Un rostro en la ventana~

Un rostro en la ventana~

Esta historia la empecé a escribir hace poco... si os gusta la sigo :D


Anny era una chica de 13 años con el pelo largo oscuro siempre suelto y a menudo despeinado. Vivía con su madre y su hermano mayor en un piso en una gran ciudad. Su hermano era un chaval con muy malas ideas que casi siempre estaba asustándola, por lo que ya estaba vacunada para casi todo. Su madre pasaba muchas horas trabajando así que tampoco controlaba mucho a los niños, y sin una madre que la regañara... Anny acabó convirtiéndose en una experta del susto. Educada en ese arte por su hermano, no había día en que no asustara a algún compañero.


Un día llegó su madre diciendo que iban a mudarse. Les explicó que había encontrado un trabajo mejor pagado en un pueblecito tranquilo, con un mejor horario y algunas ventajas más. Los chicos aceptaron el mudarse con resignación. Se despidieron de sus amigos (pese a su manera de ser tenían muchos) y días después se marcharon. La noche anterior, sin embargo, sucedió algo extraño... Cuando Anny se levantó de madrugada a beber agua (no se dormía y estaba afisiada) encontró la cocina diferente a como estaba cuando la había dejado antes de acostarse. Las sillas colocadas encima de la mesa estaban ahora en el suelo, como si alguien hubiese abandonado la estancia rápidamente sin pensar en colocarlas bien. Pensó que habría sido su hermano: siempre hacía cosas raras, así que no le dio más vueltas y salió al balcón. Estuvo un rato apoyada en la barandilla observando un gato que paseaba por la calle. En un momento determinado le pareció que la estaba mirando, pero debió imaginárselo. Al rato se fue y Anny, ya sin distracción, decidió volver al dormitorio. Cruzó el comedor sin fijarse en una muchacha algo mayor que ella vestida de un blanco inmaculado que la observaba detenidamente, como analizándola. Estuvo un rato allí y después, sin colocar bien la silla en la que había estado reposando se marchó.


Al día siguiente la madre de Anny tuvo que colocar bien las sillas. El piso era de alquiler, así que habían tardado lo menos posible en dejarlo, para dejar de pagar cuanto antes. Se subieron al coche y tras asegurarse de que se llevaban todo lo que era suyo se fueron. Era temprano y cuando cogieron la autovía el sol aún asomaba tímidamente tras los picudos montes. El trayecto se les hizo entretenido porque iban contando historias de miedo... el momento no era el idóneo ya que en un coche a plena luz del día no asustaban a nadie pero eran un tema interesante igualmente. Al atardecer aún no habían llegado y por lo visto no llevaban más de la mitad de camino así que se pararon en el primer hotel de carretera que les inspiró una mínima confianza. No estaba mal averiguada. Se ducharon, cenaron alguna cosa, vieron la tele un rato y apagaron las luces. Esa noche Anny tampoco durmió. Se le aparecían en sueños sombras mal definidas que la agarraban y la lanzaban contra la ventana de su antigua habitación... entonces la volvían a agarrar y a lanzar, una vez, tras otra... hasta que despertó.


Estaba sudando y el corazón le latía muy rápido. El sudor se volvió frío y se envolvió entre las sábanas porque empezaba a temblar y todo. Un rato después se reía de ella misma por haberse encontrado en ese estado. Se levantó y pasó al lado de la cama de su hermano... había un bulto así que no se preocupó de si la quería asustar. Fue al baño y como la puerta chirriaba ni la tocó. Tampoco encendió la luz para no despertarlos, se sentó en el borde de la bañera y se quedó contemplando el vacío. Pegó un grito cuando algo la agarró del camisón y tiró de ella hacia la bañera. Cayó en ella y dejó de chillar al hundirse con creciente asombro en el agua más fría con la que su piel había entrado nunca en contacto. Estaba horrorizada y no podía reaccionar; una fuerza la mantenía sujeta al fondo de la bañera y la impedía escapar.


Unas manos blancas y luminosas sacaron a Anny de la bañera tirando de ella suevemente, casi sin tocarla, como si su cuerpo se elevara con la sola aparición de aquellas manos espectrales. La cría fue recuperando poco a poco la consciencia...


Llegaron a su nuevo hogar al día siguiente ya de noche. Durante el viaje la madre de Anny había echado miradas asesinas al chico para dar y vender. Aparcaron y se acercaron a la casa... les resultó imponente bajo la débil luz de una farola por allí alejada. Era un caserón, aunque viejo y algo destartalado, con una buena distribución interna y una vez entraron advirtieron que como mínimo estaba limpio. Tenía tres plantas, un sótano y jardín.
CONTINUARÁ...

 

Re: Un rostro en la ventana~

sisisi, la seguiré xD no te preocupes ;D
si no esta noche mañana ><

saludos ^^

 

Re: Un rostro en la ventana~

Aquí, espero que os guste :2222:

Rápidamente encontraron dónde encender las luces y así vieron mejor toda la casa; buscaban la habitación adecuada para pasar la primera noche... Finalmente decidieron volver al coche, de donde sacaron unos bocadillos que habían comprado durante el viaje. Entraron de nuevo en la casa y se los comieron en la cocina mientras planeaban dónde pasarían la noche. La madre no quería dormir en el coche pero tampoco se fiaba de dormir en el sofá o incluso en las camas, podrían no estar del todo limpias. A los muchachos les daba lo mismo dormir en un sitio u otro, así que al final se decidió llevar todos los trastos y las maletas a la casa y dormir en el coche. Aquella noche Anny soñó que unos niños ricamente vestidos hacían bromas de mal gusto a otros vestidos con harapos; cuando intentó interferir, todos la miraron con unos ojos vacíos, muy extraños, como si les faltase vida, se fueron acercando a ella... al día siguiente no recordaba nada de aquél sueño.


Se despertaron muy pronto, con un intenso dolor en espalda y hombros.


- Hubiera sido mejor dormir en la casa, como mínimo no nos dolería nada- exclamó Anny frotándose un hombro, a lo que su hermano asintió.
- He tenido una pesadilla y todo, soñé que me perdía en la casa y aparecían unos críos que me indicaban el camino, pero cuando encontraba la puerta me decían que no podía irme porque no se qué... ya no me acuerdo- dijo.


La madre lo miró seriamente y le dijo que dejara de asustar a su hermana.


- No intento asustarla, ¡lo he soñado de verdad!
- Claro... ¡que me vuelva a enterar que intentas ahogarla de noche!- casi vociferó bastante alterada, advirtiéndole.
- Pero ¿cómo te tengo que decir que...?- pero su madre le interrumpió diciéndole que a ella no le levantara la voz, así que echó a andar calle abajo...


Mientras ellas desayunaban llegó una mujer algo regordeta, de mofletes colorados. Iba a buen paso y llevaba algo entre las manos. Al verlas, las saludó con un gesto de la cabeza y al llegar, se presentó. Por lo visto, ella era la encargada de ir cuidando la casa hasta que ésta se vendiera. Era una mujer muy charlatana, tal vez demasiado... les explicó que la casa tenía casi doscientos años, que en un principio sus propietarios eran ricos y que gracias a ellos el pueblo salió de la pobreza en la que se encontraba pero que todos sus nietos enfermaron y murieron de un virus desconocido. Entonces vendieron la casa y la compró una família que tenía dos niñas; llevaron una vida tranquila pero de nuevo hubo problemas con los nietos... éstos desaparecieron una noche misteriosamente. Los buscaron por el pueblo y por los alrededores pero nunca encontraron sus cuerpos. Tras aquello nadie quería comprar la casa y se fue quedando abandonada hasta que un día de fiesta, unos chicos que pasaban lanzaron unos petardos, con tan mala suerte que la casa se incendió. Cuando los vecinos lo vieron intentaron detener el fuego pero se quemó casi todo, apenas quedó en pie la estructura. Los actuales dueños decidieron donarla al ayuntamiento para que la arreglaran y la dedicaran a lo que fuera necesario y pocos años después se convirtió en un horfanato. Mantuvo su función casi treinta años; por motivos desconocidos lo cerraron y, tras realizar algunas reformas, la dejaron en venta de nuevo, hasta este momento.


- Espero no haberos asustado con todo esto, por supuesto, no son más que historias que se cuentan por el pueblo... y si oís que los que quemaron la casa murieron luego en otro incendio no os lo creáis -dijo divertida- era una historia que se contaba hace años para que los niños no hicieran trastadas, nada más.


La historia no les afectó demasiado. Aunque aquella mansión diera un poco de repelús, lo que estaba claro era que ni estaba maldita ni que iban a morir por habitarla unos años. Al fin y al cabo, ¿cuántas personas a lo largo de la historia habrían muerto por causas desconocidas?


Resultó que la mujer llevaba entre las manos un pastel de naranja para ellos. Les estuvo explicando para qué era cada habitación y muchísimas cosas más, no se estaba callada. Al mediodía les dijo que las invitaba a ir a comer a su casa... tenía un hijo un año mayor que Anny y una hija ya casada, que vivían en un pueblecito cercano. La comida estaba muy buena. Por la tarde Anny salió de paseo a conocer el pueblo mientras, en casa, su madre seguía recibiendo visitas de los vecinos. Todos eran muy campechanos. Cuando se hizo de noche llegaron los niños, por lo visto se habían encontrado en el camino. Cenaron y se durmieron en las ya preparadas camas...

CONTINUARÁ...

 

Re: Un rostro en la ventana~

ahora no estoy en casa ><, cuando vuelva la podré hacer... ^^

saludos ;P