Miedo: Lunes inicio de semana, una mañana como cualquiera quizá… Ella se sienta en su ordenador, para revisar correos y cosas por el estilo…y sin pensarlo, da de repente con una vieja cuenta que tenía… Decide entrar, por suerte seguía vigente y los datos no se le olvidaron… Pasó a ver que tanto correo tenía, y le sorprendió lo siguiente, un mensaje que decía, su respuesta ha sido elegida como la mejor. Decidió ver ¿Qué respuesta era? Hace tanto tiempo que ya ni se acordaba. — ¡Ja!—Se ríe al ver que no es más que un tema que dice ¿Cómo olvidar a mi ex?—Tanto tiempo—Se dice a sí misma. Aún así decidió irse por más preguntas, contestó las veinte que le correspondían de acuerdo a su nivel, y todas en la sección de Solteros y citas… Todos los temas, eran de personas que tenían miedo a expresar lo que sentían hacia alguien especial, miedo a entrar en su vida, miedo a perderlas, miedo a recuperarlas, miedo de todo… —Miedo—Se dijo a sí misma— ¿Por qué siempre tenemos miedo? No tuvo que preguntárselo más, pues de inmediato vio un tema, sobre un tipo que quería saber ¿Cómo olvidar a alguien que no conozco? ¿Por qué olvidarla, si ni la conocía? Simple el miedo a intentar algo, ya que él decía gustarle mucho la chica pero se sentía inseguro de decirlo, por temor a ser rechazado.… Pasó por varios casos, y en algunos se vio a sí misma…Una por el miedo a dejar de una buena vez, un pasado, que en su tiempo fue lindo, pero ya no lo era, y ya no lo sería… Y segundo, miedo a vivir del presente, a dejar ese pasado, para encontrar su presente, lo tenía enfrente, pero no lo quería ver como lo que era… El reloj sonó anunciando que si seguía ahí sentada, llegaría tarde a su clase, tuvo que irse de rápido, pues con todo el tiempo que se la pasó analizando, ni se dio cuenta, que ni tiempo le dio para comer… Llegó algo tarde, pero no era sorpresa, y para su fortuna, le tocaría exponer, menos mal que fue acompañada por su gran amigo, aunque prácticamente la clase la dio ella, pues una pregunta que hacían… — ¿Cuál es la…? ¿Para que servía…?—Le preguntaba su compañero en baja voz, y le parecía extraño, pues antes de saludar lo observó dando clase como si nada, hasta que la integraron. Después de clases, como siempre la costumbre de irse juntos platicando algo de la semana, o sobre el juego que ambos jugaban en redes sociales… — ¿Nunca te he comentado que yo doy consejos en páginas de internet? —No, en lo absoluto, ¿Por qué? —Pues ahora te lo comento, ¡eligieron tres respuestas mías como las mejores!—Dijo feliz, pues en el transcurso de ese día recibió dos mensajes de mejor respuesta. — ¿Y te dan algo por ayudar? —Puntos…sólo eso… — ¿Sobre que aconsejas? —Cosas del corazón, relaciones amorosas, uhm la sección es citas y solteros… —Vaya ¿y que respondiste para que fueran elegidas tus respuestas? Le contó las cosas que respondió, y hablaron un poco a fondo de los temas, sobre todo el que respondió sobre ¿Qué le gusta a una chica de un chico? — ¿Y tú que ves en un chico primero?—Le preguntó. —Los ojos—Respondió sin dudar—De ahí me voy a la sonrisa—Su amigo sonrió— ¿Y tú? —No lo he pensado… supongo que igual los ojos y sonrisa—Y ahora ella sonreía— ¿Qué tipo de ojos te gustan bueno color, tamaño no sé? —Cualquier color, pero moriría por unos grises—Dijo ilusionada. —Los míos cambian de color—Afirmó. — ¿Ah sí?—Interesada. —Mira si me pones en una luz blanca, se verán grises, si hay algo verde, se verán verdes, y por ejemplo aquí la luz amarilla ¿se me ven amarillos no? — ¡Vaya tus ojos sí que son camaleónicos!… “siguen cafés”—Lo ultimo lo pensó para sí misma. Siguieron así, conversando, hasta que cada uno tuvo que irse a su respectivo hogar… Y ya después, vio su pasado… — ¡Hola!—Le saludó un chico al que quiso mucho. —Hola, ¿Qué tal? ¿Qué haciendo? —Vine a saludar sólo eso. — ¿Cómo va todo con tu chica? —Bien gracias—Sonrió. Ahí estaba su antiguo amor, que ahora era su amigo…y todo por una promesa, un acuerdo en el que aunque en un principio le pareció excelente, ahora lo veía diferente… También le presumió sus reconocimientos en red social, y le hizo una pregunta… — ¿Por qué será que siempre tenemos miedo?—Le preguntó a él. — ¿Qué clase de miedo? Porque yo no le temo a nada—Orgulloso. —Miedo a expresarnos, a decirle a las personas que la queremos, que nos gusta, que la amamos, o a decirle que queremos que regrese, o se vaya…—Él se quedó pensando—Es que fue lo que en su mayoría encontré en la página. —Serán algunos, yo no temo a decir lo que siento o quiero, si me corresponde que bien y si no ni modo, y a otro tema… —Aunque es de lógica…—Interrumpió ella—No es más que el miedo a ser rechazados, a la reacción del receptor… Tú dirás que no tienes miedo pero seguro la primera vez que le dijiste a alguien que le querías sí… —No estoy seguro, no yo no tengo miedo—Se carcajeó. Si algo había aprendido de su viejo amor, es que se tomaba la vida a la ligera, y esa era buena cualidad, ya que no habría nada imposible. Al finalizar su charla, ya que era algo tarde y debían despedirse, se le ocurrió lo siguiente, criticaba el miedo de los demás ¿y donde estaban sus miedos de ella? A la mañana siguiente redactó dos cartas, una donde le decía todo el sentimiento guardado que tenía a su viejo amor, y la segunda hablando de los sentimientos hacia su mejor amigo. La primera decía lo siguiente: Para un buen “amigo”: Germán. Supongo que es demasiado tarde, para decirte lo que siento, pero igual si no te lo digo siento que muero, recuerdas la platica de anoche, bien aquí yo enfrentando mi miedo, miedo hacia ti por tu reacción a mis palabras…aún así te digo lo siguiente… Fuiste y sigues siendo igual de especial como siempre, con la diferencia que cada día me tengo que resignar a que debo dejarte ir, sé que me he portado de forma distante y grosera en algunos momentos después de terminar nuestra relación, y que ni de broma te menciono el tema de nosotros como raras veces haces tú; pido una sincera disculpa por esos días en que te traté de forma grotesca, y es que ha sido en esos momentos en que me entero de tus nuevos amores… Créeme que duele, por que lo creas o no, te sigo queriendo, tal vez no tanto como antes, pero te quiero, aún así, he comprendido que si tanto digo quererte y deseo tu felicidad, estaré conforme con esta amistad que me has ofrecido después de todo, pues debo entender que si eres feliz a lado de otra persona, lo tengo que aceptar porque te quiero y quiero verte feliz… No te digo esto para que te sientas mal, simplemente es un desahogo, en el que en verdad me comprometo a sólo ser tu amiga, y esta vez de verdad, cuentas conmigo en todo lo que pueda, sea para relajo, o en serio, o algún consejo que necesites, sólo como condición de no decir cosas que nos ilusionen a los dos… Te quiero y deseo lo mejor para ti, como sea, con quien sea, sólo por verte feliz…espero no te incomoden mis palabras y sigamos en nuestro acuerdo… Amigos solamente… Atte. Catalina.La segunda carta decía lo siguiente: Para mi compañero de clases y amigo: Saúl. Tan sólo es para agradecerte tu amistad, y todos los momentos que hemos pasado los dos, ha sido muy divertido y constructivo, y espero sigamos así… También quiero confesarte una cosa, camaleónicos o no, tus ojos me fascinan y tu sonrisa también, y todo lo que eres me gusta sin más… Me gusta como eres, física y mentalmente, esto parece una declaración y tal vez lo sea, pero más bien es una invitación a tratarnos más a fondo, sé que no me has pedido nada, y tal vez me veas como buena amiga y compañera, pero me gustaría conocerte más… ¿No se que digas al respecto? Pero espero que por lo menos sea para conocernos más como amigos, y no sólo como compañeros de clase que se ven toda la semana por clases, y al iniciar la semana preguntan ¿Qué tal tu fin de semana? Respondiendo ambos, ¡Aburrido! No pude salir, me la pasé haciendo esto etc.… Gracias por todo en serio, y ojalá no tomes a mal esta carta invitación. Sin más por el momento se despide. Catalina… Y lo único que faltaba era entregarlas, a su amigo se la dio al salir de clases, la respuesta fue una sonrisa, un abrazo y un gracias, eso significaba que aceptaba, supuso… — ¿Crees que podamos hacer planes para éste sábado?—Preguntó. Y ahí lo confirmó. —Claro, pediré permiso, ¿te parece si vamos a patinar? —No sabes patinar—Se burló. — ¡Es para que me enseñes Saúl!—Reprochó. —Ok, ok, a patinar entonces…—Sonrió. -- La otra carta se la dio al llegar de clases… —Germán esto es para ti—Le dio el sobre. — ¿La leo ahora o…? —Como quieras—Sonrió. —Ahora entonces… Al terminar de leerla… —Me alegra que lo veas así—Me dijo—No dudes que te quise bastante, y en su momento te amé, pero bueno el tiempo pasa y uno cambia, eres especial también para mí, aunque no sea de la misma forma—Le dijo—Eso sí, cualquiera que se pase de listo contigo—Hizo un ademán de amenaza. —Ok, no tienes que ser tan agresivo—Rió—Y bueno, que bien que no lo tomaras a mal, gracias… —A ti, por decirlo, y nunca más tengas miedo de expresar lo que sientas ¿ok? No tuvo que repetirlo, le había quedado claro, con Germán llevó una buena amistad y esta vez en serio, pues consideraba absurdo echar cuatro años de conocerse a la basura. Y con Saúl, estaba por verse, la salida del sábado era el inicio de una nueva historia, que esperaba tuviera un mejor final… -- Reflexión: prácticamente he tocado no sólo el tema del miedo, sino también el amor y el desamor, muchos de nosotros nos rompemos la cabeza, preguntándonos ¿Cómo decirle que lo quiero, que me gusta? O en caso contrario ¿Cómo decirle no te quiero? O tal vez te quiero pero sé que es imposible… Son muchas las personas y repetidas las veces así, y todo es el miedo a la reacción de los demás, a ser rechazado, aunque debería darnos más miedo ser aceptados, ¿Por qué? Es simple, al ser aceptado por esa persona cambia toda tu vida, y piensas no sólo en ti, también en él o ella… Pero supongo que es por que ser aceptado significa victoria, y ser rechazado derrota. Y en el caso a miedo a decir adiós, es simplemente temor a hacer sufrir a aquella persona, o temor a enfrentarse a la realidad, muchos arrastramos el pasado, queriendo y diciendo que lo dejamos ir, pero a veces no es así… Y sólo como ultimo les digo, no lo piensen mucho para decir las cosas ala gente que quieren, para bien o para mal… (Para mal es decir en el caso de despedida ok no agresión) No lo piensen demasiado por que con el tiempo se vuelve muy difícil decirlo, y quizá ya sea tarde… Si alguien les gusta, tomen un corto tiempo para tratarlo mejor y así asegurarse que es de verdad lo que quieren, para entonces tomar el momento adecuado y las palabras, o una carta… Y si hay que darle un adiós definitivo a algo, tomar en cuenta que es difícil afrontarse a la realidad pero no imposible, viendo lo positivo que se tuvo, pues por algo pasan las cosas, en lugar de llenarnos de rencores por todo lo malo que pasó… El miedo no nos ayuda en nada, salvo en quedarnos callados, o decir lo que no queremos… Espero que algo tenga de reflexivo mi nota por que en verdad no estaba tan inspirada hasta que hice las cartas jeje, más que nada lo dedico a dos personas, ahí dice quienes son, no con ese nombre, pero si el papel que ambos ocupan para mí. -- N.A: Gracias por tomarse el tiempo de leer n.n