One-shot Una más entre la gente

Miró a lo lejos al de cabello púrpura. Tenía una hermosa voz que se podía distinguir a lo lejos.
En sus heladas manos llevaba una bolsita no muy grande, con un listón azul. Quería dársela, pero no hallaba cómo.
Una vez que intentó acercarse, se asustó al ver que él hablaba con sus amigos. ¡No podía interrumpirlo, y mucho menos si esos chicos estaban allí!
Sentía un nudo en la garganta, ¿y qué tal si no podía entregárselo? Ella quería que él supiera cuánto lo quería. Pero... no quería que descubriese sus sentimientos, lo cual era contradictorio.

Era navidad, y todo su salón había decidido entregar obsequios a una persona, a quien más quisieran.

Luka, desde pequeña, había estado enamorada de Gakupo, el día en que él le tendió la mano cuando se cayó andando en bicicleta. Él sanó sus heridas, y conmovió a su corazón con su bella sonrisa.

Pero, ¡ahora Gakupo tenía cientos de admiradoras! Inclusive los chicos.

¿Qué podía hacer ella siendo sólo una más entre la gente?

Observó sus manos, que estaban muy frías, y se dio la vuelta, pero no se fijó, y tropezó con una persona.

—¡Lo siento mucho! —tartamudeó.

—No hay problema —sonrió el chico. Por alguna extraña razón parecía feliz de verla.

Ella escuchó los chillidos que provenían de su mente. Sólo se decía a sí misma: "¡Dáselo, no seas tonta!" y respiraba con dificultad, mientras hablaba con un hilito de voz y pronunciaba palabras inentendibles.

—¡Gakupo, tenemos juego de baloncesto! —lo llamó uno de sus amigos.

—¡Ya voy! —respondió.

Luka quedó cabizbaja, en ese entonces él pasó una de sus manos por su cabello.

Se había ido sin decir nada... ¡Y prácticamente la había dejado con taquicardia!

Su corazón parecía estar cantando una melodía sinfónica con las notas más dulces.

Las horas pasaron, ella se quedó dormida en el aula, la clase de Historia le parecía muy aburrida.

—Luka... —la movió con delicadeza, se veía muy linda durmiendo—. Luka —la movió con un poco más de fuerza—. ¡Luka! —la sacudió.

Era inútil, ella dormía como tronco. ¡Una estampida de elefantes podría pasar por allí y ella aún seguiría durmiendo!

A Gakupo le llamó la intención el contenido de aquella bolsita bien decorada.

Ladeó la cabeza asegurándose de que nadie lo viera y abrió la bolsa.

—Una bufanda... —dijo sonriendo, esa chica era muy tierna—. Oh, hay algo más.

Había una carta adherida al fondo del empaque, la despegó y la abrió con cautela.

"Gakupo.

Sé que no soy la más linda del salón, ni la más inteligente, o divertida... pero, pero... quería decirte que si estuvieras conmigo, sería la mejor chica para ti, y por muy tonto que suene, mi mundo brilla cuando estoy a tu lado. Me estremezco cuando te oigo reír, y me congelo cuando te veo sonreír.
No te pido que estés conmigo, te pido que sigas sonriendo, y que seas muy feliz, porque a pesar de todo, estaré feliz si tú lo estás también."

Gakupo se quedó sin palabras.

La observó, ella aún seguía dormida.

Acarició su cabeza, y se sonrojó al ver sus labios, se veían de un lindo color rosa, y ella lucía pálida.

En ese momento, ella despertó, y se espantó al ver que el chico traía en mano la carta que ella había hecho.

—¡Ay, se supone que nadie debía leer eso! —se levantó del asiento e intentó arrebatarle la carta de las manos—. ¡Dámela, dámela! —hizo un puchero.

Él, siendo más alto que ella, la esquivó y quitó la carta de su alcance.

—Hey... —la detuvo.

—Lo sé, me rechazarás, no hace falta que me lo digas —dijo mirando al suelo.

Él se acercó a ella y la abrazó con fuerza.

—Eres la chica más tierna que he conocido, y siempre te he querido, siempre, desde el momento en que te encontré lloriqueando con la rodilla sangrante.

Luka lloró de la alegría. ¿Era un sueño, acaso? ¿El chico al que amaba se le confesaba?

Lo estrechó fuertemente y posó su cabeza en el hombro de él.

—Gakupo... —susurró—. Te quiero, Gakupo.

Y fue allí cuando el tiempo se detuvo, y sólo existían ellos dos.