Una verdadera historia de amor.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Sarita, 6 Octubre 2012.

  1.  
    Sarita

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    Una verdadera historia de amor.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    43
     
    Palabras:
    594
    Capítulo 28: La llamada
    Al día siguiente del cumpleaños, Meritxell se levantaba alegre recordando todo lo sucedido el día anterior, pero también recordó aquella charla con Pablo. En ese momento se le quitó toda aquella alegría y se puso sería.
    Meritxell decidió buscar a su madre, pero era sábado y su madre no solía estar los sábados por la mañana, por razones que ella desconoce. Su hermano Daniel la vio pensativa y bastante seria, así que decidió acercarse a ella para preguntarle.
    -Buenos días Meritxell- le saludó Daniel.
    -Buenos días- le contestó sin mirarle.
    -¿Qué te pasa?- le preguntó
    -Estoy pensando- le contestó
    -Eso ya se ve- le dijo -¿en qué piensas?
    -En algo que escuche y algunas cosas que no me encajan sobre el comportamiento de nuestra madre, como por ejemplo, ¿dónde va los sábados?- le contestó mirándole fijamente a los ojos.
    -Eso no lo sé, pero si me comentas que fue lo que escuchaste, quizás te pueda ayudar- le dijo con una sonrisa cálida y dulce mientras se sentaba en el sillón.
    -Pues es que escuché como mamá hablaba con alguien por el teléfono y dijo algo que me impresionó bastante- dijo mientras se sentaba en el sillón al lado de su hermano.
    -¿Qué escuchaste?- decía Daniel mientras se temía lo peor – ¿será que escuchó mientras hablaba con su verdadera madre? - pensó.
    -Escuche como mamá decía “Ella es MI hija, ya no es la tuya”- le decía mientras le miraba con preocupación –acaso, ¿no soy hija de mamá?
    -No te preocupes, seguramente será que lo habrás escuchado mal- decía intentando mantenerle una mirada limpia, sin preocupación, queriendo evitar que notara su nerviosismo.
    -No sé, ojalá sea eso- decía agachando su mirada.
    -Ya verás cómo no es nada y te estás preocupando por nada- decía intentándola animar.
    -Espero…- no termino de decirla frase, cuando sonó el teléfono de su casa –yo lo cojo.
    -Diga- contestó Meritxell.
    -María Jesús, sé que eres tú, déjame ver a mi hija, Meritxell, sé que la acogisteis sin saber quién era y sin saber si su madre regresaría a por ella, pero he regresado, tarde, pero he regresado.
    -¿QUÉ?- gritó Meritxell saliendo corriendo dejando el teléfono descolgado
    -¿Meritxell, eres tú? ¡Meritxell!
    -Meritxell, espera- decía su hermano viendo cómo salía corriendo ella y cogiendo el teléfono -¿Quién eres?
    -Soy la verdadera madre de Meritxell- decía en un tono serio.
    ··············································································································································
    Hasta aquí este capítulo. Siento que sea tan corto, pero es que si no la intriga que quiero crear, no sirve de nada.
    Muchas gracias a todos mis lectores y también para los que comentan y me animan a seguir esta historia.
    Un beso y un abrazo :)
     
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    Madre!! Al final resulta que Meritxell es adoptada (o algo por el estilo). Está muy bien!! Y no he visto ninguna falta (sientete orgullosa guapa ;))
    Sigue así!!
     
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  3.  
    Sarita

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    Eso parece, Ole yo ni una falta jajajaja
    Intentaré seguir así :D
     
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  4.  
    Sarita

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    Título:
    Una verdadera historia de amor.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    43
     
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    647
    Capítulo 29: Una explicación. Parte 1
    Después de que Meritxell saliera del cuarto corriendo, Daniel contestó el teléfono.
    -¿Quién eres?
    -Soy la verdadera madre de Meritxell- decía en un tono serio.
    -¿Tú…-decía tartamudeando.
    -Sí, yo, y si no me equivoco tú eres el hijo biológico de María Jesús, Daniel- decía la señora con un tono menos serio.
    -Sí, pero me gustaría saber algo más- decía Daniel poniéndose serio
    -Dime
    -Quisiera saber su nombre- decía muy serio pero a la vez nervioso.
    -Me llamo…- fue interrumpida por el timbre de su casa –espera, voy a abrir la puerta.
    -Vale.
    Daniel esperó un poco hasta que escucho como cogían el teléfono.
    -Daniel, ya está aquí tu madre, más tarde, cuando llegue tu madre, te dirá mi nombre.
    -Vale.
    Cuando colgó, subió corriendo a por Meritxell, pensó que ella estaría muy mal, nerviosa, llorando… Al entrar en su cuarto, la encontró tumbada en su cama, boca bajo, llorando. Daniel al verla, le dio una gran tristeza por no haber podido hacer nada, sabiendo lo que él sabía.
    -Meritxell- decía sentándose a su lado y abrazándola –yo…te lo puedo explicar todo.
    Meritxell al escuchar eso, se dio la vuelta para encararlo. Estaba con los ojos colorados, de llorar, y la cara llena de lágrimas.
    -¿Explicar, o sea, que tú ya lo sabías?- preguntaba mientras derramaba una lágrima.
    -Mmm,…bueno…sí, yo lo sabía todo- decía agachando la cabeza.
    -¿Por qué no me dijiste la verdad, que soy adoptada?- decía golpeando el pecho de Daniel.
    -Mamá no quería, decía que eras muy pequeña, y que esto te iba a hacer daño y tenía miedo de que te pudiera crear un trauma. Ella solo quiere que seas feliz- decía Daniel encarándola de nuevo.
    -¿Feliz? ¿Cómo voy a ser feliz viviendo una mentira?- decía con cierto sarcasmo limpiándose las lágrimas. Ahora su tristeza se había convertido en enfado, un enorme enfado.
    Daniel no sabía responder ante la mirada llorosa de su hermana que, aunque hubiera parado de llorar, se notaba el rastro que las lágrimas habían tomado.
    -Solamente déjame explicarte lo sucedido- suplico Daniel.
    -¿Para qué, para que me engañes de nuevo? No gracias, no quiero más mentiras- decía derramando una lágrima, la que limpió al momento.
    -Meritxell, yo no estaba de acuerdo con la decisión de mamá, ocultártelo todo. Yo no estaba de acuerdo.
    -Basta, Daniel, no quiero escucharte más, por favor, márchate y déjame sola.
    -Vale, me iré, pero cuando estés más calmada, volveré- decía Daniel abriendo la puerta del cuarto de Meritxell. Antes de salir del cuarto, miró para su “hermana”, la que estaba llorando, pero una mirada llena de rabia. Al verla, se lleno de tristeza marchándose del cuarto y cerrando la puerta.
    Cuando Meritxell se encontraba sola, rompió a llorar sobre su almohada. De repente, escuchó su móvil sonar. Lo cogió de la mesa y miro quien era.
    -Quizás me haga bien hablar con alguien- pensó mientras lo contestaba.
    ·····················································································································································
    Bueno, hasta aquí este capítulo; sé que es corto pero estoy llena de exámenes y por eso mismo, he tardado en subirlo. Espero que me disculpen y que no dejen de leer mi historia. Intentaré subir la continuación lo más pronto posible :D
    Un beso :)
     
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    Marcy

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    Oh... mi dios!! no es por intrigosa pero creo qe la apuesta de pablo tambien se debe de saber! Ok' AMO tu historia :DD Cuando pongas conti avisame!! la amo!! jeje...
     
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    Gracias por leer :) no te preocupes, ya te avisare cuando traiga la conti, lo mas seguro es que la suba hoy o mañana :)
    si, lo de la apuesta de Pablo se sabrá, pero mas delante
    A, y una última cosa, bienvenida!!!
     
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  7.  
    Sarita

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    Para todos mis lectores, no puedo subir la continuación hasta dentro de un tiempo, porque se me ha roto el ordenador donde lo tengo todo y lo tengo que llevar a arreglar :( esto lo estoy escribiendo desde el ordenador de una amiga. Apenas tenga el ordenador arreglado subo la continuación y algunos capítulos seguidos por la espera :)
    Muchas gracias por la atención y os avisaré cuando suba los capítulos, así que no se preocupen :)
     
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  8.  
    Sarita

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    Una verdadera historia de amor.
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    Comedia Romántica
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    653
    Capítulo 30: Una explicación. Parte 2.
    Meritxell cogió el móvil y contesto.
    -¿Diga?- preguntó Meritxell.
    -Hola Meritxell, me llamó tu hermano y me dijo que te encontrabas mal, ¿qué te sucede?- preguntó Claudia.
    -¿Claudia, eres tú? ¿Cómo conseguiste mi número de móvil?- preguntó extrañada
    -Esta voz se me hace familiar, pero ¿por qué?- pensó Meritxell.
    -Sí, soy yo. El número me lo dio tu hermano. Ahora contesta tú a mi pregunta- respondía Claudia.
    -Esto es mejor hablarlo en persona, ¿puedes venir a mi casa?
    -Sí, claro. Ahora voy para allá- decía colgando el teléfono.
    -¿Cómo va a venir hacia aquí, si ni siquiera sabe donde vivo? Esto se me hace muy extraño- susurró Meritxell
    Meritxell, para salir de duda, le preguntó a su hermano
    -Daniel, todavía sigo cabreada, pero tengo que hacerte una pregunta, ¿tú has llamado a Claudia?- preguntó Meritxell
    -No, ni siquiera sé quién es esa Claudia, ¿Por?- le contesto Daniel.
    -No, por nada- diciendo estas palabras se marchó dejando a su hermano confundido.
    -¿De qué me suena ese nombre?- susurró Daniel.
    Un rato más tarde, llegó Claudia.
    -Din-Don
    -Ya va- dijo Daniel mientras se dirigía a la puerta.
    Cuando abrió la puerta, Daniel, al mirar su cara, le pareció familiar, pero no recordaba donde la había visto antes.
    -Hola, vine a ver a Meritxell- dijo Claudia mientras le sonreía.
    -Vale, pasa- le sonrió mientras la dejaba pasar.
    -Sube, se encuentra en su cuarto- decía Daniel.
    -¿Cuál es su cuarto?- preguntó Claudia.
    -El primero a la derecha- decía señalando y haciendo gestos con sus manos.
    -Vale.
    Cuando Claudia llegó al cuarto de Meritxell, ella estaba sentada en su cama delante de la puerta, esperándola.
    -Hola Claudia- le decía mientras la miraba fijamente-
    -Hola Meritxell- dijo Claudia intentando darle un abrazo, pero Meritxell lo esquivo.
    -¿Qué te pasa, por qué te apartas de mi?- preguntó Claudia extrañada.
    -Dime tu mejor, ¿Cómo sabías que me encontraba mal si mi hermano no te ha llamado?- le preguntó encarándola.
    -Bueno, esto… yo…- tartamudeaba.
    -Contesta- exigió Meritxell.
    -¿Ahora que le digo para que no me pile?- pensó Claudia.
    ··············································································································································
    Hola!!! Ya he vuelto :) Siento mucho la tardanza, pero, como ya os comente, se me rompió el ordenador y sin él no puedo escribir. Lo siento mucho.
    Bueno aquí les traigo este nuevo capítulo, espero que les guste.
    Dije que traería más capítulos seguidos, pero últimamente no tengo tiempo para escribir y además estoy repleta de exámenes, así que los capítulos seguidos los traeré cuando no tenga tantos.
    Espero que no se enfaden conmigo y que me perdonen por hacer el capítulo tan corto
    Adiós y u beso :D
     
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  9.  
    Marcy

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    Oh... eso es una buena pregunta... de donde se entero Claudia?... Muy interesante tu fic... y para ser sincera yo no fije en ninguna falta de ortografia.... por fa continualo esta muy bien... oh por cierto no te preocupes linda yo estoy igual... puros examenes... boca! pero ojala termine pronto!!... mmm y que ya sea navidad!
     
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  10.  
    Sarita

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    Lo subiré lo más pronto que me sea posible, pero es que aparte de los exámenes, se me está ocurriendo otra historia, que promete ser buena, y prefiero terminar las ideas que se me están ocurriendo y después seguir con esta, pero intentaré subir mañana o el domingo otro cap. Además me he quedado atascada, no se como seguir la historia :( pero apenas se me ocurra, lo subire :)
    Adiós y gracias por comentar :)
     
  11.  
    Sarita

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    Una verdadera historia de amor.
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    43
     
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    Capítulo 31: Una explicación. Parte 3.
    Meritxell se encontraba con Claudia en su cuarto, preguntándole como sabía donde vivía y porque le había mentido.
    -Claudia, respóndeme a la pregunta, ¿cómo has sabido donde vivo y que me encontraba mal?- exigió Meritxell.
    -Sé dónde vives por tu expediente, y se cómo te encontrabas porque me llamó tu hermano- contestó Claudia.
    -Mientes- dijo Meritxell alzando la voz –mi hermano no te llamó, el me lo dijo, ni siquiera sabe quién eres.
    -Emm…esto… yo…Puedo explicártelo- dijo Claudia agachando la cabeza.
    -Sí, claro que me lo vas a explicar- dijo Meritxell con un tonó de enfado.
    -Sé cómo te encontrabas porque…- se paró.
    -¿Por qué?
    -Porqué yo soy la que estaba al otro lado del teléfono- dijo ella mirándola fijamente.
    -¿Cómo?, entonces tú eres…- preguntó Meritxell sorprendida.
    -Sí, Meritxell, yo soy tu madre- dijo ella secamente, viendo como Meritxell derramaba una lágrima.
    Meritxell al escucha eso, se quedo muy sorprendida y extrañada, pero también sintió una rabia que la quemaba por dentro
    -¿Porqué me abandonaste, porqué?- preguntaba Meritxell llorando y zarandeando a Claudia de un lado hacia otro.
    -Yo no te abandone, solamente le pedí a una amiga que te cuidara mientras yo me iba de viaje, pero ese viaje se alargó demasiado…- explicó Claudia ante la mirada atónita de Meritxell.
    -¿Qué viaje? ¿Qué amiga?- preguntó Meritxell extrañada.
    -María Jesús y yo éramos, y seguimos siendo, unas muy buenas amigas, pero yo tuve que hacer un viaje a Pakistán por mi carrera de enfermera y le pedí a ella que te cuidara por mí.
    -¿Y por qué no me llevaste contigo?- preguntaba Meritxell gritando y llorando.
    -Porque aquel lugar no es un lugar para niños, allí hay muchos enfermos.
    -Bueno, ¿qué pasa aquí?- interrumpió Daniel en el cuarto de Meritxell. Ella se abalanzó a él abrazándole.
    -Ella… ella es mi verdadera madre- dijo Meritxell llorando.
    -Ya decía yo que tu cara me sonaba- dijo Daniel abrazando a Meritxell –tú eres la que vino aquel día, para entregarnos a Meritxell.
    -¿Cómo, tú la conocías?- preguntó Meritxell alejándose de Daniel- ¿Tú sabías todo esto y no me dijiste nada?
    ··············································································································································
    Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy.
    Ya se ha aclarado todo, más o menos. Ya sabéis todos el papel tan importante que hace Claudia.
    Bueno, intentaré subir lo más pronto posible el siguiente capítulo, aunque no sé cuando pueda, estoy repleta de exámenes, y además, estoy escribiendo otra historia , que subiré pronto, y que me ocupa casi toda la inspiración, ya casi no tengo ideas para esta historia, pero seguiré escribiendo siempre que pueda.
    Adiós y espero que os haya gustado el capítulo :D
     
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  12.  
    Sarita

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    613
    Capítulo 32: La discusión.
    Meritxell estaba atónita, habían sucedido muchas cosas en muy poco tiempo, y ella no se sentía con fuerzas como para soportarlo.
    Meritxell se encontraba en su habitación, acompañada por su “hermano” Daniel y Claudia, su verdadera madre. Ella le preguntó a Daniel si el ya sabía que no era su hermana, pero él no le respondía.
    -Respóndeme- exigía entre lágrimas, aunque se las secaba apenas salían.
    -Sí, yo lo sabía todo y, sí la conocía- respondió.
    -¿Te lo callaste todo, no me dijiste nada? ¿Por qué?- decía Meritxell alzando su tono.
    -Porque mamá no quería- dijo Daniel.
    -Mamá por aquí, mamá por allá, siempre pones de escusa a mamá, pero si no me lo dijiste fue porque no quisiste- gritó Meritxell.
    -Meritxell tranquilízate, esto no te hace bien- dijo Claudia acercándose a ella.
    -¿Qué me tranquilice, me estás pidiendo que me tranquilice?- preguntó retóricamente Meritxell- No puedo tranquilizarme después de saber que toda mi vida es una mentira.
    -Hazme caso, te puede subir la tensión y desmayarte- dijo Claudia acercándose cada vez más.
    -¡¡No te acerques!!- gritó.
    Desde hacía rato, Meritxell se sentía mareada, pero no era algo que le preocupara demasiado. Tenía que saber la verdad.
    -Yo conocí a Claudia cuando le pidió aquel favor a mamá- empezó a narrar Daniel- yo por aquel entonces, solo tenía 5 años y no recuerdo muy bien lo que pasó, pero recuerdo como una mujer traía en sus brazos un bebe dormido. Mamá y aquella mujer hablaron y más tarde le dio el bebe a mamá. Lo único que recuerdo de lo que hablaron fue un nombre, Claudia. Mamá le decía que regresara a por ella pronto.
    -Sí, fue así- concluyó Claudia –María Jesús no para de repetir que regresa a por ti, antes de que tú la empezaras a llamar mamá a ella, y para que esto no pasara
    -Por favor, salid de mi cuarto, no quiero hablar con nadie. Más tarde decidiré que hacer, si irme contigo, o quedarme aquí. Ahora márchate- pidió Meritxell dándose la vuelta.
    Claudia y Daniel salieron del cuarto y Meritxell empezó a llorar.
    Después de estar un rato llorando, ya había tomado una decisión y fue a por su hermano. Se encontraba muy mareada, pero tenía que llegar hasta su hermano y decirle la decisión tomada. Se puso de pie, dio unos pasos, los suficientes como para llegar a las escaleras. De repente se encontraba muy mareada, intento agarrarse a la baranda, pero no lo consiguió. Meritxell se echó para adelante, intentando dar un paso para comenzar a bajar las escaleras, y se cayó por ellas, rodando hasta el final de ellas, llegando al salón donde se encontraba Daniel y Claudia.
    ··············································································································································
    Bueno, hasta aquí este capítulo.
    Siento todo el retraso, pero sigo muy liada con exámenes, pero ya terminan el lunes, así que ya podré escribir más seguido.
    Espero que les haya gustado el capítulo.
    Adiós y gracias por leer :)
     
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  13.  
    Marcy

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    oh te entiendo! yo odio los examenes! Genial tu fic! Jeje' espero que se que se quede con su mamá la que la cuido! Madre es la que cria! asi que... me cae mal Claudia! Sigueme iinvitando a tus continuaciones! Adoro tu fic!
     
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  14.  
    Sarita

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    720
    Capítulo 33: La decisión de Meritxell.
    Meritxell se encontraba en una habitación de un hospital, miró para un lado y allí estaba sus dos madres, Claudia y María Jesús. María Jesús dormía plácidamente, y Claudia miraba por la ventana. Meritxell se fijó lo suficiente para ver como Claudia derramaba una lágrima, que gracias a la luz del sol, se veía con más claridad.
    Meritxell intentó incorporarse, pero le dolía todo el cuerpo, pero sobre todo le dolía el pie derecho, que lo tenía totalmente escayolado. No pudo evitar soltar un pequeño grito de dolor, el que alarmó a las dos mujeres.
    María Jesús alzó rápidamente la cabeza mientras que Claudia se giró bruscamente y se acercaba a la cama mientras se secaba las lágrimas.
    -Meritxell, por fin despiertas- dijo aliviada María Jesús mientras se abalanzaba hacia ella abrazándola.
    -¡Ah!- gritó Meritxell- mamá no me abraces tan fuerte que me haces daño.
    -¡QUE ALEGRÍA QUE ESTES BIEN!- gritó María Jesús besándola.
    -Mamá me haces daño- dijo Meritxell incorporándose.
    -¿Dónde estoy? ¿Qué me ha pasado?- preguntó Meritxell mirando para todos lados.
    -Estas en un hospital porque te caíste por las escaleras- respondió María Jesús.
    -Normal que me encuentre tan dolorida- dijo Meritxell acomodando la almohada como podía.
    Claudia se mantenía apartada de esa conversación, aunque su mirada quería estar junto a su hija y poder abrazarla, pero se sentía sin derecho.
    -Ya he tomado una decisión- dijo seria Meritxell mientras miraba a Claudia.
    -¿Cuál es?- preguntaron las dos a coro.
    -Me ha costado mucho tomar esta decisión. Mientras pesaba que iba a decidir, pensaba lo que cada una habéis hecho por mí. Claudia me dio a luz, y cuando regresó, hace poco, me ayudo con algunos problemas que tuve en el instituto.- dijo Meritxell sonriéndole, y Claudia devolviéndole la sonrisa- María Jesús, me crió, me educó, y también me ayudó, es la única madre que conocía hasta ahora.- Meritxell sonrió y María Jesús también- pero yo pienso que mi deber es estar con mi verdadera madre. Pero tampoco voy a dejar de lado a mi otra madre.
    -Entonces, ¿qué vas a hacer?- dijeron las dos a coro.
    -He decidido, irme a vivir con las dos.
    -¿Cómo?- preguntaron con una cara de sorpresa y curiosidad.
    -Haber como explico yo esto…- dijo Meritxell pensando –mientras que la relación entre Claudia y yo mejora, me quedaré viviendo con María Jesús, pero cuando mejore, puedo irme a vivir un mes con cada una.
    -Es una buena idea- dijo María Jesús.
    -¿Estás de acuerdo, Claudia?- preguntó Meritxell.
    -¡¡Sí, claro que lo estoy!!- dijo alegre Claudia.
    -Pues entonces solucionado- sonrió Meritxell.
    -Meritxell, ¿puedo preguntarte una cosa?- preguntó Claudia con timidez.
    -Sí, claro- respondió Meritxell.
    -¿Se te ha pasado el cabreo que tenías antes de que tuvieras el accidente?
    -No del todo, pero estoy mejor- respondió seria.
    ··············································································································································
    Bueno, hasta aquí este capítulo :)
    Perdón por el retraso :( pero es que estoy con mi otra historia. Ya que ha salido el tema, quien quiera que se pase a leerla, y que conste NO ES PUBLICIDAD (si lo es :P) :)
    Volviendo a esta historia, ya le queda poco para acabar, pero estoy pensando de hacer una segunda parte, en sus manos queda :)
    Adiós y hasta pronto :D
     
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    Como ya avisé en mi otra historia, estoy castigada (yo creía que sería después de navidad, pero que va, es durante navidad y después :( ) Bueno intentaré subir capítulos siempre que pueda (ya no va a ser tan a menudo como ahora) y espero que no me dejen de leer, porque tampoco podre avisar. Lo siento mucho :( Adiós y felices fiestas!!!
     
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    Sarita

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    Una verdadera historia de amor.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    43
     
    Palabras:
    1641
    Capítulo 34: el último secreto

    Ya había pasado un año desde lo ocurrido con Meritxell, o sea, tenía 16 años; ella se encontraba bien viviendo un tiempo con Claudia, y otro tiempo con María Jesús. Su relación con Pablo cada día era mejor, sin ningún secreto… ¿sin ningún secreto? Está a punto de saberse el único secreto que queda.

    Meritxell, como todos los días, se preparaba y se marchaba para ir al instituto. Como estaba en la casa de Claudia, tendría que ir sola al instituto, ya que ninguno de sus amigos vivía cerca. Cuando llegó al instituto, vio a Pablo de espaldas hablando con su amigo Mario, y estaban murmurando muy bajo, como si no quisiera que nadie les oyera. Meritxell se acercó para darle una sorpresa a Pablo. Cuando más se acercaba, más se podía entender lo que decían, aunque ella no entendía de qué hablaban.
    -…se lo deberías de decir, Pablo, tiene derecho a saberlo, es tu novia…- Mario fue cortado por Pablo.
    -No, ella no lo puede saber, se cabrearía mucho, podríamos hasta terminar.
    Meritxell, al oír eso, se quedó muy confusa, su novio, ¿le ocultaba algo?, y lo peor, ¿Qué sería para que no quisiese que ella se enterase?
    -¿Por qué no me puedo enterar?- dijo Meritxell poniéndose muy seria.
    Pablo y Mario se quedaron de piedra y muy nerviosos al ver a Meritxell
    -Venga os estoy esperando- dijo Meritxell muy seria, demasiado seria.
    -No es nada, no es nada Meritxell- dijo Pablo mirándola con miedo de que la pillara.
    -Si no es nada, dime que es
    -No, te aburrirías, es una cosa… de hombres- dijo Pablo muy nervioso y mirando a Mario- ¿Verdad?
    -Sí, te aburrirías- dijo Mario.
    RING- sonó el timbre de la escuela avisando de que iba a empezar la primera clase.
    -Vamos para adentró, que va a empezar la clase.
    -Vale…- dijo no muy convencida Meritxell por lo que le habían dicho.

    Meritxell estuvo las dos primeras horas dándole vueltas a lo pasado con Pablo y se lo comentó a Laura. Ella le dijo que lo más seguro es que no fuese nada, pero que se asegurase. Meritxell le hizo caso y le preguntó a Pablo apenas tuvo ocasión, aunque el negaba que fuese nada serio, hasta que Meritxell tuvo que decir lo que escuchó.
    -¿Si no es nada serio por que escuche como Mario te decía a ti, “debes decírselo, es tu novia”, y como tú le respondías, “no, ella se enfadaría mucho e incluso podríamos cortar”?- dijo Meritxell empezando a cabrearse.
    Mario y Pablo se miraron, hasta que Pablo tuvo que decírselo.
    -Te lo digo, pero prométeme, que no te cabrearas, ni lloraras…
    -¿Por qué habría de llorar Meritxell?- preguntó David poniendo la mano encima del hombro de Meritxell e intentando meterse y enterarse de que se trataba todo ese lio.
    -Nada que a ti te interese- dijo Pablo autoritario y poniéndose enfrente de él, apartando a Meritxell suavemente con el brazo poniéndola detrás de él.
    -Me interesa mucho, todo lo que tiene que ver con Meritxell me interesa mucho, sobre todo sabiendo que tú y ella empezasteis a salir gracias a una apuesta… Por eso yo también he hecho otra para ver si puedo salir con ella como tú- dijo David con una sonrisa malvada.
    Pablo le miró y levantó el brazo para pegarle el puñetazo, que, finalmente llegó a su destino, dándole en la cara.
    Meritxell al escuchar eso, empezó a temblar, pero quería saber si eso era verdad, así que cogió a Pablo por el brazo, evitando que le pegara otro puñetazo a David y poniéndose en frente de él.
    -Eso es verdad- dijo Meritxell empezando a derramar una lágrima.
    -Sí, pero todo tiene una explicación- Pablo intentaba darle una explicación pero Meritxell salió corriendo.
    Todo el instituto estaba mirando aquella escena y rodeándolos.
    -Tú y yo ya hablaremos- dijo Pablo señalando a David, el cual estaba tirado en el suelo, limpiándose la sangre que le salía del labio.
    Pablo salió detrás de ella, pero no la encontraba, por lo que decidió ir a la enfermería, donde supuso que estaría con Claudia y, efectivamente estaba allí, llorando en brazos de su madre.
    -Meritxell, te lo puedo explicar, déjame explicártelo- dijo Pablo.
    Meritxell no levantó la cabeza.
    -Vete- susurró Meritxell.
    -No sin antes de explicártelo- dijo Pablo.
    -¿Qué me tienes que explicar, que empezaste conmigo por una apuesta? No hace falta, ya lo sé- dijo Meritxell levantándose.
    -No, yo antes no te conocía como ahora te conozco ni estaba enamorado de ti como ahora- dijo Pablo.
    -No sé ya que creer. Vete- dijo Meritxell volviendo a su sitio y abrazándose otra vez a Claudia.
    -Pero…
    -Vete- le dijo Claudia señalando la puerta- será lo mejor por ahora.
    Pablo se fue.

    Meritxell, se quedó pensativa todo el día. Al llegar la hora de irse a casa, decidió irse andando en vez de ir en coche con Claudia.
    -Vale, pero ten cuidado, y no tardes mucho, parece que va a llover.
    -De acuerdo, no te preocupes que yo llegaré dentro de un rato, quiero pensar.
    -Vale, adiós- diciendo eso, Claudia arrancó el coche y se marchó a su casa.
    Meritxell empezó a andar mientras pensaba en lo sucedido. Empezó a llover, pero ella no se dio cuenta y siguió para delante. Llegó a la plaza del pueblo y se quedó mirando a la fuente que había allí.
    Pablo, que también decidió ir allí, la vio y decidió acercarse.
    -Meritxell, ¿puedo hablar contigo?- preguntó Pablo.
    Meritxell reconoció la voz al instante
    -Explícame porque lo hiciste.
    -Lo hice, porque nada más verte me gustaste, pero ni yo mismo lo sabía, me di cuenta que me gustabas y que me estaba enamorando de ti cuando te vi con Raúl y los celos me mataban, ahí me di cuenta de todo lo que sentía.
    -Vale…- al decir eso, Meritxell se fue, pero Pablo la detuvo.
    -¿Me podrás perdonar alguna vez?
    -No lo sé, necesito tiempo- dijo Meritxell marchándose.

    Meritxell puso rumbo a su casa, pero desde hace rato notaba como si alguien la siguiera. Miró varias veces atrás, pero no veía a nadie, así que decidió ir más deprisa. De repente, recordó las noticias de aquella mañana.
    Inicio del Flash Back.
    -Les informamos de que esta madrugada se escapó un peligroso asesino y violador de la cárcel. Aquí tiene una fotografía del peligroso delincuente. No se sabe su paradero. Si lo ven, avisen a las autoridades o llamen a este número…
    -El delincuente era rubio, con pelo desordenado y rizado. Sus ojos eran marrones y grandes, con una mirada escalofriante.
    Fin de Flas Back.
    Meritxell aceleró más el paso y empezó a correr, entonces escucho pasos detrás de ella.
    Llegó a casa de Claudia, que vivía en un bloque de pisos. Meritxell abrió la puerta, pero antes de cerrarse la puerta, apareció un pie interrumpiendo a la puerta. La abrió y cogió a Meritxell por atrás, evitando cualquier patada o puñetazo que pudiera dar.
    Meritxell entró en estado de shock, así que no podía moverse, aunque lo intentaba.
    El delincuente, la sentó en una esquina y le empezó a quitar la camisa. Después le besó por el cuello.
    Mientras, Pablo, tenía un mal presentimiento, por lo que decidió ir a casa de Claudia.
    Al llegar a la puerta de su casa y vio como besaba a Meritxell y empezaba a quitarle el pantalón. Pablo llamó al móvil de Claudia.
    -Claudia, Meritxell está en peligro.
    ··············································································································································
    Bueno, hasta aquí este capítulo. Hola y felices vacaciones de semana santa.
    Toda esta semana podré escribir y subir algunos capítulos, aunque esta historia ya está llegando a su fin.
    Adiós y hasta pronto :)
     
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  17.  
    Sarita

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    Capítulo 35: La puñalada

    Claudia, al escuchar eso, se quedó de piedra, creía que era una broma, pero al ver el tono de Pablo, supo que no lo era.

    -¿Qué pasa?- dijo Claudia nerviosa.
    -Después te cuento, pero ahora ábreme la puerta de tu portal, está aquí, en tu portal- dijo Pablo muy nervioso.
    -Vale, pero ten cuidado, mientras yo iré llamando a la policía- dijo intentando mantener la calma.
    Claudia colgó y fue a abrir la puerta pulsando un botón desde el telefonillo de su casa. Pablo ya estaba preparado para defender a Meritxell. Claudia abrió y Pablo se abalanzó sobre el delincuente.
    Meritxell veía lo que sucedía, pero todavía seguía en estado de shock, así que no pudo hacer nada, aunque se sentía alegre por ver a Pablo y por otro lado está preocupada por lo que podría sucederle.

    Pablo y el delincuente se enfrentaron. Por ahora no parecía haber ningún vencedor, estaban muy igualados; los puñetazos iban y venían. Los dos estaban muy cansados, hasta que el delincuente le dio un puñetazo a Pablo y lo dejó tirado en el suelo, al lado de Meritxell, casi inconsciente. El delincuente sacó una pequeña navaja que llevaba guardada en el pantalón. Iba a darle una puñalada a Pablo cuando Meritxell reaccionó y se echó encima de Pablo, recibiendo ella una cuchillada en la espalda.

    Meritxell no lloró ni se quejó por su dolor en ningún momento, ella había decidido recibir aquella cuchillada en vez de Pablo, para salvarlo, ella con saber que él estaba a salvó, estaba tranquila y feliz.

    -¡¡¡¡No!!!!- gritó Pablo, que estaba debajo de ella. Pablo, con una fuerza que le salía de dentro, se levantó con mucho cuidado, para no hacerle más daño a Meritxell, y le recostó la cabeza de Meritxell en su regazó.
    Meritxell empezó a sangrar, aunque no en grandes cantidades porque aún tenía clavada la navaja.

    El delincuente se quedó inmóvil en una esquina, no esperaba que ella hiciera eso por Pablo. Él estaba muy sorprendido, pero tenía que actuar rápido, no sabía si salir corriendo o si matar a Pablo. Finalmente decidió matarlo para que no hubiera testigos.

    -Ahora es tú turno- dijo frívolamente el delincuente- te voy a matar como a tu amiga…- fue interrumpido por la sirena de la policías – ¡Maldición!

    El delincuente salió del piso, pero antes de irse le juró a Pablo que lo mataría.
    Pablo no escuchó nada, estaba muy triste por el estado crítico de Meritxell, que aún seguía consciente.
    -Pablo- dijo Meritxell esforzándose mucho para hablar- no llores.
    -Meritxell, lo siento esa puñalada iba para mí y tú te has esforzado y la has recibido para salvarme a mí- dijo llorando.
    -No es ningún esfuerzo recibir una puñalada para salvarte a ti, lo volvería a hacer todas las veces que hicieran falta- dijo Meritxell con mucho esfuerzo.
    -Pero…- fue cortado por Meritxell.
    -Nada de peros, solo recuerda que te amo- dijo Meritxell acariciando la cara de Pablo, el que se acercó a Meritxell y la besó. Fue un beso en el cuál, ambos, recordaban todo lo sucedido esos dos últimos años. La primera mirada intercambiada, la apuesta, los celos, su primer beso, y muchas más cosas. Meritxell no pudo aguantar más y se desmayó. Pablo se abrazó al cuerpo desmayado de Meritxell.

    La policía llegó y preguntó qué había pasado, pero vio como lloraba Pablo y el cuerpo de Meritxell desangrándose por pequeñas grietas que se habían hecho alrededor del cuchillo aún hincado.

    La ambulancia se llevó a Meritxell hacía el hospital.

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    Bueno hasta aquí este capítulo. ¿Os gustó?
    Tengo que tomar una decisión muy importante y me gustaría que la gente que me lee, me ayudase. Se trata sobre si debo dejar morir a Meritxell o salvarla.
    Gracias por pasarse y por su tiempo.
    Adiós y hasta pronto
     
  18.  
    Sarita

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    Capítulo 36: La esperanza nunca muere.
    Después de que la ambulancia se llevara a Meritxell, Pablo quiso ir con ella, pero no podía, ella estaba muy grave, había perdido demasiada sangre y se creía que no aguantase el camino hacia el hospital, y sería muy traumático para un chico de su edad ver morir a una compañera, y más siendo la persona a la que ama.

    Claudia no quiso ir en la ambulancia, porque tenía que llevar a Pablo al hospital y llamar a María Jesús. Aunque no estaba en condiciones para conducir, lo hizo. Los dos estaban en un silencio rompedor para ambos. Ninguno lloraba, porque tenían esperanza de que se pudiera salvar, aunque muy remota por el estado tan grave.

    Llegaron al hospital y siguieron la camilla donde se llevaban a Meritxell, muy pálida y fría, con mucha sangre en la camilla, manta y las manos de los enfermeros.

    -Enfermero, ¿cómo está?- preguntó Claudia al enfermero.
    -Es muy crítico, no creo que sobreviva.

    Al decir eso, Claudia empezó a llorar y Pablo salió corriendo hacia la calle, muy alterado.

    -¡Pablo!- gritó Claudia.
    Pablo salió fuera de hospital y empezó a gritar:
    -¿DÓNDE ESTÁS, DESGRACIADO, DÓNDE ESTAS? VEN PARA ACÁ, SI ELLA MUERE NO SÉ… No sé… - Pablo cayó de rodillas al suelo y empezó a llorar.
    Claudia, quien lo había visto todo, salió a por él y lo abrazó diciendo:
    -No le va a pasar nada, ella es muy fuerte, sobrevivirá- decía Claudia separándose de él y sonriéndole tristemente mientras caía una lágrima por aquel rostro mojado.

    Claudia y Pablo entraron al hospital y preguntaron por Meritxell.
    -Está siendo operada- respondió la enfermera.
    -¿dónde está siendo operada?- preguntó Claudia.
    - Siga el pasillo recto y cuando llegue al final del pasillo encontrara varias salas, pues ella está siendo operada en la primera puerta.
    -Gracias- dijo Claudia- vamos- dijo mirando a Pablo.

    Llegan a la sala y esperan mucho tiempo hasta que escucha:
    -¡Se nos va!- gritó la enfermera.

    Claudia y Pablo se levantaron a la vez. Los médicos la reanimaron

    -La recuperamos.

    Al cabo de las horas, los médicos salieron de la operación.

    -¿Cómo esta? ¿Sobrevivió?
    -Está viva, pero muy grave. No sabemos si sobrevivirá- concluyó el médico.

    Tras esta noticia, esperaban su despertar muy ansiosos, pero no lo hacía. Le hicieron pruebas para saber por qué no despertaba.

    -¿Saben ya porque no despierta?- preguntó Pablo muy alterado.
    -Sí, parece que todos sus síntomas dicen que ha entrado en estado de coma. Pero tranquilos, la esperanza nunca muere. Esperemos que despierte pronto.

    Al decir eso el médico, Claudia, María Jesús y sobretodo Pablo, se quedaron muy sorprendidos y destrozados por la noticia.
    ··············································································································································
    ¡Hola! Perdón por el retraso, pero tenía que tomar la decisión sobre salvarla o no, y gracias a la ayuda de una amiga, he podido seguir adelante.
    Espero que os guste.
    Adiós y hasta pronto :)
     
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    Sarita

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    Capitulo 37: El disparo
    Han pasado 2 años y Meritxell sigue en coma. El médico dice que es muy difícil que despierte, pero Pablo piensa que todavía puede hacerlo.

    Meritxell tenía ya 18 años, al igual que Pablo. Meritxell estaba bastante delgada y pálida, según los médicos, era por la falta de vitaminas y proteínas, por eso había empezado un nuevo tratamiento para que su organismo estuviera bien y cuando despertara, no enfermara. Sus curvas se había terminado de formar y su cuerpo había madurado. Su pelo había sido peinado todos los días por Claudia mientras le contaba a Meritxell como le había ido el día.

    Pablo había crecido bastante y se había puesto muy alto. Su pelo seguía igual, con el mismo peinado que tenía antes del coma. Sus ojos estaban tristes, y no brillaban como antes lo hicieron. No tenía ganas de comer, por lo que adelgazó bastante, solo comía lo justo para no tener que dar explicaciones.

    Pablo la visitaba todos los días, lloviera, nevara, tronara, nada era un impedimento para visitar a Meritxell. Él rezaba todos los días para que ella despertara. Todos los días lloraba, pero nunca lo quiso hacer delante de Meritxell, no quería hacerle sentir mal, porque el médico dijo que aunque los pacientes estén en coma, todavía oían y sentían las cosas que había a su alrededor, por eso el no quería llorar delante de ella.

    Dos veces a la semana, Eva, Raúl, Laura, Alex y Mario, iban a visitar a Meritxell y a hacerle un poco más pasajero todo a Pablo.

    En cuanto a David, la dejó de visitar al mes del coma, pensaba que no despertaría y empezó a pasar de ella, y empezó a coquetear con otras, que siempre pasaban de él.

    El delincuente que apuñaló a Meritxell, todavía seguía en libertad. Nadie sabía donde se había metido y Pablo tenía miedo por lo que le prometió de vengarse, aunque por otro lado estaba ansioso por darle su merecido.

    Pablo despertó en su casa, y se preparaba para ir al hospital a ver a Meritxell como todos los días. Ese día había quedado con sus amigos para ir al hospital, juntos, así que los esperó en la plaza. Poco a poco fueron llegando hasta que estuvieron todos y decidieron ir al hospital. Iban todos en el coche de Pablo. Los dejó en la entrada del hospital mientras él iba a guardar el coche en la cochera. Cuando hubo aparcado, se decidió a salir de la cochera cuando notó un cuchillo amenazándole por el cuello.

    -Hasta que por fin apareces- dijo Pablo agarrándolo del brazo, dándole un manotazo, y haciendo que soltara el cuchillo.
    -Cuánto tiempo- dijo el delincuente sacando otra pequeña navaja que tenía escondida en la bota- ¿cómo sigue Meritxell? A es verdad, sigue en coma- dijo con una risa malévola.
    -Desgraciado, te voy a hacer pagar lo que le hiciste- gritó Pablo haciendo que el delincuente se riera.
    -¿Cómo me va a vencer alguien tan debilucho como tú, si no tienes ni fuerzas para mantenerte en pie?- dijo el delincuente mientras hacía malabares con el cuchillo.
    -Puede que no me mantenga en pie, pero sacaré las fuerzas de donde no las tengas para vengar a Meritxell.
    -¿Sabes? Durante todo este tiempo he estado vigilándote, sé lo que haces todos los días a cada hora. También se qué lloras, pero nunca delante de Meritxell, ¿Tanto la querías? Ahora puedes vengarla.
    -Sí, la amo más que a nadie en la vida, y por ella hago todo esto, aunque a ella no le gustaría, pero el cuerpo me lo pide.
    -Venga, ven- dijo el delincuente retando a Pablo a pelear.

    Nada más decir eso, Pablo se abalanzó sobre él, haciendo que callera al suelo y soltara la pequeña navaja. Pablo empezó a pegarle puñetazos, pero el delincuente rápidamente lo inmovilizó y fue él quien pegaba puñetazos ahora. Pablo se incorporó rápido y se levantó. Su contrincante también se levantó.
    -Parece que no eres tan débil – dijo el delincuente mientras sonreía- pero no eres lo suficiente fuerte como para vencerme.
    -Eso lo veremos.
    Al decir eso, Pablo se acercó a él y le pegó un puñetazo dando en la cara del delincuente, haciendo que su labio sangrara. Este se reincorporó rápidamente y le empezó a pegar puñetazos en la barriga, hasta que paró y vio como Pablo se tiraba al suelo y tosía sangre.
    -¿Ya no puedes seguir?- se burló el delincuente.
    -Si hace falta, daré mi vida, pero tú de aquí no sales con vida- gritó Pablo.
    -¿Qué no saldré de aquí? Entonces habré de matarte ahora mismo- dijo el delincuente mientras sacaba una pistola que tenía escondida en el pantalón- esto lo tenía reservado en el caso de que estuviera en apuros.
    -¿Te sientes en apuros? Ja, no me extraña, ¡Vas a morir!- gritó Pablo.
    Pablo se abalanzó sobre el delincuente y empezaron a forcejear con la pistola, hasta que…
    -¡PUM!- sonó un disparo.
    ··············································································································································
    -¿No creéis que Pablo tarda demasiado?- dijo Laura.
    -Sí, pero llegará dentro de poco, no os preocupéis- dijo Mario.
    De repente, las pulsaciones de Meritxell empiezan a subir y empieza a temblar.
    -¿Qué le pasa a Meritxell?- dijo Eva.
    -No sé, pero será mejor llamar a la enfermera- dijo Raúl- ¡ENFERMERA!- gritó y al instante, llegaron muchas enfermeras y pidió a los chicos que se salieran de la habitación.
    -¿Qué le ocurre?- preguntó preocupada Laura.
    -No lo sabemos, pero lo mejor será controlar sus pulsaciones.
    Cuando estaban saliendo de la habitación, escuchan un disparo.
    -¡PUM!- sonó un disparo.
    ··············································································································································
    Hasta aquí este capítulo, espero que os haya gustado :)
    ¿Quién habrá recibido el disparo?
    Ya no quedan muchos cap más :)
    Adiós y hasta la próxima :)
     
  20.  
    Sarita

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    Capítulo 38: El despertar de Meritxell.
    El disparo resonó por toda la cochera, el brazo de Pablo sangraba, y el causante del disparó sonreía feliz por no haber sido él el que recibiera el disparo. Por un momento pensó que era él el que lo recibió pero pudo apartar la pistola hacia su contrincante (Pablo) en el momento justo, haciendo que el disparo lo recibiera Pablo, viéndolo caer arrodillado al suelo al instante agarrándose el brazo, mientras brotaba sangre de la herida sin cesar.

    -Tengo dos noticias para ti, una buena y otra mala- dijo el delincuente, sonriendo malvadamente- la buena es que te he dado en el brazo, y la bala ha salido de tu brazo, perforándolo, la mala es que he fallado.
    -Pues que mala puntería- decía Pablo mientras se levantaba- pero tú no vas a tener tanta suerte- Pablo, aprovechó un momento de distracción mientras estaba agachado tapándose la herida, y cogió una de las navajas que había tenido momentos antes el delincuente.

    Pablo la agarró sin vacilar y por un momento, intento rebanar el cuello del delincuente, si no hubiera sido que una voz lo detuvo.

    -¡¡¡DETENTE!!!- gritó Mario, mientras se acercaba a él, acompañado de Raúl. Pablo giró la cabeza para poder mirarlo.

    El delincuente aprovecho ese momento y le pegó un fuerte puñetazo en la cara a Pablo salió corriendo, pero Pablo fue más rápido que él y le agarró el brazo, haciendo que se detuviera en seco, recibiendo un fuerte golpe en la nuca, haciéndolo caer desmayado al suelo.

    -¿Por qué me has detenido?- preguntó Pablo anonadado.
    -¿No has pensado lo que hubiera pasado si le llegas a matar? Te hubieran encarcelado, ¿qué hubiera pasado con Meritxell? ¿Y si en el tiempo en el que estas encarcelado, Meritxell despierta? Se preguntaría dónde estás, y si le contamos la verdad de lo que hubiera podido pasar, ella estaría decepcionada contigo- explicó Mario poniéndole una mano en el hombro de Pablo.
    -¡¡Si lo he pensado, pero tengo que vengar lo que le hizo a Meritxell!!- gritó eufórico, agachándose y acercándose a el delincuente desmayado boca arriba, poniéndole el cuchillo en el cuello.
    -¡¡Meritxell está reaccionando!!- gritó Raúl, quien se había mantenido al margen durante toda la conversación.
    -¡¿QUÉ?!- gritó Pablo sorprendido.
    -Está reaccionando, no sé si es que va a despertar o algún síntoma de que va a empeorar, pero está reaccionando. Sus pulsaciones se han acelerado y su cuerpo ha empezado a temblar- contestó Raúl
    -¿Cuándo ha sido eso?- preguntó Pablo, levantándose del suelo y poniéndose en frente de Raúl, derramando una lágrima de alegría.
    -Pues unos momentos antes del disparo… un momento… ¿el disparo lo has recibido tú?- preguntó notando en ese momento la herida que tenía en el brazo.
    -Sí, pero no es nada importante, tengo que ir a ver a Meritxell.
    -Tú no vas a ningún lado- dijo el delincuente levantándose y poniéndose detrás de Pablo, apuntándolo con la pistola.
    -¿Y quién me lo va a impedir, tú? No tengo tiempo para tus tonterías- sin decir más se acercó al delincuente corriendo, para no darle tiempo a reaccionar, y le pegó un fuerte puñetazo en la barriga, haciendo que se agachara y, para terminar, le pegó una patada en la entrepierna.

    El delincuente se quedó tirado en el suelo, agarrándose la zona herida, acurrucado, mientras que Pablo corría como nunca lo había hecho, sin importarle que estuviera herido. Ahora lo más importante era Meritxell.
    -Meritxell…- susurró.
    ··············································································································································
    Las enfermeras no paraban de entrar y salir de la habitación de Meritxell. Laura, Alex y Eva estaban muy preocupados, hasta que Laura decidió acercarse a una de las enfermeras que en ese instante salía.
    -Enfermera, ¿Qué pasa?- preguntó Laura con un tono de voz muy preocupado.
    -Está despertando- sonrió confortablemente y continuó su camino.

    La expresión de la cara de Laura cambio de una de estar muy preocupada, a una de alegría inmensa. Alex y Eva, que no la habían acompañado, y por lo tanto no habían escuchado la buena noticia, se quedaron extrañados.

    -¡¡¡ESTÁ DESPERTANDO!!!- gritó muy contenta y sonriente, dejando escapar una pequeña lágrima de felicidad, mientras se abrazaba a Alex y a Eva. Estos se quedaron muy sorprendidos, pero muy contentos.

    De repente escucharon unos pasos, fuertes, que cada vez se acercaban más, se separaron para ver quién era, aunque lo intuían.

    -¿Cómo está Meritxell?- preguntó Pablo, jadeando y maldiciendo a las escaleras y lo grande que era el edificio.
    -¡¡ESTÁ DESPERTANDO!!- gritó con la misma efusividad que antes, Laura.

    Pablo no se lo creía, así que decidió adentrarse en la habitación donde estaba Meritxell. Al principio no consiguió ver nada, las enfermeras estaban alrededor de ella, a la vez que le pedían que saliera de la habitación, pero él no hacía caso, tenía que ver con sus propios ojos que Meritxell estaba despierta. Se acercó un poco más hasta ponerse justamente al lado de la cama de Meritxell, su rostro reflejaba paz, y en ese mismo instante, abrió los ojos, esos ojos que él había extrañado tanto. Pablo derramó una lágrima de felicidad, al ver que intentaba decir algo.
    -Pablo…- susurró Meritxell
    -Estoy aquí, preciosa, ¿cómo te encuentras?- preguntó Pablo, cogiéndole la mano.
    -No muy bien… me siento débil- contestó casi en un susurró- ¿Dónde estoy?
    -En el hospital- respondió Pablo sonriéndole.
    -Será mejor que nos deje trabajar, y valla a tratarse esa herida en el brazo, se le puede poner muy mal si no se la curan- dijo la Enfermera. Pablo sabía que tenía que hacer caso, pero no quería separarse de Meritxell en aquel momento.
    -¿Qué te ha pasado?- preguntó Meritxell en un susurro más bajo que el anterior.
    -No es nada, cuando descanses te cuento, ¿sí? Ahora tienes que descansar- dijo con un tono amoroso que la relajo.
    -Vale- al decir eso, quedó profundamente dormida.

    Pablo salió fuera de la habitación con una sonrisa que explicaba todo, aunque tenían que preguntar.
    -¿Está despierta?- preguntó Laura impaciente.
    -Si- sonrió Pablo, mientras que una loca pero feliz Laura le abrazaba de la emoción.
    -¡Augh! – Se quejó Pablo- será mejor que te separes si no quieres mancharte.
    -Perdona- se disculpó Laura- es que no me he podido contener. Gracias a dios no me has manchado.- dijo mientras se revisaba el vestido.
    -Será mejor que vaya a que me miren esta herida, vayamos a que empeore.
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    Esa semana pasó rápida, el delincuente había sido detenido y Meritxell había despertado, ¡qué más podía pedir Pablo!, ahora se encontraba muy feliz, aunque no había podio volver a hablar con Meritxell desde que despertó porque estaba en cuidados intensivos. Hoy salía de allí y la pasaban a la habitación donde había estado días antes.

    Pablo había vuelto a ser el que era, sus ojos volvían a tener ese brillo característico de él y había engordado bastante, porque, según él, el brazo le hacía sentir más hambre. Pero se notaba que estaba muy contento.

    Pablo había comprado un ramo de rosas rojas para Meritxell, sabía que le encantaría y además darían un olor muy bueno, aparte de que decoraría un poco aquella sosa habitación.

    Entró en la habitación de Meritxell, y vio que estaba dormida, así que intento hacer el mínimo ruido posible. Puso las flores encima de la mesa que había y se sentó en una silla que había al lado de su cama. Por primera vez en mucho tiempo, estaba solo con Meritxell, ninguna enfermera, médico… solos ellos dos.

    Meritxell empezó a abrir los ojos y sonrió al ver lo que tenía delante. Aunque estaba con un brazo vendado, seguía estando guapísimo, como siempre.
    -Buenos días, preciosa- le saludó Pablo, mientras acariciaba su frente y le daba un beso en la mejilla.
    -Buenos días- sonrió ante la caricia.
    -¿Cómo estás?- preguntó Pablo manteniendo la sonrisa.
    -Ya estoy mucho mejor. Me han dicho que he estado en como durante dos años, y que tú has estado todo este tiempo a mi lado. Muchas gracias- agradeció Meritxell mientras cogía la mano que Pablo tenía en su cara.
    -No hay de que, tú hubieras hecho lo mismo- dijo sonriéndole, a la vez que se puso un poco nervioso.
    -Todavía no me has contado lo que te paso en el brazo- dijo mirándole fijamente a los ojos, cambiando su actitud a una más seria.
    -Bueno… respecto a eso…
    -¿Qué paso?- preguntó aún más seria que antes.
    -De acuerdo te lo contaré, pero no te cabrees conmigo.
    -Vale- sonrió victoriosa.
    -¿Te acuerdas de lo que sucedió antes de que entraras en coma?- preguntó Pablo.
    -Más o menos, ¿Por? ¿Qué tiene que ver eso con lo de tu brazo? No me digas que…- preguntó, temiéndose la respuesta.
    -Me enfrente con lo que te hizo esto, con aquel desgraciado- sus ojos reflejaban rabia- yo me encontraba en la cochera del hospital, y el delincuente se me acercó por atrás, poniéndome un cuchillo en el cuello- Pablo vio como Meritxell se tapaba la boca, él le apretó más la mano que tenían agarrada, como dándole más apoyo. Prosiguió con el relato- yo me libre de él y bueno estuvimos dándonos puñetazos un buen rato, hasta que el saco una pistola, estuvimos forcejeando, hasta que él me disparó- Meritxell derramó una lágrima y apretó mas la mano de Pablo-, gracias a dios falló y me dio en el brazo. Cuando estuve a punto de matarlo, Mario y Raúl llegaron y me detuvieron dándome una gran noticia- al decir esto final se detuvo y le dio una gran sonrisa.
    -¿Qué noticia?- preguntó Meritxell empezando a impacientarse.
    -Tú estabas despertando. Salí corriendo y fui a verte, y el resto ya lo sabes.
    -Me alegra que no hubieras llegado a matarle- sonrió ampliamente, limpiándose la lágrima que había caído sin su consentimiento.
    -Pues a mí me alegra aquella noticia que estuve esperando durante tanto tiempo- dijo acercándose cada vez más a Meritxell- me alegra estar ahora con mi preciosa- al terminar esa frase, la beso, un beso que estuvo esperando durante tanto tiempo. Ella le correspondió con el mismo entusiasmo con el que él la besaba. Ella también había echado de menos aquella sensación.
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    Siento el retraso, pero ha valido la pena esperar tanto ¿no?
    Como recompensa por la tardanza lo he hecho más largo de lo normal.
    Espero que me perdonen, pero ya podré volver a subir capítulos con más frecuencia, ya he terminado el instituto y los exámenes :) En el verano me podre dedicar a escribir sobre este fics, y de algunos que tengo en mente.
    Esta historia está llegando al final :D



     

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