de Inuyasha - Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Asurama, 13 Noviembre 2008.

  1.  
    Asurama

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola Lube-san.

    Tus dibujos están muy buenos, me gustan mucho!
    Espero que sigas dibujando...

    Vaya broche el que le regaló Sesshy a Rin, ¡Que envidia!
    Jajajaja...

    Espero pronto la conti, u otra sorpresa, en su defecto... Jeje.

    Atte.

    Tsuyuka, el 5to Dios.
     
  3.  
    Asurama

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¿Y si nos divertimos un poco antes del fic?
    Si he de dedicarle una canción al amor de mi vida, no sólo serían como las de Ai, la perfecta sería esta:

    Inuyasha – Do As Infinity: I Am

    Junto a ti yo podre recoger fragmentos de sueños
    A pesar del dolor y la tristeza de este corazón
    El mañana podemos cambiar, hacer que brille más
    Si lo intentamos hoy recordaremos por siempre nuestro amor

    Es más sencillo de lo que tú crees
    Pero aunque quiera no puedo decir
    Tantas cosas que siempre guardé
    Entre mis bolsillos y me hace sufrir

    Quisiera hablarte de mis sentimientos
    Con toda naturalidad
    Me dicen que el tiempo todo lo cura
    Pero yo aún no siento que sea verdad

    Veinticuatro horas pensando en ti pendiente de un reloj
    creyendo siempre en ti y en tus palabras que me hacen sufrir
    Incapaz de poder detenerlo, el tiempo pasará
    Debemos dedicar unos minutos tan sólo a recordar

    Si no aceptamos que todo acabó
    Al añorarnos sólo habrá dolor
    Cuesta tanto asumir sin más
    Que te pierdo sin remedio y sin luchar

    Si renunciando a todos estos sueños
    Aquí a tu lado puedo estar
    Es el momento de empezar de nuevo
    Pues nuestro amor es difícil de olvidar

    Como sombra de un pájaro que atraviesa el cielo azul
    Vamos a caminar unidos siempre hacia la libertad
    Nuestros ojos podrán contemplar la luz de un día mejor
    Y nuestro corazón recordará por siempre este gran amor.

    Veinticuatro horas pensando en ti pendiente de un reloj
    creyendo siempre en ti y en tus palabras que me hacen sufrir
    Incapaz de poder detenerlo, el tiempo pasará
    Debemos dedicar unos minutos tan sólo a recordar.
    Junto a ti yo podre recoger fragmentos de sueños
    A pesar del dolor y la tristeza de este corazón.
    El mañana podemos cambiar, hacer que brille más
    Si lo intentamos hoy recordaremos por siempre nuestro amor.


    ¡¡¡¡¡¡ ATENCIÓN, ESTO ES UN LEMON MUY CALIENTE !!!!!!
    ---No, mentira, es broma, no es un lemon, pero hay sorpresas

    Relajémonos un poco:
    Lista de géneros de FanFics de Sesshoumaru que he leído/visto:

    -SesshoumaruXInu-no-Taishou
    -SesshoumaruXInuyasha
    -SesshoumaruXJaken
    -SesshoumaruXKagome
    -SesshoumaruXKagura
    -SesshoumaruXKikyou
    -SesshoumaruXMiroku
    -SesshoumaruXRin
    -SesshoumaruXSango

    Los que tengan alguna duda y/u objeción, por favor, conmigo no se quejen

    Capítulo 18

    Tuvo más y más clases. Le había ido bien en sus exámenes gracias a su aplicación en el estudio, la cooperación de todos sus compañeros —a quienes también les había ido de maravilla, salvo el pobre Inuyasha—, y también por los útiles consejos de Ai, es decir, Sesshoumaru.
    Dejando a un lado la doble vida de su novio, su vida personal estaba reluciente, era muy feliz ahora. Esperaba con ansias la lluvia, pues parecía que él venía con el agua, y él decía que era ella la que atraía el agua. Y luego decía que la paradoja no existía.
    Deseaba llamar a casa de Kagome y decirle “¿Quieres venir? Hablaremos de lo buena que es esa familia” y ella le diría “¡Sí! ¡No sabes lo bien que lo paso junto a Inuyasha!” y hablarían horas y horas, ya no de los libros de Ai, sino de él.
    También llamaría a Inuyasha y le diría “¡No te preocupes, Inu-chan! La próxima vez te irá mejor, todos te ayudaremos” y una hermosa promesa “¿Sabes cuán bien habla Kagome de ti?”, y le levantaría el ánimo ¡Le gustaba ser casamentera! Era algo que había aprendido en sus libros aunque quizás ninguno de esos escritores era como se describían en sus trabajos ¡Pero tenían tan buenas ideas!
    Y, por supuesto, llamaría a Kohaku y le preguntaría cómo estaba, lo felicitaría por sus excelentes promedios y le diría todas las cosas divertidas que planeaba para hacer.
    Por último, llamaría a Ai —si es que él no le hablaba primero— y le prestaría oídos como una buena confidente, sí.
    Después de caminar ese par de calles, se quedó a esperar el autobús, era una lástima que Ai tuviera que trabajar, le hubiera gustado que él la acercara hasta su departamento… Su novio no hablaba mucho, pero cuando comenzaba, tenía cosas muy interesantes para decir e ideas muy buenas, además de ser muy analítico sobre comportamientos propios y ajenos. Miró la calle de un lado y otro. No había nadie, todos ya se habían ido antes o no salían aún de sus clases.
    En ese momento, vio a un joven acercarse, caminando lentamente hacia la parada de autobús. Estaba vestido con un abrigo y jeans grises. Era elegante, de buen porte y rostro delicado, con cabello y ojos negros. De pronto, levantó la vista y la miró.
    —Hola —saludó— ¿Esperas el autobús?
    —Emh, sí —dijo ella tratando de parecer indiferente, le resultaba conocido y eso la inquietaba.
    De repente, lo recordó. Era el mismo muchacho con el que se había encontrado en el baño de ese club, el que le había preguntado su nombre… elegante y atrevido a la vez, era el mismo, no podía equivocarse. Intentó alejarse lentamente, sin que él se percatara.
    —¿Cómo te llamas? —preguntó en un tono sugerente, ella fingió no oír la pregunta ¿Cuándo llegaría el maldito autobús?— Houko —dijo de repente el muchacho y ella no puedo evitar mirarlo por la sorpresa.
    Él le sonreía sensualmente
    —Houko Rin —dijo
    —¿Cómo sabe mi nombre? —le preguntó extrañada— ¿Quién es?
    —Yo me llamo Byakuya
    —Suena a nombre de obake
    Él dio un paso hacia ella, y ella se encontró con que, por algún motivo, no podía retroceder.
    —Oí hablar mucho de ti —no dejaba de sonreírle amablemente— me recuerdas ¿Verdad?
    —No —mintió ella e intentó voltear y salir corriendo. Pero él la sujetó de atrás y le cubrió la boca.
    —Bueno —le sonrió— ahora no te olvidarás de mí —le dio un golpe seco en el estómago y ella se desmayó.
    _______________________________________________________________________________
    Estaba sentado tranquilamente en la mesa de la sala, junto a su representante, discutiendo sobre la confección de una obra para un importante cliente, contactando con un website mediante la pequeña computadora portátil, cuando sonó el teléfono de Ai.
    —¿Me disculpas un momento? —se excusó con el muchacho algunos años mayor, que se sentaba a su lado y miró él número. Se trataba de Kagura—. Más te vale que sea importante o me las pagarás —murmuró en voz baja y se levantó de la mesa
    —¿Sesshoumaru? Necesito que me veas de inmediato frente al Eishin jinja —dijo antes de que él pudiera articular palabra
    —¿Por qué?
    —No puedo decírtelo por teléfono, tienes que venir ahora. —dijo en un tono imperativo su ex novia
    Él colgó la llamada muy extrañado, Kagura no solía hacer llamadas intempestivas como esa, se sentó tranquilamente a la mesa, tomó una hoja de su libreta, escribió unos nombres, una dirección y un número y se lo pasó a su socio.
    —Mañana haremos arreglos para encontrarnos la semana que viene, búscate la forma de explicárselo a mi cliente ¿Está bien?
    —¿Así de repente? —preguntó el otro hombre.
    —Acaba de surgirme un imprevisto y he de irme de inmediato.
    —Podrías perder un buen cliente
    —Lo lamentaré entonces —dijo de modo indiferente, mientras se levantaba y guardaba una carpeta llena de documentos de diversa índole.
    —Bien, entonces, hasta la semana que viene, Ai —se despidió
    Sesshoumaru lo despidió en la puerta, tomó un abrigo negro, el primero que encontró y fue a buscar el coche para conducir hasta el Eishin. Lanzó un profundo suspiro.
    —¿Y ahora qué te ocurre, plumita?

    Cuando llegó al lugar acordado, Kagura lo estaba esperando de pie junto a la torii del Eishin Jinja. A esas horas, ambos debían estar trabajando, aún así ya estaba bastante oscuro, siendo una locura esperar de pie junto a la calle.
    —¿Qué ocurre? —preguntó mientras caminaba hacia ella.
    Ella dio unos pasos hacia él, dubitativa
    —¿Tu novia se llama Houko Rin?
    —Sí, ¿Por qué? —preguntó sorprendido, extrañado
    Kagura lo tomó por la muñeca y lo jaló caminando hacia la calle
    —Tienes que venir conmigo
    —¿Qué pasó? —preguntó Sesshoumaru confundido.
    A una calle y media de ahí había un hospital
    —Necesito ver al jefe de la guardia ahora mismo —pidió Kagura en el área de recepción
    —Espere un momento —dijo la mujer vestida de verde y cruzó por una puerta.
    Sesshoumaru se le quedó mirando
    —Kagura, háblame… —en ese momento, un hombre entrecano, también vestido de verde, cruzó por la misma puerta y saludó a la señorita
    —Señorita… —miró una hoja del escritorio— ...Fuuno ¿verdad?
    Metió la mano en el bolsillo de su delantal y extrajo un pequeño papel que le dio a Kagura, ella a su vez, se lo entregó a Sesshoumaru, que lo miró con atención.
    …Llevaba su fotografía y su nombre…
    —Es la identificación de Rin —miró a Kagura abriendo los ojos—, su boleto estudiantil universitario ¿Le pasó algo?
    —¿Es usted familiar de esta persona? —le preguntó en médico de la guardia
    —No —negó con la cabeza
    —Bien, entonces tiene pronóstico reservado
    —¡¿Pero por qué?! —exigió
    —Silencio, señor, esto es un hospital —dijo el hombre
    —Contésteme
    —¿Qué relación tiene usted con esa persona?
    —Es… son novios —contestó Kagura
    El médico la miró
    —Lo siento, pero no accederé a menos que un familiar de esa persona esté aquí, eso acordamos, señorita.
    —¿Por qué yo puedo entrar y él no? No es justo
    —No discuta
    Sesshoumaru metió la mano en el bolsillo de su abrigo, extrajo su billetera y se la extendió
    —Tómela y déjeme entrar
    —No, señor.
    Entonces buscó en otro bolsillo y le extendió un gran cheque con una suma considerable, también con el dinero en efectivo de la billetera
    —Entienda que necesito entrar
    —Señor, no importa quién sea usted, pero esto está en contra de la ética…
    —Al diablo con la ética. Si no me deja entrar ahora mismo, lo haré por la fuerza
    —Si hace eso, lo echaremos de aquí.
    —Sólo inténtelo…
    —Sesshoumaru —llamó su atención Kagura
    —Entienda que esa persona no tiene a nadie cerca, me necesita a mí —exigió el muchacho—. Necesito saber qué le ocurre.
    El médico soltó un suspiro de fastidio.
    —Está bien, señores, acompáñenme
    Kagura y Sesshoumaru se miraron y luego siguieron al hombre hasta un pasillo silencioso y alejado.
    —Sólo será un momento ¿Lo comprenden? —dijo el hombre abriendo la puerta de la sala de guardia
    Kagura entró llevándose a Sesshoumaru de la mano, igual a como lo había metido al hospital, justo a donde estaba Rin, acompañada de una enfermera. La chica estaba inconsciente en una camilla, terriblemente golpeada. Casi se le paró el corazón.
    —¿Qué le pasó? —preguntó con la voz quebrada
    Kagura, la enfermera y el médico se miraron entre sí y negaron con la cabeza.
    —No tenemos idea, la jovencita estaba cerca de una casa en ruinas, debió ser cerca de las siete de la tarde, la señorita Kagura la trajo con ella, la muchacha estaba inconsciente y ya estaba muy mal
    —¿No ha despertado? —se sentó tan cerca de ella como podía, sentía un terrible dolor en el pecho
    —Está bajo control, quizás sean los medicamentos lo que la mantienen en ese estado, no quisimos administrarle anestésicos porque no sabemos qué tan severas sean sus lesiones aún.
    —¿Qué medicamentos?
    —Sólo analgésicos para contrarrestar los posibles dolores por los traumatismos
    —¿Y el diagnóstico?
    —Golpes intencionados, cortes y quemaduras
    Eso le dolió en el alma
    —Dígame que sólo fueron golpes —indagó conteniendo el aliento y esperando un cimbronazo.
    A esta frase le siguió un largo y angustioso silencio, en ese lapso todos volvieron a mirarse. El médico asintió bajando la vista.
    —Fue abusada. Es una de sus peores heridas
    El corazón le dio un vuelco. Se pasó las manos por la cara y la cabeza en un acto de nervios e impotencia
    —Me quiero morir —Kagura le puso una mano en el hombro—. Me quiero matar —levantó la vista y la miró— ¿Qué hago?
    —Llama a alguien —le aconsejó Kagura— ¿Conoces a su familia?
    Él no oía otras voces que no fueran las de su conciencia. Estiró la mano hacia ella y le tocó la frente, tenía fiebre y un terrible golpe en la mitad de la cara. Él negaba con la cabeza, no era cierto, tenía que ser una pesadilla
    —¿Qué te hicieron?
    —Por favor, salga —le pidió el doctor
    —Esperaré a que despierte —le dijo—. Me quedaré a dormir en la guardia si es necesario
    —Como quiera.
    —Vamos, Sesshoumaru —lo aconsejó Kagura, pacientemente
    Él salió con una mirada llena de confusión
    —Yo los mato.
    —No digas eso.
    —Yo los mato, nadie nunca le puso una mano encima.
    Ella tragó saliva ¡¿La chica era virgen?!
    —¿En verdad?
    Él cerró los ojos y miró hacia otra dirección. Sintió que su corazón se desgarraba a jirones

    Hizo una llamada por teléfono
    —¿Hola? —preguntó la voz del otro lado
    —Inuyasha, pídele el coche a nuestro padre, busca a Kagome y acércate al hospital que está frente al Eishin Jinja —explicó Sesshoumaru fríamente, como si nada lo molestara
    —¿Por qué? —dijo asustado
    —No puedo explicártelo por teléfono —dijo lentamente, intentando tranquilizarlo—, haz lo que te digo y cuando llegues te lo explicaré.
    —E-espera ¿Estás ahí? ¿Es urgente?
    —Sólo haz lo que te digo, yo le avisaré a Kagome que vas por ella ¿sí?
    —¿En dónde estás?
    —En el área de guardia, Kagura y yo los estaremos esperando.
    Inuyasha colgó por demás preocupado, si su hermano lo llamaba —cosa muy poco probable—, realmente era grave.

    —¿Sí? —preguntó ella cuando recibió la llamada
    —Kagome soy yo
    —¡Ai!, digo, Sesshoumaru ¿qué…
    —Escucha, prepárate de inmediato, Inuyasha pasará a recogerte pronto, debes ir con él, yo los esperaré
    —¿Pasó algo?
    —Después te lo explicaré, sólo haz lo que te pido —le dijo Sesshoumaru antes de cortar.
    A los veinte minutos, cuando Inuyasha llegó por ella, ambos se miraron extrañados. Sabían a dónde iban, sabían que estaban preocupados, pero no sabían por qué…

    —Tienen que acompañarme —les dijo cuando los vio llegar confundidos y los condujo hasta la puerta de la sala de guardia—. Es Rin, fue lastimada y Kagura la trajo aquí
    —¿fue… lastimada? —preguntó Kagome muy nerviosa
    Sesshoumaru asintió tranquilamente.
    —Fue adrede, algo le ocurrió en la calle, de camino a casa, luego de sus clases
    —¿No estabas con ella? —indagó Inuyasha
    —Estaba trabajando, fue Kagura quien me llamó
    Inuyasha se le quedó mirando
    —¿Rin está…?
    Su hermano bajó la vista
    Kagome se cubrió la boca con ambas manos, con una expresión de miedo. Casi le dio un síncope.
    —Por Dios —fue todo lo que alcanzó a murmurar Inuyasha bajando la vista.
    —¿Quieres verla? —le preguntó Sesshoumaru a Kagome—. Está inconsciente
    —¿E-esta-á muy m-al? —balbuceó la chica
    Él entreabrió la puerta
    —Entra
    Cuando Kagome vio a su amiga, le sobrevinieron unas terribles ganas de llorar, en realidad fue un sentimiento que invadió a todos los presentes… salvo a los enfermeros.
    —¿Pero qué…? —unas molestas lágrimas le nublaron la vista, se dejó abrazar por su novio.
    —Yo los mato —murmuró Inuyasha—, juro que los mato.
    —Eres su amiga —le dijo Sesshoumaru—, su familia tiene que saberlo, dime a quién llamar.
    Kagome levantó apenas la vista
    —Su padre está viviendo en otro país
    —Si fuera yo, vendría —murmuró
    —Si fueras tú —aclaró llorando, la chica
    Él volvió a cubrirse la cara
    —Ahora qué hago —Kagura volvió a tocarle el hombro— ¿Qué quieres?
    Ella le extendió un bolso, era la mochila de Rin. Él la abrió y se encontró con sus cuadernos.
    Kagome levantó la vista, secó sus lágrimas y lo miró
    —Claro, sus papeles
    Inuyasha la miró y luego miró a su hermano
    —Es verdad… Rin no tiene tutores —le dijo.
    Todos miraron a Inuyasha, luego, las miradas recayeron en Sesshoumaru. Él se puso de pie y guardó las cosas de Rin, cargándose el bolso al hombro.
    —Kagome, Inuyasha, quédense aquí con ella, volveré tan pronto como pueda. Llámenme si despierta
    —¿Y nosotros qué hacemos? —preguntó Inuyasha confundido
    —Kagura, quédate con ellos —le pidió Sesshoumaru—, aún no han cumplido la mayoría de edad
    —No habrá ningún problema —le contestó ella antes de verlo salir apresurado.
    _____________________________________________________________________
    Taishou Sesshoumaru,
    Distrito de Musashi, Tokio, Prefectura de Tokio
    Veintisiete años
    Certificado de trabajo 11.247.336
    Número de registro 247.584.312 —Le extendió un documento de identidad y los documentos de trabajo
    —¿A nombre de quién registra? —le preguntó el encargado de registro.
    —A nombre de Houko
    —¿Tiene autorización certificada?
    —Sí —le pasó unos papeles de fax legalizados y el empleado administrativo que lo había atendido, comenzó a leerlos cuidadosamente.
    Había llamado al número que le dio Kagome y tuvo que discutir bastante con el padre de Rin para obtener papeles de autorización para una tutoría. Se estaba comprometiendo a cuidar de Rin en lugar de su familia. Entre las argumentaciones para que se lo permitieran, ofreció una buena cantidad de dinero. Cuando su representante vio la suma, quiso matarlo, recordándole que no podían cubrir esa cantidad.
    “No me importa, haré magia para que aparezca el dinero”, le dijo.
    Luego de la obtención de los documentos, fue de inmediato con su abogado para que los legalizara y en el transcurso de dos horas estuvo en el registro civil para realizar el cambio de la tenencia de la chica.
    —Bien —dijo el empleado luego de constatar la veracidad de los documentos— ¿Cuáles son los datos de la persona?
    —Houko Rin
    Nació en el distrito de Inzai, Chiba
    Es estudiante de primer año de la Universidad de Tokio, tiene dieciocho años
    Su matrícula es 523.217
    Su número de registro es 320.451.853 —le mostró la tarjeta de identidad de la chica para que constatara los datos. Haber comprado la información del legajo de Rin le había servido de algo después de todo… y tener una excelente memoria también le era útil.
    El administrativo registró todo y le dio un certificado. Cuando extendió la mano para tomarlo, se le cayó una de sus tarjetas de presentación.
    —Oh, se la alcanzo —dijo el muchacho, levantando la tarjeta, y la miró— ¿Akaitsukino Ai? —Lo miró extrañado— ¿tú eres…?
    —Intenta no gritarlo a los cuatro vientos —dijo Sesshoumaru en voz baja, muy serio
    —¿Y sus datos?
    —A eso se le llama nombre artístico, tonto.
    —Esa persona tiene suerte —comentó el empleado
    —Ojalá la tuviera —contestó Sesshoumaru muy desanimado y salió apresurado para ir hacia el hospital, donde los demás lo esperaban.
    ______________________________________________________________________
    —¿Y bien? —preguntó con mirada confundida
    —Aún no ha despertado —corearon todos en tono desinflado. Se oyeron largos suspiros
    —Tengo su tutoría, por lo que más quiera, despierte
    Todos estaban sentados en silencio en la sala de guardia mirándose unos a otros como si cada uno entendiera el pensamiento de los demás presentes. Inuyasha sudaba, miraba a su hermano y pensaba qué haría él si eso le hubiera sucedido a Kagome, Sesshoumaru perdía la mirada cada diez segundos y al instante miraba un reloj que tenía en frente. Kagome dibujaba el borde de los azulejos de la pared. Abrazó a su novio
    —No quiero irme a casa, no puedo —él le tomó de la mano para darle fuerza. Ambos salieron y Kagome hizo una llamada para permanecer fuera de casa, recibiendo la respectiva reprimenda. En ese instante, un enfermero entró
    —La señorita despertó
    Inuyasha, Kagome, Sesshoumaru y Kagura se agolparon en la puerta para entrar y verla, estaban totalmente desesperados aunque sabían que ella necesitaría alguien que le diera tranquilidad.
    Pero no despertó bien, por el contrario, estaba mal, muy mal. Se puso pálida, blanca como la pared, ojerosa y frágil, le sobrevinieron espasmos estomacales, el enfermero que los había llamado y otra enfermera la sujetaron e intentaron ayudarla pero ella forcejeó, sus ojos estaban vidriosos
    —Suéltenme —les exigió al borde de las lágrimas intentando soltarse por todos los medios. Sentía una horrible sensación de peso y dolor, como si estuviera poseída por algo. Siguió vomitando agua
    —Espera… —Quisieron mantenerla quieta para aplicarle medicamentos
    —¡No, suéltenme! —Ellos quisieron tranquilizarla, también los médicos y su amigos, pero ella estaba demasiado confundida como para oírlos, ni siquiera sabía quiénes estaban a su alrededor. Gritó y lloró histéricamente, en su mente, seguían atacándola
    Sesshoumaru prácticamente saltó hacia donde ella estaba y la sujetó de los brazos
    —Rin-chan —le dijo sin aliento— Rin, soy yo ¿me reconoces? —ella gritó más, ni siquiera sabía quién era
    —¡Suéltame! —dijo fuera de sí, intentando liberarse de sus manos— ¡Quiero morirme! ¡Quiero morirme… —lloraba
    —Rin —por dentro, él quería matarse
    —¡Déjame! ¡no me toques! —lloraba, ni siquiera los chicos podían acercarse
    Kagome también lloraba y repetía su nombre a gritos, pero la chica no oía.
    Los enfermeros pensaron en amarrarla, ella se quejó más, se puso peor.
    Vinieron otros enfermeros para callarlos, pero no hubo caso. Entre cuatro la sujetaron con fuerza y le colocaron un fuerte anestésico mezclado con una droga para provocar somnolencia.
    Él se cubrió la cara con las manos, su desesperación era total, era su culpa, no debía haberla dejado
    —Se-chan —dijo intentando tranquilizarlo— No es tu culpa, tú no podías saber esto
    —Kagura —dijo desahuciado. Se levantó de la silla que había puesto y se dejó caer sobre el borde de la cama de Rin, sujetando su fría mano, miró a la chica, su pálido rostro reflejaba mucho dolor—. Gomenasai
    Si le decían que se cortara el cuello y le diera su sangre para recuperarla, sin duda lo haría

    Kagome e Inuyasha, acostados con una manta en ese sofá daban vueltas y vueltas y no podían dormir
    —Esto es terrible
    —Lo sé, yo los mato
    —No digas eso Inu-chan
    —Es lo que se merecen esos malditos —la vista se le nubló—, no tienen derecho. Destrozaron a Rin y a mi hermano, son unos malditos.
    Ambos, inquietos, querían salir de la sala de guardia y saber si podían hacer algo aunque claro, lo ignoraban
    —Inuyasha… —dijo en voz baja y sin aire
    —Dime
    —Algo me da vueltas en la cabeza —se incorporó y lo miró— ¿Cómo pudo Kagura encontrar tan rápido a Rin? Ella la trajo aquí y le avisó a tu hermano
    Inuyasha la miró en silencio
    —¿Qué quieres decirme?
    —¿Cómo lo supo tan rápido? ¿Tú crees que realmente la haya encontrado por casualidad cuando ni siquiera nosotros que estudiamos en esa zona la vimos?
    Inuyasha bajó la vista y la concentró en un punto, llevó una mano al mentón, pensativo
    —¿No era ella la novia de tu hermano? ¿No la dejó él por Rin? ¿Recuerdas que el pleito del club fue por eso?
    Él lo analizó
    —Es verdad, recuerdo lo que pasó
    —Ella no quería disculparse con él ¿o sí? Fue bastante hostil conmigo creyendo que yo era Rin
    —¿Kagome, crees que tiene algo en contra de Rin-chan? —volvió a analizarlo— ¡Que ella sabe lo que le pasó!
    —Sí, y fue la primera en “socorrer” a tu hermano —agregó Kagome
    —¿Crees que ella tiene algo que ver? O quizás…
    Se miraron y lo dijeron a la vez
    —… lo tramó…
    Entraron como una tromba buscando a Sesshoumaru
    —Sesshoumaru, por lo que pasó… —comenzó a decir Kagome al sorprendido muchacho, luego miró a Kagura— ¿No crees que es demasiado casual su encuentro con Rin en la calle? —la miró de modo suspicaz— y que supo rápido lo que le sucedió para decirte
    —¿Qué estás sugiriendo, niña? —dijo Kagura molesta y nerviosa
    —Dice que de repente pasaste de tenerle sumo recelo a Rin para preocuparte en extremo por ella al punto de “encontrarla” y “socorrer” a mi hermano
    —Cuida tu boca, Inuyasha —le dijo Ai
    —Piénsalo lógicamente, Sesshoumaru, actuó demasiado rápido y tranquilamente para ser una situación tan crítica
    —Sí, y antes no te importaba —agregó Kagome de forma acusadora
    Kagura retrocedió
    —¿Me acusas de algo? —le dijo desafiante
    —Tú ya sabías lo que le pasó a Rin —dijo Inuyasha
    —¿Kagura? —dijo Ai confundido, mirándola
    —¿Cómo crees que lo sabía?, sólo la encontré mal y le di los primeros auxilios
    —Tú lo sabías —volvió a decirle Inuyasha— ¿Por qué finges inocencia si la detestas?
    Sesshoumaru la miró, era cierto: Kagura detestaba a Rin
    —¿Realmente sabías algo? —le preguntó enojado
    —Si supiera algo, te lo hubiera dicho —llevó una mano al pecho— ¿Quién me crees?
    —Una zorra mentirosa —le dijo Kagome
    Kagura se puso más nerviosa aún
    —Mocosa insolente
    —Es la verdad, me trataste muy mal creyendo que yo era ella. Tú querías esto
    —Kagura —Sesshoumaru la miró con una expresión congelada— ¿Querías esto?
    Había algo de satisfacción en la mirada de la mujer mientras veía desesperada y destrozada a Rin
    —No, no quería —le dijo muy seria intentando ocultar cualquier clase de emoción que delatara sus verdaderos sentimientos hacia Rin o hacia él
    —Por alguna razón siento que me mientes –avanzó hacia ella
    Ella retrocedió y su corazón se agitó, bajó la mirada y se hizo para atrás
    —Yo no podría mentirte
    —¡Lo hiciste con Kohaku! —le dijo Inuyasha, ella también había utilizado a Kohaku durante el pleito del club, le había mentido.
    —Es verdad —la acusó Kagome
    —Ya basta ustedes dos —su corazón estaba más acelerado, la mirada de Sesshoumaru era fuerte, inquisidora, le ponía los nervios de puntas, quería salir corriendo de ahí— ¿A quién le creerás? ¿A estos mocosos o a mí?
    —Ese mocoso es mi hermano —dijo enfadado
    —Ha, puede que sea tu hermano ¡pero no tiene idea de lo que está diciendo! —su cuerpo se contrajo por los nervios, todas las miradas recaían sobre ella, como si quisieran sacarle la mentira
    —yo creo que lo sabe y que en parte tiene razón
    —Por favor Ai —dijo sarcásticamente— Tú me conoces más que él. Él te está inventando esas tonterías
    —¿Entonces por qué tan nerviosa, Kagura? —inquirió Sesshoumaru
    Ella se sintió atrapada
    —Tú también te sentirías así si te acusaran en vano —lanzó el juicio venenosamente hacia Inuyasha y Kagome. Ellos la miraron tremendamente molestos
    —Díselo a Rin —le dijeron ellos. Ella miró a Rin y sintió inmediata satisfacción por el hecho, sin importar que Sesshoumaru estuviera sufriendo
    —Es una tontería, está drogada a causa de las atrocidades que le hicieron
    —Basta, tú lo tramaste y a mí o me engañas, yo no soy mi hermano.
    Kagura no soportó la presión y corrió fuera del área de guardia y del hospital. Se escondió en un callejón y pidió un taxi para ir hasta su casa. Llegó y le tembló la mano cuando quiso abrir la puerta
    —¡Esos malditos mocosos! —dijo furiosa

    —¡Qué más pruebas quieres, hermano? Huyó como criminal
    Sesshoumaru miró hacia la cama donde yacía Rin deshecha y volvió a analizar todo…
    ____________________________________________________________________________
    Hagamos un análisis psicológico para comprender mi método:
    Cuando estás a punto de tener relaciones con “alguien”, antes que nada, ese “alguien” se preocupa por relajarte hasta que te quedes en un trance cálido entre la vigilia y el sueño, para que el “no te va a doler” que precede a la circunstancia suene más creíble, por eso las hice reír antes. Y luego publiqué el capítulo respectivo
    Ahora sí, que me lluevan palos, piedras y lo que deseen.
     
  4.  
    \Tsuyuka/

    \Tsuyuka/ Entusiasta

    Leo
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡OH MY GOD!!!!!!!!!!!!!

    Lube-San: ToT ToT ToT ToT ToT

    ¡No voy a perdonarte por lo que escribiste!
    ¡¡¡Pobre Rin!!! ¡¡¡Pobre Sesshoumaru!!!

    Desde el principio sospeché que Kagura era la culpable, pero me imrecionó el que aquel hombre la hubiera lastimado tato... Sabiendo que sos vos quien escribe.
    Pero supongo que deseabas agregar algo de tragedia...

    Espero que Rin empeore un poco más y Sesshy haga algo "extraordinario (y no hablo de utilizar ni habilidades, ni a Colmillo Sagrado, XD)", frente a todos para salvar a su Hada de la Lluvia.

    Oalá y atrapen a Kagura, ella siempre aparece como la "mala, pero esta vez se sarpó!!!
    Llegar a esos extremos por pura envidia? ¡Mujer supéralo!

    ¡¡¡Hagas lo que hagas Sesshy no te entrehará su corazón porque no te ama!!! (al menos no en este FF)

    Que bien, ahora nuestro querido Daiyoukai es el tutor de su amada y pequeña Rin... estoy mal pensando, no me hagan caso.

    ¡¡Sessh no es de esa clase de tutore!!! (Cierto q no?)

    Bueno, me despido hasta la próx. continuación.

    Atte.

    Tsuyuka, el 5to Dios.
     
  5.  
    Izayoimywill

    Izayoimywill Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¡Hola!

    ¿Recibes amenazas de muerte? Porque yo te mato… no mentira jeje suerte que yo no me morí antes…
    ¿De dónde ****** sacas estas ideas? Eh?
    ¿Acaso algún día me dejarás de sorprender con tus ideas? Bueno creo que no.
    Que trágico lo que le paso a Rin iba todo tan bien… pero como tu dices o algo parecido “sin sufrimiento la historia no tiene sentido” mmm… bueno eso lo decías cuando hablabas de Syd Negro pero igual jajaja… parece que se me están mezclando las historias.
    Me habías dicho que algo iba a pasar… pero no imagine que era algo tan fuerte…
    Pobre Sesshoumaru ToT todavía no creo… bueno si creo, por todo lo que lo haz hecho pasar… lo compadezco.
    Pobre Rin… ¡pobre Rin! Si que esta sufriendo esta vez…
    Kagura… ¿será realmente ella la que planeo todo esto? Aaaaaaaaa!!!!! Yo creo que sí, pero… emmm… no sé *verguenza*
    Utilizaste un buen método antes de poner el capítulo…
    ¡No soporto tener que esperar hasta el próximo capítulo! Aaaaaaaaaaa!!!! Más te vale poner el otro capítulo rápido eh…

    Adiós.

    PD: ToT ToT estoy dando lastima parece...
     
  6.  
    Rei sama

    Rei sama Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Pe... pe... pero que?? según lo que pone debajo del capitulo te podemos apedrear NO? así que alla voy. COMO SE TE OCURRE VIOLAR A RIN!!!! emm... osea... tu no la violaste pero igual... tu fuiste la culpable de que la violaran la historia es tuya.
    Se puede saber como se te ocurrio eso?? me destrozaste voy a estar toda la semana llorando despues de esto T_T.
    La historia iba sobre ruedas viene el idiota ese y me la, me la... me la VIOLA!! T_T que desgracia!!! y ahora Sesshomaru (Ai como prefieran) esta destrozado. Pobre Sesshomaru, pero ahora el tutor de Rin es Sesshomaru? Eso es muy buena idea me encantó. KAGURA LO PLANEO!!?? Desde el principio sospeche que no era muy buena pero, tanto como planear eso, igual planeó que le dieran un susto a Sesshomaru pero no que la violara o bueno no lo se.
    Espero con ansias el siguiente capitulo para resolver mis dudas y saber si Kagura lo hizo, porque si es así, muajajaja, perdón,^^U.
    Haber si me entero, nos haces reir para después inflarnos a llorar? T_T si eso es lo que querías lo has conseguido T_T
    Continua cuando quieras T_T y por favor no me des más disgustos que te juro que no aguanto otro.
    Bye!!
     
  7.  
    lili sama

    lili sama Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hola:D
    o0o
    realmente tu historia me a encantadoo!!!
    me fascino por completo
    hace rato ya que un fic no me provocaba expresiones faciales jajajaja
    de lo mejor , me tendras aca buscando actualizaciones muy continuamente.
    genial .
    adiosin.
     
  8.  
    AkoNomura

    AkoNomura Guest

    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hola!

    Ako está muuuuy enojada! ako agarrará al mal parido que la violó y a la muy &#$%" de Kagura por hacerle esto a nuestra querida Rin y conocerán mi furia, les daré sus pataditas donde mas le duele y aplicaré metodos de tortura inimaginables! ¡¿pero lubecita como se te ocurre hacer algo asi?!

    espero, y creo que todo el mundo también, que esto termine de buena manera o sino conoceras algo mas que mi temida "mirada asesina" (y no es broma)

    ok, despues de tanta violencia, creo que debo calmarme.
    .
    ..
    ...
    ....
    ¡pero es que no quiero calmarme!

    apurate en continuar! espero con ansias el proximo capitulo!

    nos leemos!
     
  9.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Luchy regresa a casa
    Me dicen mis entendidos que algunos creen que abandoné el trabajo. Pues no, solamente tuve otras obligaciones, pero mis fics regresan.

    Prometo sacar a Rin-chan de este enredo para que no me maten mis lectoras.

    Además los invito a pasarse por mis demás trabajos:

    "Una dulce conversación, ¿Me concederías el honor?"
    "La historia con mi pequeña" Que se halla en mi blog
    "La vida antes de Gregori... o quizás no tan antes"

    No desesperen que Luchy regresa a casa!!!!
     
  10.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Pues así son las cosas.
    Finalmente, después de siglos, Luchy regresa a casa. Todos y cada uno de mis fics tienen un capítulo nuevo, así que invito a pasar. Pero sé que este es mi principal trabajo y al que todos acuden primero.
    Invito a dejar sus comentarios y críticas. Prometo que se encontrarán con sorpresas, veremos cómo reaccionan nuestros personajes después de lo ocurrido, en este capítulo seguirá algo de la tensión del 18.
    Agradezco la participación a AkoNomura, Frambuesitha, Izayoimywill, lili sama, Lily-sama, Olga, Sesshogira, Tsuyuka-chan y todos los que quieran pasas por aquí

    Capítulo 19
    —Ya, déjenme —pidió casi histérico mientras algo que no comprendía daba vueltas una y otra vez en su cabeza.
    Congelados, así se habían quedado, su reacción fue horrorosa… y no podían culparlo. Debía estar confundido por lo que le sucedió a Rin y más aún al saber que Kagura tenía algo que ver. Ambos se miraron antes de bajas la vista y clavarla en el suelo de la sala, debieron haber pensado mejor antes de decírselo, esta no era la mejor situación, era terrible.
    Inuyasha salió del cuarto casi arrastrando a Kagome fuera, ella no quería separarse de Rin, de todos modos no iban a dejar que permaneciera allí y Sesshoumaru prácticamente los había echado fuera si así querían verlo.
    —Me preocupa… —su voz no le salía— me preocupa, no quiero ¡No quiero irme a casa así! No puedo —se puso a llorar en el hombro de su novio. Él la abrazó y le puso una mano en la cabeza—. Ni siquiera me dejará dormir.
    —Tienes que ir a casa, mañana tenemos clases y tu familia se enfadará de todos modos si no regresas —. Cada hora, minuto y segundo se hacían eternos. Ella había pedido permiso para quedarse allí. Sabía que detrás de la blanca puerta con cristales estaban dos personas completamente desesperadas, su amiga y su afecto más cercano
    —¿Por qué esa horrible mujer tuvo que hacer eso? —no dejaba de llorar. Él no dejaba de maldecir, las cosas empeoraban a cada instante en vez de mejorar, ni siquiera quería pensar que revoltijo de problemas debía ser la cabeza de su hermano…

    Jamás había sentido tal confusión, la que le aportaba estabilidad era Rin, pero ahora ella no podía ayudarlo, por el contrario, era ella la que necesitaba de su ayuda. Levantó la vista por enésima vez y la miró. Pálida, llena de golpes y con rostro de angustia, quería morirse, jamás pensó que la vería así. No podía estarse quieto, su corazón parecía haberse salido hace horas de su cuerpo y haberse olvidado de regresar, ella se había asustado en extremo y ni siquiera lo había reconocido, no estaba seguro de que ella pudiera recordar luego, no sabía el alcance del trauma, aunque conocía mucho sobre el tema y era, sin duda, una situación provocadora de gravísimas secuelas. No, sin duda cuando despertara no sería la misma persona.
    Esos malditos no podían haberle hecho tal cosa a su bellísima y delicada hada de agua
    —¡los mataré, juro que los mataré! —tomó aire, gritar era en vano
    En ese momento, recordó la intempestiva visita de Kagura hacía algunos días. Ella había llegado sin anunciarse y entrado a su casa sin permiso, para llevarse su libreta de borradores y no se la había devuelto. Genial, ahora ni siquiera tenía su diario para volcar su angustia, se sentía mareado y totalmente confundido.
    ¿Y tu novia? ¿No es lo mismo con ella?
    Eso le había preguntado Kagura

    ¿Qué hace que ella sea diferente?
    Su inocencia, eso le había dicho él. La mirada de devoción que él le había regalado a sus hermosos ojos pardos sería muy distinta que la mirada de lucha dolorosa que tendría la próxima vez que los abriera. Malditos

    —Daría cualquier cosa por que volvieras a ser lo que fuiste —hubo silencio total—. Juro que los mataría, no quiero terminar esto así, me gustaría que despertaras…
    Sus ojos se nublaron, pero se negaban a dejar caer una sola lágrima aunque se estuviera destrozando por dentro. Había aprendido a sufrir en silencio.
    —…y que todo lo demás no fuera más que una pesadilla, ponerte en una caja fuerte y que nadie te hiciera nada —tomó aire—, no sentir culpa —se puso en cuclillas—, no sentir dolor. Poder borrar todo lo que hay de gris en tu mente y en la mía —miraba a un punto distante—. No sé, hacer lo que fuera necesario —cerró los ojos y todo pareció irse. De repente, se encontró no siendo él, como si sólo fuera Ai, fue como si de repente dejara de dolerle y de importarle.
    Nuevamente se sentía vacío, fue hasta la solitaria silla que había, se sentó y allí permaneció en silencio…
    Cada dos horas regresaban con un fuerte medicamento para Rin, preparado para mitigar todos sus traumas físicos y mentales, agua para no despertar. Él se encontró con que tampoco quería despertar, deseaba quedarse en ese trance en el que Rin casi le era indiferente, como si estuviera solo allí. Aún así, alguna parte esencial, profunda dentro de él, había quedado conectada con ella y eso lo hacía consciente de la realidad, de que había alguien más ahí, pero no sabía nada más, no quería, alguna parte de él tenía temor.
    Sabía que sus ojos no se cerraría esa noche y posiblemente tampoco en noche futuras. Sabía que acercarse a Rin sería peligroso para ella, no podía creer que se quedara paralizado allí viéndola sin poder hacer nada
    _________________________________________________________________________
    Pasaron una noche horrible y algo en su interior les decía que solamente sería el comienzo. Las doce de la noche, las doce y media, la una de la madrugada, las dos… El maldito reloj con su tictac los torturaba a cada segundo, extendiéndolo como si fuera eterno.
    Ella apenas había dormido, tenía pesadillas, lloraba en sueños y despierta, llamaba a su hermano y a sus padres. Él apenas sí pegaba un ojo, recordaba la horrible visión de Rin lastimada, la cara de angustia y de ira que su hermano intentaba ocultar, la mirada de satisfacción que Kagura no podía esconder al ver la escena ¿Cómo pudiste? ¿Cómo podías? La odiaba, ella había comenzado todo eso.
    Ambos estaban en pie de guerra antes de las seis y ya habían llegado a casa de Inuyasha antes de las siete
    —Más vale que tengas una buena excusa, Inuyasha —dijo el padre sumamente enojado cuando lo vio llegar con la chica—. Y más te vale que la señora Higurashi sepa de esto.
    —No fue mi culpa, tuvimos…
    —Llamé a tu madre, dice que estaban en la guardia de un hospital, no es así —dijo entrando a la sala la madre de Inuyasha
    Kagome asintió.
    —Una compañera de clases estaba mal, alguien la hirió gravemente
    —Por Dios —murmuró la madre de Inuyasha llevando una mano a la boca
    Inuyasha y su padre miraban a Kagome.
    —Sesshoumaru me llamó desde el hospital. Él es novio de la chica, tomó su tutoría para poder encargarse de ella ahora, ya que su padre se encuentra lejos, necesitaba hablar con Kagome, porque ella conoce a la familia de Rin, además él no podía salir.
    Después de escuchar en silencio y de mirar fijamente a la pequeña pareja, reaccionó.
    —¿Su tutor? ¿Por qué no lo dijiste? ¿En qué hospital está? ¿Qué obra social le dio a la muchacha?
    —No… no lo sé —dijo Inuyasha confundido y sorprendido por la actitud repentinamente preocupada de sus padres
    —Bien, no importa, prepárate para ir a clases, saldremos en veinte minutos
    —Sí papá —dijo subiendo a su habitación.
    —¿Pasaste una mala noche? —le preguntó a la chica
    —Estuvimos en vela durante toda la noche en la sala de guardia del hospital –soltó un largo, pesado y doloroso suspiro antes de hacer una negativa con la cabeza y que se le volvieran a llenar los ojos de lágrimas—. Lo que le hicieron a Rin-chan fue horrible. Ai… digo, Sesshoumaru estaba muy mal.
    —Oh, pobre, debió ser terrible —concluyó la señora y la llevó a sentarse hasta que Inuyasha bajara de su cuarto.
    —Tendríamos que poner seguro estudiantil en el perímetro de la Universidad —dijo el padre de Inuyasha antes de mirarla— ¿En dónde estaba ella?
    Kagome negó con la cabeza
    —No lo sabemos y ella no podía hablar. Despertó unos minutos pero estaba demasiado alterada y confundida —Sus ojos se clavaron en los de los dos adultos que tenía en frente—. Creemos que no fue por suerte lo que le sucedió, sino que alguien se lo hizo a propósito. Debió haber sido Kagura
    —¿Kagura? —preguntaron ellos confundidos, mirándose entre sí
    —Ella era la novia de Sesshoumaru antes de que él conociera a Rin-chan, le tenía mucho rencor
    —No puedes juzgar así a alguien Kagome-san —le dijo el hombre
    —Pero si así fue, además le preguntamos y ella huyó
    —¿Que huyó? —preguntó sorprendida y extrañada la mujer—. No puede ser bueno —miró a su esposo—pobre Sesshoumaru
    —Ya vamos a ver —dijo él impaciente— ¡Por todos los infiernos baja Inuyasha de una vez! ¿Crees que tengo toda la mañana?
    —¡Ya voy! —gritó molesto desde su cuarto
    Todos salieron de prisa y subieron al coche como una tromba, pues llegarían tarde.
    __________________________________________________________________________
    —Sé que acordamos una reunión para hoy, pero las cosas se complicaron bastante y no podré atenderlos, me temo que tendrás que pasar todos mis compromisos al viernes
    —Ai —dijo enojado su representante— ¿Crees que esto es una broma o un juego? Si sigues así perderás a todos tus clientes no puedes…
    —Escúchame, realmente necesito este plazo, si no fuera por algo importante no lo cancelaría
    —Esto es importante, baja a la tierra ¿Qué crees que es esto? ¿Una de tus obras? No puedes gastar el dinero que invertiremos como si éste creciera en los árboles.
    —¿Se supone que eres mi representante? —dijo sarcásticamente—. Tienes que entenderme y ayudarme en esto. Arréglalo, podrías…
    —Tus clientes no pueden seguir esperándote
    Suficiente, no se iba a dejar manejar por ese idiota
    —Pues entonces lamentaré perderlos, pero esto es urgente y si no te crees capaz, renuncia ahora
    El muchacho que estaba del otro lado de la línea se congeló. Ese no era el Ai que él conocía
    —Está bien, como quieras. Pero luego no me digas que no te lo advertí.
    Sesshoumaru cortó exasperado, aquellos que se supone debían ayudarlo, ahora le daban la espalda. Tomó aire, se paró y, finalmente, salió del hospital para ir a buscar en el correo los papeles de Rin que se vería obligado a administrar. En eso, sonó su teléfono
    —¿Y bien? —preguntó ya harto de las vacilaciones de sus representantes
    —Sesshoumaru, supe lo que pasó. Llamaba para avisarte que tengo toda la documentación de Houko-san que necesitarás
    —¿Papá? —preguntó sumamente extrañado de la rapidez de la marcha, traspasar la burocracia no era algo sencillo— ¿Cómo sabes? ¿Acaso Inuyasha…
    —él y su novia llegaron esta mañana, me dijeron todo, dime cuándo vendrás
    Finalmente reaccionó, esto tenía que ser una señal del Cielo
    —Voy ahora —cortó la llamada, puso en marcha el coche y fue hasta la Universidad tan rápido como podía.

    Buscó y copió todo el legajo, documentos y todo lo que figuraba en la base de datos de Rin, recibió por fax los documentos que le faltaban y regresó a su casa para revisarlos atentamente, lo martirizaba la idea de dejar que Rin se despertase sola en una sala de hospital aún cuando sabía que estaba sedada.
    Pensó una y otra vez en todo lo que había sucedido. Haciendo uso de su número anónimo, llamó a un cuartel de policía.
    Necesito información urgente sobre una persona… sí, tengo entendido que encontró a una joven universitaria herida, a sólo unas calles de la estación Ueno, necesito saber su relación con esta persona... Pediré identidad reservada… Taishou Sesshoumaru. Es sobre los contactos de una mujer llamada Fuuno Kagura, según sé, vive en el distrito de Keihin...
    _____________________________________________________________________________
    Apenas sí podían entender lo que la doctora decía parada frente al salón, allí sentados incómodamente en la décima fila del auditorio donde se veía con mucho esfuerzo y apenas podía oírse. Casi parecía que balbuceaba en vez de hablar… ¿Qué rayos decía? Que los ácidos grasos volátiles que eran transportados con quilo… ¿qué? Los apuntes eran desastrosos y llenos de lagunas, sus cabezas eran un mar de ideas entremezcladas de angustia de diversa índole ¡Que ya parara de hablar por favor! Parecía que cada palabra de ella fuera de plomo. Ellos se miraban sin saber qué hacer, a tres filas más adelante se sentaba Kohaku, a dos filas más atrás se sentaba Kouga, las horas eran elásticas e irrompibles… hasta que el timbre del receso sonó. Se oyó un gran suspiro mientras todos corrían como animales en época de apareamiento y la parejita bajó para ir a tomar un refresco.
    —E-esperen —los llamó alguien. Ellos voltearon y se encontraron con Kohaku.
    —Ah! Hola Kohaku —saludó Kagome amablemente con una fingida sonrisa de oreja a oreja
    —Chicos… —dudó en preguntar, era aún más joven que ellos, podrían malinterpretarlo— ¿No han visto a Rin? Siempre suele ser la primera en llegar y hoy no estaba en la primera fila, como es su costumbre
    —…Al parecer no vino hoy —dijo Inuyasha dubitativo
    Kohaku lo miró en silencio
    Kagome e Inuyasha se miraron sin saber qué hacer ¿Decirle o no? Aunque él no dijera mucho, era bastante obvio lo que sentía, eso podía afectarle terriblemente. No, no querían decirle
    —Chicos… —preguntó Kohaku muy extrañado al ver las repentinas actitudes
    —Emh… —Inuyasha se tragó sus palabras y comenzó a retroceder graciosamente, era la peor presión que jamás hubiera sentido.
    Kagome sujetó a Kohaku del brazo
    —Tienes que venir con nosotros —dijo en un tono serio que intentaba ser tranquilo…
    ___________________________________________________________________________
    —… pero, señor no podemos hacer tal cosa —se quejaba el confundido enfermero—, el doctor me dijo…
    Quiero hablar con el doctor —dijo el reservado muchacho del otro lado de la línea. Escucharlo y no obedecerlo en el acto parecía imposible
    —E-en seguida —dijo el enfermero mientras salía apresurado de la sala de guardia para buscar al doctor que le habían asignado a Houko-san, según como le habían dicho…

    —…Le pedí que bajaran las dosis de sus medicamentos
    No podemos hacer tal cosa —dijo sereno el médico—, la seriedad de sus traumatismos es bastante mayor de lo que creíamos, así que si despier…
    —… ¿No lo entiende? —se quejó impaciente al oír el argumento—. Esa chica está sobremedicada, no podrá recuperarse adecuadamente si siguen poniéndole esas dosis ¿Cree que no lo vi? Le recuerdo que no me aparté de Houko en toda la noche —estaba seguro de ganar, por el bien de Rin tenía que ser así.
    — ¿Quién se cree para cuestionar la autoridad médica? —dijo el profesional, consternado
    —Tengo un grado en Psicología, si le interesa saber —lanzó
    Eso a mí no me sirve de nada —discutió el soberbio doctor
    —Si me pregunta qué le afectaría más seriamente entre recuperarse lentamente y no recordar nada, pensaría en lo segundo —dijo enojado ante la “incapacidad” del profesional de reconocer que su interlocutor tenía también autoridad
    En primer lugar debo decir que si no hizo esta acotación en el momento en que fue presente del tratamiento hasta ahora, no tiene ningún sentido —retrucó el médico, seguro de que el muchacho le mentía y que alguien lo había aconsejado
    —¿Sabe? —dijo en colerizado, mientras se ponía de pie y golpeaba el escritorio— Puede irse al diablo…
    —¿Qué? Escúcheme bien, señor
    —¡No! Escúcheme usted a mí —salió al patio para tomar un poco de aire y calmarse un poco—. Soy tutor de Houko Rin y no me importa si usted es médico o el grado que posea —dijo ya sin paciencia, cansado de no ser oído por nadie en el maldito planeta—. Le recuerdo que su obligación es escuchar la opinión del paciente. Ya que ella no puede, decidiré yo por ella. O la tratan adecuadamente o le enviaré un abogado demandándolo por mala praxis —amenazó. Fue hasta la cocina, se sirvió agua y volvió a sentarse.
    El médico no sabía qué hacer.
    —Está bien, pero si tiene complicaciones no será por mi culpa —dijo enfadado el médico del otro lado de la línea—, será suya.
    Y le cortó la llamada.
    —Malditos idiotas —murmuró aún enfadado, mientras se pasaba una mano por la cara y el cabello—. Todos son unos malditos idiotas.
    Le envió a un cliente Rock Star las estrofas más duras que pudiera imaginarse, estaba que reventaba…
    En eso, llamó a Kagura y le pidió que le devolviera su libreta, sabía que ella no vendría por cuenta propia. Además, cuando un escuadrón de policía llegara y allanara la casa, ella no estaría para evitarlo.
    ______________________________________________________________________________
    El teléfono de Kagura sonaba una y otra vez. Al parecer, no sabían cuando dejarla tranquila, había pasado la peor noche de su vida, la más torturada de todas. Salió de su cuarto a toda prisa, fue hasta la mesilla en donde había dejado el teléfono y atendió la llamada sin siquiera mirar el número remitente
    —Te dije que iría en media hora, déjame…
    —¿Kagura? —dijo algo confundido—. Lamento la llamada intempestiva, me enteré esta mañana de lo que le sucedió a Rin y quería saber cómo está ella, en qué lugar está. Me dijeron que tú estabas con ellos…
    —Ah, Kohaku, eres tú —dijo ella más calmada—. Te confundí con otra persona ¿Cómo supiste lo del incidente? —dijo en tono amable y calmado
    —Inuyasha y Kagome, mis compañeros, me lo contaron.
    Inuyasha y Kagome, ese par de sabandijas. Escuchar el nombre de esos dos no la hacía sentirse muy bien, especialmente al recordar el trato que le habían dado la noche anterior. Lo único que le faltaba ahora era que los chicos entrometidos le hubieran dicho a Kohaku lo mismo que le dijeron a Ai.
    —¿Qué te dijeron ellos? —indagó con calma y cuidado para no afectar la susceptibilidad del muchacho.
    Kohaku dudó
    —Me dijeron que tú y Sesshoumaru les dieron los primeros auxilios y que ahora Sesshoumaru tiene la tutoría de Rin-san.
    Ella tomó aire, no le había dicho nada, qué suerte
    —Pero lo que yo deseaba saber —continuó el muchacho—. Es cómo Rin no pue…
    —Escucha… —dijo Kagura, dubitativa— esto no podemos hablarlo por teléfono. En seguida tengo que salir, así que estará bien que nos encontremos en algún lugar… y te contaré qué sucedió —pensó un poco en su oferta— ¿Quieres saber en dónde está? ¿Deseas verla?
    Kohaku no estaba seguro de poder resistir ver mal a su amiga.
    Kagura no estaba muy convencida de que a Sesshoumaru le agradara enterarse de que ella o Kohaku habían visitado a Rin, al menos no en su estado alterado.
    —¿Puedes llevarme?
    —Sí, te veré frente al Eishin Jinja en unos minutos —dijo ella—. Sé puntual, por favor, tengo muchas cosas que hacer.
    —En el Eishin Jinja —afirmó el muchacho—. Entonces está hecho —contó la llamada y fue a su cuarto para prepararse y salir. Tuvo que decírselo a su hermana y ella se sintió terriblemente mal al enterarse de la noticia. Era tan sensible como él. Ella decidió acompañarlo, también quería saber cómo estaba Rin.
    Frente al Eishin, cuando el sol comenzaba a ocultarse, Kagura recibió a los hermanos, los saludó y les dijo todo lo que sucedió… o casi todo. Prefirió ocultar la discusión que había tenido con Sesshoumaru y con el hermano de Sesshoumaru. Era algo que, a su parecer, sólo empeoraría su pesar. Ambos hermanos se veían muy afectados, eso le dolió.
    Sin embargo, cuando quisieron entrar para ver a la chica, fueron informados de que Sesshoumaru había prohibido la entrada a Kagura o, en defecto, a cualquiera que no perteneciera a su familia o a la familia de Rin. Kagura maldijo para sus adentros, se veía a sí misma en una cárcel tras las rejas
    “Maldición, Ai ¿Realmente piensas en culparme?” pensó. Y, al instante, pensó que llamarla para que le regresara la libreta era tan sólo una excusa para hacerla acudir a su casa. De inmediato se hizo una composición de lugar y dedujo que el muchacho debía estar tramando algo. De inmediato, le dio pánico ir.
    Se sentaron en el pasillo de la guardia y ella terminó de contarles algunos detalles.
    —Lamento que no puedan ver a Rin —se disculpó—, pero deben entender que ella está en un estado muy delicado y que Sesshoumaru pensó en eso antes que nada. Restringir la entrada es para protegerla.
    —Debe estar terriblemente afectado —dijo Sango
    —Es terrible todo esto —murmuró Kohaku
    Sango le pasó un brazo por el hombro
    —Se pondrá muy bien, ya verás. Es seguro que Sesshoumaru sabrá qué hacer para tratarla
    Kohaku miró a su hermana
    —¿Conocías a Sesshoumaru? —preguntó confundido
    —No —mintió ella—. Pero se ve a una persona muy competente, además es su tutor, la cuidará muy bien
    —Muy competente —repitió Kohaku en voz baja, no estaba muy seguro de eso. Si realmente fuera competente, aquello jamás le habría sucedido a Rin. Su vista se nubló.
    —Bueno, ya debo irme —dijo Kagura en forma amable, mientras se ponía de pie y los saludaba.
    Todos salieron y se despidieron en la calle mientras Kagura retomaba el camino para ir hasta la casa de Sesshoumaru no muy convencida de lo que estaba haciendo.
    __________________________________________________________________
    Sintió que tenía más fuerza de la acostumbrada, una sensación muy extraña, mezcla de euforia y confusión, abrió los ojos y se vio dentro de una habitación completamente blanca, sola, tendida en una cama, convaleciente… el aire le pesaba. Intentó levantarse, en eso, algo salió de debajo de la cama y la sujetó por un tobillo, jalando con fuerza para arrastrarla.

    Se despertó sobresaltada y sudando, estaba sola en el cuarto silencioso. Su sueño era pesado y doloroso, su cabeza era un constante martilleo acentuado a causa del malestar que le sobrevino, de repente, tenía mucha sed, después notó que no podía moverse, no sentía su cuerpo… y lo poco que sentía era terriblemente doloroso. No recordaba casi nada de lo que había sucedido, sólo recordaba un gran susto. Su vista estaba nublada, pero podía distinguir en donde estaba…
    ¿En dónde estaba? No lo sabía.
    No era la casa de sus padres
    No era la casa de Kagome
    No era la casa de Sesshoumaru
    No era su casa.
    Quería hablar, preguntar, pedir ayuda a alguien, pero la voz no le salía, se sentía completamente restringida, como si estuviera drogada, mientras más intentaba salir de ese estado, más aumentaba su malestar y, de repente, lo notó. No sabía si era real, pero no estaba sola en ese cuarto, alguien estaba con ella, junto a su cama ¿Quién? Su vista nublada reveló la figura de la última persona que esperaría o querría ver…
    —Hola, Rin-san —saludó el muchacho con una sonrisa.
    El corazón le dio un vuelco y su mente hizo una regresión a todos sus traumas ¡¿Byakuya?! Reuniendo las pocas fuerzas que tenía, se incorporó de un salto y gritó a todo pulmón momentos antes de desmayarse.
    ____________________________________________________________________________
    —Por favor, no puedes creer las tonterías que te dijeron —replicó molesta— ¿Cómo se te ocurre que yo podría hacerle algo? Yo no sé prácticamente nada de Rin
    —¿Entonces por qué huiste? —preguntó él, de forma acusadora
    —Tú también hubieras huido si te acusaran en vano —dijo aún enojada— ¿Qué razones podría tener yo para “atacar” a Rin? —dijo cínicamente.
    —Quizás los celos tontos que demuestras —le dijo con toda razón, inclinándose hacia delante para clavar en ella toda la fuerza de su clara mirada.
    —Eso es un problema personal al que debo enfrentarme sola, somos adultos, Sesshoumaru, no niños del jardín de infantes —se defendió—. Usa la lógica: yo no conozco a Rin, ni siquiera he hablado con ella, no tengo medios para hacer lo que tú, tu “hermanito” y tu cuñada imaginan —dijo despectivamente—, si realmente fuera culpable de algo, no la hubiera ayudado, hubiera preferido que se la comieran los perros callejeros.
    Esto último lo ofendió sobremanera.
    —No quieras perecer inocente, se nota que lo disfrutaste
    —No tenía idea de que me vieras como sádica, no puedes esperar a que me agrade el sufrimiento de alguien y, si realmente fue así, lo siento, era mi subconsciente traicionándome —dijo aludiendo al título de psicología del muchacho.
    —No me digas —dijo él con cinismo y se sentó erguido— ¿Entonces te “declaras” inocente mientras admites que te molesta?
    —¿Acaso tengo escrita la palabra “inocente” en el rostro?
    —No intentes burlarte de mí
    —No me burlo, te digo la verdad ¿por qué no quieres creerme? —le dijo exasperada
    —No esperes que confíe en ti
    —No tienes ningún derecho de decir eso, yo jamás te causé problemas y te recuerdo que, en todo caso, fuiste tú quien rompió nuestra relación —entrecerró los ojos más con resignación que con enojo—. Me extraña que no hubieras ido ese mismo día corriendo detrás de esa chica. Tendrás tus motivos.
    —Oh, y seguramente lo que hiciste en el club en Ginza no tiene nada que ver
    —¡Oh! ¡Y tú estás exento! Cállate, Sesshoumaru, tú hiciste lo mismo
    Él suspiró exasperado, ella tenía razón en ese punto, no podía juzgarla
    —Escúchame, sé que esta es una situación extremadamente difícil para ti y que necesitas una salida, pero no por eso debes culpar a la primera persona que se cruza en tu camino sólo porque te conviene —se inclinó hacia él y le puso una mano en el hombro—. He intentado ayudarte y acompañarte todo lo que he podido y lo único que quieres hacer es encontrar la manera de culparme.
    —Piensa en lo que dijiste, Kagura —la miró profundo a los ojos, estaba a unos centímetros de distancia—. Tú me ayudaste antes que nadie, sé que piensas que debo agradecerte algo así, pero de todas formas parecías complacida y no te molestes en negarlo. Esa es la excusa perfecta para acercarte a mí.
    —Cuánto lamento que me veas así, pero déjame decirte que te equivocas
    —No puedes probar tu inocencia
    —No tienes forma alguna de probar que soy culpable en algo
    —¿Eso crees?
    —No encontrarás coartada para culparme —tomó aire y lo miró con rostro serio—. Eso es porque no hice nada. Puedes buscar otra solución que no sea ésta, jamás conocí a alguien más inteligente que tú, Sesshoumaru.
    —No te servirá intentar ser empalagosa
    —Deja de verme así
    —no puedo verte de otra forma
    —No es que no puedas verme de otra forma. Es que simplemente no quieres hacerlo. Métete en esa dura cabeza que no te haría jamás semejante cosa —lo miró con curioso afecto—. Estás sufriendo demasiado, eres un buen amigo, no haría semejante cosa ni aunque tuviera la posibilidad… —suspiró—, pero tú quieres ver lo que tu familia te dijo y lo que tu mente confundida quiere hacerte ver, te suplico que lo pienses con la cabeza fría
    —¿Acaso crees que no lo he hecho?
    —No
    —¿Y después pides que confíe en ti?
    —Si realmente lo hubieras pensado por la parte lógica, no me estarías culpando
    —Sólo buscas la manera de eximirte de cualquier culpa
    —Sólo busco la forma de hacerte entender que las cosas no son como tú crees —le tocó un mechón de cabello blanco y él se apartó de su mano—, pero no quieres verlo. Al menos inténtalo
    Él la miró en silencio
    Ella tomó aire y miró en los ojos claros de él
    —Si yo encontrara al maldito que hizo esto —cerró los puños con fuerza hasta que sus nudillos quedaron blancos— yo misma le rompería la cabeza a golpes. Es horrible y totalmente injusto.
    Él negó con la cabeza
    —Bien si es cierto —se levantó, dejando la libreta en la mesa y caminó hasta la puerta del patio. Deliberadamente le estaba dando la espalda—. Ya vete, tengo muchas cosas que hacer.
    —Bien, si necesitas algo, llámame por favor
    Él la miró por sobre el hombro
    —No lo haré.
    —Como quieras —se paró y tomó sus cosas para irse, con los ojos cerrados, intentando no demostrar emociones, justo como él estaba haciendo—. Pero prométeme que lo pensarás.
    Él la miró nuevamente por sobre el hombro. Con esa camisa casi negra, realmente se veía lúgubre y vacío, se había vestido del color de su alma.
    —No te prometeré nada
    —Entonces no me iré
    Él cerró los ojos por unos momentos y tomó aire.
    —Te prometo que lo intentaré
    A ella se le dibujó una leve aunque triste sonrisa.
    —Con eso me basta.
    Finalmente, él se dignó a voltear y dirigirse hacia donde estaba ella, la acompañó y le abrió la puerta
    —Vete y no te metas en problemas —le dijo con una cara de piedra
    —Tú no te metas en problemas —le dijo ella antes de salir a la calle. Se fue sin siquiera mirarlo.
    En ese momento, su teléfono sobre la mesa sonó. Él entró de prisa y fue hasta la sala a buscarlo
    —¿Diga? —preguntó sin denotar emoción alguna en su voz
    —¿Taishou Sesshoumaru? —preguntó un muchacho del otro lado de la línea
    —Sí
    —Llamo del hospital en el que usted dejó un registro
    Al muchacho le dio mala espina
    —Sí, dígame
    —Usted pidió que dosificáramos los medicamentos administrados a su tutelada, Houko Rin, también pidió que nadie entrara a verla. Hace media hora una persona violó nuestro sistema de seguridad e intentó hacerle algo a la señorita
    El corazón de Sesshoumaru dio un vuelco y la respiración se le cortó en la garganta
    —Nosotros sacamos a esa persona de aquí y llamamos a la central de policía, pero, cuando íbamos a hablar con el joven implicado, de algún modo él salió del edificio. Sin embargo, la señorita ya estaba despierta entonces y es probable que pueda reconocer a esta persona. Necesitamos que venga de inmediato, hable con nuestros administrativos y permita un diálogo con la señorita.
    Sin contestar nada, cortó la llamada y salió de la casa.
    ______________________________________________________________________
    Bajó del taxi y caminó unas calles mientras los últimos rayos del sol desaparecían en el horizonte, tenía quedarse prisa y pronto estaría en casa, entonces, alguien la llamó por su nombre y ella volteó.
    —Hola, Kagura ¿cómo estás? —dijo con una falsa y maligna sonrisa.
    Ella abrió mucho los ojos, ese era…
    —¿Naraku?
    Él la miró con una expresión retorcida en sus ojos escarlata
    —El mismo
    Lo conocía, lo había visto… o quizás peor… era parte de su familia.
    —¿Qué haces aquí?
    —Lo mismo debía preguntarte —dijo él—, creí que estaría muy lejos de tu casa cuando te enteraras de que allanaron tu casa
    —¿Qué? —preguntó desconcertada
    —Como lo oyes, hay un escuadrón entero junto a ti
    —Tiene que ser broma
    Él sonrió
    —Desearías que lo fuera… pero… la policía está algo alterada, en especial luego de lo que le sucedió a esa chica Houko ¿No lo crees?
    —Cállate —dijo enojada
    —Vaya, Kagura, no pensé que te molestarías ¿Acaso tú no querías verla así?
    Ella se retorcía claramente
    —¿Cómo te atreves?
    —Pero, es la verdad
    —Cállate, maldito —le gritó—. Eres un canalla
    —No tienes derecho a juzgarme, tú querías eso
    Ella negó
    —No, no es así —negó con la cabeza—. No sé en qué demonios piensas, lo único que sé es que te equivocas
    —Pero se veía tan bien en ese hospital… —dijo con total maldad, el sujeto
    —Cómo te atreves a decir semejante cosa —ella estaba furiosa y nerviosa en medio de la calle, sin encontrar un modo de apartarse o huir—. Yo jamás diré algo así
    —¿En verdad? —dijo sorprendido—. Creí que me cubrirías
    —¿Por qué habría yo de cubrir a escorias como tú?
    —Quizás porque nos parecemos —dijo incitando a burlarse del destino de los demás
    —No me compares contigo —dijo exasperada—. Así que tú tenías algo que ver con todo esto, me lo pagarás caro.
    —¿En verdad, Kagura? —se burló— ¿Y cuál es tu Gran plan esta vez? ¿Qué piensas hacer?
    Ella se quedó helada, no tenía manera de enfrentarse a ese hombre ni tenía un segundo plan. Era extremadamente peligroso, principalmente porque pertenecía a una red criminal impenetrable y con unos tentáculos muy largos que implicaban a personas en extremo peligrosas y con mentes depravadas ¿Cómo trabajaba? A sueldo, ella lo sabía, pero hablar, delatarlo, era sinónimo de suicidio ¿Qué hacer?
    —¿Por qué estás implicado en esto?
    —Oh, nada más que una simple ganancia
    —Eres un…
    —Heh, no podrías ganarle a mi poder
    —Eres un cobarde que no hace más que ocultarse detrás de otros
    —Pagarás caro esa declaración —amenazó enfadado
    —No, Naraku —entrecerró los ojos y lo miró con odio—. Tú eres quien lo pagará. Te juro que te encontraré a ti y al que mandó hacerle eso a esta chica y se arrepentirán, ¡irán a la cárcel de por vida!
    —Quiero verte intentarlo —dijo él, llevando una mano hacia atrás. Entonces sacó un revólver.
    A ella se le cortó la respiración, volteó en el acto y corrió hacia un callejón, pero él la persiguió. Ella se perdió por una cortada, cruzó descalza una calle y entró en una tienda hasta que él desapareció.
    Salió apenas, con el corazón en un puño y totalmente pálida. Sin valor para irse, pidió un taxi, pero al llegar a su casa notó que, en efecto, estaba allanada por la Policía. Bajar y hablar con ellos era suficiente para meterla en un gran lío del que no sería fácil salir. Ella implícitamente sabía quién era el culpable… y no lo culpaba.
    En vez de bajar, pagó un viaje algo más largo y fue hasta un hotel en el centro de la ciudad. Allí, hizo una reservación con una identidad falsa y se quedó en una habitación pensando en qué hacer. La buscarían en la casa de sus familiares e incluso en su trabajo, tenía que esperar a que todo acabara antes de volver a su vida normal y buscar el modo de hacer algo al respecto sin arriesgar más su propia vida, la vida de Rin-chan… o la vida de Ai.
    Pero primero tenía que convencer a Ai.
    Fue a pie hasta un cyber café poco conocido y, desde allí, escribió un correo haciendo uso de una dirección de fantasía.

    “Ai, no sé qué es todo esto, pero sí estoy segura de algo, fuiste tú el que pidió investigarme, nunca pensé que llegarías a esto. Me siento culpable por todo lo que sucedió. Necesito que sepas una cosa: yo jamás le hice nada a Rin, te prometo que encontraré al culpable y veré que pague la maldad que les hizo a ambos, espero que Rin esté bien ¿Quieres mi consejo? Cámbiala de una Universidad estatal a una Privada, quizás sea difícil pero tu economía te lo permite, yo te ayudaré en cuanto pueda y veré que tu problema se solucione, aún así veré que nadie me encuentre, no puedo permitirlo, si me hacen algo no podré ayudarte”.
    “Tienes que creerme, Ai, sé que lo harás, aún si no confías en mí. No volveré a verte en mucho tiempo, no hasta que esto se solucione”
     
  11.  
    olga

    olga Usuario común

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    aqui hay gato encerrado
    no manches rin desperto y vio a ese malditooo!
    uiii como kisiera pegarle sus buenos zapes en la cabezotaaa
    jejeje no me hagas casoo
    bueno ammm esperoque rin se recupere y este giro que diste tan solo hace mas larga mi angustia de saber que pasara en el siguiente capi uii odio q hagan eso pero si no hicieran eso no hubiera buenos autores byee!
     
  12.  
    Izayoimywill

    Izayoimywill Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¡Hola!

    Que pena por Sesshoumaru… que Rin despierte y el no este ahí.
    Pobre Rin con lo que se encuentra a penas se despierta… ¡¿por qué?! ToT
    Así que Kagura no es tan mala… ojala que pueda hacer algo para ayudar a Rin…
    Uy Byakuya… parece que la seguridad del hospital no es tan buena que digamos… entrar sin que nadie lo viera y salir de la misma forma…
    Ay no sé que más decir… ummm… si que te demoraste en actualizar esta historia, pero bueno, tendrás que hacer tus cosas también :)
    No sabes cuanto ansío el próximo capítulo.

    Adiós.
     
  13.  
    fabrianny

    fabrianny Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hola primero soy nueva en tu fic y en cemzoo tambien jaja.
    en cuanto a tu fic: !!!!!!!!!!!!!!!!POR DIOS NO SABES CUANTO ME HE TRAUMADO CON LOS ULTIMOS DOS CAPITULOS NO ENTIENDO QUE CRUEL¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
    Ok hablaba la fan loca ahora habla la racional Fabrianny
    tu fic es realmente bueno lo primero que me gusto es la faceta de escritor de sesshomaru muy buena la profundidad de tu escrito me llego al alma y es que si alguien sabe de caretas esa soy yo experta y con honores me indentifique plenamente con sus sentimientos al final procuras hacer tantas cosas para evitar pensar en ti y en lo vacio que eres y lo solo que estas
    la pureza de rin es incomparable solo una persona como ella es capaz de sacar al verdadero sesshomaru y su faceta de AI muy bien por ahi.
    los ultimos tres capitulos me traumaron d verdad aunque meditando me dije que en la vida los traumas y el dolor es inevitable prueba de ello lo que plasmaste en tu fic jamas y cuando digo jamas lo digo en serio pero pensando en todo lo que ella ha hecho por el supongo que el ahora tiene que demostrar su amor y ayudarla a recuperarse
    que vuelva a ser la misma? lo veo dificil ese tipo de traumas siempre te acompaña comotu karma personal, pero ¿puede un hada volver a brillar en medio de su propia oscuridad? si lo creo y eso me hace creer en tu fic e influye en mi como tu no tienes idea.
    bueno es todo espero tu continuacion. mucha suerte.

    PD: sabias que Rin significa lluvia en arabe? si consigo su significado en japones te lo hare saber.
    chau!!!!!!!!!!!
     
  14.  
    noriko yikue

    noriko yikue Entusiasta

    Virgo
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    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    aloha!!
    siento si me desapareci, tenia mucho q hacer y no tenia tiempo de seguir leyendo, pero !bendito sea el fin de semana! ya lei Todo lo q me falta y OMG esta genial :ekk: al principio si sospeche de kagura, no era nada del otro mundo ademas de verse demasiado facil q la haya ayudado y punto, pero !naraku! ese moi es perverso (aunque muy sexy) xD espero q rin-chan se componga y que sessho se encuentre bien, pobrecito. bueno nos vemos
    chao
     
  15.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

    Virgo
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¡me encanto! me he leído todo tu FF cmomo tres veces kyaaa me encanto, me encanta como escribes, las emociones y entablecer las situaciones y los dialogos , esas canciones ¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! (grito de admiradora) me quede pegada a mi computador kyaaa me encanto espero la conti pronto quiero saber que va a pasar con Rin y con Sess y como siempre naraku tenia ke estar metido ese cobarde pero me encanto....conti porfa esperare con ansias

    sessxrin
     
  16.  
    Claus XD

    Claus XD Iniciado

    Sagitario
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    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola!!!
    Espero que estes bien
    y me gustan tus critica
    tambien me encanta tu Fic:P:D
    ...
    pobre Rin :llorar:, pero espero que Sessho pueda ayudarla...

    Besos
     
  17.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

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    Título:
    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    11358
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Gregori Daratrazanoff e Inu no Taishou Sesshoumaru

    Gregori: es un carpatiano anciano
    Sesshoumaru: es un Inugami Daiyoukai

    Gregori: le dicen el Oscuro
    Sesshoumaru: le dicen Inu no Taishou

    Sesshoumaru: es el Primer Príncipe de las Tierras de Occidente
    Gregori: está casado con la hija del príncipe de los carpatianos

    Gregori: es un cazador, un administrador de justicia, muy leal al príncipe y a las leyes
    Sesshoumaru: hace uso de las leyes de su padre como mejor le parece, de más está decir que hace justicia por mano propia

    Gregori: tiene mil años en la actualidad
    Sesshoumaru: si viviera en la actualidad, tendría mil años

    Gregori: es un asesino a sangre fría
    Sesshoumaru: ídem

    Gregori: tiene poderes psíquicos
    Sesshoumaru: ídem

    Gregori: tiene el Don de la sanación
    Sesshoumaru: tiene a Tenseiga, la espada sanadora

    Gregori: puede cambiar de forma a voluntad y manipular a la naturaleza, su poder podría destruir ciudades
    Sesshoumaru: puede tomar forma humana, tiene un enorme youki con el que podría devastar ejércitos

    Gregori: es un depredador nato, todos lo comparan con una bestia salvaje de gran poder, se convirtió en vampiro pero regresó a la normalidad gracias a Savannah.
    Sesshoumaru: como cualquier perro salvaje, muerde en caso de peligro. Era despiadado hasta que Rin lo “domó”.

    Gregori: su sangre es la más poderosa de los de su especie
    Sesshoumaru: su sangre puede curar o destruir: le dio origen a la Bakusaiga

    Gregori: su compañera de vida es muy joven
    Sesshoumaru: se acompaña de una niña llamada Rin, cuyo nombre significa “compañera”

    Gregori: siente rechazo hacia los humanos
    Sesshoumaru: detesta a los humanos

    Gregori: tiene un amigo humano, Gary
    Sesshoumaru: tiene una amiga humana, Rin

    Gregori: es duro, frío y retraído; aparenta no tener emociones, pero tiene buen corazón
    Sesshoumaru: ídem

    Gregori: tiene sentimientos encontrados con respecto a Savannah
    Sesshoumaru: le sucedió algo parecido con cierta youkai, eso mismo se repitió con Rin

    Gregori: es temido y admirado entre los de su especie, es “el coco” de los carpatianos
    Sesshoumaru: cuando los de su especie oyen su nombre, tiemblan

    Gregori: sus padres fueron asesinados por humanos cuando era un niño
    Sesshoumaru: cuando era adolescente, su padre fue asesinado por un Daiyoukai (Ryuukotsusei)

    Sesshoumaru: su familia es su madre y su medio hermano Inuyasha
    Gregori: su familia son Lucien, Gabriel, Desari y Darius, sus cuatro hermanos (bueno, tres hermanos, Desari es hembra).

    Gregori: encontró a Savannah en un bosque en los Cárpatos
    Sesshoumaru: fue encontrado por Rin en un bosque en el Este de Japón

    Gregori: puede controlar la mente, con sólo su voz puede lograr que cualquiera lo obedezca
    Sesshoumaru: ni siquiera el más estúpido tendría el coraje para desobedecerlo

    Gregori: es increíblemente hermoso, atractivo, cautivante, con voz y mirada hipnótica
    Sesshoumaru: ¿Alguien tiene duda de lo sexy que es?

    Sí, lo sé, muchas de mis lectoras quieren matarme a estas alturas por todas las cosas malas que les hice a Rin-chan y a Sesshoumaru, algunos me gritan, otros me amenazan y otros tantos lloran como idiotas, pero no se preocupen, esto está a punto de acabar…
    Oigan, chicas, en estos días me encontré con un viejo verde que me hizo proposiciones indecorosas, dejándome con ganas de mandarlo bien al… (usen su imaginación). Me quedé muy traumada ¿Saben? Por lo que es probable que esta situación se refleje en el fic, así que no se me asusten ni se me enojen.

    Olga, sé que no te gustó nada el giro que le hice a la historia, pero era necesario… para dejarlas esperando.
    No, es broma, es algo muy necesario para seguir con el desarrollo. Ya te voy a dejar que le des sus zapes en la cabeza al maldito. Pero nunca aclaraste si el maldito era Byakuya o Naraku, bueno, eso queda a segundo plano, Rin irá mejorando, pero, como es de esperarse, quedará muy traumada… si seré mala. Esto ya me lo criticaron en Syd Negro

    Maka! Lamento haberme demorado siglos en actualizar, es que tenía muchas cosas que hacer, además este capítulo es largo y equivale a dos capítulos, más o menos.
    Prometo que la próxima vez que Rin despierte, Sesshoumaru estará ahí, eso no significa que no vaya a encontrarse con más sorpresas desagradables, pero no serán sorpresas de este nivel, lo prometo.
    Sí, tienes razón, la seguridad del hospital es un asco, pero precisamente por eso, esto no se quedará así. Esta historia va a dar más giros. Intentaré marearlas bien antes de ir al siguiente paso…

    Fabrianny. Bienvenida a mi fic, espero que lo disfrutes mucho, que lo encuentres interesante, que lo sigas leyendo y… que te marees un poco como todos por aquí.
    Ya tengo fama de autora despiadada que hace sufrir mucho a sus personajes antes de ponerles situaciones bonitas… o de poner situaciones bonitas antes de que todo se venga abajo.
    También tengo la fama de hacer críticas muy ácidas y causar dolores de cabeza a algunas fickers ¿verdad? Todos disfrutamos de este trabajo.
    Me gusta que te hayas identificado con el trabajo, utilicé mucho la psicología y el análisis para cada uno de los personajes, poniendo a cada uno una situación problema que debe superar con la ayuda de otros personajes. Es una forma de darles vida, de que el que lea precisamente sienta y piense como el personaje… es lo que busco con la historia, enmarcarla en una situación real, con personas igualmente reales, esto debido a que el presente fic se volverá novela cuando lo termine, sólo que cambiaré los nombres para volverla de “originales” y toda la historia se enmarcará en una situación real y comprensible que podrá entender cualquiera que la lea.
    Es cierto que de vez en cuando he puesto situaciones fuertes y terribles problemas a lo largo del fic. Primero rin tuvo que ayudarlo a “salirse de sus máscaras” y dejar ver su verdadera personalidad, como sacándolo de un cascarón. Ahora, pese a su inestabilidad, él tendrá que hacer lo mismo por ella, veamos qué tanto puede hacer solo.
    Está bien que el fic ayude a algunas personas en situaciones personales. Es algo que no me planteé, pero de todas maneras es bueno. Muchas veces las personas se me acercan para aliviar la carga de sus problemas y yo ayudo de buena manera, sin condiciones, quizás un fic de este tamaño (el más reconocido que he hecho) no sea la excepción.
    Ah, Rin, en japonés, significa “jardín”, pero el significado que usó la autora en este caso es “compañera”, y realmente le queda muy bien el nombre.
    Bueno, esta es la introducción y bienvenida que hago siempre a todos los nuevos en mi fic.

    Noriko-chan. Pues sí, Naraku será muy sexy, pero es un… cierto que no podemos discriminar a los personajes, jeje…
    En realidad lo lógico es sospechar de Kagura, apareció de repente y de primera intención ¿le creerá Ai?
    Bueno, quizás sí te desapareciste por un tiempo, no tiene la menor importancia ¡leíste! El capítulo quedó divino, pero muy triste, una larga lista de personajes necesitaran unos buenos salvavidas, yo se los daré. Los personajes sí se compondrán pero… después de eso, piénsalo, nadie puede quedar del todo bien…

    sessxrin. ¡Qué dedicación, chica para leerte todo mi fic! ¡y además como tres veces! Gracias por halagar mi manera de escribir y de describir, me atraen todas las artes, así que encontrarás más canciones y muchas ideas de Ai a lo largo del fic, dependiendo de cuánto pueda alargarse…
    con los diálogos es tema aparte, porque a veces los pienso mucho antes de escribirlo y después se me vuelan las ideas, es un milagro que sean coherentes, es lo que pasa cuando tienes muchas ideas. Por esa misma razón, escribo el fic por partes, como quien hace un collage y luego se dedica a ordenar cada cosa en su respectivo lugar…

    Claus XD. Sí, chica, estoy de maravillas.
    Me alegra que te gusten mis críticas. En ellas, pongo tanta dedicación como pondría a un fic. También me alegra que te pasaras por mi trabajo y que te haya gustado, la situación mejorará pronto, lo prometo. Aunque aún no es bueno que suspiren de alivio, tampoco mejorará tan pronto je… je… je…

    Capítulo 20

    Entró a la amplia oficina de paredes blancas sin prestar demasiada atención a los presentes ni a las circunstancias, con sus claros ojos algo vidriosos a causa de la falta de sueño y los constantes cambios de ánimo que había sufrido en las últimas horas. Como acostumbraba, en un parpadeo cambió de personalidad para ocultar una oleada de emociones que amenazaban con desequilibrarlo. No podía perder el control ni confundirse en un momento así, Rin necesitaría de su buen juicio para poder superar la serie de dificultades y traumas que había padecido en tan corto tiempo.
    La mirada azorada que le lanzó fue una muerta fehaciente de ello.
    Movió la silla de lugar, se sentó junto a ella y le prendió un pequeño beso en la mejilla entes de mirar a las otras tres personas que estaban en el cuarto, mirando la escena completamente confundidos.
    —Les pedí claramente que no sacaran a Rin de su habitación —les dijo enfadado, con una mirada que lo denotaba todo
    —También la Policía necesita hablar con ella —dijo el hombre de cabello castaño que se sentaba frente a ellos junto al escritorio, donde estaban los otros dos
    —Ella no va a hablar con la Policía —dijo el muchacho de cabello blanco, con un tono que rozaba la amenaza.
    Rin estaba sentada en una silla negra junto a él, acurrucada en un modo que transmitía pena y angustia, pequeña sensación de molestia en esos tres hombres que se sentía unos torturadores. Aún tenía muchas marcas de todo lo que le habían hecho y su cara estaba llena de sufrimiento y confusión, estaba algo pálida y el golpe en su rostro era muy notorio, bajaba la mirada vidriosa con vergüenza y dolor. Había sufrido mucho caminando desde el cuarto hasta ese lugar, respiraba dolorosamente. En su mano, llevaba un pequeño ramillete de unas florecillas rosas que alguien le había dado cuando la vieron pasar y lo sujetaba con fuerza. Implícitamente, supo que él estaba confundido y enojado, quizás tanto como ella. Levantó la vista y lo miró sin comprender nada, guardaba un silencio profundo y angustioso, sus ojos denotaban el sufrimiento que producía llevar semejantes cargas en su interior.
    Se veía muy frágil, ninguno de los presentes sabía qué hacer o decir. Los tres hombres frente a ellos estaban muy confundidos con todo lo que había pasado. Era falto de ética sacar a la chica enferma de ese modo y lo sabían, también sabían que el muchacho junto a ella era su tutor y que era capaz de demandarlos sin problemas o, en caso de que la ley no surtiera efecto, él haría justicia por mano propia. Ese muchacho, Taishou, parecía cualquier cosa, menos débil.
    —¿Al menos nos dará su autorización para hablar con ella?
    Incluso su mirada era negación. Él sabía que necesitaba la información, pero Rin se encontraba demasiado mal, no quería causarle más sufrimientos.
    —Esto no está bien, aunque comprendo la situación —bajó la vista un momento antes de volver a fijarla con más fuerza—, y sé que necesitaremos saber de esto para que no se repita. Pero ella no está en condiciones de hablar —hubo un largo y perturbador silencio, él la miró—. ¿Recuerdas algo de lo que sucedió? —preguntó con suavidad.
    Ella forzó en extremo su memoria, su cabeza parecía una nube de ideas mezcladas de la que costaba sacar información, tenía la cabeza pesada y sentía que toda su me3moria estaba cubierta por niebla. Los efectos de los medicamentos y el dolor de su trauma no la dejaban pensar claramente y no tenía memoria, se quedó boquiabierta y llena de desesperación sin saber qué responder a Sesshoumaru, al fijar la vista en sus ojos claros, notó un leve dejo de sufrimiento. Apretó las manos con más fuerza como si quisiera exprimir las florecillas.
    —Creí haberles dicho que bajaran las dosis de sus medicamentos
    —Lo hicimos —dijo el director
    Él frunció un poco el ceño
    —Sí, y ya veo que hace un excelente trabajo
    Ella sentía una fuerte presión en el cráneo, levantó una mano y la llevó hasta la sien con un gesto de dolor
    —Basta, no quiero presiones sobre Rin —dijo consciente de cómo se sentía ella.
    El hombre de cabello castaño que estaba junto al escritorio del Director se levantó y fue junto a la muchacha para examinarla.
    El Director no estaba con paciencia para discutir
    —Sé por lo que ambos están pasando, pero la policía nos exigirá…
    —La policía puede irse al diablo
    Ella levantó la vista sorprendida por el repentino arranque de su novio. Había recordado que era su novio ¿… o no?
    —Si me permiten —continuó él—, yo hablaré a solas con ellos y luego le daré una entrevista a los agentes
    —No creo que ellos vayan a estar de acuerdo con eso
    —Si no están de acuerdo, los obligaré. Usted es médico, debería comprender esto mejor que yo, aunque ella estuviera despierta, fuera testigo o un punto importante de la investigación para que no vuelvan a violar sus instalaciones, doctor —dijo a modo de acusación—, esta es más presión de la que podemos soportar —se indicó a sí mismo—. Yo soy damnificado, de modo que lo que me conviene es dar datos veraces y no sólo por mí —la indicó a ella—, ahora Rin está a mi cargo, así que tengo toda la responsabilidad en esto.
    La chica se olvidó por unos instantes de su dolor ¿Qué ella estaba a cargo de él? Eso la dejó aún más sorprendida y confundida ¿Qué quiso decir Sesshoumaru?
    —Bien —dijo el director, ya harto—, pregúntele
    —¿Es demasiado pedir que nos permita un poco de privacidad?
    —Escuche…
    —No, usted escuche. Son demasiadas personas, Rin-san no los conoce a ninguno y su actitud insidiosa sólo la perturba más
    Todos fijaron la vista en la chica. Era cierto, al parecer estaba más incómoda a cada segundo y no sólo por sus heridas. Ellos querían comprender cómo él podía entender tan bien lo que la chica pensaba y sentía. Lo único que les quedaba era darle un voto de confianza. Los tres se pusieron de pie y, en silencio, salieron de la oficina, dejando a Sesshoumaru y Rin a solas…

    Ella se le quedó mirando con una tremenda carga de sentimientos angustiosos que sólo aumentaban su padecer.
    —Escucha, Sesshoumaru, yo no puedo… —la voz le salía algo quebrada y se le dificultaba articular las palabras. Se dio cuenta de que estaba temblando
    —Tú tranquilízate aquí nadie va a hacer nada y yo me encargo de esto —dijo en un tono suave y calmo, pensado para disminuir la tensión propia y la de ella—, por el momento sólo dime cómo estás —dijo aún sabiendo el estado de Rin.
    Ella, sin poder decir nada, arrojó a un lado el ramillete de flores, se levantó como pudo y se echó a llorar en su regazo. Él le pasó la mano por los negros cabellos intentando tranquilizarla, mientras buscaba la forma de darle consuelo.
    —Llora cuanto necesites
    _______________________________________________________________________________
    »…Cuando desperté, estaba en una habitación a media luz, era una habitación polvorienta, pequeña, vacía, silenciosa, con una puerta estrecha y ninguna ventana. Estaba en el suelo de espaldas a la puerta, amordazada, con las muñecas amarradas a mi espalda y al cuello. No podía moverme y no podía voltear tampoco. La habitación era parte de alguna casa, o quizás el depósito de una oficina, era asfixiante. Afuera se escuchaban murmullos y ningún vehículo, era un lugar aislado, pero había muchas personas ahí, todos eran hombres. Ese sujeto, Byakuya, estaba entre ellos. Los escuché hablar, pero no puedo recordar lo que decían, hablaban de algo acerca de mi Facultad, no recuerdo más.
    »Recuerdo que sentía un zumbido constante en la cabeza y me dolían los brazos. Cuando quise moverme, la puerta se abrió y tres personas entraron, estoy segura de que eran más. Uno de ellos murmuró algo que no alcancé a entender y me pateó con tanta fuerza que caí de bruces en otro rincón, pero se acercó a mí y siguió pateándome, no pude reconocerlo por la oscuridad y porque me habían golpeado en la cara y no podía abrir los ojos. Pero sí recuerdo sus voces, se reían, se burlaban todo el tiempo y me gritaban hasta cosas obscenas. No podía respirar bien, ni siquiera podía gritar. Uno de ellos me levantó del suelo jalándome del cabello, pero cuando quise mirarlo me abofeteó.
    “Quédate tranquila —me dijo— aquí no pasa nada”
    »No podía creerle. En ese momento, los tres comenzaron a golpearme, cada vez que intentaba gritar, me golpeaban en la cara, después me arrojaron en el suelo y alguien que venía de afuera me lanzó un cubo de agua hirviendo, fue la única vez que grité.
    »Después ese sujeto me jaló del cuello de la camisa y me arrojó contra una pared, en eso momento ellos…

    Se interrumpió y gritó con fuerza, como jamás antes había gritado, se sujetó la cabeza con ambas manos y volvió a caer llorando en su regazo. Él volvió a abrazarla y la contempló.
    —Vas a estar bien —fue todo lo que dijo antes de escucharla llorar dolorosamente, quizás tenía herido el cuerpo, pero le dolía el alma.
    Ai memorizó patentemente la historia que le había contado Rin, en este caso, su trabajo de escritor le ayudaría mucho para dibujar con la mente y con palabras lo poco que Rin le había dicho. Incluso los agentes de policía se sorprendieron de que pudiera explicar tan verazmente algo, sus detalles fueron suficientes para hacerse a una idea de lo que había pasado antes, y ahora en el hospital. También pudieron tener una idea de la apariencia de la única persona a la que Rin había podido reconocer.
    _________________________________________________________________________________
    El médico asignado a Rin y el Director del hospital le dijeron que ella aún no podía marcharse, de todas maneras, ellos ya le habían fallado. Pidió que volvieran a llevarse a Rin a su habitación y se quedó a solas con el director en la oficina. Encerrados allí, tuvieron una larga y fuerte discusión, Ai estaba a punto de reventar, ya no soportaba más todo este juego idiota en el que lo habían metido, tenía que hacer lo que era mejor para Rin, sin importar lo que los demás le dijeran, sin importar a quién tuviera que atropellar para lograrlo
    —Escúcheme bien —dijo intentando controlarse, parecía una bomba de relojería a punto de estallar—. Di claras indicaciones acerca de lo que quería para Rin y también sobre la seguridad. Usted, como Director debería ser responsable de todo el trabajo del personal ¿Acaso cree que sentarse aquí y ganar dinero es todo lo que tiene que hacer?
    —Fue suficiente, no le permitiré que…
    —No, yo no puedo permitir que usted atropelle mis derechos o los de Rin —dijo cazando el pensamiento del hombre en el aire—. Lo único que he visto aquí en las últimas horas es irresponsabilidad e inoperancia en cada una de sus decisiones y no estoy dispuesto a soportar eso o a exponer a Rin, dudo que este desorden administrativo pueda solucionarse en minutos. Gestiono una empresa, señor, no pretenda tomarme el pelo.
    Sesshoumaru no parecía mentir, pero él no tenía forma de comprobar lo que estaba diciendo. El Director se quedó congelado, fulminando al muchacho con la mirada, pero él no se dejó intimidar y le lanzó una mirada que enterró en los subsuelos cualquier argumento del otro hombre.
    —Si no le agrada la manera de trabajar, puede llevarse a su tutelada ahora mismo
    —No necesita decírmelo, es lo que voy a hacer –puso la mano sobre el escritorio, golpeándola mientras se ponía de pie—. Ahora mismo me llevo a Rin, y no crea que quedará impune —dijo casi como una amenaza.
    —Puede amenazarme todo lo que quiera —dijo el viejo
    Sesshoumaru negó con un leve movimiento de cabeza
    —No soy tan incompetente como para hacer tal cosa. Por supuesto que no lo amenazaré —levantó la cabeza—, le enviaré a mi abogado.
    La palabra “abogado” le cayó al médico como una terrible bola de acero.
    —Pero, usted…
    —Lo que escuchó, lo demandaré por errores administrativos y maltrato de pacientes —levantó la mano del escritorio y retrocedió un paso—. Que tenga buenas noches —dijo mientras salía para dirigirse a la habitación de Rin, acompañado por una temblorosa enfermera. Evidentemente, hubo gente que escuchó la discusión, eso a él no le importaba en lo más mínimo, centró sus pensamientos en lo que haría con Rin.
    Cuando entró, ella se sobresaltó, aún estaba demasiado alterada, tenía que ayudarla de algún modo
    —No te asustes —le dijo suavemente, acercándose al borde de la cama en la que ella estaba recostada—. Vamos a irnos de este hospital
    —¿Irnos? —preguntó confundida— ¿Sólo así?
    Él asintió
    —Porque este no es un lugar muy seguro para alguien en tu estado —dijo haciendo oídas—, necesitas de un buen cuidado hasta que yo pueda concluir con todas mis obligaciones.
    —Pero… —ella intentaba aclarar sus ideas— ¿Y mi casa? ¿Y mis cosas?
    —Ya me encargaré yo de todo. Tengo tu bolso y tus llaves, no debes preocuparte por nada.
    La levantó en brazos para llevarla hasta afuera y ponerla con cuidado en el asiento del coche, luego subió a toda prisa e hizo una llamada para que le reservaran una habitación en una clínica privada de su familia. También se encargaría de que Rin estuviera ahí el tiempo suficiente como para curarse de sus traumatismos, pero no demasiado, para que aquello no le causara angustia. También sabía que no le permitiría regresar a su departamento. Tenía la corazonada de que ese sujeto podía encontrarla en cualquier lugar, después de todo, la encontró fácilmente a la salida de sus clases y en la sala del hospital. La llevaría a su casa y tendría que tener demasiada suerte si quería encontrarla ahí. También llamó de inmediato a su representante para que éste le pidiera un abogado y se lo enviara a la Dirección del hospital. Su representante estaba más que gustoso, con todo el dinero que le había hecho gastar, si demandaba a alguien y ganara el juicio, podían recuperar la suma que habían perdido. A Sesshoumaru aquello no le importaba. Cortó la llamada y fue hasta la clínica, mientras cantaba algo en voz baja con la intención de tranquilizar a Rin. Ella estaba realmente débil y todavía estaba muy nerviosa.
    —No te preocupes, Rin-chan, juro que no permitiré que jamás algo así vuelva a pasarte.
    —Gracias —los ojos se le llenaron de lágrimas, no tenía en quien más apoyarse—, te lo agradezco mucho
    —Disculpa —dijo muy apenado— fue mi culpa, mi descuido, jamás debí dejarte, disculpa.
    —No, no fue tu culpa, no tienes por qué disculparte
    —Puedes confiar en mí, las pesadillas no son eternas, en algún momento terminan —suspiró—. Acabaré pronto con esto, ya lo verás
    De repente, ella se sintió más segura a su lado, con una extraña confianza. Era como si él se hubiera convertido en una armadura de protección.
    —Confío en ti
    Una débil y apenada sonrisa se dibujó en el rostro del muchacho, sólo se tranquilizaría cuando estuviera seguro de que nada podría hacerles daño. Aún así, seguía creyendo que Kagura tenía algo que ver, tenía que hablar con ella y con los agentes de policía que había solicitado para que examinaran su casa. Se ocuparía de todo en seguida.
    Media hora después, arribó al hospital privado que estaba exactamente en el extremo contrario de la ciudad, la distancia no importaba mientras supiera que ella estaba segura. Bajó y se llevó a rin con él para que le asignaran alguien que la cuidara y una habitación adecuada. Sus heridas eran mucho menores por el momento y el dolor había sido mitigado debido a los fuertes calmantes que le habían estado administrando, pero eso no significaba que hubiera mejorado. Lo primero que hizo el médico de guardia fue regañar a Sesshoumaru por haber trasladado a Rin en ese estado y por todas las cosas que le habían obligado a hacer. Cuando vio el certificado de la chica, de inmediato cambió todos los medicamentos por otros más efectivos y con menos efectos colaterales que los que le habían estado administrando. En vez de un enfermero, le asignaron dos, el precio del tratamiento fue bastante accesible para tratarse de una institución privada. Aún así, parecían mucho más responsables que los médicos del hospital en el que Kagura había llevado a Rin.
    Confiando en que nada le sucedería a la chica, salió de la clínica privada, subió al coche y fue hasta la dirección de una de las centrales de policía. Habló con algunos encargados, les entregó sus datos y los de Rin y pidió saber el resultado de la “investigación”.
    Luego de eso, entró a una oficina dispuesto a prestar declaración. Dio todos los datos que le pidieron y comentó lo que había sucedido en cada hora, cuándo y cómo. También tuvo que hablar de los compañeros de Rin y de las personas a las que había visto en las últimas horas.
    Se sentó en un largo y frío pasillo de la comisaría mientras esperaba que el jefe se desocupara y lo llamara, informe en mano.
    Inmediatamente, intentando infundirse calma, marcó en su teléfono el número de Kagura, pero ella no contestó. ¿Quizás se habría dado cuenta de lo sucedido? Sonrió intentando disimular el enojo que sentía, deseaba saber quiénes lo habían engañado y cómo demonios lo habían conseguido con tal facilidad. Algo le decía que esos sujetos, los que habían lastimado a Rin, eran en extremo peligrosos… Pero no tenía que ser así. Si alguien volvía a intentar ponerle una mano encima a su novia, entonces sí les haría conocer el verdadero significado de la palabra “peligro”.
    Llamó al instante a su representante.
    No te preocupes, Ai —dijo en tono amable y calmado el hombre del otro lado de la línea—. Ya arreglamos todo, hablé con tu abogado y se encargará en seguida de tu “problemita”. Ese médico se quedó con cara de idiota, créeme, no podrá objetar nada ¡Hasta que hiciste algo inteligente!
    —Cállate irrespetuoso —dijo Sesshoumaru secamente—. Siempre hago cosas inteligentes aunque ustedes lo pongan en duda o les parezca lo contrario.
    —Bueno, eso no importa —contestó un poco nervioso su representante—. Por cierto, reservamos tu identidad como pides siempre ante todo mundo.
    —Bien, te dejaré encargado de todo
    —Ahá —dijo en forma más relajada—. A tu cliente no le molestó el cambio de la fecha acordada para la reunión, dice que vale la pena esperar
    —Como sea —contestó Ai despreocupadamente, nuevamente una de sus máscaras habían tomado su lugar para controlar la situación—. Lo único que necesito ahora es…
    En ese momento, levantó la vista, uno de los agentes de policía le hacía señas para ir a la oficina del detective. Ai asintió con un movimiento de cabeza
    —Me disculparás —le dijo a su representante—. Tengo un asunto que atender de inmediato. Te llamaré luego.
    —Llámame mañana —pidió su socio como un ruego—, pronto serán las diez de la noche y aún no me has dejado descansar ni un segundo. Espero que tantas horas de ocupación no vayan a arruinar tu destreza.
    Pudo oírse claramente la sonrisa burlona de Ai
    —Nada puede afectar mi destreza
    —No lo dudo —dijo su representante antes de soltar un lánguido bostezo que le causó gracia al muchacho blanco—. Te veo Ai.
    Él cortó la llamada y se levantó para ir hasta el lugar en donde algunos policías lo esperaban junto al detective y al comisario
    —Bien, señores —dijo introduciéndose—, los escucho.
    El detective asintió con la cabeza y se le quedó mirando fijo por unos segundos. La apariencia de ese muchacho era poco común, era demasiado tranquilo, reservado.
    —Fuimos a la dirección que nos proporcionó, la señorita no estaba en la casa.
    Era lo que Ai supuso.
    —… ella tampoco llegó más tarde —añadió—. Hicimos sondeo y vigilancia, ella no regresó horas más tarde y creo que incluso ahora no ha llegado, creemos que se movió a otro lugar.
    Ella era más astuta de lo que él creía.
    —¿Fueron a las direcciones de los allegados que les proporcioné? —preguntó
    Uno de los agentes asintió
    —Fuimos a todas y cada una de las direcciones y a todos los negocios. Buscamos toda la información posible —continuó el detective—, investigamos a fondo, pero no dimos con ella. Los allegados y compañeros de trabajo no nos proporcionaron suficiente información. Sus compañeros de trabajo no la vieron después del mediodía de hoy, y sus familiares y amigos llevan varios días in saber nada de ella. Ellos, al parecer, no tienen ningún conocimiento de la situación que usted, señor, nos presenta.
    —¿Algo más que hayan hecho? —preguntó pensativo
    —Sí, joven Taishou. Buscamos todos los registros de la señorita. Ella no tiene como allegado a nadie que se considere peligroso, ni tampoco tiene ningún tipo de antecedente. Investigamos a todas las personas que podrían tener una relación con ella
    —¿Y?
    —No encontramos nada, por desgracia tampoco la encontramos para que presentara declaración, eso sólo la hace ver culpable, quizás es lo que usted piense —Sesshoumaru sólo lo miró impasible, en silencio—. Pero de acuerdo a las leyes no podemos juzgarla, no a menos que escuchemos el resto de las declaraciones y hasta que no oigamos nada de lo que ella tenga que decir
    —Yo puedo hablar con ella y convencerla de venir a prestar declaración —dijo con un dejo de enojo en la voz.
    —Le estaríamos agradecidos —dijo el detective asintiendo—. Y algo más, nos hemos enterado de que debió prestar otra declaración hace algunas horas debido a la intrusión de una persona en las instalaciones de un hospital no muy lejos de aquí. Si entendimos bien, esto tiene relación directa con el caso que nos ha presentado en la mañana.
    Ai asintió.
    —Mi declaración de hace unas horas está anotada por un escribano y también debe estar en su registro —hizo un gesto con las manos—. Me vi obligado a hablar con el Director y algunos de los encargados de las instalaciones y de la seguridad para solventar posibles daños en el menor tiempo posible, pero supongo que eso les concierne a ustedes.
    —Le agradecemos su colaboración
    —Yo debería agradecerles a ustedes.
    —¿Hay algo más que podamos hacer?
    —Sí. A mi tutelada la trasladé a una clínica privada donde puedan darle cuidados intensivos en las próximas horas. Si pudieran enviar agentes que se encargaran de la seguridad al menos durante ese tiempo me harían un gran favor.
    El hombre asintió.
    —Le asignaremos guardias a la señorita
    Acordaron algunas entrevistas futuras antes de que Ai saliera.
    Luego, él regresó a casa, sólo entonces notó que ya era muy tarde. Con un suspiro estacionó el vehículo, bajó y entró sin hacer ruido. De pronto, su casa volvía a llenarse de fantasmas, no podía soportarlo, era como si la soledad y el silencio estuvieran a punto de volverlo loco. Necesitaba a Rin para encontrar estabilidad y seguridad en este aspecto, pero ahora ella no tenía tal capacidad, por el contrario, era ella la que lo necesitaba. Para colmo, había estado tan solo durante toda su vida que no tenía a nadie más en quien confiar o apoyarse. Entonces se dio cuenta de que había cosas que sus máscaras, sin importar qué tan bien elaboradas fueran, no podían solucionar este tipo de problemas, ni llenar vacíos ni ayudarlo en nada. Sus máscaras no le servían.
    Fue hasta la cocina y preparó una taza de café. Se sentó a la mesa, intranquilo por alguna razón… por todas las razones. Analizó todo en silencio, quieto como una estatua, escuchando el único ruido presente, el tictac de un reloj que lo único que hacía era aumentar su angustia, pues las manecillas parecían no querer cambiar de lugar, el tiempo parecía no querer correr justo cando él necesitaba que las horas volaran y todo eso acabara. Fue soltando el aire de a poco. Dejó su taza sobre la mesa y la miró, cuando volvió a levantarla para llevarla a sus labios, el estómago le dio un vuelco y no pudo beber. Volvió a ir hasta la cocina y buscó pan. Eso le recordó a Rin y un gran dolor lo invadió, el estómago volvió a darle un vuelco y dejó el pan en donde estaba. La noche anterior tampoco había comido o bebido ni le importaba.
    Fue hasta el pequeño estante, tomó la libreta y la arrojó sobre la mesa haciendo que se abriera a la mitad. Se sentó con brusquedad y de inmediato se quedó en blanco. Ni siquiera podía expresarse escribiendo, no podía hacer nada, no podía pensar. Se quedó inclinado sobre la libreta con un bolígrafo en la mano durante un largo rato, sin moverse, pensando en qué podía poner, ni siquiera se movió, nada le salía. Se sintió mareado.
    Resignado a que esa noche no podría trabajar, cerró la libreta con brusquedad, arrojó el bolígrafo y, dando un golpe a la mesa, se levantó para subir hasta su cuarto. Subió pesadamente cada uno de los escalones tal como si los estuviera contando y abrió la puerta con lentitud, un movimiento etéreo. Por el contrario, cuando encendió las luces, cerró con un portazo y sin pensarlo se arrojó sobre la cama dejando descolgados todos sus pensamientos y emociones que no tenían ningún valor sin la presencia de Rin. Miró la radio con el dial marcado pero se negó a encenderla, no quería un solo sonido a su alrededor. Vio la botella con agua mineral, pero le dio repulsión, ni siquiera podía beber agua y su garganta le ardía… Miró los libros que había escrito. Todos decían cosas hermosas pero ninguno alcanzaba a explicar lo que estaba sintiendo... y a veces las historias sólo podían escribirse de a dos.
    —Rin-chan, te necesito —murmuró mientras cerraba los ojos para oír con claridad el silencio que embargaba toda la casa, que llenaba su corazón.
    “…Entonces veo la realidad…”
    La luz era tenue y le devolvía de a poco la paz, aunque aquello no era más que una ilusión
    “…Que las hadas pueblan mi mundo de magia…”
    Su vista se nublo, permitiéndole mirar hacia su interior
    “…pero es tu amor el que me hechiza…”
    Tragó saliva con dificultad y luchó para no derramar una sola lágrima
    “…Me doy cuenta de que no puedo dejarte volar…”
    ————————————————————————————————————————————---
    No durmió esa noche, ni las siguientes, se pasó trabajando todo el día y todos los días, sin descanso, desde las primeras horas de la mañana hasta altas horas de la madrugada, todo para no tener que pensar. Esta vez los fantasmas no eran simples juegos de tristeza y soledad… eran monstruos horribles que amenazaban con sumirlo en la locura, incluso con separarlo de Rin-chan. En esos días casi no comía nada, pues su estómago estaba completamente cerrado, lo único que ingería era, apenas, agua mineral. Salía a menudo y veía a sus clientes y a su representante, arreglaba los asuntos que tenía a la mayor brevedad posible y regresaba a su hogar, donde se encerraba de modo tal que nadie sabía si existía, si estaba vivo o muerto, si seguía cuerdo o ya se había perdido. Cuando se hacía de un tiempo para descansar, iba a ver a Rin para asegurarse de que estaba bien y de que mejoraba y para cerciorarse de que no le faltara nada, llamaba todo el tiempo a la clínica y a la central de policía, las tarifas de teléfono serían demasiado caras cuando todo acabara, pero no le importaba. Nada tendría importancia alguna hasta que ella estuviera bien, de todos modos, no estaba seguro de que ella volviera a ser quien era antes. Aún así, hubiera deseado usar todos los métodos que estuvieran a su alcance para, al menos, intentarlo.

    Esa mañana, su teléfono sonó. La falta de alimento, de sueño y el exceso de trabajo habían comenzado a afectarle, ni siquiera miró para saber de quién se trataba
    —¿Bueno?
    —Sesshoumaru, dime cómo está Rin —dijo una voz suave
    Él parpadeó y se le dibujó una sonrisa leve en su rostro marcado, movió la silla un poco hacia atrás y se recostó en el respaldo
    —Vaya, no creí que tú llamarías. La llevé a la clínica privada que siempre nos atiende, para que le den cuidados adecuados —tomó aire—. Una persona que ella pudo reconocer irrumpió en su cuarto en el hospital, entró sin ser visto y salió de la misma manera. La seguridad y la gestión administrativa de ese hospital son un asco —suspiró de fastidio—. Lamento no haberles avisado nada, pero no tuve tiempo, tuve que hacer el cambio rápido y estos días tuve muchas ocupaciones.
    —No te oyes muy bien… —comentó él.
    —Estoy bien —dijo Sesshoumaru, aunque ni siquiera él creyó sus propias palabras.
    —Papá me dijo que hace un par de días habló contigo.
    —Me ayudó con algunos trámites para obtener la tutoría de Rin. Él tampoco sabe que ella está en la clínica
    —¿Nadie lo sabe?
    —No me interesa que nadie lo sepa —dijo casi como una amenaza—. Por el momento, lo mejor es que esté aislada, está muy afectada aún —tomó aire una vez más—. Se sobresalta con facilidad cuando alguien entra o le habla, hay que tratarla con suavidad, no quiere que la toquen y reacciona muy mal incluso si le tiendes la mano.
    —Pobre Rin-chan—dijo apenado, el chico.
    —Estará bien con el tiempo —comentó Sesshoumaru
    —¿Volverá a ser como antes? —preguntó con algo de tristeza en la voz
    Hubo un largo y perturbador silencio
    —no lo sé, Inuyasha
    ______________________________________________________________________________
    Ni bien cortó la llamada, su teléfono sonó
    —Hola, cariño ¿Cómo te encuentras?
    —Bien —contestó él con una voz descansada, con el celular en una mano, mientras se tallaba los ojos con la otra—. Estoy recibiendo noticias de Rin-chan
    —¿Cómo está ella? —Preguntó Kagome con ansiedad— ¿Hablaste con tu hermano? ¿Cómo se encuentra él?
    Inuyasha guardó silencio por un rato intentando asimilar las preguntas mientras se despertaba y veía que el reloj marcaba las seis.
    —Dice que está mejorando, pero que se asusta y se altera con mucha facilidad.
    —No he ido a verla
    —Sesshoumaru se la llevó del hospital
    —¿A dónde se la llevó?
    —Lo siento, él no quiere que nadie lo sepa, ya sabes como és
    —Está bien —ella suspiró—, es comprensible
    Inuyasha sintió
    —Sí, pobre —tomó aire—. Dice que se encuentra bien, pero no se oye nada bien… pareciera como si no hubiera dormido en días
    —Debe estar muy preocupado
    Inuyasha negó
    —No recuerdo que él se preocupara mucho por las cosas
    Ella suspiró de fastidio
    —¿Ay, Inuyasha! Estamos hablando de Rin
    Él reaccionó
    —Sí, tienes razón, eso es diferente. Tengo una corazonada
    —¿En verdad? —esas cosas de pensar, reflexionar y preocuparse no eran muy comunes en él…
    —Creo que ha estado haciendo trámites de todo tipo durante todos estos días, yendo y viniendo del hospital y trabajando como loco, quizás no coma ni duerma de lo alterado que está
    —¡Ay, Inuyasha! ¡Pobre de tu hermano! ¿Cómo piensas eso?
    —Es sólo algo que se me pasó por la mente, no lo sé, tienes razón.
    Cuando terminaban de hablar, su madre entró al cuarto y lo encontró a medio vestir con el teléfono en la mano.
    —¿Desde qué hora estás despierto? —preguntó sorprendida
    —Desde hace un momento, mamá
    —¿Y con quién hablabas? —se acercó a él
    —Con mi novia
    —¿Tan temprano la llamas? —preguntó con una sonrisa de complicidad en el rostro
    —No es lo que crees —se incorporó de la cama—. Ella me llamó a mí.
    —Vaya, así que ahora alguien más te despierta en las mañanas —le pasó una mano por los finos cabellos plateados
    —Eso parece –dijo él fingiendo una sonrisa.
    Ella volvió a pasarle la mano por la cabeza
    —Cuéntame
    —Que… e... cosa —preguntó sorprendido, extrañado
    —Cuéntame qué sucede
    —No sucede nada —afirmó él
    —No puedes engañar así a tu madre –le sonrió—. Dime, puedes confiar en mí.
    Inuyasha tomó aire lentamente para soltarlo luego en un largo suspiro mientras enfocaba la mirada en los ojos pardos de su madre.
    —Llamé a mi hermano para preguntarle cómo se encontraba Rin —bajó la vista—. Quería saber cómo estaba —su madre no dijo nada—. Ambos…
    Ella lo abrazó y él abrió mucho los ojos por la sorpresa
    —Esto que ha sucedido ha sido algo en verdad terrible —le acarició los claros cabellos—. Pero pronto todo estará bien, sólo es un mal sueño —entrecerró los ojos.
    Él miró sus cabellos de ébano
    —Ya quiero despertar…
    ________________________________________________________________________________
    A las seis y media, su teléfono sonó por segunda vez
    —Diga —dijo sin ganas y sin fuerzas, con bastante frialdad, como acostumbraba mientras llevaba la máscara que le protegía
    —Hablé con Inuyasha y me dijo que hubo un problema y que tuviste que trasladar a Rin. Sesshoumaru, dime en dónde está.
    Él levantó la vista y la fijó en un punto distante como si quisiera visualizar a la chica del otro lado de la línea.
    —Lo siento, Higurashi-san, pero supongo que también debería haberte dicho que no pretendo darle su ubicación a nadie y que necesita aislarse por un tiempo debido a su cuadro psiquiátrico —y, como era costumbre, antes de que Kagome pudiera decir nada, él cortó la llamada.
    Ella se quejó enojada, ni siquiera en esas circunstancias Ai era capaz de cambiar, seguiría siendo antipático por mucho que tuviera a Rin a su lado y por mucho que la situación lo presionara. Era un comportamiento grabado a fuego en su cerebro, no podría quitárselo y las circunstancias obligaban…
    Eso era, las circunstancias obligaban a tomar medidas drásticas…
    Miró su teléfono y pensó en quién podría llamar primero.
    ____________________________________________________________________________
    Iba a dejar el teléfono sobre la mesa, cuando sonó por tercera vez. Atendió de inmediato, de forma automática, sin pensar.
    —Y ahora qué —dijo en el acostumbrado tono antipático, mientras se ponía de píe para ir a la cocina, abrir el refrigerador y sacar otra botella de agua mineral
    —Lamento molestarte a estas, horas, sólo quería saber cómo te encuentras
    —¡Ah! —dijo Sesshoumaru con cinismo—. Y ahora te importa cómo estoy y qué estoy haciendo.
    —No intentes ser cínico, estoy hablándote en serio
    —Yo también —dijo aún con ese tono cínico—. Sólo estoy haciéndote ver lo evidente —su sonrisa sin humor se escuchó clara—. Ahora, de repente, te importa mi vida y meterte en ella. Estoy bastante crecido como para que vengan a ordenarme la vida y opinar de mi forma de actuar —su voz perdió el humor por completo—. Estoy bien y, por el momento, no necesito nada. Rin está bien, luchando. Todos los trámites que tenía que hacer se llevaron a la perfección —concluyó con voz lenta y tranquila.
    —Me alegro, y no estoy tratando de meterme en tu vida —tomó aire—, y a diferencia de lo que piensas, siempre me preocupé por ti pero tú nunca me diste una oportunidad
    —Como digas —dijo él sin denotar emoción alguna en la voz
    —Dame una oportunidad ahora.
    —Es tarde —Sesshoumaru tomó aire—. Ahora es tarde, tal vez hace algunos años te hubiera perdonado tu falta de respeto, pero ahora no me interesa, ve a pedirle una oportunidad a “tu familia”, a tu hijo y a tu mujer, yo tengo cosas importantes de las que preocuparme y no los incluyo a ustedes… Tal vez sí incluya a Inuyasha, no tengo nada que decirles —le cortó la llamada.
    _________________________________________________________________________________
    Podía escucharse claramente el murmullo de su respiración en la habitación en penumbra, mientras retozaban en su cama y reían en voz baja, era una manera de hacer pasar el tiempo y de despejar un poco el dolor que habían sentido con la situación extraña que los afectó indirectamente. Él la besó como si llevara brazas ardientes en los labios y luego se dejó caer a su lado, mientras tomaba aire y cerraba los ojos para oír la tranquilidad que aportaban las primeras horas matutinas, el latir del puro corazón de la chica y su respiración que sonaba a dulce melodía.
    —Maravilloso —comentó en voz baja, con la intención de que ella no lo escuchara
    …pero en el silencio, cualquier cosa se oía
    —Me siento halagada —dijo con una sonrisa, giró la cabeza hacia su lado, para intentar adivinar su forma en la oscuridad, mientras le ponía una mano en la mejilla.
    Él se puso de lado y llevó una mano hacia atrás, para frotarse el cuello y la nuca, incluso él había sentido la tensión. Volvió a respirar profundamente
    —Pobre Houko-san
    Ella asintió
    —Kagome y los demás están destrozados —fijó la vista en el vacío antes de ponerse de lado, con una mano debajo del cuerpo, mirándolo de frente—. Sesshoumaru debe sentirse terrible.
    Él parpadeó, esto era más que una coincidencia
    —Ya dime la verdad ¿Conocías a Sesshoumaru? Al principio, él te trató como sí se conocieran.
    Ella parpadeó, permaneció en silencio, con la vista baja por un buen rato, luego, se llevó una mano al rostro para quitarse un mechón del cabello castaño. No quería decírselo, pero no podía callarlo, mucho menos cuando él demostraba tener alguna idea de lo que estaba sucediendo. Él era sumamente inteligente.
    —Lo conocí hace algunos años en la Universidad —lo miró—. Él estaba unos años adelantado a mí, además tiene más edad que yo.
    Él la miró en silencio y parpadeó, eso era evidente
    —Sesshoumaru es muy inteligente —comentó ella—. Manejaba el programa como el alfabeto completo y aprobaba todas sus materias con excelentes notas.
    —Sí, había escuchado que un muchacho que salió de la universidad hace muchos años había obtenido excelentes promedios académicos y varias becas —lo repensó—. También escuché que no aceptó ninguna de ellas, eso es histórico, pero nadie sabía de quién se trataba.
    Ella lo miró un momento, pensando un poco sus palabras, se tendió de vientre dejando al descubierto su espalda y acomodó un brazo debajo del mentón.
    —Este muchacho, Sesshoumaru, es Ai AkaiTsukino.
    Él quedó sorprendido
    —¿él es Ai?
    Ella asintió
    —Él dijo que, cuando recibió su título universitario, ya tenía publicadas un par de obras.
    —Escuché que también compone
    Ella asintió
    —Sabe escribir de todo: desde obras de teatro y material de reportaje hasta cuentos y canciones. Él me vio las primeras veces que comencé a cantar y me ofreció sus servicios, que escribiría para mí, pero yo no tenía suficientes fondos para pagarle, así que decliné —tomó aire—. Aunque, en mi opinión, este muchacho quería algo más que escribirme.
    —¿Eso es lo que piensas? —murmuró él
    —En realidad, como Ai, tiene muy buena fama. De su vida privada se conoce casi nada, sabe lo que es preservarse, por eso me sorprendió que pudiera tener una relación seria con alguien, menos con alguien de la edad y temperamento de Rin-chan.
    —¿Crees que es juego esto de Rin?
    Ella dudó
    —Creo que va en serio, jamás se le conoció una pareja estable, ni como Sesshoumaru, ni como Ai
    —De todas formas su nombre no tiene mucha fama —comentó él
    —Prefiere conservar el anonimato, nadie sabe nada de él —se sentó con la sábana en la mano para cubrir su cuerpo desnudo—. Cuando decliné tuve que prometerle que no le diría a nadie que él era Ai. Te lo cuento porque confío en ti.
    Él también se levantó
    —¿Alguien más lo sabe?
    —Kagome e Inuyasha, supongo que Rin lo sabe, no tengo idea sobre si mi hermano lo sabe o no, es muy reservado —bajó la vista unos segundos y luego lo miró—. Como yo
    Él sonrió abiertamente
    —Nada que no pueda solucionarse –le dio un beso profundo
    Ella se hizo un poco hacia atrás.
    —En verdad quedó afectado con todo esto —seguía pensando en su hermano
    —¿Él estaba enamorado de Rin?
    —Creo que sí, pero está con esa mujer ahora —negó con la cabeza—. Hay algo que no cuadra, algo que no me gusta de ella…
    Él también negó con la cabeza
    —Celos de hermana mayor
    —Es más que eso —afirmó ella, algo no estaba bien, lo creía desde que supo lo que le sucedió a esa chica, Rin. No estaba segura de qué era, sólo tenía una corazonada… una bastante desagradable
    —¿En qué piensas? —preguntó él al verla tan preocupada.
    —En lo que sucedió —tomó aire—. Realmente desconfío de esa mujer… ¿y si él le hubiera dicho lo que sentía por Rin y probablemente ella estuviera con Sesshoumaru entonces…
    Él la miró en silencio, esperando sus siguientes palabras mientras contenía el aire. Ella miró al fondo de sus ojos.
    —… ¿es probable que mi hermano sintiera celos de Sesshoumaru y aprovechando eso, esta mujer hiciera algo a sus espaldas?
    Él abrió los ojos
    —¿Qué ella le hubiera hecho algo a Rin a causa de un comentario de tu hermano? ¿Qué hiciera algo a espaldas de Kohaku? —pensó mucho— ¿Lo has comentado con él?
    Ella negó
    —Desde que supo la noticia ha estado muy mal, no quiere hablar
    —¿Sabes algo de esta mujer?
    —Sólo que se llama Kagura —bajó la vista—. Precisamente no saber nada es lo que me preocupa
    —¿Ella conocía a Sesshoumaru?
    —Por lo que me contó Kohaku y una de sus compañeras, ella fue quien le dio los primeros auxilios a Rin y quien lo llamó
    —Entonces pudo haberlo hecho por venganza hacia ella, sería lógico… pero descabellado
    —Me asusta esto que dices —dijo ella acongojada
    —No creo que le haga nada a tu hermano —le pasó una mano por los hombros—, pero creo que lo mejor es que le digas que no se acerque a ella por un tiempo, más como una medida de seguridad
    Ella lo miró
    —Puede malinterpretarlo y huir de casa nuevamente
    —si le das buenas razones, tal vez no lo haga
    —Seguiré tu consejo —calló por unos instantes— ¿Estaría bien si también se lo decimos a Ai?
    Él pensó la respuesta
    —Creo que podría verlo como la invasión de extraños a su vida privada, lo mejor sería no decirle nada.
    Ella asintió, los primeros rayos de sol se colaban por la pequeña ventana del cuarto, Sango miró las siluetas que dibujaba la cortina y se echó hacia atrás.
    —No sé qué pensar, debería hablar con estos chicos, saber qué pueden decirme al respecto, aunque están muy asustados
    —Es comprensible
    —Quizás más tarde los llame —miró hacia otra dirección—, necesito ir a estudiar
    —Te acompaño —se ofreció él, amablemente
    —Muchas gracias…
    _________________________________________________________________________________
    Permanecía inmóvil y en silencio, mirando el blanco techo. De vez en cuando, miraba a las paredes de color azul pastel, como si quisiera adivinar figuras sobre ellas, cosas que en realidad no estaban ahí. Perdía la noción del tiempo y del espacio, no sabía dónde estaba, cómo llegó allí ni por qué. Mientras tanto, una risa burlona hacía eco en su cabeza desde ese día y unos penetrantes ojos negros la seguían por doquier amenazándola con volverla loca. Quería golpearse la cabeza con algo y quedar inconsciente de por vida.
    Casi no tenía sueños, los pocos que tenía eran angustiosas pesadillas que superaban a cualquier escena de película de terror, y todas en blanco y negro, cada vez que despertaba, tenía fuertes dolores que calmaban en seguida, cuando podía tranquilizarse. A veces estaba sola, a veces, Sesshoumaru estaba ahí, a veces él sólo estaba en sus sueños.
    Moría de miedo incluso si una enfermera entraba para la curas, cada vez que la puerta se abría. Recordaba haber visto a ese odioso sujeto en ese callejón, en la parada de autobuses, en la sala del hospital, tenía la sensación de que, sin importar las medidas de seguridad que Sesshoumaru tomara, aquello volvería a suceder. En ese silencio perturbador, la sobresaltó un fuerte sonido, luego cayó en la cuenta de que sólo se trataba de su teléfono celular, que se encontraba siempre a su alcance en la mesilla.
    —Cielos, en qué cosas pienso —murmuró apenada mientras se levantaba y estiraba la mano para tomar el aparato. Incluso escuchar una voz del otro lado de la línea le daba pánico, sin pode saber quién era
    —¿Sí? —preguntó con un hilo de voz
    —¿Cómo estás, cariño mío?
    El corazón le dio un vuelco y luego volvió a su ritmo
    —Estoy bien, creo.
    —¿Cómo te sientes? ¿Has sufrido dolores? ¿Y qué tal tus sueños?
    Ella negó
    —Puras pesadillas, no he tenido sueños en días
    No es nada que no pueda solucionarse, aún cuando tome su tiepo —tomó aire—. Cuéntame
    —Vas a cobrarme —intentó bromear ella.
    Tienes buenos fondos, yo te mantengo —dijo él en tono de broma entes de volver a su acostumbrada seriedad—. Cuéntame —insistió.
    —Aún no puedo ver en los rincones y detrás de las puertas —dijo apenada
    —Tienes que mirar fijo, mirar con detalle cada cosa, acostumbrarte a la presencia de cada cosa, no hay monstruos allí, todas las personas que están a tu alrededor permanecen para ayudarte, en eso tienes que pensar
    Gimió
    —Pero a veces me siento muy sola
    —Piensa en mí, no estás sola, no volveré a dejarte sola, aún cuando no pueda estar todo el tiempo contigo. No tienes por qué asustarte, no volverás a estar sola
    —¿Y… —estaba muy mal— …si vuelve a suceder?
    —Rin-chan ¿Me oyes?
    —Sí
    —Se mueren si te tocan. Comprende eso. Se mueren
    Ella cerró los ojos
    —Sí –suspiró de alivio—. Entiendo —miró en todas direcciones, escuchando su voz no veía los fantasmas— ¿Vendrás pronto?
    —En cuanto me libere de mis obligaciones, pero te atenderé cuando necesites
    Ella sonrió débilmente
    —A veces veo fantasmas
    —Mis fantasmas desaparecieron cuando tú apareciste
    —¿Será lo mismo?
    —Eres fuerte, Rin-chan, y eres más fuerte que yo, solamente confía.
    —Confío en ti
    —En algún momento comenzarás a confiar de nuevo en la gente —tomó aire—, eso no tiene por qué asustarte.
    Le cantó “No puedo dejarte volar”, y no la dejó.

    _____________________________________________________________________________
     
  18.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

    Virgo
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    17 Enero 2009
    Mensajes:
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    sigue..sigue..sigue plisss me encanto kyaaaaa tus obras me encantan y pobre de rin asustada y sess ni se diga ojala se resuelva pronto ..jejej..no como tu quieras..jejejje conti pliss
     
  19.  
    Claus XD

    Claus XD Iniciado

    Sagitario
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    4 Marzo 2009
    Mensajes:
    39
    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hola!!

    Me gustó esta conti!!!

    Más la parte donde Sessho cuida de Rin!!!

    Cuidate!!!
    BESOS!!!
     
  20.  
    olga

    olga Usuario común

    Libra
    Miembro desde:
    21 Septiembre 2007
    Mensajes:
    257
    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    awwwwww
    noo esto ke le hiciste a rin definitivamente fue el fondoo
    pero buenoo como eres la autora no te podre dañar joooo bn mala ioo jajajaja ammm de darle un sape me referia a Naraku por mandarlo aunke kreo ke mejor le dare algo mas ke un sape (mirada asesina) a los dos uno por prestar el servicio y otro por mandarlo a hacer uii lo odioo oie pero lo ke no me kedo claro es ke kien le hablo a sessho ammm donde le respondio cinicamente eske no entendi kon kien hablaba amm me podrias decir o es parte de la historia el no decirlo?
     
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