One-shot de Pokémon - Vestido

Buena a todos que me leen, pues esta idea me surgió cuando revisaba mis futuros proyectos y justamente pasamos por una fecha en mayo y curiosamente esta idea casi le quedaba bien así que decidí ubicarla para ver qué pasaba y bueno, aquí lo tienen. (aunque el día de las madres ya paso, me tarde un poco en terminarlo T_T)

Otra cosa que si es verdad que todas mis historias entran en el mismo universo quise hacer de esta lo menos apegado a mi historia principal, dejando más un aire de misterio que un “oye si quieres saber qué significa eso lee esto” bueno los dejo leer y si surge alguna dada responderé a sus comentarios.

Vestido​

Las gotas de roció era la primera cosa que se podía notar en el campo después de una noche de intensa lluvia y aunque el día apenas comenzaba, las actividades tanto de personas como pokémon inician tempranamente en una comunidad conocida como Pueblo Paleta. En na pequeña casa una mujer de vestido naranja Salía bástate temprano, con un gran cesto y se despedía de su compañero pokémon el cual, con delantal y escoba, esperaría pacientemente su regreso y mientras la mujer se alejaba el pokémon lanzo un fuerte estornudo.

Como una tranquila caminata por el pueblo, pasando un camino lleno d árboles y flores llamativas, había llegado a lo que parecía una escuela, aunque al haber madres llevando a sus niños de las manos se pensaría que era en realidad un jardín de niños. La mujer quien entro en el lugar se dirigió hacia el interior de la pequeña escuela en la cual una mujer de cabello purpura oscuro y con una bata la recibía.


— Buenos Día Delia — saludaba mientras la dejo pasar.
— Buenos días Profesora Ivy.
— Veo que trae con usted en almuerzo, lamento molestarla con eso.
— No se preocupe después de todo quise aceptar el empleo debido a que no tengo mucho que hacer, además el dinero me hace falta—ponía el cesto en una
— Fue una Suerte que Oak me la sugiriera para este trabajo, aunque será solo temporal por lo que queda de la primavera— se acercó a la mujer y mientras le tocaba el hombro le dedicaba una sonrisa.

El día había comenzado y mientras los niños hacían alboroto en su salón, lanzado bolas de papel por los aires, dibujando pokémon con sus crayones y jugando con figuras de acción, parecía un problema el controlar este desastre, pero no fue ni una molestia para Delia quien con gran gesto entraba al salón.

— Buenos días niños — Entro saludando y llamando la atención de todos — Desde el día de hoy seré su maestra— sonrió y esa cálida sonrisa tenia encantado a todos los pequeños niños.

Después de pequeños juegos infantiles, pintar con crayones y tener un almuerzo tranquilo, para terminar el día los niños habían formado un circulo alrededor mientras la mujer les leía un cuento.

— Entonces Charmander abrazo a su madre mientras ella lloraba de felicidad el que volviera porque jamás se separaría de ella nunca más, convirtiéndolos de nuevo en una familia feliz… fin.
— ¡Fue una historia muy bonita! — dijo un pequeña de cabello rojo— Pero hay algo que no entiendo.
— ¿Qué cosa?
— Charmander jamás se separará de su madre, pero deberá hacerlo cuando crezca verdad.
— Es verdad, pero, aunque este lejos siempre tendrá a su familia cerca.
— ¿Eso es cierto? — cuestiono otro niño — Mi papa dice que cuando los Charmander evolucionan a Charizard ya no son dependientes de sus madres y que cuando se marchan jamás regresan sino buscan formar su propia manada.
— Aunque sea cierto, también debe ser verdad que ese Charizard seguirá pensando en sus padres ya que jamás se olvida a una familia, después de todo las familias son unidas.
— Señora Delia — otro niño levanto su mano — ¿Usted tiene una familia unida?
— Yo… — fue una pregunta sin una respuesta obvia — Bueno, mi hijo está viajando por el mundo buscando su sueño de convertirse en maestro pokémon.
— ¿Lo llama todos los días?
— No… no lo hace.
— No parece ser un buen hijo — dijo una niña un tanto molesta quien se le acerco— Sabe yo no tengo mama, pero si la tuviera, me gustaría que fuera usted ya que es una persona muy buena y amable — la pequeña se acercó y la abrazo, cosa que de primera sorprendió a Delia.

Ese momento era algo emotivo y mientras Delia sintió el calor de la pequeña y sus intenciones, sucedió lo inesperado mientras a su mente llego un recuerdo que parecía confuso, se encontraba en un parque abrazando a una pequeña niña quien con un vestido algo viejo sucio y desgastado, como una tierna escena en un atardecer, un corto recuerdo que le fue confuso. Mientras se orientaba la campana de la hora de salida había sonado y eso la hizo volver en sí.

— Ya es hora de que se marchen — dijo mientras tranquilamente terminaba el abrazo con la pequeña la cual no quería soltarla, pero decidió hacerlo para evitar ser una molestia para Delia.

Mientras el atardecer se hacía presente en el pueblo, los niños junto con sus madres regresaban a casa tomados de las manos, Delia se despedía de ellos y mientras lo hacía podía ver a la pequeña que la abrazo, caminar tomada de la mano de su padre, eso fue como un extraño reflejo pues su mente la hizo verse a sí misma caminando de la mano con la misma pequeña que a sus recuerdos había llegado, causando más confusión ante todo que llego a sentir un dolor de cabeza.

Había decidido irse a casa y relajarse un poco y mientras caminaba de regreso siento una Extraña soledad, era muy común para ella estar sola, pero era la primera vez que eso la afectaba de cierta manera que quiso llegar a casa y dormir un poco.

— Regrese Mr. Mine — dijo mientras entro por la puerta esperando descansar para su siguiente día de trabajo.

A la mañana siguiente, la rutina normal era lo único que sucedía, despertaba temprano, desayunaba, alistaba sus cosas para dirigirse a la guardería donde otro día de actividades común y corriente sucedía. Un día completamente normal estaba terminando y mientras ella hacia una limpieza en su salón antes de marcharse una persona se acercaba.

— Delia, veo que te va bien en el trabajo — fueron las palabras del viejo Oak quien entraba al salón.
— ¡Oak, eres tú! — depositaba algunos papeles en un cesto de basura.
— ¿Cómo la estás pasando?
— Es divertido pasar el tiempo con estos niños.
— Veo que te diviertes, mucho, me alegro por ello — lo decía con una gran sonrisa, pero seguidamente su celular comenzó a sonar y dándole una señal a vera decidió contestar; Oak, salió del salón y Delia terminaba su día de labor cerrando la puerta, pero se detuvo a escuchar la conversación que Oak tenía— Si, no, no esperaba que el pedido llegara antes, mi investigación ocupa mi tiempo, pero encontrare una forma de arreglarlo, las 2 docenas estarán listas, si adiós.
— ¿Qué sucede Oak? — preguntaba la mujer mientras el sujeto guardaba su celular.
— Se trata de los uniformes de la guardería, como este mes estoy a deber era mi responsabilidad el encargarme de ello, pero tengo problemas, no sé cómo hacerlo.
— Uniformes he — delia lo pensó por unos segundos — Yo podría hacerme cargo de eso.
— ¿Qué estás diciendo delia?
— Quiero tomar ese trabajo, sabes que soy muy buena cuando se trata de costura.
— No lo sé, es mucho trabajo.
— No será ningún problema.
— Sé que eres confiable ya que en el pasado fuiste una persona muy reconocida en tu juventud por confeccionar atuendos modernos.
— No por simpleza le hago la ropa a mi hijo.
— Aun así, me parece mucho trabajo.
— Confía en mí.

Fue aquella frase lo que dio finalizada la conversación, Oak sabia lo confiable que era Delia, lo dudaba, pero decidió confiárselo.


Tras tomar la decisión Oak no hizo más que tomar iniciativa que junto a su ayudante y amigo Tracey había se encargaron de llevar el material hacia la casa de Delia ya que era justamente allí en donde se encargaría del trabajo, esa misma noche el material de costura había llegado.
— Y estas es la ultimas — Oak y Tracey acomodaba en la sala del lugar una caja grande — Bien eso esa es toda la tela, Delia ya podrás trabajar.
— No sé porque, pero me siento algo ansiosa de empezar — decía mientras de entre las cojas miraba tela de color celeste y amarillas.
— Si necesitas algo puedes llamarnos — Oak comenzaba a salir del lugar.
— Yo estaré al pendiente de usted — Tracey se comportaba responsable como maduro.
— Gracias Tracey y también Oak, si algo surge se los informare — fue lo último que dijo mientras ellos se retiraban.


La noche era tranquila y silenciosa, cualquiera podría relajarse con esa calma pacifica, aunque Delia prefería aprovechar ese tiempo de calma; preparando una taza de té se dirigió hacia su sala en la cual una máquina de costura la esperaba y mientras esta la iluminaba una lámpara, se sentó y comenzó con el trabajo que había tomado.



El siguiente día fue normal y la rutina que, aunque las actividades fueron las mismas, las cosas sucedían de manera diferente y terminado el día, ello regreso a su casa y continuo con su máquina de costura cortando y cosiendo telas.

— Bien creo que con este es el décimo que termino — doblo dicha prenda y la coloco junto a las demás y mientras movía sus hombros para mantenerlos en forma, se dio cuenta de algo en es momento — Debería hacer los uniformes para niña, solo he hecho uniformes masculinos — tomo un gran pedazo de tela y después de un par de cortes se acercó hacia su máquina de costura y sonrió— Hare un vestido hermoso con esto — su sonrisa se quitó después de pronunciar esas palabras— Ve- vestido, es-estaba haciendo un vestido — se decía así misma confundida, como si recordara algo y a la vez no, pero en su mente un recuerdo confuso volvió, solo se podía ver a ella cosiendo un vestido mientras que detrás de ella, una pequeña niña sonreía al ver lo que ella hacia — Un vestido — susurro de nuevo mientras volvía a la realidad, pero lo que realmente funciono, fue que sintió un dolor de cabeza que la hizo marear de inmediato — Creo que, necesito descansar.


Como si el dormir fuera el único pensamiento en su mente, se alejó de la máquina de coser y de inmediato se recostó en su cama, claramente estaba muy cansada.



Al día siguiente todo sucedió con normalidad, los niños se divirtieron, jugaron, hablaron de sus anécdotas como de sus pokémon favoritos, incluso los sueños que aspiraban el tener y la idea de aquello que se convertirían cuando sean más grandes, un día completamente normal, pero no uno relajado ya que Delia quien, sin mostrar un rasgo de molestia, se notaba algo cansada durante toda su jornada en el día. El atardecer había llegado y Delia salía de la guardería.

— Delia ¿Cómo estás? — Oak, aparecía de repente.
— ¡Huh!, hola Oak — decía eso con cierto cansancio en su rostro.
— ¿Te sientes bien?
— Sí, me siento muy bien — mostraba una sonrisa, cosa que no convenció al profesor.
— No parces estar muy bien, dime ¿Estas segura de que puedes manejar todo el trabajo que tienes en casa?
— Claro que sí, no me habría ofrecido si no supiera como manejarlo.
— Hummm, mañana es sábado así que no necesitas venir a la guardería, descansa un poco, les diré a los de la compañía que los uniformes tomaran un retraso.
— No, puedo seguir trabajando — trataba de calmar la preocupación de Oak, pero el respondió con una mirada muy preocupada y Delia no tuvo más que ceder — Esta bien, tomare, aunque sea un descanso, bueno debo irme — se despedía agitando su mano y aunque sonreía, a Oak, le preocupada la situación de la mujer y su firme confianza comenzaba a desmoronarse hacia ella.



La noche había llegado y ya en su morada delia bajaba a al sótano con una cesta de ropa sucia por lavar, se veía cansada y sus mejillas estaba algo rojas, talvez por el trabajo que tenía que realizar o era por algo más, sin embargo, eso no le importaba, tenía que seguir con sus actividades de forma natural. Poniendo la ropa dentro de la lavadora, coloco el detergente y encendido la maquina se dispuso a esperar a que terminara de ser lavada; para matar tiempo miro por los alrededores y aquel sótano mostraba indicios de no ser limpiado por al menos un mes, cosa que la molesto así que decidió hacer algo de limpieza hasta que la ropa estuviera terminada; dada su capacidad en la limpieza no le tomo mucho tiempo en quitar todo ese polvo y moviendo a un lado cosas viejas se disponía a sacarlas a fuera y mientras revisaba sus cosas noto que entre viejas cajas se encontraba una pequeña caja con un moño rojo sobre ella, llamando su atención se dispuso a abrirla pero como su mente la había tenido confundida estos días, nuevamente la puso de forma confusa al mirar ese moño sobre la caja, solamente le causo un dolor de cabeza a un más fuerte de que sentía y lo único que la calmo en ese entonces fue el sonido le alerta de la lavadora que indicaba que había terminado su tarea. Dejando de lado cualquier asunto pendiente y que ya era muy tarde, decidió llevarse la ropa de allí y dirigirse a su habitación a dormir.






El profesor había despertado temprano por algo que le preocupaba y mientras tomaba un café tomo un teléfono decidió hacer una llamada en particular, a los primeros cinco sonidos de que el apartado estaba llamando se dio cuenta de que algo estaba mal, Delia no era una mujer que dejaba que el teléfono de su casa sonara más de cinco veces, la única razón para que eso sucediera seria que no estuviera en casa y aún más temprano en la mañana, no había razón alguna para ello ni ninguna que Oak desconociera; después de un segundo intento para llamar a su casa, Oak pensó que no contestaría y cuando estuvo a punto de colgar, la bocina fue contestada.

— ¡Delia! ¡¿Estás ahí?!
— …Oak… ¿Eres tú?
— Delia ¿Te sientes bien?, te oyes extraña.
— No, es solo que…yo… lo siento — fue lo único que dijo mientras se escuchó un golpe, como si algo grande hubiera caído.
— ¡Delia!, ¡oye Delia!, DELIA —

Ese sonido alerto completamente a Oak el cual de inmediato acento su teléfono y se vistió de inmediato preparando sus cosas en caso de llegar a casa de la mujer y encontrarse con el peor escenario.

Corriendo más rápido que un Rapidash a al menos lo más rápido que el podía hacer, llego de inmediato a la casa de Delia y sin pedir permiso alguno abrió la puerta para buscarla; al encontrarla fue una preocupación terrible al ver que se encontraba en el suelo de su sala y en sus manos sostenía el teléfono.

— ¡Delia! — fue su primera palabra mientras se le acerco y trato d levantarla. — ¡Mr. mine!, Mr. mine necesito algo de ayuda — Recurrir al pokémon que cuidaba de Delia era una opción más rápida, pero nadie atendía a su llamado entonces sabía que algo estaba realmente mal.
— Oak, lo siento — fue lo único que susurro mientras respiraba agitada y su rostro estaba rojo.


La situación no era tan complicada de aceptar y tras la experiencia de Oak como profesor estaba ante la situación de que la mujer estaba resfriada y su pokémon Mr. Mine también, aunque aún con experiencia había algunas cosas que necesitaba comprender. Después de levantar a Delia, llamo a su asistente Tracey para que le consiguiera algunas medicinas y cosas de primera necesidad y mientras esperaba, acomodaba a Delia en su recamara y mientras ponía un pañuelo húmedo en su frente quiso saber algunas cosas.

— ¿Cómo te sientes Delia?
— Mucho mejor — decía algo dormida.
— ¿Porque no me dijiste que te sentías mal y también Mr. Mine?
— Creo que pensé que podía tomar este asunto en mis manos yo sola, pero creo que me equivoque, MR Mine se refrió desde que empecé el trabajo en la guardería y a pesar de que tenía que cuidar de él, no quería poner eso como excusa para no encargarme del trabajo y más con la costura de los uniformes.
— Te exigiste demasiado, pero escucha, sé que eres alguien responsable y trabajadora, pero recuerda que no estás sola.
— ¿Sola? — susurro — Es extraño, pero me he sentido así estos últimos días.
— Descansa — Oak, quitaba y colocaba un nuevo pañuelo sobre su frente — No te preocupes por tus labores, me encargare de ello y de MR mine.
— Gracias — volvió a susurrar para intentar dormir y descansar un poco.

Después de algunos momentos, Tracey había llegado con las cosas que el profesor le había encargado, aunque fue su sorpresa al llegar a casa y encontrar con muchas cosas fuera de lugar, como si un ligero huracán hubiera pasado por ahí, tal parecía que Delia con su trabajo la mantenía ocupada en sus labores de limpieza y más con su pokémon enfermo, de ninguna manera podrían dejar eso así sabiendo que ella se encontraba con un gran resfriado, así que decidieron buscar un par de escobas, esponjas y jabón para hacerle una especie de regalo a la mujer que trabajo duramente en los últimos días, limpiar era casi lo mejor que podían hacer por ella.



Mientras Tracey quitaba el polvo y ponía cada cosa en su lugar, Oak preparaba un té de hierbas medicinales tanto como para Delia como para MR Mine, y era el único a agradecimiento que podía darle por su esfuerzo al mirar que, en la sala de aquella casa, se encontraban aquellas dos docenas de uniformes terminados y limpios. Un día que en cierta forma resultaba agotador para ambos, tanto que no tenía ánimos de preparar la cena, sino que decidieron pedir una pizza a domicilio para después comerla y retomar un poco de energías y así terminar con su labor.


El día ocupado para ambos que compartían sus tareas y mientras el día finalizaba con un atardecer, los quehaceres terminaban con la única actividad faltante y eso era tirar la basura; Tracey sacaba algunas bolsas de basura mientras Oak empaquetaba todos los uniformes terminados.

— Esas fueron las ultimas bolsas.
— No, este si son las ultimas — Oak salía del sótano con unas cajas viejas y Tracey se acercaba a ayudarlo, pero justamente mientras lo hacía, una caja con un lazo rojo cayó al suelo, lo que provoco que esta se abriera y su tapa saliera.
— ¿Qué es esto? — Tracey se dispuso a levantarlo, pero su curiosidad lo invadió y decidió revisar el contenido de la caja; en ella había un llamativo y pequeño vestido blanco — ¡Huh!, ¿Y este vestido?
— ¡No lo sé!, talvez no deberíamos tíralo — Oak, lo miro detenidamente.
— ¡Todo está limpio!, no puedo creerlo — se escuchaba la voz de la ama de casa quien se acercaba.
— Delia, creí haberte dicho que te quedaras recostada — las palabras de Oak sonaron algo serias.
— Me siento un poco mejor — dijo con gran sonrisa — Además quería asegurarme de que mi problema no les hubiera causado algunos a ustedes.
— En realidad, no es un placer ayudar — Decía el joven dibujante quien a su vez quiso quitarse una inquietud mientras le mostro el vestido— Señora Delia, acabamos de encontrar esto.
— ¡Huh!, ¡Esto es! — tomo el vestido en sus manos mientras lo miro por unos segundos — Yo lo hice hace algún tiempo, era para…era…¿Po-porque hice esto?— se hacía esa pregunta así misma mientras miraba aquella prenda


Un extraño momento de gran conmoción fue visto por Oak y Tracey al mirar que en el rostro de Delia, lagrimas comenzaban a correr de sus ojos, como si el hecho de mirar aquella prenda la trajera un doloroso recuerdo aunque no podía recordad el porqué, solamente esa sonrisa que llevaba en su rostro se desvanecía mientras lentamente abrazo aquella prenda sin motivo alguno, únicamente su instinto le obligaba a hacerlo mientras el llanto en su ser aumentaba, se dejó caer de rodillas al suelo, no podía soportar aquel extraño motivo que le causaba un claro y dolor en el pecho.


— ¡¿Delia estas bien?! — Oak, trato de entender la situación mientras se le acercaba.
— ¿Po-porque, porque estoy llorando?, ¿Pa-para quien era este vestido?
— Tranquilízate, respira hondo y trata de pensar en otra cosa— el profesor trataba de controlar la situación mientras abrazo a la mujer en sus brazos esperando que se tranquilizara.


El día había terminado, después de que Delia se tranquilizara Oak, la llevo a su habitación, aun tenia síntomas de tener fiebre así que hizo de todo para ayudarla cambiaba la toalla húmeda de su frete constate mente hasta que fuera hora de marcharse y ese momento estaba llegando. Tracey había preparado algo de café para el profesor y mientras él llegaba a la sala decidió darle una taza.

— ¿Cómo se encuentra? — fue la pregunta de Tracey.
— Estará mucho mejor en la mañana — decidí tomar un sorbo de café mientras se sentaba en el cómodo sofá de lugar y el dibujante hacia lo mismo.
— Jamás había visto a la señora Delia de esa forma — el joven lanzaba un ligero suspiro.
— Yo tampoco, pero había pasado ya mucho tiempo desde que vi a Delia así, me pregunto si este vestido lo hizo por aquello motivo.
— ¿Qué quiere decir con eso?
— Tracey te voy a contar un secreto — coloco dicha taza de café sobre una mesa cercana y fue cuando decidió habría una viaja página de su libro y comenzar con el relato— Creo que fe como hace al menos más de 12 años cuando recién empezaban a crecer mis investigaciones, este pueblo también comenzaba a crecer. Delia junto a su esposo se había acabado de mudar al pueblo, iban a empezar una familia en su nuevo hogar y eligieron este sitio para empezar; ella estaba realmente feliz por una razón en particular, llevaba 3 meses de embarazo, así que su primordial deseo era construir una casa para empezar, así que tuvieron el financiamiento de un buen amigo suyo, Spencer Hale era una gran amigo de Delia durante su juventud, la había ayudado con lo que necesitara para construir su morada, pero nadie jamás pensaría que una desgracia les esperaría.
— ¿Qué quiere decir?
— Fue un domingo por la tarde, una terrible llovizna había llegado; Delia y su esposo había ido a visitar a el señor Spencer y mientras regresaban de visita en su auto, habían tenido problemas, el camino estaba cubierto de fango y era un terreno muy resbaloso; nadie lo recuerda con claridad, pero el auto cayó hacia un precipicio. Milagrosamente sobrevivieron a ese accidente, pero su futuro se había destrozado.
— ¡Eso quiere decir!
— Si, Delia perdió a su bebe ese día — tras decir aquello un silencio fue lo único había hasta que decidió tomar nuevamente un sorbo de café — En el hospital los médicos le dieron la terrible noticia a Delia, ella no la podía aceptar, estaba totalmente destrozada y se mantuvo en depresión por varios días; pero con el apoyo de todos nosotros pudimos darle algo de ánimos, meses después terminamos de construir su casa aunque en el fondo de todo eso había una hogar vacío, no aquello que ella soñaba cada día.
— Entiendo — Tracey miro nuevamente el vestido — Pero ¿Cuál es la función de este vestido?
— El médico que cuidaba de Delia tenía un Alakazam que vigilaba su embarazo, su entrenador aseguraba que el ser que llevaba en su vientre, era una niña — Oak, también miro el vestido — Creo que esa es la razón de la cual se puso de esa forma al mirar este vestido talvez ella lo hizo para su bebe.
— Profesor… ¿Ash sabe algo de eso?
— No.
— ¿Nunca se lo comentaron?
— No era necesario, ese accidente dejo recuerdos amargos que fue mejor olvidarlos y Delia también, a pesar de su dolorosa perdida no quiso que eso la detuviera, años más tarde fue bendecida con un nuevo embarazo y aunque tenía miedo respecto a que algo similar podría pasar, pero después de la tormenta viene la calma y tubo un embarazo saludable. Las cosas han sido mucho mejores a partir de ese momento— terminaba su taza de café.
— Hay algo que no entiendo — el joven indago — Este vestido es un poco grande como para ser una prenda para un bebe, ¿Pesaba dárselo cuando cumpliera seis años?
— Hummm es verdad, no creo que hubiera dárselo después de tanto tiempo— se entretuvo en sus pensamientos — Pero si ese no fuera el caso, ¿Para quién es este vestido? — Oak, tenía muchas peguntas, pero decidió terminar — En fin, eso ya es algo del pasado, Delia es una mujer fuerte ha salido adelante aun con todo eso, ahora lo mejor será dejarla descansar, hay mucho trabajo el día de mañana.
— Si — Tracey guardaba el vestido en su caja correspondiente.


Después de su conversación y de atender por última vez a Delia y Mr. Mine, decidieron dejarlos descansar.



Despues de que la noche terminara, Delia había despertado temprano, se sentía mucho mejor pues la recetas del viejo Oak eran bástate buenas, pero eso no significaba que con aquel día de reposo estuviera mejor y lo entendió porque cuando llego a la sala de su casa sobre una pequeña mesa se encontraba una nota que decía.


“Asegúrate de tomar una de estas cada 8 horas y la comida pokémon es para MR Mine, tiene medicamentos especiales.


PD: Estoy muy agradecido que terminaras los uniformes, llegaran antes de la fecha prometida, me asegurare de pagarte de la mejor manera por un trabajo bien hecho.

Oak

​

Delia comprendía la preocupación del profesor y se sentía mal por los problemas ocasionados esos últimos días que lo único que pudo hacer fu tomar una de esas pastillas con algo de agua, lo habrías disfrutado de forma tranquila de no ser por el hecho de que el teléfono comenzaba a sonar, así que decidió apresurase y contestar la llamada.
— Hola — levantaba la bocina.
— Hola mama.
— ¡Ash!, ¡¿Eres tú?!, que sorpresa — sonrió.
— Lamento no haberte llamado antes, ¿Cómo estás?
— Muy bien, gracias por preocuparte ¿Cómo estás tú en la región Kalos?
— Todo ha sido divertido hasta ahora, sabes en este lugar a hay muchos pokémon increíbles, no creerás lo que me paso el día de hoy, estaba…

Lo único que quedo después de eso fue una conversación pacífica entre madre e hijo que duraría lo que tendría que dura, Delia estaba contenta de poder tener ese momento para apreciar en compañía de su hijo amado, que, aunque no lo veía seguidamente, sabía que estaría buscando su sueño y verlo crecer era algo que a una madre la hacía triste, pero a su vez feliz. Mientras ellos conversaban dentro de un armario de la habitación de Delia, se encontraba aquella caja guardada donde reposaba ese vestido y aunque no había un motivo claro del porque existía aquella prenda, fue guardada en ese lugar por ser un objeto que el fondo para delia era algo que realmente apreciaba mucho.




Fin.