Una sombra en un Baúl

Este fic me ha salido corto, pero es que si no lo hacia asi iba a morir. ME ENCANTO LA INTRIGA!!



Cap 9º:

9º Desaparecida, aparecida:

Debían buscar un libro que tenia ¡siglos sin aparecer! Era la única manera de aprender magia, y lo mas importante, brujería.

— ¿pero donde esta ese libro? —pregunta la chica mirando un mapamundi en una biblioteca. Habían pasado algunas semanas… ya la nieve empezaba a caer y distraía al chico sombra que miraba por un ventanal. Fueron meses en los que Joseph solo hablaba de sus historias, y desaparecía justo cuando Kamilly recordaba al fin el tema y estaba por preguntar, distraída; como siempre…

— eh ¿disculpa? —dijo el volteando a verla, pero volviendo a verla y mira a kamilly y así por un segundo, hasta que ella empieza a darle vueltas al mapa.

— Bah, yo en estudios y exámenes, tu distraído como siempre, jamás lograremos nada así Joseph —detiene el mapamundi con el dedo sin mirarlo.

— Pero kamy, se supone que tu lo sabrías, esta en tu sangre —dice el apareciendo junto al mapamundi. Mira el mapa y mira justo donde estaba el dedo de ella, que se quedo mirándole ida, ya había empezado a soñar despierta— ¿Kamy? Ay no empieces…







El chico desaparece y entra en la sombra de Kamilly para luego oscurecer la piel de ella hasta llegar al centro de su frente e ir desapareciendo, como si entrara en su cabeza. Joseph había llegado desde el cielo y caído en un callejón. Miró a los lados y comenzó a caminar metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón. Al salir del callejón su ropa había cambiado para la época, ya podrán imaginárselo, los faros durante la noche era lámparas de aceite. Su traje era sencillo, tal como un limpia chimeneas pero sin la suciedad, y un sombrero negro que provocaba que sus cabellos cayeran un poco mas sobre su rostro, viéndose muy apuesto al ojo femenino; misterioso y sencillo. El chico camina por las calles de lo que parecía ser Londres, lugar muy familiar para él, buscando señales de vida; sin embargo el lugar estaba absolutamente vacío.

— ¿Kamilly? ¿Kamy? —decía en cada callejón, sin encontrar respuesta. Ya empezaba a asustarle ¿Dónde estaba?— Ya no es gracioso Kamy, sal de ahí —de repente una mano le toma desde la espalda y lo hala hacia un callejón; cubriéndole la boca. Al llegar al centro del callejón lo lanza al suelo y se le lanza encima. Joseph se encontraba en el borde de la luz de la lámpara de aceite, dejándole ver el pecho y la cara y su secuestrador se encontraba en las sombras, lo único que se dejaba ver eran una piernas descubiertas y una falda arremangada tapando aun sus partes intimas, y una cuchilla dorada que apuntaba al cuello del chico.

— ¿Tu fais quoi ici? —Dice una voz femenina quien aprieta la cuchilla. El chico pone las manos en el suelo junto a su cabeza en son de paz.

— ¿Q-que? — dice confundido intentando afincar la vista.

— J'ai dit ¿Comment avez-vous ici? ¿Tu fais quoi ici? —Dice la chica quien afinca las la cuchilla al cuello, el mira la cuchilla por un segundo, y luego la mira a ella. Desaparece como sombra y aparece sobre ella, lanzándola al suelo boca abajo, y el sentado cual damisela en su corcel— ¡Arg! Descendre, animaux, bâtard ¡sortir de mon! —dice la chica retorciéndose en el suelo y moviendo de un lado a otro la cuchilla.

— No, no, no —cruza las piernas y los brazos. Al estar la chica a la luz, le mira el perfil y la reconoce— ¿Tú? —Dice completamente confundido— ¿Que haces aquí?

— Eso te pregunto a ti —dice la chica en un acento y toque francés.

 

Cap º10: Estaba muerta:

Joseph estaba observando detenidamente la cuchilla inclinado en la pared. Y la chica se acomodaba el vestido y se acomodaba el vestido, en ese momento se escuchan pisadas fuertes acercándose, la chica se coloca en posición de defensa, sacando otra cuchilla de un liguero que tenía en la pierna derecha.

— ¿Y aún tienes más de estos? —dice resignado. En ese momento aparece en el callejón Kamilly.

— ¿Quién me llamó? —Mirando a la chica despeinada y con la falda a medio arremangar— ¡Eres n maldito pervertido!

— ¡nonononononononono! —dando varios pasos hacia atrás.

— En un sueño mío ¿Y revolcándote con una cortesana? —acercándose molesta ignorando por completo a la chica.

— ¿Excusez-moi? ¿A quien le dices cortesana? Sucia plebeya —dice la chica atravesándose en el camino, el chico le toma los hombros a la chica escondiéndose de Kamilly— y tu, bâtard ¿tanto miedo le tienes a esta enana? —dice mirándole de reojo y zafándose de sus manos asustadizas.

— ¿A quien le dices plebeya? —se detiene frente a ella tomándose la cintura. Ambas se miran a los ojos desafiantes— ¿Quién eres?

— Eso debería preguntártelo yo a ti ¿Qué hacen ustedes aquí? —da unos pasos a un lado, permitiéndole mirar a ambos y estar a la defensiva.

— Contesta tu primero —dice Kamilly.

— ¡Yo he preguntado primero!

— Eh. Kamy… —dice Joseph

— ¿Qué? —dice ella lanzando una mirada asesina, provocando que el chico se esconda detrás de la francesa.

— Eh, ella si me había preguntado primero —dice asomando un ojo sobre el hombro de ella.

— A ti, no a mí ¿Quién eres y que haces aquí? —redirigiendo la mirada a la alta francesa.

— ¿j'ai? Eleonore Von Laure. Y yo...

— ¡Lo sabia! Sabia que te conocía de algún lado —dice alejándose de la chica y mirándole el perfil de nuevo.

— ¿Es que eres idiota? Creí que sabias quien era yo —dice Eleonore resoplando.

— Aguántate ahí francesilla, solo yo tengo derecho de decirle idiota al idiota —dice ella acercándose más al chico sombra.

— ¡Ja! ¿Y qué te hace pensar que yo no tengo derecho de decirle al idiota que lo es? —se acerca a ella frente a frente retándole, y toma por el brazo a Joseph halándole hacia ella.

— Oigan, ese “idiota” esta aquí presente —dice el enfatizando entre ambas.

— Lo sabemos —contestan ambas sin quitarse la mirada de encima. El chico baja la cabeza deprimido.

— Él me pertenece —dice Kamilly en tono de autoridad.

— Antes me pertenecía a mi pequeña, y en esta época me sigue perteneciendo —cruza sus brazos intentando afirmar una victoria.

— Pero si este es mi sueño —se confunde Kamilly.

— ¿Rêve?—Dice la francesa mas confundida aún.






Joseph se lanza un buen sorbo de la taza de té que tenia en sus manos quemándose la lengua, pero disimulando que esta bien, casi soltando una lagrima; mira a su izquierda y se encuentra Kamilly pensativa, aunque sabia que no estaba soñando despierta ¡ya se encontraba en un sueño! O al menos eso parecía ser. Miró a su derecha y estaba Eleonore mirando su taza de té, pensativa también «si que se parecen» piensa el mirándolas. « Ay, me duele» piensa casi llorando tragándose un gemido de llanto y encogiéndose de hombros.

— Entonces… eso quiere decir que ¿estoy muerta? —pregunta Eleonore mirando su taza con angustia a la respuesta.

— Pues —se detiene por un segundo intentando buscar palabras— estamos en 1879, y yo vengo de, los 2000 en adelante; creo que eso esta mas que claro —intento fallido drástico de sutileza… La chica presiona con los dedos medio, índice y pulgar la taza, tratando de aguantar un sentimiento, quizás tristeza, furia, resignación.

— Pero es que, yo recuerdo cada día, ayer, hice galletas junto con mi tía —desconcertada se toma la frente,

— Sin embargo, creo que no recuerdas el hecho de que Joseph esté conmigo y no contigo —aquellas palabras provocaron que ella mirada asustada a Kamilly ¡Era cierto! El chico nunca estuvo con ella, y aun así había dicho que el le pertenecía, recordando claramente que alguna vez estuvo con el.

— Tienes razón… —comienza a recordar y abre sus ojos como platos— desde luego, a los 16 fue que me entregaron el cofre de madera americana, pero no recuerdo en estos días haber estado con… Excusez ¿Has dicho Joseph? —pregunta confundida.

— Eh, si así se llama

— Pero si para mi, mi esclavo se llamaba Dominique —coloca una mano en su pecho, parecía sujetar un sentimiento.

— Yo no recuerdo haberme llamado así, espera ¿Por qué demonios me atacaste? —se mira la lengua cruzando sus ojos después de haber preguntado aquello.

— Pues, yo —mira incrédulamente al chico— yo… ¿podrías por favor dejar de hacer tantas muecas? —Joseph mete la lengua en su boca y baja la cabeza.

— perdón…

— Recuerdo que siempre te atacaba cuando hacías algo sin mi consentimiento, normalmente te defendías y atacabas o una de las cuchillas con las que ataque —dice como si la cosa no fuese grave— me extraño que te dejases vencer, y mas que no atacases si no que te me lanzases encima.

— Entonces si se te lanzó —dice Kamilly con una sonrisa malévola escondiendo sus ojos en la sombra de su flequillo.

— Si, me dejó completamente inmóvil —toma de su taza desinteresada.

— Kamy, no es lo que tu piensas —la chica le mira con desdén.

— no me interesa en realidad, así fue que caíste como sombra, no me extraña. —el chico se golpea la cara contra la mesa resignado. Paso el rato y el silencio era continuo, se escuchaba el “tic tok” del reloj de torra que había en una esquina de la habitación. El té se estaba acabando, y la frente del chico aun seguía en la mesa.

— Pero, si yo estoy muerta ¿que hacen ustedes en mi realidad? o quizás en mis recuerdos.

— eh yo, yo puedo contestar a eso —dice el chico elevando su cabeza de golpe con una servilleta pegada a su mejilla.

— Te escuchamos —las chicas dicen a coro, se acomodan en la silla y se cruzan de brazos.

— Bueno, ustedes dos son parientes lejanas, ambas tienen la sangre de una bruja en sus venas; tus recuerdos —se dirige a Eleonore— están es esa sangre, ella quizás haya entrado en sueños a eso recuerdos; tú sangre sigue viva en ella, por lo que estas conciente de todo esto, y puedes estar presente en este presente —las chicas comienzan a verle sentido a lo que dice Joseph y se acercan un poco mas a la mesa, al mismo tiempo— Eleonore, tú nunca quisiste probar la magia, tú no sabes donde esta el lidro secreto.

— De hecho, mí querido Dominique. Puede que si lo sepa, recuerda que mi abuela si probo un poco de alquimia. Quizás nos ayude de algo —se encoge de hombros.

— Eso es genial Eleonore, pero he estado mucho tiempo soñando, en la vida real mi cuerpo esta indefenso. Deberemos volver en otra ocasión —Dice Kamilly levantándose.

— Bien, me asegurare de que sea pronto —dice el chico guiñando el ojo a la francesa.

— alors,c'est fini —aplaude y se levanta— nos veremos querida, cuídense —le da un beso en cada mejilla a cada uno — voit plus tard... —Los chicos desaparecen el forma de sombra tomados de la mano, dejando a la francesa sola, quien se sienta en la silla y mira las sobra del té, pensativa y triste— alors, je suis mort...