Microrrelato Un sentimiento perfecto

Un sentimiento perfecto

.



Quisiera tener las palabras adecuadas, el vocabulario exquisito e infinito, el pensamiento sublime de un poeta, para poder describir, dar aunque sea un cercano esbozo de lo que mis ojos han admirado toda su corta vida.

Es quien posee la firmeza de la montaña milenaria, la inquietud de un mozuelo aventurero, la sabiduría del tiempo, la pureza de un niño y el desapego de la pluma que se deja escurrir libre por la brisa serena.

Junto a su presencia tranquila aprendí que el astro madre rota en su propio eje de tal forma que siempre nos entrega la misma sonrisa, a limpiarme sola cuando terminaba de usar el excusado, a reírme de mis propias fallas tolerando los fracasos, a agarrarme con firmeza de la tierra cuando sintiera que resbalaba al escalar un cerro, a comprender porque mamá lloraba como un bebe cada vez que yo me disculpaba por mi mal carácter, a formar mi propia concepción del mundo y fundamentarla con solidez. Me enseñó a ser justa y sincera con todo ser humano, independiente de su condición y circunstancias.

Quisiera despertarme al alba como él lo hace, para poder admirar lo que él admira, poder saber lo que él sabe y comprender lo que se esconde en sus pensamientos. Quisiera ser lo suficientemente grande para dar crédito a su nombre cada vez que este salga de mi boca.

No hay nadie en el mundo que sea capaz de hacerme alcanzar si quiera un poco el sentimiento de bienestar y seguridad que siento cuando está cerca. Podría quebrarse el mundo en mil fragmentos, caerse a pedazos el cielo o salir a estrepitosos borbotones el magma desde el centro del planeta y aún así mi alma no estaría próxima a sentir algo cercano al temor. Él es el pilar fundamental de mi universo y sé, sin ningún tipo de vacilación, que si está junto a mí, nada saldrá mal.

Humilde, honesto, inteligente, fuerte, cómico, sabio, comprensivo, paciente, culto, deportista, imponente… No importa que haya explotado un huevo cuando intentó cocerlo en el microondas o que se le haya quebrado la bandeja del desayuno cuando la llevaba a su habitación, pues es humano y eso sólo lo hace más perfecto.

¿Qué vale más que una persona que ha superado sus defectos de nacimiento por amor?

Ahora se preguntarán quién es él, pues es mi padre.



.