de Inuyasha - Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Asurama, 13 Noviembre 2008.

  1.  
    olga

    olga Usuario común

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    -aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa- grita desesperada
    me encantoo lube -toma aire y prosigue- primero ke nada quiero pedirte perdon por no aberte visitado en estos ultimos capitulos ya que tu amablemente me dijiste ke ya habias publicado y yo casi te doy el corton en la cara perdon, ahora si viene mi excusa por la cual te di el corton jeje eske ya voy a entrar a la universidad y tenia ke llenar una solicitud por internet en el momento justo ke estaba platicando contigo, creeme esto de los tramites esta de perros xD, en segunda esta de mas decirte ke me dejaste impresionada con los capitulos y espero ke lo de tus problemasd familiares se solucionen, que te vaya excelentemente bien en tus examenes y q se te vayan esas enfermedades psicosomaticas te deseo lo mejor y espero el proximo capitulo bye!
     
  2.  
    AkoNomura

    AkoNomura Guest

    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    kya! me he leído este fanfic de un tirón y me ha encantado, escribes increíble!

    me encanta este Ai/Sesshoumaru y también soy fan de esta pareja

    continualo pronto!!

    ETO TI!!
     
  3.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

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    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    *Receta: Cómo conseguir un “Sesshoumaru de bolsillo”
    -Búsquese un muchacho alto, blanco, apuesto y elegante
    -Colóquese el aniversario bajo “virgo”. Cualquiera sirve, pero el preferente sería con ascendente en cáncer.
    -Agréguele un pasado divertido y un presente enigmático.
    -Coloque una pizca de misterio y una actitud reservada, tímida. No olvide la actitud aristocrática.
    -Endulce con un poco de afecto al estilo “Rin-chan”
    -Decore con ropas sobrias y elegantes y una conversación elocuente, reste risas o comentarios bruscos, pero agregue delicadezas.
    Ya tiene un “Sesshoumaru de bolsillo”, listo para usarse y presumirlo frente a sus amigas o frente a sus colegas de CZ.
    Pruébelo, funciona.

    Esto sigue, las cosas se podrán de un buen color ¡después de la tormenta viene la calma!
    Capítulo 14

    Abrió los ojos lentamente y notó una calidez, que curiosamente no provenía sólo del edredón que la cubría ¿Se había dormido allí? ¿Qué había ocurrido? ¿Cuánto tiempo habría pasado? Estaba algo confundida y aturdida, se quejó un poco e intentó moverse. Dios, no podía salir de ahí. Dios, no podía ser cierto ¿Estaba en los brazos de ese muchacho? Sí, ni modo. Se sonrojó un poco ¿Cuánto tiempo había pasado abrazada a Sesshoumaru así sin darse cuenta? Lo curioso era que él no se había molestado, parecía a gusto con ella. Cada cinco segundos, el color de sus mejillas se subía más ¿Y ahora dónde se escondía?
    —Ah, ya despertaste —dijo él sobresaltándola
    —¿Estabas despierto? —él permanecía en silencio, como ensimismado, pero no tenía duda de que la estaba mirando fijo—. No parecía
    —Sí, ya sé.
    —¿Qué hora es?
    —Son las diez de la mañana –dijo mirándola con curiosidad
    —¡¿Qué?! —dijo mientras se levantaba de golpe— ¿Y mis clases?
    Él se incorporó y la miró
    —¿Tienes clases hoy? Es sábado
    —Ah, sí… —bajó la vista, apenada
    —¿O sólo estás buscando la excusa para dejarme?
    —No, no, nada de eso —corrigió ella rápidamente—, es sólo que no recuerdo nada
    —¿En verdad no recuerdas nada de nada? —preguntó el muchacho en forma sugerente, sin cambiar una expresión sensual, seria, que hacía a su esencia explosiva
    —Bueno… no es que no recuerde… —corrigió algo nerviosa, mirándolo directo— ¿No estarás pensando inventarme detalles o sí?
    Él sonrió levemente
    —De haberme dado la oportunidad, te hubiera inventado más que sólo detalles.
    —Dime que estás bromeando
    —Me gustaría que un día perdieses la memoria para decirte quién eres
    —No hablarás en serio, pero… ¿Quién sería yo? —preguntó Rin con curiosidad
    —Bien, pongámoslo así —explicó—: ¿Te gustaría cambiar el apellido Houko por Akaitsukino?
    Ella sonrió y volvió ruborizarse
    —¿O qué tal el apellido Taisho? —lanzó la pregunta al aire
    Él la miró sorprendido, se acercó como había hecho la vez anterior
    —¿Lo dices en serio, Rin-chan?
    Ella permaneció en silencio por un momento
    —Sí
    —Bueno, eso podremos resolverlo dentro de dos años, si no te molesta esperar.
    —No, no me molesta. Ahora —tomó aire— ¿Qué pasó anoche?
    —Hiciste de todo —dijo él en un tono algo indiferente
    —¡¿Qué?!
    Al muchacho se le dibujó una pícara sonrisa, ella lo empujó y casi lo echó de la cama.
    —Eres imposible
    —¿No te soportas una broma? —le preguntó Sesshoumaru de modo inocente.
    Ella le dio un almohadazo en la cabeza
    —¡Awww!! —se quejó él
    —Eso es por burlarte de mí.
    Él se dejó caer al suelo, que estaba recubierto por tatami, a sólo cincuenta centímetros de distancia del futón.
    —Entonces espera la revancha —se levantó y, quitándole el “objeto contundente” de las manos, acostó a Rin de un almohadazo
    —Animal
    —Niña presumida
    Ella le saltó encima con la intención de empujarlo, ambos cayeron riendo, al suelo.
    _____________________________________________________________________
    —¡Hija mía! ¿Pero qué haces? —dijo alarmada la madre de Kagome—.
    —Mamá, tengo que decirte…
    —Entra, tú y yo tenemos que hablar mucho, señorita —la reprendió enojada
    —Pero…
    —En-tra —dijo al borde de un ataque de nervios.
    Cuando Inuyasha vio eso, no esperó ni un segundo para poner en marcha el coche y conducir hasta la casa de sus padres donde, seguramente, también lo esperaría una reprimenda, quizás no tan grave, pero le daría a “sus tutores” bastante motivo para sermonear.
    —Dios, en qué mundo horrible vinimos a nacer —murmuró molesto. Bajó una mano y puso la radio que escuchaba siempre—. Maldito Sesshoumaru ¿Dónde aprendiste a escribir así? —Maldijo. En la guantera descansaba su teléfono móvil—. Cuando llegue te llamaré Kagome, disculpa que te haya causado problemas —otro suspiro—soy un tonto… Debe ser algo de familia.

    —¿En dónde estuviste? ¿Cómo regresas a esta hora? Además en otro coche y en la compañía de otra persona, no es el muchacho con el que te fuiste ¿En dónde están tus modales? ¿Y tu vergüenza? ¿No tienes orgullo como para atreverte a hacer tal cosa?
    —¡Pero mamá! Si no hice nada
    —¿Qué tienes que decir en tu defensa? No volverás a salir de casa ¿Lo comprendes?
    —Mamá, escúchame —exigió Kagome
    —Muy bien
    —Verás… es una larga historia… —su madre se sentó mirándola muy atenta… y muy enojada—. Todo empezó hace unas semanas, cuando un compañero de clases llamado Inuyasha me invitó a beber algo en el café de la Universidad… —Y comenzó a relatarle todo.
    Su madre se hizo un gran lío cuando ella comenzó a hablar de otros compañeros, de un escritor y de una mujer desconocida, ex novia de… ¿De quién era? ¿Ella le estaba diciendo que esos muchachos tenían varios prospectos? ¡Era terrible! ¿En qué clase de mundo estaban viviendo?
    Kagome seguía relatando la difícil, confusa y larga historia hasta que dijo
    —…y luego de que nos echaran por la pelea de Inuyasha, comenzó a llover y nos quedamos charlando en un café de veinticuatro horas, otro distinto.
    —Esa no es excusa, tenías que haber venido de inmediato
    —¿Entendiste todo lo que te dije? Nosotros también quedamos muy confundidos —bajó la vista… y la voz—. Teníamos que aclarar y arreglar muchas cosas. Además yo lo amo
    —Está bien —dijo su madre, de un modo muy comprensivo—. Pero no creas que eso te salva de tu castigo —dijo en su anterior tono imperativo.
    Kagome sonrió ampliamente
    —Está bien mamá —y la abrazó con fuerza. Su madre, por supuesto, no comprendía nada. En realidad no comprendió desde el principio, pero, al parecer, su hija había tenido unas semanas difíciles y necesitaba de algún tipo de apoyo, aunque éste se diera en la forma de un castigo.
    _________________________________________________________________________________
    —¿Te divertiste, Inuyasha? —dijo irónicamente su padre
    —Ah, no molestes —se quejó el muchacho a toda voz
    —No le levantes la voz a tu padre —le exigió su madre
    —Ya estoy bastante grande como para decidir por sobre mis acciones ¿no lo crees? —le dijo él
    —Aún así todavía no tienes la mayoría de edad, y mientras vivas con nosotros bajo el mismo techo nos debes respeto… y unas cuantas explicaciones —dijo enfadado su padre
    —Sí, y luego huiré de casa como mi hermano
    —Compórtate —le exigió su madre
    —Tu madre tiene razón.
    —Además —dijo ella acercándose de un modo tan suave que lo enterneció— tienes marcado tu rostro —dijo tocándole el sitio del golpe.
    —Más te vale excusarte rápido —le exigió su padre.
    —Tuve un problemita con mi “amado hermanito”, pero eso no tiene importancia
    —¿Pelearon? —preguntó enfadado su padre
    —Feh, sólo tuvimos unas diferencias
    —¿Diferencias? ¡Te golpeó!
    —Pero no creas que salió tan bien librado —dijo orgulloso
    —No te enorgullezcas de haber peleado con tu hermano —se enfadó su padre— Y más te vale ofrecerle una disculpa.
    —Ya lo hice aunque no lo merezca —lo miró de reojo, su padre seguía muy molesto—. Sí que eres aguafiestas —fue hasta la puerta de su habitación
    —A tu cuarto
    —Pues fíjense en donde estoy —dijo cínicamente antes de cerrar la puerta bruscamente y arrojarse de bruces en la cama—. Sesshoumaru, eres un tonto.
    _________________________________________________________________________________
    —¿Qué le hiciste a tu hermano? —fue la primera horrorosa queja que escuchó al contestar la llamada
    —Ah, ¿el bebé se quejó con papá? —se burló él de inmediato
    —No quieras hacerte el gracioso ¿Por qué lo golpeaste?
    —Discúlpame un momento —le dijo en voz baja a Rin, cubriendo la bocina y subió a su cuarto—. Escucha —le dijo a su padre—, yo no te debo a ti ningún tipo de explicación, además quien me golpeó primero fue él… ¡ah! Y pregúntale quién es su amiguito que estuvo “discutiendo” con él en el club donde fui anoche… ¡ah! Cierto, esto es a tu modo y se resuelve hablando, pues entérate que lo resolvimos hablando luego de que nos echaran de un restaurante y un club por su culpa y no pienso pedirle disculpas dos veces a tu hijo consentido —esto último lo dijo en tono sarcástico y con una voz pegajosa—. Adiós –cortó molesto.
    —¿Qué pasó? —preguntó Rin cuando lo vio bajar tan serio
    —Nada importante ¿Terminaste de desayunar?
    —Ya casi
    —Date prisa, luego daremos unas vueltas por la ciudad ¿Te parece?
    Ella sonrió
    —Sí.
    —Tienes suerte de tener a tu familia en otra ciudad –dijo Sesshoumaru notablemente hastiado
    —Eso depende
    Él levantó la vista
    —Otro día me lo explicarás
    —¿Qué cosa? —preguntó confundida
    —Cómo vivir en una familia unida
    —Sesshoumaru…
    —Y, dime ¿Te gustaría quedarte a almorzar?
    —¡Claro! —respondió entusiasmada— umh, pero sólo si puedes ayudarme a aprobar mi examen
    —Claro, sé manejar hipertextos
    Rin no contaba con eso
    —Mejor, con dos condiciones
    —¿Cuál?
    —Si es pizza que traiga anchoas
    Él se sorprendió con eso
    —Ah, y estoy a dieta, así que disfrutaré algo que no tenga salsa dulce
    —Bien pero…
    —Espero que no cocinen con tofu, estoy cansada de comerlo en casa…
    __________________________________________________________________________________
    —¿Estás bien Kagome? ¿Te dijeron algo tus padres?
    Ella contuvo un suspiro
    —Mamá me regañó bastante, estoy castigada por tiempo indefinido —tomó aire—. Le expliqué como pude lo que sucedió
    —¿Y aún así te castigo? —Ella afirmó— ¿Qué clase de padres incomprensivos tenemos en estos días? —se quejó.
    Ambos rieron muy divertidos
    —¿Y tú cómo estás?
    —Mis padres se enojaron pero verás que se les pasa en seguida. Lo primero que notaron fueron los golpes, les dije que fue Sesshoumaru
    —¿Y ellos cómo lo tomaron?
    —Con mucha diplomacia… No es cierto, no les gustó nada, son unas máquinas programadas para dar sermones por pleitos simples
    —Creí que habíamos quedado en que esto no era simple.
    —Sí, pero ellos no tienen por qué saber qué tipo de problemas atravieso. Cuando se tranquilicen les hablaré de ti, verás que estarán muy contentos.
    —Eso espero —simuló una sonrisa—. Pero te pregunté cómo tomaron lo de la pelea
    —Bastante mal, querían que lo arreglara, les dije que lo arreglamos y al parecer no me creyó
    —Después de todo lo que pasó no me extrañaría
    —A mí no me extrañaría que papá lo llamara en este mismo momento para regañarlo y que comenzaran a discutir, ¡es tan típico!
    —¿Y tú estás tan tranquilo con eso?
    —¡Keh! Sesshoumaru se enojará y saldrá con algún planteo problemático, de esos que nadie puede contradecirle, se pondrá prepotente y no permitirá que le digan ni le cuestionen nada, ya sabes cómo es.
    —Sí, me di cuenta —dijo recordando las discusiones telefónicas que ella misma había tenido con “Ai”, el problemático Ai—, y después le cortará la llamada.
    —¿Cómo lo sabes?— preguntó Inuyasha extrañado
    —Emh… sólo lo imaginé —contestó Kagome en tono divertido—. Pero creo también que las razones de ambos para callar es que no quieren decir la verdad
    —¡Demasiado complicado para que ellos lo entiendan!
    —Cierto —ambos rieron
    —¿Te gustaría salir en la tarde? —preguntó él, con muchas esperanzas, sonrojándose un poco
    —No, mi castigo incluye también las salidas
    —¿Y qué me dices de las visitas?
    —No creo que mamá esté de humor para aceptar visitas ahora
    —Rayos —murmuró él con fastidio— ¿Al menos podré volver a llamarte?
    —Claro. Te veré en clases la próxima semana, hasta entonces
    —Sí
    —Adiós
    —Adiós —él cortó la llamada y permaneció mirando embobado el número telefónico que aparecía en la pequeña pantalla del teléfono móvil—. Quiero verte… y pronto.
    Se levantó perezosamente y fue hasta una cajonera de donde extrajo una gastada fotografía de Kagome que conservaba como su tesoro, la puso debajo de la luz de la lámpara de su mesa de noche y se arrodilló en el suelo, apoyando los brazos sobre la mesa, mientras miraba hipnotizado la belleza de su novia
    —Kagome es muy bonita, ¿verdad?...
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    “Se trataba de un dios vigilante, uno al que le gustaba controlar y poseer lo que tenía a su alcance, enjaular seres como si fueran de su pertenencia, quizás por tener esa visión el hada huía, ¡No sabía que era humano! ¡Le temía y lo rechazaba!”
    “Él no parecía humano, parecía algo sublime, pero de cerca, se veía muy ambiguo, hablaba con otras hadas, con otros seres mágicos y los utilizaba su antojo, por eso el hada de agua temía ser tratada de la misma despreciable manera, era demasiado sensible y sentimental para él, demasiado sutil. Aún así, los seres mágicos, cualesquiera que fueran sentían atracción hacia él, una atracción extraña y morbosa, quizás peligrosa, entonces se le acercaban aunque fuera muy poco espiritual porque él era un mar de misterios ¡Algo irresistible para cualquier elemental! ¡Ni siquiera ella podía resistirse!
    La moneda cayó al revés, favoreciendo a ese pobre muchacho, el hada fue despojada de todos sus poderes y finalmente cayó bajo un hechizo formulado por él. La atrapó el hechizo de un humano, el mundo demostraba que no sólo las hadas tienen poderes mágicos, todos lo tienen y las circunstancias son inesperadas y muy inciertas, así es el mundo del humano”.
    Extrañamente, Rin escribió hojas y hojas, como si soñara despierta y tuviera miles de sensaciones e ideas que plasmar. Era algo curioso, pues ela no parecía una persona muy introvertida, característica común a muchos artitas y escritores. Era un modo de demostrar lo que le había pasao y le estaba pasando, como una forma de explicárselo a sí misma, tal como si fuera su diario íntimo.
    Tan íntimo que él no pudo evitar decirle
    —Oye, ¿acaso piensas apoderarte de mi libro —todo en un dulce tono de broma qua jamás había tenido con nadie
    —Es que si sólo tiene tu punto de vista las ideas quedarán a la mitad —explicaba ella
    —¿Eso crees? —le dio un beso en el cuello que le provocó a Rin una corriente eléctrica
    Dejó de escribir y el trazo le salió bastante recto, como el de una persona que no tiene nada que ocultar. No tenía que ocultar que sentía la atracción que describía, con la misma intensidad.
    —¿No sabías que las historias se escriben de a dos? —le dijo mirando hacia él y sonriéndole tiernamente.
    —De ahora en adelante escribiré mis historias de a dos
    —¿Cómo es eso? —bromeó
    —Pues… las escribiré contigo ¿Quieres?
    —Sí
    —Eres muy complaciente, Rin-chan —le miró con una leve desconfianza— espero que no seas siempre a sí
    —Te aseguro que no —respondió ella mirando hacia otra dirección— las cosas no son tan sencillas conmigo.
    —Más te vale que sea cierto —le dijo él, dándole un pequeño empujón
    —Es cierto, no te preocupes —dijo ella altivamente, fingiendo indiferencia.
    —¿Le soy indiferente a Rin-chan?
    —No lo sé —dijo ella mirándola por el rabillo del ojo
    —Y en la mañana no parecías mostrarlo
    Y comenzaron a bromear.
    __________________________________________________________________________________
    —¿Te veré pronto?
    —Te llamaré cuando pueda y pasaré a buscarte cuando pueda —le prometió él—, si necesitas algo sólo llámame, siempre te contestaré
    —¿Cuándo nos encontraremos? —preguntó con una sonrisa
    —Cuando esté a punto de llover —bromeó él—. Las hadas de agua bailan en la lluvia
    —Gracias
    —Adiós —dijo mientras la veía bajarse del coche, rumbo a su departamento, parecía irse tan elegante—. Y gracias a ti.
    Ella volteó
    —¿Por qué?
    —Por todo
    —No es nada —le sonrió dulcemente
    —Te veré, adiós
    Y la vio entrar al edificio mientras el cielo rojo del atardecer se nublaba con espesas nubes aguadas…

    Saludos a Makarena y a mis demás lectoras. Por allí aparecerán. Muy agradecida de que te haya gustado el beso. Me alegra saber que leíste muchas veces el capítulo, eso es muy lindo de tu parte. Por otro lado, la historia se llama Un cuento bajo la lluvia porque ocurre durante una estación lluviosa —llueve con frecuencia— y también por el libro de Ai, lo cual no significa, por supuesto, que no vaya a haber un beso bajo la lluvia, es susceptible de ocurrir.
    Ahora, aunque esté escribiendo un SesshXRin —mi especialidad—, eso no quiere decir que no pueda agregar otras cosas, si me tomo el trabajo de escribir un capítulo tan largo para ustedes, no resulta muy grato saber que sólo me leen la mitad (no importa qué mitad sea). Si es un capítulo en partes, la historia es íntegra y todas las cosas tienen que ver con todo.

    Saludo a mis más recientes visitas: Rei-sama…, frambuesitha, inukag4ever

    Bienvenida AkoNomura, me alegra que te haya gustado mi trabajo y espero que sigas leyéndome, haré lo posible por seguir publicando.
    Fue extraña la dualidad Ai/Sesshoumaru. Como es común que en el foro aparezcan historias de Universo alterno y de “épocas actuales”, y como son las favoritas, tuve que vérmelas para hacer algo diferente de lo que estamos acostumbrados a leer (comienzan separados por algún lío, se conocen por accidente, viajan a otros países, etc., etc…)
    Además, como la historia está basada en hechos reales —como venía diciendo desde varios capítulos atrás— tenía que poner algo que le restara monotonía y lo hiciera resultar más interesante. ¿Qué más adecuado que alguien que tiene que esconder su verdadera identidad y tener dos personalidades completamente diferentes? El imaginativo Ai no tiene ni un poco de parecido con el brusco Sesshoumaru.
    Además presento a una chica cualquiera que un día como tantos se encuentra sumergida en una relación junto a la persona con la que ha soñado desde siempre.
    No puedo publicar con mucha regularidad como antes, por motivos varios, espero sepan esperar, pues daré lo mejor de mí, dividiéndome al mejor estilo “Akaitsukino Ai” para presentar un trabajo de calidad.

    Hola, querida Olga, espero puedas leer, es verdad que me abandonaste durante unos cuantos capítulos.
    Ah! No te preocupes por lo del cortón del otro día, yo a veces también soy muy cortante y ya me merecía que un día alguien me devolviera el favor. Sé que es difícil el trámite para la Universidad. Luchy tiene bastaaaante tiempo en la Universidad, te comprende bien, sí.
    Si el trámite te parece difícil, espera a que comiencen tus clases… ¡y los exámenes que te ponen los nervios de puntas! El mundo complicado de los estudios en el que puse a Rin no es imaginario: es mi realidad, mi mundo conocido,
    Con el tiempo, van dándote más y más tareas y más libros para estudiar, luego descubres que cada vez tienes más responsabilidades y menos tiempo para visitar a los tuyos aquí. Pero seguiré haciendo el esfuerzo por ustedes.
    Y ahora tengo que ponerme a estudiar para que mi Príncipe Sesshoumaru, alias “el perfecto” se digne a mirarme, porque es demasiado perfecto y serio para mí, no anda con vueltas y no soportará que le vacile diciéndole “Estuve escribiendo un fic en CZ”

    Pero antes, un pequeño anuncio. Estaré publicando A LA PAR de “Un Cuento Contigo…” UN NUEVO FIC en mi blog que, por supuesto, será un SesshXRin. Lo pondré allí DEBIDO A LA POLÍTICA ya que es un poco fuerte y creo que no tendrá cabida en los foros, es bien “a lo Sesshoumaru”. Así que yo invito a que pasen, lean, disfruten y, si lo desean, firmen o dejen sus comentarios.
    Nos vemos en mi blog ¡¡¡¡y en el capi 15!!!!
     
  4.  
    Rei sama

    Rei sama Entusiasta

    Leo
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola!!
    Lubecita, esto es, es, es PRECIOSO me enamoró casi me da algo!!!
    Necesito aire (que se nos ahoga) ya esta, ya esta, es estupendo en serio.
    No sabia que Sesshomaru fuera tan dibertido y todo gracias a Rin-chan cada ves me gusta mas este fic!!!
    Tambien me gustó lo del Sesshomaru de bolsillo, jajaja me reí mucho.
    Gracias por sacarme del aburrimiento Lubecita.
    Continua pronto Bye!!!
     
  5.  
    noriko yikue

    noriko yikue Entusiasta

    Virgo
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ahhhh
    simplemente al puro estilo de rumiko takahashi, es muy bello
    me gusto la parte en q rin se pone a escribir como el hada de lluvia es muy hermoso aunque se me hace un poquito raro ver a sessho asi vas bien y esperamos conti
    bye
     
  6.  
    AkoNomura

    AkoNomura Guest

    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hola lubecita!

    me gustó mucho este capitulo, es como lo que todos esperamos ¿no? al fin un momento de paz sin tantos enredos pero aun así siento que esto tiene para rato y vendrán muchos más problemas, ay, mejor no me pongo a sacar conclusiones que siempre me equivoco. tu historia es muy original y como dije antes me encanta la dualidad Ai/Sesshoumaru y su pequeña hada del agua también. te has convertido en una de mis fickeras favoritas y no importa que no publiques seguido mientras no lo dejes de hacer.

    espero la continuación

    nos leemos!
     
  7.  
    Izayoimywill

    Izayoimywill Entusiasta

    Cáncer
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¡Hola!

    Maravilloso capítulo, todo salio muy bien… eso sí sacando los sermones, sé nota sus los padres estaban muy preocupados, me gusta esa preocupación por parte de sus padres.
    Disfrute mucho leyendo el capítulo, ya que todo era más o menos calma… y también me hizo reír xD me hizo feliz…
    Me encanto como se comporto Sesshoumaru, tan tierno, tan… no sé… es tan lindo… , ¡me encanta!... creo que repetí eso.
    Que pena que hubiesen castigado a Kagome, pero ojala que no sea por mucho tiempo.
    UY que lindo fue lo que escribió Rin, transmite mucho lo que esta sintiendo en ese momento… Pero fue muy buena la pregunta que le hizo Sesshoumaru sobre apoderarse de su libro xD
    ¿Va a llover? Las preguntas que se me ocurren ¿no?… jajaja
    Estoy esperando ansiosa el capítulo 15… ¡ya no soporto las ansias!…

    Adiós.
     
  8.  
    olga

    olga Usuario común

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    por eso te quiero lubee!
    aparte de ke me encanta como escribees me comprendees bien graciaas!
    bueno io definitivamente estoy enamorada de Ai jejeje de sessho tambien jwjejeje ammm pss son los mismos es un dos en uno xD jejeje uiii cuidathe bye!
     
  9.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

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    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Me alegra que les haya gustado el capítulo anterior. Sus mensajes, posts y comentarios me dan la pauta de que se me extrañó en este par de semanas en el que me vi obligada a ausentarme. Lamento la demora y me alegra saber que se preocuparon por mí
    No se preocupen, no es ningún problema de salud ni un incidente, sólo no me dejaban entrar a CZ —qué crimen—.
    No es que no se publiquen SesshXRin, sólo que las autoras son algo inconstantes y los abandonan por otras ideas mejores o por obligación, lo que ocurre es que éste es un género muy difícil de llevar, y un poco repetitivo a veces. Hay que ser demasiado imaginativo para marcar diferencia, además se habrán dado cuenta que el favorito es el SesshoumaruXKagome, pareja ficticia que en la realidad no congeniaría mucho, a mi opinión. Es como si el SesshXRin fuera pasando de moda
    Mi caso es diferente porque soy especialista en el género y porque es lo único que sé escribir. Yo sostengo que tienes que meterte en la piel de tus personajes para poder trabajar con ellos, y estos dos son con los que más congenio. Me enamoré de este trabajo y por eso sigo con él.
    No te preocupes, Izayoi-chan, con el tiempo todos aprendemos a expresarnos mejor. Me alegra que te haya gustado el avance. Lamento no poner el beso al final de la historia, pero no creo que a los demás les guste la demora, ustedes, colegas, me dirán.
    No, AkoNomura, no te equivocas para nada, de hecho, Ai y compañía aún se meterán en varios problemas. Con el tiempo lo deducirán, sólo sigan leyendo.
    Gracias por decirme que mi trabajo está hecho muy al estilo de Rumiko-sama, me siento muy halagada por eso, no es común que te digan todos los días que trabajas así. Estoy muy inspirada desde el incidente —no importa qué incidente, pero confórmense con que me dio ideas—. Seguiré esforzándome para presentar buenas ideas
    Gracias, Olga, por seguir apoyando el fic, gracias por decir, que te entiendo, creo que es lo principal en "mi trabajo"

    Además, pediré la opinión de los que pudieron leer el primer capítulo de mi Fanfic “La historia con mi pequeña”. Y ya hay segundo capítulo. Gracias.
    Aquí les dejo el encargo.

    Capítulo 15
    Se despertó temprano y muy animada, había buen clima y no se sentía tanto el frío. Tomó un relajante baño caliente, se puso un pantalón, una camiseta y un saco blancos, se recogió el cabello y tomó su desayuno de siempre: té y pan. Rió para sí misma
    —Si me vieras dirías que estoy comiendo mal ¡desnutrida!
    Terminó rápido su desayuno y comenzó a estudiar con mucho entusiasmo, leyó con rapidez y facilidad un capítulo completo con su cabeza bien entrenada y preparó su mochila sin olvidar guardar “La historia de una canción” en un sitio visible.
    —Chocaré con él a propósito y el libro se me caerá —pensó divertida. Él se pondría contento de ver su libro en primer lugar— ¿Realmente pasará a buscarme? —Comenzó a fantasear— no creo.
    Él quería que ella cambiara su apellido por Akaitsukino, sería algo divertido, pero no, no lo haría, sólo era un impulso. Él parecía realmente intrigante y atractivo, y no sólo para los ojos. Era elegante y educado —salvo cuando insultaba por teléfono—, reservado pero a la vez muy abierto, simple y complejo, igual a tanta gente pero con “algo” que lo hacía diferente, deseable, oculto ante los demás y tan abierto a ella, tan frío y analítico, y a veces tan introspectivo y dulce. Y él decía que la paradoja no existía.
    —Creo que un día de estos te demostraré que estás equivocado —suspiró— al principio te juzgué muy mal… ¡Es que tú tienes la culpa! Si no te ocultaras tanto… —escribió algunas tonterías en su diario— si no te ocultaras tanto yo no estaría deseando conocerte, me hiciste trampa.

    —Anoche soñé contigo… —dijeron los dos a la vez cuando él contestó la llamada. Ambos comenzaron a reír por las coincidencias
    —¿Qué soñaste, Ai? —dijo ella en tono de broma
    —Una idea para un nuevo trabajo
    —¿Un libro?
    —Una canción.
    —¿Tienes cliente?
    —Muchos, ¿Sabes? —dijo en una forma “insinuante”— Venderías bien
    —¿Tú crees? ¿Qué venderías de mí? —preguntó ella en broma
    —Lo dulce que eres
    —No te creo, Ai
    —No me creas, entonces, pero es la verdad
    —Eso lo veremos cuando vea y/o escuche las letras de tus canciones —le retrucó
    —¡Qué desconfiada!
    —No puedes estar vendiendo cualquier cosa de mí
    —No vendería ni un cabello tuyo si realmente me pertenecieras
    —¿Y si pudieras hacerlo? —preguntó ella, intrigada
    —Vendería todo a unos precios inaccesibles, pero me quedaría con tu corazón
    —No sabes lo romántico que suena eso —dijo ella, sonrojándose
    Él rió cínicamente
    —Sí, sí lo sé. Recuerda que soy escritor
    —Tú no eres escritor
    —¿Entonces? —preguntó él, confundido
    —Ai lo es
    —Entonces me divides en dos
    —Sí: la mitad que se regala —mejor dicho, se vende— libremente a todo el mundo y la mitad que es sólo para mí
    —Gracias por recordarme eso —dijo él en broma—. Te buscaré luego de tus clases
    —Como quieras —contestó ella en tono indiferente
    Sí quiero —dijo él antes de cortar
    Ella se sonrojó, nunca lo imaginó así, ni siquiera en sus más locas fantasías.
    —Ai…
    ________________________________________________________________________________
    Llegó temprano y le sorprendió que el auditorio de su clase del día estuviera vacío, entonces aprovechó para tomar el primar lugar. Su familia siempre le había aconsejado hacer eso para sacar el mejor provecho de las clases. Dando un suspiro, dejó sus cosas y salió fuera del salón para esperar la llegada de los otros. En su interior, temía que ninguno apareciera por culpa de los problemas que tuvieron ese fin de semana… pero las clases eran obligatorias, ya hubiera habido problemas o no.
    El primero en aparecer fue Kohaku, venía sonriente y con él estaba su hermana. Ella lo acompañaba raras veces hasta allí, estaba dando una pasantía de último año en la carrera de Comunicaciones. Ahora que lo pensaba, no había pasado mucho tiempo desde la recepción de Ai, y aún así tenía escritos diez libros… diez y medio. Se preguntaba si él había cursado algunas carreras en la Universidad de Tokio, podía haber elegido cualquier otra…
    —¿Qué otra si su hermano estudia en esta Universidad?— murmuró para sí mientras negaba con la cabeza.
    Saludó a Sango de lejos y vio acercarse a Kohaku
    —Hola, Rin, estás muy bella esta mañana —le dijo con una sensual sonrisa
    —Oh, muchas gracias ¡Buenos días para ti también! —contestó ella con una enorme sonrisa y lo acompañó hasta dentro, para que dejara sus cosas… justo al lado de su asiento. Rin no se esperaba eso.
    —¿Cómo pasaste el fin de semana? —le preguntó él, tomándola desprevenida
    —Umh… ¿después de lo que…? —él se le había quedado mirando—. Oh, sí, estuve muy bien, son sólo cosas que a veces suceden. Era muy tarde para ir sola a casa…
    Él esperaba escuchar que ella fue escoltada a su departamento por Sesshoumaru, justo cuando comenzó la tormenta.
    —…Y como había comenzado a llover, fui con Sesshoumaru hasta su casa. —Esas últimas palabras lo dejaron helado— Fue muy amable, me convidó pan y té, charlamos y pasé la noche ahí.
    —¿Qué escucho? ¿Qué pasaste la noche en la casa de Sesshoumaru? —dijo Inuyasha haciéndole oídas. Se le acercó por atrás y le dio un empujoncito
    —Inuyasha, es de mala educación meterse en las conversaciones ajenas
    —Bah!, no digas tonterías, sólo buscaba bromear, no tiene nada de malo —miró a Kohaku— ¿Sabías que él es el novio de Rin, ¿verdad? —dijo sonriente, poniendo sus libros en el mismo asiento donde Kohaku se había ubicado y moviendo, por tanto, las cosa de un muchacho un lugar hacia el costado.
    De ese modo, cuando Kagome entró detrás de él, vio una escena muy extraña: Inuyasha sentado entre Kohaku y Rin. Usó todas sus fuerzas en tratar de no ponerse celosa. Él había prometido ser su novio, y era muy probable que Rin estuviera con Sesshoumaru, eso si sus minuciosos cálculos no le fallaban, de modo que lo que Inuyasha debía estar tratando de hacer era separar a Kohaku de Rin ¿Creía él que Kohaku podría estar tratando de robarle lugar a su hermanastro?
    —Hola, chicos ¿Cómo están? —preguntó con una enorme sonrisa
    —Mejor, imposible —dijo Inuyasha acercando su rostro al de ella
    —Muy bien —dijo Rin sonriéndole simpáticamente
    —De maravilla —respondió Kohaku amablemente
    —Me crucé en el camino con tu hermana, Kohaku —dijo Kagome, y todos la miraron—. Me dijo que vigilara cómo te comportas
    Involuntariamente, los otros rieron
    —Sí, sí, muy divertido —dijo sarcásticamente
    —Es que dices que has estado saliendo a menudo de casa y gastando más dinero del que deberías
    —¡Oh, Kohaku, compórtate! ¡No hagas enojar a tu hermana! –le dijo Inuyasha en broma.
    —No, no la hago enojar, es que ella a veces exagera, ustedes me entienden
    Iba a levantarse para sentarse del otro lado de Rin cuando Kagome dejó sus pertenencias en ese lugar, entonces volvió al lugar en donde lo había puesto Inuyasha.
    Pronto, llegaron más y más de sus compañeros, todos ocupando los demás lugares libres hasta que la clase estuvo llena, a la espera de que se presentara su profesor. Física era una materia importante, pero muy difícil de entender, especialmente cuando te la explicaban a la velocidad de la luz, como era el terrible caso de estos chicos. Pero ellos no tenían ninguna dificultad en comprender, estaban muy concentrados, y su seguridad emocional tenía mucho que ver.
    Al final de la clase, Kohaku no había escrito una sola palabra en el cuaderno
    —¿Te pasa algo? —le preguntó Kagome, pero él no pareció oír
    Durante el recreo, todos salieron del salón, apresurados como animales que huyen de un incendio hasta que sólo quedaron dos personas.
    —¡Ah! No te pregunté cómo estuviste el fin de semana —mencionó Rin, recordándolo de repente, pero él la miraba sorprendido— … por lo de tu “cita”, digo —concluyó algo desanimada.
    Al cabo de unos segundos, su interlocutor pareció reaccionar.
    —Oh, de maravilla —sonrió ampliamente, como si una luz lo hubiera iluminado—. Kagura es muy buena y comprensiva, a veces es algo irreverente, pero debe ser su naturaleza, supongo
    De pronto, ella bajó la vista y vio su cuaderno vacío
    —Pero… ¿no tomaste notas? ¿Cómo estudiarás?
    —Eh… ya me las arreglaré
    —Si quieres puedo prestarte mis apuntes, pero si me los devuelves mañana —dijo extendiéndole su cuaderno y sus notas.
    —Gracias, eres muy amable —dijo él tomando los apuntes—. Te los devolveré.
    Permanecieron en silencio un momento.
    —Ah, lo recordé, tengo algo para ti —dijo el muchacho, de repente
    —¿Sí? —preguntó ella con curiosidad
    Él metió la mano en un bolsillo de su mochila y extrajo una bolsita blanca plateada, atada con un delicado moño y se la dio en la mano.
    Ella no le daba explicación al repentino acto de darle un regalo sin motivo aparente ¿Acaso él sentía algo por ella? ¡Pero si tenía novia!... o por lo menos una pareja, quizás lo que más asustaba era la diferencia de edad, de todos modos, ella no podía permitirse el lujo de pensar en él luego de haber aceptado ser la novia de Sesshoumaru Taisho.
    —Gracias —dijo aceptando el regalo
    —Ábrelo
    —Oh, no aquí no
    —Anda
    —Lo haré después, te lo agradezco mucho.
    El resto de la clase fue muy tranquila, aunque las cosas se pondrían difíciles con las clases prácticas, principalmente para Kohaku, que aún no podía concentrarse y que no había prestado atención por estar pensando constantemente en Rin. Todo el mundo se lo recriminaría. Kagura, su hermana, sus compañeros y ni que pensar si lo supiera Sesshoumaru
    “¿Sabías que él es el novio de Rin?”
    Había dicho Inuyasha.
    Él no tenía forma de saber si era cierto, pero la idea le molestaba. ¿Le molestaría también a Kagura?

    Finalmente, la clase tediosa dio fin y todos salieron. En las escaleras, Kagome y Rin se cruzaron
    —¿Cómo estuvieron las cosas, Rin? —preguntó la chica amablemente
    —Oh, de maravilla. Creo que podré entenderme muy bien con Sesshoumaru —bajó la vista humildemente—, es una buena persona aunque se pase la mayor parte del tiempo ocultando quién es en realidad.
    Kagome bajó unos escalones hasta ella y le puso una mano en el hombro
    —Lamento mucho lo que ocurrió la vez pasada, te juro que yo no quería…
    —Está bien —le interrumpió Rin
    —Sólo necesito decirte —Kagome tomó aire—. Yo no tenía la menor idea de que él era Ai.
    —¿Eh?
    —Lo negó cuando lo conocí, yo no lo sabía, mucho menos que era hermano de Inuyasha. Desde un principio, cuando hablamos por teléfono, nos hablamos bastante mal, en especial él
    —Lo supuse —Rin sonrió.
    —Sólo quería que supieras que mi intención no era molestarte y que me disculpara por mi actitud
    —Está bien, no es nada. Nosotros también hicimos unas cuantas estupideces
    —Entonces ¿Seguimos siendo amigas? —preguntó Kagome muy apenada
    Rin la abrazó
    —Sí, siempre lo seremos.
    Cuando ambas fueron caminando hasta la parada de autobuses, un coche azul con las luces encendidas estaba esperando en la esquina. Kagome y Rin se miraron
    —No está esperándome a mí —dijo Kagome sonriente, con una vocecita divertida y una mirada pícara
    —Pero cómo crees que yo…
    —Ya ve —dijo Inuyasha empujándola de atrás en la dirección del coche
    —Pero, Inuyasha…
    Él se inclinó hasta quedar a la altura de su oído y bajó la voz.
    —Ya, date prisa antes de que todo el mundo se entere de que es Ai
    Ella los miró. Ellos la miraron en forma afirmativa, es más, estaban sonriéndole. Rin corrió y subió al coche, que se puso en marcha de inmediato, directo en el sentido del departamento de Rin.
    Ella, intentando fingir distracción, entreabrió la bolsita de Kohaku y encontró alhajas echas de coral. Se quedó impresionada.
    —¿Quién te dio eso? —preguntó Ai tomándola por sorpresa, sin quitar la vista del camino. Primera lección de Rin: él no era tan indiferente como aparentaba, era muy despierto.
    —Eh… un amigo —dijo algo confundida, mirando en otra dirección
    —Los amigos no hacen esos regalos —segundo dato: Ai era en extremo detallista, con razón escribía tan bien.
    —No sé qué habrá estado pensando
    —¿Y tú qué vas a hacer?
    Ella sonrió en forma inocente
    —¡Oh, creo que quedarán muy bien en el bote de basura!
    —Rin-chan —dijo sorprendido, mirándola por unos segundos—. Los regalos no se arrojan.
    Ella se le quedó mirando
    —Sí los que comprometen mis relaciones sentimentales —él no dijo nada—. Lo digo por ti
    —Lo supuse
    —Creí que no lo entendías
    —No soportaría que te refirieras a alguien más. De modo que confío en que no lo hagas —Siguiente lección para Rin: él era en extremo reservado, muy analítico y cuando estaba en terreno de su dominio ¡era en extremo confiado! Ella tenía razón, él siempre ocultaba eso detrás de sus máscaras…
    —¿Cómo sé que no se trata de una de tus máscaras?
    Él dejó de conducir un momento, bajó las manos del volante y la miró
    —Porque te lo prometí ¿Crees en mis promesas?
    —Es tan difícil creerte…
    —Bájate del auto
    —Oye, Ai
    —Que te bajes, dije
    Ella suspiró en forma imperceptible
    —Que me cueste creerte no significa que no pueda hacerlo —él volvió a poner las manos en el volante y volvió a conducir, ella se le quedó mirando—. ¿Ves las desventajas de ocultarte detrás de otras personalidades?
    —Tú me haces perder la vista —la miró por décimas de segundo—, pero a veces me haces ver tan claro… …asusta
    —¿Yo… te asusto? —Rin no comprendía.
    —Me asusta la claridad que aportas. Nunca antes me había sentido así, es nuevo. Aprende que lo desconocido asusta
    Ella aprendió.

    —Te ves preocupada, Rin-chan
    —es que tuve una clase difícil, presté mis apuntes y probablemente no comprenderé nada para el examen.
    Él bajó del coche detrás de ella.
    —¿Qué haces, Sesshoumaru?
    Él la siguió hasta la puerta de entrada… del departamento.
    Ella le quitó el candado a la puerta y apoyó la espalda en ella, quedando cara a cara con Ai
    —¿Te pasa algo?
    —Déjame entrar
    —¿Los motivos?
    —Motivos urgentes
    —Vas a matarme de un infarto —dijo ella entrando con su novio a sus espaldas, una nube en el cerebro y la piel erizada.
    Él se paró detrás de ella y se acercó a su rostro
    —¿Por qué de un infarto? —le dijo al oído
    —No sé —dijo ella, fingiendo no comprender la pregunta
    —No me van las mujeres ingenuas —le dijo en un tono bajo que la derritió, obligándola a cerrar los ojos por décimas de segundo. Él le quitó un mechón de cabello que le caía sobre el hombro y se acercó un poco más—. Por eso elijo a las inteligentes. Las que tienen un departamento bonito y ordenado.
    Sin que ella se diera cuenta, le quitó las llaves de la mano y fue hasta la puerta para cerrarla. Volvió a acercarse a ella, le quitó delicadamente la mochila y se la llevó a su cuarto.
    —Oye —le llamó ella su atención al verlo entrar así, sin permiso
    —Nunca estudies en el comedor, nunca estudies en la cocina, no estudies en tu cuarto y, si lo haces, que tu mesa de estudios le de la espalda a la cama —su tono era suave, como el anterior, pero autoritario
    —Pero…
    —Lo peor que puede pasarte es que te dé hambre o sueño justo cuando debes concentrarte —Tomó todas las cosas que Rin tenía sobre la mesa de noche y las puso sobre una repisa, acomodando la mesa en otro lugar.
    Ella dejó su mochila sobre la cama. Él levantó la mochila de la cama y la puso a un lado de la mesita, sacando los libros y colocándola sobre ésta.
    —Nunca dejes tus cosas sobre la cama, luego no querrás buscarlas para sentarte a estudiar —fue hasta la ventana del cuarto y la abrió—. Con todo eso que le exiges a tu mente y a tu cuerpo, necesitas aire, no importa que haga frío. ¿Cómo crees que respirarás bien en un cuarto cerrado y tan pequeño?
    —Desde aquí me verán —se quejó ella
    —Mataré al que te mire —dijo él sin un tono de broma. Fue hasta la sala, buscó una silla y la puso junto a la mesa de noche—. Estudiarás aquí de ahora en adelante. —Sin darse cuenta de lo que hacía, abrió el cajón de la mesa de noche y encontró el diario de Rin— ¿No estás algo grande para escribir un diario?
    Ella se paró junto a él
    —¿No estás algo grande para creer en hadas?
    Él acercó su rostro al de ella y fijó su mirada en los ojos pardos de Rin
    —No me la estoy inventando, la estoy viendo —la arrinconó contra el “nuevo escritorio”.
    — ¿Te exigían mucho cuando estudiabas? —preguntó ella, intentando cambiar de tema
    —No —dijo fríamente—. Siempre me exigí solo, lo cual es una suerte para ustedes —Eso último lo dijo mostrándole la novela que él le había regalado y que ella había ocultado entre sus cosas. Ella se apenó—. Nunca, repito, nunca pongas entre tus útiles libros que nada tengan que ver con tus estudios —arrojó el libro en la cama—, no importa si te los regaló el Presidente de los Estados Unidos o el Papa. —y en la otra mano llevaba el regalo de Kohaku— y la próxima vez que alguien intente darte un regalo, dile a ese alguien que tienes novio.
    —Me parece que ese alguien lo sabe —dijo Rin algo nerviosa
    —Entonces dile a ese alguien que la próxima vez se las verá conmigo.
    —Como quieras, Ai —dijo sumisa
    —No es como yo quiera —la miró profundamente— es como quieras tú.
    Ella bajó la vista y se sonrojó
    —En serio me gustas
    —¿Sólo es eso?
    —No, con el tiempo descubriré —levantó la vista— que es mucho más que eso —le dio un beso pequeño y corto.
    —Muéstrame tus libros —le dijo
    —No los entenderás
    —Al menos déjame intentarlo

    Él se pasó horas enseñándole técnicas para estudiar de un modo fácil, incluso en materias tan complicadas. Todo lo veía claro y sencillo, todo lo recordaba y podía hacerlo, agradecía haberle permitido la entrada a su departamento.
    —Tendré pesadillas con las fórmulas y los hipertextos —dijo en broma.
    Él no se había sentado junto a ella, se habían sentado en la misma silla.
    —Dedícale una hora a los dulces sueños —le dijo él tomándole la mano y cerrando el cuaderno de Rin. Estiró la mano y llevó la novela hasta el escritorio. Miró hacia la repisa y vio todos sus libros y otros de otros escritores. Entre los títulos, tres le llamaron la atención: Magia Negra, Once Minutos y Crepúsculo, todos de escritores extranjeros—. Te enloquecen las novelas románticas.
    —Sí, algo —dijo sonrojándose
    —Bien, seguiré con el género —los dos rieron—. Tienes todos mis libros —volvió a decir acercando su rostro al de ella.
    —Escribes demasiado bien
    —Me siento halagado.
    —Sólo digo la verdad, Ai —dijo mirando antes de bajar la vista sobre la página que llevaba leyendo de “La historia de una canción”.
    —Me complaces —la miró y de pronto sintió que su cuerpo se endurecía—. No leas más de dos hojas por día, sólo es para los ratos libres —no importaba cuanta tranquilidad quisiera aparentar, la situación se lo impedía.
    —Sí —dijo ella, casi sin prestarle atención.
    De pronto, él sintió necesidad de su atención, no a su libro, sino a él
    —De todos esos libros de la repisa, ¿cuál es tu favorito?
    Magia Negra y Once Minutos —ella siguió leyendo sin prestar atención.
    Él tomó aire ninguno de los dos era suyo, ambos eran para público adulto, a veces no eran algo que cualquiera pudiera entender. Ella sí entendía.
    —¿De esos dos, cuál?
    Once Minutos
    Él la sujetó suavemente por el mentón e hizo que lo mirara
    —Dame Once minutos.
    Ella asintió tranquilamente
    —En un futuro distante, ahora te tengo miedo
    No me gusta que me tengas miedo —era la frase de uno de los tantos libros que estaban en la repisa.
    Rin aprendió otra cosa: sabía estudiar de una manera increíble y no sólo era detallista, sino que tenía buena memoria para esos detalles.
    Ella se puso de pie ante los nervios, bajó la vista y evitó mirarlo
    —Sólo once minutos. Es muy poco tiempo ¿Ese es todo el tiempo que quieres?
    —Quiero todo tu tiempo —se puso de pie y volvió a arrinconarla—. No por eso te quitaré tus propios tiempos
    Ella volteó la cara lentamente hacia él
    —Me pides mucho, Ai. Y tú decías que la paradoja no existía
    —No es lo que estás pensando —volvió a hablarle al oído—. No soy lo que piensas —iba a besarla cuando sonó el teléfono de Rin
    —Una llamada —dijo ella intentando escapar como podía.
    Él le quitó el celular y lo apagó, guardándolo en el cajón
    —Ya no hay llamada
    Ella bajó la vista
    —Mírame —le pidió él—. Mírame, Rin.
    Ella no levantó la vista y comenzó a llorar. Él la abrazó y se sentó en la cama con ella en su regazo, no supo cuánto tiempo pasó así.
    —No llores —como por arte de magia, las lágrimas de la chica pararon en el acto. Él le puso delicadamente una mano en la frente y la empujó hacia atrás, tendiéndola sobre el colchón, con la cabeza en la almohada.
    —Kagome —murmuró e intentó levantarse hasta la cajonera de la mesa, pero él volvió a recostarla, empujándola con la mano en su frente. Ella emitió un quejido.
    Él se inclinó hasta que su rostro quedó a centímetros del de ella.
    —Todo está bien —parpadeó— no quise asustarte.
    Ella abrió los ojos y lo miró fijo, con una mirada confundida y húmeda, la voz no le salía, como si se hubiese atascado a mitad de camino entre su alma y sus cuerdas vocales, ya ni recordaba lo que iba a decirle.
    —Yo…
    Él ni siquiera le dio tiempo de hablar, le pasó una mano debajo de la cintura, metiéndola entre sus ropas, levantándole apenas la camisa.
    —¿Qué estás…? —apenas sí podía hablar… se puso de todos los colores, quiso empujarlo y descubrió que su cuerpo no le respondía ¿¿¿Por qué??? Él se tendió sobre ella y le desabrochó los jeans. A la chica le entró pánico
    —Déjame —dijo con un hilo de voz
    —No te haré nada —le prometió
    Ella cerró los ojos y esperó. Él le puso las manos en la cintura, se inclinó sobre ella y la besó. Fue un beso muy dulce. Ella entreabrió un ojo, él le estaba sonriendo, movió la cabeza de un lado a otro como si negara… o como si dijera que no había caso con ella.
    —No te haré nada, ya te dije
    —Díselo a mis nervios —dijo como una súplica más que como una queja.
    —Lo intentaré —le bajó los pantalones. A la pobre chica se le pusieron los ojos como platos, nunca se había sentido tan indefensa. Cuando quiso quitarle la ropa interior, ella saltó en un intento de salir del cuarto. Él la sujetó por las muñecas y volvió a tenderla en la cama, aunque ella se resistió; lo miraba fijo, como si le suplicara
    —No me mires así. Cierra los ojos —ella lo hizo y sintió resbalar lo que le quedaba de ropa—. Abre los ojos —ella lo hizo y se encontró con los ojos claros de él. La besó en el cuello—. Bellísima —Ella se sonrojó sobremanera. Le puso una mano en el hombro, recorrió su escote, su pecho, su estómago y su cadera. Siguió el recorrido con la mirada, luego la besó debajo de la garganta y le abrió las piernas, colocándose entre ellas. En esa posición, su cara quedó frente a la de ella—. Pudo haber sido peor ¿Verdad?
    Recién en ese momento, ella reaccionó
    —¿Moriste de un infarto? —le preguntó él en voz baja
    Ella negó con la cabeza
    —¿Te hice daño?
    Ella negó con la cabeza
    Él le colocó la palma en la frente y le despejó los oscuros cabellos, le rozó sus suaves labios con las yemas de los dedos—. Me voy, dejaré cerrada tu puerta —le puso una mano abierta en el vientre—. Yo no voy a molestarte ¿Me entiendes?
    Ella asintió
    —Yo no voy a molestarte —se incorporó con movimientos lentos—. Tengo que irme. Te conseguiré un programa de alimentación, no puedo dejar que vivas con pan y agua.
    —No tengo dine…
    —Yo tengo
    —Pe…
    —Oyasuminasai. Yo no voy a molestarte —fue hasta la puerta—. Pero te veré mañana —cerró la puerta y se fue.
    Después notó que eran más de las diez, no se movió de la cama por mucho tiempo, como esperando a que Ai regresara, pero eso no pasó.
    —Oyasuminasai —cerró los ojos. No se había avergonzado, no tenía miedo, no se había molestado, parecía natural que estuviera ahí, sin nada encima, delante de una persona que ahora parecía que la hubiera visto así siempre. No le había hecho nada a su cuerpo pero ¿y a su mente?
    __________________________________________________________________________________

    El regalo de Kohaku. En Japón se considera una ofensa no aceptar un regalo, lo mismo que abrirlo en presencia de quien se lo dio. Rin acepta el regalo por no tener otra opción. Yo pienso que no lo usará. De todos modos, parece que Kohaku no puede quitársela de la cabeza, si Sesshoumaru se entera, de seguro lo matará. Es una forma de decir, claro, ni siquiera el verdadero Sesshoumaru tiene el corazón tan duro.

    Magia Negra. Uno de los excelentes trabajos de Christine Feehan. Yo creo que sus vampiros, en especial Gregory Darazatrov y Savannah Dubrinsky, podrían hacer historia.
    Once Minutos. Una de las muchas biografías escritas por Paulo Coelho. María, la protagonista, describe al sexo —al principio— como algo vano que puede darse en once minutos. De ahí que Rin se asustó con el comentario de Ai.
    Crepúsculo. ¿Necesito hacer explicaciones? Bella y Edward hacen historia en el CZ. La historia data del 2005, momento en que el libro era nuevo

    Me tienes miedo. No me gusta que me tengas miedo. Es la frase de Jacques Dubrinsky le dice a la doctora Shea en El Deseo Oscuro, otro libro de Christine Feehan, cuando Shea comienza a imaginarse que Jacques es un vampiro.

    Lo que le pasó a Rin. Estaba bajo un trance hipnótico, por eso estaba consciente de lo que le pasó, salvo perder la noción del tiempo y el espacio
     
  10.  
    \Tsuyuka/

    \Tsuyuka/ Entusiasta

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    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola Lubesita.

    Al fin me he terminado de leer tu FF, unos doce capítulos seguidos...
    Me he reido, enojado, entristecido, mareado... ¡No sabes!

    Sos increíble escribiendo, aunque tambien tienes tus faltas, que solo las notas si lees con atencion. Pero sacando eso eres impecable.

    Me gusta mucho tu manera de redactar, con detalles y un toque, a mi parecer, de romanticismo.
    Tal vez sea mi imaginación.

    Las parejas principales (Sessh/Rin Inu/Kag) no son mis favoritas por ciertos motivos y gustos míos, pero este FF es una de las pocas excepciones que hago.

    Me gusta como Sesshoumaru escribe en su libreta a medida que pasan los capítulos; Y será mi imaginación, que últimamente me hace muchas jugarretas, o el último libro que está escribiendo redacta la relación y sentimentos de él y Rin, por eso decide, a lo último, escribir junto con ella...

    Me gustó como jugaste com las tres parejas (¿Kagua y Kohaku? ¡Por dios, nada que ver!, aunque si te fijas en la serie y el manga de Inuyasha, ambos parecen tener un mínimo e imperceptible cariño, como hermanos), mucha confución, jajaja... Y me encanta como se resuelven y se van cada uno con sus respectivas parejas sin decir nada.

    También me gusta que Sesshy se quite esas máscaras y se muestre, y tal vez, aparezca en su nuevo libro el nombre de otro autor además del de él.
    (sería más intrigante para las personas, ya que Ai tendría companía, y eso daría a los medios de que hablar, y espantaría a sus seguidoras.)

    Espero pronto tu conti, se que va a estar interesante. Cuentas con mi apoyo y con mi ayuda para lo que sea. También quiero agregar que leí tu post y que tomaré tus consejos en cuenta. Agradezco que te tomes tu tiempo para leer lo que escribo y que seas quien lo critique, ya que admiro lo buena escritora que eres...

    Sayonara, espero nos leamos pronto.

    Atte.

    Tsuyuka, el 5to Dios.
     
  11.  
    Asurama

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    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola, Tsuyuka.
    Me alegra que hayas experimentado de todo con mi historia ¡Que coraje el tuyo para leerte todo el trabajo, yo no podría leer algo tan largo, por eso siempre escribo en los fics nuevos.
    A veces tengo faltas, generalmente son de tipeo, de algunos signos o de mayúsculas, las reconocí a lo largo del trabajo
    Me agrada lo que decís de mi forma de escribir "con cierto romanticismo". El amor y el misticismo (partes muy importantes del romance) son el cetro de mi vida, y no estás sólo en los fics.

    Gracias por hacer la excepción conmigo, estamos a mano, je. Tengo mi grupo, me he dedicado mucho en mantenerlo haciendo todo lo que me piden y contestando siempre

    La libreta es como el diario íntimo que le mostrará a medio mundo. La libreta es el borrador de Sesshoumaru, tiene computadora pero le rehuye como los perros al baño, je. Su último libro comenzó cuando se quedó prendada de ella en la calle, debajo de la lluvia, ahí se dio cuenta de que su vida era vacía. Le deja escribir a Rin porque piensa que ella redacta bien las partes que él no sabe o no quiere decir. Poco a poco, ella le va quitando sus máscaras. Escribe con ella porque ella se lo dice "las historias se escriben de a dos"

    La parte de jugar con las parejas fue para ponerle sal y consolidar unas buenas relaciones más tarde. La parte de Kagura y Kohaku, me basé en eso que dices del cariño, como que ella lo protegió. Acá también lo protege y no pasa de ahí, te habrás dado cuenta que su actitud durante el fic es más como la hermana que como la novia, lo puse como si fuera un pasatiempo y después vas a ver por qué. Además, cuando él la besa estaba borracho.

    Voy a seguir tu consejo de inventarle un nombre a Rin y ponerlo como co-autora, pero aún esperan muchas sorpresas, ya vas a ver!!!
    Gracias por decir que soy buena escritora y por apreciar mis críticas
    Nos vemos en el 16!!!!!!!!!!
    Y posiblemente en tu fic, dependiendo de cuánto tardes en continuarlo!!!
     
  12.  
    AkoNomura

    AkoNomura Guest

    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hola!

    kya! me encanta todo manipulador! XD ese hombre sabe como dejar a una mujer indefensa! amo a tu Ai/Sesshoumaru!

    en cierto modo me da pena Kohaku, como que no tiene cabida, no sé si me entiendes.

    espero leer la continuación pronto!^^

    nos leemos!

    pd:sorry si no soy mas explicativa pero es que no se me da eso de escribir comentarios, aunque siempre trato de hacerlo en los fics que realmente me gustan.
     
  13.  
    Izayoimywill

    Izayoimywill Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¡Hola!

    o.O Bueno lo último me dejo sin palabras, quede total y absolutamente helada.
    Por fin Inuyasha hace algo bueno (OH que mala soy) protege lo que es de su hermano… OH no, de su hermanastro.
    Estoy sorprendida por todo lo que hizo Sesshoumaru, con lo primero, si que es exigente (quiero uno así ToT) bueno… y con lo segundo… wow nada que decir, casi me da a mi un infarto (y me hubiese gustado mucho)
    OH pobre Rin… al principio xD
    Ya no sé que más escribir, me congele de nuevo.
    Ah sí, te tengo que hacer una pregunta con respecto a esta historia, pero cuando te encuentre te pregunto.
    Voy a estar atenta para leer el próximo capítulo, aunque siempre lo estoy :)

    Adiós.
     
  14.  
    Asurama

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    No me digan si mis dibujos empeoran (sería un grave insulto), sólo díganme si mejoran (de lo otro me daré cuenta sola).
    En cuanto a los fics, son libres de decir lo que mejor les parezca, son bienvenidos los palos, las piedras y los tomates. También son bienvenidas las rosas, pero sin espinas, por favor, jijiji
    Bueno, lo primero que tendríamos que hacer es discernir si les gusta Sesshoumaru o si les gusta Ai. A algunas les gustó Ai, a otras les gustó Sesshoumaru, a otras les gustó Ai y Sesshoumaru, personalmente, a mí me gusta todo.

    Tsuyuka, gracias por contestar al acto. Encantada por los comentarios bien habidos en tu post, tus apreciaciones excelentes, tus percepciones, igual que en los demás, de diez. :D Lo expliqué mejor en mi agradecimiento anterior a este post.
    Ahora
    Fíjate que estaría bueno poner otro autor en el libro, no es mala la idea, lo consideraré, pero recuerda que estamos hablando de un escritor en carrera, para el cual sería difícil introducir a un escritor sin experiencia. Además, eso de espantar a sus fanáticas admiradoras… él no es como un actor o un cantante que tiene las respuestas en el acto: tiene que esperar a que los demás lean su trabajo y le digan “me encanta como escribes” o, lo que gracias a Dios sólo me dijeron una vez, y no sé quien fue: “escribes un asco”. Por lo tanto, él necesita de admiradoras que estén alrededor de su trabajo. :eek:Su pan de cada día no le lloverá del cielo, como él mismo dijo. Sí, en los próximos capítulos veremos cómo necesitará su dinero, aunque no sea mucho
    Sobre lo que yo digo de este género, y todos aquí estarán de acuerdo, es que la pareja de Sesshoumaru y Rin es muy tierna, por lo menos la mayoría de las veces, en especial en su contexto original: Ese muchachito confundido de diecinueve años que mira con dulzura y acaricia la cabeza de su pequeña y asustada protegida de siete años ;) ¿No estoy en lo cierto amigas? En cierta forma, el fic es UA pero trato de buscarle el mismo tipo de relación, donde Sesshoumaru es fuerte y tiene que proteger a Rin. Es que en nuestro mundo también sucede, y lo digo por experiencia propia.

    Gracias AkoNomura por haber vuelto a quedarte anonadada con mi trabajo. ;) Yo creo que escribes muy bien, te daré una técnica: cuando le estás comentando a alguien, no estás escribiendo un comentario, estás charlando con él/ella, cuando estás escribiendo, no estás publicando, estás haciendo un Drabble ¿Ok? Es cierto que Kohaku no tiene cabida a veces, pero tenía que ponerle algo de sal al fic, es lo mismo que le pasa a Kagura, supongo que luego lo arreglaré. Sobre si Sesshoumaru es manipulador… no sé, quizás, pero recuerda que es muy perfeccionista y tiene que poner todas las cosas a su medida, no importa si es una hora de estudio, un paseo en coche o una escena romántica…

    Maka me sigue acompañando en “toos” los trabajos aunque a veces no comenta. No, es broma, Maka-chan, tú sabes. :D :D :D Me alegra que te haya impresionado este capi y que tuvieras que dividirlo en partes para poder analizarlo. Tuve que escribir algo que de repente impactara y creo que lo logré —ustedes dirán—, confesaré que me costó mucho escribir la última parte (desde donde Rin abre la puerta del departamento en adelante), en especial los sentimientos que iba a involucrar.
    Es que esta vez traté de poner al “Sesshoumaru original”, no al idealista Ai
    Oye, Inuyasha es bueno aunque no lo creas, por eso tiene el estelar del programa, jejeje… ;)

    Ahora, el encargo de la semana

    Capítulo 16
    Tres exámenes, fueron tres exámenes los que tuvieron que preparar con un plan de estudio estrictamente establecido por Sesshoumaru
    —No puedo creer que esté dejándome manipular por mi hermano —murmuró Inuyasha más de una vez antes de recibir un buen golpe en la cabeza. Tan sólo para el primer examen, ya lucía varios “elegantes” chichones. El plan era de siete horas de descanso y cinco de estudio —además de las pesadas clases teóricas y prácticas que tenían que soportar—. El trabajo era de toma de apuntes, intercambio de material, comparación con libros, comparaciones con clases prácticas, estudio individual y práctica grupal.
    —¡Wow, Rin! —Exclamaba, a menudo Kagome— ¡Qué exigente y aplicado es tu novio!
    Y ella solía sonrojarse, haciendo comentarios con monosílabos.
    —La compadezco —solía decir Inuyasha sarcásticamente.
    Kohaku no se cansaba de suspirar en silencio y sólo decía
    —Gracias por invitarme a estudiar —en realidad estaba profundamente agradecido: el sentarse a estudiar en el grupo era la excusa perfecta para poder ver a Rin y pasar un buen rato con ella sin tener que enfrentarse a Sesshoumaru. Nunca vio que ella usara las alhajas que le regaló, pero en su condición era de esperarse, era una pena que hubiera llegado tarde a la competencia…
    Rin le sonreía de una forma encantadora ¡le costaba hasta mirarla! Hablaban, hacían bromas y seguían leyendo amenamente. Paraban para tomar un refrigerio y seguían por horarios indefinidos, hasta que alguien anunciaba que Morfeo tocaba a la puerta…
    El lugar de estudio era rotatorio y, generalmente, uno se quedaba a dormir en la casa de alguien más. La preferida era la casa de Inuyasha, no sólo porque los padres del muchacho los atendían bien, sino también porque era el único lugar que Sesshoumaru no deseaba ver ni dibujado. No era que tuvieran nada en su contra, pero la única que lo soportaba era Rin. Eran el uno para el otro. Después de todo, el programa de estudios había sido establecido para Rin, no para todo el grupo, pero ellos buscaban la forma de reunirse.
    —Hasta que “Ai” tuvo algo bueno —decía a veces Inuyasha
    —No digas eso —se quejaba Rin—. Tiene muchas cosas buenas.
    —Si tú dices…
    Mientras tanto, estudiaban esclavizados, no importaba que intentaran disfrazarlo de reunión amena: seguía siendo un plan maquiavélico de Ai, mientras Rin estaba segura de que en alguna parte, en alguna libreta, un “hada de agua” estaría sufriendo una tortura sobre estudios, al igual que ella, de la mano de Ai. Y suspiraba
    —Rin, tú no suspiras por los exámenes —solía decir Kagome, y todos estallaban en risas.
    Mientras tanto, un muchacho se sentaba en la ventana con una libreta, esperando que terminara el horario para poder hacer una llamada telefónica desde la comodidad de su casa, escribiendo “Un cuento en la lluvia”...

    Cuando Rin se hacía un tiempo, iba a la Facultad, pero un día se interesó por los registros.
    Entró a la base de datos, pero en vez de buscar en su propio registro, escribió el de su novio

    Taishou Sesshoumaru
    ¿Pero cuál sería la contraseña?
    No recordaba bien la matrícula, sólo una vez la había visto y de modo rápido. Entonces probó al azar, intentando recordar
    1……1….2...4…7….3…3…….6
    Y el ordenador le respondió
    BASE DE DATOS COINCIDENTE
    Era sorprendente el semejante tamaño que tenían los registros de Sesshoumaru

    Universidad de Tokio.
    Kasuga Douri

    Informe general.
    Alumno: Taishou Sesshoumaru (1995-2001)
    Sexo: Masculino
    Fecha de nacimiento. 16 septiembre 1978
    Lugar de nacimiento: Distrito de Musashi, Tokio, Prefectura de Tokio

    Grupo sanguíneo: AB
    Correo electrónico: no posee
    Teléfono fijo: no posee
    Teléfono móvil: - - - - - - - - - - - - - -

    Títulos previos:
    -Título Primario
    -Título Secundario
    -Título Terciario
    -Academia de letras: Lengua y Literatura
    -Lengua extranjera: Inglés
    -Lengua extranjera: Francés
    -Lengua extranjera: Portugués

    Carrera: Psicología
    Año de inscripción: 1995
    Matrícula: 450.124
    Nivel cursado: primero, Ciclo Básico
    Segundo, Ciclo Básico
    Tercero, Ciclo Básico
    Cuarto, Ciclo Superior
    Quinto, Ciclo Superior
    Sexto, Formación profesional
    Nivel aprobado/ regularizado: primero, Ciclo Básico
    Segundo, Ciclo Básico
    Tercero, Ciclo Básico
    Cuarto, Ciclo Superior
    Quinto, Ciclo Superior
    Sexto, Formación profesional
    Rendimiento académico: 10

    Carrera: Marketing
    Año de inscripción: 1995
    Matrícula: 450.124
    Nivel cursado: primero, Ciclo Básico
    Segundo, Ciclo Básico
    Tercero, Ciclo Básico
    Cuarto, Ciclo Superior
    Quinto, Ciclo Superior
    Sexto, Formación profesional
    Nivel aprobado/ regularizado: primero, Ciclo Básico
    Segundo, Ciclo Básico
    Tercero, Ciclo Básico
    Cuarto, Ciclo Superior
    Quinto, Ciclo Superior
    Sexto, Formación profesional
    Rendimiento académico: 10

    Carrera: Ciencias Económicas
    Año de inscripción: 1995
    Matrícula: 450.124
    Nivel cursado: primero, Ciclo Básico
    Segundo, Ciclo Básico
    Tercero, Ciclo Básico
    Cuarto, Ciclo Superior
    Quinto, Ciclo Superior
    Sexto, Formación profesional
    Nivel aprobado/ regularizado: primero, Ciclo Básico
    Segundo, Ciclo Básico
    Tercero, Ciclo Básico
    Cuarto, Ciclo Superior
    Quinto, Ciclo Superior
    Sexto, Formación profesional
    Rendimiento académico: 10

    Carrera: Informática
    Año de inscripción: 1995
    Matrícula: 450.124
    Nivel cursado: primero, Ciclo Básico
    Segundo, Ciclo Básico
    Tercero, Ciclo Superior
    Cuarto, Ciclo Superior
    Nivel aprobado/ regularizado: primero, Ciclo Básico
    Segundo, Ciclo Básico
    Tercero, Ciclo Superior
    Cuarto, Ciclo Superior
    Rendimiento académico: 10

    Carrera: Ciencias de la Comunicación
    Año de inscripción: 1995
    Matrícula: 450.124
    Nivel cursado: primero, Ciclo Básico
    Segundo, Ciclo Básico
    Tercero, Ciclo Básico
    Cuarto, Ciclo Superior
    Quinto, Ciclo Superior
    Sexto, Formación profesional
    Nivel aprobado/ regularizado: primero, Ciclo Básico
    Segundo, Ciclo Básico
    Tercero, Ciclo Básico
    Cuarto, Ciclo Superior
    Quinto, Ciclo Superior
    Sexto, Formación profesional
    Rendimiento académico: 10


    Certificado de: Trabajo – 11.247.336

    —Por todos los cielos, tiene un cerebro súper dotado —dijo obnubilada después de leer lo que sabía que era sólo una pequeña parte del CV de su novio. Era increíble que en sólo cinco o seis años él hubiera hecho tal cosa. Tenía más de seis títulos Universitarios, más los títulos terciarios. Sesshoumaru, Ai, era increíble. O al menos eso pensaba ella

    ______________________________________________________________________________
    A sólo unas horas de los exámenes, Kagome le hizo una insistente llamada a Rin, pensando que quizás su amiga estaría tan nerviosa como ella
    —¿Qué ocurre Kagome-chan? ¿No puedes dormir?
    —Estoy algo nerviosa, los exámenes son difíciles.
    —Intenta tranquilizarte… —bostezó largamente— o se te mezclarán las ideas, todo está bien
    —¿Estabas dormida?
    —No, sólo hago un repaso de último momento
    —Pensé que Sesshoumaru estaba histérico con respecto al tema de tus cuidados, horarios y salud
    —Sí, pero no soy una marioneta, sólo somos novios ¿Está bien, Kagome?
    —Sí… emh… ¿Cómo te cayó la comida?
    —No cené, pero estaré bien.
    —¿Segura? —preguntó la chica, alarmada
    —Ai se ha vuelto mi comida, mi agua y mi descanso, es en serio, estaré muy bien, ya verás que nos irá de maravilla. Que descanses, Kagome.
    —Y tú —Kagome cortó la llamada y dio un profundo suspiro… esas cosas raras, esas cosas surgidas como consecuencia del amor… o del enamoramiento. Desesperada, se levantó y fue hasta su cajonera, de donde sacó un espejo de los de cartera y se miró en él. ¿Estaría ella en la misma situación que Rin?
    —…Inuyasha…
    ____________________________________________________________________________
    Los primeros exámenes fueron un éxito, el día de prueba fue un jueves. Luego de todo un día de esperar a que se colocara las notas en los transparentes de las respectivas cátedras. Cuando se anunció la presentación de resultados, una multitud de alumnos se agolparon en las entradas para ver su situación. Se veían caras de preocupación, compañeros nerviosos, caras largas y tristes de jóvenes que se retiraban, caras rebosantes de alegría… Las chicas sudaban frío… los varones sudaban aún más…
    —Ah, saqué 63,5 puntos —dijo Rin, feliz y aliviada
    —Y yo 50 puntos —dijo Inuyasha
    —¿Y tú, Kagome? —preguntaron ansiosos
    Kagome miraba y miraba el transparente sin poder ver su nombre hasta que…
    —Saqué 98 puntos —dijo con un hilo de voz
    —¿QUÉ? —reincidieron ellos ¡Era uno de los puntajes más altos de todos!
    Cada quien se puso feliz por su cuenta y llamaron a sus familias para avisarles..
    _______________________________________________________________________________
    Eran como las siete de la tarde cuando el teléfono comenzó a sonar insistentemente. La mujer lo levantó y atendió la llamada
    —Residencia Higurashi ¿Con quién desea hablar?
    —¿Señora, está Kagome? Soy Taisho Inuyasha
    —¡Ah! Inuyasha-kun, espera, en seguida la llamaré

    —¡Ah! Inuyasha —contestó Kagome muy animada
    —Hola mi chica genio ¿Cómo estás?
    —Bien, gracias a Dios salió todo bien
    —Sí, de eso quería hablarte
    —¿De qué?
    —Kouga llamó hace un momento a casa
    —¿Rou? —preguntó ella desconcertada
    —Sí, ese mismo —se aclaró la garganta— dijo que nuestros compañeros están preparando una fiesta para festejar a los que aprobaron los primeros exámenes ¿Qué dices? ¿Asistimos?
    Ella no lo pensó dos veces.
    —Por supuesto —dijo feliz. Con tal de estar con Inuyasha, cualquier excusa le valía, además su familia estaba contenta y la dejarían salir.

    —“Ahora no puedo atenderte, por favor, deja tu mensaje después del tono…”
    Ella no quería escuchar el contestador de su amiga
    —Escucha, Rin-chan. Se está preparando una fiesta para los que aprobaron los exámenes, es una invitación para que asistas. Llama al resto, te veré, ok.

    —Kohaku-kun ¿Tienes permiso de tu hermana para salir?
    —Sí ¿Por qué?
    —Porque Kagome me dejó un mensaje, dijo que se está preparando una fiesta para los que aprobaron los exámenes ¿Asistirás?
    —Sí ¿por qué no?

    Así, todos fueron comunicándose sobre los preparativos de la fiesta hasta que se consiguieron cerca de cien participantes, cada uno con un invitado.
    Ese viernes, Inuyasha asistió al club elegido junto a Kagome, mientras cientos de chicas suspiraban de celos y envidia al paso de la reciente pareja. Kohaku asistió con su hermana mayor, pero la mayor sorpresa de todas fue cuando vieron llegar a Rin con su… ¿¿novio??
    Era increíble que la chica tímida tuviera compañía de tal calibre —y eso que no sabían quién era él—.
    Hasta se habían vestido igual: jeans y camisa gris oscuro en él, y ella de gris claro.
    —Hola, ¿puedes decirme tu nombre? —le dijo parándose en frente una chica bajita de cabello negro
    —Taishou Sesshoumaru —dijo Rin algo molesta
    —Vaya, es un nombre fuerte —dijo la muchacha, sonriéndole a la pareja de una forma sugerente
    —Ya déjate de tonterías —le gritó Kouga desde el otro lado de la mesa—, siéntate aquí, Yura.
    —Ya voy… ya-voy… —fue y se sentó de mala gana
    Inuyasha y Sesshoumaru la miraron feo
    —Es bastante atrevida
    —Sí, aquí la conocen por sus mañas —dijo Inuyasha haciéndole oídas.
    —¿Es tu novio? —le preguntó una muchacha a Rin
    Ella se sonrojó
    —Sí
    —¡Vaya! Qué envidia —le dijo la joven sonriente. Sesshoumaru hacía caso omiso.
    Hicieron bromas, hablaron de tonterías, de las caras de asustados que tenían todos el día del examen, cómo salieron… Era un ir y venir de “inocentes comentarios”, sonrisas, risas y carcajadas. Se formaban grupos de todas las clases y medidas. De lo que todos hablaban, más o menos disimuladamente, era de la pareja de Inuyasha y Kagome… y del novio de Rin…
    —¿Están hablando de nosotros? —dijo Rin algo nerviosa
    —Feh! No les hagas caso —exclamó Inuyasha
    —Pero están diciendo que…
    —¿Realmente te importa? —preguntó Inuyasha extrañado, mirándola con curiosidad mientras levantaba una ceja
    Ella lo pensó dos veces
    —No, creo que no —ladeó la cabeza para quitarse el absurdo pensamiento antes de tomar a Sesshoumaru del brazo y sonreírle tiernamente.
    Él sólo se limitó a mirarla de un modo complacido.
    —Más vale que te acostumbres a que te traten así —le dijo
    —Por favor no bromees así —dijo ella muy apenada
    Comieron y bebieron hasta hartarse, hasta que Sango se decidió y se puso de pie, tomando una copa en su mano
    —Propongo un brindis por los éxitos obtenidos —anunció en voz alta
    Todos la imitaron
    —¡Por los éxitos obtenidos! —y brindaron.
    De repente, un muchachito se levantó.
    —¿Alguien quiere hacer una muestra de talento?
    —¡Siéntate, Kanta! —le gritaron varios de sus compañeros, pero él no hizo caso.
    —¡Vamos, un poco de humor por aquí!
    Kouga se paró
    —Sí, no es tan mala idea —puso una silla frente a todos—, ¿quién quiere venir aquí delante para hacer el ridículo? ¿Qué tal tú, Inuyasha? —dijo desafiante
    —¿Qué me dijiste pedazo de…
    —Inuyasha —llamó su atención Kagome—, siempre lo mismo ¿verdad? —tenía un tic en el ojo
    Inuyasha volvió a sentarse
    —Está bien, pero no te enojes —se acomodó fingiendo estabilidad, y eso sólo provocó risa general
    —Silencio todos, que la dama quiere hablar —anunció Sesshoumaru. Todos se callaron y lo miraron antes de fijas su vista en “la dama”.
    —Está bien déjenla hablar —dijeron algunos
    Sango se sintió aludida, todos la estaban mirando. Se ruborizó y sólo atinó a sentarse con la cabeza baja, junto a su hermanito.
    —No, yo en realidad no…
    —Mi hermana sabe cantar —dijo Kohaku
    —¡Kohaku! —dijo ella sintiéndose descubierta
    —Y no es por presumir, pero canta hermoso
    —Escuchen, mi hermano sólo
    —Anda, Sango, canta.
    —Sí, hazlo —alentó Kagome
    —Sí —dijo Inuyasha, muy entusiasmado
    Un joven de cabellos negros y ojos azules se paró para verla mejor
    —Una dama tan hermosa debe de tener una maravillosa voz —dijo
    —Ella se sonrojó más
    —Vamos, Sango-san, todos quieren escucharte —dijo Rin amablemente
    Todos la miraban en silencio, luego comenzaron a corear
    —“Que cante, que cante…” —hasta que consiguieron hacer que se pusiera de pie, fuera hasta el banco dispuesto en frente de todos y se sentara lista para intentarlo. Todos aplaudieron su valor.
    —Pero no puedo cantar sin acompañamiento.
    El mismo muchacho de ojos azules volvió a saltar
    —Precisamente por eso traje esto —levantó la mano enseñando una guitarra, se sentó en un banco junto a ella y comenzó a tocar acordes—. Yo la acompañaré.
    Ella cantó hermosas baladas y fue aplaudida todas las veces.
    Finalmente, el muchacho se paró
    —¿Alguien más quiere intentarlo? —todos se miraron entre sí. Nadie se animaba a pasar Al frente
    Kohaku miró a Rin y a Sesshoumaru. Ahora sí podría vérselas con él y de modo “indirecto”.
    —¿Y si pasa el novio de Rin? —Él solamente sabía escribir libros, si las historias de sus compañeras eran ciertas. Quizás después del bochorno tendría que decir frente a todo el mundo quién era realmente, que era Ai. Sería un buen espectáculo.
    Todos volvieron a comenzar con el coro
    —“Que cante, que cante…” —hasta que él se paró disimuladamente junto a Kohaku para murmurarle en voz muy baja:
    —Me las vas a pagar —fue hasta donde estaba el muchacho de la guitarra y se la pidió prestada— ¿Me permites?
    —Claro —y el joven se volvió hacia su asiento en la mesa.
    Sesshoumaru se sentó en la silla donde antes había estado Sango y puso la guitarra en su regazo
    —¿Te sabes alguna canción de Ayame? —preguntó una muchacha. Ayame era una jovencita que cantaba muy bello y era bastante conocida
    Él se extrañó con el pedido, asintió.
    —Algo sé. Dicen —afinó la guitarra— que ella no canta sus propias canciones
    —¿Entonces?
    Él sonrió levemente
    —Dicen que un conocido escritor compone para ella
    Todos lo miraron con intriga esperando sus siguientes palabras. Tenía una voz suave, grave y magnética…
    —Este es uno nuevo, escúchenlo con atención, y dedicado a Rin —la miró y puso la mano en la caja de la guitarra. Se escuchó un grito general cuando dijo—, de Akaitsukino Ai, “No puedo dejarte volar”—a ella le saltó el corazón

    Apareces y desapareces de mi vida
    Tal como si fueras una estrella fugaz
    Ocupas mi tiempo y no hallo salida
    Tú te has vuelto toda mi realidad

    No hallo una razón para olvidarte
    Si hoy estás más dentro de mi corazón
    No hallo motivos para dejarte
    Si enciendes fuego a mi interior

    Quiero estar dentro de tu mente
    Poder reflejarme dentro de ti
    Tomo distancia para admirarte
    Aunque es tarde para intentar salir
    Entonces veo la realidad
    Que las hadas pueblan mi mundo de magia
    Pero es tu amor el que me hechiza
    Me doy cuenta que no puedo dejarte volar

    ¿Puedes mirar detrás de mi mirada?
    ¿Mi corazón puedes acelerar?
    ¿Puedes intentar regalarme la vida
    y ver más allá de la falsedad?

    ¿Podrías leer mis pensamientos
    Y hasta mis deseos intentar cumplir?
    ¿Podrías regalarme tus sentimientos
    y a mi corazón dejar salir?

    Y es entonces cuando lo descubres
    Que mi alma te esperaba a ti
    Y ahora que lo sabes quieres
    Revelar la chispa dentro de mí
    Entonces ves la realidad
    Que las hadas nos rodean de magia
    Pero es tu amor el que me hechiza
    Me doy cuenta que no puedo dejarte volar
    Que no puedo dejarte volar

    Lo aclamaron y aplaudieron como si fuera una estrella, hubo tal escándalo como si estuviera en un estadio para ocho mil personas —y no pasaban de los doscientos, pero las mujeres era especialmente escandalosas—.

    Y no quiero…

    No lo espero…

    Cómo perder…
    …A quien es parte…
    …De mi…

    Sesshoumaru tenía una hermosa voz después de todo y cantaba mejor que cualquiera, incluso mejor que la hermana de Kohaku, quien se quedó helado. Hasta Inuyasha se quedó sorprendido.
    Rin estaba perpleja, no era una broma, realmente había escrito una canción para ella. No sabía qué hacer o decir, se puso roja como una manzana.
    Y hasta los demás invitados comenzaron a decir
    —Una más, una más…
    Él suspiró y volvió a sentarse
    —La mitad de una —la respuesta fue otro grito general de mujeres

    Lágrimas derramadas desde mi interior
    llenaron de ternura cada corazón
    expresan cada sentimiento y emoción
    borrará la amargura y el dolor de un corazón

    Soñaré con que nos volvamos a encontrar
    Sonreirás con dulzura y serenidad
    Cada corazón guarda en sus adentros la ilusión
    Cada corazón despliega sus alas antes de volar

    Sé que en el futuro nuestras almas se podrán unir
    Hasta que esto ocurra debemos sufrir

    En el infinito rodar de los tiempos
    Conocemos una parte de lo que vivimos
    Atravesaremos la gran oscuridad
    Con una sonrisa dispuestos a continuar
    En el infinito rodar de los tiempos
    No cesamos de buscar siempre el eterno amor
    y al cielo miramos, por muy lejos que esté
    gritando en silencio lo fuertes que queremos ser…

    Nuevamente fue aplaudido, casi ovacionado, él dio las gracias amablemente, le devolvió la guitarra al muchacho y se paró para ir a sentarse en su lugar. Pero antes, se paró delante de Kohaku, mirándolo de modo desafiante
    —Ahí tienes, mocoso —le dijo con un gesto de superioridad… y se sentó junto a Rin, que aún seguía sorprendida de tener una canción…
    Cuando la fiesta se acabó y todos dejaron de hablar del sorprendente muchacho, cada quien comenzó a salir y a retirarse junto a sus invitados.
    —Vámonos Kohaku —llamó Sango la atención de su hermano, que aún estaba perplejo por su mal cálculo.
    —Disculpa —dijo alguien detrás de los hermanos, y ellos voltearon—. Espero que no te moleste, Sango-san. Cantas hermoso —dijo el muchacho que le había hecho el acompañamiento—. Me llamo Miroku
    —Muchas gracias —dijo ella y se encogió de hombros—. Así se gana uno la vida. Y soy Shihaku Sango. Él es mi hermano, Kohaku
    —¿Puedo llevarlos hasta su hogar?
    —Muchas gracias

    Cuando Sesshoumaru estaba a punto de tomar las llaves del auto, levantó la vista hacia el cielo y un relámpago se hizo presente
    —Genial, una tormenta
    —Dicen que la canción atrae la lluvia —dijo Rin a sus espaldas
    Él la miró por sobre el hombro
    —No, dicen que las hadas de agua lo hacen —ella sonrió y fue corriendo para subir al coche
    La mañana estaba fresca y pacífica, ella se despertó con un “dulce” sonido de truenos, como a las siete y media de la mañana.
    —La tormenta de nuevo
    Todavía tenía en la cabeza la hermosa canción de Ai

    “…que las hadas pueblan mi mundo de magia
    pero es tu amor el que me hechiza.
    Me doy cuenta de que no puedo dejarte volar”

    —Por todos los cielos —otro trueno le hizo ecos— No pienses que podría volar muy lejos con semejante tormenta —en ese momento, sonó su teléfono— y ahora no sólo escribes libros y canciones, ¿también lees mi mente? —como si estuviera sentada sobre brasas ardientes, saltó de la cama y contestó la llamada
    —Ai
    —¿Cómo está mi hada de agua?
    —¿Cómo crees? Pasada por agua, como todo Tokio
    —Creí que te gustaría la lluvia
    Ella comprendía a qué se estaba refiriendo, se le dibujó una sonrisa que llegó a oírse del otro lado de la línea
    —Por supuesto que me gusta… ¿Quieres que vaya a tu casa para escribir?
    —Mejor aún ¿Te gustaría ir a Ueno?
    —¿Con este clima?
    Él rió
    —Cuando pase la tormenta
    —Claro, ¿por qué no?
    —“Entonces ves la realidad, que las hadas nos rodean de magia, pero es tu amor el que me hechiza. Me doy cuenta de que no puedo dejarte volar”
    Ella volvió a sonrojarse
    —Cielos, Ai
    Del otro lado de la línea, el muchacho reía…
    ———————————————————————————————————
    —…Él no se preocupaba demasiado por mí, su matrimonio era por conveniencia y yo nací “por accidente”, la verdad nunca me importó. Cuando tenía doce años, mi madre se fue de casa y nos abandonó. No soportaba la actitud de mi padre, ni sus horarios, ni siquiera los números de su cuenta bancaria, para decir que “le preocupaba algo”. Ni siquiera yo le preocupaba. Es más, a veces no se daba cuenta de que yo estaba ahí, más bien parecía un fantasma que caminaba por la casa y rara vez me prestaba atención, a menos que fuera para darme de comer o algo. A veces ni siquiera me daba de comer. Me dio a pensar que estaba nada más que de adorno en nuestra casa, por eso no me importó cuando se fue.
    »Mi ataque de rebeldía entonces fue distinto al del resto de los jóvenes. Me encerré en mis estudios y sólo me preocupé de eso. Llenaba mi cabeza con responsabilidades, libros de texto, artículos de periódico y problemas matemáticos. Nunca me detenía a pensar en nada, menos en mí, pues inmediatamente iba a darme cuenta de que estaba solo y que no era importante para nadie. Entonces tomé la decisión de que jamás nada me importaría, que no prestaría atención a nadie, más que a mí y a mis asuntos. Hasta que conocí a mi verdadero amor
    —La literatura
    —La literatura —afirmó él—. Un día, cuando cursaba primer año de secundaria, surgió un concurso literario con una beca de una academia de letras como premio. Me inscribí y presenté mi primer trabajo, se trataba de cuentos largos, de los que ponen en los libros del secundario. Gané el concurso y la beca. Desde ese momento me di cuenta de que me gustaba escribir, a eso me dedicaría. Me aceptaron gracias a mi rendimiento, pero estudié literatura en un simple nivel terciario, luego me perfeccioné.
    —¿De qué se trataba tu trabajo?
    —Una historia de amor basada en la Leyenda del Árbol Sagrado ¿Conoces la leyenda, Rin-chan?
    —¿Cómo no conocerla? Es muy hermosa y muy triste… como tu vida
    —En realidad tuve una vida gratificante —se detuvo y la miró.
    —Pensé que sabías mentir bien
    —No es que mienta mal, es que tú me conoces bastante.
    Ella bajó la vista por un momento y se puso debajo del paraguas que él sostenía
    —Cuéntame de tu trabajo
    —Lo titulé Akai Tsuki No Ai. Habla sobre un romance trágico y difícil entre el comandante Perro y la princesa humana, luego de todas las adversidades, los dos mueren pero el final es abierto porque sus hijos viven. Al menos dos de ellos.
    —¿Eso hace que la historia sea diferente?
    —Quizás, porque ellos siguen medianamente el ejemplo de sus padres. Jamás lo escribí, pero lo sugerí
    —¿Qué pasó con ese trabajo?
    —Lo tengo archivado en casa
    —Me lo mostrarías
    —Sí. Cuando me des Once Minutos
    —No empieces de nuevo
    —No estoy empezando nada…

    Miraban por la ventana del café cómo la lluvia tenue mojaba el asfalto. Ahí habían tenido su segundo encuentro, ahí le había regalado el libro, ahí se habían peleado por un malentendido. Allí empezó todo, allí bajo la lluvia
    —¿Por qué no quieres mostrarme tu historia?
    —Te la mostraré. Pero después —la miró en silencio
    —¿Por qué necesariamente tiene que ser así?
    Él le colocó una mano bajo el mentón.
    —Porque hay cosas que solamente podemos entenderlas luego de que las vivimos, no importa que sepamos su significado, o cuántas veces las leamos, sólo las aprehendemos cuando las sentimos —retiró lentamente la mano
    —¿Por eso somos diferentes tú y yo? —preguntó ella con curiosidad
    Él se inclinó hacia delante para acercar más su rostro al de ella, ella hizo lo mismo
    —No. Somos diferentes porque yo viví una vida, la mía —tomó un poco de aire— y tú vives la tuya.
    —¿Entonces nunca podremos vivir iguales?
    —Pasará, sólo date tus tiempos
    —¿Cuánto tiempo?
    —Tú sabrás cuánto tiempo, yo no voy a molestarte, ya te había dicho. Jamás perturbé la vida de nadie, no habría razón para probarlo contigo.
    —Cuando tú escribiste esa historia ya habías…
    —Sí —asintió con la cabeza, miró unos instantes hacia abajo y luego fijó la vista en los ojos de ella—, sí. Te recuerdo que nadie se preocupaba realmente por mí, así que ese refugio lo busqué en otro lugar —tomó aire— y nunca lo encontré… hasta ahora. Porque tú no tienes idea de cuánta paz le traes a mi alma, cuanta calidez, cuanta claridad, cuanto sustento —calló unos segundos—. No te asustes con lo que digo
    —No me asusta —mintió Rin.
    —Yo me asusto
    —¿Por qué?
    —Cuando uno vive por mucho tiempo en la oscuridad, se asusta cuando de repente aparece la luz, eso es porque pierdes la costumbre —le tomó una de sus manos—, porque te acostumbras a estar mal —llevó la mano de Rin hacia sí—. Y quiero volver a acostumbrarme a estar bien —le tomó la otra mano y se le quedó mirando.
    —Vuelve a cantarme
    —…tal como si fueras una estrella fugaz… —le apretó la mano— …ocupas mi tiempo y no hallo salida —acercó ambas manos de Rin hacia él— …te has vuelto toda mi realidad… —la miró a los ojos con un brillo especial— …me doy cuenta que no puedo… —Ella sonrió— … no quiero dejarte volar…
    _________________________________________________________________________________
    —Inuyasha contaba cuatro años…
    —¡Y no te importó?
    —En esa época nada me importaba realmente, era algo que me había prometido y, aunque me importara, me lo había ocultado a mí mismo para no sufrir, sólo para hacer otro vacío en mi existencia. Ya me he estigmatizado mucho a lo largo de toda mi vida.
    —¿No crees que a él le habrá importado?
    —Él casi no recuerda cuando pasó, de eso estoy seguro. Su madre y mi padre le prestaban mucha más atención de la que nunca nade me prestó a mí, quizás mi paciencia fue poca y por eso me alejé. Ellos tenían una nueva vida, yo simplemente quedaba fuera de ese cuadro perfecto, salvo para estorbarlos. Ninguno se dio cuenta hasta que era tarde.
    —¿Crees que sufrieron?
    —Nunca pude saberlo —la miró con una mirada dulce— ¿Tú qué sentirías?
    Ella bajó la vista
    —Es verdad, tú y yo vivimos tiempos diferentes
    —No te presiones —le dijo él y siguieron caminando hasta la altura del lago.
    —¿Y qué hiciste entonces?
    —Busqué un trabajo de medio tiempo, de lo que fuera —se le dibujó una pequeña sonrisa—. Adivina.
    —No sé, te habrás metido en una biblioteca, o algo…
    Él asentía
    —En una biblioteca, haciendo los rótulos para los libros y controlando los inventarios.
    —¿Y al mismo tiempo estudiabas?
    —Sí
    —¿Y en dónde vivías?
    —No estaba en lugares fijos, siempre iba a casa de otros, de amigos o compañeros, aprovechando sus horas, su dinero, sus dormitorios y sus alimentos. Nunca podían ubicarme, cada vez que alguien intentaba llamar a casa de mi padre para decirle en donde estaba, yo desaparecía olímpicamente, como por arte de magia
    —¿Y en tu trabajo no te lo preguntaban?
    —No
    —¿En qué mundo horrible nacimos? —se abrazó a él. Hubo unas risas…
    —En el planeta Tierra ¿Tú qué crees?
    —¿Cómo podías hacer coincidir tus horarios?
    —Trabajaba de día y estudiaba en las noches y las madrugadas
    —¿Nunca enfermaste?
    —Soy muy fuerte, niña
    —¿Cómo conseguiste el dinero?
    —Siempre lo llevaba oculto conmigo y tuve la suerte de jamás sufrir un solo asalto en toda mi vida. Como comía y dormía en casa de colegas o compañeros o, a veces, en la de mis jefes, siempre ahorraba el dinero. No era mucho, pero me servía para los gastos mínimos. Jamás, y repito jamás, me encontró mi padre hasta que me establecí en la casa que conoces ahora. Me llevó siete años y medio conseguirla.
    »Nunca le dije a papá que asistía a una academia y estudiaba en la escuela al mismo tiempo. En la escuela y en la academia, siguieron realizándose concursos y yo seguía escribiendo, pero pedía absoluta reserva para que la familia no diera conmigo, ni siquiera mis compañeros sabían que yo participaba. El premio ya no eran sólo becas, también había dinero de por medio. Fue entonces cuando empecé a escribir como Akaitsukino Ai.
    —¿Y siempre ganabas?
    —No, como crees. A veces obtenía terceros lugares, por lo menos seguía ahorrando dinero. Como vieron que siempre participaba, me dejaron escribir en el periódico escolar, entonces presentaba historias semanales y recibía pagos por ellas, pero pedía la condición de que nadie publicara mi nombre. Entonces podía fingir con toda tranquilidad que era como los otros y que me asombraba por el “escritor”. Mis errores eran ínfimos.
    »Cuando aprendí a llevar tiempos en los poemas, me atreví a comenzar a escribir canciones y las publicaba también. De vez en cuando cantaba para conseguir dinero, así como lo hace Sango-san. Algunos promotores comenzaron a frotarse las manos cuando veían la popularidad de mi trabajo, pero nunca les di el gusto.
    —Espera, espera —dijo ella, intentando acomodar sus ideas mientras él la llevaba para sentarse juntos en un banco del parque— ¿Dices que estudiabas doble turno y el resto del tiempo escribías y trabajabas?
    —Ahá
    —¿Cómo es eso posible?
    Él se encogió de hombros
    —La necesidad obliga
    —Yo hubiera preferido mil veces tener que soportar a mi familia antes que eso —reflexionó ella.
    —Tu familia no finge que tú estás dibujada en una pared —tomó aire—, la mía sí. Bien, cuando cumplí quince años tenía ahorrados un millón de yenes
    —¿Y finalmente pudiste comprar la casa?
    —No, eso fue dos años más tarde cuando tenía tres millones. Para ese entonces ya tenía una gran cantidad de trabajos escritos antes de tiempo, los cuales aún no había publicado, “El día eterno” estaba entre ellos. Un día, en la Preparatoria, entré en la página web de una editorial, me puse en contacto con ellos, le presenté algunos de mis trabajos y mi currículum. Eso hice con varias editoriales. A dos de ellas le interesó mi trabajo y publicaron mi primer libro con el nombre falso que les di —la miró y le pasó una mano sobre los hombros— y así empezó mi brillante carrera, como lo que me conocen ahora: un escritor idiota que se mete en líos.
    —Ai, no digas eso —se oyó un trueno y ella suspiró—. Va a llover de nuevo
    —Sí, escribiré: “es hermoso ver la naturaleza con los ojos de un hada de agua” ¿Y tú qué escribirás?
    —Umh… a ver… emh… ah! Un hada de agua solamente ve hermosas las cosas cuando está junto a la persona que ama ¿Suena bien eso?
    Él le acomodó el cabello
    —Te hace falta un poco de práctica y mucha, mucha paciencia
    —¿Comenzaste tu trabajo en la Preparatoria?
    —No, lo hice con buenos cimientos, en tercer año de la Universidad, con la mayoría de edad cumplida y la capacidad de decidir por mí mismo. Ya estaba llevando bien varias carreras… y un pajarito me contó que alguien entró hace unos días a mi base de datos en la Universidad.
    Ella bajó la vista y se sonrojó sobremanera.
    —Es que me ganaba la curiosidad
    —¿No era más fácil preguntarme?
    —Tenía que verlo
    —¿Todavía no crees en mi palabra?
    —Sí creo
    Él sonrió apenas antes de volver la mirada. Estuvieron en silencio por un rato. En el lago, los patitos nadaban como si nada, sin que los afectara el viento, el frío o la lluvia. Él la acercó más hacia sí, necesitaba su contacto.
    —¿Cómo conociste a Kagura? —preguntó ella rompiendo la paz y el silencio reinante.
    Él no quería pensar en ella, no quería hablar de ella, no necesitaba recordarla justo cuando la paz estaba regresando a su alma.
    —La conocí en un bar en Ginza, hace un par de años. Hablamos de muchas cosas, creo que no le dije ni siquiera la mitad de lo que te dije a ti. A los tres meses de estar de novios le dije que era Ai. Al mes siguiente dije que estaba escribiendo una canción para ella, un año y medio más tarde le dije que le escribiría un libro. Sé muchas más cosas de ella que lo que ella sabe de mí.
    —¿Le mentías?
    —No le mentía —le acarició los cabellos, pero su vista estaba perdida en el lago—, pero tampoco le decía nada. Eso fue lo que minó nuestra “relación”. Ella me correspondía de igual forma, el resto de la historia, tú la conoces
    —¿Tuviste otras novias antes?
    —Tuve “compañías”, nunca novias, jamás relaciones formales, tuve muchas “salidas rápidas” con compañeras hermosas que conocí en la Universidad y en la Preparatoria. No quería meterme, enredarme en una relación, por miedo. Al amor le rehúyes cuando no sabes cómo tratar con él. Cuando nunca conociste el amor, lo ves de lejos y ya le tienes miedo, lo mismo cuando lo tuviste y lo perdiste en forma dolorosa
    —¿Me habla Sesshoumaru o Ai?
    Él la miró
    —Te hablo yo.
    —¿Te sentías mal?
    —Me sentía vacío. En vez de disminuir, mi soledad aumentaba, y dolía. Cada vez había más espacios sin llenar y más fantasmas que me lo recordaban. Eso no podía decírselo a nadie y se lo decía a mi diario, a mis libros, a mis poemas, a mis canciones —se incorporó y se inclinó hacia ella hasta que la arrinconó contra el respaldo del banco—. Ahora te lo digo a ti.
    Ella se pegó a él intentando sentir su corazón
    —No tienes por qué volver a sentirte así
    —Exacto, Rin-chan —le dijo mientras la miraba con un aumento de fuego por dentro—, así es.
    Y la lluvia comenzó de nuevo—. Cuando termine con este trabajo, escribiré Aoi Tsuki no Ai
    —¿Un cuento?
    —Un poema
    —¿Y a qué se debe esa contradicción? —preguntó ella, divertida
    —Se debe a que el amor tiene muchas formas que van más allá de lo que sentimos
    Él se quitó su abrigo y la cubrió con él. Entonces la besó de una forma dulce, con más cariño, con paz, ya no con la desesperación y el miedo que sentía antes, todo estaba tranquilo y la lluvia se cerraba sobre ellos mientras el mundo se detenía en el tiempo y nacían hadas de agua que lo ocultaban:
    Alguien estaba llorando lágrimas de paz, pero se sentían tan unidos que no podían discernir quién.
    ____________________________________________________________________________
    Vaya que Se-chan nos trajo sorpresas en este capítulo. Así que canta después de todo. Es de uso múltiple ¿Vieron ese CV? ¡¡¡¡I-M-P-R-E-S-I-O-N-A-N-T-E!!!!, Aquí descubrimos muchas cosas y tendríamos que analizar tantas otras… bueno, aquí relaciono el “Inuyasha” original con mi fic UA.
    Finalmente la pareja principal de nuestra historia se pone seria. Bueno, ya venía inclinándose para este lado en capítulos anteriores.

    Ahora unas aclaraciones
    El CV de Sesshoumaru: y vaya que tiene CV, eso explica muchas cosas… Ya quisiera yo tener esas calificaciones

    El código de la base de datos de Sesshoumaru: es su certificado o documento de trabajo 11.247.336

    Lágrimas derramadas desde mi interior… : ¿Les suena conocido? Es el ending “Every Heart” de Inuyasha

    No puedo dejarte volar: canción de mi autoría, atribuía a Sesshoumaru. Pronto la pondré también en mi blog. Esta la escribí como muestra de afecto al amor de mi vida que regresó después de años. Como está dedicada a un muchacho, en vez de decir
    “…que las hadas pueblan mi mundo de magia
    pero es tu amor el que me hechiza.
    Me doy cuenta de que no puedo dejarte volar”
    Dice
    “…que los ángeles llenan mi mundo de magia
    pero es tu amor el que me hechiza.
    Me doy cuenta de que no puedo dejarte volar”
    Sólo que tuve que adaptarla al contexto del fic.

    Shihaku: a este apellido tuve que componerlo: Shi, que significa cuatro Haku, que significa alma. Sí, me estoy refiriendo a la perla Shikon. Después de todo, en la historia original, la perla nace en la aldea de estos chicos

    La Leyenda del Árbol Sagrado: para el que no la conozca, se la resumo. Cuando los youkai comenzaron a salirse de control, aparecieron cuatro dioses youkai para controlarlos: el dragón, el zorro, el fénix y el Perro. En la batalla, fueron muriendo uno a uno. El perro, temeroso de desaparecer, le pide a una humana tener hijos con él. Le nacen tres: un youkai perro, un humano y un hanyou. El youkai, que es malo, mata al hermano humano y persigue al hanyou, pero este se oculta en la tumba de su padre, se hace una espada de su colmillo y pelea con el youkai. Después de eso, el hanyou aparece tirado en un bosque con forma humana, donde se encuentra con una mujer. Se enamoran y se casan, pero al mostrarle él su verdadera forma, ella lo mata clavándolo en un Árbol Sagrado con una estaca y luego se suicida. Y Rumiko para decir eso se tardó como doce años.
    Yo hubiera escrito: Inuyasha se despertó, se enamoró de dos mujeres, conoció un grupo de idiotas, digo, de amigos, persiguió a un hanyou llamado Naraku que se escapó como ocho mil veces, no sin antes matar a los seres queridos de todos. Pelearon juntos, ganaron, destruyeron la Shikon no Tama y vivieron felices para siempre.

    Akai Tsuki No Ai: Significa “Amor de la Luna Roja”. Esto es porque se cree que el Hijo hanyou del youkai perro nace durante la luna sangrienta (fines del verano, para el calendario lunar). Ahora saben de dónde salió en nombre del escritor. Akaitsukino Ai.

    Sí, cuando me des Once Minutos: Ai alude a lo que dijo en el capítulo 15. Quiere amar a Rin. Entiéndase en el sentido en el que obviamente usa la palabra. Por supuesto, eso no aparecerá en el foro así que tendrán que buscarlo en mi blog, pero yo les avisaré cuándo.

    El café. Vuelve a aparecer el café donde comenzó todo. Ai finalmente tiene el valor para “escupir” la historia. Luego le tocará el turno a Rin

    ¿En dónde están? En el parque Ueno, cerca de la Universidad, ya lo dije un millón de veces

    Ai pagó tres millones de yenes por su casa: veintiún mil dólares

    Aoi Tsuki no Ai. Sería como una parodia de su primer cuento. Significa “Amor de la Luna Azul” ¿Dónde hemos visto antes la Luna Azul? Esta extraña luna aparece cuando hay luna llena dos veces en un mismo mes.
     
  15.  
    olga

    olga Usuario común

    Libra
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    lubeee!
    xD me encanto la historia el capi fue maravilloso ademas el CV es impresionante q daria yo para tener aunke sea 8 en todas las materias jajajajaja mala suerte nos tendremos ke encontrar a un novio wapo ke nos ponga a estudiar como sessho jajajaja ojala ke siiiii mmm pero equizz!
    tambien me encanto la semi reseña q diste de inuyasha hhejejejeje me rei como imbecil al leerla jajajaja todavia tyengo la sonrisa en la boca jajaja
    bueno sobre el chicco q te atrae jeje te digo sigue tu propio pensamiento, ilusion y lleva a tu corazon hasta donde tope ya sabes aki estoy para todo ademas si tuviera mas tiempo podria leer el fic de tu blog ademas de tus dibujos pero si me creerias ke estoy en clase de computacion jejeje a escondidillas no me valla a cachar el profe pero naaa... esta dormido xD jejeje q cosas vdd cuidathe y te quiero un monton amigaaa!
     
  16.  
    AkoNomura

    AkoNomura Guest

    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hola!

    si que se las trae Sesshoumaru en este capitulo, miren que aparte de escritor sabe cantar, impresionante su CV, quien no quisiera tenerlo. lo triste es su vida de adolecente como que uno quisisera que hubiese conocido a Rin antes para que no estubiese tan solo.
    muy linda tu canción, me llegó al alma
    hay algo que me llama la atención, dices que a algunas les gusta Ai y a otras Sesshoumaru, como si fuesen 2 personas distintas, si bien son dos (o más) comportamientos, al fin y al cabo son uno mismo. en tu fic, yo lo tomé como que Ai y Sesshoumaru son simplemente una deribación de una misma cosa o como tu le dices máscaras, pero máscaras de un mismo material si se puede decir así, no sé si me doy a entender o sólo estoy complicando las cosas (XD), pero así lo comprendo yo, debe ser por que sufro de bipolaridad.

    espero la continuación, mira que ya no sé en que va a terminar esto

    nos leemos!

    ETO TI!
     
  17.  
    \Tsuyuka/

    \Tsuyuka/ Entusiasta

    Leo
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¡Hola Lubecita querida! (cada vez mis saludos son más informales)

    ¡¡¡¡Oh my god!!!! No puedo cree el flor de CV que tiene Sesshy, ¿Por qué yo no tengo uno así? ToT

    Voe que la reación de ambos se va solidificando cada vez más, y eso me agrada.
    En este capi no aparecieron mucho los demás personajes, pero era hora de que en uno saliera mucho la pareja principal.

    Me gusta las canciones que canta Ai, Sessh, o como lo quieran llamar.
    Eso de la preferencia, como tú dijiste, me gusta todo de él, no tengo preferencia porque tanto Ai como Ssshy son componentes de la misma persona. Por más máscara que sea.

    Y otra vez con los Once Minutos... ¿Cómo se atreve a pedirle eso a Rin? (Re exagerada nu?)

    ¿Y el castigo de Kag? Al menos podrías haberlo echo un poco más duradero... Pero supongo que era necesario lo corto para la fista.
    Además todo castigo se soluciona con una buena nota ñ.ñ
    (yo siempre lo hago)

    Y veo que entraste a Miroku al juego, he? ¿Que estás tramando niña?...
    Kohaku parce estar mucho mejor, al menos se dio cuenta que no puede dejar mal parado a Sesshy, ni que puede pelear contre él porque sale perdiendo, que lástima... (Ojalá y se quede con Kágura, una pareja rara pero adecuadaen este FF)

    Sango cantando en la fiesta, que buna onda che... ¡Y Miroku la acompaña!
    El amor se huele en elaire cierto.

    Parece un perfume mágico que al sentirlo, instantaneamente, Cupido te da un flechazo y te es imposible escapar... Haaa...

    Y sigues con esa forma tan poética de reactar que me fascina, creo que estoy incondicionalmente atada a tus FF.
    Y otra cosa: ¡¡¡CHAN!!! Estamos descubriendo más acerca del pasado de Sesshy, pobreshito, lo que tubo que pasar.
    que manera de ahorar la suya, quedandose a dormir en la cas de sus compañeros, amigos, o inclusos de sus jefes... Me suena una noche llena de... (mejor lo dejamos ahí, XD)

    Espero que pases por los dos que figuran en el PM, o en defecto, en mi firma...

    Gracias por tus post, me alientan muchísimo...

    Atte.

    Tsuyuka, el 5to Dios.
     
  18.  
    Izayoimywill

    Izayoimywill Entusiasta

    Cáncer
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]


    ¡Hola!

    Eso de Inuyasha y el estelar me recuerda a un capítulo… pero es que a veces Inuyasha es un idiota.
    A mí por lo menos si que me impacto el cap. 15 todavía no me recupero.
    No solo Rin piensa que Sesshoumaru es increíble porque yo también… ToT
    Como que no fue tan largo el castigo de Kagome… que daría yo porque me castigaran menos… espera… a mi no me castigan xD jajaja me deje llevar.
    Que linda la letra de la canción… me gustaría escuchar la melodía.
    ¿Hay algo que le falte a Sesshoumaru por hacer? Las tiene todas, pareciera que nada le fuera a salir mal, le tengo envidia… ah sí… le falta que baile, si lo haces bailar me muero, ahí si que me da un infarto.
    Que difícil ha sido la vida de Sesshoumaru, tuvo que pasar muchas cosas… pero le sirvió.

    Eso me suena conocido... jeje
    Así que pronto se conocerá la historia de Rin…
    Ya… estaré esperando el capítulo 17

    Adiós.
     
  19.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

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    Título:
    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Diferencias entre Sesshoumaru Taishou y Ai Akai Tsukino

    Ai: es romántico e idealista
    Sesshoumaru: es realista, analítico, frío y pragmático

    Ai: es suave y dulce
    Sesshoumaru: es brusco y violento

    Ai: sueña mucho, en especial en las madrugadas
    Sesshoumaru: vive su mundo real, aquellas cosas tácitas que puede percibir con los cinco sentidos

    Ai: le fascina la psicología, poder meterse en la cabeza de los demás, comprender lo que piensan, sueñan, desean y sienten, en especial sobre sí mismo.
    Sesshoumaru: odia la introspección, aprovecha su facilidad de meterse en la mente de los demás para manipularlos a su antojo.

    Ai: cree que existe el “estado del mundo perfecto” donde nos suceden cosas increíbles
    Sesshoumaru: cree que la paradoja no existe

    Ai: piensa que es perfecto
    Sesshoumaru: es perfeccionista

    Ai: tiene múltiples personalidades que adapta según la ocasión
    Sesshoumaru: es uno solo: frío y parco

    Ai: es bastante antipático y tiene facilidad para pelear con los demás
    Sesshoumaru: es el doble de antipático, pero no le gusta pelear

    Ai: nadie conoce su rostro ni saben nada acerca de su vida
    Sesshoumaru: los que conocen su rostro lo detestan y los que conocen su vida le tienen miedo

    Ai: vive por y para su trabajo
    Sesshoumaru: vive por y para Rin

    Ai: escribe canciones para clientes famosos —y otros no tanto—.
    Sesshoumaru: le canta canciones a Rin.

    Ai: nadie conoce a su familia
    Sesshoumaru: su madre lo abandonó, jamás habló con su madrastra, su padre pasó del consentimiento extremo a la ignorancia total y su hermano es su polo opuesto.

    Sesshoumaru: es autosuficiente, tiene múltiples capacidades y seis títulos universitarios, no necesita de nadie. Su vida fue complicada desde el inicio
    Ai: no puede hacer nada por sí mismo, depende completamente de sus promotores, representantes, socios y clientes. Sólo se conoce que tiene un título de la Academia de Letras. Su vida es fácil

    Ai: a los catorce años escribía tan bien que daba miedo, en los concursos siempre tenía menciones, era buscado por muchas compañías.
    Sesshoumaru: a los doce años huyó de casa, trabajaba como encargado en una biblioteca, componía y cantaba y asistía a varias clases. Siempre tuvo un alto rendimiento académico y a los catorce años había reunido tres millones de yenes.

    Ai: le encanta regalar sus ideas
    Sesshoumaru: vendería hasta sus ideas, vendería todo lo que tiene, menos a Rin

    Ai: cree que si te tomas el tiempo, puedes comprender muchas cosas
    Sesshoumaru: cree que sólo puedes aprehender las cosas cuando las has vivido

    Sesshoumaru: nunca tuvo una novia
    Ai: tuvo más novias que obras escritas

    Sesshoumaru: siempre decía que se sentía solo
    Ai: no está solo: tiene un hada de agua

    Ai: está fascinado por la mente de Rin, quiere escribir con ella y que ella tome su apellido. Insiste en que “no puede dejar que se vaya”
    Sesshoumaru: tiene una terrible necesidad de ella, quiere que ella forme parte de su vida y se quede para siempre

    Sesshoumaru: sabe que nadie le quitará a su novia
    Ai: tiene que vérselas con un maldito mocoso de la misma edad de Rin

    Ai: quiere proteger a Rin a costa de lo que sea
    Sesshoumaru: haría cualquier cosa para proteger a Rin

    Ai: quiere que Rin descubra lo que hay detrás de sus secretos
    Sesshoumaru: le encantaría poder acostarse con Rin…

    Sesshoumaru: una persona como cualquier otra, con una vida difícil, un cerebro lógico y los pies sobre la tierra
    Ai: es un escritor ficticio, sumamente idealista e idealizado, salido de la imaginación de Sesshoumaru

    Capítulo 17
    Despertó temprano y supo que llovía, afuera, se escuchaba una tormenta, la misma que había durado toda la noche y no la había dejado dormir… ¿por qué rayos culpaba a la tormenta?, debía sincerarse consigo misma y decir que era él quien no la había dejado conciliar el sueño. Tan encantador, tan bello…
    No, no podía permitirse sentir eso por un hombre o su casa se vendría abajo, al menos no todavía… pero no podía quitárselo de la cabeza.
    Intentó esquivarle la mirada durante toda la fiesta, incluso cuando se había sentado a su lado, incluso en el viaje desde el club hasta su casa, pero no podía evitar sentir esa atracción. Era algo extraño que jamás había sentido, ni siquiera por Ai…
    …Ai…
    …Ai… ¿Era ese su verdadero nombre? Estaba segura de que no, pero él jamás le había dicho quién era realmente, ni siquiera cuando se habían reunido. Él incluso la había invitado a salir aludiendo que era muy hermosa, pero desde el principio tuvo segundas intenciones… peligrosas intenciones.
    Al no poder pagar su trabajo, tuvo que romper el contrato, era muy exigente hasta con sus clientes.
    Se sorprendió mucho al verlo junto a Rin
    ¿Sabría ella quién era él? ¿Qué intenciones tendría Ai con ella? Nadie de los presentes parecía ser consciente de la presencia de Ai, nadie sabía que era él, le gustaba permanecer oculto y el trato era ese: dejar de verse a cambio de nunca revelar quién era él.
    —Si no quieres que diga quién eres… pues no lo diré —suspiró— pobre chica, espero que no le hagas nada

    “Silencio todos, que la dama quiere hablar”
    Así la había introducido él esa noche, y luego para su sorpresa ¡había cantado para Rin! Él le había escrito esa canción, lo había dicho. Había quedado sorprendida de que le dedicara semejantes palabras de amor a esa chica ¿serían reales o un producto de sus múltiples personalidades como escritor?
    Pero dejando de lado a Akaitsukino Ai, esa noche había sido la más maravillosa de su vida, había visto a ese muchacho, daría cualquier cosa por hablar con él.
    —Miroku, así se llama —suspiró— parece una persona amable —dijo intentando convencerse a sí misma de que sólo eran locas ideas suyas.
    Después de levantarse, vio a su hermano plácidamente dormido. Al parecer al muchachito le encantaba darle disgustos y preocupaciones
    —Sólo por hoy dame una tregua, Kohaku, sólo por hoy —sonrió y lo cubrió con una manta— no hay vacaciones para hermanos, así que dame una tregua hasta el mediodía.
    La respuesta fue un pequeño murmullo, su hermano hablaba dormido. Se volteó del lado de la pared, como si quisiera darle la espalda, pero seguía dormido.
    Ella volvió a acomodarle la manta y fue hasta la cocina para preparar café caliente en eso, alguien llamó
    —¿Sí? —preguntó ella
    —¿Sango-san? Espero no haberte despertado —dijeron del otro lado
    No podía creerlo, era él, ¡había ido hasta su casa para verla incluso con la tormenta!
    —No te preocupes, ya estaba despierta
    —¿Puedes salir?
    —¿Ahora? —ella dudó—. No, ahora no, pero puedes venir dentro de unas horas si así lo prefieres
    —Sí, lo haré —dijo contento el muchacho
    —Miroku ¿Verdad?
    —Sí, dime
    —Estaré lista en un momento
    —Vendré por ti, Sango-san —su sonrisa llegó a oírse y Sango se puso feliz.
    Ella se apresuro, tomó el café que había preparado, se bañó y se vistió adecuadamente lista para esperar a su visita. Se colocó un abrigo verde y jeans negros, con el cabello recogido, queriendo parecer elegante pero informal al mismo tiempo ¿Cómo le gustaría a él? Estaba algo nerviosa, jamás había tenido una cita —las de Ai no contaban porque eran de trabajo—.
    Escribió una nota para Kohaku y la dejó sobre la mesa por si él despertaba, cerca de las once, cuando la lluvia había cesado un poco, Miroku regresó
    —¿Cómo está la bella cantante? —bromeó cuando ella fue a abrirle
    —Mejor imposible —dijo ella de modo amable ¡Es que no había podido contenerse!
    —Me alegro —dijo él con una sonrisa sugerente— ¿A dónde vamos? —dijo extendiéndole la mano de un modo elegante
    —Mh, no lo sé —dudó ella
    —Bien —dijo él, sorprendido por la timidez de la chica— ¿Te gustaría ir a Ueno?
    —Oh, sí —dijo ella feliz. Con tal de que pasaran un buen rato juntos…

    Fueron en coche hasta Ueno y luego él bajó con un paraguas para que caminaran juntos. Iban hablando y Riendo hasta que pasaron cerca de un lago con patos
    —Mira, patos —dijo Miroku, como si nunca antes hubiera visto a los simpáticos animales. Ellos nadaban y se sacudían las gotas de lluvia.
    Ella levantó un poco la vista
    —No hay solamente patos aquí —dijo de modo insinuante
    Él levantó la vista para mirar, a través de la lluvia, del otro lado del lago
    —Oh, vaya… —dijo sorprendido.
    Sango no podía creerlo, no tenía la menor idea de que él frecuentara Ueno…
    ¿¿Ai y Rin juntos?? ¿Y además besándose bajo semejante tormenta?... bueno, ella no podía opinar mucho…
    Sango y Miroku se miraron el uno al otro
    —Te invité porque creí que no habría nadie con esta lluvia… —volvió a decir de modo sugerente. Ambos volvieron a mirar la escena—. Demasiado tierno como para interrumpirlo
    —Bueno —comentó ella algo confundida—. No podemos saber qué intenciones tenga él ¿Viste la diferencia de edad?
    Él la miró.
    —Al diablo con la diferencia de edad
    Ella volteó a verlo… él, sin pensarlo mucho, se acercó a su rostro y le dio un beso que la dejó congelada. Al instante, Sango experimentó todos los cambios de temperatura, todos los cambios de color y todas las emociones ¡La habían besado! …y qué agradable era. Ella dejó que continuara… pausado, lento, sin posibilidad ahora de juzgar lo que podría estar sintiendo Ai ¡Ella estaba sintiendo lo mismo por Miroku-san!

    Pasaron todo el día juntos hasta la tarde, hablando de sus gustos, de sus vidas y de su familia, también hablaron de estudios y de lo mucho que las canciones habían sido comentadas por todos, gracias a ese pequeño detalle, la fiesta de los de primer año había sido algo absolutamente divertido.
    —Ah, sobre eso quería preguntarte ¿Cómo terminas te en una fiesta de primer año?
    Él se puso nervioso y sudó frío. Le sonrió
    —Eh… bueno… yo… unos amigos me invitaron a ir —rogó porque su excusa fuera creíble— ¿Y tú?
    —Bueno… —ella se sonrojó—. Acompañé a mi hermano, no tenía con quién ir y —se acercó y le habló en voz baja— su novia es demasiado mayor
    —Oh! —dijo él sorprendido— ¿Cómo pasó eso?
    —Te juro que no sé, a veces mi hermanito sale con cada planteo…
    —Bueno, recién está saliendo de la etapa de la adolescencia, necesita comprensión —dijo Miroku con una simpática sonrisa
    —Una buena paliza es lo que necesita —dijo ella enojada
    Él intentó tranquilizarla
    —Una dama tan bonita no debe enojarse así, con el tiempo las cosas cambian
    Ella le sonrió
    —Espero que sea cierto, me veo obligada a mantener sola mi casa, necesito que él también coopere.
    —Si necesitan algo, no duden en pedírmelo
    —Te lo agradezco, Miroku-san
    —Sólo Miroku
    —Está bien…
    Rieron divertidos
    —Dime, Sango
    —¿Sí? —preguntó ella
    —¿Por casualidad, tú conocías al muchacho?
    —¿Muchacho? —preguntó ella sorprendida
    —Sí, el del parque, el que cantó en el club.
    —Eh… —¿Cómo podría ella explicarle tal cosa?—. No, sólo lo vi por ahí un par de veces, quizás nos cruzamos en la calle
    —Tokio es muy grande —dijo él
    —Bueno, mi trabajo de medio tiempo es cantar… —no, no debía decirlo—. Lo vi en un bar en Ginza una vez cuando cantaba, atrae la atención, como te habrás dado cuenta
    —¡Sí! —afirmó él—. Oí que entre las mujeres su actuación fue muy comentada, dicen que debería dedicarse a cantar
    —No creo que debamos decirle tal cosa —dijo ella, y volvieron a reír.
    Fueron por un momento al café más cercano y al salir se encontraron cara a cara con el muchacho del que hablaban. Sango y Miroku se miraron entre sí, no podían decirle que lo vieron ¿verdad?
    —Ah, tú eres la cantante —dijo Sesshoumaru en forma indiferente
    —Sí —dijo ella sin prestar la más mínima atención
    —Se dice que tu actuación fue muy comentada
    —Así es —dijo Miroku en tono amable mientras le ponía a Sango una mano alrededor de la cintura para demostrar quién estaba con quien—. Es una magnífica artista
    —No lo dudo —respondió Sesshoumaru
    —También dicen que tú deberías dedicarte a cantar —agregó
    Él mostró las palmas de las manos
    —Oh no, la actuación no es algo para mí —negó—, mi timidez jugaría en contra, prefiero escuchar lo que otros hacen y permanecer en el anonimato —dijo de modo indirecto
    —Sí, Miroku —comentó Sango—, él tiene razón, no deberían presionarlo así
    —No, nadie lo presiona —dijo Miroku sin saber lo que pasaba
    —Tengo que irme —dijo Sesshoumaru caminando hasta el coche que luego se perdió en una cortada.

    Ya al atardecer, Sango regresó a casa y se encontró con la sorpresa de que su hermano seguía dormido, ni siquiera había visto su nota. Quizás los exámenes lo habían dejado así, al parecer tenía muchos problemas
    —Pobre de ti —lo miró dormido y sonrió— hoy no te molestaré
    Iba a salir del cuarto cuando él se movió y se despertó
    —Sango ¿Qué hora es?
    —Las ocho —contestó
    —¿Tan temprano?
    A ella le entró risa
    —Las ocho ce la noche
    —¿De la noche? ¿me dormí todo el día? ¿por qué no me despertaste?
    —Es que te veías muy cansado
    Él se frotó la cabeza y se restregó los ojos para aclarar la vista
    —Umh, gracias ¿puedes preparar algo?
    —Sí vamos —dijo ella yendo a la cocina
    —Hoy estás muy contenta —comentó— ¿Es por lo de ayer?
    Ella bajó la vista y no respondió, pero estaba ruborizada. Fingió absoluta concentración en la preparación de la cena
    —No lo sé, es un bonito día
    —Sí, con todo y tormenta —ella no dijo nada—. Ah!, tuve un sueño muy bonito
    —¿En serio? —preguntó ella— ¿cuál?
    —Soñé que estabas con Miroku —le sonrió simpáticamente
    Ella se volteó completamente ruborizada y sintiéndose descubierta
    —¡Kohaku! —su hermano rió.
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    —Quiero invitarte a cenar conmigo mañana
    —Encantada ¿A qué hora quedamos?
    —¿Te parece a las siete?
    —¿Qué tal a las ocho?
    —Una reina necesita tiempo
    —Gracias por eso
    —Pasaré a las siete por ti
    —¡Oye!
    —Pasaré
    —Bien, te esperaré
    Iba a cerrar la puerta cuando él le prendió un beso tierno, quería que las cosas pasaran rápido y el tiempo volara, quería que fuera “mañana”, ponerse la mejor ropa que tenía y seguirlo a donde él quisiera, escuchar su voz por teléfono toda la noche, memorizarlo a él y a sus historias. Ambos, el escritor Ai AkaiTsukino y el impresionante Sesshoumaru le atraían completamente ¿Cuánto tiempo había pasado antes de caer en la cuenta de que se había enamorado de él?
    Le parecía ayer el día que la metió a su casa por la fuerza, lo mismo que su declaración. El cambio y la pelea que llevó un mes, es intempestivo encuentro bajo la lluvia que terminó en una pelea donde ella le gritaba ¡Adiós! Todo eso había sucedido de una forma increíble y a una gran velocidad, en una ciudad donde la habían llevado también en contra de su voluntad. El mundo de ese muchacho era increíble y digno de respeto. Si tenía que aprender a vivir, como él le había dicho, quería que fuera él quien le enseñara. Algo en su interior le decía que él no permitiría que le enseñara alguien más, definitivamente estaban hechos el uno para el otro, listos para encontrarse en la situación más extraña y controvertida.
    Los milagros existían.
    Las cosas que aparecían en las novelas podían parecer muy fantásticas, pero de todos modos la vida se empeñaba en superar a la ficción.
    Suspiraba en la soledad de su departamento, mientras acomodaba todas sus cosas, poniendo por orden y prolijamente sus libros, acomodando todas sus carpetas. De vez en cuando, se quedaba paralizada, como en una ensoñación, miraba sin ver y se tocaba los labios, sólo él la había besado, cada vez que lo recordaba sentía fuego y una sensación dulce, la misma que había sentido en esos instantes. Cuando cerraba los ojos soñaba con eso, luego venía a su mente la extraña sensación de perderse que había sentido en esa otra oportunidad, la vez que él había entrado en su casa de forma intempestiva y le había pedido “sólo once minutos” antes de decirle que quería todo su tiempo, todo el tiempo que ella pudiera darle… y el tiempo que le dio esa noche…
    —Por todos los cielos, en qué pienso… Ai
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    Cruzó el recibidor y golpeó la puerta, si sabía cómo entrar y lo hacía con esa familiaridad debía tratarse de alguien conocido. Bajó de su habitación y fue a abrirle al visitante irrespetuoso, que no se había anunciado y que ni siquiera se había tomado la molestia de llamar momentos antes. Parecía urgente
    —Kagura —dijo sorprendido al abrir la puerta
    —Ai —dijo ella en modo lento, sin aire, mirándolo de arriba abajo.
    Llevaba puestos unos jeans negros y el torso desnudo, dejando en evidencia la perfecta armonía de su figura. Su cabello húmedo se pegaba a su piel, al parecer acababa de darse un baño… Realmente le resultaba atrayente en esa simpleza… y es que su porte impresionaba.
    —Si vienes a disculparte por la estupidez que hiciste hace semanas, pierdes el tiempo
    —Oh, sólo venía a visitarte —dijo ella de modo sugerente, acercándosele peligrosamente
    —Qué bien —dijo él con una cínica sonrisa— pasa —dijo con un elegante gesto de la mano, que invitaba a pasar…
    Ella entró… y él volteó a mirarla atraído. Como siempre, llevaba esas ropas ajustadas que le marcaban la figura y resaltaban todo de ella sin dejar nada a la imaginación, parecía que lo hacía a propósito y lo disfrutaba. Él fue hasta las escaleras para subir a su cuarto y ella intentó seguirlo
    —¿Te importaría esperarme aquí? —dijo en el mismo tono cínico antes de dedicarle una simpática sonrisa
    Ella se sentó a la mesa
    —No hay ningún problema, te espero
    Tardó un buen rato, como si quisiera hacer pasar el tiempo, o al menos ella tuvo esa sensación.
    —No llamas, no avisas, no esperas en la puerta y te metes así como así a la casa —dijo bajando las escaleras, se le acercó y casi le arrojó la libreta en la cara—. Esta no es tu casa.
    Ella se le quedó mirando con los ojos muy abiertos
    —No era mi intención molestarte —seguía con ese tono insinuante que tanto le exasperaba a él— ¿Y qué me dices de ti cuando llamabas a las tres de la madrugada con esa urgencia?
    Él la miró impasible
    —Olvídate de eso
    Ella tomó la libreta y la abrió, miró algunas hojas antes de fijar la vista en él, que se había sentado en la mesa frente a ella.
    —Es algo que me cuesta
    —Es algo que te buscaste y que yo no quería
    —¿Por qué eres así? —preguntó un poco molesta
    —Porque así me moldearon
    —Si no querías ¿por qué aceptaste? —le sonrió
    Él también le sonrió, pero por segundos, luego se acercó a ella.
    —Está lo que piensas, está lo que sientes… y está lo que haces —ella permaneció en silencio—. Tú sentías algo por mí, pensaste que con tu actitud me atraerías e hiciste cosas que sólo agradan a mis necesidades, no a mis sentimientos, pero eso ya lo sabías antes de que yo te lo dijera.
    Ella ladeó la cabeza
    —¿Y tu novia?
    —No la metas a ella
    —Pero ¿no es lo mismo con ella?
    Él bajó la vista por centésimas de segundo y la miró
    —No la metas a ella
    —Nunca me hablabas de nada
    —Nunca mostraste real valía para que intentara hablarte
    —Lo intenté y no me dejaste
    —Mala fue tu estrategia —ella bajó la vista—. Mírame —ella lo miró—. No podía hacerlo, las cosas son diferentes ahora para mí. Me dejaste vacío, las personas con las que estuve antes me dejaron vació, nunca intenté entenderme contigo y tú parecías querer obligarme. Y tú debes tener exactamente la misma apreciación sobre mí —ella asintió—, así que estamos a mano.
    —¿Qué hace que ella sea diferente? —preguntó Kagura con una sonrisa
    —Su inocencia
    —Ya veo —dijo antes de guardar la libreta en su cartera y levantarse— ya me voy, y discúlpame por todo —fue hasta la puerta y él la acompañó—. Vendré la semana entrante, debo tener que leer bastante —le sonrió y se despidió.
    —Vete y deja de meterte en líos —le dijo en broma.
    Cerró la puerta, le puso el seguro, apagó las luces y subió a su cuarto. Recordó cuando Rin estuvo ahí
    —Vuelve y quédate aquí, las cosas son diferentes desde que estás
    Se arrojó en la cama y miró al vacío
    ¿Y tu novia?
    ¿No es lo mismo con ella?
    —Hay una diferencia —reflexionó antes de darse cuenta de que no tenía su libreta para escribirlo—. Rin no me buscó, y yo no la busqué a ella, nos encontramos de repente… nos cruzó la vida —miró hacia la ventana y vio el cielo nublado—. Un día bajo la lluvia —con lentitud, como si hubiera un día eterno, la noche cayó sobre la ciudad…
    _________________________________________________________________________
    Se colocó un pantalón blanco de vestir y una camisa de color durazno, también con un abrigo blanco, se arregló el cabello durante horas. Estaba a cara lavada, sin maquillaje. Jamás le había gustado disfrazarse
    —Si te digo que te quites tus máscaras y al mismo tiempo yo me pongo una —le sonrió a su imagen en el espejo—, estaré siendo incoherente ¿Verdad, Ai? Suspiró y se sentó a la pequeña mesa con los ojos fijos en el reloj, viendo pasar cada segundo con una increíble ansiedad.
    Volvió a entrar al cuarto, fue hasta el anaquel, tomó uno de los diez libros rojos que tenía ordenados por fecha de edición, volvió hasta la mesa y abrió el libro hojeando unas cuantas páginas. Eso sólo lo hacía peor… sus ansias aumentaban y más quería saber qué historias había detrás de cada novela. Veía su seudónimo y pensaba…
    Cansada, fue hasta el anaquel, guardó el libro que llevaba el título “Reina dorada en un mundo de plata” y sacó un libro de Endo Shusaku. Al no comprender demasiado a “Jesús”, mientras se preguntaba
    ¿Qué habrá hecho ese hombre?,
    volvió a guardar ese libro y abrió una página marcada de “Magia Negra”. Leyó la parte más sensual y explícita del libro y al instante reaccionó.
    —No, no te gustará entrar y verme leyendo un libro que no es tuyo —así, finalmente guardó el libro y sacó “La historia de una canción”:

    “—…No te escribo canciones para obtener dinero, no te escribo para venderte o para regalarte, no te escribo porque los demás me lo piden, ni siquiera porque me lo pidas tú: Lo hago porque lo siento dentro de mi corazón, porque mi corazón grita que te diga todo lo que siento por ti, lo hago porque tú le das sentido a cada cosa que hago y a cada uno de mis instantes, porque es la única forma que conozco de hablar… y es el único modo en que me escucharás siempre, sin importar a donde vayamos o qué tan lejos estemos el uno del otro. Quiero que mis canciones queden para siempre grabadas en tu corazón y así nunca me olvides
    Ella se echó a llorar en sus brazos, realmente se había equivocado, él sólo quería…”

    Alguien llamó a su puerta
    —Umh, llegó mi escritor —bromeó para sí y dejó el libro cerrado sobre la mesa, acudiendo a toda prisa a abrirle
    —Rin-chan —dijo él a media voz cuando ella le abrió la puerta. Era pequeña y hermosa, muy hermosa. Siempre vestía de blanco como si fuera un ángel, como si quisiera reflejarse como un ángel delante de él. Siempre tan dulce y simpática, era una verdadera hada con poderes sobrenaturales que estaban mucho más allá de su imaginación y de sus libros, sentimientos que sobrepasaban a las mil máscaras que se había puesto alguna vez, hace mucho, para protegerse, quién sabe si de los demás o de sí mismo.
    Como solía pasarle todas las veces, ella se quedó parada, congelada en la puerta, mirándolo, memorizando cada detalle. Seguía con sus ojos las rutas que sus manos no se atrevían a marcar, cual si lo viera como algo sagrado. La ropa negra que se había puesto hacía resaltar su blanca piel, el color de sus ojos y sus blancos y sedosos cabellos, siempre parecía tan elegante, aunque esta vez sus ropas eran por demás formales. Algo que la aterraba era que estuviese dispuesto a llevarla hasta una iglesia, o algo así.
    Pero todo el oleaje de emociones de una chica adolescente no era suficiente para ocultar las ansias que habían hecho eternas sus últimas horas.
    —Te estaba esperando —dijo con una sonrisa, sus ojos resplandecían de felicidad y no comprendía por qué. Desde que él estaba, su vida se encendía con luces de muchos colores ¿Sentiría él lo mismo con respecto a ella? Amaba cada rasgo de su personalidad, su verdadera personalidad, su capacidad para meterse en la cabeza de los demás y para decidir las cosas correctas, la capacidad de adaptar las situaciones a sí mismo y de conseguir todo tipo de soluciones interesantes para cualquier problema, sus silencios, sus despistes, sus enojos y sus pequeños ataques de ira, aceptaba cada cosa que él escondía… y sólo estaba comenzando a conocerlo.
    —¿Te sientes bien? —preguntó al verla algo dispersa— ¿Te sucede algo?
    —Eh… no —dijo ella parpadeando, intentando volver a la realidad y tranquilizarse un poco, fijando la vista en algún punto lejano, haciendo lo posible por no ruborizarse, se sentía extraña sin entender por qué.
    Al voltear, él tuvo ampliado el campo de visión, mirando toda la casa, estaba muy ordenada y había un par de libros en la mesa.
    —Por fin comprendí qué significa tener un “día eterno” —bromeó ella al darse cuenta de que él miraba el libro
    —¿Qué libro es? —preguntó halagado
    —“La historia de una canción”
    —¿Lo lees de seguido?
    —Cuando tengo tiempo
    —Dijiste que el día se te hizo eterno —dijo Ai en broma, ella se sonrojó más, no había dicho eso, pero él lo había comprendido así—. Mi día se hizo eterno, tuve suerte de venir a las siete, no a las ocho, como tú me habías pedido —ella levantó la vista por segundos—. No lo hubiera soportado.
    El corazón de Rin-chan dio un salto
    —¿Me habla Sesshoumaru o Ai? —preguntó intentando seguir con la broma, no llegar aún a algo serio ¿A qué le temía?
    Él se inclinó un poco hasta que su rostro quedó a la altura del de ella
    —Te hablo yo —estaba a un par de centímetros de distancia, sus facciones eran mucho más perfectas de lo que ella creía, sentía que se estaba derritiendo, su boca tentaba, parecían separados por una milimetrada barrera de fuego.
    —Ai —el aire se le fue de repente, no podía mantener el ritmo, no podía mantener la vista ¡Ni siquiera sabía si podía mantenerse en pie! ¿Por qué tenía que ser él tan perfecto? Sentía algo que jamás había experimentado antes: deseo
    Él le puso una mano bajo el mentón y la acercó hacia sí, pero no llegó a besarla, se quedó contemplándola como a algo sagrado, secreto y frágil. No recordaba haber visto antes así a alguien. Su corazón saltó de gozo y sintió que su cuerpo se endurecía, soltó el rostro de Rin y se apartó un poco de ella
    —Vamos —dijo en un tono suave, invitándola a salir
    Ella, aún sorprendida por la manera en que él la había mirando, salió algo asustada primero a sus espaldas y luego a su mismo paso. Él le dedicó una mirada tierna y protectora, algo que le daba seguridad, luego cambió a la misma mirada de antes
    —¿Por qué me miras así? —preguntó entre apenada y asustada
    Él le abrió la puerta del coche para que entrara, intentó ocultar la expresión que le había puerto y que notó que la inquietaba
    —Anda, entra
    Después de entrar y poner en marcha el coche, volvió a enfrentarse a la misma pregunta
    —¿Por qué me miraste así?
    Él parpadeó
    —No lo sé, siento algo muy fuerte —ella permaneció en silencio, escuchando—. Algo que no comprendo, algo que jamás sentí antes
    El corazón de Rin comenzó a latir fuertemente y se puso algo nerviosa. Sabía que en algún momento ambos sentirían algo así, pero jamás pensó que no sabría controlarlo una vez que ocurriera ¡Esto no era un libro, era la vida real! Se quedó sin habla y sin aire, esto ya no era enamoramiento ¡Y había superado al amor! Le tenía miedo a su corazón… y al de él
    —¿Te asusto, Rin-chan?
    —No —mintió ella, sonriéndole dulcemente. Buscó la forma de cambiar de tema—. ¿Venderás tu canción?
    —Lo haré
    —¿A quién?
    —A Ayeme, probablemente —la miró por segundos—. Ojalá la oigas de seguido “para que se graben en ti y no me olvides”
    Ella se sorprendió, aquella era una frase de su libro.
    —No podría olvidarte
    —Ni yo a ti —aparcó frente a un restaurante de Ginza, puso ambas manos sobre el volante y luego la miró— Kimi wa aishite imasu
    Ella se quedó sin palabras, le había dicho muchas cosas, pero era la primera vez que…
    —Kimi wa aishite imasu
    —¿Ai? —ella estaba bastante confundida con sus propias emociones ¿por qué?
    —Aishiteru
    —Ah… yo… —ella intentaba sostenerle la mirada— yo… —los ojos se le llenaron de lágrimas, era ella la que lloraba, ahora lo recordaba— yo tengo miedo
    Él tuvo una sensación estridente, como si un vitral en su interior se hubiera roto hasta hacerse añicos, volteó la mirada hacia otra dirección.
    —No hubieras aceptado –murmuró
    —Escucha, yo no quería… —Rin no sabía cómo arreglarlo
    —Baja del coche —no volteó a verla.
    Ella bajó y se quedó mirando el coche desde afuera, como la noche en que se vieron por primera vez. Él bajó detrás de ella, se le acercó y le puso una mano en la espalda
    —¿A qué esperas? Entremos, hace frío
    Ella estaba sorprendida con la respuesta, hubiera jurado que sus últimas palabras lo habían hecho pedazos y que quizás la dejaría ahí.
    Al entrar, un camarero bien vestido los recibió y les dio una mesa para ambos, cerca de una ventana. Ella aún sentía esas ganas de llorar, pero a eso se le sumaba la estupidez que le había dicho a Sesshoumaru. Él tenía razón: si actuaría así, no debió haber aceptado. No quería levantar la vista, sentado frente a ella, quizás tendría la mirada perdida en otra dirección, como cuando le pidió que bajara. Para su sorpresa, cuando se decidió a mirar, él estaba con los ojos puestos en ella, y con la misma mirada que le había dedicado en la entrada de su casa
    —Yo también me asusto, pero no soy cobarde
    —Gomen
    —No sé por qué te disculpas
    —Por la estupidez que te dije hace un momento —bajó la vista
    —Mírame —ella lo hizo—. Yo lo siento
    —¿Eh?
    —Te presioné, no debí hacerlo —le sujetó una mano—. No quería asustarte —llevó lentamente la mano de Rin hacia él y la besó en los nudillos de una forma dulce. Eso encendió fuego en ambos. De repente, ella sintió como si una espesa niebla se disipara para ver con claridad lo que había detrás
    —Antes no te asustaste
    —No pensé que me sentiría así
    Él le acarició la mano y no parecía tener intenciones de soltarla
    —Es que somos diferentes porque vivimos diferente, Rin-chan —ella lo miró, lo recordaba, y que él había dicho que no la presionaría—. Quizás entiendo el amor de un modo diferente… y quizás eso que desconoces te asusta —se inclinó hace ella—. A todos nos pasa, no soy de piedra. Yo te enseñaré
    Ella sonrió levemente, él seguía acariciándole la mano y no parecía tener intención de disfrazar la mirada que le dedicaba hace horas. Así que eso era lo que había detrás de sus máscaras. Eso era devoción.
    Ella estuvo agradecida de que el mesero regresara pronto a tomar la orden, aún así, él no le soltó la mano.
    —Háblame de ti, de tu vida —le dijo paciente y en un tono grave, puso el codo sobre la mesa y apoyó la cara sobre el dorso de la mano con una expresión adorable—. Enséñame cómo has vivido, qué te gusta o disgusta.
    Ella sonrió por el gesto y la pregunta, al parecer era su turno, tomó aire y miró su plato, lo miró de un modo inocente que lo derritió a él.
    —Nací en Chiba en el seno de una familia pequeña y humilde, yo confiaba completamente en mi familia y sentía gran necesidad de estar con ellos. Todo lo hacíamos juntos, mi madre era especialmente bondadosa y cariñosa conmigo —temió que eso le doliera a él, pero no parecía así—. Tenía diez años cuando mi madre falleció a causa de una enfermedad grave, mi padre no podía pagar su tratamiento, así que tuvo que buscar un trabajo que le dejara más dinero —jugó con la comida del plato, el apetito se le había ido… desde que él la había mirado así—. Entonces debido a sus nuevas responsabilidades, él viajaba de seguido y estaba muy poco tiempo en casa. Con el tiempo mamá fue empeorando y yo tuve que dejar de asistir a clases para cuidar de su salud. Cuando tuvimos dinero para pagar su tratamiento, ya era tarde —levantó la vista hacia él, fingiendo una sonrisa.
    Él quitó el brazo de la mesa y se inclinó hacia ella para tocarle una mano
    —Anda, no te consideraré débil
    Unas singulares gotitas de agua brotaron de los brillantes ojos de Rin y empaparon sus mejillas, ella se secó con el dorso de la mano y siguió hablando
    —Después de eso él se volvió frío y distante, como si hubiera cambiado en otra persona, me tenía mucha menos consideración y me trataba de un modo algo duro, había cosas que me fascinaban, como las artes, pero no me dejó intentarlo consciente de que eso no me dejaría ganancias y aludiendo que quizás terminaría en la calle —miró en sus ojos—. Al igual que tú, comencé a cargarme tareas y obligaciones, estudiando de modo frenético para no recordar que me dolía y gracias al cielo, con el tiempo lo fui olvidando. Pronto harán dos años desde que él tuvo que mudarse, así me vi obligada a aprender a administrarme sola ¡Es un milagro que no esté trabajando como criada!
    »Cuando llegué aquí, busqué mucho hasta encontrar el departamento que él había rentado para mí
    —Pudiste haber estudiado en Chiba
    —Estaba obsesionado con que realizara mis estudios aquí, creo que menospreció a la Universidad de Chiba
    —¿Tú qué crees?
    —Cuando llegué aquí pensé que nunca iba a acostumbrarme, jamás compararías a Chiba con Tokio. Conocí a Kagome el primer día de clases y nos entendimos en el acto, fue muy amable conmigo. Siempre estudiamos juntas para todos los exámenes y clases y asistíamos a todo tipo de conferencias para informarnos más.
    »Cuando fue a casa y vio mi colección de libros se impresionó, a ella también le gustaban las novelas, así que nos pusimos de acuerdo para intercambiar libros todas las semanas ¡Era muy divertido! —ella sonreía y él se sentía complacido—. De ahí en más, cada vez que se hablaba de la presentación de alguna obra, corríamos desesperadas para hacernos un lugar, habré comprado cuatro libros este año, para entonces yo ya tenía tu anterior trabajo, claro que no sabía nada de ti ¡Y de que podría encontrarte en la calle! —rió con ganas.
    »Elegí la carrera de medicina debido a lo que le sucedió a mamá, me gustó desde el comienzo y en eso puse todo mi empeño, pronto fui conociendo más y más amigos que me ayudaban. Los estudios nunca me costaron, salvo aquellos que tienen fórmulas y números ¡Te enloquecen!
    —Muy de acuerdo —comentó él
    —Teníamos clases muy largas al principio, pero yo ya estaba acostumbrada a encerarme todo el día con libros desde que mi madre enfermó, aunque siempre me tomaba el tiempo para hablar con algunas personas y no desconectarme del mundo. Mis emociones me parecían seguras a diferencia del resto de la gente, sólo me cerré cuando llegué aquí. Me resulta todo muy nuevo… perdona si me asusto.
    —¿Te atrae el arte? —dijo él cambiando de tema
    —Mucho
    —¿Sabes dibujar?
    —Tengo muchas carpetas, aunque siempre tuve que esconderlas porque a papá no le gustaban
    —¿Te gustaría diseñar las tapas de mis libros?
    —¿En verdad? —ella dudó—… es que la famosa luna roja ya le dio distinción a todos tus trabajos, no quiero arruinarlo.
    Era verdad, todos los libros eran iguales: formatos A5 de delicadas tapas rojas relucientes con una luna creciente —a veces era una luna llena de color naranja— que se reflejaba en un mar igualmente rojo. En la esquina inferior izquierda aparecía su seudónimo y título en letras plateadas, y también figuraba algún dibujo: el dibujo cambiaba según el libro, por ejemplo, en “La historia de una canción” aparecía él sentado con la guitarra, igual que como en el club. “En reina dorada…” aparecía una mujer desnuda de cuerpo dorado caminando sobre el mar.
    —Rin-chan —dijo sacándola de sus extraños pensamientos
    —Eh… ¿Sí?
    —¿Puedo contarte algo íntimo?
    Ella asintió
    —¿Tienes fe?
    —Mucha
    —Iba seguido al templo que está cerca de Ueno, esto lo hacía cada vez que pasaba una noche con alguien —bajó la vista y luego la miró—. Iba a pedir perdón por mi falta, no puedes estar con alguien a quien no respetes o con quien no quieras unirte y aún sabiendo eso, lo hacía. Sabiendo que sólo estaba perjudicándome… y se había vuelto un círculo vicioso que comenzaba y terminaba en alguna historia
    Ella lo miró en silencio
    —Pedía que todo eso acabara, voluntad para dejarlo, pedir dejar de sentir ese vacío que seguía agrandándose, era terrible. Pedía encontrar el valor para enfrentar mis puntos débiles, la fuerza para levantarme después de haber caído tan bajo. Dejar de mentirle a los demás y a mí. Pedí un ángel para dejar de sentirme solo, alguien que me comprendiera, protegiera y valorara, alguien que me diera seguridad, claridad, que me hiciera sentir importante no por lo que hago, sino por quien soy, alguien que me diera todo lo que me faltaba…
    »… y después de eso, Rin-chan, apareciste tú.
    A ella se le nubló la vista sin comprender por qué. Ahora lo recordaba, la que lloraba lágrimas de paz era ella.
    —Yo… no sé qué decir
    —Yo sí. Gracias. Gracias una y mil veces
    —Yo también tengo que agradecerte a ti —dijo en tono dulce
    —Tengo algo para ti —dijo él sacando una pequeña caja —roja, por supuesto— y extendiéndosela
    Ella tomó la cajita con ambas manos y la miró
    —¿Para mí?, muchas gracias —le reverencia fue pequeña
    —Ábrela —le instó él
    —No, no podría
    —Claro que puedes
    Ella, apenada, abrió la caja y vio un broche muy hermoso: era rojo y hecho de piedras, con forma de luna creciente. Al sacarlo de la caja vio que colgaba de él un pequeño corazón, también de piedras rojas.
    —Es muy bello, muchas gracias
    —¿Te lo veré puesto?
    —Cada vez que tenga oportunidad —dijo ella con una enorme sonrisa
    —Considéralo un pacto de amor…

    Él estacionó frente a la casa
    —Quédate en casa hoy —dijo suave y pacientemente. Con una seña indicó hacia la casa
    Ella lo miró por un instante que se alargó en el tiempo, luego tuvo la sensación de que llovía, aunque el cielo estaba plagado de estrellas. Después miró hacia la casa
    —¿Quieres que me quede?
    Él la miró en silencio por un momento
    —Quiero
    Ella bajó del coche y esperó junto a él. Sesshoumaru bajó y la siguió, le pasó un brazo sobre los hombros y entró en su compañía. Pasando el recibidor, ella se sintió presa de una sensación extraña, como si hubiera entrado a un mundo paralelo y reducido donde sólo estaban ambos, sintió pesadez y una agradable somnolencia. Inconscientemente, se apoyó sobre su tibia espalda y se aferró a su ropa, entrecerrando los ojos mientras viajaba por ese mundo extraño, nuevo y agradable. Él no pareció inmutarse por la repentina actitud de Rin
    Luego de entrar, cerró la puerta tras ellos, le puso seguro y llave y se apartó un instante de ella para mirarla. Subió en silencio al cuarto y encendió la luz, luego miró desde el pasamano a la chica que se había quedado de pie en medio de la sala
    —Sube —le dijo con una pequeña sonrisa.
    Ella subió con pasos muy lentos, intentando fijar la vista en el vacío
    —¿Estás contando los escalones? —le dijo con sarcasmo—, sube —hizo señas con la cabeza. Ella subió casi corriendo—. Vaya, el tiempo record que alguien se tardó en subir una escalera —bromeó— Quisiera saber cuánto tardarías en desvestirte…
    —¡¿Qué?! —exclamó sobresaltada. Casi cayó escaleras abajo
    Él rió por la reacción de la chica
    —Sólo es una broma —la tomó por la muñeca para hacerla entrar, cerró la puerta del cuarto y la miró por sobre el hombro—, y de las malas.
    —Estoy de acuerdo —Sonrió. Ella sudaba frío, lo siguió con la mirada estudiando cada uno de sus movimientos.
    Él fue hasta el anaquel, sacó una caja, la que estaba en el lugar más apartado y debajo de todo. La abrió y sacó una carpeta, luego extrajo de ella un prolijo fichero con un folio y lo puso cerca de la mesa de noche. Encendió la luz de la lámpara y apagó la luz general. Con eso, toda la casa quedó a oscuras, sólo se veían las luces de la calle.
    Él se le acercó y la miró desde arriba. Su mirada había cambiado de devota a fogosa, levantó una mano y con los dedos recorrió el contorno de su rostro, luego, se sentó en la cama sin quitarle los ojos de encima. Ella no comprendía nada. Lo miró y acto seguido miró el fichero que él había puesto.
    Él estaba evaluando qué tan bien podía usar sus conocimientos sobre psicología. Pausadamente y con la voz grave le dijo
    —No-toques-ese-fichero
    Era demasiado para ella, sin darse cuenta, fue instintivamente hacia la mesa con la intención de mirar el fichero
    —Te dije que no lo tocaras —le aclaró él.
    Ella quitó la mano como si el fichero estuviera en llamas, luego miró a Sesshoumaru, la compulsión era tremenda ¿Qué le había hecho esta vez? ¿Estaba jugando con su mente?
    —Ven, siéntate aquí —dijo mirando hacia un lado
    Ella fue y se sentó en la cama frente a él.
    —¿Por qué quisiste tocar ese fichero si te dije que no lo hicieras?
    —No lo sé —dijo confundida
    —¿Por qué crees que no puedes tocarlo?
    Ella lo pensó
    —Porque… no me dejas
    —¿Por qué no te dejo? —preguntó insinuante
    —Porque debe ser de suma importancia —dijo dubitativa
    Él la miró de cerca
    —Lo es —le susurró. Le prendió un beso fogoso y la empujó hacia atrás, tendiéndola de espaldas sobre la cama. A ella le inundó un calor líquido. Con la lengua recorrió la boca de ella, la forma de sus labios el borde de su rostro, ella cerró los ojos y tuvo una visión muy extraña: sus sueños tenían color dorado. Él pasó la mano por debajo de su espalda y la abrazó, dejó de besarla y la miró desde arriba, a un centímetro de distancia.
    —En la penumbra te ves mucho más hermosa que a plena luz del día
    —¿En verdad?
    A los pocos segundos, la mirada que la asustaba regresó
    —Cuando aprehendes las cosas, por lo general no te asustan —comentó él
    —¿Quién lo dice? —preguntó algo nerviosa
    Él acercó los labios a su oído y le susurró.
    —Una persona que vivió mil vidas de terror
    Ella asintió de modo pesado, intentando parecer cínica
    —Ya veo
    Él la besó en la mejilla, la abrazó con más fuerza y permaneció así por un buen rato, ella cerró los ojos para no tener que seguir viendo esa mirada
    —Ai —dijo a media voz. Podía sentir su respiración tibia sobre su rostro
    —Dime —dijo él en el mismo tono y sin cambiar de postura o de gesto
    —¿Soy un Kami-sama, un ángel, un daiyoukai o algo parecido?
    —No —contestó él, divertido
    —Entonces —comenzó a decir ella con la voz quebrada y los ojos fuertemente cerrados— por favor ya no me mires como si fuera algo sagrado y único
    —Para mí lo eres —murmuró, sin cambiar de posición, como si se hubiere pegado a su rostro
    —¿Lo soy? —dudó
    Él asintió con un leve movimiento de su cabeza
    Lo eres para mí —dijo en voz baja— lo eres para mí —subió el tono de voz. Ella respiró profundamente y soltó el aire de a poco. Él se separó de su rostro y con los labios le recorrió el cuello y el hombro. Volvió a subir y recostó la cabeza sobre su pecho, justo sobre su corazón, podía sentir cada latido, cada gramo de vida que allí había. Su ritmo se volvió frenético, ella se asustó.
    Sesshoumaru yo… —Él la calló y cerró los ojos, la casa se llenó de silencio y tranquilidad, como si no hubiera tiempo. Con un lánguido movimiento, la soltó de su abrazó y le colocó las manos sobre las caderas, bajándole los pantalones. A la chica le entró pánico, le detuvo las manos, su corazón volvía a tener un ritmo frenético, abrió mucho los ojos, la voz apenas le salió
    Escucha, yo… —Él volvió a callarla y terminó quitándole la ropa. Ella tuvo toda la intención de empujarlo para levantarse y salir de allí, pero él no la dejó siquiera moverse. Se levantó apenas unos centímetros, tomó aire y la miró
    Cierra los ojos —le pidió con una sonrisa
    No. Lo haría otra vez… o peor, estaban en una casa aislada donde nadie lo oiría…
    No —negó con la cabeza
    Él puso ambas manos a los costados de la cabeza de Rin. Las palmas abiertas y hacia arriba significaban “No tengo nada que ocultarte”.
    —¿Asusta? —una pregunta hecha con cautela, una trampa
    —No —mintió ella como otras veces
    Él volvió a poner su rostro a un lado del de ella y volvió a besarla en la mejilla, no estaba ni siquiera sujetándola, así que ella podía salir de allí. Eso sólo en teoría porque era evidente que estaba paralizada aunque lo negara.
    —Me dijiste que no mintiera acerca de quién era —le susurró— y que si seguía me perdería para no volver a encontrarme. Mira que es cierto.
    Los ojos se le llenaron de lágrimas
    No, no llores —le pidió él, le besó los labios y los párpados, luego le puso el mentón sobre la cabeza y la abrazó. Ella, desconsolada, le correspondió.
    Por favor… —la voz se le quebraba— Por favor deja que me vaya
    No puedo
    —Sesshoumaru…
    —¿Asusta? —volvió a preguntarle, ahora que la atrapaba desprevenida
    No iba a admitirlo, volvió a cerrar fuertemente los ojos. En ese lapso, él le abrió la camisa y se la quitó suavemente, de modo que ella lo notó cuando no tenía nada puesto. Volvió a tenderse sobre ella y nuevamente le besó el rostro.
    —Escucha, yo no puedo… —Él la miró con los ojos entrecerrados y vidriosos como si estuviera en un trance, ella notó que él no la estaba escuchando.
    Abrázame —dijo él, como si algo le doliera. Se quitó la camisa negra que llevaba y se desabrochó el pantalón. Le acarició el vientre antes de quitarle la ropa interior; le dio una caricia ligera desde su base hasta sus hombros, lo cual le provocó una tremenda oleada de calor
    No… —se quejó. Él volvió a acallarla
    —¿Eres virgen? —Ella se sonrojó sobremanera aunque le seguían sobreviniendo lágrimas—. Eso pensé. Cierra los ojos —finalmente lo hizo. Él volvió a poner el rostro junto al suyo y le susurró— ¿Deseas que te traiga un espejo? Cuando los abras, tu mirada será como la mía —tomó aire— ¿Cómo dices que te veo?
    Como algo sagrado —murmuró ella quieta y con los ojos cerrados, no podía evadirlo
    —Cuando dejes de ver con miedo y empieces a ver como algo sagrado, vas a levantarte y a abrir el fichero que está en la mesa: como es algo sagrado, no se profana —volvió a besarla, tomó aire y la abrazó una vez más, alcanzando un contacto íntimo y seguro— dice “Amor de la Luna Sangrienta”, pero esta luna no tendrá sangre. Yo te quiero…
    ____________________________________________________________________________________

    Ai y Sesshoumaru: espero que se hayan divertido con las diferencias de estos dos entrañables personajes. Son uno mismo y son tan distintos ¿Verdad?

    Sango: Así que conocía a Ai después de todo. Pues sí, al parecer él sí escribió para ella con la condición de que mantuviera en secreto su identidad. Se ve que quiso tener avances con ella… pero no tuvo suerte!

    Miroku: ¡Otro personaje hace aparición! Sí, agregaré una pareja más para hacer más enredos... No, es broma, pero todo personaje necesita una historia. Inuyasha no sería lo mismo sin Miroku ¿Verdad?

    —¿Puedes salir?
    —¿Ahora? —ella dudó—. No, ahora no, pero puedes venir dentro de unas horas si así lo prefieres
    Los japoneses no hacen visitas intempestivas. Todas sus reuniones y salidas lo hacen con antelación, eso es debido a sus horarios estrictos y sus jornadas de trabajo. Y debido a que la llegada de repente se considera falta de respeto

    Kagura: al parecer todavía no puede salir del rollo que comenzó con la aparición de Rin y Kohaku, precisamente por eso Ai le dice que no se meta en líos. Sobre el enojo de Sesshoumaru, hago la misma acotación que con Miroku, la visita intempestiva se considera inadecuada e irrespetuosa. Recibir a una visita es toda una ceremonia.

    Kimi wa aishite imasu y Aishiteru: ambos significan “te amo”. Es irónico, porque ella confundida le dice ¿Ai?, que significa “Amor”.

    Rin se asusta: yo quiero que se les aparezca un sujeto de treinta años y les haga una proposición formal ¿Ustedes no se asustarían?... ¡Ella era la que había llorado bajo la lluvia! —¿pensaron que era Ai el que lloró?—.

    El regalo de Ai: por la forma del broche, es obvio que dice “Akaitsukino Ai”.

    Ella tomó la cajita con ambas manos y la miró
    —¿Para mí?, muchas gracias —le reverencia fue pequeña
    —Ábrela —le instó él
    —No, no podría:
    Los japoneses acostumbran a recibir regalos con ambas manos y agradecer haciendo una reverencia, abrir el regalo en presencia del que lo hace o rechazarlo se considera una grave ofensa

    El dichoso fichero: es el primer trabajo que Ai escribió. La condición para que ella lo leyera —¿¿la recuerdan??— era que experimentara primero lo que el cuento decía, que llegara a ver con los ojos con los que él mira, esa mirada que tanto la asusta

    Pobre Kag, me dio pena castigarla, chicas. Sí, las calificaciones lo arreglan todo, coincido
    Tienes razón, Tsuyuka, era necesario el castigo corto. Me alegra que te hayan gustado mis canciones, disfruté escribiéndolas.
    Lo de Kohaku también será necesario en el futuro
    Miroku hace entrada y ya verán por qué
    La pareja se consolida
    Ya veremos qué hace Ai con los "Once minutos"
    Ah, y ves? Tú también tienes tu lado romántico

    Lo de Inuyasha y el estelar en efecto aparece en un capítulo de Inuyasha donde Myouga está contento con él.
    Lo de las lágrimas de paz es algo muy triste que le hacen a Inuyasha en uno de los últimos capítulos del manga.
    Haré lo que pides, Mak, en un futuro haré bailar a Sessh

    AkoNomura, todos tenemos más de una cara a veces, pero aquí hago notar las diferencias, espero que las hayas disfrutado

    Bien, Olga, no todos tenemos la suerte de Rin y tenemos que ponernos a estudiar por nuestra cuenta, quizás un día tengamos el CV de su novio!!! jajaja
    Me alegra que te hayas reído, gracias por apoyarme con "my love".
    tómate tu tiempo para hacer tus cosas y mirar mis trabajos si lo deseas

    No vemos pronto, chicas
     
  20.  
    \Tsuyuka/

    \Tsuyuka/ Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    7 Diciembre 2008
    Mensajes:
    85
    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    LUBECITA-SAMA!!!

    ¡¡Oh my gad!!! -esta frase la voy a tener pegada por meses! -¡¿Como has podido Lube-sama?!...

    Te hago una pregunta: ¿No estarás estudiando psicologí, o si?, claro, y nosotros somos ese trabajo q tenes q entregar a fin de año...!!! -Loca totalmente. -

    Este capítulo me gustó bastante... Mirolu y Kagura tienen cosas en común, ya lo confirmé... ¡Ambos son irrespetuosos!

    Aunque Sango no racciono tan molesta cm Sesshy. Me alegro, sino, pobre de Miroku... >.<

    Rin y Sessh, este capi está medio confuso, y pobre chica, ¡Mira lo que le fue a hacer Sesshy en la última parte!, pero apuesto a que es necedario, como todo lo que sucede...

    E Inu y Miroku, esos dos, casi siempre tienen algo que ver, no es raro q aparezcan ambos en un FF por motivos que no solo son, "Es uno de los personajes principales, debia aparecer"... Jejejeje

    Y esos "Once Minutos"!!! Ash!, me están matando... ToT
    ¿Hará algo útil?.... Quien sabe.

    Joe! espero prontito la conti, y tambien de tus otros FF que estan re chidos viejo!!! (¿?)

    Bueno, me edspido, cualquier cosita te mando un PM...

    Atte.

    Tsuyuka, el 5to Dios.
     
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