Un medio [Naraku&Kagome] [Song-fic]

Este ya tiene tiempo lo he estado escribiendo, la canción que es un opening me fascina, sin embargo no sabía cómo plasmarla, quería hacer algo diferente a lo que suelo escribir de ellos.

Un medio, este song-fic es el regaldo para Cinderellla por el intercambio de regalos para San Valentín, espero te guste °-° lo hice sobre todo pensando en que sé te gusta esta pareja.

<3!


Título: Un medio
Serie: InuYasha.
Pareja: Naraku&Kagome
Summary: Ella lo busca, y se lleva una desagradable sorpresa.
Advertencias: Ninguna.
Disclaimer: InuYasha no es mío, pero disfruto escribiendo de él, todo lo hago sin fines de lucro, sólo satisfacción.

Me aferré fuertemente a ti, con mis oídos contra tu espalda​

Mi cuerpo trata de retenerte, al sentir que te alejas​

Si lo retengo este sentimiento me destrozará.​

Las personas siempre saben lo que hacen, sea incorrecto o no, es sólo nuestra responsabilidad las decisiones que tomamos, así como las consecuencias que las mismas traen.

Pero no puedo evitar sentir miedo ante lo que estaba a punto de hacer. Miedo a que lanzaras esa mirada escalofriante, que me ignoraras por completo, que respondieras con alguna cosa hiriente para mí corazón. Sin embargo, no quería ni podía ocultar más este sentimiento. No sé cómo pude llegar a sentirlo, quizás en verdad estoy tan loca cómo dice Sango.

Vacilando un poco, me encaminé hacia dónde permanecías sentado, escribiendo algo que noté era una tarea del colegio. Un mal momento para molestarte, la concentración que mostrabas era perturbadora. Ya llevaba una dirección predeterminada hacia ti, y marchar atrás era una acción obvia. Decidí seguir y solamente dar paso a una nueva dirección una vez llegado al punto en que te encontrabas.

El corazón palpitó fuertemente al saber que estaba cerca de ti, sin embargo traté de ignorar tu presencia. Una vez más, la cobardía para realizar acciones se escudaba en numerosos pretextos.

—Si vas a decirme algo hazlo de una buena vez—escuché hablar a mis espaldas. Tu voz resonó en todo mí ser. Al voltear, miré cómo aquella libreta se estaba cerrando y tu mirada puesta en mí.

​

Quiero estar siempre cerca, muy cerca de ti​

En este mundo no quiero estar a más de tres metros de ti.​

Y sentí nervios, tanto por lo que se supone te iba a decir, tanto cómo que estaba intrigada al saber que te habías dado cuenta que yo estaba ahí por ti.

—No tengo tu tiempo, y no pierdas más el tuyo. Ya estás aquí—debo admitir que mi miedo se aminoró un poco al saber que tenía tu atención. Las palabras que decías sonaban tan frías que me intimidaban. ¿Cómo empezar a decirte?

Sólo la verdad, sólo di lo que sientes sin más rodeos. Esas palabras me las dije para infundirme valor.

—Yo…—había titubeado en mi primer intento de hablar. Debía mostrar más seguridad ante ti—tenía ganas de hablar contigo.

—Ya lo estás haciendo—respondiste de manera tajante—no parezcas alguien tonta, te hace ver del montón. ¿Qué quieres hablar?

—No tienes por qué ser tan grosero—era fantástico cómo las palabras más seguras que había mencionado, eran de un reproche. Aunque eso me dio el valor para soltar de una vez lo que quería decir—sólo quería que supieras que me gustas…

Bien dichas las palabras para ti, aunque al instante de haberlas pronunciado, el valor se fue apagando.

— ¿Por qué? —preguntaste cambiando a una mirada totalmente diferente. Era como si también buscaras algo en mis ojos.

Damos vuelta mientras pedaleamos​

Pasamos sobre los girasoles que se van inclinando​

Seguimos aspirando el viento, casi podemos volar.​

No tenía pensado que me preguntaría eso, aunque la posibilidad que más tenía en mente, es que no me dirigirías la palabra. Nunca lo hacías con nadie.

—Porque hay algo en ti que me llama la atención, eres tan serio, pareces a veces demasiado tenebroso, pero sé que en el fondo eres una buena persona, tu mirada muestra muchas cosas que me gustaría conocer a fondo.

No estaba arrepentida de haber soltado la verdad. Una sensación aliviadora surcó todo mi cuerpo. Me sentía ya liberada de una inmensa presión.

—Entiendo—respondiste al momento de un silencio de haber estado pensando. No esperaba que dijeras algo que correspondiera a mis sentimientos. Lanzaste una última mirada hacia mí, que me infundió un poco de temor—Piensas muchas cosas, pero… estará bien. Mañana nos vemos aquí.

​

Por primera vez siento tu calidez​

Quiero ser más fuerte que todos los demás​

Con un cálido ritmo​

Dos corazones laten como uno solo.​

El corazón me latió fuerte con aquellas palabras tuyas. Pero tú no parecías emocionado cómo yo.
Quizás era demasiado pronto para hacerme ilusiones…

… pienso que sólo hubieras podido ignorarme. Te había visto hacerlo con todo el mundo, y sería algo normal para mí. Es normal tener temor ante algo que no puedes predecir una acción.

Y el día se me acabó, cómo si con verte se hubiera consumido. La noche se presentó ante mí, y cerré los ojos pensando en el día de mañana. Sabía que no debía perderme en un día en que, quizás y no amanecería.

Me desperté con la emoción de mi corazón en un palpitar frenético, había soñado contigo, pero sólo eso recordaba.

Me divertí pensando en qué me pondría, y salía a toda prisa. Ahora pensaba en que no sabía a qué hora te vería… quizás esperaría demasiado.

Llegué, ahí estabas… y otra vez más no había ocurrido lo que esperaba. Me imaginaba esperando al menos unas horas, y no. ¿Acaso planearía esperar si yo llegaba tarde? ¿O sabría que yo estaba ansiosa por verle? Sin duda lo último me molestó. Pensar que sabría cómo actuaría no era de mi agrado, pues me sentía movida como un títere.

—Sí que eres lenta—dijiste despectivamente mientras te acercabas a mí…
… ni tiempo tuve para enfadarme por eso. No entendía nada. Un beso tuyo fue depositado en mis labios.

Labios con labios, ojos con ojos, manos con manos​

Dios no prohíbe nada de eso​

Te amo, te amo, te amo.​

Y no fue algo dulce. Quizás mi inexperiencia me había hecho pensar en un beso, como el toque de una rosa… y esto fue tan opuesto.

Forzándome a abrirte paso en mi boca, profundizaste más, haciéndome estremecer con tu agarre.
Mordiste mis labios, y yo torpemente trataba sólo de imitar tus movimientos.

Y al fin te separaste de mí.

Tu mirada tan carente de emoción alguna por mí me hizo sentir algo triste… pero en verdad había sentido un calor que no pensé. Quizás esa era tu forma de…

…amar. No, esto no era nada de lo que yo me imaginaba. Pero si estaba contenta. Una sonrisa de auto compasión por mí salió de mi rostro. Si supieras que contradictoria soy, estarías riéndote de mí, y pensando en que era bi polar.

—Qué extraña. Lo que sea, no es mi asunto. Vendrás conmigo a mi casa, luego ya te irás por tu camino y mañana nos veremos igual.

— ¿A qué? —pregunté instantáneamente. Tus palabras sonaban como una orden.

—Superas mis expectativas, eres más estúpida de lo que pareces. Dijiste que te gustaba, ¿no quieres pasarla bien un rato? —tu sonrisa tan cínica me dio a entender a qué te referías.

Me sentí ofendida. Realmente, no pensaba que una confesión, me haría pasar por una prostituta.

Enfadándome, tus ojos se mostraron con una chispa diferente. Y tu sonrisa creció, como si te divirtieras conmigo.

Aun no aprendo la lección, pero un adulto no me entendería​

Tan doloroso, tan solitario,​

Si no te muestro cómo me siento reventaré.​

—Adiós—musité con apenas un leve sonido, no quería que mis lágrimas rodaran en presencia de ti.

No podía decir que estaba decepcionada, sabía que en realidad eras un ser distinto, algo cínico y con muy poca vergüenza… pero tenía la leve e ilusa esperanza de que todo eso no fuera a terminar en ese punto.

Observé las piedras en figura de animalitos del parque, me senté en ellas y decidí tratar de no pensar en lo ocurrido, sin embargo las lágrimas terminaron saliendo a borbotones.

—Qué patética eres—mencionó una voz atrás mío después de unos minutos de haber llorado. Al inicio no lo percibí, sin embargo supe que era la tuya.

—No me molestes—musité tratando de poner mi dignidad ante ti. Era tan difícil mantenerme bien cuando quería explotar.

—La molesta eres tú, más aún tan ingenua y estúpida… y neurótica—esto último lo añadiste con un sarcasmo espantoso. Te acercaste y levantaste mi rostro con brusquedad.

Estaré esperando en otro camino.​

Saca tu mano indecisa de tu bolsillo,​

Y acaricia mi mejilla​

La acción que realizaste me pareció tan rara que no pude reaccionar. Tiraste de mi mano para levantarme y tus ojos delirantes me observaron. ¿Cómo podías verme así y decir con tus palabras cosas tan poco delicadas?

—Eres una malpensada—murmuraste con una amplia sonrisa—yo sólo te proponía ver alguna película—la burla se notaba en cada una de tus palabras.

No tenía con qué acusarte, yo había entendido lo que era, más era imposible asegurar las intenciones que me imaginé… es cierto, pensé mal.

Juegas conmigo, con mis emociones ¿Qué quieres probar?

—Bien…—dije ya una vez que mis lágrimas habían cesado—lo admito. Lo siento.

No quería juzgarte, y sobre todo, quería tener la oportunidad para conocerte mejor.

—Entonces mañana igual—dijiste con suma frialdad más tu mano fue la última en separarse de mi brazo. Caminabas en dirección contraria a mi casa, y el sol comenzaba ya a meterse.

Una sonrisa salió espontanea, había algo que me gustaba demasiado. Sentía que las emociones a vivir serían muy intensas, era como si todo en ti fuera intenso y pusiera a prueba mi resistencia.

Recordé tu siempre frivolidad y amargura, más tu acción si bien fue brusca y cínica me dio a entender que te importaba lo suficiente como para haberme buscado.

Sí, resultaba pretencioso, pero quería creer en ello y en la posibilidad de tu amor.

Y hechízame con el poder de tu amor,​

Para detener la puesta de sol​