de Inuyasha - Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Asurama, 13 Noviembre 2008.

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    Asurama

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    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Disculpen el retraso, pero es que tuve muchos contratiempos.
    Feliz Navidad, porque se la merecen después de esperarme tanto, de seguirme todo el tiempo y de soportarme constantemente, no sólo por mis ausencias en el foro, sino que también hablo de mis terribles rollos y mis ideas perversas de hacer sufrir a nuestros amados personajes.
    Seguramente seguiré escribiendo, pero creo que por razones de fuerza mayor me veré obligada a abandonar este pequeño trabajo del que me enamoré.
    Bueno, ustedes dirán, pero prometo seguir escribiendo, espero que sigan leyendo por cualquier cosa, prometo avisarles.

    Capítulo 10

    La joven de cabello castaño entró al cuarto de baño y estuvo bajo la ducha durante largo tiempo, el que podía permitirse. Cerró los ojos y oyó una melodía atrapante dentro de su cabeza, mientras la repetía suavemente. Cantaba con la voz de una diosa las canciones que había memorizado de ese excelente autor. De algunas de sus compañeras había oído que él componía canciones, obras para representación, novelas y biografías, también había escuchado que muy pocas personas lo conocían, pero aún así sus seguidores “enloquecían”. ¿Tendría encanto? ¿Y qué era “encanto”?
    Después de vestirse y entrar a su habitación, miró su teléfono móvil y encontró una llamada, pero no reconocía el número, así que lo borró, aún así se quedó intrigada por la llamada
    _____________________________________________________________________
    La tormenta ya llevaba casi dos horas mientras ella esperaba pacientemente en su cuarto, con sólo la luz de su lámpara y el libro rojo entre sus manos, sentada silenciosamente en su cama, desoyendo el llamado de sus padres para la cena. Un relámpago iluminó el cielo, que se percibió claro a través de la ventana, haciendo relucir las gotas de agua que empapaban completamente el vidrio. Daba vuelta la página cuarenta y dos justo en el momento en que el trueno se oía fuertemente.
    —¡No bajaré a comer!
    —¡¿Entonces deseas que te suba la cena?!
    —¡Iré más tarde!
    —Está bien, hija. No vayas a permanecer despierta hasta muy tarde.
    —¡Sí, mamá!
    Y volvió a concentrarse en su lectura.

    Permanece
    Permanece siempre a mi lado
    Mientras tu alma brille
    Y tu corazón viva
    e incluso después
    Permanece
    Permanece cuando el mundo quiera extinguirse
    Y cuando ya no haya esperanzas
    Cuando las luces se apaguen
    Y sólo la nuestra prevalezca.
    Permanece
    Permanece cuando mis ojos te llamen,
    cuando mi corazón te necesite,
    cuando mi alma te ansíe
    cuando no haya más luz que la tuya
    Entonces, permanece.
    Que entonces yo permaneceré
    Siempre dentro de ti
    Incluso cuando parezca imposible
    Incluso cuando mi fuerza se agote
    Incluso cuando mi mente deje de existir
    Y sólo mis sentimientos prevalezcan.

    Todas eran estrofas entrelazadas entre sueños candentes de una joven enamorada de un cantante, y eran entonadas por él para ella, durante la segunda vez que se vieron.
    Ambos eran completamente diferentes, cada uno con sus ideas, con sus decisiones, con sus sueños, cada uno separado por la distancia, pero sin embargo juntos. Pasó a la página cuarenta y seis y maldijo a Ai, o como fuera que se llamara ¿Cómo era capaz de escribir semejantes cosas sin siquiera saber cómo era la realidad? ¿Cómo podía pensar que las cosas eran tan fáciles de sobrellevar en una relación? Ya entendía por qué las novelas eran historias de ficción y se deprimía. Ojalá su historia fuera así de sencilla, pero no, tenían que complicársela, presentándole a “un futuro novio” que terminaría yéndose con su mejor amiga.
    Y maldijo al desgraciado. Él la había hecho sentir esos celos que jamás había sentido por nadie. Maldecía estar enamorada de ese modo. Sentimientos encontrados. No recordaba haber sentido antes nada así, su corazón se convertía en un volcán de emociones. Y volteó la página cincuenta y uno, terminando esa maravillosa escena, pasando los dedos por las últimas letras, deseando verse allí dentro con Inuyasha aunque no fuera posible. Otro trueno se oyó y fue como si su mente se iluminara de repente.
    Suspiró y tomó el teléfono…
    _________________________________________________________________________
    —Diga —murmuró sin mucho entusiasmo mientras comenzaba a apagar las luces para ir a dormir
    —Um, deseaba preguntarte cómo se te ocurren esas ideas tan extravagantes ¿Tienes idea de a cuántas mentes torturas? —dijo ella histéricamente, del otro lado de la línea.
    Sus ojos, cansados por las horas de trabajo y por la confusión anidada en su cabeza, se abrieron completamente, llenos de sorpresa al reconocer la voz de…
    ¿Kagome?
    Inmediatamente cubrió la bocina y escuchó algún tipo de queja del otro lado, antes de cortar la llamada.
    ¿Aún conservaba su número después de la llamada de aquella vez? Demonios si era insistente, ¿ya se habría dado cuenta de que era él? Si era así y se daba cuenta de que él intentaba utilizarla, estaba perdido. No sentía ningún tipo de remordimiento, desde hace tiempo que no lo sentía, ni siquiera cuando hizo a un lado a Kagura, ni siquiera cuando se marchó de la casa de sus padres, ni cuando derrumbó sus expectativas para construirse un camino propio, distinto y alejado. El único remordimiento en su cabeza era haberle dado a Inuyasha la oportunidad de acercarse a Rin antes que él.
    Sobre el resto de su vida… de hecho, no creyó que a su “familia” le importara que él se alejara.
    Pero alejarse tampoco era seguro: era invadido por exnovias locas, fantasmas incoherentes, hermanos “traidores” y estudiantes idiotizadas. Como al minuto, Kagome volvió a llamar
    —Ai, después de leerte, eres lo más incoherente que…
    —Escucha, mocosa insolente: en primer lugar, si vas a hacer críticas, tengo un espacio preciso para eso, donde puedes hacerlo perfectamente sin atacarme y hablar con mi representante y promotores; y no en mi número privado. En segundo lugar, si no te gustan mis obras ¿por qué demonios las sigues leyendo? Y en tercer lugar, ya te dije que este es un número para gente que conozco, y no para desconocidos. —Y, dicho eso, volvió a cortarle la llamada como la vez anterior.
    Después de la sorpresa de la tarde, la tormenta y la mala noche, no estaba de muy buen humor como para discutir sus ideas y emociones con una mocosa que ni siquiera sabía dónde estaba parada.
    —Vamos, a quién quieres engañar. En realidad, lo que no quieres decirle es lo que estás planeando —se reprochó a sí mismo, soltando un largo suspiro— ¿Y qué esperaba? ¿Qué le dijera “te utilizo para sacarle ventaja a Inuyasha”?
    Sí, sí. Esa será una actitud suicida y por demás peligrosa. Kagome no podría hacerle nada a él, pero aún así estaba jugando un juego peligroso, estaba con la amiga de Rin, estaría jugando con los sentimientos de Rin. Y eso era peligroso…
    _________________________________________________________________________
    Rin estaba terminando su cena cuando su teléfono sonó. Durante todo el tiempo que duró la tormenta, la ventana permaneció abierta y no le importó que hiciera frío. Mientras contestaba, se acercó a la ventana. Esperaba que fuera una llamada de Sango, a quien había llamado hace no más de una hora, pero ella no le había contestado. La señorita no conocía su número, porque ella había obtenido el suyo de Kohaku, su hermano menor, por lo tanto no esperaba que le contestara.
    —¿Sí?
    —Houko-san ¿Estás ocupada?
    Rin se congeló al oír la voz de Sesshoumaru ¿Realmente la había llamado? ¿Y por qué? Recordó que él le había dado su número para que se contactara con él “por si tenía problemas” y él mismo la había llamado cuando tuvo problemas. ¿Significaba entonces que la llamaba porque necesitaba ayuda? ¿Qué haría? ¿Le contestaría? ¿Lo ayudaría?
    —N-no estoy ocupada ¿Sucede algo? —titubeó, inconscientemente, se le hizo un nudo en la garganta— ¿Tienes problemas con Kagome?
    Con Kagome. Vaya si los tenía. Kagome insultaba a Ai sin saber que había estado saliendo con él todo ese tiempo, sin saber lo que él pensaba, sin pensar en ella, sin saber que estaba pensando en Rin. No, no le diría eso a Rin, si quería descargarse, tenía un confidente.
    Con Kagome. Entonces se había dado cuenta después de todo y no era tan indiferente como parecía ¿Y si sólo era su imaginación la que le había hecho adquirir esa concepción de Rin? Sabía guardar silencio, podía oír perfectamente la respiración entrecortada de Rin, su voz nerviosa y su tono retraído. No tenía experiencia, pero aún así lo sentía ¿Tal vez sí había conseguido sus celos? ¿Llamar su atención? ¿Qué tal si la hubiera lastimado? ¿Y qué habría pasado con Inuyasha?
    —¿Akai-tsukino-san? ¿Estás ahí? —preguntó ella con una voz nerviosa, ahora completamente segura de que ésta la incomodaba. Sus ojos estaban nublados sin poder comprender por qué, pero el haber visto a Kagome con Sesshoumaru tenía algo que ver…
    —Sí, aquí estoy —El silencio también lo había mortificado a él. Después de tanto tiempo de haber guardado silencio, era el momento para comenzar a hablar. —Sólo quería saber cómo estabas ¿Está bien, Houko-san?
    “¿Que cómo estoy, dices? Estoy hecha pedazos ¿Eso es lo que quieres saber? Tú, traidor, haciendo a un lado a toda la gente de tu alrededor, incluso a tu hermano o a mí, jugando con los sentimientos de los demás, haces lo que quieres y no te importa, escondiéndote detrás de tus mil máscaras, estoy cansada de ti y de tus juegos ¿Eso es lo que quieres oír? No voy a decírtelo”. Pensó mientras unas desobedientes lágrimas rodaban por sus mejillas al recordar todo. —Estoy bien ¿Y tú? ¿Estás saliendo con Kagome, verdad?—Preguntó amablemente intentando que su voz no se quebrara. Ai era la experiencia más dolorosa que había tenido que enfrentar en su vida.
    Él dudó. Ella se sentía mal ¿no era así? Al parecer sí había logrado lo que se propuso ¿Detendría el juego ahora y le diría la verdad? ¿Le diría “primero aléjate de Inuyasha”? Pero su orgullo se interpuso y una máscara de dureza ocupó su lugar.
    —Sí, hace un par de días salgo junto a Kagome —recordó que hace unos minutos la joven lo había llamado e insultado sin siquiera saber que era él, pero borró el recuerdo instantáneamente—, habíamos acordado algunas salidas —mintió sin ningún tipo de remordimiento.
    Rin sintió su corazón retraerse, mientras lloraba sin saber por qué. Así que era la verdad después de todo. Copió la forma de ser de Sesshoumaru, se olvidó de sí misma y, poniéndose una máscarad e indiferencia, le habló.
    —¿Y cómo estás ahora?
    —¿Disculpa? —preguntó él
    —Me habías dicho que antes te sentías sólo ¿Cómo estás con Kagome ahora?
    “Más sólo que nunca”, pensó él, pero no dejó salir sus pensamientos. —Estamos bien, hace un momento acabo de “hablar” con ella.
    —Ya veo ¿Y también la buscas después de clases, no es cierto? —dijo intentando fingir alegría del otro lado de la línea.
    Quizás sí eran celos… y era el momento para detener el juego.
    —Sí ¿nos habías visto en el café? —¿por qué preguntas eso?, se regañó a sí mismo— y hoy en la tarde asististe a clases con Inuyasha. Umh, es mi hermano ¿lo sabías?
    —Sí, lo sabía —dijo ella en forma fría
    Entonces sí lo sabía ¿Entonces ella y su hermano estaban juntos a propósito? No le importaba si Rin estaba herida, lo mismo para Kagome. Cortó la llamada.

    Rin poco a poco fue soltando el silencioso aparato que llevaba en la mano, y que le había dejado una dura herida hecha por “Ai”, era curioso que se atreviera a llevar ese nombre, siendo tan maldito. Extendió la mano fuera de la ventana y la lluvia fría resbaló por su piel, el agua de su rostro se mezcló con la que bajaba del cielo. Miró el gris y nublado paisaje y se sintió una con él, su corazón también estaba gris y nublado
    —No iré a clases mañana, no me siento muy bien.
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    No tenía deseos de estudiar, ni siquiera de ver un libro… ¿Novelas? En sus sueños. O mejor dicho, en sus pesadillas. Esas eran cosas de mujeres tontas que se dejaban atrapar por una serie de idioteces sin sentido, escritas en prosa fantástica e intangible. Permaneció toda la tarde en penumbra de su cuarto, con las luces apagadas y la venta entreabierta, viendo los dibujos de las gotas de agua que resbalaban por el vidrio. Perdáis su mirada en un punto fijo hacia fuera, a través de la ventana, luego miraba el techo, suspiraba y saboreaba la tranquilidad y el silencio. Cuando la noche cayó, no bajó a comer con su familia, no contestó llamadas telefónicas y fingió no existir, deseaba escaparse de sí mismo, de su dolor y sus pensamientos confusos.
    Cerraba los ojos e imaginaba sus manos, su dulce mirada, su aroma, su cuerpo. En esos instantes sentía el sabor de miel fresca, así era como se la imaginaba siempre, pero últimamente esos recuerdos le eran dolorosos y se preguntaba constantemente por qué. Le parecía que el destino era demasiado brusco y cruel con ellos, también estaba siendo cruel con Rin… el destino no parecía querer perdonarle la vida a nadie. Suspiró.
    Un trueno sonó cerca.
    —Sí, ese mismo ruido está haciendo mi vida —murmuró con desgano y una molestia en su corazón —No entendía. Ellos habían estado juntos durante toda su vida, desde muy jóvenes, y ahora pasaba esto— No entiendo qué demonios le viste a mi hermano. E-eso si es que sabes que es mi hermano, no creo que el muy idiota lo diga ¿Si te lo digo, lo dejarías? ¿Por qué te dejaste llevar por sus palabras? Es un mentiroso y un dos caras, a esa basura no puedo llamarlo hermano, ni siquiera es de mi familia —otro suspiro— por favor, por favor, Kagome, entiende que ese idiota solamente está utilizándote… —Se quejó. No podía soportar la idea ni la visión de su futura novia con el estúpido de su hermano que, de paso, había herido también a Rin. Se incorporó de golpe y un trueno y un relámpago hicieron presencia a lo lejos— eso no te lo perdonaré, Sesshoumaru.
    Se acercó y miró por la ventana, los vehículos iban y venían a toda velocidad bajo la lluvia, era una locura salir de casa un día a mitad de semana como ese y con ese clima, su padre lo mataría si se enteraba.
    “Un hada en la lluvia” Así se llamaría el libro de ‘Ai’ ¿No? Comenzaría saboteando sus planes, volvió la vista hacia atrás y sobre la mesa de noche vio su teléfono…
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    —¿Quién? —preguntó Kagome gentilmente, atendiendo la llamada. Estaba tan concentrada en su lectura que no se había fijado el número de “su interlocutor”
    —Kagome, soy yo
    ¡Pero ahora que lo oía quería matarlo!
    —Ah, eres tú, Inuyasha —dijo secamente y con desgano
    —¿Qué te pasa?, no pareces estar de muy buen humor.
    —Ah… ¿eso crees? —dijo ella, fingiendo ingenuidad— y tú eres el principal culpable —pensó, pero no dejó salir sus pensamientos.
    —Consideré que deberás estar de mejor humor, sólo por el hecho de saber que estás saliendo con mi hermano
    Kagome se sobresaltó, él los había visto, pero…
    —¿Con… con tu hermano? —dijo sorprendida y extrañada
    —¿Qué pasa? Pareces sorprendida —dijo Inuyasha, también fingiendo su ingenuidad— ¿Acaso no sabías que él era mi hermano?
    —¿De quién hablas? —preguntó ella, haciéndose la desentendida con respecto a la pregunta
    —No te hagas la tonta. Hablo de Sesshoumaru, mi hermano. El joven blanco de ojos claros con el que estuviste ayer en la mañana en el café, justo después de que me echaran de la clase, el mismo con el que fuiste a Ueno y pasó a recogerte en la puerta de la Universidad, hoy en la tarde.
    Kagome se quedó muda ¡él realmente los había visto, y su voz denotaba que estaba molesto. ¡Quizás realmente estaba pensando en ella! Por lo visto, Inuyasha no era tan desconsiderado e indiferente como parecía. Aunque había algo que la perturbaba ¿Cómo sabía él que había ido con ese muchacho hasta Ueno? ¿Los habría seguido acaso? ¿Era realmente capaz de hacer eso o sólo se estaba burlando de ella? Pensó en la llamada, él realmente parecía estar pendiente, y ella no tuvo el valor de cortar la llamada. Ni bien ella atendió la llamada, ese fue el tema que él tocó, estaba extasiada, no podía creer que realmente Inuyasha estaba celoso y preocupado por ella, le parecía un sueño. Era un buen momento para detener el juego y acabar con todo ese sufrimiento pero… ¿Y su amiga?
    —Ah, sí. Estuve saliendo con él, nos conocimos hace un par de semanas, ¡nos llevamos muy bien! —afirmó ella, fingiendo una felicidad que no tenía, sabía que su felicidad más bien estaría con Inuyasha, pero no tenía forma de estar con él, ya fuera porque él le había dicho una mentira, u ocultado algo, y también porque Rin, quien creía que era su mejor amiga, estaba metida en medio de todo el rollo. Ese era su mayor obstáculo, quería quitarse los problemas, pero sin involucrar a Rin— ¿y cómo estás tú con Rin?
    Inuyasha se sorprendió con la pregunta ¿Kagome realmente estaba sugiriendo o pensando que él estaba con Rin? Contuvo el suspiro que estaba a punto de soltar. ¿Acaso el juego que había inventado para quitarse a su hermano de encima también había atrapado a Kagome? Eso tenía un lado bueno, quizás ella estaba celosa. Aunque también existía la posibilidad de que sólo se preocupara por su amiga y nunca llegara a haber nada entre ellos, sin importar quién ganara el juego. Ya no le convencía mucho hacer esa llamada. “Bien, Kagome”, pensó molesto “Si lo que deseas es seguir el juego, satisfaré tu deseo”. Después de todo, ella había afirmado alegremente que con su hermano “se entendían bien”.
    —Estoy bien. Decidimos que asistiremos juntos a todas las clases. —Afirmó con una alegría fingida— También nos entendemos muy bien.
    La verdad era que comparando la relación que tenía con Rin y la relación ajetreada que tenía con Kagome, se entendía mejor con su nueva amiga, podían hablar tranquilamente y sin riesgos de malinterpretarse, pero él no quería como pareja a Rin, además ella estaba perdidamente enamorada —vaya gustos— de su hermano mayor.
    —¿Entonces son compañeros de estudio? —dijo Kagome, ya aliviando la tensión
    —Sí, y también nos entendemos bien en las salidas.
    —Ah, ya veo —dijo Kagome, fingiendo que se alegraba por él. Sintió como si atravesaran su corazón con un puñal y lo partieran a la mitad. Así que sí estaban juntos después de todo.
    —Kagome…
    Quería disculparse y terminar el juego de una vez, retirándose vencida y adolorida.
    —Kagome…
    No quería molestar a Inuyasha más de la cuenta, no quería lastimar a Rin si es que ella realmente sentía algo por Inuyasha, lo más raro es que a pesar de ser muy despierta, jamás había visto llegar el momento en que las cosas en su “grupo de amigos” había cambiado tanto.
    —Kagome…
    Kagome hacía un buen rato desde que no estaba escuchando lo que Inuyasha tenía para decir, no quería hacerlo. Cortó la llamada y arrojó el pequeño aparato sobre la cama, antes de salir de su habitación para ir a buscar un vaso de agua que le refrescara la garganta y las ideas. Pensó en llamar a Rin y luego se arrepintió.
    _______________________________________________________________________________
    Ella atendió rápidamente el llamado. Era el segundo que recibía en la noche, justo cuando estaba alistándose para dormir —o al menos fingir que lo hacía—, pues llevaba horas y horas esperando que él regresara y no lo había hecho. Sentía deseos de darle un fuerte golpe en la cabeza, se lo merecía después de haberle causado jaqueca. Atendió esperando que fuera él.
    —¿Hola?
    —Hola, Sango-san ¿Es usted, verdad? Mi nombre es Houko Rin, obtuve ente número de parte de su hermano, Kohaku. —Sango escuchó en silencio— Kohaku y yo estudiamos en la misma Facultad. Estamos en comisiones de estudio con los mismos horarios, a veces estudiamos juntos.
    —Lo siento, pero Kohaku no está ahora
    —Ya veo, aún no ha llegado. Entonces, si no es molestia, deseo preguntarle…
    —Espera, Rin-san ¿Tú sabes en dónde está Kohaku?
    —Creí que usted sabría —dijo Rin, confundida— esta tarde no estuvo más de media hora en la clase y se fue. Dijo que tenía que ver a alguien
    —¿A alguien? —preguntó Sango, extrañada— ¿A quién?
    —No sé, deseaba preguntarle si usted sabría con quién estaba saliendo su hermano menor.
    —¿Saliendo? ¿Mi hermano?
    —Sí, dijo que tenía una cita con alguien que había conocido anoche
    —Lo siento Rin-san, pero yo tampoco sé nada.
    —Ah, ya veo
    —Lamento no poder ayudarte, llama más tarde, quizás mi hermano haya llegado para entonces.
    —Bien, gracias, Sango-san —le dijo Rin, amablemente, cortando sin intenciones de volver a llamar.
    Sango permaneció pensando en la llamada. Su hermano nunca le había dicho nada ¿Por qué? ¿Con quién estaba? ¿Qué estaba haciendo realmente? La inclemencia climática era terrible, por eso no había podido pegar un ojo y ahora no estaba segura de poder hacerlo, eso era lo que la preocupaba. Necesitaba desesperadamente saber dónde y con quién se encontraba su hermanito, si estaba bien, si volvería pronto. La llamada de Rin, en vez de tranquilizarla, sólo la hizo ponerse más nerviosa de lo que ya estaba.
    En vano se sentó a esperar que su hermano llamara, se había tardado demasiado. Recordó fácilmente y con enojo la noche anterior. Su hermano también se había tardado una eternidad, un chofer de taxi llamó a la puerta a altas horas de la noche, trayendo a su hermano completamente alcoholizado, medio dormido. Ella se había sorprendido y enojado mucho, también lo había esperado toda la noche sólo para ver eso. Se llevó a Kohaku a su propio cuarto, lo dejó acostado en la cama y lo arropó como cuando era más pequeño. No podía creer que él hubiera hecho eso. Al día siguiente, como era de esperarse, el muchacho no pudo ir a clases. Ella le dejó una nota sobre las cosas que debía hacer, si es que despertaba. Cuando finalmente llegó de la Universidad, lo encontró automedicándose, no habló mucho con ella, bebió agua, comió poco, se negó a responderle preguntas sobre la noche anterior, no le dijo nada acerca del dinero que faltaba ni mucho menos en dónde había estado. Sango no recordaba jamás que su hermanito hubiera sido tan rebelde hasta el momento, no podía esperarse respuestas irrespetuosas de su parte, menos cuando ella se hubiera preocupado en extremo. Finalmente lo obligó a asistir a las clases prácticas ¡Y ahora se enteraba de que a la media hora se había retirado, y no sólo no había vuelto a casa, sino que con una terrible tormenta en la puerta, había ido a un lugar desconocido, a una cita incierta, con una persona que ella desconocía!... ¡y él jamás le había avisado nada!
    Se quejó para sus adentros y decidió llamarlo, pero él tenía el celular apagado
    —Te dije una y mil veces, Kohaku, que cuando salieras de casa jamás apagaras el celular… —dijo con fastidio— ¿Dónde estás?

    Cerca de la una de la madrugada, Kohaku llegó a casa, entró sin hacer ruido y dejó sus cosas cerca de la puerta. Iba a subir a su habitación cuando lo detuvo.
    —¿Me puede decir, señor, en dónde estuvo toda la noche? ¿Y, de paso, en dónde estaba ayer? —preguntó Sango molesta, mirándolo fijo, parada a su lado esperando una respuesta
    —Eso no es asunto tuyo
    —Espera un momento, Kohaku, que no permitiré que me faltes el respeto en ese modo. Estoy haciéndote una pregunta y espero que me contestes —Kohaku iba a irse— ahora.
    —Estuve cerca de Ginza
    —¡¿Cerca de Ginza?! —dijo Sango molesta y escandalizada— ¿Estás diciéndome que usaste nuestro valioso dinero para ir cerca de Ginza, solo y a esta hora?
    —Sí, es lo que te estoy diciendo —dijo él, también molesto
    —No permitiré que me hables así, Kohaku, te educamos mejor que eso, así que más te vale contestar bien —tomó aire— y que me digas qué fue lo que estuviste haciendo tan lejos.
    —No hice nada que te incumba
    —Al menos dime con quién estabas
    —Con nadie
    —Eso no es verdad. Quedaste de ver a alguien en una cita de la que jamás me hablaste, así que ahora es el momento
    —¿Cómo sabes eso? —dijo él, percatándose tarde de que se había delatado solo
    —Una persona llamó preguntando por ti, le dije que no estabas y me dijo que aún no regresabas de tu cita ¿Viste a alguien anoche, verdad? ¿Qué fue lo que hicieron exactamente? Estabas completamente borracho
    —¿Estoy bien, no? Que con eso te baste
    —Tú no eres así, ¿qué es lo que te está pasando? ¿Acaso no confías en tu hermana?
    —No digas tonterías
    —Entonces contéstame
    Él se puso más nervioso de lo que esperaba
    —No tengo por qué decirte nada
    —Ya basta Kohaku, y no esperes que te de ni un sen después de lo que hiciste.
    —Como gustes
    —Gastando el dinero en hacerte daño y en estar con alguien a quien no conozco y, al parecer, no deseas que conozca
    —Demasiado cínica, hermana
    —¿Y cómo esperas que actúe después de lo que estás haciendo?
    —¿Puedo hacer lo que quiera, sabes? El hecho de que seas mi hermana no te da el derecho de decidir sobre mi vida
    —No estoy intentando decidir sobre tu vida, sólo estoy siendo coherente, cosa que al parecer tú olvidaste. Al menos dime qué hacen ¿No ves cuánto me preocupas?
    —Si tanto problema te causo, entonces olvídate de mí
    —¿Cómo puedes decir eso? No puedes estar haciendo lo que se te de la gana, no mientras seas menor de edad y vivamos bajo el mismo techo.
    Kohaku se sintió traicionado
    —¿Así que ese es el problema, Sango? ¡Entonces me voy! —fue rápido hacia la puerta, tomó su bolsa y salió en medio de la tormenta. Sango quiso seguirlo, pero no lo consiguió, perdiéndolo de vista en seguida, sin siquiera conseguir un poco de su atención.
    Intentó llamarlo por teléfono, pero Kohaku seguía con el celular apagado. Sango se maldijo a sí misma, había hecho que su hermano huyera de casa. Llamó a toda la gente que conocía en los alrededores, pero nadie le habló sobre el paradero de Kohaku. También llamó a Rin, de quién había registrado el número.
    —¿Sucede algo, Sango-san?
    —Es Kohaku ¿No está contigo?
    —No ¿aún no ha vuelto a casa?
    —Regresó hace poco, tuvimos una discusión y volvió a irse, hable con todo el mundo y nadie lo ha visto. Por favor, avísame si sabes algo de él, necesito encontrarlo como sea
    —Sí, está bien —dijo Rin, antes de que Sango cortara la llamada e hiciera otro intento desesperado de pedir ayuda a alguien más.

    Rin se preocupó por su amigo, no importaba si estaba con alguien más o no, tenía que volver a casa de inmediato o, al menos, decirle a su hermana en dónde se encontraba, para que dejara de preocuparse. La chica se tomó el trabajo de llamar a todos y cada uno de sus amigos y compañeros de clase para preguntarle si sabían algo de él. Finalmente llamó a Inuyasha.
    —Inuyasha, hace u momento hablé con Sango, la hermana de Kohaku, dice que él huyó de casa, por favor, si sabes algo de él, podrías avisarme a mí o a Sango?
    —Ah, no te preocupes, Rin, el zopenco está aquí, en casa —dijo antes de soltar un largo bostezo— me despertó hace un buen rato llamando a la puerta, mis padres dijeron que llamarían a Sango para que no se preocupara, y como la tormenta aún es fuerte, mañana irá a casa. Está bien —volvió a bostezar— …bien dormido, igual que yo. Oyasuminasai. Suerte con Ai. —y cortó.
    Rin no dejaba de impresionarse del desenfado de Inuyasha, que era suficiente para no pensar cómo podría estar sintiéndose Sango. Y más de su saludo “Oyasuminasai. Suerte con Ai”. ¿Le deseaba suerte con Ai… ¿y esperaba que tuviera buenas noches? Eso era paradójico. Ai le dijo una vez que la paradoja no existía… y acababan de nombrarle algo que le haría tener una muy mala noche.
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    Parece que las cosas no mejoraron mucho, se siguen ocultando cosas, nadie tiene el valor de dar el primer paso y están ensimismados. El más nervioso de todos parece ser Kohaku, en vez de encarar el problema, intentó huir de él, empezando por mentirle a su propia familia; le va a ir bastante mal, lo prometo.
    Empieza a llover… y sigue lloviendo. La tormenta mueve en su interior cosas que ellos desconocían. Así es como empieza el cuento bajo la lluvia. Inuyasha desea vivirlo junto a Kagome, y Rin quiere escribirlo con Sesshoumaru ¿lo logrará? Está muy adolorida aún

    Y van unas aclaraciones
    La estrofa que aparece al inicio: es una de las canciones escritas por Ai, para presentarse en el décimo libro “La historia de una canción”, que estaba escrita para su novia antes de que él “se sintiera solo” como declaró en el capítulo cuatro. Y ahora escribe un onceavo, para Rin ¿Significará eso que antes tuvo diez novias (un libro para cada una…)?
    Cantaba con la voz de una diosa las canciones que había memorizado de ese excelente autor: Se refiere a las letras de las canciones que escribe Akai-Tsukino Ai para diferentes cantantes, grupos y estaciones de radio. Sango se dedica a cantar, por eso tiene esa hermosa voz, además dice que conoce de memoria las canciones de Ai ¿Será acaso una de sus “clientes”? Y, hablando de “La historia de una canción”… ¿realmente estaría dedicada a Kagura o a alguien más…?

    ¿Estás ahí, Akai-tsukino-san?:
    Esta frase recuerda a la llamada que Sesshoumaru le hizo a Rin en el capítulo cinco: “¿Estás ahí, Houko-san?”
    Rin usa el seudónimo del autor, no le dice Sesshoumaru, ni Taisho-san, ni siquiera lo llama Ai, significa que está intentando poner distancia entre ellos, aunque no es indiferente a lo que está pasando.

    Era una locura salir de casa un día a mitad de semana como ese: Los japoneses arreglas visitas, salidas y otras actividades con varios días de antelación, no lo hacen sin avisar. Su trabajo se extiende durante todo el día durante las jornadas hábiles, por eso no suelen salir en días a mitad de semana.

    Ueno: el lugar donde fue Kagome con Sesshoumaru. Ya lo dije antes, es un parque que está cerca de la Universidad de Tokio.

    Ginza: un centro de entretenimiento en un distrito de Tokio

    No esperes que te de un sen:
    la décima parte de un yen, serían los “centavos” del yen.

    No mientras seas menor de edad: los japoneses cumplen la mayoría de edad a los veinte años. Kagura, Sesshoumaru y Sango tienen respectivamente veinticinco, veintiocho y veintitrés años, así que son mayores de edad, mientras los demás aún son menores, incluso niños, porque no pasan de los dieciocho.

    No permitiré que me faltes así el respeto: en ese país, a los personas de mayor edad que uno se le debe un respeto casi “religioso”.
     
  2.  
    Asurama

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    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Resúmen de Black Syd, para los que estén interesados:

    1- The dragon and the princess (Zac and Sherine appears)
    2- Bianca and the mirror of ilusions
    3- Syd's heart (Black Syd calls Daniel)
    4- Time of resurrection (Bianca's memories)
    5- Practising Magic...
    6-...Correct uses and more
    7- Blonde hear Demon (Demian in Trouble)
    8- Sherines's Shadow (...and Bianca deads)
    9- Can you hear me Planet Earth? (Daniel's conclussion)
     
  3.  
    Izayoimywill

    Izayoimywill Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¡Hola! n.n

    Por favor, no abandones este trabajo del cual te enamoraste, ¡por favor! ToT
    Y aparte a mí me gusta mucho como escribes.
    Que quieres que te diga me confundí un poco, pero lo solucione.
    Esto no puede seguir así, todos se están haciendo mucho daño.

    Maldito orgullo de Sesshoumaru, era el preciso momento para acabar con la mentira y decir la verdad, ahhh… todas las llamadas daban el instante perfecto para ello.
    La tormenta parece que va a durar un buen rato…
    Cómo Sesshoumaru va a ser así y escribir un libro para cada una de sus ¡10 NOVIAS! Ojala aclares ese punto y las otras preguntas que tú misma formulaste, que me dejaron con una gran angustia.

    ¡Oh! Todos los capítulos de Syd Negro en inglés.
    Ya espero el próximo capítulo de “Un cuento…”

    Adiós.
     
  4.  
    NIRVANA-MOZ

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ke te puedo decir lubecita...exelente!!! al fin se les prendio el foco a todos estaban a punto de terminar el juego pero al ultimo se arrepintieron, ke orgullosos son todos primero el orgullo verdad? jajajaja tambien ubo muchas dudas pro parte de los personajes y un gran sentimiento de copetencia, como disiendo esto no se acaba!!! ... jajaja bueno algo haci yo lo senti realmente desarrollaste bien la historia, hummm eso si eres muy predesibles de lo ke vas a poner en tu fic porke no tratas con algo diferente?, digo algo nuevo ke no se repita tanto en los mismos capitulos, es una opinion y si la sigues estabien y si no ps tambien solo es una sugerencia...

    Ohhh al prencipio y al final del fic me revolvi un poco por la cancion y todo eso, tendre ke leer mas atenta los otro capitulos, espero con hancias el otro nos leremos!!!
     
  5.  
    Rei sama

    Rei sama Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola!!
    Soy nueva en tu fic y puedo decir que me enamoré de él.
    Todas las llamadas eran perfectas para aclararlo todo,mua Rin me da penita, Sesshomaru es muy orgulloso, yo diria demasiado.
    Me encantan los SessxRin es mi pareja preferida, tambien me leí el destino de Rin y me pasó lo mismo que con este,continua porfa, sigue escribiendo que es tu fuerte.
    Adios
     
  6.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

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    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Finalmente, un siguiente capítulo.
    Me asusté bastante, principalmente con la tierna “bromita” de Fryda, me alegro de que no hayan decidido cerrar fics, es una locura. Es mejor que aclare algo:
    Les recomiendo leer Syd Negro, y que sepan que todo lo que dice ahí es cierto, y que conozco a una persona que puede hacer todo lo que dice en el libro, por si se les ocurre jugar otra bromita pesada
    Seguiré con el mismo rollo de los otros capítulos, veamos qué pasa.

    Nirvana... umh, esto estaba a punto de terminar, pero no puedes decir que todos no tenemos un poquito de orgullo, esto está a punto de arreglarse, pero primero, un poco más de tensión y por supuesto que tomo las sujerencias, je...

    Maka, creo que me arrepentí, no voy a dejar el trabajo, lo continuaré como pueda, gracias por soportarme ayer y soportar quedarte con ansias. Sé que dices que está muy bueno y te gustaron los fragmentos, veamos qué piensas ahora

    Bienvanida, Rei. Espero que disfrutes mucho de mis trabajos, me dedicaré tanto como pueda a ellos. Estoy segura de que lo pasarás bien conmigo: los SessXRin son mi especialidad. Esto de la pena y el orgullo está a punto de dar fin

    Capítulo 11

    Acordaron que Inuyasha saldría temprano de casa de sus padres e iría a buscarla cerca de las 8.25. Irían a un restaurante bastante caro (Rin todavía no entendía de dónde sacaba Inuyasha tanto dinero, era comprensible de Sesshoumaru, pero él…) y, finalmente, caminarían por un parque. Todavía no tenía la menor idea de qué planeaba Inuyasha. Un momento. Anteriormente la había invitado al café y ahora la invitaba a salir, ¡parecía una cita! ¿Realmente lo sería? ¿Era posible que Inuyasha estuviera interesado en ella?
    _____________________________________________________________
    —Hola, señora ¿Se encuentra Kagome aquí?—preguntó el apuesto joven parado delante de la puerta, muy bien vestido como todo un príncipe de la era moderna.
    —Sí, está en su cuarto, en seguida la llamaré—. La madre de Kagome tuvo una buena impresión, pero aún así un muchacho diez años mayor que su hija no le daba buena espina. Le dio a Kagome mil y un consejos, le pidió que mantuviera el teléfono encendido todo el tiempo y que no llegara muy tarde.
    —Tranquila, mamá, sólo iremos a comer por ahí—, le dijo Kagome, muy divertida. Sesshoumaru la invitó a salir motu propio, estaba muy sorprendida y halagada, negarse hubiera sido un crimen, “Cómo me hubiera gustado que fuera Inuyasha”, se quejó para sus adentros, suspirando, respirando profundamente antes de ponerse un saco y salir a recibir a su compañía con una enorme sonrisa… aunque no estaba muy segura de haber acompañado a alguien que apenas conocía desde hace unos días. “Ya qué… acepté después de todo. Y pensar que lo único que quería era darle celos a Inuyasha”. Volvió a suspirar “Ahora este muchacho, Sesshoumaru parece creer que realmente me interesa… Kagome, ¿en qué lío te metiste?”, se reprendía constantemente en su cabeza y seguía suspirando.
    —¿Te pasa algo? Suspiras mucho, linda—, le dijo él con una sonrisa, sin quitar la vista del camino mientras seguía conduciendo el coche azul.
    —No, no es nada. Sólo que no puedo creerlo
    —¿Creer qué?—, preguntó él con curiosidad
    (“que realmente voy a salir contigo”), rezó su conciencia —No puedo creer que es la primera vez que iré al Centro de noche
    —¿En verdad es la primera vez? Vaya, me siento halagado—. Dijo sonriendo sensualmente, se acomodó el cabello con una mano. (Aunque hubiera preferido mil veces traer a tu amiga Rin, que está con el zopenco de mi hermano), pensó, no podía sacarse a Rin de la cabeza.
    Hablaron de tonterías, finalmente, él paró frente a un restaurante en el que acostumbraba a llevar a su novia. “Primera parada de la noche”, dijo con una sonrisa amable, aunque pequeña. Suspiró para sus adentros, todo por culpa del inepto de Inuyasha, que se había llevado a su futura novia…
    ____________________________________________________________________
    Rin estaba muy sorprendida mientras caminaba junto a Inuyasha por la inmensa avenida Chuo mirando en todas direcciones a las luces de la calle, los letreros inmensos, los anuncios publicitarios, las caras tiendas y los clubes nocturnos. Los vehículos iban y venían frenéticamente, el lugar estaba repleto de gente. Era la primera vez que veía Ginza, era enorme comparado con Chiba, estaba boquiabierta ¿A cuál de todos esos lugares pensaba asistir Inuyasha? Estaba más ansiosa de lo que creía.
    —¿Es la primera vez que vienes al centro?— le preguntó el joven amablemente
    —S-sí—, dijo entusiasmada
    —Vamos a comer, conozco un buen restaurante por aquí
    —Sí… espera un momento—. Inuyasha se detuvo y la miró. —Primero dime que no es un lugar que te recomendó tu hermano
    —¿Por qué lo dices, Rin-chan?—, preguntó el muchacho con curiosidad
    —Porque la vez anterior dijiste ‘vamos al café, mi hermano dijo que es un buen lugar para conocer gente’…—. Rin imitaba graciosamente la forma de hablar de Inuyasha —…y cuando llegamos ahí, sentado en primer lugar, estaba él ¿Recuerdas cómo nos miraba?
    En realidad, Rin quería evitar el pesar de ver a su mejor amiga con su “confidente” (por el momento). Inuyasha suspiró y miró hacia otro lado, no podía creer que estuviera discutiendo de eso con Rin parado en medio de la calle… de la calle más grande de Ginza. En realidad, el tampoco quería ver al idiota de su hermano con su aspirante a novia.
    —No te preocupes, él no conoce ese lugar— le dijo sonriendo alegremente a su amiga, la tomó de la mano y fueron caminando…

    … —¿Qué pasó, Inuyasha? ¿No era que Sesshoumaru NO conocía este lugar?—, se quejó Rin-chan, congelada en la puerta de entrada del restaurante, parada junto a un igualmente sorprendido Inuyasha, mientras ambos miraban a la curiosa pareja que charlaba amenamente sentada en una de las mesas del local, compartiendo una deliciosa cena.
    —Estaba seguro de que no conocía este lugar —dijo fastidiado, no soportaba, realmente no podía verlos juntos ¿Kagome, qué haces con este idiota?, lloraba su conciencia, mientras tomaba la mano de Rin para salir de ahí, pero un camarero se paró frente a ellos, los recibió educadamente y les dio una mesa ¡Sólo a un lugar de distancia de donde estaban los otros dos! No podían salir ahora, sería una total falta de respeto y educación. Inuyasha quería arrancarse los cabellos de un tirón, eso no podía estar pasando realmente, “es una pesadilla, es una pesadilla…”, rezaba su interior “…pronto despertaré en mi mullida cama, abrazado a la fotografía de Kagome y oyendo la radio Sunday”. Había pasado toda su infancia y adolescencia junto a Kagome y ahora le tocaba soportar eso.
    Para colmo, Sesshoumaru se dio la vuelta y le cruzó una terrible mirada
    “¿Por qué m… me miras así? Además estás con mi amada Kagome. Cuando salgamos te mato”, pensó

    “Cuando salgamos de aquí, te mato”, pensó Sesshoumaru mientras volvía a dedicarle una dulce mirada a Kagome ¿Qué le había visto Rin-san al inepto de Inuyasha? Maldita sea. Tomó la mano de Kagome y le preguntó: —¿Oíste hablar de ‘La historia de una canción’?, dicen que es una hermosa novela—. Suspiró. Tenía que ser mentira. Esperaba despertarse una madrugada oyendo Sunday y acostado junto a Kagura esperando el momento perfecto para decirle ‘Decidí salir con Rin’.

    —Sí, compré ese libro hace poco. Akaitsukino Ai es tan romántico…—, dijo Kagome con una voz soñadora antes de darle una fría mirada a Inuyasha ¿Por qué tenía que aparecer siempre con Rin? Ya era definitivo, estaban saliendo. Quería mucho a su amiga, pero también quería estar con Inuyasha… ¡Qué Horror! Esperaba despertarse una mañana abrazando el libro “La historia de una canción”, de Akaitsukino y esperando que fuera sólo un sueño. (En su casa no ponía estaciones de radio por la noche porque no dejaba dormir a su hermano menor).

    Rin suspiró. Eso no podía estar pasando realmente, un día de esos se despertaría en su cuarto, oyendo la radio Sunday y abrazando su libro “El día eterno”, de Akaitsukino, sólo para descubrir que soñaba con las tonterías que decía el libro y con que un día sería la novia de Ai.

    Una joven entró y se sentó en una mesa alejada mientras miraba esas dos extrañas parejas. Dos muchachos jóvenes y apuestos, de cabellos blanco-plateados, uno de ojos dorados, el otro, con mirada ambarina. Ambos con una joven pareja de unos dieciocho años, ambas de tez suave y cabello oscuro y liso. Uno era Ai, el otro debería ser el “famoso” hermano. Una de las jóvenes debería ser Houko Rin, la dichosa muchacha que había conseguido sacar de Ai un odioso “estoy solo”. Suspiró. —Tiene que ser una pesadilla, un día de estos despertaré abrazando a Ai, diciéndole cuanto lo quiero, escuchando las canciones lentas que compone para Sunday…—. Le tomaba de las manos… ¿Ai le tomaba de las manos a esa mocosa? Era insoportable para ella ver eso.

    “Ai” soltó a la chica y se pasó las manos por el cabello —No puede ser, esta mujer me persigue hasta en mis pesadillas—, murmuró.
    —¿Te pasa algo?— le preguntó Kagome al oír que murmuraba.
    —No, no me ocurre nada—. Contestó (Kagura, te suplico que desaparezcas)
    Cerró los ojos por tres segundos, rogando que su vista lo hubiera engañado, pero cuando volvió a abrirlos, ahí, en una mesa lejana, estaba Kagura… y no estaba sola, ese maldito mocoso de la vez anterior estaba con ella. Sentíase exasperado ¿Qué le pasaba? Estaba seguro de que jamás sintió nada por Kagura, no podía estar sintiendo celos por ese mocoso ¿o sí?... Dirigió su mirada a Rin, hablaba amenamente con Inuyasha, maldita sea. ¿Es que acaso lo estaban siguiendo o qué?... Y Rin que parecía no inmutarse por la presencia de Kagome a su lado. Kagome también parecía incómoda ¿Por qué? Quizás ya no estaba disfrutando de la salida, notando cómo él se dedicaba a mirar a las jóvenes de otras mesas.
    —…y entonces… —Kagome estaba distraída, suspirando por Inuyasha, sentada junto a quien era su hermano (aunque ella ignoraba ese hecho), y tratando de contar una historia sobre un día normal de clases, cuando Sesshoumaru la interrumpió:
    —…y entonces parecería que nos están siguiendo —dijo a oídas para “sus vecinos”.
    Inuyasha se exasperó
    —¿Dijiste algo, pedazo de rata de alcantarilla? —le dijo furioso
    —Inuyasha —le dijo Rin reprendiéndolo, recordándole que estaban en un lugar muy refinado, además de remarcar que ella gustaba de Sesshoumaru.
    Kagome frunció el ceño sorprendida e indignada ¿Ese era el verdadero Inuyasha? ¿Insultando así? ¿Ese era el que quería para su novio?

    Kohaku y Kagura miraron en esa dirección, sorprendidos por la bocota de Inuyasha, en realidad, toda la gente del restaurante miró en esa dirección.
    —¿Cómo dejas que te insulte así, Sesshoumaru?—, pensó Kagura indignada, frunció el ceño.
    —Oh, oh, Inuyasha, ahora sí te pasaste —Pensó Kohakuindignado. —No permitiré que abras esa bocota delante de Rin. No vas a hacer que pase vergüenza. —Realmente estaba celoso… y él que pensaba estar con esa mujer, Kagura, para olvidarse de ella… pero ahora que se habían cruzado no podía dejar de verla, era un insulto para su compañera, pero no podía evitarlo.

    —¿Y en este idiota te fijaste, Rin?—, pensaron Kohaku y Sesshoumaru a la vez, sin saber lo equivocados que estaban

    —Inuyasha, me avergüenzas—, pensaron Rin y Kagome a la vez, una por ser su amiga y la otra, por desearlo.

    —Ya no soporto este cuadro—, pensaron Inuyasha y Kagura a la vez.
    Kagura llamó a un camarero y le dijo que sacaran al joven escandaloso de ahí. Antes de que el camarero llegara hacia donde Inuyasha ya se había puesto de pie dispuesto a golpear a su hermano, Sesshoumaru se levantó educadamente y se aclaró la garganta. Hizo lo que acostumbraba. Cerró los ojos por tres segundos y se puso una de sus máscaras.
    —Salgamos de aquí, Kagome, este no es lugar para nosotros, no mientras nos falten el respeto
    —Déjate de hacerte el idiota, para empezar, tú comenzaste todo—, le dijo Inuyasha. Sesshoumaru hizo oídos sordos, se acercó al asiento de Kagome para ayudarla a pararse y se alistaron para irse. Esa actitud remilgada no hizo más que irritar a Inuyasha y aumentar los celos de ambos, él y Rin. Rin-chan se sonrojó y miró a otro lado. “Qué afortunada eres, Kagome. No quisiera admitirlo, pero me gustaría ser yo la que Ai tratara así”, pensó.
    Sesshoumaru se dio cuenta y sonrió levemente. Algo le decía que comenzaba a ganar su batalla.
    —¿De qué te ríes? —le gritó Inuyasha justo en el momento en que alguien le ponía una mano en el brazo.
    —Inuyasha, basta —le decía Rin, estaba harta de oír que tratara así a Sesshoumaru y de que los avergonzara frente a toda le gente.
    El mesero que le había tocado el brazo declaró: —Señor, no podemos tolerar que altere el restaurante de esa forma, por favor, váyase o llamaremos a seguridad.
    Inuyasha bufó.
    Rin se encogió de hombros

    Kagura sonrió
    Kohaku suspiró de alivio, finalmente acabó todo

    Sesshoumaru miró a su hermano con un gesto que equivalía a sacarle la lengua
    Kagome, antes de irse, volteó a verlo
    —Inuyasha, eres un tonto. Lamento que él te haga pasar por esto, Rin

    Rin sonrió amablemente, aunque quería mucho a Kagome, estaba terriblemente celosa y no entendía por qué.
    —Sesshoumaru. Ai—, decía mientras suspiraba… Inuyasha, con su actitud, no era la opción perfecta. No era del tipo de chico que le gustaba y no lo conocía mucho. Y Kohaku… volteó y entonces se dio cuenta de que su mejor amigo también estaba ahí… ¡¿Con la ex novia de Sesshoumaru?! Sí, estaba segura, era la misma ¿Se habría ido del restaurante por eso? Quizás aún no había superado la separación ¿Era eso posible? ¿Estaría saliendo con Kagome por interés entonces? ¿Para quitarse el recuerdo? ¡Kami!
    Pero ¿Kohaku con esa… con esa… ¿Por qué de repente se sentía tan celosa de su amigo? “Rin, en qué rayos estás pensando”, se regañó a sí misma en su mente. Celosa por Kohaku, celosa por Ai ¿Qué estaba pasando con su tranquilo mundo?
    _____________________________
    Celoso por Rin, celoso por Kagura ¡¿Por qué demonios su conciencia se negaba a olvidarse de esa mujer de una buena vez por todas?! Quería golpearse la cabeza con el primer poste de luz que viera. ¿Por qué no se decidía? Además ese tonto de Inuyasha… al menos tenía que agradecerle el hecho de que le hubiera dado la excusa perfecta para huir del restaurante… ¡¿Él huyendo de su hermano?! Era ridículo. Pero no. Estaba huyendo de las sensaciones que le invadían al ver esas dos parejas extrañas. ¡¿Por qué tenía que sentir celos por las dos?! ¿Por qué parecía como si lo estuvieran siguiendo? Era su pesadilla. Realmente quería despertar, y a la primera persona a la que deseaba ver cuando despertara era… Rin…
    ______________________
    Inuyasha tomó a Rin del brazo como si fuera la cosa más natural del mundo y caminaron juntos a lo largo de Chuo, no se arriesgó a entrar en otro restaurante o local de comidas de la zona, no fuera a darse la casualidad de volver a cruzarse con su “bendito” hermano y la Indiferente Kagome

    “…eres un tonto…”
    Maldita, y él que quería sacarla del apuro ¿Es que acaso no se daba cuenta de que el idiota de Sesshoumaru la estaba utilizando como pasatiempo para olvidarse de la anterior novia que, según Rin, existió en su vida? ¿Es que acaso se estaba dejando utilizar a propósito? ¿Lo disfrutaba? ¿Le gustaba Sesshoumaru? ¿Tanto lo odiaba que prefería estar con un dos caras? La idea le enfermaba. Todo de su hermanastro lo enfermaba.
    —Inuyasha…
    —Eh… ¿Sí?
    —Ya dime la verdad—, le dijo Rin con su suave voz, cielos, qué bien se oía… —¿qué fue lo que pasó en el restaurante?”
    —Eh… lo que pasó es que…
    —Quiero la verdad ¿Me oíste?
    —Bueno, resulta que el otro día, Sesshoumaru fue a ver a nuestro padre a casa, yo oí parte de su conversación, escuché algo acerca de que traería a una joven a bailar en un club nocturno de Chuo y decidí venir con el plan que habíamos hecho, previamente cenando aquí cerca. Pero jamás me imaginé que los encontraríamos antes de tiempo, me puse nervioso
    —Oye, Inu-chan ¿Realmente crees que tu hermano tenga malas intenciones con Kagome? Yo creo que la trata muy bien y yo…
    —Estoy seguro de que ese sujeto tiene una doble intención, sabe ocultar muy bien sus deseos
    Entonces Rin recordó que Sesshoumaru era un experto en cuanto a control: siempre estaba ocultándose detrás de sus máscaras y nadie podía saber quién era él en realidad, ni siquiera ella, mucho menos Kagome, seguramente así debió pasar con la novia a la que abandonó y que, extrañamente, ahora estaba con Kohaku por razón desconocida. Así que esa era la persona con la que Kohaku estaba saliendo. Todo tomaba un cariz muy raro, no sabía de qué se había perdido, sólo era consciente de que en menos de un mes su vida había dado unos vuelcos extraordinarios a una velocidad vertiginosa como la carrera de Ai.
    Así era, él la había atrapado en su loca carrera y, junto a ella, había capturado a todo su mundo. Una peligrosa tela de araña hecha para atrapar un hada de agua… Un momento.
    —I-Inuyasha. Escucha ¿Tú dijiste que yo le gusto a Ai? ¿Qué tal si fuera así? ¿No estaría haciendo todo esto para darme celos o algo así?
    —¿Eso piensas?”— preguntó Inuyasha con curiosidad.
    —Es que… por la manera en la que tú le hablaste, veo que ambos no se llevan nada bien ¿Qué tal si pensó que tú y yo teníamos alguna relación y se puso celoso?
    —Sí, yo también había pensado eso pero…
    —¿Pero?
    —¿Por qué decidiría salir con Kagome como en una cita si sus motivos sólo eran darte celos?
    —Es verdad
    Miles de conclusiones giraban en la mente de Rin: podía ser para provocar a Inuyasha, para solucionar algo con respecto a su familia, para darle celos a su ex-novia, para provocarla a ella o a Kohaku, para vengarse de la llamada inoportuna de Kagome, sólo para divertirse…
    —Rin —la llamó Inuyasha sacándola de sus confusos pensamientos.
    —Dime
    —Vamos al club al que pensaba ir Sesshoumaru
    —Pero…
    —Ya estoy harto de toda esta situación y supongo que tú también. No sé si tu teoría es cierta o no, pero lo averiguaremos pronto y terminaremos con esto ¿Qué dices?
    —No lo sé… a la larga esto molestará a tu hermano y…
    —Pero a él no le importa en lo más mínimo molestarnos a nosotros, a su novia o a Kagome, así que llegó la hora de un eficaz contraataque
    —Yo no me arriesgaría si fuera tú
    —El que no arriesga no gana, y yo quiero ganar a Kagome, si no lo haces por ti ¿Al menos me ayudarás?
    ¿Así que Inuyasha pensaba utilizarla? Estaba ofendida, pero no le diría nada, al menos le estaba pidiendo su consentimiento antes de actuar imprudentemente. Tenía que aceptar que ella también quería a Sesshoumaru, pero… hacerlo de esa forma, ese juego sucio. No era su estilo, prefería dejarse llevar. Por otro lado, Inuyasha tenía razón, había que acabar con ese juego, no podría dormir tranquila hasta que no supiera cuales eran las verdaderas intenciones que ocultaba el muchacho. Tenía una fuerte corazonada y aunque no quería arriesgarse…
    Ella e Inuyasha estaban en lo cierto. La relación con Kagome era mentira, su amiga era usada de instrumento… y quizás era para llegar a ella y a Inuyasha…
    —¿Dónde es la fiesta, Inuyasha?…

    Llegaron temprano y tomaron una mesa frente a la pista de baile, no se despegaron de las sillas a causa de os nervios, tenían la vista fija en la puerta de entrada, viendo y siguiendo los movimientos de cada persona que pasaba a través de ella, como si cada uno fueran Kagome y Sesshoumaru.
    Inuyasha sudaba frío recordando cómo Kagome lo había insultado, se sofocaba a cada segundo, sus celos hacia su propio ermano le habían jugado una mala pasada y habían sido echados de la “cena imperfecta”, rogaba que la teoría de Rin fuera cierta, que Sesshoumaru sólo estuviera jugando, que Kagome se diera cuenta del juego, o por lo menos supiera que estaban “jugando”, aunque fuera con fuego
    Rin miraba esperando ver a Kagome, darle un buen saludo y un buen golpe por ser cómplice del dolor que le habían causado, lo peor sería que Sesshoumaru realmente la estuviera usando, en ese caso, ayudaría a Kagome y a él lo golpearía en ambas mejillas.
    Pero cuando los vieron entrar juntos como una buena pareja, sus mentes, sus ideas, sus intenciones y hasta sus cuerpos se congelaron. Estaban viendo aquello que deseaban y rechazaban al mismo tiempo. Querían ir a verlos de cerca. Inuyasha soñaba con acercarse a Kagome, robársela a su hermano e invitarla a bailar toda la noche hasta el cansancio. Se puso de pie y Rin le dio un empujón hacia delante
    —Que quieres —dijo Inuyasha molesto, al sentirse descubierto
    —Ve, anda
    —¿Y si me dice algo? Además el idiota está ahí
    —No le digas idiota
    —¿Y tú cómo le dirías luego de lo que te hizo?
    —Intrigante
    —Sí que tienes gustos raros —murmuró él. Tuvo suerte en que Rin no oyera
    Ni bien entró al salón, lo primero que vio fue al inepto de su hermano sentado con Rin e intentó ignorarlo diciéndole alguna tontería a Kagome, que sonrió ingenuamente. No sabía cuanto tiempo soportaría el juego, mientras tanto, Kagome ya tenía la idea rara de que ese muchacho al que conocía poco realmente se estaba fijando en ella, eso le daba algo de pavor. Ella también miró disimuladamente a la pareja, esta vez le daría un golpe duro a Inuyasha y acabaría con el juego. Ambos se sentaron tan lejos de los otros como les era posible y conversaron sobre parques, restaurantes y salas de cine.
    No podían creer que Inuyasha estuviera allí también, ya era seguro que le estaban siguiendo la pista, pero… si ellos habían llegado primero… era difícil creer que era casualidad
    Cuando pusieron temas de música lenta, Sesshoumaru la invitó a bailar y ella aceptó agradecida de tener una excusa para dejar de mirar a Inuyasha, pero fue peor.
    En medio de la pista, chocaron con alguien
    —Disculpe —dijo él y la muchacha con la que habían chocado levantó la vista y lo miró
    —¿Sesshoumaru?
    —¿Kagura? ¿Qué haces aquí?
    —Lo mismo iba a preguntarte, en el restaurante vi que tu adorado hermano te levantó la voz
    Él hizo un movimiento con las manos como queriendo quitarse el pensamiento de Inuyasha
    —No me hables de ese tonto. Sólo hace tonterías, pero estaremos bien luego de eso
    —¿Ustedes se conocen? —preguntó Kagome al ver cómo se trataban
    —Ah —dijo Kagura que acababa de notarla— ¿Tú debes ser Houko-san? Soy Fuuno Kagura ¿Él no te ha hablado de mí?
    —Eh, no, debe haber un error, yo soy Higurashi Kagome
    —Ah, ya veo —le dijo Kagura antes de mirar a Sesshoumaru— ¿Qué pasó Ai? ¿No estabas con una “Houko Rin”? ¿Es que acaso “te sientes solo” todas las semanas? —remató sarcásticamente, mirando a la curiosa pareja.
    Kagome no comprendía, ella lo había llamado Ai ¿Acaso él era Akaitsukino Ai después de todo? ¿Era la misma persona a la que había insultado varias veces? ¿Él lo sabía y la había soportado? Y, peor aún ¿La estaba utilizando? Es que ella sabía que Ai estaba con Rin, o por lo menos estaba pensando en ella.
    Miró a la mesa de Inuyasha y Rin, pensó en cómo debía estar sintiéndose Rin y se vio a sí misma como un gusano. Quizás se había equivocado… e Inuyasha dónde tenía el cerebro, ¿Así que era hermano de Ai? ¿Ai se habría molestado con su hermano o quizás con Rin? ¿Por qué la había engañado y utilizado así? ¿Y qué significaba eso de sentirse solo todas las semanas?, su cabeza era un desastre de emociones revueltas ¿Cómo debía sentirse Inuyasha? ¿Acaso estaba con Rin por celos o realmente jugaba con las dos? ¿Lo hacía por odio a su hermano? ¿O estaría engañando a Rin también? ¡Kami! Todo se hacía más complicado
    Miró a Kagura
    —Sí —dijo la elegante mujer—fui su novia antes que tú, y antes que Rin, pobre de ella
    Kagome miraba al recién descubierto Ai y a Kagura ¿Qué había pasado allí? ¿De qué no se había enterado aún?
    —No me dijiste eso, no me dijiste que lo conocías, mucho menos que era tu novio… —dijo Kohaku, a quien ninguno había visto, luego miró a Ai— ¿realmente eres Ai? —no podía soportar saber lo que le había hecho a Rin, pero ella estaba ahora con Inuyasha ¿Qué era lo que desconocía de su amiga? ¿Un lado oscuro que se regalaba así?
    —Me llamo Sesshoumaru Taisho ¿Y tú quién eres? —dijo él incapaz de esconder su melestar al verlo con Kagura
    —Soy Kohaku Shihaku
    —Espero que no te importe que te llame Ko-haku —contestó Ai, queriendo fingir una amabilidad inexistente
    Kohaku se sintió extrañado ¿Por qué lo trataba así el “desconocido”? ¿Acaso era porque acompañaba a Kagura? Eso era imposible, sintió un extraño malestar
    —Está bien, Sesshou maru-sama —contestó con una sonrisa forzada. Kagome miraba extrañada la escena, incapaz de creerse que Kohaku estuviera con una mujer así, sin terminar de entender porqué esos dos se agredían así, intentando reunir las piezas de rompecabezas que le ayudaran a descubrir qué hacía en un club en Ginza, de la mano de un escritor, sintiendo celos por un ruidoso estudiante de primer año y queriendo reivindicar a su amiga Rin
    —Todos vamos a calmarnos —dijo sonriendo nerviosamente, mientras tomaba por el brazo a Sesshoumaru, intentando llevárselo lejos de ahí.
    —Descuida, nadie está alterado —murmuró entre dientes el muchacho
    Cuando se iban, Kagura y Kohaku se miraron
    —Qué sujeto más desagradable —comentó Kohaku, y Kagura fingió no oir.
    Inuyasha y Rin bebían un poco, mientras no podían evitar ver a la pareja dispareja que querían separar
    —¿Y ahora qué hacemos? —preguntó Inuyasha suspirando pesadamente
    Rin tomó un sorbo de su bebida.
    —No lo sé, tú eres el genio, tú nos trajiste aquí, así que ahora nos vas a sacar.
    —Oye, tú aceptaste esto —le reclamó Inuyasha
    —Está bien, pero no pienso quedarme aquí, por lo menos mientras dure el juego —tomó aire— porque podrías ir con Kagome, decirle que NO estás conmigo y todo lo que sientes por ella y ya
    —De acuerdo. Primero ve tú a hablarle a Sesshoumaru
    —¡Inuyasha!, eres un atrevido
    —Oye, tú lo propusiste, entonces más te vale sobrellevarlo.
    Rin suspiró y se levantó de la silla
    —¿A dónde vas? —preguntó Inuyasha, sorprendido de la extraña actitud de su amiga
    —Iré al baño un momento, regresaré en seguida
    Fue bufando hasta el baño, cansada de oir las palabras de Inuyasha y de ver a su amiga con Ai y, de vez en cuando, lo que Inuyasha no había notado, a Kohaku con esa mujer, la novia… la exnovia de Sesshoumaru. Tocó a la puerta y nadie contestó, entonces entró, pero allí había un muchacho
    —Ah, hola —dijo él distraídamente— no me di cuenta de que había alguien esperando, lo siento ¿Cómo te llamas?
    Rin lo miró de reojo y con sorpresa. Era alto, de piel clara, cabellos y ojos negros, bastante apuesto y algo distraído. Lo hizo a un lado, se arregló el cabello y volvió a salir como alma que lleva el diablo.
    Cuando Inuyasha la vio llegar así, atinó a preguntar
    —¿Qué te pasó?
    —N-no, nada —dijo ella, nerviosa.
    Él noo le creyó, pero ya no insistió
    —Bueno, ¿te gustaría ir a bailar?
    —Sí, está bien —contestó ella, muy animada, aceptando la delicada mano de Inuyasha— ojalá sus manos sean así también —pensó inconscientemente
    Bailaron uno, dos temas…
    Sesshoumaru no tardó mucho en darse cuenta de que estaba a propósito a pocos pasos de él. “Inuyasha, me estás hartando”, pensó, mientras veía cómo Rin le sonreía a su hermano ¡ni que decir cuando vio a Kagura con “su cita”! Miró a Kagome. Ella lo miraba fijamente, sin quitarle los ojos de encima. Presionado por lo que sentía, soltó la mano de Kagome, la tomó por los hombros y la besó. Kagome no comprendía qué pasaba, se quedó paralizada, con los ojos muy abiertos sintiendo los fríos y suaves labios de Sesshoumaru, era como en sus libros, era peor que en sus libros, su fuerza era asombrosa, casi se desmayó.
    A Kagura se le cortó el aire cuando vio eso.
    Inuyasha ya no soportó ni un segundo más, corrió hacia Sesshoumaru y lo echó al suelo de un golpe
    Te lo mereces por tonto —pensó Kagura
    —Ahora sí te mato —lo amenazó Inuyasha. A ninguna de las tres mujeres les gustó la amenaza, Kagome se cubría los labios, intentando quitarse la sensación del beso; su mano le temblaba
    —¿Qué haces? —preguntó Sesshoumaru, levantándose del suelo
    —Lo mismo digo, ya deja a Kagome
    —¿Qué? —pronunciaron Kagome y Sesshoumaru a la vez, ambos muy sorprendidos
    —Kagome, este idiota te está utilizando, así como hizo a un lado a su novia, no puede sentir nada por ti
    —Inuyasha, tú…
    —Más te vale cerrar la boca —le gritó Sesshoumaru
    —Pedazo de idiota, ahora vas a ver —Inuyasha iba a tirársele encima, cuando Kagura y Rin se interpusieron.
    —¡No Inuyasha!! —le advirtió Rin
    —Ya basta —le dijo Kagura, sujetándolo de un brazo
    —Tú no te metas —le dijo Inuyasha y la hizo a un lado con tanta fuerza que la arrojó al suelo
    Todo el mundo volteó a ver la pelea, se hizo un extraño silencio
    —A ella no la toques —le dijo Sesshoumaru y lo tiró al suelo de un puñetazo, Kagome y Rin quisieron pararlo
    —No peleen
    —¡Tú, maldito! —le gritó Kagura
    Inuyasha se quitó de encima a las otras dos mujeres e iba a pegarle a Sesshoumaru, cuando Kohaku lo empujó desde el otro lado
    —¿Y tú qué te metes? —le gritó enfadado desde el suelo
    —Eso es por molestar a Kagura —contestó Kohaku
    —Ella empezó —se quejó Inuyasha
    —¿Cómo te atreves? —se defendió ella
    —Quien empezó todo… fuiste tú —le gritó Kohaku a Sesshoumaru, e intentó golpearlo, pero él lo tiró de3 cara al suelo
    —¿Eso es todo lo que tienes? —le gritó Sesshoumaru, enfadado, y lo pateó una, dos veces
    —¡Déjalo, no es su culpa! —le dijo Kagura intentando detenerlo— es mi culpa
    Inuyasha lo golpeó por detrás y ambos, Sesshoumaru y Kagura, cayeron al suelo. Kohaku se levantó del suelo con dificultad e iba a golpearlo.
    Se armó una gran revuelta, el dueño llamó seguridad y sacaron a los seis fuera del local del club.
    ————————————————————————————————————--
    Tomó aire y se dedicó a estudiarlo cuidadosamente
    —¿Qué crees que estás haciendo? —le gritó a su hermano mayor— más te vale que dejes a Kagome, ella no es un juguete
    —¿Y tú lo dices? —contestó Sesshoumaru sarcásticamente.
    —Tú empezaste esto por estar con Rin —le gritó Kagome, exasperada. Rin se cubrió la boca
    —Para empezar —enfatizó Inuyasha—, yo nunca estuve con Rin —Kagome y Sesshoumaru se quedaron helados— tú fuiste la que hablaste por teléfono con él
    Kagome miró a Sesshoumaru
    —¡Yo ni siquiera sabía que era Ai! —Se quejó ella. Todos se sorprendieron al escuchar eso y miraron a Sesshoumaru— ¡Él lo negó cuando se lo pregunté!
    —Eres un gusano —le dijo Inuyasha— cómo te atreves a engañarla así
    —No estoy interesado en Kagome —dijo fríamente. Kagome se extrañó por ese repentino rechazo—, ni siquiera para una noche, como te lo estás imaginando.
    Inuyasha miró a su hermano, luego a Kagome, luego a Rin
    —Parece que tenías razón
    —Tú eras el de la razón, pero mira lo que causaste
    —Yo no empecé, deja de defender al idiota de mi hermano
    — ¿Qué me dijiste? —dijo Sesshoumaru, enfadado
    —No hagas caso, no me interesa otra pelea —dijo Rin, extendiendo inconscientemente una mano hacia Ai
    —Ai, esto es estúpido —le dijo Kagura— tú empezaste esto…. —todos la miraron— desde el momento en que te fijaste en Rin —la aludida se congeló— ¿No me lo hiciste ver así?
    —¿Te molestaste conmigo? —preguntó Sesshoumaru, incrédulo
    —¿Cómo no quieres que me moleste si no dejas que te veamos como realmente eres?
    —Eso no les interesa
    —Por supuesto que sí, tu falta ocasiona confusión ¿Qué más pruebas quieres que lo que acaba de ocurrir hace unos momentos?
    Sesshoumaru miró en otra dirección, luego miró a Kagura, ella le mantenía la vista fija. Miró a Rin
    —Gomenasai
    —Iie (no) —contestó ella, intentando esconder el rostro, pues se había sonrojado más de la cuenta
    Sesshoumaru miró a Kohaku
    —Perdona por el insulto
    —Igualmente —contestó el jovencito— y perdona por el golpe, aunque te lo merecías
    —Mi parte fue la peor
    —No —interrumpió Inuyasha—, yo actué como el más idiota. Perdona Kohaku, por el golpe, y perdona, Kagura.
    —Intenta no perder el control otra vez —le reprendió ella
    —Creo que te debo una disculpa, Inuyasha —dijo Kagome muy apenada, con la vista en el suelo— no fue culpa de Ai, fue mi culpa, estaba demasiado celosa —miró a Sesshoumaru— perdona, Ai, no quería meterte 4en todo este problema, fui una tonta, y perdona todas las veces que te insulté
    —Réstale importancia —le dijo él, sin prestar demasiada atención.
    —Gomenasai, Kagome-san —dijo Kagura y Kagome la miró—. Te malinterpreté a ti y a Ai, no debí haberlos molestado —luego, miró a Rin— lo siento, Houko-san, no tenía idea de que eras tú.
    —No importa —dijo Rin amablemente, sin entender la disculpa.
    —Disculpa por la mala noche que te causaron —le dijo Rin a Kohaku
    —He estado teniendo malas noches, de todos modos no era tu culpa —dijo él—, ni de ninguno de los presentes, he estado algo idiota
    —No es verdad —dijo Inuyasha, intentando animarlo.
    —Bueno, creo que es hora de irnos —dijo Ai, tranquilamente. Todos lo miraron y por primera vez en la noche estuvieron de acuerdo en algo. Se miraron entre sí.
    Sin intercambiar palabras, Kagome tomó la mano de Inuyasha y se fue con él hasta el lugar donde había dejado estacionado el coche de su padre. Kagura pidió un taxi que Kohaku pagó, y Sesshoumaru y Rin se quedaron parados junto a las puertas del club…
    ________________________________________________________________________
    ¡Por fin! Eso deben estar diciendo mis lectoras en este mismo instante, así es, quité la molestia, eso no significa que no volverán a pelearse. Al parecer, tenían que tirarse todo en la cara para poder comprender que estaban viendo fantasmas en donde no había. Se disculparon como corresponde y se fueron con la persona a la que tanto anhelaban…
    Quizás fue un poco fuerte lo del beso, pero necesitaba esa pelea.
    Las mujeres tienen cerebro, fueron las primeras en parar el pleito. Buena, Kagura.
    Inuyasha y Rin comprobaron su teoría, eso debió haberles aliviado la tensión. Y, hablando de Rin ¿Quién será el desconocido del baño? Pobre chica.
    Finalmente la pareja está unida, es un buen momento para comenzar el cuento.

    Y van unas aclaraciones…

    Avenida Chuo: La principal calle del distrito de Ginza
    El distrito de Ginza: conocido centro de locales de diversión en Tokio
    Chiba: el lugar de nacimiento de Rin. Ella vivía en el distrito de Inzai (Mirar informe que aparece en el capítulo 3)
    La Radio Sunday: es la estación de radio que transmite música lenta, la que escucha Sessh cuando se sienta a escribir sus libros. Él compone canciones para esa empresa, por eso todos escuchan esa radio.
    “Espero que no te importe que te llame Ko-haku”: un fuerte insulto. Kohaku significa “ambar”, mientras que Ko Haku significa “de espíritu pequeño”. Kohaku no entiende por qué lo agreden de esa forma.
    “Está bien, Sesshou maru sama: otro insulto. Kohaku se refiere a la leyenda del príncipe Sesshoumaru. Este joven príncipe enloqueció y mató a toda su familia, cuando recuperó la conciencia, ya era muy tarde, así que, en su desesperación, se suicidó. En pocas palabras, Kohaku le está diciendo loco o, mejor dicho “tarado”.
    Kagome no entiende por qué esos dos se insultan.
    “¿Es que acaso ‘te sientes solo’ todas las semanas?”: Kagura, sarcásticamente, está dándole cuenta a Sesshoumaru de su declaración en el momento en que rompieron su relación. Esto sería: “¿Todas las semanas te quitas un peso de encima para buscarte una nueva novia descartable?”, como para decirle “Te estuviste burlando de mí”
    El baño en japón es unisex, tanto para hombre como para mujer, por eso hay un hombre cuando Rin entra
     
  7.  
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    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
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    42
     
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Capítulo 12

    Levantó la vista hacia el cielo y dio un profundo suspiro mientras se metía al taxi
    —¿Qué te sucede? —le preguntó ella, algo cansada de tanto pleito
    —Nada, es que con la paga de este taxi ya me quedé sin dinero —le mró—, mi hermana no volverá a darme dinero
    —Yo actuaría igual si mi hermano se hubiera escapado de casa de esa forma —lo regañó ella— y sin avisar nada
    Él estaba un poco cansado, más que una cita, parecía una madre, o su propia hermana. No sabía si eso lo hacía sentir muy a gusto, él no había tenido madre, bueno, quizás la había tenido en algún momento, pero ella murió poco después de que él naciera, su padre trabajaba en otro lugar y ellos habían sido enviados a estudiar en Tokio, y dejados en medio de la calle cual dos paquetes de encomienda. Era natural que a veces peleara con su hermana, pero era la primera vez que había hecho algo como escaparse. Había pasado una semana desde eso, pero su hermana aún lo resentía. Miró a Kagura:
    —Creo que tienes razón. Fui un tonto.
    Ambos miraron por el cristal de la ventanilla, unas nubes empezaban a cubrir las casi invisibles estrellas
    —¿Por qué tiene que llover cada vez que regreso de verte?
    —El cielo se pone a llorar, esto no está del todo bien —dijo ella, y no volvieron a hablar en todo el camino…
    ———————————————————————————————————--

    —Anda, sube —le dijo abriendo la puerta y pasándole su abrigo
    —Es muy grande para mí —respondió ella, subiendo con el abrigo en la mano
    —Disculpa que no pueda darte otra cosa, pero el frío comienza a sentirse —miró al cielo— va a llover de nuevo.
    —¿Por qué siempre llueve cada vez que nos vemos? —preguntó ella consternada
    —La vida es extraña y llena de misterios sin explicaciones —dijo antes de dar la vuelta y sentarse en el asiento de conductor, mientras veía unas pequeñas y finas gotitas que comenzaban a resbalar por el espejo.
    —Aunque a veces es necesario dar explicaciones —retrucó ella
    —La princesa tiene razón —dijo él, sarcásticamente—. Cuando un espejo está empañado, no ves el reflejo, cuando la imagen está borrosa, no puedes ver lo que hay detrás, cuando está nublado como ahora, no ves las estrellas, en todos los casos, hay algo que te cubre la vista real.
    Ella lo miró haciendo un corto silencio
    —Y cuando Ai se pone una de sus máscaras no se puede saber quién eres tú, Sesshoumaru
    —Disculpa mi falta de valor
    —No creo que sea algo que pueda disculparse —se quejó ella, mientras veía gotas de llovizna y rogaba que no lloviera.
    —Es cierto que pongo algo delante para que no me vean, pero estoy tratando…
    —Estás tratando de esconderte
    —Estoy tratando de protegerme
    —Pero de todos modos te escondes, así nadie jamás sabrá quien eres, y un día tú mismo no podrás saber quién eres.
    —Si nadie sabe quién soy, no correré peligro
    —De todas formas te pones en peligro, porque te verán como un “mil caras”, jamás confiarán en ti y te quedarás solo
    —Ya estoy solo ¡He estado solo toda mi vida! ¿Crees que me importa, Houko-san?
    —Sólo harás que las cosas empeoren, tus mismas máscaras hacen que tu propia vista se nuble ¿por eso haces tonterías? —dijo ella pensando en lo que pasó durante dos semanas, ese infierno de incertidumbres y peleas…
    —No son mis máscaras lo que nublan mi vista —respondió él en voz baja
    Ella se extrañó con la respuesta y volteó a mirarlo
    —¿Entonces, qué es?
    Él la miró por décimas de segundo y volvió la vista al frente, volteó en una esquina y detuvo el coche. Bajó las manos del volante y la miró fijamente
    —¿Por qué te detienes? —preguntó ella con el corazón en un puño, lo que decía de él era cierto, tenía tantas máscaras que no podía saber quién era realmente y eso le daba miedo. Se regañaba a sí misma por no haberse dado cuenta antes de subir al coche. Era el momento de bajar.
    —Porque no puedo ver claramente —dijo él sin un poco de sarcasmo. Nunca lo había visto tan serio
    —¿Por qué no puedes ver claramente? —preguntó ella sudando frío
    —Porque desde hace tiempo algo me nubla la vista —dijo dándole la razón, mientras miraba por el parabrisas antes de volver a fijar la vista en ella
    —¿Y qué es?
    —Tú.
    Ella se quedó congelada, boquiabierta, sin saber qué decir. Recordó las palabras de Kagura, recordó las palabras de Inuyasha, recordó palabras a las que ni siquiera había prestado atención
    —¿Por qué no puedes ver claramente?
    —Tú

    No podía creer lo que ía, quería negar eso y salir corriendo, quería negar incluso los extraños sentimientos que estaba sintiendo hacia ese “Ai” que nunca mostraba quién era realmente. Nada le garantizaría que fuera cierto.
    —¿Por qué no puedes ver claramente?
    —Tú
    Abrió la puerta y se dispuso a salir. Él no parecía sorprendido por su reacción, ni siquiera parecía inmutarle.
    Se cruzó sobre ella y le cerró la puerta antes de que alcanzara a salir. Rin jamás la había tenido TAN cerca y eso la puso demasiado nerviosa, su mano cayó a un lado y se le quedó mirando, intentar empujarlo no serviría. Si hubiera sabido que no podría salir, jamás hubiera entrado
    —¿Te vas por lo que te dije? —preguntó él, con la misma actitud seria
    —No sé lo que dices, no sabes lo que dices —quiso empujarlo para salir, pero no lo consiguió.
    —Sé lo que digo, y sé que lo entiendes.
    —No, no es verdad —dijo quitándose el brazo del muchacho de encima— y me voy, deja la puerta.
    —No lo haré
    —Déjame salir —le exigió como la primera vez que se habían visto, no estaba preparada para oír semejante cosa ¡no quería seguir oyendo! ¿Por qué le temía?
    —No te dejaré salir. No hasta que me oigas
    —No hay nada que deba oir
    —No pienso lo mismo
    —O me dejas salir…
    Él la miró sorprendido
    —… o gritaré
    —No te atreverías
    —¿Ah no? —y dicho eso, gritó a todo pulmón
    Él, sorprendido, le cubrió la boca, casi hasta asfixiarla.
    —Yo te enseñaré a gritar —le dijo enojado y corrió el coche a toda velocidad.
    Rin estaba con los ojos cerrados y con el corazón en un puño, al pasar siete calles, el estómago le dio un vuelco, estaba completamente mareada, ni siquiera tenía fuerzas para volver a gritar, estaba muy pálida. Estaba segura de que era su fin. Al pasar veinte calles, estaba rogando por su vida.
    El coche se detuvo de golpe y el estómago le dio otro vuelco. Durante los veinte minutos que se mantuvo con los ojos cerrados, sólo escuchó la voz del hombre que tenía al lado, mientras la lluvia comenzaba a aumentar en fuerza. No entendía cómo él podía estar tranquilo corriendo a esa velocidad.
    —Sé que no quieres escucharme porque crees que estoy mintiendo, eres la única razón que tengo para no usar una máscara. Eres una pequeña ingenua con mentalidad inocente, sin deseos de mentir. Entonces ¿por qué yo mentiría?
    »Lo peor que podría hacer es llevarte ahora mismo al borde de un precipicio como me han hecho a mí más de una vez, entonces aprenderías a defenderte de la misma manera en que yo lo estoy haciendo, no puedes juzgarme por eso. No te permito juzgarme porque no puedes ver lo que soy realmente, no puedes juzgarme por algo que no soy. Ahora, quiero ofrecerte una oportunidad que a nadie le he dado, saber qué hay detrás de mis máscaras.
    »¿Aceptas el reto, Rin-chan? ¿Oír lo que tengo que decir? Se rompió el equilibrio que nunca tuve. No hay suelo bajo mis pies, no veo claro, ya no veo ni oigo nada, las palabras no me salen en ningún idioma… y tú eres la causa —paró el coche—. Me enamoré de ti.
    Rin-chan no podía creer lo que estaba oyendo, era tan bueno, era tan malo.
    —Y si no veo claro y hago estupideces, es porque me enamoré de ti… y dejé de ver lo que había alrededor
    Ella estaba muda, trataba de acomodar sus ideas, de discernir lo que le estaba diciendo ¡No parecía cierto! ¡Dios, era Ai! Trataba de quitarse el susto provocado por el ajetreado viaje y la inminente declaración. Abrió lentamente los ojos, estaba lloviendo desde hace un buen rato.
    —¿Cómo conduces tan tranquilo a esa velocidad?
    Él la miró extrañado
    —¿Nunca te conté que hace unos años era aficionado a las carreras de Fórmula uno?
    —Dios, puedes matar a alguien
    —Todavía no me han arrestado —Un policía de tránsito los había seguido. Él bajó el vidrio y, antes de que el policía dijera nada, le dio ochocientos yenes en limpio. El hombre se quedó boquiabierto con el dinero en la mano y se fue sin decir nada— Y, créeme, no van a arrestarme.
    Sesshoumaru condujo MUY lentamente una calle hacia delante
    —¿En donde estamos? —preguntó ella, desconcertada
    —En casa
    —No es mi cuadra —dijo ella
    Él la miró con curiosidad
    —No. Es mi casa.
    —¿Tu casa? ¿Y qué hago yo aquí? —la lluvia y un trueno le respondieron: esa noche no podría ir a casa, tendría que quedarse con Ai…
     
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Capítulo 12

    Levantó la vista hacia el cielo y dio un profundo suspiro mientras se metía al taxi
    —¿Qué te sucede? —le preguntó ella, algo cansada de tanto pleito
    —Nada, es que con la paga de este taxi ya me quedé sin dinero —le mró—, mi hermana no volverá a darme dinero
    —Yo actuaría igual si mi hermano se hubiera escapado de casa de esa forma —lo regañó ella— y sin avisar nada
    Él estaba un poco cansado, más que una cita, parecía una madre, o su propia hermana. No sabía si eso lo hacía sentir muy a gusto, él no había tenido madre, bueno, quizás la había tenido en algún momento, pero ella murió poco después de que él naciera, su padre trabajaba en otro lugar y ellos habían sido enviados a estudiar en Tokio, y dejados en medio de la calle cual dos paquetes de encomienda. Era natural que a veces peleara con su hermana, pero era la primera vez que había hecho algo como escaparse. Había pasado una semana desde eso, pero su hermana aún lo resentía. Miró a Kagura:
    —Creo que tienes razón. Fui un tonto.
    Ambos miraron por el cristal de la ventanilla, unas nubes empezaban a cubrir las casi invisibles estrellas
    —¿Por qué tiene que llover cada vez que regreso de verte?
    —El cielo se pone a llorar, esto no está del todo bien —dijo ella, y no volvieron a hablar en todo el camino…
    ———————————————————————————————————--

    —Anda, sube —le dijo abriendo la puerta y pasándole su abrigo
    —Es muy grande para mí —respondió ella, subiendo con el abrigo en la mano
    —Disculpa que no pueda darte otra cosa, pero el frío comienza a sentirse —miró al cielo— va a llover de nuevo.
    —¿Por qué siempre llueve cada vez que nos vemos? —preguntó ella consternada
    —La vida es extraña y llena de misterios sin explicaciones —dijo antes de dar la vuelta y sentarse en el asiento de conductor, mientras veía unas pequeñas y finas gotitas que comenzaban a resbalar por el espejo.
    —Aunque a veces es necesario dar explicaciones —retrucó ella
    —La princesa tiene razón —dijo él, sarcásticamente—. Cuando un espejo está empañado, no ves el reflejo, cuando la imagen está borrosa, no puedes ver lo que hay detrás, cuando está nublado como ahora, no ves las estrellas, en todos los casos, hay algo que te cubre la vista real.
    Ella lo miró haciendo un corto silencio
    —Y cuando Ai se pone una de sus máscaras no se puede saber quién eres tú, Sesshoumaru
    —Disculpa mi falta de valor
    —No creo que sea algo que pueda disculparse —se quejó ella, mientras veía gotas de llovizna y rogaba que no lloviera.
    —Es cierto que pongo algo delante para que no me vean, pero estoy tratando…
    —Estás tratando de esconderte
    —Estoy tratando de protegerme
    —Pero de todos modos te escondes, así nadie jamás sabrá quien eres, y un día tú mismo no podrás saber quién eres.
    —Si nadie sabe quién soy, no correré peligro
    —De todas formas te pones en peligro, porque te verán como un “mil caras”, jamás confiarán en ti y te quedarás solo
    —Ya estoy solo ¡He estado solo toda mi vida! ¿Crees que me importa, Houko-san?
    —Sólo harás que las cosas empeoren, tus mismas máscaras hacen que tu propia vista se nuble ¿por eso haces tonterías? —dijo ella pensando en lo que pasó durante dos semanas, ese infierno de incertidumbres y peleas…
    —No son mis máscaras lo que nublan mi vista —respondió él en voz baja
    Ella se extrañó con la respuesta y volteó a mirarlo
    —¿Entonces, qué es?
    Él la miró por décimas de segundo y volvió la vista al frente, volteó en una esquina y detuvo el coche. Bajó las manos del volante y la miró fijamente
    —¿Por qué te detienes? —preguntó ella con el corazón en un puño, lo que decía de él era cierto, tenía tantas máscaras que no podía saber quién era realmente y eso le daba miedo. Se regañaba a sí misma por no haberse dado cuenta antes de subir al coche. Era el momento de bajar.
    —Porque no puedo ver claramente —dijo él sin un poco de sarcasmo. Nunca lo había visto tan serio
    —¿Por qué no puedes ver claramente? —preguntó ella sudando frío
    —Porque desde hace tiempo algo me nubla la vista —dijo dándole la razón, mientras miraba por el parabrisas antes de volver a fijar la vista en ella
    —¿Y qué es?
    —Tú.
    Ella se quedó congelada, boquiabierta, sin saber qué decir. Recordó las palabras de Kagura, recordó las palabras de Inuyasha, recordó palabras a las que ni siquiera había prestado atención
    —¿Por qué no puedes ver claramente?
    —Tú

    No podía creer lo que ía, quería negar eso y salir corriendo, quería negar incluso los extraños sentimientos que estaba sintiendo hacia ese “Ai” que nunca mostraba quién era realmente. Nada le garantizaría que fuera cierto.
    —¿Por qué no puedes ver claramente?
    —Tú
    Abrió la puerta y se dispuso a salir. Él no parecía sorprendido por su reacción, ni siquiera parecía inmutarle.
    Se cruzó sobre ella y le cerró la puerta antes de que alcanzara a salir. Rin jamás la había tenido TAN cerca y eso la puso demasiado nerviosa, su mano cayó a un lado y se le quedó mirando, intentar empujarlo no serviría. Si hubiera sabido que no podría salir, jamás hubiera entrado
    —¿Te vas por lo que te dije? —preguntó él, con la misma actitud seria
    —No sé lo que dices, no sabes lo que dices —quiso empujarlo para salir, pero no lo consiguió.
    —Sé lo que digo, y sé que lo entiendes.
    —No, no es verdad —dijo quitándose el brazo del muchacho de encima— y me voy, deja la puerta.
    —No lo haré
    —Déjame salir —le exigió como la primera vez que se habían visto, no estaba preparada para oír semejante cosa ¡no quería seguir oyendo! ¿Por qué le temía?
    —No te dejaré salir. No hasta que me oigas
    —No hay nada que deba oir
    —No pienso lo mismo
    —O me dejas salir…
    Él la miró sorprendido
    —… o gritaré
    —No te atreverías
    —¿Ah no? —y dicho eso, gritó a todo pulmón
    Él, sorprendido, le cubrió la boca, casi hasta asfixiarla.
    —Yo te enseñaré a gritar —le dijo enojado y corrió el coche a toda velocidad.
    Rin estaba con los ojos cerrados y con el corazón en un puño, al pasar siete calles, el estómago le dio un vuelco, estaba completamente mareada, ni siquiera tenía fuerzas para volver a gritar, estaba muy pálida. Estaba segura de que era su fin. Al pasar veinte calles, estaba rogando por su vida.
    El coche se detuvo de golpe y el estómago le dio otro vuelco. Durante los veinte minutos que se mantuvo con los ojos cerrados, sólo escuchó la voz del hombre que tenía al lado, mientras la lluvia comenzaba a aumentar en fuerza. No entendía cómo él podía estar tranquilo corriendo a esa velocidad.
    —Sé que no quieres escucharme porque crees que estoy mintiendo, eres la única razón que tengo para no usar una máscara. Eres una pequeña ingenua con mentalidad inocente, sin deseos de mentir. Entonces ¿por qué yo mentiría?
    »Lo peor que podría hacer es llevarte ahora mismo al borde de un precipicio como me han hecho a mí más de una vez, entonces aprenderías a defenderte de la misma manera en que yo lo estoy haciendo, no puedes juzgarme por eso. No te permito juzgarme porque no puedes ver lo que soy realmente, no puedes juzgarme por algo que no soy. Ahora, quiero ofrecerte una oportunidad que a nadie le he dado, saber qué hay detrás de mis máscaras.
    »¿Aceptas el reto, Rin-chan? ¿Oír lo que tengo que decir? Se rompió el equilibrio que nunca tuve. No hay suelo bajo mis pies, no veo claro, ya no veo ni oigo nada, las palabras no me salen en ningún idioma… y tú eres la causa —paró el coche—. Me enamoré de ti.
    Rin-chan no podía creer lo que estaba oyendo, era tan bueno, era tan malo.
    —Y si no veo claro y hago estupideces, es porque me enamoré de ti… y dejé de ver lo que había alrededor
    Ella estaba muda, trataba de acomodar sus ideas, de discernir lo que le estaba diciendo ¡No parecía cierto! ¡Dios, era Ai! Trataba de quitarse el susto provocado por el ajetreado viaje y la inminente declaración. Abrió lentamente los ojos, estaba lloviendo desde hace un buen rato.
    —¿Cómo conduces tan tranquilo a esa velocidad?
    Él la miró extrañado
    —¿Nunca te conté que hace unos años era aficionado a las carreras de Fórmula uno?
    —Dios, puedes matar a alguien
    —Todavía no me han arrestado —Un policía de tránsito los había seguido. Él bajó el vidrio y, antes de que el policía dijera nada, le dio ochocientos yenes en limpio. El hombre se quedó boquiabierto con el dinero en la mano y se fue sin decir nada— Y, créeme, no van a arrestarme.
    Sesshoumaru condujo MUY lentamente una calle hacia delante
    —¿En donde estamos? —preguntó ella, desconcertada
    —En casa
    —No es mi cuadra —dijo ella
    Él la miró con curiosidad
    —No. Es mi casa.
    —¿Tu casa? ¿Y qué hago yo aquí? —la lluvia y un trueno le respondieron: esa noche no podría ir a casa, tendría que quedarse con Ai…
     
  9.  
    noriko yikue

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    Virgo
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    aloha!!
    rayos no me habia pasado por aqui en varios dias pero ya que lei los dos capitulos !demonios me estuve riendo un buen rato!
    q bien q ya todos arreglaron sus diferencias y se me hace un poco ruda la forma de declararsele a rin, pero quiemn lo culpa ews sesshomaru. bueno gran trabajo esperare los siguientes capitulos con ancias
    bye
     
  10.  
    Rei sama

    Rei sama Entusiasta

    Leo
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola!!!
    Gracias por aceptarme en tu fic.
    Definitibamente me he enamorado del fic
    No lo puedo creer, esta loco madre mia! que vestia no habia otra forma de decirlo,Sesshomaru es asi.
    Continua porfavor
    me podrias decir una cosa, ¿cuando termines este fic vas ha hacer otro de SesshxRin? esq si es asi yo lo seguiria encantada, me fascinan tus fics eres muy buena.
    Adios!!
     
  11.  
    frambuesitha

    frambuesitha Entusiasta

    Piscis
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    es genial...quede embobada con tu historia.Me encantaría alargar mi comentario,pero como ya te lo dije,estoy embobada.Tu fic es tan bueno que no se puede describir con palabras
     
  12.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

    Cáncer
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    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Estoy llevando un problema "medianamente grave"... así que sabrán disculpar si los siguientes capítulos son un poco traumáticos
    Supongo que todos los que están aquí sabrán que como todo arte, la literatura es subjetiva y tiende a expresar las emociones o estados del autor, así que me dedicaré a asesinar personajes (no me estoy refiriendo a matarlos en la historia).
    Espero sigan leyendo y no me abandonen cuando las cosas se pongan duras.

    Los motivos:
    Problemas familiares
    Nervios post- y pre-examen
    enfermedades psicosomáticas
    Y no quiero angustiarlos más.

    Hasta el capítulo 13
     
  13.  
    Izayoimywill

    Izayoimywill Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¡Hola! (jaja se me olvido postear el capítulo anterior) *verguenza*

    Así que… como tenía listo mi post para el capítulo anterior igual lo pongo.
    Cap. 11
    Lo único que puedo decir… estoy sorprendida con este capítulo.
    Principalmente por… ¡¡¡EL BESO DE SESSHOUMARU Y KAGOME!!!
    Pero por qué… yo esperaba el OTRO beso.
    Wow una pelea, media pelea… estuvo buena la pelea, la pelea sirvió mucho… para que se aclararan las cosas entre todos (Por fin!!! Ya estaba mareada con tanto enredo)
    Cap. 12
    Para resumir… me gusto el capítulo, me encanto esa declaración de Sesshoumaru… y mi mayor duda que supongo se responderá en el próximo capítulo… ¿qué ira a pasar en la casa de Sesshoumaru? Mmm… que pasará… jajaja… ¿mmm?
    No me queda más que esperar el próximo capítulo.

    Adiós

    Jamás lo haría.

    Ah! Se me olvidaba otra cosa.
    Quiero respuestas (cap. 11) ¿quién era el chico que estaba en el baño? Eh… eh… ¿eh? O por lo menos ¿volverá a aparecer?

    PD (sobre el capítulo 11): “ermano” se te escapo la “H” y me hiciste recordar esa misma palabra pero con “a” al final que estaba en lo que yo escribí sobre mi hermano… el odioso de mi hermano.
     
  14.  
    inukag4ever

    inukag4ever Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Holiis me ah gustado mucho la contii...
    Al fin sesshy se le declaro...
    Espero q la continues pronto ya kiro saber q pasa...
    Bye!!
     
  15.  
    frambuesitha

    frambuesitha Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    oohoh que buenoootu fic ,es un enredo gigante en el que se han metido todos por dios!,ojala todo se arreglegle y todo quede bien.:) espero el bes con ansias!
     
  16.  
    Rei sama

    Rei sama Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola
    yo voy a seguir leyendo no te preocupes.
    Cuando puedas continuar continua, no me corre prisa, soluciona esos problemas y tranquila.
    Adios.
     
  17.  
    Jillian

    Jillian Guest

    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola! soy nueva por aquí y pasaba para decirte que me encanta tu fic ^^
    Sesshomaru se le declaró a Rin? Si!!
    Y espero que no te angusties demasiado Lubecita, esas cosas nos pasan a todos .-.
    Yo esperaré a ver qué pasa después, estaré preparada para lo que suceda en el próximo capítulo jeje x)
    Continúa pronto
     
  18.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

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    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    “De nuevo estoy de vuelta
    después de larga ausencia
    igual que la calandria
    que azota el vendaval…”

    Disculpen la tardanza

    Primero será una respuesta para Maka, que tan entusiasmada quedó con el capítulo once que escribió “pelea” como cuatro veces. Además me hizo preguntas.
    Pues Ai entró en su casa, veremos lo que pasa… es que no entró solo, sino llevando a Rin ¿Lo habrá hecho por descuido?
    También tengo sorpresa para todos, sí Ai (Sesshoumaru) finalmente se le declaró a Rin-chan, veremos qué hace ahora…
    Y saludo al resto, espero que sigan pasándose por aquí
    Aquí está el tan esperado…

    Capítulo 13

    Abrió la puerta del coche y permaneció mirándola, empapado bajo la lluvia, ella no parecía decidirse a bajar.
    —Vamos adentro —le dijo instándola a entrar a la casa. Ella parecía tener su mente en algún lugar lejano, donde no escuchaba voces ni había imágenes. Él lo presentía por haber estado tantas veces en un trance extraño y solitario.
    Ella no sabía cuánto tiempo habían estado dentro del coche, cuándo habían discutido, por cuánto tiempo habían corrido por la ciudad o qué había pasado después. No sabía decir cuánto tiempo había permanecido allí sentada mirándolo, su tiempo se congeló en la noche fría.
    —Yo… yo no sé qué decir
    —Puedes responderme después —le dijo él, acomodando bien su abrigo sobre sus hombros—, en la mañana.
    Rin había comenzado a temblar de nuevo. Otro trueno se hizo oír
    —Escucha…
    —Hablaremos adentro, este clima empeora.
    Ella sonrió nerviosamente
    —Tenemos que dejar de vernos —su cara se congeló— parece que esto hace llover a cántaros.
    La lluvia, como oyendo las palabras de Rin, se hizo más fuerte.
    —Eso dedúcelo bajo un techo —dijo dirigiendo sus ojos claros hacia el cielo por un momento. Luego la tomó por el brazo, obligándola a salir del coche de una vez por todas— Y disculpa las estupideces que hice, nunca volveré a hacerte algo así.
    Rin podía discutir y exigirle que la llevara a su casa, incluso con ese clima, pero con la sorpresa y el susto, ya no le quedaban fuerzas ni siquiera para oponerse.
    Sabía que la persona que tenía delante era “Ai”, nombre tan falso como sus máscaras y sus historias idealistas, las cuales no tenían lugar en el mundo real y mucho menos en la mente del verdadero, el hijo de un Rector joven, y recibido en una academia de letras, que no creía en la paradoja ni en la magia, que hacía de lado a la gente que no servía a sus propósitos y no se molestaba en sacarle provecho a los demás, el mismo que había decidido estar solo, Sesshoumaru, a quien no conocía y por quien se había obsesionado.
    Rin sabía que el problema no era entrar a la casa… sino salir. Sabía que entraba entera, con la mitad de su cerebro y el doble de nervios, pero no sabía cómo saldría después de estar con Ai. Cuando deducía eso —y que no tenía a dónde más ir en plena noche— ya había atravesado la entrada, llevada por la fuerza. Todo ese tiempo había sido arrastrada por la fuerza, desde que tuvo la desgracia y la suerte de cruzarse con él en medio de la calle, en una noche lluviosa como esa.
    Reaccionó y vio la casa en detalle, era amplia, espaciosa, ordenada. Había pocas cosas: un escritorio con una silla, muy ordenado, dos lámparas y un retrato colgado en la pared, una mesa pequeña, baja, con tres sillas. También había un pequeño estante donde descansaban unos pocos libros y un ordenador portátil. La imagen con la que comparó el lugar era como un mar basto, con unas pocas islas pequeñas dispersas por allí.
    —Siéntate —le dijo él, parado un paso detrás de ella, indicándole la mesa. Ella se sentó en una de las sillas y extendió sus manos sobre la mesa. Recordó las cenas tranquilas en la casa de sus padres. — ¿Te gusta? —preguntó él.
    —Sí, mucho.
    —Caoba de muy alta calidad, materiales importados —dijo él con un semblante serio, refiriéndose al origen de los muebles, mientras pasaba una mano sobre la lustrosa y brillante superficie de la mesa.
    —¿Alguien limpia por ti? —preguntó ella sorprendida al ver la impecable sala y los brillantes muebles.
    Él volteó a verla sin cambiar su expresión
    —No
    Ella se quedó sorprendida de saber que fuera tan ordenado
    —¿Siempre eres así de ordenado?
    —Sólo cuando la ocasión lo amerita —se dirigió a la cocina y se volvió a verla—. Esta ocasión lo amerita.
    Ella se sonrojó al entender a qué se refería. Sintió que, aunque no estuviera lloviendo, de una forma u otra, esa noche terminaría allí, sentada en la mesa de esa sala, hablando con él. No era el destino, él se había propuesto hacer eso, era lo que estaba diciéndole.
    Al regreso, él le dio una toalla para que se secara el cabello y un vaso de agua caliente.
    —¿Quieres beber algo? —le preguntó
    —Sí, está bien.
    —¿Qué quieres de beber? —volvió a preguntarle, al darse cuenta de que no había entendido la pregunta
    —¿Tienes té de menta? —preguntó ella tímidamente
    Él volvió a dirigirse hacia la cocina
    —Trabaja un té de menta ¿Con qué lo acompañarás?
    —¿Tienes pan?
    Él volteó incrédulo
    —¿Pan a esta hora?
    —Eh… sí —dijo ella algo confundida—, es lo que ceno siempre.
    —¿Me dejarías recomendarte un nutricionista? Estás estudiando, no puedes cenar así, morirás de inanición.
    —Exageras.
    —No exagero. —Tardó un buen rato en preparar el té, se lo sirvió en una delicada taza y le llevó un plato con arroz.
    Ella lo miró por un instante y acto seguido miró el plato y la taza.
    —¿Tú no vas a beber nada?
    —Quizás más tarde
    Ella no estaba acostumbrada a que se dedicaran a verla comer, menos delante de alguien que no lo hacía, le daba mucha pena. Como él seguía mirándola fijo, hizo un esfuerzo extremo, comió y bebió, hasta que la situación se volvió tan insoportable que dejó todo a un lado y lo miró.
    —No puedo comer si me estás mirando así
    —¿Quieres que me voltee?
    —No puedo comer, tu actitud me pone histérica
    Él la miró en silencio
    —Es como si estuvieras disfrutando mi cena como un espectáculo, no quiero ser la atracción de circo.
    —Lo siento si te di esa impresión. Te debo la cena por haber hecho que te sacaran del restaurante
    —Tú no hiciste eso —dijo ella en voz baja, y casi se sonrojó
    —Tienes razón, el imbécil de mi hermano lo hizo, pero ya se lo cobraré.
    —Mejor déjalo así. Si quieres mi opinión, todos cometimos una estupidez.
    Él desvió la mirada
    —Tú no
    —Ai…
    —Sesshoumaru, por favor.
    —Está bien, Sesshoumaru. Todos estábamos en un estúpido e infundamentado juego de peleas… empezando por el golpe que te dio Inuyasha
    Él se aclaró la garganta
    —Eso lo comencé yo
    Ella suspiró
    —No importa quién comenzó o no, lo que importa es que le seguimos la corriente, por suerte no pasó a mayores, Inuyasha es muy impulsivo
    Él negó con la cabeza y sonrió levemente
    —Siempre desde pequeño ha sido muy torpe, es busca pleitos
    —Me di cuenta —dijo ella con cinism— ¿Por qué no lo dijiste antes?
    —¿Por qué no lo preguntaste? Creí que lo sabías
    Ella lo miró a la cara
    —Tú quieres decirme…
    Él bajó la vista
    —Si, ya… Estaba celoso de mi hermano
    —¿Realmente creíste que estábamos juntos él y yo?
    —¿No era eso lo que querías que creyera? —preguntó él confundido
    Ella bajó la mirada por unos segundos
    —No ¿Por qué lo preguntas?
    Las miradas de ambos se cruzaron. Él se sentía un inútil, no podía creer que ella no terminara de entenderlo.
    —Por esto —se levantó de la mesa y, acercándose a ella, la besó con pasión. Rin abrió mucho los ojos, casi cayó de su silla, no se había preparado para eso. Todo su cuerpo se estremeció como si hubiera recibido una descarga eléctrica, el suelo volvió a cambiar de lugar. Apoyó sus manos en él y cerró los ojos, esperando lo que fuera. Aspiró su aroma y sintió una sensación extraña en su interior, como si algo se expandiera en forma ilimitada y se llenada de luz. Este hombre le traía claridad y extraños sentimientos. Volvió a perder la noción del tiempo y espacio. Sabía que estaba lloviendo y que, en alguna parte de Japón, un muchacho solitario y perdido había capturado por las alas a un hada de lluvia e intentaba encerrarla en la irrompible jaula de su corazón…
    Cuando tomó los labios de Rin con los suyos, ya no quiso separarse, más aún, la deseaba cerca, la abrazó con fuerza como si se tratara de un áncora, como queriendo atarse a la vida de ella. Sintió cu respiración, se grabó su sabor y su aroma, entonces supo que esa historia lo atraparía… por tiempo indefinido…

    Llovió y llovió por horas. Sentado de un lado de la mesa, él tenía abierta una libreta que recibía palabra y más palabras para rellenar un libro, del otro lado, una joven miraba una taza que iba perdiendo de a poco su fresco contenido. El silencio no era total, de vez en cuando, sonaba algún chiste o una anécdota graciosa, que terminaba en un cuento que se perdía bajo la lluvia, que sonaba a divertido y dulce al mismo tiempo, cada palabra era acompañada de risas que mojaban en la lluvia. Él no recordaba cuándo era la última vez que había reído de ese modo, hacía mucho tiempo desde que no tenía razones para reír o sentirse feliz. La presencia de Rin era una razón para sentirse feliz, la hubiera gustado que ella hubiera aparecido mucho, mucho tiempo antes. Levantaba la vista y la veía, sus ojos reflejaban dicha, era feliz de recordar eso. La moneda había cambiado de cara a cruz y ella había ganado, él había perdido y estaba saliendo del abismo a la luz. Todo, todo eso se lo agradecía.

    —Umh, mira, son las cuatro de la madrugada —comentó divertida mientras miraba un reloj
    —Pasamos la noche en vela
    —Es raro —dijo Rin, todavía en tono divertido
    —Estoy acostumbrado
    —¿Qué haces a estas horas?
    —Recuerdo los dolores de cabeza que me causas
    —Oye…
    —En momentos como este te recuerdo y no puedo dormir, entonces me siento a escribir
    —¿Siempre escribes a estas horas?
    —Sólo si la ocasión lo amerita —dijo levantando la vista—. Esta ocasión lo amerita
    Ella volvió a sonrojarse. Entrecerró los ojos y no pudo evitar que se le escapara un largo bostezo
    —Perdón —dijo escondiendo el rostro
    —No tiene importancia —dijo él y le dedicó una mirada entre sensual y tierna—, si tienes sueño, puedes dormir en mi cuarto
    —¿Lo dices en serio?
    —No tengo problemas con eso ¿Y tú?
    Ella lo pensó rápido
    —¿Y tú donde dormirás?
    Él se encogió de hombros y le regaló una pequeña sonrisa que no tardó mucho en volver a ocultarse
    —En esta casa tan grande algún rinconcito encontraré, eso no importa —dirigió la vista hacia otro lado—. Anda, ve a descansar. No tienes que seguir mi locura de horarios inciertos
    Ella rió con la broma y negó con la cabeza antes de ponerse de pie y mirarlo estática desde su sitio
    —No puedo
    —No pensarás quedarte ahí por horas. No molestas en la casa. Mi cuarto es la segunda puerta de arriba.
    Subió sin quejarse, como si algo la llevara a la fuerza, todavía temblaba y no sabía por qué. Se tomó el tiempo de oír el ruido de la lluvia golpeando el techo y cayendo por el cristal de la ventana, oyó el eco de sus pasos por las escaleras y supo que sin su presencia esa casa debía ser muy silenciosa. Desde el pasamano, miró hacia abajo y vio como él seguía escribiendo, como atrapado en la tarea, sin fijarse a su alrededor ni en ella, sus solitarios libros eran su verdadero amor, comprendió por qué no tenía tiempo para los demás. “Debes sentirte muy solo cuando estás aquí”, pensó mientras dejaba el pasamano para buscar el cuarto.
    Al entrar, miró, esperando que fuera tan ordenado como el resto de la casa. Las paredes eran blancas, las persianas cerradas, había un acondicionador de aire, en un rincón estaba un alto anaquel, coronado con diez imprescindibles libros rojos, que comenzaban con “El día eterno” y terminaban con “La historia de una canción”. Debajo, había carpetas y cuadernos de todas las formas y tamaños. Junto a la ventana había una cama baja, de estilo japonés, hecha de caoba, como la mesa de la sala, cubierta con un amplio edredón negro. En una mesa de noche, descansaban una lámpara, una botella de agua mineral y una radio con el dial de Sunday. Se le dibujó una sonrisa.
    Se sentó en la cama y allí permaneció quieta y en silencio por varios minutos. No terminaba de creerse toda esa historia que había cambiado su vida en el transcurso de un mes. Ella aún no le había respondido, pero había dejado que la abrazase y la besara. Se dejó caer de lado sobre la cama y se acurrucó, abrazándose a sí misma. A veces necesitaba protección y la voz de su conciencia le decía que la buscara en Ai. Se tocó los labios… nadie jamás la había besado, nunca antes había sentido algo tan intenso.
    “Akai Tsuki no Ai”
    Sin notarlo, se quedó dormida. “Aunque no lo pretenda, hoy terminaré siendo su alimento”
    Tuvo sueños extraños, sobre mundos diferentes, tierras lejanas y embrujadas, dioses magníficos y… hadas…
    Sobre la mesa de la sala, había una taza vacía junto a una libretita cerrada y unas pequeñas alas azules de mariposa que habían salido de quién sabe dónde…

    Cuando subió con la taza no pudo evitar enternecerse con la escena. Rin estaba dormida sobre el edredón de su cama, acurrucada como una pequeña, con un rostro apacible, como si ya no se preocupara. No, no había de qué preocuparse.
    Entró sin hacer ruido, dejó la taza de café sobre la mesa de noche, apagó las luces y encendió la lámpara
    —Y realmente pareces un hada de agua —murmuró mientras la oía suspirar dormida. La chica tembló un poco—. Vas a congelarte, Rin-chan —dijo mientras tomaba el abrigo que estaba en un rincón y se lo ponía encima.
    Soltó un murmullo mientras él se sentaba a un lado de la cama, volviendo a tomar la taza de café por segunda vez, esperando que las horas pasaran… tan lentamente como fuera posible.
    Ai suspiró, ella tenía razón, había cambiado de máscaras tantas veces que ahora ni siquiera sabía quién era. Curiosamente, ella le daba estabilidad, equilibrio, algo que nadie más le había dado.
    —Quédate aquí, quédate hoy, y mañana… quédate siempre —ella volvió a decir algo entre sueños, él calló pensando que Rin podría despertar, pero sólo se dio la vuelta, quedando tendida de espaldas, entonces abrió lentamente los ojos
    Al principio vio borroso y no recordaba en dónde estaba, ni cómo había llegado allí…
    —¿Desde cuando estás aquí? —se sobresaltó
    —Desde hace un momento, ahora vuelve a dormir —le dijo mientras acercaba la taza a los labios.
    —¿Qué hora es?
    —Las cuatro y media de la mañana
    —¿Sólo dormí media hora?
    —Veinte minutos, tienes el sueño ligero —bebió un sorbo y volvió a dejar la taza para mirarla— eso es una suerte.
    —¿Qué quieres decir? —preguntó algo nerviosa mientras sujetaba el abrigo que la cubría. La luz tenue de la lámpara le daba a la habitación cerrada un aire armónico y pacífico… quizás demasiado pacífico… ¡¿La habitación cerrada?!
    “Oh no, cualquier cosa, menos encerrarme”, rezó su conciencia, pero aunque hubiera querido hacer algo —huir, por ejemplo—, su cuerpo no le respondía. “Bueno, haz lo que quieras”, se resignó.
    —Quiero decir que es conveniente para mí —dijo él sacándola de sus pensamientos y respondiendo a su pregunta, mientras se levantaba del suelo para sentarse al borde de la cama.
    Ella se incorporó y se puso de lado para mirarlo mejor, aún cubierta por el abrigo.
    —Conveniente… ¿en qué sentido?
    Él dejó la taza a un lado y acercó su rostro al de ella
    —En el sentido de que tendré quien me consuele a estas horas —dijo en un tono bajo, con una mirada fija y una expresión sensual, seria
    Ella bajó la mirada para tomar fuerza y mirarlo directamente, justo como él estaba haciendo
    —Estaba soñando con hadas —dijo en un tono inocente, intentando sacar un tema de conversación, el que fuera; algo en su interior le decía que hablara ahora.
    —Yo también —respondió él sin cambiar la distancia ni la expresión.
    —¿En verdad? —preguntó Rin con una leve sonrisa, intentando fingir que no comprendía
    —En verdad —se acercó más
    Ella no pudo evitar recorrer con los ojos las facciones perfectas del rostro de Sesshoumaru. Entrecerró los ojos y volvió a sonrojarse.
    —Sí
    Él no entendió
    —Anoche me dijiste “puedes responderme en la mañana” —su voz sonaba suave, dulce y atrayente, como el cantar de las aves—. Sí, acepto tu reto —lo miró directo— te aceptó, sí.
    Él le regaló una leve sonrisa, estaban tan sólo a milímetros de distancia, como si la amenazara con su boca. La besó, primero suavemente y luego en profundidad, inclinándose sobre ella, la empujó suavemente hacia atrás, hasta recostarla y le quitó el abrigo que tenía por sábana. Ella gimió.
    Él dejó de besarla por un momento, mirándola a los ojos como si intentara entrar en su alma
    —Domo arigatou gozaimasu
    Contuvo la respiración por un largo momento, mirándola desde allí y luego la besó con una terrible necesidad. Algo en su interior lo consolaba diciéndole que no volvería a estar solo.

    Cerca de las seis de la mañana, la tormenta finalmente paró, pero el cielo siguió nublado, estaba ocultando algo.
    _________________________________________________________________________________
    —… y eso fue lo que pasó —dijo levantando la vista y mirándola muy avergonzado—. Por favor, cúlpame a mí, fui el que lo planeó todo, yo la obligué
    —¿La obligaste? —preguntó indignada
    —Es que me dejé llevar por lo que sentía —volvió a bajar la vista, más avergonzado aún—, necesitaba hacer algo y ella, tan amable, accedió a pesar de saber de qué iba el juego.
    —Espero que te disculpes con ella… yo también le debo una disculpa —dijo ella también muy apenada.
    Estaban sentados en la mesa de un café, muy distinto al de la Universidad, habían hablado por horas de lo que había pasado en las últimas semanas, durante ese horrible juego de confusiones y confesiones. Se habían disculpado varias veces a lo largo de la madrugada, viendo pacientemente cómo la relajante lluvia caía y mojaba la calle y la acera.
    —Fui una tonta, no sé cómo pude pensar tan mal de ella y de ti
    —Yo también pensé muy mal de ti
    —Es que fue mi intención hacerte sentir mal, yo comencé esto —miró hacia la calle—. Hasta Sesshoumaru fue una víctima, no tenía la menor idea de que era tu hermano, de verdad lo siento.
    —No importa, además fue él el que te besó, no puedes llamarlo “víctima”
    —¡Pero yo lo provoqué! Ah, lo siento
    Ambos suspiraron
    —Hacen una linda pareja —comentó ella, intentando cambiar de tema
    —Hacen una pareja de lo más extraña
    —¿Tú crees? —Preguntó ella con una simpática sonrisa que casi lo hizo caer de su asiento—, yo creo que se entienden bien
    —No puedo decir cómo se entiende él con otras personas —dijo él, tomándola suavemente de la mano, mientras ella se sonrojaba—. Apenas sí nos conocíamos. Mamá dice que cuando yo nací, él se fue de casa, sólo a veces lo veía. Además raras veces hablaba de sí mismo, entiende que es muy reservado e introvertido
    —Sí, es cierto, parece ensimismado a veces —dijo ella algo extrañada
    —No puedo creer que hayas soportado eso por semanas, es más, no sé cómo piensa soportarlo Rin
    —Quizás no sea así con ella
    —Él es así con todo el mundo
    —Pero, por lo que ella me contó, él parecía estar esperándola
    —Es una obsesión extraña
    —¿Crees que es obsesión?
    —Bueno, nosotros nunca le conocimos una pareja, ni siquiera amigos, él nunca habló de algo parecido… o si lo dijo, lo he olvidado —juntó las manos bajo el mentón y fijó la vista en ella—. Pero desde la aparición de Rin, parece no tener otro tema de conversación… por eso el mundo se me vino abajo cuando lo vi contigo
    —¿Porque esperabas que él estuviera con Rin? —preguntó ella con curiosidad
    Él bajó la vista
    —Quizás —tomó fuerzas para salir del cascarón y conseguir mirarla—, pero además porque no me hubiera gustado que estuvieras con él….
    Ella lo miró en silencio
    —Me gustaría ser yo el que ocupara ese lugar
    —¿Eh?
    —¿Te gustaría ser mi novia?
    Ella se quedó petrificada, sin poder responder, poniéndose de todos los colores, incluso sólo con eso. No conseguía cerrar los ojos, fijar la vista o bajarla, no conseguía articular palabras ni controlar sus nervios…
    Era lo que tanto había ansiado oír
    —Inuyasha… yo… —bajó la vista y él se preocupó— yo… yo no…
    —¿Tú no qué? —preguntó terriblemente nervioso ¡¿Lo rechazaría?! Involuntariamente se levantó de la silla.
    —Yo no puedo creerlo —se le dibujó una pequeña sonrisa—. Sí, sí quiero, Inuyasha
    Antes de que dijera algo más, él la levantó de su lugar y le dio un fuerte abrazo
    —Te amo —sonrió ampliamente, sintiendo cómo ella pasaba sus manos alrededor de su cuello
    —Y yo
    Él la soltó y se separaron, entonces Kagome, imprevistamente, lo besó. Fue un beso pequeño y tierno
    —Me gustaría que hubiera durado más —bromeó él algo sonrojado— ¿Y si lo discutimos camino a tu casa?
    Ambos salieron sonriendo y bromeando dulcemente mientras la lluvia acababa.
    _________________________________________________________________________________
    ¡Y finalmente Ai dejó de sentirse sólo! La situación cambió bastante ¿Les gusta? Pronto vendrán las sorpresas
    ¡Se han formado dos nuevas parejas! Después de la tormenta viene la calma, y no sólo metafóricamente.
    Ahí tienes, Maka, un beso bajo la noche lluviosa, el siguiente será bajo la lluvia, jiji.

    Y van unas aclaraciones
    Las mesas bajas. Es donde se reúnen y comen las familias (por eso Rin recuerda su casa). Está de más decir que comen en el suelo, salvo en este caso, que tiene sillas.

    Los japoneses tienen la costumbre de beberse el agua caliente.
    ¿Pan a esta hora?
    Le llevó un plato con arroz: el “pan” de los japoneses es el arroz, es decir, Rin suele cenar agua (caliente) y arroz

    La cama baja. En Japón las personas duermen en el suelo, sobre futones, ya lo saben.
    La cama baja es donde se guarda el futón (cuando no lo hacen en un armario)

    Domo arigatou gozaimasu: significa “muchas gracias”, con respeto.

    Además, esperando no dejarles una ilusión demasiado grande, anuncio que ya estoy trabajando en un nuevo proyecto, un fanfic múltiple donde el más enigmático de los Hermanos Perro nos deparará más de una sorpresa…
    Y pronto sabrán de un nuevo capítulo de este fic.
    Hasta el catorce!!!!!!!!!
     
  19.  
    Rei sama

    Rei sama Entusiasta

    Leo
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    26 Diciembre 2008
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola!!!

    Cuanto tiempo!!
    Me alegro que estes de vuelta.
    Por fin!! llevo mucho tiempo esperando a que Sesshomaru se le declare a Rin y le de un beso.
    Definitivamente los Sesshxrin me encantan.
    Aunque lo de Inuyasha y Kagome también es muy bonito.
    Me gusta mucho la forma en la que escribes, no lo dejes.
    Te ha quedado muy bien.
    Continua porfavor!!

    Suerte!! Adios!!
     
  20.  
    Izayoimywill

    Izayoimywill Entusiasta

    Cáncer
    Miembro desde:
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¡Hola!

    Y si el cap. 11 me dejo así de entusiasmada, imagínate como me dejo este cap.
    *Grita desesperada* no lo puedo creer, que capítulo más buenísimo, fabuloso, maravilloso, me encanto n.n
    Eres una… muy linda persona, cumpliste mi sueño ToT el BESO… todavía estoy emocionada y nerviosa, en serio.
    No pare de reír, mi doble sentido funciono muy bien. ¡Ay! me acorde de algo xD

    Pero que linda parejita, demasiado linda, muy tierna. Ay el beso… beso, beso, beso… estaba obsesionada porque esos dos se dieran el… beso, beso… pero ahora espero el beso BAJO la lluvia, lo voy a estar esperando.
    Lo admitió, por fin, estaba celoso, que lindo… *suspira* y casi siempre esa ocasión lo amerita… ¿cierto? xD Me gusto mucho cuando dijo eso.
    Leí el capítulo no sé como cuantas veces, ya ni me acuerdo pero fueron muchas, casi me lo aprendo de memoria, y lo quiero volver a leer otra vez… pero solo la parte en que están Sessh y Rin, me gusta demasiado esa parte. Ya mejor dejo de escribir.
    Me di cuenta de algo cuando estaba leyendo, ¡nunca había suspirado tantas veces en mi vida! Y para peor todavía estoy suspirando a cada rato.
    Y una pregunta muy obvia… ¿qué pasará ahora? *grita* wow.
    Espero que pronto, MUY pronto este el capítulo catorce, porque o sino me voy a morir de los nervios, ya me voy.

    Adiós.

    PD: Me demore casi un día en hacer este post, tratando de buscar o mejor dicho de que me salieran palabras para poder hacerlo (el post ¬¬), ya que cuando termine de leer el capítulo, termine más nerviosa que la… más nerviosa que cuando empecé a leer.
    Ya ahora si adiós… o mejor… hasta pronto.
     
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