Un salón peculiar

Tema en 'Literatura experimental' iniciado por GianmarcoPerú, 19 Abril 2013.

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    GianmarcoPerú

    GianmarcoPerú Entusiasta

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    27 Julio 2011
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    89
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    Escritora
    Título:
    Un salón peculiar
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    431
    Un salón peculiar

    El salón se hallaba sumido en un silencio sepulcral.
    Algunos alumnos contemplaban la pizarra con las manos entrelazadas en posición recta; otros leían su compendio como antesala al capítulo que el profesor iba a dictar.
    Una joven con el cabello recogido en una cola de caballo cruzó el umbral y tomó asiento en la última fila. Analizó el comportamiento unánime de sus compañeros, y apretó los puños.
    Otro ciclo más encerrada en aquellas cuatro pétreas paredes de la Academia. ¿Y por qué? Porque no supo aprovechar las oportunidades brindadas un mes anterior.
    Su mamá siempre le recordaba que el tiempo era muy valioso para prescindir de él, y ella respondía con estas desidiosas palabras: “Son solo un par de horas. No es pernicioso darse un solaz”. Y he ahí el corolario: la Universidad le cerró las puertas frente a sus narices.
    La desilusión embistió su inmadurez como un camión a un intransigente peatón. Al observar en la pantalla de su computadora su posición entre los postulantes, numerosas lágrimas rodaron por sus mejillas y prefirió volver a su habitación en busca de un objeto que romper. Necesitaba descargar esa desagradable mescolanza de emociones que bullían dentro de ella, amenazando su integridad física y mental. Porque eso fue lo que hizo, se maldijo y tiró de sus cabellos hasta causarse un mísero suplicio.
    Estaba cegada de odio por sí misma. ¡Cuánta inversión de dinero y tiempo mal invertido! ¡Estúpida, ella! Creyó que sería sencillo, confió ciegamente en el azar. ¿Con qué expresión podría ver a su mamá? ¿Qué le diría? ¿”Perdón”?
    Existen disculpas que no merecen ser pronunciadas, debido a que pierden significado. Son como extravagantes antifaces que usan las personas para ocultar su auténtica ser.
    Lo más decepcionante fue que le advirtieron, mas ella siguió caminando por el camino equívoco y ahora sufre las consecuencias contraproducentes de sus actos.
    Recorrió con sus uñas la carpeta, produciendo un fastidioso estrépito que provocó las fulminantes miradas de sus compañeros. No le importó. Su aversión también iba dirigida hacia ellos, ya que, aunque no lo quisiera admitir, todos tenían un rasgo en común. Todos habían fracasado en su objetivo: ingresar a la Universidad.
    “¡Buen día, muchachos!”, exclamó el profesor cerrando las puertas, y llevándose la atención de los alumnos, “¡Y bienvenidos sean al Salón Furia!”

    Gracias por darse el tiempo de leer.
     

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