Microrrelato Una lucha interna

Una Lucha Interna



Un pequeño reto de mi amigo Fenix, que decidí aceptar, espero que te guste.




Busco el sentido a la vida, a mi vida. Siento que, con cada disparo que hago, parte de mi humanidad desaparece. Si me preguntáis hace 2 años que si pondría un arma en mis manos, os hubiese dicho que no, que las temo. Ahora duermo con ella.

Tengo un ojo abierto ahora mismo, y no porque tenga insomio, sino porque a mi amiga Lucía le pasó lo que no quiero que me pase: Tener una visita "mortal". Lo siento, perdonad mis modales, este chiste es malo y además no es apropiado para la situación.

¿Pero que...? ¿Que demonios hago hablándome a mi misma? Seguramente este perdiendo la cordura, pues este mundo no da más de sí. Estoy esperando a que Joe me despierte para preparar el campamento.

Oigo la lluvia, y mi tienda de campaña parece sucumbir por momentos ante la atronadora lluvia que cae del cielo. Puto diluvio. Odio la lluvia, y mas de noche. Creo que...

— ¡Melissa! ¡Levántate, a Marcos le pasa algo! — Me dice Joe, entrando apresuradamente a la tienda. — Tienes 2 minutos para vestirte.

Hago un gesto con la cabeza que Joe entiende perfectamente. Sale de la tienda. No se si se ha dado cuenta de que estoy vestida, pero me da igual. Me siento en los pies de la cama, me coloco las manos en la cabeza.

No puedo evitar el llanto. Marcos lleva 1 semana con problemas del corazón. Marcos es mi hermano.

— ¡Melissa! ¡Apresúrate carajo!

Quiero ir, quiero verle una última vez, pero me es imposible. Llevo la impotencia dentro, y no quiero verlo morir, pero si verlo una última vez.

Me presiono el corazón, las lagrimas brotan de mis ojos con mas fuerza. En ese momento, disparos. 2, exactamente. Silencio. Silencio.

— ¿...Joe...?

No oigo nada. Mis pulsaciones aumentan exponencialmente. Salgo de la tienda, y Joe esta tendido en el suelo, y mi hermano, Marcos, arrancándole la traquea con furia. Sus ojos se centran en los míos.

Me observa, me analiza. Desenfundo mi arma y apunto a esos ojos de mi hermano, esos ojos, endiablados. Un sonoro disparo. Acierto. Me arrodillo. Quiero ganar mi lucha interna.