One-shot Valentía en la noche de Halloween. ¿El doctor Stein supera sus miedos?

Valentía en la noche de Halloween. ¿El doctor Stein supera sus miedos?


Las nubes violetas se acumulaban por encima de una casa de color blanco y con varias grietas remendadas. Los árboles con forma de vectores negros se agitaban con el paso del viento. Dentro de la casa se veía a un hombre, iluminado sólo por la luz de su computadora. El sonido de las teclas retumbaba en cada esquina de su oficina. Sumergido en una gran oscuridad, Stein pensaba. Todo lo que le había ocurrido había sido gracias a la locura que aún invadía su cuerpo. Con la ayuda de Marie, ese hombre había podido calmar un poco su inevitable estado. Pero aún conservaba muchos miedos dentro de su corazón, por algúna razón habia adoptado un gran pavor hacia las serpientes y eso le estaba quitando el sueño, llevaba varios días sin poder dormir bien y comenzaba a notarse en su rostro.


Unas grandes bolsas oscuras debajo de sus ojos, era en lo primero en que te podías fijar si veías directamente a la cara al doctor Stein. Ajustaba con frecuencia el gran tonillo que tenía dentro, en el pasado ese hombre había decidió ponérselo para que de esta manera no perdiera la cordura.


Pero esa noche era la más terrible de todas, Marie había organizado una pequeña fiesta en su casa. Quería que los niños de Shibusen festejaran el día de Halloween como les era costumbre.

La mujer con el cabello de color rubio había salido por unos instantes de la casa ya que el café instantaneo se había terminado. Por su parte Stein no había permanecido sólo, siempre estaba al lado de su compañera. El sol se metió y la oscuridad pintó todo a su alrededor. Ruidos extraños, muy parecidos a siseos se escuchaban detrás.


Una gran tormenta se desató, y el viento azotaba las ramas de los árboles contra las ventanas. Los rayos que cruzaban el cielo, iluminaban en fracciones de segundos el interior de la casa. Stein se sentía incómodo y rápidamente prendió las luces, pero recordó que desde hacía un día que los cables de la isntalación eléctrica habían fallado, le prometió a Marie arreglerlos pero por su trabajo no había tenido tiempo de hacerlo y hasta incluso se le había olvidado. Ahora se arrepentía.


Stein se cubrió sus oidos, el interminable siseo le zumbía dentro de su cabeza, el doctor se encojió y sus rodillas tocaron el suelo, enconrvó su espalda y sintió como alguien se le acercaba para tomarlo del hombro. Con las fuerzas que había guardado empujó a ese miedo.


Un grito se dejó escuchar, Sten se acercó y vió que Marie se encontraba en el suelo. La débil luz quinqué había revelado a la profesora.


—Marie, disculpa no pensé... que. Me alegro que hayas llegado— Le dijo abrazandola y levantandola del suelo.


—No te preocupes, todo esta bien ya— La mujer se abrazó fuertemente a su cuello, procuraría de ahora en adelante de no hacerle falta.


Los dos se levantaron y comenzaron con todos los preparativos para la fiesta. Marie dio gracias por que la luz no servía y todo iba a ser más misterioso ahora. Colgaron las telarañas y sirvieron el ponche de color rojo, prepararon los dulces confitados.

Por fin tofo estaba listo, ahora sólo esperarían a que los niños llegaran a su casa. En el departamento de Maka se encontraban las chicas arreglandose y poniendose sus disfraces para la fiesta. Este año la temática eran las brujas, ya que con lo sucedido con Medusa todo el mundo creyó conveniente que sería un buen tema para poderse disfrazar. Todas excepto Crona, ella prefirió usar un vestido negro largo sin ningún motivo. Decía que se sentía cómoda así y que era una gran ventaja tener el disfraz incluído.


Por otra parte en la casa de Kid, los muchachos ideaban un buen plan para asustar a las chicas, querían darles un buen susto. Más a Maka por todos los Maka Chops que les había dado en el pasado, ahora se vengarían de todo eso y más.


Los muchachos comenzaron a avanzar, el punto de reunión era aquella fuente que adornaba las calles de Shibusen. Mientras caminaban venían platicando de cosas sin importancia, como cuanta comida iban a comer o cuantos dulces se iban a llevar.


—Soul— Gritó Maka con el brazo levantado haciéndole señas para que se acercaran.


—Se ven geniales...— Black Star recorrió a todas las muchachas con su mirada, pero se paró en alguien que no se veía exactamente bien.


—Crona, ¿de qué estas disfrazada?— Preguntó Kilik confundido.


—De mi...— Respondió un poco intranquila.


Nadie dijo nada, pensaron que si seguían con esa discusión les iba tomar toda la noche llegar a una solución.


Los chicos caminaban hacia la casa del profesor Stein, ya les era costumbre pasar por todos esas calles y el atravezar el cementerio ya no les provocaba miedo.


—Creo que he oido algo— Dijo Soul nervioso.


—Debes de estar alucinando. Todo esta muy tranquilo por acá. Vámos hay que seguir— Kid se adelantó con ambas manos en los bolsillos de su pantalón dejando atrás a su compañero.


El chico con el cabello de color blanco giró su cuerpo, podía sentir que algo malo se aproximaba deprisa.


—Kyaaaa— Gritó Liz llena de terror, un grotesco ser la tomó por la pierna y la levantó por los aires. Había salido por debajo de la tierra asustando a todo el mundo. —Ayuda, Patty— Gritó de nuevo.


Su hermana pequeña sólo rió al ver a su hermana de esa forma. Mientras que sus compañeros se prepararon para tacar, Liz fue lanzada y fue en ese momento que aprovechó para poder transformarse en un arma. El hijo del Shinigami tomó a las dos chicas y se aproximó a ese monstruo asimétrico para acabar con él.


—Ahora verás— Exclamó con furia el chico perfeccionista. Disparó sus acostumbradas balas rosadas, en cambio ese ser lo aventó con un poderoso golpe haciendo que chocara contra un árbol quedando inconsciente.


—¡Kid!— Gritó Crona asustada. Giró su cabeza y estiró su brazo. Una mancha de sangre negra cobraba forma y se transformaba en una espada brillante y delgada con empuñadura plateada. La chica tomó su espada e hizo un corte en su muñeca. —¡Bloody Slicer!— Una cuchilla de sangre negra hirió al grotesco ser verdoso, cubrió su cuerpo con su mano cuando la bajó vió que se acercaba su pequeña contrincante para atacarlo.




Habían terminado de preparar todo, los dulces, el ponche, la comida, la decoración. Todo estaba listoy por fin Marie podía suspirar aliviada. Se acercó a Stein tomandolo por los hombros y acercando su cuerpo a él, fundiensose en un dulce abrazo. Un gran ruido los hizo reaccionar, la mujer asomó la cabeza por la ventana, se veía algo a lo lejos.



—Veo, varias almas y hay una en especial que es muy poderosa. Puedo reconocer el alma de Maka, Soul, Tsubaki— Abrió los ojos sorprendido. —Crona, puedo sentirla de igual forma, tenemos que ir. Marie preparate— Se vistió su bata larga de color blanco, muy de cerca le seguía su compañera.


El ataque de la chica pudo ser detenido, el gran monstruo apretó con su mano enorme la espada negra, aunque sangrara eso no se iba a quedar así. Ragnarok comenzaba a sentirse mareado y se lo hacía notar a su compañera. Por fin, ese monstruo había quebrado la hoja de la espada. Miles de pedazos cayeron al suelo e igual como a Kid, la chica fue lanzada.

—¡Crona!— Gritó Ox Ford preocupado al ver a la chica estrellarse contra el suelo. Estaba sangrando, el viscoso líquido negro comenzaba a esparcirse sobre la tierra removida del cementerio. Corrió a ayudarla, el chico se había distraído y por su culpa obligó a Harvard a tranformarse a su modo humano para protegerlo del repentino ataque del monstruo gigante.


Maka estaba en verdad enojada, tomó fuertemente a Soul entre sus manos y se acercó decidida a acabar de una buena vez con aquél ser. Sin pensarlo dos veces comenzó a atacar, pero aún así sus fuerzas no eran suficientes para acabar de una buena vez con su enemigo.

Marie llegó para ayudar a la niña, con su brazo iluminado le hizo frente. Por su parte el profesor Stein se quedó atrás viendo fijamente a esa criatura. De todas las criaturas y monstruos repulsivos, tenía que ser una serpiente. ¿Por qué una serpiente?. Odiaba a las serpientes, no tenía mucho tiempo que les había agarrado odio.

—Stein, ¿qué esperas ven a ayudarme?. Stein— Gritó su compañera, aquél hombre no hizo nada para moverse, no podía hacerlo. El miedo lo tenía clavado en la tierra.

Todos sus estudiantes estaban peleando en contra de esa criatura deforme. Hasta que reaccionó al ver que Marie era lastimada. Fue allí que recobró sus fuerzas, cerró sus ojos. Había aprendido de Maka que si uno cerraba los ojos, podía hacerle frente a cualquier cosa o temor.

Se aproximó a esa criatura y con un fuerte golpe lo destrozó en mil pedazos. Una lluvia de sangre regó el cementerio. Kid se levantó un poco mareado y observó como esa lluvia carmesí lo pintaba todo.

—Marie, ¿Te encuentras bien?— Se acercó a su compañera para alzarla entre sus brazos.

—Si, estoy bien. Pero... ¡Crona!— Empujó al hombre con vehemencia para ir a revisar a la chica.

—No se preocupe Marie-sensei. Crona se encuentra bien, esta un poco mareada, pero no es nada— Dijo Tsubaki más tranquila.

Todos fueron hacia la casa de los dos profesores, y allí curaron todas sus heridas. Stein fue a reparar los cables de la luz, pero no había contado que alguien lo había seguido.

—¿Cerrar los ojos?, Profesor Stein acaso, ¿le teme a las serpientes?— Preguntó Soul un poco incrédulo.

—Maka es una niña muy inteligente. Nnca pensé que me funcionaria su método. Regresemos Soul, que esta noche aún no acaba— Arrojó al suelo el delgado cigarro que estaba a punto de fumar.

Ambos regresaron dentro de la casa y disfrutaron de su merecida fiesta.