One-shot de Pokémon - Una experiencia para toda la vida.

Una experiencia para toda la vida.

Hola, aquí vengo con un nuevo fic, este es muy especial, "la razón", no lo puedo decir xD. En fin los dejo.

Una experiencia para toda la vida.

Esperar no sirve de nada, si no sabes hacerlo, ese era el gran problema de May, la rutina le daba fastidio y no toleraba la tardanza, sinceramente hay cosas que debes aprender a realizar con el transcurso de los años.
Pero ella no lo hizo y tampoco pretendía hacerlo, según la teoría de los seres humanos, el hombre aprende de sus errores y de ellos saca provecho para no volver a caer en ellos. Simplemente todo tiene relación.
Ella veía las gotas de lluvia desde la tienda de abarrotes, el eco que las personas hacían al caminar en los charcos formados en la afueras se mezclaban con el silencio que abordaba ese humilde lugar, lo único que esperaba era la llegada su actual novio.
Sí, ese azabache tonto que siempre deja mal en momentos riesgosos, pero si tan despistado era por qué no ha terminado con él, la razones de eso pueden hacer reír a un niño por que son tan infantiles que a veces la capacidad del entendimiento no es suficiente, es porque ella lo ama.
Sí, el amor, ese sentimiento que los adolescentes jamás entenderán, ese efecto que causa que los hombres hagan idioteces. Se ha dicho que es lo que hace que se revuelva tu estómago, el nerviosismo que puede causar puede ser de igual magnitud que un dolor de cabeza.
La tardanza de su chico había dado en el clavo, ahora estaba irritada, nada parecía cambiar ese aspecto que su rostro adquirió, pequeñas hileras de piel se formaban en su frente, sus ojos se tiñeron de furia y nada es completo si el cuerpo no hace la reacción adecuada, ahora sus puños se apretaban causando heridas ligeras que hacían que brote ese espeso líquido rojo.

Sin remordimiento abandonó el lugar ahora ya no importaba si Ash aparecía, total ella ya estaría en su casa bajo el calor de un techo que le brinde protección.
Sus pasos eran pequeños pues los charcos le dificultaban la caminata además de que causaban una sensación de cosquilleo cuando pisaba. Varias sanguijuelas estaba adheridas a su suave piel, esa piel tan blanca que no había perdido su coloración con la constante exposición al sol, ya no sentía el dolor que esos animales le causaban al ingerir ese líquido que es considerado una fuente a la vida.

Dos cuadras había avanzado, su terquedad y suerte le pondrían una piedra en el camino, una prueba que solo ella podrá superar. Nadie la ayudaría, sus gritos en búsqueda de ayuda habían sido ignorados, pues todos estaban en búsqueda de protección ante esos chorros de agua, que eran acompañados de una potente reacción que en un intento rebelde te quitarían la vida.

La causa de sus lamentos, era que durante el esfuerzo de llegar a casa, el destino le puso una experiencia más a su vida. Pues tres hombres la capturaron, tres hombres desconocidos, de esos que salen de la nada y te despojan de tu libertad, un trapo tapaba la boca y unas manos llenas de músculos sujetaban sus pequeños brazos que no estaban dispuestos a ceder, la chica había comenzado a forcejear. Pero sus intentos fracasaron ante la violencia que esos seres conservan, fue aventada en la parte trasera de una camioneta, uno de esos rufianes la cuidaba para que no cayera del auto o simplemente para evitar cualquier grito en búsqueda de auxilio.

Ahora habían pasado minutos, tal vez horas, pero eso era algo que no importaba. Su esbelto cuerpo estaba atado a una silla, sus ojos se mantenían tapados, sus movimientos fueron restringidos con fríos objetos que sirven para vendar a las personas que se encuentran enfermas.

Ahora sólo escuchaba voces, gruesas voces que pretendían buscar la satisfacción para una buena vida. Ellos pedirían rescate, ¿cuánto estaría bien?, dos millones,”no”, mejor cinco millones, eso es lo que vale una coordinadora mimada y dulce. Todo estaba planeado.

-Jefe aquí traemos el paquete- melancólicamente con una voz ronca el sujeto hacía reverencia a su jefe, su frialdad hacía que su tristeza se delatara.
-Perfecto, ¿les costó trabajo atraparla?- una sonrisa de satisfacción se remarcaba en su demacrado rostro, pero May no alcanzaba a apreciarlo completamente, el pedazo de tela lograba el objetivo de que sus ojos se nublaran, pero no en su totalidad.
-Para nada, la tonta caminaba por la calle sin compañía- intervino el sujeto más fornido de los cuatro, su mirada se dirigía a su compañero de secuestro.
-Los felicito muchachos, hicieron un buen trabajo, ahora lo que tenemos que hacer es contactar a Norman- con su mirada hizo señas de que le pasaran el teléfono, sus dedos se deslizaron marcando algunos números.
-Jefe, antes de hacerlo podríamos divertirnos con ella- una mano se posó sobre uno de los senos de la coordinadora, haciendo que sintiera asco con el contacto. Una bala traicionera se disparó, el cuerpo de la joven fue manchado en sangre, mientras un quejido y gritos incontrolables se formaban en la habitación. El hombre cayó muerto ante los pies de sus compañeros que sintieron como la sangre se les helaba.
-Cualquier intento de daño que le hagan a esa chica, correrán el mismo destino que el tonto de Mark- su único ojo miraba con seriedad a sus cómplices que asintieron ante la orden de su líder.
-Jefe, ¿no cree que exageró al matar a Mark?- sus manos temblaban por hacer esa pregunta, pues el superior de esta pequeña banda era tan irritable que hasta el zumbido de un insecto haría despertar su furia.
-No- sentenció para que sus labios rozaran la suavidad de los de la joven, que sintió el mayor asco en su vida, algo que se igualaba con la putrefacción de la basura.

El jefe desapareció en lo siniestro de la habitación, que olía a pólvora por consecuencia del disparo que antes se produjo. Uno de los sujetos sacó una navaja y de un tajo le quitó la banda a la joven que por consecuencia de la fuerza su rostro se desfiguró con una enorme cortada.
No pudo gritar, el dolor era tan poderoso, que cayó desmayada ante los brazos del otro sujeto.
-¿Qué hiciste, pedazo de animal?- el sujeto sacaba sus palabras más groseras que atacaban a la esencia de su compañero- El jefe nos matará- temerosamente mencionó ante la mirada asesina de su cómplice-Cállate- cuando el arma apuñaló a la coordinadora en el pecho, el hombre horrorizado la dejó caer, aunque por tanto temor que sintió murió al instante de un paro cardiaco.

El otro sujetaba el arma llena de sangre, rápidamente aventó el objeto punzo cortante a un lado, se dirigió hacia el baño y con tranquilidad lavó sus manos asesinas queriendo evitar las pruebas de sus actos.

Unas lágrimas resbalaban por un rostro lleno de juventud, sus puños se cerraban con gran fuerza por la impotencia que sentía, no evitó llorar. “Nadie lo podría resistir”, ver a tu amada demacrada envuelta en un charco de sangre con sujetos tirados a su alrededor, hacía que miles de cosas se vinieran a la mente.

Lo mucho que ha sufrido. ¿Qué cosas aparatosas le habrán hecho?¿La habrán violado?, sentía tanta impotencia que sus lágrimas aumentaban en intensidad. Sus piernas llevadas por la inercia se movieron en gran velocidad hacia el cuerpo inerte de la joven, la tomó entre sus brazos y su cara se adentró en el pecho de la coordinadora para desahogarse, la humedad que sus ojos desprendían mojaron la blusa ensangrentada de la muchacha.

Balazos se oyeron, los policías presentes en el lugar cayeron muertos, el joven estrepitosamente miró en todas direcciones en búsqueda del asesino. Cuando un sujeto deforme se le aventó encima, un tajo de su navaja le cortó parte de la espalda. El hombre sujeto a Ash y lo amenazó con una pistola en el cuello, en ese momento otro sujeto aparecía por la puerta del baño.

-¿Qué pasa jefe?- una pregunta insensata en esos momentos salió de la boca de su secuaz-Lo mismo te pregunto- fastidiado por la situación-Te dije que no tocaras a la chica- los dientes del líder se apretaban partiéndose.
-¿Perdón?, no pude evitarlo- bajó la mirada, justo en ese momento una de las armas que sujetaba su superior se le incrustó en el cuello, acabando con una vida más.

Una sonrisa macabra que podía hacer huir hasta al ser más valiente se reflejó en la cara del único de los sobreviviente de la banda, giró al joven y le estampó un golpe en el estómago, haciendo que su boca expulsara una mezcla de saliva y sangre. Rápidamente una patada deformó el rostro de Ash, golpes constantes estaban acabando con su humanidad.

El joven daba quejidos y sollozos de dolor, atraído por la confusión, intentó dar unos cuantos golpes que fueron evadidos con facilidad, y como resultado de su atrevimiento un tiro al brazo fue su castigo, el arma aun estaba caliente cuando probó la sien del chico. Él cayó completamente herido a los pies del fornido sujeto, que lo miró con desgano.

-¿Sabes muchacho?, te admiro, no sé cómo diablos llegaste aquí, pero has demostrado mucho valor, aunque lamentablemente para tí, tu final ha llegado- lentamente colocó el revolver en la cabeza del joven que estaba fuera de combate.

Un grito desgarrador invadió el lugar, unas manos delicadas pero poderosas sujetaban una daga que penetró su corazón, su cuerpo lentamente perdió las fuerzas, una sonrisa fracasada se formó en sus labios para que su cuerpo cayera sobre la humanidad del entrenador.
El cuerpo del alguna vez presumido líder fue retirado del entrenador, una cabellera castaña se recostó sobre el abdomen del chico.

-Ash, amor, ¿respóndeme?- soltaba las palabras con mucho esfuerzo, sus dedos pellizcaban la piel del joven para tratar de hacerlo entrar en razón.
-Ash, ¿puedo dormir aquí?- cerró los ojos, la castaña quedó inconciente.
-Duerme todo lo que quieras amor- sus manos acariciaban el rostro de la chica-duerme por favor- concluyó para entregarse a Morfeo. Al fin después de tanto tiempo hacían algo juntos, “dormían juntos” ahora su principal objetivo era “sobrevivir”.

Fin.