Unn Cambioo,, Una Nuevaa Vidaa

Re: Unn Cambioo,, Unaa Nuevaa Vidaa

HOLAA AMIGAS!!! MIL PERDONES... ME ESTOI TARDANDO MUCHO EN PONER LA CONTI :S PERO ES QE ESTOI CASTIGADA II NO ME DEJAN ESCRIBIR ¬¬ MUCHISIMAS GRACIAS A TODAS LAS LECTORAS QE SIGUEN ESTE FANFIC II PERDON... VOI A INTENTAR PONERLA EN MENOS DE DOS SEMANAS. ENCIMA ANDO RE DESCONECTADA DEL FORO PERO BUE... POR LO MENOS VOI A RESPONDER SUS COMENTARIOS II ADELANTAR ALGUNAS COSITAS :D

INARIAMY: AMIGAA!!! COMO ME VOI A OLVIDAR DE VOS!! QE BUENO QE TE GUSTO LA CONTI,, A MI ME ENCANTAN TUS FF :) LA VERDAD QE A NARAKU LO HICE RE MALO =P JAJA PERO NECESITABA UN MALO xD JAJA LA VERDAD QE SI,, POBRE RIN,, EL PADRE QE LE TOCO. IGUAL TENER DE NIÑERO A SESSHOMARU O INUYASHA TAMPOCO ES MUI MALO QE DIGAMOS JAJA. MIS PAREJAS SON BASTANTE DIFERENTES A LAS DE LA SERIE POR QUE ME ENCANTA CAMBIARLAS E IR PROBANDO :D JAJA ME GUSTARIA QE ME DIGAS TUS SUGERENCIAS U OPINIONES :) LAS PAREJAS SE VAN A IR FORMANDO DE A POCO II VAN A CAMBIAR SEGUN SE ME OCURRA EN EL MOMENTO DE ESCRIBIR =P JAJA. MUCHISIMAS GRACIAS AMIGA POR TODO II PERDON POR LA TARDANZA... TE KIERO!!
SIBERIAN: PERDON AMIGA... NO ACTUALISE PRONTO =S ES QE NO ME DEJAN ESCRIBIR PORQE ESTOI CASTIGADA =( NO FUE TAN CORTO IGUAL =P JAJA PERO VOI A INTENTAR COMPLACERTE ALARGANDOLO MAS =D MEJOR QE TE DEJE INTRIGADA xD JAJAJA DENTRO DE MENOS DE DOS SEMANAS VAS A SABER QUIEN O QUIENES INTERRUMPIERON =O JAJA II TMB SE VAN A DESCUBRIR ALGUNAS PAREJAS =D MUCHISIMAS GRACIAS POR AGUANTARME AMIGA!! TE KIEROO!!!
RAZON: AMIGA NO TE ENOJES... NO ES MI CULPA QE ME CASTIGUEN,, BUENO SI PERO BUE JAJAJA NO HICE NADA MALO!! =P JAJA NI YO ME LO CREO xD QE BUENO QE TE GUSTO LA CONTI,, APRECIO MUCHISIMO TU APOYO AMIGA!! II PUSE LAS IMAGENES!! =D QE BUENO QE TE GUSTARON!! LA VERDAD QE LO DE KAGURA NO SE ME HABIA OCURRIDO PERO QUIZAS AHORA SI QE ESTA EMBARAZADA =P JAJA MUCHISIMAS GRACIAS AMIGA!! DENTRO DE DOS SEMANAS ESPERO PONER LA CONTI =) TE KIERO AMIGA!!
IZAYOI SAMA: HAII AMIGA!! MI DOBLE PERSONALIDAD ANDA CASTIGADA TMB II NO LA DEJAN HABLAR O PARTICIPAR EN LOS COMENTARIOS xD JAJA NO ME MATES AMIGA POR TARDAR TANTO... ANDO CASTIGADA II NO ME DEJAN ESCRIBIR!! LO PODES CREER (? MUI MAL ESO =( JAJA QE BUENO QE TE GUSTO QE BANKOTSU CONSOLARA A KAGOME, SE VAN CONOCIENDO DE A POCO =D POBRE DE KAGURA =P JAJA QE BUENO QE TE DEJE INTRIGADA xD JAJA BUENO AMIGA MUCHISIMAS GRACIAS!!! TE KIERO!! II PERDON POR LAS TARDANZAS! =P
DARK PHOENIX: HOLAA!! NO IMPORTA QE NO COMENTES,, SI LO HICE PARA TODAS LAS LECTORAS =D PERO SI SE PUEDE COMENTAR,, NOC QE PUDO HABER PASADO =S EN MENOS DE DOS SEMANAS VAS A SABER QUIEN O QUIENES LOS INTERRUMPIERON =D A MI ME ENCANTA CAMBIAR LAS PAREJAS,, PROBAR COMO QUEDAN =). II BUENISIMO QE TE GUSTE LA TRAMA,, APRECIO MUCHO TUS OPINIONES II TU APOYO. TE KIERO AMIGA!! NOS VEMOS!!
CROSS HIME: AMIGA!! PERDON POR LA TARDANZA,, NO ES APROPOSITO =( II BUENO... BANKOTSU II KAGOMETIENEN MALA SUERTE =P PERO EN ALGUN MOMENTO VAN A LOGRAR SU BESO TAN DESEADO. TE ADELANTO ALGO... VA A HABER UN TRIANGULO AMOROSO =O JAJA QE BUENO QE TE GUSTARON LAS IMAGENES QE LAS ELEGI PENSANDO EN MIS QUERIDAS LECTORAS =D MUCHAS GRACIAS AMIGA POR TODO... ESPERO TUS SUGERENCIAS II OPINIONES =) TE KIERO AMIGA!!!
DEVIL KISS: POR LO MENOS NO SOI LA UNICA QE SE DESAPARECE =P JAJA PERDON POR TARDAR TANTO... ME CASTIGARON =( NO PUEDO HACER CASI NADA!!! JAJA QE BUENO QE TE GUSTA EL FANFIC =D MUCHISIMAS GRACIAS POR TUS COMENTARIOS =) MIS FIC SON LOCOS!! =P ME GUSTA SER ORIGINAR xD JAJA MUCHISIMAS GRACIAS POR TUS COMENTARIOS II LO APRECIO MUCHISIMO POR QE ME RE ANIMAN =D NO PASA NADA SI NO PODES COMENTAR EL ALGUNAS CONTIS... YO TMB ME RE DESCONECTO =( JAJA PERO BUE... PERDON POR LA TARDANZA AMIGA!! MUCHAS GRACIAS POR TODO... TE KIERO!!

BUENO QUERIDAS LECTORAS... MUCHISIMAS GRACIAS POR TODO!! LO RE AGRADESCO xD NO SE QUE HARIA SIN SUS SUGERENCIAS, COMENTARIOS, CRITICAS... DE VERDAD MUCHISIMAS GRACIAS!!! PERDON POR LA TARDANZA,, PERO NO ME DEJAN ESCRIBIR =S ASI QE... II BUE.... =P YA SABES QE ACEPTO CUALQUIER SUGERENCIA,, ACLARO CUALQUIER DUDA E INTENTO MEJORAR EN MI ESCRITURA POR QUE ME ENCANTA ESCRIBIR!! MUCHAS GRACIAS POR TODO!! PERDON POR LA TARDANZA =(
CUALQUIER COSA PREGUNTEN POR EL PERFIL, POR MSJ PRIVADO O POR MI MSN =D MUCHISIMAS GRACIAS!! LAS QUIERO MUCHISIMO!!

 

Re: Unn Cambioo,, Unaa Nuevaa Vidaa

holaa queridas lectoras!! finalmente traigo la conti!!! wiiiii!! perdon por la tardanza :_ es que no me dejaban escribir pero bue...
muchas gracias a todas por seguir mi fic que se lo dedico a todas las que siempre me apoyaron con sus comentarios =D
sin mas aca les dejo la conti

Capitulo 5


– ¡Señorita Kagome! ¡Joven Bankotsu! –nos grito uno de los sirvientes, el muchacho atractivo de ojos celestes, quien era seguido por el mismo Naraku, con su expresión malévola usual.

Bankotsu se levanto rápidamente, yo me dedique a refregarme los ojos y borrar los rastros de las lagrimas para no pasar mas vergüenza; Naraku me miraba intensamente, el muchacho también y Bankotsu fulminaba a Naraku con la mirada mientras que yo solo bajaba la mirada, apenada y entristecida.

– Bankotsu, ven aquí. –ordenó Naraku, Bankotsu se quedo en su lugar, meditando la opción de negarse por lo que Naraku insistió–. Ven Bankotsu.

– Señor, ¿necesita algo mas? –pregunto el joven, interviniendo en la “conversación” por suerte ya que parecía que iba a empeorar la situación, especialmente para Bankotsu ya que Naraku podía hacer lo que quisiera si lo desobedecían aunque fuera de su propia familia.

– Kouga, por favor, acompaña a la señorita Kagome. –el muchacho, llamado Kouga, sonrió complacido y asintió.

– Por supuesto.

Mire a Bankotsu dubitativamente, no sabia que hacer. Mi único amigo en esa época asintió, yo me pare y me acerque a Kouga quien empezó a caminar a mi lado. Bankotsu y Naraku se quedaron allí parados, fulminándose con la mirada y cuando estuvimos lo suficientemente lejos como para no oírlo comenzaron a hablar en voz baja, discutiendo.

– Señorita, ¿desea ir a algún lugar en especial? –pregunto cordialmente Kouga, dedicándome una sonrisa encantadora a la que yo intente responder aunque no me salió muy natural que digamos.

– A cualquier lado. –sonreí tímidamente y luego exprese preocupada–. Menos a entrenar por favor.

– No se preocupe, no la llevare con la señorita Kikyo. –me volvió a sonreír y yo me quede media embobada pero trate, en vano, disimularlo.

– No es necesario que me trate de usted, –le comente sacando tema, quería conocer a aquel muchacho–, no me gusta.

– ¿de verdad? –parecía extrañado y yo, en cambio estaba cansada de tener que repetirle lo mismo a cada uno de los lacayos de Naraku.

– Si, ¿tan extraño es?

– La verdad que si, sen... Kagome. –lo fulminé con la mirada cuando decía “señorita” pero cuando menciono mi nombre le sonreí con aprecio.

Un breve silencio apareció pero no de esos incómodos, el problema era que no sabia de que hablar con el, sin embargo, me sentia bastante cómoda.

– ¿tú te llamas Kouga?

– Así es.

– Yo soy Kagome y tengo dieciséis años, ¿y tú?

– Yo también tengo dieciséis.

Otro silencio, ya se habia agotado la conversación pero yo tenia una pregunta que se la quería hacer aunque no me animaba.

– ¿por qué estas aquí? –finalmente la largue, algo nerviosa e inquieta por que quizás le molestaba hablar sobre eso.

– Para proteger a mis seres amados. –sus ojos reflejaban tristeza y nostalgia por lo cual decidí no indagar en el tema ya que, en parte, comprendía su situación.

– Yo no tengo ni la más mínima idea. –admití y le sonreí, el me sonrió también y caminamos un rato en silencio, cada uno inmerso en sus pensamientos.

---

P. o. V Kouga

– Es muy bonita Kagome. –pienso en uno de los silencios de la conversación, luego de que me rogara que la llamara por su nombre, como a un igual y de que me preguntara la razon por la que estaba allí a la que intente evadir ya que era un tema que no me gustaba tratar–. Se me hace tan extraño que no quiera que la trate de usted.

Estudiaba a la joven atentamente, su hermosa cabellera negra estaba media enredada, su kimono de sacerdotisa manchado con tierra y su bella y tierna cara estaba surcada por lágrimas.

Me entristeció verla en ese estado, se la notaba muy deprimida y deseaba fervorosamente poder consolarla pero yo solo era un sirviente y no podía darme ese tipo de lujos; además seguro que ella me rechazaría ya que, además de ser inferior a ella, ni siquiera nos conocíamos.

Sin embargo, Kagome me trataba bien, algo que era verdaderamente novedoso. Se notaba que era importante ya que Naraku ponía especial atención en ella . La muchacha era muy dulce y simpática aunque era notable que no era feliz aquí.

Recordé como tuve que buscarla por todo el lugar, cada centímetro me hizo registrar Naraku y eso no lo hacia por cualquiera sacerdotisa en entrenamiento; después de todo Kagome ni siquiera era una sacerdotisa importante, recién empezaba el entrenamiento y contra su voluntad, al parecer.

Flash Back

– Estoy exhausta, no puedo hacerlo. –manifestó Kagome, nunca nadie le habia respondido así a la famosa Kikyo, discípula de la importante Midoriko, creadora de la Perla de Shikon, la mas poderosa de todos los tiempos.

– Si que puedes, tienes que hacerlo. –Kikyo dijo con severidad; con lo poco que la conocía sabia que no le tenía compasión a nadie o por lo menos si la tenia lo disimulaba muy bien.

– ¿por qué? Estoy cansada, quiero dormir. –Kagome se comportaba como una niña que no conoce en mundo actual por lo que enfureció más a Kikyo, una mujer tan hermosa como experimentada que habia sufrido mucho en su vida.

– ¿cómo piensas defenderte luego? –inquirió la sacerdotisa, molesta por la actitud malcriada de la pobre Kagome, quien seguramente era una princesa mimada de un reino lejano a la que le habían ordenado convertirse en sacerdotisa y casarse con Naraku, o por lo menos eso creía en aquel momento.

– ¿Eh? ¿Defenderme? ¿De que? –inquirió la ingenua muchacha.

– ¡De los youkais! De los asesinos, bandidos... ¡Del mundo! ¿qué no sabes nada? –grito Kikyo perdiendo la paciencia lo que asusto a Kagome por unos pocos segundos luego de ofenderse mucho.

– ¡NO QUIERO! ¡QUIERO IRME A MI CASA! ¡NO ME INTERESAN USTEDES! ¡NADA DE ACA ME INTERESA! –respondió furiosa, estaba toda roja y se alejo corriendo de allí, temblorosa.

Todos nos quedamos sorprendidos por la reacción de la aparente joven débil, a pesar de su apariencia tenia carácter y sabia defenderse. Nos mirábamos unos a otros sin saber que hacer hasta que Naraku nos empezó a gritar ordenándonos que la traigamos ante el.

Fin Del Flash Back

Me quede pensando en eso pero luego se me ocurrió que lo mejor seria que se tome un baño y que se relaje un poco; se la notaba muy tensa y eso era lo que menos quería.

– Señ... Kagome, ¿quieres tomarte un baño? –me costaba hablarle de tu pero ella me lo pidió y yo tenia que obedecer las ordenes.

– Bu... Bueno. –acepto y me siguió adentro de la casa.

En el cuarto de baño, Sango preparo el agua caliente ya que Kagura estaba enferma por lo que no podía trabajar. Cuando todo estuvo listo la deje bañarse en paz, con Sango quien la ayudaba. Salió luego de un poco mas de media hora, estaba sonrojada por el vapor del agua, su piel se veía como la porcelana mas fina, reluciendo y sus ojos se notaban menos tensos y más alegres.

– Kagome, ¿desea hacer algo en particular? –le pregunto cortésmente.

– La verdad es que nose, antes tenia sueño pero se fue con el baño. –me contó la joven, se quedo callada unos momentos y luego se le ocurrió una idea que le ilumino la cara–. ¿Podemos salir a conocer los alrededores?

Me lo pregunto con tanta ilusión que era imposible decirle que no a esos ojitos marrones brillantes. Dudando le dije que habia que preguntarle a Naraku por que podía ser peligroso. Ella inquirió que no habia peligro alguno y yo replique que por lo menos habla que avisarle a Naraku. Kagome asintió y se dirigió a la habitación de Naraku sin siquiera tocar o pedir permiso.

– Esta joven en bastante caradura y caprichosa. –susurre parado en el medio del pasillo mirando a la muchacha, metido en mis pensamientos–. Es obstinada también, parece que va a intentar todo los medios para lograr su objetivo.

Suspire pesadamente y me dispuse a seguirla, era mi deber ya que Naraku me ordeno acompañarla y no quería enfurecerlo.

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En unos de los lugares menos conocidos y mas alejados de la residencia se encontraban una hermosa joven de piel blanca como la nieve, cabello y ojos del color de la noche junto a un joven de piel blanca, pelo largo y negro azulado atado en una coleta, de ojos azul oscuro y una expresión siniestra en su cara; Byakuya el sirviente mas leal a Naraku capas de realizar cualquier acto por su amo.

Era muy extraño encontrarlos a ambos en ese lugar cuando son tan diferentes y no tienen nada en común. Cada uno vestía sus ropas habituales y estaban a cierta distancia, no habia nadie en los alrededores y sin embargo casi no hablaban y si lo hacían era en susurros.

– ¿Esto esta bien Kikyo? –pregunto Byakuya enseñándole una hermosa flor de un color gris azulado con muchos pétalos.

– Creo que si Byakuya, la muchacha es muy inocente y no va a notar la trampa. –respondió Kikyo, observando minuciosamente la flor que iba a ser entregada a la joven del futuro.

– Bien, entonces voy a vigilar a Kagome y a entregarle la flor lo antes posible.

– Bueno. –dicho esto Byakuya se marcho hacia la residencia principal, esperando encontrar a la bonita joven de ojos color chocolate.

La mujer de tez pálida y ojos oscuros se quedo parada allí en el medio de la noche por unos segundos, lamentando lo que acababa de hacer. Por fuera tenia la misma expresión de siempre, frialdad, pero por dentro sufría por lo que tenia que hacer.

Una lágrima se escapó de sus bellos ojos y surco su mejilla, rápidamente la limpio, se recompuso y se marchó a su hogar, donde vivía con su hermana Kaede.

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En un hermoso claro un joven youkai de cabello plateado y ojos dorados apoyaba delicadamente a una hermosa muchacha de ojos rojos y cabello negro. Esta youkai estaba desmayada y el muchacho la poso sobre un árbol donde ella podría descansar. Sesshomaru no mostraba ningún sentimiento, sus ojos se veían inexpresivos y fríos como siempre, a pesar de saber que el estado de Kagura era su culpa.

La tarde ya iba cayendo, un hermoso atardecer se observaba y Sesshomaru se marchaba a la residencia dejando a la mujer desmayada en ese lugar, sola. Se fue sin ninguna preocupación ya que la mujer, a pesar de tener una apariencia débil, era fuerte, independiente y sabia defenderse por si sola.

A Sesshomaru antes no le importaba lo que le pasase a aquella mujer aunque ella estaba enamorada de él, Sesshomaru nunca sintió nada por ella pero en ese momento tenía que hacerse cargo de ella por su delicado
estado ya que él tenía la culpa. Kagura estaba enferma y muy gravemente.

Sesshomaru le dirigió a Kagura una mirada más, luego se encamino a sus aposentos con paso rápido y con su habitual elegancia.

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En un precioso jardín dos hombres se miraban fulminándose con la mirada. El apuesto joven de ojos azules como el mar en la noche oscura, de tez morena y cabello largo color azabache atado en una trenza larga que caía por su cuerpo musculoso miraba al otro muchacho con mucho odio y rencor. El otro era un poco más grande, tenía ojos color escarlata, cabello largo color negro como el azabache suelto por la espalda; la mirada de este estaba llena de maldad y desprecio.

No hablaban, solo estaban allí parados, en medio del precioso jardín intentando matarse con la mirada. El primero en hablar fue el de ojos color carmín, el dueño de todas aquellas tierras y, además, “hermano” del otro joven.

– Bankotsu, te ordeno que te alejes de Kagome.

– No lo haré, Naraku. –dijo decidido Bankotsu aunque sabía que no tenía elección, tenía que obedecerlo.

– Si, lo harás porque yo te lo ordeno.

– Tú no eres superior a mí, no tengo que obedecerte. –replico Bankotsu, sabiendo que era inútil discutir con el pero igualmente haciéndolo ya que él tenía razón en parte.

– Hasta que cumplas veintiuno yo puedo hacer lo que quiera en estas tierras por que son mías. –Naraku miraba a Bankotsu con desprecio y disfrutaba verlo sufrir teniendo que obedecer todas sus órdenes sin importar cuales fueran–. Cuando cumplas la mayoría de edad, podrás hacer lo que quieras pero hasta entonces no tienes opción, tienes que hacer TODO lo que YO te diga.

– No me voy a alejar de Kagome. –insistió inútilmente Bankotsu.

– Si, lo harás y no discutas más porque será peor. –la voz de Naraku era autoritaria y no permitía más replicas.

Bankotsu se quedó en silencio, mirándolo con más odio.

– Es más, –Naraku sonrió perversamente, una idea se le ocurrió, una nueva manera de hacer sufrir a Bankotsu–. No le hablaras nunca más, no podrás estar con ella y nunca más la podrás ver.

– ¿Qué? –sorprendido inquirió Bankotsu y lo contradijo diciendo–. ¡No!

– Es más, te iras de aquí. –declaro Naraku, sonriendo con maldad.

– ¿A dónde?

– Iras a servir al emperador hasta que cumplas los veintiuno.

– No lo haré.

– Lo harás, porque yo lo digo.

Bankotsu estaba realmente furioso, se estaba enamorando de Kagome y no quería dejarla sola. Iba a golpear a Naraku cuando una hermosa niña de ocho años apareció.

– ¡Papi! ¡Tío Bankotsu! –exclamo la dulce e inocente Rin, corriendo a abrazar a Bankotsu, quien recibió el abrazo con cariño a pesar de estar tan enojado.

– Rin, ¿Qué haces aquí? –Rin no abrazo a su padre, nunca lo hizo y nunca lo hacía. Naraku ni se inmuto por no recibir el mismo trato que Bankotsu por parte de su propia hija.

– Es que quería venir a mi jardín secreto. –dijo inocentemente, Inuyasha estaba detrás de ella sin intervenir en la conversación por “respeto”–. ¿Está mal?

– No. –Bankotsu dijo y le dedico una sonrisa amorosa, a pesar de que no tenían la misma sangre, Bankotsu la quería mucho–. Yo ya me iba.

– No hemos terminado de hablar. –Naraku miro severamente a Bankotsu pero este ni se molestó.


– Yo sí. –dicho esto se marchó hacia su cuarto, enojado y frustrado pero eso no evito que hablase con determinación–. Te aviso que no voy a hacer lo que me pedís, yo me quedo aquí.

Naraku se quedó en silencio, observándolo irse al igual que Rin quien cuando se fue su tío pregunto tímidamente:

– ¿El tío Bankotsu se va a algún lado?

– No es tu tío. –declaro Naraku a quien le molestaba que su hija llamase así a ese miserable.

– Pero…

– No se va a ir a ningún lado. –contesto Naraku y luego aclaro con maldad–. Por lo menos por ahora. –dicho esto Naraku se fue dejando a su hija con Inuyasha.

Rin amaba ese lugar, era su lugar favorito, “su jardín secreto”. Cuando Naraku se perdió de vista, la pequeña de ocho años se puso a jugar, obligando a Inuyasha a participar. Aunque Inuyasha no lo admitiese, él quería a la adorable niña y le disfrutaba estar con ella.

– ¿Inuyasha?

– ¿Si señorita Rin?


– ¿Me ayudaría a encontrar a una mamá?


Fin del cap 5

Espero que les haya gustado

Acepto cualquier comentario

Nos Leemos

Las Kiere

InuuxLulii

 

Re: Unn Cambioo,, Unaa Nuevaa Vidaa

Hola! Perdon por la tardanza, tuve algunos problemitas que ya se resolvieron por suerte. Aca les dejo la conti n.n Espero que les guste y esta dedicada a tod@s los que lo leen d.d

Capítulo 6

P. o. V Kagome

Entré sin tocar a los aposentos de Naraku, lo más grandes de todo el lugar. Primero estaba el comedor, amplio y sin muchos decores, parecía el lugar donde almorzaba con sus invitados menos importantes aunque estaba preparado para mayor cantidad de personas. Luego estaba otro comedor, este era de menor tamaño aunque era mucho más ostentoso, suponía que allí recibía a pocos invitados aunque de mayor importancia. También había dos salas de estar con las mismas características, y varios dormitorios aunque no tenía tanto atrevimiento como para averiguarlo por mí misma por lo que decidí confiar en lo que me decía Kouga.

Naraku no estaba allí, pero, como yo era testaruda, quise esperarlo igual. Tardo unos minutos en llegar, yo estaba sentada en el primer comedor, Kouga estaba detrás mío parado con un semblante serio y apropiado; cuando Naraku me vio allí se sorprendió más casi ni se notó.

– ¿Qué haces aquí?

– Te quiero preguntar algo. –mi voz sonaba segura, confiada; ya no se notaba para nada que había estado llorando hace unas horas.

– Pues, ¿Qué es? –me apresuró Naraku, aparentando estar ocupado.

– ¿Puede llevarme Kouga a conocer las afueras de tus tierras? –mi voz sonaba dulce, casi sensual; estaba decidida a convencerlo de que me dejase salir, aunque sea acompañada.

– No.

– ¿Por qué? –repliqué, había dicho que no tan rotundamente que me molestó.

– Es demasiado tarde. –no pude objetar, él tenía razón, ya era la hora de cenar, no podía salir a esas horas.

– ¿Y mañana?

– No.

– ¿Por qué no?

– Por qué no.

– Por favor… -supliqué y Naraku pareció dudar.

– Está bien. –accedió luego de un prolongado silencio, no pude reprimir una sonrisa que se borró cuando Naraku agregó–. Pero iras conmigo.

Me quede pasmada, no imaginaba que me fuese a decir semejante cosa. Sin embargo, no dije nada; yo tenía que obedecerlo y mi mente no encontraba ninguna réplica, Naraku podía hacer lo que quisiese con todos, hasta conmigo misma.

Asentí luego de meditar lo que había dicho, el sonrió de forma cruel.

– Esta noche cenaras en tus aposentos, sola. –puso énfasis en la última palabra, no entendí muy bien pero su sola voz me causó un escalofrío que me recorrió toda la espina dorsal, lo tuve que reprimir para que Naraku no lo notara–. Si no lo haces mañana no saldrás de aquí y pasaras entrenando toda la tarde.

– No por favor. –rogué temiendo tener que sufrir otro entrenamiento.

– Haz lo que te digo y pude que mañana no tengas que entrenar.

– Bueno. –accedí sin otra opción, cualquier cosa era mejor que practicar con aquella sacerdotisa tan fría, Kikyo.

– Ahora vete. –ordenó, su voz siempre tenía ese timbre maligno y autoritario–. Kouga, quédate aquí mientras te comunico unas instrucciones.

– Como usted diga. –Kouga dijo automáticamente, era notable lo mucho que le molestaba tener que recibir órdenes.

– Pero primero, –cambio de parecer, se asomó una sonrisa macabra en su apuesto rostro mientras continuo hablando–, llama a Sango, no queremos que nuestra invitada se pierda en este enorme lugar.

Me estremecí aunque no dije ni una sola palabra, seguí estando sentada en el mismo lugar y con la misma expresión. Minutos después Naraku estaba sentado en frente mío mientras me miraba intensamente.

P. o. V Miroku

Extraño a mi familia, extraño mi hogar. Si tan solo… si mi familia no hubiese confiado en el… Todo por culpa de mis padres, de su inocencia, de su descuido... Si mis padres hubieran sido más precavidos o si hubiesen cumplido las ordenes de Onigumo cuando él lo quiso, yo no estaría cargando con esta maldición.

En mi mano derecha tengo un agujero negro, un pozo sin fondo que engulle todo a su paso, cierto día también lo hará conmigo mismo. Mi padre también sufrió la maldición, murió ante mis propios ojos cuando no pudo controlar más su vórtice, mi madre falleció el mismo día por encontrarse demasiado cerca de él. Igualmente, ella no podría haber sobrevivido sin él, se amaban tanto…

Espero que alguna muchacha acepte mi propuesta de tener un hijo conmigo, temo morir sin dejar descendencia, que mi familia y su legado se olvide luego de mi inevitable muerte, con el paso de los años. Sin embargo, no deseo enamorarme, no quisiera que la mujer a la que amase tenga que sufrir mi ausencia, soportar mi muerte y cargar con tener que criar a nuestro futuro hijo sola. Tampoco quiero tener que sufrir por ella, sabiendo lo que tendría que pasar sin mi ayuda, perderme la infancia de mi hijo, su adolescencia, su matrimonio, el nacimiento de mis nietos, su crianza…

Prefiero no pensar en eso, soy consciente de mis… “dificultades”, conozco todo lo que me perderé en el futuro, a pesar de eso, elijo vivir la vida al máximo aunque eso no es fácil teniendo que obedecer las órdenes de Naraku.

El sacrificio de mis padres fue sin sentido, mi padre, Yoshiro aceptó la carga de tener un agujero negro en su mano, mi madre soportó todas los problemas, todas las burlas, sobrellevó ser el centro de todos los rumores al quedarse embarazada sin estar casada, aguantó los chismes de haberse enamorado del mujeriego de la cuidad, quien además estaba maldito. Resistió todo eso porque lo amaba, y el hizo lo mismo.

Ellos solo querían que su único hijo tuviera una vida normal, que se pudiese casar con una muchacha digna, que tuviese hijos, que los pudiese criar y que estuviese presente durante la mayor parte de sus vidas, disfrutando y acompañándolos. Pero eso nunca paso.

Onigumo fue un vulgar ladrón jefe de un grupo de maleantes que se volvieron más temidos y poderosos con el paso del tiempo ya que sus actos se fueron convirtiendo más y más sangrientos. Así mismo, ellos se volvieron más poderosos.

Mis padres se endeudaron por pagar mi entrenamiento como monje, ellos cometieron el error de pedir un préstamo a Onigumo, quien ya guardaba rencor a mi padre.

Este rencor venía desde su adolescencia cuando Onigumo era solamente un muchacho débil y de clase baja, él estaba enamorado de Ayumi, una hermosa doncella de clase alta. Mi padre se obsesionó con Ayumi hasta que la pudo conquistar, causando el odio de Onigumo. El creía que Ayumi no lo había elegido por su clase social, por esa razón se metió en grupos de personas mucho más perversas que él. Allí Onigumo aprendió el arte de matar y robar, volviéndose un experto. Cuando regresó a la aldea, rico y poderoso, el esperaba que Ayumi quisiese casarse con él por su recién elevado estatus social, sin embargo, mi padre ya se había casado con ella. Por esta razón Onigumo les guardaba un gran rencor a mi padre y a mi madre aunque nunca fue tan grande como el que sentía por mí, fruto del amor de mis padres.

A penas se le presento la oportunidad, Onigumo y su banda de ladrones quisieron matar a mi padre y a mí, secuestrar a mi madre y robar todas nuestras posesiones. Sin embargo, nosotros escapamos a la casa de mis abuelos con todo lo que pudimos, salvando lo más valioso que poseíamos. Onigumo nos siguió intensamente sin descanso. Finalmente se hartó y contrató a una sacerdotisa del mal para que matara de un hechizo a nuestra pequeña familia, esta sacerdotisa joven e inexperimentada, Tsubaki no falló directamente aunque tampoco nos mató enseguida, lo que hizo fue maldecirnos con un agujero negro en la mano derecha de cada uno de los descendientes de mis abuelos, incluyéndome.

Recorrimos incansablemente toda la región, preguntamos a todas las sacerdotisas y brujas que encontramos, suplicando, amenazando y hasta sobornando por si alguna conocía la cura. Ninguna la sabía. Estábamos condenados.

Y así fue, mis padres fallecieron por culpa de un vulgar ladrón del que se perdió el rastro, que probablemente esté muerto y si no lo está ya debe de estar rondando los cincuenta años, no es posible que lidere otra banda.

Igual no interesa que paso con Onigumo, después de todo, él no es el que me aprisiona en ese momento, mi “dueño” es Naraku.

Cuando mis padres fallecieron, yo me quedé sin familia alguna. Mis abuelos ya no estaban y Tsubaki también había maldecido a mis tíos, todos los varones de la familia Kiroshi estaban malditos con un agujero negro en su mano derecha, al igual que yo. Estaba solo en el mundo y solamente tenía siete años.

Mi antiguo profesor, un monje llamado Mushin me acogió en su hogar. Él no tenía familia al igual que yo, él era respetado en el pueblo aunque era mejor conocido por su fama de mujeriego. En fin, el me crió con afecto, crecí siguiendo la profesión de monje y hasta fui feliz.

A mis dieciséis años, Naraku tomó el poder de unas tierras cercanas a en las que vivía. En ese momento Mushin era anciano, ya no cuidaba de sus tierras sino que me las había dejado a mí, yo las cuidaba aunque no estaban en un muy buen estado ya que no tenía experiencia y no sabía muy bien qué hacer.

Naraku quería extender su poderío y, como había hecho con otras propiedades, aprovechó las debilidades de sus antiguos dueños para conseguirlas. Mushin aceptó encantado vender sus tierras y se mudó a una estancia donde preciosas mujeres le cumplían todos sus deseos. Yo lo hubiera seguido con gusto si Naraku no me lo hubiera impedido.

Convenciéndome de que no tenía otra opción, me convertí en el sirviente de Naraku. El me persuadió a tomar esa terrible decisión asegurándome que él me daría la cura para el agujero negro, Naraku afirmó conocer la firma de librarme de la maldición y me garantizó decírmela si yo estaba a su servicio durante seis años.

Solamente pasaron dos años y ya es insoportable. Me convertí en su criado en apariencia aunque realmente Naraku me utiliza para castigar a sus enemigos, mi vórtice se los traga y ellos pierden la vida al instante.

Yo no puedo hacer otra cosa que no sea obedecerlo aunque me causa demasiado desprecio tener que ser su arma y obedecerlo en todo. Solo somos objetos para Naraku, cosas servibles durante un tiempo, cuando se nos acaba la utilidad simplemente nos elimina y nos reemplaza. Es lo más ruin posible.

Lo peor es la impotencia, no puedo hacer nada para evitarlo, solo esperar y obedecer. Es lo único que puedo hacer.

Suspiro y por estar inmerso en mis pensamientos no veo a la hermosa joven que está enfrente mío, Sango. A pesar de mis objetivos, nunca intercambiamos más de dos palabras, y eso que lo intente. Ella parece rechazarme siempre y no entiendo por qué. Bueno, puede que tenga que ver porque la primera vez que nos vimos yo no la trate de un modo… digno. ¡No fue mi culpa! ¡Fue mi mano maldita pero Sango no me cree!

Flash Back.

– ¿Qué desea señor? –mi hipocresía no se podía ocultar, era demasiado obvio que odiaba a Naraku y que detestaba tener que obedecer sus órdenes. Seguro que quiere que mi agujero se traje a algún tonto señor feudal que no quiso darle sus tierras.

– Miroku, te presento a Sango. –eran muy pocas las veces en las que se incorporaba alguna persona, y todas lo hacían en contra de su voluntad.

Detrás de Naraku se encontraba una joven de largo cabello color trigueño atado en una coleta alta y de ojos castaños que mostraban temor y tristeza. La muchacha llamada Sango era muy hermosa, llevaba un enorme búmeran en la espalda, vestía un traje de exterminadora color negro con una cinta roja atada a la cintura, sus rodillas, sus codos, sus hombros, su pecho y su abdomen estaban más protegido con armadura rosa, todo el traje se le pegaba al cuerpo mostrándolo, este era de muy buenas proporciones. Se la veía algo cohibida, lo que provocaba un leve sonrojo en sus mejillas, algo que la hacía verse aún más bella.

Me había asombrado que Naraku trajera a sus tierras a una mujer tan atractiva y me preguntaba la razón aunque nunca tendría el valor para preguntárselo a el mismo. Me quede callado durante un momento, luego reaccioné, seguramente Naraku pretendía que yo le mostrase el lugar y eso podría ser ventajoso para mí,

– Un gusto en conocerla señorita.

– Un gusto monje Miroku. –un leve atisbo de sonrisa apareció en su boca perfecta y parecía estar un poco azorada.

– Monje, enséñale el lugar y sus tareas. –ordenó Naraku quien no se había dado cuenta de la chispa entre ambos o pretendió ignorarla.

– Por supuesto señor. –sonreí para mis adentros.

Nos fuimos de los aposentos de Naraku en silencio. Luego yo le fui explicando que era cada cosa, cada lugar, cuáles serían sus tareas, donde dormiría, donde comería, en fin, le explique todo lo que necesitaría saber. Sango casi no hablaba, prestaba atención atentamente aunque ese ligero sonrojo seguía presente en sus mejillas.

Le había enseñado todo el lugar, dejando para lo último el precioso jardín secreto que seguramente estaría desierto; me aproveché de su inocencia y de su desconocimiento del lugar. Sin que se diera cuenta, acabamos solos. En ese momento una sonrisa pervertida apareció en mi cara aunque ella no la notó por suerte.

– Sango, ya terminamos el recorrido. –le sonreí y ella me devolvió la sonrisa–. ¿Nos sentamos un rato? No creo que Naraku nos necesite por ahora.

– Bueno. –dijo Sango dudando y ruborizada.

Nos sentamos y comenzamos una conversación tranquila. Poco a poco yo me iba acercando a ella, quien parecía no darse cuenta o no le molestaba. Cuando Sango se distrajo, yo aproveché. Mi “mano maldita” acaricio su parte trasera, mientras yo seguía hablando como si no pasara nada aunque Sango si lo notó y se enfureció realmente.

– ¡Atrevido! ¡Desvergonzado! ¡Pervertido! –me insultaba a los gritos mientras me fulminaba con la mirada.

Sango se había parado al instante que notó mi mano en sus atributos. Me pegó una cachetada muy dolorosa que dejo marca y luego se puso a gritar insultos y a alejarse de mí.

– ¡Sin vergüenza! ¡Libidinoso!

– Perdón Sango. –rogaba temiendo otra cachetada–. ¡Es culpa de mi mano maldita!

– ¡Qué mano maldita ni que nada! ¡Pervertido!

– Pero Sanguito perdón… -recibí otra cachetada con aun más fuerza que la anterior.

Luego Sango se fue hecha una furia hacia adentro. Después de eso no me hablo más.

Fin del Flash Back.

– Sango. –estaba decidido a hablarle.

– ¿Qué quiere monje Miroku? –hablaba con frialdad y sin mirarme, aún estaba furiosa.

– Le quiero pedir perdón. –meditaba mis palabras con cuidado, no quería otra cachetada.

– ¿Perdón? –se dio vuelta y me miró directamente a los ojos, con desconfianza. Me encaraba y me fulminaba con la mirada.

– Disculpas por mi comportamiento durante día que nos conocimos. –le dije, parecía arrepentido y, para mejorar la actuación, baje la cabeza.

– Mmm, bueno, lo perdono monje Miroku. –aceptó mis disculpas solo para que me marchase de allí y la dejase continuar con su trabajo. Suspire y me fui, al menos era un progreso.

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En una enorme sala dos personas se miraban directamente a los ojos. Una de ellas era una joven, su mirada reflejaba decisión, no parecía temer al muchacho enfrente de ella, es más, parecía retarlo. Ella era una mujer muy hermosa, su largo y ondulado cabello negro estaba suelto sobre su espalda, sus ojos color chocolate, usualmente amables y dulces, no reflejaban ninguna emoción que no sea seguridad y certidumbre.
La persona en frente de ella era un apuesto muchacho un poco mayor a ella; sus ojos eran hipnotizadores, de un color carmín que hechizó a más de una mujer y su cabello era negro azabache, largo y con ondas. Era un hombre muy seductor y atractivo, igual de apuesto como de malvado. Sin embargo, este personaje era sumamente poderoso, mas su poder y sus posesiones seguían en aumento. Su mirada era indescifrable, mostraba una crueldad pura aunque cuando miraba a la joven azabache su mirada se transformaba, algo que aún no acababa de entender, demasiado inimaginable, mágico y quizás malo para sus propósitos.

Naraku y Kagome se desafiaban con la mirada, estaban en completo silencio. La muchacha futurista fue debilitando poco a poco su mirada, este mostraba algo de miedo e incertidumbre, ella estaba intimidada y azorada. Mientras tanto, la mirada de Naraku se hacía cada vez más intensa, hasta el punto que Kagome bajó la mirada.

– Kagome, dime. –rompió el silencio el poderoso dueño de casi medio Japón, la joven levantó la vista algo temerosa y esperó a que Naraku continuase hablando–. ¿Aún extrañas a tu familia?

– Cla…Claro. –respondió Kagome, sorprendida por la pregunta.

– ¿Los amas?

– Sí. –contestó cortante, no le gustaba hablar de ese tema con una persona como Naraku.

– Bien. –se calló unos minutos como pensando y luego afirmó–. Harías cualquier cosa por ellos.

Kagome no dijo nada, lo fulminaba con la mirada, medio prediciendo que le iba a decir.

– Dime Kagome… ¿Hasta dónde serias capaz de llegar por ellos para mantenerlos a salvo?

La bella muchacha permaneció en silencio, lo que impacientó a Naraku.

– Contesta.

– Lo que esté a mi alcance. –murmuró Kagome, deseaba con todo su corazón que Kouga apareciese en ese momento.

– Perfecto. –susurró Naraku más para sí mismo que para Kagome, luego indicó, lo que a la joven le pareció más una orden que otra cosa–. Esta noche cenaras conmigo, tenemos que discutir varios temas.

A Kagome no le quedó otra opción que asentir, estaba asustada de lo que le podía pedir aunque no lo quería mostrar.

– Señor, aquí está la señorita Sango. –anunció Kouga, Kagome maldijo por lo bajo, si tan solo hubiera llegado unos minutos antes… Pero eso no paso y ya no se podía cambiar que tenía una “cita” con Naraku esa misma noche.

– Sango, por favor, lleva a la señorita Kagome a sus aposentos y ayúdala a prepararse para esta noche. –Naraku sonrió, lo que hizo que las dos jóvenes reprimieran un escalofrío.

– Como usted diga, señor. –contestó Sango sumisa con la cabeza agacha y luego señaló–. Por aquí señorita.

Kagome asintió y se dispuso a marcharse de ese lugar, unos aposentos que preferiría no volver a pisar nunca más.

– Nos veremos más tarde entonces, querida Kagome. –su voz sonaba irónica y algo sensual.

Kagome se estremeció, dedicó una última mirada a Naraku y se marchó a prepararse para esa indeseada cena dejando a Kouga y a Naraku solos para que el apuesto dueño de todas esas tierras le diese sus últimas instrucciones a su sirviente.´

Fin del capitulo 6

Espero que les haya gustado ii espero sus comentario ^^

Nos hablamos!! InuuxLulii