una mirada.....un beso

Re: una mirada.....un beso

perdonad no soy una chica q rompe sus promesas pero esq durant esta semana no podre poner contis
mañana mismo tengo un examen d fisica y el jueves otro d musicaToT estoy saturada d deberes pero prometo poneros la semana q viene 2 contis para recompanseros


alguien podia pasar para mi est mensaje en mis otros fics xfa es q no tengo mucho tiempo
solo unos mimts d descansoToT

 

Re: una mirada.....un beso

esta es la ultimas conti q pongo en 2 semas como minimo

- Pues si, sorpresa si que es,- dijo Kagome, que aunque educada no pudo evitar la oportunidad de señalarle que para ella no era ni lo más mínimo agradable.

- Bueno. Que pequeño es el mundo. Veo que ya os conocéis. Normal. En este mundo del arte y con todo lo que se viaja... no me extraña esta coincidencia.

- A mi me parece estupendo,- dijo sonriente Eri. Teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que vais a tener que pasar juntos... al menos ya habéis roto el hielo.

Lo que me gustaría es romperle la cara, no el hielo, pensó Kagome. Esto no me puede estar pasando. Esto no puede ser cierto. ¿¿¿Porqué a mi??? Pidiendo disculpas pregunto por el servicio de señoras. Una vez dentro se agarró al lavabo y se miró al espejo.

- Kagome guapa, - se dijo a sí misma- o entras en esa sala y te enfrentas al problema, o echas a correr y no paras hasta llegar a Bilbao¡¡¡¡¡¡

Al final aunque le pareció cobarde decidió ganar tiempo. Entro en la sala y con su facilidad de palabra y mirando lo menos posible a Inuyasha, les rogó empezar con el trabajo a la tarde. Le explico unos problemas inexistentes con las maletas y consiguió su propósito.


Cuando dieron las cuatro de la tarde y entro a la misma sala de reuniones se encontró a un Inuyasha de pies, serio, con los brazos cruzados y respiración agitada. Pero ella ya sabía lo que le pasaba.

- Buenas tardes. ¿No viene Sota?,- dijo mirándole.

- Si, vendrá dentro de un rato. Les mentí en la hora. Quiero hablar contigo,- le dijo apoyándose en la mesa con cara de pocos amigos.

- No quiero hablar de...

- Tranquila Kagome,- le dijo cínicamente.- No tengo ninguna intención de hablar de nada personal. ¡¡Pero te voy a dejar clara una cosa!! ,- le dijo recalcando muy bien las palabras-. Nunca me había sentido tan humillado como cuando me han llamado de la dirección del museo para decirme que la señorita Kagome Aran, de la Agencia Therry de Bilbao pide otra persona ¡¡¡porque no quiere trabajar conmigo!!! ¿¿¿Que clase de profesional eres tú??? He trabajado mucho para tener este puesto¿¿¿y vas tu y arrastras mi credibilidad por el suelo por un puto beso en un aeropuerto??? Mal dado por cierto...,- dijo provocándole aún más.

- Qué¡¡¡¡¡

- Que lo dejes¡¡¡ Esta claro que no he conseguido que te sustituyan, y yo quiero hacer este trabajo por motivos personales, así que... ya me he tomado dos tilas y unas cuantas valerianas porque sabía que te iba a ver y tendría que aguantarte. ¿¿Algo más???

Hasta ella misma estaba alucinando con su comportamiento, pero tenía tal relajación....

- Que bien una pastillera¡¡¡

- Vete a la mierda Inuyasha¡¡¡

- Y tu..., hombre, Sota, Eri, buenas tardes,- dijo rápidamente controlando el tono de voz cuando entraron por la puerta.

- Vaya, pues sí que somos todos puntuales, - dijo Eri mirando el reloj.


Esa tarde planificaron cómo empezarían la búsqueda y que mirarían. Tenían varias citas concertadas. Al estar Sota y Eri las cosas se suavizaron. Inuyasha estaba enfadado con ella, mucho. Tuvo ganas de estrangularla nada más verla, pero la muy jeta le aparece “chutada” a valerianas¡¡¡

Por otro lado no podía controlar a su cuerpo. Kagome le atraía demasiado para su control. Y ni siquiera la puñalada que le había dado pidiendo que le retiraran de la operación había conseguido que el no estuviera contento con trabajar junto a ella. Estaba claro que no iba a ser un trabajo normal.

- ¿Te paso a buscar por tu hotel a las 9:30 o prefieres quedar en algún sitio a desayunar?

- Prefiero desayunar sola, gracias. A las 10 en la puerta de la Opera.- Se dio la vuelta y le dejo plantado.

- La mato, esta no dura ni dos días, fijo que la mato¡,- dijo cerrando fuertemente los puños.

Una vez en el hotel Inuyasha llamo a Shipo. Sabía que le iba a tocar las narices, pero por otro lado le haría reír, porque siempre veía las cosas desde otra perspectiva. Su hermano era demasiado romántico, e Shipo era más salvaje, como el.

- Ja, ja, ja, me muero de la risa Inuyasha¡¡¡ Pidió que te cambiaran?

- Sabía que me iba a arrepentir de hablar contigo. Lo sabía.

- Pero a ver, donde está el problema. Tu eres uno de los dueños del museo? Nadie se va a creer ni por un momento que no eres capaz de hacer este trabajo.

- Si, pero ella no lo sabe. Y se quejo la muy puñetera.

- Tiene carácter.

- Ya, y mucho. Hoy me ha mandado a la mierda,- dijo sonriendo muy a su pesar.

- Ja, ja, ja, esto mejora. ¿Pero que le has hecho a esa chica? ¿Tan mal besas? ¿Te tendré que dar unas clases?

- Mira...

- Ya, ya, ya, me vas a dar una patada. Venga, ahora en serio. Le has explicado lo de Kikyo, no? O no?

- No.

- Bien. Se me olvidaba que eres idiota. Y porque no?

- Porque había planeado hablar con ella después del trabajo, pero... la señorita se adelanto quejándose de mi, y ya luego no me apetecía más que matarla¡¡¡ Llego a valerianas a reunirse conmigo.

- Dios mío que dos¡¡¡ Mira, he hablado con la agencia y es la mejor. Debe tener mucha experiencia y no se le escapa una, así que ánimo¡¡¡¡ A llevarse bien con ella¡¡ Sigue tan guapa?

- No me hables... es increíble.

- Hay Romeo...

- Saludos a Miyu.

****************​

Sango sabía que Miroku ya había llegado porque se lo habían dicho, pero el aún no había ido a verla. Siempre desde que se conocían la llamaba para contarle sus viajes nada más llegar, pero estaba muy claro que aquella noche de hacía más de dos meses había cambiado muchas cosas.

Tenía revisión así que salió de casa y cogió el metro. Cuando llego a la consulta en la sala de espera se encontraba una pareja. No pudo evitar sentir un nudo en el estómago al darse cuenta que ella estaba sola, Miroku nunca iría a esa consulta con ella.

La ginecóloga le dijo que todo estaba muy bien, que el embarazo iba por buen camino y que ella lo que tenía que hacer era relajarse y estar tranquila, que la notaba tensa. Aún era muy pronto para saber el sexo del bebe.

Se sentó en la terraza de siempre a tomar algo. Hacía sol y necesitaba animarse.

- Hola, Sango,- le dijo el camarero. ¿Lo de siempre?

- No, ponme un descafeinado, por favor.

- Enseguida preciosa. Por cierto, me encanta tu corte de pelo.

- A mi también, aunque no me lo esperaba....

La voz de Miroku sonó tan cerca que empezó a notar como se le aceleraba el pulso. Al momento el se sentó con ella agarrándola la mano y dándola dos besos.

- Hola Miroku,- le dijo tragando saliva.

- La verdad es que siempre he adorado tu pelo. Pero reconozco que estas muy guapa con esa melena corta. Te hace cara de pilla.

- Me pego un ataque de locura y lo corte. Pero estoy pensando en dejármelo largo otra vez,- le dijo tocándose la cabeza.

- Yo te veo muy bien de las dos formas.

Mientras seguían hablando de temas intrascendentes llego el camarero con el descafeinado para Sango y un cortado para Miroku.

- Tu no has cambiado de gustos ¿no?,- le dijo, ya que lo había puesto sin consultarle.

- No, no. A mi dame el cortado para que me despeje. Que tomas tu Sango?

- Descafeinado.

- ¿Y eso? ¿A las 11 de la mañana mi amiga Sango no toma su café? Vaya, ¿que más sorpresas tienes para mi?

La pobre Sango se atraganto. Empezó a toser fuertemente pensando en la sorpresa que tenía. Dios, verle era más difícil de lo que había imaginado. Además le notaba extraño, mucho. No tenía nada que ver con el Miroku que le había dejado aquel mensaje en el contestador. Se podría decir que estaba ligando con ella.

Siguieron hablando de muchas cosas. Miroku hizo lo imposible por hacer que se sintieran cómodos. Crear el ambiente de amistad que siempre habían tenido, y luego más tarde hablar tranquilamente de lo que había pasado, pero no en una terraza. Había pensado en un sitio privado.

Sango estaba tan a gusto con el que consiguió relajarse. Se daba cuenta de lo que el intentaba y lo agradeció. Con el carácter que tenía amable, bromista, cariñoso, había conseguido que el ambiente fuera el de siempre entre ellos.

- ¿Sigues de vacaciones Sango?

- No, he tenido que ir al médico. A la tarde vuelvo al trabajo.

- ¿Que te pasa? ¿Estas mal?

- No, para nada, no te preocupes.

Cuando se despidieron Miroku insistió en invitarla a cenar en su casa. Ella no quería y le puso mil excusas.

- Mira Sango. Tenemos que hablar de lo que ha pasado. El viernes te invitó a cenar a casa. Te preparare la mejor cena que hayas probado. Y por favor, no digas que no...,- le puso miraba de gato indefenso.

- Ja, ja, sabes que así me derrito. Conforme.

A la tarde en el trabajo Sango estaba feliz. Al menos la amistad y el vínculo tan estrecho que tenían no se había roto. Quedaban dos días para el viernes y estaba muy nerviosa. Quizás.... había alguna esperanza para ellos....

 

Re: una mirada.....un beso

est es mi nuevo fic:D
oscuros completos: http://foro.cemzoo.com/showthread.php?p=1227715240#post1227715240

 

Re: una mirada.....un beso

lunes: aguas cristalinas http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=130822

martes: una mirada...un beso http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=135407

miércoles: su mejor amigo http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=137440

jueves: enmascarados http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=141123

viernes: Moradores http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=141125

Sábado: oscuros completos http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=143744

Domingo: (fan fic colectivo) la orden http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=143861

 

Re: una mirada.....un beso

En Paris las cosas no iban tan bien. Habían quedado a las 10 en La Opera, pero Inuyasha no pudo dormir en toda la noche pensando en ella, así que decidió ir a esperarla al hotel. Ese día tenían una cita importante en el Museo Louvre y no quería llegar tarde. Además había decidido conquistarla. Estaban en Paris¡¡¡ Y a que negarlo, le hacía hervir la sangre su sola presencia¡¡¡

Cuando vio que salía del hotel le entró la risa. Tanta valeriana habían hecho estragos en Kagome. Era un peligro público¡¡¡ Iba poniéndose una chaqueta vaquera sobre un vestido de flores y se tropezó con el escalón golpeando a una señora. De seguido choco contra la viga de unos andamios que estaban justo al lado. Inuyasha dudo de que la integridad física de Kagome quedará intacta si continuaba así. Cruzó la calle y la cogió de la cintura.

- Oiga¡¡¡¡ ¿Que hace??? , Ah, eres tu. Suéltame¡¡

- Suéltame, suéltame,- la imito,-¿...siempre eres tan desagradable a las mañanas?,- la dijo sonriendo.

- No. Sólo contigo. ¿Qué haces aquí?

- Tengo que desayunar, y tu también, ¿así que porque no hacerlo juntos?

- No. A las 10 en La Opera¡¡¡,- le dijo como una niña pequeña echando a andar.

La carcajada de Inuyasha la hizo despejarse. La verdad es que estaba comportándose como una idiota. Se empezó a reír y se dio la vuelta.

- ¿Tú invitas, no?

- Faltaba más señorita. Necesitas un café bien cargado.

En la cafetería Inuyasha desplegó todas las razones lógicas y maduras por las cuales dos personas destinadas a trabajar juntas tantas horas deben llevarse bien. Kagome al final cedió y le pidió disculpas por haber pedido que le quitaran del trabajo. No necesito mucho tiempo para perdonarla. Le encantaba esa mujer. El café hizo un efecto en ella increíble. Los ojos le empezaron a brillar y volvió a ser la chica del aeropuerto que tanto le había gustado.

- Mira, Kagome. Es verano, y aunque por trabajo estamos en Paris, así que... intentemos disfrutar, no te parece.

- Si, la verdad es que si. Yo no conozco Paris.

- Yo si, ya he venido más veces,- le dijo contento.

Al momento la expresión de Kagome le indicó a el exactamente lo qué estaba pensando. Cualquiera diría que tenía celos.

- He venido por motivos de trabajo,- le señalo.

- Ya, bien...perfecto. Yo no te he preguntado. Ahora también estas por trabajo.

- Si, también por trabajo.... pero.... está vez se que es distinto,- le guiño el ojo sonriéndole abiertamente y se fue a pagar el desayuno.- Kagome, tienes una mirada que lo dice todo, no engaña.

Kagome no podía evitar mirarle. Era increíblemente atractivo. Se había vestido informal. Aunque iban a una reunión la dijo que no sé preocupara por la ropa, no hacía falta ir en traje. Puffff, que peso la quito de encima, con el calor que haría durante el día que hacía el traje la hubiera asfixiado.

Mientras el pagaba noto que unas chicas de la mesa de al lado se lo comían con la mirada, y luego la dirigían a ella una mirada suspicaz, de envidia. Ja, se lo regalo¡¡¡¡ Bueno no, me lo quedo, pero... Tu eres idiota Kagome, tiene novia¡¡¡¡¡¡¡

- ¿Vamos, morena?

- Que emoción¡¡ Siempre he tenido ganas de visitar este museo.

- Hombre, la reunión que tenemos ahora es en las oficinas principales, pero no te preocupes que lo veras. Este y los que quieras.

- Ya, como tu bien has dicho no sólo será trabajar. En mis horas libres tengo toda la intención de disfrutar de la ciudad. Nunca he viajado sola, será toda una experiencia¡¡

- No vas a tener mucho tiempo libre. No te hagas ilusiones. Venga vamos¡¡,- le dio bruscamente Inuyasha.

Sola¡¡¡ Le sentó como un jarro de agua. El estaba pensando en hacer de guía para ella, enseñarle Paris, de día, de noche, su ambiente bohemio, los museos, los puentes, las esculturas, restaurantes..........todo¡¡¡¡¡¡ Y ella dice que quiere estar sola¡¡¡

- ¿Siempre eres tan borde cuando tomas café?,- le dijo irritada.

- No, sólo contigo,- le dijo copiando sus palabras.

Cuando entraron en las oficinas del Louvre los dos se transformaron, volvieron a ser dos profesionales haciendo su trabajo. Si existía alguna diferencia entre ellos ni con una lupa se podría ver. Daban la imagen de un equipo muy compenetrado.

Los dos días siguientes fueron exactamente iguales. Quedaban para desayunar y después tenían diferentes reuniones para estudiar las posibles obras de arte que se encontraban en venta en esos momentos. Les informaron de algunas, pero fue un cuadro el que les llamo la atención, así que decidieron ir a verlo. Había sido encontrado en las ruinas de una iglesia, y tenían que quedar con un viejo cura que lo custodiaba como si fuera un tesoro. Se habían enterado de una forma poco ortodoxa y en el momento que las autoridades tuvieran conocimiento de su existencia no tendrían oportunidad de verlo.

Era en un pequeño pueblo a las afueras de Paris, y dado que el padre Charles sólo podía quedar con ellos el sábado a la tarde se tendrían que quedar a dormir allí.

- Ya sé que es un sábado, ¿pero te importa si vamos a ver el cuadro?

- No, para nada. Es la única opción que tenemos. Ya le has oído, o vamos el sábado o no nos recibe.

- Te recojo el sábado a la mañana. Podemos ir por la carretera general en vez de coger autopista y así hacemos algo de turismo,- le dijo algo cortado.

- De acuerdo. Hasta mañana Inuyasha. Buenas noches.

Cuando la vio entrar en el hotel le dieron ganas de llamarla, pero Kagome había sido tajante dándole las buenas noches.

Los días habían sido a nivel profesional estupendos, pero a nivel personal no tuvo oportunidad de hablar con ella. Cómo siempre comían o cenaban con algún representante de arte no encontraba el momento oportuno de hablar de lo que ocurrió en el aeropuerto o en Roma, y menos aún explicarle quien era Kikyo. A el no le gustaban las cosas de golpe, prefería preparar el terreno, pero su paciencia estaba llegando al límite.

La acompañaba al hotel a las noches, pero ella siempre hablaba de trabajo. Nunca le dejaba dirigir la conversación, y ya se estaba empezando a cansar.

 

Re: una mirada.....un beso

Ese mismo viernes, pero en Bilbao, Miroku no trabajaba a la tarde, así que se dedico por entero a la cena con Sango. Había pensado en declararse a ella. Lo había meditado mucho y estaba dispuesto a intentar algo con Sango. Hacía tiempo que sentía algo por su amiga, pero lo quería negar. Tras vivir el tortuoso divorcio de sus padres siempre había estado escapando de compromisos, de relaciones duraderas, pero ahora ya no podía seguir huyendo, porque si lo hacía la perdería a ella. Tenía miedo de decírselo pero lo iba a hacer.

Por otro lado lo que le dijo Sango por el móvil lo tenía martirizado, pero a fin de cuentas el también había estado con otras mujeres.... aunque... claro, eso antes de acostarse con ella. Desde aquella noche solo deseaba a Sango. Únicamente quería estar con ella.

Subió del supermercado con las bolsas llenas. A ella le encantaba la comida picante. Desde aquel viaje que hizo a México era una forofa del chili, de los nachos, del guacamole... no la iba a defraudar. Compro una botella de un buen vino. No vendría mal para darle fuerza y valor.

Puso hasta un mantel de vivos colores como a ella le gustaba y música relajante. Cuando llegaba la hora sólo dejo una lámpara que iluminaba directamente la mesa del comedor. Se notaba a la legua que era un ambiente romántico, pero no tenía intención de andar con juegos, se lo iba a decir esta misma noche. Iba a ir a por todas.

- Hola,- dijo Sango pasando por la puerta, con la cabeza agachada.

- Que tal preciosa. Eh¡¡¡ Mírame a los ojos,- le dijo mientras le cogía la barbilla. No estés nerviosa, ante todo tu y yo somos amigos, y eso para mi es muy importante.

- Y para mí. Gracias.

Esas simples palabras la tranquilizaron. Entro en la casa que conocía tan bien como la suya y se quito el jersey. Había tardado una barbaridad en vestirse. Sabía que el le quería decir que ante todo debían de seguir siendo amigos y que debían de olvidar aquella noche. Pero... al menos que me vea guapa. Lo que si había decidido era no decirle nada del niño. De momento no se lo diría.

- ¿Una copita de vino mientras termino de preparar todo?

- Bueno, pero... poco.

- Pero si es el que te gusta

- Ya, pero no tengo muchas ganas,- mintió.

Cuando entro en el salón se le quedaron los ojos a cuadros. Era lo que menos esperaba¡¡¡¡ Aquel era el ambiente de una cita romántica¡¡¡ Empezó a temblar de tal forma que se tuvo que sentar en el sofá. Necesito hablar con alguien, así que al ver que Miroku estaba concentrado en hacer el guacamole cogió el móvil de su bolso y salió al balcón.

- Hola guapa, ¿qué me cuentas?

- ¿Donde estas Rin?

- En casa. Donde voy a estar. En el sofá, descansando que menuda semana de trabajo. Por cierto, ¿has hablado con Kagome? ¿Te ha contado con quien tiene que trabajar?

- Si, hija, me ha contado todo. Oye ¿tienes un hueco para más problemas?

- Cuenta cuenta.

Sango le comentó la situación que tenía ahora mismo con pelos y señales.

- Vaya¡¡ Pues está claro que quiere algo¡¡

- ¿Tu crees?

- Hombre Sango, no soy especialista en declaraciones de amor, pero el ambiente que cuentas no es típico de amigos, no sé, a mi me huele a algo más.

- Pero si el no quiere una relación estable.

- Mira cariño, una cosa tengo clara. Miroku igual no quiere, pero de tonto no tiene nada. No va a dejarte escapar si siente algo por ti, y te aseguro yo que es así, siempre te lo he dicho. Lo que paso el día de su despedida estaba escrito, era cuestión de tiempo.

- Sango, ¿que haces en el balcón?,- le grito Miroku.

- Hablando con Rin¡¡

- Saluda a esa loca de mi parte¡

- Vale. Te dejo, ¿le has oído no?

- Si. Llámame mañana, ¿vale?

La cena fue agradable pero Miroku estaba cada vez más extrañado. Sango, sólo tomo una copa de vino, no quiso picante, el guacamole que siempre le había gustado con solo olerlo le llevó directa al baño a devolver... y todo así.

- ¿Que te pasa Sango?

- Es el trabajo,- mintió. Tengo mucho estrés en la oficina, y claro... esta cena me ha tenido nerviosa toda la semana.

- Bien. Siéntate en el sofá y hablemos claramente. Yo también estoy bastante nervioso, y cuanto antes aclaremos las cosas mejor.

- Conforme.

Como no quería sentarse al lado de el eligió el sillón, haciendo que el se sentará en la esquina del sofá. Estaba muy guapo. Se había puesto unos pantalones negros y una camisa blanca. Al estar moreno le destacaban más los ojos azules, y el pelo rubio algo largo le hacia parecer un vikingo.

- Antes de nada te repito lo que siempre hemos dicho. Entre tú y yo siempre sinceridad, nada de mentiras. ¿De acuerdo?

- De acuerdo.

Miroku se empezó a poner nervioso. Nunca en su vida se había encontrado en esta situación. Estaba a punto de pedirle a Sango empezar una relación seria, formal, fiel, un verdadero compromiso. Una relación en la que se quería implicar y en la que pondría todo de su parte para que funcionara. Y no sabía como afrontar el tema. De nada le servía la experiencia de conquistador, ahora iba en serio, y ni tenía experiencia ni lo había visto nunca en su casa. Entre sus padres nunca se mostraron el más mínimo afecto.

Había pensado muchas veces lo que le diría y como, pero cuando por fin recuperó la voz no tuvo nada que ver con lo ensayado.

- Sango, no me he acostado con ninguna mujer desde que estuve contigo.

- ¡¡¿Que?!!

- Joder, que bestia soy¡¡¡ A ver…mira...Sango. Ostia, que nervioso estoy¡¡ Pues... eso... que no me he acostado con nadie.

- ¿Y?

- Que ha sido por ti.

- Miroku...

- Sango sé lo que te dije en el contestador, pero era mentira. Estaba hecho polvo. No sabía ni lo que hacía. Había bebido y me apetecía vengarme de ti por lo que tu me dijiste, pero he tenido tiempo más que suficiente para pensar y... Dios mío...no sé como decirlo...

Sango estaba temblando. Cada palabra que le decía Miroku se le clavaba en el corazón. Se le estaba declarando pero no sabía como hacerlo¡¡¡ Pero lo que no entendía era eso de lo que ella le dijo. Eso no lo comprendía.

- Miroku, de qué hablas, ¿qué te dije?

- Que no importa. De verdad, quizás me lo merecía por el discursito que te lance... ya sabes... cuando...,- se puso tan rojo al decirlo que se levantó para abrir la ventana.

- Por favor, no sé de qué hablas. Has dicho sinceridad, ¿no? Pues lo estoy siendo, no sé que te dije,- le dijo levantándose y poniéndose junto a el.

- Sango, te llame por teléfono desde Grecia cuando estabas con estas de vacaciones y bueno... me dejaste muy claro lo bien que te lo estabas pasando.

Tras unos minutos de silencio Sango se dio cuenta de lo que decía.

- ¿¿Eras tú??

- Quien pensabas que era¡¡¡¡¡

- Yo qué se, Miroku, tenías oculto el número. Además, no cogí yo. Fue Rin que estaba mas borracha que una cuba¡¡¡

- No me fastidies,- dijo pasándose las manos por el pelo. Tu sabes lo mal que lo pase¡¡ Estuve muy jodido imaginando...

- ¿Imaginándome con otros?

- Si,- le dijo acercándose a ella.

- Vaya... pero tu mensaje...

- Pues no. Era mentira. No he estado con ninguna...y... no quiero estar con ninguna que no seas tu Sango,- le dijo mirándole a los ojos mientras le agarraba de los brazos.

- Oh Dios mío¡¡

- Sango, te quiero. Creo que ya lo sabes, bueno...creo que lo sabe todo el mundo antes que yo. De verdad, me gustaría comenzar algo entre tu y yo. Intentar una relación. Lo he pensado mucho y creo que daría resultado.

Sin poder evitarlo Sango comenzó a llorar. No era llorona, pero entre que tenía las hormonas revueltas y lo que Miroku le estaba diciendo no pudo contenerse.

Cuando el la abrazo y la empezó a consolar se puso aún peor. Lloraba desconsoladamente. Un momento tan maravilloso como el que estaba viviendo y no sabía que hacer.

Miroku le había declarado que la quería, pero ¿y si le decía lo del niño? Igual no le creía Igual pensaba que era de otro y que no era Rin la que contesto No sabía que hacer y por eso estaba cada vez más acongojada.

Estaba atrapada. Si el le creía, le podía echar en cara el no habérselo dicho antes. Reprocharle que se lo decía porque ahora el era vulnerable, para tener un padre para su hijo¡¡¡¡

Miroku por su parte no sabía que pensar. Al principio pensó que lloraba de emoción, pero ahora no lo tenía tan claro. Menudo disgusto que tenía la pelirroja¡¡¡¡

A el le hubiera gustado besarla, era lo normal después de declararse, pero al ver que ella no paraba, la sentó en el sofá y después de consolarla un buen rato le preparo una tila. En realidad casi la necesitaba más el. De todas las respuestas que se había imaginado ninguna era esta. Llorar y llorar¡¡¡ Parecía una fuente¡¡

No le gustaba beber, pero los nervios empezaban a poder con el. Ella se había tomado la tila y daba la sensación de que estaba en trance. Con la taza en la mano mirando hacía el infinito y sin decir palabra. Claro... ¿¿que hacía el?? Se preparo un cubata y se sentó a esperar.

Sango era plenamente consciente del ambiente que había en la sala. Estaba tan cargado que creía que se iba ahogar. Estaba deseando echarse en los brazos de el, pero la duda respecto al niño la estaba matando. Tenía la sensación de que dijera lo que dijera la iba a fastidiar, y no quería perderle. Se decidió por dejar lo del niño para otro momento. Le explicaría que esta era su noche y que lo del bebe se lo pensaba decir cuando los dos estuvieran más tranquilos. Eso haría¡¡

- Yo también te quiero Miroku,- dijo en un susurro.

El se quedo en silencio. Siendo sinceros no la había oído. Estaba concentrado en sus pensamientos. Se estaba llamando idiota a sí mismo por no habérselo dicho antes. Si¡¡¡ La noche en la que se acostó con ella ya se dio cuenta de que había pasado algo. Mucho antes ya sentía un cosquilleo especial cada vez que la veía, pero no¡¡¡¡¡ No¡¡¡ Miroku el cobarde le tuvo que decir todas aquellas chorradas de que no estaba preparado, de que no le pidiera nada, de que era sólo sexo...¡¡¡¡ Era imbecil, y se lo tenía bien merecido. Ella había conocido a alguien en sus vacaciones y no sabía como decírselo, su pelirroja no quería hacerle daño.

- Miroku, te he dicho que te quiero,- le dijo un poco más alto asombrada ante la mirada de loco que tenía el. Miroku...

- Déjalo Sango¡¡ De verdad. Te entiendo. Me lo merezco. Toda la vida he sido un cobarde con las mujeres, pero... ahora me merezco esto,- dijo poniéndose de pies y empezando a caminar con las manos en la cabeza. Al menos... Sango, al menos espero que esto no hunda nuestra amistad, porqué de verdad que no podría soportarlo. Yo te comprendo y te mereces ser feliz. Si... te lo mereces... ¿Sabías que siempre he comparado a las otras chicas contigo?,- le pregunto cínicamente. Cómo iba a funcionar si no eras tu¡¡¡¡ O no eran pelirrojas, o no tenían tu sonrisa, no me escuchaban como tu, no necesitaba estar con ellas como contigo¡¡¡¡ Siempre Sango, siempre has sido tu y no me había dado cuenta, o lo que es peor, no quería verlo¡¡¡¡

Sango se recostó en el sillón y le miró. No le decía nada, la verdad es que interiormente estaba disfrutando un poco de la angustia de Miroku. De siempre ella le había dicho que algún día se iba a enamorar de alguna mujer de verdad y que iba a sufrir. Pero nunca se imagino que fuera ella¡¡¡¡ Miroku estaba tan desesperado que si seguía caminado así haría un agujero en la alfombra¡¡¡¡

- Eres una chica preciosa, lista, sensible...todo, lo tienes todo Sango. ¿Me pregunto si ese chico con el que estas se habrá dado cuenta? Espero que si.... en serio, espero que si porque sino sería como yo. Un idiota, un ciego que no ha sabido ver lo que tenía delante de sus narices¡¡¡¡ Un inmaduro que ha perdido a la única mujer que de verdad le ha interesado...

De repente se derrumbo. Se sentó en el sofá con los codos apoyados en las piernas y las manos en la cara. Estaba totalmente hundido. A la mierda el orgullo y el sentido del ridículo. No le importo que las lagrimas salieran de sus ojos, y menos aún que ella le viera.

A Sango por el contrario se le ilumino la mirada. Lloraba por ella¡¡ Lloraba porque creía que ella no le quería y que estaba con otro... Se levanto y se pudo de rodillas en el suelo entre las piernas de el. Le cogió las manos y se las quitó de la cara, quedando justo frente a el, cara a cara.

- Al menos se buena y en unos días no me lo presentes,- le dijo con media sonrisa.

- Lo siento, eso es imposible. Ya le conoces,- le dijo aguantando la risa, gesto que no le hizo ninguna gracia a el.

- Mira Sango, esto no tiene gracia...

Intento levantarse pero ella no le dejo. Le agarro con fuerza la cara para que se estuviera quieto y le beso con pasión en la boca. Cuando Miroku se dio cuenta de lo que estaba haciendo no pensó, únicamente reaccionó. La agarro con fuerza de la cintura y la acerco más a el. Entonces ella le rodeo el cuello con los brazos para besarle aún más fuerte.

- Sango... por favor, esto va en serio no juegues...

- Eres tú. No te puedo presentar a ti mismo,- le dijo sonriéndole.

- ¿Qué? Me has dejado gritar, hundirme, angustiarme y ¿ahora me dices que soy yo?

- Miroku, te he dicho que te quiero dos veces, pero estabas tan centrado en tus pensamientos que no me has oído,- le dijo Sango con cara de enojo.

- Por Dios¡¡¡ Repítelo, dilo para que yo lo oiga. -Al decir esto la tumbo en el sofá poniéndose encima y besándola en las mejillas, los párpados, el cuello-....Dilo, Sango.

- Te quiero Miroku. Y me encantaría empezar algo contigo. Y...yo tampoco me he acostado con nadie desde aquella noche,- le confeso tímida.

- Bueno...ummm, pues ya es hora de que lo hagamos que se nos va a olvidar.

- Ja, ja, ja, lo estoy deseando.


es larga la conti por todo el tiempo que os hize esperar
siento mucho el retraso
espero q no me lo tengais en cuenta
y tbn q os haya gustado