Saint Seiya Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por AMMU TEIKOKU YUDAINA, 13 Junio 2024.

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  1. Threadmarks: Capitulo 41 (Se Confiesa Todo)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Entusiasta

    Aries
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    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    52
     
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    Llego la mañana, era realmente fresca, la lluvia había dejado su marca en la tierra y escaleras de ese santuario, el sol apenas salía para clarear el lugar, aunque durante esa temporada del año, pronto el frio llegaría.

    Un caballero despertaba de su bello sueño, moviéndose un poco en su cama, abriendo con algo de pesadez sus ojos, parpadeando varias veces para acostumbrarse a la claridad matinal, con su mano derecha buscaba a alguien que no se encontraba junto con él.

    Cuando se dio cuenta de que estaba solo en esa habitación, abrió con mayor facilidad sus ojos, encontrándose que realmente no había nadie, estando boca abajo, cubierto con una sábana blanca en la parte inferior de su cuerpo, suspiro con algo de tristeza.

    -¿Fue un sueño?- Se giró, para quedar boca arriba, pero al hacerlo, sintió una leve molestia en su parte posterior y en sus caderas.

    -Pero… Esto se siente muy real- Se percató que la puerta de su habitación se abría con cuidado, quedándose atónito al ver quien era y confirmando que aquello no había sido un sueño.

    -Qué bueno que despertaste Borreguito- Decía un rubio, llevando con un tazón de fruta picada.

    -Shaka…- Suspiro con alivio y una sonrisa llena de ilusión se posó en sus labios.

    Virgo se acercó hacia donde estaba el, sentándose a su lado, ofreciéndole aquella comida.

    -Me gusta cómo suena mi nombre en tus labios- Y rápidamente le da el beso de buenos días.

    -Gracias- Sosteniendo aquella fruta en sus manos.

    -Es lo menos que puedo hacer por quien amo- Toma un trozo de fruta y se lo da en la boca, al pelilila, que lo recibió feliz.

    Ríe suavemente, después de pasar el bocado –Me vas a malacostumbrar- Imitando la misma acción que su novio.

    -Bueno… Eso quiero- Dijo aquello con esa voz tan firme y seria que Mu le encantaba.

    Depuse de ese pequeño desayuno, en la cama que ambos compartieron tan felices, hubo que darse un baño, y aun que ambos deseaban que fuera juntos, sabían que no podían darse ese lujo, el entrenamiento matinal empezaría pronto, si alguien los encontrara así o más bien, no los viera en el templo del primero listos, habría sospechas.

    Así que tomaron turnos aun contra sus deseos, cambiarse rápido, y si Mu tuvo que prestarle algo, pues las ropas aunque fueron tiradas en el piso, no se secaron del todo y no se debía ver tan obvio lo que había ocurrido… Sobre todo, de que ciertos mandamases no debían siquiera sospechar, si no… El noviazgo duraría poco y por el simple hecho de que el rubio podría pasar a mejor vida.

    Una mueca de dolor se pudo ver en la cara de Aries, cuando camino un poco hacia la entrada de su templo.

    -¿Te duele mucho?- Pregunto algo preocupado Virgo.

    -No, no es mucho. Es solo una leve molestia- Dijo con su mejor sonrisa, para no angustiar al otro.

    -Lo siento… Debí ser más gentil- Lo abrazo de manera protectora.

    Sonrió por ese comportamiento del rubio, cuando quería podía ser de verdad amable y tierno –Lo fuiste, pero es normal que duelo ¿No? Fue la primera vez…- Dijo aquello con un leve rubor en sus mejillas, recordando lo de anoche.

    Un beso rápido, fue lo que recibió en respuesta. Tenía que hacerlo no por mantenerlo en secreto, por sus compañeros si no que quería decirles a los padres de Mu, que ahora eran novios de una forma adecuada y no quería que los viera antes de ello, si no Shion posiblemente lo acabaría.

    Pues solo le dio permiso para cortejar a su hijo, no otra cosa. Si tan solo supiera, que ese dulce borrego era por completo de Shaka.

    Sin embargo… Y para un leve sobresalto del rubio, un cosmos imponente les estaba llegando a ambos, y no solo ello, si no con un mensaje del patriarca.

    -A todos los caballeros de dorados, se les ordena a ir a la sala patriarca de forma inmediata, no habrá entrenamiento matinal el día de hoy, por petición de nuestra Diosa.-

    Ese fue el mensaje por vía cosmos que les llego a todos los del santuario. Aquello sorprendió a todos, pero no estaban para cuestionar las órdenes del patriarca y mucho menos los de Atena.

    La pareja, asintió entre sí, para dirigirse hacia donde se les había indicado, aunque iban con un paso lento, por obvias razones.

    En su camino ascendente, se encontraban con sus compañeros que igual iban para aquel lugar, aunque al llegar a Capricornio, fueron recibidos por su pequeño que los estaba esperando muy feliz.

    Aunque este corrió más que nada a los brazos de Mu, sonriéndole y abrazándolo de una manera muy fuerte, lo extraño, pero también quería saber la gran noticia.

    -¡¡¡MAESTRO!!! ¡¡¡¿CÓMO LE FUE CON EL SEÑOR SHAKA?!!!- La pregunta clara y concisa, sin duda el menor estaba muy emocionado por saber la respuesta.

    Esto puso nervioso al Lemuriano, pues no estaban por completo solos, algunos de sus compañeros estaban también ansiosos por la respuesta, aunque se imaginaban lo que paso –Bueno… Esto…-

    -¿Podríamos hablar de ello más tarde pequeño Kiki?- Se dirigió al menor, el cual lo miraba con intriga.

    -Ahora nos está esperando Atena, y debemos irnos- Le sonrió y colocando uno de sus dedos delante de sus labios en señal de que guardara silencio.

    El pequeño Lemuriano, entiendo entonces con esa seña, que se lo dirían más tarde, después de atentar ese asunto.

    -Muy bien, entonces yo los esperare en Aries- Dijo aquello, despidiéndose de su maestro con un tierno beso en la mejilla y dándole una sonrisa al rubio.

    Saliendo de esta forma de Capricornio y descendiendo hacia el primero.

    -¿Desde cuándo te llevas bien con Kiki?- Pregunto algo interrogante.

    -Ambos compartimos el hecho de querer cuidarte- Dijo esto, caminando junto al pelilila.

    El cual solo se sonrojo y negó con la cabeza, comenzaba a entender el comportamiento de su discípulo y más cosas que habían pasado en la última semana.

    Al llegar, divisaron que tanto el patriarca y Atena, estaban allí esperándolos.

    Shion con su mirada seria y mostrándose imponente como siempre, aunque sus ojos se fijaron en Aries y Virgo cuando los vio llegar juntos, frunciendo su ceño, pero trataba de guardar su templanza, no era el momento, ni el lugar de cuestionarlos.

    Sin embargo la cara de Atena estaba algo preocupada, se podría decir hasta nerviosa, lo cual sus caballeros pudieron notar eso en ella, lo cual no podía ser una muy buena señal.

    Sabían perfectamente que al llegar a ese lugar, debían posicionarse en sus lugares por orden de constelación y estar en reverencia todo el tiempo, hasta que se les ordenara alguna otra acción.

    Por ende las parejas, se tuvieron que separar y acatar aquella imposición.

    Al ver aquello, la joven Diosa, suspiro nerviosa, debía tomar valor de algún lugar, si es que existía aquello. Pero ya era el momento de decirles lo que había ocurrido en sus cuerpos, desde que revivieron.

    -Diosa Atena- Llamo el patriarca, pues la joven parecía estar un poco perdida en sus pensamientos.

    Se esperaba su voz suave, en ese lugar, para informa lo que debía ser.

    Demostró una sonrisa cálida –Buenos días, mis queridos caballeros, hoy quise reunirlos aquí, pues…- Suspiro de nuevo –Debo informales algo importante, ha cambiado sus vidas, y no solo a ustedes- Se gira a ver al patriarca –Si no a todos los aquí presentes sin excepciones-

    Aquello intrigo más a los caballeros, ¿Qué era tan preocupante para su Diosa y que los implicaba a ellos?

    Con una leve pausa continuo, la Diosa, les soltó de golpe la información que había guardado desde que ellos revivieron, contándoles los detalles, quienes estaban implicados y sus condiciones.

    Todos estaban completamente mudos, no se atrevían a hablar antes de que ella terminara, por respeto y que no sabían que decir, estaban atentos a que ella acabara de decir aquello. Para pasar a un momento de cuestionamientos que se requería.

    Al terminar de hablar la mujer, los miro con un semblante de culpa –Enserio… Discúlpenme… Sé que he complicado mucho su vida y ahora con esto… De verdad lo lamento mucho- Dijo aquello bajando un poco su mirada.

    El patriarca estaba conmocionado, sus ojos bien abiertos, tocando su estómago… Aunque agradecía que esos órganos en su cuerpo no funcionara. No dejaba de ponerle los nervios de punta. Enserio hacia su mejor esfuerzo por no gritar o angustiarse.

    Ahora vallamos con nuestra orden dorada de este siglo.

    El pelilila, sin duda había quedado en Shock, estaba muy pálido, sus grandes ojos, se notaban de mayor tamaño y sus pupilas muy contraídas, estaba tratando de procesar toda esa información y más por lo que había ocurrido la noche anterior… Existía la posibilidad de que…

    Tauro estaba normal, esa información en si no le afectaba en lo más mínimo, sus brazos cruzados y su cara de sorprendió, se podía ver, mas sin embargo noto que de su lado izquierdo su amigo, se encontraba en un estado muy atípico en el -¿Estas bien?-

    Los hermanos géminis, uno todo cabizbajo, nervios y tocando su estómago, de una manera gentil… Aunque le asustaba ese hecho, estaba enternecido por esa situación en su cuerpo.

    En cambio Kanon, sí que estaba echando chispas, y sobre todo mirando a Sagitario, con enojo, pues el mismo le grito ayer “El único que puede echar a perder la vida de mi hermano soy yo” “Gracias a ambos ahora seré tío”. Aunque estuviera todo el tiempo haciéndole la vida de cuadritos al mayor, lo quería y pensaba que Aioros había jugado con él, por eso esos moretones en el pobre futuro padre.

    A Death Mask, aquello le venía y le iba sin más, él no podría quedar embarazado bien, y los que sí ni modo, tendrían que usar preservativos querían algo, le causaba risa, pero el mismo dio cuenta que… Él estaba con sentimientos de uno que si podría tener una criatura, aquello lo hizo ponerse pensativo.

    El León, sonreía sin más, él era uno de esos hombres que al igual que su hermano un bebe le causaba una emoción y es que de hecho era algo que el mismo quería un hijo, aunque aún no fuera el momento lo querría con Marin. Le pareció tierno que sus amigos pudieran tener uno.

    Virgo, este estaba sorprendido, tuvo que abrir sus ojos, no se lo creía, tenía sus dudas, pensaba que podría ser un error, diviso a su ahora novio, que se encontraba en aquel estado tan blanco como el papel, la sangre se le había ido a los pies por esa información. Suspiraba, pensó en la noche que tuvieron, si ese acto tenia consecuencias, se haría cargo de lo que fuera, estaba decidido.

    Nuestro viejo maestro, tenía una sonrisa en sus labios, que su pareja fuera el único que no tuviera ese problema en si funcional, le daba algo de alivio, y sobre todo con la noche que tuvieron, podría incluso pensar que arreglo esos órganos, lanzo un beso a su pareja, el cual al verlo, frunció el ceño sonrojado y se giró, para ignorarlo. Le encantaba eso en Shion.

    Escorpio, sonrió de oreja a oreja, su corazón latía tanto, emocionado porque podría tener un hijo con su adorado cubito, un hijo de su sangre y carne con la personaba que amaba, era un sueño para él y si fuera difícil lo intentaría mil veces cada noche si era necesario, eso no había duda. Quiso ver a su acuario, pero este estaba en el mismo estado que Mu, sin embargo este estaba muy agitado en su respirar.

    Aioros, presentaba un ojo morado y unas vendas en sus brazos y mejilla, sin duda su cuñado no se tomó nada bien, la espera de su hijo de ambos, pero su alegría no se podía ocultar aun en su estado.

    El peliverde de capricornio, parecía que le daba igual toda esa información, él no tenía pareja, no tenía interés amoroso por nadie y la verdad, el hecho que los tuviera y no funcionara tan bien, le aprecia bien, no deseaba ser padre. Así de simple y sencillo nuestro Shura.

    Acuario, aún seguía en ese estado paralizado, pero poco a poco se nota que estaba teniendo un poco de hiperventilación, pues desde que se volvieron pareja Milo y el, habían tenido varios encuentros y pensaba en las veces que pudo haber quedado en cinta y si ya lo estaba, lo sacó de quicio, no aguanto más y se desmayó.

    Escorpio corrió a ver a Camus, para ayudarlo y saber si estuviera bien. Aunque aprovecho, para tocar su vientre, pensando que su futuro bebe ya estuviera allí formándose.

    Para el ultimo guardián de los templos, presentaba un gran sonrojo en sus mejillas, estaba como un tomate, pensando en que él tenía el don de dar vida, fuera de lo que se pensara, él se ilusiono un poco con ello, un criatura tan bella como él podría ser su hijo en algún momento, tuvo una leve sonrisa imaginado aquello.

    -Jajajajajaja- Una risa se hizo sonar en el lugar –Atena, Es una muy buena broma, sobre todo ver la cara de los que pueden quedar embarazados- Decía aquello el cuarto guardián –Pero ya se desmayó Camus, ya mejor pare señorita, si no se nos morirán jajajajajaja-

    Cáncer enserio decidió pensar en que eso era una broma de la Diosa, pero está lejos de sonreír o enojarse por ello, negó solo con la cabeza, mirándolos aun con arrepentimiento.

    -Les aseguro, que esto no es una broma- Los mira decidida –Les juro que nunca jugaría con algo como ello y que es verdad- Mira hacia Saga, sabiendo su estado tan obvio –Yo… podría…-

    -¡¡¡ESTO SI ES VERDAD, PORQUE EL IDIOTA DE AIOROS YA EMBARAZO AL ESTÚPIDO DE SAGA!!!- Dijo esto Kanon, señalando al sagitario

    Aquella revelación, fue la necesaria para que los demás entrarán en un pánico mental, siempre guardando su compostura, ante cualquier situación, pero esto… No era algo natural para ellos.

    -¡¡¡¿QUÉ MI HERMANO QUE?!!!- Aioria estaba mirando fijamente a su hermano y luego a Saga, estaba confundido… Esos dos parecían pelear a cada rato.

    -Como dije Leoncito… Nuestros queridos hermanos, nos van a hacer tíos- Su sarcasmo se hizo notar en la palabra “Queridos”.

    -Entonces si es verdad- Los ojos azules, estaban sorprendidos, su mirada en Aries, el cual lo miraba también nervioso y pasando saliva de forma pesada.

    Pero el lejos se mostrarse en una negativa ante esa posibilidad, le regalo una sonrisa, tratando de calmarlo.

    -Sé que tendrían muchas dudas, preguntas, o necesitaran tiempo para procesar todo esto, así que les pidió que se tomen este día para calmar su mente- La Diosa estaba haciendo uso de su autoridad, les ordenaba de una manera sutil descansaran, lo necesitaban.

    -Señorita Atena- Levanto su mano aquel Escorpión con una sonrisa en sus labios -¿Usted podría decirme si Camus esta ya embarazado?- Quería saber aquello de alguna manera rápida, estaba emocionado con la idea.

    Pero aquello hizo que acuario despertara, y le gritara a Milo –¡¡¡Si es que estoy en cita, te juro que te matare antes de que nazca tu hijo!!!-

    Aquella discusión provoco un ambiente un poco más agradable en el lugar, mínimo algo cómico pasaba, para que el lugar no estuviera casi siendo cortado por un cuchillo de lo denso que se volvió.

    -¿Les parece bien, si dejamos esto para después?- Pregunto la Diosa, con una leve risa nerviosa. –Les pido que por el momento, piensen todo esto, pues…- Dudo en decir aquello, pero siguió con su idea –Si todo avanza de manera correcta, con lo que estoy investigando, podría existir una solución, para los que no desean dar vida-

    Sin más, la joven les dio el permiso de que se retiraran, y de igual forma le pidió al patriarca que también se tomara un pequeño descanso de sus responsabilidades, ella era la única de liberarlo de aquello.

    Para la salud mental de todos, era lo mejor, solo un día ser personas “Normales” Aunque ya no fueran del todo.

    Espero a verlo fuera de la sala patriarcal, para que pudieran hablar a solas, pues desde que recibió es anoticia estaba muy pálido.

    -Mu… ¿Estas bien?- Su voz de preocupación estaba presente.
     
  2. Threadmarks: Capitulo 42 (Parejas)
     
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    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
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    1987
    -No… No se…- Sus ojos verdes, estaban fijados en algún punto del suelo, y su expresión de susto no cambio.

    Lo sabía, él estaba angustiado por quedar embarazado, pues aquello de que la primera vez no pasaba nada, era un mito comprobado y más por tener esa capacidad de dar vida. Era algo que no sabía cómo manejar.

    Le dio un fuerte abrazo al pelilila, para calmarlo aunque fuera un poco –Tranquilo, cálmate por favor Mu-

    -Tengo un poco de miedo… Y si… Anoche…- Decía eso, con sus ojos cerrados, respirando profundamente, se quería calmar.

    -Si eso pasara… Entonces no estarás solo, me tienes a mí, para cuidarte a ti, a Kiki y a nuestro hijo- La declaración simple y sincera de Shaka, ese caballero sería responsable de todo con tal de hacer feliz a Aries.

    -Pero… no poder cumplir mis responsabilidades como caballero dorado, la primera casa estaría desprotegida y…- Pensar en mil cosas a la vez, al estar nervioso y no llevar un orden, era algo que afectaba mucho a Mu, siempre que su mente no encontraba la paz.

    -Entonces yo te ayudare en todo- Besa su frente -¿Si?, por favor cálmate un poco-

    Aquel Lemuriano, suspiro resignado ante esa petición, tenía que mantenerse en calma y no levantar sospecha, pues su maestro y padre, podría verlos y sospechar.

    -Está bien…- trataba de regular su respiración.

    Le dedica una sonrisa gentil –Sabes Mu, yo quiero hacer algo, este día…-

    Su mirada de confusión se fijó en el -¿Qué cosa?- La curiosidad de Aries, se podía utilizar para hacerlo olvidar un poco su preocupación.

    -Pediré permiso a tus padres y avisarles que ya somos pareja- Tenía un gesto de alegría, combinado con un poco de temor.

    -Shaka… Ya soy un adulto, creo que eso no es necesario- Decía esto con el ceño algo fruncido.

    -Entonces… No los conoces del todo- Decía aquello desviando la mirada.

    -¿He?- Su pregunta de confusión, pero entendía a qué se refería con un poco de recuerdos.

    Era el momento de ir a Aries, aunque con su idea y plan en mente, el rubio decidió quedarse a esperar a ambos hombres mayores, mientras su amado regresaba a su templo.

    No sin antes pedirle que no le digiera nada a Kiki, quería estar allí cuando eso sucediera.

    Existía una cita en virgo para esa tarde, en la cual le dirían a Shion, Dohko y Kiki su relación, sabía perfectamente que al menor estaría más que feliz saberlo, pero la reacción de Dohko podría ser agradable, con una amenaza obvio, la de Shion sería otro caso. Podría ser cualquiera y ninguna le agradaba. Pero si era el precio por estar con Mu, lo pagaría mil veces si fuera necesario.

    ---Templo de Aries---

    -Mamá, por favor dígame- Decía el menor haciendo un puchero.

    -No, Kiki tienes que esperar- Su semblante amable siempre con su pequeño.

    -Pero ¿Por qué?- Estaba sentadito mirándolo suplicante.

    -Por que iremos más tarde al templo de Shaka y allí…- Se sonrojo por lo que estaba por decir –Bueno… Te contaremos-

    El niño se ilusiono con aquella propuesta, sus ojitos brillaban, entendía, que si tenían que ir al templo de Virgo, para hablar de ello, podría ser que sea… -Entonces ¡¡¡¿YA SON NOVIOS?!!!

    -Kiki…- El sonrojo apareció de nueva cuenta, nervioso. Había prometido a su novio no decir nada, hasta que estuvieran juntos. –Va…Vamos a entrenar un poco-

    Ahora la emoción cambio para su entrenamiento, Aries sabia como tratar a su pequeño, para hacerlo olvidar un momento alguna platica incomoda.

    ---Templo de Géminis---

    -¿Cómo te sientes?- La voz de un castaño parecía preocupado

    -Estoy bien…- Teniendo una taza con te dentro –Gracias por preocuparte por mí-

    Abraza al peli azul, con sumo cuidado –Me preocupo por mi amor y por nuestro hijo- Besa sus labios con suavidad.

    -Estoy algo preocupado- Su mirar bajo un poco.

    -¿Por qué?- Mostraba un semblante de confusión.

    -Me pongo a pensar… ¿Cómo es que nacerá de mí? Digo… Soy hombre…- Estaba algo nervioso –No tengo una vagina por donde salga- Lo soltó de golpe, sus preocupaciones.

    Sonríe nervioso, rascándose la nuca –Pues… Lo más seguro es que nazca por donde se concibió-

    Suspira resignado, tocando su vientre –Atena nos dijo, que voy por el tercer mes… tan solo seis más y…- Su rostro volvió ponerse algo pálido, pero no de nauseas, estaba asustado.

    -Saga, él bebe nacerá en géminis- Sonrió de oreja a oreja al darse cuenta de ese hecho.

    -Es verdad- Sonrió ilusionado –Solo espero que no sea como yo-

    -A ¿Qué te refieres amor?- Lo miro confundido.

    Mira a su pareja –Ya sabes, como somos los géminis- Hizo una mueca de tristeza, parecía que sus ojos amenazaban con dejar escapara las lágrimas.

    Lo toma con ambas manos, para depositarle varios besos en su rostro –No digas eso, nuestro hijo estará bien, porque ambos lo guiaremos- Le dedica una suave sonrisa –Jamás permitiré que nada malo les pase-

    Sonrió, enternecido por las palabras de su amado cupido –Gracias-

    La escena enserio parecía de película, ambos juntos de pie, el más alto tomando entre sus manos el rostro de su amado, mientras unían sus cabezas, con una hermosa sonrisa adornando a ambos, con los ojos cerrados y tocando este su vientre del producto de su amor.

    -Enserio, esto me enferma- Dijo el menor de los géminis, que estaba mirándolos desde hace rato.

    -A mí me parece bonito, que ambos se quieran y seamos futuros tíos- Dijo Leo, con una amplia sonrisa.

    Lo mira con desdén –Que raro son tú y tu hermano-

    Kanon, no podría comprender como el hecho de tener un bebe los estuviera emocionando, incluso a el hermano menor del otro, por su parte él estaba más que nada molesto.

    Tal vez fue porque Saga, no le digiera nada.

    O se sentía un poco desplazado. Celos de hermanos, suceden.

    ---Templo de Acuario---

    -Yo quería tener un hijo contigo ya- La voz de Milo se notaba realmente triste.

    -Gracias a los cielos, que no estoy embrazado- El frio hombre, como siempre diciendo sus ideas, sin importarle el dolor en su pareja.

    -¿Cómo puedes decir eso?- Fruncía su ceño con tristeza –Yo quiero tener un lindo bebe contigo o una hermosa nena, lo que sea. Mientras sea nuestro- Las palabras sinceras del Escorpio, provocaban revoluciones en su corazón, pero su semblante amargado del hombre debía mantenerse.

    -Pues no te hagas muchas ilusiones- Se sentó, con los brazos cruzados, y molesto –De ahora en adelante usaremos protección-

    -Pero…- Estaba haciendo un puchero como los de cierto aprendiz Ariano hacía, cuando no tenía lo que quería –Yo quiero un hijo-

    -Ya cállate- Estaba enojado y algo rojo el Acuario

    Resignado el octavo guardián, decidió sentarse a su lado –Esta bien, como tú quieras- Pero rápidamente sonrió con picardía –Lo más seguro es que en esos momentos ni te acuerdes- Se le acerca para tocarle la pierna.

    Sin embargo Camus, estaba ya muy arto del tema y de la insinuación, que rápidamente golpeo un costado de su novio, para que se alejara de él. No quería tener ningún encuentro sexual por el momento.

    ---Templo de Piscis---

    -Luzco realmente bien, con una pancita de embarazado- Decía esto, mientras se admiraba en un espejo, llevando una almohada debajo de su camiseta.

    Para este caballero el embarazo no le molestaría para nada, se sentía ilusionado, de verdad pensar que tener a un ser que dependiera de ti, seria hermoso. No era típico de él, que pensara en ello, pues al ser tan narcisista seria poco probable el que se interesa por otra persona.

    Sin embargo eso, no siempre aplica en personalidades de ese tipo, nadie conocía su verdadera forma de ser.

    Le gustaba jugar con la idea, imaginarse ese estado de gravidez, sonrojándose, sonriendo como tonto y pensado en quien podrá ser el padre de la criatura que algún día tendría en su vientre.

    -¿Qué demonios estás haciendo?- Pregunto una voz algo ronca, con la boca algo abierta y se podría decir que asustado.

    -¿Qué?- Se fijó que llevaba la almohada y rápidamente la aventó hacia el suelo -¿Yo?, no hago nada- Lucia realmente nervioso.

    Señala el objeto que había tirado hace unos segundos -¿Qué hacías con esa cosa? Y ¿Por qué te mirabas tanto en el espejo?-

    -Yo… Bueno- Decía aquello muy nervioso, no sabía que hacer –Eso… No te importa para nada-

    -Ok…- Cáncer se le quedaba mirando algo temeroso –No me digas que tu…- Abrió sus ojos de golpe, apretando un poco su mandíbula, frunciendo el ceño, va hacia el peli celeste y lo toma de los hombres –¡¡¡¿TU TAMBIÉN ESTAS EMBARAZADO?!!! ¡¡¡¿CON QUIÉN DEMONIOS ESTUVISTE?!!!-

    Piscis, estaba muy confundido, y hasta algo asustado, por el comportamiento de Death Mask

    -¿Qué te pasa?- Frunce su ceño –Yo no estoy embarazado-

    -Entonces- Lo miro directo a los ojos -¿Por qué estabas todo tonto, mirándote así en el espejo?-

    -¿Qué? ¿Yo no me puedo ilusionar con un hijo?- Su voz de indignación se hizo presente.

    -¿Quieres tener un crio?- Lo miro con suma preocupación y confusión.

    Asiente con la cabeza –Si, ¿Por qué no?- Lo dijo sin más.

    Lo suelta de los hombros con rapidez, y dándole la espalda, comenzó a rascar su nuca, nervioso y preocupado, era cierto, le gustaba ese caballero tan hermoso, pero le había caído como un balde de agua fría, que le digiera que de verdad quisiera tener un hijo.

    Se puso a pensar en muchas cosas y si… Él se encontraba a otra persona que le cumpliera su deseo, Cáncer no deseaba aun tener hijos, y tal vez nunca los quisiera, pero el pececito, estaba todo enamorado de la idea. Se sentía frustrado, sin saber qué hacer.

    -Oye Death- llamo la atención del hombre con barba escasa.

    Esto solo se giró, para mirarlo, con atención.

    -¿Qué haces aquí?- Estaba algo confundido, por su presencia en piscis.

    -¿Acaso no lo recuerdas?- Lo miro con molestia –Te invite a salir hoy-

    Abrió la boca de golpe, sorprendiéndose –Es verdad- Sonrió emocionado –Dame unos minutos, para arreglarme un poco- Este se va hacia su habitación para hacer lo que dijo, dejando al Italiano, pensativo.

    ---Templo de Virgo (Tarde) ---

    -Buenas tardes Señor Shaka- El pequeño pelirrojo, se adelantó a saludar a rubio.

    -Buenos tardes Kiki- Le sonrió amablemente, esta vez sus ojos abiertos, mostraban una gentileza algo rara en él. -¿Dónde está Mu?-

    Ríe un poco –Hay viene, es solo que le dije unas carreras y yo gane- Sonreía entusiasmado, por aquel juego.

    Jajaja –Ya entiendo- le acaricia los rebeldes cabellos al menor.

    -Señor Shaka- Llamo en un susurro, al hombre, el cual le prestó atención -¿Ya son novios?-

    Vigo, le sonrió, pero aún no estaba dispuesto a decirle nada –La paciencia es una gran virtud Kiki-

    -Pero…-

    -Kiki, es trampa si sales antes de decir el juego- El pelilila apareció por la entrada de Virgo, sonriendo animado, ante el regaño que el daba a su hijo.

    A lo cual el menor sonrió mostrando sus dientes –Lo siento-

    -¿Te hizo trampa?- El rubio bromeo de igual forma.

    -Sí, jajajaja-

    Ambos adultos, se miraron por unos instantes, querían darse un beso de bienvenida, pero estaba el pequeño y si querían dar una sorpresa, aunque para el menor era más que obvio, pero quería que se lo confirmaran.

    -Buenas tardes, ¿Qué hay de comer?- Un hombre castaño corto, entro muy sonriente.

    -Hola- Mientras detrás de él, un peliverde, con una cara de malhumor se hizo presente.

    Sin embargo cuando el patriarca vio a su hijo junto a ese rubio, su rostro de volvió mucho mas de enojo, mirándolos a ambos con un signo de negación.
     
  3. Threadmarks: Capitulo 43 (Bendición)
     
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    AMMU TEIKOKU YUDAINA Entusiasta

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    52
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    52
     
    Palabras:
    1822
    -¡¡¡ABUELOS!!!- El pequeño fue directo a los brazos de Libra, pues este tenía un ánimo muy similar al pequeño, recibiéndolo y cargándolo.

    -¡¡¡¿ABUELOS?!!!- Mu se sorprendió un poco -¿Desde cuándo los llamas así?- Dirigiéndose a su pequeño.

    -Bueno, es que sé que usted quiere mucho a ambos, como si fueran sus padres y ellos igual como si fuera su hijo, y si yo soy su hijo, eso me convierte en su nieto- Su explicación simple, sencilla e inocente, como la de cualquier niño.

    El Ariano pelilila, se sonrojo y se puso nervioso, por la analogía de su pequeño, pero tenía toda la boca llena de razón.

    El rubio, observaba con atención, como su amado Mu, estaba junto a Dohko y al pequeño, sonriendo, era una imagen de un padre con su hijo mayor y su nieto, una familia en la cual él podría pertenecer, si es que… El mandamás lo aceptaba y no se refería al padre, si no la a la madre de su novio.

    -¿Y bien? Ya estamos aquí- Shion se dirigió rápidamente a él.

    Se sorprendió un poco por la forma de acuartar del peliverde, pero era normal que el exigiera las cosas rápido.

    -Primero que nada, me gustaría invitarlos a comer, y…- No termino de decir su propuesta, pues aquel carnero mayor, lo interrumpió.

    -Shaka, me estoy imaginando, porque nos citaste aquí, y para serte completamente sincero, prefiero escuchar las malas nuevas, antes de probar bocado- Tan directo el hombre como siempre lo habían conocido.

    -¿Padre?- Mu llamo a su figura paterna.

    -¿Shion?- De igual forma para su amado.

    Sonrió, de una forma resignada. Compartía algo con su suegro y era que, ambos eran directo en las cosas, hablar claro, era lo que más gustaba, pero los nervios lo traicionaron muchas veces, pero en esta ocasión, no podía permitirse.

    -Muy bien, si así lo desea patriarca- Fue directo con Mu, tomándolo de las manos, para posicionarse enfrente de los otros tres allí presentes, para que los vieran con atención.

    -¿Shaka?- Pregunto nervioso, por su cercanía, estaba dispuesto hacerlo, por él.

    -Patriarca, viejo maestro, Kiki- Los tres llamados, los miraron a ambos con atención.

    Uno con el ceño fruncido, otro sorprendido y sonriente y el más pequeño emocionado a mas no poder.

    -Quiero decirles, que Mu y yo somos novios ahora, que nos amamos de verdad y solo les pido que lo entiendan y nos haría muy feliz contar con su bendición para nuestra relación- Siempre tan diplomático cuando se requería, aunque no se notaba estaba nervioso, enfrentarse a esos dos hombres, no era cosa fácil.

    El Lemuriano pelilila, estaba que no se lo podría creer, su rubio estaba enfrentando a sus padres, solo por él. Y pedía la bendición de las tres personas importantes de su vida.

    -Qué bonito- La voz de Dohko se dejó escuchar, el siempre feliz y sincero en sus palabras

    -¡¡¡SIIII!!!- Dejo escapara su grito de emoción –¡¡¡YA TENGO UN PAPÁ!!!-

    Los ojos rosas, fijos en ambos enamorados, su cara seria –Mu- Llamo sin más a su hijo.

    -Sí, padre- Lo miro serio, pero con respeto.

    -Tu ¿De verdad lo quieres?- Hacia esa pregunta de rigor, a su hijo.

    -Yo amo Shaka, con todo mi corazón, padre…- Nervioso, con sus mejillas rojas –Usted mejor que nadie, lo sabe-

    Suspira resignado –Es verdad, alguna vez me dijiste de pequeño que el pequeño rubio ese- Haciendo un ademan con la mano refiriéndose a Shaka –Te gustaba- Refunfuña un poco –Pensé que era solo cosas de niños-

    El pequeño de la familia, ya no aguanto más y fue directo con la joven pareja, para abrazarlos a ambos, sonriendo muy emocionado. Ahora su deseo más grande se había cumplido, tenía una familia completa, sentía hasta ganas de llorar, de esas que te dan cuando las cosas son tan preciosas, que solo se demuestra con felicidad liquida.

    Mu lo cargo, dándole un suave beso en su mejilla, mirándolo con ternura. Y el rubio, de igual forma abrazaba al pelilila, demostrándole a ambos el afecto que solo ellos habían logrado provocar en él.

    Una verdadera familia, un papá, una mamá y su pequeño, el deseo verdadero de nuestro Lemuriano.

    -¿Verdad que son lindos?- Libra le pregunto aquello a su amado.

    Tosió un poco, para llamar la atención de los tres –Si ese es el caso… Entonces…- No quería decir aquello, le molestaba un poco, pero ver la felicidad de su hijo y nieto, junto con ese muchacho… No tenía más que aceptarlo. –Tienes mi consentimiento, como padre y patriarca de estar con mi hijo Mu-

    Sonrió, emocionado, mientras asentía –Yo también les dio mi consentimiento, para que sean novios y se amen mucho siempre-

    Virgo, hizo una reverencia ante ellos dos, merecían el respeto que se les demostraba. De verdad agradecía que mínimo no se lo impidieran, pero había algo que estaba esperando.

    -Sin embargo- Esta vez la voz gentil y feliz de Dohko, cambio por una más ronca y seria –Si eres capaz de hacerle algún tipo de daño y me refiero a cualquiera, te juro que te atravesare con todas las armas de la armadura de Libra, aunque eso esté prohibido-

    -Y yo- Ahora el patriarca demostraba su autoridad –Debes cuidar muy bien a Mu y Kiki, son lo más preciado para nosotros, si los descuidas, de alguna forma o eres capaz de engañarlos en cualquier aspecto, la muerte será una hermosa calma para lo que te esperaría-.

    Se sorprendió un poco, pero asintió firme. Aquellas amenazas, el mismo podría decir que sobraban, pues el no sería capaz de hacer aquello, había pasado casi la mayor parte de su vida, amando a ese lindo borreguito, como para dañarlo o engañarlo de cualquier tipo, ambos se pertenencia y que se alejaran era una posibilidad nula.

    -Señor Shaka- Llamo el pequeño al rubio.

    -Dime Kiki-

    -Ahora que es novio de mi mamá, ¿Lo puedo llamar papá?- La pregunta tan dulce e inocente del niño, demostrando lo que realmente quería.

    -Claro que si- Ahora era el quien pedía a Mu, que le diera permiso de cargarlo, este cedió y ahora padre e hijo compartían un momento especial. Con una sonrisa en ambos, pues estaban dentro de una familia hermosa.

    -Ahora si a comer- De nuevo la alegría de Dohko se hizo presente -¿Qué hiciste de comer Yerno?-

    La cena familia de esa día, estaba completa. Los suegros, el hijo y los enamorados, todo estaba siendo de verdad perfecto, compartieron un momento especial, aunque el patriarca cada que se daban un beso, se molestaba un poco, era obvio aun veía a Mu como su bebe, que alguien se lo estaba quitando.

    Pero así son los padres con sus hijos, más si eres un borrego sobreprotector.

    ---Dos meses después---

    -Ha crecido mucho- Una voz suave dijo aquello.

    -Es normal- Suspira con algo de cansancio.

    -¿He?- Confundido por la respuesta del peli azul.

    -¿No te lo había dicho?- Sonríe con ternura, mientras toca su vientre abultado –Serán gemelos-

    Aquellos ojos verdes se iluminaron, emocionado –Eso es muy lindo-

    -Gracias de nuevo por ayudarme, mientras Aioros y Kanon van a esa misión- Dijo Géminis sentado en una silla cómoda.

    Niega con la cabeza –No tienes por qué agradecer, somos compañeros y amigos, hay que ayudarnos- Dijo esto mordiendo una manzana verde.

    Hace una mueca de preocupación –Solo espero que mi idiota hermano y Aioros, no se vallan a matar entre si-

    -Kanon… ¿Aún está molesto con él?-

    -Es extraño, pero se la pasa discutiendo con mi pareja todo el tiempo, en cambió conmigo se ha vuelto muy cuidadoso y le ha comprado cosas a sus sobrinos- Dijo esto con los brazos cruzados, pensativo.

    -Él sabe que en tu gestación, no se te debe alterar, así que imagino molesta Aioros en tu lugar- Termino de comer aquella manzana, arrojando el corazón a la basura, en el cual, había varios núcleos de esta fruta.

    Saga, había notado que el primer guardián, últimamente estaba comiendo mucho, tal vez no comida chatarra, pero si de una manera poco inusual en él.

    Sabía que Shaka y Mu, tenían una relación dese hace dos meses, podría ser…

    -Oye, Mu- Hablo algo dudoso.

    -Dime- Mostraba una sonrisa amplia.

    -Tú y Shaka… ¿Ya lo han hecho?- Sin más lo dijo.

    Los ojos del Lemuriano, se abrieron de par, mostrándolos nervios en ellos y un sonrojo de igual manera.

    -¿Por…Por qué peguntas esas cosas?- No sabía que responder.

    Lo miraba de manera suspicaz, entendió con esa reacción que habían ya consumado su amor. Por eso presentía que tuvo ya una consecuencia.

    -No pondría mis manos al fuego, pero creo que podrías estar en cinta- Lo miraba de manera firme.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¿Por qué dices eso?- Su confusión se volvió mayor.

    Levantado su dedo índice –Primero, Mu ¿Has visto como comes últimamente?-

    -Tengo un poco más de hambre, eso es todo- Se encogió de hombros.

    -Tú, nunca has comido así, tal vez un día dos, pero llevas casi así, todo este mes-

    -Eso no significa, que este embarazado- Tenia los brazos cruzados, desviando la mirada.

    Suspira, bajando la mirada –También se te nota un brillo muy singular en los ojos-

    Ladea un poco su cabeza -¿Cómo que un brillo singular?-

    -No sabría decirte bien cómo es eso, pero no lo notas tú, si no los que están a tu alrededor-

    Recordó, como su novio, una vez le dijo eso exactamente.

    Pues se dice que las embarazadas tienen una cálida mirada, con un brillo en sus ojos que oculta un tierno secreto.

    -¿Enserio notas eso en mí?- Bajo su mirada, posando su mano en una de sus mejillas, algo preocupado.

    -Si tú y Shaka, lo hicieron alguna vez sin protección, existe la posibilidad- Le sonríe un poco, para relajar el ambiente –Recuerda que tú también estas condenado como yo-

    Mu, había olvidado todo ese asunto, pues él no había presentado ningún síntoma inusual, además que, aparte de esa primera vez que tuvieron, los demás encuentros fueron con protección. Pero apenas era el tiempo de saber si estaba en gestación.

    Su respiración se agito un poco, los nervios lo volvieron a invadir. No es que no deseara un bebe, pero estaba sorprendido, aunque supiera que pudiera procrear.

    Sentía que debía hablar de inmediato con su rubio.

    -Saga… Yo…-no podía terminar de decir aquellas palabras.

    -Ve, yo estaré bien- Bosteza un poco –Creo que iré a descansar un poco-

    Asiente con la cabeza –Gracias-

    El pelilila iba subiendo las escaleras hacia Virgo, pues su novio se acaba de ir hace unos momentos, habían ido a entrenar como de costumbre, almorzaron junto a su pequeño y ayudar a Géminis por pedido de Aioros, era lo que realizaba el carnero estos últimos días, así que dividió un poco su tiempo.
     
  4. Threadmarks: Capitulo 44 (Confirmado)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Entusiasta

    Aries
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    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
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    Romance/Amor
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    ---Templo de Leo---

    -Estoy muy emocionado- Una chico de cabellos castaños un poco claro, le decía a una joven pelirroja, la cual lo abrazaba.

    -Solo cuatro meses más y tendrás a tus sobrinos, amor- La joven amazona, aun con su máscara, parecía sonreír.

    -No puedo esperar, para cargarlos y consentirlos- Aioria, sentía mucha felicidad, pues tendría una familia mucho más grande, de alguna vez estar solo, ahora su hermano le daba un regalo, ser tío.

    -No quiero imaginar, cuando sea tu turno de ser papá- Marin, dijo aquello un poco nerviosa.

    El león, la brazo con cuidado, dándole un beso suave en cabeza –Cuando eso pase, te voy a cuidar mucho más de lo que Aioros cuida a Saga-

    -Entonces no me dejaras hacer ni siquiera entrenamiento leve- Dijo ella en un reproche.

    -Lo siento, pero no- Rio un poco.

    -Buenos días Marin, Aioria- Saludo un rubio que tenía un semblante algo cansado.

    -Buenos días Caballero de Virgo- Dijo la joven con el respeto de rangos.

    -Hola, amigo. ¿Cómo estás?- Sonrió ampliamente como su costumbre de Leo.

    -Bien- Parecía que aquella respuesta no era verdad, se notaba que últimamente Virgo no hubiera dormido de forma adecuada.

    -¿Estás seguro? Últimamente, tienes una cara de sueño que no puedes con eso- Siempre el quinto guardián, tan directo.

    -Sí, lose… Mu ya me lo ha…- Se tapa la boca, su color se volvió algo pálido, se dirigió rápido al baño de ese templo.

    Ambos jóvenes, se separaron, y levantaron de su asiento, para ver qué es lo que ocurría.

    -Shaka… ¿Estas bien?- Aioria, estaba ahora sí, preocupado por su amigo.

    Solo una expectoración, fue la que salió. Dejándolo más agotado de lo que sentía. Se aseo su cara y bajo el agua del escusado.

    -Me debió hacer daño algo…- Dijo esto estando aun pálido.

    -¿Seguro?- Leo lo miraba algo intrigado –Shaka, no me digas que tú eres el que… En vez de Mu- Se pone pensativo –Siempre creí que tu serias el activo- Suspira –Me decepcionas amigo-

    El rubio, no aguanto esos comentarios y le dio un puñetazo en el estómago, estaba realmente enfadado, por ese comentario y sobre todo por andar el otro de metiche en sus relaciones íntimas.

    -¡¡¡¿POR QUÉ ME ESTAS PEGANDO?!!! Todavía que me preocupo por ti- Dijo el castaño, cubriéndose su estómago, pues le había sacado el aire.

    -Lo siento amor, pero creo que te lo merecías, por preguntarle eso- La amazona solo suspiro un poco, por la pena que le dio su novio.

    -Marin… No dije nada malo- El dorado trataba de recuperar el aire que había perdido.

    -Nuestras relaciones íntimas son privadas, así que no vuelvas a preguntarme cosas tan personales y más si involucran a Mu-

    -Pues, haces dudar a uno, con esos síntomas. Todo parece que tu estuvieras embarazado- Se paró enfrente de él.

    -Eso sería imposible- Cruzo sus brazos y miro para otro lado.

    -Es cierto, tú no tienes matriz, aunque eso pasara no podrías- Su pensar en voz alta, le estaba por ganar un golpe.

    -Pero podría ser que si exista un posible embarazo en todo caso- La mujer intervino entre los dos.

    -¿A qué te refieres?- Pregunto dudoso el rubio.

    -Alguna vez leí que algunos hombres pueden sentir los achaques propios del embrazado en vez de la mujer- Explico aquello.

    -¿Eso es posible?- Pregunto Leo sorprendido.

    El caballero femenino de Águila, asintió firme –Así es, Ansiedad, mareos matutinos, vómitos leves, dolores, aumento de peso, cambios de humor y en algunos casos cambio del apetito sexual-

    Virgo, se quedó sorprendido… Últimamente había sentido todos esos síntomas, sobre todo los mareos y se sentía un poco más intenso en el último, que debía controlarse un poco… Esta vez él estaba preocupado… Aunque no había notado ningún cambio en su borreguito. El tan solo pensar que llegaran a ser padres por segunda vez, le emocionaba y angustiaba.

    -Eso quiere decir que el embarazado podría ser Mu- Lo miro curioso Aioria.

    -Te…Tengo que irme- Virgo salió escaleras abajo, para ir con Aries de forma inmediata.

    Dejando a ambos novios, algo confundidos, pensativos, pero felices si el caso de un segundo embarazado existía en el santuario, les aprecia bonito.

    ---Templo de Cáncer---

    Fue allí donde los dos novios se encontraron, ambos presentaban los nervios, preocupaciones, pero aún se mostraban una sonrisa, para reconfortar al otro.

    -Shaka, dime la verdad ¿He comido demasiado, últimamente?- Pregunto sin más.

    Asiente con la cabeza –Si, bueno… Un poco de mas- Callo un momento –Y yo… ¿He tenido muchas nauseas últimamente y cansancio?-

    -Si-

    Aquello les confirmaba, un poco lo que les acaban de decir, solo era una sospecha, no tendría que ser verdad. Además Aries, no presentaba nada raro y el que los, tenía era el otro. Pero había confirmación de que en esos casos existían.

    -Y si fuera cierto… ¿Qué harías?- Pregunto el pelilila.

    -Pues, como te dije, te cuidaría a ti, a nuestros dos hijos y todo estará bien- lo abraza, no necesitaba decir más, cuando la verdad estaba allí.

    -Lo único que me preocuparía, sería la reacción de mi padre- Dijo esto mientras se apoyaba en el hombro de su pareja.

    Suspira resignado –Pasara lo que tenga que pasar- Mira a su pareja a los ojos –Pero te juro que estaré a tu lado cada instante, aunque el patriarca me mate-

    Ríe un poco, esos chistes lo hacían olvidar sus angustias –Jajajajajaja No dejaría que te hiciera nada-

    Ambos se dan un beso, con el cual estaban profundizando un poco, aunque más era el rubio, hay estaban los cambios en el ámbito sexual.

    -Ay, que lindos…- Una voz algo molesta se hizo presente.

    Lo cual provoco que ambos se separaran, pensando que podría ser alguno de los mandamases, pero su sorpresa fue grata.

    -No sé, si están pensando que este es el templo de Libra, pero es la casa de Cáncer ósea mi templo- Dijo un hombre con una cara de molestia a más no poder.

    -Lo siento Death Mask- Dijo Mu, apenado.

    -No te molestaremos más Cáncer- Toma la mano del carnerito, para llevarlo con él.

    Sonreí de manera maliciosa -¡¡¡ESPERO QUE NO MUERAS BARBIE, AL SABER QUE TENDRÁN OTRO HIJO!!!-

    Los dos enamorados, no le hicieron caso, sabían cómo era el carácter bromista desconsiderado de Cáncer, no había que tomarle mucha importancia, mientras el peliverde no se enterara antes de esta confirmado, todo podría ser un error.

    Tenían el conocimiento de que su Diosa podrías darles esa información, confirmarlo o negar que estuvieran esperando un bebe.

    Así que estaban decididos en ir con ella, a sus aposentos para preguntarle aquello.

    Solo agradecían de gran manera, que el patriarca no estuviera en el santuario, pues había bajado para revisar unos asuntos con los de bronce, pues una misión que les asigno no resulto como esperaba.

    Conforme iban subiendo, el corazón del primer guardián, parecía que se estuviera contrayendo, le estaba costando un poco respirar, los nervios, eran algo muy cruel y traicionero en cualquier momento, pero sentir la mano de su amado, le reconfortaba plenamente, al no sentirse solo en esa situación, como tuvo que pasar hace tiempo.

    Al llegar primero a la sala patriarcal, se sorprendieron pues la joven Atena, estaba allí hojeando unos pergaminos, últimamente se había preocupado en realizar una investigación exhaustiva, de cómo comunicarse con un Dios que necesitaría muy pronto por la situación actual en su santuario.

    -Ho, Hola- Saludo la mujer, sonriendo gentilmente.

    Ambos a su vez, hicieron la reverencia por protocolo, indicada cada que la tenían enfrente de ella. Saludando de manera cortes.

    -¿Sucede algo?- Pregunto preocupada.

    Sabía perfectamente que cuando un caballero, llegaba hacia donde estuviera ella y más uno dorado, podrían ser malas noticias.

    -Lo que pasa… Señorita Atena… Nos gustaría saber…- Aries tan correcto en hablar y tranquilo, pero no en esta ocasión.

    El primer guardián, no podía continuar, se sentía de verdad preocupado, sus palabras no salían aunque quisiera, lo cual el rubio noto y más el rostro de la joven que se veía de confusión. ¿Pues qué ocurría, que atormentaba así a Aries?

    -Queremos saber, si Mu esta embarazado- Tal cual, el poco tacto en decir las cosas, ser directo y simple. Así era ese rubio.

    La Diosa, se sorprendió un poco, abriendo sus ojos de par en par. Aunque fuera joven, sabía que estos dos eran pareja, pero de todos era los que menos esperaba que les saliera con esa sorpresita, tan repentinamente. Eran considerados los más inocentes, ya se veía que las apariencias engañan.

    -He… Bueno… Si eso es lo que quieren- Rio algo nerviosa –Claro puedo verificar el estado en el que Mu se encuentra-

    Shaka, baja la cabeza, en símbolo de agradecimiento, hacia la joven.

    Otra prueba del amor que Virgo sentía, enfrentarse a lo que fuera en lugar de Mu, para hacerlo sentir más tranquilo, ¿Eso era el amor? Protegerlo de cualquier cosa, sin importar en lo más mínimo que fuera.

    La mujer camino para estar al frente de ambos, extendiendo sus manos, hacia su primer guardián, el cual se levantó, para sujetarla como ella lo había ofrecido.

    Ella, cerró sus ojos, teniendo ambas manos de Aries en las suyas, concentro su cosmos, para hacer una inspección en el cuerpo del joven.

    Parecía que no pasara nada, pero pronto tanto Virgo como Aries, sintieron un muy débil cosmos, diferente al de ellos y el de la Diosa, que se hacía presente en breves momentos, como titilando.

    Ambos corazones latían acelerados, sus ojos estaban contraídos, algo agitados y sorprendidos, esa… ¿Era la confirmación que esperaban?

    Una pequeña sonrisa en Shaka, se dibujó al saber que era verdad.

    Atena, abrió sus ojos, con una enorme sonrisa en su cara –Felicidades, efectivamente Mu, estas esperando un hermoso bebe- Soltó las manos del muchacho, que parecía no creer lo que acaba de pasar –Y por lo sentido, creo que es de unos dos meses más o menos-

    Automáticamente, se llevó sus manos a su vientre -¿Es verdad?- Sus ojos comenzaban con amenazar unas lágrimas –Tendremos un bebe…- Sonrió emocionado por aquella noticia tan hermoso que se les acababa de informar a ambos enamorados. –Shaka, me siento muy feliz-

    El rubio, le dio un abrazo a su novio, en ese momento se le olvido el decoro enfrente de la mujer, la cual solo sonreía ante esa muestra de afecto entre los dos, entendía que ese momento era suyo y su presencia salía sobrando.

    -Los dejare un momento a solas- Dijo aquello, para retirarse, aunque fuera un reciento santo, una pequeña muestra de amor entre ambos, no lo contaminaría.

    Este beso a su querido corderito, en muchas ocasiones en el rostro, boca, mejillas, frente, nariz. No sabía de qué manera demostrarle su sentir por esa noticia.

    El miedo, la preocupación, se había esfumado al saber que tendrían un bebe. Aunque fuera el segundo, les llenaba de una gran emoción.

    -Gracias…- Sujeto la cabeza del pelilila, para posar su frente en la de él y mirarlo a los ojos. Él también tenía la emoción a flor de piel, mas no de una manera de lágrimas, si no de demostración de afecto. Incluso su cosmos se notaba alterado por la emoción, tan atípico verlo así, pero ese caballero cada instante le provocaba esas reacciones.

    -Te amo mucho- Esta vez Mu, le rodio el cuello y beso, dejaba salir esas lágrimas. Sería una madre en toda la extensión de la palabra y su amado le había dado esa oportunidad.

    Se quedaron así por unos minutos, las palabras no se necesitaban, demostraciones de amor las tenían, aunque su vientre aun fuera normal, plano como se diría, pues en el primer trimestre se estaba formando, por lo tanto aún era tan pequeño que apenas se podía percibir el débil cosmos de una nueva vida, por el proceso que hizo su Diosa.

    -Tendremos que decirle a nuestra familia- Virgo hablo esta vez.

    Limpiando sus lágrimas –Quiero ver la reacción de Kiki, al saber que tendrá un hermano menor…

    -O una hermana menor- Corrigió el rubio.

    Sonrió emocionado –Lo que llegue a ser, mientras sea sano, no me importa-

    -El patriarca y el viejo maestro, me van a matar- Suspiro, resignado a su final inminente, aunque dijo más bien con una sonrisa.

    -No exageres, amor- Aries sonrió divertido.

    -Lo harán, por haber profanado a su bebe- Un pequeño destelló pícaro se vio en sus ojos, recordó esa noche.

    -¡¡¡SHAKA!!!- Llamo la atención de su pareja –Comportarte… Aquí no…- Dijo esto sonrojado, al recordar una vez que hicieron algo indecoros y no fue en ninguno de sus templos, agradeció que su futuro bebe no fuera concebido en una noche de lujuria.

    Una sonrisa de resignación se formó en los labios del Hindú, recibió una hermosa notica, la familia sería más grande, y tendría una excusa perfecta para cuidar mucho más a su borreguito. Esta situación le favorecía, solo con la excepción de sus suegros, pero ellos no podrían hacer nada.

    Si de verdad tuvieran que matarlo, pues en esta ocasión tendría que luchar, no dejaría solos a su amado e hijos.

    -¿Cuándo quieres decirles?- Siempre preguntaba la opinión de su novio, antes de hacer cualquier cosa.

    -Creo que me gustaría hacerlo de inmediato- Sonríe –Sin embargo, todos están ocupados-

    Ríe un poco –Incluso nuestro hijo mayor, lo está-

    Suspira, algo preocupado –No sé cómo ambos me convencieron, para que fuera a Jamir a reparar tu armadura el solo-

    -Sabes que él está listo, solo que debes soltarlo, para que mejore- Le cuestiono su novio.

    Cabizbajo –Lose- Recesivo un beso en sus labios.

    -Cuando regresen, les diremos la noticia, solo espero que Kiki, traiga mi armadura, para la pelea de mil años que se dará- Tomo la mano de Mu, y le dio un beso.

    Niega con la cabeza –No voy a permitir que eso pase-

    Ambos caballeros se retiraron del recinto, pues ahora estaban sumergidos en su mundo, en donde ambos pertenecían al estar solos, aquella noticia los hizo sentirse más felices con sus vidas de lo que estuvieran antes.

    Sin embargo, una Diosa estaba ahora más apurada, buscando poder establecer contacto con aquel Dios, que tenía muchos siglos que no veía. Y temía que no le ayudara en lo que requería. Y más porque ahora había dos bebes en camino.
     
  5. Threadmarks: Capitulo 45 (Decepción)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    Aries
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    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
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    Había pasado unas cuantas horas desde que la feliz pareja recibió la hermosa noticia de que estaban esperando a su segundo hijo.

    Prácticamente Mu estaba tomando esta noticia de mejor forma que el peli azul, pero puede ser que sea por el hecho de que él no tenga los achaques dignos de un embarazo. Solo un poco más de hambre, por el momento era lo único que tenía en su sistema.

    Virgo por su parte, se sentía el ser más afortunado del mundo, puede que su semblante siempre sea serio y de vez en cuando demuestre lo que sienta de verdad, pero con Aries, era quien es realmente, tal vez un poco romántico a lo que pudiera llegar, pero era sincero.

    Paso todo el tiempo que pudo, abrazando al pelilila, besando su rostro, sus manos, y tocaba el plano vientre del contrario, en su interior estaba aquel fruto de su primera unión.

    Aunque cada que veía comer a Mu, tenía que ir a vomitar. Sin duda el se veía realmente cansado, pensó por un momento y le dio lastima el pobre de Saga, tener que aguantar eso en su primer trimestre de embarazo y luego los demás síntomas.

    Agradeció a su Diosa que su borreguito no tuviera nada de ello, si él lo sufría, estaba bien. Lo soportaría solo por Aries.

    De un momento a otro se escuchó un sonido de teletrasportación, era apenas audible, pero ambos lo pudieron también sentir.

    Siendo el que llegaba, su pequeño mayor, el cual traiga con él, la armadura de Virgo reparada. Aunque lucia cansado, portaba la gran sonrisa que siempre lo caracterizaba y más al ver a sus padres, en el primer templo que lo recibieron con una alegría inmensa.

    Mu, fue directo con él, pues aunque tratara de ser fuerte y no angustiarse de más de la cuenta, no dejaba de ser su pequeño, así que lo abrazo de inmediato, además contando la emoción de la noticia estaba más emocionado y le dio varios besos a Kiki, por sus mejillas y cabeza, sin importar que el menor estuviera algo sucio.

    -Mamá…- Dijo esto, algo apenado, por el cariño que recibía.

    -Bienvenido a casa mi bebe- Una hermosa sonrisa de nuevo en esa cara que cautiva a todos.

    -Hola hijo, ¿Cómo te fue?- El rubio había asumido sumamente bien su papel de padre.

    Sin soltarse del agarre de Aries, sintió al rubio –Muy bien, logre reparar su armadura de forma correcta, aunque no tuviera tanto daño- Sonrió triunfante.

    -Ese es mi pequeño- Un último abrazo antes de soltarlo.

    -Bien hecho Kiki- Le alboroto los cabellos.

    -Gracias- Estaba sonrojado, aquella aprobación de parte de ambos, lo hacía sentirse tan feliz. Que se sintieran orgullosos de él. No sabía que más decir ante esa inmensa alegría.

    -Espero que tengas hambre, prepare momos, tus favoritos- Se dirigió a la cocina, para traerlos y empezar a comer.

    Sonrió de par en par, después de estar arreglando la armadura de su padre, ser recibido con una deliciosa comida hecha por las amorosas manos de su madre, era lo mejor que podría pasar.

    Pero noto algo muy raro, e inusual Shaka, se ofrecía a ayudar al pelilila siempre, más en esta ocasión, el pobre parecía estar aguantándose las ganas de vomitar de nueva cuenta.

    -Papá… ¿Te encuentras bien?- Estaba preocupado por como este se miraba.

    Respiro profundamente, tratando de relajarse un poco, mostrando su mejor cara, para no angustiar al pequeño.

    -Estoy bien, deja ayudo a Mu- Sonrió de manera forzada.

    -Está bien…- Miro algo extrañado el comportamiento de Virgo, pero no le dio mucha importancia.

    La comida transcurrió con normalidad, salvo por…

    Los momos, que había preparado Mu, no eran exactamente todos deliciosos. Últimamente este borreguito tenía una obsesión por comer fruta muy seguido y aquí no fue la excepción

    Eran nórmalas, los de carne, los de verduras, hasta de algunas legumbres, pero de frutas, tan extrañas, no eran comunes.

    Incluso tenían un aspecto poco agradable a la vista, tanto virgo como el pequeño Lemuriano, podían notarlo, pero no decían nada, pues para Mu aquello era lo más delicioso del mundo. Los degustaba tan plácidamente.

    -Mamá- Llamo.

    -Dime- Paro de comer, para ver al niño.

    -Últimamente he notado que comes muchas frutas- Lo mira extrañado -¿Se siente bien?-

    Asiente con la cabeza –Si, es solo un pequeño antojo- Dijo aquello sin más, quería decirle su estado, pero debía ser una sorpresa.

    Rio algo apenado –Ok, es solo que me precia algo extraño-

    Suspira cansado, aunque no fuera a vomitar, aun se sentía algo mareado, como para comer –Creo que yo, no probare alimento-

    El chiquillo ahora miraba con preocupación al rubio.

    Tenía conocimiento que llevaba unas semanas, que a veces comía bien y otras se sentía mal que no podía hacer aquella reacción.

    -Papá, ¿Estas enfermo?- Su mirada angustiada, lo revelaba.

    Niega con la cabeza –No, es solo que no tengo mucho apetito, últimamente- Dijo aquello dedicándole una leve sonrisa a su pelilila.

    Era oficial, el comportamiento de ambos hombres, estaba muy raro para su gusto, era un niño, es verdad… Pero no era ningún tonto, sentía que algo estaba ocultando, lo que presentaban no era algo usual en ellos.

    Su madre no era un glotón de la noche a la mañana y su padre no era de los que no comiera o se sintieran mal, además que cuando había hecho un berrinche de no querer alimentarse, el rubio lo reprendía. Sin duda ya era completamente su papá

    -Kiki, después de comer, ve a darte un baño, queremos hablar contigo- Esto rápidamente lo dijo Virgo, sin más para retirarse a lavar la loza sucia.

    El menor por estar pensativo, no se dio cuenta cuando ya había terminado de comer –Si-

    Obedeció aquella orden dada, mientras iba a aquello, pudo ver una sonrisa tan cálida como aquellas que Mu le dedicaba en ese mismo rostro, pero ahora estaba contemplando la nada, como si imaginara algo.

    -No quiero que pase más tiempo, estoy tan ansioso por decirles- Se abrazó de su novio.

    -Lo sé, yo tampoco puedo esperar más, para que Kiki, lo sepa- Aun su voz tranquila, sonaba algo ansiosa.

    -Nuestro pequeño será un gran hermano mayor- Esa hermosa sonrisa de nuevo, algo más de que enamorarse.

    -Creo que él bebe será muy dulce, pues comes demasiada fruta- Dijo aquello, más como una broma.

    -Si es algo extraño, pero es lo que más quiero comer- Hizo una mueca de confusión.

    Beso aquellos labios, que tenían un sabor mucho más dulce y exoticos de lo normal.

    -¿Alguna vez te he dicho que tus ojos brillan tan hermosos?- Un coqueteo por parte de Shaka de nueva cuenta.

    Él nunca se cansaría de decirle palabras de cortejo, cada que podía.

    Rodeo el cuello de aquel rubio con sus brazos, mirándolo a los ojos –Creo, que solo unas mil veces al día, pero me encanta que lo hagas- Sonrió de manera coqueta.

    Podían pasar horas de esa manera, abrazados, mirándose, dándose pequeños besos, pero no por ahora, debían preparar como le dirían a sus seres queridos, esa gran noticia.

    ---Templo de Cáncer---

    -No puedo creerlo… ¡¡¡COCINAS TAN RIQUÍSIMO!!!- Tenía toda su cara extasiada por los sabores de ese platillo italiano.

    Desviaba su mirada, para otro lado, apoyado en su codo –No es para tanto florecita-

    -Claro que si- Sonreía de oreja a oreja –Es muy rico-

    -Tal vez no sea un banquete digno de su real majestad- Decía esto, algo molesto –Pero me esforcé, para que tuviera bien sabor-

    -Para mí esto sabe mucho mejor que cualquier platillo hecho de los más finos ingredientes- En su mente esto era un cumplido, sin dudarlo.

    -¿En verdad?- Pegunto algo incrédulo.

    -Death, no te mentiría- Le regala una sonrisa tan adorable, que aquellas manchas de tomate en su labio se veían tan tentadoras.

    Y sabemos perfectamente que nuestro cangrejo, no dejaría pasar aquello.

    ¿Qué fue lo que hizo?

    Se levantó de golpe, para acercar al pececito, este lo miro algo sorprendido, y rápidamente el cuarto guardián, lamio esa salsa de los suaves y finos labios de este.

    Lo que provoco, un sonrojo en este, los nervios lo traicionaron por completo y le dio tremenda cachetada al hombre, el cual solo se quedó sorprendió, por ello.

    ¿Había hecho algo malo?

    Pues no le declaro sus sentimientos, aunque aprecian implícitos entre ambos, no había hecho otro movimiento que en invitarlo a algún lugar y bromear un poco, al grado de hacerlo enojar mucho.

    Se dio cuenta de lo que acaba de hacer, y se asustó un poco. ¿No sabía por qué reacciono así? Era lo que quería, o más bien un beso no una lamida.

    -Lo… Lo siento- Estaba apenado –No quería lastimarte-

    Se sobaba, la cachetada que recibió del piscis, mientras se levantaba algo molesto -Sé que no soy el más atractivo de todos, pero… Si no quieres nada conmigo…- Tenia su mirada algo triste –Solo dímelo claramente y lo entenderé-

    Aquellas palabras dichas por Cáncer, estaban cargadas de tristeza y frustración. Sentía que había hecho tanto esfuerzo y ni siquiera se ganó el ser mirado por piscis de esa forma.

    Se sentía como un gran fracaso, pues quería mucho a ese último guardián, pero no era como los demás, sus formas de demostrar cariño, era jugar bromas, ser grosero y molesto. Pero era como él se comportaba y no debía cambiar para impresionar a nadie, o tal vez solo no ser tan cruel en ello.

    Sentía que nada había servido, pero estaba bien.

    Un suave beso recibió en sus labios cortesía de su invitado, lo cual lo dejo todo sorprendió, con los ojos muy abiertos. No se creía lo que acaba de pasar.

    -No eres feo, solo estas… armado de diferente forma- Eso era lo que decía Afrodita, con una sonrisa tan radiante –Pero a mí me gustas así-

    -¿Heee?- Estaba todo confundido –Primero me golpeas y ahora me besas ¿Qué demonios pasa contigo?-

    -Pues tu nunca te me declaraste de manera adecuada- Cruzo sus brazos indignado –Tenías que hacerlo primero, antes de besarme, eso es lo correcto-

    -¡¡¡PERO TU ACABAS DE BESARME!!!- Dijo confundido aun.

    -Es diferente, yo sí puedo besarte, no necesito tu permiso, en cambio tú conmigo si- La lógica de Piscis.

    -¿Qué?- Miraba al peli celeste, con una cara de no me lo creo –Estoy confundido ¿Quieres ser mi novio o no?-

    -Pues claro que si- Decía esto, mientras tenía los cachetes inflados, por el enojo.

    -Muy bien…- Se rascaba la cabeza, algo nervioso y sonrojado –Y ¿Ahora qué hago? ¿Ya te puedo besar?-

    -¡¡¡NO!!!- cruzo sus brazos –Primero, tienes que decirme, cuanto te gusto y luego lo que harías por mí y jurarme amor eterno y después veremos si te dejo-

    Esperaba mucho del Cangrejo, el cual solo se quedaba mirándolo muy confundido, por la actitud tan “normal” de Piscis, pero era algo que le gustaba y estaba dispuesto a aguantarlo, porque lo amaba, de alguna manera extraña que solo ambos comprendían. Existía el amor y es lo importante.

    ---Templo de Aries---

    -Buenas noches- El alegre Dohko, llegando feliz como de costumbre.

    -Buenas noches- Esta vez el peliverde, tenía una sonrisa muy amplia en sus labios, algo sin duda lo había hecho feliz antes de ir allí.

    Pues seamos sinceros, estos dos meses, para el no habían sido precisamente, los mejores, tener que aguantar a su pequeño con Shaka, era apenas soportable.

    -Buenas noches padres- Mu, saludo de manera respetuosa a ambos mayores.

    El rubio, hizo una reverencia ante ellos, tenía que seguir siendo respetuoso y más en estos momentos, debí ganar todos los puntos posibles –Buenas noches-

    -Hola abuelos- El pequeño era el único que tenía permitido, hablarle de esa forma a ambos, aparte de Mu, que el optaba por costumbre de ser educado todo el tiempo.

    -¿A que debemos su invitación al primer templo?- Esta vez cuestiono Libra, aunque feliz… Había tenido otros planes para esta noche, que tuvo que posponer.

    -Es que… Tenemos algo importante que comunicarles- Aries, parecía tener una mayor confianza esa noche.

    -¿Qué cosa?- Su voz de curiosidad de hizo notar.

    -Bueno, es que ocurre que…- Estaba pensando en que palabras usar, para no ser asesinado antes de que su bebe nazca, pero no existían palabras para hacerlo.

    Aries sonrió, tenía la capacidad, de trasmitir paz con su semblante, algo tal vez digno de su constelación guardiana o de su personalidad.

    -Lo que pasa, es que… Pronto la familia se hará más grande- Soltó aquello rápido y conciso, no daría muchos rodeos, aunque pudiera que lo hiciera inconsciente.

    -¿Hmmm?-

    -¿Qué?-

    -¿Cómo que más grande?-

    Suspiro, era mejor ser conciso en lo que digiera, aunque muriera de inmediato –Mu está esperando un hijo mío-

    -¡¡¡¿CÓMO DICES?!!!

    -¡¡¡¿CÓMO FUISTE CAPAZ?!!!

    -¡¡¡¿TENDRÉ UN HERMANO?!!!

    Los tres quedaron en un estado de shock, aunque el del menor no era por enojo, sino más bien sorpresa. No pudo decir lo mismo de los otros dos.

    -¡¡¡¿CÓMO PUDISTE TRAICIONAR LA CONFIANZA QUE TE DIMOS?!!!- Dohko, estaba realmente enojado, muy enojado.

    Incluso Shion, se estaba sorprendiendo mucho por esa reacción. Su pareja no era de explotar de esa manera.

    -Pa…Padre, por favor cálmese un poco- Mu, quería tranquilizarlo, esperaba cualquier reacción de parte del peliverde, pero del castaño era algo nuevo.

    Libra de dirigió a el –¡¡¡TU MEJOR NI HABLES!!!- Tenia los brazos cruzados -¡¡¡¿CÓMO PUDISTE DEJARTE EMBAUCAR TAN FÁCILMENTE?!!!- Por primera vez, parecía un padre más sobreprotector que el Aries mayor –Me has decepcionado feamente-

    Las duras palabras dedicadas al pelilila, le hicieron sentirse mal. Nunca antes había provocado ello, en ninguno de los dos mayores. Comenzó a bajar su mirada, pero… Era más esa pequeña conciencia de un niño que estaba angustiado cuando su padre se enoja con él.

    Pero no estaba solo, y como se le había prometido antes, él lo protegería.

    -No permitiré que le hable así a Mu- Se interpuso entre su amado y su suegro más enojado.

    -Ja- Sonrió con sus ojos inyectados en enojo -¿Enserio serias capaz de enfrentarte a mí?-

    -Por defender a Mu, sería capaz de eso y más- En su mirar también estaba desafiándolo, no permitiría que nadie incluso sus propios padres lo lastimaran.

    Ambos cosmos, estaban intensificándose a gran medida.

    ¿Un enfrentamiento entre Virgo y Libra?

    Era algo que no se había visto en mucho tiempo o antes. Realmente ese conocimiento no se tenía, pero en esta época, podría suceder en cualquier momento.

    -Shaka, por favor cálmate un poco- La voz angustiada del pelilila, sonó en medio de esa situación.

    -Dohko, déjalos que se explique por favor- Aquella autoridad, le estaba ejerciendo con su pareja, a ver si funcionaba –Después podrás matar a virgo- Y ahí estaba el deseo de muerte hacia su yerno.

    -Un hermanito- La voz del infante se hizo presente, estando algo consternado por la noticia.

    Sonrió emocionado, sus ojitos brillaban, era una noticia que nunca, ni en sus sueños más locos, había imaginado que ocurriera, pero aquello significaba que tendría a alguien con quien jugar y alguien que él también podría proteger. Su familia seria cada vez más grande y eso lo alegro tanto.

    Se acercó hacia Mu, y le dio un abrazo. Él estaba tomando aquella noticia, con más madurez que esos dos mayores.

    Pero seamos honestos, muchos padres reaccionarían así. Aunque estos dos, fueran más peligrosos que cualquier padre con un rifle.

    Pero esto provoco que el rubio y castaño, se tranquilizaran un poco, ni Kiki, ni ese bebe tenían la culpa de nada, así que debían estar calmándose al menos por este momento.

    -¿Cuántos meses tienes?- El patriarca, rogaba que fueran al menos semanas, no quería pensar que su hijo, sucumbió al deseo carnal tan rápido.

    -Dos… Meses…- Aun con nervios, le mantenía la mirada a su ilustrísima.

    -¿Dos meses?- Quedo pálido, entendía lo que había sucedido.

    -Es lo que llevan de novios- Libra estaba realmente furioso -¿Acaso fue la noche de la declaración o qué?-

    -Eso no le incumbe viejo maestro- Ahora era Virgo quien estaba enojándose, odiaba que preguntaran de su vida íntima sin más.

    -¡¡¡CLARO QUE NOS INCUMBE!!! Es de nuestro hijo, del que estamos hablando- El peliverde, comenzó a alzar la voz.

    -Mu es ahora mi pareja, así que respeto que lo quieran proteger, hasta de mí. Pero ya es demasiado, al estar cuestionándonos en nuestra vida privada- Se estaba haciendo valer su posición, delante de ambos, protegiendo de esta manera a su pelilila y al pequeño Kiki.

    El niño, estaba experimentando un poco de miedo, no había visto nunca a sus abuelos de esa forma, tan molestos y enojados, con ese cosmos tan amenazante, contra el rubio.

    Tanto Shion como Dohko, estaban en verdad enojados, querían matar de verdad a ese caballero de Virgo, su pensar de que profanara a su pequeño.

    Sin embargo, entendían que si eso hiciera harían sufrir a los dos Aries, que lo querían tanto.

    -Sé que están enojados, y decepcionados…- Encara a ambos, poniéndose a lado de su amado –Pero no me arrepiento, de lo que ha pasado- Toco su estómago un poco –Este bebe, también será su nieto, no quiero que lo rechacen o no crezca conociéndolos- Su voz estaba triste, mas no dejaría escapara ni un lagrima, debía ser fuerte, por todos los que quería.

    -Eso lo sé- El patriarca dijo esto de manera sincera, aunque no estaba de acuerdo con lo que paso, no quería perderse por una discusión y rencor, la dicha de compartir esos momentos con su hijo y futuro segundo nieto –No quiero estar lejos de ti Mu-

    Aunque por primera vez Shion, estaba reaccionando más tranquilo, por algo que esa parejita hiciera, ya que él siempre era el más alterado al tratarse del pelilila.

    Por su parte Dohko, no daba su brazo a torcer tan fácilmente. Le molesto que no hicieran las cosas bien, hubiera una consecuencia. Y sin más estaba realmente furioso, no tanto con Mu, si no con Shaka.

    -¿Papá? Por favor no te enojes- Esa dulce voz de Aries, podía calmar a los demás, pero tal vez esta vez no funcionara tanto.

    Suspiro resignado, quería ser parte de esa espera, aunque tuviera que convivir con el rubio atrevido.

    -Escucha Shaka, no te matare por ahora, pero quiero hablar contigo a solas- Su voz no baja de ser amenazante.

    Asiente con la cabeza el susodicho –Como diga viejo maestro-

    El ambiente aún estaba algo denso en el lugar, no se sabía que decir, hacer. Pero lo bueno de tener a un niño presente, es que él puede lograr que esa situación mejore.

    -Mamá, su estómago ¿Crecerá igual de grande que el del señor Saga?- Su dulce voz siempre de curiosidad.

    Mu, sonrió. Su pequeño no concia de ese enfado en el ambiente –Tal vez no tan grande, pero si algo-

    -Que emoción- Su hermosa sonrisa se hizo presente, abrazando al mayor, posando su cabeza justo en el vientre, con los ojos cerrados.

    El mayor lo abrazo, sentía tranquilidad que al menos Kiki, hubiera reaccionado bien.

    Los otros tres, miraron esa escena, esa debió ser la reacción correcta, pero bueno ya paso, lo que debía pasar y solo quedaba esperar.

    Sin duda el pelila estaba perdonado, pero no sabemos si el yerno lo estaba del todo.
     
  6. Threadmarks: Capitulo 46 (Amarillo Y Lila)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    Aries
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    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
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    Romance/Amor
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    ---Un mes después---

    Gracias a los cielos, el rubio había dejado de sentirse mal por las mañanas, ahora solo sentía un poco de cansancio, pero soportable.

    Por su parte, el pelilila, no debía ir a los entrenamientos, en su condición sería peligroso, también las misiones ya no se le asignarían hasta después del parto, dependiendo de cómo vallan las cosas.

    Y si, los demás compañeros se enteraron de la buena nueva para sus amigos, felicitaron mucho a ambos. Aunque uno hacia algunos chistes de mal gusto, ya sabemos quién, pero su novio lo reprendía.

    Pobre Escorpio, estaba muy triste, él quería ser padre y parecía que cada día esa ilusión estaba más lejos, pues su cubito miraba aquello con desagrado.

    Al igual que Aioros, Shaka tenía que ser el que fuera a ver a su pareja a su templo, pues como no sabían realmente como reaccionaria su cuerpo al esfuerzo, debían mantener a los embarazados en su templo, cómodos y sin ninguna preocupación.

    Eso lo tenía un poco más fácil Mu, en su templo no existían peleas constantes, como en el tercer templo.

    El rubio, estaba tan fascinado cada día por el embarazo de su borreguito, lo consentía más de la cuenta, cada cosa que deseaba él se encargaba de cumplírsela, lo bueno es que Mu no es del tipo exigente.

    Al igual que el pequeño pelirrojo, pues también ayudaba a su madre en todo lo que pudiera y sin contar que Virgo le pidió que lo cuidara mucho, cuando el no estuviera.

    Y si, las misiones que Aries debía cumplir se las encomendaron al rubio. Tal vez castigo o deber, ¿Quién lo puede decir?

    Para la mala fortuna de Aries, a veces se sentía un poco sensible en sus emociones, pues en ocasiones le daba por llorar hasta por que pasara una mosca, o a veces hacia un puchero, si el rubio no le daba algún beso o abrazo. Podríamos decir que era exigente en esos pequeños detalles con su amado.

    Pero para Virgo eso no le molestaba en lo más mínimo, solo el llanto no le agradaba, más él estaba para secar esas lágrimas y el pequeño niño igual. Era quien podía dar una sonrisa con sus ocurrencias infantiles.

    Era una verdadera familia, tal vez no como se planeado ortodoxa, pero al fin de cuenta era un símbolo genuino y más por aquella platica, que Libra tuvo de manera seria, formal y a solas con Virgo.

    ---Flash Back (Casa de Libra. Hace tres semanas)

    -Aquí estoy viejo maestro- Dijo el rubio que entraba al séptimo templo.

    -Que bien, pensaba que te echarías para atrás- Su voz aun denotaba molestia.

    Desde esa noche que se dio esa noticia tan hermosa, Dohko solo dirigía una mirada de molestia a Shaka, incluso el patriarca ya había perdonado en cierta forma al rubio, pero el otro suegro, ni de broma.

    -Sabe que no lo haría- Cruzo sus brazos en señal también de demostrar autoridad, mirándolo directo, de igual forma serio.

    Ambos portaban sus armaduras doradas, estaban a solas como se había pedido. Aunque sus parejas pidieron que no se mataran por Atena y ese bebe que venía en camino.

    Un pacto de guerra fría, pero Libra pudo haber cruzado los dedos.

    -¿Qué? Ahora ya no haces una reverencia ante tus superiores- Dijo aquello más como un reclamo, que una observación.

    Era cierto, un debía respeto a ese caballero de tiempo pasado, y padre de su borreguito.

    Suspira, reverenciándolo un poco. Aún tenía su orgullo en alto. Pero lo cortes nunca ha quitado lo valiente.

    -Sabes a que vienes ¿verdad?- Se acercó al rubio, aunque fuera un poco más alto que el, la intimidación era un factor que estaba presente en ambos, mas ninguno cedía.

    -Hablar de mi relación con Mu, me imagino- Dijo aquello con ironía.

    -¡¡¡DE MI HIJO!!! Para corregirte- Su voz nuevamente de molestia.

    -Sí, su hijo. “MI” Pareja- Ahora Shaka estaba perdiendo la paciencia.

    -Y eso es otra cosa- Refuto Dohko –No me gusta que te refieras así a el- El ceño se frunció.

    -¿Cómo dice?- Confundido.

    Suspiro algo resignado, era mejor hablar directo al grano, no funcionaba darle vueltas al asunto.

    -Escucha- Tenia una cara tan seria, que daba escalofríos –Quiero que se casen de una manera correcta ¿Entiendes?- lo miro decidido, su petición también debe ser tomada en cuenta.

    -¿Casarnos?- Abrió sus ojos de par en par. No esperaba aquello, tal vez una pelea o discusión.

    -Como dije, te debes casar de manera adecuada con el- Su semblante parecía más relajado. –Ho… ¿Es que acaso planeas seguir así?- Ahora de nuevo ese cosmos amenazador.

    -No, claro que no, si quiero casarme con Mu, pero… Nunca pensé que usted diera su consentimiento- Miraba con cierta preocupación al mayor.

    -Bueno, pues ya vez que si- Ahora un porte digno, como el que Shion lucia en su poder. –Quiero que ese bebe, nazca en un entorno familiar bendecido por Atena-.

    -Entiendo, también había pensado en ello, pero no creí que les gustaría la noticia- Decía aquello con su semblante serio.

    -Ya si nos gusta o no, es cosa de ustedes, no nuestra. Solo quiero que hagan las cosas bien- Se quedó callado por un momento –Acabo sonar como Shion- Rio alegre al recordar a su peliverde.

    -¿Puedo preguntarle algo?- Estaba tentando su suerte, pero lo haría.

    -Dime-

    -Usted y el patriarca ¿Se casaron?-

    Sonrió triunfante, esperaba esa pregunta y tenía una respuesta mucho mejor –El maestro de Shion, era mucho peor que nosotros en reacciones sobreprotectoras- Miro un poco hacia el techo, sin duda recordó alguna anécdota –El si te hubiera matado o encerrado en la armadura de Altar-

    -En ningún momento, me quiso como pareja para Shion, le parecía poca cosa, si me lo permites decir- Lo mira de reojo –Y creo que es lo mismo que pienso de ti-

    Lo miro con su semblante desafiante, pero atento a la conversación.

    -Por eso, daba mi consentimiento, mas sin embargo no fuimos blancas palomas, hicimos cosas de las cuales yo no me arrepiento y el mucho menos- Sonrió de forma nostálgica- Poco antes del enfrentamiento final con Hades… Le propuse casarnos de manera clandestina-

    Aquella revelación, nunca la espero. Posiblemente era un secreto entre ambos y ahora le compartía.

    -Fue algo tan sencillo, pero de mismo peso sagrado- Se giró al hombre rubio.

    -Ahora, quiero que hagas feliz a Mu, en toda la extensión de la palabra, algo como un matrimonio, puede que sea innecesario para su postura, pronto tendrán a un bebe, pero al menos honrarlo en esa forma ¡¡¡IDIOTA!!!- Una mirada seria, pero una sonrisa tenue.

    -Entiendo, así lo hare- Asintió con la cabeza, pero tenía una duda –Pero… ¿Una boda griega sería suficiente para él?-

    -Estamos en Grecia, creo que será adecuada- Sonrió, estaba más relajado ahora con la presencia de Virgo.

    La pelea de los mil días, no se hará presente, por lo menos no entre ellos dos.

    Ahora Shaka, se había quedado pensativo, si pensó en casarse con Aries, pero no había tenido una idea clara, de cómo hacerlo de una manera correcta, para ambos.

    Pertenecían a culturas algo diferentes, mismas creencias con doctrina centrada a diferentes puntos, ademas que lo necesario no se encontraba en Grecia por completo. Y nunca antes pensó en una ceremonia Griega, cosa rara, estaban en ese país, podría ser una opción.

    Al fin de cuenta una Diosa griega a la cual protegían, les había dado la oportunidad de conocerse.

    -No tienes idea de cómo realizar una boda Griega ¿Cierto?- Lo miro resignado.

    -Lo lamento, pero nunca me había puesto a pensar en ello y creo que desconozco como se celebra una- Bajo su cabeza en señal de disculpa.

    Rodeo sus hombros con un brazo, sonriéndole al menor –Tranquilo Yerno, te ayudare en ello- Se quedó pensativo por un instante -Podría ser una sorpresa para Mu ¿Qué opinas?-

    Le pareció una buena idea, darle esa sorpresa a su borreguito, con esa unión sagrada que se daría entre ambos. Pero sobre todo porque era algo rígida, tenía que ser en cierta temporada.

    ---Fin Flash Back---

    Ríe un poco animado -¿A dónde vamos Kiki?-

    -Ya lo veras mamá- El pequeño guiaba al pelilila entre un sendero lleno de árboles, que en estos momentos se encontraban sin hojas.

    Ambos tomados de las manos, el pequeño aprecia mucho más feliz de lo normal, lo cual no extraño a Mu, era normal cuando hacia alguna gracia o un regalo para él. Conocía muy bien sus expresiones. Por lo cual también estaba curioso por saber que pasaba.

    Pero algo extraño de forma repentina al Lemuriano mayor, pues comenzaba a ver algunos árboles con hojas verdes, no muy frondoso, en la época invernal eso era inusual.

    El final se divisó, era un lago que estaba congelado por completo. No era muy grande, era donde de niños se daban algunos baños y jugaban. Que bellos momentos infantiles.

    Luego pudo ver, como había otras personas allí, eran sus compañeros de armas, parejas de los mismos, sus padres y su amado rubio. Se sorprendió algo, ¿Acaso era una fecha importante?

    ¿Había olvidado algo?

    Fueron las preguntas que en su mente surcaron.

    -¿Qué está pasando?- Su mirada se posó en ellos.

    -Usted venga conmigo- El menor lo jalo animado, hacia donde estaban todos.

    El pelilila, observaba atento al ir llegando, el lugar parecía decorado de manera muy simple, con algunas flores alrededor, un arco hecho de las mismas ramas de los árboles, y unas muy pequeñas flores blancas entrelazadas. Siendo tan hermosas.

    No entendía que ocurría, no los veía vestido de manera diferente, sus ropas civiles de siempre, incluso él iba vestido como normalmente estaba acostumbra.

    ¿Por qué el lugar se veía tan hermoso?

    Simplemente no lo entendía.

    -Felicidades Mu- Sonó una voz de sus compañeros, más precisamente la de Aldebarán, que sonreía animado junto a Adonia.

    -¿Por qué?- Ya estaba asustado un poco, y más al ver a Shaka, esperándolo cerca de ese arco entrelazado.

    Lo miraba fijamente, con curiosidad, le preguntaba en señas que sucedía, pero el solo negaba, no le diría nada.

    Que ni siquiera se fijó que comenzó a pisar una alfombra improvisada de pétalos de flores de distinta especia pero dos colores juntos se denotaban, era un color lila y uno amarillo.

    Allí fue cuando Kiki, lo soltó, para que el solo caminara hacia donde estaba su amado.

    Se quedó un momento inmóvil, enserio no entendía que pasaba.

    -Solo tienes que mover un pie delante del otro y ya- Ahora la seria voz de Shura se hizo presente.

    Ahora si… Ya no entendía nada.

    -¿Qué está pasando aquí?- Pregunto de golpe, cuestionando con la mirada su alrededor.

    -Es una boda- Aioria, contesto.

    -Tu boda- Afrodita mención.

    -Su boda- Señalando al rubio, algo sonrojado.

    -Es la boda de ambos- Aquello lo dijo un peliverde esponjoso, con un tono algo amargado.

    -¿Hee?- Se giró a ver a su pareja -¿Qué cosa?-

    Los nervios lo invadieron por unos instantes, quedándose muy rojo, y hasta se podría decir petrificado en su lugar.

    -Vamos hijo, no hagas esperar a tu futuro marido- Dohko, lo tomo del hombro, para llevarlo al lugar.

    Mientras que del otro lado el patriarca lo llevaba, también… Si ambos iban entregar a su pequeño borrego a Virgo.

    Mu, enserio que no entendía que pasaba, él tampoco tenía conocimientos de los rituales matrimoniales de la región. Pues poseía otros, pero nunca se imaginó en un matrimonio, con Shaka sí, pero tal vez de otra manera.

    Caminar por esa alfombra de flores, despedía un delicioso aroma, una combinación de la vainilla y lavanda, parecía hipnótico para ambos novios.

    Al estar enfrente de su amado, este tendió su mano derecha para que él se la tomara, pero digamos que había un cierto protocolo antes, pues el brazo fue tomado por ambos caballeros mayores, que eran sus padres, para que así con su guía, la posara en la mano del rubio.

    Aunque después alguien no quería soltar el brazo del Lemuriano pelilila, hasta que el castaño tuvo que sacarlo de allí, antes de hacer un berrinche, por su pequeño hijo.

    -¿Enserio es nuestra boda?- Pregunto en voz baja, estaba algo cohibido, no le gustaba ser el centro de atención.

    -Así es mi borreguito- Coloco un flor amarilla en su cabello –Te queda muy bien-

    -¿Te obligaron hacer esto?- Pregunto algo suspicaz.

    Niega con la cabeza –Nadie me obligo hacerlo-

    -¿Entonces?- No entendía nada.

    -Lo hago, porque quiero y puedo casarme con mi único y verdadero amor- Beso ambas manos de Aries.

    Aquello era un sueño de esos que crees que jamás se cumplirán y cuando se estaban haciendo realidad, no lo puedes contener y se te escapa la felicidad en lágrimas.

    -Tonto- Sus lágrimas surcaron, pero eran la emoción de estar en esa situación con su Shaka.

    -Si lloras en tu boda es de muy buena suerte- La voz femenina de su Diosa, se hizo presente, pues, por todo lo que estaba pasando, para Aries había pasado desapercibida. Estando de frente a ambos.

    -Señorita Atena- Se sorprendido de gran medida, al notarla –Discúlpeme, por no reverenciarla- Hizo la acción de manera rápida.

    -No, no, no es necesario. Yo solo estoy aquí para bendecir su unión- Sonrió gentilmente, para el pelilila que se notaba nervioso.

    Y como decía, era cierto. Su Diosa, estaba en esa ceremonia, pequeña, improvisada y sencilla, para unirlos de manera sagrada. La bendición de ella los volvería eternos por todas sus vidas, aquello sonaba maravillo y lo era.

    Se realizaba de la siguiente manera, ella recito un antiguo pergamino, hablando sobre el significado del amor en sí, los deberes y responsabilidades.

    Después ella presentaba unas coronas blancas de flores, simbolizando la pureza del amor en mente, cuerpo y corazón. Dándole una a cada uno de los futuros esposos, los cuales debían colocarlas en la cabeza del contrario. Iban unidas en un listón que quedaba en medio de ambos, era larga, así que entre ambas manos debían sostenerla, pues no debía tocar el suelo, si no podría traer des infortunio a la joven pareja.

    Luego, Shaka comenzó a decir sus votos.

    -Mu de Aries, quiero que tengas el conocimiento, que a partir de ahora, tu, Kiki, nuestro futuro hijo y yo seremos una familia por toda la eternidad, prometo que te amare en esta y en todas mis siguientes vidas, te buscare hasta el cansancio y te protegeré aunque mi vida dependiera de ello. La fidelidad es algo que siempre te mantendré, sin importar lo que pase, esa es mi promesa que hoy te hago frente a todos nuestros seres queridos, y principalmente ante ti- Esas palabras tan gentiles, amorosas, cargadas de sus sentimientos verdaderos, una voz seria, pero una mirada de amor.

    El Lemuriano, estaba llorando de nueva cuenta, se sentía tan afortunado, por estar con su rubio, no sabía que bien había hecho para merecer tanta felicidad.

    -Es tu turno Mu- Su Diosa de nueva cuenta hablo. Entendía la alegría del joven Aries.

    Asintió con la cabeza, tenía que recitar algunas palabras de amor, hacia Virgo. Estaba nervioso, de seguro él había tenido tiempo para prepáralas, pero… Él tenía que improvisar.

    -Shaka de Virgo, deseo trasmitirte mis más puros y sinceros sentimientos, que en esta vida seré feliz a tu lado, lo sé y que en las demás vidas, mi corazón te encontrara siempre, como lo ha hecho en esta, que mi alma estará ligada a la tuya por la eternidad, mi amor nunca será frágil, porque mi corazón le da la fuerza necesaria, formamos y formaremos una hermosa familia con nuestros dos hijos y te juro que solo tú, serás dueño de mis pensamientos, corazón y todo mi ser. Es un juramento de amor que hago frente a nuestra Diosa y todos los que nos quieren, pero sobre todo a tu corazón se las digo- Su voz estaba agitada, por el llanto, lo dijo tan emocionado.

    Como hacia un gran esfuerzo el rubio, por no besar a su borreguito, debía respetar los tiempos, para que fuera todo correcto.

    Muchos estaban emocionados de los allí presentes.

    Shion estaba llorando, pero tenía una cara de pocos amigos, se hacia el digno.

    Kiki, tan emocionado como siempre, sus padres se estaban casando, trataba de no brincar por la adrenalina que sentía ante aquello.

    Dohko, solo asentía con la cabeza, estaba orgulloso de esa acción.

    Aioria, Marin, Adonia, Alde y Afrodita, estaban emocionados y felices por la felicidad de sus amigos.

    Aioros sonreía, pues pensaba en hacer eso mismo con Saga, el cual miraba enternecido por la escena de ambos.

    Kanon y Shura, parecía que no le daban mucha importancia, osea estaban felices, pero no se conmovían fácilmente.

    Death como Camus, les aprecia algo… Que no fuera su estilo en sí, tenían una cara seria, pero no iba a arruinarles el momento, tenían un grado de respeto, bueno al menos Cáncer se lo tenía a Mu.

    Pero Milo, era quienes estaba queriendo llorar, pues quería una boda con su Cubito y un bebe, pero este no daría su brazo a torcer, aun con toda esa emoción, aprecia que no le afectaba.

    Después de esos intercambios de votos maritales, prosiguió el último paso requerido.

    En ningún momento se soltaron de las manos, esa estola de las coronas en sus cabezas, aún seguía firma en su agarre, por lo cual su Diosa, tomo las manos de ambos, poniendo una de las suyas arriba y la otra abajo, concentro su cosmos, con una gentil sonrisa. Una luz blanca se desprendió de ese listón y de igual forma desapareció.

    Al quitar sus manos, en cada una de ella, había un anillo, los cuales los tendió a ambos.

    El rubio tomo el que se le ofrecía de manera directa, en cambio Mu, lo hacía algo nervioso, sin duda esto lo había practicado muy bien Virgo o mínimo tenía un conocimiento previo.

    -Ahora, mientras recite el último pasaje del pergamino, les pido que coloquen el anillo en la mano izquierda y el dedo anular de su pareja- La Diosa comenzó a recitar lo dicho.

    Las suaves manos de Mu, fueron cautivadas por el rubio, el cual le coloco el anillo en dicho lugar, besándolo de una manera algo seductora, no podía faltar aquello.

    El Lemuriano, mas torpemente, hizo aquello, estaba muy rojo, pero mando un beso como Virgo lo hizo.

    -Muy bien, ahora las almas que este día se han unido, nada las podrá separar, aun sin importar el tiempo o la distancia, estarán juntos por la eternidad misma y el fin de los tiempos- Y con eso ella concluyo aquella ceremonia.

    Era un momento maravillo, para ambos. Su unión era sagrada ahora, nada podría alejarlos, estaba dicho que es un hecho y nunca lo perderán pues no había derecho alguno que los alejara.

    -Beso, beso, beso- Y ahora hay estaba Death Mask, haciendo bullicio.

    Pero era algo típico en las bodas ¿No?

    Y así un coro de sus amigos diciendo aquello, para animar el ambiente, incluso la joven Atena, hizo un poco de ruido, para animarlos y que no se cohibieran por ella, pues aunque sea esta vez se lo permitirá a ambos enfrente de ella, pues aún se debía un poco de respeto por ella.

    Y así, sin quitarse las coronas blancas que aun adornaban sus cabezas, Shaka tomo con sus manos la cara de Mu, y se besaron, tuvo que ser corto, pues el suegro ahora peliverde, sí que echaba chispas, odiaba esas demostraciones públicas de afecto con su bebe.

    Aquello se selló, como un vínculo que nunca se romperá.

    Una hermosa boda a mi parecer.
     
  7. Threadmarks: Capitulo 47 (Familia)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    ---Cuarto mes de embarazo---

    -¿Por qué no me contestabas antes?- Preguntaba una Diosa algo molesta.

    -Ya te dije, estaba ocupada- Suspira desganada –Poseidón, me pidió ayuda con su general marino Tetis- Haciendo una mueca de felicidad –Fue un hermoso varoncito-

    -No sabía que estuviera embarazada- Notaba su sorpresa y enternecimiento.

    -Por eso me pidió que la protegiera con mi bendición mientras estaba embarazada, y como había posibilidades de aborto espontaneo… Tuve que concentrarme- Sonrió la joven Diosa.

    La cual poseía una tez clara, con unos cabellos como el trigo al momento de ser cosechado, unos ojos profundos miel, con una sonrisa emblemática, sus ropajes un vestido griego sencillo, largo hasta los tobillos de un color café con detalles blanco y un manto que lo llevaba en sus hombros de color rosa pastel.

    -Entiendo… Perdón, si te llame, pero… Quiero que también bendigas a…- Fue interrumpida por la Diosa.

    -Atena, ese cuento de que tengas a tus caballeros dorados en cinta, es completamente imposible- Frunció el ceño gentilmente –Solo vine a comprobártelo-

    -Te digo la verdad- Niega con la cabeza -¿Por qué te mentiría?-

    Suspira resignada, encogiéndose de hombros –No sé si me mentirías o no, pero veamos a los futuros “madres”-

    Ambas jóvenes mujeres, caminaron bajando esa escalinata tan larga, desde los aposentos de la dueña del santuario, hasta el tercer templo.

    Lo que se encontró, fue lo siguiente.

    -¡¡¡PAREN POR FAVOR!!!- La voz de una mujer trataba de calmar a los hombres que peleaban.

    -Hermano ya suelta a Kanon- Protestaba el quinto guardián.

    -¡¡¡NO HASTA QUE DEJE DE ESTAR DICIENDO IDIOTECES!!!- Sagitario, tenía al peli azul cobalto por el cuello de la ropa, queriéndolo ahorcar.

    -Oblígame, si te atreves…- Frunce su ceño –Así como le hiciste a mi hermano, oblígame a mí a callarme- Estaban retándose entre sí.

    Mientras el mayor de los géminis, solo suspiraba negando con la cabeza, últimamente esta situación se hacía tan cotidiana, que ya cansaba. Sin contar que sus bebes ya estaban creciendo en su vientre, se le dificultaba la respiración, los dolores de espalda eran constantes por el peso, y el apetito había disminuido un poco, últimamente también sentía una ansiedad propia de su estado. Incluso se atrevía a decir que no dormía bien.

    Sin contar que su… Si hicieron lo suyo, para estar bendecidos y ser esposos, siempre alguien tiene que poner el ejemplo.

    Aioros y Kanon, estaban discutiendo mucho, sobre los futuros bebes, sobre los malos cuidados que el primero le daba a su hermano, cuando en si no existan, el castaño se esmeraba para tener feliz a su géminis, pero como estaba detestando al hermano menor de este.

    Pues esta vez discutían, por un comentario al aire que Kanon lanzo, solo para molestar, y obtuvo una reacción muy diferente a lo que esperaba.

    Tanto que Aiora y Marin, que venían de una cita, tuvieron que intervenir si no pudieron matarse y ocasionar el adelanto del parto o que se.

    -Siento la presencia de unos bebes- Se sorprendió la invitada de Atena.

    -¡¡¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?!!!- La peli morada, no le gustaba alzar la voz, lo creía innecesario, pero ver todo ello, le preocupo, al estar en el séptimo mes de su caballero dorado.

    Ambos hombres se calmaron, zafándose del agarre que habían ejercido, también Leo estaba tratando de relajar el ambiente, aunque no se podía lograr.

    -Lo siento, señorita Atena- Cabizbajo estaba el Sagitario, apenado por su comportamiento.

    -Perdón- Así dijo de manera seca Kanon.

    -¿No ven, que Saga está en el último trimestre? Puede ser perjudicial a su estado, una discusión así, entre ambos- Frunció el ceño la Diosa –Pensé que ya lo sabían-

    Atena, reprendía a ambos hombres, se había enfurecido porque si algo malo pasaba no se lo podría perdonar, tenía que cuidarlos como ellos alguna vez lo hicieron.

    Pero Saga, estaba sintiendo algunas punzadas en su vientre, lo cual le estaba causando un dolor, haciendo una mueca de ese síntoma. Tanto la caballero femenino de Águila y la Invitada a ese lugar lo notaron.

    -¿Cómo te sientes?- Ilitia, fue directo a preguntarle al peli azul.

    Este levanto su mirada, para encontrarse con la joven, que no reconocía en ningún lado haberla visto –No… No muy bien-

    Sonrió de manera cálida –Tranquilo, no pasa nada- Iba a poner sus manos, sobre el vientre grande del hombre -¿Puedo?-

    El pedir permiso era indispensable en esta práctica, no debía haber sentimientos negativos ante una situación que pusiera en peligro vidas inocentes.

    Aunque no respondió, pues apretó sus labios, asintió con la cabeza.

    Hecho esto, Ilitia coloco sus manos, trasmitiendo su bendición a los futuros bebes del caballero de géminis, haciendo que se tranquilizarán, escuchar pelear a su padre y tío, los hizo sentirse nerviosos. Provocando mucho dolor a su madre.

    La luz blanca que se podía ver en el contacto de ambas acciones, fue tan relajante en el ambiente.

    El dolor desapareció, volviendo el cuerpo de Saga, más relajado y sin la tensión de antes.

    -Todo va estar bien ahora- Sonrió, siempre hacia eso.

    Una sonrisa curaba los males era su eslogan.

    -¿Cómo? ¿Quién es usted?- El peli azul, estaba confundido, ahora pasado la molestia, estaba razonando.

    -Saga… Mi corazón ¿Estas bien?- Aioros pregunto, estando asustado.

    -Sí, lo estoy… Gracias a…- La miraba sin entender quién era, pero si su procedencia divina.

    -Ella es Ilitia, la Diosa de los nacimientos- La peli morada la presento.

    Asiente con la cabeza –Un gusto conocerlo- Era sencilla y amable.

    Los allí presentes, hicieron una reverencia ante la Diosa, pues al ser conocida y tal vez una amiga de la propia, le debían un respeto, pero para Saga, esa acción le era casi imposible, inclino su cabeza.

    -No hay necesidad de hacer eso, ante mí- Sonrió y se dirigió al futuro madre -¿Quieres saber que genero serán tus hijos?- Pregunto sin más.

    Cuando se trataban de bebes, ella ignoraba cualquier protocolo y actuaba por instinto.

    -Si me gustaría mucho- Contesto el padre emocionado.

    Sonrió ante la actitud de ese hombre –Veo que el futuro padre, está muy feliz- Dirigió su vista a Saga –Eso me alegra mucho el corazón…- Dedico su sonrisa más cálida –Serán dos gemelos varones, muy hermosos, sus cosmos serán muy fuertes como ellos-

    Esa noticia alegro a la pareja. Aunque su Diosa podría saber la cantidad, el tiempo y el estado de salud de los futuros bebes, pero el género y demás cosas necesarias, ese era el trabajo de la Diosa Ilitia.

    Su semblante alegre, cambio a uno algo serio, pero la sonrisa tenue se veía –Tienes que estar sumamente relajado, estas al final de la gestación, con estas ridículas peleas- Dirigió una mirada de desaprobación a los dos que discutían hace rato –Solo provocara que tu estado empero en poco tiempo, y tal vez no lo soporten tus hijos- Un semblante de preocupación se vio en la Diosa.

    Aquello soltado de golpe, pero sincero hizo preocupar a todos los integrantes de esa familia.

    -¿Qué puedo hacer para que eso no ocurra?-

    -Primero, tanto tu como creo… Es el hermano de la futura madre, deben estar en santa paz, por el bien de ellos tres, si no… Los dos podrían perder lo que más aman- Dijo aquello seria –Así se simple se los resumo-

    Ambas bajaron sus miradas, se sentía realmente mal, por lo que paso y si pensaban en las consecuencias, eso podría ocasionar la muerte de ellos.

    Se miraron por un momento, aun con mala gana y extendieron las manos, para darse un apretón de las mismas

    -¿Tregua?-

    -Tregua-

    Así tal cual, decidieron calmarse, solo tres meses más y podrían matarse si gustaran.

    La pelirrubia oscura, le dio unos concejos a Saga, y le dijo que vendría a verlo cada semana, para revisar su avance, tendría que estar muy atenta, gemelos producto de dos hombres y un embarazo masculino, era algo nuevo para ella, pero estaría dispuesta hacer lo que fuera para ayudarlos.

    Dicho y hecho todo esto, se despidieron pues aun debía ir a revisar al primer guardián que todo esto sería una sorpresa para ella.

    -Te dije que era verdad- Atena, sonrió triunfante.

    -Lo siento… Me dejo completamente sorprendida la situación- Iba con una mirada perdida –Nunca creí que pudiera ser capaz-

    -Estarán bien ¿Cierto?- Estaba algo temerosa con saber la respuesta.

    -Si hablas de Saga y los gemelos… Lo estarán- Sonrió ante esa mención.

    -Pero tu dijiste…- La miro cuestionándola.

    -Se lo que dije, y puede hacerse realidad, pero ellos dos quieren mucho a ese hombre, los bebes estarán bien, nacerán pronto bajo Géminis...- Ríe un poco –Serán un doble dolor de cabeza, para los padres, tendrán mucha energía sin duda-

    -Gracias por la ayuda- Le dedica una sonrisa.

    -De nada, gracias a ti por dejarme ver esta hermosa situación-

    Ambas caminaron, hasta el primer templo, lo que encontraron fue una escena enternecedora. Que hizo a ambas sonreía de gran manera.

    No, no era la típica familiar de solo tres o cuatro personas, Ho no…

    Parecía que aquí había una reunión familia, tan hermosa.

    Por lo visto los mandamases del santuario, ya habían perdonado de todo corazón al rubio, pues estos estaban cocinando algo delicioso para la comida, que habían organizado, pues después de unos meses de misión Shiryu había vuelto y Dohko estaba sumamente feliz de verlo de nueva cuenta, solo convivencia con todos los que él quería. Y le dieron gusto.

    Por ende tanto el, como la joven asiática Shunrei, apenas se habían enterado de la situación actual del santuario, pues embarazo masculinos los dejo sumamente impactados.

    Aunque la joven, estaba realmente más enternecida, no concia mucho del caballero de Aries, pero en cierta forma el que compartieran padre, los hacía de alguna extra forma hermanos en su aparecer.

    Por lo tanto conversar con él, fue un poco más sencillo. Además que el pequeño Kiki, también estaba junto a ellos, sonriendo emocionado. Sentía gran felicidad, de solo ser su maestro y el antes, ahora tenía de alguna forma más tíos y obvio una familia más numerosa.

    Shiryu y Shaka, estaban más al pendiente de ayudar a los mayores en esta reunión, eran hombres más serios, aunque el rubio se había vuelto menos hermético en su actitud.

    -Buenas tardes- Atena, saludo antes de toparse con todos.

    Rápidamente los demás saludaron ante su digna presencia.

    -Buenas tardes y con permiso- Ilitia de igual forma presentó sus respetos.

    Los demás quedaron algo sin saber que decir, solo reverenciaron como a la otra.

    De nuevo las presentaciones, explicaciones de su presencia.

    -Así que básicamente, ella está aquí, para verificar su embarazó y encargarse del nacimiento cuando suceda, así no se correrá ningún riesgo para quien dé a luz y él bebe- Así se resumió la presencia de ella.

    La más baja de las dos, se acercó con su sonrisa gentil ante Mu, aunque este estuviera sentado, ella se inclinó un poco, para quedar de frente al vientre que apenas se estaba notando su crecimiento.

    Alzo sus manos, en dirección -¿Puedo?-

    -Sí, claro Señorita- La educación ante toda situación.

    Realizo el mismo procedimiento, las manos de la joven se iluminaron, analizando de esta forma el estado general del bebe y la fecha de alumbramiento.

    El futuro padre, se acercó de manera protectora con su ahora esposo, el cual observaba con atención cualquier movimiento de la joven.

    Al terminar y retirar sus manos, esta sonrió de oreja a oreja.

    -Qué alegría, él bebe, está completamente sano, has cumplido el cuarto mes, no tienes ningún factor de riesgo por el momento, sigue como hasta ahora y evita comer cosas con mucha grasa y saladas- Parecía encantada con esta pareja.

    Sonrió enternecido –Gracias- Se emocionaba cada que algo se refreía a su bebe.

    -Por cierto, veo que tanto tu como el padre, son realmente atractivos, así que su bebe, será una criatura realmente hermosa- Siempre decía lo que pensaba y no se cohibía ante nada.

    Provoco un sonrojó en Mu y no mucho efecto en Virgo, él ya sabía esa cualidad en su borreguito.

    -¿Cuándo nacerá mi hermanito o hermanita?- El chiquillo hablo, quería saber el día que se volvería el mayor.

    La joven se sorprendió, ante la pregunta el menor –Ho bueno… Nacerá bajo la estrella protectora de Virgo-

    -¿Eso sería todo verdad Ilitia?- La Diosa cuestiono, pues quería hablar a solas con la joven.

    Asiente con la cabeza –Si sería todo… Aunque…- Se dirigió a la pareja de esposos -¿Quieren saber que genero será su bebe?-

    Ambos se sorprendieron por la pregunta, realmente no le había prestado mucha la atención a aquel dato, esperaban que fuera sano. Shaka con su mirada le trasmitió a Mu, que el decidiera aquello, el siempre respetaba su voluntad.

    -La verdad… Me gustaría que fuera sorpresa. Hasta el momento de que nazca- Sus hermosos ojos verdes, se iluminaban con la elección.

    -Correcto, me parece bien- Ilitia se retiró del lugar, junto Atena.

    Dejando muy contentos a esa familia integrada por varios miembros de diferente sangre, pero un mismo corazón.
     
  8. Threadmarks: Capitulo 48 (Celos)
     
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    ---Quinto mes---

    Habían pasado los cumpleaños de los Arianos.

    Obvio Shaka junto a Kiki y padres de su esposo, le festejaron de una manera sencilla, era la naturaleza del pelilila, las cosas simples y hermosas eran lo que gustaba.

    La conmemoración del nacimiento de Shion, fue una combinación rara, pues durante el día paso tiempo con su hijo y nietos, aunque su yerno permaneció al margen, pero lo felicito, en cambio en la noche… No se supo nada, cortesía de Dohko.

    Para Kiki, fue una fiesta sorpresa, que todos prepararon. Es el consentido sin duda, hasta que nazcan los bebes y esto es algo que puede afectar a cualquier niño.

    Con el paso del tiempo, Kiki había estado sintiendo una pequeña distancia entre sus padres y el. No era nada notorio, solo para él.

    Pues aunque ellos siempre estuvieran al pendiente de su pequeño, cada que los necesitaba. Existan momentos que debían parar pues su maestro no podía supervisarlo, pues el cansancio se hacía presente, él bebe estaba algo grande. Y le ocasionaba un poco de hinchazón en los pies.

    Esto al principio no le molesto, trataba de entenderlo.

    ¿Era normal?

    Pero cuando su padre tenía que ausentarse por las misiones, y se quedaba solo con su maestro, hacia su mejor esfuerzo por cuidarlo.

    Lo lograba era un excelente hijo, pero le dolía, cuando veía la cara de dolor en su maestro, por los achaques que presentaba, y la dificultad para respirar.

    Se preocupaba, creía que aquello no provocaría daño, pero si lastimaba a su madre, le hacía enojar.

    Las visitas de Ilitia al templo uno como al tercero se hacían cada semana, eran siempre el mismo día.

    Era otra cosa en ello, pues la joven felicitaba por todo a Mu con ese bebe, y podía notar esa sonrisa en los labios de Mu, que antes era para él solamente y esta vez esa criatura se la estaba llevando.

    Se había vuelto un poco más triste y retraído, no hacia tantas travesuras como antes, había tenido esa precaución, pero ahora se notaba así mismo alejado de todos. No sabía cómo reaccionar ante estos sentimientos que estaba experimentando, a veces lloraba pero en soledad.

    Pensaba que si sus padres, sabían de lo que pensaba o sentía, se decepcionarían de el o los pondría triste, que antes que había dicho con entusiasmo, que quería a ese hermanito ahora ya no quería que naciera… Se sentía realmente mal por ello.

    -No te preocupes, yo cuidare a mi hijo- El peliverde, dijo aquello con un tono serio, pero una sonrisa.

    -Muchas gracias patriarca- El rubio asintió, estaba feliz, porque su petición fuera aceptada.

    -Le darás una hermosa sorpresa con lo que harás- Dijo esto en un suspiro bajo.

    -Quiero brindarle toda la felicidad que se merece- El tono firme de siempre.

    -¿Te llevaras a Kiki?- El Lemuriano mayor cuestiono.

    -Claro que si-

    Esa conversación se estaba refiriendo, a una pequeña misión que el mismo rubio, quería realizar con su hijo mayor. Consistía en ir a buscar algunos objetos para él bebe que vendría en camino, en solo cuatro meses más.

    Básicamente sería un día de padre e hijo, buscando ropa, pañales demás cosas básicas.

    Aunque de seguro Mu quisiera ir, se le tenía que mantener alrededor del santuario, por su bienestar.

    Estaba bien según Ilitia, pero no dejaba de ser un embarazo único como el de Saga y se debía mantener bajo extremo control, cualquier cosa podría ponerlos en riesgo, y estar rodeado de gente que los viera mal o se asustaran por hombres embarazados, ocurrir cualquier cosa es impredecible.

    Recuerden los seres humanos somos quienes odiamos y tememos a lo desconocido, por eso lo tendemos a atacar.

    Por lo tanto esa era la razón el plan.

    Al día siguiente, antes de despertar su amado, le dejo una nota diciéndole, que tenía planeado una salida con Kiki a solas, como un momento padre e hijo, para que no se preocupará, por si no estaban.

    Había hablado de ello con el pelirrojo, le encantó la idea, pero que fuera por él bebe, le volvió aquel dolor que sentía en su corazoncito.

    Pero jamás protestaría, no quería hacerlo sentir mal al joven rubio.

    -¿Listo hijo?- Pregunto esperando en la entrada de Aries.

    -Sí, papá- Dijo con una sonrisa de desgano.

    -Sé que en Rodorio hay algunas tiendas de cosas para bebes…- Pensativo –Podríamos ir, primero allí y luego…- Se giró para ver al menor que caminaba detrás de él, que no se percató en que momento eso paso, pues ambos iban a la par.

    -Kiki, ¿Te sientes bien?- El mayor se detuvo, para observarlo con atención.

    -¿Qué? No…- Niega con la cabeza.

    -Te noto algo preocupado- Se incoó delante del Lemuriano menor, quedando a su altura –¿Algo te atormenta pequeño?-

    Su sonrisa trato de ponerse de nueva cuenta en sus labios –No papá, es solo que me entusiasma mucho ir de compras contigo- Estaba mintiendo a medias. Se sentía mal por hacerlo.

    Sin embargo ya había pasado tiempo con el menor y lo estaba conociendo muy bien, tanto que ya sabía cómo reaccionaba a lo que le atormentaba, algo estaba angustiándolo sin duda y quería saber que era.

    Al llegar al pueblo, se dirigieron a la tienda donde la joven Adonia le había ayudado a investigar.

    Entrar a ese lugar, fue un impacto para ambos, aunque de diferente manera. El rubio, se enterneció por todo esos objetos tan pequeños, lindos y adorables. Sentía como su corazón latía, al pensar en que algunos de estos artículos llevara su futuro hijo o hija.

    En cambio para el Lemuriano acompañante, le aprecio bonito, pero… Todo por esa cosa, que dañaba por dentro a su maestro… Apretaba sus pequeños labios, para no llegar a decir lo que realmente pensaba.

    Tomo la mano de su hijo mayor, no quería que se perdiera en esa tienda, o cualquier cosa… Ya estaba portándose como un padre sobreprotector.

    -Vamos a la sección de ropa- Se giró a verlo -¿Te parece bien?-

    Asiente –Si… pero, si no sabemos que será él bebe, ¿Qué color quedaría?-

    -El blanco y amarillo, creo que son colores neutrales- Él tampoco era bueno en esas cosas, pero se estaba esforzando.

    Así fue, como estaba viendo aquella ropa, tan linda y pequeña… con un tacto suave, la tela debía ser así, para la piel tan sensible de un recién nacido.

    De los pocos momentos que Virgo sonríe uno de ellos era este, que se emocionó por todo esto… Observaba con atención lo que buscaba. Pero también vigilaba de cerca a Kiki, que por minutos se quedaba mirando esos trajecitos pequeños, quien saber que pensaba.

    -¿Qué opinas?- Le mostraba varios que a su parecer parecían muy lindos.

    Era tres conjuntos diferentes, como se podrían llamar mamelucos, pues consistían en cubrir todo el cuerpo del bebe, de pies y con un gorrito integrado. Uno blanco, uno amarillo y ¿Por qué no? Una lila. Eran lisos, sin algún detalle no sabrían que seria y no se arriesgarían.

    Al verlos, una mezcla de emociones se intensificó en su ser. Esos colores los relaciono con sus padres, pero el blanco solo representaba al bebe sin duda, él no estaba allí. Puede que suene tonto, pero se estaba sintiendo excluido sin ninguna razón por ese ser que aún no nacía.

    Después de todo, ese bebe nació del amor de los dos adultos que tanto quería, él no era así. Pues no eran de sangre su relación, podría ser rápidamente reemplazado y olvidado.

    Su sufrimiento se iba marcando en su carita infantil, apretaba sus labios, sus puños, estaba derramando lágrimas.

    Virgo al notar aquello, se sorprendió y preocupo. ¿Qué había hecho mal? ¿Qué le dolía? ¿Algo pasaba? Tantas preguntas se hicieron presentes en su cabeza, que no pudo detener cuando el pequeño salió corriendo del lugar, dejando su llanto atrás.

    -¡¡¡KIKI, ESPERA!!!- Lanzo un grito de desesperación, que le valió un comino, que lo escucharan dejo todo rápidamente y salió en busca del niño.

    No podía sentirlo cerca por el cosmos, mas sin embargo, noto que se teletrasportó, aun siendo joven dejaba una pequeña marca de su energía utilizada.

    Solo debía utilizar aquello a su favor.

    Kiki se había ido justamente al lugar donde todo había ocurrido, el mismo sitio en el cual pensó ¿Quién podría ser una buena pareja para su maestro?

    Pero esta vez, estaba demasiado triste como para pensar claramente, se echó a llorar sobre la roca. No lo había hecho libremente, no quería que lo vieran y ahora, cometió el error de dejarse ver por su padre. El cual de seguro lo cuestionaría hasta que le digiera la verdad y allí se acaba su felicidad.

    -Todo es tu culpa…- Dijo en un hilo de voz. -¿Por qué? Yo quería que nacieras, pero… Me estas quitando lo que más amo en la vida…- Dejo escapar sus lágrimas con más amargas –Te lo quedaras todo para ti-

    Celos, el sentimiento más amargo provocado por el amor sincero, puede ser el peor veneno para cualquier corazón puro en solitario.

    Pero este niño, no estaba solo, tenía personas que de verdad lo amaban y se preocupaban de él.

    -¿Quién te lo está quitando?- pregunto el rubio sin más, alcanzó a escuchar una parte de ese reclamo.

    -¿Señor Shaka?- El niño dijo, por inercia, pensaba que ya no era digno de ser su hijo.

    -¿Por qué no me llamas papá? Se supone que…- Callo un momento su hablar, comenzando a reflexionar las cosas… -Kiki, ¿Estoy haciendo algo mal?-

    La pregunta, hizo llamar la atención del menor, que no comprendía aun con su carita llena de lágrimas y un poco de escurrimiento nasal.

    -Dijiste, que alguien te está quitando todo lo que amas en la vida… ¿Acaso, yo provoco eso?- Virgo de nuevo, no pudiendo expresarse de manera correcta en sus palabras.

    -No, usted no… Es solo que- Las lágrimas volvieron a sus ojos y sus pequeñas manos trataron de retenerlas, pero no podía, solo se cubría con mucho miedo.

    Le molestaba mucho el llanto en las personas que amaba, lo abrazo hacia él, como muchas veces vio que Mu lo hacía en las noches por alguna pesadilla. Trataba de consolarlo.

    -¿Quieres decirme que te ocurre?- Preguntaba, no era experto en esos temas.

    Niega con su cabeza –Si lo digo, usted y mi maestro…- Su voz entrecortada, le causaba dolor cada segundo –Me van a odiar…- Se aferró a las ropas del mayor –No quiero que eso pase- Ocultó su rostro, parecía temblar.

    -¿Cómo podríamos odiarte? Kiki… Eres nuestro hijo- El mayor frotaba su espalda, para reconfortarlo.

    -Lo harán, claro que lo harán…- Se separaba del mayor, aun sujetando sus prendas –Yo no soy su hijo… Como él bebe que espera mi… Mi…- No podía terminar decir la oración, sin que el llanto volviera.

    Con esas palabras, el rubio, entendió que estaba pasando por el joven corazón del niño. Comprendió los celos en sus palabras, el miedo en su voz y la desesperación en sus acciones. ¿Cómo era posible que no lo notaran antes? Por esa razón había estado actuando tan raro los últimos días.

    -Pequeño… Escucha...- Hay estaba Shaka, volviendo hacer su mayor esfuerzo para expresarse de manera adecuada.

    El menor, temía encontrarse con la mirada azul del sexto guardián, pensaba que sería una de reprimenda o decepción. Todo le causaba temor.

    -Sin importar que pase, yo jure que te amaría y protegería como mi hijo, porque eso eres para mí, como lo eres para Mu- Trata de levantar su cara, para que lo vea –No tienes que temer que dejemos de querer, eso nunca ocurrirá-

    -Pero… Él bebe… Sé que los necesitara cuando nazca, será pequeño… Lo entiendo, pero…-Toca su pecho –Este dolor que siento, no desaparece aunque lo entienda…- El llanto vuelve –No sé qué hacer… Y no quiero que se enojen conmigo-

    Suspiro, el pequeño si estaba muy afectado por esos sentimientos de celos.

    -Es normal que te sientas así- Su voz se notaba relajada –Fuiste hijo único toda tu vida y sientes… Que alguien vendrá a quitarte todo- Le acaricia el cabello –Pero eso no puede ocurrir-

    Cuando alguien le acariciaba la cabeza, sentía mucho confort, era un acto que compartía con su maestro/madre y que el rubio adopto, para cuidarlo de igual forma.

    -¿Por qué no?- Esa pregunta sencilla.

    -Por qué el hecho de que queramos darle amor a ese bebe que viene en camino, no significa que… Te lo tengamos que quitar todo a ti- Lo decía con una mirada cálida y una sonrisa tan paternal –Lo que siempre me ha enseñado Mu, es que el amor no se puede dividir, solo se multiplica de formas infinitas, para todos los que amamos- Abrazo al pequeño, no le importó quedar manchado de lágrimas o lo que fuera de la ropa, su hijo mayor lo necesitaba estaba dispuesto a dar lo mejor de sí.

    -¿Enserio?- Se limpió con el dorso de la mano -¿Eso cree?-

    -Totalmente- Asintiendo gentilmente.

    Valla, aprendió bien como tratar con niños, cuando hace algunos meses atrás, les parecía algo desagradable y ahora mírenlo, consolando a uno, pero claro que no era cualquier niño, era su hijo, uno que aun que no fue concebido por ninguna de las partes implicadas, si era del corazón donde de verdad importaba.

    El pequeño se calmaba, poco a poco. Esas palabras le ayudaban, nunca pensó que tendría compresión de parte de Virgo a ese grado, le sorprendió mucho, pero le dio tanto gusto, que su cara volvió a una alegré.

    -Gracias papá…- Se volvió abrazar al mayor.

    Que hermoso momento padre e hijo, a veces una pequeña conversación, una acción tan simple, puede ayudar tanto en un corazón inocente que experimenta tantas cosas nuevas y que puede temer.

    Recuerda tienes personas que te aman, sin importar lo que pase, te ayudaran, darán concejos y te demostraran su amor, habrá quienes te regañen pero es por ese sentimiento que te tienen que se preocupan, depende de ti, hacer caso o no.

    -¿Qué me dices? ¿Volvemos a la tienda y hacemos esas compras?- Virgo quería la opinión de ese Lemuriano.

    -Sí, ahora si voy a buscar cosas bonitas para mi hermanito- Sonrió emocionado, aprecia que la tristeza se hubiera ido.

    Se levantó de igual forma de esa roca –Vamos, entonces.

    -Eeee… Papá-

    -¿Dime?-

    -No le dirás nada de esto a mi mamá ¿Verdad?- Pregunto nervioso.

    -Si no quieres que le diga, no lo hare- Cierra sus ojos, sonriendo tenuemente –Puede ser nuestro secreto-

    El pequeño comenzó a saltar alrededor de Shaka, el cual sintió alivio a que su pequeño volviera hacer como era. Alguien alegre, hiperactivo, pero como debía ser.
     
  9. Threadmarks: Capitulo 49 (Nacimiento)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    Aries
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    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
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    ---Sexto mes---

    Otro mes transcurrió, tranquilo… Parecía que sería muy normal, su vientre estaba más abultado, ya solo era crecer hasta que llegara el siguiente, que ya constituía el movimiento para posicionarse al alumbramiento.

    Normal temerle, y más con lo que estaba ocurriendo en el tercer templo.

    Así es… Ya eran nueve meses para Saga, lo cual significaba que el momento de que nazcan esos gemelos llego.

    Eran los primeros días de la estrella protectora de géminis, y así fue como Saga, comenzó con las contracciones, eran insufribles el pobre, trataba de ahogar sus gritos apretando su mandíbula y sus puños.

    Nacerían como se hacía en la antigüedad, en la comodidad del hogar.

    Pero las Diosas presentes, habían preparado un lugar específico para ese momento.

    Con la dirección de Ilitia, se construyó una cama para que pudiera asistir el nacimiento de los gemelos. Cubierta por sabanas, aunque tuvieran que ser blancas, terminarían manchadas del paso de la vida.

    La Diosa, pidió que todos salieran incluso Atena, pues podría ser impresionante y tantas personas podrían contaminar el ambiente con emociones negativas, en estos momentos, todo debía estar sumamente controlado.

    El único que estaría presente, era el padre de los bebes. El cual con su energía podía ayudar a relajar a la futura madre.

    Sería difícil, un parto natural no era opción y lo sabía a la perfección, ya había planeado esto… No solo había conductores vaginales, tenía el conocimiento suficiente para una cesaría, lo bueno de tener poder divino es que utilizaba eso a su favor.

    -Saga, no tengas miedo… Voy a tener que hacer que duermas un momento- La voz de la joven, sonaba lo más tranquila posible.

    Géminis temblaba, le dolía todo el cuerpo, su cuerpo masculino, no podía seguir el paso de los órganos interiores que querían abrirse paso para dejar salir a los gemelos.

    -¿Eso no les hará daño?- Aioros estaba angustiado a mas no poder. Pues quien amaba, se encontraba en el máximo dolor y sin poder hacer nada, se sentía tan inútil.

    -No pasara nada, lo induciré a un sueño leve, suficiente para que no sienta el dolor, pero no tanto que pierda la conciencia, como un estado somnoliento- Esta trataba de explicar lo mejor posible, el tiempo estaba en su contra.

    Solo alcanzaba a tomar una de las manos de Saga, aunque sintiera que le quebraba los huesos por el agarre, no le importaba, sufrir que le rompieran todos, si con ello el dolor de su amado esposo disminuía

    Si así seguía más, sin una intervención quirúrgica, podría provocar un desgarro que conduciría a la muerte, rápidamente.

    -Esta… Bien…- Fue lo que pudo decir, el que estaba sufriendo, pero aguantaba lo más que podía.

    Con luz verde, lo realizo. Provoco el sueño en el peli azul, haciendo que su cuerpo se relajara, aun temblaba, normal.

    Posiciono sus manos delante del vientre que se denotaba un poco más abajo, rodeándolo con sus manos, cubriéndolo de su energía divina y por lo tanto, comenzó así la labor que se le encomendó.

    Abrir la piel, con sumo cuidado, controlaba la sangre, los músculos y tejidos. Aquello lo realizaba con todo el cuidado del mundo, un movimiento en falso, alguna distracción y se podría complicar.

    Siendo Diosa, aun así no se arriesgaba a nada, siempre era consciente de los riesgos para un mortal.

    Al sentir como su cosmos chocaba con el de uno de los bebes, comenzó abrirle paso por esa abertura para que viera el mundo, lo tomo entre sus manos, estaba rodeado aun por el saco amniótico, abrió aquello que y un pequeño grito del recién nacido se hizo presente, era potente.

    Era un ser tan pequeño, tenía aun la piel un poco morada, natural en los recién nacidos con el paso de las horas se vería su verdadera tez, tenía una pequeña pelusa en su cabeza de cabellos ligeros color castaños, como los del Sagitario.

    Ilitia, se lo ofreció a su padre, para que lo cargara, pues ella aun debía encargarse del otro bebe, pero, le entrego unas tijeras que era un instrumentó sagrado, tenían un tono blanco y brillante, tan puro y limpio.

    -Corta el cordón- Se lo dijo de manera rápida, mientras ella volvía a repetir el procedimiento con el segundo niño que ya quería ver el mundo.

    Le temblaban las manos, se sentía el ser más torpe del universo, tenía a una criatura tan frágil en sus brazos, como alguna vez lo sintió con la Diosa, pero esto era diferente, era su hijo, el producto de su amor y no era el único.

    Realizo la acción, con sumo cuidado, se sorprendió que no hubiera sangre.

    Cargo al bebe, acunándolo contra su pecho.

    Y pocos minutos después, otro bebe igual al primero se hizo presenté.

    Ella cargo él bebe, con cuidado

    Pero le aprecio adorable, cuando el mismo padre, le pidió que le diera su segundo hijo, pues también quería cortar el cordón de este. Los estaba amando por igual como se debía ser.

    Ya era cuestión que el cosmos pudiera recuperar esa herida en la piel, sabia trabajar muy bien la Diosa.

    Cuando todo estuvo en orden, fue despertando poco a poco el peli azul.

    Que sentía el cansancio aun así, su cuerpo masculino nunca estuvo preparado para ello en lo externo, pero si en lo interno.

    Se seguía preguntando mentalmente, ¿Cómo demonios Atenas había hecho esa tontería? Pero le valió un comino al ver a esos dos bebes tan lindos.

    Al saber que todo estaría bien, salió del lugar, para dar la buena nueva y darles privacidad a los padres con sus hijos.

    -Mira mi amor…- Le enseña a ambos bebes –Son nuestros- Las lágrimas de Aioros se hicieron presentes.

    Saga, alzo un poco la cabeza, al verlos comenzó a derramar un rio de lágrimas, la emoción no cambia en su pecho. Estiro sus manos, quería tomar a ambos.

    Cupido, coloco a uno de ellos en los brazos de su ahora madre. Era quien aún seguía llorando desde su llegada, a todo pulmón.

    -¿Qué pasa… Mi pequeño…? Soy tu madre…- Sonrió con los ojos tan cansados, pero agradecido de que todo estuviera bien.

    Ese bebe, el mayor al escuchar la voz de Saga, parecía que se tranquilizaba un poco, el llanto estaba cesando, poco a poco.

    De igual manera, el menor de los gemelos, aunque había parado de llorar, estaba inquieto quería ir con su madre, de forma inmediato, estirando un poco sus manitas, por donde escuchaba la dulce voz de quien les cantaba de noche.

    Así fue como Cupido entrego a ambos recién nacidos a quien los trajo a este mundo.

    Se acurrucaban en él, pero no solo por el calor, si no por que buscaban alimento de igual manera. Listillos desde recién nacidos.

    -Creo que tienen hambre- Rio Aioros. Se levantó de lado de la cama, para ir a buscar lo que había preparado para este momento.

    -No hace falta eso…-Se sentía algo avergonzado, pero… Parecía que la naturaleza de sus órganos internos se había preparado.

    -¿Por qué no? Al menos que…- Se giró de golpe y pudo ver, como los bebes se estaban amamantando del cuerpo de Saga.

    Correcto, los pezones masculinos produjeron leche, pues tenían la posibilidad, si puedes quedar embarazado, también puedes amamantar.

    El castaño quedo sorprendido, observando atento aquello que hacían sus hijos.

    -No te me quedes mirando así…- Se sonrojaba nervioso, pero esa vista de su marido, poco inocente.

    -Es que… Te vez tan lindo…- Lo decía en un susurro algo pícaro.

    -¡¡¡CÁLLATE!!!- Desvió la mirada hacia sus hijos.

    -Sander, sí que tiene un cosmos un poco más salvaje- Se dirigía al bebe que estaba en el pecho izquierdo del peli azul.

    -En cambio Argus, será más tranquilo sin duda- Sonrió maternalmente.

    Que dulce escena, era una familia completa, se abrazaban, más bien Aioros abrazaba a sus seres amados, por los cuales daría su vida entera mil veces, sin dudarlo.

    ---Fuera de la habitación---

    -¿Cómo están?-

    -¿Cómo esta Saga?

    -¿Nacieron bien?-

    Fue bombardeada, por las preguntas de los otros tres que se preocupaban por Saga y los niños.

    -Bien, bien y si- Respondió en orden.

    Toda la orden dorada estaba allí presente y también algunos de bronce, al enterarse de lo que pasaba, estaban deseando ver a los niños.

    -¿Podemos verlos Señorita Atena?-

    Se giró a ver a la pelirrubia -¿Qué dices Ilitia? ¿Se puede?-

    Se quedó algo pensativa –Mi recomendación seria, que los dejaran descansar unas horas, antes de la visitas-

    -Muy bien, ya escucharon… Dejemos que pasen unas horas y podrían ver a los bebes- Sonrió sin más.

    Al fin de cuenta ella sabía un poco más.

    -Atena, si me permites, debo irme, tengo unos asuntos- Se dirigió rápido a la salida del templo, pues debía irse. –Cualquier cosa, me llamas-

    La peli morada, asiente con la cabeza.

    Al estar por salir, noto algo que le llamo mucho la atención.

    Giro su cabeza, hacia un caballero dorado, que estaba atento ante la mirada expectante de la llegada de esos dos bebes, cruzado de brazos y serio.

    Sintió el cosmos de la Diosa, que se acercó a él.

    Ella solo sonrió y le dijo de una manera sincera –Felicidad, tienes dos meses de gestación-

    Sus ojos se abrieron de golpe -¿Qué?, ¿Cómo dice?-

    Asiente con la cabeza –Si, puedo sentir que apenas se está en la etapa de cigoto, pero… Es un ser vivo formándose- Sin más ella salió del tercer templo y desapareció en ello.

    Dejando al pobre caballero todo atónito, se estaba hiperventilando, y comenzó a temblar.
     
  10. Threadmarks: Capitulo 50 (Ángeles Caídos)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    Aries
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    ---Séptimo mes---

    Ya entrando en el tercer trimestre… Es el momento que mucho mas se nota el embarazo, estando más crecido el vientre, obviamente los dolores han aumentado, la fatiga igual, algunos calambres, respiración entrecortada y más.

    Lo más frecuenta era el insomnio, podría ser cuatro veces a la semana… Preocupaciones, miedos, sobre todo en esta noche.

    -Amor, ¿Qué tienes? ¿Por qué no has dormido?- Un rubio, entraba a aquella habitación que compartía con su ahora esposo en el templo de Aries.

    Suspira cansado, se notaban las ojeras que marca el signo de la falta de sueño –Nada…- No podía mentirle a Virgo jamás.

    Se notaba cuando algo le molestaba o atormentaba.

    Sentándose a su lado, en aquella cama –Dime… Mi amor- Le besa la mejilla, acariciando su mano –Si algo te preocupas, puedes decírmelo-

    Hacia su mejor esfuerzo, para no preocupar a su marido, pero ¿Era difícil, no decirle lo que tenía?

    -Shaka… Estoy angustiado… Por tu misión de mañana- Su voz se notaba con miedo.

    -Solo es una misión de unas semanas, no tienes nada que temer- Besa su frente, acomodándose detrás de él, para recargarlo en su pecho.

    -Se la clasificación de la misión, no será nada sencilla- Un nudo en su garganta se hizo presente, acariciando suavemente su vientre.

    -Yo puedo con ello y más, no tienes nada de qué preocuparte- Le acariciaba con suavidad, el cabello y las manos que estaban en el estómago.

    -Sí, si tengo…- Algunas lágrimas escaparon de sus ojos –Tengo miedo… De que… No…- Callo de golpe, no podía decir aquello.

    -Mu, soy un caballero dorado, al igual que tú, tengo la fuerza y el cosmos capaz de enfrentarme a lo que sea- Besaba sus lágrimas, para hacerlas desaparecer –Así que no debes temer, volveré para antes que nazca nuestro hijo- capturo los labios ajenos, sin dejar de tocar la piel de su esposo-

    Al separarse de ese beso, aun temía por el bienestar de la persona que más amaba en este mundo, por aquello lo abrazo sin más, ocultando su rostro en el pecho de este, sentía terror el tener que separase de Shaka por esas tres semanas.

    Tenía un horrible presentimiento en su corazón, pero no quería decirle, a veces al contar tu mayor temor, lo puedes volver realidad. Solo se aferraba a él, aunque se por esa noche no lo dejaría ir.

    El también, entendía esa preocupación en su amado Aries. Pues a lo contrario que se cree… Sigue teniendo pensamientos y miedos humanos, pues era lo que es.

    Mas como se lo había explicado la misión el patriarca, entendía que era algo importante.

    ---Flash Back---

    -Buenas tardes, patriarca- Hizo la reverencia típica, aún existía el respeto en esa diferencia de rangos.

    -Buenas tardes, Shaka- Lo miro severamente, pero por alguna extraña razón se notaba también preocupado.

    -¿Para qué me requiere?- Le gustaba ir al grano, como siempre.

    Suspira –Tengo una misión para ti- Saca un pergamino de su escritorio, camina en dirección del rubio.

    -Dígame… ¿De que ese trata?- Se pone de pie, al tener al mandamás enfrente.

    Extiende aquel rollo de papel a el –Últimamente ha habido desapariciones en una región cercana, de varias personas, cada noche- La explicación sonaba simple y no parecía de gran importancia para darla a un caballero de ese rango.

    Tomando el pergamino, abriéndolo a la vez –Parece una misión simple, si me lo pregunta- Comienza a inspeccionar dicho papel, en el cual solo se podía ver un extraño dibujo de un ser difuminado, como si de humo se tratara.

    -Si fuera simple, no te hubiera llamado- Aquella voz seria del mayor, lo hizo levantar la visa.

    -Al parecer, esa criatura es la que ha estado devorando a los habitantes de esa zona-

    -Solo en un lugar, de concentración de resentimiento y odio, podría llegar a manifestarse- Conocía la criatura de la que hablaban.

    -Es el bosque donde descansa los Ángeles caídos- enfatizo aquello dándole la espalda a virgo -¿Ahora entiendes la magnitud del asunto?-

    Asiente firmemente –Si lo comprendo- Una mueca de pesadez, se posiciono en su rostro. Entendía que significaba ello.

    -Sé que no pediría que fueras solo, pues esta es una misión para dos caballeros de tu rango, pero…- Suspira desolado –Con las condiciones de Saga que apenas tiene un mes de haber dado a luz, Mu en el último trimestre y Camus estando embarazado, ellos están descartados- Carraspeo un poco –Además que todos los demás, también están en misiones o por salir en otras…-Niega con la cabeza –No puedo tener un trato diferente contigo por ser… El esposo de mi hijo- Le costaba decirle yerno –Así que espero que cumplas esta misión con éxito total-

    El rubio, asintió sin más –No se preocupé patriarca, realizare la misión de manera eficaz- Su voz tratando de sonar segura.

    -Muy bien, eso espero- Camina hacia su escritorio dándole la espalda el joven hombre –Puedes retirarte-

    Virgo, inclino levemente su cabeza, en señal de respeto y se dirigió a la salida de ese salón principal.

    -Shaka- Llamo con fuerza, sin voltearlo a ver.

    El joven giro para ver al peliverde.

    -Regresa con bien por favor… Tu familia te estará esperando- Aquello fue lo último que el mayor le dijo.

    Era algo angustiante, cuando aquel hombre, que siempre se mostraba serio con respecto al trabajo mismo, en ese instante su cosmos se mostraba algo turbio, la preocupación también estaba en él.

    Pero no se podía hacer, era una misión, un pedido de ayuda de aquellas personas que estaban sufriendo y siendo azotadas por ese mal que los atormentaba, debían ayudarlas sin importar que sea el resultado.

    Mantener la paz, a costa de lo que sea, era lo que un caballero dorado tenía que hacer.

    ---Fin Black---

    Todo eso, resonaba en Virgo, se sentía también preocupado, pero quería demostrar que todo estaría bien, si lo lograba dejaría a su borreguito tranquilo y a sus hijos igual.

    Pero ¿Cómo hacerlo, si temías también lo peor?

    -Se está moviendo- Aries levanto la cabeza, para en contratarse con los ojos azules -¿Lo puedes sentir? –llevo una de esas cálidas manos de Virgo a su vientre, para que sintiera la maravilla de esa vida.

    Al tocar, sentía esos pequeños movimientos en el interior de Mu. Eran tan hermosos, significaba que su bebe pronto llegaría, y se estaba haciendo presente de alguna forma… para reconfortar a sus padres en esa noche de angustia que pasaban.

    La sonrisa tan hermosa de Mu, no cesaba le aprecia tan maravillo, era una conexión única que una madre y su hijo poseían. Se sentía tan entusiasmado.

    Esa era la sonrisa que él quería proteger, la que debía mantenerse siempre en ese rostro precioso.

    Pase lo que pase, volvería para tener más noches como esas.

    El seguía acariciando el vientre de su pareja. El cual llevaba para dormir, una especie de bata larga, que dejaba ver su estado de gestación muy notable, pero se veía tan hermoso. Su cabello recogido en una coleta alta, a veces lo hacía para dormir.

    Pero poco a poco, el movimiento fue cesando, sin duda él bebe reaccionaba así, pues quería acomodarse para dormir.

    -Se detuvo- Susurro levemente.

    -Sí, pero últimamente está muy inquieto- Volvió a tocar su vientre –Ya quiero que nazcas mi bebe, todos te queremos conocer.

    La escena más bella que podría apreciar nunca… Mu se veía realmente precioso en ese estado, sobre la cama, con las rodillas dobladas, sonriendo, con sus ojos cerrados y tocando su pancita.

    Por alguna extraña razón, su cuerpo reaccionaba a esa belleza que tenia de esposo.

    Hacerlo durante el embarazo.

    ¿No sería peligroso?

    Lo había preguntado sin más.

    Y la experta le había indicado, que no resultaba riesgoso siempre y cuando hubiera más cuidado del normal.

    Pero, no sabía si era el momento adecuado para pedírselo a su esposo.

    Aunque mañana partiera a esa misión, sabría que volvería y podría estar con Mu, todo el tiempo que quisiera.

    Suspiro cansado, debía alejar esos pensamientos de su cabeza, para conciliar el sueño y no estar deseando el cuerpo de su amado.

    -Shaka…- La voz inocente de Aries, se hizo presente.

    Al mirarlo con más atención, pudo darse cuenta de que, él también había estado pensando en lo mismo, podía verlo en su cuerpo.

    El pelilila, se acercó a él, y le dio un beso en los labios, profundizándolo un poco, pero separándose, por la vergüenza que sentía, sus mejillas rojas lo demostraban.

    -Sé que… Debería estar tranquilo en este último tiempo, pero…- Bajo su mirada avergonzado.

    -Mu, no te fuerzas a nada que no quieras…- Le sonríe para reconfortarlo –Podemos hacerlo más adelante.

    -Es que… Yo quiero hacerlo…- Puso sus manos en su pecho, con su cara baja, sumamente rojo.

    ¿Se podría ver más adorable?

    Ese era un pensamiento de Virgo.

    -¿Estás seguro?- Aquel rubio, estaba también en su límite de prudencia, siempre mantendría lo que el otro deseara.

    Asiento con su cabeza, al ver los ojos azules, yendo hacia él.

    Un beso más profundo se pudo conectar entre ambos y así quedando recostados en esa cama, que ha sido testigos de tantos encuentros amorosos.

    Las caricias, en los cuerpos ajenos se presentaban, los débiles gemidos que callaban con sus bocas, debían tener conciencia de que tenían a un hijo mayor en otra habitación, no debían arriesgarse a que los escuchara.

    Con todo el cuidado del mundo, si antes lo creía un ser de frágil, ahora era de cristal más delicado del universo.

    Esa noche paso, sin más en otra entrega que ellos realizaban, el deseo y la lujuria no era lo único que realizaba, también el amor sincero y puro es lo que representa esta muestra de afecto.

    A la mañana siguiente, con los primeros rayos del sol. Aquella familia se tuvo que despedir, era el momento de la misión del caballero dorado de Virgo.

    El abrazo del menor no falto.

    Los besos de Aries tampoco.

    -Regresare pronto Kiki, cuida mucho de Mu- Sonrió al niño.

    -Sí, padre… Cuidare a mi mamá y a mi hermanito con todas mis fuerzas- Se enorgulleció de ello, con nueve años ahora, se sentía mucho más fuerte.

    -Adiós mi amor- Un beso le planto en los labios al carnero.

    Este se lo correspondió, pero al separarse le dijo algo –No digas adiós, es una palabra triste, corazones que se aman… Nunca deben despedirse- Esa frase que siempre le dedicaba Aries, le trasmitía con seguridad ese infinito amor que tenían.

    Sin más partió, a cumplir aquello que se le encomendó.

    Dejando a un pequeño, sonriente porque sentía el orgullo de tener un padre tan fuerte.

    Pero al pobre pelilila, le estrujaba el corazón, no quería pensar en ello, pero lo seguía en su mente… Uno de sus mayores miedos.

    Debía confiar en la fuerza de Virgo. Siempre lo hacia

    ¿Por qué ahora no?

    La despedida, era una de esas que sabes con todo el corazón que solo es un hasta pronto.

    ---Bosque de los Ángeles caídos---

    Virgo, había llegado a ese lugar, después de recabar más información, de lo sucedido, y de las personas que habían desaparecido en los últimos días.

    El conocimiento que se tenía de esa criatura era apenas escasas, se sabía que habitaba en lugares donde el odio y resentimiento estaban latentes, tomaba la energía vital de los seres vivos.

    Lo más probable es que esas personas desaparecidas fueran su alimento y con ello, se hacía más fuerte y los cuerpos los utilizaba como una especie de sirvientes, sin contar que las almas quedaban llenas de odio hacia el mundo.

    Había hecho su tarea, así que dirigió sus pasos al lugar indicado, de noche es cuando atacaba, lo esperaría sin duda.

    Sus ojos cerrados, le daban una mejor percepción de las cosas, que si los tuviera abiertos, sentir el cosmos de esa criatura, seria fácilmente si aumentaba considerablemente.

    El modos operandi, era algo realmente sencillo, creaba ilusiones vividas de las personas que se cruzaran en su camino, mostrándoles sus mayores deseos o sus peores temores, así lograba que cayeran y no prestaran atención, cuando su energía vital era devorada.

    Esta misión, hubiera sido perfecta para él y Mu, con las habilidades más desarrolladas de telequinesia y mentales, sería más sencillo, pero su esposo no podría.

    Estaba bien, el libraría esa batalla, sabía que tendría que acabar con los servidores muertes de este y hacer que expulse cada alma que lo alimenta, por eso era una misión cansada. Se tardaría mucho.

    Pero en su mente, solo estaba en terminarla y volver con su familia.

    Cada paso que daba, sentía ese pesar que inundaba el lugar.

    Estaba preparado, para entrar en cualquier momento en una ilusión.

    Pero mientras más se adentraba, solo el resentimiento podía sentirse, mas no percibía nada, el ambiente pesado sin más. Había pasado ya un rato, en medio del bosque no divisaba nada.

    Pensó que posiblemente, tomo una dirección incorrecta, pero él no era de los que se equivocaban así.

    Suspiro, había mantenido la mente concentrada en acabar con ese ser, lo más importante era volver.

    Levanto su mirada a la luna que estaba en cuarto menguante, sonrió un poco y toco el anillo que unía su alma con la de Aries.

    Solo basto un solo segundo, un pensamiento, para caer en la trampa.

    Todo su alrededor, comenzó a cambiar, se preparó para cualquier ataque, estaba concentrado.

    Una ilusión muy vivida del santuario en cuestión, enfrente de él apareció el primer templo.

    Frunció el ceño, se sentía insultado por recrear todo de una manera tan descarada, pero no saldría de allí sin llegar a donde se concentraba.

    Mientras no se alterara, todo estaría bien, un experto en ese ámbito.

    Debía entrar, no había otro camino que seguir.

    Mientras caminaba al recinto, había analizado cada situación.

    -Así que está en la forma que los engaña- Aun con los ojos cerrados, su paso firme y solmene. Portando su armadura, estaba preparado.

    -Con un pensamiento, de lo que más quiere o quienes más quiere, los controla- Niega con la cabeza –Es muy simple-

    Su mente, pensaba que lo más seguro es que viera allí a su amado, su hijo y él bebe… Con eso creía que lo podría conmover para no atacar.

    Shaka no era fácil de convencer, sabía que si debía atacar, serian copias, ilusiones. Él tenía el conocimiento que ellos estaban a salvo en el santuario.

    Mas sin embargo cada paso que daba, más oscuro se volvía, la luz de la luna no llegaba tanto.

    Poco a poco, sus pasos parecían chipotear en algún líquido, bajo su mirada y era un color carmesí, ese instante que no se fijó hacia el frente, pudo ver a sus camaradas en el suelo, incluso a su Diosa, a los de bronce incluso a los recién llegados, todos… Muertos.

    Aquello lo sorprendió un poco, negó rápido con la cabeza, debía volver con su temple alerta.

    -Solo es una ilusión demasiado cruel- Siguió caminando, pero no existía más paso, que atravesar por donde los cadáveres estaban, todos tenían los ojos cerrados.

    Lo condujo hacia el frente de una puerta, la reconocía era la misma sala que se estaba preparando para el parto de Mu.

    Debía entrar, pero sabía que se encontraría.

    Apretó sus labios, aunque fuera un caballero dorado, que lo viera todo… Esa escena que lo esperaba, lo tenía angustiado.

    Sin más abrió la entrar. Era una oscuridad absoluta, no podría ver nada más allá de sus manos.

    Ingreso, y la puerta se cerró detrás de él. Lo que sea que estuviera controlando la ilusión, estaba cerca, lo podía sentir.

    Un ruido fuerte lo alerto, se escuchaba como un desgarramiento de carne… Cuando un cuchillo atreviera el musculo y el hueso.

    -¡¡¡SHAKA!!! ¡¡¡NO PERMITAS QUE LOS LASTIMEN!!!- Aquella voz, pertenecía al Lemuriano que amaba.

    -¡¡¡PAPÁ!!! ¡¡¡AUXILIO!!!- Ahora el timbre de voz del pequeño.

    Y un grito de un recién nacido, se escuchaba.

    Inundo sus oídos, abrumando su cabeza.

    Apretó sus ojos, y puños. Esta ilusión le estaba llegando directo a lo más profundo de su mente y corazón, meterse con su peor temor.

    Apretando su mandíbula, se concentraba en estar atento a su al redor, no permitiría que nada lo obstruyera.

    De repente, todo se ilumino y pudo ver su mayor miedo hecho realidad allí.

    Aquel pelirrojo en el suelo, con signos de heridas mortales, perecía jadear por el último suspiro de vida. Dirigió su mirada hacia el rubio -¿Por… Por… Que… No llegaste…?-

    Se estremecido por completo, ver a Kiki así, lo estaba haciendo caer, no podía acercarse, aunque quisiera. Aún tenía algo de cordura en sí.

    Todo era igual, las imágenes, las voces, todo… No podía engañarse. Aunque quisiera… no podía

    -Dijiste… Que nos… Pro… protegerías…- Ese era Mu.

    Al divisarlo, sus ojos presenciaron esa escena, cubierto de sangre, su vientre estaba abierto… Parecía que le hubieran arrancado a su hijo con una crueldad inmensa.

    Ambos seres que él amaba, juntos en su lecho de muerte… Ya no aguanto más, se tenía que acercarse.

    Había logrado su cometido aquel ser enemigo. Hacer que Virgo caiga en su ilusión, con el dolor más grande del mundo, la perdida de lo que amaba y aún con vida, en sus manos muriendo.

    -Esto… No es verdad…- Su mente trataba de reaccionar, su corazón no podía más.

    Trataba de tocarlos, se sentían aun tibios… La sangre caliente, parecía quemarle, pero no le importo, solo pedía que desaparecieran.

    No se daba cuenta de lo que crecía detrás de él, todos sus miedos ayudaban a alimentar a ese ser maligno que se apoderaba del ambiente.

    Estaba sumergido en su dolor, no podía reaccionar, enserio estaba dejándose llevar. Las lágrimas estaban recorriendo sus mejillas

    Comenzó a pensar que de verdad, había llegado tarde.

    Mas sintió un su mano izquierda un destello y un punzada muy grande que lo hizo reaccionar de manera rápida.

    Pero ¿Habrá sido suficiente...?
     
  11. Threadmarks: Capitulo 51 (Movimientos)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    Aries
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    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
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    ---Octavo mes---

    Ya la recta final, para que esa nueva vida llegue a este mundo. Solo un poco más y lo tendría en sus manos, su añoranza estaba por verlo. Sus suspiros se hacían más grande, conformé pasaba el tiempo.

    Pero antes de hablar de ello… parecía que hubiera un escándalo en acuario.

    ---Onceavo templo---

    -Camus, por favor… Sabes que no debes preocuparte de más- Pedía un desesperado escorpión a su amado, que parecía estar enojado y triste tan rápidamente.

    -¡¡¡¿ES QUE NO ENTIENDES?!!! Milo, ¡¡¡YO NO QUERÍA ESTO!!!- Se señaló a su vientre, frunciendo el ceño y con las lágrimas cayendo.

    Había un límite en su paciencia, y aquel peliaqua, lo toco, sin más. Aguanto todo el escandalo cuando se enteró, incluso golpes, insultos, todo por su querido Camus y su fututo hijo, pero ya se cansó de ese mal trato, incluyendo pensamientos tontos.

    -¡¡¡¿NO QUIERES AL BEBE?!!! O ¡¡¡¿ACASO ES PORQUE ES MÍO?!!! ¡¡¡DE SEGURO SI FUERA DE SURT, LO AMARÍA MÁS!!!- Soltó de golpe, aún seguía celoso por aquel percance en Asgard.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡¿CÓMO PUEDES PENSAR EN ESO?!!!- Ahora el grito se intensifico.

    -¡¡¡TODOS LOS MALDITOS DÍAS, ME REPITES QUE NO QUIERES A NUESTRO HIJO!!!- Estaba realmente molesto, nunca se atrevería a darle un golpe a Camus, pero si dejo uno en la pared de ese templo, dejándole marcas.

    Se impactó por esa reacción del octavo guardián –Tu… No lo entenderías-

    -Tienes razón, no lo entiendo- Dijo serio –Todos están muy felices con sus parejas y sus hijos y futuros- La voz de frustración se dejaba escuchar cada vez más –En cambio, en vez de estar feliz, porque es… El fruto de nuestro amor…- Apretaba sus puños, no aguantaba más el coraje contenido –Parece que lo odiaras-

    El peli aguamarina, se quedó callado, mientras sus lágrimas corrían por sus mejillas. No sabía cómo expresarle su sentir a su pareja, y siempre sentía rechazo hacia su criatura, pero no era del todo cierto que no lo quisiera, además que tenía el conocimiento que nada de emociones fuertes, mas por su posibilidad de abortos espontáneos.

    -Si no lo quieres… Está bien- Dijo en un susurro de voz.

    Camus levanto su mirada, angustiado, por esas palabras de Escorpio.

    -Solo tenlo… Y yo me ocupare de él- Lo miro firme, no lo obligaría hacerse responsable.

    Quiera a su hijo, tanto como amaba a Camus, pero no permitiría que esa criatura inocente pagara por cualquier tontería de ambos, no deseaba pelear más, sabía que todo eso le afectaba al embarazo.

    -Milo- Alcanzo a decir aquello.

    -Incluso, si… Lo nuestro no funciono- Una sonrosa débil, se dibujó en su rostro, dejando escapar lagrimas –Creamos algo hermoso y lo cuidare. No tendrás que hacer nada después del parto-

    ¿Acaso, Milo estaba rompiendo con él? Lo estaba haciendo ¿De verdad?

    -Milo… ¡¡¡NO, ESPERA!!!- Lo abrazo por detrás fuertemente, para impedirle que se fuera de su templo.

    -No corras así, podrías… Caer y dañarlo- Aparto las manos del contrario, pero este se aferró de nuevo.

    -Tengo miedo… Mucho miedo- Pegado a su espalda, acurrucando su cara en el cabello del escorpión.

    Esto confundió mucho el peli morado oscuro, que no contesto.

    -No voy hacer una buena figura materna, no merezco este regalo… No soy digno de ello- Cada palabra la decía con tanto dolor en su corazón.

    Eso era lo que sentía, lo que pasaba cada vez por su mente. Claro que deseaba una familia con quien más amaba, y quería un hijo, como todos estaban haciendo. Pero no se creía capaz de cuidarlo y criarlo como merecían, desde pequeños.

    Había cometido tantos errores, que no se había perdonado del todo y se creía que nunca merecería más felicidad de la que tenía y de repente, podría tenerlo todo.

    Estaba llorando tan fuertemente, que podía sentirse los movimientos, temblaba demasiado, jadeando todo su dolor.

    El escorpión se giró, para poder abrazarlo y sostenerlo, temía que sus piernas no aguantaran y cayera.

    -No creas… Que no los amos a ambos… Pero… No… Lo merezco, cometí tantos errores y dañe… A tantos…- Lo mira a los ojos, inundados en lágrimas –Te lastime a ti… Y tú en vez de odiarme, me entregaste tu amor, lo que más deseaba y ahora… Podremos traer a alguien a la vida y yo… Tengo miedo de lastimarlo, de no poder… Cuidarlo incluso antes de nacer-

    Sus palabras eran sinceras, todos esos miedos, esos complejos, esa maldita culpa que sentía por el dolor que le causo a su pareja, todo eso estaba allí. Se veía tan vulnerable en ese estado, tan indefenso, solo él podía ver esa imagen del onceavo guardián.

    Acaricio sus cabellos –Cálmate por favor Camus… Todo estará bien- Levanto su rostro entre sus manos, limpiando sus lágrimas –No debes alterarte así…- Le sonrió con esa manera que cautivaba al mago de hielo –Yo te amo mucho… Y mereces mi amor por completo- Beso su frente con suavidad.

    Negando con la cabeza –No, tú eres… Alguien tan bueno y no soy como tú... Yo…-Es callado por los labios de Milo.

    Un beso casto, de aquellos que ya hace mucho no se daba, pues preferían unos más apasionados.

    -Ya Camus, no pienses en tonterías, que solo dañaras a nuestro hijo- Acaricia el vientre son toda la dulzura que pudiera, sonriéndole con dulzura.

    -No seré bueno en esto…- Baja su cabeza.

    -Por eso estoy aquí, esto es un trabajo de dos, no de uno- Esa sonrisa tan encantadora que proyectaba una gran confianza –Yo no creo ser el mejor padre, pero lo intentare y sé que lo lograremos juntos- En una acción rápida, lo carga al estilo princesa.

    -¡¡¡MILO!!! ¿Qué haces?- Sorprendiéndose por esta acción.

    -¿Qué no es obvio? Te llevo a la cama- Sonriendo de oreja a oreja.

    Cargaba a su novio con facilidad, lo había hecho antes y con esta aclaración de los sentimientos de este, sintió la responsabilidad de cuidarlo mucho más, no permitirá que esos miedos tontos, estropearan su felicidad.

    El hace tiempo había perdonado todo, por ese inmenso amor, y cada día se lo demostraba, le parecía tan doloroso que se sintiera no merecedor de lo que le correspondía.

    Lo amaría por toda la eternidad era lo que Escorpio le prometió a Acuario en ese día.

    A veces aceptamos el amor que creemos merecer.

    ---Templo de Aries---

    -Veras que pronto volverá- Una peliverde cortó, hablaba estando junto a un Mu con ocho meses de gestación.

    Baja la mirada, tenía un semblante triste –Lose, pero ya ha pasado mucho-

    -Solo se ha retrasado un día, no te preocupes tanto- Señalando su vientre –Que a tu criatura le afectara todas esas emociones-

    Acaricia su pancita –Trato de estar tranquilo, pero… Me angustia, no saber de el-

    -Eso es bueno- Cruzado de brazos.

    -¿Heee?- Mirándolo con confusión

    -Las malas noticias vuelan rápido, si no hay es buena señal- La forma típica que según Capricornio lograba animar a las personas.

    Le dedica una sonrisa de agradecimiento –Si, tienes razón-

    -En fin, debo irme, ya termine mis deberes y me gustaría ir descansar un poco- Comienza a retirarse para ingresar a los templos siguientes.

    -Sí, descansa. Nos vemos mañana- Fue la despedida que le dio, al décimo guardián.

    Se sentía muy angustiado por su esposo. Con la certeza que eran solo tres semanas de misión programadas, a veces se podía adelantar o retrasar su regreso, pero desde que se fue, cada día iba aumentando su preocupación. No lo demostraba, su pequeño no quería verlo triste y debía hacer uso de todo su autocontrol, para no estresarse tanto, si no al bebe le afectaría.

    Sin contar algunas descargas hormonales que tenía de vez en cuando, que menos le ayudaban.

    Solo quería verlo regresar, por ese camino que viene hacia el santuario. Como lo vio por primera vez de niños cuando llego a ese lugar.

    Se podría perder todo el día en esos recuerdos, pero no podía pensar de esa manera, aun tenia responsabilidades.

    Pronto anochecería y prepararía junto a su hijo mayor la cena.

    Estaba por regresar, cuando su corazón pudo sentir a alguien acercarse. Su cosmos se volvió loco, por esa sensación.

    Se giró con rapidez, y pudo ver a quien más añoraba.

    Su Shaka, volvía por fin de la misión, la angustia desaparecía, el miedo, la preocupación para darle paso a una inmensa alegría, que temió no volver a experimentar.

    De igual manera Kiki, también salió del templo, sintió el cosmos de su padre acercarse y estaba súper feliz por ese hecho.

    -¡¡¡SHAKA!!!- Aquel grito de alegría.

    -¡¡¡PAPÁ!!!- Y también el del pequeño Lemuriano.

    Levanto la mirada, verlos a ambos esperándolo a la entrada de Aries, lo hizo volver a la vida sin más, después de aquella misión, era lo único que deseaba escuchar.

    Se apresuró a llegar con ellos, para darles un fuerte abrazo a ambos, los capturó, para brindarles un poco de ese amor que no había podía darles por ese tiempo.

    -Ya volví, mi familia- Eso fue lo que Virgo dijo, al unirse en ese abrazo con ambos o bueno con los tres.

    ---Horas más tardes (Templo de Aries) ---

    -Shaka, él bebe se mueve- Sonrió muy emocionado, sintiendo ese movimiento en su interior.

    El rubio, poso su mano en el vientre de su amado ahora esposo. Se sorprendió cuando sintió esos movimientos de su futuro hijo. Abrió los ojos con una carga de ilusión en ellos.

    -Está feliz de sentirte- El Lemuriano bajo la mirada para toparse con el Hindú.

    -Puedo sentir su cosmos- Aquello lo dijo en un hilo de voz. Por alguna razón, sentía como su pecho se estrujo un momento.

    Era una felicidad única en su clase.

    En aquella misión que tuvo que realizar estuvo a poco de morir, si tan solo no hubiera reaccionado a tiempo, si su cosmos no hubiera sido lo suficientemente fuerte, este momento familiar no lo volvería a tener. Dejando a su familia sin él.

    Unas lágrimas escaparon de sus ojos zafiros. Quedando de rodillas ante el pelilila, el cual lo miraba extrañado. Pues este no le había contado nada, por su estado.

    -Mi amor… ¿Qué te ocurre?- Pregunto angustiado.

    El negaba con su cabeza, no debía decirle lo que paso. Tenía un embarazó de ocho meses, si una noticia así llegara… Hubiera provocado un alumbramiento antes de tiempo y sumamente peligroso.

    Pego su cabeza al vientre y susurro algunas palabras solo para él bebe.

    -Papá, ya volvió mi bebe. No te preocupes, tu mami y tu hermano están a salvo, al igual que tu- Beso el estómago, acariciándolo con suavidad.

    Mu quería preguntarle qué le ocurría, pues desde la tarde que llego parecía algo distante, pero cariñoso a la vez. Recordó como al verlos corrió directo a ellos para abrazarlos con fuerza, quedando Kiki en medio.

    Después de su reporte, ante el patriarca tardo un poco en volver a Aries.

    Bueno más bien mucho, pues Kiki se había quedado dormido recargado en el pelilila y él bebe estaba muy quieto antes de su llegada, solo él se había mantenido despierto.

    -Aun no has comido nada ¿Verdad?- Esa sonrisa tan hermosa y que temió jamás volver a verla.

    Antes no tenía nada, si sus compañeros, si sus amigos y algunos discípulos, pero ahora tenía mucho más de lo que alguna vez se imaginó y perderlo era algo que no estaba dispuesto a experimentar.

    Beso los dulces y carnosos labios de su esposo, acariciaba su espalda.

    -Te amo tanto, como no tienes una idea Mu- Esos ojos tan orgullosos y dignos reflejaban la felicidad misma.

    -Yo también te amo mucho Shaka- Abrazaba con suavidad a su rubio.

    -¿Ustedes ya cenaron?- Pregunto tratando de componer su postura.

    -Kiki quería esperarte pero le dije que mejor cenara que tardarías y el pobre quiso verte para platicarte sus avances, pero...- Se giró a ver al Lemuriano que estaba dormido en su hombro.

    El rubio sonrió, ese pequeño y él se habían vuelto de verdad padre e hijo, lo amaba tanto. Acarició sus cabellos, y le dio un beso en la frente.

    -Te serviré la cena, aún debe estar tibia- Se levantó de su asiento. Pero es detenido por el rubio, el cual llevaba a Kiki en brazos.

    -Yo puedo hacerlo, deja llevo a nuestro hijo a su habitación y ahorita ceno. Debes guardar reposo todo el tiempo- Se quedó mirándolo un momento y luego entre cerro los ojos -¿Ya cenaste?- Temía que Aries no lo hubiera hecho por esperarlo.

    -Bueno, quería cenar contigo, pero nuestro bebe tenía mucha hambre y no pude resistir. Sonrió apenada, con un leve sonrojo en sus mejillas.

    Se acercó para darle un tierno beso en sus labios –Me alegra que lo hicieras, en este momento lo más importante es la salud de ustedes-

    ¿Qué más se podría desear?

    Cuando tienes todo lo que tu corazón ha añorado por siempre, sabes que es tuyo y jamás nada ni nadie te lo podrá arrebatar de las manos.

    Esos eran los pensamientos de Aries y Virgo, esa noche. Una familia tan bella y dulce. La maldad no podrá alcanzarlos en esta vida.
     
  12. Threadmarks: Capitulo 52 (Una Familia Para Kiki)
     
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    ---Noveno mes---

    -¡¡¡WOW!!! Estas, realmente enorme- La voz de asombro que proyecto Afrodita se notaba a distancia.

    -Jajajajajaja si, un poco- Mu sentía tanta vergüenza del asombro de su amigo.

    -Luces realmente adorable, ¿Por qué no quisiste saber el sexo de tu bebe?- La curiosidad lo estaba carcomiendo.

    -Bueno, la verdad- Baja su mirada esmeralda enternecida en su vientre –Quero que sea una sorpresa, que me asombre cuando lo vea por primera vez- Mostraba una bella sonrisa de oreja a oreja.

    -Qué raro- Mostro una mueca de desagrado.

    -Si yo estuviera esperando, quisiera saber que seria, para imaginármelo y comprar cositas tan lindas y adorables- Comenzaba a estar en su mundo.

    Aquello le daba mucha risa al Lemuriano, que su amigo ya estuviera pensando en el momento que estuviera en su situación.

    -Eso está bien- Le daba gracia las muecas que Afrodita ponía.

    Pero rápidamente salió de su ensoñamiento.

    -¡¡¡ES VERDAD!!! Death Mask me dijo que me tenía una sorpresa, así que me voy- Se encamina hacia la ascendencia de los templos –Nos vemos pronto- Se despidió sin más.

    Sonriendo, despedía a su compañero de armas –Si de acuerdo, hasta después-

    Nueve meses, recién cumplidos apenas ayer, ya era el tiempo de dar a luz.

    No lo negaría, sentía nervios, aunque no fuera un parto natural, si le atemorizaba el hecho de entrar en ese procesó. Pero por su futuro bebe lo valía todo.

    Ya se imaginaba a su criatura en brazos, cuidándolo, alimentándolo, haciéndole muchos cariños. Recordó por un instante a su primer hijo, cuando pasó todo eso, en aquella época fue todo un inexperto aprendiendo conforme la marcha, pero lo hizo bien, Kiki creció muy sano y fuerte, era su más grande orgullo.

    -Hola, mamá- El pequeño llego abrazando al pelilila.

    -Ya volvimos amor- Shaka saludándolo tranquilamente, mientras deposito un beso en la mejilla de Aries.

    -¿Cómo les fue en el entrenamiento?-

    -Bastante bien, he mejorado muchísimo- Girándose al rubio -¿Verdad Papá?

    -Así es, en un tiempo se volverla sin duda un digno heredero de tu armadura-

    -¡¡¡ESO ES MARAVILLOSO!!!- No cabía de su felicidad, que su aprendiz pronto se volviera el nuevo santo dorado de Aries le ponía tan contento, que su corazón palpitaba mucho.

    Al volver a ingresar al templo, algo estaba por suceder.

    Mientras iba caminando, Mu se detuvo rápidamente, con una cara de susto que no podía ocultar. Sintió como un líquido baja por sus piernas, sintiendo una calidez muy aterradora.

    -Mu… ¿Estas bien?- Lo miraba, por lo pálido que estaba.

    -Sha…Shaka… Creo… Que…- No pudo terminar de decir aquello, cuando una contracción fuerte sintió recorrerle el cuerpo, provocando que se doblara un poco.

    -¡¡¡MAMÁ!!!- El pequeño se acercó asustado.

    -¡¡¡MU!!!- Virgo lo sostuvo firmemente en sus brazos, lo miraba con suma preocupación, como tenía una respiración muy agitada.

    -Ya… Viene…- Apretaba sus labios para no soltar aquel dolor que aumentaba en su espalda, cadera y cintura.

    Shaka, entendió de inmediato el mensaje, rápidamente lo cargo con cuidado, sin impórtale quedar manchado por aquel líquido, y lo llevo con cuidado al área que estaba designada para esa labor tan hermosa y dolosa.

    El cosmos irregular de Aries empezó a sentirse por el santuario, al igual que en el momento de Saga.

    Aquello alerto a sus padres, camaradas, y a la misma Diosa.

    La cual sabía que no tardaría Ilitia en hacer acto de presencia.

    Aries, estaba tratando de dar su mejor cara para no seguir asustando al pequeño. Aunque las lágrimas de dolor se le escapaban, estaba aguantando bastante bien el dolor.

    Kiki, estaba angustiado ver al pelilila así, era algo que jamás creyó ver… Estaba asustado, ver sufrir a quien más quieres y siempre que te demostró la fuerza, impactaba a muchos.

    -No te asuste Kiki… Estoy bien…- Apretó con fuerza la mano de Shaka, que lo sostenía… El autocontrol que ejercía en sí, era muy grande, preocupándose por todos.

    -Amor, respira… Todo estará bien- El rubio hacia su mejor esfuerzo para manejar esta situación, pero se sentía tan inútil por no poder hacer nada para que el dolor de su amado Aries desapareciera.

    En ese momento por la puerta apareció la Diosa de los partos.

    La cual rápidamente se dirigió al pelilila y su familia.

    -¿Hace cuánto entro en labor?- Su cara mostraba preocupación absoluta, ni siquiera una sonrisa como acostumbraba.

    -Hace unos momentos… Creo como diez minutos- Explicaba Virgo.

    -¿Cómo es posible…?- No siguió explicando, pues el niño estaba allí y podría hacer que se impresionara. –Pequeño será mejor que salgas-

    -Pero… Yo no me quiero apartar de mi mamá- El niño trataba de replicar que lo sacaran.

    -Kiki, por favor obedece ¿Si?- La voz de Shaka, rápidamente hizo llamar la atención del niño

    El cual, sabía que debía hacer caso, si él o Mu le pedían algo. Aun dudaba si irse, le aterraba que pudiera pasar algo malo.

    -Yo… Estaré bien… Puedes estar tranquilo, mi pequeño- La sonrisa débil de Aries, lograba reconfortar algo al menor.

    Solo asintió con la cabeza de manera tímida y preocupada, se giró a ver a la Diosa, que preparaba lo que necesitaría para su trabajo –Por favor… Cuide de mi mamá-

    Ella lo miro y le dio una sonrisa –No te preocupes, él es muy fuerte, esto será rápido-

    Sin más el niño salió, llegando a la puerta y mirándolos a los dos seres que quería tanto, en esa situación… Debía confiar al final todo estaría muy bien y habría una personita más con ellos.

    Cuando se escuchó que la puerta se cerró. Mu se dirigió a la joven Diosa.

    -Por favor… Dígame… ¿Algo está mal?- Lo había notado en la cara de Ilitia.

    Suspiro, bajando la mirada al vientre del Lemuriano –Seré sincera… Cuando rompiste fuente se alertaron mis sentidos, más… Al notar que estabas entrando en el parto activo en tan solo síes minutos de eso, me alarme demasiado, pensaba que algo estaba mal-

    -Eso ¿Qué quiere decir?- El rubio, estaba realmente preocupado, el dolor solo aumentaba en Aries y él no lo expresaba en un grito ni nada, solo se aguantaba apretándole la mano y los labios, cerrando sus ojos y echando la cabeza para atrás.

    -Que el propio bebe, se está abriendo paso dentro de él, de una manera mucho más rápido de lo que debería ser normal- Se acercó al pelilila

    -Escucha Mu, deberé trabajar lo más rápido posible, así que debo inducirte al sueño de una vez, no podemos dejar que esto se salga de las manos, si no ambos morirán- Explico así de simple, su semblante era muy serio.

    El pelilila, no podía decir nada, el dolor lo invadía tan rápido, que solo asintió con la cabeza, respirando muy agitado. Confiaba en esa joven, ya había recibido a los hijos de Saga, podría ayudarlo.

    Sin más Ilitia, provoco el sueño en Aries, haciendo que el durmiera, su cuerpo de esa manera se comenzó a relajar, provocando que la rapidez del parto se viera disminuida, pero no por ello se bajaba la guardia.

    El rubio, aun sostenía la mano de su amado, con firmeza, observaba cada detalle que hacia la mujer presente.

    -Debes trasmitirle todo tu amor- Eso fue lo que ella dijo, antes de posicionarse en su lugar.

    Como lo hizo la primera vez, poso sus manos en el vientre desnudo del joven hombre, se notaba que estaba más debajo de lo que era normal.

    La luz blanquecina rodeo las manos y vientre, empezó abriendo la piel, controlando la sangre, el musculo, los tejidos, poco a poco busca donde se encontraba el cosmos del bebe que no podía esperar.

    Por extraño que pareciera, el rubio se sentía aterrado por esa imagen, aunque no hubiera sangre, le recodo aquella maldita ilusión que tuvo que presencia en el bosque “De Los Ángeles Caídos”. Aquellos recuerdos lo invadían.

    Pero debía ser fuerte, antes ya había tenido una conversación con la Diosa, sobre por qué eran importante los sentimientos positivos y energías de esa índole.

    Ella le había dicho que es sumamente importante que exista un vínculo muy fuerte de amor, al momento de un parto así de complicado, pues… Ayudaba a la concentración del cosmos del bebe al encontrar el camino y ella lo usaba como un conducto para lo mismo.

    -Shaka… Olvida esos pensamientos- La joven lo saco de sus miedos –Ayúdame, a ayudar a los que amas- Ella aun con sus ojos en el vientre del Lemuriano, le ordena aquello.

    -Si- Asintió, solo negó con la cabeza –Vamos amor… Tu puedes- Dirigió su mirada a Mu, el cual dormido aun lucía una leve preocupación en su rostro.

    -Te encontré- Sintió ese débil cosmos dentro del Lemuriano.

    Rápidamente, atrajo al bebe a ella. Haciendo uso de esas energías del propio padre que la criatura usaba para llegar a este mundo.

    Estaba apoyando a Mu en su hombro, sosteniendo su mano derecha con fuerza, observaba a su amado, pero cuando la joven logro sacar a la criatura, aun estando en el saco amniótico, el quedo impresionado, no paraba de ver a ese pequeño ser.

    Sostuvo a ese ser tan indefenso y corto el saco que lo llevaba adentro, al hacer aquello. Empezó a llorar desesperado, pues lo habían extraído del primer lugar seguro que conocía.

    Sonrió aliviada, todo había salido bien, aun con los contra tiempos.

    Cargando a ese pequeño ser, entregando al padre en sus brazos.

    -Felicidades Shaka, han tenido una hermosa niña- Sin más la Diosa entrego las tijeras divinas que ella utilizaba para cortar el vínculo que unía con la madre, para volverlo un nuevo ser individual oficialmente.

    El rubio, estaba mirándola con sumo detalle, era el fruto de su amor con Mu, aquella primera vez, creo a ese ser tan hermoso, las lágrimas brotaron de sus ojos azules, mostrando una sonrisa sincera en sus labios.

    Se había tardado en reaccionar, para tomar esas tijeras, pero sabía el procedimiento, conversar con ella fue fundamental, quería entender todo lo que ocurría en esos momentos.

    Corto el cordón umbilical, no hubo sangre de nueva cuenta y regreso las tijeras a la dueña.

    Ella seguía su labor de cerrar la piel. Sonrió al ver a una familia con su bebe.

    Virgo, estaba realmente fascinado, con la niña, la cual lloraba, pero poco a poco se iba relajando, al ser acunada en esos brazos que la protegerían siempre.

    Su piel, aun no tenía el color designado, era normal que fuera una tonalidad morada, en un ricen nacido, se denotaba unas leves marcas en su frente, era Lemuriana después de todo, de un color que podría ser rojizo, una pelusa leve de cabellos dorados como los de su padre. Abría de repente sus ojitos muy apenas, algo posicionado como normal en los recién llegados a este mundo, pero podía verse que tenía un tono verde oscuro, aún era temprano para saber.

    -Hola… Mi pequeña- Shaka, estaba enternecido, no tenía palabras para expresarse, la acababa de conocer y ya la amaba, con todas las fuerzas de su corazón.

    Era tiempo de despertar al pelilila, debía conocer a su nena.

    Ilitia, comenzó a dejar que su cosmos, despertara al Lemuriano poco a poco, ya había terminado de limpiar lo necesario y solo el tiempo ya terminara de cicatrizar su labor.

    Aries, abría pesadamente sus ojos, todo aquello le había cobrado factura, aun dormido y que la Diosa lo asistirá sentiría las consecuencias de todo.

    -¿Cómo esta… Mi bebe?- Esa fue su primer pregunta, demostrando su mayor preocupación.

    Mientras su vista se aclaraba… Escucho a su esposo decirle algo.

    -Está muy bien… Es realmente perfecta, como tú- Un beso fue lo que recibió de Shaka, en sus labios -Lo hiciste realmente bien, mi amor-

    Aries, observó a la criatura que sostenía Shaka, la emoción en su voz no se hizo de rogar, y sus lágrimas cayeron, ver a la pequeña que había llevado en su vientre todo este tiempo, le hizo experimentar una inmensa alegría.

    El extendió sus brazos, aunque se sentía cansado, quería sostenerla, cuidar de ella.

    Virgo con sumo cuidado deposito a la bebe, que estaba tan tranquila, en los brazos de su madre, el cual la recibió, con todo el cuidado del mundo.

    La miraba inspeccionándola cada detalle de su diminuto ser. Aunque Shaka, ya la había cubierto por una delicada mantita que habían preparado con anticipación en el lugar, para que no tuviera frio, pero con el calor corporal de Mu, eso no pasaría.

    Shaka, abrazaba con cuidado y tanto amor a Mu y este a su vez a la pequeña en sus brazos.

    -Eres tan preciosos mi dulce niña- Como amaba a su hija, acunarla era una verdadera fascinación.

    -Gracias Mu, por darme este hermoso regalo- El rubio dijo aquello en un susurro para su esposo.

    -Lo hicimos juntos… Es nuestro bello regalo- Se sentía tan feliz. Ya no había más palabras, solo mirarla le traía tanta alegría. –Cuando Kiki, la vea… Se pondrá muy feliz- Aunque tuviera a una hija de su misma sangre y carne, nunca olvidaría a su pequeño.

    El rubio asintió -Tienes razón- Observo con cuidado, y dejó escapar una risita –Creo que nuestra hija, tiene hambre-

    Mu, comenzó a sentir pena, pues la pequeña estaba buscando la comida que necesitaba de él.

    Ilitia, solo sonreía ante esa escena tan dulce, no necesitaba dar más indicaciones, a partí de allí ellos ese encargarían de todo, salió con cuidado de no hacer ruido, ella no pertenecía a ese encuadra familiar.

    Al salir, se topó con toda la orden de los dorados, su amiga Atena y a cinco de bronce que ella solo había tenido oportunidad de conocer a cuatro de ellos.

    Pero primero busco con la mirada al pelirrojo, que se encontraba pegado a la puerta.

    Sonriéndole, abrió la puerta un poco –Puedes pasar- Le susurro, para que lo hiciera rápido.

    El niño capto y entro sin más.

    Y ahora sí, ser bombardeada por las preguntas de todos.

    -¿Cómo está mi hijo?- Un peliverde angustiado se paró enfrente de ella.

    -¿Qué es él bebe?- Ahora un castaño la interrogaba.

    -¿Cómo está?- otra pregunta rápida del patriarca.

    Sonrió, dejando escapara un suspiro –Bien, niña, bien- Así de nuevo en orden y rápida.

    -¡¡¡¿ES UNA NIÑA?!!!- El Lemuriano sonrió son más, imaginándose como seria su nieta.

    -¡¡¡QUÉ BONITO!!!, ¿Podemos verla?- Pregunto el castaño.

    Ilitia, se giró hacia Atena, para que les informara lo que debía.

    -Por el momento debemos dejarlos descansar- Así la peli morada menciono, aunque fuera una Diosa, era solo invitada, no podía dar órdenes en si fuera de los partos y respetaba la autoridad de su amiga.

    Todos los allí presentes, estaban felices, de que sus amigos algo lentos para declararse su amor y que requirieron la ayuda de todos ellos, por fin tenían esa hermosa criatura con ellos, formando así una bella familia, aunque obvio cada uno creía tener la mejor de todas. Pues nada lejos de la realidad, así es en verdad.

    -Tendrán una amiga para jugar- Cargando al menor de sus hijos, Aioros menciono aquello.

    -Así es- Solo asintió el peli azul, con el mayor en sus retoños en brazos.

    -¿Te encuentras bien Camusito? Te noto pálido- Lo miraba Milo.

    Suspira resignado –Solo me imagino mi momento en esas circunstancias- Hablo sin más, mostrando una sonrisa de angustia.

    -Ya quiero tener un bebe- Se gira a ver a su novio.

    -Sí que estás loco pececito, ¿Acaso no te da miedo?- Pregunto sin más, no entendía cómo era posible que estuviera fascinando por esa idea.

    Pero a veces las cosas son así, todos los que te rodean, desean tu felicidad si son de verdad amigos, y de igual forma ellos desean la propia, sin importar los miedos u obstáculos que deben enfrentar.

    Dentro de esa habitación, especial para el alumbramiento, el pequeño Lemuriano de cabellos rojizo, entro con algo de pena, no sabía cómo reaccionar, quedándose de pie al frente de la puerta.

    Sus padres lo notaron, y le regalaron una sonrisa.

    -Hijo, ven- Aries, le sonrió, teniendo a la bebe en brazos, que acaba de alimentarse.

    El pequeño dudaba, estaba con esos miedos de la última vez, no sabía cómo reacción.

    -Ven pequeño, debes conocer a tu hermanita- Sin más así lo menciono Shaka, estando con una sonrisa que nada se la podía arrebatar.

    Camino temeroso, hasta llegar a la cama donde estaban. Parado del lado derecho, pudo sentir el cosmos de esa criatura, se acercó para poder verla, le estaba intrigando. Cuando la vio, se sorprendió lo pequeñito que podían a llegar a ser los bebes.

    Sus ojitos estaban muy abiertos, incluso su boca estaba en asombro total.

    -Es muy pequeña- Sonrió, enternecido por la niña.

    -Así eras tú de bebe- Mu menciono, con una gentil sonrisa.

    Miro a sus padres -¿Puedo cargarla?- Estaba el también emocionado por sostenerla, por alguna razón… Sus miedos estaban desapareciendo, no se podría decir por completo, pero… Algo en su corazón le decía que debería también proteger a esa niña, de su misma raza. A ella que de ahora en adelante seria su hermana menor.

    Ambos hombres de miraron entre sí, y sonrieron encantados por la pregunta del mayor de sus hijos.

    -Claro que si- Virgo le hizo un leve cariño al niño, una caricia de cabellos era la costumbre con él.

    El pelirrojo, extendió sus brazos sobre la cama, y con mucho cuidado Mu deposito a la bebe entre ellos. Este la pego a su pecho, también estaba cuidando de no ser demasiado brusco y no sujetarla con demasiada fuerza.

    Ella estaba tan tranquila con él. Así como con sus padres, pareciera como si reconociera a su propia familia con sentirlos. Abría de repente sus ojitos, poco a poco y luego los cerraba, un gesto en los recién nacidos.

    -Hola Anshin, yo soy tu hermano mayor… Y te voy a cuidar mucho, como mamá y papá lo han hecho conmigo- Sonrió con esa gentileza e inocencia que proyectaba su infancia.

    El nombre que habían escogido los tres juntos, el pequeño fue el primero en decírselo, tanto Virgo como Aries, ver a sus dos hijos juntos, los hacía sentirse tan feliz, esa alegría tan grande que nunca se podría comprender, solo sentir.

    Era eso lo que sus corazones anhelaron tanto y al final lo lograron, una hermosa familia al fin de cuenta lo que se formó aquí, jamás se podría destruir, solo lograría crecer cada día, en cada vida un ciclo sin fin que se repetirá por la eternidad.

    Del deseo infantil de un niño, por formar una familia, en la búsqueda de un novio para su maestro, se encontraron varios obstáculos, confesiones, recuerdos de la infancia, tantos miedos superados, alegrías comprendidas, entrega mutua, formación de una nueva vida y un pacto de amor verdadero.

    Todo ello confería lo que es ser y formar una familia, aunque los lazos sanguinos en ocasiones importa, aquí existen los dos tipos los del corazón y los de sangre.

    Debo decir que ambos son tan fuertes por el amor.

    Y el amor fue, lo que nos trajo al final de esta bella historia.

    Fin.

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    Buenos días, tardes, noches ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj?

    ¿Como están mis terrones de azúcar?

    Espero que bien.

    Ahora ando publicando y explorando en esta pagina, veremos que tal me va.

    Sin mas, espero que les gustara mucho este fanfic que cree hace mucho tiempo, o sea... Hace 4 años wow... Como pasa el tiempo.

    Me despido entonces, me dejan sus comentarios.

    Los quiero mucho.

    Ammu se va.
     
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