de Inuyasha - Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

¿Qué si las cosas están de color negro? Se equivocan, esto apenas está gris pálido
Si creían que esto no puede estar peor, se equivocan, puede ponerse mucho, pero mucho peor…

Capítulo 8
Y él decía que la paradoja no existía. Ahora estaba sentado pacientemente esperando la siguiente reacción.
Tenía muchas ideas para expresar, pero esta vez no quería publicarlas, eran demasiado íntimas, demasiado parecidas a él por primera vez. ¡Por primera vez el personaje de su libro era Ai, era Sesshoumaru! Eso le aterraba.
Recordaba con toda claridad cada una de las palabras dulcemente pensadas para ella y aún no escritas. Tenía memoria de elefante para la información técnica, las noticias, los números y los libros, pero su memoria era horriblemente eficaz cuando de recordar momentos traumáticos se trataba. Unos fantasmas odiosos volvían a acecharlo.
Sentado ahí, con esa chica, Kagome, en frente, volvió a ser víctima de la sensación que tanto odiaba, y a la que, hasta el momento, sólo la bondadosa Rin había podido alejar: se estaba sintiendo solo. No. Desolado.
Y allá, en otra mesa, su idiota hermano hablando con Rin.
Y él ahí, intentando… ¿Causarle celos? No recordaba en qué momento su cerebro había sufrido un retraso mental y regresado a la etapa de la Preparatoria, donde hacía cosas estúpidas como esa, pero no iba a dar marcha atrás, jamás en su vida lo había hecho. El vehículo de su corazón sólo iba hacia delante, corriendo velozmente y sin detenerse.
Pero el paredón estaba más cerca de lo que él creía. Sí, estaba a punto de chocar.
Cerró sus ojos y se puso una máscara, la cual fingía estar interesada en las palabras de Kagome y en todo lo referente a ella, se olvidó de que se encontraba frente a la mejor amiga de su idolatrada Rin.
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“¿VISTE ESO? No es cierto”, se dijeron los dos a le vez, mirando con rostros sorprendidos, congelados, sentados frente a frente allí mientras pensaban en cómo salir del apuro.
Rin suspiró de desilusión. Inuyasha suspiró de fastidio: se habían ilusionado de acercar a Sesshoumaru y ahora su plan estaba en el subsuelo al igual que su autoestima. “Somos unos tontos”, pensaron ¿Qué estaban haciendo ahí mientras miraban a la extraña e inconcebible pareja: Kagome-Sesshoumaru? Perdían el tiempo.
“¿Kagome conoce a mi hermano?”, preguntó Inuyasha creyendo que su aspirante a novia le había tomado el pelo todo el tiempo, ¡por la forma en que hablaba con Sesshoumaru, parecían amigos de toda la vida! ¡Qué horror!
“No que yo sepa”, dijo una desconcertada Rin.
“¿Serán novios o algo?”, preguntó celoso.
“No tengo la menor idea, al menos a mí no me dijo nada, pero…”, Rin sudaba frío, no podía negar que después de verlo varias veces y haber cruzado palabras, Ai, es decir, Sesshoumaru, comenzaba a gustarle.
“Hablan como si fuera amigos de toda la vida”
“El día de la presentación vinimos a este lugar junto con Kagome-chan y él estaba junto con su novia y…”
“¿Mi hermano tiene novia?”
Rin estaba sorprendida
“¿No lo sabías? La tenía, su relación se cortó hace algún tiempo”
“Vaya, tengo un hermano mujeriego: termina de cortar una relación y ya comienza otra, ¡qué despreciable!”. En ese ambiente se respiraba celos.
Rin se ofendió con el comentario y lo interrumpió de inmediato.
“Bueno. Lo que iba a decirte era que Kagome y yo vinimos aquí ese día, lo vimos sentado allí en ese mismo sitio y Kagome no reaccionó al verlo, no parecía conocerlo, incluso cuando él y yo intercambiamos palabras, ella se acercó y me preguntó si era un conocido mío, es decir, no sabía nada… a menos que…”
“A menos que ¿qué?”, preguntó Inuyasha, extrañado
“Ahora lo recuerdo”
“¿Qué es lo que recuerdas?”
“Ese día, él me dio su número”
“Sí, lo recuerdo. Fue todo un revuelo que Ai Akaitsukino hubiera entablado conversación con una estudiante universitaria. (es una suerte que se les haya olvidado)”
“Sí, hasta el momento en que eso ocurrió, yo no le había comentado nada ni siquiera a Kagome, pero cuando se lo dije, me instó a llamar a Sesshoumaru, y como me negué, ella decidió llamarlo por su cuenta…”. Aquí se detuvo.
“¿Entonces crees que entablaron una relación luego de eso?”, la cabeza de Inuyasha era un revoltijo de signos de interrogación.
“Puede ser pero…”, se desanimó de inmediato ¿Acaso su adorado Ai Akaitsukino que vivía hasta en sus sueños era un donjuán?
“¿Pero?”
“Eso ocurrió el mismo día en que él y yo salimos”. Las palabras de Rin fueron un Shock eléctrico en el hermano de Ai.
“No es cierto, este animal”, le dedicó la mirada más espantosa que pudo reflejar su alma, estaba seguro de que la mesa de Sesshoumaru y Kagome iba a prender en llamas “yo lo mato”. Iba a pararse en el momento en que Rin lo detuvo sujetándolo por la muñeca e invitándolo a sentarse. No permitiría que su amigo se pusiera violento en un lugar como ese.
Dieron las diez de la mañana.
“Kagome-chan te gusta ¿No es así?”, él se sonrojó.
“¿Te, te diste cuenta?”
“Ya era muy obvio, lo que haces no es por mí”, dijo ella nerviosamente
“Bueno, estamos a mano, a ti te gusta Sesshoumaru”
“Nno, eso no es verdad.”, se defendió como pudo “¿Cómo se te ocurre?”
“No se me ocurre, lo tienes escrito en la cara”. Rin se sonrojó más de lo que ya estaba “¿Lo ves? Ahora sí lo mato”
“Espera, Inuyasha, eso no sirve, además ellos están saliendo, no podemos hacer nada”
Él se exasperó
“¡No me vengas con esas estupideces, ellos no pueden estar saliendo!”, se negaba rotundamente a creerlo. “¡Además dices que comenzaron a hablar el mismo día en que él te trajo aquí, este maldito es un dos caras que intenta venderse como en una subasta. No te dejes tratar como el trapo de piso, Rin!”
Ella no quería creerlo, comportarse tan dulce con ella sólo para motivos… No, no quería ni imaginar qué motivos podría estar teniendo Sesshoumaru con ella, tampoco quería oír a Inuyasha, no quería molestar a Kagome, lo único que quería era salir corriendo de ahí. Todo por culpa de Inuyasha. Maldita sea, de nada servía echarle la culpa a alguien.
“¡Y eso no es nada! Apuesto lo que quieras que también está jugando con los sentimientos de Kagome. Espera…”, Rin lo miró “¿Esto ocurrió hace una semana, no es así, Rin-chan?”
Ella asintió “así fue”
Inuyasha miró a la “pareja” con malicia. Se pasó la mano por el mentón, pensativo.
“Tú eres mujer y entiendes mejor estas cosas: ¿Cuánto crees que puede consolidarse una pareja en ese tiempo?”
Ella negó.
Miró libidinosamente a Rin, la malicia en sus ojos dorados… ella se dio cuenta y se hizo hacia atrás, un escalofrío le recorrió la espalda ¿En qué demonios estaba pensando su “buen amigo” Inuyasha?
“¿E-en q-qué piensas?”, preguntó en voz alta.
“Riii-iiiin”, canturreó su nombre en forma sugerente, esto se veía cada vez peor “¿Tú crees que le interesas a Sesshoumaru?”
“No estoy muy segura”. Esa lasciva mirada de Inuyasha seguía ahí, la joven comenzó a sudar frío.
“Yo creo que sí, porque, según como habla de ti, no eres el plato de segunda mesa, sino el menú principal”. Rin deseaba con todas sus fuerzas ponerse de pie y sonarle una tremenda bofetada, pero esa mirada… con esa mirada sus fuerzas la habían abandonado. Estaba segura, el encanto que tenía Inuyasha, esa extraña forma de ser, su fuerza… era mucho peor que la de Ai. “He estado junto a ella toda mi vida, no vendrá mi hermano así como así a quitármela”
Sujetó a Rin-chan de las muñecas y se le acercó peligrosamente…
Ella se atragantó y la respiración se le cortó, la voz se le fue. Él murmuró en voz baja
“Entonces, escucha. Esto es lo que haremos…”
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Sesshoumaru la trataba en una forma educada y cordial ahora. Hasta hace un momento sólo le había respondido con monosílabos, pero ahora contestaba de una forma dulce, diferente, como si se dedicara a escribir o algo así… porque su lenguaje era perfecto. Su voz era hechicera al igual que sus gestos, se veía tan sexy, no podía evitarlo. Una fuerte sensación de atracción, era muy hermoso, parecía un ángel. Su mirada era potente, devoradora, Kagome se derretía… casi. No se olvidaba del idiota que estaba en la otra mesa.
Inuyasha no parecía inmutarse en lo más mínimo de ella, de vez en cuando parecía mirar en esa dirección, pero no estaba segura. De lo que sí estaba segura era de la forma en que “Inubaka” miraba a Rin-chan y no había pasado desapercibida su última acción: se había levantado de su asiento, acercándose peligrosamente a su amiga ¿La habría besado? ¿Le habría murmurado algo? No tenía forma de saberlo, él era su amor pero estaba enojada, sabía que ella era su amiga pero estaba celosa ¡Qué horror! Un aura oscura la rodeó “Inuyasha, yo te mato”, pensó para sus adentros. Estaba segura él había jugado con ella, porque trataba a Rin de forma diferente. El culto muchacho que tenía en frente parecía una mejor opción…

“I-N-U-Y-A-S-H-A ¡¡te juro que te mato a golpes!!” Gritó la conciencia de Sesshoumaru, pero mientras tanto intentaría no perder la calma. Había visto la forma en que se acercó a Rin, ahora sí quería ahorcarlo y sacar a Rin-chan de allí. Estaba encendido de furia ¿Quién se creía ese maldito bastardo para acercársele de ese modo? ¿La había besado? No podía saberlo, lo único que sabía era que su hermanito no iba a salir vivo de ahí.
Y lo peor de todo era que a Rin parecía no molestarle ¿Lo estaba disfrutando acaso? ¿Había algo que “su amiga” olvidara mencionarle la noche que tuvieron esa conversación?
“Este lugar está un poco… un poco… asfixiante, al parecer ¿No lo crees Kagome?”, le preguntó a la chica. Furia en su voz, rogaba por que Kagome no se diera cuenta.
“Estoy de acuerdo contigo, Sesshoumaru”, contestó en el mismo tipo de tono
“Dime ¿Te gustaría ir a dar un paseo por Ueno?”, le preguntó él
“¿En serio? Es una excelente idea”, dijo ella entusiasmada
“Bien, vámonos entonces”, le dijo él con una sonrisa totalmente fingida, pero Kagome, en su enojo, no se dio cuenta…
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Rin estaba muy sonrojada, Inuyasha no podía estar pidiéndole “eso”, ahora sí quería abofetearlo, iba a discutirle su nuevo gran plan cuando ambos vieron salir a la pareja, se miraron sorprendidos.
“Demonios”, se quejó Inuyasha “no estoy dispuesto a seguir soportando esto. Lo que me favorece a mí te favorecerá a ti, y créeme que también a Kagome. Ya dime, ¿aceptas o no?”
“¡Déjame pensarlo!”, se quejó ella mientras, sin darse cuenta los pies de ambos comenzaron a seguir a otros pasos que iban más adelante ¡y para colmo sin prisa!
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Kagome-chan no parecía estar muy preocupada por sus clases, se había embelesado completamente al mirarlo y oír su voz, así había sido con su novia, ahora que lo recordaba, entonces… ¿Por qué no había sido así con Rin?
La jovencita estaba ahí todo el tiempo sin hacer nada al respecto, como si no le importara en lo más mínimo que él estuviera con otra compañía, ni que esa compañía fuera su propia mejor amiga ¿Tan insensible era? Hubiera jurado que su encanto personal sería suficiente para atraerla, pero su adorado hermano menor le había opacado las cosas ¿Qué hacer? “Te juro que te mato”.
Después de pasar toda la mañana con Kagome, descubrió que ella era más divertida que Rin, no preguntaba tanto y soñaba mucho. También parecía ser muy educada y dulce, se entusiasmaba con facilidad y escuchaba todo lo que él tenía para decir. Suspiró.
Eran cerca de las seis de la tarde cuando se sentó en la banca de un parque y tomó la libreta que había ocultado de Kagome.
“Creí que las hadas de agua eran muy fáciles de entender y que se adaptaban fácilmente a cualquier circunstancia, como si de agua se tratara, pero quizás me equivoqué con ella. No parecen importarle muchas cosas, no parezco importarle yo, últimamente me ha dado la espalda, quisiera hacer cualquier cosa con tal de que me mirara, incluso… incluso buscar otra hada.
“Ahora veo con claridad cosas que antes no veía: Mi hada de agua se convirtió en una peligrosa sirena ¿Qué hacer con aquellos sentimientos que me dejó colgados en el aire? Hoy conocí un hada de fuego con un gran poder espiritual, que probablemente sería capaz de vencer al agua en una batalla, ganarle al hada de agua, alejarla completamente o ayudarme a acercarla nuevamente a mí ¿Qué pierdo con intentarlo? Sé que jugar con los elementos es peligroso, pero necesito una respuesta inmediata”
“¿Respuesta inmediata? Ahora lo recuerdo, entre mis bolsillos hay una bruja blanca feérica. Ella podría ayudarme ¿Verdad? Iré por ella ahora, aunque muera en el intento”
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Estaba muy deprimido, nunca antes se había sentido así. Desde el primer momento de su vida en que vio a Rin, quedó hechizado por su forma de ser, por su gracia y su sonrisa, por su buen carácter y su bondad. La quería para él cual si fuera una necesidad urgente, la seguía como una sombra sin que ella lo notara, quería decirle todo lo que en secreto sentía por ella, pero era demasiado tímido para hacerlo, demasiado callado, demasiado apagado para ella, pensaba. Quería conocerla bien, saber todo de ella antes de arriesgarse y luego pedirle estar juntos. Y ahora su mundo se venía abajo justo en el instante en que vio que estaba todo el tiempo con ese ingrato de Inuyasha, hablaban en clases y en recreos de “Cosas de familia”, según le había comentado una joven llamada Kagome ¿Significaba eso que ella e Inuyasha era novios?
“Maldito, yo la quería para mí”. Dijo algo ahogado por el alcohol, mientras se le salía el hipo, ya empezaba a ver borroso. Cuando su hermana, Sango, lo viera llegar así y a esas horas, le daría una buena reprimenda, con suerte, no volvería a tener dinero para salir en unos cuantos días. “¿Qué me importa? Rin se fue con Inuyasha, la vida perdió sentido para mí”. Recordaba haberlos visto salir juntos del salón de clases. El alcohol y la angustia lo estaban matando, era el décimo vaso de cerveza y el suelo ya empezaba a cambiar de lugar. No sabía qué haría para salir del bar, que quedaba como a medio kilómetro de su casa. “Riiin”, se quejaba, suspiraba, se enojaba y hasta gemía.
Cuando vino el décimo primer vaso, levantó la vista completamente borrosa para ver entrar al lugar a una hermosa, elegante y grácil mujer, que fácilmente debería tener unos ocho años más que él. Hasta en esa persona veía a su Rin, quería salir a la calle y que lo arrollara el primer vehículo. Se restregó los ojos y notó que esa joven era mucho más hermosa de lo que él imaginaba.
No era común ver a una mujer entrar en un lugar como ese, la vista y los comentarios de todos los hombres recayeron sobre ella, pero ella hizo caso omiso a las vulgares palabras y se sentó en una cómoda silla. Le gustaba ir allí, pero más lo hacía por una costumbre, antes, con su novio, iba allí de vez en cuando a ver si al “bendito” se le ocurrían ideas para escribir, y ahora lo hacía para beber un poco. Después de todo, “las ideas” él las había encontrado en un café universitario, de la mano de su “Bendito” libro, que llegó acompañado de un “me siento solo”, una noche bochornosa y un hada de nombre “Rin”.
“¿Dijiste, hic… dijiste: Rin?”, preguntó un muchacho MUY ebrio que estaba sentado a su izquierda a dos sillas de distancia.
“¿No eres muy joven para estar bebiendo?”, le preguntó ella con una expresión de rechazo.
“¿No es usted, hic… una señorrita demasiado, hic… distinguida parrra estarr en un sitio como estee…?”
“Eso a ti no te incumbe, muchacho”
“Me llamo Kohaku…”, dijo con ojos soñolientos
“¿Y a mí eso qué me importa?”. Fue un error preguntarle, debió haber bebido tanto que el alcohol se le subió hasta tal punto de no controlar sus acciones, puesto que dejó su silla para sentarse junto a ella y acercársele de una manera peligrosa.
“Es usted una mujer muy beiiaa…”
“No me digas”, dijo ella moviéndose una silla hacia la derecha. Lo que menos quería era un mocoso borracho detrás de ella.
“¿Qué... hace aquí?”
“¿Qué te importa? Lo mismo deberá preguntarte ¿Dónde están tus padres?, este no es lugar para ti”
“Entonces, hic… si est-e no es lugar para mí, hic… ni para ti. Vámonos a un mejor lugar”.
Esto se estaba volviendo bochornoso, con cada palabra, él se acercaba más, y ella se alejaba más… y él volvía a acercarse ¿A qué estaba jugando ese mocoso? Porque comparado con ella ese joven de dieciocho años era un mocoso atrevido. Antes que eso, prefería mil veces ser el plato de segunda mesa de Ai. Se levantó dispuesta a irse, cuando el muchacho la sujetó por la muñeca.
“No me ha dicho usted cómo se llama”, le dijo Kohaku
“Ya suéltame ¿Quién te crees?”
“Una persona que se encantó con su hermosurrraa…”. De acuerdo, el mocoso no sabía ni lo que estaba haciendo, quizás tenía que ayudarlo, no podía dejarlo así tirado ¿O sí podía? Era probable que no le hiciera nada, le pagaría un taxi y se olvidaría de este lío.
“Dime tu nombre y tu dirección, ¿con quién vives? Te enviaré a tu casa, ¿está bien?”, dijo ella fastidiada.
“Su nombre…”, seguía sujetándola del brazo.
“Fuuno Kagura”. Antes de que pudiera reaccionar, Kohaku se levantó y la besó fuertemente, dejándola en estado de shock… y no fue la única…

Sabía que podría encontrarla allí, era el segundo lugar que más frecuentaban después de Ginza, era ya una costumbre para ambos. Una débil y tonta corazonada para un alma rota. Pero no se preparó para verla besarse con un mocoso de más o menos la misma edad de Rin, justo delante de tal número de personas…
“Kagura, eres una p… ni siquiera hace un mes desde que rompiste una relación ¿y te dejas tocar así por un mocoso cualquiera? ¿Y además en un bar?”, de repente sintió… ¿celos? Imposible, se suponía que no sentía nada por ella, y por esa razón la hizo a un lado, pero ver esa escena le ponía los nervios de puntas. Ai casi cayó desmayado del susto/odio/shock/coraje/… Se apoyó en el marco exterior de la puerta y se pasó una mano por el rostro, poniéndose una de sus máscaras antes de volver a mirar, con la esperanza de que hubiera visto mal.
Pero su ex-novia realmente había hecho lo que a él le “pareció” ver. Y, fuera de lo que pensara, realmente le molestó. ¿Con un mocoso? Bueno, él tenía diez años más que Rin, pero ¡ESTO NO ERA CONCEBIBLE! Después de todo sí sentía aprecio por ella, quizás no era amor, pero sí cariño.
Genial, ahora no sólo era Rin, sino también la mejor amiga que tenía ¿Qué había hecho de malo que mereciera tal castigo? ¿Lo habían dejado solo? Rin-chan, Kagura… ¿Dónde fueron? ¿Con quienes? No me dejen aquí, ahora sí me siento en verdad solo.
Entró al bar, se sentó tan lejos como podía y pidió algo de beber. Suspirando de fastidio, hastío, angustia, tantas cosas estaba sintiendo que ni siquiera la mejor de sus máscaras hubiera podido encubrirlo, estaba en una encrucijada.
“Anotar: Todas las malditas hadas son igual de mentirosas y traidoras, estoy solo y en una encrucijada: primero mataré a mi hermano, quien se ha llevado a mi hada de agua, y después estrangularé al mocoso que se está metiendo con mi nov… mi ex-novia “
“¡Y cuando todo esto termine le daré la cachetada de su vida! ¡Sencillamente no pueden hacerme esto! ¡No pueden!... no pueden… no deberían…”

Y entonces Kagura notó su llegada y su evidente reacción de celos, sólo por segundos había mirado eso ¿Y si metía a Kohaku en el juego? Quizás Sesshoumaru se sentiría tan mal que en cuestión de tiempo se olvidaría completamente de su enamoramiento por Rin. No tenía nada que perder, y sí mucho que ganar. Le correspondió a Kohaku y estuvieron juntos allí unas horas antes de irse.
Mientras tanto, un joven escritor se caía a pedazos.
Las mujeres que habían ido en su misma ruta tomaron unas bifurcaciones peligrosas y bastante diferentes. ¿Otra vez empezaría a caminar solo?...
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La relación Kagome-Inuyasha/Rin-Sesshoumaru cada vez empeora, no se dan cuenta que es un malentendido (y muy mal entendido), la actitud de Inuyasha no ayuda mucho.
Sesshoumaru cree que ha sido engañado por Rin
Mientras que Rin cree que fue engañada por Sesshoumaru
Y Kagome, que fue engañada por Inuyasha.
Inuyasha tiene una leve idea de lo que está pasando, pero cree que meterse al juego lo solucionará ¿Será así?

“¿Te gustaría ir a Ueno?”: Ueno es un parque cercano a la Universidad, a un templo, a un museo y a una carretera, en resumen, un lugar para salidas culturales.

“Una bruja blanca feérica”: lo que escribe Ai en su libro, esto es “un hada mágica”.

“Fuuno Kagura”: Fui bastante fiel a la trama, significa “Kagura del Viento”

El Bar:
“el bar es un hotel de medio pelo
que les quita el desconsuelo
a aquellos que no saben qué hacer
con el desvelo”
Como Kagura (sigue traumatizada), Kohaku y… (¿Alguien más?)

Al parecer Ai quiere pedirle consejo/consuelo a la única amiga que tiene ¡pero ella también tiene compañía!
A Kohaku le gusta Rin, cree que ella sale con Inu (igual que Ai!) y quiere olvidarse de todo con un beso a una mujer que desconoce (esto es: chicas, no beban de más, podrían perder el control de sus actos…).

¿Ai siente celos por Kagura? No lo sé, pero le molesta verla con el mocoso, y mucho. Se quedó sin Kagura y sin Rin, Kami…

Al parecer Kagura no le hará nada a Rin, ni siquiera competencia… quiere meterse al juego de la misma manera en que lo hace Ai, por el lado débil, los celos… y parece que hay pequeños resultados
¿Alguien saldrá vivo de aquí? Averígüenlo pronto.

 

Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Para aquellos que estaban perdidos, les recordaré cómo avanza la historia, pronto resucitaré!!!!!!!!!
Rin camina a casa durante una noche lluviosa, cuando se detiene a mirar un coche sin darse cuenta de que un muchacho está dentro. Él se ofrece a llevarla y no conforme con eso, la persigue, pero ella lo echa.
Poco después, ella y su amiga Kagome van a la presentación del libro de un escritor, Akai-Tsukino Ai. A la salida, se encuentra con la misma persona de la noche anterior y descubre que es el escritor, cuyo verdadero nombre es Sesshoumaru. Él le regala un libro y le da su número, pues quedó obsesionado por ella, tanto así que decidió escribir una obra para regalársela, aun sabiendo que eso molestará a su novia, Kagura.
Decidido a saber de Rin, chantajea a los directivos de la Universidad para obtener información sobre ella.
Cuando descubren lo que le sucedió a Rin el día de la presentación, ocurre un revuelo en la Universidad, ella sale despavorida y vuelva a cruzarse con él, discuten y luego él se ofrece a llevarla a casa. En el camino, ambos descubren su interés por el otro, pero lo ocultan. Al día siguiente, Sesshoumaru rompe su inestable relación con Kagura y ella termina aceptándolo.
Tiempo después, Inuyasha acosa a Rin, completamente seguro de que su hermano, Sesshoumaru, tiene la mira puesta en ella. Además Kagome la insta a llamarlo y, como no consigue convencerla, intenta hacerlo por su cuenta sin obtener resultado. Esa misma noche, Sesshoumaru habla con Rin.
La semana siguiente, Inuyasha intenta hablar con Rin durante una clase y ambos son echados. Como los ven salir juntos, todo el mundo cree que son novios, incluso Kagome, que está enamorada del chico, y Kohaku, a quien le gusta Rin.
Ambos van a un café y se encuentran con Sesshoumaru, que piensa lo mismo que el resto.
Kagome, muerta de celos, persigue a Inuyasha hasta el café e intenta darle celos sentándose con Sesshoumaru, a quien no reconoce como Ai Akai-tsukino, a su vez, Sessh decide aprovechar esa situación. Al ver eso Inu y Rin creen que Kagome y Sesshoumaru están juntos y piensan darle celos.
Esa noche, Kohaku se encierra en un bar hasta que se queda medio ahogado. Incapaz de controlar sus actos, besa a una mujer, que resulta ser Kagura, justo en el momento en que Sesshoumaru entraba a ese lugar. Kagura decide meterse al juego e intentar darle celos.

 

Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

*Luchy salta en un pie* ¡Viva! ¡Acabaron las clases! ¡Soy feliz! Vengo a festejarlo con ustedes
*Saluda en japonés* Ohayo, konnichi wa, konban wa
*Saluda en inglés* Hello wellcome to my new chapter again!
*Saluda en “argentino” * Hola, che, ¿cómo andan?
*Saluda de forma “normal”* ¡Hola! No saben cuánto las he extrañado, aquí les traigo la compensación por esperarme taaanto.

*Abraza a Sesshoumaru (ver foto de perfil)* ¡Hola, Sesshy! ¿Cómo estás? ¡¡Te extrañé muchísimo!!
*La golpea en la cabeza* ¿Quién te crees para abrazarme y hablarme así, mocosa del demonio?
Oye tú *la abofetea* ¿Cómo abrazas así a mi prometido?
*A Luchy se le encrespan los cabellos* ¡Discúlpame, o-hime-sama! ¡Sólo ere de amigos!
*Rin saca una daga* ¡Como “amigos” vas a quedar!
*Luchy echa a correr* ¡¡¡Mientras escapo de la hime-sama les dejo otro capítulo!!! ¡¡¡Les debo las respuestas de sus posts anteriores!!!
*Rin y Sesshoumaru persiguen a Luchy* ¡¡¡Ven acá, te vamos a dar tu merecido!!!

Capítulo 9​

No quiero escucharte por más de cinco segundos
no quiero oírte y no me preguntes por qué
si de repente me abandonaste en la forma más dolorosa
sólo desapareciste antes de aparecer.

Estabas de paso en mi vida buscando
algo que en mí no pudiste encontrar
me hiciste a un lado cual simple fantasma
para ocuparte un mejor lugar

Y yo que esperaba con ansias tu llegada
a que mi soledad pudieras apagar
y de repente descubro que tienes dos caras
que no eras lo que pareces, que eres irreal

Te quedas con tus sueños, con tus fantasías
de que en tu mundo hay hadas de verdad
y la verdadera, la que pasó a tu lado
la tiraste a un lado, en la fría oscuridad.

¿De dónde habían salido todas esas ideas? ¿Eran dignas del diario íntimo de Ai? ¿Serían publicadas alguna vez en sus libros? Tonterías, era un gusano. Arrojó su diario descuidadamente en un cajón de su escritorio, acomodó sus libros en su mochila y se dispuso a salir rumbo a la Universidad, algo le decía que hoy no le sería grato ir hasta el café, sabiendo que ahí podría encontrar a su precioso Ai… junto a Kagome.
“Esto es lo que consigo por ser expulsada estúpidamente de una clase”, pensó. “y por tu ‘gran’ plan, Inuyasha”. Caminó dos calles para ir a una parada de autobuses, pasó su boleto y miró por el cristal de la ventana “Y claro, no voy a olvidarme del estúpido juego de Sesshoumaru entre mi mejor amiga y yo. Eres un gusano.” Las calles, edificios, casas y árboles pasaban frente a sus ojos, la vida también era inconstante y pasaba así, poco a poco, el autobús se fue acercando a la parada que quedaba a unas calles de Ueno, intentó no mirar hacia el café y no ver al maldito coche azul que estaba allí estacionado, como todos los días “Pero con Kagome”, pensó con recelo. Sí, la vida cambiaba segundo a segundo, si no hacía algo, se le escaparía de las manos. No podía permitirse estar soñando con un idiota escritor al que no conocía en lo más mínimo, que detestaba a su hermano, jugaba con su novia y les tomaba el pelo a inocentes estudiantes como ellas. Suspiró pesadamente y bajó del autobús para caminar hasta el edificio “quizás sea un poco inapropiado, pero mañana hablaré con Kohaku y le preguntaré si le gustaría hacer una salida el fin de semana”.

Se colocó su blanquísimo delantal, se lavó a fondo con los guantes bien colocados y se inclinó sobre el trozo de carne, cortando y separando con cuidado, habilidad, destreza y elegancia, como le habían enseñado, con el mismo buen pulso que tenía para dibujar y escribir, completamente concentrada, como si no hubiera nadie más, y es que a estas horas no había nadie más en la sala… ¿O sí?
De repente oyó el ruido del agua del lavamanos ¿Quién más podía ir a la sala a esas horas de la tarde? ¿Era mucho pedir un poco de soledad para reflexionar cómo había sido abandonada por su soñado escritor?
“Ah, Inuyasha, eras tú”
“¿Pues a quién más esperabas? ¿A Ai?”
“Cállate, espero que no se te olvide que tengo un bisturí nuevo en mis manos”
“Ay, mira cómo tiemblo ¿Me vas a descuartizar como el corazón que tienes en tus manos?”, Rin bajó la vista y miró el corazón semi abierto, recién separado de su cavidad, una metáfora de lo que “Ai” le había hecho, recordó el poema que le había dedicado en su diario. Tonterías.
“Ah, no pienses en ese zopenco, para que sepas que no eres la única a la que le destrozaron el corazón”, le dijo Inuyasha tratando de hacer que Rin-chan no pensara más en el tema.
Rin suspiró antes de mirarlo
“¿Qué viniste a hacer?”
“¿Cómo que qué vine a hacer? Vine a estudiar, claro.” Iba a decir algo como te recuerdo que Ai nos quitó unas valiosas horas, pero sería demasiado cruel, hasta para él mismo, ese idiota de su hermanastro. “Te recuerdo que ayer, a causa de mi estupidez, ambos fuimos expulsados de la clase”. Y no dijo nada más, ambos ya sabían a la perfección lo que pasó después de eso.
Sin nada de tacto, le quitó el corazón de las manos y terminó de abrirlo él mismo (imaginando que era el cuello de cierta persona), Rin sacó sus libros y comenzó a leer mientras Inuyasha iba buscando parte por parte lo que ella describía.
De repente se oyó el ruido del lavatorio ¿Alguien más que hubiera faltado/salido de la clase de anatomía? Ambos miraron en esa dirección. “¿¿Kohaku??”
Oh, ella quería hacerle la importante pregunta, pero no esperaba verlo aún, no podía ni mirarlo a la cara, en verdad era una joven muy tímida, desvió la mirada hacia Inuyasha.
“¿Qué hace Kohaku aquí?”, preguntó Inuyasha en voz baja
“No tengo idea”, dijo ella en el mismo todo
“Estoy seguro de haberlo visto asistir a clases ayer”, mientras tanto, fingían seguir estudiando.
“Yo también”…

Kohaku terminó de lavarse y se sentó del otro lado de la mesa, sacando sus libros y el instrumental. Intentó no mirar hacia delante, que su perdida mirada no se cruzara con la de Inuyasha o Rin. Suspiró y se quejó para sus adentros. Estaba en lo cierto, ellos estaban juntos, salieron juntos, fueron juntos al café que estaba a unas calles, lo sabía ¡Y hasta habían asistido juntos a estudiar! Si estaban en la misma mesa, uno junto al otro, como si así hubieran nacido ¡Kami!, cuántos celos sentía hacia Inuyasha… y creyó que con besar a esa mujer todo se le olvidaría. Pero no, tenían que volver a aparecer esos dos, juntos, para arruinarle la tarde. Su conciencia le decía que iba a pasar otra noche encerrado en ese bar de cuarto nivel. Estaba deprimido, su pulso era malo, los cortes le salían chuecos, ya había arruinado dos piezas en perfectas condiciones, no entendía ni una de las palabras del libro.

“¿Tienes idea de lo que le pasa? Parece un poco nervioso”, comentó Inuyasha en susurro
“No tengo idea, quizás sea uno de sus días malos, ya sabes que es sensible”, contestó Rin. Mejor no le preguntamos, sugirió”.
“¿Te pasa algo, Kohaku?”, preguntó Inuyasha.
Rin se llevó una mano a la cara ¿Cómo podía ser tan idiota? Era tarde para decirle cállate, Inuyasha.
“No, no me pasa nada”, contestó Kohaku, en forma ausente, mirando solamente hacia su libro y su propio trabajo. Rin contuvo la respiración, su intuición le decía que Inuyasha estaba a punto de arruinar la oportunidad de su vida al ahuyentar a Kohaku y lograr que se fuera.
Y, de hecho, así fue, porque el muchacho guardó cuidadosamente las piezas y comenzó a recoger sus libros silenciosamente.
“Espera, Kohaku…”, dijo la joven nerviosamente “¿Tú no… ibas a quedarte a estudiar?”
“Sí, pero recordé que tenía algo qué hacer”, mintió él de modo que sonó muy poco convincente hasta para Inuyasha.
“A este sí le pasa algo”, le dijo a Rin en voz baja, mientras Kohaku resentía cómo ese idiota se acercaba a ella. Quería sacarse esa imagen de su mente… ¡de inmediato!
“Por eso te dije que te callaras”, se quejó ella, evidentemente molesta.
“Oye, ¿por qué te molestas conmigo?”, se defendió el plateado “él es el idiota por molestarse por cualquier cosa… ¿Qué crees que va a hacer ahora?”, terminó preguntando con curiosidad…
…y la curiosidad invadió a su querida amiga Rin. Ambos estaban seguros de que la excusa muy mal formulada estaba destinada a permitirle a su compañero hacer una graciosa huída de la Universidad… porque ellos lo habían ofendi… porque INUYASHA lo había ofendido.
“Rin, al parecer no eres la única temperamental”, se burló Inuyasha
“Inuyasha, eres imposible”, dijo ella más molesta aún. “Y estoy segura de que mi querida amiga sabría ponerte límites si estuviera a tu lado”
Inuyasha parpadeó
“Ahora que lo pienso, compadezco a mi hermano”. Recordar eso fue como dar en el clavo. Le molestó a ambos.
“Disculpa, espero no te moleste la pregunta, pero…”, dijo Rin dubitativa “¿Podemos saber a qué se debe tu decisión de postergar tus prácticas?”
Es que ya no puedo ver cómo estás con Inuyasha, pensó muy apenado
“Es que tenía que ver a una persona a esta hora”, sonrió ampliamente “Y se me olvidó”
“¿Ver a alguien? ¿Se te olvidó?”, preguntó Inuyasha, extrañado por el comentario. “Acaso…”, Kohaku sudó frío “…acaso vinieron a verte tus padres?”
Rin y Kohaku no podían creer el nivel de estupidez que podía llegar a alcanzar Inuyasha a veces, casi tan alto como su nivel de seriedad… que rara vez aparecía… El muchacho casi se cayó, la joven suspiró.
Kohaku terminó de recoger sus cosas y se preparó para salir
“¿No?”, dijo Inuyasha inesperadamente “¿Entonces a quién verás?”
“Tengo una cita”, respondió Kohaku, algo nervioso.
“¿Una cita?”, dijeron al unísono Inuyasha y Rin, incrédulos. Es que Kohaku fue muy tímido desde el primer día en que lo conocieron ¿Cómo se las había arreglado para conseguir una cita? ¿Y con quién? Pero sería impropio preguntarle eso. Rin se desilusionó, se sintió pequeña, tenía la esperanza de, al menos, ser escuchada por Kohaku, pero su oportunidad se había escurrido en segundos ¿Qué había hecho para merecer eso?
Estaba bien, soñar con un escritor “conocido” como Ai era volar mucho. Pero resultaba se que ahora ni siquiera tenía oportunidad con alguien de su mismo nivel, ella estaba a último lugar siempre en todo. Inuyasha notó que ella se desanimaba, pero no comprendía por qué.
Kohaku se dio cuenta de que era observado por sus compañeros como si fuera un bicho raro y decidió explicarse mejor.
“E-es que anoche salí a pasear y me encontré con una joven muy bella, se lo dije y nos quedamos a hablar en un bar”. Tergiversó completamente lo sucedido y, de hecho, no esperó que le creyeran.
“Ya veo…”, dijo Rin con una triste sonrisa.
“Bien por ti, que tienes a quien quieres a tu lado”, dijo Inuyasha, mientras pensaba en la belleza de Kagome.
Kohaku hubiera esperado que Rin se ofendiera con ese comentario, pero no fue así. Raro… y muy malo por parte de Inuyasha, pero trató de restarle importancia al asunto, dio un pequeño suspiro, se despidió amablemente y salió de la sala en dirección a los pasillos.
Inuyasha y Rin se quedaron muy extrañados, mirándose en silencio sin creerse lo que pasaba.
“¿Te sucede algo?”, le preguntó él a Rin al notar algo raro en su actitud, así como había hecho con Kohaku, y temiendo recibir el mismo tipo de respuesta.
“No, no me sucede nada”, dijo ella con una sonrisa fingida. Terminaron de estudiar e Inuyasha se ofreció a llevarla, ya que era tarde, y unas oscuras nubes cubrían el cielo como una espesa manta, listas para soltar llanto en cualquier segundo.
Cuando estaban cruzando la calle que separaba Ueno de la Universidad, ellos voltearon como atraídos por algo… y ahí estaba el espectáculo que hubieran preferido jamás ver. Kagome, a quien jamás habían visto entrar a clase, salía de la Universidad y subía a un coche azul, yendo en dirección a su propia casa. La sangre de Inuyasha hervía. Así que sí estaba con Sesshoumaru después de todo, habían estado juntos en el café, habían paseado por Ueno y hasta se tomaba la molestia de recogerla para llevarla a casa.
“Oye, Rin-chan”, dijo intentando fingir calma “¿Recuerdas en qué momento entró Kagome?”
Ella negó con la cabeza, mientras intentaba acomodar sus ideas, no podía creer que le dolía ver a Kagome irse junto a Ai ¡A ella también la había llevado a casa! Estaba celosa y no podía creerlo, así que no quería imaginarse cómo debía estar sintiéndose su amigo Inuyasha.

Luego de media hora de camino en el automóvil de los padres de muchacho, finalmente arribaron al edificio de Rin, mientras unos relámpagos hacían aparición y comenzaban a caer las primeas gotas de lluvia. Rin levantó la vista y miró al automóvil dentro del que se encontraba Inuyasha. Exactamente así se veía Sesshoumaru esa vez. Aunque no quisieran reconocerlo, ambos se parecían mucho. Rin suspiró y entró al edificio, sin deseos de mirar hacia atrás, mientras su mente oía los primeros inexistentes párrafos de “Un hada en la lluvia”, recitados por una hermosa y grave voz…
Intentando olvidarse de todo, Rin tomó sus libros y los miró sin poder concentrarse. Tenía en su mente que su mejor amigo tenía una cita, y que su “supuesta” mejor amiga estaba con Sesshoumaru, no podía soportarlo y la angustia no le permitía pensar en nada más. Conforme pasaban los minutos, la lluvia caía con más fuerza y la tormenta se hacía más evidente
“¿Cómo serán las hadas del libro de Ai?”, pensó suspirando, mientras veía resbalar las gotas de agua por la ventana. “Estoy pensando puras estupideces”, bajó la vista tristemente, sentándose al borde de la cama mientas dejaba el libro de lado “después de todo no soy más que eso: un hada en el libro de Ai”. Sin saber por qué, los ojos se le nublaron: la lluvia había entrado en su corazón también…
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“…Y levantó sus manos por tercera vez y dejó caer la lluvia. El ruido se aquietó, la calle se aquietó, la gente se aquietó, todo el mundo se aquietó. Sus poderes le ganaban a todo, no tenía deseos de ver moverse a ninguna criatura viva, y la tormenta había conseguido hacer realidad su deseo, hubiera sido mucho más generosa si nos hubiera matado, si me hubiera matado, porque estoy sufriendo demasiado y no sé si ella lo entiende.
Si acaso lo entendiera, lo hace a propósito, para hacerme sufrir más, en ese caso sería una bruja disfrazada de ángel que solamente deseaba provocarme y luego destruirme, fingiendo inocencia.
Pero, si acaso no lo entiende, ya es momento para que se de cuenta… y que pare, porque no pienso sufrir más y no pienso decirlo. Si es inocente y lo que sucedió fue un accidente, ya es momento de que lo repare. No pienso involucrarme más con sus poderes, porque son demasiado para mí. Si hubiera sabido que el hechizo de amor de un hada de agua era tan terrible y doloroso, jamás la hubiera ayudado, jamás me hubiera acercado a ella. Antes debí haberme fijado cuidadosamente si no se trataba de una “Mano Blanca”, que atrapa víctimas inocentes para destazarlas.
Y lo peor de todo esto es que no tengo a quien pedir ayuda. Hoy tuve una mala experiencia: tomé la mano de otra hada, un hada de fuego, para pedirle ayuda y ¿Sabes lo que dijo? Que conoce al hada de agua que yo vi, que la cree inocente, que la ve limpia. Pero al mismo tiempo me dice que la vio con otra persona, quizás alguien más afortunado que yo. Y no es una mentira, pues yo lo vi con mis propios ojos… y luego me acusé a mí mismo de idiota.
Se dice que las hadas regalan sus dones a las personas que aprecian, pero sus dones jamás llegaron a mí ¿Significa eso que es él el privilegiado? ¿Acaso todo el tempo el hada estuvo cayendo hacia él sin que yo me diera cuenta? ¿Cómo saberlo? ¿Cómo preguntárselo? No seré capaz de oír sus respuestas, con tan sólo la fuerza de sus palabras sería destruido, porque estoy rendido a su corazón aún cuando ni siquiera se digne a mirarme ya ¿Acaso fui yo el que cometí un error? ¿O es la misma hada la que trata de confundirme? No puedo saberlo.
Mis máscaras ya no me ayudarán. Para ella, todas son transparentes y claras, presiento que puede ver a través de ellas cuando nuestras almas chocan de repente. Un choque doloroso y fatal. No importa qué fachada utilice o cuantas veces oculte mi nombre o mi apariencia, no importará tampoco si llego a decidir usar magia… todas las veces será lo mismo: mis propias máscaras me traicionarán mostrando un lado de mí que desconozco y me asusta.
Y el hada… quise pedirle ayuda a esa hada, pero… ella llegó por voluntad propia, a diferencia de la anterior, y su forma de ser es diferente también, una persona temperamental. Ni siquiera sé por qué motivos se acercó a mí, si es buena o mala, no sé nada de ella por mucho que hayamos hablado… y el castillo de naipes se viene debajo de nuevo, porque no creo que ella y yo podamos entendernos… y terminaré repitiendo que estoy solo, lo sé. Pero ¿Qué ocurriría una vez que ella sepa que sólo la estoy utilizando? ¿Me atacará? ¿Me destruirá o abandonará? ¿Cómo llegué a esta situación crítica?
¿Qué haré, Rin?, dime ¿Qué haré desde ahora en más? ¿Realmente tendré que luchar contra ti? ¿O quizás contra lo que siento por ti? ¿Me destruiré sólo acaso? ¿Dejarás tú que yo perezca?”

Y leyó en voz alta las palabras escritas en sus tres últimos capítulos, haciendo eco su voz en su gran casa vacía, sonido que era perfectamente acompañada por el ruido de la terrible tormenta que se desataba afuera, vengándose de aquellos que osaban caminar por sus territorios, poniéndoles en el camino ¿por qué no? Ingratas hadas de agua que les complicaban la vida, y él era un buen ejemplo. Miró una y otra vez su libreta, ahora no tendría siquiera la opinión de Kagura, después de todo, ella tenía mejores cosas que hacer, por ejemplo quedarse con ese mocoso del bar… No entendía por qué, de pronto, la sangre le hervía al recordar eso, aún cuando se suponía que no le importaba en lo más mínimo, aún cuando sabía que debía ponerse una de sus máscaras y controlarse. Y ese idiota que decía ser su hermano, pero a sus espaldas intentaba tomar lo que se suponía era DE ÉL. ¿Y dónde quedaban sus máscaras entonces? ¿Para qué le servían?
Tenía muchas para utilizar:
Seriedad
Indiferencia
Frialdad
Felicidad
Interés
Respeto
¡Pero a veces ninguna de esas lo ayudaba! Tenía que dejar de esconderse de esa forma, a la larga, el resultado era peor, ya lo había comprobado. Es que desde pequeño no conocía otra forma de actuar, ocultarse era su forma de defenderse… pero ahora hasta parecía tratarse más bien de una forma de autodestruirse. ¡Por eso odiaba pensar en sí mismo!, porque se hacía consciente de que tenía debilidades, al igual que todo el mundo. Jamás se había tomado momentos para detenerse y pensar, aprovechaba cualquier momento para hacer algo que “le sería útil” y se olvidaba de sí mismo, pero eso había cambiado drásticamente con la mágica aparición de su hada de agua, con la aparición de su Rin. Era irónico pensar que aquella persona que había logrado que dejara de sentirse solo, fuera la misma que lo había abandonado.
Fue hasta su habitación, abrió la ventana de par en par y se asomó para sentir la lluvia. Cerró los ojos por unos segundos, tomó aire e intentó olvidarse de todo, dejando que fluyera con el viento frío y recitó en voz baja las palabras que había memorizado de su libro para Rin, pensando que la lluvia las tomaría y, de algún modo, las arrastraría hasta Rin, entonces ella lo oiría fuerte y claro.

En algún lugar, a unos cuantos Kilómetros de ahí, una jovencita se asomaba por la ventana abierta de su departamento, sin importar que entrara el agua de la lluvia, dejando que ésta la abrazara y, curiosamente, las palabras que habían empezado a sonar en su cabeza desde que había llegado a casa seguían allí, como si realmente escuchara que alguien recitaba palabras para ella, mientras seguía la esencia de unas pequeñas luces que volaban veloces entre las gotas de lluvia, soñando con hadas de lluvia, recitando canciones, soñando con Ai…
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*Luchy toma aire y se estira* Kami! Cómo corren esos dos… querían vengarse por la pelea que escribí en este fic. Hora de responder
Sé que lo han estado esperando ansiosas y desesperadas, ahora sí se armó la gorda, prometo que pronto habrá un desenlace, prepárense para “descifrar” todo el rollo, jeje.

Pumy. Bienvenida de nuevo. Gracias por tenerme entre escritores favoritos.
Analicé meticulosamente el trabajo y encontré los errores, no me había dado cuenta. Haré todo lo posible por no caer en la monotonía. Seguiré esforzándome para que esto mejore, y para que sigan disfrutando e interesándose por el Fanfic.

Esto sí podía ponerse más negro, sí Zaika. Aquí verás un nuevo avance.

Olga. Wow! ¿Qué es esto? Jeje…Desde un principio, cuando comencé a escribir esta historia, dije que estaría basada en hechos reales, además de los rollos que aparecen en distintos volúmenes literarios muy buenos que me han dado la idea…
En la ficción también ocurre, aunque creo que llegué a sobrepasar el límite de las telenovelas (me gustaría poder decirlo más modestamente)
Antes de que vean qué sucederá de aquí en más con todas las parejas mezcladas, necesito que observen cómo toma cada uno la nueva situación, con sus ideas dolorosas y equivocadas, por supuesto.

Nirvana. Como siempre, has sabido comprender y analizar todo lo que quise decir, y has captado perfectamente la esencia de los sentimientos y emociones de cada personaje. Describiste perfectamente a “Ai” y Rin.
Todos entraron al juego porque creen que así podrán solucionar el problema, pero eso es jugar con fuego y los resultados pueden ser inesperados… pronto veremos.
Pues, estás en lo cierto: dejé a todos en usa situación llena de presión y ansiedad (igual que a ustedes). Pronto verás cómo reacciona cada quien a partir de este punto.

Lily, así es, ellos ven lo que quieren y se causan a sí mismos sus propios sufrimientos al imaginarse “cuán bien se siente el otro con su nueva pareja”, por mucho que sea mentira. Es cierto que están viendo fantasmas donde no existen, pero a veces el amor hace esas cosas.

También quiero que deduzcan cuánto pueden “durar” o ayudar las mil máscaras de “Ai”.
¿Quieren beso? Prometo que pronto habrá beso (pero primero las haré sufrir al mejor estilo “Rumiko Takahashi”…ja…ja…ja…)

 

Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Disculpen que no pueda actualizar rápido, es que la inspiración huye de mí y además no puedo despertarme en las mañanas, y hay problemas con la electricidad y la luz nos abandona a menudo. Pero prometo tener pronto un fresco capítulo, sí.
Sé que todas se molestaron conmigo porque los hice pelear. Perdón, pero esta historia será complicada por un tiempo más, la reconciliación se dará de forma inesperada, lo prometo. (No prometo que sea pronto, pero creo que les gustará). Ah, no habrá beso. No, eso era una bromita, sí habrá.
No sé si están enojados, pero celosos y tristes, seguro, veo que esta vez no pude hacer comprender bien ciertas emociones ¿Qué estará pasándole a mi don natural?
Como ya dije anteriormente, los paisajes lluviosos serán comunes aquí, de hecho, en esta parte de la historia está lloviendo.
Espero que les haya gustado el cuento de “Ai”.