Saint Seiya Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por AMMU TEIKOKU YUDAINA, 13 Junio 2024.

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  1. Threadmarks: Capitulo 21 (Plan)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Entusiasta

    Aries
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    Título:
    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    52
     
    Palabras:
    863
    El tiempo pasó, dio paso a la mañana y como era costumbre él se quedaría solo, durante el entrenamiento, al ver pasar a todos los guardianes de los templos pasar y saludarlo, con excepción de uno.

    Estaba dispuesto a ir durante ese tiempo, al templo de la virgen, pero fue detenido por una gran mano.

    -¿A dónde vas pequeño?- El guarda de la segunda casa le sonríe.

    -Quiero ir a entrenar la reparación de armaduras- Le dedico la mejor sonrisa.

    -Esta vez, vendrás con nosotros al entrenamiento- Se lo lleva tomado de la mano, para el coliseo.

    Así se arruino su primer intento, pero no se daría por vencido tan fácilmente.

    Se sentía un poco intimidado por los compañeros de armas de su maestro, que él estuviera entre ellos, en el entrenamiento matinal, que usualmente veía de lejos, pero ahora estaba junto a ellos, haciendo los ejercicios.

    Su maestro no lo permitía, pues el entrenaba siempre en soledad, pero hacerlo con demás personas le agrado tanto.

    Tratando de imitar las poses que hacían para luchar, estaba tan feliz.

    -Bien hecho pequeño Kiki- Una mano alboroto los rojizos cabellos.

    -¿Eso cree?- Su linda sonrisa, junto con su cara algo sudorosa.

    -Veo que Mu te ha entrenado muy bien- Un peli azul, sonreía de oreja a oreja, acompañado de un peli aguamarina.

    -Debes seguir viniendo a los entrenamientos, te ayudara más a desarrollar tus habilidades, que hacerlo solo- Una voz seria, con brazos cruzados decía esto, mientras caminaba para pasar el primer templó.

    -Me gustaría, pero eso depende de mí…- Pensó por unos instantes, no podía llamarlo así, enfrente de los demás por el momento –Mi maestro, si me deja-.

    El taurino, le sonríe –Tranquilo, déjamelo a mí, se lo diré en cuanto llegue y te dará permiso-.

    Una risa burlona se hace presente –Si es que a Mu, no le da un paro cardiaco, porque su bebe, entrene con los adultos-.

    El hombre del cuarto templo, estaba riendo a carcajadas, pues era verdad que aquel pelilila no dejaba mucho a su pequeño entrenar con los demás aprendices, mucho menos con los caballeros dorados. Pero no le agrado que ese hombre se estuviera burlando de su maestro, hasta a punto de decirle algo, hasta que.

    -Ya déjalo en paz Death Mask- Le jala la oreja, para llevarlo a los siguientes templos –Que si mal no recuerdo te asustaba entrenar antes en el coliseo-.

    -Ay, ay… Ya déjame Afrodita- Siendo llevado por la fuerza -¡¡¡NO DIGAS ESO!!!-.

    Después de esos momentos divertidos con los demás dorados. Continuaron hasta Tauro el Lemuriano menor junto con su ahora cuidador por un día.

    -¿Qué te gustaría almorzar?- Yendo hacia la cocina.

    -No sé, lo que usted guste hacer- Decía el pequeño acercándose al mayor, con una sonrisa.

    -Muy bien, hare unos Hot Cake´s- Empezó sacar los ingredientes.

    -Le ayudo- Comienza a mezclar los ingredientes.

    Así se preparó el almuerzo para ambos, disfrutaron y rieron como mejores amigos, sin duda el borrego menor se lleva muy bien con el Tauro, al igual que su maestro.

    Se quedó pensando un poco, antes de lograr decir lo que debía.

    -Kiki- Mirando al menor.

    Terminando su juguito de manzana -¿Si?-

    -¿Te podrías quedar solo unos momentos?-

    El pequeño Lemuriano, lo miro algo desconcertado, pero rápido sonrió, eso le ayudaría a poner en marcha su plan –No hay ningún problema, puedo quedarme solo-.

    Sonríe abiertamente, con una carcajada enorme –Muy bien pequeño, me iré en un momento- Se levanta, para ir a lavar los platos –No te vayas a meter en problemas-.

    Sonríe mostrando sus dientes, y levanta la mano derecha –Le prometo portarme muy bien-.

    Si bien esa era su intención, portarse bien. Tendría que ser insistente en la maniobra que haría con cierto caballero que debía encarar pronto.

    Al dejar todo listo, el de Tauro se fue, aunque iba con su ropa casual, se había arreglado muy bien, posiblemente para algo muy importante pensó el pequeño niño.

    -¿Ira a ver a la señorita que le gusta?- Sonrió, para caminar hacia su destino.

    ---Templo de Virgo---

    Shaka se encontraba en su lugar, meditando en poción de flor de loto, como le era costumbre de todos los días, todo el tiempo.

    Tratando de alcanzar la iluminación que requería, lo había estado logrando muy bien durante ese día, se encontraba más calmado y concentrado que el día anterior.

    Tal vez era porque de verdad lo necesitaba y deba despejar su mente un poco de los ojos verdes que le encantaban y lo desquiciaban.

    Respiraba tranquilo, estaba ya finalizando su entrenamiento mental, pronto debería comer algo y retomarlo.

    Una vida algo monótona si me lo preguntan, pero es Shaka es lo que le agrada o más bien su zona de confort.

    -Ya han pasado dos días desde que vino- Suspiro con los ojos cerrados.

    Ya era suficiente, se levantó y camino un poco, el estómago no lo sentía tan vacío, no como antes, por alguna razón, presentía algo…

    -¿A qué has venido?- Dijo esto, sin siquiera mirar al visitante.

    -Quiero hablar con usted- Algo ansioso -¿Puedo?-.
     
  2. Threadmarks: Capitulo 22 (Culpa)
     
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    Palabras:
    1899
    El rubio, siguió sumido en sus pensamientos, pero tenía un poco de curiosidad a lo que el pequeño le podría querer decir.

    -Depende ¿De que quieras hablar?- Siguió mientras le daba la espalda, y caminaba hacia adentro de su templo.

    Suspira, con los ojos cerrados, le desagradaba mucho esa actitud tan molesta y aires de superioridad. Pero se tragó la molestia, por su maestro Mu, estaba dispuesto a saber toda la verdad y ver si podría hacer algo por él.

    El chiquillo, camino detrás del hombre hindú, dispuesto a confrontarlo en esta situación algo incómoda para ambos.

    -Quiero hablar… Sobre mi maestro Mu- Lo miro serio, aunque lo que alcazaba a ver era la espalda y cabellera rubia del joven.

    Shaka, sudo frio, quedándose estático ante la declaración del pequeño. Trago pesadamente un poco de saliva, antes de girarse tratando de verse lo más relajado que su cuerpo se lo permitía.

    -¿De qué quieres hablar sobre el?- Dijo esto con una voz neutral.

    Lo mira directo a los “ojos”, con brazos cruzados y una mirada desafiante –Se perfectamente, que usted… Gusta de el- Dijo esto último de forma molesta.

    El rubio, quedo atónito por la declaración del Aries menor, había pasado casi toda su vida, al intentar ocultar esos sentimientos de todos, que incluso nadie lo había descubierto, hasta que el guardián de Leo, lo supo al decírselo. ¿Cómo era si quiera posible que este niño lo hubiera descubierto tan rápido?

    Sin duda Mu, lo había entrenado mucho para ser tan observador y estar atento a su alrededor, aunque el pelilila no lo aplicaba muy bien ante el rubio.

    Utilizo todo su autocontrol, para no estar nervioso o que su propia lengua lo traicionara. Cuando se trataba de luchar, meditar, entrenar, cualquier cosa que no fuera relacionado con emociones humanas, podría controlarse, pero en esta ocasione estaba haciendo su mejor esfuerzo, para mantener la calma.

    Pero a veces lo sonrojos no pueden ser controlados –¿De qué hablas niño?- Gira la cabeza para otro lado –Yo no siento nada de eso por Mu-.

    Lo mira de forma desganada, casi como de ¿Enserio? –Señor Shaka, podría ser un niño… Pero me di cuenta de que usted siente algo por mi maestro y no lo puede negar-.

    -¿Tienes pruebas de ello?- El adulto, cruzo sus brazos, encarando al niño. Ya no sabía que más decir para negarse.

    -Ayer por ejemplo- Camino alrededor del rubio, tratando de interrogarlo y que le soltara la verdad.

    -¿Ayer?- Recordó cuando estaba siguiendo a Mu y Aldebarán por escucharlos hablar e ir juntos.

    Lo señalo con el dedo índice –Así es- Lo miro con el ceño fruncido –Estaba espiando a mi maestro, por estar con el señor Aldebarán- Cruzas sus bracitos de nuevo enfrente de su pecho –De seguro se estaba preguntando que estaban haciendo-.

    Se molestó un poco, por la insistencia y que el menor estaba dando en el clavo –Claro que no, solo quería hablar con Mu de algo importante-.

    -Y ¿Por qué justo en ese momento?- Lo mira con los ojos entrecerrados -¿Por qué cuando mi maestro viene a verlo, casi lo corre? Y Si ese fuera el caso, ¿Por qué no le hablo, cuando iban juntos?-.

    -Yo…- Baja un poco la cabeza –No he corrido a Mu, de mi templo-.

    -Pero si siempre lo hace- Dijo esto, con una voz algo apagada.

    Un silencio incomodo, se formó en la atmosfera del templo de Virgo. Se había acabado las palabras de interrogación, por alguna razón Kiki, se comenzó a sentir apenado por insistir tanto, al escuchar las palabras de Shaka, que se notaban cargadas de un sentimiento.

    -¿Dónde está el?- Pregunto, mirando el suelo.

    -Fue a una misión… Regresará en la tarde- Suspira resignado.

    Suspira, pensativo –Kiki…-

    La voz del mayor, lo saco de sus pensamientos de que debía irse, pues presentía que no llegaría a ningún lado, lo hizo voltear -¿Si?-

    -¿Esa es la razón, por la que Mu ya no ha venido a verme últimamente?- Pregunto, algo inseguro.

    El niño, frunció el ceño, estaba realmente molesto ¿Cómo era capaz este hombre de olvidar, que siempre lo lastimaba? -¿Qué esperaba que hiciera?, después de lo que le dijo ese día-.

    El rubio, bajo su rostro un poco, mirando al suelo, recordando lo que había hecho ese día.

    ---Flash Back---

    Una mañana normal, Mu estaba llegando al sexto templo, como ya era su costumbre, para tratar de pasar un rato con ese rubio desconsiderado en muchas ocasiones.

    Por sus modales saludo al dueño del templo con cortesía.

    Este solo le devolvió el saludo de manera cortante, sin dejar de meditar.

    El pelilila, le sonrió con los ojos cerrados mostrándose muy feliz -¿Puedo acompañarte?-

    -Si quieres, a mí no me importa- Contesto tan fríamente como era su costumbre.

    Ambos caballeros, estaban en posición de loto, respirando de manera relajada, con los ojos cerrados.

    Uno con una mueca de alegría en su rostro y un leve sonrojo, mientras el otro estaba casi con el ceño fruncido y se denotaba inquieto.

    Así paso un buen rato, hasta que el pelilila, empezó a ponerse más nervioso, apretando sus labios, dejando atrás su concentración.

    El rubio lo noto, pero no hizo mucho caso, no porque no le importara, no quería revelarse que notaba cada expresión del Lemuriano que hacía.

    Mu, se giró a ver a Shaka, le gustaba verlo tan sereno, lo que provocaba que sus mejillas se pusieran rojitas, y nervioso, sus ojos verdes grandes no dejaban de observarlo.

    -Sha…Shaka…- Dijo aquel nombre que lo pone tan nervioso, muy apenas audible.

    -¿Mmh?- Sin abrir los ojos, aun en su posición, pero sin ya concentrarse en esa labor.

    -¿Te… Te… Gustaría… Salir...?- Su rostro estaba realmente rojito, agradecía que él tuviera los ojos cerrados, y no denotara su semblante físico, pero temía por la forma alterada de su cosmos.

    Este, no respondió de inmediato. En su interior su corazón latía mucho, era enserio que Mu ¿Lo estuviera invitando a salir?, sintió su cosmos un poco inestable, se estaba preguntando el por qué. Pero sin embargo esa pregunta lo hizo emocionarse un poco.

    -¿A dónde? Y ¿Con quién?- Esas preguntas de forma seca, las arrojo sin más, quería tantear el terreno antes de poder hablar con más libertad.

    En su mente estaba pensando seriamente, si esta sería una buena importante, para aclarar sus sentimientos, darse esa oportunidad que el mismo se negaba por su condición de caballero de virgo y el hombre más cercano a Dios.

    Sonrió, empezó a jugar con sus manos un poco, juntando sus dedos, algo muy similar a lo que Kiki, hacia al estar ansioso y lo que alguna vez vio en otro Lemuriano mayor. Una conducta aprendida sin duda.

    -Bueno… Podríamos ir a Rodorio…- Se acercó más al rubio, -Habrá una feria dentro de una semana y planeamos ir varios caballeros, ya sabes… Para convivir como amigos- La linda carita de Mu, estaba fija en él. Se sentía realmente animado de que la persona que amaba, estaba interesado en salir con él o diera ese interés.

    -¡¡¡NO ME INTERESA!!!- Dijo esto, levantándose de golpe de su lugar, frunciendo el ceño y apretando los puños. Está enojado de verdad se sentía en su cosmos.

    -¿Hee?- El rostro de Mu, estaba muy confundido, por la reacción de este, -¿Por qué no? Sera muy divertido, convivir todos… ¿No lo crees?-

    -No, prefiero estar en mi templo SOLO, sin que nadie me esté molestando- Estando tan serio, encarando al joven de cabellos pelilila.

    La mirada de desconcierto estaba en su rostro, así que se acercó a este, sin importar su estado, lo tomo de la muñeca, para que le diera una respuesta.

    -¿Por qué Shaka?- Mirándolo suplicando –Cuando éramos niños, te gustaba salir con los demás caballeros y ahora… -¿Por qué te comportas así?-

    Arrebata la mano del contrario, para que lo soltara de forma inmediata –Ya no somos unos niños Mu. ¡¡¡A MÍ NO ME INTERESA CONVIVIR CON LOS DEMÁS, SALIR HACER TONTERÍAS Y NO COMPORTARSE COMO VERDADEROS CABALLEROS DORADOS QUE SOMOS!!! ¡¡¡DEBERÍAS METERTE ESO EN LA CABEZA, EN VEZ DE ESTAR VINIENDO AQUÍ CONMIGO A INTERRUMPIRME CADA DÍA!!! ¡¡¡¿ACASO NO TIENES NADA PEOR QUE HACER?!!! ¡¡¡QUE VENIR A MOLESTARME!!!-.

    El guardián de Aries, se queda atónito por lo que escuchar, esas palabras lo estaban hiriendo de verdad, más que cualquier golpe o ataque que hubiera recibido en toda su vida.

    No sabía que responder, su boca algo abierta por la sorpresa, bajo la mirada, quería ocultar que Virgo lo había herido en su corazón, para no verse frágil ante él.

    -Lo… Lo… Siento- Ocultando sus ojos con su cabello, al bajar la cabeza, agarrando su brazo izquierdo con la mano derecha, una actitud de pena. –No sabía que te molestaba tanto mi presencia-.

    El rubio no contesto, solo le dio la espalda al Mu.

    -Prometo no volverte a molestar- Se dio la media vuelta, caminando con paso lento, apretaba sus labios para guardar el dolor que estaba sintiendo, sus ojos se estaban inundando por las acidas palabras de la persona que quería tanto, pero no daría el gusto, se marchó sin decir nada más.

    Shaka, se giró para ver a Mu, observo como desapareció de su “vista”, un impulso en su interior, de ir tras él y pedirle perdón, por lo que acaba de decirle, pero su mente se lo impidió, solo bajo la cabeza, miro para otro lado y dio media vuelta para adentrarse más en su templo.

    ---Fin Flash Back---

    No podía seguir ignorando lo que había hecho. Levanto su cabeza un poco.

    -¿Ya lo recordó?- Kiki lo miraba molesto.

    -Si- Suspira pesadamente

    -Está cumpliendo lo que le pidió- Cruzado de brazos.

    El mayor no contesto, se quedó pensativo, refeccionando en sus acciones de esa vez y todas las anteriores. Como lo había lastimado, como provoco sus lágrimas, él era el causante de un dolor en ese Lemuriano guardián de Aries de su generación.

    -Me debí haber equivocado, esas acciones y formas de tratarlo, no son de una persona que ame a alguien- Cruza sus brazos por detrás de su cabeza, mirando para el techo, comienza a caminar para la salida. –Me disculpo por molestar, con permiso-.

    -Espera-

    -¿Mmh?- Se detiene en su lugar, girándose levemente para atrás.

    -¿El no volverá?- Su voz algo preocupada, levanto su cara hacia el chico.

    Molesto, de nueva cuenta, tratar con Shaka le fastidiaba -¿Quién lo entiende a usted?- Posa sus manos en sus caderas –Primero que se aleje, luego que no se aleje- Hace un puchero -¿Quién lo entiende?-

    -No es lo que quería que sucediera- Dijo esto de forma seria, abriendo sus ojos azules por primera vez en un largo tiempo.

    El menor, por primera vez en lo que había estado ese día en el templo de virgo, comenzó a sentir algo de temor.

    -Entonces… ¿Qué es lo que quería que pasara?- algo temeroso.

    Miro al menor de forma directa –Mu ¿Está saliendo con Aldebarán?-.

    Se sorprende por el cambio de tema tan abrupto, solo alcanzo a negar con la cabeza.

    -¿No sale con nadie más? O ¿Qué esté interesado por alguien?-
     
  3. Threadmarks: Capitulo 23 (Indagando)
     
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    -Mi maestro no sale con nadie de forma romántica, pero…- Mira de reojo al rubio que se sentía algo intimidado –El…- Dudaba en responder esa última pregunta -Está enamorado de alguien-.

    Shaka, se sorprendió por escucha aquellas palabras, entonces su querido Lemuriano, la persona de la que estaba enamorado desde niño, él también quería a alguien y en todo su sentido y juicio, negaba por completo que él lo fuera, no se lo había merecido por sus actitudes desde que él había vuelto de Jamir hace tanto.

    Solo se había dedicado a alejarlo de su lado y tratarlo mal, cuando el mismo le decía que quería pasar tiempo con él, que salieran como los amigos que eran.

    Esa era la palabra que más le molestara que Mu usara cuando estaban juntos. Amigos, ya no eran amigos desde hace mucho tiempo y Shaka no quería ese tipo de relación.

    Más sin embargo cargado ese deseo y amor que sentía, con sus prejuicioso y pensamientos que él no tenía ese derecho por su condición de caballero, se lo relegaba cada vez más.

    Ahora lo notaba que todo lo que hizo dio frutos, ahora Aries estaba más lejos de él, que solo la distancia de casas, pues su corazón le pertenecía a otra persona y estaba seguro que no era para él.

    -Ya veo- Su mirada triste se hizo presente.

    Kiki, estaba realmente asombrado, los estados de ánimo de ese sujeto eran tan cambiantes casi como los de Saga, primero estar todo grosero, luego enojado y ahora triste. Negó con su cabeza sus pensamientos, debía estar seguro y preguntar de nuevo, aunque se ganara un regaño después por quien fuera por seguir molestando.

    Alzo su voz, estaba ya desesperado por conseguir la respuesta por la que fue en primer lugar, si todo marchaba bien, él tendría que hacerse a la idea de tantas cosas.

    -¿Usted está enamorado de mi maestro?- Encarándolo, directo ahora si a su mirada, tenía un poco de miedo, sabía lo que significaba que él tuviera abiertos los ojos –Por favor dígame la verdad-.

    El rubio suspiro, estaba algo abatido emocionalmente hablando, y cansado mentalmente por estar pensando una y otra vez que perdió la oportunidad y sintiéndose culpable por todo, ¿Qué más daba decir lo que realmente sentía a ese niño? Ya no le da más importancia a nada.

    -Sí, estoy completamente enamorado de Mu- Su voz cargada de sentimiento, su semblante serio, pero su mirada triste sin ilusión alguna.

    El pelirrojo, se quedó algo sorprendido, por la reacción del rubio, abrió los ojos de gran medida y su boca igual, los bracitos por ambos laterales del cuerpo.

    Un silencio incomodo reino por el templo, el pequeño había logrado su cometido, pero ahora ya no sabía que más decir, ahora tenía que hacer algo que realmente esperaba no fuera necesario, pero lo que sea por Mu, pero antes tendría que hablar con Shaka.

    De igual forma el guardián estaba cruzado de brazos, pensativo, algo molesto, pero en su mente estaba un caos que no quería acomodar en ese momento.

    -¿Desde cuándo?- El pequeño pregunto dudoso y molesto.

    -¿Para qué quieres saber eso ahora?- Su tono estaba realmente de fastidio.

    -Solo quiero saber eso- La respuesta fue muy autónoma.

    Suspira molesto, caminando ignorando al niño –Sera mejor que te vayas aprendiz de Aries-

    -Quisiera irme, pero vine por algo importante- Frunció su ceño.

    -¿Por qué cosa has venido?- Su voz estaba ya algo cansada de tratar con el niño.

    -Ahora quiero preguntar algo más…- Miro al hombre estando de espaldas.

    -¿Qué quieres?- Se giró hacia él.

    -Quiero saber ¿Si está dispuesto hacer feliz a mi maestro?- Dijo esto serio, mirándolo a los ojos, con enfado, apretando sus pequeños puños.

    Sus ojos ya anteriormente abiertos, se contrajeron más, observando al niño, confundido -¿Qué estás diciendo? ¿Por qué preguntas eso?-

    Suspira, mirando hacia el suelo –¡¡¡POR QUE LA ÚNICA PERSONA QUE PUEDE A COMPLETAR LA FELICIDAD DE MI MAESTRO!!! Es… Usted- Su voz se estaba apagando un poco.

    Aunque entendía los sentimientos de ambos caballeros, no estaba seguro si fuera sincero del todo Shaka, y sobre todo no lo perdonaba por cómo había tratado a Mu en varias ocasiones atrás. Pero si era la persona que este amaba, lo ayudaría, aunque eso le molestaba.

    Confundido, frunciendo el ceño -¿Qué dices?-

    Molesto, haciendo pucheros -¿Acaso hablo en otro idioma?-

    Se había cansado de tratar con ese hombre, que no comprendía lo que trataba de decirle, pero a la vez debía mantener ese secreto.

    Baja la mirada, tratando de componer su calma, de alguna forma posible –Lo siento… Es solo que usted no me agrada mucho-

    -Es por cómo me he comportado con Mu- Acepto sin más.

    -Si- Sonrió algo forzadamente –Pero… Le quiero decir que aun fuera de ese hecho…- Cruzo sus brazos por detrás de su nuca –Le puedo ayudar para ser el novio de mi maestro- Le sonríe de forma triunfante -¿Qué me dice?-.

    Niega con la cabeza, estaba sorprendido por la propuesto de este niño -¿Con esto te referías a buscarle una pareja a Mu? ¿Por qué lo haces? ¿Qué necesidad tienes de eso?-

    Gira sus ojos fastidiado -¿Quiere mi ayuda? O- Lo mira de manera arrogante -¿Prefiere ver a mi maestro con alguien más?-

    Esas palabras habían provocado que Shaka, se quedara completamente pensativo.

    Este niño había aparecido de repente en su templo, sin previo aviso ni invitación, cosa que le desagrado, pero trato de guardar la calma, solo por tratarse del aprendiz de Aries.

    Después de interrogarlo de forma muy molesta, como era típico de los niños, seres que no eran muy afín a ellos, ni a cualquier ser humano con algunas excepciones…

    Logra descifrar a quien amaba, fue acaso una manipulación o estaba cansado de callar.

    Y ahora, este pequeño Lemuriano, le estaba ofreciendo su “Ayuda”, para conquistar al primer guardián.

    Pero viéndolo bien, parecía más una trampa, para que hiciera el ridículo o se burlaran de él.

    Sabe perfectamente que Mu, no le enseñaría tales cosas a este niño, pero no estaba seguro.

    -Señor Shaka- Lo mira con una sonrisa -¿Qué me dice?- Le extiende la manita derecha -¿Tenemos un trato?-

    Este joven rubio, seguía titubeando en aceptar la propuesta del niño, no creía que tuvieras buenas intenciones o que lo ayudara de verdad.

    Pero había algo importante, él era la persona más cercana a Mu, que pudiera existir en este mundo, sin contar al patriarca, pero… No se imaginaba ir con Shion para este tipo pláticas.

    Tenía su ventaja que este chiquillo hubiera venido hacia él, para darle su ayuda en conquistar a ese pelilila que le robaba el sueño.

    Le extiende la mano, sujetando la del niño –Muy bien- Estaba con su semblante serio de siempre. –Si te desagrado tanto ¿Por qué me ayudaras?-.

    Baja la mirada, moviendo uno de sus piecitos para disimular –Por qué…- Suspira decaído –Si todo sale bien, podrán ser ambos felices- Sonríe tenuemente.

    Mira al niño, estaba realmente incomodó hablar sobre lo que sentía por Mu, sobre todo con él, pero ya que era el único aparte de Aioria que lo sabía, tendría que aprovechar.

    -¿Cómo podría estar con Mu?- Pregunto, sonrojándose un poco y desviando la mirada.

    -Eso, se lo diré mañana- Se gira y observa como el sol comienza a ocultarse –Ya es tarde y el señor Aldebarán estará muy preocupado si no vuelvo antes que el- Comienza a correr hacia la salida del templo.

    Shaka, se quedó con una expresión de extrañes, ¿Qué le ocurría a este niño?, Primero viene, cuestiona, molesta, propone coas y luego se va. No es un comportamiento muy natural.

    Se detiene en la entrada del templo de Virgo –Solo quiero decirle- Se da la media vuelta –Que no vuelva hacer llorar a mi maestro, porque si no… Yo… No importa como lo haga o cuando, pero lo hare sufrir mucho peor de lo que se atreva hacerle a el-.

    El niño se aleja de la vista del Virgo, dejándolo ya con una amenaza plantada, tenía que admitirlo, es de las pocas personas que tenían las agallas de enfrentarlo sin importar las consecuencias.

    -Veo que tienes un pequeño guardián Mu- Una leve sonrisa se le dibujo en el rostro.

    Era cansado mostrarse frio y serio todo el tiempo, pero más lo era negar lo que sentía.

    Se había decidido, lo que sentía por Aries no lo volvería a dejar de lado, sus sentimientos debían saberse, si el pequeño lo ayudaba sería bueno y teniendo el apoyo de un gran amigo Aioria, que le dijo que le podría servir.

    Debía primero liberarse de esos estúpidos temores, que el mismo había tomado, cuando desde chico se los inculcaron antes de llegar al santuario, nada de sentimientos mundanos, nada de egoísmo, codicia, deseo.

    Pero todo eso, ya lo había sentido, ¿Hubiera querido que eso jamás pasara? No, la verdad es que no. Porque el único que le provocaba eso, era aquel dulce pelilila y los recuerdos de su infancia era lo que le traía la alegría ahora en su corazón tan frio.

    Haría lo que fuera para que en esta vida fuera feliz junto a Mu, aunque eso significaba pecar contra lo que él creía, le importaba poco si eso le ocasionaba alguna consecuencia, estando junto a esos ojos esmeraldas nada lo dañaría y no permitiría que algo lastimara al Lemuriano, ni siquiera él lo volvería hacer.
     
  4. Threadmarks: Capitulo 24 (Sorpresa)
     
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    1334
    ---Al día siguiente---

    Los caballeros dorados, se encontraba en el coliseo listo para su entrenamiento matutino de todos los días (Algo que los pobres ni un día podían escapar).

    Algunos estaban estirándose, otros platicando con sus amigos, otros no muy amigos, y las risas no faltaban.

    El patriarca estando junto a Dohko, tratando de aguantar su relación en esos momentos, para no verse tan obvio, aunque ya todos lo sabían, pero guardar la postura siempre la ideología de Shion.

    Kiki, estando allí junto a su maestro, Tauro y Aioria, que estaban estos últimos felices porque el pequeño pudiera estar con ellos, pero Mu estaba realmente con un ataque de ansiedad, muy disimulado. En su mente prefería entrenarlo a solas, para evitar cualquier daño extra.

    Aun se cuestionaba como había sido capaz de acceder a eso.

    Recordó como Aldebarán y Kiki, lo rodearon el día anterior y le insistieron dándole sus puntos de vista y que era necesario que el niño avanzara más en lo físico, pues en las habilidades psíquicas y de reparación estaban solo bien, pero debía extender más sus fronteras.

    Suspiraba resignado, tenían razón, pero su lado maternal le hacía sentir que podría lastimarse mucho, pero a la vez debía confiar.

    -Muy bien, vamos a comenzar- Decía el patriarca, siendo escuchado por todos los allí, haciéndole caso cada uno.

    -¿Por qué tenemos que hacer esto cada mañana? Es en verdad un fastidio- Dijo por lo bajo a su compañero.

    -A mí me gusta, así paso todo el resto del día con mis rosas- Una sonrisa se dibujó en el último guardián, al pensar en lo que haría esa tarde.

    Sintió como sus mejillas se calentaron un poco, al ver esa sonrisa tan espectacular –Como digas Dita-.

    -Hagan parejas, hoy practicaremos pelea individual- Suspira –Solo espero que esto no se convierta en una pelea de 1000 días como la última vez- Se gira para ver a Saga y Aioros.

    El pelicastaño sonrió apenado y el otro se mostró renuente a dejar su postura de molestia por recordar aquello.

    Los demás dorados rieron, algunos por lo bajo y otros a carcajadas descaradas.

    Después de aquello, hicieron lo pedido, cada quien se acercó a su pareja de entrenamiento.

    Saga junto con Aioros.

    Mascara de Muerte con Afrodita.

    Aioria junto con Shura.

    Dohko con Shion (Si, aunque fuera el patriarca debía estar entrenando con ellos).

    Milo debía con Camus siempre.

    Antes como era un número impar, siempre integraban a Kanon a su dupla. Ahora existía un número par.

    -Yo entrenare con Kiki, así tú lo harás con Kanon- Sonrió mirando al niño.

    -¿Hee? ¿Por qué mejor tu entrenas con Kanon y yo lo hago con Kiki?-

    -Porque todos sabemos que no lo harás entrenar enserio- Dijo cruzado de brazos el menor de los géminis.

    -No se preocupe maestro- El menor sonrió, para tranquilizar a su maestro.

    Al final acepto de muy mala gana.

    Ahora quedaban así.

    Aldebarán con Kiki

    Mu lo hacía junto con Kanon.

    Estando listos, empezarían cuando se les indicara, pero algo en este día tendrá un gran cambio.

    -¿Llego muy tarde?- El rubio con su serenidad y tranquilidad que trataba de mostrar.

    Todos quedaron sorprendidos, al verlo, pues este nunca baja a entrenar, al menos que Shion se lo hubiera ordenado, pero al ver que el mismísimo patriarca tenía la misma expresión de los demás, entendían que no había sido orden de él.

    ¿Acaso Shaka había bajado a entrenar por su propia cuenta?

    -Jajajajaja, hoy sin duda lloverá- Levanto su vista hacia el cielo, buscando nubes cargadas.

    -Bienvenido al entrenamiento matinal- Un castaño bajito, sonrió animado al ver al único dorado que hacía falta.

    -Gracias- Asiente con la cabeza y camina hacia el coliseo, para estar con los demás.

    Algunos lo saludaron animados, como era Aioria, Milo, unos solo sintieron a su presencia y otros no tomaron más importancia.

    -Buenos días Shaka, ¿Qué te hizo bajar con los mortales?- Dijo el fornido de Tauro, dándole una sonrisa.

    -Solo quería un pequeño cambio- Sin más se acomodó.

    Para la fortuna o nervios de Mu, el rubio estaba muy extraño, primero bajar tan solo a querer entrenar y ahora se encontraba a un lado suyo para comenzar la rutina matinal.

    Lo hacía sentirse feliz, pero algo tímido, usualmente era de lejos cuando lo miraba, siempre se quedaba fuera de su rango, junto a Aioria o Shura o cualquier otro santo que no fuera él.

    Estos pensamientos lo estaban hipnotizando, que no se dio cuenta que alguien le estaba hablando.

    -Buenos días Aries- La voz sonaba diferente, no era tan automática de siempre.

    -¿Hee?- Salió de sus pensamientos, girándose hacia la derecha para verlo -¿Quién? ¿A mí?- Pregunto por instinto y luego se sonrojo por lo que acaba de hacer.

    Una sonrisa apenas perceptible –Si es a ti-

    -Ho… Bu-Buenos días- Sonrió, cerrando los ojos, levantando la mano derecha en la dirección de Shaka y sus mejillas estaban teñidas de rojo.

    Como amaba ver esa sonrisa tan dulce y tierna, que le ayudaba a pasar cualquier cosa, lo hacía lucir como un ángel, podría quedarse toda la vida solo contemplándolo.

    Carraspeo un poco antes de hablar –En este caso y viendo que Shaka se ha unido a nosotros, tendrá que haber un equipo de tres, para el entrenamiento-.

    Trago un poco de saliva, nervioso, voltio a ver al rubio con pena, quería invitarlo a hacer equipo con Kanon y el, pero no estaba seguro si le gustaría, recordó por un instante la última vez que hablaron, y se desanimó un poco… Hasta que.

    -¿Puedo unirme a ti?- Dijo sin filtro y sin tacto alguno.

    Mu, lo miro extrañado, ¿Enserio Shaka le estaba pudiendo hacer equipo con él? Pero esta vez estaba más consiente y asintiendo –Claro que si-

    -Gracias- Asintió con la cabeza, acercándose al pelilila.

    -En ese caso…- El peli azul menor se hizo presente ante la conversación -¿No te molestaría Mu que te deje solo con Shaka entrenando? Es que entreno mejor con Aldebarán-.

    Sonríe de manera amigable –Si está bien, no me molesta-.

    Pero antes de alejarse para ir junto al taurino y el pequeño, se acercó un poco a la oreja de Mu, para susurrarle algo que dejo al ariano muy rojo, mirando por donde se fue Kanon.

    Dejando a alguien muy desconcertado, pero a otro un tanto molesto, por haberse acercado de esa manera al pelilila en su presencia.

    Pero se calmaría, pues no podía hacer nada, el Lemuriano no era nada de él aun, no podría reclamarle al peli azul menor, o quitarle sus sentidos.

    Se daba cuenta de lo celoso y protector que puede ser con Mu, pero debía calmarse.

    -¿Comenzamos?- Se acercó para tomar el hombro del ariano.

    Aun estando rojo, por aquellas palabras y sin verlo, por la pena –Si-.

    Notaba que lo que fuera que le hubiera dicho aquel hombre, le había trastocado mucho a Mu, en su interior quería saber, pero no sería inteligente preguntárselo, debía estar tranquilo y seguir con lo que el mismo se había planteado desde ayer.

    El entrenamiento de esa mañana, por alguna razón tenía una carga nostálgica, hace tanto tiempo que no había un entrenamiento como ese, todos juntos estaban allí, practicando, sonriendo, divirtiéndose, siendo ellos mismos.

    Y ahora había dos que no estaban presentes en aquella tierna época de los dorados.

    Estos entrenamientos, para algunos eran buenos, otros aprovechaban para roces “Accidentales” con quienes gustaban o con sus parejas.

    Para Shaka, era la oportunidad de poder volver a conectar con Mu de alguna forma que ahora el mismo se lo idearía.

    Hubo entre ellos roces de manos, al bloquear sus ataques, pero en cada uno al hacerlo el pelilila no reaccionaba como quería el rubio, él estaba entrenando y se lo tomaba enserio.

    Al finalizar, ya hacia hambre, dieron una reverencia ante el patriarca y su compañero y se dirigió cada quien a sus templos o a donde quisieran eran libres por ese día.
     
  5. Threadmarks: Capitulo 25 (Peluche)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Entusiasta

    Aries
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    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
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    Romance/Amor
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    -Fue realmente divertido entrenar con usted señor Aldebarán- Sonriendo dando algunos saltitos.

    -No fue tanto para mí- Se sobaba un golpe que tenía en la mejilla, aun estando roja.

    -Lo siento señor Kanon- Algo apenado, sonriendo.

    -No pasa nada, pequeño- Le alborotaba sus cabellos.

    -¿Cómo te fue Kiki?- Se giró a verlo, sonriéndole.

    El niño salto directo sus brazos, para ser recibido por el, sin importarle al mayor lo sucio que se encontraba el pequeño.

    -Yo me voy, tengo que ir a molestar a Saga- Sonrió malicioso, sin duda había planeado hacer algo muy malo.

    Los demás solo asintieron, sin darle más importancia, pero antes le guiño un ojo al Lemuriano de Aries que solo giro los ojos, algo molesto.

    Acción que no se dejó escapar por Virgo, que ahora si estaba más convencido de que ese Géminis menor estaba intentando algo con Mu y eso solo sobre su cadáver.

    Sin duda los celos de Shaka, estaban dejándose llevar al aceptar sus sentimientos.

    -Tendrás que darte un baño llegando- Bajando al chiquillo, que sonrió.

    Riendo el taurino –Lo hubieras visto, le dio un fuerte golpe a Kanon, que lo hizo caer, Jajajajajaja-

    Ríe de forma delicada –Jajaja, me siento orgulloso de ti-

    -¿Nos vamos a almorzar?- Sonríe el más robusto.

    El pequeño sonrió ansioso y asintió con toda la energía.

    Aquel Virgo, se comenzó a sentir ajeno a esa escena que veía, donde sin duda parecía la de una familia Mu, Aldebarán y Kiki, lo conformaba, por primera vez se estaba comenzando a sentir derrotado, sin siquiera haber luchado, pero…

    -¿Nos acompañas Shaka?- Esos hermosos ojos verdes observaron con atención la repuesta del rubio –Bueno… Si es que quieres- Desvió un poco la mirada, con un leve sonrojo.

    -Sí, me encantaría almorzar con… Ustedes- Le sonrió de una forma seductora o lo mejor que podría hacerlo.

    Esto hizo, que las mejillas de Mu se pusieran rojas, gesto que se hizo notar por aquel rubio, quedando prendado de esa dulce imagen que disfrutaba, pero el pelilila no estaba dispuesto a ser visto por mucho tiempo por él y se giró, con los otros dos, para que los cuatro fueran a comer.

    Pero alguien tenía un pequeño plan, que aunque fuera elaborado de improviso, lo haría para apoyar a cierto rubio.

    -Señor Aldebarán- Se gira al grandote -¿Recuerda que me pidió que lo acompañara hoy a Rodorio?-.

    -¿Qué?- El segundo guardián lo miro, sin entender lo que estaba pasando en su mente se cuestionó en qué momento se lo había pedido.

    El pequeño se acercó al hombre lo más que pudo, mirando a los ojos levantando mucho la cara –Recuerde que me lo pidió ayer en la tarde- Le guiño un ojo, lo mejor que pudo para que nadie se diera cuenta.

    Aldebarán, estaba realmente confundido, no entendía a lo que se refería el menor, pero por aquel guiño de ojo estaba dispuesto a seguirle el juego.

    -¿Cómo que tienen algo que hacer?- Aries miraba confundido a ambos -¿Por qué no me lo dijeron?-

    -Es que el señor Aldebarán quiere lo acompañe para ver a la señorita que le gusta de…- No alcanzo a terminar lo que decía, porque fue tapada su boca por una mano.

    Sonriendo nervioso, cargando al menor –Ho, si es verdad… Ya me acuerdo… Jajajajaja… Debemos irnos entonces. Adiós Mu y Shaka-.

    Se alejaron sin más, tanto el primer y sexto guardián se quedaron confundido, por esa reacción.

    -¿Qué estarán planeando ambos?- Aquel pelilila, los conoce bien y ese comportamiento era extremadamente extraño.

    -¿Aldebarán gusta de una chica?- El rubio pregunto, con cierta duda, girándose a Mu.

    -Bueno… Creo que si- Sonrió apenado –No me siento cómodo hablando de esto, sabes es algo personal de Alde-.

    Asiente con la cabeza –Si, tienes razón… Lo lamento-.

    Se quedó en silencio el ambiente unos instantes, ya no había nadie en la redonda, así que estaba tranquilo.

    -Creo que seremos solo tú y yo- Su tono se mostraba algo animado.

    Se sorprendió al escuchar aquello –Si, tienes razón- Baja la mirada un poco nervioso -¿Vamos a mi templo?

    -Por supuesto-

    Ambos subieron hasta el primer templo, mientras uno iba analizando cada posible opción, visualizando las expresiones de Aries, que le encantaba.

    El otro iba sumergido en el nerviosismo total, que de repente Shaka estuviera dispuesto a bajar de su templo, entrenar, hablar con él y ahora ir a su templo. Debía ser un sueño es lo que se repetía, pero si así fuera no deseaba ser despertado.

    Al llegar le invito a sentarse, el prepararía el almuerzo, Virgo se ofreció a ayudarlo, pero Mu insistió en que se quedara allí, él quería cocinarle. Ya que hacía muchos años que eso no ocurría, pero no se lo diría.

    Paso un rato en que el olor a esa deliciosa comida estaba casi lista, aquello le trajo al invitado recuerdos de una infancia feliz que ahora estaba añorando tanto y no solo por la incidencia de esta, sino por la compañía que disfrutaba.

    Este había aprovechado el estar solo, para inspeccionar el templo de Aries, quería buscar cualquier cosa que le pudiera dar más pistas de como cortejar su corazón, encontró que era muy ordenado, todo el ambiente olía realmente bien, una combinación de lavanda con moras, olores delicioso, también objetos con temática Budista, ambos profesaban la misma religión, pero se podría decir que Mu no era tan estricto a las reglas antepuestas, decoración de Jamir y uno que otro peluche de borreguitos.

    Aquello fue lo que le dio ternura, por un momento pensar que eran los juguetes de Kiki, pero recordó que al ser niños Aries tenía un borreguito de peluche blanco, que utilizaba para dormir.

    Unas dulces imágenes vinieron a su mente.

    ---Flash Back---

    Una noche a los cinco años, habían pasado toda la tarde juntos y al llegar el ocaso se dejó venir una fuerte lluvia con truenos intensos, que amenazaba con inundar los lugares bajos, en el santuario no había problemas. Estaban en el primer templo ambos, el pequeño rubio no se podía ir a su hogar, por el clima.

    Truenos y relámpagos iluminaban de forma impresionante el lugar, no asustaba tanto a Shaka, le parecía fascinante aquello, pero se dio cuenta que al pelilila le ponían nervioso aquello, notándolo que templaba un poco, pero quería hacerse el fuerte.

    El rubio quería darle ánimos y decirle que todo estará bien, por alguna razón en su corazón le decía que debía cuidarlo por esta noche.

    Así que le saco platica, para que olvidara ese ruido tan intenso que estaba afuera de Aries y que no los podría alcanzar.

    Aquello ayudo mucho a Mu para estar reconfortado. El tiempo pasó y se hacía más tarde y la lluvia aún seguía tan intensa como al principio.

    Al no tener otra cama, el pelilila le invito a dormir con él. Hacia algo de frio y dormir alguno en el piso o el sofá, no sería bueno para la salud de ninguno.

    Al ser niños no aplicaba ningún impedimento el que pudieran acurrucarse ambos en el mismo lecho. Incluso Mu le había prestado una pijama, una blanca con algunos canarios dibujados amarillos, provocando que el futuro sexto guardián se sonrojara por usar algo así, pero no duro mucho su vergüenza propia, pues al ver al contrario usar otra con borreguitos impresos de color lila, como sus cabellos hizo que sus mejillas ardieran pero ahora de admiración.

    Ambos niños entraron a la cama, quedando el pequeño Lemuriano en la parte derecha de la cama y el Hindú de lado izquierdo, cobijándose con una manta muy tibia, sin duda típica de Jamir un lugar tan frio que ayudaba en estos instantes tener algo así.

    Trataron dormir, pero el rubio comenzó a sentir mucho movimiento del otro lado de la cama, se giró y pudo ver solo la cabellera lila de su amigo, este estaba oculto debajo de la tela que los cubría, levanto un poco y pudo verlo, con los ojos muy cerrados, abrazando a un borreguito blanco tan puro como la nieva, estaba temblando.

    ¿Sería de frio? O ¿De miedo? Esa preguntas surcaron el pensar del rubio, pero no le importo la respuesta.

    Su corazón latió muy rápido y estando nervioso y sin saber por qué lo hacía, solo que debía hacer, rodio al pequeño cuerpo con sus frágiles brazos y lo pego a su pecho. Provocando que Mu se estremeciera todo y preguntara la razón de aquello al invitado, pero este solo se limitó a decirle que durmiera que él lo cuidaría, y que no temiera a los truenos eso jamás le haría daño.

    Con aquellas acciones ambos pudieron descansar.

    Fue ese el momento en que Shaka se enamoró, de su compañero y mejor amigo de la infancia, en una noche tormentosa el amor floreció.

    ---Fin Flash Back---

    Todo eso pudo recordar por ver aquellos peluches, que le recordó el mejor momento de su vida.

    -Ya está listo el almuerzo- Un sonriente ariano se mostró, al ver al rubio que caminaba en su dirección.

    -Huele muy bien, ¿Qué preparaste?- Tomando los platos que este llevaba en sus manos y colocándolos.

    Aprovecho esta acción para rosar esas manos y dedos tan delicados que deseaba sostener toda la vida.

    Las mejillas calientes y rojas lo estaba traicionando de nuevo –Pues Thenthuk- Llevando la olla con dicha comida, hacia la mesa. –Como sé que no comes carne y yo tampoco soy muy partidario de la misma, decidí prepararlo- Sonríe.

    Comenzó a servir dicho platillo, aunque se viera sencillo pues era una sopa con fideo y varios vegetales, estaba elaborada con todo su entusiasmo, pues estaba preparándolo para alguien que amaba mucho.

    Ambos comenzaron a comer, estaba realmente exquisito, para Mu no le parecía la gran cosa, pero ver el rostro de emoción de Shaka, le conmociono un poco de forma positiva.

    -¿Qué te pareció?- Pregunto con una gran sonrisa.

    -Hace años que no comía la Thenthuk que preparas- Dijo esto con un leve sonrojo.

    Recordó la última vez que lo comió, fue poco antes de que todo cambiara.

    -Es que recordé que era el platillo que más te gustaba que hiciera de niños- Se sorprendió por lo que acaba de decir y se quedó callado de golpe, volviendo a comer su almuerzo.

    Estaba realmente nervioso y sus defensas bajaban al estar al lado de ese hombre rubio que le hacía estar todo aturdido, se expondría el mismo si seguía así. Quería ocultar su sonrojo solo eso.

    Para Virgo esto era hermoso, estar a solas con Mu, comer algo preparado para él y los recuerdos era el complemento perfecto para aquel momento. ¿Todo eso se había perdido por sus miedos? ¿Por sus prejuicios? por sus idioteces mejor dicho.

    -Oye… Mu…- El tono estaba realmente entre cortado, nervioso. Pero fijo su mirada abierta en el pelilila.

    Ver los ojos abiertos de Shaka, era algo que no había presenciado hace tanto que no fuera dentro de las peleas. Provocando un escalofrió y latidos fuertes de su corazón.

    -¿Si?-

    -Quiero decirte… Que…-

    -¡¡¡VUELVE AQUÍ KANON!!! ¡¡¡ESTA ME LA VAS A PAGAR!!!-
     
  6. Threadmarks: Capitulo 26 (Idea)
     
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    Aries
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    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
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    -Atrápame si puedes hermanito-

    Ambos chicos se quedaron estáticos al escuchar aquellos gritos y más al verlos pasar como si nada, corriendo por el templo de Aries.

    El menor de los gemelos, riendo burlonamente delante, tratando de salvar su vida.

    -Lamento interrumpir- Dijo esto apenas, para salir corriendo a carcajadas.

    Se miraron curiosos que es lo que ocurría, ¿Qué había hecho ahora?

    Su duda fue respondida, cuando de pronto vieron corriendo a un Saga, muy molesto y completamente desnudo, quedándose parado enfrente de ellos dos.

    -Kanon salió del santuario ¿Verdad?- Fue lo que pregunto lleno en ira.

    Mu se había quedado completamente sorprendo por como su compañero se encontraba enfrente del, sin el más mínimo pudor, lo que provoco que este se pudiera muy rojo y se cubriera los ojos, se había avergonzado demasiado.

    Noto aquello en su amado y se enojó mucho más porque este idiota estaba como si nada en ese estado, no entendía el concepto de la decencia ¿Acaso?

    -¡¡¡SAGA!!! ¡¡¡CON UN DEMONIO CÚBRETE!!! ¡¡¡¿QUÉ ES ESO DE ESTAR EN TEMPLOS AJENOS DESNUDO?!!!- Decía muy enojado, colocándose frente de Mu, para que no viera aquel cuerpo.

    -¿Des…Nudo?- No alcanzaba a reaccionar, se fijó en sí mismo, al notar como se encontraba, rápidamente tomo uno de los cojines de decoración del lugar y se fue de retorno.

    -Ya se fue, puedes abrir tus ojos- Se lo decía con una voz muy pacifica, aun después de su molestia.

    -¿Qué fue lo que hizo esta vez Kanon?- Decía un muy rojo Lemuriano.

    Aquel color lo hacía lucir realmente hermoso, inocente y muy apetecible para sus deseos que tenía, lo quería por completo poseer, que fuera solo para él. Esos pensamientos de nuevo, ¿Cómo era posible amar a alguien tanto de una forma pura y luego pasar a amarlo con deseo y lujuria?, eso no podía balancear de una forma correcta.

    No era una persona que se dejara llevar por su instinto y más pues no había declarado su amor, así que la única opción sensata que tenía ante aquel bello ser, era irse rápidamente alejarse solo por esta vez, hasta que el momento correcto se diera de nuevo.

    -No se… Pero debo irme- Tomo rápidamente los platos vacíos y los llevo a la cocina de Aries, y con la misma se despidió de este, sin dejarlo si quiera contestar de forma adecuada, se fue y aquel chico solo se quedó confundido de lo que ocurría.

    -¿Qué fue lo que paso ahora?- Decía sin entender el comportamiento de Shaka, pero siempre había sido así de ocurrente en ocasiones.

    Suspiro resignado, estaba feliz aun con todo el incidente que había ocurrido, pues paso una mañana muy hermosa a lado de ese rubio que anhelaba.

    Con ese recuerdo se quedaría por el resto del día, debía ponerse a su labor de reparar armaduras.

    ---En Rodorio---

    -¿Así que por eso querías que los dejáramos solos?- Decía Tauro mientras comía un pedazo de carne.

    Sonríe, asintiendo con la cabeza –Sip, debían estar solos-

    Sonrió emocionado, acariciando los cabellos del menor –El que Mu tenga novio ¿No te molesta?-

    Se quedó pensativo por unos instantes –La verdad, lo he estado pensando, si es lo que el realmente quiere, está bien por mi… Él dijo que nunca me cambiaría por nadie-

    -Jajajaja Eso es verdad, eres lo que más ama Mu sin dudarlo- Mirando para todos lados –Pero… ¿Crees que Shaka sea el correcto?-

    Deja caer su cabeza en la mesa –Me molesta admitirlo, pero creo que es el único que lo podría lograr- Levanta su mirada hacia el hombre robusto –Mi maestro lo ama, y sé que ese hombre… También lo quiere-.

    -Muy bien pequeño, puedes contar conmigo para lo que fuera que desees hacer- Dijo esto terminando su almuerzo.

    -¿Qué les pareció el almuerzo?-

    Una chica joven, de cabellos castaños, se acercó a ambos era la mesera del lugar, de una complexión delgada, tez blanca y una sonrisa muy alegre.

    -Fue realmente delicioso linda- Dijo Tauro sonrojándose por la cercanía de la joven.

    -Esto delicioso señorita- Dijo Kiki, sonriéndole a la chica.

    -Me alegra tanto que les gustara- Esta sonrió de oreja a oreja, recogiendo los platos.

    -Oye…- La voz del hombre se notaba muy avergonzada -¿Estas libre la próxima semana?-

    La chica se sonrojo, mirando algo al suelo -¿Por qué lo preguntas?-.

    -Habrá una feria muy pronto y quería saber si…- Se giró a verla -¿Te gustaría ir conmigo?-

    La jovencita, se emocionó tanto que casi suelta los platos, para abrazarlo, pero se contuvo para asentir lo más dulce posible, ante la propuesta de este –Si acepto ir contigo-.

    La escena parecía una sacada de un momento primaveral, con flores de múltiples colores, todo de color de rosa, una lindura de pareja.

    Kiki, con ese momento tuvo una gran idea, la pereció algo realmente tierno y que eso podría serviré mucho a Shaka para con su maestro.

    Sonrió de oreja a oreja, al imaginarse que eso podría ocurrir.

    No podía esperar para ir con ese rubio arrogante y decirle del nuevo plan.

    ---En el santuario---

    -¿Qué estás haciendo?- La voz del Onceavo guardián tenía un tono de desesperación.

    -Estoy mirando el cielo, sé que la lluvia estará aquí pronto- El caballero de escorpio, tenía una sonrisa muy confiada levantando su cabeza, con los brazos cruzados.

    -Milo- La voz fría de este se hizo más presente –No hay posibilidades de precipitaciones en las próximas dos semanas.

    -Ya verás que si sucederá mi lindo Camus- Le da un suave beso en los labios y vuelve a su labor de observar el cielo –Solo ten fe-.

    El aguamarina de cabellos, se sonrojo por el beso y luego parecía que le diera un tic nervioso, por las tonterías que pensaba su novio, a veces se preguntaba que le vio, pero tenía la respuesta a los pocos segundos.

    Suspira resignado –Como quieras, solo no te pases tanto tiempo bajo el sol, te hará más daño en el cerebro-.

    Se devuelve para dentro del templo de escorpio.

    -Como digas Camusito- sus brazos cruzados, vistiendo su armadura como era la costumbre de todos ellos, al estar en el santuario.
     
  7. Threadmarks: Capitulo 27 (Platica)
     
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    ---Tarde en el santuario---

    -¿Señor Shaka?- Pregunto el pequeño al entrar al sexto templo.

    -Sí, ¿Qué pasa?- El mayor le contestó de forma tranquila.

    -¿Cómo le fue con mi maestro?- Sus ojitos tenían un pequeño destello de curiosidad.

    El rubio, se sorprendió por la pregunta, pero estaba esperándola del chiquillo, ya que ambos estaban implicados en el plan.

    -Bien- Un sonrojo se divisó en sus mejillas.

    -¿Solo bien?- Cuestiono algo confundido -¿Le dijo lo que sentía?- Poniendo sus manitas en sus caderas.

    Negó con la cabeza –No… Se dio la oportunidad- Un gesto de enfado se le dibujo en su rostro, recordando cual había sido el conflicto.

    Suspira cabizbajo, negando con la cabeza –Bueno, si su plan fallo y eso que le ayude- Lo mira a los ojos desafiante –Tengo una nueva idea-

    Lo mira curioso, le parecía algo tierno que el pequeño le estuviera ayudando, cuando en ningún momento antes se habían hablado o llevado bien, se daba cuenta que no era tan malcriado como lo creía.

    Le sonríe levemente -¿Qué es lo que tienes en mente?-

    Este gesto, asusto un poco al pequeño aprendiz, ver una sonrisa en este rubio malhumorado, no era normal, pero se tranquilizó –Es que… Escuche que habrá una feria dentro de una semana en Rodorio, podría invitar a mi mamá, para que pueda allí decirle lo que siente-

    Miro al pequeño, con mucho desconcierto por cómo había llamado a Mu -¿Tu mamá?-

    Se cubrió al boca con las manos, sus ojos bien abiertos, apenado –Digo… Yo… Es mi padre- Niega con la cabeza -¡¡¡NO!!! Mi maestro…- Se puso todo rojo, se suponía que era un secreto no pronunciado, pues sentía que debía guardarle aun respeto a su maestro enfrente de los demás, salvo por este y sus abuelos.

    -Es extraño sabes- Dijo esas palabras dejando al niño más confundido de lo que estaba.

    -Yo no entiendo esos tipos de relaciones- Cruzado de brazos –No entendía por qué Mu, te tenía desde que eras un bebe, que te criara y cuidara, me parecía muy extraño-

    -¿Por qué?- El menor se acercó a él.

    -Nunca tuve cercanías paternales en sí, salvo cuando el patriarca cuido de nosotros, pero…- Suspira –Siempre fui el que se alejaba, salvo por Mu, que era el que me invitaba a salir o cualquier cosa- Se gira a verlo –Tienes suerte de tenerlo a él, como algo más que tu maestro-

    -Sí, creo que tiene razón- Se sienta en el suelo –Aunque a veces creo que no lo merezco del todo- Baja su cabeza –Le he causado muchos problemas- Un semblante triste se refleja en su cara –A veces pienso que si no estuviera yo, él tendría una vida un poco más “normal”, para que hiciera lo que quisiera-

    -De eso no tienes la culpa- Se siente junto al niño –No tenemos una vida completamente normal por ser caballeros de Atena, pero eso es algo que escogimos- Una sonrisa apenas perceptible se dibujó. –Creo que de todos, Mu ha tenido la vida más normal posible, pues tiene un hijo, eso… Se puede clasificar como cotidiano-

    -¿Usted lo cree?- El niño dudaba un poco, por esas palabras.

    -Sí, así es, él te quiere mucho- Su vista se fija al frente -¿Él te dio permiso de hablarle así?-

    Asiente con la cabeza –Cuando se lo dije, él se emocionó tanto que unas lágrimas derramo- Sonríe –Yo igual estaba feliz, de que me quisiera tanto-

    -Pero ¿Por qué lo consideras como una madre? Él es hombre, seria tu padre- Virgo estaba indagando en este momento.

    -Es que… El… Es más cariñoso, amoroso y cuidadoso como una mamá, además que… Su aspecto es más…- Estaba realmente apenado por tener esta conversación con alguien que hace unos días odiaba a muerte.

    Asiente –Entiendo a qué te refieres- Sonríe –Podría pasar fácilmente por una mamá-.

    Sonríe, al darse cuenta que no tendría que decir aquello –Cierto-

    Después de ello, un silencio reino en el templo, ambos ya no sabían que decir, acababan de tener una conversación algo emocional que no sabían si debían seguir o mejor callarse.

    Los dos se preguntaban el ¿Cómo era posible para ese pelilila, lograr hablar de ese tema con mayor fluidez?

    -Entonces… ¿Cómo podría invitar a Mu a la feria?- Fue el primero en romper el hielo.

    El menor sonrió, pues ahora este mostraba mayor interés en estar con su maestro y hacerlo feliz.

    Tal vez lo había juzgado mal, pues no lo conocía. Sin embargo a veces los momentos agradables son interrumpidos.

    -¡¡¡¿INVITAR A MU A DÓNDE?!!!- Esa voz se notaba realmente furica
     
  8. Threadmarks: Capitulo 28 (Sobreprotección)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Entusiasta

    Aries
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    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
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    Ambos voltearon a la entrada que venía de Libra, solo para toparse con dos pares de ojos uno rosas y otros verdes.

    -Pa… Patriarca…- Parecía que la sangre se le había bajado a los pies, pues quedo pálido ante esa presencia tan amenazante.

    El hombre de cabellos verdes y ascendencia igual del menor en el suelo, estaba con el ceño fruncido, los brazos cruzados y sus dos puntitos estaban muy juntos, esperaba una respuesta.

    -Vamos Shion, cálmate un poco- El castaño trataba de hacer que su pareja se tranquilizara, sin mucho existo.

    -Dime, Shaka… ¿Me vas a responder?- Sus ojos estaban incendiados en llamas.

    Era de los pocos que podían inspirar terror en los corazones de los caballeros dorados y este rubio, sin duda estaba pensando en que moriría sin antes haber declarado su amor.

    Temía por su vida, pero estaba dispuesto a enfrentar lo que fuera por estar con su borreguito.

    -Voy a invitar a Mu a la feria de Rodorio- Dijo esto poniéndose de pie y enfrentando al hombre Lemuriano mayor.

    -¿Con el permiso de quien, piensas invitar a mi hijo?- Se le acerco, mirándolo desafiante.

    Serio por fuera, pero por dentro temía un poco por su vida –No sabía que necesitaba permiso- Mirándolo desafiante –Pero la verdad no me importa-

    -¡¡¡¿QUÉ DIJISTE?!!!- El cosmos de este se incrementaba de forma tan agresiva, que se estaba manifestando a punto de destruir todo el templo.

    -¡¡¡SHION!!! ¡¡¡SHAKA!!!- Llamo el guardia de libra, que ya se notaba una próxima pelea de los mil días.

    -¡¡¡¿QUÉ QUIERES DOHKO?!!!- Apenas si miro al hombre, para volver a enfrentar al joven rubio –Debo enseñarle modales a este muchacho-.

    -¡¡¡PAREN YA!!!- Su voz sonó autoritaria, cosa rara en él, pero sabía ser líder cuando se requería –Están asustando a Kiki-

    El pequeño Lemuriano, realmente no estaba tan asustado, si no sorprendido en cierta forma por el cosmos tan desenfrenado de ambos hombres. Estaba cerca de su otro abuelo.

    Pero como esos dos no notaron el semblante del niño, se trataron de calmar por él.

    -Shaka, ¿Podrías explicarme eso que quieres invitar a Mu a esa feria? ¿Por qué?- El castaño fue ahora el que cuestiono al joven, pues también presentaba curiosidad de que intenciones tenía con su pequeño.

    Este, dudaba en responder, no pensaba que se enfrentaría a estos dos pilares mayores del santuario, antes de siquiera confesar sus sentimientos, sentía que ambos podrían matarlo de una vez, si así querían, pero el valor y amor eran su mejor arma ahora.

    -Solo quiero tener un tiempo a solas con el- Dijo esto serio, tratando de satisfacer sus incógnitas.

    -¿A solas?- Cruzado de brazos y aún muy enojado -¿Por qué a solas?-

    -Es para decirle que lo ama- Dijo el pequeño, tratando de calmar el ambiente.

    -¿Qué lo amas?- Dohko, quedo sorprendido, pero en vez de estar molesto por ello, parecía algo emocionado.

    En cambio…

    -¡¡¡¿QUÉ LO AMAS?!!!- Como buena madre Aries, no permitiría que nadie se le acercara a su cría. Estaba más alterado de lo que parecía. Sin duda mataría a la virgen en cuanto pudiera.

    En sus pensamientos, estaba muy nervioso, solo se cuestionó por qué el pelirrojo, tuvo que decir eso de golpe.

    -¡¡¡AHORA SI TE MATARE SHAKA!!!- La cólera que sentía se reflejaba en su mirada.

    Dohko, lo detiene antes de que se le fuera encima del rubio –Cálmate por favor, amor-

    -Abuelo, no lo mate por favor- El pequeño también jalo un poco la túnica patriarcal.

    -Patriarca- Dijo esto serio, mirándolo –Es verdad que amo mucho a Mu, desde que éramos unos niños- Serio –Si quiere matarme, puede hacerlo. Pero eso no podrá cambiar nunca, el inmenso amor que le tengo a su hijo-.

    Enfrentarse al patriarca en ese estado, era de valientes o de tontos. El amor te puede dar esa virtud y esa idiotez. Pero haría lo que fuera por ese pelilila, se decidió y no se echaría para atrás.

    -Eres muy valiente en enfrentarte a mí- El rostro de Shion, se fue relajando poco a poco, pero aún mantenía en enfado plasmado.

    Sonriendo emocionado -¿De verdad quieres a mi bebe tanto?- El chino, estaba contento por la actitud del rubio. Pues le hizo recordar un poco su juventud.

    -Sí, lo amo más que daría mi vida por él, si fuera necesario o por cualquier circunstancia para protegerlo- Su voz estaba imperturbable.

    -Dohko, Kiki…-

    Ambos se giraron al escucha su nombre -

    -¿Podrían soltarme?- Dijo esto serio.

    El menor le obedeció rápidamente, y se puso a lado de Shaka, como mostrándole su apoyo de alguna forma.

    Sin embargo, Dohko, aun lo abraza, para que no asesinaría al guardián de ese templo. -¿No lo mataras mi amor?- Pregunto dudoso.

    Serio mirando al joven –Por el momento creo que no-

    Dicho esto, el castaño soltó a su amado, pero se mantenía a su lado, para sujetarle rápidamente si era necesario, no quería ver derramamiento de sangre.

    -¿Desde cuando surgió ese enamoramiento?- Pregunto molesto.

    -No es enamoramiento, es amor- Su mirada seria se plantó en aquellos ojos rosas. –Surgió en nuestra infancia y aún sigue hoy en día-

    -Y ¿Por qué ahora quieres decirle lo que sientes y estar con él? ¿No hubo tiempo antes?- Cuestionar de forma rápida, era algo que debía hacer, para atraparlo en cualquier mentira.

    Bajo su mirada un poco, se avergonzaba de su comportamiento –Si hubo tiempo, pero no lo supe aprovechar… Pero ahora- Levanta su vista –No pienso perder, ni desperdiciar esta vida que Atena nos ha dado-.

    Niega con la cabeza –Aun así, no me convences- Se impuso ante el chico –No te creo digno para estar con el-.

    Una risa, se pudo escuchar a lado del pontífice, que saco a todos de ese ambiente tan abrumador.

    -Jajajajaja- Parecía que una lagrima se le salía de sus ojos.

    -¿De qué te ríes?- Su pregunta sonó tan amenazante.

    -Perdóname mi borreguito, pero jajajajaj acabas sonar igual que Hakurei, cuando le dije que quiera cortejarte- Pensativo –Aunque él me quiso literalmente encerrar en la armadura de Altar, jajajaja-

    El peliverde, se quedó avergonzado por las palabras del hombre que lo acompañaba y amaba, si recordó ese momento y le daba mucha pena.

    -Eres igual de sobreprotector que el- Le regala una sonrisa y le da un beso en la mejilla.

    Lamentablemente para el patriarca, recordar aquel suceso y esas acciones por su pareja, lo hicieron lucir un sonrojo en sus mejillas, que en lugar de verse amenazante, dejaba ver un rostro adorable.

    -Dohko, pero es mi pequeño- Le dijo esto, más como un reproche.

    -Nuestro- Sonríe satisfecho, logro calmar al borrego enojado –Él también tiene derecho a estar con alguien, como nosotros lo hicimos-

    -Pero ¿Por qué tenía que ser Shaka?- Lo mira otra vez con furia, sin duda no lo quería, tal vez no por su presencia, sino porque declaro su amor por Mu y eso le hizo hervir la sangre.

    -El corazón no escoge- Levantando sus hombros en señal de “Da igual” –Además puede que Mu, ni siquiera se interese por el-.

    Así era Dohko, decir las cosas sin filtro, directas aunque fueran hirientes, no lo hacía con esa intención, pero se divertía.

    Eso se notó en el rostro del rubio se entristeció, por esa posibilidad.

    Kiki, palmeo un poco la mano del rubio, regalándole una sonrisa y negando con la cabeza.

    De alguna forma no pronunciada, le estaba trasmitiendo seguridad, de que aquello no pasaría.

    -Sí, pero… Dohko, escucha- Sus intentos fueron inútiles.

    -Yo te doy mi aprobación, para que trates de conquistar a Mu- Puso sus manos en los hombros del Hindú –Si eres el indicado, lo harás muy feliz… Sin embargo- Su semblante sonriendo se volvió en uno más siniestro y amenazador –Pero… Si lo haces sufrir, yo seré el primero en matarte-.

    Virgo, solo asintió, ambos cosmos eran de verdad amenazadores, dos más dispuestos a proteger al borreguito lila de él.

    -No se preocupe, lo hare feliz, si es que el me ama- Los mira ambos –Y aunque no lo hiciera, procuraría que fuera feliz con quien sea-.

    -Así me gusta- Sonrió el castaño de nueva cuenta.

    -Más te vale que tus palabras sea ciertas Shaka- Suspira resignado –También te doy permiso, para que trates de conquistar su corazón- Su voz de nuevo imponente se hizo presente –Pero si le haces algo malo, no vivirás para ver un mañana, ¿Lo has entendido?-

    -Si patriarca- El chico tenía su semblante tranquilo, debía enfrentar lo que fuera por Aries.

    Después de aquello, ambos hombres salieron del sexto templo, dirigiéndose a su verdadero destino, dejando a virgo y al pelirrojo, con una leve tranquila.

    -Creo que mis abuelos, no les agrado tanto la idea- Sonríe apenado.

    -¿Tu lo crees?- Suspira calmado –Por lo menos ya optime el consentimiento de ambos-

    -Pero no servirá de nada, si no logra declararse- El niño decía esto algo molesto.

    -Cierto- Sonríe divertido –Sigamos con el plan-
     
  9. Threadmarks: Capitulo 29 (Malinterpretación)
     
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    Aries
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    ---Templo de Aries---

    Alguien iba subiendo, con sumo cuidado de no hacer ruido ni ser descubierto por nadie.

    Trato de paso dicho lugar, pero no hizo muy bien su trabajo de ocultar su cosmos.

    -¿Qué fue lo que le hiciste a Saga?- Decía un pelilila, muy tranquilo sentado en uno de sus asientos.

    -Ho, hola Mu- Esta nervioso, por la pregunta -¿De qué me hablas?-

    -De que tu hermano, te estaba persiguiendo en la mañana y apareció desnudo aquí- Cruza sus brazos –Me quieres explicar que le hiciste-.

    Sonrió nervioso, sin verlo a los ojos –Te puedo jurar que, creía que era agua natural lo que le arroje-

    Suspira reasignado –Ustedes dos nunca cambiaran- Volvió a su lectura –Puedes pasar, no creo que Saga siga molesto-.

    Sonríe confiado –Gracias, aunque sé que esta noche dormiré afuera con el perro y sin cenar- Hizo un leve puchero.

    Lo mira confundido –Pero si ustedes no tienen perro-

    -Es una expresión que aprendí, por allí- Comienza a caminar –Nos vemos luego-

    Pensó mucho, antes de atreverse a decir algo, pero necesitaba saber la razón, por la que ese gemelo dijo aquellas palabras.

    -Kanon- Estaba dudoso y algo nervioso.

    -¿Mhhh?- El peli azul cobalto, se detuvo y giro su cabeza al ariano.

    -¿Por qué dijiste eso en la mañana?- Su cara estaba roja, y no podía verlo a la cara.

    El griego se quedó pensando un poco, pues de hecho no recordaba bien, que le había dicho, pero de pronto su mente dio un clic. –Haaaaa ¿Hablas que te dije que aprovecharas estar a solas con Shaka?-

    Mu se sonrojo demasiado, volver a escuchar esas palabras de este hombre, le ponía nervioso, que supiera lo que sentía por el rubio, ya que lo había tratado de ocultar. -¿Cómo lo supiste?-

    Con los brazos cruzados por detrás de la cabeza –Bueno es que eres muy obvio-

    -¿Qué? ¿Enserio? ¿Cómo puede ser posible?- Estaba súper colorado, parecía un lindo tomate, que casi le salía humo de las orejas, pensando que sus compañeros se dieron cuenta de ello.

    Se acercó a él, poniéndole una mano en el hombro –Tranquilo, tranquilo… No es tan malo-

    -Todos se dieron cuenta, que vergüenza- Tenia la cabeza abajo.

    -Eso no es cierto, no creo que todos se dieran cuenta- Se puso a pensar –Tal vez solo yo me di cuenta hasta el momento, pues llevas poco que te gusta ¿No?-

    Suspiro con tranquilidad, el alma se le vino al cuerpo de nueva cuenta, si él pensaba que su amor por Shaka era apenas de un corto tiempo para acá.

    -Sí, llevo poco tiempo- Le suplica con las manos juntas –Por favor Kanon, no le digas a nadie-

    Este le sonrió –Si no te apures, no diré nada-

    -¡¡¡A NO!!! ¡¡¡CON UNO DE LOS GÉMINIS, MENOS!!!- Esa voz autoritaria se dio a conocer.

    Ambos se giraron, a ver a Shion y Dohko, parados en la puerta principal de Aries.

    -A tu templo Kanon- Ordeno sin más, trasmitiendo su autoridad indiscutible.

    -Pero… ¿Por qué? ¿Yo que hice?- Preguntaba confundido.

    -Sin peros- Rápidamente camino, hacia el antes mencionado, tomándolo del brazo y llevándolo hacia afuera.

    -Pero… ¿Qué?- Mu miraba muy confundido al patriarca y a Kanon.

    -No te preocupes- Sonrió Libra, para dirigirse a la salida –Hasta mañana-.

    -Hasta mañana- Solo levanto su mano algo dudoso, estaba realmente confundido.

    Este día había sido de todo menos normal, una sonrisa se dibujó en su rostro recordando la mañana tan hermosa que tuvo, ahora se estaba acabando, y debía hacer los últimos deberes antes de dormir.

    ---Días después---

    Las cosas habían ido mejorando para bien, pues ahora el rubio era el primero en bajar al coliseo para entrenar, a veces muy por la mañana, para toparse al otro que también despertaba temprano, para desayunar algo ligero, compartían ese momento juntos, aunque a veces un pequeño Lemuriano estaba con ellos.

    El patriarca sin duda se enojaba mucho cada mañana, al ver a su pequeño siempre cerca de ese rubio, lo odiaba solo por amar a su Mu, pero a Dohko le parecía muy lindo como trataba de ganarse su cariño.

    Cabe mencionar que Shion, trataba que los entrenamientos fueran los más despegados posibles y si se tenía que hacer parejas, los ponía en equipos diferentes. Pero las habilidades de Shaka, ayudaban para que sus compañeros cambiaran con él, para estar con aquel pelilila.

    Entonces gracias a esto, todos comenzaron a notar esa cercanía de ambos, el sonrojo que se notaba en sus rostros y los celos de Virgo, si alguien se aceraba mucho a Mu.

    Y los chismes nunca se dejaban escapar, pero ¿Serán chismes? Si lo que se dice es la pura verdad.

    -Anda, dinos ya- Peguntaba una voz burlona.

    -Yo no sé nada DM- Decía un hombre alto y corpulento.

    -¿Cómo no vas a saber nada?, Si eres su vecino y buenos amigos. Debió contarte algo- Decía un hombre de cabellos celestes muy hermosos.

    -Pues aun que me lo digiera y que no es el caso, yo no les diría nada- Dijo cruzando los brazos.

    -Ya déjenlo en paz- Un hombre de cabellos verdes cortos, se acercó a los tres –No es algo que nos incumba-

    -¿Cómo que no nos incumbe?- Dijo el ultimo guardián de aquella orden –Yo creo que todos debemos saber si son novios o no- Suspira –Así si los vemos con otras personas podemos informar al pobre engañado-

    -Siempre viendo el lado positivo Afrodita- Dijo el mayor de los gemelos.

    -Pues yo si se lo que pasa- Se burló el géminis menor.

    -¿Enserio lo sabes?- Pregunto Afrodita ilusionado.

    Asiente con la cabeza –Sip, sé que a Mu le gusta Shaka y por lo visto es reciproco-.

    -Eso ya lo sabemos- Hace un puchero –La pregunta es ¿Si son pareja o no?-

    -El único que debe saberlo es Aldebarán- Se acerca al hombre –Ya dinos hombre, tú debes saber-

    Tanto Afrodita, como Mascara de Muerte y Kanon, rodearon a el segundo guardián, para insistirle en que les digiera esa jugosa información, sabían cómo molestarlo hasta que saliera de sus casillas y les gritara lo que querían saber.

    -¿Enserio?- Suspiro molesto el capricornio -¿Qué les importa la vida personal de ellos?-

    -Es verdad, ya dejen todo por la paz, cuando quieran contárnoslo, lo harán-.

    -Podríamos ayudarlos- Dijo sonriente Kanon.

    -¿Enserio?- Lo mira molesto y con sospecha -¿Tu? ¿Ayudar a alguien?- Cruza los brazos –Ver para creer-.

    -A mi si me gustaría ayudarlos- Sonríe emocionado –No sé ustedes, pero hacen una linda pareja.

    -Jajajaja, aunque Shaka dijo que Mu es más hermoso que tu- Molesto a su… “Compañero”.

    -Está enamorado, cuando uno lo esta no ve la realidad- Se gira, con una mirada triste –No ve los defecto de esa persona-

    -¿Qué me intentas decir?- Algo molesto y con un leve sonrojo.

    Suspira –Olvídalo-.

    -¿Entonces Aldebarán, nos dirás?- Dijo con una cierta malicia.

    Para mala fortuna del tauro, estos tres no pararían de molestarlo, hasta que cediera.

    Suspira resignado, la verdad ya quería deshacerse de ellos desde hace rato –Solo sé que pasado mañana Shaka invitara a Mu a la feria que habrá en Rodorio.

    Poniendo una cara de indignado -¿Qué lo llevara a una feria en su primera cita?- Gira sus ojos –Que horror-

    -¿Qué tienen de malo?- Pregunto el caballero de la décima casa.

    -Eso es poco elegante, no creo que sea lo mejor para impresionar a alguien y más con tanta gente tan… Común- Haciendo una mala cara.

    Un cáncer suspiro resignado, ante aquellas palabras, pues él había pensado en invitarlo a salir respectivamente también a esa feria, pero al darse cuenta de sus acidas opiniones ya no estaba seguro, si fuera conveniente.

    -Es Mu del que hablamos- El hombre de cabellos azul oscuros y largos fue el que hablo –A él le gustan las cosas sencillas, le pondría funcionar a la Barbie-.

    -Bueno… Ya les dije- Molesto, cruzado de brazos, por haber cedido tan fácil -¿Ahora se pueden ir ustedes tres?

    Sin embargo su pedido no fue escuchado, pues ahora los otros cinco estaban conversando tan plácidamente en su estancia, que lo ignoraron por completo.

    Suspiro cansado, para unirse a la conversación como oyente al menos.

    Justo en ese momento Aries iba llegando al templo de su amigo, para preguntarle sobre la situación con su ahora novia del taurino, pero al estar a punto de llamar, escucho las voces de los demás. No tenía la costumbre de escuchar detrás de las puertas, pero se intrigo mucho al escuchar levemente de lo que hablaban.

    -¿Creen que realmente se atreva a pedírselo?- Fue ahora el menor de los gemelos quien hablo.

    -Yo apuesto a que sí, se le ve tan decidido a Shaka- Enojado –Que se atrevió a insultarme- Sacaba de nueva cuenta humo por las orejas.

    -Pues se le ve más cercano a Mu sin duda, lo más probable es que acepte sin dudarlo- Hablo Shura, estando con una cara aburrida, pero atento a la plática.

    -Yo les apuesto a que no le dirá nada y se echara para atrás a última hora- Sonrió jactándose-

    -Sería tan fácil Mu, si aceptara- Hablo Saga algo serio.

    -Se le nota lo mucho que lo quiere, aceptara sin dudarlo- Rio por debajo el menor de ellos.

    El Lemuriano, estaba sorprendido por lo que estaba escuchando, hablaban sobre Shaka y el, de alguna clase de apuesta, que apreciara como si entre ellos junto con el rubio hubieran pactado.

    -Apuesto que no le invita a la feria, para antes de que acabe el día de mañana- Sonrió satisfecho.

    -Y yo apuesto a que si le dice para antes del medio día- Se enfrentó con la mirada del anterior apostante.

    -Yo apuesto que le dice que si- Dijo confiado Kanon.

    -Y yo apuesto a que lo rechaza- Lo dijo sin más, ganándose una mirada de desconcierto -¿Qué? No creo que Mu sea tan fácil-

    -Sera fácil, está enamorado de él, no se negara- Sonrió el otro géminis.

    Sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas, tapo su boca para evitar ser escuchado, rápidamente se dirigió a su templo.

    No podía creerlo… ¿Acaso había una apuesta? ¿De que si aceptaba o no salir con el Hindú? ¿Él estaba en eso metido? ¿Estaba jugando con sus sentimientos?

    Esas preguntas se fueron formulando en su mente, que le estaba partiendo el corazón en mil pedazos.

    -No deberían estar apostado con eso- Hablo Aldebarán algo molesto, por el comportamiento de ellos.

    -Es broma Alde- Sonrió, palmeando un poco la espalda del mayor –Nosotros solo damos nuestra opinión-.

    -¿Qué quieres perder Dita?- Sonrió el hombre de barba escasa.

    -Si yo gano, tendrás que llevarme a cenar a donde yo quiera-Dijo esto confiado.

    -Muy bien- Asiente con la cabeza –Y si yo gano, tendrás que limpiar mi templo, por un mes entero-

    Todos hicieron una mueca de asco, si bien el pasillo principal estaba limpio, por órdenes del patriarca, lo demás estaba hecho un caos. O entendían como una persona si quiera pudiera sobrevivir bajo esa inmundicia.

    -¿Qué dices florecita?- Le dice de manera burlona.

    -Bien- Frunce el ceño decidido.

    Sellando este trato toman sus manos y un apretón fue el pacto.

    ---Templo de Aries---

    El Lemuriano se encontraba en su habitación, con algunas lágrimas en sus ojos, llorando cubriendo su boca, para no ser escuchado. Aquellas palabras que tuvo la mala fortuna de haber oído, le hicieron pensar que realmente aquel rubio estaba jugando con él.

    ¿Fue acaso todo esto una apuesta para creerse mejor? ¿Por conquistar su corazón? ¿Ya sabía que lo quería y utilizo sus sentimientos para ganar lo que fuera?

    Estas preguntas, le causaban el mayor dolor que jamás hubiera recibido y este era peor que uno físico, que se podría remediar con mayor facilidad que una herida en el corazón.

    El mismo ataba los cabos, no sabía el tiempo correcto, pero que de repente volviera a los entrenamientos, quisiera estar a su lado todo el tiempo que fue posible, los acercamientos que tuvieron, esas sonrisas, esos sonrojos, las miradas, algunos cumplidos…

    -Todo fue mentira- Decía con su voz sollozando.

    -¿Por que pensé que fuera verdad?, Solo fue una farsa al final- Limpiaba sus lágrimas, con pesadez.

    -Lo más seguro fue que Kanon se lo dijo o quien sabe- Frunce el ceño con desesperación –Ya no importa, al menos ya se lo que planea- Aprieta las sabanas de su cama -¿Cómo pudiste hacerme esto Shaka?-

    Se levantó de golpe, fue a su baño a lavarse la cara, no quería demostrar más debilidad por culpa de ese rubio, que tanto amaba y en esos momentos quería odiar con todo su corazón, pero no lo logaría, tal vez no ahora.

    Trato de pasar el resto del día tranquilo, disimular con sus actividades diarias, estar con su pequeño, lo que le ayudara a no ser lastimado más, pero le parecía imposible contenerse, hasta que pudo estar solo de nueva cuenta en la noche.

    Quería volver a llorar, agradeció a Atena, que no vio a Shaka por ese día, aparte del entrenamiento.

    Quería seguir derramando sus lágrimas, aquel dolor que sentía no se iría, era peor que los demás desprecios, se imaginó como los demás se estarían riendo de él, por sus sentimientos.

    No creía que incluso su mejor amigo Aldebarán estuviera implicado, aunque realmente no lo escuchar decir nada. Se sentía muy dolido por todo lo que estaba pasando.

    Decidió descansar algo por lo menos antes de cualquier cosa que pasara mañana.

    Al día siguiente, aquel rubio había llegado tarde al entrenamiento, corrió rápidamente hasta el coliseo, para reanudar sus actividades, estaba más apurado en ver a Aries, pero valla su sorpresa no lo pudo localizar al llegar.

    Se dio cuenta que no estaba, se integró a ese entrenamiento, estaba realmente extrañado de que Mu no estuviera allí, le preocupaba de verdad que algo pasara, pero todos se mostraban tranquilos.

    -Oye concéntrate- Un golpe se conectó directamente en la mejilla del Hindú.
     
  10. Threadmarks: Capitulo 30 (Enfermo)
     
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    El entrenamiento así sucedía, algunos golpes conectaban y otros no, nunca hay que estar distraído en ello.

    -Usualmente no eres tan distraído, ¿Qué te pasa?- Dijo Aioros con la guardia alta.

    Se talla la mejilla un poco, apenas si le había dejado rojo -¿Sabes dónde está Mu?-

    -¿Así que es eso?- Sonrió con una mirada picara

    Era oficial todos sabían de ese amor que ambos se profesaban, pero ninguno era capaz de decir.

    -¿Lo sabes Aioros?- Dijo molesto, levantando su guardia.

    -Kiki se enfermó anoche, así que Mu está cuidando de el- Sonríe –Ya lo conoces, siempre tan cuidadoso con el pequeño-

    El rubio, se sorprendió un poco, saber que el pequeño estuviera enfermo, lo hizo sentirse preocupado y angustiado.

    Deseaba irse en ese momento a lado de Aries, para saber cómo estaba el pequeño y saber si podía ayudar de alguna forma, el amor que sentía por Mu le provocaba necesidad de saber que ambos estuvieran bien.

    El entrenamiento se terminó, se dio cuenta por la hora, no había dormido en toda la noche, por velar el sueño de su pequeño hijo, se notaba las ojeras debajo de sus hermosos ojos verdes cubiertos por la tristeza.

    Se había quedado junto a Kiki, sentado en una silla para cualquier cosa que necesitara.

    Recordó en su mente lo que paso anoche.

    ---Flash Back---

    Escucho como alguien toco a la puerta de su habitación, parecía muy débil, pero estaba atento siempre, pues al ser santo cualquier ruido podría despertarlo.

    Se limpió con cuidado sus ojos para que la evidencia fuera destruida de su dolor.

    Pudo sentir aquel cosmos, era de Kiki. Extrañado fue a abrirle, posiblemente algo que se le olvido contarle, o alguna pesadilla que ya no eran tan frecuentes.

    Al abrir, pudo notar el estado algo malo del pequeño. Sacándolo un poco de si, pues no tenía más de dos horas que habían cenado y se despidieron para dormir, lo arropo como siempre ¿Qué ocurrirá?

    -Maestro no me siento bien- Decía el menor con una cara un poco verde, los ojos cansados y piel pálida.

    -¿Qué pasa?- Se agacho hasta su nivel, para verlo mejor, colocando una mano en su frente, para verificar su temperatura.

    -Creo que…- No pudo terminar, pues su rostro se descompuso y vomito justo en el pecho del mayor.

    El mayor se sorprendió, por aquella acción, pero lejos de sentirse asqueado, estaba más preocupado por su pequeño, pues presentaba un poco de fiebre.

    Levanto un poco la mirada –Lo siento…- Dijo esto en un hilo de voz, se sentía apenado por lo que hizo.

    -No, no te apures mi pequeño- Le limpio la boca con su propia manga.

    Se quitó su ropa superior, para no mancharse más de vómito y cargo al pequeño, hasta su cama y lo recostó en ella.

    El pequeño sí que se veía mal, pálido, sudoroso, y aun parecía mareado.

    -¿Qué sientes?- Fue rápidamente a su baño, con un balde de agua y un paño blanco.

    -Me duele el estómago… Quiero vomitar, me siento cansado- Decía con una mirada hundida.

    Coloco el paño húmedo en su frente -¿Te hizo daño la cena?- Su mirada demostraba preocupación y ahora culpa. Pensó que tal vez había cocinado algo en mal estado y por su descuido no se dio cuenta.

    El pequeño se quedó en silencio por uso instantes –Bueno… Tal vez no solo cene eso- Sonrió de forma forzada y apenada.

    Mu suspira resignado, recordaba que no era la primera vez que algo así pasaba con su bebe, pero de igual forma le preocupaba cuando se enfermaba –Esta bien, descansa yo te cuido esta noche-

    El pequeño apenas si pudo componerse un poco cuando de nueva cuenta el vómito lo hizo volver el estómago, lo bueno es que aquel pelilila, había colocado una cubeta cerca de él y lo ayudo a ponerlo cerca, para que descargara todo

    Le acariciaba un poco la espalda –Tranquilo mi pequeño, déjalo salir-

    Aquella ultima expectoración, lo había agotado tanto, con una gran rapidez limpia su boca.

    Suspiro cansado –Perdón mamá, no debí comer tantos dulces- Dijo esto el menor antes de quedarse dormido.

    Una leve sonrisa y un signo de negación fue lo único que logro hacer antes de suspirar con una gran pesadez.

    Se quedaría esa noche en vela, cuidándolo. Sabía perfectamente que cuando eso pasaba el menor devolvía el estómago varias veces durante la noche y el agua era indispensable, quería que descansara por completo.

    Ese pequeño era el único que dependía de él, que lo necesitaba de verdad, debía estar bien para él y solo por él. Nadie más podría hacerlo y no necesitaba a alguna otra persona en su corazón para ser feliz.

    Lo era con ese niño revoltoso que amaba tanto.

    Sin embargo eso no impedía el vacío que su corazón estaba experimentando, quería olvidar todo, y aunque le disgustara verlo enfermo por un dolor de estómago que se volvió una leve infección, eso lo mantendría ocupado un día mínimo.

    ---Fin Flash Back---

    Estaba quedándose adormilado un poco, cuando algunos ruidos se escucharon en su templo. Suspiro sabía que sus compañeros le estaba esperando para preguntarle cómo estaba Kiki.

    No tenía ánimos de ver a nadie, menos a los cuatro de ayer y sobre todo al rubio.

    Al ver que estaba bien su pequeño, se levantó y salió hacia el pasillo principal de su templo.

    Hizo una señal de guardar silencio a sus compañeros.

    -¿Cómo esta Kiki?- Alabaran fue quien pregunto.

    Mu los miro con una cara de Cansancio y utilizando esto a su favor para aprovechar estar enojado y darles una mirada de enfado a los implicados en la supuesta apuesto –Esta bien, algo cansado, se pasó la noche vomitando, una infección estomacal-.

    Suspira aliviado –Que bueno que fuera solo eso- Dijo un radiante Aioria, que parecía estar más tranquilo.

    -Extrañamos al pequeño, es divertido ver como se esfuerza en entrenar con nosotros- Sonrió escorpio.

    Sonrió al escuchar la preocupación y halagos a su pequeño –Gracias-

    De la misma forma como llegaron, se retiraron, solo querían saber el bienestar del pequeño y sabían que debían dejarlos descansar.

    Pero en cuanto el templo quedo casi desierto, se dio cuenta que no estaba solo.

    -Te ves muy cansado- Dijo preocupado al ver a Mu así.

    -Si- Su voz se notaba de enojo y tristeza.

    -¿No dormiste nada?- Se trató de acercar.

    -No- Al notar aquel acto, retrocedió un poco y cruzo sus brazos.

    -¿Puedo verlo?- Dijo aquel serio, pero lo miraba con decisión.

    Odiaba en esos momentos esos ojos que lo hacían sonrojarse y sentirse vulnerable –Esta bien-

    Lo condujo hasta su habitación, el pequeño aún seguía dormido y tenía otro paño húmedo, para calmarle un poco la fiebre.

    -¿Fue algo que comió?- Pregunto mirando al pequeño.

    Suspira –Kiki… A veces come demasiado dulces después de cenar y eso le ha causado malestar en otras ocasiones- Se toca un poco la cabeza apoyando su mano en esta, le estaba doliendo –Creo que no soy tan bueno como creía-

    -No digas eso- Le toma la mano que sujetaba la cabeza –Eres un excelente padre, a veces los niños creo que son así- Le dedico una sonrisa cálida, para calmarlo.

    Esas palabras y esas acciones, lo hacían dudar de lo que pensaba, se sentía tan vulnerable ante ese hombre tan hermoso a sus ojos, su sonrojo se hacía más notorio, pero no quería caer de nuevo en ese espejismo.

    Cerro sus cansados ojos, arrebato su mano para que le soltara, mirando hacia el suelo, cruzando sus brazos, quería ocultar ese sonrojo.

    -Gracias- Su voz estaba quebrándose de nuevo por la tristeza, el cansancio y el enojo.

    Aquello extraño al rubio, pues ese dulce Lemuriano no actuaba de esa forma al menos que tuviera una buena razón y tenía que ser una que le doliera tanto.

    -Mu, ¿Pasa algo?- Shaka lo conocía muy bien, aun después de la separación de tantos años y distancia emocional recordaba mucho.

    Pero no respondió, y en ese instante unos leves quejidos se hicieron presente en la habitación.

    El pequeño despertaba, abriendo sus ojos de a poco. Su mirar algo confundido, se giró hacia dónde venían las voces.

    -¿Mamá? ¿Papá?- Aquellas dos preguntas suaves, fueron como un latir de corazón acelerado en ambos adultos.

    -¿Cómo te sientes Kiki?- Aries rápidamente se acercó al menor, quitando el paño húmedo y tocando su frente.

    -Un poco mejor, gracias- Parpadeaba algo cansado.

    -¿Tienes hambre? ¿Se te antoja algo?- Pregunto el rubio.

    -Mmmhhh- Bostezo un poco –Una manzana…-

    Sin duda el que tuviera apetito aunque fuera leve, era una gran señal de que se estaba recuperando rápido.

    -Muy bien, te traeré una- Sonrió el Hindú.

    -Gracias señor Shaka- Sonrió a ambos hombres.

    -¿Te sientes con fuerzas?- Mu estaba junto a él, inclinado para verlo mejor.

    -Sí, prometo ya no comer dulces después de cenar- Sonrió apenado.

    El suspiro de alivio se hizo notar, aquel niño estaba mejor –Ya no te apures, mejor descansa un poco, ahora te traigo lo que gustes- Beso la frente del menor.

    El cual cerró sus ojos de nueva cuenta, para dormir. Estaba exhausto de vomitar casi toda la noche.

    Le sonríe al pelilila con sonrojo y una mirada encantadora –Te ves muy bien de madre-.

    -¿Heee?- Se levantó, desvió la mirada, su sonrojo dulce se volvió. –Iré por lo que pidió Kiki-.

    -No te preocupes, yo puedo ir por la manzana y tu quedarte a cuidarlo- Se adelantó para salir de la habitación.

    -Espera, yo puedo ir, tú tienes que ir a meditar- Invito a salir al rubio y el también.

    -No es molestia, puedo ocuparme de cuidar a Kiki- Le sonríe queriendo acariciar su mano –Tu deberías descansar-

    Aparto su mano, sin duda no deseaba ese contactado con virgo, aunque lo deseaba –No es tu responsabilidad, es solo mía-

    Camino para dejarlo solo, dirigiéndose hacia la cocina, para tomar aquella fruta.

    Este suspiro, notaba la ausencia de Mu, por un momento se sintió en los pies de este, cuando el actuaba de esa forma, le dolía esa indiferencia del pelilila, pero pensó que era por su preocupación por el menor y no haber dormido nada.

    Se armó de valor, debía invitarlo a la feria, seria mañana y no lo había hecho por miedo.

    Se acercó poco a poco al joven, para quedar a su lado.

    -Mu, sé que no es un buen momento, pero…- Tomo sus manos entre las suyas, mirándolo a los ojos, la piel pálida se adornó con sonrojo.

    Aquel dulce pelilila, estaba nervioso, su sonrojo se notaba a distancia, pero no quería caer, no podía hacerlo, su dignidad se lo impedía esta vez.

    -¿Quieres ir conmigo mañana a la feria de Rodorio?- Sonrió de alguna manera coqueta, para verse bien ante Mu.

    Desvió su mirada, alejo sus manos arrebatadas de las ajenas, para demostrar su enojo de vuelta en cara.

    Le sonríe, buscando su rostro, era oficial algo malo ocurría –¿Qué me dices Mu?-

    Levanta la mirada mostrándose enojado de verdad –No-
     
  11. Threadmarks: Capitulo 31 (Dolor)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    Un Papá Para Kiki (ShakaXMu) [Yaoi]
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    Romance/Amor
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    Virgo se quedó sorprendido, pensó que esa no sería la respuesta de aquel que amaba -¿Por qué no?- Lo único que alcanzo a decir.

    Apretó sus labios, su lindo rostro con un ceño fruncido tan atípico de él, se hizo notar cada instante más -¿Por qué?- Tratando de que la tristeza no le dominara –¡¡¡TE DIRÉ POR QUE!!!-

    Quería seguir gritando, pero recordaba que su niño estaba dormido y no quería que escuchara este alboroto, estaba agotado y debía descansar.

    Suspiro –Se lo que pretendes…- Levanto la mirada, directo a esos ojos azules –Solo soy una apuesta para ver su caigo en tus redes-

    Shaka estaba realmente confundido, ¿De qué estaba hablando Mu? Está bien que digería que cayera en sus manos, era lo que deseaba más que cualquier cosa, pero ¿Una apuesta a que se refería?

    -Mu, no sé de qué estás hablando- Lo toma de ambos hombros, para atraerlo a el –Yo no he hecho ninguna apuesta con nadie, para salir contigo-

    -Apuesta o no, juegas conmigo- Se apartó de su agarre, con una mirada triste desvió su mirada –Yo… Te había invitado primero a esta feria, te negaste y me dijiste cosas horrendas- Se abrazó a sí mismo –Yo solo quería compartí un momento contigo y como sé que… No querías estar solo conmigo, por eso quería que fuéramos en grupo- Apretó su mandíbula y de forma disimulada limpio una lagrima traicionera.

    -Mu- Estaba observando con un gran pesar en su corazón, los efectos de las duras palabras que el mismo pronuncio contra el –Se lo que dije, y no sabes cuánto me arrepiento, pero ahora...- Quería acercarse hacia él, pero sentía como su mismo pie no le respondía. –Quiero compensártelo… Perdóname por ello, sé que estuve mal y…-

    -Ahórratelo- Aquello salió de los rosados labios del ariano –No sé qué te haya dicho Kanon, pero fue mentira, yo no siento nada por ti- Levanta su mirada, quería mostrarse intimidante y lo lograba a medias, pues su enojo se marcaba, pero sus orbes esmeraldas estaban cristalizadas –Yo solo sentía lastima de que te la pasaras solo, todo el tiempo. No confundas las cosas.

    Cada instante se confundía más, esa actitud de Mu a su persona no lo comprendía, pero al escuchar aquel nombre de la persona que le había susurrado a su borreguito, le provoco un malestar diferente -¿Qué tiene que ver Kanon con todo esto?-

    -No solo Kanon, también Saga, Death Mark, Afrodita- Ya no podía contenerse más, necesitaba soltarlo de golpe si fuera necesario –¡¡¡LOS ESCUCHE AYER, HABLAR DE QUE TU TRATARÍAS DE INVITARME A LA FERIA DE MAÑANA Y APOSTARON DE QUE NO TE ATREVÍAS Y QUE YO ACEPARÍA MUY FÁCIL!!!- Negaba con su cabeza, sus lágrimas salieron a brote. En parte de que pensaba que esas atenciones eran solo una maldita burla, pero más por que en tan solo pensar que el rubio supiera de sus sentimientos hacia él y lo utilizara para ese fin, le dolía más que nada.

    -No sé de qué estás hablando- Su mirar estaba realmente preocupado y angustiado, lo que menos deseaba era ver ese dolor en Mu. –Déjame explicarte por qué te quiero invitar… -Estaba dispuesto jugarse su mejor carta, el confesarse.

    -¡¡¡NO QUIERO ESCUCHARTE!!! ¡¡¡POR FAVOR VETE DE ARIES!!!- Señalo la puerta hacia la casa de Tauro, se notaba desilusionado, triste, destrozado, solo quería que aquel hombre que amaba, lo dejara tranquilo, su sola presencia le dolía.

    Su cabeza baja, con las lágrimas cayendo de las mejillas rosadas de Mu, le estaba golpeando en su corazón de una forma que nunca creyó sentir. Decidió de forma rápida que lo mejor era tragarse sus sentimientos y hacer caso a lo que aquel pelilila le exigía, por esta vez debía volver a ceder, para no confesar, no estaba en condiciones de hacerlo.

    No dijo nada, no existían las palabras para poder dejar esta conversación tranquila, se fue en silencio con un gran nudo en la garganta, se llevó su propia mano a su cara, él también estaba derramando unas lágrimas por el dolor de su borreguito, pero a la vez que salió y limpio aquella agua salda, estaba convencido que debía ir directo a hablar con ciertos gemelos y dos caballeros dorados más y le dieran una explicación de la situación descabellada que Mu hablaba.

    En cuanto virgo abandono su templo, se dejó caer de rodillas, dejando escapar esas lagrimas que estaba conteniendo toda su extendía con él. ¿Por qué el amor tenía que dolor? Lo había sentido antes, solo por Shaka, siempre él lo provocaba ¿Por qué es tan complicado? Es un sentimiento tan dulce, que se puede volver amargo muy fácil ¿Algo tan hermoso puede matarte? No podía contestarse, y no lo buscaba, ya no sabía con exactitud que deseaba…

    Se levantó como pudo, trato de tomar aire, limpiando una y otra vez las marcas del agua salda en su rostro, pero no podía contenerse, debía tranquilizarse, pero también preparar lo que su pequeño requería, ese Lemuriano menor que quería tanto, era lo único que debía importarle ahora, se lo repitió muchas veces, para que tomara el valor de retener sus lágrimas.

    No quería que nadie lo viera así, si Kiki o el patriarca lo llegara a ver, a Virgo le iría mal y aunque sintiera mucho dolor por su causa, no quería que algo le pasara, debía ser fuerte.

    ---Casa de Géminis---

    -¡¡¡OYE SAGA!!!- Se escuchó como un hombre golpeaba una puerta –Sal del baño, enserio necesito ir-

    -Déjame en paz Kanon tengo que…- No pudo terminar de decir sus palabras cuando se escuchó un sonido de vomito.

    Lo que sorprendió al menor de ellos –Oye, ¿Qué fue eso?- Pegó su oído más a la puerta -¿Qué te ocurre? ¿Vomitaste?- Volvió a golpear la puerta –Saga, me estas asustando, abre de una maldita…-

    No pudo terminar de decir aquello, cuando sintió como un cosmos muy enfurecido entro a aquel templo y fue directo hacia él, apenas si pudo voltearse para ser golpeado por los hombros y ponerlo de espalda contra la pared, dio una mueca de dolor y confusión ¿Qué ocurría ahora?

    -¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE LE DIJISTE A MU?!!!- Unos ojos azules que en vez de parecer el cielo, estaban proyectando el mismo infierno.

    Frunció el ceño, no permitiría que nadie le hablara de esa forma, sin importar que fuera el hombre más cercano a Dios, tomo las muñecas del rubio, tratando de apartarlas –¡¡¡NO SÉ DE QUÉ DEMONIOS HABLAS SHAKA!!!-

    -¡¡¡NO TE HAGAS EL IDIOTA!!! Dijo aquello sin medir sus palabras, al estar enojado uno, eso era lo menos que le importaba.

    -No se hace, si es un idiota- Se escuchó aquello de adentro de la puerta de baño.

    -En lugar de estarte dentro de allí, ven a ayudarme con esta rubia loca- Trataba de mantenerle la mirada, pero de verdad lo estaba poniendo nervioso.

    -¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE AYER ESTUVIERON HABLANDO, DEATH MARK, AFRODITA TU HERMANO Y TÚ?!!!- Ahora le estaba agarrando del cuello de la camisa que llevaba puesta.

    Kanon, estaba confundido por aquella pregunta, a veces tenía la cabeza en otros lados, que olvidaba las cosas que no le allá mucha importancia, así que trataba de recordar lo que paso ayer que involucrara a los que menciono y a ellos mismos, cuando por fin lo logro -¿Te refieres a lo que hablamos en casa de Aldebarán?-

    Se sorprendió que el segundo guardián estuviera implicado -¿También Aldebarán? Pero es su mejor… ¿Qué fue lo que digieren?-

    -Te diré lo que querías, pero suéltame primero- Pidió pues estaba siendo sujetado muy fuerte y de hecho no tocaba el piso por completo, tenía mucha fuerza física aunque no lo parecía.

    Shaka, lo soltó, dejándolo caer, tratando de volver a su semblante tranquilo y ojos cerrados, debía recordar mantenerlos así, pues aquello le ayudaba a controlar su cosmos.

    Aquel segundo de silencio, se rompió pues se escudaba como del otro lado de la puerta alguien vomitaba, lo que incomodo a ambos.

    Suspiro de verdad angustiado el menor de los géminis –Tengo a mi hermano vomitando como un perro y ahora tú me quieres matar ¿Enserio? ¿Qué fue lo que hice?
     
  12. Threadmarks: Capitulo 32 (Una Bendita Equivocación)
     
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    ---Templo de Atena---

    La recamara que existe después de la del patriarca, donde la joven rencarnación de la Diosa se encontraba en esa era.

    Estaba leyendo algunos pergaminos antiguos, para poder ponerse al día de sus demás deberes que debía seguir, cuando una voz muy conocida y que ella misma decía que era sumamente reconfortable, pues era la primera persona que le había salvado la vida.

    -Señorita Atena- Haciendo una reverencia ante ella, arrodillándose y bajando la cabeza.

    -Hola, caballero de Sagitario Aioros- La joven le sonrió de forma dulce -¿Cómo estas el día de hoy?

    -Me encuentro bien… Señorita- El hombre dijo esto, pero tenía un rostro algo contraído.

    -¿Qué sucede? Te noto preocupado- Levanto su mirada, para poder analizarlo con mayor atención.

    -Quería…- Baja la mirada, no sabía cómo hacerle aquellas preguntas o más la única que le estaba preocupado mucho.

    -Dime mi querido caballero, ¿Qué atormenta tu corazón?- Se levantó de su lugar, caminando para quedar a la par de aquel joven hombre.

    -Señorita Atena…- Estaba tratando de formular todo aquello de manera lógica -¿Alguno de nosotros sufrió un cambio en esta vida?- La pregunta salió de golpe, y mal organizada por lo visto.

    La Diosa, se quedó extrañada, esa pregunta cayó de golpe, pero tenía una cierta idea a que se refería, pues en vez de quedarse muy sorprendía, su mirada parecía algo preocupada.

    -¿A qué te refieres con…”Un cambio”?- Pregunto de forma pausada.

    -Bueno- Suspiro, se encontraba nervioso –Cuando nos revivió usted… Físicamente por fuera bien, pero… Por dentro… ¿Existe la posibilidad que cambiáramos?- Lo dijo de una forma más correcta a lo que trataba de expresar.

    Esta se miraba algo nerviosa, no sabía cómo expresar aquello que le estaban cuestionando –Creo, que… Es algo difícil de responder…-

    Suspira resignado, sentía que estaba haciendo demasiado descortés con su Diosa y más al preguntarle algo que de verdad era extraño –Lo siento Señorita Atena, creo que no es algo importante-.

    El caballero de la novena casa, estaba por retirarse, cuando aquella joven lo detuvo con su voz.

    -Aioros, espera-

    Este volvió a levantar su cabeza hacia ella, prestándole la atención necesaria -¿Si? Señorita-

    Trago un poco saliva, dejando escapar un suspiro de resignación, pues debía hablar de lo que sabía –Se a lo que te refieres y si hubo un pequeño cambio en algunos caballeros- Dijo esto de forma tranquila, pues más lo que demostraba su voz que su semblante, pues se sentía realmente apenada, por su poder de Diosa que aún estaba lejos de su forma perfecta.

    Aquel caballero, había encontrado respuesta a su pregunta o más bien a lo que estaba cuestionándose, entonces era verdad que se podía…

    -Sé que es muy extraño y todo es mi culpa, no logre controlar mi cosmos de forma correcta y al momento de revivirlos, cometí un error- Dijo cabizbaja, sintiendo la culpa por no haber notificado aquello de una manera inmediata, pero le avergonzaba aquello.

    -Ese error es…- Temía decirlo en voz baja, tal vez se equivocaba, existía la posibilidad que fuera otro caso.

    -Algunos caballeros, obtuvieron un órgano diferente a lo que antes poseían… No se les retiro nada, es solo que se agregó- No sabía cómo explicarse, pues la situación en si era bizarra, pero cuando de Dioses se trata todo es posible, hasta lo imposible.

    Trago saliva, nervioso -¿Puede ser más específica?-

    Suspira, con los ojos cerrados –Esto ni siquiera el patriarca lo sabe, y me gustaría que se mantuviera así, por un tiempo, hasta saber cómo decirlo- Miro al caballero fiel a ella.

    Asiente con la cabeza –Como ordene Atena-

    -Tanto como Afrodita, Camus, Shura, Saga, Mu y Shion… Pueden dar vida- Lo dijo sin más, pero al ver el rostro de Sagitario, sabía que debía aclarar cualquier duda.

    -No sé por qué tuvieron que obtener una matriz y demás órganos reproductores femeninos, pero los tienen ahora- Miro nerviosa hacia el suelo, sus mejillas estaban rojas por la pena –Cometí un error, al querer volverlos a tener con vida, hice un desastre con ustedes y de verdad lo siento- Dijo esto con un hilo de voz, que amenaza en romper en llanto, en su mente sentía que esa nueva vida que otorgo se volvió complicada ahora para los implicados en ese error.

    Aioros no dijo nada, trago saliva, estaba con los ojos bien abiertos, y mostraba una gran preocupación.

    -Pe… Pero bueno, eso no quiere decir que llegan a dar vida… Bueno… En el caso de Camus que esta con Milo, podría ser una posibilidad- Mordió sus labios, posando su mano en ellos –Tendría que hablar con ellos, para que esa sorpresa no fuera tan imprevista, aunque… Por lo que pude sentir aunque tenga aquellos órganos, no quiere decir que funcionen de forma correcta-

    Levanto su mirar de nueva cuenta a la joven mujer -¿A qué se refiere? Señorita Atena-

    -A que Camus y Shura tienen baja posibilidad de alberga vida que Afrodita, Saga o Mu, en el caso del patriarca, aquellos órganos nuevos no son servibles o sea sería una esterilidad femenina en su cuerpo- Sin duda la Diosa, se había encargado de hacer la investigación necesaria por medio de su cosmos, para verificar el estado de sus caballeros.

    -Camus y Shura ¿No podrían tener hijos?-

    Pensativa –De forma como embarazar a una mujer sí podrían fácilmente, pero que ellos queden en cita, sería más complicado, mas no imposible- Cierra sus ojos y suspira –Seria como un embarazo de alto riesgo, pues tal vez el producto no se podría afianzar a las paredes de la matriz-

    Era oficial, sagitario estaba muy consternado sin duda, aquellos síntomas que sabía de cierto caballero, significaban lo que tanto el otro temía, pero que a él le producía felicidad.

    Pues una leve sonrisa se dibujó en su rostro, aun con su mirada desconcertada, lo cual fue notado por la Diosa.

    -Aioros- Llamo de manera firme al mencionado –Esto que me has preguntando…- Lo mira seria –Lo has hecho porque alguien que tú conoces ¿Esta embarazado?- pregunto tratando de sonar lo más natural ante aquel cuestionamiento.

    Se sintió nervioso, tener que revelar aquello que sabía apenas hace unos días.

    -Señorita Atena… Si hay alguien con los síntomas, pero no sé si sea…- Dijo esto con preocupación.

    -¿De quién se trata?- Por extraño que pareciera, tenía una cierta sospecha de quien fuera y una sonrisa pícara se dibujó en ese joven rostro.

    -Sa…Saga- Lo soltó sin más y con aquellas revelaciones que dio anteriormente, sin duda el estado de ese caballero seria de un embarazo.

    Se sorprendió de la situación, más no del implicado, se imaginaba que ellos dos tenían algo que ver, pero se mantenía al margen, al contrario de lo que se pudiera pensar, ella quería que tuvieran una vida feliz, tranquila y normal… Pero esto último para algunos ya no era posible por su torpeza.

    -Felicidades a ambos- Sonrió de forma encantadora, cerrando sus ojos.

    -Gracias…- Dijo en un hilo de voz, de repente sorprendiéndose -¿Cómo sabe que es…? Se señaló a su mismo.

    Ríe un poco –Jajaja, me lo imagine- Esa fue su respuesta –Creo que le tienes que decir a Saga su estado actual en todo caso, esto se los informare lo más pronto posible a todos, por el momento- Se gira a el –Por favor mantenga el secreto hasta que se los diga, no quiero que todos se preocupen más de la cuenta-

    Asiente de manera firma –No se preocupe, Saga y yo, mantendremos esto en secreto-.

    Dicho esto, hizo su reverencia antes de salir con esa nueva carga de información que tenía, sin duda sería muy preciada ahora todo esto tendría un diferente sentido en la vida de los demás, más él no era el indicado de regar el “Chisme” entre todos, solo se lo diría al pobre hombre que estaba devolviendo todo lo que su boca comía.

    La Diosa, se quedó en su recamara, dejándose caer en una siento en donde hace poco estaba leyendo aquellos pergaminos, para encontrar alguna evidencia de aquel suceso en el pasado y si existía forma de revertirlo, pero ahora con la información de que existiera un embarazo y un futuro bebe, creo que su investigación no sería muy importante, dependería de quien quisiera eliminar aquellos órganos de su cuerpo y ¿Cómo hacerlo? Era lo que quedaba por analizar.

    ---Templo de Géminis---

    -Solo dijimos que no te creíamos capaz de invitar a salir al borreguito lila a la feria- Dijo esto riéndose a carcajadas.

    Pero a Shaka no le hizo ninguna gracia que le digiera “Borreguito” a su Mu, solo bufo con enfado.

    -Luego otros dijeron que si eras capaz- Giro sus ojos –Después que Mu te diría que sí o te digiera que no, pues pensaban que él no era fácil y otros decimos que si- Se pone a pensar y se queda callado, de todos él no debía saber de más de aquellos sentimientos. Levanta sus hombros –Y eso fue todo, no tiene nada de malo-

    Era verdad, no había nada de malo en sus pláticas de otras personas que no les incumbiera el tema para nada, pero Mu lo había malinterpretado, pensando que todo esto era un malentendido de proporciones mayúsculas.

    Sin duda había entrado y escuchado Aries en el momento incorrecto, si hubiera escuchado todo otra cosa seria.

    -Mu los escucho y ahora cree que estoy jugando con el- Dijo esto con tristeza en su voz, bajando la “Mirada”.

    Kanon lo miro, era extraño ver al rubio de esa forma, pero todos sabían del santuario que este estaba enamorado de Aries desde hace muchos años, pero era un secreto muy bien guardado.

    -Oye, no era nuestra intención hacer que se te complicara la vida amoroso, solo estábamos burlándonos un poco- Se gira a ver la puerta –Saga ¿Me ayudas?-

    -Me quiero morir…- El mayor decía apenas con una voz muy débil, pues devolvió su desayuno y almuerzo y estaba muy cansado.

    Ya el hermano menor estaba harto, tenía a un vomitón y a un depresivo, estaba volviéndose loco con este revuelvo de situación –Escucha Shaka, si quieres te puedo ayudar, hablare con Mu, para arreglar esto ¿Si?- Sonrió emocionado, no tenia de otra, debía resolver lo que se había provocado.

    Mira al sujeto –Pensara que es solo una farsa, está muy molesto- Bajo su mirada.

    -Arreglaremos todo esta situación, pero…- Mira al rubio –Ayúdame a sacar a Saga del baño, tengo ganas de ir y creo que se va a desmayar.

    Dijo aquello al darse cuenta que desde hace unos minutos no escuchaba, ni los quejidos, ni sonidos de vomito de este y aunque se pelearan como perros y gatos, se querían algo.

    -Muy bien- Aquel caballero, se puso en la puerta, cuando alguien irrumpió en aquel templo.

    -¡¡¡SAGA!!! Ya sé lo que te pasa, es que tu…- Se quedó callado ante los ojos de esos dos sujetos que se quedaron sorprendidos por sus gritos.

    -Ho… Hola chicos- Saludo nervioso pues estaba a punto de gritar a los cuatro vientos, lo que hace unos momentos se le había pedido callar.

    -Oye Cupidito… ¿Sabes que le pasa a Saga?- Dijo esto un tanto enojado.

    -Bueno, yo… Tengo que hablar con Saga, ¿Saben dónde está?- Sonrió nervioso, sobándose la nuca.

    Levanto el pulgar, señalando aquella puerta –Esta dentro- Dijo aquel rubio.

    -Creo que ya tienes a alguien que te ayude a sacar a tu hermano de allí- Dijo esto serio, retirándose del tercer templo.

    Al irse, rápidamente sagitario se acercó a la puerta y trato de llamar a su “Compañero”, el cual le contesto un poco débil, del otro lado.

    Este le pidió que abriera, que quitara el seguro y lo obedeció, pudiendo por fin abrir ese cuarto de necesidades básicas fisiológicas.

    Saga, lucia realmente cansado, pálido, sudado, con su respiración agitada, el hecho de vomitar tan seguido le estaba perjudicando mucho.

    Airoso, rápidamente lo ayudo a levantarse, pero al no tener fuerzas, decidió mejor cargarlo al estilo princesa, lo cual dejo al menor de ellos, muy intrigado y confundido, quería alegar un poco por ese comportamiento, pero primero debía atender su situación actual y se encerró ahora en el baño.

    Se fueron directo al cuarto de este guardián, lo coloco en su cama con cuidado, para que descansara, pero este estaba más intrigado por lo que Atena le había dicho, y así sin más fue como se lo dijo, creo que no se lo tomo nada bien.

    -¡¡¡¿QUÉ ESTOY EMBARAZADO?!!!- Aquel grito se escuchó por todos lados del templo, adiós a la discreción.

    Sagitario pedía en sus adentro que nadie más escuchara.

    Después de aquel grito, la futura madre, se desmayó por el cansancio y la dichosa sorpresa.

    -¿Quién esta embalsamado?- Pregunto Kanon, estando sentado en el inodoro, confundido por no entender aquel grito de su hermano.
     
  13. Threadmarks: Capitulo 33 (Amigos)
     
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    ---Templo de Acuario---

    -¿Enserio Milo?- Preguntaba un acuariano muy enojado.

    -¿Qué tiene de malo?- Estando algo confundido, por la molestia de su pareja.

    -Estas llevando un paraguas, para todos lados- Lo miraba frunciendo el ceño.

    -Es para la lluvia- Contesto sonriendo.

    -Que no va a llover- Se estaba quejando ya dando ese caso por vencido.

    Pues cuando a su novio se le metía algo en la cabeza, no había poder humano o divino que se lo sacara de esta.

    Una de las razones por las que están ahora juntos, fue la terquedad del escorpio.

    Paso el día, hasta llegar la tarde.

    Shaka, se encontraba tratando de pensar en qué hacer, para que Mu no estuviera enojado con él, por culpa de sus compañeros. Ideo muchas formas de reconciliarse con él, pero lo más seguro es que ahora el fuera el despreciado, aunque el sería más terco en ser escuchado, aunque tuviera que pararse afuera del templo de Aries y gritarle lo que sintiera.

    Lo haría si no tuviera de otra, pero su declaración hacia Aries quería que fuera una de forma apropiada, él se lo merecía sin importar que.

    Había meditado, pidió consejo a Buda, que esta vez le hablo un poco más claro, pues ya había entendido sus sentimientos y los aceptaba, de esa forma estaba dispuesto hacer lo que fuera por ese ser amado.

    La respuesta fue la más obvia, decirle las palabras correctas de amor, que las entendiera y lo aceptara, ahora solo restaba cual plan sería el mejor.

    También se encontraba preocupado, por el pequeño aprendiz, que aunque poco tiempo había estado conviviendo con él, se estaba encariñando con este. Sentía que no lo podía evitar, fue el primero el cual se ofreció el mismo en ayudarlo, estaba Aioria, pero él tuvo que pedirle el favor.

    Quería estar al lado de Mu, cuidando a ese niño, pues en su mente en aquel momento en que el menor despertó y los llamo de esa forma, sintió una gran calidez en su corazón, la idea de formar una familia con su amado Aries, le fascinaba.

    Se preguntó si estaba bien, y solo esperaba que sí.

    Debía seguir pensando en sus opciones.

    Estaba decidiendo aquello, cuando sintió un gran número de cosmos subiendo algunos y otros bajando a su templo, por ambos lados estaba rodeado, no eran enemigos, si no sus compañeros, pero eso no implicaba que fuera para algo bueno.

    Todos entraron, sonriéndole de alguna forma confiada a Virgo, que este no entendía realmente que querían con él y más en su templo que era el menos sociable.

    -¿A que debo su visita?- Pregunto algo dudoso.

    -Venimos a ayudarte- Dijo de forma tranquila el menor de los géminis.

    Sorprendido, abrió así los ojos -¿Qué?-

    -Pues, los concejos que te he dado no te han funcionado- Sonríe animado, dándole una palmada en el hombro –Te vamos a apoyar para que lo lleves a la feria-

    El rubio, no sabía que decir, de repente ver a todos sus compañeros allí, animándolo, dándole apoyo y sonriendo.

    -¿Cómo saben lo de la feria?- Preguntó confundido.

    Aldebarán sonrió –Kiki me dijo el plan de ambos, y tenía intenciones de ayudar, pero…- Se gira a ver a esos tres caballeros.

    -Lo siento- Dijeron dos de ellos al unísono.

    -Jajajajaja bueno, no es para tanto, ahora te vamos ayudar Barbie- Dijo el cuarto con su típica sonrisa burlona.

    -Gracias- No sabía cómo reaccionar ante esa muestra de amistad.

    -Sé que todos queremos apoyarte y que ambos sean felices, pero…- Llamo la atención de los otros diez allí presentes –Hasta Shura ¿Quiere ayudarnos?

    El mencionado, solo giro su vista hacia el escorpio –Solo estaba aburrido y vine a ver en que podía ayudar- Tenia los brazos cruzados, pero dispuesto a brindar su apoyo.

    -¡¡¡MUY BIEN!!! Manos a la obra- Dijo sagitario animado, pues había recibido una muy buena noticia ese día, además que estaba cerca de Saga quien aún lucia algo cansado, pero dispuesto a ayudar.

    -¿Quiero preguntar algo antes de continuar?- Levantando la mano el menor de los gemelos.

    -¿Qué?-

    Señalando al escorpión -¿Por qué llevas un paraguas?-

    Sonrió, levantando aquel objetó –Bueno, es por…-

    Le pone la mano en la boca –No pregunten- El acuariano estaba serio.

    ---Al día siguiente (Noche de la fiesta) ---

    La rutina de entrenamiento matinal, trascurrió sin más. No hubo sorpresa esta vez, parecía que todo volviera a la normalidad, pues aquel rubio no asistió ese día y el Lemuriano, aquello le confirmaba sus malos pensamientos.

    Todo parecía tan normal como antes de que ese rubio intentara acercarse a él, que le perjudicaba, en el fondo de verdad deseaba que las cosas se quedaran así como paso la última semana, pero… Aquello jamás pasaría de nuevo.

    Para desgracia de Virgo, el patriarca había notado ese desanimo en su alumno esa mañana, así que estaba decidido hablar con este al terminar el entrenamiento, de igual forma el viejo maestro haría lo mismo, ver al borreguito lila así no era usual

    Pero ayer los demás caballeros dorados, ya tenían un plan de contingencia por cualquier situación que se presentara y en estos momentos debían hacer frente.
     
  14. Threadmarks: Capitulo 34 (Primeros Puntos)
     
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    1.- Los padres de Mu, no deben saber lo que paso, al menos que queramos un funeral del sexto guardián.

    Death Mask y Afrodita estaban encargados de aquello, debían mantenerlos lejos a toda costa.

    Rápidamente se posicionaron para “Atacar”.

    -¡¡¡ERES UN IDIOTA DEATH MASK!!!- Dijo un peli celeste, con el ceño fruncido.

    -Ja ¿Te molesto lo que te dije florecita?- Le señalo con el dedo índice.

    -¡¡¡¿CÓMO TE ATREVES A DECIR QUE MIS FLORES SON HORRENDAS?!!!- Poniendo las manos en sus caderas

    Su plan funciono, el patriarca se acercaba a ellos, para tratar de entender ¿Por qué era ahora estaban peleando?

    -¿Qué pasa aquí?- Pregunto de forma seria.

    Los demás compañeros con excepción del Lemuriano que ya se había adelantado a su templo, les dieron un guillo y un levantar de lugares, que lo estaban haciendo bien.

    Estaban logrando su cometido, pero el Cáncer quería darle más emoción a la situación.

    -Pues es verdad- Sonríe de forma descarada –Además, esas flores no son tan horrendas, como tu cabello y tu labial, tan ridículo que usas- Sonrió triunfante, creyendo que había hecho un buen trabajo.

    Sin embargo, un fuerte puñetazo fue el que recibió en su mejilla izquierda, de parte del peli celeste, que estaba realmente furioso, listo para darle una muy buen paliza al sujeto de cabellos morado oscuro.

    El golpe fue tal que el pobre Death Mask cayó de espaldas, sorprendido por lo que había pasado, no recordaba la última vez que había hecho enojar tanto al doceavo guardián.

    -Ahora si… ¡¡¡YO TE MATO ÁNGELO!!!- Decía esto, mientras era detenido por el caballero de Libra, que quería tranquilizarlo, pero sin duda sería inútil.

    Se sobo la mejilla lastimada –Creo que la he cagado esta vez- Dijo esto, muy impresionado, mientras miraba al patriarca tratando de hacerlo entrar en razón y el otro reteniéndolo.

    Sin duda, esperaba que las cosas marcharan bien, para su compañero, porque de esta vivo no saldrá el cangrejo.

    ---Templo de Aries---

    -¿Cómo amaneciste hoy Kiki?- Dijo sonriendo de manera maternal hacia el niño, que estaba esperándolo en la entrada.

    -Muy bien Maestro- Sonrió mostrando todos sus dientes, con sus bracitos detrás de su espalda.

    -Me alegro- Acaricio sus cabellos entrando ambos hacia el recinto.

    -¿Qué gustas almorzar?- Dirigiéndose a la cocina.

    -Lo que guste preparar mamá- Sonreía ampliamente, como si estuviera tramando algo.

    -Está bien- Sonrió, tomando algunos ingredientes de la despensa.

    -¿Puedo ayudarlo?- Colocándose a lado del mayor.

    Asiente con la cabeza –Claro que si-

    Ambos estaban en la cocina preparando lo que almorzarían ese día, el pequeño estaba sonriendo de manera radiante, sobre todo porque el día anterior había estado enfermo y ahora está al 100%.

    Pero notaba como su mamá, tenía un semblante triste, pues aunque se esforzaba en darle una sonrisa cada que podía, diviso como suspiraba melancólicamente, notaba sus ojeras, la marca del llanto seco, se puede ver en los ojos aun después de un tiempo.

    Él ya sabía por qué estaba así, alguien se lo había informado en la tarde de ayer y le conto el plan que tenían ahora.

    ---Flash Back---

    Ayer aunque estuviera algo cansado, tuvo una visita del segundo guardián.

    Mu estaba de acuerdo y aprovechando que su amigo estuviera allí, descansó un poco en la habitación del niño, pues este estaba en el suyo.

    -¿Cómo estas pequeño?- Abrió la puerta, saludando al menor.

    -Estoy mejor- Terminaba de comerse aquella fruta que pidió.

    -Así que dolores de estómago y vomito- Sonrió el grandote.

    -Ya no vuelvo a comer tantos dulces- Dijo con una sonrisa de pena.

    -Sí, para que no vuelvas a enfermar- Le despeino un poco más los cabellos.

    Unas risas amables se escucharon entre ambos, hasta que el menor quiso romper el silencio.

    -Sabes Aldebarán- Menciono emocionado.

    -¿Qué paso?- Estaba curioso por lo que el niño quería decirle.

    -Hace rato, mi maestro y el señor Shaka, vinieron a cuidarme, estaba tan feliz de verlos, aun estando cansado que los llame mamá y papá, se sintió realmente bonito- Sonrió mostrando todos sus dientes, con un leve sonrojo en sus mejillas, pues el menor estaba cumpliendo el sueño que tenía desde hace mucho.

    -¿Enserio? Eso es muy bueno- Sonrió, pero tenía que decirle algo al menor.

    -Sí, nunca pensé que el señor Shaka, podría ser un buen padre- Estaba muy feliz.

    -Oye pequeño, hay algo que debo decirte- Estaba algo preocupado por la reacción.

    El menor lo miro atento, sabía que cuando un adulto hablaba debía escuchar atentamente.

    -Lo que pasa, es que parece que hay un problema con el plan de que ambos vallan a Rodorio- le dijo tratando de decir aquello.

    Se sorprendió con un semblante de preocupación -¿Qué paso?-

    El tauro, le dijo todo lo que había pasado, desde el mal entendió que Mu había escuchado, hasta el plan que habían formulado los dorados, para ayudar a la causa de esos dos.

    Al principio Kiki, también creyó que Shaka se estaba burlando de su maestro y le había mentido, pero Aldebarán le dijo que nada de eso fue cierto, que de verdad Shaka quería mucho a Mu, e incluso lo quería a él.

    El pequeño se calmó, el mismo sabía que era verdad que el amor de Shaka era genuino hacia el pelilila, entonces estaba decidido que haría su parte por el plan.

    Sonrió un poco más calmado -¿Qué tengo que hacer?-

    --- Fin del Flash Back---

    2.- Hacer que Mu quiera ir a la feria del Rodorio.

    Es la misión de Kiki.

    Sonrió animado –Maestro ¿Podemos ir a la feria de Rodorio esta noche?-

    Aquella pregunta desconcertó al Lemuriano, pues de verdad ya estaba harto de ese tema.

    Se le acerco sonriendo -¿Si?-

    Suspira algo candado –No creo que sea buena idea- Estaba algo cabizbajo.

    Hizo un leve puchero -¿Por qué no?-

    Sonríe leve, mientras llevaba lo preparado a la mesa –Es solo que no me siento con muchos ánimos-

    -Pero… Yo quiero ir por favor- Trataba de hacer su mejor esfuerzo para convencerlo.

    Le acaricia los cabellos –Mira Kiki, de verdad no tengo muchas ganas de ir en estos momentos-

    -Hooo…- Se puso cabizbaja, con los brazos caídos y algo triste.

    Odiaba verlo así, con esa carita triste, le partía el corazón, a si qué suspiro algo resignado –Te prometo algo- Se inclinó a su nivel –Si para la noche, me siento un poco mejor, iremos- Le sonrió con dulzura -¿Esta bien?-.

    Se aventó los brazos del primer guardián, por la felicidad que tenía, y que su plan estaba funcionando a la perfección.

    -¡¡¡SI, ESTÁ BIEN!!!-

    El abrazo se quedó así unos segundos, cuando el ruido del estómago del borreguito menor se hizo notar en ese lugar, provocando risas al mayor, y mucha pena al chiquillo, ambos se fueron a la mesa, para almorzar.

    Aun estando entre risas, el pelilila, no dejo de pensar en aquel hermoso rubio que lo había engañado todo este tiempo, sentía que sus ojos se querían inundar, pero tener a su hijo enfrente de él, no quería demostrarle lo que le dolía de verdad. Una sonrisa de nuevo se ponía en su rostro.

    3.- Preparar al rubio para la cita.

    Este punto seria misión de Saga y Aioros. Esto no se refiere con lo que lucirá o arreglara, sino de cómo se comportaría, más bien la confesión correcta.

    Al ser una pareja, que aun en secreto ya estaban más unidos que nunca.

    -Tienes que ser más romántico- Dijo El pelicastaño algo frustrado ya.

    -Es lo más romántico que puedo decir- Dijo apenado, aquel ojos azules.

    -Debes pensar que Mu está enfrente de ti y decir lo que sientes- Decía un Saga, algo fatigado y agitado.

    -Tal vez cuando estés enfrente de él, lo puedas hacer mejor- Sonrió algo animado, mirando al peli azul.

    -Si tal vez alguien no me hubiera interrumpido esa mañana en Aries, no estaríamos en esto- Dijo enojado mirando a Saga.

    -Eso no fue culpa mía, Kanon me jugó una mala broma- Decía frunciendo el ceño.

    -¿Qué fue lo que paso?- Cuestiono Aioros curioso.

    -Apareció desnudo en Aries, detrás de Kanon, lo cual rompió el momento- Dijo sin más.

    -¿Desnudo?- Se sorprendió, sonrió un poco de manera picara, pero también por dentro estaba algo celoso, que alguien más viera a su novio en ese estado.

    Se sonrojo demasiado, tratando de desviar la mirada del Sagitario –Ya me disculpe por ello-

    Suspira resignado –Aprecio su apoyo, pero creo que voy a improvisar-

    -Tienes que estar preparado- Con los brazos cruzados, suspirando.

    -Lo sé pero… No es fácil hablar de mis sentimientos- Bufo molesto –Nunca ha sido fácil-.

    -Ja- Mirándolo triunfante –Solo eres capaz de hablar de ellos con Mu- Dijo esto con tono burlón.

    -¡¡¡CÁLLATE SAGA!!!- Dijo molesto y algo sonrojado.

    -Jajajajajaja, mírate estas todo rojo y…- Empezó a ponerse pálido de nueva cuenta, sintió como el sudor frio le recorría la espalda y rápidamente se fue al baño del templo de virgo.

    Dejo a ambos caballeros desconcertados.

    -Saga ¿Estas bien?- Sagitario corrió detrás de él.

    -¿Qué les está pasando?- Estaba confundido, suspiro pesadamente. Miro hacia la ventana cercana, notando que el sol se estaba poniendo, el ocaso indicaba que su “Cita” con Mu, estaba por iniciar.
     
  15. Threadmarks: Capitulo 35 (Obligado)
     
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    4.- Iría el apoyo por si Kiki no lograba hacer salir a Mu.

    Los implicados, serian Aldebarán y Aioria.

    -Hola, buenas noches Mu, Kiki- Saludo el segundo guardián.

    -Hola chicos- Sonriera de ojea a oreja el León.

    -¡¡¡HOLA!!!- Corrió hacia ambos visitantes, saludándolos con un choque de puños.

    -Buenas noches- Mu sonreía tenuemente. -¿Qué hacen?-

    -Vamos a salir con nuestras novias a la feria de Rodorio- Dijo muy encantado el quinto guardián.

    -¿Vendrán?- Se giró a ver al menor pensando que había logrado algo.

    Suspira algo resignado –Pues mi maestro dijo, que si iríamos, solo si se sentía mejor en la noche- Miro al mayor.

    -Aun no me siento con gana de ir- Suspira resignado –Perdón-

    El menor estaba cabizbajo, mostrándose triste por la situación de alguna manera genuina para que su maestro bajara la guardia.

    -Es muy desafortunado que no quieras ir Mu- Dijo el León, mirándolo decidido.

    -Sí, pobre Kiki, a él le gustaría haber podido ir- Camino de manera lenta hacia el pelilila.

    -Lo siento, es solo que…- De repente fue tomado por ambos caballeros dorados, por los brazos sorprendiendo al mayor y un poco al menor.

    -¡¡¡¿QUÉ HACEN?!!!- Estaba sorprendido, por esa acción.

    -Iras con nosotros a disfrutar la feria, y te vas a divertir con tu alumno- Dijo Aldebarán, que lo sujeto por el brazo izquierdo y se lo llevaban hacia dicho lugar.

    -Pero ya les dije que no quiero ir- Decía tratando de zafarse de ambos hombres.

    -Pero Kiki si quiere ir, debes ceder de vez en cuando- Sonrió el otro compañero.

    El menor estaba sonriendo emocionado, detrás de los tres hombres, aunque uno iba a rastras.

    Por buena fortuna el pelilila, llevaba su ropa casual, la playera amarilla, pantalones verdes, zapatos al estilo griego, con su bufanda roja y su cabello atado como de costumbre, era normal su forma de vestir, pero se veía bien, no necesitaba mucho arreglo, él ya era lindo ante los ojos de mucho, sin importar que.

    Ya estaban llegando a las faldas del pueblo, cuando sabían que Mu no podría escapar, lo soltaron, un poco de alivio para este, pues no le agradaba ser arrastrado a ningún lado.

    -¿Tanto quieren venir aquí?- Dijo eso suspirando molesto, mirando las luces de esa feria tan bonita que se veía.

    -Yo si quería venir, es la primera vez que vengo a una- El pequeño tenía sus ojos iluminados por las luces tan hermosas que hipnotizaban a cualquier infante.

    Mu miro atento al niño, era la verdad, pues por todo lo que habían vivido, nunca tuvieron la oportunidad de ir a una en la vida ambos, así que también fue activado por las luces del lugar y lo que ofrecía.

    -¿Ya ves Mu?- Sonrió alegre Aioria –Vamos a divertirnos todos- Camino apresurado, tenía tantas ganas de ver al caballero femenino Marin que lo esperaba en la entrada de la feria.

    -Pueden estar con nosotros- Dijo Alde que buscaba con la vista a la joven que amaba.

    Niega con la cabeza –No te preocupes no queremos interrumpir la cita de ninguno de ustedes- Dijo sonriendo de manera gentil.

    -Entiendo, gracias amigo- Se giró al niño, dándole una mirada cómplice –No dejes que tu maestro se valla de la feria, sin antes ir a la rueda de la fortuna-

    Sonríe, cerrando sus ojos, estando tan risueño –Lo prometo subiremos allí sin duda-

    -¿La rueda de la fortuna?- Estaba algo confundido, pues nunca había ido o visto una en vivo.

    Señalando con el dedo índice hacia lo lejos, un estructura circular, que estaba dando vueltas y con varias luces –Es esa la rueda de la fortuna-

    Ambos borreguitos, estaban realmente ilusionados con subir allí, normal ver ese brillo en los ojos del pequeño, pero verlos en los de Mu, era realmente adorable para cualquiera que lo viera, sobre todo con esos grandes ojos verdes.

    -¡¡¡ALDE!!!- Una voz femenina se hizo notar.

    El llamado, se giró, para ver a la jovencita de cabellos castaños sonriéndole -¡¡¡Adonia!!!- Grito el nombre de la chica y fue directo con ella, dejando a ambos Arianos por su cuenta.

    Padre e hijo se miraron al ver esas dos parejas tan dulces, demostrándose afecto de una manera tierna.

    Para el menor no era la gran cosa, al contrario le aprecia gracioso.

    Sin embargo para Mu, ver aquello le afectaba un poco, quería experimentar aquello solo con una persona que él seguía juzgando de manera mal, el dolor, la tristeza, volvía, pero no se dejaría vencer esta vez, quería disfrutar de algo que ese tonto, como lo pensaba ahora había pedido la oportunidad de vivir con él y Kiki.

    -Maestro- Lo tomo de la ropa -¿Podemos ir a ese lugar primero?-

    El pequeño señalo un carrusel muy llamativo, con luces tenues amarillas y blanquecinas con varios asientes en forma de caballos en diferentes posiciones, parecía que estuviera galopeando de verdad al momento de girar.

    Al ver aquello, sonrió maternalmente ante el niño –Esta bien-

    Ambos fueron a la atracción que le llamaba la atención al menor.

    El pequeño subió, tenía suerte que aun cumpliera con la edad requerida para montar aquel juego, Mu por su parte se quedó mirándolo en tierra firme, le alegraba tanto verlo sonreía, era el único capaz de hacerle sentir tranquilidad en su corazón.

    De repente se sintió acompañado, por un momento pensó que ese momento lo estuviera compartiendo con aquel que lo había hecho sufrir, su corazón estaba latiendo como loco, se ilusión con esa idea.
     
  16. Threadmarks: Capitulo 36 (Rueda De La Fortuna)
     
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    -Hola Borreguito- Una voz algo más ronca de la que quería escuchar se hizo presente.

    Al girarse, se sorprendió de que no era quien esperaba, quedándose algo estático.

    -¿Esperabas que fuéramos alguien más?- La voz del décimo guardián se hizo presentes seria y monótona como siempre.

    -¿He? ¿Qué?- Estaba muy nervioso para contestar de manera correcta.

    -Jajajajajaja- Se burló Kanon, con los brazos cruzados.

    -Déjalo Kanon- Cruzado de brazos hablo el décimo guardián.

    -Pero es gracioso Jajajajaja ¿Vistes sus ojos de borreguito ilusionado? Jajajajajaja-

    Mu, estaba sonrojado, por esas palabras de burla del géminis menor y más porque sabía de los sentimientos de este.

    -¿De… De que estas hablando?- Sus mejillas estaban tan rojas como sus orejas.

    -Tranquilo Mu, ya sabemos todo- Shura sin rodeos como era su costumbre.

    Sus ojos se contrajeron, se apeno, pero rápidamente dirigió una mirada de enojo hacia Kanon, por revelar su secreto

    -¿Cómo pudiste decir algo?- Tenía su voz cargada de enfado hacia ese hombre peli azul un poco más claro.

    Aquel mencionado, sonrió algo apenado, sabía perfectamente que aunque tuviera un semblante amable y fuera muy bondadoso, tenía un lado que podría hacer daño si así lo quisiera y era algo que no deseaba enfrentar nunca.

    -No te enojes, es solo que…- Estaba nervioso, no sabía cómo calmar al carnero morado.

    -No fue culpa de Kanon- Dijo serio, con los brazos cruzados -Se te nota a leguas de distancia el amor que tienes hacia Shaka- Aquella voz seria y sin demostrar sentimientos, se hico presente.

    -¿Qué?- Ahora estaba mucho más nervioso, que ya lo sabían todos. Pero se lo imaginaba, aquella conversación que escucho en Tauro lo hizo darse cuenta que ya era algo que todos lo sabían.

    Suspira resignado, pero vuelve su mirada para ver a su pequeño para vigilarlo –Y ¿Vinieron a burlarse de mí?-

    -Claro que no- Negaba con las manos enfrente, como una defensa, temía un golpe.

    -¿Entonces?- Pregunto serio.

    -Solo venimos a disfrutar de la feria- La voz amarga de capricornio de nuevo en escena.

    Lo cual conmociono a ambos caballeros, pues este no era de disfrutar las cosas cotidianas que no fueran entrenamiento o batallas.

    El juego se detuvo, pues la musiquita paro de la maquinaria, y el pequeño fue rápidamente hacia el pelilila, para abrazarlo, pues estaba tan contento de haber disfrutado un instante como un niño normal.

    -Fue tan divertido- Sonrió emocionado.

    -¿Enserio? Me alegra- Sonrió hacia el pequeño.

    Al darse cuenta de la presencia de los otros caballeros se giró a ellos para saludarlos.

    Sin duda era un niño muy bien educado.

    A los pocos segundos, se despidieron y se dirigieron por caminos separados.

    5.- Kiki, no podía estar en la declaración, todos incluso el niño concordaron que debía ser algo para ambos.

    Los encargados de ello serian Kanon y Shura, hasta el momento debían esperar que todo saliera como el plan.

    La noche parecía transcurrió rápidamente, habían pasado una hora y media, ya casi serían las nueve de la noche y estaba enfriando un poco, lo típico en ese tiempo y época.

    Habían jugado a lanzamiento de aros, en el cual Mu participo para ganar algún premio para el pequeño, lanzando un aro hacia el cuello de una botella, lo hizo bien tres al hilo, ganando un pequeño peluche de un lobito. Hubiera querido ganar alguno de un borreguito, pero no había tales.

    Se había topado algunas veces con los demás camaradas, algunos saludos, charlas corteses, solo eso.

    Suspiro resignado, pronto debería volver, el cielo nocturno despejado se veía tan hermoso, en sus anhelos quería haber estado ese tiempo con Shaka y su pequeño, pero no podría ser jamás así.

    El pequeño, llevaba ese peluche en sus manitas, jugando con él, le gusto demasiado, lo abrazaba. Parecía la escena más adorable de todo el mundo.

    Mu lo estaba consintiendo un poco, le había comprado un algodón de azúcar de tenia unos colores combinados muy curiosos un lila con un amarillo.

    Parecía que el universo le estaba, mandando una señal muy obvia, rio un poco le dio una idea muy ridícula.

    -Mamá…- Le tomo de la mano.

    -¿Qué pasa hijo?- Se giró a verlo.

    -Vamos a la montaña rueda de la fortuna- La señalo con el dedo índice, muy ilusionado.

    -Ho, claro vamos- Le devolvió la sonrisa.

    El pequeño jalo un poco al hombre adulto hacia la dirección que iba a ese juego.

    Le pareció algo peculiar, pues de lejos había visto una tonalidad blanquecina en los luces con unos destellos amarillos, pero ahora tenía unos colores rojizos. Le parecía muy bonitos.

    Extraño tampoco había fila, pasaron por allí a lo lejos y existía una gran cola de personas esperando su turno y ahora no.

    -Es enorme- El pequeño estaba muy emocionado, aquella ilusión infantil de cualquier de esa edad.

    Sonrió por su pequeño, acaricio sus cabellos –Vamos a subir-

    -Estoy seguro que se verá todo el santuario desde allí- Levanto sus brazos para hacer un semicírculo en el aire de forma vertical.

    -Si es probable- Ambos caminaron hacia aquel armatoste, al llegar seguía girando, esperarían paciente en el límite indicado.

    Había un hombre con una gorra cubriéndole el rostro, que operaba dicho juego. Al verlos comenzó a bajar la velocidad, para que subieron en el siguiente vagón.

    Sin embargo antes de que pudiera reaccionar el mayor, sintió como la mano del pequeño se soltaba de la suya, se sorprendió algo y capto unos cosmos familiares.

    Pero todo paso tan rápido, fue empujado fuertemente dentro de ese vagón que se había detenido, cayendo sobre algo suave en su interior y luego aquella puerta se cerró de golpe.

    Sintió que el alma se le iba, pensando que algo malo le pasara a Kiki, se levantó de la caída y se acercó a las ventanas del lugar, para ver abajo, y lo que vio fue a su hijo, con Milo y Camus junto a él.

    El escorpio, saludándolo, con un paraguas en la mano y de igual forma el pequeño.

    -¿Qué significa esto?- Pego su frente a la ventana.

    -Mu- La voz de aquella otra persona que deseaba escuchar se hizo presente.

    Estando de espalda hacia él, sintió como su corazón se paraba, sus ojos estaban muy abiertos. Se sonrojo al darse cuenta que donde se había caído en primer lugar, fue sobre él pues era muy suave y el piso del vagón es metal.

    Lo había sostenido para que no cayera directamente.

    No se voltio a verlo -¿Qué haces aquí?-

    -Necesito hablar contigo- Se intentó acercar a el –Quiero decirte que todo esto ha sido un grave error-
     
  17. Threadmarks: Capitulo 37 (Equivocación)
     
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    52
     
    Palabras:
    944
    ---Santuario (Templo de piscis) ---

    -Oye, no es justo. Yo gane la apuesta, le dijo que no. ¿Por qué estoy arreglando tu jardín?- Decía un cangrejo algo enfadado.

    -Por decir esas estupideces de mi físico y mi labial- Hacia un puchero, con los brazos cruzados.

    -Haaaaa… Esa era el plan Afrodita… Distraerlos a cualquier costo- Refunfuñaba, mientras vaciaba el abono en dichas flores.

    -Pero no era el insultarme tanto- Le quito la bolsa de abono –Además lo estás haciendo mal, esto se esparce de esta forma, no solo arrojarla como un animal- Teniendo puesto sus guantes de jardinería, agarro un puñado de este material y lo colocaba de forma cuidadosa en la tierra de las flores.

    -¿A quién le dices animal?- Dijo esto gritando, mirándolo con el ceño fruncido de forma fija.

    Sin embargo el otro no le hizo caso, pues cuando estaba con sus rosas, parecía estar en otro mundo, dedicándole toda su atención a esas bellezas naturales que adornaban su jardín, tan lindas como letales.

    Al cangrejo eso le pareció bonito de ver a su compañero de armas, dedicado a esa labor, que era muy sucia, y por su forma de ser, parecía que no lo hiciera, pero le importaban esas florecitas como él se refería.

    Suspiro resignado, agachándose al mismo nivel en el que este estaba.

    -Muy bien, entonces…- También con sus guantes de ese estilo, tomo un puñado del abono –Se hace de esta forma ¿Cierto?- Imito las mismas acciones del piscis.

    Este le sonrió, de manera alegre, estaba feliz de que Death Mask pudiera llegar a ser tan amable cuando lo quisiera.

    -Sí, muy bien- Siguiendo con su labor lado a lado.

    Aunque no fuera una actividad muy “Divertida” Ninguno ya se quejaba, al contrario parecían disfrutarlo.

    Al menos que al cuarto guardián, no se le ocurriera aventarle el estiércol al otro, porque entonces, sería otra cosa peor.

    Por uno simple instante, sus manos chocaron en la tierra esparcida, aun con guantes se podría sentir el calor del otro.

    Aquello provoco un revuelo de emoción en el otro, el corazón de ambos latía al unísono, pero duro poco, pues ambos se sonrojaron y se sintieron algo tímido, una sonrisa débil y desvió de miradas es lo que ocurrió en esos instantes.

    Se volvió un silencio algo incómodo, no se sabía que hablar y la labor ya estaba casi terminada, así que pronto se despedirán por esa noche.

    -Oye Dita, Mañana… ¿Estarás ocupado?- Pregunto con sus ojos mirando atento a las flores y con su sonrojo a la cara.

    -¿Heee?- Aquella pregunta lo sorprendió, pero también le agrado mucho.

    -Acaso… ¿Este olor a vomito te hizo sordo?- Dijo molesto por tener que preguntar de nuevo –Te estoy invitando a salir a algún lugar mañana- Su voz algo malhumorada, estaba allí, pero al otro no le importo, al contrario le pareció adorable.

    Rio un poco –Jajajajaja ¿Enserio?-

    -¿Por qué te ríes?- Bajo la mirada, como haciendo un puchero –No te burles, hablo enserio-

    La Sonrisa encantadora de ese pececito cautivo más al cáncer –Esta bien-

    Aquella confirmación, sencilla lo hizo apenarse y fruncir su ceño.

    Sin duda, no sabía actuar de forma tranquila ante ello, su mecanismo de defensa favorito era portarse a veces como un tonto.

    Pero por estar con Afrodita, estaba dispuesto a cambiar un poco su actitud, no quería enfurecerlo más de la cuenta.

    Aquel momento, estrellado, tan despejado y hermoso, se mantenía tan mágico, por un momento olvidaron porque estaba juntos en ese lugar. Parecía que solo existían ambos en ese instante.

    Pero… Siempre algo que es capaz de destruir un momento así.

    Unos ruidos extraños que provenían de la cámara patriarcal, se hicieron presentes en ese jardín directamente conectado hacia el lugar antes mencionado.

    Ambos caballeros de sorprendieron, abriendo los ojos de par en par y mirándose muy atónitos.

    Otros ruidos de los mismos timbres de voz volvieron a escucharse, ahora el peli celeste estaba como tomate y el otro súper incomodo, con los brazos cruzados, sin saber qué hacer.

    -¿Qué fue lo que hiciste?- Le dijo el de cáncer.

    -Solo les lleve un té con infusiones de flores relajantes, no es para tanto- Se ponía rojo por aquellos ruidos.

    -¿Enserio?- Lo miro con un leve rubor y frunciendo el ceño.

    -Sí, mira- Saca un pequeño paquete, pero al darse cuenta lo que decía se quedó mudo –Es… Cardamomo, no lavanda…- Su rostro palideció.

    -Y la cagaste ¿Verdad?- Decía con los brazos cruzados.

    No hubo alguna contestación, pues aquellos gemidos, se volvían más potentes y estos dos caballeros, ya no querían escuchar más.

    -Cre…Creo… Que… Terminamos aquí…- Decía entrecortado un pececito muy rojito.

    -Sí, tus flores, se ven bien… Creo que…- Aquellos ruidos, similares a gemidos, los estaban apenando mucho.

    No tanto por que no entendiera que pasara, sino porque sabían que estaba pasando y no entendía como personas de su rango estuvieran teniendo sexo de una manera descuidada, sin impórtales que alguien estuviera escuchando.

    Por un momento pensaron que su Diosa podría escucharlos, pero la verdad no se quedaron para saber y menos interrumpirlos.

    -¡¡¡HASTA MAÑANA AFRODITA!!!- Se levantó de golpe, cargando ese saco del abono que quedaba, colocándolo en el templo de este -¡¡¡YO ME LARGO!!!-

    El peli celeste asintió y también se pará para ir dentro de su hogar –Hasta mañana Death Mark- Una sonrisa y un sonrojo se apodero de su carita clara.

    Aunque fue bonito ese instante, ahora se ponía a pensar… ¿Cómo demonios le haría para dormir y no escuchar esos ruidos tan obscenos?...
     
  18. Threadmarks: Capitulo 38 (Te Amo)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

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    ---Rodorio (Rueda de la fortuna) ---

    -¿A qué te refieres con que “Todo esto fue un error”?- Pregunto dudoso, temía lo que estaba a por decir el rubio.

    -Mu… ¿Podrías sentarte a mi lado? Por favor- Este estaba invitándolo a estar más cerca.

    -No se… Si sea adecuado- Estaba nervioso, preocupado, sus mejillas tan rojas, pero sobre todo temeroso.

    Sonríe tenuemente –Entonces…- Se acerca a donde está el, sin importarle lo angosto de ese pasillo –Yo me acercare a ti-

    Baja la mirada –Deja de estar jugando conmigo…- Su voz estaba amenazando de quebrar, odiaba esa debilidad que este chico le provocaba.

    -Mu de Aries- Llamo al contrario, levantando su mentón para que pudiera verlo a los ojos.

    -Shaka- La boca levemente abierta, sus ojos cristalizados por el dolor y miedo.

    -Yo no estoy jugando contigo, por favor no lo vuelvas a pensar- Le hablo firme, para trasmitirle la sinceridad en sus palabras.

    Rompe ese sostén de miradas –Pero… Lo que escuche en el templo de Tauro… Ellos estaban…-

    -Ellos estaban diciendo solo tonterías, apostaban por que… Creían que no me atrevería a invitarte aquí- Dijo esto un poco sonrojado.

    -¿Cómo sé que estás diciendo la verdad?- Estaba con su guardia alta, no quería dejarse engancha más por ese hombre que amaba tanto.

    -Me conoces mejor que nadie en este mundo Mu, ¿Crees que sería capaz de venir a un lugar como este por alguien?- Dijo mirándolo a los ojos.

    El pelilila se quedó pensando un poco –Es verdad… Tu nunca serias capaz de venir aquí…- Se sorprendió, acercándose con curiosidad al rubio –Shaka… Entonces ¿Por qué?...-

    No pudo terminar su pregunta, cuando ya estaban arriba de esa atracción y se quedaba parada por unos minutos, sin duda la gravedad le encantaba fastidiarlos de nuevo.

    Una nueva caída, por la brusquedad, ambos en el suelo. A Virgo no le importaba ser el que detuviera la caída de Aries, lo cuidaría sin importar que.

    -Lo siento…- Se trató de levantar Mu, pero él no lo dejaría que se alejaba, era lo que buscaba tenerlo consigo mismo de esa manera.

    -Por favor, no te levantes…- Lo abrazo, haciendo que la cabeza de aquel Lemuriano quedara en su pecho -¿Lo puedes escuchar?-

    Sus mejillas estaban tan rojas, y ¿Cómo no estarlo? Estando de esa manera con la persona que más amaba en este mundo.

    -Tu… Tu corazón… Es lo que escucho- Era verdad, aquel órgano que bombeaba sangre, estaba tan acelerado, como el propio, que le gustaba escucharlo.

    -¿Sabes por qué late así?- Decía aquello con una voz tan seria, pero de alguna manera sensual, que no se podría identificar sus intenciones.

    -No- Sin saber que más decir, ni que pensar, esperaba que él le diera la respuesta.

    En ese momento se comenzó a escuchar otro pequeño ruidito, de algo que levemente caída en ese vagón, eran pequeñas gotas de lluvia, que poco a poco se fueron convirtiendo en una lluvia ligera.

    ¿Cómo era eso posible?, según el pronóstico estaría despejado en esas dos semanas, pero resultaba ahora una lluvia fuera de temporada

    -Mu, perdóname por haber actuado de esa forma, por hacerte daño, por hacerte llorar, por rechazar tu compañía… No quería herirte así-

    -¿Por qué lo hacías entonces?- Pregunto, algo desanimado, por los recuerdos.

    -No quería seguir enamorándome de ti- Ríe levemente –Pero fue inútil, te has apoderado de mi corazón, mi cabeza y alma, que es imposible sacarte de allí-

    Los ojos del Ariano se iluminaron, por la sorpresa, aquella confesión, no lo podría creer, no sabía que decirle, estaba muy confundido.

    Levanto su cabeza, tratando de encontrarse con los ojos azules de Shaka y pudo lograrlo.

    -Odiaba cuando hablabas de nosotros como amigos… Esa palabra… Me dolía tanto, que no podía contener mi iría y te dañaba- Apretó sus labios, cerrando sus ojos, ahora él era quien sentía el dolor amenazando con salir por medio de agua salada.

    -No lo cierres por favor- La dulce voz de Mu se hizo presente

    Abrió sus ojos con algunas lágrimas brotando de ellos, sorprendido por las palabras de Aries.

    -Tus ojos me gusta mucho verlos- Sonreía con los ojos cerrados y también derramaba algunas lágrimas, pero no eran de tristeza, si no de alegría.

    -¿Por qué lloras?- Pregunta con preocupación Shaka.

    -Porque estoy feliz- Decía sin poder dejar de sonreír.

    -¿Por qué?- No salía de su confusión, no tenía práctica en este tema, ni siquiera los concejos de esos dos, lo estaban ayudando muy bien.

    -Por qué te amo y tú me amas- Se abrazó al rubio -Eso me hace muy feliz-.

    Virgo, no creía lo que había escuchado provenir de los labios de su querido Mu, él también le había confesado sus sentimientos, se correspondían el uno al otro, estaba claro, estaban tan agitado por esas palabras, sus ojos abiertos. Temió por un instante que fuera un sueño o delirio.

    Se incorporó, con Mu aun en su poder, hincándose ambos por esa acción y el abrazándolo lo más que pudiera, sus brazos rodeaban a ese cuerpo que aunque fuerte como el suyo, él lo sentía como lo más frágil del mundo.

    Al cerciorarse que era una realidad, quiso ver esos bellos orbes verdes que tanto adoraba, ambos se miraron de verdad existía el amor entre ellos, una dulce sonrisa con un bello rostro sonrojado, las lágrimas se habían detenido pero era un hermoso adorno, en esa carita de ángel.

    Shaka, cumplía su mayor deseo, y era poder estar con Mu de esa forma, sonrió, se quería acercarse más a ese rostro, para poder sellar el dulce trato que se estaba dando.

    Estando a escasos centímetros del contrario -¿Puedo?- Pedía permiso, como si no conociera la respuesta.

    Mu asintió con la cabeza, añoraba ese momento con todo su corazón.

    Y así fue, como ambos caballeros de unieron en un dulce y casto beso, Mu lo abrazaba con fuerza, Shaka lo sujetaba con igual intensidad, más una de sus manos acariciaba su mejilla.

    El mundo se detuvo para ellos, no les importo nada, ni nadie, por estaba en su pequeño mundo, donde ambos pertenecerían en ese instante, el uno al otro.

    Sin contar que los demás habían planeado todo a pie de la letra, no existía preocupación alguna.

    La falta de aire, se hizo presente, odiaban ese sentimiento, pero debían recuperar el aliento, si estaban más.

    -Nunca creí… Que… Esto pasara- Sonreía de oreja a oreje, mirando a Virgo de una manera ilusionado.

    -Aún tengo otra cosa más que decirte- La voz seria de Shaka, se hizo presente, pero no como siempre monótona, sino de una que tenía algo preparado.

    -¿Qué cosa?- Sonreía, conocía ese tono, solo se podían esperar cosas buenas.

    -Primero, ¿Te puedes sentar?- Le decía esto, mientras ambos se ponían de pie y este le señalaba el lugar.

    -Muy bien- Decía, ahora algo curioso.

    Trago un poco de saliva, estaba nervioso por lo que haría, pero estaba dispuesto hacerlo, pues ahora tenía luz verde, para continuar su ser amado lo amaba de igual manera, nada podía impedir que hiciera aquello.

    Suspiro, poniéndose enfrente del pelilila, se hinco doblando una pierna y la otra de igual manera doblada, pero apoyándose en ella.

    Se puso nervioso ante esta acción del rubio -¿Q…Que haces?- Se sonrojo.

    -Mu de Aries, ¿Me concederías, el privilegio de que fueras… Mi… Novio, pareja y en algún futuro… Mi amado eterno?- Dijo esto de una manera tan nerviosa y firme, que dejo mudo al contrario, estaba ambos tan rojos, pero la mirada azul estaba esperando su respuesta.

    -Perdón… También me falto algo más…- Dijo de nueva cuenta Virgo –También me… ¿Permitirías ser el padre de Kiki junto contigo?-

    -Shaka…- Su corazón latía como loco, le había propuesto todo el mundo entero compartirlo con él, y solo era que el respondiera con un Sí o un No, para hacerlo realidad.

    Asiente con la cabeza, cubriéndose la boca, por los nervios y emoción que sentía –Si, si, acepto todo con que sea contigo- Las lágrimas expresan la alegría contenida que no se puede con palabras.

    Otro beso iniciado por Shaka, fue lo que se apodero de los labios del borreguito, era oficial eran Novios, pareja, padres de ese pequeño niño, eran todo lo que siempre desearon estar el uno con el otro. Su felicidad era tan inmensa, que no se habían percatado que habían llegado ya a terminar el viaje en esa rueda tan grande que si debía ser fortuna pues se había logrado formar una hermosa pareja en ella.

    La lluvia se había intensificado, cando ambos se dieron cuenta de que debían bajar.

    Rompieron el beso, pero se tomaban de las manos, para bajar de aquel vagón, testigo de su confesión.

    Aries se sorprendió de repente y se sintió culpable un momento –No puede ser… Kiki… Está lloviendo y él está solo y…-

    Le abrazo fuertemente –No te preocupes, Kanon y Shura están cuidando de el-

    -¿Cómo es que…?- Se le quedo mirando a su ahora pareja de una manera de intriga -¿Lo tenías todo preparado entonces?-

    Sonrió, al ver el rostro de Mu, algo indignado –Si, todos nos ayudaron a estar juntos-

    Sonrió enternecido –Son buenos amigos-

    -¿Te parece bien… Caminar bajo la lluvia?- Pregunto el rubio, parecía que los Dioses quisieran apoyarlos con un viejo recuerdo de infancia.

    Sonrió, apenado y sonrojado el Lemuriano –Si, está bien, siempre y cuando sea solo contigo-

    Así fue como ambos se fueron hacia el santuario, sin importarles la lluvia, se sentía realmente bien esa agua dulce que caía sobre ambos, no era fría, al contrario se sentía cálida, al estar juntos.
     
  19. Threadmarks: Capitulo 39 (Pregunta)
     
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    ---Santuario---

    Un muy feliz Milo, llevaba el paraguas abierto, sonriendo triunfante, pues había tenido razón todo este tiempo en llevarlo consigo mismo.

    -¡¡¡TE LO DIJE CAMUSITO!!!- Decía sonriendo, mientras cubría a su novio y a sí mismo, de la lluvia.

    -No puedo creerlo, que haigas tenido razón…- Decía un derrotado Camus.

    -Jajajajajaja, vamos amor… No te pongas así, no siempre se puede tener la razón- Su sonrisa triunfante estaba presente.

    -Debo admitir que fue inteligente que llevaras el paraguas para cubrirte de la lluvia- Suspiro resignado.

    -Pero yo la llevaba, solo para cubrirte a ti, por eso siempre la traía- Lo dijo sin más.

    -¿Qué?- El otro se quedó impresionado por lo dicho.

    -Sí, yo debo cuidarte, y una lluvia podría enfermarte, así que te debo protegerte de todo- Estaba sin duda tomando su papel de novio muy enserio, amaba al onceavo guardián con todo su corazón.

    El sonrojo del acuariano se hizo notar y estaba molesto por ello –Eres un idiota-

    Milo sonrió, ver a su novio así, le parecía lo más hermoso de todo.

    -Vamos a tu templo ¿Si?- Dijo Camus de una manera algo despectiva, pero tenía un significado.

    Sonrió de manera picara –Si es lo que quieres-

    -¡¡¡CÁLLATE!!!- Su sonrojo se hacía notar.

    ---Templo de Capricornio---

    -¿Está bien que me quede aquí esta noche?- Pregunto el pequeño Lemuriano, algo preocupado.

    -Sí, no pasa nada, debemos cuidar de ti Kanon y yo, pero…- Giro los ojos algo molesto.

    -¿Cree que las cosas resultaron bien?- Estaba pensativo ante la situación de su maestro y Shaka.

    -Yo creo que estarán bien, las cosas debieron arreglarse, si no…- Dijo haciendo una pausa dramática.

    -¿Si no que?- El niño se intrigo por aquello.

    -Mu ya te estuviera buscando y llevándote con él, si las cosas hubieran salido mal- Apenas dijo esto, una muy leve sonrisa se puso en sus labios, era su forma de relajar el ambiente.

    El pequeño sonríe emocionado -¡¡¡ES VERDAD!!! De seguro mi maestro y el señor Shaka, deben estar muy felices juntitos-

    -Es muy maduro de tu parte, dejarlos a solas- Miraba al niño algo intrigado.

    -Bueno, es que se cuándo dos personas se quieren mucho, quieren estar a solas- Levanta su cabeza para ver al capricornio -¿Verdad?-

    Shura, se sorprendió mucho al escuchar esas palabras del niño… Incluso temía que estuviera más despierto de lo que se notaba -¿Por… Por qué piensas que querrían estar a solas?- Está preocupado por la respuesta.

    -Para platicar de lo que les gusta a cada uno, y lo mucho que se quieren y de lo que planean hacer juntos- La sonrisa del niño demostraba que su inocencia seguía intacta, haciendo que el mayor suspirara, el alma se le volvía al cuerpo.

    El pequeño bostezo, notando que estaba cansado por el largo día.

    -Puedes quedarte en mi habitación, yo descansare en el sofá- Dijo el peliverde, con una cara de seriedad absoluta.

    -Gracias señor Shura- El pequeño se fue a donde le tenían el espacio para que durmiera.

    El mayor, se quedó en el sofá como había dicho, ya a esa hora nadie más subiría a los templos restantes, de seguro imaginaba que es lo que pasaba en los demás, pero no le importaba mucho, aunque si tenía una leve curiosidad, del por qué Kanon querría golpear a Aioros esa noche, pero lo sabría mañana.

    ---Templo de Aries---

    Ambos caballeros habían llegado a la primera casa, estaban completamente mojados, pero muy felices, pues habían disfrutado de esa caminata aunque después que comenzaron los truenos y relámpagos, apresuraron su andar, sin embargo en ningún momento se soltaron las manos

    Estaban sonriendo y riendo de manera sutil.

    -Esto me trae recuerdos- Dijo el rubio, que levantaba la vista estando bajo del techo del templo.

    -¿Si? ¿A qué?- Pregunto curioso el Lemuriano.

    No perdió tiempo y abrazo el pelilila de frente rodeándolo por completo con sus brazos, no importaba el estado en que estaban, eran felices de esa forma.

    -En la noche en que me enamore de ti- Le besa los labios, con un movimiento rápido y corto.

    El sonrojo otra vez, sin duda a partir de este día, estar sonrojándose seria el pan de cada día con ese apuesto novio suyo.

    -Recuerdo que estabas asustado por los truenos- Le dijo esto aun teniéndolo en su poder –Lucias tan adorable, con miedo-

    El ariano, hizo un ligero puchero –Era… Un niño, era normal tener miedo- Escondió su cara en el pecho del rubio.

    -Me gusto que tuvieras miedo, esa noche- Le decía mirándolo atentamente.

    -¿Por qué?- Levanto su cabeza, para quedar fijo a los azules.

    - Porque esa noche… Pude dormir contigo- Las mejillas de Virgo estaba un poco rojas, al igual que sus orejas.

    El Lemuriano, estaba como un tomate, si recordaban esa noche, como durmieron esos dos niños en su cama y más que estuvieran abrazados… Y sobre todo que esa vez Shaka, le había dicho que lo cuidaría.

    -Quiero repetirlo de nuevo…- Le susurro en el oído -¿Me dejarías hacerlo?- Utilizo una voz muy sensual.
     
  20. Threadmarks: Capitulo 40 (Nos Pertenecemos)
     
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    Aquello provoco un escalofrió inmenso en la espalda del contrario, y no era solo el agua que les había caído, si no ese nerviosismo que Virgo le provocaba, estaba tan presente.

    Sin embargo, sabía exactamente a lo que Shaka se refería, no era solo la acción de dormir juntos lo que se planeaba, pero él también lo deseaba… Así que se dejaría llevar y más al saber que todo estaba planeado para que su pequeño no se traumara con algo indecoroso.

    -¿Qué me dices Mu?- Su voz estaba cargada de sensualidad y provocación.

    Los ojos de virgo estaban llenos de deseo, lujuria y amor, una extra combinación que solo el proyectaba hacia quien amaba con todo el alma y quería hacerlo con el cuerpo también.

    Sin embargo… Él tenía la idea, de que respetaría si es que Mu no deseaba hacerlo… Tan solo un poco de ello necesitaba para estar tranquilo.

    La cara rojita de Aries, se enfrentó a él, su mirada inocente estaba presente, pero también destilaba ese deseo y amor que quería experimentar más de cerca solo con ese rubio tonto.

    Ambos eran torpes en sus palabras a veces y en esta ambiente puede que no sea la excepción, pero harían lo mejor que pudieran.

    -Pri…Primero… Sería bueno, que nos cambiáramos de ropa… Nos podemos enfermar- Su mirada estaba un poco baja, con una sonrisa discreta.

    Shaka, lo tomo por la barbilla, mirándose a los ojos ambos –No bajes tu lindos ojos, quiero verlos cada segundo-.

    -Shaka…- Dijo aquello en un jadeo, que se apagó en los labios del contrario.

    El beso estaba siendo muy profundo, unidos por las bocas, en donde Virgo estaba luchando con Aries por dominar con sus lenguas, pero él fue el vencedor, cuando exploro con esta la cavidad bucal del pelilila.

    Una suave mordida en el labio inferior de Mu, fue un acto algo salvaje del rubio para marcarlo un poco, disfrutaba escuchar como él se quejaba con esos lindos gemidos débiles que daba.

    Las sensaciones se estaban disfrutando tanto, los cuerpos abrazados, las bocas juntas, las manos traviesas que deseaba explorar la piel del contrario.

    No deseaba separase de los carnosos labios de su pareja, y sabía que estar en la entrada del primer templo, sería una mala idea.

    De manera torpe, ambos caminaron aun besándose hacia la habitación del pelilila, sin embargo Shaka deseaba hacer algo atrevido, fue que cargo a su novio al estilo princesa, para una demostración de protección y posesión.

    Los besos nunca faltaron, cada uno intensificaba el calor en sus cuerpos, de igual manera el deseo estaba presente y estos reaccionaban de una manera normal ante el estímulo que sentían.

    En una noche tan especial para ambos, una confesión, un amor de hace años que se tuvo que congelar, pero siempre se mantuvo allí, su deber tenía que ser primero, el dolor se hizo presente por la ausencia, ser arisco también se manifestó.

    Pero en esta ocasión todo aquello ya no importaba, estaban juntos, se amaban y era la única verdad. No solo era un deseo carnal vano, sino que, ambos corazones, mentes, almas, cuerpos se querían unir de forma permanente si se podría.

    Una necesidad de pertenencia, querían saberse que la persona que amaban era solo suya, pero que de igual forma ellos le pertenecían al otro.

    Estando dentro de la habitación, la puerta de esta fue cerrada, los besos, estaban explorando la piel del cuello, principalmente era el rubio quien probaba ese dulce sabor que solo Mu podía desprender, aun con la lluvia en este cuerpo, solo provocaba una mayor excitación en el otro.

    Lo disfrutaba mucho, la sensación de los besos, y esa lengua que lo recorría con cuidado, ya su bufanda roja que usaba como distintivo se había quedado en el suelo, abrazaba fuertemente a su amado, llevaba los ojos cerrados todo aquello se intensificaba y dejaba escapar unos gemidos, que trataba de ahogar en el cuello del contario por vergüenza… Era la primera vez que experimentaba algo así, no sabía que hacer o decir.

    Su deseo fue muy grande, que no pudo controlar una leve mordida que dejo escapara en la piel suave y blanca del Lemuriano, lo que provoco un gemido que se dejó escuchar más abiertamente.

    -Haaaaggg…- Gimió fuerte, ese pequeño mordisco en su cuello, le gusto y asusto un poco, pero no se despegaba de Shaka, por ninguna forma. –Lo…Lo… Siento…- Dijo esto cubriéndose la boca con su mano.

    -No tienes que disculparte, perdóname a mí, por hacerlo...- Bajo su mirada un poco, estaba rojo y agitado. –No pude controlarme, discúlpame, si te dolió-

    -No… No me dolió, me… Gusto… Por eso no pude callarme- Estaba nervioso, pero también quería hacer sentir bien al Virgo.

    Se fue al cuello del otro, y comenzó a regalarle dulce besos en todo el cuello, se sentía muy cohibido de utilizar la lengua, pero se esforzaría, así que trato de hacer lo mismo que él y una pequeña mordida dejo en la clavícula de él.

    Aquello fue algo glorioso para Shaka, ver a su lindo y puro ángel queriendo darle ese placer, que aun clasificaba como inocente, pues no se atrevían a avanzar más.

    Un gemido ronco, salió de los labios de aquel rubio –Arrgg… Se sintió bien…-

    -¿Te… Te gusto…?- Pregunto con su rostro rojo y apenado.

    -Si… ¿Puedo avanzar más?- Aun pedía permiso, lo sentía necesario, no quería obligar a Mu a nada que no quisiera.

    -Si…- Lo miro a los ojos, él también estaba portando ese destello de lujuria que el otro poseía.

    -Mu… Si seguimos, no creo poder detenerme… Al… Verte… Yo…- Decía con nervios, su amor estaba hablando, lo deseaba, pero aun temía era de igual forma primerizo en esta área.

    El pelilila, noto esos mismos nervios que él tenía en su ser, sonrió, le pareció muy tierno de parte de Shaka, preocuparse cada instante por lo que él quería, aunque su deseo también era el mismo que el de Virgo.

    Le dio un beso en los labios, demostrándole compresión, y amor con ello –Solo quiero… hacerlo contigo…- Estaba rojo por completo, pero sostenía su mirada con la de su novio –Así que está bien… Solo…- Se abrazó a él con fuerza –Se gentil… Es mi primera vez y tengo miedo…-.

    -La mía igual… No temas, seré cuidadoso y respetare lo que quieras- Dijo aquello, tomando la cabeza de Mu entre sus manos y dándole un beso, que se fueron convirtiendo en besos más profundos y apasionados.

    Fue así como aquel interruptor, se encendió, dando paso a lo que sucedería esa noche, las prendas de ambos iban siendo despojadas de sus cuerpos. Aunque aquello era más por parte de Shaka, quien lo estaba haciendo.

    Ya que él fue el primer en quedar con solo su ropa interior, y poco después su querido Aries quedo de igual forma, aunque este sentía tanta pena de estar así enfrente de él, que no quería separarse de él, abrazándolo, no quería ser visto, aunque su curiosidad le estaba ganando por ver a Virgo en toda su anatomía.

    -¿Por qué te da pena? Si de niños nadábamos juntos y eras poco pudoroso- Dijo aquello más como una broma, para relajar el ambiente.

    -Era solo un niño, no pensaba que eso fuera malo- Hizo un puchero ocultando su cara en el pecho desnudo de Shaka.

    Le parecía tan lindo, que se pusiera de esa forma por una simple plática, dándole un beso en la cabeza.

    Una caricia suave en la espalda, recorriéndola por completo, podía oler su esencia corporal que despedía tanto, la excitación se empezaba a sentir nuevamente en su cuerpo, y esta vez la ropa no lo ocultaría, solo una tela cubría su hombría y por la cercanía, Mu comenzó a sentirlo, en su pelvis.

    Un beso fugaz fue el que le dio a su rubio tonto, abrazándose más a él, pegando su cuerpo más y también provocando que aquella excitación se volviera mayor y de igual forma el comenzaba asentir de nueva cuenta la propia.

    -Shaka… Estaremos más cómodos en la cama- La voz seductora con un toque de inocencia de Mu, fue algo que sorprendió al virgo, no creía ver esa iniciativa en su borreguito.

    Ahora era el pelilila quien dirigió a su novio a esa cama, que alguna vez de niños compartieron y durante muchos años quedo abandonada, pero ahora estarían juntos en el mismo lugar en donde surgió el amor.

    Pudo ver el cuerpo, bien formado de Mu, tenía un buena musculatura, sin duda un gran caballero, sin embargó, su piel blanca, suave al tacto y ese aroma, lo hacía parecer más frágil de lo que realmente era, pero para él, sí que es un ser delicado, que deseaba cuidar en toda la extensión de la palabra.

    Él no se quedaba atrás, un buen físico, era delgado, pero se mostraba siempre fuerte, una piel clara, pero no tanto como la de ese Lemuriano. Solo quería rodearlo con sus brazos, quería estar con él toda la vida, juntos sin importar que.

    No resistió más, y en un movimiento rápido, tomo a Mu, volteándolo para enfrente de él y lo puso sobre la cama, completamente acostado sobre la espalda, mientras el rubio quedo encima de Aries, mirando con atención cada centímetro de ese cuerpo.

    -Eso fue muy repentino- Dijo aquello con sus brazos cubriendo un poco sus pecho.

    -Eres mucho más hermoso de lo que pensaba- Su mirada estaba puesta en la piel del otro, tenía las mejillas rojas, su respiración otra vez agitada, estaba en su límite de prudencia, ya no podía soportarlo más, quito las suaves manos del primer caballero de su pecho, para admirarlo mejor y colocándolas a cada lado de su cabeza, con las suyas encima.

    Estaba sobre él, de rodillas, apoyándose con ambas manos de cada lado del pelilila.

    -Te amo Shaka- Le dedico aquellas palabras como un susurro, se veía tan frágil con su cuerpo desnudo… Estando a la merced de Virgo, se sentía seguro, feliz.

    -Yo te amo Mu- Bajo a besar sus labios.

    Poco a poco, deposito más besos en sus labios, luego fue bajando hacia el cuello, que hermosos eran los gemidos que Mu dejaba salir, no los podía controlar, y eso lo excitaba mucho más.

    Bajo de la clavícula, besaba su pecho, modifico el agarre que tenía en las manos del contrario, coloco ambas manos de Mu, por arriba de su cabeza, con una mano sujetándolas y la otra jugaba un poco con el pezón derecho del Ariano.

    ¿Qué deseaba hacer?

    Provocarle, era su único objetivo.

    -Haaaagg…Shaka- Su jadeo llamándolo.

    Siguió descendiendo hacia su abdomen, estaba dispuesto hacerlo sentir bien.

    La siguiente prenda que sería retirada la única que quedaba en ambos, y en cierta forma esa tela estorbaba el miembro masculino que necesitaba atención.

    Mu, no puso oposición cuando le retiro, su cuerpo reacciono a los estímulos, que el rubio le estaba proporcionando.

    Sobre todo cuando este comenzó a utilizar su boca para masturbar su hombría, el rostro del Lemuriano completamente roja, los ojos cerrados, con una expresión de placer intenso, sus manos ya estaban libres, así que se sujetaba a las sabanas, nunca antes había sentido ese tipo de placer, era la primera vez.

    -Sha… Sha…Ka…- No podía hablar bien, entrecortado nombro a su amado.

    Paro un poco su labor, pero aún tenía el mimbro en sus manos –Me gusta que digas mi nombre-

    Deposito un beso en la frente del pelilila. Solo lo había existido más, el ya no necesitaba más de ello, él estaba completamente duro, solo mirarlo era suficiente.

    -Shaka… Sigue por favor- Aries le pedía más atención.

    -¿Estás seguro?- Su pregunta, estaba un poco de más. Pero temía lastimarlo, el cuerpo de Mu, es virgen, sin duda la primera penetración dolería, aunque él se muriera por hacerlo, debía estar seguro.

    -Solo tu… Solo… Tu puedes…- Dijo aquello, ocultando su cara con el dorso de su mano.

    No sabía cómo comunicarse más, estaba cautivado por el placer.

    Sonrió Virgo, el también deseaba experimentarlo y con el permiso de su pareja, era la señal nuevamente.

    Puso sus dedos, cerca de la boca del pelilila, tocando sus labios –Tenemos que lubricarte bien, antes de hacerlo… No quiero lastimarte-

    Este entendió la propuesta completamente directa, los dos dedos del otro, fueron levados a su interior, mientras su lengua y saliva hacen la función requerida.

    Los saco, levanto un poco las piernas blancas de Aries, separándolas un poco, comenzó a introducir un dedo en la entrada del pelilila, un gemido apagado se escuchó, su expresión parecía un poco de molestia, trato de relajarlo.

    Cuando al fin diviso que su rostro estaba más calmado, metió el segundo y simulando un estímulo de tijeras, es como trataba de expandir esa entrada virgen.

    ¿Cómo era posible que alguien en esas condiciones, se viera tan hermoso y angelical?

    Era algo que Shaka nunca se podía explicar, ni con toda su iluminación.

    Al darse cuenta, que solo recibía placer Mu, por esa invasión, era el momento de unirse en cuerpo y alma.

    Tendría todo el cuidado del mundo, debía ser delicado y suave, para no dañarlo.

    ¿Cómo era posible pensar en todo ello?

    Si nunca había tenido experiencia, pero si había imaginado ese momento gran parte de su vida, al entrar en la adolescencia, no era un hombre puro del todo, pero esos pensamientos se apoderaban de él varias noches.

    -¿Listo? Mi amor-

    -Si…-

    Se colocó en la entrada, la punta de su miembro rosaba ese sagrado lugar.

    Comenzó a adentrarse, poco a poco estaba profanando un templo puro, sin duda después de esto se ira al infierno, pero no le importaba estaba tocando el cielo.

    Mu arqueo su espalda, en señal de un poco de dolor, pero placer una combinación que al principio la primera reino más, sus expresión de agitación, su hermosa cara estaba roja, sus ojos mostraban el gozo que sentía.

    Shaka, estaba con las mismas, Aries era tan apretado, que sentía mucho placer en su pene. Al introducirlo todo, se quedó inmóvil esperando que se sintiera cómodo Aries.

    -Perdóname… Haaaggr… Si… Te duele- El placer y su poca cordura, estaban haciéndole estragos.

    Mu, negó con la cabeza. –Shaka… Quiero… Pertenecerte solo a ti- Su mirada verde algo vidriosa por las pequeñas lagrimas que se escapaban.

    Las palabras dulces de Mu, hicieron que su deseo aumentara de mayor forma.

    Así empezó aquella entrega, entrando y saliendo con suavidad del cuerpo que estaba poseyendo, no había necesidad de ser rudo, de ir más rápido, se sentía bien siendo de esa manera, ambos disfrutaban.

    Los gemidos, estaban inundando la habitación, el jadeo, se hizo presente, lo caliente del ambiente se podía sentir, ambos sudando, estando completamente unidos, por el amor, el placer, el deseo, por todo lo que se podía dar.

    Una entrega mutua, no se necesitaban palabras, pero algunas se escapan.

    Un Te amo, de ambos siempre, el nombre del ser amado, eso a complementaba el acto que hacían.

    ¿Se podía considerar un pecado amarse de esa forma?

    En esos momentos nada de eso importaba en las mentes de cada uno.

    Estaban por llegar al clímax, se sentía la máxima descarga de placer por llegar.

    Aumento su embestida un poco, aun temía lastimarlo, estaba aún consciente de ello, quería que fuera hermoso para él.

    -Mu… No puedo aguantar más Haagarr… Voy a venir… Pronto- Le avisaba, si el no deseaba que el terminara en su interior debía decirle. Respetarlo era su mayor pensamiento.

    -Shaka… Dentro… De mi… Puedes…- Esas fueron las palabras entre cortadas que logro articular.

    Fue así, como unos segundos después, ambos alcanzaron ese placer tan grande que solo esa persona que amas con todo tu ser podía ayudarte a tener.

    Así fue como la semilla de Shaka, término dentro de Mu y la de este en el abdomen de ambos.

    Ambos estaban más agitados de lo que esperaban, sus caras rojas, jadeos intensos se hicieron presentes.

    Salió del pelilila, y se acercó a él, dándole un beso en los labios, mirándolo a los ojos, que estaban tan hermoso en esa noche de tormenta, las esmeraldas brillaban más que cualquier joya preciosa o estrella en el firmamento.

    Podía admirar la belleza de ese caballero que ahora era por completo suyo, pues ahora estarían juntos toda la vida, ese era su juramento no dicho, pero si sentido.

    Aries aun no salía de su felicidad, acaba de entregarse a Virgo, y se sentía tan feliz por ello, no solo el pertenecía a otro, si no que Shaka también era suyo.

    Ambos entregaron su virginidad, y eso era algo que nunca cambiaria.

    -Te amo mucho Mu- Lo abrazo fuertemente, contra su pecho. Oliendo su cabello y depositando besos en su cabeza.

    -También te amo tanto Shaka- Un ligera sonrisa, se reflejó en su rostro, acurrucándose en él.

    Se sentía seguro en él, en sus brazos, estaba algo cansado, así que poco a poco con el latir de ese corazón y el calor del cuerpo contrario, empezó a quedarse dormido.

    Por unos minutos el rubio velo el sueño de su amado, jurándole que pasara lo que pasara, el estaría para el siempre y de igual forma se quedó dormido, con la seguridad en mente que al despertar no desapareciera la persona que amaba y no era obra de un sueño.
     
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