Colección Una historia en el tiempo.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Jhosep Zar, 6 Septiembre 2020.

Cargando...
  1. Threadmarks: Eres un tonto
     
    Jhosep Zar

    Jhosep Zar Usuario popular Comentarista empedernido

    Escorpión
    Miembro desde:
    27 Noviembre 2012
    Mensajes:
    672
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    Una historia en el tiempo.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    448
    Para todos aquellos que se pasen por este tema, quiero decirles que no abra un género especifico ya que ese tema de trata de una colección de diversas historias de diferentes estilos de géneros, espero que las historias les gusten tanto como a los escritores al hacerlas y por mi parte espero que, si no pueden trasmitir algún mensaje, a menos que sean del agrado de los lectores.

    Eres un tonto, bastó unas solas palabras para golpear mi corazón e intentar provocarle lagrimas a mis ojos. ¿Porque decidiste decir eso, en ese lugar tan sencillo en que sirven comida simple?


    Salía de mi trabajo en la farmacia para invitarte un almuerzo porque me dijiste que habías tenido un duro día de trabajo reparando vehículos averiados. Y ahí estábamos sentados en esas mesas de aquella cafetería, tomé la pancarta mientras tu bebías un simple vaso de agua, cuando pusiste el vaso sobre la mesa me miraste de manera algo seria, al principio no me di cuenta porque no podía decidirme si comer algo ligero o algún simple postre, ya que cualquiera de los dos habría estado bien para mí. Noté tu contemplación sobre mí y me preocupada esa mirada. Me incomode un poco ya que ese día no traía mucho maquillaje porque en el trabajo no me permitía ponerme bella como solía hacerlo cuando íbamos a alguna fiesta en las noches de los fines de semana, no soy tan linda, pero el maquillaje me hacía sentirme segura y eso era lo que no sentía al tener tu mirada plantada directamente hacia mí, me perturbaba un poco esa seriedad que imagine que algo malo había sucedido y estaba a punto de escucharlo de ti, a pesar del ruido de los clientes a nuestro alrededor, pronunciaste la primera palabra cuando tu expresión cambio repentinamente, sentí que el tiempo se detuvo a nuestro alrededor mientras decías lo que tenías que decirme, mi cara de incomodidad y preocupación de desvaneció cuando dejaste de hablar y tus mejillas se encorvaron mientras las mías se paralizaron.


    No era el momento ni el lugar adecuado para decir aquello, ni siquiera algún motivo en específico; no pude hacer nada más que cubrir mi rostro con mis manos mientras esas palabras se repetían en mi cabeza, realmente golpeaste mi corazón de tal forma que quería derrumbarse ante las emociones inesperadas que le diste, esas palabras que creo que jamás podré olvidarte pronunciar.


    “Oye… tu, en verdad me gustas”


    Eres un tonto, sonríes descaradamente después de decirme eso. No podré negarlo nunca jamás, tú también me gustas…
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  2. Threadmarks: Momentos de Paz
     
    Jhosep Zar

    Jhosep Zar Usuario popular Comentarista empedernido

    Escorpión
    Miembro desde:
    27 Noviembre 2012
    Mensajes:
    672
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    Una historia en el tiempo.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    581

    La blanca nieve que caía del cielo, era vista por un majestuoso cachorro de lince que dentro de un viejo tronco estaba algo preocupado, miro por los alrededores y no era únicamente el quien se veía preocupado, varias ardillas del lugar y algunas comadrejas también actuaban de la misma manera, era bastante raro que varios animales de la zona estuvieran reunidos en grandes grupos, como si alguna especie de paz hubiera llegado a la montaña, y a pesar de todo algunos se veía preocupados, otros simplemente se divertían en el bosque.


    —Ahí viene — dijo aquel lince al ver a uno de su especie de mayor tamaño aproximarse entre la nieve, y cuando se le acercó decidió hacerle una pregunta — ¿Dónde están los humanos?
    —Camine hasta la ciudad — respondió con seriedad el felino grande — No había vehículos moviéndose por las calles, ni transeúntes por los vecindarios.
    —¿Qué significa eso? — el pequeño animal tenia demasiada curiosidad.
    —No lo sé, los humanos no se ocultan para hibernar, tampoco migran a otros pueblos.
    —¿Desparecieron?
    —Eso es imposible — decía el lince adulto con una actitud amarga —Escuche rumores de que se pueden ver humanos dentro de sus hogares, seguramente traman algo y no puede ser bueno.
    —Talvez ese no sea el caso — un pinzón que se encontraba sobre una rama del tronco en el que el felino reposaba, había escuchado todo con atención — Parece que en realidad decidieron ocultarse por voluntad propia; de aquí hasta donde se divisa el horizonte, todos los humanos se han escondido, le tiene miedo a algo y sé que no es a nosotros.
    —¿Qué quieres decir ave? — pregunto el felino mayor con algo de curiosidad a lo que el pájaro bajaba de las ramas dando saltos.
    —Algunas cigüeñas dijeron que parecen ocultarse de algo que está en el aire, un veneno mortal que solo les hace daño los humanos.
    —¡Eso suena terrible! — el lince pequeño parecía preocupado.
    —Terrible, no digas cosas sin sentido niño — el pinzo se burlaba mientras se acercó con una mirada sádica en sus pequeños ojos— seguramente lo que los está matando fue provocado por ellos mismos. Matan a cientos de nosotros cada año sin sentir remordimiento algunos, a algunos nos torturan y a otros simplemente nos comen. Extinguieron a varios de mi especie y ahora parece que les toca a ellos, no sé qué piensen ustedes, pero yo espero que ese veneno acabe con todos ellos, que sientan parte del dolor que muchos de nosotros hemos sentido — Se alejó del refugio dando saltos mientras extendía sus alas — No sé ustedes, pero yo voy a disfrutar de esta paz y ver como los humanos mueren, ustedes hagan lo que quieran.


    Dio un gran brinco y voló hacia la ciudad que se podía divisar desde esa montaña.


    —¿Crees que lo que diga esa ave sea verdad? — el lince joven tenía muchas dudas respecto a la situación presente.
    —No lo sé hijo.
    —¿Entonces qué hacemos?
    —Haremos caso a las palabras del ave, disfrutemos estos momentos de paz.

    El lince y su cachorro esperarían hasta la noche para pasear por la ciudad desierta, una ciudad que ya no les pertenecía a los humanos, si no a los animales que reclamaban tierras que antes fueron suyas.


    Quien sabe, quizás las palabras del pinzón se volverían ciertas y la era de la humanidad estaba llegando a su fin, un final que era producido por un organismo tan pequeño llamado, virus, un virus que a los animales, les trajo paz.
     
    Última edición: 4 Octubre 2020
    • Me gusta Me gusta x 1
  3.  
    Elliot

    Elliot Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    29 Diciembre 2018
    Mensajes:
    305
    Pluma de
    Escritor
    Que bonita la primera historia~, aunque pensé que lo que le iba a decir era pedirle matrimonio jaja.
    Me gustó el concepto de la segunda, me recordó a un tuit parecido pero que era con animales de zoológico en lugar de salvajes. Irónicamente, tengo entendido que los gatos (aunque no sé si por extensión los felinos en general) son los animales con más posibilidades de contraer coronavirus, incluyendo el de ahora, así que a lo mejor el lince no debería festejar mucho (lo cuál es una pena porque el que estaba siendo malicioso era el pajarito).
     
    • Ganador Ganador x 1
  4.  
    Jhosep Zar

    Jhosep Zar Usuario popular Comentarista empedernido

    Escorpión
    Miembro desde:
    27 Noviembre 2012
    Mensajes:
    672
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    Una historia en el tiempo.
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    2192
    Un joven de piel blanca, cabellera rubia y traje elegante, tenía la mirada reflexiva sobre una hoja de papel que parecía ser un documento importante, parecía bastante pensativo ante la mirada de una mujer anciana que se le acercaba.



    —Tomas, ¿Que estás leyendo?
    —Es mi aviso de renuncia — dijo de forma amable y mirada fría — Cuando mi labor termine en esta casa, tendré que volver a la fábrica para ser desactivado permanentemente y convertido en chatarra.
    —Eso, se oye algo triste — la anciana se le acerco mientras caminaba bastante lento, parecía tener dolores en la espalda.
    —Me pusieron al servicio hace 27 años resultado de una prueba beta, caduque hace mucho tiempo.
    —Yo aún recuerdo cuando llegaste a este hogar, hace 27 años, mi hijo tuvo un accidente automovilístico el cual le costó la vida, yo quede en shock y mi salud se deterioró, la agencia de servicio robóticos fue muy amable en enviarte a ti para cuidarme.
    —Mi memoria lo recuerdo bien — decía con esa mirada de siempre — Creyó que me había enviado para remplazar a su hijo.
    —Lo sé y me disculpe por eso, pero a pesar de todo, llegue a mirarte como esa parte de mi vida que murió hace mucho tiempo.
    —Soy y siempre he sido una máquina, a pesar de eso me trató como un ser humano.
    —Un robot con aspecto humano— la anciana se alejaba de la habitación — Quizás seas un modelo antiguo, pero has sido el mejor compañero que pude tener.

    La anciana puso esa mirada de alegría que solía ponerle a los invitados que llegaban de visita y a las personas de la comunidad, sin embargo, el autómata se dio cuenta de lo falsa que era esa sonrisa, después de todo convivir con ella tantos años le dio la capacidad de entender sus emociones gracias a la ayuda de sus componentes mecánicos.


    La vida cotidiana de la mujer era bastante común a la de cualquier mujer de su edad, salía de compras a la ciudad, pasaba por el vecindario saludando a los vecinos, se detenía a alimentar a las palomas de la plaza y miraba telenovelas antiguas en su viejo televisor a pesar de las nuevas tecnologías del mundo moderno, en cada una de esas sencillas cosas, Tomas la acompañaba día y noche siempre mostrando esa misma expresión seria y tranquila que una maquina como él tenía.

    —El festival de juegos artificiales será dentro de poco — decía la anciana mientras miraba un cristalino lago del pueblo — ¿No te emocionas Tomas?
    —Sí, es bastante llamativo — dijo con esa misma expresión.
    —Te verías más sincero si sonrieras cando dices eso.
    —A pesar de tener aspecto humano, los viejos autómatas como yo no podemos sonreír, no nos programaron con esas emociones humanas.
    —Siempre supe eso, a pesar de todo te considero como un hijo para mí, pero el que yo te tratara de esa forma no significaba que realmente lo fueras.

    La sonrisa de la mujer mayor brillo con la luz del atardecer sobre el lago, tomas se dio cuenta de que esa sonrisa era sincera, el convivir con esa persona por tanto tiempo le hizo darse cuenta cuando sus expresiones eran falsas o reales. Recordó entonces los primeros días que llego junto a la mujer, la gran sonrisa que puso cuando le dio la bienvenida para minutos darse cuenta que se había ocultado en el baño para llorar por la pérdida de su hijo, incluso aquella navidad hace diez años en la que después de tener una fiesta en el pueblo ruidosa, regresaba a casa con lágrimas en los ojos porque no tenía la compañía de su familia, aquella sonrisa era diferente de aquella y muchas veces en las que decía estar feliz y no era así. Tomas no entendía las emociones humanas, pero si el cuándo su estado de ánimo subía o bajaba, así que se preguntaba si él podría entender un poco a la mujer si también podría llegar a reír o llorar, pero el jamás sentiría tristeza o emoción alguna, había una única cosa que podía hacer y que le tardo tanto en aprender, uso los movimientos de sus mecanismos faciales y doblo sus mejillas hacia arriba.

    —Claro que si — dijo con una voz algo genérica — Me gustan los fuegos artificiales.

    La mujer mayor vio sorprendía la cara de Tomas quien en vez de tener una sonrisa enérgica, tenía una expresión extraña en el rostro, a pesar de lo rara que era esa mueca, a ella le divertía siempre que el hacía ello. Comenzó a reír por la acción del autómata y él pudo ver una sonrisa sincera en el rostro de su dueña.


    Los días y las estaciones pasaron sin detenerse, dentro de poco sería invierno una estación que marcó el inicio de problemas en los próximos días, pues la anciana comenzó a tener problemas leves del corazón, pinchazos suaves que le preocupaban. Tomas la llevo al hospital donde pasó en cama los días de navidad.


    El año nuevo llego y la a anciana volvió a casa con algunas pastillas para su corazón, Tomas le preparo una manta caliente ya que debía reposar durante algunos días. El autómata limpiaba su casa y le preparaba comidas ligeras.

    —Estuvo delicioso — la anciana quien recostada en cama le entregaba el plato a Tomas — Copiaste mi receta a la perfección, me recordó a mis días de cocinera en mi viejo trabajo.
    —No fue tan difícil, soy un robot programado para eso.
    —Nunca intentaste experimentar por tu cuenta, suena un poco triste porque me hubiera encantado comer algo hecho por ti —se recostó ya que parecía tener mucho sueño.

    Tomas salió de la habitación y se dispuso realizar más labores domésticas; mientras cortaba el césped con tijeras, sus manos se detuvieron cuando intentaba cortar ramas secas de algunas flores del jardín. Estaba recordando lo que la anciana le dijo hace poco y comenzó a dudar sobre lo que haría para cenar.

    El anochecer se hizo presente y la mujer recostada en cama vio cómo su autómata traía su comida en una pequeña olla de cerámica, abrió el contenido y había un platillo extraño.

    —¿Qué es esto?
    —Helado de tomate y dientes de ajo — dijo con algo de seriedad — Intente crear una receta, pero mis limitaciones me lo impiden, así que esto sería el equivalente a lo mejor que puedo hacer.

    La anciana comenzó a reír mientras el autómata pensó que había cometido un error.

    —Es la cosa más rara que he tenido para comer.
    —Preparare otro plato…
    —No es necesario —la anciana sonrió — Ver que lo intentaras fue un agradable platillo para mí.

    Tomas logró ver esa sonrisa de felicidad en su ama, era algo que no entendía, su salud estaba bastante mal y parecía que le quedabas algunos años más de vida, no comprendía a los humanos por completo y lo poco que sabía de ellos lo interpretaba de manera herrada.

    —Sabes, no me queda mucho tiempo en este mundo, mi hijo y mi esposo partieron al más allá antes que yo, estuve realmente triste cuando murieron y pensé que morir sola era mi único destino, cuando llegaste mi vida llenaste parte de ese vacía que mi familia dejo. Mi querido Tomas, espero que no te sientas solo cuando ya no esté aquí.
    —Eso no pasara, cuando mi deber termine aquí tendré que volver a la fábrica para ser destruido y convertido en engranajes y piezas para otras máquinas, seguiré siendo de utilidad.
    —Eso suena un poco triste, una maqui… no, una persona ser tan servicial y amable como tú no debería terminar así, al menos yo no quiero eso, tu deberías ser quien elija como quieres vivir o morir.
    —Soy un autómata, mi deber es cumplir el propósito por el cual me programaron.
    —Tienes razón — dijo la mujer algo triste mientras agarro la mano del autómata — Entonces cumple tu deber y quédate conmigo para siempre, mi querido amigo Tomas.

    El autómata sostuvo la mano de su dueña hasta que ella se quedó dormida.


    Cuando los pájaros cantaron en las primeras horas de la mañana, tomas entraba a la habitación de su ama, con un vaso de té caliente y algunas medicinas.

    — Ya es de día —dijo levantando las cortinas de la habitación — El desayuno estará listo dentro de poco.

    El androide se acercó a la mujer y noto algo extraño, era bastante común que ella despertara temprano, se acercó hacia ella y pudo notar que ella no respiraba, agarro su mano y tomo su pulso. Ella había muerto.



    La trágica noticia sonó por todo el pueblo, muchas personas acudieron al funeral de la mujer; conocidos, amigos incluso algunos familiares que solían visitarla con poca frecuencia, todos se presentaron en el funeral. Un triste día que llovía a cántaros mientras las personas lloraron la penosa muerte de la mujer. Tomas quien estuvo presente en todo momento de la ceremonia mirando su carta de jubilación mientras las personas daban sus condolencias y se despedía de la mujer. El funeral concluyo con el entierro de la anciana en el cementerio del pueblo, una ceremonia a la que Tomas no asistió ya que su orden era absoluta, él se quedó en casa para recoger sus pertenencias y volver a la fábrica donde fue construido, para ser desmantelado y convertido en chatarra. Caminó por los pasillos de esa vieja casa por última vez, contemplo el lugar donde su dueña solía sentarse a mirar siempre los atardeceres. Observo ese lugar por varios minutos recordando los días en los que acompañaba a su dueña a mirar el cielo mientras ella bebía té caliente. Guardo sus cosas en su equipaje y antes de dirigirse a su lugar de origen, se encamino hacia el cementerio.


    En el interior del panteón ya no se encontraba nadie, la ceremonia de despedida había culminado hace algunas horas, además que la lluvia obligo a muchos a irse del lugar, aunque eso a tomas no le importaba. Circuló por el lugar y finalmente encontró la tumba de su dueña, la miro por algunos minutos y entonces recordó algo respecto a ella al mirar el sepulcro de a lado, su hijo y su esposo se encontraban cerca de ella.

    —Señora……lamento no haber venido a su funeral, tenía que limpiar su hogar y recoger mis cosas, mi misión ya ha finalizado —guardo silencio durante algunos minutos hasta que volvió a hablar — No sé si me escucha o no, la maquinas cono creen en cosas como estas, recuerdo que solía hablarle de la misma manera a su hijo y su esposo cuando venía a verlos así que pensé en imitar lo mismo.

    El hombre mecánico se dio cuenta de que lo que hacía era inútil, nunca logró entender el comportamiento irracional de su dueña al hablar con los muertos de igual forma, lo único que pensó es que hacerlo sería respetuoso para ella y seguida siendo inútil ya que ella había muerto. Decidió marcharse dado que su misión se había cumplido, entonces se arrodilló frente a la tumba.

    —Adiós señora Susan…

    Se quedó en silencio mientras la lluvia comenzó a caer de manera más fuerte, se disponía a levantarse y se detuvo al mirar su reflejo en un charco de agua. Tomas el autómata estaba llorando, las gotas de lluvia que caían sobre su cabeza atravesaban sus ojos formando lágrimas, una escena que no creía posible sabiendo que es solo una máquina. Lo recordó, a su memoria volvieron todas aquellas remembranzas grabadas que tuvo junto a su dueña, los días tristes y los días de paz, todos y cada uno de ellos llenaron su memoria durante los últimos años, y por fin podía creer que en su corazón de metal estaba ese sentimiento que necesitaba en ese entonces. Tristeza, dolor y melancolía, esas lágrimas en sus ojos eran la clave que necesitaba ver para saber cómo se sentía y lo que quería hacer.

    —Señora Susan, realmente yo… la extraño — dijo mientras se ponían en pie sin dejar de ver aquellas lagrimas reflejadas en el agua a sus pies —Yo… quiero cumplir su último deseo.

    Tomas se acercó a la tumba de su dueña se sentó a su derecha y abrió el seguro de sus circuitos de una ranura de su cabeza, las gotas de agua hicieron contacto y esta comenzaron a quemar el circuito electrónico de su cabeza.

    Las funciones primordiales de Tomas comenzaban a apagarse y su batería comenzaba a fallar, mientras sus componentes perdían energía el logró hacer algo que su ama siempre quiso ver en el autómata, Tomas sonreía mientras reposaba sobre la lápida de la persona que cuido durante los últimos años. Finalmente, los circuitos de tomas fallaron y se volvieron obsoletos, el robot estaba quemado, ya era inservible.


    La primavera era amable con aquel lugar sagrado donde los muertos descansaban en sus tumbas, entre ellas había una peculiar, donde el viejo cuerpo de un robot ya oxidado y cubierto por musgos y plantas sonríe en compañía de las demás tumbas, muchas personas la consideran una tumba más formando parte del lugar, después de todo yace en ese lugar.


    El corazón de un autómata


     
    Última edición: 15 Enero 2021
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso