+++V.e.n.d.e.t.t.a+++

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Holaa xD Bueno, aquí trayendo un nuevo fic que espero que les guste... es un long-fic corto xD Bueno, aquí los datos y si les gusta posteen Nos vemos!

Personaje(s): Fuji Syusuke, Tezuka Kunimitsu y Seigaku.
Argumento: Una mentira, una venganza... una mente retorcida... un juramento... Él decidió vengarse, ella no sabía nada y sufrió las consecuencias... Pero el amor lo supera todo o no??? ¿Qué pasaría si el chico que quieres te odia con todo su corazón? Nadie supo, nadie sabe el por qué... Buscas respuestas.
Advertencias: Ninguno...una que otra mala palabra xD leve, levísimo tema sugestivo xD

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— Yuuta… ¿Por qué te vas de Seigaku? —cuestionó Fuji Syusuke fijando su mirada azul en la de su hermano, quien se encontraba muy resuelto a irse a otra escuela: probablemente Saint Rudolph.
— ¡No es tu asunto! — espetó enfadado Yuuta antes de tirar la puerta con furia.
Syusuke se le quedó mirando desde la ventana. Veía a su hermano alejarse con una maleta rumbo a su otra escuela. Sabía que su hermano no se iría si no fuese por algo grave realmente, eso no le cabía la menor duda porque además lo había notado muy triste las últimas semanas; sin dudas, aquí había gato encerrado y no, no era Yukito.
Syusuke subió a la habitación de Yuuta un tanto pensativo y comenzó a echar un vistazo rápido a la habitación; de pronto, divisó un papel enrollado bajo la cama, disimuladamente se acercó a la cama silbando, acto seguido se agachó para agarrar el papel sospechoso bajo la cama e inmediatamente comenzó a leer:

“Yuuta, lo nuestro no puede continuar, fue un error fijarme en un chibolo como tu, o sea un kouhai… captas?... o sea, te imaginas qué dirían mis amigas? Es verdad que me gustan los tenistas, pero obvio, tenistas con talento y tu ni eres la mitad de lo que es tu hermano lo que me recuerda a que tu hermano está buenazo y yo me merezco alguien como él,… o sea, captas?... así que adiós, bye, sayonara y no me vuelvas a llamar, a buscar, ni enviar regalitos ni mucho menos… ya fuiste y ubícate que alguien como yo no tendría JAMÁS algo serio contigo.

Atentamente: Ootori G.”​

Syusuke abrió los ojos como siempre hacía cuando pensaba en…

+++ VENDETTA +++​

+1+ L.o p.a.g.a.r.á.s.+1+

Era tarde. Syusuke Fuji se dirigía a las canchas de tenis pero sin su habitual sonrisa, tenía un semblante agridulce una combinación de hecho terrorífica si se quiere, parecía muy convencido en lo que iba a hacer, la determinación a flor de piel.
Apretó con furia el papel que había leído en la habitación de Yuuta.
“Te lo juro Yuuta… Me vengaré… ¡Lo juro!”
Fue una decisión de peso.
Syusuke estaba empecinado en que la chica Ootori G. o como sea, debía pagar el daño que le había causado a su hermano, y dicho sea de paso, a él también. Decidió convertirse en algo así como el Guasón. Avanzó unos pasos tan concentrado en sus pensamientos que no había escuchado la advertencia proveniente de una voz femenina. Una canasta llena de pelotas de tenis se había interpuesto en su camino. Syusuke cayó al suelo de golpe en un exabrupto.
— ¿Te lastimaste? — una joven se acercó a él y le tendió una mano. Lucía un rostro preocupado—. Discúlpame, no debí dejar esto aquí.
Syusuke tomó su mano. La sintió suave y cálida, una corriente de ‘algo’ que no supo diferenciar le recorrió el cuerpo, era como si quisiera intentar flotar como si le invitara a viajar al mundo de Star wars.
— No… no te preocupes, yo estaba en otro mundo.
Syusuke sonrió. Ella también. Cruzaron sus miradas, aquellas que se fundieron en una sola. Ella creyó pasar toda una eternidad envuelta en los absorbentes ojos azules de él y Fuji sintió una sensación de candidez que emanaban los profundos ojos cafés de ella. La morocha creyó escuchar las campanas de la iglesia.
Una última sonrisa y la chica tomó la canasta con las pelotitas y se marchó.
— Fuji Syusuke ¿Flechado? — la voz pícara de Inui Sadaharu fue acercándose más al castaño como el doctor Sádico, quién seguía viendo a la morocha alejarse con su andar sublime y el cabello negro azabache muy brillante, largo y cuidado que es lo importante.
— Hoy tuve un encuentro con un ángel… era alguien de otro planeta… quizá tal vez del planeta venusiano — explicó el Tensai.
— O más bien la capitana del equipo de tenis femenino de Seigaku — aseguró Inui haciendo gala de sus más altos conocimientos feminísticos… tal cual como el doctor Sádico que era.
— Cuéntamelo todo de ella y exagera — pidió el castaño fijándose en el rostro sádiquiesco que tenía el chico de los datos.
— Bien. Excelente jugadora, toda terreno, capacidad de liderazgo…
— Eso no. Quiero teléfono, nombre, dirección, correo electrónico… ¡TODO!
— Tranquilo, no desesperarse… — Inui sonrió tal cual —. Su nombre es Ootori Gris.
¡Claro!
Ootori G. bueno tenía sentido, entonces la Ootori G. de la nota era Ootori Gris.
A Fuji Tensai se le cayó la mandíbula. ¿Qué era lo que habían escuchado sus oídos? La chica parecida a una venusiana, bueno, hipotéticamente ya que no se podía probar o no, total, ¿quién conoce a las venusianas?... En fin. Entonces ¿la chica era la bitch que había engañado a su Yuuta? El tensai no lo podía creer era como si lo hubiesen lanzado desde la torre Eiffel en París, o sea una muerte de lo mas horrible, es decir, ¿A quién le gustaría morir bajo esa torre Eiffel?
¡Es una monstruosidad!
Fuji Syusuke abrió lo ojos, aquellos irradiaron toda su ira contenida.
— Lo pagarás chica venusiana.

*+​

— ¡¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!

Se oyó un grito ahogado en los vestuarios. Rápidamente las dos chicas que se encontraron dentro de las duchas corrieron a auxiliarla, porque aquel grito involucraba varias cosas. Parecía un grito de terror como si hubiese encontrado un cadáver en la habitación o peor aún como si se le hubiera roto una uña… ¡Qué Dios no lo quiera!
O peor aún, que un hippie se hubiese metido al vestuario de las niñas como la vez pasada… ¡¡Bestia inmunda!! Y les dijo:
"Paz y amor hermanita… ¿Tenís un cigarrito que me convidís?"
Sería el colmo, pero en fin. Volviendo a la historia.
Las chicas se envolvieron en la toalla y salieron a ver el motivo del grito.
— Ootori-buchou ¿qué pasó? ¿Le sucedió algo? — cuestionaron al unísono Hikaru y Ayumi mientras la miraban con cara de preocupación, dignas de actrices de telenovela mexicana.
— ¡¡Hoy conocí al niño más bello que en mi vida haya visto jamás!! — aseguró Ootori Gris regocijándose.
— ¿?
Pero cuando Gris se dio cuenta de la cara que traían sus amigas algo así como “No entendemos ¿puedes explicar?”, habló.
— Que conocí a un bello con ojitos de cielo…
— ¿Y boca morena? — quiso saber Hikaru Fujiwara apretando cada vez más la toalla contra su pecho.
Gris respondió casi por inercia —. Sí.
— Uhmm y ¿Por eso gritó así como loca?? — soltó Ayumi Chikawa, seria.
— Sí, es que es un bello, bello, no, quiero decir, bellísimo — Gris parecía como si tuviera una alta dosis de heroína en el cuerpo—. Además Hika-chan, escuché las campanas.
Hikaru abrió los ojos… Gris no se jactaba de ser la chica romántica ni mucho menos pero una vez su madre le había dicho algo así:
“Grisu-chan, cuando escuches las campanas, sabrás que es el indicado.”
— Así que las campanas ¿eh? — Hikaru comenzó a analizar la situación —. Así que Ootori Gris buchou está enamorada… ¿Eh?
— ¡Eso es imposible! Nadie se enamora a primera vista — soltó de pronto Ayumi.
— Tu te callas, no eres la más indicada para decir eso ¿Recuerdas?
Hikaru cuando quería ser cruel, era cruel. Ayumi se volvió una manzana chilena madura.
— No entendí eso… ¡Expliquen! — pidió Gris suplicante de explicaciones.
Hikaru y Ayumi se miraron. Ayumi tenía una mirada de terror que Hikaru Fujiwara comprendió.
— No, no es nada Grisu-chan — habló Hikaru sin problemas. No era necesario decirle que Ayumi había quedado flechada cuando conoció al hermano de la buchou, es decir, a Choutarou; además, Gris se encontraba feliz. No, mejor no decirle. Ayumi suspiró aliviada.
— ¿Y como se llama el chico? — preguntó Ayumi como para cambiar la conversación.
— La verdad no lo sé, en mi vida lo he visto… tal vez nos hemos cruzado y eso pero nunca supe de su existencia… — aseguró Ootori —. Creo que más bien es tenista pero como recién he entrado este año a Seigaku no lo registro muy bien.
— Yo creo que se llama Kaoru Kaidoh, aunque no tiene ojitos de cielo, pero, en todo caso, si es él… ¡OLVIDALO! Ese morochito ya tiene dueña — informó Hikaru muy convencida de eso. Si alguien se metía con su morochito le salía el diablo.
— No lo creo — dijo Gris pensando —. Jamás le escuché el Fshhh, fshhh que dices que hace.
— Uhmm… todo bien… pero ¿Qué harás con Tezuka? — cuestionó Hikaru.
— Sí, dinos ¿qué harás? — quiso saber Ayumi.
— Bueno. Hubiese salido con Tezuka-buchou si no fuese porque hoy conocí al chico más bello — indicó Gris sentándose.
— ¿Y le dejarás el camino libre a tu prima Gabriela?
— Uhmm… Gabriela si quiere puede quedarse con él.
Un golpecito en la puerta hizo que las chicas saltaran del susto, aún seguían con el trauma del hippie de la semana pasada. Y nuevamente golpearon la puerta.
En vista de que las otras chicas seguían con la toalla Gris se apresuró a abrir. Al otro lado, frente a ella, yacía la silueta angelical que había encontrado antes, con los ojitos de cielo penetrantes en sus ojos. Ella inmediatamente se quedó petrificada, como mármol… ¿Qué demonios hacía allí? No lo sé.
— ¿Ootori Gris?

~ Ĝ r I § •​

Saludos gente!!! Jeje xD esta historia se me ocurrió cuando vi una novela hahha xD claro como estuve aislada todo el tiempo no había nada que hacer… sólo la nove de la tarde jeje xD Bueno, nos vemos y próximo capítulo. ¿Qué planeará Fuji para vengar a su hermano?¿Qué pasará con Gris? No se pierdan el otro capítulo.