el rumbo que estaba llevando la cosa.

    —¡Cállense!

    Shippo cortó sus sollozos y Sango su brutal repertorio de reclamos, al ver los ojos dorados de él brillar de rabia pero los ojos castaños de Sango alcanzaron a ver un rastro de angustia.

    —Seguro que fue a su época, ya volverá.

    A pesar de que esa afirmación logró animar al pequeño yokai algo les decía a los demás que no todo era tan fácil.

    —Pues estamos lejos de pozo, Inuyasha, hay que ir a buscarla.

    Sango llamó a Kirara, la cual se transformó rápidamente al tiempo que su dueña y Shippo en brazos de Miroku se posicionaban detrás de la castaña, Inuyasha comenzó a correr desesperado, tenía un mal presentimiento, se reprochaba por haber ido a buscar a Kikyo sin percatarse que Kagome no estaba dormida como lo creía.

    Cuando regresó de estar con Kikyo al amanecer, se dio cuenta de que sus compañeros ya estaban despiertos preparando el desayuno pero al verlo llegar solo se alarmaron, habían supuesto al no verlos, que estaban juntos.

    "¿No estaba Kagome contigo?"

    Esa pregunta desencadeno otras hasta que le sacaran donde había estado toda la noche y ahí comenzaron todas las reclamaciones.

    Gruñó al percibir con su olfato a monstruos, una clara batalla por el aroma a sangre y putrefacción en el ambiente, al querer desviarlos con una señal para no entrar en conflicto e ir más rápido se quedo paralizado cuando un sutil aroma le llegó, ya casi estaba desvanecido por la nueva sangre derramada de los demonios pero lo suficiente para reconocer de quien era.

    —¡Kagome!

    Los demás al oír ese grito y sentir las auras demoniacas muy cerca, se erizaron de terror.

    —¡Kirara rápido! —Sango dio la orden al ver a Inuyasha correr como alma que lleva el diablo, nada bueno podía salir de esa desesperación.

    0-0-0-0-0

    —Inu-

    Miroku agarró el antebrazo de su prometida, deteniéndola, los ojos azules se encontraron con unos castaños aguados, un dolor se instaló en su pecho antes de encerrarla en un abrazo.

    —Miroku —musitó desde el pecho de él—, debo… yo-

    —No —replicó en el acto—, ahora no, déjalo.

    Sango dejó de pelear para corresponder el abrazo y llorar, era fuerte nunca lloraba frente a sus amigas pero ahora no podía detener las lágrimas, no cuando Kagome ya no estaba con ellos.

    —¡¿Por qué ella?, ¡¿por qué Kagome? No debía haber muerto, ella no…

    Miroku tan sólo la sostenía firmemente entre sus brazos, tragándose su propio dolor y desesperación para poder consolarla, sus ojos se movieron hacia Shippo que estaba inconsciente después de un duro golpe en la nuca dado por el monje y a Kirara que le cuidaba, para luego llegar a un arrodillado hanyo en medio de un charco de sangre y cadáveres de monstruos.

    Al verlo así de destrozado no puedo evitar por unos segundos pensar que se merecía ese dolor, porque era el mismo que Kagome sufría al verlo irse con Kikyo, una parte de ella se desgarraba pero aguantaba y siempre esperaba su regresó con una sonrisa pero… no pudo seguir con ese pensamientos ya que Kagome había muerto.

    —Ya Sango, debes ser fuerte… tenemos que serlo, por Kagome, por Shippo —alzó el rostro de la castaña con suavidad, encontrándose con una mejillas sonrojadas y húmedas—, sobre todo por Shippo, él necesitara nuestros brazos y palabras, acaba de perder a la mujer que consideraba una madre.

    Se preguntó en qué momento Miroku habría aprendido a hablar de esa manera tan profunda, inhala hondo, dándose fuerza, era verdad lo que le dijo, Shippo necesitaría de ellos. Se aleja del cuerpo de su prometido para caminar hacia Inuyasha al prever que Miroku trataría de volver a pararla, apresura el paso, esta vez diría lo que iba a decir hace rato.

    —¡San-!

    El sonido de una bofetada se ve amplificada por el silencio que se crea después.

    Inuyasha viró la cara para poder ver de frente a la mujer, el dolor que sentía en la mejilla no era comparable al de su corazón pero le despertaron del trance en que había caído después de eliminar a esos corruptos seres, su mente no procesaba que Kagome estuviera muerto, su Kagome, no podía ni quería aceptarlo… y todo por su culpa.

    —¡ES TU CULPA! ¡TU MALDITA CULPA! ¡¿Sabes que ella te esperaba cada mañana con una sonrisa a pesar de saber con quién había estado?, ¡¿sabes que ella a pesar de sus reproches y peleas, siempre terminaba por estar a tu lado? ¡No sabes todo lo que ha sufrido y llorado por ti y ahora ¿qué sigue? ¡Dime!, ¿qué sigue?

    Al ver que tan sólo se dignaba a mirarla su enojo creció más, lo tomó del cuello de su traje de fuego para hacerle reincorporarse un poco.

    —Esto Inuyasha, esto pesara en tu conciencia.

    Le liberó con brusquedad antes de agacharse, recogió el arco y carcaj con flechas que era lo único que quedaba de su amiga, maldijo y lloró.

    0-0-0-0-0

    —¡Kagome!

    Ésta que ya se sentía mejor y más libre que antes gracias a la sangre yokai que ahora contenía parte de su cuerpo, el cual se desarrolló ligeramente sintiéndose ligera y ágil, algo que no sentía con su anterior yo. Se volteó al oír su nombre, tuvo que abrir rápidamente sus brazos para coger a la niña que se abalanzó contra su persona, rió a carcajada limpia después de cerciorarse que la infante, estuviera completa.

    —Perdón, Kagome.

    Sayumi seguía aferrada a su madre, a pesar de la precaución con la que la trató los primeros días vio que eso sólo le hacía daño decidió que por el momento olvidaría esa noche… pero de que quería enterarse, quería pero no ahora, no mientras el recuerdo fuera reciente y pudiera lastimar.

    —No importa, ¿qué paso?

    La morena era feliz, tenía a Sayumi a su lado sin que esos ojos dorados le vieran con despreció o compasión, esos ojos tan hermosos demostraban felicidad y pureza.

    —Nada —musitó con una sonrisa—, sólo que Rin y yo competimos para ver quien llegaba antes contigo y yo —se apuntó a sí misma con orgullos después de alejarse un poco— gané.

    —¡Porque hiciste trampa! —Rin llegó resoplando y sonrojada por el esfuerzo de correr—. ¡No se vale usar tus poderes!, ¡es injusto!

    Sayumi le sacó la lengua.

    —Los poderes son parte de mí, así que si es válido.

    —¡No!

    Una discusión comenzó en el lugar entre risas y uno que otro fruncido de ceño, ajena a esta escena se hallaba Sesshomaru, mirando desde lejos, dejando que sus ojos brillaran con rabia y frustración.

    —Amo, usted… —Yaken no continuó, no porque Sesshomaru le fulminó con la vista sino porque no sabía cómo continuar con lo que quería decirle.

    —No me enamoraré de una humana y mucho menos —giró el rostro que había volteado para hacer callar al pequeño yokai, de regresó a las 3 personas que jugaban—, de ella.

    Yaken no hizo comentario alguno, por alguna razón las palabras de su amo no le parecían, sabía que si Sesshomaru no se enamoraba de esa humana Sayumi desparecería y… a pesar de que le hacía rabiar, ya le tenía un gran cariño.

    —Ve a decirles que continuaremos.

    Sin esperar respuesta o acción de parte de su sirviente, giró sobre sus talones para caminar con dirección desconocida, por lo que Yaken se apresuró en ir a buscarlas.

    Los pensamientos tranquilos de Sesshomaru se transformaron en un caos a penas el selló de la niña se liberó, había quedado atado a Sayumi de inmediato, su sangre yokai le obligaba a protegerla a costa de su vida si por él fuera no se haría cargo de ella, por eso no podía negarse a las peticiones que le hacía, entonces decidió que era mejor entrenarla para que pudiera sobrevivir sin ayuda, los días que le observó no pudo sino enorgullecerse de lo poderoso que era la cachorra hasta que lo descubrió, descubrió quien era su madre. Gruñó con disgusto, era imposible no reconocer esas palabras que Sayumi dijo después de su primera pelea, era imposible no acordarse de ellas… esa maldita humana que se atrevió a desafiarlo, ¿cómo podría ser su pareja?

    Pareció algo tan inverosímil, tan inimaginable por eso decidió ir en busca de respuestas y tuvo que encontrarse con la persona causante de toda su frustración, esa humana no iba a hacer su pareja, era inútil y débil, no la necesitaba pero sabía que al tomar esa decisión Sayumi desaparecería y su sangre enloquecería porque ya tendría reconocido la existencia de la niña, por eso no dejó por ningún motivo que Sayumi diera su sangre eso hubiera significado que él tendría que unirse a la fuerza con la humana por lo que prefirió dar la suya a pesar de que eso daría a lugar un pacto antiguo, él la procuraría y cuidaría hasta que ella decidiera que querría hacer.

    Pero no le diría nada de ese pacto, era mejor que no supiera. Ladeó un poco la cabeza al oír pasos apresurados y encontrar a las dos niñas jalando a Kagome para que corriera más rápido.

    Apretó fuertemente sus colmillos, cuando se acerca a Sayumi su personalidad se hacía más cálida, no debía permitir eso.

    0-0-0-0-0

    —¿Cómo está?

    La mujer negó sutilmente.

    —¡Ahhh! No pensé que de verdad se fuera a poner así —musitó el yokai antes de poner una mano en su barbilla, en pose pensativa—. ¿Kitzuna?

    —¿Sí?

    —¿Por qué Renard tuvo que enamorarse de Sayumi?

    La kitsune encaró una ceja ante tal cuestionamiento, bufó algo burlona antes de acercarse a Sef y rodear su cintura con sus brazos, escondiendo su rostro en el pecho contrario.

    —¿Acaso el corazón elige de quien enamorarse?

    El jefe de la tribu no pudo evitar recordar su primer encuentro con Kitzuna, con la mujer que ahora tenía apresada a su cuerpo, la mujer a la que amaba con toda su alma, suspiró algo contraído de tener que darle la razón a ella… aunque no quería ver a su hermano menor sufrir.

    —¿Pero porqué la cachorra de Sesshomaru?, ¿no pudo enamorarse de una kitsune de la tribu?

    —Tú hiciste que la cuidara esa vez, abstente a las consecuencias.

    Sef suspiró si esa vez hizo que la siguiera y cuidase era para que Renard comenzara su entrenamiento para convertirse en guerrero, aunque notó la leve atracción que sintió por Sayumi no pensó que fuera más allá, después de todo la cachorra aún era una niña pero se equivocó, Renard desarrolló un sentimiento más poderoso que la atracción.

    —Lo sé… yo igual me equivocó al tomar decisiones, bueno creó que es momento en hablar con mi pequeño hermano.

    Kitzuna rió.

    —Eso será gracioso de ver —comentó con una sonrisa burlona.

    Rodó los ojos ante el descaró de su pareja pero no pudo evitar inclinarse para robar un beso suave y después separarse para guiñarle un ojo con total descaro.

    La yokai al verse liberada de los brazos contrarios no evitó que una suave risa se escapara de sus labios, tocó sus labios con las yemas de sus dedos, le parecía increíble que Sef al final le hubiera elegido pero era sumamente feliz.

    Muy feliz.

    —¡Renard!

    El yokai cerró los ojos con un mohín de molestia al escuchar la voz de su hermano, no quería verlo.

    —¡Vamos, Renard, se que estas ahí arriba!, ¡baja de ese árbol, tenemos que hablar!

    —¡NO!

    Ahora fue el turno de Sef de hacer un mohín, se cruzó de brazos pensando en que hacer o decir para que Renard bajara.

    —Estar enamorado te vuelve solitario, ¿eh?

    —¡No estoy enamorado! —Renard inconscientemente se había dejado caer enfrente de su hermano, con la mirada refulgiendo de rabia.

    —¿No? —preguntó divertido ante la manera tan defensiva de contestar—. Entonces podré decirle a algunos jóvenes de la tribu que si está disponible, porque ya les había dicho que no puesto que pensé que estabas enamorado de ella.

    Bien, tal vez se hubiera pasado al decir esas palabras pero ver la cara roja de la furia del menos no tuvo precio.

    —¡No puedes hacer eso!, ¡ella es la hija de uno de los lord!

    Sef hizo una pose pensativa, sabía que eso molestaría a Renard.

    —Si Sayumi se enamora no creo que Sesshomaru pueda intervenir en esa decisión, después de todo es la elección de la cachorra, ¿no crees?

    Renard desvió la vista ante esas palabras, odiaba cuando su hermano le hablaba con la razón.
    Es que no podía pensar siquiera en que de verdad estuviera enamorado, si, le atraía de alguna forma, tenía curiosidad de conocerla, ver que ocultaba tras sus ojos dorados firmes y profundos, tras sus sonrisas de reto y alegría, quería saberlo todo. Cerró sus ojos mientras golpeaba su frente con la mano… tal vez si estaba enamorado.

    —Sí… es la decisión de Sayumi.

    —Y tú quieres ser ese yokai, ¿no?

    —Cállate —replicó antes de dar media vuelta y perderse entre los árboles.

    —Bueno… no fue todo un desastre —sonrió al ya no ver a su hermano menor—, ahora veamos que te depara el destino, Renard.

    0-0-0-0-0

    —¡Levántate! —Jaken tenía una dura mirada mientras el kitsune se levantaba gruñendo—. ¿Acaso eso es todo?

    Kitto se abalanzó contra el yokai, éste le espero paciente para luego darle un certero golpe con el báculo de dos cabezas, haciéndolo retroceder. Sayumi sonrió ante el combate que tenían Jaken y Kitto, aunque pensaba que el yokai verde no sabía pelear que equivocada había estado. Tal vez no le gustara ver pelear a Kitto porque no quería que se lastimara no podía sino sentirse orgullosa al ver la determinación de no ceder.

    —¡Aggghh! ¡Eso es trampa maldito kitsune!

    Kitto salió corriendo hacia los brazos de la heredera del oeste, quien soltó una carcajada al ver la mordida que tenía Jaken en su brazo derecho.

    —Kitto eso no fue amable —reprendió la niña con la risa escapando en cada palabra—, ve a disculparte.

    El kitsune movió sus orejas hacia abajo mientras que su cola paraba de ondular.

    —No, no me veas así, ve a disculparte con Jaken.

    Pasaron unos segundos antes que él apoyara sus patas delanteras sobre el pecho de ella y lamiera su mejilla, para bajarse de un salto e ir a restregarse contra las cortas piernas de su maestro.

    —Cachorro sin modales —murmuraba al verlo restregarse de esa manera pero sin poder evitar dejar salir una pequeña sonrisa.

    —Quien lo diría —Sayumi ladeó un poco la cabeza para ver a su madre acercarse con suavidad—, al parecer Jaken si sabe pelear.

    Sayumi asistió pero antes de poder contestar fue otra voz quien intervino.

    —El señor Jaken fue el general de un gran ejército, por supuesto que sabe pelear.

    Rin se acercó con una sonrisa tierna llevando en brazos varias frutas.

    —¿De verdad? —Kagome no estaba tan segura de eso—. Bueno como nunca le vi pelear pues pensaba que no lo hacía.

    Rin levantó la cabeza pensando.

    —Pues ahora no pelea como antes, ahora su tarea es cuidar de nosotras.

    Sayumi tomó varias frutas para aliviar la carga a la otra y escondió una sonrisa, si Jaken oyera que ya estaba siendo tomado por niñera se enojaría.

    —Sayumi-nee, Sayumi-nee mira, Sesshomaru-sama ya regresó.

    Cuando los ojos dorados chocaron con unos del mismo color pero más severos algo se agitó en su cuerpo y se sintió desfallecer.

    —¿Sayumi?

    Kagome había notado el ligero temblor de sus piernas y el sudor que bajaba por su frente, su piel estaba demasiado pálida.

    —¡¿Sayumi estás bien?

    —S… sí…

    Algo apretaba su pecho duramente, algo que comenzaba a impedir que respirara como normalmente lo hacía, algo estaba mal… muy mal, lo último que vieron sus ojos fue como Sesshomaru desviaba su mirada y dejaba de mirarla, después todo se volvió oscuro.

    Continuara.

    ¿Les gusto? Espero que sí y sólo para que sepan más o menos los significados de los nombres de los personajes que invento.

    Sayumi= Mi princesita, princesita.

    Renard= Zorro.

    Sef= Jefe.

    Heilende Hande= Manos que curan.

    Los demás nombre fueron inventados de la nada y no tienen un significado en específico como Kitto y Kitzuna.

    Aunque aquí Kagome no se ve aún dispuesta a entrenar, en el próximo capitulo pasara algo que la hará pedírselo a Sesshomaru ;D
     
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  11.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
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    Fer-chan es tu Fer-kun forever <3
    ¿Sabes qué? Tuve que volver a leérmelo para comprender -nuevamente- ciertas cosas, aunque nunca me quejo de éso. Me encanta leerte los Sesshomes <3 y en FF.net también :8 allá más organizadito el historial de textos (? Well, no tanto pero al menos dice de qué pareja es. ewe

    Yo sé que tú sabes que ambas sabemos que amé el capítulo <3
    Es que no sé es taaaan awww~

    Primero que sus amigos pensaran que Kagome estaba muerta fue algo duro, especialmente para Sango. Dime, ¿quién no pensaría eso al encontrar aquel agudo olor de sangre de aquella persona a la que estimas combinada con las de auras demoníacas?
    No culpo a la castaña por comportarse así, simplemente cualquiera lo haría si descubriera que por "culpa" de uno el otro se "murió". Y que, en otra parte -justo en el momento- ella esté despertando y se entere de lo qué sucedió es completamente perfecto.

    Pero sobre todo, ¡Dios! Aún cuando Sesshômaru sabe quién es su pareja, con quién procreó a Sayumi ¿cómo no aceptarla? ¡Vamos Sessho! Es el destino, no lo puedes cambiar. Ya sabes que la pareja me encanta y más el cómo la manejas porque no exaltas al demonio en una personalidad tan salida a la suya pero lo haces demostrar su sentir ¡y eso me fascina!

    Oh, ¡pero espera! Que Renard se enamorara de Sayumi fue la gota que colmó el vaso. ¡Espectacular! Ya quiero ver aquellas hormonas de padre en nuestro daiyôukai. Sería tan sexy, ¿apoco no? °-° Jaja Sef, no seas malo con tu hermano está bien burlarse pero no tanto (?' LOOOL

    ¡Oh por Dios! ¿Por qué rayos se desmayó? D: ¿Cómo puedes dejarlo ahí? Vamos nee-sama nú seas mala <3 Me encantó, simplemente magnífico. ¡Awwww~! ¿Ves? Ya me emocionaste :'c Ahora iré a fangirlear en FF.net para leer algo más tuyo :8
    Te amú~ <3

    Otra cosa de la que me doy cuenta recién es que en vez de "Yaken" es "Jaken" con "J" no "Y" y lo llamas así de vez en cuando x'D Es que primero lo escribes con "Y" luego con "J" luego otra vez con "Y" y se hace un revoltijo :0


    Técnico :3 Well, aquí sólo remarqué muy poco porque me entretuve más leyendo que ni qué, para qué mentir x'D
    Verbos en pasado, tildación en la última sílaba.
    Dónde/Donde

    Dónde es palabra tónica y recibe una tilde diacrítica cuando tiene valor interrogativo (1) o exclamativo (2). Esto afecta también a los casos en que se utiliza con preposición (en dónde, de dónde, etc.), lo que incluye, naturalmente, las diversas variantes de adónde en una o dos palabras, como se puede comprobar en los dos ejemplos siguientes:

    (1) ¿Y tú adónde vas con esa mochila? [Antonio José Ponte: Contrabando de sombras]
    (2) ¡A dónde vamos a parar! [Francisco Nieva: Nosferatu]


    Lo mismo vale para las oraciones interrogativas y exclamativas indirectas:

    (3) Me preguntó el inglés de dónde venía [Isabel Allende: Afrodita]
    (4) Pero mira dónde ha ido a romper los pantalones este chico [Miguel Delibes: Madera de héroe]

    Dónde (con tilde) se puede sustantivar anteponiéndole un determinante, característica que comparte con los otros interrogativos y exclamativos:

    (5) Y dejemos el dónde para otro cuándo [José Luis Najenson:Memorias de un erotómano y otros cuentos]

    Se pronuncia átono y se escribe sin tilde el homófono donde en su uso como pronombre relativo, ya sea con antecedente expreso (6) o sin él (7):

    (6) era mucho mayor que mi madre cuando se casaron, en Mallorca, dedonde era originario [Matilde Asensi: El origen perdido]
    (7) ella levantó de pronto la vista hacia donde yo estaba [Javier Marías:Mañana en la batalla piensa en mí]



    Verbo pasado.
    Quién/Quien

    Quién y su forma plural quiénes se escriben con tilde diacrítica cuando tienen función interrogativa (1) o exclamativa (2):

    (1) ¿Quién irá a darle cuerda a los relojes ahora? [Carlos Fuentes:Gringo viejo]
    (2) ¡Quién lo diría viéndolas tan elegantes y risueñas! [Vicente Blasco Ibáñez: Arroz y tartana]

    Es fácil reconocerlos en esta función porque se pronuncian como palabras tónicas. También pueden aparecer con tilde diacrítica y pronunciación tónica en las correspondientes oraciones indirectas de tipo interrogativo (3) y exclamativo (4):

    (3) A nadie le cupo duda de quiénes eran los responsables de su muerte [Isabel Allende: Eva Luna]
    (4) Hombre, mira quién llega ahí [Lauro Olmo: Pablo Iglesias]

    No es muy frecuente, pero sí posible, la sustantivación de quién anteponiéndole un determinante, como en el siguiente ejemplo:

    (5) [...] pues negado el quién no me podía preguntar el para qué [Pilar Nasarre: El país de Nunca Jamás]

    Se escriben sin tilde estas formas cuando son átonas, como en (6) y (7):

    (6) Hay personas con quienes no valen los propósitos buenos… [Benito Pérez Galdós: Tormento]
    (7) Quien tiene alegría ya ha recibido el premio máximo y no echa de menos nada [Fernando Savater: Ética a Amador]

    Su función es entonces la de pronombre relativo, que se puede presentar con antecedente expreso (6) o sin él (7).

    Existe una expresión, no obstante, en la que, a pesar de pronunciarse tónico, ha de escribirse sin tilde: cada quien, que podemos parafrasear como ‘cada cual’. No es muy frecuente, pero no está de más que la recordemos:

    (8) La vida de cada quien no le atañe más que a él [Augusto Roa Bastos:Vigilia del almirante]
    En ocasiones, la presencia o ausencia de tilde puede dar lugar a contrastes de significado. Comparemos las oraciones (9) y (10):

    (9) Todavía me acuerdo de quienes me ayudaron cuando tenía problemas
    (10) Todavía me acuerdo de quiénes me ayudaron cuando tenía problemas

    El quienes de (9) es un pronombre relativo que se pronuncia átono. Podemos parafrasear la oración como Todavía me acuerdo de las personas que me ayudaron. En cambio, en (10) tenemos una oración interrogativa indirecta con un quiénes tónico. Viene a ser como decir: Todavía recuerdo una cosa: quiénes me ayudaron.

    En cualquier caso, y salvo la pequeña excepción señalada en (8), nos encontramos ante uno de los usos de tilde diacrítica en interrogativos y exclamativos que podemos resolver de oído.

    En vez de o era la a, dedazo :3
    Noté otras cosillas entre acentos diacríticos y uno que otro dedazos que, al re-leer, te darás cuenta de en dónde se encuentran. Ciertamente no remarqué todos, sólo algunos para darte ejemplos. Así cómo éstos, cómo "demoníacas" y demás.
    Recuerda, Fira-chan, que existen varias clases de acentuaciones pero sólo dos tipos, ¿a qué me refiero? Bien:

    Existen las palabras prosódicas (son las que se pronuncian fuertemente en la sílaba sin llevar acento) y las cartográficas (las que sí llevan acento en la sílaba), dónde se desglosarían las siguientes clases:

    x.X.x Agudas x.X.x /acentuación en la primera sílaba/
    x.X.x Graves x.X.x /acentuación en la segunda sílaba/
    x.X.x Esdrújulas x.X.x /acentuación en la tercera sílaba/
    x.X.x Sobre esdrújulas x.X.x /acentuación en la cuarta sílaba/

    Creo que con ésto es más que suficiente para que tengas una idea de cómo emplearlas, igual podrías optar por éste pequeño juego/cuestionario que trata de lo mismo: Ingresa aquí, acá, un poco de ésto y aquello [well, éste último es un Índice de reglas ortográficas].
    Sin más, esperaré la continuación. Gracias por la dedicatoria e invitación, vida mía. ¡Te amo!
    At: Fer-chan.
     
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  12.  
    Monyc

    Monyc Entusiasta

    Virgo
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    Valla, valla...!! Valio la pena la espera, aunque no me gusto que Sango, Miroku y Shippo pensaran que Kagome esta muerta. Me gustaria mucho saber como es que se van a enterar o darse cuenta de que eso no es cierto y sobre todo como es que van a reaccionar al darse cuenta que esta con el mas guapo de todos.
    Ademas Leer como es que Sessho se enamora de Kagome por que hasta el momento no ha mostrado mucho interes por ella. Espero pongas pronto el siguiente capitulo.
     
  13.  
    FiraLili

    FiraLili Usuario común

    Aries
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    Título:
    Viaje al pasado. [Sessho&Kago]
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    Romance/Amor
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    Disclaimer: Inuyasha no me pertenece ni ninguno de sus personajes.

    Advertencia: ¿OoC? (tengo la tendencia de a veces no poder controlar a Sesshomaru :´D) Faltas de ortografía.

    Advertencia 2: Este FF se publica en FanFiction.net con el mismo seudónimo que aquí, FiraLili.

    Viaje al pasado
    Mi dolor, tu dolor

    —¡Sayumi, Sayumi, Sayumi!

    Kagome acomodó la cabeza de la ambarina sobre sus rodillas, sus manos temblaban al revisar a la pequeña al igual que sus labios, los segundos pasaban y Sayumi no reaccionaba, algo estaba mal, de pronto su respiración se detuvo al ver que la cachorra no tenía pulso… su pulso se había detenido.

    —¡SAYUMI!

    La recostó rápidamente en la hierba para poden su oído sobre el pecho contrario, nada, no había latido. Su estupefacción se convirtió en desesperación, levantó un poco las rodillas de Sayumi y comenzó con el masaje cardíaco, colocó la palma con los dedos abiertos y el talón de la mano sobre la parte inferior del esternón para luego poner su otra mano sobre la primera, estiró los brazos poniendo su espalda recta. Empezó el masaje pero las lágrimas le impedían ver bien.

    Rin lloraba en silencio, mirando con Sayumi parecía no querer despertar, como la vida se le iba poco a poco.

    Sesshomaru se limitaba a ver la escena, sí, le costaba presenciar eso pero era lo mejor, se dio media vuelta para macharse, necesitaba alejarse.

    —¡¿Adónde vas?!

    Él sabía quién le llamaba, tenía la respiración agitada y la angustia en su voz.

    —No te interesa.

    —¡¿NO ME INTERESA?! ¡Tu hija se está muriendo, maldición!, ¡ayúdame! ¡AYÚDALA!, ¡SESSHOMARU!

    Se paralizó, el último grito de ella, en ese tono desgarrador y diciendo su nombre le paralizaron, no podía irse… no podía dejarla… dejarlas.

    Kagome ahogó un grito de desesperación al no oír respuesta de él, ¿acaso no le interesaba su hija?, ¿por qué no? Esos pensamientos rondaban por su mente mientras seguía aplicando el masaje.

    —No mueras… Sayumi… no mueras —murmuraba con aprensión—, Sayu-

    Sesshomaru sujetó a la mujer por la parte de atrás de su ropa para separarla de la niña, la sintió removerse y gritarle, no hizo caso, miraba fijamente a Sayumi, no respiraba pero no veía a los mensajeros del otro mundo, ¿qué demonios pasaba? Era imposible que Sayumi no tuviera alma, todo ser vivo tenía una, se le era otorgada al momento de su concepción… entonces la mente de Sesshomaru se iluminó, el alma de Sayumi no existía aún, por eso los mensajeros no venían, no podían llevarse un alma que ni siquiera habían dado.

    Kagome no entendía nada, Sesshomaru sólo se limitaba a verla, no hacía nada, intentó alejarse, separarse de él pero le tenía bien agarrada por la cintura y al parecer no tenía intención de soltarla.

    —¡Sesshomaru, suéltame debo salvarla, debo…!

    —Ella se pondrá bien, ahora.

    —¿Qué?

    Volteó para ver que en ese preciso momento Sayumi daba una bocanada, buscando aire, ladeó su cuerpo buscando estar cómoda mientras tosía. Rin se apresuró a ayudarle dándole ligeras palmadas en su espalda, las lágrimas aún recorrían sus mejillas pero ya no contenía tristeza sino alivio y felicidad. Kagome sintió que su espalda tensa se relajaba y sin ser consiente apoyó su cuerpo contra el de Sesshomaru, quien se tensó pero no la apartó. La morena respiraba tranquilamente, su alma ya se había liberado de la presión que se instaló segundos después de ver a Sayumi desvanecerse.

    La heredera ya menos asustada levantó su mirada hacia donde sus padres se encontraban y en vez de alegrarse al ver ese acercamiento, sus ojos se volvieron oscuros, penetrantes… asustados.

    Ágil y rápida fue lo que pensó Jaken al verla reincorporarse e ir a separar a los adultos, presa de una angustia atormentante, empujó a Sesshomaru para abrazar por la cintura a su madre después de que consiguiera que él la soltara. En su mente revuelta y confusa había algo concreto que le asustaba.

    Su padre no quería que naciera.

    Cerró los ojos aferrándose a Kagome con fuerza, temblaba y la morena relacionó ese temblor al susto de ese ataque cardiaco, porque de eso estaba completamente segura, lo que sufrió Sayumi fue un ataque al corazón… aunque la causa la desconocía.

    —Tranquila, tranquila —murmuraba con adoración al tiempo que se deja caer sobre sus rodillas para acodar a la niña en sus brazos y apretarla contra su cuerpo—, ya ha pasado, yo cuidaré de ti.

    Pero esas palabras no lograban el objetivo de calmarla, no después de lo vivido en su mente, no después de enterarse que su padre no quería su nacimiento.

    —Quiero… quiero irme, Kagome —las lágrimas bajaban silenciosas por sus mejillas infantiles—, quiero irme.

    Kagome la estrechó más fuerte al escuchar esas palabras, se había decido a hacer todo por Sayumi, haría hasta lo imposible… no entendía que era lo que se apoderaba de su mente para protegerla pero no importaba, ahora a la pequeña sólo la cuidaría ella, y nadie más. Y para eso, desvió su mirada hasta posarla en Sesshomaru, tenía que hacer algo primero.

    0-0-0-0-0

    —¿Segura que estás bien?

    Sayumi asintió lentamente, se encontraba en perfectas condiciones, Kagome sonrió a la respuesta, entonces se reincorporó, hacía un rato que había colocado a la cachorra a la sombra del árbol para estabilizarla y se quedó con ella, pero ahora tenía que hablar con Sesshomaru.

    Se levantó con la decisión y determinación resonando en su pecho.

    —Ahora vuelvo, niñas.

    —¿Kagome?

    Pero ella no volteó ante el llamado de Sayumi, debía hablar con ese yokai cuando aún tenía la fuerza para enfrentarlo, Jaken siguió los pasos de la humana con la mirada, en su mente una idea de lo quería la mujer se materializó pero no dijo nada, prefirió ir a donde se encontraban las niñas para distraerlas.

    Kagome jaló un poco el cuello de su blusa, al estar a menos de 2 metros el nerviosismo se apodero de su cuerpo, le vio sentado contra el tronco de un árbol, o eso alcanzaba a ver ya que estaba casi de espaldas a él. Se detuvo, sería mejor hablarle de esa manera y no de frente, le constaría menos.

    —Sesshomaru —comenzó murmurando, se rascó su antebrazo izquierdo con sus uñas intentando controlar su nerviosismo—, yo… bueno, no te he dado las gracias por haberme salvado la vida, sé que estaba al borde de la muerte y… bueno… gracias.

    No recibió respuesta alguna, o señal siquiera de que la hubiera escuchado pero ella estaba segura de que sí la había oído, estaba a metro y medio, ¿cómo no iba a escucharla con semejante oído que poseía? A pesar de no obtener respuestas seguiría ahí, parada, hablándole.

    —Sesshomaru… quiero pedirte un gran favor, tal vez no sea el momento más adecuado pero debo hacerlo, yo necesito que me entrenes.

    ¡Listo! Ya estaba hecha la petición, ahora debía esperar la respuesta pero tardaba en llegar, la incertidumbre se acrecentaba y le ahogaba, sin poder controlarse terminó por acercarse y ponerse delante de Sesshomaru para darse cuenta que éste tenía los ojos cerrados y la cabeza ligeramente agachada… se hallaba dormido.

    Parpadeó perpleja, había estado hablando con un Sesshomaru dormido, apretó sus dientes con enojo, tanto que le costó hablar y resultaba que no le escuchaba.

    —¡Maldición! —exclamó por lo bajo—. Maldito Sesshomaru, mira que estar dormido ahora, tú-

    —Silencio.

    La voz de ella se detuvo abruptamente, sus mejillas se colorearon de un rojo fuerte al ver los ojos dorados mirando los suyos con molestia.

    —E… ¿Estabas despierto?

    —Esa es una pregunta estúpida.

    Kagome terminó sonrojándose más de lo que ya estaba, desvió sus ojos y apretó sus brazos contra su cuerpo, mordiéndose el labio.

    —…¿y?

    Sesshomaru si creyera que entornar los ojos no fuera algo tan humano lo hubiese hecho, esa humana era en verdad una atolondrada.

    —No.

    —¡Pero-!

    —He dicho no.

    Frunció el ceño ante esa clara negativa, su tono no daba a replicas pero no contaba con la terquedad de la morena, quien bufó con enojo.

    —¡Enséñame!

    —N-

    Al saber ya con anticipación le interrumpió rápidamente:

    —Enséname y me iré —esas palabras lograron la completa atención del Taiyokai, que le miró con los ojos entrecerrados pero con una pizca de curiosidad muy bien disimulada, pero que ella logró captar—, me iré para no volver a molestarte, enséñame a combatir para no necesitar depender de otros… pero cuando me vaya me llevaré a Sayumi conmigo.

    No pudo adelantarse a una respuesta porque no había nada que indicara una, no en esos ojos tan insípidos pero hermosos, el viento jugó con las cabelleras y unas débiles risas llegaron hasta ellos, eso logró distraer la atención de Kagome para hacer que diera unos pasos de forma horizontal para alcanzar a ver a las niñas reír mientras veían a Kitto correr siendo perseguido por Jaken, esa imagen pudo hacer que olvidará a Sesshomaru y embozar una suave sonrisa llena de tranquilidad. Él yokai miró esa fase de expresiones hasta la última que fue la sonrisa, algo que le llamó la atención, era una sonrisa diferente… pero que estaba seguro de haber visto.

    Se reincorporó con facilidad y elegancia, lo cual atrajo la atención de ella a él de nuevo logrando que su sonrisa decayera. Entonces lo recordó y la odio por hacerle recordar eso, esa sonrisa era la que Izayoi tenía cuando veía jugar a Inuyasha cuando era un cachorro apenas, para que esa sonrisa se convirtiera en un rictus de miedo al ver a las personas acercarse para hacerle daño a su niño… sí, él observó todo eso porque buscaba matar a Inuyasha, cosa que nunca logró, esa mujer era simplemente una molestia, demasiado buena, demasiado bondadosa, esos ojos que siempre le vieron y nunca temblaron, él la odio por no temerle a él pero si a los humanos.

    Esa sonrisa era una maternal.

    —Humana estúpida —espetó al recordar a la madre de Inuyasha.

    Kagome tomó un rictus de molestia al pensar que esas palabras fueron dichas para ella, por lo que se cruzó de brazos.

    Le dio la espalda, ella interpretó esa acción como una completa negativa, suspiró, dando vuelta igual para volver con las niñas aunque fue detenida.

    —Lo haré.

    —¿Eh? —Se volteó pero tan sólo vio su espalda, cuando su cerebro procesó esas dos palabras, una sonrisa comenzó a asomarse por sus labios pero se borró al recordar algo—. ¿Y Sayumi?, ¿podré llevármela?

    Un tenso silencio se extendió antes de que la respuesta llegara.

    —Se irá contigo.

    Ajena a la conversación y de la sensación de felicidad que llenaba a Kagome, Sayumi reía sin tener conciencia de que podría… desaparecer.

    0-0-0-0-0

    —Shippo por favor come algo —suplicó la exterminadora, intentando acercarse al pequeño.

    —No quiero —refutó.

    —Ship-

    —¡No quiero! —exclamó con enojo antes de trepar por uno de los árboles que les rodeaba y llegar hasta la copa para estar solo.

    Los ojos castaños se ensombrecieron con rapidez, al verlo desaparecer entre las ramas y hojas, sus fuerzas le abandonaron dejándose caer de rodillas, de su mano derecha soltó el pescado insertado en un palo a su lado. Miroku se adelantó rápidamente para ayudar a su prometida, la sujetó por los antebrazos para levantarla, en poco tiempo el grupo se había dividido, tan sólo a dos días de enterarse de la muerte de su amiga, ahora veían cuan unidos los mantenía la morena, porque en esos momentos nada parecía igual.

    Shippo se cerró, no quería ver a nadie ni hablar con nadie, el dolor de perder a la mujer a la que veía como una madre fue un gran golpe, ahora en sus ojos ya no se encontraba la dulzura e inocencia, en ellos se reflejaba oscuridad.

    Sango no podía cruzar una mirada con Inuyasha sin poder discutir, la tensión entre ellos era demasiado palpable, si se mantenía juntos aún era por Miroku, quién se había vuelto el intermediario… pero hasta él sufrió un cambio, sus sonrisas picaras y divertidas se extinguieron para pasar a una solemnidad impropia y desconocida.

    —Sango —musitó con precaución.

    —Estoy bien —replicó para hacer un movimiento y zafarse pero él no se lo permitió.

    —No estás bien, ve a descansar yo me encargaré de Shippo, ve a dormir, que eso te falta.

    Ella le miró con enojo antes de rendirse ante la mirada de preocupación que le brindaba, asintió logrando con eso que le dejará libre. Caminó hacia donde se encontraba la fogata, al llegar se percató de que Inuyasha no se encontraba, normalmente permanecía alejado pero visible, su mente conectó ese hecho con el otro de que toda la tarde estuvo impaciente, claro, iba a verse con Kikyo. Escupió al suelo con rabia, a pesar de que su amiga ya no estuviera con ellos, no tenía la decencia de no irse a ver con la sacerdotisa después de que precisamente eso fue lo que ocasionó todo.

    —Te odio, Inuyasha.

    Miroku alcanzó a escuchar esas palabras tras haber ido a cerciorarse que de verdad fuera a recostarse, comenzaba a tener miedo, Sango estaba guardando rencor y temía que su alma quedará contaminada, mucho más de lo que ya está por la lucha interna que tiene por su hermano Kohaku. Alzó la vista para captar una de esas serpientes cazadoras de almas, suspiró y regresó sus pasos para intentar hacer que Shippo bajará para comer algo, lo que hiciera Inuyasha empezaba a importarle un comino.

    0-0-0-0-0

    El agua acariciaba los dedos de sus pies descalzos, a pesar de no poder sentir por completo las sensaciones si alcanzaba a sentir lo helado, tan sólo eso podía sentir frío y calor… su cuerpo de barro y huesos no sentía la caricia del viento o del agua, nada. Caminó adentrándose más al lago, la noche le rodeaba no disfrutaba el aire perfumado.

    —¡Kikyo!

    Se detuvo al escuchar semejante grito, ladeó su cuerpo para apreciar la figura masculina de Inuyasha, se veía agitado y… afligido, antes que él pudiera decir alguna cosa ya sabía que esos ojos llenos de angustia eran por Kagome. Algo se retorció pero desanduvo sus pasos para llegar hasta él, quien la apresó entre sus brazos con desesperación.

    —Inuyasha.

    —Kagome ha muerto —esas palabras la llenaron de confusión—, y fue por mi culpa.

    No logró comprender mucho cuando algo cálido se extendió poco a poco sobre su hombro, lágrimas, lloraba por alguien que no era ella, lloraba por otra mujer… lloraba por Kagome.

    Trató de librarse de esos brazos pero le fue imposible, no quería estar ahí, así para Inuyasha, no quería sentirse el paño de lágrimas de él… no si esas lágrimas eran por su reencarnación.

    —Suéltame, ¡Inuyasha, suéltame!

    Se apartó de un brusco empujón, él la miró con todavía el rastro de agua salada en sus ojos y mejillas, desvió la cabeza intentando ocultar ese deplorable rostro.

    —Escúchame —espetó—, no vengas a buscar consuelo en mí, porque no te lo daré.

    —Kik-

    —Vete, Inuyasha.

    Se alejó al tiempo que sus serpientes la rodeaban y le elevaban, alejándola del hanyo que le miraba herido.

    Inuyasha ese dolor que sientes no es el mismo que sentiste cuando te enteraste de mi muerte, a pesar de que me odiabas tu amor debió ser más grande… pero no fue así, no lloraste mi muerte.

    0-0-0-0-0

    —No debiste ir, Inuyasha.

    Éste se detuvo al escuchar esa voz salir cerca de la fogata, alcanzó a divisar una figura encorvada la cual se reincorporó para darse vuelta y encararlo.

    —…

    Antes se hubiera hecho al desentendido, aunque en esos momentos ya casi nada le importaba, su amistad con los muchachos se hacía segundo a segundo más frágil, ni siquiera podía permanecer más de unos minutos juntos antes de que las riñas explotaran.

    —Debes ser consciente de esto, Inuyasha, no eres el único que sufre por la señorita Kagome pero… eres el único que parece que no sufre.

    —¡ESO E-!

    —Lo sé —interrumpió—. Sé que eres quien más sufres por ella, eso no lo pongo en duda pero Sango no lo cree así, ella… ella te odia —los ojos ambarinos brillaron con fuerza y tristeza, Miroku se dio cuenta—, por eso tienes que intentar acercarte a ella y a Shippo, sino los perderás. Buenas noches, Inuyasha.

    Se dirigió a donde Sango estaba acurrucada contra Kirara, quien se encontraba transformada para brindarle calor a su dueña y al pequeño Kitsune que Miroku había logrado bajar después de una larga charla, ahora, se encontraba entre los brazos de la castaña, a pesar de la sonrisa que tenía su infantil rostro había señales de que estuvo llorando.

    —¿Por qué tú no me…?

    —¿Culpas? —Miroku le daba la espalda con sus ojos fijos en Sango—. No es eso, Inuyasha, te hago responsable de que la señorita haya huido pero de su muerte… de eso no te culpo, estoy seguro que si hubieras sabido que estaba en peligro habrías ido sin pensarlo dos veces para acudir a su rescate.

    Inuyasha tembló y encontró verdad en sus palabras. Cabeceó aunque el moreno no lo pudiera ver, se dio vuelta y subió hasta un árbol para pasar la noche… toda su cabeza era un embrollo.

    0-0-0-0-0

    Kagome miró al cielo estrellado, un presentimiento en su pecho le había despertado y ahora no podía dormir, el día anterior que habló con Sesshomaru, éste se marchó y no había regresado… aún no, aunque Rin le dijo que era algo normal.

    —¿Qué es esto? —preguntó tocándose el pecho—. Hay algo que está mal… Inuyasha.

    Ese nombre sonó amargo en sus labios, le hirió pero no podía sacárselo por completo de la cabeza.

    —¿Lo extrañas, verdad?

    Se volteó para encontrarse con Sayumi que se veía abatida, la luz de la Luna le daba un halo de hermosura sin igual.

    —Sí —terminó por contestar, no le mentiría.

    En esas palabras encontró que su madre no tenía cavidad para nadie más en su corazón… nada parecía estar yendo como su madre le contó… nada.

    Se adelantó para quedar al lado de su madre.

    —¿Por qué no regresas con él? —Kagome captó tristeza en su voz, tomó la muñeca de la niña para jalarla y acurrucarla en sus brazos.

    —Porque primero tengo que entrenar para poder llevarte conmigo, ¿no quisiera venir conmigo?

    Eso quería, quería estar junto a su madre, como antes, pero también quería a su padre, quería que le abrazará, le sonriera aunque sabía que era imposible. Se abrazó a la cintura de Kagome y rompió en llanto, algo que asustó a la morena.

    —¿Sayumi qué pasa?, ¿te encuentras bien?

    La niña no contestó, se limitó a llorar y seguir llorando porque desaparecería, no podía evitarlo. Kagome no tenía ni idea de que hacer, ni siquiera sabía en primer lugar porque lloraba, sin pensar mucho un tarareo salió de sus labios, una melodía triste pero consoladora.

    Sayumi fue arrullada porque reconocía esa voz, ese tarareo… su canción, la que le había compuesto cuando nació, ¿cómo es que la sabía?, ¿acaso…? Sus pensamientos fueron haciéndose más profundos, más pesados hasta que su conciencia cayó en un sueño profundo, sin pesadillas, con su canción resonando en su cabeza.

    Kagome igual se sumergía en sus sueños poco a poco, teniendo a su lado a la pequeña parecía que sus malestares se esfumaban, como si no existiera nadie más que Sayumi y ella. Se precipitó hacia atrás para recostarse en la hierba con Sayumi a su lado, se quedó profundamente dormida sin saber que era vigilada.

    Sesshomaru salió de entre los árboles para acercarse a las dos mujeres, vio y oyó todo, las miró por un largo rato, si las dejaba ahí estaba seguro que la morena se resfriaría, gruñó antes de volverse y perderse entre los árboles.

    Kagome sonrió ajena a todo eso, acurrucándose más contra Sayumi sin saber que al rato dormiría arrullada por el crepitar de una fogata y adormecida por una fragancia masculina.

    Continuara.

    Jojojo, ya les traje la continuación, no quería que me asesinaran.

    Bueno Fer-kun gracias, tal vez no mejoré de la noche a la mañana pero ya he apuntado tus consejos en mi libretita :D


    Si a alguien le gusta el SasuNaru he escrito uno :D
    http://fanficslandia.com/index.php?threads/saber-sasunaru.27728/
    FiraLili
     
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  14.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
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    Jojo, ¿sabes? Cada vez me gusta más <3
    Aunque ya lo haya leído jamás me aburriré de hacerlo porque simple y sencillamente me encantan tus Sesshomes <3 ¡Te digo! Sube "Sólo por ti" y haz un especial :c y no te preocupes, los cambios ocurren con el tiempo <3 no te pido que lo hagas de la noche a la mañana sólo que no los olvides corazón C:
    Jojo, SasuNaru promoción *-* Well, debes escribir más, ¿eh? x'D

    El capítulo fue increíble no sólo porque aún suena irreal que Sayumi pueda combatir a la muerte sólo porque no tiene alma sino, por la gran atracción en lapsos que está sintiendo Sesshômaru ¡pero Dios! El capítulo siguiente tampoco se quedará atrás. Por una vez en la vida adoré que InuYasa fuera con Kikyôu, ¿sabes cómo adoro a la miko? Aún más cuando le dijo sus verdades al híbrido c:
    Dime, ¿se puede cometer Bashing contra el hanyôu? x'D No-sé-porqué tengo ganas de trollearlo <3

    Es un gran paso para el daiyôukai el simple hecho de acercarse, observarla y ayudarla. Más aún cuando sus hormonas de padre están a flote, y es que, ¿cómo no con tal hija? Bien dicen que de tal palo es tal astilla ¿qué no?
    ¡Ja! Vamos Inu, puedes esforzarte ¿no tuviste suficiente con perder a la miko futurista? Si pierdes a las castaña y al kitsune relativamente pierdes, ya, la mitad de tu vida sólo faltaría el houshi y baa-chan.
    Si bien cometiste OoC fue muy bien explicado, hay casos en los que ya no sabes si hablamos de Sesshômaru o de InuYasha, ¿puedes creerlo?

    Vamos, Sayumi no desaparecerá; no tan fácilmente. Un verdadero acto de sentimentalismo departe de Sessho fue aceptar la ida de Kag y Sayumi, jaja.

    Vale, en lo técnico prácticamente reiteraré lo que mencioné con anterioridad:
    Debes tener en cuenta que al ser un texto largo deberás tomar más tiempo en re-leer ya que ciertos dedazos se escapan (y sí, incluidos acentuaciones y signos puntuativos). Digamos que no hay que ser detallistas en cosas que se te han remarcado, veamos con el tiempo si siguen o mejoran ¿va? Tampoco, cómo sé, es agradable al escritor que se remarquen continuamente los mismos errores :3

    Esperaré el siguiente capítulo con ansias amore mio <3
    Buen día.
    AT: Fer-chan.
     
  15.  
    marinamanaphy

    marinamanaphy Iniciado

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    Muchas gracias primero por avisarme de la continuacion :)
    Cada vez esta mas interesante y pobre Sayumi que ve que seshomaru no la quiere pero seguro que en el fondo i que la debe querer y me gusta como vas desarrollando la relación entre kagome y sesshomaru y ojala sango,shippo,miroku e inuyasha se enteren de que kagome esta viva pero se llevaran una gran sorpresa
    la ortografía , diálogos y descripciones muy bien hechas espero pronto la contiii :DDDD
     
  16.  
    FiraLili

    FiraLili Usuario común

    Aries
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    Escritora
    Título:
    Viaje al pasado. [Sessho&Kago]
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    10
     
    Palabras:
    5459
    Disclaimer: Inuyasha ni me pertenece ni ninguno de sus personajes, a excepción de Sayumi :D

    Advertencia: ¿OoC? Faltas de ortografía

    Advertencia 2: Este FF se publica en FanFiction,net bajo el mismo seudónimo de FiraLili.

    Viaje al pasado
    Gestos

    El amanece se acercaba, la oscuridad se rasgaba poco a poco era un hermoso espectáculo de luces y de un nuevo comienzo pero la persona que caminaba sin rumbo fijo no lo disfrutaba, su mente estaba 4 noches atrás, cuando Inuyasha fue a buscar consuelo en ella, le dijo que Kagome murió pero… algo no cuadraba con esa historia, deambulaba buscando alguna respuesta y entonces llegó a su mente, algo tan fácil y sencillo.

    —Kagome no ha muerto.

    Ahora lo sabía, si Kagome estuviera muerta las almas que aún quedaban en ella hubieran regresado a su cuerpo de barro y lo que se habría extinguido sería tan sólo su alma, sin ningún rastro de las de suyas.

    —¿En dondé estás Kagome?

    Con además obligó a una serpiente cazadora a acercarse.

    —Encuéntrala.

    La serpiente se alejó suavemente pero veloz, Kikyo se limitó a verla marchar, se preguntaba ¿dondé y qué se encontraba haciendo su reencarnación?

    0-0-0-0-0

    Sus parpados temblaron antes de empezar a abrirse lentamente, parpadeó alguna veces antes de poder mirar a su alrededor, el sol ya estaba saliendo se desperezó estirándose antes de sentarse y al hacerlo se dio cuenta que tenía a Rin y a Sayumi, cada uno a un lado suyo, sonrió para acariciar el cabello de ambas, se había encariñado tanto con las dos… ¿Sesshomaru le permitiría llevarse a Rin igual? Lo dudaba.

    —Ahhh —suspiró con un quejido—. Me duelen mis piernas y brazos.

    Era muy cierto, desde que le pidió a Sesshomaru que la entrenase ya habían sido 3 días de entrenamiento, se comenzaba a arrepentir, él era muy cruel con ella, no le dejaba descansar y la agotaba hasta quedar de rodillas sin aliento. Y lo peor es que ni siquiera le dirigía la mirada a no ser que fuero absolutamente necesario hacerlo.

    Respiró profundamente hasta que un peculiar y conocido aroma entró por sus fosas nasales, haciendo que abriera sus ojos que había cerrado al respirar, eso era algo muy curioso, ese aroma se presentaba cada mañana al despertar desde hace algunos días atrás, más en concreto desde esa vez que no podía dormir y se quedo a la intemperie con Sayumi y despertó sintiéndose cálida y mirando extinguirse el fuego de la fogata que ayer no había estado ahí, ese entonces no pensó mucho en eso, supuso que fue Yaken aunque ahora no estaba segura. Y seguía preguntándose sobre ese aroma, estaba segura de que ya lo había olido pero, ¿en dondé?, ¿de quién era?

    Sus pensamientos fueron interrumpido al oír unos pasos, ladeó su cabeza para ver a Jaken acercarse con unas frutas y a su lado venía trotando Kitto, una sonrisa se escapó de sus labios al darse cuenta de que tan unidos se volvían esos dos.

    —Buenos días, Jaken, Kitto.

    El kitsune corrió hasta brincar y echarse en los brazos de la morena mientras que el pequeño yokai bufada ante esa escena.

    —Sí —replicó como respuesta al saludo de Kagome.

    Kagome rió antes de dedicarse a mimar al kitsune, le acariciaba las orejas y la panza cuando de pronto una imagen se interpuso, una imagen diferente pero similar, la imagen de Shippo, parpadeó repetidamente al recordar a su pequeño amigo, la nostalgia se apoderó de su corazón y ojos, Kitto lo notó, con agilidad trepo hasta el hombro de ella y restregó su peluda cabeza contra la mejilla contraria.

    Kagome inclinó inconscientemente la cabeza hacía el kitsune, tan atrapada ha estado en entrenar y poder llevarse a Sayumi que había pasado por alto a sus amigos, ¿qué estaría haciendo?, ¿estarían preocupados?

    —Muchachos…

    Un suave golpeteó en su hombro hizo que saliera de su ensoñación.

    —¿Eh?, ¿Jaken?

    Le tendió una fruta.

    —Come, el amo te espera para comenzar el entrenamiento.

    —¡Gracias, Jaken!

    —Hump. Si no comes serás un estorbo para el amo.

    —De acuerdo.

    —Ve yendo —ordenó.

    Kagome dio una mirada a las niñas antes de asentir y levantarse, sacudiendo el kimono que Rin le había entregado dos días atrás, era como el de la niña la diferencia radicaba en el color que era de un azul celeste con estampados de luna menguante, que le quedaba antes de las rodillas aún recordaba las palabras de la niña.

    “Esté kimono es especialmente para usted, porque combina con sus ojos”

    —Ya voy.

    Caminó hasta donde debería estar Sesshomaru, sentía su poder por lo cual no era necesario preguntar su paradero, se internó entre los árboles hasta alcanzar el claro donde en medio permanecía Sesshomaru.

    —Disculpa la tardanza. ¿Qué haré hoy?

    —Escalar.

    —¿Eh?

    Señalo el árbol más grande y alto, medía tal vez… ¿12 metros? Le dio vértigo tan sólo en pensar subir a esa cosa, tragó un poco de saliva.

    —¿No podría correr? —preguntó con un temblor en su voz.

    La mirada tan fiera y rabiosa de él no daba aceptación a ninguna discusión, tragándose su miedo se acercó hasta ese monumental árbol y miró hacia arriba, otra vez el vértigo, sacudió su cabeza tratando de alejar eso, levantó una mano posándola en el follaje al igual que apoyó un pie se impulsó y…

    —¡Ahhh! —Se sobó su nariz, su pie había resbalado haciendo que se golpeará la cara—. ¡Demonios!

    Estaba enojada, se reincorporó y miró con desafió al árbol, lo estudió con más atención buscando algo para apoyarse, lograría escalarlo, a todo costo lo haría.

    Kagome empezó a subir poco a poco, resbalando y volviendo a subir, sin ser consciente de la mirada tan penetrante que Sesshomaru tenía para ella. Quería que fallara, que dijera que no podía más, que se rindiera… pero nada parecía hacerla retroceder, acataba con seguridad y firmeza, cuando le ordenaba alzaba la barbilla orgullosa y desafiante antes de hacer lo que se le ordeno y a pesar de lo duro, agotador seguía delante, estúpida determinación.

    Tan sumido en sus pensamientos se encontraba que no notó cuando la morena alcanzó por fin la primera rama, se aferró con uñas y manos para no caerse, resopló con una sonrisa orgullosa al observar su avance, se acomodó bien en la rama para no caer, daba gracias a que esta era gruesa y resistente, apoyó ambos pies para palpa la corteza. Sus ojos por unos momentos, tan sólo por unos segundos se desviaron a Sesshomaru, algo le llamaba en él, sentía que estaba a punto de perder algo valioso, su cabeza por momentos se encontraba revuelta y sentía que debía hacer algo, pero no tenía ni idea de que. Sus acciones no iban de acuerdo a su mandar, era inconsciente lo que llegaba hacer al estar alrededor de Sayumi, como esa nana que cantó… no conocía esa melodía ni nada, tan sólo salió, como si ésta ya estuviera dentro de ella y necesitará salir.

    Sacudió sus cabeza para centrarse en su entrenamiento, retomó su escalada con cuidado puesto que sus brazos y piernas estaban débiles, apoyo su pie derecho en la siguiente rama y estiró su mano para agarrarse y tener más equilibrio, iba a llegar a la cima, porque iba a llegar.

    Sayumi miraba todo esa escena desde la distancia, ocultándose a los ojos de su madre, no quería desconcentrarla tenía la leve impresión de que su padre sabía que estaba ahí, aunque aparentara lo contrario, no entendía nada… ¿cómo había llegado a enamorarse de su madre? Sí, le había contado historias pero ahora que las recordaba todas eran superficiales, abstractas… todo lo que le contó fue las partes donde Sesshomaru mostraba alguna clase de afecto a su madre, nunca le mencionó las dificultades que paso para enamorarlo o acercarse a él.

    —Mamá…

    El pie de Kagome se recargó en la siguiente rama, ésta crujió pero cuando quiso dar marcha atrás ya era tarde, su pie se precipitó a la nada, llevándose su cuerpo entero, trató de aferrarse a la corteza pero era lisa y no había donde clavar sus uñas, aunque no subió mucho la distancia hacia abajo podría lastimarla de gravedad, no matarla pero si romperle unos cuantos huesos.

    Cerró sus ojos mientras sentía como caía, las ramas cortaban y rasguñaba su piel, ropa y todo lo que encontraban a su paso, esperaba el duro golpe y el dolor de algunos huesos rotos además de los moretones… pero nunca llegó ese esperado golpe, tan sólo que dejó de caer rápido y sintió una presión en su cintura, abrió abruptamente sus parpados, no por haber sido salvada sino por el aroma que le llegó, el mismo aroma con el que despertaba cada mañana.

    —¿Sesshomaru? —musitó con duda al encontrarse con los ojos dorados de él, no lo creía, no podía creerlo.

    Éste al ver el tenue sonrojo que comenzaba a mostrar en las mejillas contrarias, la soltó. Kagome ahogó un grito de dolor al sentir el duro golpe en su espalda baja, pero a comparación del que esperaba fue una dulce caricia.

    —¡Kagome! —Sayumi llegó al lado de la morena al verla caer, tuvo miedo pues aún no era lo suficientemente rápida como para haber detenido su caída.

    —Sayumi —musitó con sorpresa antes de sonreír—. Perdona por hacerte preocupar, estoy bien.

    La Inu pudo respirar tranquilamente, se arreglo un poco sus ropajes los cuales se habían arrugado ante los movimientos tan bruscos y rápidos que hizo para llegar hasta Kagome pero no se dio cuenta que un pequeño brillo apareció entre sus ropas logrando atraer la atención de la morena.

    —¿Qué es eso, Sayumi? —preguntó con curiosidad, se le hacía muy familiar ese brillo.

    Ella parpadeó un poco confundida antes de sacar el fragmento de Shikon, Kagome se mostró muy desconcertada, no lo entendía, ¿por qué no sentía la presencia del fragmento aún viéndolo?

    —¿Por qué? —preguntó murmurando al ver el fragmento brillar en la mano de la pequeña—. ¿Por qué no siento la presencia del fragmento?

    Sayumi escuchó esas palabras sin entender, ¿su madre no podía sentir la presencia? Pero ella le contaba que una de sus habilidades era exactamente esa, buscar los fragmentos. Sesshomaru se volteó a ver a ambas, tenía el ceño fruncido, dio un paso para poder arrebatarle el fragmento a la niña, quien se sobresaltó para terminar mirándolo con temor, Kagome se sobresaltó igual al sentir de repente la sensación del fragmento que ahora brillaba opaco en la mano del yokai, se apresuró a tomarlo para purificarlo.

    —Vete —ordenó al ver a la menor mirando como el fragmento se purificaba al contacto de la mano de ella.

    —Pero —intentó replicar la Inu al percatarse de que a ella le era dirigida esa orden.

    —Vete.

    Sayumi dio una última mirada a su madre antes de emprender el camino de regreso donde había dejado a Rin con Kitto y Yaken, no se arriesgaría a intentar quedarse pero se sentía molesta, no le gustaba que le ordenarán tan bruscamente sin una razón válida.

    Kagome tan sólo la siguió con la mirada, por alguna razón no le agradó la forma en que la hecho de ese lugar pero no la defendió puesto que quería preguntarle algo a Sesshomaru y le necesitaba de un buen humor, bueno, que no estuviera tan molesto con ella le bastaba.

    —Sesshomaru —probó, obteniendo su atención por lo que prosiguió—, ¿por qué no sentí la presencia de la Shikon?

    Él tenía una suposición dado que Sayumi era completamente del futuro tenía una aura completamente diferente a las de pasado, la excepción a esa regla podría tratarse de la misma Kagome pero dado que ella era la reencarnación de una sacerdotisa de la época suponía que tendría almas de Kikio en las suyas propias por eso su aura se asemejaba a las de los humanos de las aldeas, por eso los demonios sentían la presencia del fragmento aún en las manos de Kagome, sin embargo, en dado caso la morena llegara a librarse de las almas invasoras su aura cambiaría completamente a la misma que la de Sayumi. Pero eso no se lo diría, sino sabría que Sayumi no era de este tiempo y haría conjeturas porque de lo que si estaba segura era que a pesar de ser humana no era nada tonta.

    —Ni idea.

    —Pero-

    —He dicho ni idea —replicó cortante—. Sigue escalando.

    Sin dejarle contestar se alejó, Kagome apretó fuertemente sus dientes para segundos después soltar un suspiro resignado, guardando el fragmento entre sus ropas volvió a dirigirse al árbol, se frotó sus manos con fuerza para volver a intentarlo, ya con más rapidez y agilidad que la primera vez.

    Tal vez si llegaría a la copa del árbol.

    0-0-0-0-0

    Rin sonrió al ver aparecer a Sayumi por uno de los tantos arboles de la zona, se acercó a ella mientras tarareaba una canción sin abrir sus labios, la Inu alzó la vista para toparse con la figura de la otra niña y no pudo evitar devolverla una sonrisa al ver en la contraria la misma expresión, era inevitable, Rin tenía una forma de ser que te embriagaba de inocencia y ternura.

    —Sayumi-nee, volviste —comentó—, pero no vuelvas a irte sin antes tomar algo de desayunar.

    —Sí, perdona.

    Tomó la muñeca de la menor para jalarla hasta donde Jaken y Kitto se encontraban sentados, al parecer gruñéndose el uno al otro, Sayumi escondió la risa que quería salir de su boca al ver la escena.

    Rin sintió un pequeño tirón, al ver de reojo a la otra alcanzó a ver que intentaba aguantarse la risa por lo que una sonrisa aún más amplia se dibujo en sus labios, no lo negaría antes la presencia de Sayumi logró incomodarla, al principio todo iba bien, siempre había deseado tener a una hermana menor, la protegería y mimaría, eso pensaba hacer pero la forma en que Sesshomaru giraba en torno a Sayumi le fastidió y le dio envidia, celos… sin embargo luego lo descubrió, sin querer claro, pero lo descubrió, el porqué Sesshomaru procuraba tanto a la menor, era su hija, le sorprendió cuando lo escucho salir de los labios de Jaken al estar sin querer pasando por uno de los tantos corredores de la casa de la luna.

    Al principio le costó asimilar esa información, cuando pudo digerirlo se sintió avergonzada de sus pensamientos de envidia anteriores, ella no debía molestarle que Sesshomaru estuviera más cerca de Sayumi, puesto que ésta no había venido a ocupar su lugar sino que era ella, la misma Rin, quien lo había estado usurpando aunque su mente de 9 años no alcanzaba a comprender por completo el significado de esa palabra.

    Pero Sayumi nunca dio muestras de estar resentida sino que era todo lo contrario, la trataba como si fuera alguien especial, como si fuera su hermana por eso ella olvido todo y se dedicó a ser la hermana mayor de la Inu.

    Jaken volteó la cara, incapaz de seguir discutiendo con ese pedazo de terco entonces al hacerlo halló a las dos niñas venir juntas, de la mano y con grandes sonrisas en sus caras, y recordó, recordó lo que una vez Rin le dijo, que quería, que siempre había anhelado tener una hermana menor, al principio pensó que era meramente un capricho para después enterarse que ella tuvo un hermano mayor al que quería e idolatraba, quien murió al igual que sus padres al ser asesinados por unos ladrones, aún recordaba las palabras de la niña

    “Entonces mi querido hermano me tomó entre sus brazos y me ocultó de los ladrones mientras me decía que no saliera, que pasara lo que pasara no lo hiciera. Él me protegió a pesar de saber que lo mataría… por eso quiero a un hermano o hermana menor, ahora yo quiero ser quien proteja a alguien”

    —Y pensar que quieres proteger a la hija de Sesshomaru, irónico —bufó divertido—, una humana queriendo proteger a una yokai.

    0-0-0-0-0

    El atardecer se acercaba mientras Kagome aún intentaba llegar a la copa, cosa que no había podido lograr durante todo el día, respiraba agitadamente, el sudor escocía en sus heridas y el dolor de su cuerpo le limitaba, se dejó caer sobre una rama con cuidado puesto que mientras más subía las ramas se volvían menos gruesas y debía cuidar no apoyar todo su peso o corría el riesgo de precipitarse y romperse algo… aunque por la altura era más probable que muriera.

    —Demonios.

    Su voz sonaba rara por la resequedad de su garganta, pasó el dorso de su mano sobre su frente intentando apartar el sudor cosa que no funciono muy bien, bufó molesta, sabía que Sesshomaru esperaba a que se rindiera, a que tirara la toalla pero ella no le daría ese placer, costara lo que costara terminaría todos sus entrenamientos, con esa determinación se empinó para alcanzar la siguiente rama, ya faltaba poco muy poco.

    Sesshomaru se encontraba recostado cómodamente al pie de un roble, con la espalda pegada al follaje, ahí había permanecido mientras miraba los lentos, inútiles, avances de la morena, era terca se decía, aunque mientras más rápido progresara, más rápido se iría con Sayumi… aunque obviamente no podía descuidarlas, hasta que el pacto llegara al límite.

    —¡Sesshomaru!, ¡lo logré!

    Despertó de sus pensamientos cuando escuchó semejante grito, alzó la cabeza para apreciar a la morena saludarle desde la copa, a pesar de que su cuerpo parecía estar al borde del colapso tenía esa maldita sonrisa que le molestaba al igual que ese brillo de seguridad y confianza.

    Se reincorporó sin esfuerzo para acercarse hasta el árbol donde se hallaba Kagome.

    —Bien —replicó—, ahora baja.

    Esas dos últimas palabras le borraron la sonrisa de la cara, “bajar”, siendo sincera Kagome no había pensando en eso, sólo le interesaba subir y subir… olvidó que debía bajar después.

    —Esto de —miró al suelo y le dio vértigo, se aferró con más fuerza a la corteza de donde se sostenía—… ¿podría ayudarme?

    —No.

    Eso fue una bofetada para ella, respiró profundamente para no insultarlo, con lentitud y algo de titubeo deslizó su pie derecho hacia abajo, tanteó la rama de abajo e intento bajar pero al hacerlo escuchó como crujía por lo que rápidamente regresó a su posición original.

    —Rayos… —musitó con miedo.

    —Baja.

    —¡No! —respondió.

    —¡Baja! —ordenó.

    —¡Que no!, ¡tengo miedo!

    Sesshomaru se cabreó, nadie le hablaba de ese modo, levitó hasta quedar a la altura de la mujer, quien no se percató de eso hasta que inconsciente levantó su cabeza y se sobresaltó al encontrarse con los ojos enojados de Sesshomaru, sin pensarlo dos veces, sin siquiera meditar los pro o los contras se soltó de su tan seguro lugar para abalanzarse contra el cuerpo contrario, olvidando por completo la armadura de él y que la podría lastimar, enrolló sus brazos alrededor de su cuello, por la adrenalina y el miedo no notó como los pinchos de la armadura de Sesshomaru se clavaban un poco arriba de su pecho pero él si lo notó… no por la sensación sino por el olor a sangre que le llegó a su sensible nariz, su rostro por unos segundos, unos fugaces segundos cambio bruscamente.

    —¡Cuidado!

    Intentó deshacer el agarre con su único brazo pero lo que consiguió fue que ella se aferrara más, gruñó.

    —Maldita humana…

    Sin perder un segundo más la sujetó de la cintura sin ejercer presión, sólo para asegurarse que mientras descendía no se atreviera a soltarse, al tocar suelo firme intentó volver a alejarla pero ella no cedía.

    —Suéltame ya estamos abajo —gruñó pero Kagome no atendía a razones, el miedo aún tenía paralizado su cuerpo y lo que le daba seguridad era aferrarse al cuerpo del yokai—. Oy-

    —¡No me sueltes! Por favor…

    Debía apartarla, tenía que apartarla pero… algo se lo impedía.

    Kagome tenía la mente en blanco, no pensaba y razonaba, ver la altura en que se había hallado fue demasiado, si bueno, volaba cuando Hachi se transformaba, o Shippo o hasta en Kirara pero por alguna razón al ver hacia abajo un vértigo horrible le aquejo, porque sabía que ahí no estaba ninguno de sus amigos para salvarla, por eso le atacó ese pánico y miedo, por eso al ver a Sesshomaru a su altura se aferró a él con uñas y dientes, como si de una tabla salvavidas se tratara y aún estando ya en el suelo no podía apartarse, tenía grabada en su mente la escena donde ella se precipitaba hacia abajo sin tener donde sujetarse, ni quien la salvara.

    Con eso en la mente afianzó más su abrazo entrono a Sesshomaru pero al hacerlo sin aviso soltó un gemido de dolor, porque inconscientemente se enterró más la armadura.

    El olor a sangre no dejaba de emanar sino la detenía podría desangrarse pero como bien lo había estado comprobando todo el día, era terca y una cabeza hueca, necesitaba darle algún shock para combatir el que ya tenía y para su desgracia sólo se le ocurrió uno que no tuviera que ver con usar la fuerza bruta.

    —Kagome.

    “Kagome”

    “Kagome”

    “Kagome”

    La morena parpadeó incrédula cuando su cerebro pudo procesar la información de esa simple palabras, de un nombre, de su nombre… dicha por Sesshomaru, ese yokai que le miraba con superioridad y desprecio, que le hacía poner sus fuerzas al límite, que parecía repudiar su presencia.

    Como si el sólo hecho de escuchar su nombre le sacara una gran pesada carga de encima logró por fin pensar con claridad, por fin pudo sentir como su pecho punzaba y sus dedos estaban engarrotados por la fuerza que ejercía sobre la tela de la vestimenta de Sesshomaru, se sonrojó al percatarse de la situación.

    Dios que he hecho —pensó con vergüenza.

    Dejó ir la tela con suavidad al tiempo que se separaba de él, algo muy doloroso para su cuerpo, mordió con saña su labio inferior al sentir el latigazo de dolor, Sesshomaru sosteniéndola todavía por la cintura fue la razón para que no cayera al suelo después de separarse, fueron milésimas de segundo antes de que por fin él la bajase con algo de brusquedad pero lo suficiente para haber hecho que la cara de Kagome se pudiera de un fuerte color granate, sus ojos se habían encontrado a la misma altura y muy de cerca.

    Azul contra dorado.

    —Vamos —ordenó sin dedicarle otra ojeada comenzó a internarse entre los árboles para reunirse con los demás.

    Kagome abrió la boca para exigir que le ayudara, a pesar de lo que había sucedido momentos antes, puesto que estaba muy herida pero al momento de pensar en eso se dio cuenta que el dolor ya estaba desapareciendo, se sorprendió ante tal cosa, miró sus brazos y pecho, a pesar de que había varias heridas profundas aún abiertas las demás, las superficiales ya estaban cicatrizando.

    —¿Cómo…?

    —¿Creíste que mi sangre no iba a cambiar tu metabolismo?

    Ella se sobresaltó al ver a Sesshomaru delante suyo, no se percató en el momento en que había regresado pero lo que le dijo fue lo que le llamó la atención.

    —¿Cambiar mi metabolismo?

    Se miró el cuerpo, observando con más atención el cómo sus heridas se cerraban raídamente a comparación de antes, porque antes tenía que esperar hasta una semana para que una herida tan profunda como las de su pecho cicatrizaran.

    —¡Woah!

    Sesshomaru nunca, desde que despertó después de casi suicidarse, había visto ese brillo de curiosidad, fue ahí donde por fin comenzó a ver las similitudes entre Sayumi y ella, porque más allá de físico aún no había podido localizar bien lo que las hacia familia. Claro que Sayumi había mostrado unas cuantas facetas de la morena pero hasta ahora no al contrario.

    Pero al verla con ese brillo en sus ojos azules y esa sonrisa distinguió a la pequeña… y hablando de ella, desvió su mirada al bosque donde Sayumi venía corriendo de la mano de Rin, seguidas por Kitto y un sulfúrico Jaken.

    —Perdóneme, amo Sesshomaru —musitó con prisa—, ya no podía detenerlas.

    —Hemos acabado.

    Kagome alzó la cabeza para ver a las niñas correr a su encuentro, sonrió para agacharse y esperar a que llegaran a ella, ambas se echaron sobre la morena.

    —Hola, ¿qué pasa? —preguntó cuando logró estabilizarse y no caer de espaldas.

    —¡Kagome-sama encontramos unas aguas termales!

    La morena sonrió encantada ante tal noticia, ya era hora de que pudiera relajarse.

    —¿Podemos ir contigo? —preguntó Sayumi con un brillo de suplica.

    —Claro, claro, vamos las tres juntas.

    Las dos niñas se reincorporaron ayudando a Kagome a hacerlo, para seguidamente jalarla con dirección a donde se encontraban esas aguas termales, sin saberlo Sesshomaru comenzó a ir en dirección contraria, pensando que el igual debía tomar un baño para poder quitarse el aroma a sangre de Kagome.

    —Tranquilas, tranquilas —la morena reía mientras oía discutir a las niñas por quien llegaría primero antes de perderse inocentemente giró su cabeza para ver como Sesshomaru se elevaba, se sorprendió al encontrarse preguntándose si volvería para estar con ella como cada noche.

    0-0-0-0-0

    —¡NO!

    Shippo tenía enterrada su cabeza en el pecho de Sango, quien fulminaba a la persona que se hallaba frente a su persona.

    —Sango —intentó Miroku de intervenir pero la castaña le regresó una dura mirada que lo aplacó.

    —No digas nada Miroku porque esta mujer —señalo groseramente con el dedo a Kikyo que le regresó una mirada sin alteración alguna—, no tiene nada que hacer aquí, ¡nada!

    Inuyasha no salió en defensa de Kikyo ahora sólo era un mero espectador, al ver a la pelinegra aparecer frente a su grupo con la loca idea de querer unírseles, no lo creyó, pensó que fue un juego de su mente pero al ver como a Sango le cambiaba el rostro supo que no fue una ilusión, ahora después de haberla calmado se sentaron para “platicar” mientras que Shippo se fue a refugiar en los brazos de la exterminadora.

    Kikyo no se mostraba en lo mínimo alterada por la hostilidad recibida, ya lo esperaba, paso un mechón de su cabello tras su oreja izquierda.

    —Yo sé que no soy la persona que quisieran ver pero esto que les pido nos beneficiara… a todos.

    —¿En qué? —preguntó con ironía Sango.

    —Ustedes quieren que regrese Kagome y yo sé cómo hacer eso posible.

    Era como si el tiempo se hubiera detenido no se oía nada.

    —Mentira.

    —No lo es —replicó Kikyo—, ¿no la esfera cumple cualquier tipo de deseo? Pídanle que resucite a Kagome y se los concederá, yo les ayudaré a reunir los fragmentos, siempre y cuando me protejan de Naraku.

    Parecía una buena idea, el dolor de perder a Kagome aún se encontraba presente y esa mujer les estaba dando una esperanza, ¿cómo rechazarla?

    Sango miró a Miroku, éste le regresó una mirada de aturdimiento antes de que en sus ojos se iluminase la esperanza.

    —¿Kagome volverá?

    La castaña bajó su rostro para chocar con los ojos de Shippo, encontró en ellos anhelo y suplica, tragó saliva antes de contestarle:

    —Sí.

    Kikyo reprimió una sonrisa triunfante, fue tan fácil, tan estúpidamente fácil, ella sabía la verdad, Kagome no estaba muerta su serpiente se lo confirmó pero lo más interesante es con quien se hallaba, con Sesshomaru.

    Interesante.

    Muy interesante.

    Levantó su cabeza para ver el cielo estrellado casi al mismo tiempo que Kagome ha varios kilómetros de ahí la bajaba mientras jugaba con las dos niñas en las aguas.

    Continuara.

    Un acercamiento entre Sesshomaru y Kagome, un raro acercamiento pero un acercamiento al fin y acabo. Kikyo planea algo, ¿bueno, malo?, ¿qué es lo que pasa por su mente?

    FiraLili
     
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  17.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
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    Tan exquisito como siempre, ¿qué decir?
    Mantienes aquella textura de los personajes tan viva, intentas jamás sobresalir de lo que es en verdad su carácter ¡y éso es esplendido! Digamos que muchos pensarían en el bashing pero yo sé que no porque tú quieres tanto a Kikyôu como yo (? x'D Well, no sé pero yo sé que la respetas :3
    Podría repetir reiteradamente cada error técnico que noté, pero te daré unos capítulos más para que los errores disminuyan, ¿te parece? La lectura es tan suave, tan fluida e imaginativa... tienes ése toque que te hace seguir leyendo y en ningún momento llega a lo meloso o tedioso, pues mantienes vivas sus personalidades.

    Lo sé, un raro acercamiento pero ¡tan hermoso a la vez!
    No sé, no sé... tengo tantas ganas de que descubran la verdad, pero la verdad es tan relativa que llegaría a la mentira. Y la mentira es sólo un espejismo que desean volver realidad. :8 ¡Dios! Me haces fangirlear <3 Esperaré el próximo capítulo amour C:

    Quizás Kikyôu intente algo de último minuto, engañando para conseguir aquella perla y protección sin odio. ¿Qué sucederá ahora que ella conoce la verdad?, ¿por qué la querrá?, ¿cuándo dejarás de hacerme fangirlear? >3
    Buen día Fira-chan. <3
    AT: Fer-chan.
     
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  18.  
    vampii

    vampii Iniciado

    Escorpión
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    oh my god! :) me encanta... simplemente me encanta... me es imposible quitarme esta curiosidad de encima!
    Ese sutil y raro acercamiento entre Kagome y Sesshomaru me ha encantado... enserio... que puedo decir? a sí gracias por avisar! ;) llevaba esperando este capítulo, me moría de ganas de leerlo y no me has decepcionado, tu escrito mantiene esa exquisita fluidez que tanto me gusta ya que en ningún momento llega a resultar tedioso de leer.
    xD Kikyo y sus planes... uff... enserio, no me termina de caer bien. xD
    Hay... me gustaría que descubrieran pronto que Kagome está viva... sobretodo por Shippo, es tan tierno que no me gusta verle sufrir :(
    Espero que lo continúes pronto.
    Ja mata ne! ;)
     
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  19.  
    Zil Kendrick

    Zil Kendrick Toro de Daffy ❤️

    Libra
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    Escritora
    Hola gracias por decirme de la conti... :)
    Bueno que te digo, no me gusto... me a encantado Kagome nunca se dará por vencida, bien sabemos que es una mujer fuerte, pero ser entrenada por Sesshomaru y no morir en el intento que mujer es Kagome.
    Que acercamiento con Sesshomaru algo interesante, por miedo lo abrazo y se olvido de que el la podía matar, mmm que lindo fue imaginarme ese momento, con sangre por supuesto por sus heridas provocadas, pero mmm que lindo fue.
    Ella se dio cuenta del aroma.... eso quiere decir....
    Espero que Kikyo no haga muchas cosas malas y mejor pida el deseo para que ella vuelva a la vida, y sea feliz con Inuyasha.

    Espero no tardes en subir la conti saludos y aquí se despide una de tus fieles lectoras
     
  20.  
    angel de luz

    angel de luz Iniciado

    Géminis
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    Escritora
    hoa soy nueva en tu fill me encanta la forma en que redactas me gusta espero que nada malo le pase a sayumi y que shesshomaru se enamore de kagome y que kikio no planee nada malo pero lo que mas me gusto es cuando kagome logro subir hasta la punta del arbol y no sabia como bajar y se lanzo sobre sesshomaru xD
    sinseramente fue fabulozo espero la contri por favor no te tades adios sayonara
     
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