Verano e Invierno

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Borealis Spiral, 20 Marzo 2013.

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    Love Temari

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    Aries
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    Hola ^-^!!! me disculpo por el retraso
    Que puedo decir........a parte que ese Brian se está pasando, al principio me gustaba.....pero......ahora es muy fresco y me cargan los hombres así, que se creen el hoyo del mundo, bueno sin irme del tema, se está pasando de la raya, me esta hartando, de verdad, será un galán pero lo fresco y molestoso se lo quita todo
    Me da mucho gusto que Leilany se lleve bien con Sam, es una relación tan linda ^^
    y también me alegro de que Leilany haya perdonado, aunque sea un poco a Fred, ella es una buena persona. :D
    Me tinca que el próximo capi. me la voy a llorar entera TT.TT como bien el cementerio
    Qué mas puedo decir? lo de siempre, porfis dime si Sam va a volver a amar? eso me tiene muy intrigada XP

    Saludos y Cuídate!!! ^-^
     
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    andreAa

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    hola! la verdad estuve retrasada en tus capitulos no habia tenido tiempo, y por el retraso ya cargue con varias cosas pero dire lo mas reciente e impactante la verdad es que cuando lei el capitulo donde matt se murio se me hizo un nudo en la garganta y casi con lagrimas y pues esos 6 años debieron ser muy duros como para que todos le aplaudieran a sam y... QUE onda con ese Brian!! si que se paso que bueno que estaba su amiga sasha para el consejo gracias por invitarme a leer esta genial! desde el utimo comentario creo que en la arte uno del capitulo nueve no habio leido :p pero ya me actualize hasta pronto tocaya
     
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    Borealis Spiral

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    Título:
    Verano e Invierno
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    2605
    negiyasuna ¡Bienvenida a mi humilde historia! Gracias por tomarte el tiempo de comentarme; me hizo feliz saber tu opinión. También gracias por recalcarme lo del capítulo repetido y bueno, espero que lo que siga de aquí continúe gustándote. Gracias, graicas.
    Milmel Gracias por tu fiel comentario, también, Mel. La duda: Eh, no es que se vayan ya, ya. Recuerda que es un teatro ambulante, por lo que viajan constantemente y dado que llegaron a la ciudad hace un par de días, todavía les quedan como cinco más; pero Sam se despide ya, porque como le dijo a Leilany, estará muy ocupada con las prácticas y después no podrá. ¿Se aclaró? Dime si no, no hay problema, jejeje, se me revuelven las ideas.
    Love Temari Ah, vas conociendo la verdadera naturaleza del rubio, ¿eh? Jajaja, y espera que queda todavía. Hm, no hice la despedida tan fuerte como para llorar, creo. ¡Ay, mujer! No puedo adelantarte nada, ¿quieres que te arruine la sorpresa? Sólo recuerda que esta historia es Drama y Romance; date una idea XD. Gracias por tu comentario.
    andreAa ¡Tocaya! Sabes que me llenó de alegría leer tu comentario, lo expresé en tu perfil XD Qué bueno que pudieras actualizarte, pero sabes que no soy exigente, así que cuando puedes, puedes; sin presión. Al ser re-bienvenida a la historia, a ti este capítulo.

    Ahora sí, aquí la actualización. ¡Disfruten!

    4

    Los dos tomaron el camino que los llevaría al único cementerio de la ciudad que visitaban con constancia. Llegaron y Fred le abrió la puerta a Sam, quien al bajar del auto comenzó a caminar para adentrarse en el lugar, no obstante, se detuvo al sentir que Fred no la seguía; giró sobre su eje y lo vio recargado en el vehículo con los brazos cruzados sobre su pecho.

    —¿No vienes? —quiso saber ella, un poco extrañada.

    —No —Fred sacudió la cabeza—. Es tu momento con él. Ya vendré yo otro día. Tú aprovecha; no estarás aquí en un tiempo.

    Sam cabeceó en forma afirmativa e ingresó a los aposentos de la muerte. Había estado tantas veces en ese sitio y aún no podía acostumbrarse a atravesar los mismos pasillos, los senderos de siempre, llenos de frialdad silente e inactiva, aquellos por los que debía andar para llegar a su destino. Se hizo visible ante ella esa colina que le significaba tanto y el pino también apareció ante sus ojos, e irónicamente no pudo evitar sonreír. Las cosas cambiaban, ella cambiaba, el entorno cambiaba. Había visualizado ese lugar como estaba ahora, rebosante de verde por las hierbas y el pasto natural; lo había visto cubierto de la blancura pura de la nieve; lo había detallado junto con el bello nacer de la vegetación y las flores; y por supuesto, lo había apreciado lleno de una alfombra de hojas multicolor. No obstante, ese pino seguía igual al mostrarse tan grande, tan alto, tan fuerte y verde; tan majestuoso.

    Se posicionó frente aquella solitaria lápida en aquella elevación de terreno y cerró los ojos unos segundos, permitiendo que el aire cargado de un alto nivel de humedad inundara sus pulmones. Volvió a abrirlos mientras una sonrisa sincera y plagada de nostalgia adornaba su boca, y saludó:

    —Hola, Matt.

    No sabía si era una buena o mala costumbre ir a hablarle a la nada de cada detalle de su vida, y precisamente en ese lugar que podría decribirse más bien como deprimente, pero era algo que ya no podía dejar de hacer. De alguna manera debía desahogarse, sacar todo lo que por su mente cruzaba; sus preocupaciones, sus alegrías, sus miedos y sueños, todo. Había cosas que incluso no le contaba a Leilany, y cuando Pass iba a visitarla, no podía hablarle de todo tampoco, pues ella ya había formado su familia con Dan y debía atenderla con cuidado, con toda su mente en ella, no en su hermana. Por eso iba allí y soltaba su completo sentir al vacío; a su parecer, le parecía mejor que escribirlo en un diario. Al final la idea era la misma; solamente ella y nadie sabrían las palabras que salían de su boca, aunque sí había una ligera diferencia, dado que en un diario escrito podía releer y pensar en lo que dejaba plasmado en él; en cambio, al hablarle al viento, las palabras se iban, no regresaban jamás y tal vez eso era lo que ella buscaba.

    —¿Sabes? Vengo con una noticia feliz —continuó con su informe—. Finalmente nuestra meta ha llegado. Lo logré, Matt; entré al Teatro Woods por los dos. Me alegra tanto ser capaz de decírtelo. ¿Es demasiado tarde? ¿Me demoré en conseguirlo? No lo sé. Si estuvieras aquí quizá lo hubieras conseguido en más poco tiempo, pero para mí ha sido lo más rápido posible; aunque supongo que en este caso el tiempo no importa demasiado, ¿cierto? Ya estoy dentro y es lo que importa. Dentro de pocos días iniciaré mi nueva vida como una nómada aventurera que trabajará en lo que ama, por lo que, con el dolor de mi corazón, debo decirte adiós una vez más. Cuando regresemos, serás al primero a quien vendré a ver, lo prometo. Espera con paciencia, ¿de acuerdo?

    Por supuesto, la realidad era que las promesas se las hacía a sí misma, y el último consejo se lo dio a su persona, pues quien debía ser paciente para soportar más de un año lejos de allí, sería ella.

    —Adiós, Matt. Te amo.

    Y como último acto de cariño en un largo tiempo, besó las puntas de sus dedos y los colocó sobre el frío material de la lápida; la frialdad de ésta era algo que tampoco cambiaba, así como el amor que le profesaba al dueño del nombre grabado en su superficie. Por muy muerto que estuviera y por mucho que lo supiera, a su amor simplemente no podía pasarle lo mismo; no perecería. Ahora entendía por qué se decía que el amor duraba para siempre. Salió del cementerio.

    —¿Listo? —preguntó Fred al verla subir del auto.

    —Sí, gracias. Un último favor, Fred. Si pudieras y quisieras, ¿me llevarías al correo?

    —Claro —El hombre encendió el motor y se puso en marcha—. ¿Les escribirás a tus hermanos?

    —Sí —La expresión de Sam se apesadumbró más—. Tal vez para cuando les lleguen las cartas, ya no esté aquí. Es una pena, me hubiese gustado decirles un "hasta luego" personalmente. También me hubiese gustado abrazar a mi sobrino.

    —Supongo que igual se le complicaría venir Pass. Está a punto de dar a luz su segundo hijo, ¿no?

    —Hm, tienes razón. Ah, espero que la noticia no la afecte mucho. Su estado es delicado ahora.

    —No tendría de qué preocuparme —intentó consolar Fred—. Pass estaba más preparada que tú para el momento en que este día llegara. Conociéndola, que si bien no es mucho, diría que estará feliz por ti.

    Sam asintió, estando de acuerdo. Pass siempre la había apoyado en cada una de sus decisiones; era una hermana magnífica, una amiga excepcional, al casarse con Dan demostró ser una esposa capaz y ahora, con casi dos hijos, demostraba ser una madre cariñosa y fuerte. Sam estaba contenta por ella, porque había encontrado la dicha que se merecía. Dan la trataba como una reina, la amaba mucho.

    Llegaron al correo y allí mismo Sam escribió dos cartas, cada una dirigida a sus hermanos correspondientes. Después de eso, Sam aceptó la invitación de Fred de comer, pues ya era muy tarde. Al terminar de alimentarse, Fred la dejó frente a la mansión donde se alojaba el teatro; se despidieron deseándose lo mejor del mundo y Fred se fue. Sam inhaló y exhaló reiteradas veces, mirando la puerta con nerviosismo. Una nueva página en el libro de su existencia comenzaría en el instante que cruzara esa puerta, así que se armó de valor para afrontar ese pedazo en blanco y preparar la tinta de sus hechos, dispuesta a escribirse un futuro maravilloso. Tocó la puerta y casi al instante una mujer que rondaba los cincuenta, de rostro redondo y regordete la atendió.

    —Ah, sí, la nueva —Fue el saludo de la mujer—. Anda, pasa, me pusieron al tanto de que estuviera pendiente de tu regreso.

    —¿La pusieron?

    —Sí, ya sabes que ahora no están aquí, sólo los que nos encargamos del servicio estamos en la casa.

    A Sam se le había olvidado por completo que por las tardes estaban ocupados con su trabajo en el teatro.

    —¿Y a qué hora regresan? —indagó la pelirroja, curiosa.

    —Normalmente antes de las diez; tal vez nueve y media.

    Sam asintió. Sabía que realizaban dos espectáculos por la tarde y el último terminaba treinta o cuarenta minutos antes de esa hora; en tanto se vaciaba el lugar, se arreglaban ellos y atendían llamados de fans, seguro pasaban de las nueve.

    —¿Dónde dormiré? —cuestionó ahora, insegura.

    —No sé —Su respuesta la sorprendió un poco—. No creas que sé cada detalle que pasa en este sitio, niña. Además, no sé qué habitación es de quién, por lo que tampoco serviría de nada que supiera quiénes son tus compañeras. Mi espacio es la cocina y de allí no salgo. Por cierto, has algo productivo en tanto viene alguien a quien le intereses y ven a echarnos una mano con la comida.

    —Sí, señora.

    —No soy señora. Me llamo Dina, que no se te olvide.

    No era que Dina le pareciera una mala persona, sino que más bien tenía su carácter y pensándolo bien, era lógico que hubiera personas con personalidades diferentes con las que habría que aprender a convivir. Fue de esta manera como Sam se concentró en ayudar con la preparación de alimentos para los que llegaran. Allí se comía tres veces al día según la información que le dieron, y por lo que pudo apreciar, cada uno de los convites era como banquetes completos. Suponía que debía ser así, ya que la clase de trabajo exigía muchas energías y debían reponerlas de algún modo. La mayoría de las cocineras la trataron bien, por lo que fue fácil acoplarse al ritmo de ellas.

    Hacía un momento que habían terminado y Sam se concentraba en lavar los utensilios de los que habían dispuesto para preparar el manjar, cuando escucharon las voces de un gentío que se acercaba por el pasillo. La encargada de la supervisión de la cocina anunció que era ahora de repartir los alimentos, por lo que Sam y compañía comenzaron a llenar los platos con un poco de cada estofado. En eso estaban cuando una por una, las personas comenzaron a formar una línea para que se les diera su respectiva colación y bebida. Sasha la vio.

    —¡Sam! ¿Qué estás haciendo? —la llamó por demás incrédula.

    —Ayudo un poco...

    —No hace falta, no tienes la obligación. Vamos —Sasha se dirigió a las mujeres que habían embaucado a la pelirroja—. Bueno, señoras, nos vemos luego.

    Tomó a Sam del brazo y se la llevó de allí, no sin antes pedir el plato para cada una.

    —Eres demasiado inocente, Sam —aseguró Sasha en tanto caminaban al comedor—. Ahora iremos a donde los demás para que los conozcas. Ya te hostigaron a ti con una bomba de preguntas, es tu turno devolverles el favor, ¿no?

    Llegaron a la estancia que servía como comedor. No había ni una sola mesa o silla, por lo que la gente se limitaba a estar sentada en el suelo al lado de sus amigos, restándole importancia a la falta de mobiliario.

    —Comencemos con los míos —dijo Sasha.

    —¿Los tuyos? Es verdad, no sé en qué categoría te desempeñas.

    —En la actuación.

    Sam no tuvo tiempo de demostrar su asombro ya que llegaron a un grupo de personas que se encontraba en la esquina derecha del fondo una vez se atravesaba la puerta del comedero. La joven bailarina se presentó con los demás y ellos hicieron lo mismo. Reconoció a la primera mujer que vio al pisar la mansión; se llamaba Ann y por lo que le informó, era la niñera oficial de Mark. También conoció a su esposo, Rick, lo que sorprendió a Sam, pues de alguna manera se imaginaba que allí había únicamente solteros, pero eso era ilógico. Pasó más tiempo del que imaginó conversando con todos ellos, así que cuando menos acordó ya todos habían terminado de comer.

    —Creo que es suficiente parloteo por hoy —habló Sasha levantándose de su lugar. Todos le dieron la razón—. Entonces nos despedimos. Te llevaré a nuestra habitación, Sam.

    Ella asintió y despidiéndose del grupo, asegurándoles que seguirían la plática en otro momento, se aseguró de tomar las maletas que habían quedado en el olvido al iniciar su trabajo de ayudante de chef, y siguió a Sasha.

    —Mañana podremos conocer a los demás, aunque creo que no hará mucha falta —decía la morena mientras caminaban—. La mayoría restante es de los de danza y con ellos a fuerza tendrás que relacionarte un poco más. Ah, por cierto, no te lo dije, pero la otra chica que compartirá cuarto con nosotras es una de tus compañeras de baile. Es buena, pero no sé, quizás puedas darle un par de consejos.

    —Creo que me sobreestimas.

    —¡Qué va! Eres genial. Mira, aquí es.

    Llegaron a una de las muchas puertas que daban acceso a las recámaras y estaban por abrirla cuando una voz masculina las detuvo, llamando a Sasha. Se volvieron para descubrir a un hombre alto, de mediana edad, cabellos negros cual ónix, increíblemente sin alguna señal de hebras plateadas, y de gentiles ojos grises.

    —Sasha, eres cruel —gimoteó el hombre, dramatizando en gran medida su pesar—. Yo que siempre te trato bien, que intento ser lo más complaciente contigo, que procuro ayudarte en lo que pueda y me haces esto.

    Las chicas se miraron entre ellas con una sonrisa de extrañeza.

    —¿Hacerte qué? —cuestionó la morena, jugando.

    De la boca del hombre salió un gritito, en tanto iba bajando poco a poco al suelo hasta quedar en cuclillas; en esa posición, él empezó a hacer circulitos con el dedo en el suelo en tanto susurraba entre dientes.

    —Sasha es mala... Después de todo lo que hice por ella... Mi corazón duele.

    Sam parpadeó estupefacta, sin creer en lo que sus ojos veían. ¡Qué sujeto más extraño! Sasha rio divertida.

    —Ya lo recordé, lo recordé. Dije que en cuanto regresara, te presentaría a la nueva. Pues aquí está.

    El hombre se alzó con una velocidad sorprendente, al tiempo que apresaba con sus manos las de Sam y las sacudía con vitalidad, sonriéndole ampliamente.

    —Mucho gusto, un placer, encantado. Soy Clark Green. No dudes en pedirme cualquier cosa que necesitas, ¿sí? Estoy aquí para lo que sea, puedes disponer de mi presencia el tiempo que desees.

    Sam simplemente cabeceó ante cada palabra de él, sin ser capaz de apartar su vista del rostro iluminado y risueño que mostraba. Había conocido a tantas personas con una linda sonrisa que no creyó que alguien pudiera hacer una diferencia, no hasta que vio la de Clark. Más que bonita, era reconfortante, confianzuda, cálida. Nuevamente los recuerdos de Matt la golpearon; sí, era la que más se parecía a la de él.

    —Es suficiente, Clark. Harás que sus manos queden temblorosas con tanta sacudida —Sasha hizo que Clark soltara las manos de Sam—. Anda, mañana hablas con ella si quieres. Ahora vamos a dormir.

    —Está bien, está bien —compredió el hombre, pero antes de irse, se dirigió a la bailarina y con expresión ilusionada preguntó—. Oye, ¿te gustan las marionetas?

    Y aparecen más personajes. Gracias por leer.
     
    Última edición: 7 Agosto 2015
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    andreAa

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    Hola de nuevo ya acabe de leer este capitulo y es estupendo, jaja sam se paso desde la mañana afuera de la mansion y comio dos veces seguidas primero con fred y como a la media hira con sasha y sus amigos y parece que clark estaecera una amistad con sam al igual que sam lo considera casi igual que matt
    Por el momento es todo hasta luego tocaya.
     
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    Love Temari

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    Aries
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    Hola ^^ espero que te encuentres bien n_n

    Bueno esta parte me gusto mucho, la verdad no se porque, pero me llamo la atención "el todo cambia menos el pino" Cosas mías xD​
    Ando un poco loca estos días, imagina que cuando leí el nombre del chico, Clark le puse al tiro el apellido Kent, luego leí el otro y me morí de la risa las cosas que pienso JAAJJAJAJAJA! y no estaba borracha XD
    Bueno no fue para llorar, pero igual me dio pena, simpre me dan pena las despedidas y son difíciles
    Ok, ya no voy a preguntar nada mas de Sam con respecto al amor, me voy a quedar callada, con respecto a es, pero a lo demás no te salvas muajjajajajajaa!!!
    Me dejaste en Sock e intrigada ¿cómo va reaccionar Sam?
    Espero pronto el próximo capitulo ^^

    Saludos y Cuídate n_n
     
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    Marina

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    Oh, wow, que genial historia. La primera parte fue muy emotiva. Matt, un chico lleno de vida, lindo y atrevido, me encantó desde el inicio, lloré cuando lo mataste. Jamás pensé que moriría de la manera tan brutal como murió, por eso, me regocije, sí, cuando se hizo justicia. El tío John sí merecía la muerte, él y sus compañeros, por otro lado, me dió también mucha pena Fred, un hombre amoroso, paciente y que quería a Matt como su hijo. Cuánto dolor sintió, aunque el de Sam me lo imagino superior a todos, porque ella sí que amaba a su Matt, oh, y no debo olvidar el dolor de su madre.

    Me ha encantado la manera como hiciste que se conocieran, la descripción que hiciste de ella, la que hiciste de él, verano y otoño, el regalo de la marioneta que le hizo y que ahora ella atesora sobre todos sus tesoros... más ahora estoy intrigada porque debe existir el invierno. ¿Quién es, cómo es? Supongo que lo descubriré en esta segunda parte, la que seguiré. Por el momento, el inicio ha sido bueno e interesante, finalmente Sam, recordando a su amado Matt, ha podido realizar su sueño, bueno a medias, por lo menos ya entró al teatro.

    Yo tampoco olvidaría al primer amor de mi vida.
    Los nuevos personajes son muy buenos y divertidos. Seguiré leyendo, asi que no tardes en actualizar.
    Abrazos y besos.
    Nos vemos xD
     
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    Borealis Spiral

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    andreAa Tocaya! Como siempre, tu comentario me hizo ¡feliz! Jaja, es verdad lo de la comida; un hecho que ni yo noté hasta este momento. Pobre de Sam; la tienen en engorda XD Gracias por pasarte y seguir fiel, fiel. Lo aprecio.
    Love Temari Es una linda frase la que te gustó; gracias por eso y por el comentario. Bueno, pues aquí dejo el capítulo, espero que otra duda te llegue, jajaja.
    Marina Master,¿sabes que sigo llorando por Matt? Pues sí, así que entiendo el sentir. Me alegra que la historia te guste y te parezca linda. Bueno, con el transcurso se disipan dudas... creo XD ¡Gracias por comentar! TKM

    Sin más:

    5

    —¿Marionetas? —repitió Sam y sus ojos se abrieron, sorprendidos ante la pregunta, y sin que pudera evitarlo, la mezcla de deseo, amor, además de dolor que experimentaba cada que escuchaba esa palabra dadas las remembranzas que la misma conllevaba, se infló en su pecho—. Me encantan —aceptó al final con voz débil y una triste sonrisa.

    —¡Woho, qué bien! —exclamó Clark, sonriente, chocando sus palmas en un aplauso, no advirtiendo los sentimientos de la pelirroja—. Tengo que enseñarte las que tengo. Te aseguro que no hay muñecos más perfectos, no hay mejores, son especiales.

    —Claro que los hay mejores. Los de Jake —comentó Sasha, burlona.

    —No es verdad —Clark negó sacudiendo la cabeza vehementemente—. Falta mucho para que ese niñato amargado me sobrepase.

    —¿Jake? —La confusión y curiosidad que el nuevo nuevo nombre le provocó a Sam, intervino en la riña de sus compañeros.

    —Ah sí. Verás, Sam, junto con Clark, hay dos personas más que forman parte del pequeño grupo de marionetistas —explicó Sasha—. Uno es el señor Ford, aunque ya es una persona mayor, por lo que ahora no se le facilita tanto el manejo de los títeres, pero igual sigue con ellos. El otro es Jake, pero no te preocupes por él.

    —Es verdad —secundó Clark acercándose a las jóvenes, haciendo ademán de que lo que fuera a decir quedaría entre ellos como un secreto—. No tiene remedio; es como un cubo de hielo. Su personalidad es tan fría e impersonal que se le ha dado el título del rey del invierno... Aunque eso no significa que no sea mi amigo, así que chicas, cuidado con lo que hablan de él.

    —¿Quién habla de quién? —inquirió Sasha, incrédula.

    —En fin, será mejor que me vaya —cambió de tema el hombre sin dejar su ánimo—. Nos vemos. Tengan dulces sueños, descansen y buenas noches.

    Y sin más, Clark se alejó, sacudiendo su mano en señal de despedida. Ya viéndose solas, Sasha volvió a reír.

    —¿Apuesto que te ha parecido extraño? Bueno, lo es, pero es un buen tipo, aunque demasiado paternal para mi gusto. De cualqueir modo, no perdamos más tiempo —La actriz abrió la puerta de la estancia y se dirigió al individuo que ya estaba dentro—. Me imaginaba que ya estarías aquí, Glynn.

    Sentada sobre un saco de dormir, que era la cama de todos los integrantes del teatro, sosteniendo un delgado libro que era capaz de leer gracias a la tenue luz que la vacilante llama de la lámpara de aceite despedía, Glynn miró a las jóvenes. Aun pese a la parcial oscuridad, Sam pudo detallar la belleza de la joven que le conferían sus facciones delicadas, su espeso, lacio y largo cabello rubio, y sus ojos miel, los que las miraban con seriedad.

    —Ella es...

    —Sí, ya lo oí por boca de los demás —cortó Glynn a Sasha con fastidio—. Samara Glover, la nueva bailarina. Soy Glynn.

    —Espero podamos llevarnos bien —dijo Sam con total sinceridad.



    —Sí, sí, yo también. Ahora háganme el favor de ir a dormir ya. Yo quería hacerlo, pero he tenido que esperarlas porque soy susceptible a los ruidos, así que si son tan amables.

    —Lo lamentamos —La queda disculpa de Sam quedó ahogada por el comentario de la morena.

    —Tienes razón, fue desconsiderado de nuestra parte. Hay que hacer caso, Sam; fue un día agotador para ti también, después de todo. ¡Mira!, ya te preparé el saco en el que dormirás. ¿No es fantástico? Usamos el estilo de los orientales.

    Sam sonrió con timidez y Glynn rodó los ojos con hastío. Si ya era difícil convivir con Sasha ahora lo sería más con su nueva "amiga", quien seguramente le daría cuerda a las locuras de la actriz; se preguntó qué había hecho para merecer aquello. No obstante, las dos recién llegadas fueron piadosas e hicieron lo más rápido posible los preparativos para acostarse, por lo que no pasó mucho tiempo antes de que la paz reinara en la recámara, después de todo Sasha tenía razón, había sido un día muy largo. Con todo, a ellas les pareció que fue apenas un pequeño reposo, pues el sentido del tiempo escapó por completo de sus conciencias y no les pareció suficiente el tiempo para descansar, por lo que cuando el cielo nocturno fue aclarándose y unos toques en la puerta llegaron junto a los primero rayos del sol, las tres se revolvieron disgustadas en su espacio, lanzando al aire un gemido en forma de queja. Aun así, el perturbador de sus sueños no desistió y Glynn, por ser la más cercana a la puerta, se alzó con aire irritable y la abrió de golpe; unos ojos azules cual cielo la hicieron espabilarse por completo.

    —Hola, muñeca —Fue el saludo galante de Brian, adornado espectacularmente con su típica sonrisa coqueta—. Necesito a Samara.

    Y el joven iba a entrar a la habitación de no ser porque la rubia se interpuso en su camino. Brian no demostró su ligero asombro e inquirió con tono calmado:

    —¿Qué pasa?

    —No es adecuado que entres en un cuarto donde sólo hay chicas durmientes.

    Brian no reprimió una risilla cínica. Jamás se había hablado de semejante restricción y mucho menos si se trataba de ir él al cuarto donde Glynn dormía.

    —¿Cuál es el problema ahora? —volvió a preguntar y levantando su mano la colocó en la mejilla de ella—. No estarás celosa, ¿verdad?

    —Para nada —Su voz flaqueó y sus piernas temblaron.

    —Menos mal. ¿Qué sería de mí si te alejas de mi lado? Mis ojos no tendrían más utilidad si no pueden apreciar tu natural belleza día con día. Sería mejor tener el sentido del olfato atrofiado si tu aroma no vuelve a adentrarse en mi nariz. Preferiría perder las manos a negarle a mi tacto la suavidad de tu piel.

    Y mientras lo decía, Brian intensificó la caricia, no conformándose sólo con la mejilla, sino que inició un descenso por el cuello. Glynn cerró los ojos, disfrutando el roce. Quería mentirse otra vez; quería convencerse de que ella era a la única a la que Brian le había dirigido aquellas palabras, la única dueña de sus caricias, pero sabía que no era así; que no era la única y que probablemente no lo sería nunca. Prueba de ello fue el acto de Brian en cuanto tuvo a la rubia bajo su merced; velozmente se adentró al cuarto, aprovechando el estado perdido en el que estaba Glynn, dejándola soñando despierta bajo el umbral de la puerta.

    —Oye, ¿qué haces aquí, pervertido? —exigió saber Sasha por demás molesta y sonrojada, en tanto se sentaba sobre su saco y cubría su cuerpo con las mantas al estar en ropa muy ligera—. Necesitamos nuestra privacidad, ¿sabes?

    —La tendrás —concedió Brian, mirándola con ojos brillantes, quizás con un pequeño toque de deseo—. Tan sólo déjame llevarme a Samara.

    —¿A dónde? —preguntó la nombrada frotándose los ojos con pereza, también un poco incómoda de que un hombre que no conocía estuviera en la que era su habitación, aunque no muy avergonzada dado que su pijama era muy decente y gruesa.

    —Tus clases empiezan hoy —le informó el rubio dirigiendo sus ojos a ella esta vez.

    —Ya veo —comprendió la novata—. En ese caso me alistaré.

    —Ya oíste, degenerado. Espérala afuera —dijo Sasha, desconfiada y disgustada por la mirada de él hacia ella segundos atrás.

    Brian se encogió de hombros y regresó sobre sus pasos, ignorando esta vez a Glynn, quien ya se había recuperado de su pequeño momento de debilidad. Ella cerró la puerta cuando él salió y con pesadez volvió a la calidez de las cobijas, no prestando atención a Sam y Sasha mientras la primera se cambiaba. Era tan tonta por continuar albergando esperanzas de que Brian se fijara en ella más que como un objeto. Pudo haber sido un juego para él, pero no para ella, pues se había enamorado realmente y desgraciadamente no podía escapar de esas lacerantes garras que la atenazaban sin piedad; hubiese preferido caer en manos suaves de un amor correspondido y fiel.

    Cuando estuvo lista, Sam salió del cuarto, teniendo en mente el reiterado consejo de su nueva amiga de que se mantuviera alerta con el Casanova, a quien vio apoyado en la pared paralela a la puerta. Brian sonrió y le pidió que lo acompañara al patio. Durante el trayecto, Brian intentó sacarle una charla con varias preguntas, pero dadas las cortas y concisas respuestas de la chica, supo que no se extendería demasiado, así que optó por ser él quien hablara, lo que no extrañó a Sam, pues estaba rodeada de personas que dialogaban bastante; en cambio, ella no era del todo buena con las palabras. También descubrió del moderador que acostumbraba halagarse a sí mismo bastante. Arribaron al patio.

    —Muy bien —inició el hombre—. Antes que nada, te enseñaré la coreografía del baile de entrada. Todos los bailes son relativamente nuevos, por lo que no podemos esperar que aprendas nuevos pasos junto a los demás, así que presta atención. De un lado del escenario salen las mujeres y del otro los hombres. Comenzaré haciendo el papel de una mujer para que se te facilite.

    Fue así como las lecciones de Sam dieron inicio. La primera vez que Brian le mostró la coreografía inicial hizo considerables pausas, porque en cada una dio una aclaración de alguna clase de intervención que tendría lugar con uno de sus compañeros, lo más seguro, por quien sería su pareja. Después, el rubio repitió la pieza de corrido, mostrándole a Sam más claramente lo bien que sabía moverse, y ella entendió que no por nada se le daba el papel de encargado del grupo de bailarines. Lo siguiente que hicieron fue que, poniéndose a la par estando Brian unos pasos delante de Sam, le enseñó uno por uno los pasos y las posiciones que su cuerpo debía adquirir en relación con cada uno para que no hubiese discordancia con el resto.

    —Estás demasiado tensa. Muestras poses y actitudes del ballet clásico. Este no es tan así; podría decirse que es hasta cierto grado menos estricto. Es verdad que se necesita ritmo y coordinación, pero no es necesaria la precisión minuciosa del clásico. Relájate.

    Sam intentó por todos los medios hacer todo lo que su instructor le dijo, mas era complicado. Toda su vida había sido enseñada en un estilo de baile en el que, si bien era fluido y nada rígido, debía mantenerse como una roca, firme y fuerte; este otro era más flojo que otra cosa. Una cosa que agradecía era que no contaba con un papel muy importante en la obra, aunque Brian le aseguró que en cuanto mostrara sus habilidades con el resto, la dejarían obtener más protagonismo. Tan centrado estaba cada quien en lo suyo, que el tiempo pasó más veloz de lo que pensaron, ya que apenas notaron a los demás que despertaban e iban a verlos de vez en vez y fue hasta entonces que los llamaron para desayunar, así que dejaron su práctica para después.

    —¡Aquí, Sam! —La llamó Sasha en cuanto entró al comedor con su plato en mano.

    Sam se acercó a ella, viendo que no estaba con su grupo de siempre, sino que se mantenía sentada a un lado de Clark. Se sentó a un lado de su amiga, quedando Sasha en medio de los dos.

    —¿Cómo te fue? —inquirió la morena, curiosa.

    —¡Ah! —Soltó Clark un suspiro de abatimiento, dirigiéndose a Sam—. No puedo creer que me perdiera tu demostración de ayer; vagaba por la ciudad a esa hora. Quiero verte bailar. ¡Quiero, quiero!

    —Tranquilízate, hombre. ¿En verdad pasas de los cuarenta? —Indagó Sasha, escéptica—. No está prohibido que la veas practicar en el patio.

    —¿En serio? —El rostro de Clark se iluminó y miró a Sam, esperanzado—. ¿Puedo?

    —C-claro —respondió ella, insegura y sumamente extrañada de la actitud de él.

    —¡Genial! Definitivamente tengo que mostrarte mis marionetas —comentó él, contento; en eso, distinguió a Mark entre la gente y lo llamó—. ¡Mark, hijo! Ven aquí un momento.

    El niño se acercó, sosteniendo en sus pequeñas manos un plato lleno de comida.

    —Mira, él también está interesado en las marionetas —le notificó Clark a Sam—. ¿Verdad, Mark? ¿No es cierto que quieres aprender a hacerlas?

    —Sí, son muy bonitas. Me gustan —Asintió el muchachito, mostrando una gran sonrisa.

    Sam le devolvió el gesto, pareciéndole increíble que no dejaban de nacer personas cautivadas por el encanto de las marionetas.

    —¿Vas a comer? Puedes sentarte con nosotros —le ofreció la pelirroja e iba a hacerse a un lado para que se sentara, cuando él negó con la cabeza e informaba:

    —Es la comida de Jake.

    —¿De Jake? —repitió, extrañada. Ya había oído ese nombre.

    —Sí —afirmó Sasha con voz cansina—. Jake prácticamente no sale de la recámara que escoge a menos que sea para ir al teatro.

    —Es cierto —concordó Clark cruzándose de brazos, cerrando los ojos y asintiendo—. Ni siquiera va a los ensayos. Es un problemático. A pesar de que lo conozco desde hace mucho, a veces aún no comprendo del todo qué tiene en la cabeza. Es un verdadero antisocial. Es el único que le hizo frente al jefe para evitar compartir habitación... pero es mi amigo. No digan nada malo de él, ¿de acuerdo?

    —¿Quién dice qué? —Sasha sintió una punzada en su sien ante la irritación—. Eres tú quien lo critica cada vez que hablamos de él.

    —¿En serio? —Clark parpadeó, sorprendido.

    —Sí.

    Para cuando los dos se trenzaron en una pequeña discusión, Mark ya se había alejado, por lo que Sam se concentró en su tarea de comer, estando segura de que hubiese sido un momento agradable entre risas y comentarios divertidos de no ser porque en todo momento, Sam sintió una penetrante y perturbadora mirada sobre ella. La primera vez que la sintió observó a su alrededor hasta descubrir que no era otro que Brian. El rubio mantenía sus filosos ojos sobre su persona, incomodándola sobremanera; era la primera vez que se sentía asechada y la sensación no le gustó en lo absoluto. Poco a poco, un temor extraño comenzó a crecer dentro de ella y por el mismo, ya no se atrevió a verlo, por mucho que él insistiera en observarla con descaro. Pensó que si esto seguía así tendría que pedir que alguien más le enseñara los bailes o no lo soportaría.

    Cuando todos terminaron de desayunar, Sam supo que debía continuar con su entrenamiento, pero las enormes ganas del día anterior habían sido echadas fuera de sí; ahora ya no estaba tan segura de seguir. No obstante, a pesar de su preocupación, regresó al patio junto con Brian; afortunadamente, el portador de zafiros como ojos resultó bastante respetuoso en el ámbito laboral, así que como en la mañana temprano, se dedicó por completo en ayudarla con los pasos del baile en los que tenía mayores problemas. En realidad, él pudo discernir la gran inteligencia y habilidad de Sam, pues aprendía fácil y rápidamente las cosas. De esa manera, sin notarlo ninguno de los dos de nuevo, los demás miembros del teatro fueron llegando para ver el esfuerzo de la novata; estando entre ellos Sasha, Clark y Glynn, aunque la última no parecía del todo contenta. Había notado las miradas de Brian dirigidas a Sam y no le gustaron nada, así que los conocidos celos fueron creciendo dentro de ella, tal como pasaba cada que Brian se fijaba en alguna nueva presa suya.

    Hasta otra.
     
    Última edición: 7 Agosto 2015
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Interesante capítulo, sobre todo por la mención de este nuevo personaje:

    Jake, su nombre me llamó la atención, luego vino esto:

    ¿El título del rey del invierno? Oh, ¿será él quien tomará el papel del invierno? Me suena, así que ya quiero conocerlo :3

    Pobre Glynn, me dio cosita con ella. Al parecer, su amor por Brian parece imposible y él es un casanova, vaya, aunque tiene una personalidad arrolladora, parece que le da miedo a Sam, espero que no se sobrepase con ella.

    Y Clark, hahaha, me parece como un niño crecido. Buen personaje.

    Seguiré atenta a la continuación y sobre los horrores ortográficos, lo único que sugiero es que pongas atención a las palabras, pues sueles comerte algunas letras o cambiarlas de lugar. ¡Ojo con eso!

    Abrazos =)
     
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    andreAa

    andreAa Iniciado

    Sagitario
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    Hola, este capitulo al igual que los otros también fue interesante y al igual que también me gusto.
    Así que aparecen nuevos personajes cada vez esta vez fue glynn y jake (glynn parce ser celosa XD)
    ahora entiendo por que el titulo "Verano e invierno" según yo verano fue Matt y el invierno puede que sea Jake ya que así lo llamaron.
    Bueno otra cosa mas que decir no tengo, !hasta otra!
    saludos. andreAa
     
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  10.  
    Love Temari

    Love Temari Entusiasta

    Aries
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    Hola ^^ espero que te encuentres bien
    Ese Brian me esta hartando, juro que ya no lo soporto, parece un cazador al asecho de su próxima presa. Pobre se Sam
    Bueno Clark me cayo bien, es simpático pero un poquito desesperante :p
    Glynn me da pena :( enamorada hasta las patas de tonto de Brian y cae redondito a todo lo que él le pide
    Y ese tal Jake me da curiosidad, ¿porqué no sale de su cuarto? bueno la admito me da muchisisima curiosidad, me gustaría saber un poco mas de él a parte de todo lo que dice Clark
    Me gusto mucho tu capi, espero el próximo

    Un abrazo y Cuídate ^^
     
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  11.  
    Sheccid

    Sheccid Usuario común

    Géminis
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    ¡Llegué!
    Oh,preiosos capítulos...aún no conozco a Jake y ya se me hace misterioso, de seguro será guapo...es marionetista...mmmm...interesante, XD.
    Wow, Sam consiguió lo que se proponía y al parecer le va a ir muy bien, aunque la verdad que si me preocupa Brian, ninguna mujer debe confiar en él y oalá y alejen a Saara de él.
    Espero que ese nuevo inicio se le de muy bien y que logre dominar el baile contemporaneo.
    Muy buenos capis, avisae de la conti, por favor y gracias por invitarme
     
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  12.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
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    aunque con demora, logré entrar para leer
    que genial!!!!
    y este Brian, es un desgraciado manipulador!!
    como se le ocurra ponerle un dedo encima a la pobre de Sam...
    busco a Kato y lo mando despellejar!!!!
    XD jejejeje, bueno no tan así, ambos viven en dos historias distintas y... en epocas distintas... pero no esta de mas la amenaza
    que buen fic!!
    ahora ya ando poniendome al tanto, no te olvides de avisarme de las demas!
    Mel
     
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  13.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
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    Sencillamente genial, en serio no sé como haces para escribir tan bien, me tuviste atrapada desde el inicio hasta el final de esta maravillosa primera parte, no te puedo negar que quería ahorcarte cuando me enteré de la muerte de Matt, creo que fui de las últimas en leer la historia y justo cuando empezaba a amar la hermosa pareja de Matt y Samara, me llegó el msm de la muerte de Matt, bububu, lloré antes de leer el escrito, que crueldad, sin embargo, una vez leí todos los capítulos, aunque triste, lo acepté, pues Matt fue un héroe hasta el final de sus días e incluso más allá de la muerte.
    Samara me hizo llorar mucho, tiene tanta razón, uno no puede perder tiempo auto-compadeciéndose, ver como decide salir adelante, me llenó de tanta emoción :D
    Jajaja, concuerdo con todos, ese viejo no merecía la muerte, merecía sufrir en vida todo el daño que hizo, aunque dadas las características del personaje, solo la muerte podría detener a un ser tan miserable como ese.
    Ahora, a leer la continuación ;), perdón por la demora en comentar, quería leer toda la primera parte antes de hacerlo. Me gustaría mucho darle likes a todos los capítulos, pero no se que pasa con mi lap, no aparece por ningún lado el link para dar likes, -no se que hacer!!!!
     
  14.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
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    Título:
    Verano e Invierno
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    47
     
    Palabras:
    2335
    @Marina gracias por tu comentario; sabes que me hacen feliz y bueno, con respecto a este Jake, hm, a seguir leyendo XD. Glynn también me da penita D: Ese Brian es un coqueto ¬¬ y Clark es lindo, me gusta XD En fin, gracias otra vez por estar pendiente de mí. TKM
    @andreAa Tocaya, jajaja, ¿Glynn celosa? Bueno, es una chica enamorada XD ¡Gracias por tu comentario y seguir mi historia! Significa mucho. ¡Yes! De allí el título... pero debes seguir leyendo, esto se pone bueno. Gracias de nuevo.
    @Love Temari Qué bueno que Jake te cuase curiosidad XD ¡Graicas por el comentario! Me alegra que Clark te guste; es un pesonaje relativamente muy nuevo, la verdad. Todos los mencionados ya los tenía pensados desde la primera parte, excepto él; es nuevo, así que me alegra que guste.
    @Sheccid ¡Sí, llegaste :D! ¡Gracias por seguir pendiente de esta historia y cometar! Sabes que no importan los retrasos ^^ Me alegro que te guste... Hm, no puedo creer que Brian realmente cumpla el papel que le estoy dando XD ¡Todas desconfían de él! Jajaja, y bueno, el misterio de Jake se desvela poco a poco... quizás XD
    @Milmel Jajajaja, creeme Mel, que si pudiera realmente metía a Kato aquí si Brian le hace algo a Sam XD Sería lindo verlo sufir, ¿no? Pero bueno, habrá que ver, lalala... Gracias por tu comentario que siempre me saca sonrisas ;)
    @Shassel Lol, te entiendo. Yo mima no supero la muerte de Matt T.T Pero era completamente necesario; como bien menciosas, sólo así Sam pudo seguir adelante y fortalecerse más. Golpes de la vida inevitables. Me alegra que te gustara la historia y que bueno, sigas leyendo pues faltan muchas sorpresas... creo :/. ¡Gracias por tu comentario y lo halagos! :eek: Me avergüenzas. Sí, yo tampoco tengo el botón de likes D: Aun así, la intención es lo que cuenta. Gracias ^u^

    Ahora sí, el capítulo. Otro de los importantísimos. Aquí aparece finalmente el misterioso y ya famoso Jake. ¡Disfuten!

    6

    Una puerta que la mayor parte del tiempo permanecía cerrada, ocasionando que el habitante de aquel cubículo se mostrara pocas veces al mundo, se abrió y de entre las penumbras emergió un hombre joven, que sostenía en su mano derecha una lata pequeña y que gracias a las letras impresas en ella, pudo concluirse que en el interior había barnice para madera; o eso era lo que debía haber, porque la lata se hallaba vacía. El joven la miró con expresión insulsa; necesitaba ir a comprar más. Y era por ello que forzosamente se vio obligado a salir de sus aposentos, dado que no le gustaba encargarle cosas delicadas a alguien más, pues él era el único que sabía qué clase de barnice quería. Estaba por dar el primer paso que lo llevaría a su destino cuando oyó una vocecilla chillona, llamándolo.

    —¡Jake, Jake!

    Distinguió que corriendo por el pasillo, Mark se acercaba a él.

    —¿Qué quieres? —cuestionó con tosquedad, sin cambiar su desinteresada expresión—. Estoy ocupado.

    —Perdón, Jake —se disculpó el niño un poco avergonzado, pero eso sólo duró un momento antes de que su rostro se iluminara con emoción y curiosidad—. ¿Ya conociste a la nueva?

    Jake alzó una ceja, escéptico. ¿Mark también? Desde el día anterior se había hecho un alboroto por el tema de la nueva integrante del teatro. Clark le había hecho una visita la noche pasada, presumiéndole lo linda y agradable que era y que había podido conversar con ella un poco. Volvió a mirar la lata; he de allí que estuviera vacía. A él nada le importaba a quién reclutaban o a quién expulsaban del grupo; él vivía por y para su trabajo, no para quienes trabajaban. Fue por eso que el parloteo constante de Clark, además de ser a altas horas de la noche y teniendo en cuenta que no él no era un persona paciente, lo irritaron de tal forma que lo llevaron a lanzarle lo primero que tuvo a su alcance, resultando en toda una pared y suelo salpicados, pegajosos y olorosos de barince; todo excepto su objetivo, quien finalmente había optado por dejarlo en paz y salir aterrado del cuarto.

    —No, no la conozco —Fue su seca respuesta, comenzando a caminar, alejándose de allí.

    —¿No? Entonces te llevaré a donde está.

    Y antes de que pudiera decir o protestar nada, Mark lo tomó de la mano libre y lo jaló por el lado contrario a donde se dirigía, mostrando una escena era digna de ver; un pequeño de diez años arrastrando a un joven de expresión mayormente impertérrita, aunque con un ligero ceño fruncido en disgusto.

    —Verás que es muy bonita y adivina qué. ¡Sabe bailar muy bien! —informó Mark, animado.

    Jake iba a soltar una sarta de palabras que denotaran su nulo interés en el tema, cuando cruzaron la puerta que los sacó al patio. La iluminación que los potentes rayos del sol le daban a la zona, lo obligaron a cerrar los ojos un momento, adolorido; por eso no le gustaba salir, sus ojos eran demasiado delicados a la luz fuerte. Poco a poco los abrió, queriendo acostumbrarse al alumbramiento y lo primero que éstos captaron en cuanto se recuperaron, fue la figura movible de una bella pelirroja que danzaba sin inmutarse por todas las personas que la rodeaban. Jake se frotó los ojos con ímpetu, en un intento por hacer desaparecer la visión frente a él. ¿A qué venía eso?

    Por un momento, una imagen mental de la chica como la misma representación del otoño cruzó su cabeza; con su largo cabello rojizo que se movía al compás de ella, con ese cómodo y fresco vestido naranja que favorecía por completo su figura; y a pesar de lo poco que podían apreciarse, alcanzó a ver sus perlas cafés, llenas de brillo y pasión por lo que hacía. Sin duda, ella parecía ser las hojas multicolores características del otoño que, siendo impelidas por el viento, efectuaban una danza en honor a la época; en realidad, casi hasta pudo ver las susodichas rodearla. Señales otoñales en pleno verano. ¡Menuda estupidez! Y aun así, seguía allí, observándola con fascinación como un perfecto imbécil.

    Mientras tanto, Sam continuaba absorta en lo que había aprendido de la primera parte de la representación, y aunque vagamente estaba consciente de todos sus espectadores, no les prestó demasiada atención a ellos. Fue así hasta que de pronto, su concentración terminó abruptamente y sin piedad. En medio de un giro, se detuvo en seco, pasmada, cuando sus orbes chocaron con otros que la miraban detenidamente, dueños de un familiar color verde. Sus propios ojos se abrieron desmesuradamente al tiempo que tantas emociones diferentes la invadían, mareándola, como la sorpresa, el miedo, la alegría y la confusión. Espasmos salvajes se apoderaron de su cuerpo al tiempo que se le formaba un nudo en la garganta, amenazando con sofocarla.

    ¡Matt! ¿Qué hace Matt aquí?

    ¿Qué era aquello? ¿Acaso su mente estaba tan desesperada que había recreado una viva alucinación de él? Pero eso no era posible, ¿verdad? Tanto la saliva como las lágrimas se atoraron en su garganta y ojos. ¿Era una ilusión? El cabello negro, la piel tan pálida como la recordaba, pero que a la vista parecía tersa y esos ojos color verde intenso. No, no podía ser un juego de su mente, porque las añoradas facciones que día con día nadaban en sus recuerdos eran las mismas, ahora eran más maduras, siendo afectadas igualmente por el paso del tiempo, pero allí estaban, aunque con un mohín extremadamente serio, muy poco usual en las que recordaba. Con todo, era innegable, era la misma imagen de su primer amor y nuevamente se preguntó con aflicción cómo es que estaba allí. No entendía nada.

    Brian se había acercado a ella para sacarla del trance en el que había caído. Lo mismo hicieron Sasha y Clark, intentado llamarla, pero nada funcionó, ni las palabras ni las leves zarandeadas; estaba completamente ida, fuera de este mundo. En su lugar, sin moverse un solo centímetro, Jake volvió a arquear una ceja, más preocupado por la indescifrable e incómoda mirada que la pelirroja le lanzaba que por su comportamiento; porque sí, estaba seguro que lo miraba a él, podía sentirlo.

    Aún con infinidad de interrogantes volando por sus pensamientos, Sam dio un paso corto y lento hacía donde aquella copia de Matt se hallaba. Dio otro y otro; siguió así hasta que fue acortando la distancia entre ellos, ignorando olímpicamente a los que intentaban ayudarla. Alzó una de sus temblorosas manos mientras caminaba. Necesitaba tocarlo; saber que no era una simple fantasía causada por el dolor de la pérdida, y si lo era, ¿por qué hasta ahora se atrevía a presentarse? ¿No hubiese sido mejor que se le apareciera justo cuando murió en lugar de tanto años después? Al estar más cerca, vio que él echaba su cuerpo para atrás un poco, evitando el contacto con sus dedos. ¡Se movió! Era real. Se cubrió la boca para evitar gritar de... no supo qué. El trémulo incrementó y una aceleración considerable del pulso y la respiración la asaltó; estaba hiperventilando y al final no pudo más. El shock había sido tan grande que terminó desplomándose y habría caído de lleno al suelo de no ser porque Jake logró sujetarla en brazos en un impulso.

    —¡Samara!/¡Sam! —gritaron Brian, Sasha y Clark acercándose presurosos, haciéndose paso por los que ya rodeaban a los dos.

    —¿Qué pasó? —inquirió uno y el que tenía al lado se encogió de hombros, ignorante.

    —¿Estás bien? ¡Sam! ¡Sam! —Sasha la sacudió en los brazos de Jake, sin respuesta—. Está sudando mucho y su respiración es agitada, pero no tiene fiebre y está muy pálida. ¿Por qué?

    —¿Trabajo excesivo? —opinó Clark, inseguro, después de todo, no creía que fuera eso; Sam debía estar acostumbrada al trabajo duro.

    —Lo que sea, hay que llevarla al cuarto a que descanse. Creo que Brian fue buscar a un médico —siguió diciendo Sasha al ver que el rubio ya no andaba por allí.

    —Jake, llévala a su habitación —apresuró Clark.

    El aludido se acercó al hombre con la dama inconsciente en sus brazos y se la entregó a él.

    —¡Oye! —protestó Clark.

    —Tengo cosas que hacer. No me metas en asuntos que no me incumben ni me interesan —dijo él con frialdad.

    —¡Jake!

    El joven no contestó y se alejó del tumulto, dispuesto a ir a obtener lo que necesitaba. Clark lo vio partir, extrañado; a veces simplemente no lo entendía para nada.

    —¡Clark! —lo nombró Sasha a modo de urgencia.

    El hombre espabiló y se apresuró a llevar a Sam a su habitación en tanto esperaban al médico.

    ************************

    El bosque se extendía frente a ella, colorido, otoñal. Movió su vista de un lado a otro, recorriéndolo. ¿Qué hacía allí? Caminó sin rumbo fijo, confundida.

    >>Sam<< >>Sam<<

    Una voz que llegó junto a una escalofriante ráfaga de viento la sobresaltó. Conocía la voz, era sumamente familiar. Sintió una presencia detrás de ella y al girarse, lo vio. Matt. Se acercó a él con una sonrisa, feliz de verlo, pero en el momento en que iba a tocar sus ropas, él se desvaneció. Parpadeó varias veces, sorprendida, y cada pestañeo fue suficiente para que su entorno cambiara; ya no estaba en medio del bosque, ahora se hallaba en una parte de su pueblo natal. Abrió los ojos con terror al reconocer la zona.

    >>Sam<< >>¡Sam! <<

    Frente a ella, la imagen de Matt siendo ahorcado por su tío apareció. Se apresuró a correr hacia ellos; sabía lo que venía, sin embargo, como siempre, llegó tarde. John lo soltó con un fuerte empujón y Matt cayó a un acantilado y en la base del mismo, Sam apreció con espanto cómo al chocar con el suelo, su cuerpo se rompía en varios pedazos que quedaban regados por todos lados, como si se tratara de una marioneta sin vida.





    Se irguió sobre su saco repentinamente, con la respiración entrecortada, el corazón latiéndole a mil por hora y sudorosa. Había sido una pesadilla, pero no, no había sido cualquiera; tuvo exactamente la misma pesadilla que durante muchas noches que precedieron la muerte de Matt había sido la culpable de su desvelo. Hacía mucho tiempo que no lo soñaba. ¿Por qué ahora? Miró el cuarto, su cuarto temporal, descubriéndose sola y esa soledad le permitió pensar bien las cosas y recordar. ¡El chico idéntico a Matt!

    Su corazón volvió a iniciar una carrera dentro de su pecho. Claro, tenía sentido. Al verlo a él, su subconsciente rememoró muchas cosas. Aun así, estaba dudosa. ¿Realmente lo había visto, o fue en verdad un producto de su imaginación? Había escuchado en un par de ocasiones la creencia de que en algún lugar del mundo cada persona tiene a alguien que se le parezca; a un gemelo; no era que fuera muy crédula, pero tampoco era escéptica. A pesar de todo, estaba segura de que por mucho que alguien luciera como alguien, simplemente no podían ser exactamente iguales, al menos no como ella había visto, aunque seguía confundida; apenas podía recordar qué pasó antes de quedar inconsciente, por lo que quizás exageraba las cosas.

    Se levantó por completo del saco y un mareo la asaltó de súbito, mas fue fugaz. Salió de la habitación y comenzó a buscar a Sasha, a Clark o alguien más, pero al no encontrar a nadie llegó a la conclusión de que estarían en el teatro, y eso la asombró un poco; significaba que su desmayo duró más de lo que pensó. Iba a ir a la cocina a confirmar sus sospechas, pero prefirió no arriesgarse a que volvieran a ponerla a trabajar, así que fue al patio y siguió con la práctica que había dejado a medias esa mañana. Entre más pronto dominara el estilo de baile, mejor.

    ¡¿Eh?! :confused: Esto no se lo esperaban, ¿o sí?
     
    Última edición: 7 Agosto 2015
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  15.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
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    O.o Definitivamente, no me lo esperaba, otro chico idéntico a Matt!!!!! Pobre Samara.
    Lo repito, como haces para mantenerme tan interesada, buuuu, ya termine de leerlo por completo, ahora, la larga agonía de la espera, que mal.
    Amé el personaje de Clark, es tan divertido, siempre criticando al rey del Invierno.
    Que hermosa escena, la sentí tan real, ver a Samara bailando con todo el corazón mientras, un hechizado Jake la observaba confundido. :D
    Por Favor, no olvides avisarme de la siguiente entrega, me he emocionado mucho, casi se me sale el corazón de la alegría. Mientras leía escuchaba una canción llamada Think Twice de Eve 6, y no sé, creo que se me cargaron los sentimientos. :D Cuando aprenderé a no ser tan emocional.
    Pobre Glynn, presiento que le va a hacer la vida imposible a Sam, !!!estúpido y sensual Brian!!! XD
     
  16.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    ¿¿¿¿?????

    ¿Matt?

    Oh, cielos, esto no me lo esperaba tampoco. ¿Quién es Jake? Hermoso capítulo, me encantó, es uno de mis preferidos por la sorpresa que me llevé. No sé, me imaginaba la fisonomía de Jake muy diferente, pero nunca pasó por mi mente que fuera igual a Matt, mi querido Matt.

    Pude sentir el impacto de Sam al verlo, su confusión, la gama de sentimientos que has sabido expresar muy bien. Todos ellos me llegaron y es muy comprensible que la pobre chica entrara en shock. Ahora estoy ansiosa por saber qué va a pasar, porque la reacción de Jake ante ella fue... ¡Horrible! Digo, al principio estuvo ahí mirándola bailar, asemejándola con el otoño, fascinado de su baile, y ¿después? Waaaa, la dejó ahí en brazos de Clark, como si no le importara ella en absoluto. Okey, parece que logró impresionarlo, pero no tanto como yo quisiera XD

    Ya quiero saber qué va a suceder.

    Matt: el rey del verano
    Jake: el rey del invierno.

    Me encanta esta historia. ¡Es genial!
    Nos vemos en la próxima, tkm.
     
  17.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
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    wooooo el clon de Matt!!!!!
    OMG!!! increible!!!
    pero, pero, pero... esperemos que nuestra Sami no confunda al uno con el otro, ser el reemplazo de un amor perdido es horripilante, todo el tiempo comparaciones, todo el tiempo similitudes, para ambas partes puede incluso resultar... peligroso
    lindo cap!!!
    gracias por avisar!!
     
  18.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    @Shassel Hola ^^ Graicas por tu comentario. Me hizo feliz. Bueno, habrá que esperar para ver qué onda con este Jake y qué onda con Sam XD Me alegro que Clark te guste y que Brian no tanto. Gm, Glynn puede ser... especial. De nuez gracias.
    @Marina Master, síp, otro Matt... ¡No! Uno es uno y el otro es otro ¬¬ ¿De los preferidos? Te creo, tengo un montón de ellos en esta segunda parte; este se apunta. Gracias por tu comentario. Jake es horrible, lol XD
    @Milmel Haces las preguntas correctas, Mel. La cuestión es si Sam no tomará ese camino y si Jake se deja XD Gracias por tu comentario; sabes que me encantan.

    Ahora sí, el capítulo de hoy a ustedes; corto ._. ¡Disfruten!

    7

    Incluso cuando la oscuridad se apoderó del cielo, Sam continuó con su práctica gracias a la tenue iluminación de las farolas que encendió. Poco después, escuchó mucho alboroto y pensó que los demás habían llegado ya, por lo que se dirigió al comedor. Efectivamente, allí se hallaban muchos de sus homólogos, aunque no vio ni a Sasha ni a Clark, así que supuso que estarían haciendo fila en la cocina para obtener su respectiva porción de alimento; eso sí, se alegró de no tener que encarar a Brian. Iba a dirigirse a la cocina por su comida cuando divisó a Mark por el pasillo con un plato lleno y sin siquiera pensar en las razones o en la cordura de su impulso, se acercó a él cuando un pensamiento se clavo en su mente.

    —Mark, espera —lo llamó, ganándose la atención del niño.

    —¿Ya estás bien? —le preguntó él en tono preocupado y frunciendo el ceño, corroborando esa mortificación.

    —Sí, no te preocupes, gracias —Sam le sonrió confortadoramente en un intento por tranquilizarlo.

    —Menos mal —Mark casi suspiró de alivio—. El doctor dijo que no tenías nada y me alegré; pero me enojó que Jake no fuera a verte. Ahora iré a regañarlo. Dime, ¿crees que merezca cena? Se portó muy mal y papá dice que debe castigarse el mal comportamiento.

    —¿Eso es para él? —Sam recordó al joven a quien confundió con Matt. ¿Se trataría del famoso Jake?—. Mark, ¿puedo llevárselo yo, por favor?

    No tenía ni idea de lo que hacía, pero tenía que quitarse aquella duda y también deseaba asegurarse de lo que había visto. Mark la miró confundido durante unos segundos.

    —¿Por qué? —indagó curioso, ya olvidándose de su intento por castigar a Jake y dejarlo sin cena.

    —Ah... Eh, bueno... —La joven se halló en un aprieto. ¿Qué decirle a un niño?—. Sólo me gustaría verlo.

    —¿Por qué? ¿Te gusta?

    Un intenso carmín adornó el rostro de Sam y se puso muy nerviosa, e incluso balbuceó varias incoherencias. Mark rio.

    —Eres rara, pero está bien. Toma —Le entregó el plato—. ¿Puedo ir yo a entregarle su bebida?

    —Claro.

    Mark asintió y estaba por irse de allí cuando Sam lo detuvo otra vez.

    —Espera, no te vayas. No sé cuál es el cuarto de Jake.

    —Ah, es verdad. Ven, yo te digo —le dijo él, sintiéndose importante.

    Y con esto, ella volvió a seguir al niño a través de los pasillos. Sam miró el plato que llevaba en las manos; estaba nerviosa, inquieta y tenía miedo. ¿Qué le diría cuando lo viera? ¿Sería capaz de controlarse? ¿Y si volvía a desmayarse? O peor aún, ¿y si la emoción de ver a alguien con las mismas características físicas de su primer amor sobrepasaban su cordura y se lanzaba a abrazar a aquel desconocido? ¡Qué vergüenza! No quería ni imaginarlo, no quería ni dar oportunidad a que algo así ocurriera y aun así, allí estaba, camino a su habitación. No había manera de que alguien la entendiera, al fin y al cabo, ni ella lo hacía.

    —Aquí es —anunció el pequeño guía, señalando una puerta—. Me voy, tengo hambre.

    Mark se despidió sacudiendo la mano y se alejó. Al estar frente a la puerta cerrada, Sam comenzó a temblar y no supo descifrar exactamente a qué se debió; era la segunda vez que un extraño le provocaba tantas emociones al mismo tiempo. Decidió que si no se daba prisa, su tormento sería más largo, así que tocó la puerta. Para sus oídos, los golpes sonaron tan fuertes que se estremeció, asustada; lo menos que quería hacer era perturbarlo de esa manera y menos teniendo en cuanta que ella no tenía derecho de estar allí. Con expectación sofocante y, a su parecer, llena de tortura, esperó a que atendieran el llamado, mas no hubo respuesta. Frunció el ceño, confundida, antes de volver a tocar, esta vez un poco más fuerte, logrando que la puerta se moviera hacia el interior, abriéndose un poco.

    —¿Hola? ¿Jake? Traje... tu cena —La voz le falló. Estaba a punto de echarse a correr.

    Una vez más, el silencio la recibió. Miró a ambos lados del pasillo, cerciorándose que no había nadie y mostrándose dudosa de su propio pensamiento, abrió más el delgado rectángulo de madera y se adentró al cuarto. De no ser por la tenue llama de una lámpara sobre una mesa situada al fondo de la recámara, las sombras ocuparían cada centímetro de la misma. Herramientas, pinturas y piezas de madera con forma de brazos o piernas imperaban en el lugar; cada uno amontonado en una zona específica del cubículo, dejando mucho espacio libre y dándole un aspecto ordenado y limpio.

    Sam ahogó un gemido de dolor cuando a su mente acudió la habitación de Matt. Según le había dicho Leilany, él había sido un desastre en la limpieza y puedo cerciorarse de eso ella misma cuando, antes de que ordenaran su espacio personal, había alcanzado a verlo tal y como lo había dejado él. Sin embargo, a pesar del contraste en la organización, la similitud con aquella estancia era perturbadora; el mismo trabajo, los mismos artículos. Tanto Jake como Matt tenían y tuvieron que relacionarse con la madera, la pintura, el barniz y demás. Aspiró hondo y el olor mezclado de todos ellos inundó sus fosas nasales, sabiendo que comenzaría a dolerle la cabeza, pues no estaba acostumbrada a esa clase de olores tan penetrantes; se admiraba de aquellos a los que ya no les importaba vivir entre ellos.

    —¿Qué haces?

    Estaba tan metida en sus pensamientos que no sintió cuando alguien entraba a la habitación. Alguien que resultó ser el dueño de la pieza, alguien con un timbre de voz que extrañó durante años, que no pudo olvidar, que soñaba constantemente, encantándola de un momento a otro y que consiguió que sus ojos se cristalizaran ante la sensación que la invadió, aunque sin derramar ninguna lágrima. Se volvió con lentitud, temerosa y ansiosa de encarar aquel misterio que rondaba por su cabeza desde que se volviera del desmayo, para revelarlo. Tuvo que sujetar fuertemente el plato para no soltarlo ante la gran impresión; la segunda del día y por la misma razón. Frente a ella, una vez más, la figura del Matt que con tanto amor recordaba se hallaba materializada. Sintió desfallecer de nuevo.

    —¿Qué haces? —volvió a preguntar Jake con sequedad.

    Sam parpadeó, sorprendida. Sí, era la misma voz, pero con un tono diferente. La que ella recordaba era cálida, tierna; en cambio, esta era impersonal, fría. Clavó sus ojos en los de él, notando que éstos también diferían; no brillaban cual esmeralda, no iluminaban cual sol; no, pues aquellos, si bien poseían brillo, era como aquel que se apoderaba de una superficie congelada, gélida.

    —¿Por qué estás en mi habitación? —cuestionó nuevamente él, impávido, creyendo que tal vez con una pregunta diferente la chica le respondiera. Ella balbuceó un rato, hasta que sus palabras hicieron sentido.

    —Yo... venía a... traerte la cena.

    Las piernas de Sam flaquearon, su voz salió trémula y sin fuerza; estaba fuera de combate una vez más. Jake miró el plato que ella llevaba, sin abandonar su algidez; no sabía por qué no había ido Mark a entregárselo, pero no le importaba mucho, así que simplemente se acercó a la pelirroja, tomó su comida, la dejó en la mesa y sujetó a Sam del brazo. Ella despertó de su ensoñación al sentir un jaloneo poco delicado y lo miró extrañada sin pronunciar palabra, al menos hasta que él la sacó del cuarto.

    —P-pero...

    —No vuelvas a entrar a mi habitación —advirtió con frialdad y le cerró la puerta en las narices.

    —L-lo siento —se disculpó con la puerta.

    Miró el ala de madera y se mordió el labio inferior. Ese había sido un encuentro bastante desagradable. Su corazón se sintió herido; ver el cuerpo de Matt actuando tan distante, rígido y estoico no le gustaba. Un sollozo se le escapó. Claro que Jake no era Matt. Podían parecerse más de lo que hubiese creído, pero no eran el mismo; debía convencerse de eso y habituarse al hecho o la que saldría muy lastimada sería ella.

    —¿Samara?

    Saltó del susto al oí su nombre. Giró noventa grados y vio a la esposa del jefe, la madre de Mark, Jill Woods.

    —¿Te asusté? Perdona —se disculpó la mujer, arrepentida.

    —No, es mi culpa. ¿Qué pasa?

    —Tucker quiere verte, Samara.

    —¿A mí? -Eso la sorprendió mucho.

    —Sí —Jill puso una expresión preocupada—. Es por lo de esta mañana, pero ven, te espera en su oficina.

    Sam asintió y con la guía de la mujer, se dirigió a la oficina de Tucker. No sabía qué podía querer Tucker ahora, pero esperaba que no fuera nada malo o que al final decidera que no necesitaba más de sus servicios. No quería irse, no ahora que por fin había dado un paso significativo para cumplir su promesa y la de Matt. Después de unos minutos de caminar entre pasillos, las dos llegaron a la dichosa oficina, donde estaban tanto Tucker como Brian, aunque ninguno mostraba una expresión de contento.

    —Aquí está, Samara. Con permiso.

    Jill hizo una reverencia y se retiró, alertando a Sam, quien hubiese preferido que se quedara; estar sola con los dos varones la ponía nerviosa.

    —Samara —comenzó Tucker mirándola con insistencia, yendo al grano—. Nos preocupa lo que pasó contigo esta mañana. Sabes que este es un trabajo que exige muchas energías, por lo que nos vemos en la obligación de no contratar a personas que no sigan el ritmo y mucho menos a personas enfermas.

    —Estás siendo demasiado severo, Tuck —le dijo Brian, condescendiente—. El día anterior sufrió muchos cambios; seguro y fue por tanta emoción, ¿cierto, Samara?

    —Perdón, pero no estoy segura de entender —confesó la bailarina por demás confundida.

    —¿Por qué te desmayaste? —Preguntó al fin Tucker, alzando un poco la voz, serio—. ¿Tienes algún padecimiento del que no sepamos nada? ¿Estás enferma de algo? ¿Tu condición física es irregular?

    —Oh, no, no —Sam se apresuró a negar, ahora entendiendo todo—. A mí no me pasa esto nunca, de verdad, no importa lo agotada que esté. Tengo buena resistencia, de verdad. Ayer... sólo pasó, pero puedo asegurarle que será la última vez.

    —¿Lo vez, Tuck? —comentó Brian, risueño—. Estabas exagerando. El médico ya había dicho que no era nada grave; debiste confirar en la palabra de un profesional.


    —El médico la examinó de manera superficial y creo que debemos seguir su sugerencia —replicó el cabecilla del teatro con firmeza, sin dejar de mirar a la joven—. Sam, mañana irás al doctor y te harás un buen chequeo médico general. Es para estar seguros de que todo está bien, no lo tomes a mal, ¿de acuerdo?

    Sam asintió y Tucker le dio permiso de retirarse, por lo que salió de la oficina junto con Brian, quien se posicionó a su lado, sonriéndole cautivador.

    —No te preocupes, Samara. No dejaré que te saquen ahora que estás aquí. Me pondría muy triste si eso llega a pasar.

    Brian levantó su brazo con la intención de pasarlo por los hombros de Sam, pero al sentir el contacto, ella velozmente se alejó de él.

    —Debemos darnos prisa o todos acabarán de comer —se excusó ella, apresurando el paso.

    Brian sonrió ladino. Reconocía que ella no era fácil y que su orgullo como galán estaba herido, pero se dijo mentalmente que no importaba cómo, Samara caería a sus pies; después de todo, era una chica muy interesante. Los dos continuaron su camino al comedor manteniendo una prudente distancia entre ellos y sin conversación de por medio, así que al llegar, cada quien se dirigió con sus amigos. En cuanto la vieron, Sasha y Clark le preguntaron si estaba bien, por qué era que se había desmayado y demás. Ella intentó explicarles lo mejor que pudo, poniendo la misma excusa que había inventado el rubio sobre tantas emociones vividas desde el día anterior, que simplemente su cuerpo no pudo con todas; de esa forma, no reveló nada acerca de lo de Matt y el parecido entre Jake y él. Después de eso, todos se fueron a sus respectivas habitaciones a descansar para continuar con lo suyo el próximo amanecer.

    Al día siguiente, tal como la mañana anterior, Brian fue a buscar a Sam para continuar con los ensayos y practicaron hasta que el desayuno estuvo listo. Pero antes que nada, incluso antes de preocuparse por ir por su propio manjar, Sam buscó a Mark, ya que debía pedirle algo sumamente importante.

    —¿Eh? ¿Quieres que te deje llevarle la comida a Jake todos los días? —inquirió el niño, sorprendido, una vez la chica lo hubo encontrado y le hizo su loca petición.

    —Sí, por favor —Sam juntó sus manos en forma de plegaria. En verdad no tenía ni idea de las acciones que tomaba, sólo sabía que quería tomarlas.

    —Pero... A Jake le gusta que sólo yo se la lleve. No sé si lo sabes o no, pero no se lleva muy bien con la gente a menos que seamos yo y Clark —informó el niño.

    —Entonces haré que se acostumbre a mí —le intentó infundir esperanzas, sonriéndole, amable—. ¿No sería lindo para él que hiciera más amigos?

    —¡Sí, tienes razón! —Mark aceptó, ilusionado—. Está bien, puedes llevársela.

    —Muchas, muchas gracias, Mark. Ah, pero me guías de nuevo, ¿sí?

    Mark asintió de nuevo, por lo que el par de cómplices fue por la comida del joven marionetista para después dirigirse a su habitación. Mark se fue, dejando sola a Sam, quien mostró un momento de duda antes respirar profundamente intentando darse valor y así tocar. Esta vez sí la atendió casi al instante y pudo ver la confusión en los ojos de Jake.

    —¿Dónde está Mark? —preguntó con su timbre impersonal, haciéndola temblar.

    —Hm... Nosotros... cambiamos de puesto.

    Jake alzó una ceja. ¿A qué venía eso ahora? Miró el plato en las manos de Sam. Daba igual, ya hablaría después con Mark. Sin decir nada, tomó su ración de alimento.

    —Oye... —Demasiado tarde, Jake volvió a cerrarle la puerta en la cara.

    Encantador el tipo, ¿cierto? ¬¬
     
    Última edición: 7 Agosto 2015
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  19.  
    Shassel

    Shassel Usuario común

    Tauro
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    Hola mi estimada Borealis, no sabes como me alegro recibir la noticia de actualización de tu fic, juju, ya moría por leer la conti.
    :confused: Que actitud tan cruel la de Jake, tratar así a alguien que solo quiere ayudar, y más si se trata de Sam, como pudo tratarla así, es un ......
    jajajaja ese Mark, es un loquillo, pobre Samara, intimidada por un peque, esa es nueva XD.
    U.U casi me da un infarto cuando llamaron a Sam frente a Tucker, que preocupación, pensé que la echarían, y todo por Jake, caray, estúpido y sensual Jake ;). Y ese loco de Brian, cuando entenderá XD.
    Sí que fue un capítulo chiqui, pero me agrado, sabes como mantener mi atención ;). Esperaré el siguiente capítulo, que difícil es esperar. :(
     
    Última edición: 14 Agosto 2013
  20.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Muajaja, ese Jake sí que sabe como tratar a una chica. No es cierto, "¡Jake! ¡A una dama se le trata con cordialidad siempre!". Mmm, me da un poco de pena Sam, en ese momento pude ponerme en sus zapatos, esa reacción de no saber qué esperar cuando volviera a ver a Jake, pensando todas esas cosas, que si se desmayaría de nuevo, que si se echaría a correr, que si esto, que si lo otro, y bueno, finalmente quedó estática y muda ante él y mira cómo la trató, la sacó de su habitación con la oculta promesa de que si volvía a entrar ahí, le hiría peor.

    Pero, el espíritu de combate de Sam salió de una manera que no esperaba. Esa idea de llevarle ella los alimentos todos los días es genial, aunque de nuevo volvió a irle nada bien, hahaha, Jake parece reacio a darle cualquier clase de oportunidad. Hn, ese tipo merece una lección. La pregunta es: ¿podrá dársela Sam?

    Qué bueno que no la despidieron y en cuanto a Brian, :p ah, es lindo el tipo XD

    Espero la próxima.
    Tkm.
     
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