Microrrelato Un arduo trabajo

Tema en 'Nano y Microrrelatos' iniciado por ScarSteban, 13 Diciembre 2018.

  1.  
    ScarSteban

    ScarSteban Entusiasta

    Aries
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    1 Noviembre 2018
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    70
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    Escritor
    Título:
    Un arduo trabajo
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    500
    Un arduo trabajo



    La obscuridad de la noche todavía se mantiene sobre el poblado.

    Un tono rosáceo empieza a notarse por el cielo del este anunciando que el alba pronto se alzará en el horizonte.

    Este es el momento en que el día comienza para quienes viven y trabajan en el campo, un grupo de visionarios que se aventuraron a probar suerte y crecer en una nueva tierra.

    La vida regresa al pequeño poblado cuando los campesinos humildes que son sus ciudadanos empiezan con sus labores cotidianas. Riegan los campos, colocan cercas para evitar el paso de alimañas, talan nuevas zonas para expandir los huertos, etc.

    Aún después de haber logrado establecerse, las cosas todavía son algo difíciles para los nuevos moradores de estos lugares.

    La tierra mostró ser obstinada, dura y difícil de labrar, las primeras semillas plantadas fueron un fracaso rotundo lo cual provocó tensión entre los ciudadanos; pero ahora, luego de estos siete meses angustiosos, las segundas semillas mostraban la promesa de una gran y abundante cosecha, a solo un par de meses de madurar completamente; la alegría inunda los corazones de todos por la próxima recompensa de su arduo trabajo y los mantiene alertas ante posibles plagas.

    El sol se alza completamente en el horizonte y aquello significa, junto con el rugido a coro de estómagos hambrientos, que es hora de tomar un breve descanso para comer el desayuno.

    Mientras todos se dirigen al comedor comunal, un campesino se queda detrás del resto para observar con detenimiento los escombros de la ciudad a sus pies que las plagas usan como escondite. Ocho metros de altura; cabeza peluda con ojos de un negro abrumador; hileras de dientes como navajas en la boca; torso humanoide adornado con cuatro tentáculos; sosteniéndose sobre un abdomen y patas de apariencia arácnidas; el nuevo colonizador de la tierra observa vigilante.

    Pero el rugido de su estomago le reclama ir a desayunar y no tiene otra opción que ceder.

    Al llegar al comedor nota que sus familiares y amigos ya comenzaron con la comilona, los gritos de desesperación de niños humanos le abren el apetito. Se abalanza sobre la jaula que contiene su desayuno, los pequeños se ven pálidos y huesudos, apenas lanzan gritos cuando devora sus extremidades antes de arrancarles la cabeza. El sabor es apenas dulce o sustancioso, predomina el gusto de sus agrias excretaciones, casi parecen adultos; pero come de todas formas para recuperar fuerzas, pues pronto la cosecha traerá consigo un verdadero manjar de carne y gritos. Por ahora estos huesudos retoños humanos le sirven para aplacar el hambre.

    Las mesas terminan llenas de charcos de sangre al finalizar el desayuno, todos regresan a sus labores pasando junto a los huertos sin poder evitar relamerse ante el espectáculo. Miles de hembras humanas, encadenadas, agonizando de dolor por un vientre a punto de explotar, gestando en su interior un verdadero festín genético mejorado que pronto podrán disfrutar.

    Solo deben continuar con su arduo trabajo.
     
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