Verano e Invierno

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Borealis Spiral, 20 Marzo 2013.

Cargando...
  1.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    4 Mayo 2010
    Mensajes:
    1,177
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Verano e Invierno
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    3233
    @Shassel ¡Gracias por tu hermoso comentario! Sé que ha pasado tiempo, pero no dejan de animare. Siempre que puedo paso a leerlos y me levantan el autoestima. ¡Gracias! Espero que esta historia siga gustándote y que perdones la larga ausencia, pero ya traigo otro capítulo y es aquí el debut de Sam :3 Ojalá te guste.
    @Milmel ¡Gracias por el comentario! Y como siempre, tan perpicaz, jejeje, debo aprender algo de ti. Ya se sabrá qué pasa con Jake y tal, por ahora dejo el capítulo y a esperar y tenerme paciencia.

    A los demás que se toman el tiempo de leer esto, mil gracias; es conmovedor. Espero que el capítulo les guste y perdonen la tardanza, pero me tengo un lack de inspiración de esos que son pero bonitos, así que nada, quizás esperen otro centenio ;_; A ustedes lectores varios. ¡Disfruten!

    20

    Estaba nerviosa, realmente nerviosa.

    Finalmente el día esperado había llegado y las horas habían pasado con una rapidez asombrosa para Sam, quien todavía no podía creer que estuviera vistiéndose con ayuda de Sasha para la presentación. De acuerdo, era algo que había añorado desde que se hizo miembro del teatro, pero eso no quería decir que la ansiedad no se apoderara de ella; al contrario, sus nervios siempre solían dominarla antes de cualquier acto importante. Afortunadamente, había aprendido a controlarlos a la hora de la verdad y esperaba de todo corazón que esa ocasión no fuera la excepción. Ya lista, subió a uno de los camiones junto a los demás, tomó el asiento de la ventana concentrándose en observar el exterior. A pesar de tanta excitación, se hallaba un algo desanimada debido a que, nuevamente, no había visto a Jake en todo el día. Sin embargo, él tenía que presentarse a su evento de marionetas a fuerza, por lo que le quedaba el consuelo de verlo tarde o temprano; cosa que le daba mayores ganas de llegar al teatro.

    Arribaron al lugar con el tiempo suficiente para retocarse y preparar lo que fuera que hiciera falta, estando el grupo artístico completo en los vestidores, mientras las personas comenzaban a llenar la sala tomando sus respectivos asientos, esperando que el telón se abriera y el famoso "Teatro Woods" los deleitara con su espectáculo como todos los años. Faltaban escasos minutos para que la danza de apertura diera inicio, así que todos tomaron sus posiciones, estando las mujeres en un extremo del escenario y los varones del otro. Sam era la última en su hilera, por lo que puedo escuchar a Clark claramente a pesar de que él estuviera al fondo de la construcción.

    —¡Jake! Creí que no llegarías hasta que fuera nuestro turno. ¿Dónde has estado?

    —Tenía cosas que hacer que acabo de terminar — Escuchó la amada voz del joven.

    Y esa voz cargada de la habitual frialdad fue suficiente para que una dicha enrome la envolviera, en tanto sentía que un gran peso se le quitaba de encima, relajándola. Deseó dejar su lugar un insignificante momento para ir a verlo una vez después de tantos días; vaya que quería, pero comprendió que no era el momento apropiado para hacerlo cuando vio que el telón se levantaba. Era hora de bailar, por lo que tragándose su deseo, puso toda su atención en realizar los movimientos de la primera coreografía, entrando al mundo en el que se sumergía cada vez que bailaba, así que no notó que Jake se había acercado al lugar que conducía al escenario pasando por alto las preguntas de Clark, poniendo todo su cuidado en ella y su danza.

    Lucía peligrosamente preciosa, o al menos para él. El vestido color salmón realzaba de manera decente su figura a pesar de la falda ancha, haciéndola verse hermosa, y el peinado que recogía todo su rojo cabello en un moño bajo junto con el ligero maquillaje que resaltaban sus castaños ojos, conseguían que su encanto saliera a la luz en mayor medida. Observarla así, concentrada de lleno en saltar y moverse de aquí para allá cual elegante gacela, llenó a Jake de una indescriptible sensación de calma y tranquilidad, que por un momento deseó quedarse todo el tiempo así, contemplándola. Sin embargo, de pronto, otras extrañas emociones nunca antes sentidas se apoderaron de él, poniéndolo de mal humor cuando su atención se centró en la pareja de baile de Sam, quien se tomaba la libertad de tocarla sin mayor problema al hacer las piruetas y saltos.

    Por un estúpido instante Jake quiso ser su compañero, lo que no tenía sentido porque él no tenía ni mísera idea de baile y porque Sam y el otro sujeto no estaban haciendo más que su trabajo. Con desconcierto, después de pensárselo bastante, descubrió que estaba celoso; celoso de que todos parecían acercarse a ella sin dificultad, de tocarla sin sentirse extraños, mientras que él no podía. Sacudió la cabeza intentando desechar los pensamientos y el sentimiento. No tenía sentido. ¿Por qué tenía que experimentar aquello? ¿Acaso su cordura había decidido al fin irse al diablo? Tuvo que despertar de su ensimismamiento al escuchar los aplausos de la gente cuando la introducción terminó, así que alarmado, se movió alejándose de la entrada de la plataforma antes de que Sam se diera cuenta de que lo había vuelto a hechizar; no obstante, Clark lo interceptó dispuesto a fastidiarlo para hacerlo confesar.

    —¿Verdad que baila muy bien? —inquirió pícaro.

    —No sé —respondió dirigiéndose a la parte más alejada y apartada del teatro, a donde ninguno de los demás miembros solía ir.

    —¡Oh, vamos! —Clark lo siguió—. Si no despegabas la mirada de ella. Reconócelo, se veía bellísima, a que sí.

    —No sé —Dejó su saco de marionetas en el suelo, pegado a una de las paredes.

    —¿En serio no lo sabes o te obligas a no saber?

    —No sé.

    Jake se sentó a un lado de sus cosas, apoyando la espalda en la pared y alzó sus verdes ojos al techo, viendo la estructura del edificio como si fuera lo más interesante del mundo, sin prestarle atención a Clark y a cómo lo regañaba por ser tan esquivo. ¿Qué esperaba? Pensar las cosas no era tan sencillo como parecía y mucho menos si se trataban de Sam, la persona más problemática que había conocido en sus veinticuatro años de existencia; sí, problemática e intrigante. Por ello, si pensar no era fácil, mucho menos lo era expresar las ideas con palabras sin hacerse un revoltijo o sin parecer imbécil, de allí que prefiriera mantenerse silente. No mucho tiempo después sintió que el hombre se alejaba de él, seguramente dispuesto a ver la obra actuada. A él, francamente, nunca le había interesado, así que jamás se molestaba en verla; de hecho, ni los bailes tenían por qué importarle, pero lo hacían desde hacía unos días para acá.

    Y toda la culpa la tenía la personita que más bien sintió en lugar de ver dado que todavía miraba el techo, y que se colocaba a un lado de él; supo que era ella porque su presencia despedía nervios como siempre, inquietud, timidez y dulzura puras. Características dignas de Sam que no hacían más que confundirlo, siendo increíble hasta para él que por ella hubiese llegado a la hora del inicio en lugar de a la hora de su acto; sólo para deleitarse en observarla en su coreografía. Sintió que Sam se sentaba también, sumergiéndose en un silencio que no resultó ni desagradable ni agradable, simplemente neutro. Jake finalmente la miró de soslayo notando que ella también miraba hacia arriba, buscando quizás aquello que mantenía su interés en el techo con tanta insistencia. La vio directamente.

    —¿Qué quieres? —le preguntó y aunque no quiso sonar rudo, sonó.

    Maldijo su habilidad en las conversaciones cuando detalló que Sam se encogía de hombros, siendo sus duras palabras como un aguijón en su corazón. Necesitaban darle un premio, sin duda; quizás al más apto para matar una plática o al mejor con las palabras hirientes le iría bien. Vio que ella jugaba con sus manos, turbada, mirándolas con persistencia en tanto un rubor más intenso que el del maquillaje subía a su rostro, confiriéndole mayor delicadeza a sus facciones, haciendo que el corazón de Jake latiera con desenfreno, aumentando su palpitar ante las palabras de ella, cargadas de sincera alegría.

    —Me da gusto verte.

    Era verdad, él había estado prácticamente fuera de la casa en los últimos días a todas horas, comiendo fuera, sin verla en ningún momento y la causante de todo aunque la chica no lo supiera y ni él mismo lo creyera, era ella.

    —Vas a perderte la obra —dijo él como quien no quiere la cosa volviendo su visión arriba.

    —Prefiero hacerte compañía —confesó ella con voz animada.

    —No necesito compañía —arguyó a su vez, mirándola con un ligero ceño fruncido.

    —Todos la necesitamos, Jake, todos.

    Sam lo miró a los ojos por primera vez en todo el rato, deshaciéndose de su temor inicial, sonriéndole ligeramente y Jake se vio atenazado por esa fuerza de atracción que el conjunto de sus brillantes y vivaces orbes cafés conformaban junto con la sonrisa tan suya, que si bien era pequeña, no dejaba de irradiar; resultando en una desconocida sensación de asentamiento y de vuelco que se le presentó en el estómago. Eran los síntomas de su enfermedad, estaba seguro.

    —Creo que pasar tanto tiempo con Clark está haciéndote daño —comentó obligándose a retornar su vista al techo.

    Sam rio divertida ante la observación y Jake frunció nuevamente el entrecejo, confundido. ¿Había sido gracioso? No lo había dicho con la intención de divertirla. No obstante, pasó por alto aquella nimiedad ante sonido de su risa, pues era suave y armoniosa, así que la disfrutó al máximo los efímeros segundos que duró. Luego, la quietud volvió a reinar entre ellos además de una paz que se adueñó del entorno, por lo que no se vieron en la necesidad de intercambiar más palabras para hacer ameno el gozar de la presencia del otro. Duraron así hasta que los aplausos que indicaron el final de la obra se escucharon y Sam supo que debía retomar su posición en el escenario.

    —Debo irme.

    Se levantó alisándose la falda del vestido mirando a Jake, quien seguía relajado sobre el suelo, mirando un punto indefinido en lo alto. Quería pedirle que la viera bailar, quería saber su opinión, pero quizás fuera demasiado pedir, por lo que tragándose otra vez su deseo se alejó de él para darse un retoque y volver a su trabajo. Jake se quedó inmóvil lo que a él le pareció una eternidad antes de escuchar la música que acompañaba el baile, para luego levantarse, colocarse a la entrada del escenario y verla bailar. Nuevamente se perdió en sus movimientos y de igual manera no tuvo el valor de permitir que ella se enterara de su actuar, pues cuando terminó la danza al bajar el telón, regresó a su lugar, esperando que Clark o cualquiera que lo hubiese visto se abstuviera de abrir la boca. Del saco tomó las marionetas que necesitaría para su función; luego se encaminó al escenario, donde ya habían instalado la fachada del teatrito donde se llevaban a cabo las vivencias de su presentación. Antes de salir a escena, Sam lo interceptó.

    —Por favor, Jake, esfuérzate mucho —le animó con una irradiante sonrisa de oreja a oreja.

    Él simplemente la miró unos instantes antes de centrar toda su atención en su labor; salió a realizar su acto.

    En su lugar, Sam se mantuvo atenta a Jake, ya que por primera vez lo vería trabajar; se sentía muy emocionada y no era para menos. A pesar de que al inicio el pelinegro se mostró un poco tenso manejando los hilos dada la insistente mirada de la pelirroja sobre él, aunque ella no se enterara del efecto que ocasionaba, gracias al apoyo de Clark y Ford, además del hecho de que a pesar de todo Jake realmente amaba su trabajo, comenzó a soltarse y a disfrutar de la obra; así que sus ojos brillaron de una forma que la Sam no había visto jamás en él, asombrándola. Sin embargo, lo que terminó por desarmarla, envolviéndola en un tórrido bienestar que le sacó el aliento llevándola a taparse la boca con las manos en un reflejo de reprimir el grito de impacto que se atoró en su garganta, fue su sonrisa. Jake sonreía y aunque era de la manera etérea que pesó que sería, a sus ojos fue una sonrisa esplendorosa, así que el amor que tenía por él creció aún más. Sin proponérselo, los recueros de su querido Matt sonriente la golpearon con fuerza. Parpadeó intentando que las lágrimas no brotaran de sus ojos, pero fue inútil; el sentimiento resultó tan poderoso que lloró sin reparos, silenciosa.

    —¿Estás bien, Samara? —le preguntó una de sus compañeras bailarinas a su lado. Ella asintió.

    —Sí, es sólo que me encantan las marionetas.

    —Ya veo. La historia también es conmovedora, ¿verdad? Una familia que permanece junta ante las adversidades.

    Sam volvió a asentir e intentando controlarse porque estaba arruinando su maquillaje, contempló lo que restó del espectáculo y no resistió el impulso de unirse al público en un mar de plausos dirigidos a los artistas y a Jake, sumamente deleitada. Habría querido hacerle saber lo mucho que le había maravillado su acto, lo bien que lo había hecho, pero tuvo que ir a retocarse el cosmético dado el llanto pasado. Con todo, Jake sabía que Sam lo había estaba mirando. ¿Cómo no enterarse si ella y sus ojos eran unos indiscretos? Por un momento se vio tentado a dejar la obra a medias e ir a reclamarle y exigirle que dejara de observarlo con tan perturbadora intensidad. ¿Pero realmente tenía derecho? ¿No había estado haciendo él lo mismo? ¿No había estado contemplándola sin disimulo en medio de su trabajo? Que ella fuera tan despistada como para no notarlo no era su problema, aunque sí lo consideró un beneficio cuando en el baile del cierre, Sam no descubrió que su atención estaba sobre su ser, otra vez.

    Jake regresó a su posición a un lado de su saco, lejos de los demás, dispuesto a esperar a que ese público vaciara la sala y el siguiente entrara para efectuar la segunda y última función del día. La mayoría simplemente hizo ajustes en vestuarios, peinado y arreglos sin importancia; después de todo, técnicamente ya estaban listos. Menos mal que él no tenía que hacer tanto ajetreo o se volvería loco. Mientras tanto, Sam ansiaba estar al lado del pelinegro de inmediato, pero en lugar de eso, se hallaba en su respectivo vestidor compartido con sus compañeras, siendo elogiada por todo el grupo, quienes le hacían saber lo bien que bailó y que los aplausos demostraron lo mucho que la multitud había gozado cada parte del espectáculo, incluyendo los bailes y por ende, el esfuerzo de ella. Incluso le dijeron entre broma y en serio, que dentro de poco estaría lista para subir peldaños y volverse la bailarina principal.

    Sam agradeció amablemente los halagos de todos, entre ellos los de Sasha, el equipo de actuación, por supuesto de Brian, Clark y el señor Ford; incluso la familia Woods la felicitó por su trabajo, ya que comprendían que era importante alentar a sus colaboradores. Sam apreciaba enormemente sus palabras porque eso le demostraba que no había decepcionado a Matt, sino que había realizado correctamente su promesa y eso la llenaba de felicidad. No obstante, en ese momento quería ver a Jake para decirle lo hermoso que había estado en su obra y lo mucho que la había disfrutado.

    De allí que tuviera que dejar a un lado a toda la multitud que seguía en su algarabía y adular; se escabulló de entre el mar de gente agradeciendo siempre que la congratulaban procurando no ser grosera a pesar de su afán. En cuanto salió de los vestidores, respiró con libertad y ahora sí que pudo dirigirse al objeto de su anhelo sin mayor obstáculos. Lo encontró sentado donde mismo, con la única compañía de sus marionetas y mirando el techo. Por un momento una sensación de incertidumbre la envolvió. Jake lucía nuevamente tan apacible y serio como de costumbre, cosa que lo hacía verse bien, no lo negaba; amaba esa expresión tranquila y meditativa, pero también deseó ver la fugaz sonrisa que le había mostrado momento atrás, pues temió nunca verla de nuevo; le asustó pensar que Jake no se la mostraría otra vez. Se sentó a su lado con la cabeza baja y el silencio no duró ni medio minuto antes de que ella tomara la palabra.

    —Lo hiciste genial en tu presentación, Jake —Calló unos segundos apretando con fuerza la tela de su regazo, nerviosa, y sin levantar la vista suspiró sonriendo ligeramente—. Me hizo feliz ver esta otra parte de ti, disfrutando de algo que te gusta, entregándole tu dedicación, esfuerzo y una linda sonrisa. Ahora tengo otro motivo, un muy valioso e incomparable motivo para recordar con gusto esta ciudad.

    Jake dirigió su vista a Sam, quien al darse cuenta se armó de valor para alzar la suya y encontrar la de él, en tanto el escarlata adornaba su tez. Era la primera vez que le decía algo así sin papel y tinta de por medio, por lo que sentíase muy avergonzada y turbada bajo el aparentemente inexpresivo mohín de Jake, el que obviamente no era más que fachada, pues el contristado joven hizo un sublime esfuerzo por mantener la calma y no mostrar la inseguridad que sus palabras le causaron, además de la súbita alegría. Inseguridad al no saber si podía confiar en aquellas frases siendo que podían ser completamente falsas o por mera cortesía, y alegría inexplicable al saberse en los pensamientos de la pelirroja. Debía agradecerle, lo sabía, al menos por educación, pero las emociones se atoraron en su garganta, así que tuvo que carraspear sonoramente o de otra manera la voz no le saldría.

    —Gracias.

    Fue todo. Siete pequeñas e insignificantes letras que brotaron de su boca con rapidez, certeza y un poco de sequedad, en tanto volvía su visión al techo. Nada aparentemente relevante pero que resultaron suficientes para que a Sam la abrazaran un entusiasmo y un calorcillo plácido; era la primera vez que Jake le daba las gracias. En esta ocasión le resultó imposible esconder su contento, que quedó manifestada cabalmente por la amplia sonrisa que curvó sus labios, ocasionándole un brillo vivo y lleno de ternura a su mirada. Incapaz de controlarla, la mano femenina se movió a donde la de él, que yacía apoyada en el suelo a su costado y la tomó, apretándola con cariño. Jake se tensó ante el contacto al tiempo que un escalofrío lo recorría de pies a cabeza y era invadido por un sentimiento de temor e irritación ante el atrevimiento. Se volvió a mirarla dispuesto a liberarse de su toque y reprochar su osadía, pero fue incapaz. En cuanto sus orbes se encontraron con la expresión reluciente y jubilosa de ella, su propósito se vio hundido como desprotegido barco en alta mar en medio de una gran tormenta, sin poder mantenerse a flote. Se perdió en esos iluminados y afectivos ojos cafés.

    —De nada, Jake. Cuando quieras, aquí estoy para ti—le susurró ella con suavidad, sin dejar de sonreír.

    Por ahora es todo. ¡Gracias! ^u^
     
    Última edición: 13 Enero 2016
    • Me gusta Me gusta x 4
  2.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    29 Octubre 2012
    Mensajes:
    465
    Pluma de
    Escritora
    :') Sniff, no puedo parar de llorar.
    Matt... vivo otra vez, bueno, algo así.
    Lo siento, es que me emocionó tanto este capítulo, la actuación de Sam, los celos de Jake, su emotivo final... el momento que esperaba finalmente llegó.
    :) la imagen de un hechizado Jake por el baile de Sam me dejó sin palabras. Como son de complicados los hombres, su orgullo no les deja mostrar sus emociones libremente, mira que escapar tantos días para ver si así se le apaga un poquito el corazón, bueno eso entendí yo. Jake estaba escapando de Sam porque esta empezando a... enamorarse, verdad????
    Jajaja, Clark, que sería del pobre de Jake sin él, siempre acosándolo en el momento menos oportuno,jajaja, por eso amo a ese excéntrico y divertido personaje XD, me recuerda mucho a una querida amiga de la U.
    Me alegro mucho ver que Sam pudo cumplir su sueño, aunque, debo decirlo, me hubiera gustado verla en ese teatro con Matt. Verlos juntos era tan hermoso...
    Sin embargo, Jake, me encanta también, un personaje frío con un cálido corazón luchando por salir al exterior :)
    Mil gracias por el capítulo Borealis, siempre es un gusto poder leerte :)
    Saludos.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  3.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
    Miembro desde:
    11 Mayo 2011
    Mensajes:
    303
    Pluma de
    Escritora
    waaa que lindo cap, pobre Jake, al fin se da cuenta que tiene corazon, y que puede sentir celos. Miercoles!
    me imagino el enorme autocontrol que debe obligarse a tener, para no terminar como mantequilla derretida al sol. Jajaja, pobrecillo, con pies de gato ve a su amor, y con pies de gato, vuelve a su rincon para que no descubra su gran admiracion... Lindo cap!!!
    pero revisa la ortografía, habia varios dedazos.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  4.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

    Géminis
    Miembro desde:
    25 Enero 2012
    Mensajes:
    493
    Pluma de
    Escritora
    Oh, como poder explicar la emoción... Creo que este es uno de mis capis favoritos, por fin afloraron los sentimientos de Jake y de Sam...Por fin Sam cumplió su promesa a Matt y logró hablar con Jake.
    ¡Y Jake sabe sonreír!perdón, es que no pensé llegar a leer algo así, fue conmovedor, tierno y dulce todo esto.
    También espero qu Glynn pueda encontrar la felicidad, a pesar de ser poquitito inaccesible, es un buen personaje en el fondo.
    Quiero leer el próximo capi pronto, estuve algo perdida unos meses, pero ahora si trataré de frecuentar más FFL
    ¡Gracias por invitarme!
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  5.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    4 Mayo 2010
    Mensajes:
    1,177
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Verano e Invierno
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    2912
    @Shassel ¡Gracias por tu comentario! Sabes que son muy animadores. Ah, Matt es inmortal, ya me di cuenta. Nunca pensé que causaría tanto impacto y hubiese sido genial verlos a los dos en ese lugar, pero entonces la historia no sería como es ahora, jajaja. En verdad gracias por seguir leyendo y tenerme paciencia; lo aprecio.
    @Milmel ¡Gracias por el comentario! Me encantan y siempre me hacen reír de una u otra manera, ¡alegran mi día! Me fijé el los dedazos, pido perdón por eso. No importa cuántas veces lo revise, siempre sale alguno más. Trabajaré en eso y gracias de nuevo.
    @Sheccid ¡Gracias por tu comentario también! Me alegra que siempre te tomes el tiempo para leer y comentar mis escritos; lo valoro mucho. También me da gusto que la historia esté gustándote y ya sabes, ambas nos tenemos mucha paciencia. Gracias.

    A los demás que se pasan a leer, ¡gracias! A ustedes es que les dedico el capítlo, mis lectores. ¡Disfruten!

    21

    Se perdieron en la mirada del otro, inmóviles, deleitándose en la visión que presenciaban frente a sí. Aumentando su asombro segundo a segundo, Sam detalló cómo las esmeraldas de Jake eran penetradas por un sentimiento diferente a la usual impavidez cuando sus pupilas se iluminaron ligeramente por un brillo de ¿esperanza? La joven deseó que se tratara de eso. Primeramente, porque sería bueno para él deshacerse de tantas inquietudes que su alma y mente albergaban; y segundo, porque quizás ahora sí le permitiría acercarse un poco a más a él. Hubiese deseado quedarse en esa posición por toda la eternidad, sintiendo la calidez que desprendía la mano de Jake bajo la suya, sin embargo, todo lo bueno terminaba.

    —¡Sam!

    Los dos despertaron de su ensimismamiento y volvieron la vista a donde la voz había nombrado a la pelirroja, descubriendo que Sasha se acercaba a ellos. Retornando su voluntad, Jake deslizó su mano por debajo de la de Sam liberándose de su agarre, colocándola sobre su regazo en tanto volvía a mirar al techo, intentando ignorar la candidez en su rostro. Sam lo miró brevemente con un deje de desilusión ante su aparente poco interés, sintiendo que su propia mano era abrazada por una frialdad que hizo un hueco en su corazón; luego posó la atención en su amiga, quien ya estaba frente a ellos.

    —Vamos, Sam —Sasha la tomó por el brazo y la levantó estirándola con más fuerza de la que necesitaba, sacándole un pequeño gemido de dolor—. No puedes perder el tiempo. El público está instalado ya; estás por salir.

    —Lo siento, Sasha. La noción del tiempo se me fue por un instante —se disculpó ella viéndose arrastrada por la morena.

    —Sí, bueno, cuida eso. Vamos, vamos que todos te esperan.

    La actriz le dio un par de empujoncitos en la espalada, animándola a seguir y ganándose una mirada más de arrepentimiento mezclada con confusión por parte de Sam, la vio tomar su puesto con los demás. Hallándose sola, Sasha enfocó su mirada en el alejado Jake, frunciendo el ceño en tanto sus ojos se oscurecían por un velo de irritación y celos. Rechinó los dientes e hizo las manos en puño, para después negar con la cabeza. Inhaló profundamente y exhaló con lentitud antes de regresar a su grupo. Todavía no era el momento de actuar.

    ******************

    Estático en su lugar, siendo azotado por infinidad de sensaciones, Jake miró su mano con incredulidad y confusión. El bienestar provocado por ese pequeño y afectuoso contacto físico seguía presente. El impacto había sido más poderoso de lo que imaginó, pues aún sentía el cosquilleo que había ocasionado la caricia de su piel con la de Sam. Se le escapó un suspiro inseguro y tembloroso al momento que su propio cuerpo era sacudido por pequeños espasmos, por lo que se abrazó a sí mismo esperando que éstos aminoraran de alguna forma. Se sentía vulnerable, se sentía patético, se sentía un pobre diablo; pero no estaba seguro del porqué su sentir. ¿Era por toda la fuerza y las sensaciones que Sam ejercía sobre él? ¿O eran recriminaciones a su persona por dejarse causar tanto disturbio emocional y mental? ¿O se debía al pesar de saber que nunca sería lo que Sam esperaba que fuera? Ella era cariñosa, él no lo era; ella expresaba sus sentimientos, él no lo hacía. No podía ni mantener un tono de voz diferente al tosco y gélido de siempre, ¿cómo podría hacer algo más?

    "¿En qué demonios piensas, Palmer?", se regañó al percatarse de sus cavilaciones. "No, ese es el problema. Has dejado de pensar". Y es que estaba tocando terrenos por demás desconocidos para él y le daba miedo.

    Escuchó la música de apertura y de nuevo, por más renuente que su corazón estuviera, fue atraído por el imán que era Sam para él, que era como una solitaria pieza de hierro. Se acercó a la entrada del escenario y la observó bailar, en tanto la presión del temor se repetía dentro de su pecho; no quería explorar nada nuevo. ¿Era de mente fija? Tal vez. ¿Era un cobarde? Sin duda; pero la mayor parte de él no deseaba cambiar una minúscula parte de su vida actual. Después de mucho tiempo de amargura al fin le iba bien y estaba a gusto, cómodo; no quería perder eso. Después de todo, estaba maldito; los cambios siempre habían sido para mal en su caso, así que prefería no arriesgarse. Antes de que el baile terminara, regresó a su sitio de siempre. Lo mejor era mantenerse alejado de Sam ahora que podía antes de que no hubiera marcha atrás.

    Por supuesto, algo le decía que las cosas no iban a salirle como esperaba. Le daba la impresión de que Sam no le permitiría mantener la distancia si continuaba con sus intentos de acercársele y entablar conversación con él. ¿Qué más podía hacer él para evitarlo? ¿No había tratado ya con la mayor indiferencia posible? ¿No la había ignorado incontables veces? ¿No había sido cruel? Y allí seguía ella, empeñada en conocerlo, en formar parte de su vida a la fuerza. Era un fastidio, un admirable fastidio. Y como sospechó, en cuanto Sam se vio libre de sus obligaciones, se dirigió ni tarda ni perezosa a donde estaba él para ocupar su lugar su lado y algo le dijo que a partir de ahora, ese sitio sería exclusivo no sólo de él, sino de ella también. El silencio se extendió por un corto lapso de tiempo, pues Sam tomó la iniciativa de hablar, otra vez.

    —No acostumbras ver el trabajo de los demás, ¿verdad?

    —¿Se nota? —Jake no pudo reprimir el sarcasmo, pero el comentario de ella le había parecido fuera de lugar por lo obvio que era.

    —Oh sí, yo... quiero decir... —Sam se sintió una tonta; no se había expresado bien—. Yo más bien quería saber por qué.

    —No me importa.

    —¿Y no te da siquiera un poco de curiosidad saber cómo lo hacen? —insistió ella, esperanzada. Quería abrir la más insignificante oportunidad para que Jake la viera bailar, un poco al menos. Sin embargo, la seca negativa de él destrozó sus ilusiones.

    —No.

    —Ya veo.

    Sam bajó la mirada, triste, enfocándose en el jugar de sus manos nerviosas con la falda del vestido, mordiéndose el labio inferior, aguantando el incómodo silencio que volvió a adueñarse del ambiente. No era común en ella querer que alguien la viera bailar. De hecho, al ser de carácter tímido, siempre procuró no llamar la atención de las personas de ninguna manera. De allí que incluso en las obras que presentó en el instituto eligiera a bailarinas de rutina; las acompañantes de los protagonistas. Jamás aspiró un papel muy alto. Sin embargo, ese era otro sentir inusual que Jake despertaba en ella: el desear demostrarle lo buena que era en el baile, en aquel arte que amaba. No era que se considerara la mejor, pero quería que observara que así como él, ella también se esforzaba por dar lo máximo y sobre todo, deseaba que Jake viera lo mucho que lo disfrutaba. Quería mostrarle lo que Matt no puedo ver en todo su esplendor.

    Ante el recuerdo de su primer amor, un nudo en su pecho y garganta se formó. Matt la había visto bailar el último día que se vieron, pero no había sido de manera plena. Ella había tenido meses sin practicar y la vestimenta no era la apropiada, así que en realidad nunca pudo presentarle un buen acto de su baile a pesar de que él sí le había dado una hermosa actuación de sus marionetas. Y la esperanza de mostrárselo en otra ocasión se vio opacada por siempre ante los sucesos que marcaron ese triste día. Un día que no terminaba de rememorar y que no paraba de ocasionarle sufrimiento a su aparentemente incurable corazón. Tanto así continuaba afectándole, que en ese momento sintió escocer sus ojos ante el venidero llanto.

    Lo único que podía consolarla en estos momentos en el que el doloroso recuerdo la invadía era el propio Matt; esa bella marioneta que le había sido regalada y que era el más valioso de sus tesoros. Iba a levantarse para ir a buscarla, ya que siempre dejaba el morralito en el vestidor junto a las pertenencias de sus otros compañeros, pero en eso divisó que Mark se acercaba a ellos corriendo a gran velocidad, con una sonrisa traviesa y una marioneta en sus manos

    —¡Jake, no dejes que me atrape! —pidió entre risas deteniéndose frente a los dos.

    Tanto Jake como Sam alzaron la ceja por demás confundidos sin entender el significado de las palabras del niño y la pelirroja iba a inquirir a qué se refería cuando distinguió que Clark se acercaba a ellos también corriendo y con el ceño fruncido, aunque en realidad sin emanar molestia, sino más bien un aire juguetón.

    —¡Vuelve aquí, pequeño pillo!

    Mark iba a volver a salir corriendo, pero dado que Clark era más grande, con unas cuantas zancadas le dio alcance y lo aprisionó en un fuerte abrazos de oso.

    —¡Te tengo! —dijo el hombre, sonriente—. Y ahora vas a pagar.

    —¡No!

    Sin embargo, Clark ya estaba aplicándole su castigo al niño, el que consistió en llenarlo de cosquillas aquí y allá, sacándole incontables carcajadas, además de agotarlo de su energía. Jake suspiró ante la escena sin demasiada importancia, sospechando más o menos de qué podría tratarse todo. En cambio, Sam se hallaba por demás ignorante, mas no evitó que las risas de Mark se le contagiara y divertida ante la escena, también rio entretenida.

    —¿Qué ha pasado, Clark? ¿Por qué torturas a Mark? —cuestionó con una sonrisa.

    —Porque ha vuelto a hacer de las suyas —explicó el hombre y quitándole el títere de las manos, lo señaló—. Volvió a escabullirse entre mis cosas y ha sacado la nueva marioneta que integraríamos a la obra. Allí tienes que no nos dimos cuenta hasta que ya estábamos en el escenario y tuvimos que improvisar. Nos diste un buen susto, travieso.

    —Pero me había gustado y quería verla bien. Iba a devolverla —se justificó Mark en tono inocente, levantándose cuando Clark lo dejó ir, ya que de tanta risa había terminado echado en el suelo.

    —Pues te tardaste un poco —Clark suspiró para luego sonreír—. Al menos la obra salió bien y Mark, no dejes que la curiosidad te gane. Pídeme las marionetas que quieras en lugar de robarlas. Te las prestaré.

    —No es robo porque las devuelvo —volvió a defenderse el niño—. Y no las pido porque no quiero que me digas que no como lo hace Jake.

    —Allí lo tienes, Jake —Clark miró al desinteresado pelinegro con una sonrisa maliciosa—. Mark se convertirá en un delincuente por tu culpa. Acepta la responsabilidad.

    —¡Yo no soy un delincuente! —casi gritó Mark con voz temblorosa, a punto de llorar por la acusación, sofocando el bufido de Jake.

    —De acuerdo, de acuerdo —Clark le sonrió tranquilizador acariciando su cabeza con cariño—. Pero la próxima vez avísame a mí, a Jake o al señor Ford cuando quieras o tomes otra marioneta, ¿sí? Jake no te dirá que no, ¿verdad? —Clark miró a Jake con insistencia y parpadeando repetidas veces, casi suplicante, y Mark se le unió al ruego poco después.

    —Lo que sea —Fue la respuesta del joven volviendo su mirada al techo y los dos cómplices supieron que habían ganado la batalla.

    —Anda, ve a ver la obra o con tus padres.

    Clark despachó a Mark con una nalgadita cariñosa y aunque el niño se quejó, hizo lo ordenado manteniendo una sonrisa en sus labios. Clark lo miró desaparecer entre los demás, contento. Sam, que había estado callada todo el tiempo, observó al hombre con detalle, fascinación y curiosidad. No era la primera vez que lo veía llevarse tan bien con Mark o con los niños en general. De hecho, aquella vez que la invitó a la feria para pasear en caballo, Clark había interactuado con varios pequeños, descubriendo que se le daban bastante bien y que ellos se sentían atraídos a la personalidad del hombre, por lo que una pregunta cruzó su mente en ese momento; incógnita que volvía a presentarse en ese entonces y que no pudo evitar formular, ansiosa por conocer un poco más de Clark.

    —Clark, ¿tú no tienes familia? —La interrogación atrajo la atención de Jake de vuelta a los dos y miró a Sam, alzando la ceja, extrañado.

    —¿Familia? —Clark también enfocó sus confundidos ojos grises en ella. Sam asintió.

    —Ya sabes. Que en algún lugar tengas una esposa e hijos esperándote; quizás nietos.

    Jake ahora posó su visión en Clark. Nunca antes se había interesado por esa parte de la vida de él. A pesar de que Clark siempre le hablaba de lo que recordaba de sus padres y hermanos o personas que conoció a lo largo de su vida, nunca le había hablado de ningún tipo de relación romántica. Sí le había dicho que le gustaban los niños y que su mayor deseo siempre fue formar su propia familia, mantenerla y criar a sus hijos, pero nunca decía más al respecto y él no se molestaba en indagar. Tal vez no le gustaba hablar de eso; quizás era una experiencia dolorosa para él y Jake no quería abrir heridas del pasado. Eso lo hacía un buen amigo, ¿no? ¿O lo hacía malo por no importarle tanto la vida de Clark como a él le importaba la suya? No, Clark era demasiado entrometido y Jake no caería en ese error.

    —No, no tengo —La voz animada del mayor lo sacó de sus pensamientos.

    —Ya veo. ¿Puedo preguntar por qué? —Sam dudó un momento; no quería meterse en algo que no le incumbía ni mucho menos quería ser fuente de incomodidad.

    —Claro que puedes —la tranquilizó Clark sin dejar de sonreír, para después masajearse el mentón, meditativo—. Veamos, ¿por qué no tengo familia?

    —Seguramente nadie quería estar contigo siendo tan molesto —comentó Jake en tono neutro.

    —¿Qué insinúas, muchacho? —Clark se llevó una mano al pecho y se echó para atrás, ofendido—. No quiero se vanidoso ni nada, pero he de aclararte que siempre tuve muchas oportunidades para salir con hermosas mujeres.

    —¿Entonces? —Jake alzó una ceja, ahora sí curioso—. ¿No decías que tu mayor deseo era tener una familia?

    —Pues sí, pero...

    Clark bajó la mirada y un inusual ambiente de depresión lo envolvió. Sam y Jake querían saber por qué nunca formó su propia familia, ¿pero qué decirles si ni él mismo conocía la respuesta? No lo sabía, no lo entendía. Cada oportunidad que tuvo había sido eclipsada por un extraño sentir en su corazón; un vacío insistente cuyo origen no comprendía. Una sensación que le indicaba que no podía cumplir su anhelado sueño porque entonces sería un traidor. Llevó su mano izquierda a la cicatriz. Tal vez ese lapso de uno a dos años de laguna mental que el accidente le dejó tenía algo que ver, pero sus padres siempre le aseguraron que nada trascendental había pasado en ese tiempo; sólo la misma rutina. ¿Entonces por qué se sentía tan poco merecedor de otorgarse esa alegría? Levantó su mirada, notando que los dos jóvenes lo miraban con un deje de preocupación. Sonrió tranquilizador.

    —La verdad no lo sé —respondió al final, sincero y ante la mirada inconforme de Jake, prosiguió—: Vamos, que no importa en realidad. Los tengo a ustedes dos como hijos y eso me hace muy feliz.

    Sam sonrió asintiendo, sintiéndose honrada de ser llamada hija de él; en cambio, Jake bufó con fastidio, rodando los ojos y volviendo su atención al techo. Esa insistencia de Clark de quererlo como su hijo era desesperante.

    —Lo único que les encargo son los nietos, ¿eh?

    —¡Tú!

    Jake casi se levantó de su lugar, irritado y por demás ruborizado, con la intención de lanzarse sobre el hombre, pero éste ya había echado a correr lanzado una carcajada de franca diversión que no hizo más que sonar burlona en los oídos del joven de ojos verdes, incremento su vergüenza. A su lado, Sam había bajado la mirada, también roja hasta la médula de los huesos, por lo que la densidad entre ellos aumentó. Jake se cubrió el rostro con una mano, en total bochorno. Lo decía y lo repetía: humillaciones y frustraciones puras era lo único que sacaría estando con ese par.

    Detallitos cruciales. Por ahora es todo. ¡Gracias por leer!
     
    Última edición: 13 Enero 2016
    • Me gusta Me gusta x 5
  6.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
    Miembro desde:
    11 Mayo 2011
    Mensajes:
    303
    Pluma de
    Escritora
    *.*
    como siempre un capitulo impecable!
    que encantador... pero este Jake que no quiere aceptar a nadie cerca, se pasa!!! no se da cuenta que ya es arroz quemado, ya fue, o sea, ya cayó que tanto quiere negarse que esta muerto de amor por Sam... pinche necio. Y decirle esas cosas rudas aun cuando ella es taaan dulce con el, pero bueno, ya luego se arrepentirá del hecho.
    Y Clark, a mi me parece que es casado, y que tiene una familia, que quiza no sea de agrado de sus padres por eso lo andan negando, y su inconsciente le dice que sea fiel a su amor, fiel a su familia, a la que el no recuerda... snifff aunque es tan positivo que ya mando a encargar lo nietos ajajaja este cap me encanto!! X'D
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  7.  
    Unimar

    Unimar Un alma sana reside en un cuerpo sano y mente sana

    Libra
    Miembro desde:
    7 Junio 2013
    Mensajes:
    213
    Pluma de
    Escritora
    Hola Bore, hace tiempo que no te veía en el foro. Y mucho menos de tu historia tan bonita. Me alegro mucho el que me hayas avisado, en verdad que te loa gradezco. Pensé que ya me había perdido de mucho y veo que no. El último mes que estuve inactiva me perdí de muchas cosas y estoy tratando de retomar todo lo que estaba siguiendo, claro está que poco a poco y no todo al aventón. Bien he aquí mi comentario…

    Capítulo 19

    De nueva cuenta me deprime leer que la pobre de Sam se sienta de esa manera, mira que yo había pensado que había tenido un avance con Jake, pero no era así. Ni los buenos ánimos de Clark pueden levantar a la muchacha. Espero que Jake pueda animar a nuestra querida Sam, ya que el tiene la manera de hacerlo no con un regalo tan sólo con una sonrisa sincera.

    Sam tiene que salir de esta mala racha.


    Capítulo 20


    En verdad que fue un capítulo muy hermoso, muchas gracias por dejarme ver un lado de Jake que no conocía. Por fin ese muchacho se está dando cuenta que en verdad siente algo. Fue totalmente romántico Bore, o al parecer como actuó este muchacho me lo pareció así. Imagínate si es que se da cuenta que en verdad se esta enamorando de ella. Que hermoso. Matt por fin pudo hablar con el muchacho difícil, en verdad no sé como me había podido perder de este capítulo tan hermoso. Muchas gracias Bore.


    Capítulo 21

    Enojo, enojo y frustración; son las palabras correctas para describir este capítulo. No tú Bore, ese de Jake si que es difícil. Ese muchacho no llego aún a comprenderlo del todo. ¿Por qué actúa de esa forma? Ya sabemos su pasado y varios de los motivos, pero que le cuesta abrir un poco su corazón y despejar su mente. Es tan rudo con mi querida Sammy. Y también fue rudo con Clark. Jajajajaja me ha encantado el final del capítulo, mira pidiéndoles hijos. Ya se sabe como es que van a terminar las cosas con estos dos, a menos que decidas darle un giro de trescientos sesenta grados entonces…. Yo quedaría impactada totalmente.

    Bore como siempre es un placer leer tus historias. Oye avísame para la próxima vez no quiero perderme ni un solo capítulo. O ni una s tus historias. Cuídate mucho, mucho te mando muchos abrazos y besos. muchos saludos a la familia.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  8.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
    Miembro desde:
    10 Diciembre 2010
    Mensajes:
    2,063
    Pluma de
    Escritora
    Bien, aquí estoy ya, aunque parece que no me perdí muchos capítulos, si acaso unos tres, los que ya me leí. Para comenzar, me intrigó mucho esa ausencia diaria de Jake. ¿A dónde iba? ¿Qué hacía? ¿Por qué se iba? ¡Por Sam! Y ella, pobrecita, me contagio por un momento de su añoranza. Esa nostalgia de verlo, extrañándolo todo el tiempo que él se mantuvo ausente, esa amargura que ni el propio Clark pudo desplazar y mira que el hombre es positivo, alegre y optimista al por mayor.

    Luego la primera actuación de Sam, que linda, sobre todo la parte donde Jake se acercaba a verla bailar, todas las veces que ella bailó en su presentación, jajaja, me divirtió un poco la manera como él corría a su lugar en cuanto se terminaba el baile y Sam, tan despistada de veras que ni siquiera lo notó, que él la miraba, pero ah, ¿qué tal cuando ella lo miró a él, con esa su mirada tan penetrante que por unos momentos hizo a jake enfadar por la turbación de su mirar. Él sí que la notó pero requetebien xD

    Me encantó la manera como ella colocó su mano sobre la de él, todas esas emociones que despertó en el joven... pero ojo, la actitud de Sasha no me gustó para nada. ¿Es que está celosa de Sam? Ya una vez me lo sospeché, pero pensé que no podía ser, porque parece ser la mejor amiga de la pelirroja, sin embargo, hoy me ha mostrado algo que se oculta en ella. Celos. ¿Y qué significa que no es el momento de actuar? ¿Qué pretende esa mujer? ¿Es que va a hacerle daño a Sam?

    ¡Nooooo! ¡Sam, aléjate de ella!

    Caras vemos, corazones no sabemos. Bien, dejando el dramatismo a un lado, me despido haciéndote saber que espero la continuación. Clark me gusta cada vez más y ese misterio que lo rodea me parace muy interesante. También pienso que ha de tener una esposa e hijos por ahí, a los que no recuerda gracias a ese accidente, lo presiento por su propio sentir, pues como él mismo ha admitido, tuvo muchas oportunidades de formarse una familia, ¿por qué no lo hizo? Y ese sentimiento de que al formarla, se le antoja como a traición, me dice que alguna vez estuvo enamorado.

    Quiero saber más y aunque la historia es "eterna", es también muy interesante xD. TKM
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  9.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

    Géminis
    Miembro desde:
    25 Enero 2012
    Mensajes:
    493
    Pluma de
    Escritora
    XD ""ahí les encargo los nietos"(Yo también, ok, no)
    Oh, nuevas dudas acuden a mi mente :¿ pasó algo con Clark cuando tuvo esa laguna mental? ¿Conoció a alguien y por eso no quiere salir con nadie más? Misterios aún no resueltos sumándolo con el pasado de Jake.
    ¿Y que pasa con Sasha? ¿Le gusta Jake o siente que no le conviene a Sam?
    Y que mentiroso es l chico este, claro que laa vio bailar y le gustó.
    Pero bueno, todo a su tiempo.
    Muchas gracias por no olvidarte de mí cuando invitas a tu fic
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  10.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    4 Mayo 2010
    Mensajes:
    1,177
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Verano e Invierno
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    4839
    @Milmel ¡Gracias por tu comentario! Siempre me sacan una sonrisa :3 Y también, como siempre, tus deducciones son dignas de admirar. Y sí, Jake es necio, pero es que tiene orgullo como ninguno xD Casi como yo, ok no. ¡Gracias por tu apoyo de siempre, amiga!
    @Chispita Uh, creo que aquí también me despido de ti. Me encantó tenerte este tiempo en mi fic; tu apoyo incondicional me ha servido para no dejar de lado esta historia y siempre lo tendré muy presente a pesar de tu ausencia. ¡Gracias por todo, Uni y que te vaya bien en tu vida! Se te quiere :'D
    @Marina Ah, Master, ¡gracias por leer también! Sabes que me encantan tus comentarios. Y bueno, esas dudas se develarán poco a poco (yo sé que tengo años diciendo eso, pero bueno xD) ¡Hey! La historia tampoco es eterna, tiene su final y todo, sólo que va muy lenta xD, pero bueno, hay que aprender a cultivar la gran paciencia, que a muchos nos hace falta. Gracias por ser tú n.n Te amo.
    @Sheccid ¡Gracias por tomarte el tiempo de leer y comentar! No podría olvidarme de ti, eres importante en este círculo de lectores para este fic ^u^ Espero que las preguntas se vayan contestando y que te guste este capítulo que está... curioso. ¡Gracias de verdad!

    A todos los demás que se pasan y leen, ¡mil gracias! Valen oro, los aprecio. A todos ustedes en conjunto que leen es que el capítulo va dedicado y dado que me tardé un rato en publicar, les traigo un capítulo más largo que los ateriores. Ojalá no les aburra, pero cuando inspiración toca la puerta, pues mejor hay que dejarla pasar. ¡Disfruten!

    22

    El silencio volvió a cerniese sobre ellos un corto espacio de tiempo antes de que la pequeña risa de Sam se hiciera oír. Había estado pensando en todo lo que había pasado y las ganas de reír la habían asaltado, y aunque procuró controlarse, no lo consiguió; al menos la disimuló cubriéndose la boca. A su lado, Jake la miró con irritación mezclada con bochorno. ¿Se estaba burlando de él? ¿Había unido fuerzas con Clark para humillarlo? Dadas las circunstancias, así le pareció. Bufó con fingido fastidio para ocultar su vergüenza. Escuchándolo, Sam aminoró su risilla para disculparse.

    —Lo lamento, pero Clark es muy ocurrente, ¿no? —En realidad ella también estaba muy avergonzada por la insinuación del mayor, pero comenzaba a tomarse los comentarios de Clark con más ligereza y con diversión.

    —Es molesto —corrigió él en son monótono—. Dice cosas que no vienen al caso; tonterías.

    —¿Eso quiere decir que...no querrías formar tu propia familia algún día? —cuestionó Sam, insegura de hacer la pregunta e incluso temerosa de conocer la respuesta.

    Jake cerró lo ojos y volvió su rostro al lado contrario de donde estaba la pelirroja para no verla, sin planes de contestar, deseando cortar el tema allí mismo. No quería tener esa conversación. El término familia como debía ser nunca había estado presente en su vida. Nunca había tenido una, no sabía cómo funcionaba en realidad, no sabía cómo se suponía que debían actuar entre ellos, así que no podía aspirar formar alguna. No era bueno para mantener relaciones sociales y la familia era la base de la sociedad, así que dudaba ser capaz de tener una. Jake era demasiado... Jake para pensarlo siquiera. Después de todo, ¿cómo pensar ser un padre cuando nunca se tuvo alguno? A veces llegaba a la conclusión de que sus padres debieron ser igual que él y que cuando nació no se vieron capaces de criarlo y por ello terminaron abandonándolo. No quería ser igual que ellos, por lo que mejor se quedaba solo. Así nadie podría lastimarlo y él mismo no podría lastimar a nadie. Ya no podían decir que era egoísta, ¿o sí?

    Sam bajó la mirada al no obtener respuesta. Parecía ser que había tocado otro asunto prohibido y aunque Jake no lo exteriorizó con palabras, por su silencio y su desinterés previo, pudo conocer su pensar al respecto. No deseaba tener familia. Un vacío se formó en el corazón de la pelirroja y por centésima vez desde que lo conocía, se preguntó por qué Jake era como era y por qué pensaba como pensaba; por qué no le gustaba lo que no le gustaba. Se preguntó por qué alguien tan diferente a Matt y a ella misma la había atraído tanto hasta el grado de enamorarse de él. El sonido de aplausos penetró sus pensamientos advirtiéndole que era momento de que se alistara para entrar a escena nuevamente. Miró a Jake una vez más, quien seguía con el rostro hacia el otro lado, y después se levantó sacudiéndose cualquier indicio de polvo en el vestido.

    —Bueno, creo que es hora de que vuelva al trabajo.

    Volvió a mirarlo en toda su altura, esperando que él le dirigiera la mirada como momentánea despedida, sin éxito, por lo que no tuvo más remedio que ir con sus compañeros para hacer la segunda danza del espectáculo. Como siempre que salía a escena, limpió su mente por un momento de todo para concentrarse de lleno en su tarea, por lo que no volvió a notar que con el sigilo de siempre, Jake se había acercado a la entrada del escenario para verla. Intentaba engañarse a sí mismo diciéndose que como persona rutinaria, se formaba un hábito fácilmente y se acostumbraba a seguirlo. Así que eso era, ver a Sam ya no era más que una costumbre, Sin embargo, lo que la visión de ella le hacía sentir no podía ser rutina. Y en caso de que lo fuera, le daba la sensación de que no podría familiarizarse con esos sentimientos por mucho que lo intentara.

    Al finalizar el baile, Jake se dirigió a tomar las marionetas que utilizaría en su obra y después de tenerlas en su poder, se encaminó a ayudar a Clark con el mini-teatro que usaban, pero antes se encontró con una Sam sonriente.

    —Esfuérzate, Jake. Estaré cerca, observándote.

    Lo último lo dijo con timidez bajando un poco la cabeza, aunque sin borrar su sonrisa y Jake frunció el ceño sintiendo enormes ganas de preguntar por qué. ¿Por qué le decía frente a frente que lo miraría? ¿Por qué no podía quedarse callada? No había necesidad de que se lo hiciera saber, siempre podía hacer lo que él y verlo sin decir palabra. ¿Por qué le era tan sencillo expresar lo que quería? No le contestó nada y continuó su camino. Ahora debía prepararse para luchar contra el desasosiego que seguramente lo invadiría al pensar que tendría los ojos de la joven sobre él todo el tiempo, el que sería prematuro gracias a su informe —amenaza desde su perspectiva— de tenerlo en la mira todo el tiempo que durara la obra.

    Nunca le había importado que nadie lo observara antes; jamás se sintió agradecido, halagado, irritado o cohibido porque sus compañeros lo miraran. Simple y llanamente poco le importaba que lo hicieran. No le interesaba si llamaba su atención o si les era indiferente. Sin embargo, últimamente esa característica suya había estado brillando por su ausencia ante la presencia de Sam. Su estado estoico e imperturbable era remplazado con una turbación e inquietud inimaginables con la simpleza de tenerla a su lado o saberse el objetivo principal de sus orbes cafés, como en ese momento. Procuraba poner completa atención en su labor y al menos recordar que era algo que disfrutaba, pero la insistencia en la mirada de Sam que no era disimulada para nada no le ponía las cosas fáciles. Y es que de pronto una inseguridad lo invadió al recordar las palabras de ella en cuanto a su presentación anterior y cómo es que le había encantado; esa sonrisa había sido prueba de ello. Por una vez en su vida le preocupaba la opinión de alguien y también por primera vez temió equivocarse en su demostración y entristecerla de alguna manera.

    Su número terminó y un mar de aplausos inundó la sala de espectadores. Jake dejó el escenario y aunque vio que Sam también aplaudía encantada y feliz, ella no tuvo la oportunidad de felicitarlo por su buen trabajo porque tuvo que prepararse para hacer el baile final y deseó impaciente que todo eso terminara para hablar con el mationetista. No obstante, los planes de Jake no eran exactamente esos. Dado que su acto ya había terminado y no había una tercera función, ya podía irse de ese lugar. No tenía por qué esperar a que cerraran el evento, a que todos se alistaran, saludaran a fanáticos y bla bla. Era un fastidio tener que aguantar tanto jaleo cuando podía ir a casa por su cuenta y aunque se tomaba un tiempo para llegar a la mansión que rentaban, no era mucho pues ésta siempre estaba en el área del teatro. Total, prefería hacer otro tipo de cosas que consideraba más productivas que socializar.

    Empacó sus marionetas y tomando el saco, se dirigió a la salida que lo llevaría fuera de la construcción, mas a medio camino se detuvo. Si se iba ahora ya no vería el baile final de Sam. Sacudió la cabeza retomando su camino. Bueno, no importaba en realidad; no estaba obligado a quedarse y hacerlo. Además, era mejor irse ya o terminaría rodeado de gente que terminaba por ponerlo de mal humor y lo enervaban. Tampoco era como si quisiera verla bailar, ya había sido suficiente y no quería desenfocarse más. Se detuvo poco antes de llegar a la puerta al escuchar la música de la danza y apretó el saco que llevaba en su mano con fuerza. Si no quería contemplarla, ¿por qué se sentía obligado a quedarse? ¿Era por ella o por él que ese repentino deseo nacía en su ser? ¿En realidad anhelaba seguir viéndola en su papel de linda bailarina o una parte de él sabía que si se iba, ella se desilusionaría y quería evitar eso?

    Giró su cabeza para mirar a los demás que se amontonaban en la entrada del escenario deleitándose en la última coreografía del día. No quería soportarlos a todos si se quedaba. Estaba también la posibilidad de aguantar hasta el final del baile y luego irse velozmente, pero le daba la sensación de que Clark ya no lo dejaría irse y lo obligaría a montarse con él en alguno de los camiones, cosa que sinceramente le apetecía poco. Recordar a Clark fue el incentivo que necesitó para despejar cualquier debate interno y actuara conforme a su plan inicial, saliendo del teatro. Ya había tenido suficiente con sus directas y molestas sugerencias en cuanto al hecho de que Sam se veía tan linda bailando que ni él mismo podía resistirse a sus encantos. Le había dado bastantes razones para agobiarlo como para estar dispuesto a otorgarle una más. Así, intentando ocupar sus pensamientos en lo que fuera que no se tratara de cierta pelirroja, se dirigió a casa.



    Las ovaciones a manera de aplausos sacudieron el teatro una vez más al tiempo que la música dejaba de sonar y los bailarines quedaban inmóviles en la pose final, despidiendo de una elegante y grácil manera a su público. El telón se cerró por unos instantes mientras cada uno de los participantes en la obra también salía a la tarima y formaban una línea acomodándose entre sus otros compañeros. Incluso Tucker, Jill y Mark formaron parte de la fila a pesar de no participar legalmente, pero bueno, eran los patrones, por lo que derecho tenían de lucirse. De esa manera era como los integrantes del Teatro Woods se despedía de los espectadores al finalizar cada espectáculo y se abría el telón una última vez, en tanto se inclinaban de manera reverente en un mudo agradecimiento por su apoyo.

    Pocos eran los que no se dejaban ver, principalmente porque servían principalmente como técnicos de decoración y luz; sin embargo, entre ellos también estaba Clark, quien le había asegurado a Sam que no le gustaba recibir más alabanzas de las que ya le daban cuando concluía su presentación de marionetas, por lo que prefería tomar el papel de alguien más entre el público y aplaudir a sus compañeros. Sam pensó que otro al que no le gustaba recibir felicitaciones de más debía ser Jake, ya que a él tampoco lo había visto reunirse con ellos al finalizar, ni la ocasión pasada ni esta. Aunque ahora entendía por qué nunca antes lo había visto a él o a Clark cuando el teatro fue a su ciudad.

    Con todo, decidió que no debía sorprenderla la continua actitud retraída del joven. Ya había descubierto que la interacción con sus compañeros no era algo primordial en su vida. No obstante, eso no impidió que cuando el telón bajara de nuevo, se apresurara a donde se suponía estaba Jake esperando. Quería decirle otra vez que su demostración le había encantado y que se notaba el talento que con esfuerzo se había forjado. Su desilusión fue mucha cuando descubrió que el hombre de su afecto no estaba en su sitio apartado; ni siquiera vio el saco por ningún lado, o de lo contrario habría pensado que fue al baño o a atender algo más y que pronto regresaría. Sin embargo, nada quedaba ya de la presencia de Jake. ¿Habría subido al autobús desde ahora para evitar el alboroto de los demás?

    Al pensar en esa posibilidad, otra realidad apuñaló su mente siendo el herido su corazón. Jake siempre había salido temprano, justo al terminar su acto, precisamente para evitar contacto con los demás. ¿No lo sabía ella mejor que nadie? ¿No había memorizado eso semanas atrás para estar frente a la puerta y darle la prometida bienvenida de todos los días?¿Entonces por qué recordarlo la dañaba tanto? ¿Por qué su corazón se sintió de pronto decepcionado? Fácil. Se había hecho falsas ilusiones con respecto a su actuar para con Jake. Había creído ingenuamente que él haría una excepción aquel día que era tan importante para ella y la esperaría para regresar juntos. Confió demasiado en que los pequeños, dulces y cálidos momentos que habían tenido a lo largo de la tarde harían una diferencia, y había olvidado los días pasados y la desaparición de Jake por su causa. Había olvidado que su ausencia se debía a que no la soportaba.

    Se llevó una mano al pecho y estrujó la tela del vestido, allí donde se encontraba el corazón, deseando que de alguna manera pudiera arrancárselo y ya no padecer de tan intenso dolor que sus propios pensamientos le causaban. ¿Pero cómo decirle a la mente que se enfocara en algo que no fuera la evidencia del rechazo de Jake? ¿Qué tal si en verdad había estado luchando por nada? ¿Acaso había estado lanzando golpes al aire, sin alcanzar un objetivo? ¿Tenía que rendirse ahora? ¿Debía resignarse a que todo lo que vivían los dos era porque ella lo forzaba? Después de todo, Jake no se había molestado en verla efectuar su danza en ningún momento, ni por cortesía. ¿No era prueba suficiente de lo poco importante que era para él?

    —Se fue, ¿eh? —La voz a su espalda la hizo girar sobre su eje para encontrarse con su amiga actriz, quien se encogió de hombros al seguir—: Bueno, no es sorpresa. Para él, entre más lejos de la gente mejor. Siempre ha sido así desde que lo conozco y nadie ha podido hacerlo cambiar. Ni yo, ni Clark... y tú tampoco puedes, Sam.

    La pelirroja desvió la mirada de la seria y un tanto dura que Sasha le lanzaba. Parpadeó varias veces intentando que las súbitas lágrimas no se derramaran. Así que Sasha también pensaba lo mismo, ¿eh? Escuchó que la morena soltaba un suspiro de cansancio para luego sentir que posaba su mano sobre su hombro. Sam la miró y notó que los ojos de su amiga brillaban extrañamente y que le sonreía ligeramente en tanto decía con voz controlada:

    —¿Ahora entiendes por qué creo que Jake no te conviene? Hace que pongas caras tristes, como la de ahora y no te lo mereces. Anda, Sam, hazme caso y aléjate de él, ¿quieres? Es por tu bien.

    —Pero...he llegado tan lejos —se excusó ella con voz débil, bajando la mirada. Su corazón seguía obstinado en aferrarse a una esperanza, por ligera que fuera.

    —¿Qué es lejos? —Ahora Sasha sonó impaciente—. ¿Recibir miradas frías? ¿Poca atención? O mejor dicho, ¿seguir siendo ignorada? ¿Te felicitó al menos por tu debut?

    —Yo... yo...

    No supo qué más responder. ¿Sasha tenía razón? Si así era, ¿por qué Clark se empeñaba en que no se rindiera con Jake? ¿Por qué le daban consejos opuestos? ¿Quién estaba en lo correcto o equivocado? ¿Era Clark el de la mala idea al querer a Jake como un hijo y ser menos objetivo? Aunque, ¿no decía que ella era como su hija de igual forma? Debía querer lo mejor para ella también, ¿no? ¿O era Sasha la que estaba equívoca al ser de carácter más fuerte y poco sensible? Pero era su mejor amiga y también buscaba su bien, ¿cierto? ¿Por cuál se inclinaría a obedecer y tomar en cuenta?

    —¡Chicas!

    El llamado de Clark entre el gentío las obligó a posar su atención en él, que ya las había interceptado y se les acercaba.

    —¿Qué quieres? —preguntó Sasha al estar junto a ellas.

    —A ti te buscan algunos de tus fans, Sasha —informó el hombre sonriente, por lo que la actriz no tuvo más remedio que despedirse de ellos e ir a atender el llamado—. Lo siento, Sam, pero tú todavía no tienes admiradores. Pero no te preocupes que pronto los tendrás. ¡Esta vez estuviste asombra, igual que la otra! Es más, ahora estuviste mejor.

    —Muchas gracias, Clark —Sam esbozó una sonrisa desganada.

    —¿Estás bien? ¿Ha pasado algo malo? —inquirió el marionetista, preocupado, notando el ambiente depresivo de la joven.

    —No es nada. Eh... Será mejor que vaya por mis cosas. Nos vemos en el camión, ¿sí?

    Y sin darle oportunidad al otro de decir algo, Sam se retiró haciéndose paso por todo el personal hasta que llegó a los vestidores. Se suponía que ese sería un día feliz. ¿Cómo había terminado en desazón y amargura? Se colocó su morral inseparable en cuanto lo tuvo a la vista y a través del material del mismo pudo sentir la adorada marioneta al aferrarla con fuerza, y no pudo evitar preguntar en silencio: “¿Qué hago, Matt?”



    Estaba mal, muy mal; peor que mal. La idea de Jake al arribar a la mansión había sido la de encerrarse en su habitación para trabajar en alguno de los incontables proyectos que tenía en mente. Después de todo, darle forma y vida a las marionetas siempre había sido su pasión. Sin embargo, su objetivo se había ido al drenaje de la manera más cruel posible cuando, al cerrar la puerta de su cubículo y después de sacar todos los utensilios y materiales necesarios para empezar, quedó estático en su silla frente a la mesa de trabajo, sin siquiera dignarse a tomar entre sus manos alguna herramienta. No, sino que su insolente mano parecía moverse contra su voluntad simplemente para llegar al bolsillo, sacar el reloj y ver la hora. Acción que se le antojaba una inutilidad inmensa. Por mucho que mirara la hora, los segundos no correrían más rápido ayudándolo en su repentina y absurda urgencia —no, no era deseo— de que Sam regresara a casa.

    Y es que temblaba de nervios por dentro. Jamás pensó que llegaría a hacer lo que había estado haciendo los días pasados, y mucho menos había pensado que la causante de todo fuera alguien que estaba destruyéndolo poco a poco. Pero lo había hecho y no había marcha atrás, y ese pequeño y plano objeto en forma de colibrí que brillaba bajo la luz de la lámpara de aceite era prueba de ello. Fue una súbita decisión, en realidad; se atrevería a decir que nació en un momento de locura. Al saber que Sam bailaría sintió la obligación —no, tampoco era deseo— de darle un obsequio por su iniciación como bailarina en el grupo. Y a pesar de que procuraba convencerse de que era por mera educación, el tiempo que dedicó a la búsqueda de algo adecuado para la pelirroja desmentiría sus pensares.

    Había dedicado todo momento de casi todos los días pasados a ese obsequio de “compromiso”, hasta el grado de llegar a levantarse muy temprano y no regresar a casa hasta en la noche. Sin embargo, le había resultado más complicado de lo que había imaginado en un principio. A pesar de que había un montón de cosas bonitas para el cabello que podrían funcionar como adorno para ella al bailar, dudaba a la hora de adquirirlo. No tenía siquiera la más remota idea de los gustos de ella; si tenía un animal favorito, o una flor o tan sólo qué color le gustaba más. No sabía nada de ella y eso lo retuvo incontables veces de comprar algo. Cuando llegó el día de la primicia de Sam, él no tenía nada para darle, lo que lo desesperó bastante y más porque al ver la hora, descubrió que ya todos estarían alistándose para ir al teatro. Entonces, lo vio en el escaparate de una de las incontables tiendas del barrio. Un simpático broche para ropa, ni siquiera para el cabello que era lo que buscaba, que tenía la forma de un colibrí visto desde perfil. Era de plata casi en su totalidad exceptuando el ojito del ave que era de zafiro y el pico que era de oro.

    Le gustó en cuanto lo vio, por lo que no se paró a pensar en ese momento si le gustaría a Sam o no y lo compró con prontitud, pues tenía que ir al teatro para ver el estreno del baile de Sam, por curiosidad —insistía, no era deseo. Y era precisamente que ya después de pasar la presión, estando en la tranquilidad de su habitación, se ponía a meditar en la intrepidez de sus actos y la duda lo asaltó. ¿Había sido buena idea comprar eso sin pensárselo mucho? ¿Le gustaría a Sam? ¿Lo rechazaría de plano o lo aceptaría de mala gana? La mejor manera de evitarse cualquier tipo de bochorno y desprecio era no dándole nada. Total, nadie sabía que había comprado ese broche y mucho menos conocían el motivo, por lo que no importaba si se lo quedaba él. Mas tampoco era como si le gustara acumular cosas que no utilizaría y que se volverían un estorbo. Suspiró con agotamiento. ¿Qué rayos iba a hacer? ¿Y por qué se rebanaba el cerebro por nimiedades como esas?

    Se escucharon golpes en la puerta y no pudo evitar saltar en su lugar, asaltado; los nervios no se apiadaron de él cuando se asentaron en su estómago, revolviéndolo. Miró el colibrí sobre la mesa y su natural brillo lo instó a llevárselo con él. Soltó un suspiró tormentoso, con parsimonia, al tiempo que se levantaba, ignorando el objeto. Se acercó a la puerta y la abrió. Allí estaba ella, sosteniendo la bandeja con los alimentos y sonriendo como siempre... No, esta vez la sonrisa que mostraba difería a las anteriores. Esa era forzada y ¿triste? ¿Por qué? Su inquisidora e insistente mirada la perturbó porque bajó la mirada, avergonzada.

    —Ah, yo... quería decirte que me gustó tu acto, pero te fuiste antes de que pudiera decirte algo, así que, bueno, aprovecho. Lo hiciste muy bien...

    La voz de Sam se apagó y evitó contacto con los ojos de Jake. Era tan difícil verlo con todo ese torbellino de inquietudes y dudas que tercas estaban en establecerse en su cabeza. ¿Qué tal si estaba presionándolo con todo eso de ser ella la que entregaba sus alimentos? Tal vez estaría bien que le daba un momento de espacio y dejaba de verlo unos días más, así como él parecía querer, aunque a ella la desgarrara por dentro. Sintió que él le arrebataba la bandeja con velocidad y antes de que pudiera levantar su vista a verlo, escuchó un rápido:

    —Espera.

    Y cuando finalmente alzo sus ojos, no vio más que la puerta de la habitación del joven cerrarse. Parpadeó confundida. ¿Había escuchado bien? ¿Jake le había pedido que esperara o su imaginación le hizo otra mala jugada? ¿Qué tal si incluso había dicho otra cosa como “vete” y ella sólo escuchó lo que quería escuchar? Claro que eso parecía tan incongruente como sonaba. No tuvo mucho tiempo de pensarlo, pues casi de inmediato la puerta se abrió y Jake se dejó ver ante su persona con su brazo ligeramente extendido hacia ella, teniendo el puño cerrado.

    —Toma —dijo sin más.

    Sam volvió a parpadear y extendiendo las manos, las puso bajo el puño de él, por lo que el pequeño colibrí aterrizó en sus palmas cuando él abrió la suya. Jake no se molestó envolverlo en papel de regalo o en una tela. Por Dios que él era práctico. Además, tenía prisa en dárselo. No le gustaba esa mirada melancólica en ella; tal vez si le daba el colibrí, esta cambiaría a otra; hasta una burlesca le valía... o quizás no, pero ya no podía echarse para atrás. Sam lo miró por unos instantes confusa y él maldijo la ingenuidad de ella. ¿De verdad volvería a hacer que se lo dijera directamente? Sintió que la sangre subía a su rostro a pesar de que intentó evitarlo y no atreviéndose a mirarla a los ojos, enfocó su vista en un punto inespecífico del pasillo, aclarando su garganta.

    —Por tu debut. Bailaste bien.

    En la última palabra, con el pulso a mil, la miró discretamente y de reojo para ver su reacción, la que primero se tradujo en una sensación de asombro. Sam abrió los ojos sorprendida, principalmente por la declaración de él. Si la felicitaba por su danza era porque ¡sí la había visto bailar! Luego miró el broche que sostenía en las manos y le pareció precioso, hermoso, un tesoro incomparable. Su pecho se contrajo en una alegría que la orilló a inhalar de manera entrecortada ante el peso de su dicha. Y no pudo controlarse más, al exhalar, el sentimiento explotó, materializándose en tórridas lágrimas que bajaron por sus mejillas como corrientes imparables, en tanto un trémulo incontrolable se apoderaba de su cuerpo. Y al verla, Jake se alteró. ¿Por qué lloraba? ¿Tan feo le había parecido el regalo como para llorar? ¿O es que se burlaba de él? Su orgullo se sintió herido.

    —Si no lo quieres, no tienes por qué conservarlo —dijo intentando no sonar dolido y alargó el brazo para quitarle el colibrí a Sam, pero ella se apresuró a dar un paso hacia atrás.

    —¡No! —casi gritó, abrazando el objeto contra su pecho con ahínco, temerosa de perderlo si lo soltaba un momento—. Me encanta, mucho, demasiado —respondió con voz entrecortada por los sollozos y sin dejar el llanto.

    —¿Entonces por qué lloras? —se atrevió a preguntar, confundido.

    —¿Por qué? —Sam sonrió con ternura—. Pues, porque estoy feliz, muy feliz —Ella notó que Jake fruncía el ceño incapaz de comprender a qué se refería—. ¿Es que nunca has llorado de alegría, Jake?

    ¿Es siquiera eso posible?”, se preguntó con desconcierto el pelinegro. ¿Llorar de felicidad? ¿Cómo? Era absurdo, tonto e irrazonable. Las lágrimas representaban sufrimiento, amargura y tristeza; no podían significar gozo y contento. Era ridículo. Al ver el debate mental que Jake parecía tener, Sam, un poco más controlada, rio un poco al tiempo que se limpiaba las lágrimas. El marionetista se sonrojó mucho más sintiéndose mayormente humillado ante su aparente ignorancia. La pelirroja explicó:

    —A veces, cuando una persona está tan contenta que no puede demostrarlo ni con una sonrisa o una risa, es necesario que llore para expulsar su regocijo. Debe ser una satisfacción muy grande porque no ocurre con frecuencia, pero sí suele pasar. Como ahora —Sam volvió a mirar el colibrí con una sonrisa espléndida y ojos cargados de cariño, para después posar su completa atención en Jake—. En verdad te lo agradezco, Jake. Significa mucho para mí. Lo guardaré con vehemencia, lo prometo.

    Jake abrió la boca para decir algo, pero no encontró la voz. La sonrisa de Sam lo había desarmado por completo, por lo que con un simple asentimiento de cabeza, se dio la vuelta y entró a su cuarto, dejando a Sam sola en el pasillo, a quien las inseguridades habían decidido dejar después de aquel encuentro maravilloso. Después de todo, el día sí había terminado feliz y aunque el manto nocturno imperaba en en el cielo, para ella parecía iluminar más fuertemente que un día soleado, pues la esperanza por la que tanto había estado preocupada, había decidido mostrarse hoy. Ya tenía más razones para seguir adelante.

    Aww, disfruté mucho escribir esta última parte xD Por ahora es todo. ¡Gracias por leer!
     
    Última edición: 9 Julio 2014
    • Me gusta Me gusta x 5
  11.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
    Miembro desde:
    11 Mayo 2011
    Mensajes:
    303
    Pluma de
    Escritora
    pero que detallazo de Jake!!! se pasó! La pobrecita de Sam que se devanaba los sesos pensando y mil y una opciones no muy alejadas de la lógica realidad en lo referente a esa "relacion" hasta que vino su principe de brillante armadura y la rescata de sus pensamientos macabros. Me encantó este cap. Adooro los colibri, en mi pais lo llamamos picaflor
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  12.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
    Miembro desde:
    10 Diciembre 2010
    Mensajes:
    2,063
    Pluma de
    Escritora
    Jake, qué malo que se fuera antes de que Sam pudiera felicitarlo de nuevo, sin embargo me agradó mucho cuando ya estando en la soledad de su habitación, se descubriera para qué salía todos los días. Yo me había imaginado muchas cosas, no lo que Sam se imaginaba, eso de que por su culpa se iba de la casa todo el día y de entre todas esas cosas, llegué a imaginarme que salía a buscar a sus padres, sin embargo nada de lo que leía me convencía de que fuera así. Él no quiere saber nada de ellos, ¿verdad?

    Él solo piensa con amargo rencor que ellos lo abandonaron y mira que me dio cosa su pensamiento, el de no querer formar su propia familia, así no sería como sus padres y por ello no se le podría llamar egoista, pero...

    Desde mi perspectiva sí es un egoista, con él mismo y con aquella persona que llegará a amarlo y deseará estar a su lado para siempre, formar una familia con él y bueno, ya sabemos que esa persona es Sam, no obstante hay que darle crédito al hombre. Tiene sus buenas actitudes, como esa de comprarle un regalo a Sam por su debút. Qué bonito detalle, jamás pensé que se desaparecía para eso, así que me emocionó mucho leer que pensara en ella hasta el punto de andar de tienda en tienda buscando, preocupado por no saber qué podía gustarle a ella. Fue un bonito capítulo, como los demás y la reacción de Sam fue la correcta, pues casi perdiendo la esperanza, él se la devuelve de nuevo. Claro que es para llorar y sí, también se llora de felicidad, espero que un día Jake llore mucho, pero de felicidad.

    Compláceme, niña. Hazlo llorar de felicidad xD
    Bien, es todo por el momento. TKM
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  13.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

    Géminis
    Miembro desde:
    25 Enero 2012
    Mensajes:
    493
    Pluma de
    Escritora
    Me hiciste reirme y tener cara de ternurita en lo que duró el capi. En serio que este fue de mis favoritos, además de que tu capacidad narradora es increíble, en serio soy fan de este fic.
    En serio no me esperé que Jake le hubiera comprado algo a Sam, grité cuando leí eso, fue una señal de Matt seguramente después de la confusión que tenía por los comentarios de Sassha y Clark, me ha sucedido eso y es feo u.u
    La ortografía impecable como siempre...y bueno, con algo de suerte Jake llore de felicidad y piense en formar una familia...me cae mas bien con cada capi que pasa Jake, porque como que estas desarrllado mas su punto de vista y uno lo entiende mas. Felicidades XD fue un excelente capi
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  14.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    4 Mayo 2010
    Mensajes:
    1,177
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Verano e Invierno
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    3603
    @Milmel ¿Picaflor? Uh, es bueno conocer palabras variantes del español y me imagino por qué se les llama así a los colibrí, jajaja. ¡Gracias por tu comentario y por se fiel a esta historia! Y ojalá te guste el capítulo de hoy ^.^
    @Marina ¡Master, gracias por comentar! Ya, es verdad, Jake es egoísta, pero no sabe cómo más ser, pobrecito compréndelo. Lo de que lo haga llorar de felicidad, hm, no te prometo nada de nada xD Gracias por leerme. TKM
    @Sheccid Lo sé, fue un detalle muy lindo y es que ya hacía falta algo feliz en la historia. Gracias por hacerte siempre un tiempo para esta historia y para comentarla; es muy animador y ojalá esto siga gustándote.

    A los demás que se pasan a leer y que dejan sus "me gusta", también les estoy inmensamente agradecida por su apoyo y por ustedes lectores, es que puedo seguir esto así que les dejo el capítulo después de años de ausencia. ¡Disfruten!

    23

    El día siguiente arribó y Sam se levantó con energías renovadas que fueron evidentes para sus compañeros cuando la vieron danzar de manera sutil y ligera por todos los pasillos de la mansión, al tiempo que tarareaba lo que parecía una melodía alegre. Eso despertó la curiosidad de muchos, mas no se atrevieron a preguntar debido a que no contaban con tan estrecha relación con la joven; los únicos que podían hacerlo eran Clark y Sasha, quienes no esperaron invitación para iniciar el interrogatorio al tenerla enfrente, ya a la hora de repartir el desayuno.

    —Parece que hoy te has levantado con mucho ánimo —observó Clark con una sonrisa por el estado de la pelirroja.

    —Es verdad que siempre eres enérgica, peor hoy te pasas —estuvo de acuerdo Sasha.

    —¿En serio? —preguntó a su vez Sam, radiante—. No lo había notado.

    —Pues hay algo diferente en ti —aseguró la actriz detallándola minuciosamente de pies a cabeza, hasta que sus ojos chocaron en el brillante broche de colibrí que adornaba su vestido. Nunca antes se lo había visto—. Ese broche es nuevo, ¿verdad?

    —Ah sí. Eso es lo diferente a lo que quizás te referías, Sasha —comentó el hombre y se dirigió a Sam—. Me fijé que lo traías desde que te levantaste. ¿Dónde lo conseguiste? Es bonito, aunque no recuerdo haberte visto dejar la casa para ir de compras.

    —Fue un regalo —informó Sam con un brillo de ilusión en sus ojos.

    —¿De quién? —preguntaron los dos curiosos, y luego Sasha continuó con voz pícara—. ¿De algún admirador?

    —No, fue un regalo de Jake por mi debut.

    Para Sam decir aquello significaba mucho, pues nunca pensó que ese sueño suyo se hiciera realidad. Había recibido muchos regalos a lo largo de su vida, pero el de Jake era el segundo que cruzaba la línea entre lo bonito y lo especial. Simplemente era un detalle que guardaría con cuidado y amor. Y dado que ni ella había llegado a pesar que Jake pudiera ser tan detallista, fue obvio que Clark y Sasha tampoco lo pensaran, razón por la que de sus bocas salió una exclamación de sorpresa e incredulidad, en tanto sus expresiones se tronaban asombradas a más no poder. Luego, el marionetista sonrió con felicidad inigualable, mientras la joven fruncía el ceño con inquietud.

    —Eso es fantástico, Sam; honestamente me resulta un poco difícil de creer, pero es fantástico —le dijo Clark entusiasmado.

    —Lo sé, me siento honrada. Oh, es mi turno. Bueno, nos vemos ahora. Le llevaré su comida a Jake.

    —Adelante —concedió Clark viendo que ella hacía su labor y sin dejar el contento, le comentó a su compañera a su lado—. ¿No es genial, Sasha? Parece que Sam realmente está echando abajo esa barrera que recluye a Jake de los demás. Es emocionante.

    —¿Sí? Ya lo veremos —fue todo lo que salió de la boca de la mujer antes de obtener su propia ración.

    Mientras tanto, Sam se dirigía a la habitación de Jake sin que su gozo se viera menguado de ninguna forma. Quería demostrarle que había dicho la verdad cuando le comentó lo feliz que la hizo su obsequio. Quería que viera que las lágrimas de anoche no habían sido falsas o de descontento, sino que de verdadero júbilo; pero sobre todo, quería enseñarle cuánto valoraba su nuevo broche, sabiendo que no había mejor manera de hacérselo saber que usándolo el mayor tiempo posible. Se colocó frente a la puerta y tocó. Como casi siempre, la respuesta fue inmediata y al visualizar al dueño de su amor, la sonrisa en sus labios se vio más amplia y resplandeciente.

    —Buenos días, Jake. ¿Dormiste bien?

    —No —fue la cortante réplica de él.

    —Oh —Sam se tornó incómoda y contristada. ¿Por qué siempre hacía las preguntas equivocadas?— Lamento eso.

    —No importa, no es tu culpa.

    Grandísimo mentiroso”, pareció gritarle la mente a Jake. Por supuesto que era la culpa de ella, porque no quiso desaparecer de sus pensamientos las horas pasadas, ocasionando que el sueño rehuyera de él. Así que se hallaba cansado y fastidiado porque la pelirroja ya no sólo se mantenía clavado en su cabeza durante el día, sino que también en la noche. ¿Es que nunca descansaría de ella? Sin embargo, no iba a decirle todo eso. ¿Para qué? ¿Para que ella dejara de mostrar la felicidad que mostraba en ese instante? ¿Para verse él responsable del efecto negativo que seguramente sus palabras le causarían? Prefería no arriesgarse. Lidiar con la Sam contenta era tan complicado como lidiar con la depresiva, según su criterio; pero al menos sabiéndola risueña lo hacía sentir bien.

    En eso, el brillo natural del colibrí llamó su atención, fijándose hasta ahora que ella lo llevaba puesto. Frunció el entrecejo confundido y no pudo retenerse de preguntar al momento de señalar el objeto:

    —¿Por qué lo estás usando? Dijiste que lo guardarías.

    —Es verdad, pero me refería a que lo cuidaría mucho. Además, ¿de qué sirve tener algo que se utiliza y nunca lo haces? De alguna manera eso resta su valor y su propósito; yo no quiero eso porque este broche es muy importante para mí. Por eso quiero darle el uso que se merece lo más que pueda. El vestuario del baile no permite accesorios ajenos al mismo, pero al menos aquí puedo ponérmelo libremente.

    Y una punzada de felicidad se incrustó en el interior de Jake y eso sí fue algo que no se molestó en negar. Jamás se había tomado la fatiga de darle un presente a alguien bajo ningún concepto; ni siquiera a Clark que había hecho tanto por él. Y es que desde que podía recordar, él y todo lo que representaba, incluyendo trabajos, esfuerzos y energías, había sido valorado en lo monetario o lo que fuera que otorgara ventaja y conveniencia. No obstante, allí estaba Sam, viendo a través del objeto y las ventajas, enfocándose en el gesto; porque ese prendedor no servía para nada y con todo, la hacía extremadamente feliz. ¿Cómo era posible que algo tan inútil la hiciera sonreír de esa manera?

    Obviamente que no diría nada al respecto y tan taciturno como siempre, se limitó a tomar la bandeja sin soltar otra palabra, cerrando la puerta dispuesto a continuar trabajando. Tiempo después, tuvo la inesperada visita de Clark y Mark, que fueron a verlo con la intención de nada más que fastidiarlo y humillarlo. Parecía ser que Sam les había dicho acerca del prendedor y Clark le hacía saber su contento de manera irritante preguntándole cosas como cuándo sería el siguiente obsequio que le diera a la bailarina, qué sería y si ahora sí tendría la cortesía de informárselo. Mark en cambio, se limitaba a quejarse porque a él nunca le había dado nada. Fue en ese instante y solo en ese instante, en el que Jake deseó que Sam hubiese guardado y bajo llave aquel colibrí.

    De esa manera, los días pasaron imparables, convirtiéndose en semanas que dieron fin al verano para abrirle las puertas a su vecino el otoño. Época del año que para Sam equivalía un mundo lleno de los recuerdos más bellos, así como de los más devastadores. Y es que la llegada del otoño también traía consigo un año más de la muerte de Matt y por mucho que lo intentara, no podía evitar verse más distraída y aborta en sus remembranzas durante esa estación en específico. No obstante, aun con todo lo vivido, no dejaba de amar el otoño. Simplemente amaba sus colores y su clima. Amaba que fuera la transición entre el verano y el invierno; dos épocas que nada tenían que ver la una con la otra y que sin embargo eran unidos por el otoño.

    Pasaba del medio día y la pelirroja se mantenía echada sobre su saco de dormir, hallándose sola en la habitación en tanto escribía una carta a sus hermanos. Procuraba mandarles sus razones cada que tenía la oportunidad, tanto a ellos como a Leilany y Fred, a pesar de que a veces pasaran más de dos semanas para conseguirlo. Sabía que para todos ellos era complicado hacerle llegar alguna masiva dado el constante movimiento del teatro y no negaba que eso la ponía triste. Después de todo, eran su familia y ansiaba saber qué tal iban las cosas en la tienda de artesanías de Leilany y cómo estaba Fred; quería saber qué tal le iba a Logan con la granja, cómo la llevaban Rob y el pueblo; anhelaba enterarse de cómo le iba a Pass con su nuevo bebé, al que deseaba ver y abrazar con fuerza. No podía hacer mucho al respecto, salvo no cruzarse de brazos a la hora de mantener ella comunicación, pues aunque para ellos no era fácil localizarla, ella sí que podía hacerlo con ellos.

    Ahora se concentraba en sus hermanos. Amaba a Logan muchísimo y confiaba en el, pero a la hora de escribirle siempre lo hacía de una forma muy general, dándole a entender que las cosas estaban bien para ella. Por el contrario, con Pass era mucho más abierta. No le hablaba de los roces que tenía que Glynn y que parecían no disminuir a causa de Brian, para no preocuparla; mas si le hablaba del rubio a manera de acosador. Le contaba sobre Sasha y Clark y lo buenos amigos que eran los tres, e incluso llegó a escribirle que el hombre la había adoptado como hija. También le hablaba sobre los dueños del teatro y lo lindo que era su hijo Mark. Y por supuesto, mencionaba la constante en cada una de sus cartas: Jake.

    Y era precisamente de él de quien escribía en ese momento. Esperaba que su hermana pudiera sentir a través de las letras que plasmaba, la dicha que no había querido abandonarla esas semanas gracias al hecho de que Jake, a pesar de que continuaba mostrándose apartado de todos con su frívolo carácter, al menos ya se había hecho rutina tener conversaciones cada que ella iba a darle su comida o durante el espectáculo de la obra actuada. La entristecía que él optara por no quedarse al concluir la representación, pues así podían irse juntos y hablar un poco más, pero comprendía que conseguir platicar con él —siendo ella la principal emisora y él simplemente elreceptor— ya era un avance enorme, así que debía ser mayormente paciente; ahora estaba segura de que sus esfuerzos eran recompensados de un modo u otro.

    De lo que todavía no se sentía capaz de sacar a relucir de ninguna forma era la incertidumbre que ocasionaba en su interior ese parecido físico tan increíble que tenía Jake con Matt. Y es que lo encontraba asombroso y la intrigaba sobremanera. Mas muy en el interior, por mucho que su curiosidad fuera grande, prefería quedarse con la incógnita. Según ella, no necesitaba enterarse al respecto porque le daba miedo; lo que fuera que estuviera detrás de ese parecido la asustaba, lo reconocía. Así que ya no indagaba siquiera sobre el pasado de Jake, cosa que la frustraba bastante porque sí que deseaba conocer un poco más acerca del marionetista, pues de esa manera podría entender mejor su actitud y podría familiarizarse más con él, unir su lazo.

    Negó con la cabeza. No había duda de que era un remolino de pensamientos e ideas, y prueba contundente de ello era el haber dejado a medias la carta de Pass. Suspiró larga y tendidamente; a veces todo era tan confuso. Tomó el morral que descansaba en el suelo a un lado de ella y sacó la marioneta de Matt, contemplándola con cariño. No se cansaba de observarla; era su principal tesoro... Bueno, uno de ellos. Se llevó una mano al colibrí prendido en su ropa, allí donde estaba el corazón. Ya no podía olvidarse de ese tesoro tampoco.

    —Pero mira esto.

    La voz detrás de ella la sobresaltó y el pulso le aceleró a mil cuando unas manos se adueñaron de la marioneta, arrebatándola de la seguridad de las suyas.

    —¡Sasha! —nombró a la recién llegada levantándose para encararla, con un ligero tono de pánico en su voz—, No te oí entrar.

    —No quería asustarte o molestarte; parecías muy concentrada —comentó en tono causal la actriz, analizando con fijeza el títere que sostenía—. ¿Dónde sacaste esta marioneta? ¿Te la dio Clark?

    —No, no.

    —¿Jake? —Sasha frunció el ceño disconforme—. Se parece a él.

    —No, tampoco me la dio él y que se parezcan es una coincidencia —informó Sam rescatando a Matt del agarre de la morena, apretándola contra su pecho.

    —Eh, tranquila. No te pongas tan a la defensiva. Es solo que de pronto llamó mi atención. Así que si Clark no te la dio y Jake tampoco, ¿quién lo hizo?

    Sam bajó la cabeza, dubitativa. Jamás hablaba con nadie de Matt, tan solo con Leilany y Fred, y aun entre ellos nunca mencionaban el incidente; resultaba demasiado doloroso. Sin embargo, lo que más la retraía de hablar de él era el hecho de que en parte, de algún modo, el desenlace había sido su culpa y su conciencia no dejaba de recordárselo. Si esa noche no hubiera detenido el caballo para pedir explicaciones, si hubieran llegado a la oficina del sheriff con prontitud, si hubiera confiado más en Matt, entonces tal vez él estaría vivo, estaría allí en el teatro junto a ella, cumpliendo el sueño que compartían, como se supone las cosas debían ser. Claro que los “hubiera” no existían ni valía la pena gastar neuronas en ellos. Después de todo, su vida era feliz, de diferente forma a la que pudo imaginar cuando tenía quince y lo conoció a él, pero era feliz.

    —Oh, ya veo —habló al fin Sasha con son ofendido al ver que Sam no parecía dispuesta a soltar nada—. No me contaras nada, ¿correcto? Bien, no importa. Ahora veo la importancia que cumplo en tu vida como mejor amiga. No te preocupes, ya lo sospechaba, pero me alegra que quede claro. Prometo no volver a fastidiarte.

    —Espera, Sasha —Sam la detuvo al ver que se disponía salir del cuarto—. Por supuesto que eres importante para mí y te aprecio, pero es complicado.

    —Me gusta lo complicado. Anda, desahógate un poco que siento falta te hace. ¿O será que no confías en mí? —la morena usó su expresión más dolida.

    —Confío, confío en ti —aseguró la pelirroja y su amiga le hizo señas para que continuara. Sam miró la marioneta otra vez, esperando que le infundiera algo de valor—. Fue un regalo de mi primer amor.

    —¿Tu primer amor? —Enterarse de eso sorprendió a Sasha—. ¿Ya habías estado enamorada antes? ¿Estás engañando a este chico con Jake? ¿Estás jugando con los sentimientos de Jake, Sam?

    —Por favor, Sasha —la voz de Sam se convirtió en un tembloroso hilo. Lo que su amiga sugería la hería—. ¿Cómo puedes pensar eso? ¿En realidad me crees capaz de un acto tan vil?

    —Tienes razón, lo siento. Es que fue inesperado y me tomó con la guardia baja. Pero insisto, ¿qué pasó entre ustedes? Si te dio eso la cosa iba en serio, ¿no? También significa que es marionetista, ¿cierto?

    —Sí, lo era. Se llamaba Matt.

    —¿Se llamaba? —Sasha frunció el ceño con pesar, de pronto sabiendo la respuesta a su pregunta.

    —Él murió hace algunos años —el dolor que esas palabras ejercían todavía sobre ella se reflejó en la voz pues se le quebró.

    —Oh, yo... —La morena balbuceó un par de cosas antes de quedar en silencio un momento—. Lo siento. Debió ser difícil.

    —Está bien, ya lo superé. Lo recuerdo y me pongo sensible, pero sé que es la realidad. Además, esta marioneta me ayuda a tener en mente cómo era; alegre y sonriente. Estrictamente hablando, es su retrato.

    —¿Quieres decir que este chico Matt, se parecía a Jake? —La actriz vio que Sam parecía meditarlo un poco, dudosa, para después asentir. Suspiró—. Eso me preocupa, ¿sabes? Me da la impresión de que lo reemplazas con Jake.

    —¡No! —se apresuró a negar—. No es así. Son muy diferentes en personalidad...

    —¿Y qué? Un reemplazo no tiene que ser lo mismo o igual que lo reemplazado.

    —Oh, Sasha —los ojos de Sam escocieron ante las ganas de llorar que la asaltaron. No le había confesado una de sus experiencias más significativas para que la juzgara.

    —Al menos admite que el que se parecieran fue lo que te orilló a interesarte por Jake, Sam.

    —Al principio solamente. Después eso cambió; después quise conocer al Jake que se mostraba frente a mí. Me enamoré de Jake por quien es, no por cómo luce.

    —Y te creo, en serio, pero no creo que él lo entienda. ¿Te has preguntado qué pasaría si se entera de esa marioneta? Preguntaría de dónde salió y si decides contarle todo, ¿qué? ¿Crees que lo acepte así como así? No, Sam. Jake estaría convencido de que es el reemplazo y te odiaría el resto de su vida.

    Sam abrió la boca dispuesta a decir algo, pero la cerró al instante, incapaz de hallar las palabras adecuadas. Iba a refutarlo, iba a aseverarle a Sasha que lo que decía no era verdad, que Jake no haría eso, ¿pero qué tan segura estaba ella misma? Era verdad que el joven iba abriéndose a ella en mayor medida con el paso del tiempo y de una manera un tanto lenta, mas en ese momento aún le parecía demasiado defensivo en cuanto al exterior, buscando protegerse. Y para ser sincera, Jake le resultaba un completo misterio. A veces creía conocerlo bien para después verse sorprendida por alguna acción o dicho que salía de su temple usual. Y también era consciente de que Jake podía ser un tanto extremista.

    —Escucha, Sam —Sasha la sacó de sus cavilaciones—. Si te digo esto es porque me importa lo que pueda pasarte, y aunque no me haces caso cuando te digo que te alejes de Jake porque puedes salir lastimada, al menos date cuenta que hay asuntos que no podrán hablar entre ustedes, quizás nunca puedan.Eso ya hace la relación disfuncional. Bueno, menos mal que llevaste bien la pérdida de tu antiguo amor, me da gusto y también me alegra que fueras capaz de enamorarte de nuevo. Uf, yo me habría sentido como una traidora.

    —¿T-traidora? —De pronto, a Sam la palabra se le antojó como un sabor muy amargo que se asentaba en su paladar.

    —Claro, imagínate, es como si el amor que le tuviera no fuera serio. No sé, sentiría que no respetara su memoria. Como si lo que vivimos no fue lo suficientemente especial que necesitara de alguien más. Claro que es mi opinión, así que no te mortifiques. Yo me voy para que termines lo que estabas haciendo y cuida esa marioneta si es tan importante para ti.

    Sahsa salió de la habitación dejando a Sam llena de contrariedad y desasosiego. ¿Acaso estaba traicionando el amor que sentía por Matt como Sasha decía? Sacudió la cabeza con vehemencia. No era posible, jamás sería capaz de eso. Ella siempre lo amaría. ¿Significaba eso que debía mantenerse sola para siempre; que no podría darle a su corazón una segunda oportunidad de amar? Ella podía compartir su amor tanto por él como por Jake; tenía el suficiente como para lograrlo. No engañaba a ninguno de los dos de esa manera, ¿o sí?

    Por si fuera poco, Sasha tenía razón, ella también creía que hablarle a Jake de Matt no era tan buena idea y eso le dolía; no poder compartir ese episodio de su vida tan trascendental con Jake la hacía sufrir. ¿Cómo podían mantener un vínculo estable si había secretos de por medio? Pero la llenaba de zozobra imaginar la reacción de Jake al enterarse. Por Dios que no quería perderlo, no quería. Lo mejor era continuar como estaban, sin pensar siquiera en la similitud de los dos en cuanto a la apariencia; sin meter a Matt entre ella y Jake en cada momento; seguir como si... como si...

    Matt jamás hubiera existido”.

    Su propio pensamiento la aterrorizó y abriendo los ojos desmesuradamente se llevó las manos a la boca para ahogar el grito de indignación que quiso lanzarse a ella misma. Esa tampoco era la solución. Los ojos volvieron a inundarse de lágrimas y le pidió perdón a Matt en silencio. Y prefirió dar por terminados todas esas reflexiones. Su cabeza estaba sobre calentada ahora la hacía pensar tonterías. Inhaló y exhaló repetidas veces para calmarse; luego se dispuso terminar la carta para Pass.

    ¿Cuándo dejaré que Matt descanse en paz? Por ahora es todo. ¡Gracias por leer!
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  15.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
    Miembro desde:
    10 Diciembre 2010
    Mensajes:
    2,063
    Pluma de
    Escritora
    Quiero llorar. Pobrecita Sam, qué tortura vivir con esa clase de remordimientos, pero sus reflexiones en cuanto a darse la oportunidad de volver a amar son exactas, porque debe darse la oportunidad. Matt, al que Bore no quiere dejar descansar (gracias por ello, pues dejarlo descansar sería no volver a leer más de él, lo que no quiero, pues quiero a Matt), él estaría de acuerdo. ¿Acaso no fue él mismo quien le dijo que siempre debía luchar por lograr realizar sus sueños? No importa cuáles sean estos, el consejo de Matt le abre las puertas para luchar por lo que quiera, así que hace bien luchando por el amor de Jake, pero también es verdad que está entre la espada y la pared. No quiero ni imaginarme qué pensaría Jake si descubriera sobre Matt, creo, y eso que no me atrevo ni a pensarlo, que Sasha (a la que estoy comenzando a detestar por alguna razón... bueno sí hay razón, me da mucha desconfianza porque se nota que está celosa por la amistad de Sam y Jake), tiene razón. Esa actriz que me da escalofríos... pues eso me dio cuando tomó a Matt en sus manos, está en lo cierto.

    Me encantó la parte donde está escribiéndole a sus hermanos. Cómo se expresa con cada uno de ellos. Me gustó la inicial alegría de Sam conseguida gracias a ese broche. Ahora solo espero que Sam logre acallar la voz que Sasha levantó en su conciencia.

    Gracias por traernos la continuación, espero la siguiente. TKM
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  16.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
    Miembro desde:
    11 Mayo 2011
    Mensajes:
    303
    Pluma de
    Escritora
    Uy! Esta sí fue patada en el hígado. Me llegó. Me llegó hasta lo mas hondo de mi podrido corazón... y me hizo recordar que si late!!!
    Que triste por lo que esta pasando la pobre de Sam. Pero comprendo su terrible situación, a veces, el pasado debe quedarse atrás, pero también es cierto, que lo que pasó, nunca quedará enterrado por mucho tiempo. Y Jake tendrá que conocer la verdad. Deberá llegar el momento en que lo sepa, y estoy mas que segura, que no será algo nada grato...
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  17.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    29 Octubre 2012
    Mensajes:
    465
    Pluma de
    Escritora
    :'( Matt, cuanto lo extraño.

    Hola mi querida Borealis, también te extrañaba a ti. Ya estaba a punto de ir a acosarte en tu perfil XD.

    u.u Siento que voy a llorar, no sé porqué pero siento que toda la felicidad del primer paso de Jake con Sam, se ha opacado por las palabras de Sasha, grrr, creo que por primera vez quiero ahorcar a esta mujer. Es decir, Sam estaba tan feliz, todos estábamos felices, porqué? Por qué nos recordó a Matt de esa manera tan cruda? Y lo peor es que siento que en parte tiene razón, nunca me había planteado la idea de que haría Jake cuando se enterara de que él se parece a Matt... /aunque sigo creyendo que Matt era el mejor *O*/
    Con la actitud tan... emo (Ya no sé como calificarla XD ) de él, de seguro odiara a nuestra Sam, o no? pero de seguro al menos se molestara :/, buu, esto se ha complicado con tan solo unas pequeñas, no, más bien; grandes palabras... Matt, qué debe hacer Sam?! Ilumínala!!
    Y Jake, cada día un poco menos cubierto por su capa de hielo protectora XD, cuando aceptará a Sam definitivamente?? *O* Aunque el detalle del broche fue tan lindo, y el sentirse abochornado por las burlas de Clark... no puedo evitar ver que poco a poco demuestra lo adorable que es en el fondo :)
    Ahora que lo he notado, que triste que Sam no pueda comunicarse con su familia, cuando una está lejos por tanto tiempo, aunque sea unas peques palabras ayudan a recuperar la alegría. Es admirable que ella sea tan fuerte :), no es fácil adaptarse a esas situaciones, el coraje que ha demostrado a lo largo de la historia es, para mí, admirable, está hecha a prueba de balas XD.

    Como siempre, me has hecho llorar Borealis, no nos dejes tan abandonados todo este tiempo :). Espero que te encuentres bien :)
    Y bueno, como siempre gracias por el lindo capítulo y un abrazote a la distancia. Te me cuidas mucho :)
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  18.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
    Miembro desde:
    4 Mayo 2010
    Mensajes:
    1,177
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Verano e Invierno
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    3906
    @Marina Master, gracias por tu comentario ^u^ Me alegran el día. Je, no dejaré de mencionar a Matt entonces, para que no te pongas triste y pues sí, Sasha movió un punto delicado y también espero que Sam acalle su conciencia. Gracias por apoyarme siempre, lo amo igual que a ti :3 TKM
    @Milmel ¡Gracias por seguir fiel a esta historia y comentarla! Lo aprecio mucho. Es verdad, el pasado queda atrás, pero los recuerdos de este perduran para siempre y dejarlos de lado es imposible. ¡Gracias por leer!
    @Shassel Por favor, siéntete libre de ir a mi perfil a acosarme cuando quieras, es gratis xD Puede no haber respuestas inmediatas, pero las habrá. ¡Gracias por leer y comentar! Lo valoro. Y tienes razón, Jake va saliendo de su burbuja poco a poco, espero que este capi así lo demuestre. Espero estés bien.

    A los demás que se pasan a leer, ¡muchísimas gracias!, lo aprecio. Y a ustedes mis diversos lectores es que les dejo el capítulo y espero la pasen bien leyéndolo tanto como y lo pasé bien escribiéndolo. ¡Disfruten!

    24

    Las palabras de Sasha en cuanto a todo el asunto de Matt no salieron de la mente de Sam durante el transcurso de ese día y de los que subsiguieron a este; no podía evitarlo. El sentir de que traicionaba a su primer amor no era exactamente el principal de sus pesares, pues estaba convencida de que jamás dejaría de amar a Matt y estaba segura de que él habría querido que ella fuera feliz y se diera la oportunidad de entregar su corazón a alguien que lo mereciera ahora que no estaba. Sin embargo, lo que la atormentaba viva era el hecho de que, aunque consideraba a Jake como merecedor de su cariño a pesar de las dificultades y las barreras de al inicio que comenzaba a derrumbar con el tiempo, en ese instante le parecía que era ella la que no lo merecía a él.

    Jamás había tenido la intención de guardarle algún secreto y mucho menos algo que fuera tan importante, mas ahora estaba haciéndolo; estaba ocultándole a Matt, estaba escondiéndole lo mucho que él significó para ella, no hablaba de lo desconcertada que estaba por el parecido entre los dos, y eso la destrozaba por dentro. Ninguno de los dos se merecía lo que les hacía. De alguna forma sí que se sentía una traidora para con ambos. El miedo de perder a Jake de algún modo al revelarle todo la atenazaba por completo, la volvía débil y la hacía desconfiar de todos, de ella misma, de Jake. Sí, también demostraba falta de confianza para con el pelinegro pues temía que su reacción al saber la verdad fuera exactamente como Sasha había descrito y no quería.

    Todos esos tumultuosos y agobiantes pensamientos la agotaron no solo mental sino que físicamente también cuando la privaron del sueño varias noches y sus energías se vieron menguadas gradualmente, hasta el grado de que su rostro se tornó demacrado, ojeroso y cansado. Evidentemente, la mayoría notó su estado y cuando Clark le preguntó preocupado si tenía algún problema, ella no puedo más que mentir y decir que estaba un poco nostálgica, pero que ya se le pasaría, e incluso le obsequió una muy forzada sonrisa que no convenció al hombre para nada, pero poco pudo hacer ante su abstinencia de dar información. Fue en aquel estado en el que su próxima mudanza la recibió.

    Y en tanto ella empacaba sus pertenencias con lentitud y distracción, en su habitación, Jake hacía lo mismo con las suyas, aunque las guardaba muy mecánicamente al mantener su mente por completo en nadie menos que la pelirroja. El último par de días no había estado luciendo bien; parecía estar enferma, algo que no tenía nada de extraordinario teniendo en cuenta que la época de gripe arribaba junto con el otoño y que muchos de los integrantes del teatro la tenían. Sin embargo, al preguntarle a Clark si se trataba de un resfriado lo que mantenía a Sam tan mal, él le había informado que no, sino que extrañaba mucho su casa y su familia y por eso parecía enferma, pero que pronto volvería a ser la joven vivaz y sonriente que todos amaban y apreciaban —obviamente enfatizó las últimas palabras mirándolo a él de manera pícara con la clara intención de molestarlo, pero lo dejó estar.

    Honestamente, no comprendía. ¿Cómo alguien podía echar tanto de menos a su lugar de origen o el sitio donde pasó la mayor parte de su vida hasta el grado de mostrar malestar físico? Era algo que a él no le pasaría jamás, estaba seguro. Aunque suponía mucho dependían las vivencias de las personas. En contraste con él, Sam debía tener hermosas memorias de su ciudad, familia y amigos, por lo que debía ser lógico que los extrañara tanto. Con todo, seguía sin entenderlo del todo. ¿Acaso Sam no estaba haciendo bonitas remembranzas allí, por lo que prefería recordar las anteriores? ¿Acaso no estaba pasándola bien con todos sus nuevos amigos por lo que pensaría regresar? ¿Lo que vivía con los demás, con Mark, con Clark, con él, no era suficiente como para evitar su nostalgia?

    Eres un idiota, Palmer”, se recriminó con un sabor amargo en la boca. “Lo único que has hecho es saturarla de razones para extrañar su antigua vida”.

    Y recordó todas las veces que le complicó la existencia con sus crueles tratos, su indiferencia y sus palabras rudas e hirientes, así que unos sentimientos de culpabilidad, remordimiento y arrepentimiento que nunca había experimentado envolvieron su corazón, haciendo que doliera. Y es que ni reconocer que había sido muy grosero con Clark los primeros años después de que se conocieron había causado tanto revuelvo en su interior. No le sorprendería si un día de esos Sam llegaba con la noticia de que dejaría el teatro y volvería a su gente. Lo que sí lo asombró fue darse cuenta del efecto que tuvo el simple pensamiento de esa posibilidad cuando un repentino vacío en su alma se presentó, despiadado; y su mente se preguntó qué pasaría si se volvía una realidad. Estaba seguro de que sufriría como... no quería saber.

    Miró la mano con la que empacaba sus herramientas y descubrió que temblaba sin reparos; el súbito deseo de reírse de sí mismo lo asaltó. Era increíble que la simple imagen de Sam dejándolo causara semejante reacción en él, que lo asustara tanto. Y eso que apenas podían considerarse compañeros. ¿O ya llegaban a amigos? Tal vez sí y como se había acostumbrado tanto a verla, si de pronto no lo hacía se sentiría incompleto. Sacudió la cabeza para despejar cualquier imagen en cuanto a la posible partida de la pelirroja. Todavía no pasaba y no estaba completamente seguro de que pasaría, así que no valía la pena rebanarse el cerebro por eso.

    Llevó sus sacos y maletas al camión. Le extrañó un poco que Clark no hubiese aparecido en su puerta para preguntarle si necesitaba ayuda como cada vez que se mudaban; tampoco Sam había aparecido. Retornar sus cavilaciones a ella le hizo creer que quizás el hombre había decidido acudir en su ayuda en esa ocasión. Sus suposiciones se volvieron un hecho cuando acomodó el último de sus sacos en el toldo del autobús y Sam y Clark se le acercaron. Él iba cargado hasta los dientes con su maleta en la mano izquierda, su saco de marionetas en la derecha y otro par de bultos sujetos entre sus costados y brazos. Tanta carga que llevaba lo hacía caminar con cuidado y lentitud procurando que no se le cayera nada, dándole un aspecto gracioso, y Jake no hizo más que alzar una ceja, perplejo. A veces ese tipo era un espectáculo único.

    —Uff —Clark soltó una expresión de alivio dejando todo lo que llevaba en el suelo estando frente al joven. Eso sí, su sonrisa no lo dejó en ningún momento—. Ahora entiendo por qué prefieres hacer varios viajes en lugar de subir todo de golpe, Jake. Es demasiado agotador.

    —Siento mucho ocasionarte problemas, Clark —se disculpó Sam con el rostro del color de su cabello.

    —Nada de problemas. Al contrario, es un placer y más si sigues enferma —Le sonrió tranquilizador y ella la devolvió, avergonzada—. Bueno, en lo que termino de subir esto, ¿por qué no van montándose al camión?

    Sam asintió estando de acuerdo y Jake simplemente acató lo sugerido ingresando al interior del camión, teniendo a la chica detrás de él. Esa también se había hecho una rutina en la mayoría de las mudanzas; que Sam lo siguiera para ver dónde sería su lugar y en qué vehículo para sentarse juntos. A veces ella decidía hacer el recorrido en silencio y otras veces se esforzaba por hablar tratando de entablar una conversación con él, y aunque ya no la ignoraba cuando le hacía ciertas preguntas, sus respuestas siempre eran simples, cortas y al grano, así que a veces la plática se volvía un interrogatorio que se tornaba incómodo y terminaba en un ambiente silente de parte de los dos. Bueno, algo era algo.

    Se sentaron en la última fila, como era propio de Jake, ocupando él el asiento de la ventana, por lo que Sam tomó el de al lado. Quedaron en silencio mientras los demás hacían lo suyo de subir al transporte entre animadas pláticas. Clark también subió al poco rato, pero se quedó en la parte de enfrente, hablando con uno de los actores de la obra. Jake miró el exterior detallando los árboles en su estado cambiante de color y no pudo evitar pensar que Sam se parecía a ellos con su larga melena roja, sus brillantes y expresivos ojos cafés, su piel bronceada y el suéter amarillo que había decidido vestir ese día le daba mayor parecido. Enfocó su total atención en ella y notó que su rostro seguía colorado. ¿Fiebre? Ella lanzó un bostezo que se cubrió con la mano.

    —Pareces cansada —comentó él volviendo su visión al exterior, sorprendiéndola que fuera él quien tomara la iniciativa de romper el silencio entre ellos.

    —Un poco solamente —contestó con voz tenue deseando no inquietarlo—. No he pasado muy buenas noches últimamente.

    —Deberías intentar dormir un poco en el camino. Tal vez el movimiento te arrulle —sugirió sin despegar sus ojos del vidrio.

    —Es buena idea, tal vez lo haga —aceptó ella con una sonrisa, feliz de que Jake estuviera preocupándose por ella.

    No continuaron con la conversación. Tiempo después, en el que todo el teatro estuvo en su sitio, los autobuses arrancaron, siguiendo su patrón de fila india, uno detrás de otro. Jake continuó observando el cambio de los paisajes conforme avanzaban, en tanto le dedicaba miradas furtivas a la chica a su izquierda. Parecía ser que había tomado su consejo de dormir un poco, pues descubrió que mantenía los ojos cerrados y que comenzaba a cabecear frecuentemente. Debía estar realmente exhausta. No obstante, decidió aprovechar la inconsciencia de ella en cuanto a su alrededor para verla de forma directa, sin obstáculos y sin que ella se diera cuenta.

    La miró intensamente percibiendo que en verdad parecía haberse dejado cobijar por Morfeo, pues su expresión se tornó tranquila y su respiración se volvió pausada, así que Jake fue incapaz de desechar la idea de que se veía sumamente preciosa. Su cuerpo estaba destensado, en una relajación que lo soltaba por completo, y fue por esa soltura que ella no tuvo la voluntad de sostenerse y se ladeó hacia la izquierda, a punto de apoyar su cabeza en el hombro del compañero de al lado. Siendo víctima del pánico y los repentinos celos, Jake la tomó de la tela de la manga del suéter y la haló para que retomara su posición recta, despertándola.

    —¿Qué, qué? —inquirió ella desorientada, mirando brevemente su entorno antes de verlo a él.

    Jake enrojeció violentamente al saberse derrotado por semejantes impulsos tan humillantes y sin sentido. Viró su cabeza a la ventana para que Sam no notara su vergüenza al tiempo que sentía su corazón latir desenfrenado dentro de su pecho y se aclaraba la garganta para hablar.

    —Ibas a irte de bruces y te detuve —mintió descaradamente sin observarla.

    —Oh, lo siento.

    Jake pensó que no debía disculparse para nada ya que no tenía motivos para hacerlo, pero lo calmó que ella no dudara de sus palabras o indagara más en el asunto. De reojo distinguió que ella se tallaba los ojos en vano intento de despejar el sueño que tenía, irritándoselos más de lo que ya estaban por los desvelos. Él inhaló profundamente soltando el aire con parsimonia al aceptarse conmovido por el cuadro que ella mostraba; tan frágil y vulnerable, como jamás creyó verla. Eso lo orilló a volver a hablar.

    —Si necesitas un apoyo para estar más cómoda puedes usarme —ofreció con voz casi perfectamente neutra y sin volverse a verla.

    Sam abrió los ojos por demás impactada ante las palabras que por un momento creyó sus oídos imaginaron escuchar y lo miró con un tumulto de sensaciones, entre las que figuraron la alegría, el nerviosismo, la duda y el malestar general que hacía estragos en su cuerpo entero. Jake la encaró al fin y notó que ella abría la boca para decir algo, mas su garganta no profirió sonido alguno. El joven pudo ver la indecisión pintada en su rostro y cuando ella no hizo movimiento alguno que indicara que estaba dispuesta a usarlo como almohada, Jake se sintió como un tonto, un pobre diablo rechazado desconsideradamente y su orgullo se sintió herido.

    —Si tanto te desagrada la idea, no lo hagas y punto —dijo con sequedad dirigiendo su vista afuera nuevamente.

    —No me desagrada.

    La calmada y queda, aunque contenta voz de la bailarina fue como un tranquilizante que duró apenas una fracción de segundo, antes de que las diversas emociones dentro de él formaran otro torbellino interno al sentir el moderado peso de ella apoyarse en su costado. El pulso le aceleró a mil por segunda vez ese día y el estómago se le revolvió. Sintió el calor que el cuerpo de ella emanaba y que le transmitía al suyo. Sus esmeraldas la enfocaron, detallando la genuina y pequeña sonrisa que adornó sus labios, en tanto la paz absoluta recaía en su cuerpo y mente, otorgándole el descanso que ansiaba desde hacía tiempo. Y en semejante situación, viéndose paralizado físicamente, aturdido mentalmente y atolondrado emocionalmente, Jake no pudo más que esperar que Sam no babeara igual que Mark.

    Llegaron a la siguiente ciudad una media hora más tarde, y después de otros varios minutos se vieron frente a la casona que sería su hogar temporal durante los próximos días. Todos comenzaron a desbordar los transportes y Jake miró a Sam, quien seguía acurrucada contra él, sumida en el mundo de los sueños, así que una parte de él no quiso despertarla, mas tampoco podían quedarse allí todo el día. Decidió esperar a que todos bajaran para darle un poco más de oportunidad a ella de dormir, a pesar de que él solía ser el primero en descender del camión en cuanto llegaban.

    El furgón fue vaciándose conforme pasó el tiempo y aunque Jake estuvo al tanto de muchas miradas curiosas e indiscretas por parte de los pasajeros, las ignoró olímpicamente. A Clark incluso tuvo que hacerle una seña con la mano indicándole que se largara cuando le dedicó una de sus típicas sonrisas pícaras. Una vez quedaron un par de personas fue que decidió despertarla, zarandeándola ligeramente moviendo el brazo en el que reposaba. La pelirroja se movió, renuente a abrir los ojos, pero el constante movimiento que era diferente al del camión al andar, la obligó a hacerlo y soñolienta miró a su alrededor.

    —Hemos llegado —le informó Jake observando el ya vacío interior y con su típico tono frío.

    —¡Oh!

    Exclamó Sam sentándose bien y parpadeando para alejar lo adormitado de su mirar, y recordó bien qué había pasado al estar más lúcida; sintió su rostro arder más de lo que ya lo sentía. ¡En verdad se había recostado en Jake! Esperaba que no pensara que era una atrevida, pero no, él fue quien le ofreció apoyarse en él, así que estaba bien, ¿cierto? Sonrió percibiendo que, a pesar de que el malestar no terminaba por abandonarla, al menos ya sentía una ligera mejoría emocional.

    —¿Vas a levantarte o no? Me estorbas el paso —la voz de Jake la sacó de su ensimismamiento notando que él la miraba con una ceja enarcada, impaciente.

    —¡Oh! —volvió a exclamar, levantándose—. Lo siento.

    Jake bufó, fastidiado. Esas disculpas tan repetitivas de ella en serio estaban colmando su paciencia. Sam comenzó a caminar recorriendo el largo pasillo del bus, teniendo a Jake tras ella, dispuestos a desbordar. No obstante, sucedió que al bajar las escaleras que el vehículo tenía, Sam trastabillo en sus pasos y lanzando un pequeño grito de sorpresa, sintió su cuerpo caer y lo habría echo de no ser porque unos fuertes brazos la atraparon. La bailarina levantó sus asustadas perlas para encontrarse con el par de orbes azules de Brian, quien sonrió ladino.

    —Vaya, qué manera tan encantadora tuvo la vida de entregarte a mis brazos —comentó con coquetería, afianzado el agarre que su brazo hacía en la cintura de ella.

    —Déjame ir, Brian, por favor —Sam forcejeó con exiguas fuerzas intentando liberarse, nerviosa e incómoda, desviando su mirada de los penetrantes e imprudentes ojos de él.

    —Oh, yo que me preocupo al no verte por ningún lado y tú que me tratas tan mal.

    Brian levantó su otra mano para tomar el mentón de ella y hacer que lo mirara, pero otra mano sujetó fuertemente su muñeca, deteniéndolo a medio camino. Brian desvió su atención al ejecutor de la atrevida acción y sus pozos de agua chocaron con dos glaciales verdes que lo miraron con fiereza y que parecieron llamear en el fuego de la ira a pesar de que no parecían derretirse por la misma; así que la frialdad combinada con la sensación ardiente que envolvió al rubio lo perturbó un poco.

    —Suéltala —ordenó Jake con voz gélida y poseedora de un grado de furia.

    —¿Disculpa? —Brian alzó una ceja, atónito, sintiendo el férreo agarre en su muñeca.

    Jake frunció el ceño pronunciadamente. No le gustaba repetirse a sí mismo dos veces, pero consideró al bailarín muy poco inteligente como para que captara el mensaje de inmediato, por lo que reiteró su orden y agregó una explicación.

    —Suéltala. No está en condiciones de aguantar tus estúpidos juegos, así que suéltala.

    Y es que a pesar de no socializar con nadie, Jake estaba bien informado de la vida de muchos de los integrantes, todo por cortesía de Clark, naturalmente. De allí que supiera de la fama de Casanova que el moderador de danza tenía entre las féminas, y si Brian pensaba que Sam iba a ser tan tonta como para caer en las garras de un sujeto tan superficial como él, tenía que ser un verdadero idiota. Ella era mucho más que alguien que aceptaba palabras bonitas y atenciones; era especial. Mientras tanto, Sam no cabía en sí de estupefacción y dicha. ¡Jake estaba defendiéndola! Se sintió tan impactada que pensó se desmayaría de la emoción. En cambio, Brian miró al marionetista por demás sorprendido. ¿No se suponía que el sujeto ese era un frívolo antisocial egoísta a quien no le importaba nada ni nade en su círculo de trabajo? ¿Cuándo se había convertido en alguien que osaba desafiarlo a él, el príncipe del teatro, título ganado por su popularidad?

    —¿Desde cuándo el rey del invierno se preocupa por alguien? —indagó con cinismo y altanería.

    Jake se limitó a mirarlo con la misma expresión, apretando más la muñeca en su mano. No tenía por qué darle explicaciones a nadie y mucho menos a un pretencioso, por lo que repitió:

    —Suéltala.

    Y esta vez pronunció la palabra separándola y con lentitud, importándole poco que pareciera que estuviera tratando al rubio como un retrasado mental, que igual, desde su perspectiva, casi, casi que eran sinónimos. Afortunadamente, la única neurona funcional de Brian hizo el sublime esfuerzo de procesar la orden y liberó a la pelirroja, quien fue a refugiarse detrás de Jake, el que aflojó el agarre hasta soltarlo por completo. Brian se masajeó la parte afectada, detallando marcas rojas que le dolían bastante.

    —¿Ni siquiera un gracias? —quiso saber la pobre “víctima”, disgustada.

    Jake no se molestó en responderle y se subió al toldo del camión para bajar sus cosas y las de Sam, que eran las únicas que quedaban arriba. En eso estaba cuando Tucker y Jill Woods se acercaron.

    —Brian —llamó Tucker al conquistador—. Necesito conversar contigo un momento, es importante. Ven, acompáñame.

    El rubio asintió y se fue con el jefe del teatro. Jill no los siguió, sino que se quedó allí.

    —Sam, yo también quiero hablarte ahora que te veo —dijo la mujer, mirándola—. Quiero pedirte un favor. No es algo muy grande.

    —¿Un favor? —Sam se extrañó un poco.

    Jake terminó de bajar las cosas y tomando un par de sus sacos, se alejó de ellas para darles privacidad, dejando en Sam un vacío muy grande. Había querido darle las gracias por salvarla de Brian, ahora tendría que esperar hasta que la comida estuviera lista y le llevara sus alimentos. Prestó atención a lo que su patrona fuera a decirle.

    —Escucha, Sam, recibimos una carta de los parientes de mi esposo. Mi suegro está muy mal de salud y es urgente que vayamos a verlo. Tuck y yo aprovecharemos que no hemos desempacado para irnos de una vez, así que, ¿podrías entregarle esto a Mark?

    Jill le entregó un par de hojas dobladas y ella las tomó, confundida, en tanto la mujer seguía hablando.

    —Son un par de cartas. Una es para Mark explicándole toda la situación y la otra es para Ann, pero no te preocupes. Entrégale ambas a Mark y él sabrá que hacer.

    —Claro que se las daré, con mucho gusto —respondió ella recordando que Ann era la niñera oficial de Mark a pesar de que el niño pasaba más tiempo con Clark—. Y espero no sonar atrevida ni irrespetuosa, ¿pero por qué no llevarán a Mark con ustedes? ¿No se sentirá mal?

    —No te mortifiques, no estás siendo irrespetuosa ni atrevida —la mujer le ofreció una sonrisa cálida—. A Mark no le gustan las reuniones familiares; le aburren. Y no es la primera vez que lo dejamos aquí para ir de viaje nosotros. Sabemos que todos aquí lo cuidarán bien.

    —Ya veo. Entonces yo le doy esto a Mark.

    —Muchas gracias, linda. Nos vemos —Jill comenzó a alejarse, pero Sam la detuvo.

    —Espere, por favor, una pregunta más. ¿Quién quedará a cargo del teatro en lo que duran fuera? —cuestionó, de pronto inquieta.

    —Brian, por supuesto —respondió la mujer como si se tratara de la cosa más obvia del mundo.

    —Ah, entiendo, gracias. Adiós, que les vaya bien en su viaje.

    Sam se despidió con una sonrisa y cuando perdió a Jill de vista, su rostro mostró preocupación total. Esperaba no tener más problemas teniendo a Brian al frente de todo, pues eso significaba que las cosas con Glynn también podían ir peor.

    ¿Se emocionaron o solo fui yo al escribir? Es todo por ahora. ¡Gracias por leer!
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  19.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
    Miembro desde:
    10 Diciembre 2010
    Mensajes:
    2,063
    Pluma de
    Escritora
    Síii, yo sí me emocioné, como por ejemplo, cuando Jake se puso así de preocupado por pensar en dejar de ver a Sam, o cuando le dijo que podía usarlo de almohada, jajaja, qué emoción para la pelirroja que no pudo pasar por alto tan atrayente invitación y finalmente descansó un buen rato y como no, sintiéndose segura en el hombro de su amadísimo ojiverde. Se nota como es que Jake está saliendo de ese enorme caparazón, así que toda esa mortificación de Sam de que no le ha hablado de Matt, pues parece que vale la pena, es decir, si por ocultarle parte de su vida se lo gana, pues que no se lo diga aún... aunque debe tener cuidado y si piensa contarle algún día sobre Matt, debe escoger el momento preciso.

    Auch, como que eso de que los patrones se van me causó de pronto una inquietud. ¿Brian se quedará a cargo? No sé, ese encuentro que tuvo con Jake, quien oh, oh, me gustó cómo le pidió que soltara a Sam, no pareció ser grato al rubio. Espero que en la ausencia de los señores, no suceda nada malo y que Brian no se aproveche de su autoridad, que ni siquiera piense en seguir acosando a Sam, pues ya tiene quien la defienda. Un Jake que parece ser por demás muy celoso. Ay sí, se pone cada vez más interesante lo que sucede entre Sam y Jake. Ya parece emerger el amor en él.

    Me despido por ahora, pero espero el que sigue. TKM
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  20.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    29 Octubre 2012
    Mensajes:
    465
    Pluma de
    Escritora
    :3 Borealis, como has estado, siempre es un gusto verte por aquí, y más a tu linda historia.
    Jake, creo que lo amo, la manera como se comporto con nuestra querida Sam, la manera de preocuparse por ella, por su bienestar, por su cansancio.... Creo que miraré too color de rosa unos días :3
    Ya era hora, Jake!!!!!!!!!!!
    Y yo que pensaba que me la pasaría sufriendo por Sam, es que, bueno, nadie olvidará nunca a Matt :'( , él era su primer amor, pero, no, no creo que lo esté traicionando, él la amaba lo suficiente como para desear verla feliz :). Sasha no debió decirle algo tan cruel, que ganaba causándole semejante daño, es cierto que cuando uno aprecia a sus amigos desea su bien pero, buscar que se aleje de Jake con semejante idea...... insisto, hay gato encerrado O.O
    Espero que tras la demostración de... celos (y amor secreto XD) de Jake, Sam se sienta más tranquila y vuelva a ser la Sam que conocemos.
    Wuaaaa, Brian a cargo de todo, oh... No... eso solo puede representar problemas para Jake.
    Porqué, ahora quiero leer el resto....
    Pero esperaré, :) gracias por otro lindo capítulo Borealis.
    Se te quiere, un abrazo.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso