Verano e Invierno

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Borealis Spiral, 20 Marzo 2013.

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    andreAa

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    Wow así que ea es la actitud de Jake? esperaba mas de el pero esta bien ya que es frió y solitario, Mark me cae bien es divertido inteligente y demás es genial.
    y Brian nunca entiende.... pues algún día lo hará, pobre sam tantas cosas que tiene que hacer y como para que la traten así... bueno ella acepto.
    iba a comentar el capitulo anterior ero me estaban hablando para hacer algo y no me quedo mas que cerrar la pagina y de ahí ya no subí nada .
    No me gusta esperar a leerlo pero no me queda de otra al menos estos días eh estado ocupada y como ya voy a entrar a clases pues !más!
    Y pues desde aquí te digo me gusta ya que no tengo el botón
    sin más que decir, te dejo.
    hasta pronto.
     
    Última edición: 15 Agosto 2013
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    Borealis Spiral

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    Verano e Invierno
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
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    @Shassel Hola ^^ Gracias por tu comentario y que siga gustándote esta historia. Sí, Jake no se portó muy bien XP Lamento que tengas que esperar, no puedo hacer más :( Bueno, espero que esto siga gustándote. Gracias de nuevo.
    @Marina Master, jajaja, pues personalmente no me gustaría que alguien como él me tratara XD Sí, Jake necesita una buena lección y no sé si podrán dársela, jojojo. Sam es una chica bastante fuerte, oh sí. Gracias por tu comentario, sabes que me gustan mucho. TKM
    @andreAa Tocaya, sí, supongo que todos se esperaban mucho más de él, hasta yo ._. Ok, no, me gusta como es XD. ¡Gracias por tu comentario! Y no te preocupes, cuando puedes leer y comentar, puedes. Esfuérzate en la escuela (yo ya mero entro también u.u)

    Ya, sin más que agregar, el capítulo de este día. ¡Disfruten, lectores varios!

    8

    Sam volvió a morderse el labio inferior. Quería hablar con Jake, preguntarle tantas cosas, conocerlo mejor; no podía evitarlo, se sentía atraída a él. Originariamente, esa atracción nació por lo mucho que le recordaba a Matt, pero después una interrogante ocupó el primer puesto de importancia. ¿Por qué él actuaba de esa manera tan fría? Había conocido personas que no eran muy afectivas, pero el caso de Jake sobrepasaba todo lo que había visto. ¿Qué clase de situación vivida lo llevó a comportarse de aquella manera? ¿Cuál era su pasado? Tantas preguntas y ninguna respuesta; suspiró profundamente antes de regresar sobre sus pasos. Esa vez sí se había fijado un poco mejor qué pasillos había recorrido, por lo que llegó al comedor sin mayores dificultades y se sentó junto a Sasha, a quien le había encargado su plato, el que había pedido antes de buscar a Mark para que le diera el de Jake.

    —Oye, Sasha, ¿conoces bien a Jake? —le preguntó a la actriz después de unos minutos de conversación.

    —¿Que si lo conozco? —Sasha miró al frente, meditativa, en tanto terminaba de tragar el pan que comía—. Realmente no podría decir que sí. Es demasiado reservado; apenas he hablado con él algunas veces. ¿Por qué?

    —Ah, no es importante —Un rubor cubrió sus mejillas—. Evitó que me diera un golpe cuando me desmayé, supongo que es curiosidad.

    —Entonces pregúntale a Clark —recomendó la morena—. Él lo conoce mejor, aunque no sé si te diga algo. Por más que intento persuadirlo, chantajearlo o amenazarlo no suelta nada. Es como si tuviera un acuerdo de pacto de silencio en todo lo relacionado con Jake o algo así, no lo sé, pero es molesto, mucho.

    Sam enfocó su vista en el hombre, quien se hallaba sentado lejos de ellas mientras conversaba con algunos de actuación. No pudo evitar darse el lujo de mirarlo sin disimulo; le gustaba mucho su sonrisa, en un buen sentido claro. Ella era apreciadora de las cosas lindas y la belleza, por lo que la alegre y resplandeciente sonrisa de Clark llamaba mucho su atención, pues era como si iluminara todo a su alrededor, además de que su sonora risa pareciera que pudiera animar hasta al más decaído; era increíble. Su mirada fue tan intensa que Clark pudo sentirla, pues volvió su rostro a ella y al verla, sonrió mucho más en tanto agitaba su mano en manera de saludo. Sam enrojeció de vergüenza al verse descubierta, pero le devolvió el saludo, gustosa, pensando que debía ser más cuidadosa o volvería a atraparla in fraganti. Entonces, fue su turno el de sentir una indiscreta mirada sobre ella y no tuvo que girar a ver a la persona para saber que se trataba de Brian y sus acosadores ojos; ese era otro problema que no la dejaba tranquila, pero las inquietudes no podían aumentar, ¿verdad?

    —¡Fíjate por donde vas, nueva! —rugió Glynn cuando todos terminaron de comer y fueron a dejar los utensilios que habían ocupado. La rubia la había chocado con deliberada fuerza como para hacerla caer con todo y plato y vaso, rompiéndolos al ser de porcelana y vidrio respectivamente.

    —Lo siento —susurró Sam, apenada, pero Glynn no esperó su disculpa, sino que se limitó a avanzar, mirándola de mala manera una última vez.

    —¿Estás bien, Sam? —Sasha se apresuró a ayudarla—. ¿Qué pasa con Glynn? Ella no tiende a ser así, ¡qué raro! Ella es más bien desinteresada, ¿sabes?

    Sam ahogó un gemido; parecía ser que las dificultades sí podían ir en aumento. El resto de la mañana y parte de la tarde se la pasó ensayando hasta que la hora de la comida llegó una vez más y en esta ocasión no fue necesario buscar a Mark para que le entregara la porción que era para Jake, sino que ella misma la pidió y con nerviosismo, como siempre que iba al cuarto de él, inició su recorrido al mismo. Se colocó frente a la puerta e intentó poner una sonrisa en su rostro, recordando que Jake nunca la había visto sonreír; se suponía que se saludaba a las personas con una sonrisa radiante, así que debía hacer lo mismo con él. Cuando lo creyó conveniente, después de inhalar y exhalar varias veces para asentar sus nervios, tocó y al poco tiempo la puerta cedió, dejando apreciar al joven de verdes ojos. La sonrisa de Sam se esfumó de inmediato; la simple presencia de él la turbaba sobremanera. Jake no la miró con mucha sorpresa, pues ya Mark le había contado del acuerdo al que había llegado con ella, el que todavía no entendía del todo, pero tampoco iba a darle demasiadas vueltas al asunto; seguro y al final la chica terminaba fastidiándose. La pelirroja tartamudeó un poco.

    —T-te traje la comida.

    Jake no dijo nada y tomó el plato, dispuesto a cerrar la puerta nuevamente de no ser porque sacando fuerza de flaqueza, Sam lo impidió dando un paso adelante, colocándose entre ésta y el margen.

    —Espera —pidió con voz quebrada, asombrada de su propio actuar—. Espera.

    —¿Qué quieres? —La inexpresiva voz de él la puso mucho más intranquila.

    —Yo... Ah, quería...quería darte las gracias por evitar mi caída ayer.

    —¿Es todo?

    —¿Eh? Oh... ¿Sí?

    Jake la empujó un poco para que no obstaculizara más la puerta y así pudo cerrarla. Sam se golpeó mentalmente. Por supuesto que no era todo. Quería hablar con él un poco más, pero su cerebro se bloqueó en el momento preciso y fue por eso que incluso se atrevió a hacer lo que hizo al obstruir la puerta con su cuerpo. Suspiró con abatimiento apoyándose en el ala de madera, pensando que Jake era más que reservado; estaba totalmente cerrado al mundo. Debía encontrar una manera de que se abriera un poco más, por lo menos con ella. Sacudió la cabeza; pareciera que estaba volviéndose una acosadora con él tal como Brian lo era con ella. Se estremeció. Pensar eso no era bonito, pues la sensación de ser acosado no era nada placentera.

    Estaba por regresar al comedor cuando la puerta tras ella se abrió en una improvista rapidez, asustándola, sorprendiéndola, haciéndole soltar un gritito e impidiéndole plantarse firmemente sobre sus pies, por lo que se fue para atrás y habría caído al suelo de no ser porque otro cuerpo sostuvo el suyo. Alzó su vista por sobre su cuerpo inclinado hacia atrás y sus ojos chocaron con los de Jake, los que la miraban ligeramente confundidos. El rostro de ella se encendió en un rojo vivo ante el bochorno y velozmente se irguió para no seguir robándole su espacio personal a Jake, al tiempo que se disculpaba.

    —Lo siento, lo siento mucho. Fue un accidente, no quise hacerlo. Ya me iba, de verdad. Con permiso.

    Y por demás azorada, la chica se alejó casi corriendo, sin saber que Jake no apartó su vista de ella hasta que no pudo visualizarla más al virar en un pasillo.

    Regresando con los demás, Sam pudo sentir el latir desesperado de su corazón, como si no fuera a funcionar mañana y estuviera aprovechando el día de hoy para dar todo su potencial. Cerró los ojos con fuerza. ¡Hacía tanto que no experimentaba esa sensación de desconcierto, inseguridad y atrevimiento! Estaba aventurándose a hacer cosas que jamás haría, igual que había hecho cuando conoció a Matt; de alguna manera, era emocionante, aunque aterrador al mismo tiempo. Al llegar al comedor, intentó mantener su mente centrada en la conversación con Sasha, pero en realidad se mantenía muy lejos de allí; en su propio mundo, en sus recuerdos.

    Todos terminaron de degustar los alimentos y como cada vez que lo hacían, iniciaron los preparativos para ir al teatro aquella tarde. Sam ayudó a Sasha con su vestuario y a Clark a guardar una que otra marioneta que utilizaría para la presentación de esa tarde, comprobando que como bien había dicho su creador, eran buenas. Después de eso, se despidió de los que pudo y volvió a verse casi solitaria en la casa de no ser por los de servicio que también estaban, pero ellos se mantenían ocupados en otras cosas, por lo que no podía hablar mucho con ellos. De cualquier manera, no era como si precisamente ese día ella tuviera mucho tiempo como para socializar. Había decidido el día anterior que esa tarde iría al médico para hacerse el examen general que Tucker le había pedido.

    Por ello, después de arreglarse un poco se dispuso a salir e ir con el médico al que acostumbraba ver, con el que no necesitaba cita previa; afortunadamente, el consultorio no estaba muy lejos de la casa, por lo que no demoró mucho en arribar. Lo que tomó más tiempo fue que la atendiera, ya que había mucha gente en espera. Después de eso y de que el doctor la revisara, le entregó la forma que indicaba que no había absolutamente nada malo con ella. Sam esperó que con aquello Tucker estuviera un poco más tranquilo; no deseaba que la echaran tan pronto. Regresó a casa y al tiempo que ella llegaba por un lado, del otro lado llegaba Jake teniendo un saco colgando sobre su espalda; lo miró un tanto sorprendida. Él no supo qué pensar; ya había sido mucho encontrarse con ella, ¿no? Aun así, no le prestó demasiada atención y se adentró a la mansión con Sam siguiéndolo de cerca.

    —¿Por qué no estás en el teatro? —escuchó que Sam le preguntaba, con un timbre de voz débil y dubitativo, como si estuviera insegura de hacer la interrogante.

    —Mi acto ya terminó.

    —Pero... ¿por qué no te quedaste? ¿Por qué no esperas a los demás?

    Jake no contestó y continuó con su camino, confundiendo mucho más a Sam; entonces, llegaron a la habitación de él, quien abrió la puerta y se volvió para mirar a la bailarina.

    —Porque las personas son molestas.

    Y un portazo se dejó oír. Sam parpadeó, ofuscada y un poco lastimada; le daba la sensación de que Jake dijo aquello por su causa. Sin embargo, una cuestión más se sumó a las demás. ¿Por qué Jake pensaba eso de la gente? Volvió a su actividad de práctica con aquello en mente hasta que los demás retornaron y ya en la cena, después de entregarle la propia a Jake, se acercó a Clark.

    —¿Cómo te fue? —quiso saber ella, sentándose a su lado.

    —Tan bien como siempre —alardeó el hombre con una sonrisa confianzuda—. Todos quedaron maravillados con mi manejo de las marionetas.

    —Eso es bueno... Y, ¿cómo lo hizo Jake?

    —¿Jake? —Clark se extrañó un poco de que Sam inquiriera por el joven, pero dejando de lado el sentir, sonrió ampliamente y siguió—: También lo hizo bien. Puede ser un amargado, pero se nota lo mucho que ama su trabajo. Te sorprendería ver cuánto cambia su expresión.

    —Me gustaría verlo —susurró Sam con honestidad esperando que Clark no la escuchara, mas no fue así porque exclamó:

    —¡Qué buena idea! Tienes que venir mañana que es nuestro último día en esta ciudad, tu ciudad.

    —No puedo, me quedo a ensayar. Debo gastar mucho tiempo en esto para comenzar a trabajar con los demás lo más pronto posible.

    —¡Ah, qué mal! —Clark se hundió sobre sí mismo, deprimido. Sam sonrió un momento antes de soltar la bomba del porqué estaba allí.

    —Clark, ¿tú conoces bien a Jake?

    —De hecho sí. Somos los mejor amigos después de todo... aunque no estoy seguro de que él lo sepa, je De cualquier modo, me alegra haberlo convencido de que viniera con nosotros.

    —¿Por ti está aquí? —Saber eso la sorprendió.

    —Sí. Arribamos a una ciudad y dado que siempre me ha gustado salir de paseo, caminaba por las calles y lo vi allí con sus marionetas. Le propuse que viniera con nosotros y aunque al principio no quiso, insistí. Al final, bueno, está aquí ahora, ¿no? Puedes imaginártelo.

    —¿Cuándo lo conociste ya era así? ¿Ya actuaba con tanta frialdad?

    —Sí, siempre ha sido así de antipático.

    —¿Por qué? —La curiosidad de la pelirroja estaba a flor de piel con cada interrogante—. ¿Lo sabes?

    —Lo sé, pero no es algo de lo que pueda hablar contigo ni con alguien más, lo siento. Le prometí a Jake que sería discreto al respecto.

    —Pero...

    —¿Quieres saberlo? —Clark miró a Sam y ella asintió con una mirada mezclada de decisión y tristeza—. Entonces pregúntaselo a él directamente; si quiere te dirá.

    —¿Si quiere? Suena imposible —Sam se desanimó.

    —No del todo —Clark sonrió con diversión—. Te daré un consejo que funciona con él. Hostígalo lo más que puedas; persiste. Es así como Mark y yo lo convencemos de todo.

    —¿No es eso poco práctico?

    —No si se trata de Jake. Debe aprender de la forma más inconveniente que sí hay gente que se preocupa por él.

    Sam la miró asombrado y Clark se llevó una boca a la mano, arrepentido. Se revolvió el cabello con desespero.

    —¡Ah! ¡No debí decir eso! Esto es un sueño, Sam. No escuchaste absolutamente nada de lo que dije. Estás dentro de la hipnosis. Vas a olvidarlo todo, uh~

    Clark movió sus dedos frente a Sam, como si con eso pudiera arreglar su error. Sam rio para intentar aligerar el ambiente y que Clark no se preocupara demasiado; no obstante, en su cabeza quedaron grabadas las palabras del hombre. Jake creía que no existían personas que en verdad se preocuparan por él. El deseo de saber por qué pensaba de esa manera invadió su pecho, creció; ansiaba conocerlo más y más. El joven marionetista encerraba un misterio que no podía sino despertar el completo interés de la pelirroja. Con aquello, el día volvió a concluir y todos se retiraron a su habitación a descansar como era debido.


    Y por ahora es todo. Gracias por leer ;)
     
    Última edición: 7 Agosto 2015
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Wow, poco a poquito se va acrecentando el misterio que envuelve a Jake, ¿por qué esa actitud de desprecio a las personas? Porque para mí, el que las trate así, es puramente desprecio. ¿Qué cosas ha sufrido para que sea así? Y si sufrió esas cosas, pues es lógico que su personalidad sea como es. Sam tiene mucho trabajo ante ella si de verdad quiere acercarse más a él para conocerlo más.

    La pregunta ahora es: ¿cómo va a hacerle siendo que ante él es la chica más torpe del mundo? Se pone nerviosa y se queda muda, aunque le otorgo algunos puntos por atreverse a hablarle cuando se encontraron esa tarde. Y aunque la conversación fue breve y terminó haciéndola sentir como una molestia, ya fue algo XD Ahora bien, ¿por qué Glynn trata así a Sam? Esa chica debería controlar más sus celos o desquitarse con aquel que la hace sentir tan herida. Sam no tiene la culpa.

    El final de la conversación de Clark con Sam, fue graciosa, esa parte donde Clark toma el papel de un hipnotizador para hacerle olvidar a Sam el desliz que cometió, pero algo ahí que dijo, me deja con la misma pregunta que se hizo Sam: ¿Jake piensa de verdad que las personas no se interesan por él? Qué interesante, ya quiero conocer por qué piensa así.

    Espero el siguiente cap.
    Nos vemos. Tkm.
     
    Última edición: 21 Agosto 2013
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    Shassel

    Shassel Usuario común

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    :/ Pobre Sam, es increíble que alguien pueda ser tan soberbio con una chica tan dulce como Sam, sin embargo ahora creo entenderlo mejor, con lo que Clark dijo todo empieza a tener más sentido, a veces el dolor endurece el corazón de la persona más cariñosa. Estoy seguro que Sam sabrá como ganarse su voluntad ;) No por nada le lleva la cena y comenzó a investigar lo que pueda de la vida de Jake, es tan linda.
    Mmmmm, será acaso que Jake ya empezó a sentir algo por Sam y por eso prefiere evitarla????? :D
    Vaya final, me he divertido tanto, Clark y sus locuras XD.
    Me pregunto si Sasha sospechará algo respecto a la actitud de Samara???? :D y también por qué intentó sobornar a Clark???
    U.U Supongo que me enteraré con el tiempo :D
     
  5.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

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    Oh, si, bien sabia yo que una persona no actúa así porque así, pero estoy verdaderamente segura de que Sam lograra ganarse a Jake, je, pense que lo de insistir y hostigar sólo sirve para mujeres, pero ahora veo que no...y bueno, la verdad supongo que el chisme de que a Sam le gusta Jake no tardara en extenderse por toda la compañía, je...Jake me inspira algo de ternura (si,ya se, es raro, pero algo le debio haber pasado al pobre chavo) y me dan ganas de darle una bofetada por ser tan cruel, je, soy bien contradictoria.
    Gracias por invitarme, esperare el capi próximo, estos que leí me encantaron como siempre
     
  6.  
    andreAa

    andreAa Iniciado

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    así que ese es el tip para hablar con Jake... ahora que me doy cuenta su nombre suena genial para tener esa actitud y si... el cambiara.... seria la PRIMAVERA?!!?! seria divertido.
    me gusta mucho tu historia no había podido leer pero ya me actualice (por la escuela).
    Sam es un personaje genial desde el principio me encanto su actitud tan positiva (aunque el otoño sea apagado) y fuerte es genial y tiene talento
    me dejaran de tarea leer cada
    día 20 minutos y vendré aquí a leer de vez en cuando y no complico buscando libros jaja
    Por hoy es todo
    adiós. saludos.
     
  7.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    @Marina Master, ¡gracias por tu comentario! Poco a poco el misterio se desvela y sí, Glynn debería aprender a controlasrse T_T Yo sé que Clark es divertido XD Gracias por continuar leyendo y postearme, jejeje. Ojalá te siga gustando esto TKM
    @Shassel ¡Gracias por tu comentario tan lindo! Me anima. Tus preguntas son muy interesante y deberás leer para que se aclaren, jojojo. Espero que esto te siga gustando.
    @Sheccid ¿Contradictoria? Ni tanto, estamos en las mismas XD A veces me dan ganas de ahorcar a Jake así como de abrazarlo y apapacharlo xD Ah, claro que por ahora yo sólo sé el porqué de lo último, jijiji ¡Gracias por tu comentario! Me gustan mucho; me siento identificada.
    @andreAa Tocaya, jajaja, me hiciste reír con lo de la primavera, hahaha. Bueno, no puedo asegurarte nada, así que tendrás que leer. Sam también me simpatiza mucho y aunque el otoño si sea algo seco, no me parece apagado; para mí sus colores muestran calidez absoluta (Ay, amo esa época del año *u*) Buena manera de leer 20 min al día XD ¡Gracias por comentar!

    Y bueno, aquí el próximo capítulo. ¡Disfruten!

    9

    El día siguiente llegó con una buena noticia para Sam: comenzaría a aprender los pasos del segundo baile. Brian le dijo que como ya dominaba gran parte de la primera danza, sería bueno que empezara a memorizar la intermediaria; eso sí, le advirtió que tuviera cuidado de no olvidarlo o mezclarlos. Sam sabía que no era un problema, ya que en el instituto tuvo que aprender tantos bailes diferentes y muchos casi al mismo tiempo, por lo que había aprendido a concentrarse bien para no confundirse. Así, entre rutina y rutina, el momento de que fueran a alimentarse llegó, por lo que fue a buscar la comida de Jake. Toda la noche había estado pensando cómo iniciar una conversación con él; obviamente que para lograrlo él debía querer hablar con ella, cosa que estaba lejos de volverse realidad, por ello decidió que en lugar de intentar expresarse con palabras que serían cortadas por la puerta al cerrarse, lo haría de forma escrita. Había tenido que conseguir una bandeja para poner el plato, el vaso y bajo éste, la pequeña nota que había escrito, en la que se leía:

    "Buenos días. ¿Cómo amaneciste hoy? Es un espléndido día, ¿no?"

    De acuerdo, aceptaba que no era lo mejor que pudo escribir, pero no tenía ni la más remota idea de qué poner, así que fue por las preguntas que la mayoría hacía para iniciar la plática. Esperaba que de alguna forma diera resultados y le contestara un seco "Bien", o "Ajá", incluso un "Hm" escrito la haría feliz. Se colocó frente a la puerta y tocó, pero no hubo respuesta inmediata; frunció el ceño, extrañada, y volvió a tocar, aunque no ocurrió nada nuevamente. No estaba, supuso. Miró el picaporte de la puerta, tentándola a abrirla, mas negó con la cabeza desechando el pensamiento; Jake se lo había prohibido y no iba a desobedecerlo. Se recargó en la pared adyacente a la puerta y esperó, aunque que tuvo que hacerlo más de lo que pensó, ya que los brazos le dolieron al sostener la bandeja, los pies de estar parada en el mismo sitio y el hambre empezaba a hacer estragos en ella. Con todo, sintió que el sacrificio valió la pena cuando vio a Jake acercarse por el pasillo.

    —¿Qué haces? —inquirió él con una ceja alzada, incrédulo.

    —Bueno —El rostro de Sam adquirió el tono de su cabello, bajando la vista, avergonzada—. Te traía el almuerzo y no estabas, así que esperé.

    —Pudiste dejarlo en el suelo —dijo Jake crudamente, dándole a entender que hasta el más idiota habría pensado en esa posibilidad.

    —Es que... —La voz de ella se apagó y se sintió pequeñita. ¿Qué decirle?

    Jake ya simplemente le arrebató la bandeja y entró al cuarto, dejando a la joven sintiéndose la persona más torpe del mundo. Quedó estática en su lugar unos segundos, jugando con sus manos, nerviosa; tal vez iba a ser más difícil de lo que creía. Regresó al comedor y como sospechó, ya la mayoría comenzaba a alzarse al terminar de comer. Escuchó que Sasha la llamaba y se dirigió a ella, que estaba junto a Clark.

    —¿Dónde estabas, Sam? —Le preguntó la morena—. Te perdiste la repartición. ¿No me digas que no sabías que después de repartir ya no dan más comida?

    Sam abrió los ojos, perpleja. No, eso no lo sabía.

    —Descuida, descuida —la tranquilizó Clark—. Puedes comerte esto. Estoy satisfecho —Le ofreció su plato que todavía tenía algo de alimento.

    —En ese caso yo también te daré el resto de mi comida —ofreció Sasha.

    —Chicos, no tienen que hacerlo —intentó rebatir Sam.

    —Pero queremos —respondieron los dos al mismo tiempo—. Para eso son los amigos, ¿no?

    Sam sonrió, enternecida. Siempre era muy afortunada de contar con buenas personas a su lado que la querían y la apreciaban. No obstante, también era lo suficientemente miserable como para atraer alguna clase de enemigo y eso lo descubrió cuando, aceptando los alimentos que le ofrecían Clark y Sasha, se dispuso a comer, siendo que a cierta distancia, Glynn observaba todo con expresión disconforme y mostrando el sentimiento, se dirigió a la pelirroja y en un arrebato golpeó el plato que llevaba en manos, logrando que la comida quedara inservible, regada en el suelo junto a los añicos del plato.

    —¿Por qué hiciste eso? —demandó Sasha, molesta.

    —Quien no viene a la repartición no tiene derecho a comer —contestó la rubia sin mostrar ningún tipo de amedrentamiento por el tono de voz que la actriz usó para con ella.

    —¿Quién te crees para decidirlo? —volvió a inquirir la morena.

    —Sasha, es suficiente —pidió Clark poniéndose en medio de ambas, temeroso de que una pelea más que verbal iniciara—. Glynn, lo que hiciste fue muy grosero.

    —Intentaba cumplir las reglas —se excusó la joven pobremente, alzando los hombros.

    —Las reglas no prohíben dar alimentos a quien uno desee —argumentó Clark.

    —En ese caso a ver cómo le consiguen más comida a ésa.

    Y sin más que añadir, la rubia se alejó de ellos, dejándolos contristados. Sasha rugió.

    —No la entiendo para nada. En mi vida la había visto actuar tan vilmente. ¿Qué le pasa?

    —Sam, ¿estás bien? No te preocupes, conseguiremos algo para que comas —aseguró Clark con voz suave, en lo que ella negaba con la cabeza.

    —No quiero meterlos en problemas por mi culpa. Estoy bien.

    —¿Cómo puedes decir eso? —Sasha no le creyó—. No has comido nada.

    —Puedo soportarlo hasta la siguiente colación.

    —Pero...

    —Está bien, de verdad. No pasa nada.

    Sam les dedicó una última sonrisa antes de alejarse. No era verdad que no pasaba nada. Hubo un tiempo en que estuvo acostumbrada a la falta de alimentos, cuando su tío la castigaba por lo que fuera, pero de eso hacía mucho; sin embargo, no quería darles problemas a sus amigos, por ello negó la ayuda. Si iban contra las reglas podrían ser reprendidos y no deseaba eso. Era mejor dejarlo así.

    Se dirigió al cuarto de Jake. Supuso que no habría pasado tiempo suficiente como para que terminara de comer, pero algo la instó a ir allí, mas se sorprendió al ver el plato y vaso vacíos sobre la bandeja. Se acercó a ella velozmente e inusualmente emocionada. ¿Le habría contestado algo en el mensaje? Con desilusión, descubrió su pequeña nota donde mismo, como si no se hubiese molestado en tomarla, leerla y arrojarla a la basura. Si hubiese sido eso por lo menos estaría alegre porque la leyó, pero nada; ni siquiera una respuesta bajo sus preguntas. Alzó la bandeja con el desconsuelo impreso en su rostro. En definitiva, iba a ser más complicado de lo que imaginaba.

    De esta manera, Sam regresó al patio trasero para continuar con las prácticas; sin embargo, la falta de nutrientes y energías que los alimentos proporcionaban se vieron en su potencial de aquel mediodía. La cabeza comenzó a dolerle, se volvió más lenta y se cansó con prontitud, además del terrible hueco que sentía en su estómago.

    —¿Qué pasa? ¿Trabajar con dos bailes es demasiado para ti? Podemos tomar un descanso —le sugirió Brian.

    Sam negó con la cabeza. Podía sonar extraño, pero no le gustaba tomar descansos cuando estaba con Brian, pues no los llamaría exactamente descansos, sino todo lo contrario; su cuerpo se tensaba mucho más y su sentido de alerta se mostraba al máximo. Era agotador.

    —Puedo continuar, vamos.

    Brian la miró no estando del todo seguro, pero como Sam no esperó una respuesta afirmativa y siguió bailando, él también lo hizo; así la llevaron hasta que la hora de la comida volvió a tocar las puertas de todos. Presurosa, Sam fue por lo que era propio de Jake y luego escribió la nota para esa ocasión.

    "Da lo mejor de ti hoy. Yo seguiré practicando duro para poder decir con orgullo que soy tu compañera."

    Pensó que si Jake era una persona de pocas palabras —incluso más que ella—, lo mejor sería que fuera ella quien se esforzara por decir más; esa vez decidió darle un poco de ánimos, asegurándole que ella también lucharía. Se dirigió al cuarto de él y después de tocar, Jake abrió. Como las veces anteriores, él se limitó a tomar la bandeja sin soltar ni pío y volvió a cerrar la puerta, ocasionando que Sam suspirara. Sabía que no podía esperar resultados inmediatos y también estaba el hecho de que acababa de empezar; tan sólo esperó no desesperarse antes de lograr una buena plática de al menos un minuto con el marionetista. Se apresuró a regresar a la cocina, pues ahora sí no debía faltar a la repartición; tenía que continuar con sus prácticas y necesitaba energías.

    La comida llegó a su fin, así que Sam se dirigió al cuarto de Jake y volvió a sentirse triste cuando no encontró respuesta a su mensaje al verlo en el mismo sitio donde lo dejó, sin un milímetro de diferencia... Bueno, tampoco podía asegurarlo, pero ya le había quedado claro que Jake no quería salir de la burbuja en la que se hallaba. Recordó el consejo de Clark en cuanto a ser persistente. Ya había hecho cuanto pudo por sus sueños, creía que hacerlo de nuevo para romper el hielo con Jake no sería mayor problema o eso esperaba. La rutina volvió a repetirse; ella se quedó en el patio practicando mientras los demás iban al teatro. El resto del día pasó normal hasta la mañana siguiente, la que recibió al grupo con un montón de cosas que hacer y mucho trabajo. Finalmente, después de una semana de estar allí, se marchaban, estando ahora Sam junto con ellos, iniciando propiamente su nuevo estilo de vida.

    Cada uno de los integrantes se mantuvo absorto en empacar sus cosas y accesorios. Como cada vez que se movían, todos se alistaron para subir a los camiones que Tucker había adquirido para que los llevara a la siguiente ciudad. Eran varios ante la cantidad de personas que formaban el teatro y de hecho, con el tiempo que estaba allí, Sam salió de una idea errónea en cuanto al equipo. Siempre imaginó que eran de los más ricos y de los mejores generadores de dinero, mas ahora veía que si bien eran lo suficientemente populares como para hacer ganancias y pagar lo adecuado a cada miembro, también debían tener un plan administrativo sumamente efectivo, pues pareciera que gastaban más de lo que producían. Con todo, el teatro seguía en pie y era feliz. Una vez Sam tuvo empacadas sus pertenencias, se encaminó a la recámara de Jake. La puerta estaba abierta y de ella salió Clark, quien permaneció en el umbral en tanto observaba el interior.

    —Vamos, vamos, Jake. ¿Por qué siempre tardas tanto en arreglar todo? Son tantas marionetas. ¿Por qué no te deshaces de algunas? —El mohín de arrepentimiento mezclado con miedo de Clark le dijo a Sam que Jake le había lanzado una mirada asesina—. Anda pues, lo siento. Olvida lo que dije.

    Clark giró su cabeza y detalló a Sam, por lo que le sonrió al momento de preguntarle:

    —¿Lista para mudarte, Sam?

    Ella asintió. Desde adentro, Jake sacó su cabeza y miró a Sam, sin expresión, antes de fruncir el ceño y regresar al interior del cubículo. En su lugar, Clark parpadeó confundido y alternó miradas de la chica al joven. Para cualquier otra persona, ese pequeño momento en que los ojos de ellos chocaron, significaría nada; aquí la cuestión era que él no era cualquiera, y por ello pudo discernir que en los ojos de ambos algo diferente a lo usual afloró en cuanto se encontraron; un grado de complicidad casi indescifrable y misterioso. Además, ¿desde cuándo Jake dejaba de hacer algo para ver con quién conversaba, aun si eso implicaba fracción de segundos? También recordó las repentinas preguntas de Sam con respecto a Jake y su súbito interés en él.

    —¿Se te ofrece algo, Sam? —el hombre inquirió al fin, curioso.

    —No, yo... me preguntaba si podía ayudarlos con algo —se ofreció ella viendo algunos sacos en el suelo y una maleta.

    —¿Qué dices, Jake? —indagó el mayor, mirando al interior del cuarto—. ¿Necesitas una mano?

    Jake salió con otro saco lleno y cerró la puerta; limpio al fin. Posó fugazmente su atención en Sam para después ver a Clark.

    —No.

    —Vamos, no seas orgulloso. No puedes con todo. ¿Piensas hacer dos viajes?

    Jake no contestó y tomando otro saco se alejó. Clark bufó.

    —Así que sí eres orgulloso. Bueno, es tu problema. Eres tú quien batalla, no yo. Lamento eso, Sam. Nos vemos en el camión, ¿de acuerdo?

    Clark siguió a Jake y la pelirroja se quedó en su sitio, mirando los sacos y la maleta restantes sin saber qué hacer. Realmente quería ayudar a Jake, serle de utilidad; pero él no se dejaba y temía cometer acciones que le desagradaran. Era un completo dilema.

    ¡Gracias por leer! ;)
     
    Última edición: 7 Agosto 2015
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  8.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

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    :( Pobre Sam, debe ser triste ser tan ignorada, Jake es tan cruel, me gustaría que alguien le de una lección, ;)
    Assssh, Glyn es una malvada, siento que empecé a odiarlo, dejar a alguien sin comer solo por celos es un acto tan despreciable, digo, Sam no tiene la culpa de ser más interesante XD, pobre Sasha y Clark, su buena obra terminó por los suelos, literalmente. :( .
    Espero que Sam y Jake puedan hablar pronto, me desesperan ese par XD. Me hacen extrañar tanto a Matt, :'(.

    :O Que horrible dilema, ayudar o no ayudar, :O :O Confió en Sam, sé que sabrá hacer lo correcto ;)
    Saludos chica, sigue así.
     
  9.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

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    Owo, me resultó gracioso la primera nota que le puso ella a Jake, lo que también me pareció un buen plan. Y si digo que me pareció gracioso, es porque creo que cuando se encontraron en el pasillo, hablaron más que lo que le puso en la nota, aunque allí casi la llamó idiota, jajaja, o cuando menos, él la hizo sentir así.

    Mmm, me gusta como Sam a desarrollado ese plan para sacar a Jake de su burbuja. ¿Lo conseguirá? El consejo de Clark de ser persistente puede funcionar, a él le consta, pues hasta el momento, es el único amigo que tiene y supongo que como dijo Clark, fue a base de insistencia, así que Sam deberá continuar aunque el orgulloso Jake no parece leer las notitas. ¿Las lee o no? Eso me inquieta. ¿Será tan terrible que ni siquiera eso le llame la atención? O quien sabe si no. Clark notó algo de complicidad en la mirada que se lanzaron cuando Sam llegó a ayudarles. Y sobre la ayuda, ¿qué hará Sam? ¿Se atreverá a tomar algún bulto y llevarlo al camión? Dudo que lo haga, pues como dice ella, no quiere enfadar más al ojiverde.

    Bueno, finalmente Sam comienza su nueva vida de nómada. Espero que le vaya bien, en todo.

    Lindo capítulo. Espero el que sigue. TKM
     
  10.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

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    Excelente capi, Borealis,definitivamente tienes un don.
    Uff, Jake definitivamente es un hueso duro de roer, pero bueno, hay quesegurle insistiendo,je.
    ¿y que se cree Glynn?¡¡¡¡¡¡¡¡ es bien mala, aunque bueno, sólo esta celosa...y pobrecilla de Sam, hasta piensan que esta enfermita cuando realmente fue porque Jake se tardó mucho y Glynn tiró la comida.
    ¡Sasha y Clark! esos sí que son uenos amigos.
    ¿y en serio las miradas asesinas de Jake son tan...eh...asesinas?Pobre Clark...
    ¡y l compañía se va! ¿que nuevas srpresas habra en el nuevo lugar al qe vayan?
    Espero la conti con ansias,je, gracias por invitarme
     
  11.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    @Shassel ¡Gracias por tu comentario! Sí, Jake es algo cruel y sí, también espero que estos dos decidan o puedan dar un paso más en su relación; también me desesperan y mucho, jejeje. Nada, que espero esta historia siga gustándote. Gracias por todo.
    @Marina Master, ¿te he dicho lo mucho que me gustan tus comentarios? Pues sí, me gustan. Recalcaste un detalle que nunca había notado y que me hizo reír mucho, porque es una ironía curiosa XD ¡Gracias por tu comentario! Aquí el capi. TKM
    @Sheccid Me apenas, no digas eso. No es don, son ganas de escribir, pero gracias por el halago y por el comentario; me anima. Sí, Jake es duro, pero tanto tú, como otras lectoras e incluso yo esperamos que pueda hacerlo cambiar. ¡Gracias otra vez!

    Ahora sí, el siguiente capítulo. ¡Disfruten!

    10

    Pellizcándose las manos, nerviosa, Sam regresó a su habitación, descubriendo que Sasha estaba allí, quien le indicó que los camiones esperaban, así que ambas salieron de la mansión y organizándose, aguardando su turno, esperaron para sujetar bien el equipaje en la parte superior del autobús que abordarían igual que los demás.

    —¿No dejas eso arriba? —le preguntó Sasha, señalando el morral.

    —Oh, no —Sam lo sujetó con fuerza de la correa—. Contiene algo muy importante para mí. No me permitiría perderlo en un descuido entre tanto equipaje, así que prefiero mantenerlo conmigo.

    —Oh.

    Sasha sintió curiosidad por lo que había adentro, pero no pudo preguntar nada más ya que tuvieron que subir al camión; estaba casi completamente lleno.

    —¡Hey, chicas! —Las interceptó Clark, sentado a la mitad de lo largo del transporte—. Nos tocó en el mismo autobús, genial, ¿no? Aquí hay un asiento —Palmeó el espacio libre a su lado.

    —Yo quería sentarme junto a Sam —se sinceró Sasha, intentando divisar dos lugares juntos disponibles.

    —En ese caso, debieron ser de las primeras en subir. Ya no hay —dijo Clark intentando ver asientos hasta que su mirada gris se calvó en el final del camión y sonrió con picardía—. Vamos, Sasha, siéntate conmigo.

    —Pero Sam...

    —Ella puede sentarse a un lado de Jake —la interrumpió el hombre apuntando con el dedo lo que lo había llevado a ejecutar su plan.

    —¿Qué? —Sasha se extrañó.

    Luego, las dos chicas miraron a donde Clark señalaba, que era la parte trasera del camión. En la fila de cinco asientos estaba Jake, sentado en el lugar de la esquina derecha, con el codo sobre el borde de la ventana, manteniendo el rostro apoyado en la mano, observando el exterior sin inmutarse por el jaleo de los demás. Los rayos del sol lo iluminaron de tal forma que a la vista de Sam le pareció una criatura irreal, llena de una tranquilidad ficticia. Sintió que su corazón daba un vuelco y palpitaba con fuerza, queriendo salirse del pecho.

    —¿Estás loco? —Replicó Sasha—. ¿Cómo se te ocurre mandarla con él? Luego querrá huir. Yo podré soportarlo mejor, así que iré yo.

    La actriz apenas alcanzó a dar un paso cuando Clark la tomó del brazo e hizo que se aplastara a su lado.

    —¿Pero qué...?

    —Shh —La silenció de sus protestas, para luego volver a señalar—. Observa.

    Sasha lo hizo y vio que Sam caminaba a donde Jake con paso inseguro, aunque con expresión aparentemente decisiva, dispuesta a ocupar el asiento anexo a él, el que de igual forma no habría dejado de estar vacío seguramente dada la actitud del joven. La voz de Clark la hizo volver su vista a él.

    —No puedo asegurarlo en un cien por ciento, pero creo que algo se traen esos dos.

    —¿Algo se traen? —Sasha frunció el ceño, sin comprender y con un ligero tono de irritación—. Explícate.

    —Ya sabes. Creo que Sam se ha fijado en él.

    —No puede ser —bufó ella.

    —Te digo que sí y no sé por qué me da la impresión de que algo de ella ha llamado la atención de Jake.

    —Y yo te digo que es imposible —volvió a argüir la morena.

    —No, no, lo digo en serio y la verdad no estoy en contra. Es lo que él necesita —se sinceró Clark, mirando otra vez a Jake.

    —Pues yo sí que estoy en contra —objetó Sasha con firmeza.

    —¿Por qué? —Miró a su compañera con extrañeza.

    —¿Lo dices en serio? Jake no es un buen partido, Clark. Entiendo que lo quieras como un hijo y todo eso, pero imagínate, pobre de Sam. Estoy segura de que sufrirá mucho por su culpa; él la hará llorar.

    —¿Cómo puedes decir algo así? —preguntó él, indignado—. No conoces ni un poco a Jake. No puedes juzgarlo, no tienes derecho.

    —No es mi culpa no conocerlo. Es tuya porque no quieres decirme nada de él por más que te lo pido.

    —Ya te lo he dicho, debes hablar con él personalmente si tanto te interesa.

    —No me deja. Lo intento y lo intento, pero es un terco inadaptado social.

    —¿Cuántas veces te he dicho que no lo ofendas?

    Y en tanto esos dos se trenzaban en una discusión, Sam llegaba finalmente a donde Jake se encontraba.

    —Hola —lo saludó con voz trémula y queda.

    Él no se movió pero posó sus pupilas en ella, mirándola de soslayo un par de segundos antes de volver a mirar a través de la ventana.

    —¿Puedo sentarme? —preguntó la pelirroja y al instante se arrepintió. ¿Qué pasaba si le decía que no? ¿No habría sido mejor sentarse y ya, sin pedir un permiso que pensándolo bien, no necesitaba?

    Sin embargo, Jake no negó su petición, aunque tampoco afirmó nada, dándole a Sam la oportunidad de elegir por ella misma, y por demás resuelta y llena de valor, se sentó a su lado. Sin poder evitarlo, sus músculos se tensaron y su piel se enchinó cuando su brazo rozó el de él. Estaba tanto emocionada como turbada, era increíble; debía controlarse o comenzaría a temblar. Los primeros minutos mantuvo la vista sobre el morral en su regazo, al tiempo que sus manos jugaban con la correa del mismo, nerviosa; después, se dedicó a observar a sus compañeros antes de mirar el perfil de Jake por un buen rato. No dejaba de asombrarse de lo mucho que se parecía a Matt en aspecto físico, pero hasta allí llegaba el parecido. No había ni un ápice de similitud en su forma de ser y con todo, allí estaba ella, siendo atraída por ese enigmático personaje que llegó sorpresivamente a su vida.

    Por el reflejo de la ventana descubrió que Jake enfocaba sus orbes en ella, lo que la obligó a apartar la vista de su rostro. Quién sabe cuánto tiempo la había visto observándolo. ¡Qué vergüenza! Después de aquello, los camiones calentaron motores, listos para partir y conforme atravesaron las calles, Sam se llenó de melancolía. La ciudad donde había estado viviendo los últimos años, donde hizo buenos amigos, donde había obtenido a quien consideraba una madre, donde realizó sus sueños, donde yacía Matt; todo lo dejaba atrás. Sintió que sus ojos escocían y antes de que alguna gota fuera derramada, se las apartó. No podía seguir llorando. Habían sido ya demasiadas lágrimas a lo largo de su vida. ¿Es que sus lagrimales no se secarían jamás? Vio que Jake la miraba directamente y enrojeció de bochorno.

    —Ah...lo siento —No supo por qué se disculpó; no era como si faltara o debiera, pero sintió la imperiosa necesidad de hacerlo—. Lo siento, no quiero incomodarte. Creo que es mejor que me vaya.

    —¿A dónde? —habló finalmente él al ver el ademán de Sam de levantarse—. No hay lugares.

    La pelirroja miró entorno y en efecto, no detalló ningún asiento vacío.

    —Es verdad, lo siento.

    —¿Por qué te disculpas tanto? Es molesto.

    —Lo si...

    La penetrante mirada de irritación de él la silenció. Volvieron a quedar en silencio hasta que vieron el letrero que indicaba que estaban saliendo de los territorios citadinos. Sam suspiró; ahora no había marcha atrás. Miró a Jake una vez más, quien volvía a mirar el exterior y ella notó que su serena expresión no cambiaba mucho, ni siquiera cuando fruncía el ceño, pues apenas lo hacía perceptiblemente.

    —Jake —lo llamó con suavidad, temerosa de sacarlo de sus pensamientos abruptamente y que se enojara con ella. Él le lanzó una rápida mirada a través del reflejo del vidrio, dándole luz verde para que continuara—. Pareces meditativo. ¿Es por algo en especial? ¿Es porque dejamos la ciudad? ¿La extrañarás?

    —¿Por qué iba a hacerlo? No hay nada que me haga echarla de menos.

    —Oh, supongo que tienes razón —asintió la chica, animada de estar conversando por primera vez con Jake sin trabas de por medio—. Una semana no puede ser tiempo suficiente para encariñarte del todo con un lugar, ¿cierto? Sin embargo, sería lindo que cada una de las ciudades y pueblos a los que arribamos tuviera algo significativo para nosotros, algo que nos hiciera desear volver, a como diera lugar. Quizás no sea conveniente para muchos, pero yo lo considero lindo. Por ejemplo, no puedo esperar por volver a mi ciudad. Estoy ansiosa de sentir el alivio de estar nuevamente donde mantengo recuerdos hermosos, los que de seguro reviviré en mi estadía; me llenaría de paz y satisfacción, ¿no lo crees? ¿No añoras volver a tu ciudad natal año con año? ¿No te sientes feliz cuando lo consigues?

    Jake cerró los ojos e inhaló profundamente, soltando el aire con lentitud; luego los abrió otra vez y observó el panorama de la carretera. No había mucho que apreciar, salvo planicies en plena vegetación con árboles regados aquí y allá; a lo lejos, un cerro rebosante de verde, libre de neblina o nubes que lo cubriera.

    —No —respondió al fin con sequedad, alertando a Sam, quien lo miró confundida.

    —¿No? —La chica no estuvo segura de entender—. ¿No te alegras de volver a tu ciudad?

    Jake no respondió esta vez, por lo que ella tomó su silencio como una afirmación, extrañándola todavía más, ahora definitivamente sin entender nada.

    —¿Por qué no?

    —No necesito recordar lo que viví allí —replicó Jake, hosco.

    Sam iba a indagar a qué se refería con eso, pero él se levantó sin decir nada más y caminó hacia donde estaba Clark, pidiéndole intercambiar el sitio con él, algo que la lastimó profundamente. Lo había hecho; consiguió ser el fastidio que tanto evitaba ser. Vio que Clark se rehusó a dejar su lugar, pero Sasha se interpuso y a pesar del ruido de las conversaciones de los demás, la bailarina oyó que la actriz aseguraba que era lo mejor. El corazón de Sam dolió más, porque supo que su amiga tenía razón; era lo mejor. Por ello, sin mayores ganas, Clark le dejó el asiento a Jake y se dirigió a donde Sam, sentándose a su lado.

    —Lamento eso —se disculpó el hombre—. Jake es especial.

    Sam negó intentando esbozar una sonrisa para después desviar el tema teniendo plática diferente con Clark, quien comenzó a contar cantidad de anécdotas propias y agradeció en gran manera que se tratara de él. Clark lograba calmarla bastante con sus ocurrencias y sus historias súper dramatizadas. Aun así, lanzó constantes miradas a donde se hallaban Sasha y Jake, viendo que la morena trataba de iniciar conversación con él, pero el joven no se mostró cooperativo, tal y como con ella. Con todo, el tiempo pasó más a prisa de lo que pensó y después de casi dos horas de camino, llegaron a la siguiente ciudad en su mapa personal de trabajo. Era grande también y a Sam le pareció prácticamente igual a la suya, mas eso no fue algo que la sorprendió; se lo había imaginado después de todo.

    Tucker había dado constancia de su llegada de antemano al dueño de la casa en la que se quedarían en esta ocasión por medio de cartas, lo que les permitió arribar directamente a la misma sin necesidad de perder mucho tiempo, el que valía más que el oro para ellos, con mayor razón si estaban hambrientos y debían esperar a que estuviera lista la comida. Comenzaron a bajar todos ellos, así como sus equipajes, introduciéndose en la casona, que si bien era muy grande, no tenía la extensión territorial que la anterior y eso era porque ésta contaba con tres pisos. En el primero se hallaban la cocina, el comedor, un patio delantero, un par de baños, el vestíbulo, una gran sala de estar y unas cuantas recámaras. En los otros dos niveles había más habitaciones, las que comenzaron a ser ocupadas los integrantes del teatro, teniendo que subir la ancha y elegante escalera de madera que estaba justamente cruzando el recibidor, que era la primera sección visible de la casa una vez se atravesaba el patio empedrado.

    Sasha y Sam bajaron su equipaje con la ayuda de Clark y se encaminaron al que escogieron como dormitorio. El hombre se había ido dejándolas solas y poco después se les unió Glynn. En tanto la rubia acomodaba sus pertenencias en el pedazo que sería suyo, Sam no pudo contenerse de lanzarle miradas discretas de vez en cuando; se sentía incómoda y su conciencia no la dejaba tranquila. Cuando había estado bajando sus maletas, vio por accidente que escondidos detrás de uno de los camiones ya vacíos, Brian y Glynn se besaba, aunque ella consideraba que más bien se comían con la boca. Un bochorno indescriptible la invadió en el momento, aunque también cierto grado de ira. ¿Por qué Brian se empeñaba en acercársele si ya tenía a Glynn? Era un descarado. La rubia salió del cuarto y Sam aprovechó para preguntarle a su amiga.

    —Oye, Sasha. ¿Glynn y Brian mantienen alguna relación? ¿Son novios o algo?

    —¿A qué viene esa pregunta ahora? ¿No me digas que ya caíste en las garras de ese insensible? ¡No, Sam! Espabila, muchacha.

    Sasha la tomó por los hombros y la sacudió con vehemencia, intentando hacerla entrar en razón.

    —Claro que no —Sam se soltó del agarre—. Accidentalmente los vi besándose.

    Incluso recordarlo le calentaba el rostro. Tal vez Sasha tuviera razón y fuera demasiado inocente, o muy ingenua, o extremadamente estúpida.

    —Ah, eso —Sasha sacudió una mano, restándole importancia al asunto—. Qué va. Si tuviera que describir el papel que Glynn cumple en la vida de Brian, lo haría con cuatro simples palabras: ella es su servilleta.

    —Eso es cruel, Sasha —la reprendió Sam.

    —Pero si es la verdad —se defendió la morena—. Sé que suena horrible, pero es lo que es. Y no digo precisamente que seque sus lágrimas de amores perdidos; lo de chicas perdidas sí queda, mas no de amores. Te lo pondré simple. Cada vez que a él no le funciona una de sus "jugadas" con alguien, va con ella a desahogar sus "penas" y en cuanto encuentra a otra víctima con quien sí tiene resultados, ¡paf!, la desecha. Justo como a una servilleta.

    —Pobre de ella —se lamentó la pelirroja, imaginado la situación.

    —¿Hm? No me lo tomes a mal, Sam, pero no la compadezco en nada. Es su culpa por dejarse mangonear. Es una tonta.

    —El amor te hace cometer tonterías, Sasha. Además, no puedes decidir de quién vas a enamorarte y de quién no. Es algo que se presenta sin más.

    —¿Aún a costa de tu felicidad? No me lo trago.

    —El daño que la persona amada pueda causarte no se compara a la alegría que sientes cuanto estás junto a ella, cuando te presta atención, cuando te regala una mirada o una sonrisa, cuando te demuestra que sabe que estás allí a pesar de todo. Creo que Glynn lo entiende mejor que nadie, por eso desea estar al lado de Brian a pesar de todo. Mantiene la esperanza de que él la note algún día.

    —Puedes creer tú lo que te plazca. Puedes seguir soñando con todas esas patrañas si quieres; pero yo creo que alguien que te hace sufrir tanto no merece la pena.

    —¿Entonces quién sí la merece? No lo sé, Sasha. Dímelo por favor.

    —Demonios, yo no sé. Alguien que te quiere desde que te ve o algo así... ¡No sé! Estás poniéndote inusualmente a la defensiva. ¿Qué tienes? ¿Eh?

    —Nada, lo lamento.

    Era verdad, estaba comportándose atípicamente sin haber una razón justificable. Ella tampoco creía que se pudiera amar a alguien que te dañaba constantemente, ¿o eso era lo que creía antes? Ni siquiera lo sabía. A su mente acudió la imagen de Fred. Él era un ejemplo de que era verdad su pensar; que sí se podía amar a alguien así, que el amor podía calentar el corazón más frío, que podía instalar una buena conciencia en la mente más perversa y callosa. Era un escenario que le parecía maravilloso, que había contemplado incluso, siendo testigo de ese milagro, un escenario que de alguna manera le gustaría vivir.

    Por el momento JakeSam, es otro de mis capítulos favoritos XD
     
    Última edición: 13 Enero 2016
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  12.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Otra conversación controversial entre Jake y Sam. Todos esos "lo siento" me parecieron muy divertidos, pero hay que comprender a nuestra protagonista, Jake la pone muy nerviosa. Es interesante notar que Sam no se está enamorando de él por el parecido con Matt, sino que la personalidad de Jake la atraé sin remedio. Creo que aunque luchara contra los sentimientos que le despierta, no podría con ellos, porque el enimagtismo de él es un imán.

    Esta pequeña conversación fue muy reveladora. ¿Qué cosa vivió Jake en su ciudad para expresarse de esta manera? ¿Es lo que vivió allí lo que lo hace ser como es? Estoy segura que aunque ahora Sam se siente muy confundida por su respuesta, la hará querer acercarse más a él. Querrá descubrir el secreto que encierra el ojiverde. Si yo fuera ella, quedría hacerlo, hahaha.

    Fue muy pesaroso este otro cortón que le dió, pero cuando menos, estuvo unos minutos a su lado XD

    En cuanto a Glynn, bueno, pues sí que es una boba por dejarse manipular de tal manera por el sexy Brian, pero Sasha no debería expresarse así de su compañera. Si bien no es su amiga, amiga, el respeto del compañerismo debe refrenar sus opiniones tan degradantes. Como sea, la rubia es su compañera y está sufriendo mucho. En fin, Sasha está decidida a cuidar a Sam también en el aspecto romántico, as´que eso la convierte en una buena amiga, ¿no?

    Es verdad, Sam tiene un buen ejemplo en Fred. Él ha sido fiel a su amor por muchos años. La fidelidad ha estado siempre ahí sea correspondido o no. Este fue un buen momento para que la pelirroja lo recordara. El recuerdo la ayudará a superar las dudas que puedan surgirle en su enorme empresa de conquistar al enigmático ojiverde XD

    Y bueno, es todo por hoy. Me encantó el cap.
    Nos vemos. TKM
     
  13.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
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    :/ No sé que decir, fue un capítulo muy triste, al menos para mí, Jake es tan cruel, muy frío, me muero por saber que pasó en su vida, que lo obligó a encerrarse tan herméticamente dentro de su propio existir, por qué huye tanto de Sam, ella solo intenta ser amable, sin embargo, me alegra el entusiasmo de Sam, estoy segura que no se rendirá :)
    En cuantos problemas se mete Sam.
    No sé porqué pero Glynn me recuerda mucho a una amiga llamada E........, jejeje, son tan desesperantes, a pesar de saber que su amor es una comedia patética continúan en el papel de tonta esperanzada, se me hace patética, aunque bueno, hay que recOnocerle que es insistente XD.
    Maravilloso capítulo, espero la continuación :)
     
  14.  
    Sheccid

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    Uff, pero que dura va a ser la conquista, pobre Sam...y ya me entró curiosidad por el pasado de Jake ¡quiero saber!
    Yo toda emocionada cuando le tocó con él, para que el muy grosero le ccambiará el lugar a Clark, je, una vez me pasó cuando estaba en primaria y se siente bien feo, y eso que ni me gustaba el tipo.
    O//O que pena ver a Glynn y a Brian comiendóse, sí, Sam, es muy inocente, pero por eso la quiero n.n
    ¿Sasha sabe lo que le pasó a Jake? y pues Sam es una romántica (otra cosa que adoro de ella) y pues Sasha es un poco más...¿realista?¿dura? Obviamente se puso a la defensiva por que esta luchando para coquistar a Jake.
    hermoso capítulo, sí, también es uno de mis favoritos.
    ¡Espero conti!
     
  15.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    @Marina Master, gracias por tu comentario. Eh, no sé que decirte, salvo que tienes razón en lo de Sasha, debería ser más respetuosa en cuanto a Glynn, que pobrecita, sufre por Brian ¬¬ Seh, Jake sigue siendo tan él y Fred, bueno, tenía que recordarlo, es un apreciado personaje. En fin, gracias de nuevo y espero esto siga gustándote.
    @Shassel ¿Te pareció triste? Interesante... ¿Patética? Ejejejeje, me dio risa esa parte, no sé porque, no intento ser mala, pero me intriga tu forma de pensar; quizás tengas razón. ¡Gracias por tu comentario de siempre!
    @Sheccid Oh, a mí no me ha pasado, pero sí ha de ser feo. Sí, Sam es inocente y por eso también la quiero XD. Exacto, Sam es más soñadora y Sasha es más realista... creo que en eso ella y yo nos parecemos lalala~ ¡Gracias por tu comentario!

    Bien, aquí el capítulo de hoy, lectores variados y leales. ¡Disfruten!

    11

    El extraño silencio que se formó entre ellas fue irrumpido por la llegada de Clark.

    —Y aquí están las mujeres más bellas de mi reino —saludó ingresando en la habitación, aligerando el ambiente de inmediato.

    —¿De tu reino? —Inquirió Sasha poniendo sus manos en la cintura—. ¿Y ese dónde queda?

    —Justo aquí —Clark se golpeó la cabeza con su dedo índice—. Deberían verlo, es hermoso y ustedes son las súbditas más lindas, aunque igual son las únicas.

    —Ahora has destrozado todas mis ganas de conocerlo —se quejó Sasha—. ¿Súbditas? ¿No podías ponernos en una mejor posición? Princesas, tal vez.

    —El rey del invierno es el príncipe en mi reino. Por cierto, Sam, necesitas saber dónde está la habitación de Jake, ¿cierto? Puedo llevarte.

    —Ah, sí, estaría agradecida —dijo la bailarina, sonriente.

    —Espera, espera, ¿por qué? —Sasha perdió el hilo de la conversación y los miró a ambos, confundida.

    —Sam le lleva la comida a Jake —informó Clark—. ¿No lo sabías?

    —No —Sasha frunció el ceño y acercándose a Sam la tomó por los hombros nuevamente—. ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Qué clase de amistad estamos construyendo si no hay confianza? Creí que éramos confidentes.

    —Basta, Sasha, es suficiente —Clark hizo que la actriz la soltara ya que la zamarreaba con fuerza.

    —Lo siento. No creí necesario decírtelo —se disculpó Sam, apenada.

    —¿No lo creíste? —Sasha se ofendió—. Ya veo. Ahora entiendo qué tan importante soy para ti. Pues bien, gracias por nada.

    —Sasha —Sam dio un paso hacia ella extendiendo su brazo para tocarla, pero se alejó—. Sasha.—Oye, Sasha... —Quiso intervenir Clark al ver que el ambiente se tornaba tenso.

    —¡Ay, por favor! —Bufó la morena y abrazó a la pelirroja—. ¿Cómo podría enojarme contigo por una tontería si eres una dulzura?

    —Qué susto —dijo Clark relajándose—. Iba a regañarte por tus chiquilladas.

    —No hables —lo calló Sasha—. ¿Qué puede decirme un solterón sin hijos como tú?

    —¿Qué te parece cómo ser más respetuosa con tus mayores?

    —Es suficiente, por favor —intervino Sam, soltándose del abrazo para que no pelearan más.

    —Ella tiene razón, Sasha. Este lugar debería ser como un hogar acogedor para Sam, no un campo de batalla. Recuerda que acaba de dejar su ciudad natal.

    —Está bien —aceptó la joven con resignación—. Apuesto a que estás triste, y que todavía tengas que aguantar nuestras discusiones no es justo. Debes extrañar a tus padres.

    —Lo hago, pero el sentimiento es diferente —confesó Sam, tornándose un poco melancólica—. Mis padres murieron hace años. Viví con mis dos hermanos por unos meses antes de mudarme al instituto de ballet, aunque ambos me visitaban constantemente, así que a ellos sí que los extraño bastante.

    —¿Entonces no tienes padres? —quiso asegurarse Sasha ganándose un asentimiento por parte de Sam.

    —Oh, pobre víctima de las injusticias de la vida —soltó Clark con su modo "dramático" activado—. Que una niña como tú perdiera a sus padres tan joven es una desgracia de las grandes. Aun así, has hecho un buen trabajo manteniéndote en un buen camino y prácticamente por ti misma. Habrá que asegurarse que eso continúe así, por lo que te ayudaré. Adóptame como padre.

    —Dios mío, Clark, estás más loco que una cabra —declaró Sasha por demás incrédula.

    —¿Por qué? Siempre quise una hija.

    —Te hubieras casado para eso —le reprochó la actriz cruzándose de brazos—. ¿Y por qué tiene que ser Sam? Pobrecilla. No hay ni parecido.

    —¿Qué tiene que ver el parecido? El cariño lo es todo.

    —En ese caso tendré que hacerme su hermana mayor —comentó la pelinegra—. No dejaré que ganes terreno.

    —No estoy seguro de querer una hija como tú —aceptó el hombre un poco apesadumbrado.

    —¡Yo debería decir eso con respecto a ti! No soportaría a un padre tan aburrido como tú, para eso el mío basta y sobra.

    Una nueva discusión estalló, pero Sam ya no les prestó atención, sino que nuevas lágrimas salieron de sus ojos, fluyendo inagotables porque estaba conmovida hasta lo más hondo de su ser; era tan bendecida siempre al contar con personas que la amaran tanto. Habían estado a su lado Pass y Logan cuando sus padres formaron parte del mundo inactivo de los muertos; luego en la ciudad había tenido a Leilany a quien consideraba una madre y a Fred, a quien veía como un hermano mayor. Y ahora allí, Clark se ofrecía a volverse un padre con ella y Sasha una hermana. Las tragedias que había vivido hasta ese día no significaban nada comparadas con las dichas que llovían sobre su existir; a veces se sentía poco merecedora de tanto afecto. Sus sollozos imparables llegaron a los oídos de los debatientes, alarmándolos.

    —¡Sam! —Clark se acercó a ella, preocupado—. No llores. Sasha y yo no peleamos de verdad, sólo intercambiamos opiniones, ¿cierto?

    —Sí, no nos hagas caso. También olvida la propuesta de Clark.

    —Hey —se quejó el hombre.

    —Vamos, es obvio que por eso llora. ¿Quién querría un padre tan feo? Se sintió ofendida.

    —Oye —volvió a quejarse él.

    —No, no —Sam negó con la cabeza, limpiándose las lágrimas—. Estoy realmente feliz. Los adopto a ambos como parte de mi familia, gracias.

    Sonrió a plenitud y ellos le devolvieron el gesto, pensando que su relación se había unido y fortalecido más. De pronto, una renovación sorprendente la invadió y se sintió más fuerte, así que estuvo parcialmente preparada para enfrentar una vez más al conocido por todos como rey del invierno, gracias claro, a la guía de Clark para encontrar su dormitorio. Una zozobra la envolvió al recordar la situación del autobús. Había cometido un error que le había costado la oportunidad de pasar un rato sin problemas con Jake. Su respuesta de que no añoraba regresar a su hogar encerraba otro misterio por descubrir que se sumaba a la lista y se atrevía a decir que se hallaba más que ansiosa por desvelar cada uno de ellos, pero debía ser paciente. Eso, paciencia era lo que más necesitaba y repitiéndoselo a sí misma, tan sólo le dio la bandeja con la nota que empezaba a hacerse habitual, en la que hablaba un poco más de ella y le daba palabras de aliento, sin tocar el tema del camión y sin hacerle preguntas muy significativas o personales, por ahora. Ya llegaría el momento en que Jake se abriera a ella.

    Los días siguientes pasaron como era común para todos entre prácticas, quehaceres y el trabajo en el teatro. Sam se concentró en sus entrenamientos todo el día, eso sin descuidar la atención que le ponía a las mini cartas que le dejaba a Jake, a las cuales les ponía el corazón al redactarlas. Para ser un poco optimista, se había persuadido a sí misma que por lo menos él debía darles una ojeada rápida, así que se daba por bien servida si Jake podía apreciar los sentimientos que les ponía a esas notas. Jamás había plasmado algo con tantas emociones transparentes. En realidad, muchas veces se sentía avergonzada de las cosas que ponía, pues incluso hablar de un simple amanecer y el placer de verlo se convertía en una cursilería. No obstante, no se echaba para atrás gracias al recuerdo de Matt, ya que él siempre se había expresado muy abiertamente, con un estilo muy suyo y nunca tuvo miedo o se retrajo de decir lo que pensaba; era su ejemplo a seguir.

    El quinto día en aquella ciudad ocurrió algo insólito para Sam, el que inició con una mañana usual. Pasó las horas matutinas danzando las dos piezas indicadas, las que por cierto eran más complicadas ensayándolas juntas; además de que continuaba esa incomodidad ante la presencia de Brian, quien no desaprovechaba oportunidad cuando se tomaban un descanso para acosarla con sus adulaciones exageradas y sus nada exitosos intentos de contacto físico fuera del ámbito laboral. Después de aquello, la hora del almuerzo llegó y como siempre, se dirigió a la habitación de Jake cuando tuvo listos los alimentos y el escrito del día. Tocó la puerta sin mucho problema, pues con el pasar del tiempo le era menos difícil llamarlo; eso sí, cuando aparecía, el asunto cambiaba, debido a que la inseguridad no le daba tregua y la volvía un puñado de torpeza.

    Sin embargo, ese día, tal como le había pasado una ocasión anteriormente, la puerta no se abrió. Pensó que Jake podría estar fuera de su habitación; tal vez salió a algún sitio por una urgencia o fue a atender alguna diligencia o sólo quiso ir a tomar aire fresco, aunque ciertamente no podía aseverar nada; no lo conocía en lo absoluto, pero había probabilidades, pues también era humano, ¿no? ¿Cómo afirmar que no gozaba de los paseos por los parques o la caminata por las calles? Nunca lo había visto haciendo nada de eso, pero no podía desechar la idea. De cualquier manera, decidió hacer lo que la vez pasada y recargándose en la pared paralela a la puerta, esperó. Deseó que no tuviera que ser demasiado ya que no quería volver a quedarse sin comer. Desafortunadamente, el tiempo corrió indetenible lo que Sam consideró un buen rato; incluso se sentó y dejó a su lado la bandeja; estaba esperando más que antes. Suspiró cansina. ¿Dónde estaría Jake? Se preguntó si ya había comido dondequiera que se encontrara; no era saludable saltarse las comidas.

    Al estar allí, un sopor comenzó a hacerla su presa, por lo que la somnolencia fue apoderándose de ella y habría caído dormida de no ser porque de manera lejana escuchó que alguien la llamaba. Se levantó de su lugar muy cansada, tanto que un mareo la sorprendió; la falta de comida en su organismo empezaba a hacer de las suyas. Vio que por el pasillo se acercaba Clark a paso veloz y con mohín preocupado. La habitación de Jake era la última del pasillo en el tercer piso; la más alejada. El hombre llegó a ella.

    —Sam, ¿qué pasó? Volviste a perderte la repartición. ¿Sabes qué hora es? Brian ha estado preguntando por ti por casi una hora desde que todos terminamos de comer. Sasha y yo también nos preguntamos dónde estabas y luego recordé que viniste para acá —Miró la bandeja en el suelo—. ¿No se la has dejado todavía? ¿Te sientes mal? ¿Estás enferma?

    Clark habló en un tono paternal y Sam se sintió culpable; siempre terminaba por preocupar a sus seres queridos. Alzó la bandeja del suelo.

    —Perdona los problemas, Clark. Parece que Jake no está y creí que volvería pronto por lo que esperé, pero parece que no regresará en un rato.

    —¿No está? —Eso extrañó a Clark, dado que no recordaba que Jake le mencionara algo de salir, así que se dirigió a la puerta y la golpeó con la palma, fuerte y firme—. ¡Hey, Jake! ¿Vives o qué? —Sin esperar ningún tipo de respuesta la abrió—. ¡Jake!

    —¿Qué quieres ahora?

    Sam escuchó la ligeramente irritada voz de Jake desde el interior del cuarto y su corazón se encogió de dolor; sí estaba. Un malestar la envolvió y tuvo que esforzarse por no soltar la bandeja. Jake había estado todo el tiempo, pero sólo la había ignorado. Su garganta ardió ante el repentino nudo, pensando que indudablemente no era nadie para él; no significaba nada para él.

    —¿Qué haces, Jake? ¿No escuchabas que tocaban la puerta? Ahora Sam se ha perdido el almuerzo —lo reprendió Clark cuando los dos estuvieron en el campo de visión de Sam.

    —Necesito terminar la marioneta de la que te hablé. El plazo que me puse está llegando a su fin. No puedo perder tiempo.

    Allí estaba la respuesta que Sam necesitaba; para él era una simple pérdida de tiempo. Bajó la cabeza para que no vieran el sufrimiento que sus ojos reflejaron.

    —De cualquier modo pudiste mirar de quién se trataba en lugar de dejarla esperando. Eres un desconsiderado, muchacho.

    —No entiendo —Por primera vez Sam detalló un tono diferente al frío en la voz de él, siendo uno de confusión, mientras él la miraba con esos brillantes hielos verdes—. Ya le había dicho que podía dejar la comida en el suelo. ¿Por qué esperar?

    Sam no lo creía. Jake finalmente le pedía una explicación sobre algo, al fin se interesaba por ella, quizás de una manera muy indirecta, pero lo hacía. Abrió la boca queriendo contestar, pero meramente logró balbucear; sus pensamientos estaban demasiado sorprendidos como para canalizar un argumento decente. Jake golpeó el suelo con su pie repetidas veces en señal de impaciencia antes de volver a hablar.

    —Da igual, no desperdiciaré más minutos aquí —le arrebató la bandeja a Sam y se dirigió a Clark—. Tú, quédate. Necesito saber cómo me está quedando.

    —No necesitas mi opinión desde hace un tiempo, Jake. Te digo que las haces bien.

    —Tú ven y ya.

    Clark se encogió de hombros y después de despedirse de Sam —ofreciéndole una disculpa en nombre de Jake—, se adentró en el cuarto junto al joven. Manteniendo su mente en el episodio acabado de vivir, Sam regresó a sus prácticas, disculpándose con Brian adecuadamente por hacerlo esperar. Jake no era tan insensible como parecía o por lo menos no con Clark; con él podía actuar con cierto grado de normalidad y descubriendo eso, dos emociones llegaron a ella con respecto al mayor. Por un lado lo admiraba, pues ella esperaba ser capaz de mantener una relación llena de confianza con Jake como la que tenía con Clark; en la otra mano, en cambio, un grado de envidia se albergó en su pecho. De pronto ella deseó estar en su lugar para ocupar un sitio especial e inalterable en el corazón de Jake.

    Su pésima concentración y el hambre fueron motivos suficientes para que Brian decidiera terminar temprano la sesión del día; obviamente que lo hizo con doble intención cuando la invitó a salir. Ciertamente, el moderador tenía un algo que a ella le impedía cifrar demasiada confianza en él. El ambiente que lo rodeaba era perturbador y aunque pasaba mucho tiempo con él, no podía dejar de percibir esa inseguridad, así que declinó la oferta poniendo la falsa excusa de que debía ayudar a Sasha con algo que le pidió de antemano. Estaba segura de que Sasha le seguiría la mentirilla si él le preguntaba algo, lo que no dudaba, ya que como la morena le había dicho, ella era su objetivo por el momento y no descansaría hasta obtenerla.

    El poco tiempo que restó para la siguiente provisión de nutrientes lo pasó en su habitación, la que estaba vacía a esa hora. Nuevamente revivió la escena de la mañana con Jake, recordando que no le contestó a su pregunta. Se golpeó levemente la frente con el puño; era una tonta en su totalidad. Más de una semana esperando que él mostrara un pequeño interés en ella y cuando al fin la cuestionaba de alguna forma, cuando pedía saber algo de ella, nada, se quedaba en blanco. Sin embargo, la situación la cogió desprevenida y de súbito. ¿Que por qué tomaba el riesgo de esperarlo a costa de perderse la repartición? ¿Qué responderle? ¿Que tenía que ver con la curiosidad que causaba en ella el parecido con su primer y único amor? ¿Que aun sin conocerlo había nacido en ella una fascinación absurda por él; por saber de él?

    Se echó de espaldas sobre su saco de dormir y se cubrió el rostro. No podía decirle eso, no en ese instante que era poco conveniente para su mente que era un lío gracias a los recuerdos que nadaban de aquí para allá a su antojo, incapaz de controlarlos; de igual forma pasaba con sus sentimientos inestables. ¿Cómo explicar algo que no asimilaba del todo? Ella continuaba amando a Matt, no había más verdad que esa. Y sin embargo, allí estaba su corazón, palpitando con frenesí dentro de su pecho por ese otro joven; ese traicionero corazón que no la dejaba tranquila, que no le permitía descansar de tantas emociones juntas y que la movía a actuar sin razón, susurrándole que se dejara llevar y que hiciera tal como él le dictaba sin temores; aquél que la hizo buscar papel y tinta. La hora de comer estaba por volver a llegar y debía responderle a Jake su duda de alguna manera.

    Sam se esfuerza. Y a todo esto, ¿qué dice nuestro Jake? Hm...
     
    Última edición: 13 Enero 2016
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  16.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
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    :3 Que emocionante capítulo.
    Que linda la escena de Sasha y Clark, Sam es una persona que se da a querer, es tan tierna, me alegra saber que es feliz. Clark como padre adoptivo?????? jajajaja, como me ha divertido la idea, que mala fue Sasha como pude decirle feo XD, es una loquilla, siempre me rió con las ocurrencias de esos dos.
    :3 Wuuaaaa!!!!!!!! Finalmente el rey del hielo comienza a mostrarse más humano, eso creo :/, no entendí mucho la situación, pero ya se preocupa por Sam, sí!!!!!!!! , en algo sí se parece a Matt, caundo se deciden a terminar una marioneta, no hay quien los detenga :D. Me pregunto por qué necesitaba tanto la opinión de Clark..... Me cae que hay gato encerrado, Wuuaaaaaa!!!! me mata la duda :/ buuuu.

    :D Lamento haber dicho de Glynn era patética, bueno, lo es un poquito, es que como te dije, me recuerda mucho a una amiga mía, que vivió la misma situación, decía amar a un chico que tenía cinco novias al mismo tiempo, y pues a ella la buscaba solo como último recurso. Debo admitir que al principio me sentí mal por ella, me preocupe, intenté ayudarla, y pues, no sé que le paso pero un día sin ninguna razón, ella la agarró contra mí, y cometió mil locuras en mi contra, fue un caos, era mi amiga, pero, :p como me arrepiento de haber intentado ayudarla. Como sea, eso ya esta superado, solo que con ella aprendí que muchas veces es malo compadecer a una persona, ya que en ocasiones es bueno poner los puntos sobre las i. Lo siento mi querida Borealis, no es nada contra tu personaje, solo que Glynn me la recordó, y pues, no pude evitar sentirme un poco triste, en ese sentido fue patética para mí, porque me la recordó, :(. Eso es todo.

    Pero volviendo a lo importante, espero que subas pronto la continuación, me he quedado sin aliento, cual es la marioneta que está terminando Jake, :3 lo siento, no pude evitar pensar en Matt. :( Como lo extraño.

    Saludos mi amiga, te envió un abrazo enorme, suerte.
     
  17.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Waooooo, que profunda conversación tuvieron esos tres. En serio, parece muy superficial, pero en ella se encierra la profundidad de los sentimientos. De verdad, Sam es muy afortunada por contar siempre con personas que le muestran su cariño, me enternecieron sus lágrimas cuando meditó esto y Clark... espero conocer un poco más de este lindísimo personaje... ha de ser un buen padre. Para muestra está Jake, a quien es el único que acepta, sin duda, Clark se lo ganó a base de cariño, paciencia y perseverancia. Entiendo que Sam, al ver la relación que existe entre Jake y Clark, se sintiera como se sintió. Admiración y ese algo de envidia. Dos sentires contrapuestos, y sin embargo, ambos la harán seguir luchando por ocupar un lugar en la vida de Jake, tal como lo ocupa Clark.

    No sé por qué sigue sorprendiéndome la actitud de Jake, pero sí me sorprendió que ignorara a Sam de tal manera, aunque no debo tomárselo a mal, ya él le había dicho que le dejara los alimentos cuando él no respondiera... o no estuviera XD. Y nuevamente, Sam volvió a dejar pasar la oportunidad de hablarle de su sentir. Parece ser que esas notitas por el momento es lo único con lo que cuenta para hacerle ver que es importante para ella, aunque quizás su sola presencia lo haga también, porque detallé ese cambio en su voz cuando la cuestionó. Ay, ¿qué piensa Jake?

    ¡Quiero saber lo que piensa! Espero que Sam no vuelva a saltarse la comida. Si la deja pasar se desmayará y eso no será bueno XD.

    Como siempre, lindo capítulo. Espero el que sigue.

    TKM.

    PD:
    Querida Shassel, considero que hiciste bien en preocuparte y aconsejar a tu amiga, porque
    un verdadero amigo es aquel que se adhiere más estrechamente que un hermano, es constante en su lealtad y amistad, acude en ayuda de su compañero angustiado y lo aconseja con fidelidad, así que jamás te arrepientas de ayudar y aconsejar a aquellos que consideras tus amigos cuando es necesario.

    Un abrazo XD
     
    Última edición: 12 Septiembre 2013
  18.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

    Géminis
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    Hola, XD
    Este capí estuvo incre, no puedo creer que por fin Jake se preocup aunque sea un poco por Sam.
    Y pienso tambien como Shassel que oculta algo con esa marioneta ¿o son imaginaciones nuestras?
    El caso es que tambien hay que ver como es Jake, pobrecita, se perdió de nuevo el reparto para que el muy sinvergÜenza estuviera terminandouna marioneta, no sé si admirar su pasión por su trabajo o su sesera vacía....disculpa, esque sí me enojé.
    Me encanta cuándo Clark y Sasha "intercambian opiniones", y estuvo tan lindo <3
    Matt era un amor, sniff, también yo lo extraño.
    Me gustó el capí, sólo perdí un poco los estribos con lo de la puerta cerrada, fuera de eso me encantó, espero conti XD
     
  19.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
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    genial!
    mira tu cuantos caps me perdi...
    que historia mas genial, a mi tambien me da mucha curiosidad saber acerca del pasado de Jake, asumo que no es algo grato de recordar. Y lo que sea que le haya pasado lo convirtio en la persona que es ahora. Pobre de Sam, su corazon ahora late por otro mas, por alguien que tal parece es un hueso duro de roer. Pero a seguir adelante!, Animos Sam! pronto tendras a Jake atrapado entre tus redes buajajajajaja...
    me encanta tu historia!
    gracias por invitarme!
    nuevamente estare de viajera, fuera constantemente este mes, y quiza el siguiente mas, pero no te olvides de mi! :')
    esperaré con ansias saber que se trae el siguiente cap :D
     
  20.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
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    Escritora
    Título:
    Verano e Invierno
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    2723
    @Shassel graicas por el comentario de siempre ^^ y me alegra que quedara resuelto el malentendido de Glynn XD Yo también extraño a Matt :( ¿Sabes? No creí que eso de la marioneta tomara tanta importancia, jejeje, lo puse por hacer conversación. Igual, espero que este capítulo te guste mucho, mucho. Gracias de nuevo.
    @Marina Master, ni modo, que te siga sorprendiendo Jake; a mí me sorprende XD De verdad, no tenía idea de cómo lo manejaría pero ya me es más claro. Gracias por tu comentario y nada, la historia sigue y la de los personajes también. Dudas se aclaran después, creo.
    @Sheccid La marioneta :D Son imaginaciones XD ¡Graicas por el comentario! Sabes que me encantan. Seh, yo sé que Jake puede ser cruel y desconsiderado... Hm, pero quiero saber qué piensas de él en este capítulo XD También extraño a Matt D':
    @Milmel Ay que yo espero que eso de que ya esté entre las redes de Sam sea pronto. Me desesperan esos dos. ¡Graicas por tu comentario, Mel! Siempre haciéndome reíar, los aprecio tanto y no te peocupes, cuando puedes, puedes, pero sí, seguiré avisándote que es imposible que me olvide de ti.

    Gracias a los que se toman el tiempo de leer esta historia. A ustedes, el capítulo de hoy. ¡Disfruten!

    12

    Jake se hallaba en su habitación tratando de trabajar en aquella marioneta que se había propuesto terminar en cierta fecha límite de la que sólo quedaban dos días, contando ese y estaba atrasado, muy atrasado. Últimamente su mente no había estado concentrada de la manera que le gustaría. ¿La culpa? Si le preguntaran diría que era de la nueva, quien extrañamente había decidido quedarse gran parte de las horas del día clavada en su cabeza. Por supuesto que él estaba más que consciente de que la real culpa era suya por permitir que aquella joven fastidiosa se infiltrara en su fortaleza mental. Sin embargo, no podía evitarlo; ella le parecía tan simple y común como diferente y llamativa, era contradictoria. De hecho, la razón del fuerte impacto que tuvo en él fue la manera en la que se conocieron, si es que podía llamársele así a ese momento en que se vieron por primera vez.

    ¡Y es que había sido tan inusual!

    Ella danzaba de manera espléndida, presente y no, estando allí mismo y a la vez manteniéndose lejos, pues se mantuvo muy enfrascada en su mundo; ése en el que podía moverse con libertad, sin restricciones, sin temores o vergüenzas. Su primera impresión al verla tan concentrada fue que bien podía comenzar una guerra y ella continuaría absorta en el baile, inmutable. Y entonces ocurrió lo más extraño cuando ella lo vio, porque lo miró clara y directamente, cualquiera lo testificaría, logrando que con ese contacto el hechizo que lo atrapó efímeramente se rompiera, mas sus orbes parecieron imantados a los de ella, incapaz de apartarlos, contemplando esas perlas cafés que ardían en múltiples emociones. La que recordaba imperar en sus facciones fue la sorpresa, la incertidumbre; como si se asombrara de verlo allí, como si lo conociera desde años y no esperara que estuviera allí, pero era imposible. Él no dejaba conocidos en ninguna ciudad; no podían conocerse desde antes.

    Después vino el desmayo de ella. Aún ahora, Jake se cuestionaba qué lo impulsó a acortar la distancia entre ambos y tomarla en brazos para evitar que se estampara de lleno en el suelo. Quizás fueron los anteriores segundos llenos de sentimientos raros que los habían envuelto a ambos; tal vez lo hizo como un mero acto reflejo; a lo mejor la instantánea imagen mental de ella como las hojas otoñales haciendo una danza honorífica a la época lo llevó actuar así. Lo que fuera, el hecho de que la pelirroja despertaba en él cierto grado de curiosidad era algo que no iba a pregonar o aceptar abiertamente, simple y llanamente porque estaba harto del tema de ella. Clark se las apañaba para contarle el más insignificante detalle del día de ella, lo que no sólo lo molestaba por la falta de confidencialidad del hombre ya que todos necesitaban su privacidad, sino que lo irritaba porque no necesitaba seguir escuchando de ella si con sus propios pensamientos tenía más que suficiente; lo que era más, sobraban.

    Prueba clara de que no manifestaba el enfoque necesario fue que al continuar pensando en Sam, Jake ladeó el frasco de pintura negra con la que dibujaba los bordes de los ojos, labios y nariz de las marionetas, machándose la ropa, parte de la mesa y el suelo. Lanzó una pequeña maldición y se dispuso a limpiar; su manía por la pulcritud y el orden siempre le quitaban mucho tiempo. En eso estaba cuando escuchó que tocaban la puerta y Jake pensó que debía tratarse de ella; salvo Sam, nadie tocaba su puerta, pues Clark y Mark entraban casi siempre sin avisar. Por un momento se vio renuente a acudir al llamado. No le gustaba no cumplir con sus auto-desafíos, pero lo pensó mejor. ¿Ella sería lo suficientemente tonta como para volver a esperarlo y perjudicarse a sí misma al no ir a la repartición de comida otra vez? Escuchó un segundo grupo de golpes, luego otro, hasta un cuarto; pues no había razón para dudarlo, aunque a su parecer tampoco existía motivo para entenderlo.

    Abrió la puerta y la miró. Los pocos segundos que se veían tres veces al día durante casi una decena de ellos habían sido suficientes para que Jake lograra analizarla con cuidado. No era una exótica belleza, pero no era fea; a decir verdad, tenía algo por lo que valía la pena detenerse a observarla con atención y los días pasados se había sorprendido él mismo de constatar que las pequitas acumuladas en la zona del puente de la nariz y los pómulos influían mucho en ese algo que la hacía apetecible a la vista. Él era bastante quisquilloso en cuanto a las imperfecciones en la piel, sobre todo las causadas por la exposición al sol, de ello que prefiriera quedarse en cubierto, y por lo mismo le resultaba increíble que le parecieran tan curiosas las pecas de ella.

    No obstante, lo que más lo atraía de esa manifestación antropomorfa de la tercera estación del año eran sus ojos; dos mundos castaños transparentes para él y a la vez tan turbios. Podía leer en ellos cualquier emoción que mostraran en el momento, mas no era capaz de conocer el origen de ellas. Era como si despertara día con día y mirara a través de un cristal una zona diferente cada mañana; reconocería los árboles en un bosque, las planicies de las llanuras, la nieve en lo alto de una montaña, pero jamás sabría el porqué del cambio de lugares.

    Justo como en ese instante en el que Jake vio a través de ella. Como todos los días, se hallaba nerviosa y un encantador sonrojo bañaba sus mejillas, aunque había algo diferente. Normalmente no podía sostenerle mucho tiempo la mirada, pero en esa ocasión estaba más que rehuyéndola; estaba avergonzada y mucho, descifró él, así que la pregunta del millón taladró su cabeza una vez más: ¿por qué? Desencajándolo por completo, Sam le entregó la bandeja rápidamente y no exageraría al decir que se alejó corriendo de su presencia en un abrir y cerrar de ojos, sin darle la oportunidad de ignorarla al regresar a su cuarto. Miró la comida, hallándose exteriormente estoico e interiormente por demás desubicado; eso lo había sacado de onda, ya que era usual que fuera él quien tuviera prisa por terminar con esas pequeñas visitas obligatorias. ¿Cuándo se habían intercambiado los papeles?

    Procuró no darle demasiada importancia al asunto y regresó al interior de sus aposentos. Más que nada porque se había hecho una anormal costumbre, se preguntó cuál sería la nota del día, dado que desde que ese hábito de ella inició las había estado leyendo por curiosidad. Sam era bastante extraña. ¿Quién en su sano juicio intentaría mantener comunicación con un ajeno de interés mínimo por medio de mensajes cortos? Además, lo que ella enviaba era tan irrelevante y absurdo que a veces leerla era difícil. Hasta ahora la única cartita que le había gustado era una breve descripción de un bosque que parecía conocer y eso era porque él nunca había estado en terrenos muy rurales, así que le hizo ilusión que ella detallara tanto aquel bosque. Se preguntó cómo sería ver uno en persona y en sus cuatro transiciones: primavera, verano, otoño e invierno. Sacudió la cabeza, concentrándose en comer y leer la nota.

    "Quiero pedir disculpas por mi comportamiento de hace un rato. Fue grosero de mi parte quedarme estática sin hacer nada ni responder a lo que me preguntaste. Lo siento, fui una tonta."

    Bueno, al menos lo reconocía.

    "¿Por qué te espero siempre? No es que haya demasiada ciencia o la respuesta sea compleja, tan sólo seré honesta. Lo hago para verte. Me hace feliz verte, me infunde fuerzas. Estoy segura de que eres alguien que lucha por lo que se propone, tu seriedad me lo confirma. Eso me da valor para no darme por vencida; gracias. Provocas energía en mí con sólo observarte, aunque ni siquiera tenga la oportunidad de verte trabajar directamente. Me gustaría que no se me arrebatara esto, no lo permitiría. Tres veces al día me parecen poco, así que las valoro con intensidad. Me sentiría fatal no poder hacerlo. Estaría triste como lo estaría alguien que ama ver las aves y de pronto estas desaparecieran. Por lo que te lo pido: déjame seguir llevándote la comida."

    ¡Genial! Su presencia era usada como un objeto para alcanzar un fin; un mero pasatiempo trivial que podría ser suplido por otro. ¿Así o más maravilloso? Pues vaya que la chica era tonta o muy rara. ¿Una declaración con una petición así en una nota informal? ¿Qué tenía en la cabeza? ¿Qué tenía él en la cabeza como para que aquella pequeña cantidad de alegría emergiera de lo más profundo de su ser? ¿O era orgullo? Lo que fuera, debía admitir que era una sensación agradable y placentera; nadie le había hecho saber algo así anteriormente. Era verdad que Clark lo animaba muy al estilo de un padre, suponía; pero Sam lo hacía de una manera diferente. No podría describirlo, era un sentimiento nuevo que lo hizo sentir tranquilo y aunque su interpretación del comentario lo molestó, esa nueva emoción que lo invadió alejó la ira o cualquier pensamiento negativo.

    Un espasmo lo asaltó y el repentino nudo que se formó en su garganta le impidió tragar el bocado que tenía en la boca al tiempo que una sensación de asco golpeaba su estómago, por lo que tomó con rapidez una servilleta y se la llevó a la boca para sacarse la comida a medio masticar. Su expresión de repulsión no lo abandonó ni cuando bebió agua para que el amargo sabor de boca su fuera. Maldijo su corazón. Él era el culpable de todo; él y esos recientes sentimientos que daba a luz, pues siempre negaba su raciocinio, llevándole la contraria con respecto a sus decisiones. No necesitaba nada de los demás, nada.

    "Mientes. Necesitas a las personas."

    Allí estaba la voz de su corazón, opuesto a él como siempre y Jake simplemente no lo entendía. ¿Por qué se empeñaba en sufrir? ¿Por qué deseaba llevarlo al dolor una vez más? ¿Es que nunca aprendería? Las personas eran traicioneras, sólo lo lastimaban; no podía arriesgarse en confiar en alguien, ya no.

    "¿Y Clark?"

    Él era la excepción, era diferente. No estaba ni siquiera seguro de que podía confiarle demasiado a Mark ahora, pues era verdad que era un niño y por lo mismo era inocente, puro y feliz. ¿Pero qué pasaría cuando creciera? ¿Podría continuar dependiendo de él o también le daría la espalda como otros? No, no podía exponerse de esa manera con otro que no fuera Clark, porque él era especial.

    "¿Y Sam? ¿No puede ser ella la excepción también? ¿No puede ser especial?"

    Jake lo dudó mucho. Ni siquiera les interesó a los que se suponía nunca lo dejarían, de quienes debía ser lo más importante, lo mejor en su vida, quienes eran sangre de su sangre. ¿Por qué debía importarle a alguien como ella? Tiró a la basura el resto de la comida, de la que ya no quedaba mucho, decidiendo que ya no comería. Dejó el vaso y el plato en la bandeja y miró la nota durante un rato. Simplemente no podía; no quería ser dañado más, era horrible. Abrió la puerta y dejó la bandeja en el suelo para volver a entrar, sentarse frente a la mesa de trabajo, sujetar el títere que hacía, así como un pincel, para luego no mover un músculo más. Transcurrió un minuto, dos, cinco. Azotó los utensilios en la mesa y se levantó, irritado. Maldito, traicionero y masoquista corazón; estúpidos y desalmados sentimientos e idiota él por permitir que la duda y el arrepentimiento lo manejaran a su antojo. Abrió la puerta enfocando con su verde mirar el trozo de papel.

    ************************

    Sam se colocó frente a la puerta, miró la bandeja y sus ojos se ensancharon todo lo que pudieron al tiempo que se arrodillaba velozmente en el suelo; no estaba, su nota no estaba donde la había dejado. Movió el plato y el vaso de su lugar, pensando que quizás estuviera debajo de alguno, pero no. Una emoción del tamaño del mar llovió sobre ella. ¿Sería posible que Jake la guardara? Alzó la bandeja descubriendo un pedazo de papel y por un momento su felicidad se esfumó cual neblina ante la aparición de la insolente verdad; mas notándolo mejor, vio que no se trataba del suyo, pues había una pequeña línea escrita con una letra bonita y diferente a la suya. La tomó con mano temblorosa y con el corazón corriendo desbocado en su tórax.

    "Podrías mejorar tu redacción y la caligrafía. Es duro interpretarte."

    Era todo lo que decía. Una crítica que debió hacerla sentirse mal, desanimada y tímida, pero que en realidad la llenaba de una felicidad indescriptible que no pudo contener, por lo que no pudo detener a su cuerpo cuando este comenzó a saltar de aquí para allá, jubiloso, combinando uno que otro paso de ballet al tiempo que lanzaba exclamaciones de alegría. Le había contestado, finalmente Jake le había respondido, muy a su rígida manera, pero lo había hecho. Nada podía robarle el gozo que en ese momento la embargaba, ningún otro sentimiento podía suplirlo con facilidad; simplemente no era posible que otras cosas la hicieran olvidarse de ese triunfo tan dichoso.

    —Oye.

    Paró en seco su algarabía improvisada y de estar de espaldas a la habitación de Jake, giró sobre su eje para mirarlo. La vergüenza volvió a hacerla su presa y el carmín la cubrió en su totalidad; había hablado demasiado pronto.

    —¿Quieres callar un momento? Intento trabajar —le pidió él con hosquedad y ella recordó sus gritos de loca, por lo que se ruborizó mucho más en tanto se disculpaba, apacible.

    —Lo siento.

    Jake suspiró rodando los ojos, sin terminar por creérselo antes de regresar a la recámara. Sam se alisó las arrugas imaginarias de su ropa, miró ambos lados aún apenada y tomó la bandeja para llevarla a la cocina, guardándose la nota de Jake. Cuando se despidió de todos los que irían al teatro aparentaba normalidad, pero cuando se quedó sola, una amplia sonrisa volvió a adornar sus labios en tanto se sentía con libertad de bailar a su antojo sin reservas. Fue a su cuarto y echándose sobre su saco, se cubrió el rostro con la almohada y pataleó cual adolescente, sacando a flote su entusiasmo; después, tomó su morral y sacó su amada marioneta. Le sonrió brillantemente, acariciándole los cabellos negros con dulzura.

    —Me pasó algo bueno hoy, Matt. ¡Jake respondió! Significa que sí las leía, siempre leyó mis cartas.

    Tomó la crítica del joven y la miró; era bastante directa, justo como él. La abrazó contra su pecho así como la marioneta. Ese par de objetos significaban mucho, por lo que debía cuidarlos bien; eran recuerdos importantes, parte de ella.

    ¿Ven? Jake tiene su corazoncito y también sufre.
     
    Última edición: 13 Enero 2016
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