Un día con Mami Ese día los dos estábamos en casa sin hacer nada, nos mirábamos las cara como personas raras, ella estaba sentada en el sillón grande de la familia; mientras yo veía como ella me observaba puesto que estaba sentado en el suelo. Pasaron las horas y por fin ella habló. — Naruto, ve y te organizas quiero llevarte a un lugar especial — me dijo ella, con una sonrisa levantándose del ahí. — ¡Sí mamá! — grité para irme a mi habitación y alistarme lo más rápido que podía. Mamá llegó a mi habitación lentamente y se sentó en mi cama para ver cómo me vestía yo sólito.— ¿te falta mucho? — preguntó mirando suavemente —¿te ayudo? — dijo. — No mami, ya estoy listo — dije terminando de poner mi chamarra a naranjada. — Bien vamos, — su voz sonó totalmente feliz que al inicio — toma mi mano Naruto — me ofreció. Felizmente caminamos de la mano, mientras la intriga de saber a donde me llevaba subía más y más en mí, pero llegamos a un punto en el que ella me soltó. — Mira Hijo — me señalo una mansión gigante. — ¿Qué es eso mami? — pregunté mirando el lugar. Ella se alejó de mi para gritar ¡Oye Naruto ven acá!, yo salí tras ella y entramos a ese lugar gigantesco. — No tenga miedo, mami está contigo — me murmuro suave, dándome un beso en la frente — ¡Ven vamos a pasar un día juntos!— gritó. ¡No lo podía creer pero eran peces reales!, sí así mismo mi mami me trajo a un acuario. Primera vez en mi pocos años de vida paso con un día con mi madre en un acuario fantástico. —Gracias mami — le dije felizmente. Y ella sólo me sonrió.