Long-fic de Inuyasha - Un destino muy complicado entre tu y yo (Inux Kag)

Re: Un destino muy complicado entre tu y yo (Inux Kag)

¿Quien creyó que todo estab resuelto? jajaja, por algo es "un destino muy complicado" no, esto no termina hasta que yo lo diga y aún falta lo mejor... Pues mientras aquí les dejo conti antes de nos cierren el foro...


Capitulo: " Esa fue la razón para irme"


Toda la noche permanecieron juntos, abrazados de manera asfixiante como si temieran perderse mutuamente. Él temía que ella recapacitara y se diera cuenta de que no valía la pena seguir a alguien que la amaba tanto, pero que la había hecho sumamente infeliz; ella que lo amaba pero estaba segura de no poder seguir a su lado hasta que todo quedara resuelto en definitiva. No querían despertar, les parecía un sueño y sinceramente así fue… Fue tan hermoso que era imposible que esa escena fuera parte de la realidad… de su dura, cruel y absurda realidad.

Levantó los pesados parpados para encontrarse rodeada por los fuertes y musculosos brazos del hanyou que la apretaban con fuerza sin la minima intención de dejarla escapar. Exhaló aire y trató con fuerza de soltarse de su agarre pero le resultaba imposible. Un suspiró de él y una media vuelta fue lo que le permitió escapar sin ser sorprendida por el medio demonio. Giró para contemplarlo por unos instantes más y ensanchó una sonrisa hermosa, se veía tan dulce cuando estaba dormido, hasta parecía un ángel y no el terco, obstinado y celoso que suele ser despierto. Caminó hasta la cueva para tomar sus ropas ya que le avergonzaba de sobre manera el estado de desnudez que tenía… irónico pensando en lo que acababa de suceder. Entró Y las vio ahí tendidas sobre el suelo, sus ropas secas junto a la fogata ya extinta y sonrió...

Con rapidez vistió sus indumentarias y salió para escapar a sus emociones y sentimientos, ellos aún no debieron estar juntos, ella tenía una misión que cumplir y debía seguir sin verlo si no quería arriesgar la vida de él… vinieron a su mente aquellas palabras que le dijera alguna vez su variante del futuro. “No hay manera en que puedas omitir el sacrificio a la Perla, claro, a excepción de que la destruyas, de otro modo es imposible… aunque…” Suspiró pesadamente y encaminó sus pasos a la salida.- La única manera de conseguirlo es esa… aunque no sé si seré capaz de soportarlo… si Inuyasha se entera…

-¿Qué es lo que pasaría pequeña sacerdotisa? – Preguntó con voz ronca el ser frente a ella, su mirada tenaz indicaban lo que veía en realidad, aún tenía en su mente aquellos recuerdos de varias horas atrás. El brillo lujurioso de sus ojos fue completamente diferente al de otras veces… era tan idéntico al de Inuyasha.

-Naraku… no sabía que andabas por aquí… ¿a que has venido?- Mas que Sorpresa, miedo, temor u hostilidad, su voz denotaba una terrible amargura, como si le pesaré demasiado cumplir su deber… y utilizarlo a él para hacerlo.- Debes marcharte, Inuyasha está cerca y…

-Lo sé…-Le interrumpió el pelinegro.- He sentido su presencia mezclada con la tuya, se puede decir que se han unido bajos sus leyes…- La joven enrojeció de vergüenza y coraje, ahora odiaba los sentidos tan desarrollados de los demonios.-Contestando tu pregunta… he venido a llevarte conmigo.

-No puedes, Inuyasha está muy cerca y no dudará ni un momento en matarte si solo…

-¿Si solo qué?-El pelinegro avanzó hasta ella y la tomó de la estrecha cintura acercándola más a su cuerpo. El calido aliento le rozaba en sus mejillas ruborizándola hasta la medula.- Has estado tanto tiempo junto a ese medio demonio que ya no sabes ni lo que dices… puede ser cierto que él ya entendió su error al no considerarte como lo que eres… pero eso no significa nada en absoluto.

-¿Qué quieres decir?-Exclamó sorprendida la azabache. Naraku no actuaba como se supone debe ser.

-Si tu te vas por solo un día más te odiará, puedes irte ahora y comprobarlo… no te seguirá ni te suplicará, muy pronto te tendrá olvidada ahora que ha cumplido lo que quería…- Sonrió perversamente y la atrajo mas a su cuerpo, sentía tan bien el calor de ella, su cuerpo, odiaba sentirse, de alguna manera, bien.

-No tengo deseos de intentarlo… ¿por qué habría de hacerlo?- Le enfrentó con la mirada desafiante mientras intentaba separarse de él pero la fuerza que utilizaba era mayor. Maldijo su suerte, ¿por qué tenía que ser tan débil?

-No es de que quieras o no…- La cargó en su espalda y se elevó con ella envueltos en una espesa nube de color morado. Ella pataleó y gritó pero no pudo ser auxiliada por su hanyou, extrañamente, se había quedado profundamente dormido. Le vio al rostro y detalló la sonrisa de su rostro con precisión, no era la misma que conocía… era diferente desde ese día.

Hipnotizada con aquellos ojos violáceos dejo de luchar y se resignó a seguirlo, a fuerza, pero estaba junto a él y eso era seguirlo. Se sorprendió del lugar a donde la llevó, no era el castillo del cual escapó, ni tampoco una nueva fortaleza donde mantenerla cautiva, era ni mas ni menos que el pozo devora huesos que usaba para llegar a esa época. Descendió en el lugar y con sus tentáculos la elevó sobre el hueco como la vez anterior, aunque diferente. Su mirada era de extraña entereza y un sentimiento de melancolía, como si le doliese lo que estaba por hacer... –Kagome…-Le llamó él.- El día que vuelvas Inuyasha te odiará, en ese momento piensa en mi pregunta y entrégame una respuesta… ¿vendrás conmigo?

La sacerdotisa quedó en shock emocional, no sintió el momento en que fue lanzada al pozo, no se dio cuenta de cuando el último fragmento le fue arrebatado y sobre todo no supo el instante en que atravesó la barrera del tiempo para quedar definitivamente atrapada en su época.

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El ser ya se había retirado y ella quedó a solas con su fiel acompañante. Pero desde aquellos días el agua no se detenía y lo inundaba todo, arrasándolo todo a su paso y a la vez quitándole el vital aire a la sacerdotisa. –Esa pregunta me sorprendió… nunca esperé que esto era lo debido… ser condena y felicidad de una persona.-Sacudió la cabeza a modo de corrección.-No, me equivoco, soy eso de más personas… de mis amigos, de mi familia, de Inuyasha… y por último hasta de Naraku…
-No puedo entender como es que sigues con la idea de que él podría cambiar… en verdad eres una tonta.-Reclamó la mariposa azul que se posaba sobre sus piernas.

-Es que ya no sé ni que pensar Kikyou… me siento culpable de usarlo como el sacrificio a la Perla, aún recuerdo que yo juré no perdonarlo, pero…

-Esa piedad que sientes por los demás no la tienen por ti, piensa en ello… si sigues de ese modo nada de lo que has hecho valdrá la pena.

-Si, soy una tonta…-Sonrió melancólicamente y dejó salir un nuevo suspiro, en verdad se sentía estúpida por ello, pero ¿Qué podía hacer? No podía evitar su manera de ser.- Por tener compasión y amor por los demás tengo problemas superiores a mis capacidades…

-Pero eso te hace la excelente persona que eres…

-Eso no me exenta de la culpa… le cause un gran dolor a Inuyasha…-Las lágrimas pugnaban por acudir a sus ojos… que cruel podía llegar a ser el destino.- Me merezco que intentara matarme, soy una horrenda persona… no debí haberlo dicho que espero un hijo de Naraku…


N/dp: ¡¡kyaa!! (¡Cállate latosa!) Pero es que… no puedo creer que hiciera esto Kagome, un hijo de Naraku… pero muy pronto veremos como se soluciona todo (¿se lo imaginan?) Capitulo corto pero revelador… De una vez lloro por anticipado… buuaaa… imaginen la manera más cruel de arreglar esto y les aseguro que será una peor pero que no esperaban…

Luego dejaré mis respuestas a sus post, ando corriendo ya que me van a cerrar el foro por el mantenimiento… ¡kya!

 

Re: Un destino muy complicado entre tu y yo (Inux Kag)

Gracias a todas mis lectoras por darse un pequeño tiempo para leer conti, a pesar de quererme asesinar por lo que pasó con Naraku… Me encanta recibir sus post y amenazas de muerte, ya que eso significa que al menos lo leyeron… no como una chica que no mencionaré pero no es de este foro… Para evitar confusiones les aclararé: los únicos momentos en pasado son el primero y el tercero, lo demás queda en el presente. ESTO SE ARREGLARÁ, PERO NO HAY ABORTO... ¿OKEY?

Gracias a mi koohai, Pan-chan, Dark Phoenix, dulcekagome, kagomeG y a las lectoras que NO POSTEAN, PERO ME QUIEREN… (Lo cual nos deja con nadie en la lista…) Bueno, pero al menos leen…

Aviso: Quienes vean a Yuuko por su perfil traten de atraparla ya que está organizando una turba furiosa para acabar con el periódico del anime porque “No respetan su derecho a asesinar a su otra personalidad” ¿Pueden creerlo? (¡¡No me detendrán!!)




Capítulo: “Aún vivimos en el pasado”


Extrañamente había tenido el sueño más relajante e incomodo a la vez de su vida, soñó con que abrazaba a su sacerdotisa, que juntos se entregaban al amor que devotamente se tenían, pero pronto el sueño terminó cuando ella escapó de sus brazos y él no consiguió hacer nada por escapar. Tuvo la peor pesadilla de su vida en el momento en que dejó de sentir el calor del pequeño cuerpo apegado al suyo, fue la sensación de perderla, fue la mayor desgracia que le podría ocurrir. Intentó abrir los ojos para verla ahí, junto a él, desnuda entre sus brazos con una dulce sonrisa solo para él

Pero la realidad fue un golpe aún más duro para él, porque al abrir sus ojos no estaba ella y entre sus brazos un profundo hueco que le hería el alma al verlo vacío. — ¿Kagome? —Susurró de manera pesada y con un dejo de tristeza en el corazón, se negó a pensar que ella no estaba junto a él. —Por favor responde… Kagome…— Rápidamente se levantó para buscar a su alrededor pero no encontró a la joven que buscaba, la desesperación y el sentimiento de abandono le hizo tomar sus ropas y colocarlas como fuera para salir detrás de ella.

De un salto llegó hasta la cueva donde dejaron sus ropas. Su camisa blanca la colocó sobre la camisa de Kagome que se puso por error y los pantalones estaban puestos al revés, se veía gracioso, extravagante pero poco le importaba. — ¡Maldición! —La incomoda camisa de la sacerdotisa le quedaba muy ajustada y con sus garras la destrozó para quitársela. —Esta maldita tela no sirve… — Después de una pelea con las ropas salió corriendo para detectar el aroma de su mujer… Se detuvo en seco por instantes para reflexionar esas palabras… “su mujer” Era verdad, después de esa noche ella ahora era su mujer, pero la muy sinvergüenza se había escapado mientra él dormía. — ¿Por qué habrá huido de esa manera? — Sus orejas descendieron en señal de indignación y profunda tristeza, no podía creer que su Kagome se marchara de ese modo, ni siquiera le había avisado, despertado o incluso reclamado… tan solo se había ido dejándolo a él con el corazón destrozado.

Pero pronto el leve aroma de la sacerdotisa mezclado con el propio le inundó la nariz, afiló las garras y sacó a relucir los dientes al detectar también, apenas perceptible, el detestable aroma de Naraku. Una mezcla de alegría y rabia inundaron su ser, alegría porque tal vez ella no se había marchado por voluntad, rabia por pensar que ese ser tan asqueroso tenía puestas sus manos sobre su mujer.

Pero otra idea también llegó aunada a las otras… ¿y si Kagome se había marchado con él por su gusto? ¿Y si decidió abandonarlo porque se dio cuenta de lo insuficiente que era su amor para lo que ella merecía? —No, no debo pensar mal de Kagome… —Sacudió la cabeza para alejar esas ideas tan absurdas, no podía permitirse desconfiar de su sacerdotisa, no de nuevo porque esta vez sería aún peor que todas las demás ocasiones juntas. Ella se entregó a él. Y debía dejar en claro a su propia mente ese hecho tan especial. —Soy un idiota por seguir pensado de este modo…

Sin perder más el tiempo se echó a correr detrás del débil rastro de la sacerdotisa…

Pero lo único que consiguió fue encontrarse con el ser que se la había llevado. Ahí estaba frente a él, arrogante, con su perfil expresando la burla y gracia que le daba al verlo en ese estado. Pero estaba solo, sin ella… —Hola Inuyasha. —Saludó el hombre de ojos violáceos. —Seguro que la buscas a ella… bien, tengo algo que decirte…

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A la luz de la Luna se descubren muchas verdades, los recuerdos nos embriagan en sus dulces sentimientos, nos atrapan. Es cuando se vuelve difícil y en ocasiones hasta imposible no dejarse llevar y enfrentarlos, saber y reconocer que ya no son parte del presente. Ten en cuenta que entre más dulces son, en contraste a tu realidad, más cruel es el precio en dolor que pagas por tenerlos. Las pláticas solitarias con tu mente son la mejor forma de perderte en la soledad y la huella profunda en el corazón que dejan esas emociones de melancolía.

La bella sacerdotisa que reposaba junto a la luz de la Luna conocía muy bien el precio. Una canción de pecados que se adhiere al corazón. —Kikyou… quisiera saber por qué todo es tan distinto a la realidad… Deseo conocer el por qué seguimos viviendo en el pasado a través de los recuerdos.

— ¿Qué quieres decir con ello? —Preguntó intrigada la mariposa.

—Es que yo… cuando caí por ese pozo no encontraba la manera de volver… y cuando conseguí hacerlo fue peor de lo que imaginé… tuve que enfrentarme a Inuyasha y tomar esta decisión de quedarme junto a él. —Suspiró con pesadez y colocó las manos sobre sus piernas a modo de acurrucarse. —Supongo que nunca sabré que es lo que debió pasar en realidad…

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Golpeó preocupada el suelo de tierra desnivelado, acababa de ser arrojada por su peor enemigo al pozo, lo malo no era el hecho de que dejó a Inuyasha sin explicación, que le quitara el último fragmento o que de alguna extraña manera sintió pena por el propio Naraku cuando la dejó caer… el hecho era que era incapaz de cruzar el pozo.

Golpeó de nuevo con la rabia reflejada en su rostro desencajado y las lágrimas brotando de sus cuencas oscuras. Si al menos lograra hablar con su amado hanyou para explicarle… bueno, era verdad que en un principio pensó marcharse de un modo similar, pero por lo menos lo volvería a ver para decirle alguna excusa… pero si jamás volvía a cruzar hacia el pasado… si jamás lo volvía a ver… si la Perla regresara y tomara la vida de él… Chilló otra vez de rabia e impotencia y por fin se dejó vencer… con más de cuatro horas intentándolo era suficiente para resignarse de algún modo, más no del todo.

Después de ese ataque un mes pasó en su mundo y aún no conseguía entrar, su cuerpo se debilitaba pero a pasar del escaso alimento que probaba no había perdido peso, es más, hasta creyó haber subido un poco más… —Creo que estoy alucinando… —Se repetía constantemente para lograr calmarse, más el esfuerzo era en vano.

Pronto descubrió que su regla debió llegar hace mucho tiempo, a los dos meses pasados en total llegó el tiempo de enterarse que estaba embarazada…

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Desde aquella conversación en la era feudal ya había pasado un año completo. Nunca quiso dar por verdaderas aquellas palabras que escuchara de su enemigo. Si, su enemigo. Eso era Naraku y por lo tanto no había razón para tomarlo por verdadero, pero dentro de su ser le carcomían las dudas… el mismo vio la escena de ellos juntos, presenció tan solo unos instantes y no soportando el asco de verlos besarse huyó para descargar su ira en cualquier cosa que se le cruzara enfrente. —Mierda… —Gruñó el hanyou fiero y salvaje de solo recordar.

—Inuyasha no puede seguir así. —Indicó el monje realizando una seña de lastima por el semi demonio trepado sobre la rama del árbol sagrado. La misma escena que viera todos los días en su viaje juntos, la misma que veía desde la pelea entre él y la joven del futuro que alguna vez los acompañó y procuró en el camino. —Apenas hace unas noches se cumplió un año desde que la señorita se marchara pero no nos ha querido hablar de ello…

—Monje Miroku, tampoco ha querido hablar de la pelea que tuvo apenas anoche con Kagome… —Miro con melancolía el sitio donde aguardaba el hanyou encontrar sentido a sus pensamientos. —Necesita hablar con alguien sobre su situación, pero es tan orgulloso…

—Ahora hasta yo le tengo lastima al pobrecito… cuando la vio no supo cómo reaccionar, y cuando lo hizo fue de la peor manera… —El pequeño kitsune trepó a los hombros de la exterminadora y se unió a los lamentos de sus amigos.

—Si quieren seguirme teniendo lastima les recomiendo alejarse de aquí… —Dio un salto y llegó al frente del grupo. Quiso dar un aspecto mal humorado y egocéntrico como siempre, pero su mirada triste y la expresión de su rostro no ayudaban. Más que causar miedo o temor les producía una infinita compasión y ternura. Pobre de él. —No quiero su lastima… ni la necesito.

—Pero Inuyasha, tienes que hablar sobre la señorita Kagome…

— ¡A esa ni me la menciones, Miroku! —Su expresión fiera y los ojos enrojecidos le hicieron temblar al hombre que se consideraba un amigo para el hanyou. Entendía el dolor que le causaba, pero no podía seguir de ese modo. —Si Kagome prefirió… —Tragó en seco y apretó los puños dejando los nudillos de color blanco. — ¡Si ella prefirió abandonarme por el maldito ése, no la culpo! —Todos se sorprendieron ante su confesión, si, nadie la culpaba. Ellos no culpaban a su amiga por decisión tan extraña. Pero había una razón distinta para ello, ellos sabían algo del plan de la sacerdotisa para usarlo, pero él… ¿Cuál era su razón­? se preguntaban nerviosos sus compañeros. Inuyasha no tenía ningún motivo para entenderla. —Cualquier cosa… —Declaró con voz débil y melancólica. Ellos le pusieron especial atención a sus palabras. —…cualquier cosa es mejor que yo…

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Puede haber millas de distancia entre ellos, pero la noche siempre los unirá como aquella vez, la última vez que fueron víctimas del amor y presas del destino. Pero al menos quedan los recuerdos… esos recuerdos que empalagan y envenenan la mente, los que destruyen la visión del presente y nos embargan en una caudal de tristeza y melancolía, los mismos que siempre tendrán estarán sin importar el costo.

Así era esa mujer, intrigante, misteriosa, tonta y masoquista. En resumen, una humana, una tonta humana que estaba enamorada. Desde las sombras observaba su silueta desdibujada por la oscuridad, en momentos cuando se iban las nubes que cubrían a su guardián se volvía a redibujar. Era una hermosa mujer a pesar de todo, parecía una flor tan suave, o fruta venenosa quizá. Resultaba tentador averiguarlo, pero alguien de su nivel no se rebajaría a admirar a una humana, aunque… era lo único que hacía desde hace un año, cuando dejó de verla frente a frente. No quería llevar una extraña sensación de culpa, él no debía, siendo un poderoso youkai de la más noble raza no tenía los absurdos sentimientos de los humanos.

Dio unos pasos al frente para salir de su escondite, se presentaría ante ella para cumplir su promesa y el capricho de la pequeña niña a su lado que saltaba de júbilo por lograr verla después de tanto tiempo. El no tenía intenciones de mostrarse… en cambio Rin caminó sigilosamente a petición de su amo solo para saludarla, había pasado un año desde que dejara de ver a la joven sacerdotisa y apenas contenía la emoción del encuentro. —Señorita Kagome…—Susurró débilmente la niña para despertarla de la especie de trance hipnótico al que parecía sometida. —Despierte por favor… vine a verla… y al bebe. —La ladeó un poco y fue entonces que la sacerdotisa empezó a abrir lentamente los ojos, primero se sorprendió al verla después de un año entero, pero pronto una dulce sonrisa adorno sus labios.

—Rin… ha sido un año sin verte, mira cuanto has crecido. —Si, efectivamente. La dulce niña ahora era un poco más alta y esbelta, Kagome pudo notar como el kimono comenzaba a quedarle pequeño. Su cabello ahora era más largo pero sus dulces ojos y su expresión risueña no había cambiado en mucho, seguía teniendo esas adorables facciones tan características de ella. —Sesshoumaru… no te había visto desde que te marchaste aquella vez…

—No tenía nada que hacer entre ustedes… —Dio media vuelta, ignorando su reclamo indirecto. La verdad no tenía intenciones de pelear por tonterías y mucho menos de darle explicaciones a la causante de su cargo de conciencia. Por culpa de ella. Por ella. Insistía en negárselo pero sabía en el fondo que era por ella, por su vida anterior, por Kikyou, por Rin… maldita familia. No entendía la manera en que esa familia de mujeres lograba provocarle sentimientos encontrados. No sentía rabia por la confusión de emociones ni por no comprenderlas, simplemente era por hacerlo sentir como un humano. —No me importa lo que ocurra siempre y cuando no afecte a mis intereses.


—No esperaba menos de ti… —Sonrió la azabache y dirigió toda su atención a Rin. —Dime Rin, ¿Por qué querías verme?

—Pues llevo todo un año sin saber de usted señorita Kagome…—Le hizo una señal para que se acercara y así fue. Rin se acercó al oído y le susurró. —No le diga a nadie, pero escuché del señor Inuyasha que usted iba a tener un bebe… —La pelinegra abrió los ojos como platos ante la sonrisa distraída, no esperaba tal afirmación y al levantar el rostro parecía que el peli-plateado tampoco… su rostro era de desconcierto e irritación…


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N DP: ¿Quien quiere saber lo que le dijo Naraku a Inuyasha…? (Yo) Pues ni modo… muajaja. (Malvada, ni a mí me dices) No, porque eres capaz de vender los adelantos… Bueno, este me parece un lindo capitulo, pero sin emociones, excepto por Sesshoumaru, la reacción de Inuyasha, las palabras de Rin… ok, fue algo interesante… (Eso crees)

Como lo prometido es deuda, hoy si me tomé el tiempo de contestar todos sus post… (Para la mala suerte de ustedes…) ¿Qué quieres decir con eso? (¿Yo? Nada)

Koohai: Gracias por tener el tiempo de pasar a pesar de tu nuevo trabajo en el foro. (La líder chibi… suena chistoso) Fíjate que ahora reviso más la ortografía, pero como te dije, la maldita maquina está descontrolada y no encuentro los signos ortográficos. Al menos ya seguí tu consejo del guión largo, es tedioso tener que estarlo pegando, pero se ve mejor… (Pero cuesta un trabajo que…) Bueno, eso sí, pero se ve mejor… así hay separación en diálogos y narración más identificable ¿no? (¿eh?) Se nota cuando hablan y cuando no (por ahí hubieras comenzado)

Dark Phoenix: Otra chibi que se une a la familia… ya no te rías Yuuko. (Es que me da risa que ella se burle de la palabra, además… mando a su otra personalidad de viaje) Lo mismo te voy a hacer a ti… Gracias por tu apoyo para mi fic, me encanta tener a chicas locas detrás de mí para asesinarme si no continúo (¿eres masoquista o qué?)

Pan-chan: Gracias por pasar por aquí, (aunque últimamente te veíamos un capitulo sí y otro no) Ejem… bueno, entiendo que te confundas por la narración, así pasa un poquito cuando se cuenta en retrospectiva. (Aunque ¿Qué se podía esperar de esta si ni ella misma se entiende?) Yo sé que el lemon era de Inuxkag pero por si no lo recuerdas hay una noche que no detallé de Kagome en el castillo de Naraku, prometo arreglarlo pronto (si supieras todo lo que le falta de contarnos) No hay aborto, pero hay algo mejor…

kagomeG: Hola linda, que bueno que apareces (En está ocasión yo no me meto) ¿Por? (Por qué apoyo a las dobles personalidades que quieren asesinarte) Eres increíble Yuuko… ¿Qué sería de ti sin mi? (Una multimillonaria que tendría secuestrados a todos los galanes del anime en su súper mansión donde también metería a los presidentes que secuestré ayer…) ¿Cuáles presidentes? (etto… nada, olvídalo… me voy) Grr… bueno, muchas gracias por tus ánimos y apoyos, también por ser parte del manicomio… ehhh… quise decir… clínica.

dulcekagome: (Oh, es un honor tenerla por aquí presente, su majestad…) ¿y a ti que te pasa? ¿Por qué tan grosera? (Me molesta que siempre le eche la culpa a su ipod de no venir a comentar, además de que te plagió) Por favor, eso no es verdad… mira, hay muchas ideas distintas, tampoco la mía es que sea muy original, tal vez se le ocurrió a otras personas… (Eso no es verdad) No le hagas caso a esta ardida… (no soy ardida) Bueno, considéralo un homenaje y honor para mí que usarán la idea en su fic ¿de acuerdo? *Mirada terrorífica* (De-de acuerdo)

anime angels: Tiempo sin leerte amiga, ya te había creído raptada por tu doble (es buena idea…) ¿Cuál? (Raptarte *se abalanza contra ella con una botella de cloroformo y la duerme, luego la amarra a una silla y ríe maléficamente* Ahora sí… es todo mío el fic… muajajaja. Bueno, quería aclarar sobre mi pelea con tu doble, lo que pasó es que íbamos a comer pepino con chile… ah… se me hizo agua la boca… etto, y tu doble decía que estaba muy verde para comerlo, pero yo le dije que si eso creía que fuera por otro pero le dio flojera y me quería mandar a mi… ahí empezó la pelea.)


luna sahara: Espero que se encuentre bien de salud (si, no quiero una demanda) si, son muy complicadas… jajaja. Bueno, te prometo que todo se arreglara… NO HAY ABORTO… por si aún no les queda claro (no, aborto, no, tan solo digamos una “perdida accidental mientras cayo de las escaleras porque la empuje”) Yo la salvaré de ti… ¡loca!

 

Re: Un destino muy complicado entre tu y yo (Inux Kag)

¡Regresé! (Oh, por todos los Kami, creí que me había deshecho de ti con ese veneno en el té… * Iza la mira impactada* que por suerte yo quité cuando descubrí lo que era… en ningún momento traté de deshacerme de ti, soy una buena persona… además) ¡Ya entendí! Bueno, primero que nada les quiero agradecer sus apoyos y comprensión por mi enfermedad, también les indicó que regresa “El periódico del anime” y la loca les tiene un concurso a las periodistas que pronto tendrán noticias, se llama: “El mejor reportero” donde concursaran por un lindo loguito ^u^ (¡El capitulo por favor! ¡Ya callen al perico ambulante!) ¿¡A quien rayos le dices perico ambulante bruja farsante!?

Bien, hasta pronto, que me voy al periódico, se buscan reporteras y… ah… ¿Qué más Yuuko? (pues deja de ver eso doujinshis hentai de Inuyasha y te acordarás… quitate que quiero verlos…) SON MIOS… MIOS, MIOS, MIOS ¡MIOS! (ok, ok) ah, si ya recordé. Quien tenga dudas puede agregarme al msn y comentármelas, o en mi perfil, les prometo que las resuelvo todas. (Y quien quiera un doujinshi lemon de inuxkag o tenga me lo pasa… que yo tengo uno de sesshxinu y lo cambio) O/////////o mi sesh e inu…

Muchas gracias a todas las seguidoras de este fic que no postean y me sacan canas verdes xD también gracias por sus saludos a Yuuko… que no se lo merece… y a las que se preocuparon por mi saluda, besos y un enorme abrazo.


Capitulo: “No fue un sueño”

Siempre fue así, frente a frente, enemigos eternos, imperdonables errores de uno y otro los enfrentaban desde antes de conocerse, la desgracias y el destino los unía pero jamás dejó ver las intenciones de separarlos… La mirada dorada se clavaba con ira y profundo odio sobre los ojos violáceos a la espera de las dichosas palabras que debían intercambiar, solo por eso no se lanzaba directo contra él, por Kagome… esa joven que le robaba sus deseos e ilusiones, que prometía estar a su lado en todo momento, que tantas veces pensó en alejarla de él para evitar que ella legara a ser indispensable para vivir. Situación imposible porque desde un inicio, sin ella, él no sería feliz. — ¿Y bien maldito? ¿Piensas hablar o solo te quedarás ahí frente a mí? —Naraku esbozó una sonrisa y consiguió enfadarlo más. El hanyou le estaba dando la satisfacción y regocijo que quería sin ser consciente de eso.

—Inuyasha… estoy enterado de tu pequeña reunión de anoche con la sacerdotisa…—Sonrió con burla ante su comentario sarcástico, lo decía solo por molestarlo, pero algo dentro de él, profundamente enterrado lo hacía por envidia y celos de los que apenas era consciente, y por lo que siempre repudiaba a su eterno rival. —Sé que tu estuviste presente la noche que la llevé conmigo… que estuvimos juntos… sin tu maldita presencia.

—Eres un infeliz, hijo de mierda… seguramente algo hiciste para forzar a Kagome.

—Si eso quieres pensar para ser feliz… de acuerdo, ella fue obligada por mí… pero eso no es de lo que tenemos que hablar.

—¡No es lo que yo piense, tú la obligaste! — Quiso desenfundar su espada pero en ese mismo instante recordó que no la llevaba con él, la olvidó entre las ropas de la sacerdotisa. Maldita sea, ahora la situación estaba cada vez peor. — Vete al infierno, tu presencia aquí es asquerosamente insoportable

—No quiero que te vuelvas a acercar a mi mujer…—Declaró con voz ronca y seria. Quien no lo conociera hubiera pensado en que él tendría un verdadero interés, pero para el hanyou eso era una absurda idea del semi-demonio, una aberración de su mente desquiciada que no tenía ganas ni paciencia para soportar, le sacó los dientes afilados y sus garras comenzaron la preparación para una masacre. Sin su espada, seguro se transformaría, pero no importaba, sería consciente tan solo para cerrarle la boca a ese malnacido que osaba intentar robar lo que le pertenecía por derecho, su mujer.

—Ella me pertenece a mí, y tú eres el que no tiene derecho a tocarla…

—Tengo todo el derecho que ella me otorga… Es mi mujer y no hay más que decir estúpido hanyou… has perdido. — Una nueva sonrisa lasciva se formó en sus labios ante la frustración del ambarino, tal como Naraku decía, de algún modo presentía que había perdido sin más remedio.

Pero la rabia e indignación por solo presentir su derrota le hicieron hervir la sangre. El viento cambió de dirección dando paso a uno nuevo con ansias de sangre, sus huesos se estrujaron causando un increíble dolor difícil de soportar, todo ocasionado por el crecimiento de sus huesos. Sus garras se afilaron aún más y su complexión cambió a una más musculosa, sus ojos dorados perdieron el brillo deseado y se tornaron color rojizo, era como ver la sangre que deseaba beber del cuerpo de ese infeliz.

Sus pies, ahora más audaces, se lanzaron con fuerza desde el fértil suelo para intentar estrellarse con su enemigo, pero la rapidez con que este desapareció de su camino le obligó a chocar contra una roca de tamaño considerable. El impacto fue grande pero en un instante saltó contra su presa para seguir hasta matarlo… o morir el mismo.

En cambio para contraatacar Naraku lanzó uno de sus tentáculos directo a su estomago siendo detenidos por la hábil y veloz garra que los descuartizó mientras sonreía arrogantemente. Él tomó otro de sus brazos y con el dio vueltas, la fuerza sobrehumana de Inuyasha, aunada a su descomunal lado demoniaco consiguió elevar a Naraku del suelo ya hacerlo girar en el aire al ritmo de él. —Inuyasha, esa es la única forma en la que puedes herirme considerablemente ¿no?

—Cállate estúpido semi-demonio, quiero darme el placer de destruirte aquí mismo…

—Eso no sucederá…—Con excesiva fuerza bruta lo arrojó por los aires con una sonrisa, creyendo que causaría un grave daño, pero enorme fue su desconcierto al ver que un enorme panal de abejas llegaba en su auxilio, deteniendo el impacto y llevándolo con rapidez fuera de la vista del peli-plateado.

— ¡Mierda! —Gritó con fuerza mientras golpeaba al piso. Se sentía tan frustrado… si tan solo, tan solo… ese malnacido estaba junto a Kagome.

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Nunca debió volver, no debía estar en ese lugar, jamás debió intentar escapar de Inuyasha y solo así hubiera conseguido seguir a su lado. Los dolores de cabeza eran cada vez más frecuentes y eso le preocupaba a su madre, los mareos, las nauseas, la debilidad y palidez mortal de su cuerpo la tenían todo el día recostada en la cama.

A veces soñaba, soñaba con que se levantaba de su cama e iba al pozo. Se lanzaba como siempre y al llegar lo veía a él, esperándola como de costumbre, como añoraba esos momentos. El destino es muy cruel, le encanta hacer bromas, y la peor fue esa. —Embarazada a los quince anos… —Susurró con pesar mientras se acomodaba al otro lado de la cama, permaneciendo en la misma posición de lado desde hace horas, pensando, recordando, buscando una solución. —Vaya que mi camino de vida fue desviado… —Poco a poco sus cuencas vacías volvían a rellenarse con ese liquido salda que quería desbordarse, eso a lo que llaman llanto. —…yo debí vivir siempre aquí…— Eso que los humanos llaman tristeza comenzó a dominar su corazón, era tan duro aceptar cuando todo estaba perdido, cuando la esperanza muere y abandona la calidez que le brindaba al corazón, el mismo estado de la muerte. —Nunca debí seguir a su lado… nunca…

Noche tras noche por dos semanas llevó sus pensamientos al límite de la cordura, indagando en su memoria, buscando una pista de su ser futura, pero nada parecía llegar a su pensamiento, así era como se retozaba en la cama junto a sus dudas y tormentos, hasta que llegara el cansancio a reclamar sus atenciones y llevarla dormir por unas cuantas horas.

Otra vez uno de esos sueños que la atrapaban y la envolvían llegaba su mente. Se levantó de su cama y llegó a toda marcha al pozo, el temor de no poder cruzar se apoderó de su cuerpo y lo paralizó. — Pero quiero verlo… —Un débil susurro escapó de sus pálidos labios y el valor volvió. Con fuerza se lanzó por el pozo cerrándolos ojos ante el latente miedo de un impacto.

Pronto fue rodeada por las luces violetas y la alegría destelló en sus ojos oscuros denotándolos de nueva vida. —No me canso de este sueño… aunque sé que volveré a despertar con la tristeza inundando mi alma…—Salió del pozo con algo de esfuerzo extra al acostumbrado, la debilidad de su cuerpo ahora pesaba más.

Pero lo que no esperaba era encontrarse con él ahí, esperándola como en todos los sueños… con una mirada oscurecida por la maldad. Sus pupilas dilatadas inyectadas de sangre, su corpulencia más notoria y desarrollada que estaba en pose arrogante y de superioridad frente a ella. —Kagome… —Pronunció su nombre en un susurro inaudible de no ser por la sensibilidad adquirida de la chica con el embarazo. Fijo sus ojos de sangre en su mirada café y vio el miedo a él, el temor, la confusión… tal vez hasta el desprecio por su forma actual. Rió sardónicamente y la arrojó a un lado. La pobre cayó en el suelo impactada por el realismo de su ilusión. —Estás embarazada de ese… miserable humana, no te creía capaz de traicionarme…

Caminó al frente y se sentó en una de las orillas del pozo, su actitud arrogante y su rostro desencajado causaron que su cuerpo se estremeciera, su voz sonaba lastimera y llena de insultos y maldiciones para ella, le dolía pero no diría palabra alguna en su defensa. No tenía por qué darle explicaciones a una nociva fantasía de su mente. — ¿Cómo lo sabes? —Preguntó indiferente, aunque fuera un simple espejismo tenía ganas de reclamar por su actitud, de lastimarlo con sus palabras, herirlo para desquitar el coraje y odio que cargaba sin razones. — ¿Cómo sabes que estoy embarazada de Naraku?

—Supuse que era de él…—Arrastró las palabras denotando toda su irritación—…el maldito olor te delata…— Se acercó con cautela hasta ella y la tomó del mentón. Sus ojos rojizos se perdieron en aquel abismo de insoldable oscuridad, por momentos creyó perder todo su autocontrol sobre el demonio que era, pero sus ojos, no podía dejar de mirar esos ojos tan cristalinos, tan torturantes, esa mirada era con la misma que se entregó y el solo recordarlo le erizaba la piel.

—No sabes cómo lamento que no sea tuyo…—Esas palabras lo sacaron de su ensoñación, que lindo hubiera sido ser el padre de esa criatura… apartó su garra con rapidez y volvió a la orilla del pozo. Con un brazo la alzó y la colocó encima de él, sentada sobre sus piernas en una pose muy comprometedora. — ¿Qué estás haciendo Inuyasha?

—Quiero sentir que sigues siendo mía… aunque sea una vil mentira… —Con lentitud se posesionó de los labios de la sacerdotisa, quería saborear su dulce sabor a miel, la calidez que emanaban estos, era tentadora, dulce como el sirope, pronto el calor de su cuerpo comenzó a elevarse y la sangre se agolpó espesa en sus venas, la soltó en el justo momento, antes de desear algo más. — Adiós. — Simplemente soltó sus garras de la estrecha cintura y el cuerpo menudo cayó al pozo. De nuevo fue arrojada como en sus alucinaciones durante el sueño.

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—Rin, ¿cómo sabes que voy a tener un bebé?

—Porque lo escuché del hermano de mi amo… estaba muy alterado cuando lo dijo. —La niña entristeció la mirada y dio a conocer la dulce cara a la sacerdotisa que forma una expresión melancólica. —Inuyasha estaba muy triste…

—Es por otra cosa Rin, pero mejor hablemos de otra cosa, ya que no tenemos mucho tiempo antes de que me vaya…

— ¡Entonces vamos a jugar! —Gritó con entusiasmo la pequeña a lo cual ganó una sonrisa de Kagome. Era un momento especial para la niña después de tanto, por la misma razón su amo las había dejado a solas, él sabía que Rin marcharía después a su lado.

—Espera, espera… ¿Por qué el entusiasmo?

—Es que… desde hace tiempo quería decirle que sé somos parientes lejanas… y eso me hace feliz… aquél día que usted regresó del pozo y… —Un adorable sonrojo nació en las mejillas de ambas, Kagome podría jurar que sabía lo que vendría después, la pobre de Rin estaba muy apenada por haber visto tal escena. —Pues yo la vi besándose con el señor Inuyasha… perdón es que no pude evitarlo…

—No te preocupes Rin, no fue tu culpa… ese día yo creí que había sido un sueño…

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N/DP: ¡kya! ¿les asusté? (pues si les mandas una foto tuya…) jaja, muy graciosita. Pues ya como leen fue la conti, si, sé que es corta y aburrida, pero fue lo que estuve de ánimos para hacer. Verán, es que hace tres días más o menos mi prima perdió a su bebé de siete meses, se ahorcó con el cordón umbilical al día siguiente de que le hicieran su baby, pobrecita, y pues ahorita la ando consolando… Cambio de tema porque no las quiero entristecer a ustedes, mil gracias por sus apoyos y las que me mandaron bendiciones para que me recuperara, ya ven, aún no se libran de mí… jajaja.


Koohai: Pues como ya te lo expliqué en tu fic, la frase es de una canción… bueno, gracias por tu apoyo (aunque la mal agradecida ni te mando un saludo cuando estabas enferma) si, y lloro por eso, es muy mala conmigo y yo que la quiero tanto… ¡buaa!

Dark Phoenix: Hola linda chibi, me encanta tenerte de vuelta a este… (Tú horrible fic) shh… bueno, gracias por mandarme salud para mis ojitos. No me hartas en lo absoluto, estoy acostumbrada que me mimen las niñas chiquitas, toda mi vida me han acosado tanto que ya lo veo normal xD Es cierto que dije que arreglaría la situación, pero poco a poco, ¿o crees que soy Sumi? No linda, me encanta dejarlas en la intriga…

Pan-chan: Gracias por decirme que estás loca por mi fic (uff… yo que creí que nos demandaría porque la volviste loca) Si vieras que bien me imaginé esa escena, me pasó por la mente como un millón de veces. Ahora si vieron que fue lo que le dijo Naraku a Inu, no es tan malo después de todo… ¿o sí?

kagomeG: Otra que gusta de amenazarme xD bien, espero aclarar tus dudas y ya sabes que cualquier pregunta que tengas puedes decírmela que con gusto te explico. Y ahí lo tienes, lo que hablaron Naraku e Inu… ¿suficiente por hoy?

Deji chan: Gracias y bienvenida a la historia, muchas gracias por unirte a nuestro selecto grupo de locas… ejem, quise decir lectoras… (Me mando una saludo, yo también) mira si tu, bueno, volviendo al tema… ¿Qué decía? Ah, sí, gracias por preocuparte por mi salud, de verdad me siento feliz. Lamento dejarte con la intriga pero ni modo, así es mi forma de ser… ya hasta me está gustando la pareja de Narakuxkagome xD