Long-fic de Inuyasha - Un Amor Del Destino

Hola mis queridas lectoras aquí vengo como siempre prometo a dejarles la conti de hoy gracias por todos sus posts y me gusta realmente me animan a seguir publicando a pesar de todo se que quizás les parezca demasiada miel y se que lo es pero considere justa una buena dosís de románce y ternura después de haber tenido a nuestras parejas protagonicas separadas por tanto tiempo pero no se confien XD bueno ya no las torturo disfruten.

Capítulo 84 Dulce Paraíso

A la mañana siguiente apenas amaneció la pequeña Rin se levantó de su cama, y corrió las cortinas blancas de su ventana, dejando entrar los rayos de sol iluminando la habitación. Después entro a su amplio baño cuyo piso era de mosaico perla, las paredes estaban adornadas por azulejo durazno con listeles de jazmines; y en medio estaba la tina hecha de mármol del mismo tono que el mosaico, en un extremo había una mesita de madera clara sobre la cual reposaba una bata de baño blanca, por último en una de las esquinas de la pared a la altura de la tina había una repisa que tenía esencias, sales, minerales, y distintos shamphoos muy exquisitos además de jabón perfumado. Mientras la tina se llenaba vertió esencia de jazmín en el agua y se deshizo de su pijama, seguidamente entro en la tina dejando correr el agua caliente por su piel blanca, sumergiendo después sus largos cabellos negros tomo la esponja y enjabono cada parte de su cuerpo; lavo su cabellera con shamphoo de frutos rojos.

Cuando termino su baño tomo la bata que reposaba sobre la mesita y se la coloco, entonces volvió al interior de su habitación, camino hacia su armario y tomo sus ropas eligió un suéter tejido color caqui, una falda beige acampanada que le llegaba hasta un poco más arriba de la rodilla marcando sus finas curvas, y unas zapatillas bajas negras; al estar lista tomo asiento frente a la luna de su tocador de madera chocolate y cepillo con calma su cabellera hasta desenredarla por completo creando también su habitual flequillo, después pinto sus labios con brillo durazno, se colocó su cadenita con el dije en forma de jazmín finalmente roció su cuello y muñecas, con su perfume de la misma flor.

-Buenos días.-saludo Rin alegre al entrar al comedor.

-Buenos días, hermanita.-contestó Aome sonriendo.

-¿Ya tienes todo para tu viaje Rin?-preguntó Sukiomi saliendo de la cocina.

-Sí, discúlpame por no avisarte antes tía.-respondió Rin algo apenada.

-No te preocupes sé que con Sesshomaru jamás te pasara nada malo, además te quiere mucho.-musitó Sukiomi.

-Gracias.- dijo Rin.

-Bien vamos a desayunar, o se te hará tarde.-mencionó Sukiomi mientras servía los platos de ambas, y al final el suyo.

Desayunaron amenamente platicando y riendo, al terminar esta vez fue la madre de Aome quien se ofreció a lavar los platos como siempre solía hacerlo, en este tipo de ocasiones. Entonces Rin tomo los platos de Baddy sirvió agua fresca en uno y croquetas rellenas de carne en el otro, al igual que Aome, seguidamente ambas muchachas salieron al extenso jardín y les llevaron el desayuno a sus mascotas.

-Aquí está tu desayuno Baddy cómelo todo, y pórtate bien con mi hermanita y mi tía mientras no estoy.-musitó Rin mientras colocaba sus platos delante de él y acariciaba su cabeza.

Al escuchar esas palabras los ojos miel del bello animal se entristecieron soltó un leve gemido, mientras frotaba su hocico y nariz contra la mano de su tierna dueña, como pidiéndole que no se fuera.

-Yo también te extrañare mucho, pero regresare pronto.-prometió Rin mientras frotaba sus orejas.

-¡Rin, ya llego Sesshomaru por ti!-llamó Sukiomi desde la puerta trasera de la cocina.

-Sí, ya voy tía.-contestó Rin mientras caminaba de vuelta al interior de la casa.

-Hola, mi niña ¿Estas lista?-preguntó Sesshomaru sonriendo.

-Si Sesshy, solo me estaba despidiendo de Baddy.-respondió Rin devolviéndole la sonrisa.

-Bien, vámonos entonces.-musitó Sesshomaru tomando su mano y cargando su maleta con la otra.

Estaban por salir de la casa cuando escucharon…

-¡Esperen!-gritó Aome bajando las escaleras como rayo y llegando a la puerta.

-¿Qué pasa hermanita?-preguntó Rin extrañada por su actitud.

-Nada hermanita, toma.-respondió Aome entregándole una gran caja envuelta con un papel brillante y un moño rojo.

-¿Qué es?-inquirió Rin emocionada.

-Una sorpresa, muy especial…-contestó Aome riendo un poco y guiñándole un ojo discretamente.

-Que tengan buen viaje, cuídala mucho Sesshomaru.-musitó Sukiomi.

-Claro que sí, señora Sukiomi.-prometió Sesshomaru.

Finalmente salieron de la casa, así que el ojidorado subió las maletas a la cajuela del coche, y después le abrió la puerta del copiloto cortésmente a la joven una vez que ella se subió, Sesshomaru tomo el volante y arranco tomando camino hacia la carretera que conducía a la costa. Condujo un largo rato a la velocidad permitida que eran los 80 km por hora, de pronto el aire comenzó a sentirse caliente así que Rin se despojó de su suéter tejido quedando solo con una blusa de manta blanca y de mangas cortas; seguidamente ato su cabello en una cola de caballo con una liga de tela. Sesshomaru igualmente se quitó su prenda invernal luciendo en su lugar una camisa también de manga corta color arena, la cual se le pegaba bastante al cuerpo, al dar vuelta en una curva al fin podía verse el mar. De pronto el camino cambio a empedrado de adoquín, y a los lados comenzaban a verse distintas tiendas, y edificios de hoteles lujosos.

-Llegamos.-musitó Sesshomaru estacionando el auto frente a un enorme edificio, amarillo claro, con ciertos detalles anaranjados.

-¿Qué hacemos aquí?-preguntó Rin sorprendida.

-Pasaremos una semana, en la playa.-contestó Sesshomaru sonriendo.

Al bajar del auto un chico de ojos verdes y cabello castaño vestido con una camisa blanca con el emblema y el nombre “Hotel Dulce Paraíso” y pantalón azul marino se acercó a ellos del lado del conductor, así que Sesshomaru le entrego las llaves de su deportivo, para que lo llevara al estacionamiento del hotel. Entonces se encaminaron hacia la recepción subiendo por la larga escalera de mosaico beige, al llegar arriba otro chico de tez morena clara y ojos grises tomo sus maletas y los acompaño hasta el mostrador de madera oscura, detrás de este estaba una chica de cabellos rubios y ondulados, piel ligeramente bronceada, y ojos verdes vestía una blusa blanca corte V que mostraba el nacimiento de sus senos, cubierta por un saco formal de manga corta del mismo color que el uniforme de los botones la falda corte recto, y las zapatillas negras.

-Buenas tardes, mi nombre es Kasumi.-saludo amablemente, y después preguntó.- ¿Tienen reservación?-

-Si ayer hable e hice una reservación a nombre de Sesshomaru Taishio, y otra para la señorita Rin Hanabusa.-respondió Sesshomaru.

-Ah sí claro señor Taishio, sus habitaciones son la 120 y 121.-musitó Kasumi regalándole un sonrisa coqueta agrego.-Espero que disfruten, su estancia aquí.

-Gracias, señorita.-agradeció Rin mostrándole una mirada fría.

Después de entregarles sus llaves Kasumi llamo a un par de botones para que llevaran las maletas a las habitaciones, los guiaron por un largo pasillo de mosaico crema perfectamente pulido a cuyos lados habían diversas puertas de madera tono miel con cierto brillo gracias a una delgada capa de barniz transparente y chapas doradas.

-Esta es su habitación, señorita.- dijo un joven de ojos azules y cabello rojizo oscuro, abriendo la puerta marcada con el número 121.

La habitación era espaciosa y amplia las paredes eran de un naranja muy tenue, y el piso estaba forrado de alfombra beige. El centro estaba ocupado por la gran cama matrimonial la cual estaba cubierta por un edredón crema con encaje, una enorme almohada de plumas vestida con una funda de satín color durazno al igual que un par de pequeños cojines, la cabecera era de madera chocolate oscuro, y el dosel de metal dorado; estaba flanqueada por un par de pequeños buros hechos de madera fina, en uno había una pequeña lámpara de noche, y en el otro un teléfono negro. A los pies de la cama estaba el lujoso tocador hecho de mármol crema con un gran espejo ovalado, y pequeños cajones; del lado derecho estaba el enorme ventanal corredizo vestido con cortinas de chiffon transparente, que daba a un hermoso balcón con baranda de madera negra.

En la esquina derecha estaba en enorme armario y vestidor integrado con entrepaños de madera blanca a lo largo de la pared, en frente de estos había dos hileras de cajones del mismo tono con manijas de acero. En el fondo de aquel pasillo que dividía el vestidor estaba el amplio baño las paredes eran de azulejo humo con listeles de olas azul-grisáceo, el piso de mármol blanco al igual que la gran tina que ocupaba el centro de ese cuarto, además por supuesto de una repisa con exquisitos aromas, y jabones.

-Es preciosa.-musitó Rin feliz.

-Espero que disfrute, su estancia aquí.-mencionó el joven botones colocando sus maletas sobre la enorme cama.

-Gracias.-agradeció Rin gentilmente.

Cuando el joven empleado se retiró de la habitación la tierna muchacha abrió su maleta, comenzó a sacar su ropa y a acomodarla en el amplio armario al igual que sus zapatos. Después coloco su joyero perfumes y demás cosas de arreglo personal en el tocador, al terminar tomo asiento frente a este soltó su largo cabello negro y lo cepillo perfectamente, volviéndolo a peinar esta vez en una cola de caballo perfecta justo al terminar escucho que llamaban a la puerta.

-Pase.- dijo Rin estando aun frente al tocador.

-Veo que terminaste de instalarte.-mencionó Sesshomaru.

-Si.-contestó Rin sonriendo.

-Luces muy linda.-halago Sesshomaru.

Después de eso ambos salieron a recorrer el hotel que realmente era muy extenso y lujoso al final del pasillo de las habitaciones, a mano izquierda había una pequeña escalinata de tres peldaños, la cual guiaba al restaurante principal cuyas mesas eran de fino cedro blanco con sillas hechas de la misma madera; el desayuno era exquisito tipo bufete con una barra de ensaladas, postres, y bebidas exóticas además se podía observar el mar que era de un azul profundo y muy claro, la arena de la playa era totalmente blanca, el sol brillaba en lo alto del firmamento celeste con nubes esponjadas como algodón, y el viento cálido soplaba con un leve olor salino jugueteando con los cabellos de la chica provocando que se pegaran en su angelical rostro acariciando también sus mejillas, y meciendo las enormes palmeras cuyas hojas eran de un verdor realmente esplendoroso, vivo, y brillante.

El hotel además contaba con diversas actividades como paseos en lancha y velero, caminatas por la playa, buceo, visitas a los hermosos arrecifes de coral recorridos por las distintas islas, canchas de basquetbol, tenis, vóleibol, alberca olímpica, chapoteadero, asoleadero etc.

Continuará------------------------------------------------------------------------------------------

Espero que les haya gustado no me maten por dejarlo ahí la proxima conti si las cosas siguen como hasta ahora se las traere el Viernes cuidense mucho sayo...

 

¡Hola! Si ya se querran matarme por no actualizar hasta ahora les pido disculpas pero es que he estado algo ocupada además de que estaba con la inspiración travada pero eso ya paso y espero que no vuelva a pasar sin más aquí el capítulo de hoy disfruten y de nuevo lamento la demora.

Capítulo 85 Disfrutando Dulce Paraíso

Al terminar de recorrer las instalaciones del hotel ya había anochecido, por lo que el cielo nocturno estaba cubierto por un manto de brillantes estrellas, las cuales resplandecían de una manera esplendorosa coronadas por una hermosa luna plateada en fase menguante; el viento aún conservaba el leve aroma salino de la tarde pero soplaba más fuerte y se sentía más frío.

-El hotel, es muy lindo.-musitó Rin sonriendo.

-Me alegra, que te guste.- dijo Sesshomaru mirándola.

Cuando su caballero de ojos dorados se marchó la linda Rin cerró la puerta de su cuarto. Camino hasta el amplio baño y abrió las llaves de la tina, mientras esperaba a que se llenara saco del mueble inferior del lavabo su neceser donde guardaba sus aceites y aromas, lo coloco sobre la pequeña mesita de madera clara que estaba en una de las esquinas la abrió y saco de su interior el frasco que contenía la esencia de jazmín vertiendo un chorrito en el agua; guardo todo en su lugar y entro en está sintiendo en seguida como se relajaba cada parte de su cuerpo impregnando cada centímetro de su piel con aquel delicado y dulce aroma de su flor favorita, enjugo sus largos cabellos con shamphoo de frutas tropicales, muy adecuado para el ambiente en el que se encontraba. Poco después termino así que volvió al interior de su habitación, envuelta en una bata blanca. Estaba por desamarrar las tiras de aquella prenda que cubría su cuerpo mojado, para secarse y vestirse cuando timbro el pequeño teléfono negro que estaba en el buro izquierdo de la cama, sentándose en esa orilla del colchón.

-Diga.- dijo Rin contestando.

-Señorita Hanabusa, el señor Taishio la espera para cenar.-informó una voz masculina desde el otro lado de la línea.

-Gracias.-contestó Rin terminando la llamada.

Seguidamente la chica tomo un par de prendas del armario, se despojó de la bata mojada, seco cada parte de su cuerpo y se vistió. Había elegido una blusa de mangas cortas con cuello corte “V” anaranjado fuerte, la cual realzaba más sus pechos además de resaltar bastante su piel blanca, y sus profundos ojos negros, la falda de seda blanca corte sirena marcaba bastante sus finas curvas llegándole un poco más arriba de las rodillas, y se calzo unos zapatos tipo plataforma beige.

Después tomo asiento frente a la luna ovalada del lujoso tocador, comenzó a cepillar su larga cabellera negra con tranquilidad y esmero hasta desenredarla completamente, se hizo un pequeño chongo alto sujetándolo con una peineta de plata, dejando sueltos unos pocos cabellos cayendo en cascada tras su espalda, pinto sus ojos con una ligera sombra dorado apagado que resaltaba su mirada, maquillo su rostro con una base suave dio color a sus mejillas con un poco de rubor, por ultimo delineo sus labios con brillo durazno. Coloco un broche de perlas blancas entre su peinado, y en su cuello aquella cadenita que Sesshomaru le había regalado tantos años atrás, finalmente roció sus muñecas y el nacimiento de sus senos con su dulce perfume de jazmín. Justo en ese momento tocaron a la puerta de su habitación, así que se levantó del tocador y fue a abrir.

-Luces encantadora.-halago Sesshomaru al verla abrir la puerta.

-Gracias, Sesshy.-respondió Rin apenada.

Sesshomaru vestía una camisa de manga corta de estilo formal blanca que se le pegaba bastante al cuerpo marcando su perfecto abdomen, un pantalón de vestir negro y unos zapatos que hacían juego. Su cabellera de plata estaba suelta cayendo tras sus anchos hombros pero perfectamente peinada, usaba también un seductor perfume de nardo y sus ojos brillaban de felicidad, la joven volvió un momento al interior de su habitación y tomo su bolso que reposaba sobre la cama.

El muchacho tomo delicadamente su diestra para encaminarse al restaurante principal, el techo estaba adornado por lámparas de estilo antiguo las cuales brindaban su luz, el piso de mosaico crema estaba perfectamente pulido, las mesas estaban cubiertas con manteles blancos que tenían detalles azul oscuro, las sillas seguían siendo de madera fina pero esta vez con asientos y respaldos acojinados. El encargado los guio hasta una mesa que estaba en una de las orillas, con una preciosa vista.

-Permíteme.-pidió Sesshomaru sacándole una de las sillas.

-Gracias.-contestó Rin sentándose.

Unos minutos después se acercó a ellos un joven de tez apiñonada ojos cafés y cabello negro.

-Buenas noches, ¿Qué les apetece cenar?-preguntó el mesero amablemente.

-Yo quiero un filete bien cocido con puré de papa, y un coctel de guayaba.-musitó Rin.

-Para mí una langosta a la mantequilla con fideos secos, y una piña colada sin alcohol.-respondió Sesshomaru.

Minutos después el mesero volvió con las órdenes y las bebidas de ambos, coloco los platillos delante de cada uno y se retiró no sin antes regalarle una sonrisa coqueta a Rin como cumplido ante lo hermosa que se veía, de lo cual Sesshomaru se percató.

-Gracias, joven.- dijo Sesshomaru mostrándole una mirada fría.

Cosa que Rin noto en seguida.

-¿Sucede algo Sesshy?-inquirió Rin extrañada.

-No me gusto, como te vio ese chico.-respondió Sesshomaru en tono celoso.

-Sabes que yo solo tengo ojos para ti, mi amor.-aseguró Rin con voz dulce.

Esa respuesta robo una sonrisa de los labios de Sesshomaru ya que aunque lo sabía de sobra, le encantaba escucharla decir eso. Cenaron tranquilamente muy felices y totalmente ajenos al resto de las personas que había en ese lugar, además la vista sí que era realmente esplendorosa se podía ver el firmamento nocturno que aún estaba coronado por la misma luna menguante, también se podía observar el extenso mar cuyo oleaje rompía contra la orilla rocosa, acariciando también la arena blanca. Al terminar de cenar ambos salieron a dar una vuelta por el hermoso y extenso jardín imperial del hotel, el cual estaba cubierto por una gran cantidad de flores muy bellas todas tropicales, pero un extremo estaba totalmente lleno de jazmines silvestres.

-Son bellísimos…-mencionó Rin encantada.

-No tanto como tú, mi ángel…-musitó Sesshomaru con voz tierna.

En ese momento el muchacho de cabellos plateados se acercó a aquel extremo de arbustos, tomo uno de los jazmines más bellos y grandes sus pétalos eran de un blanco delicado brillante, sus pistilos dorados se asemejaban bastante a los rayos del sol, su tallo y hojas eran de un verde fuerte y esplendoroso.

-Para ti.- dijo Sesshomaru mientras le daba la flor.

-Gracias, Sesshy te amo…-musitó Rin dulcemente.

-Yo más, mi niña tierna.-contestó Sesshomaru besándola suavemente.

Después de estar un rato más en aquel bello jardín donde se podían observar las estrellas mucho más cerca, ambos regresaron a sus respectivas habitaciones. Una vez dentro de la suya Rin coloco el hermoso obsequio de su caballero de mirada dorada en un jarrón de cristal, que estaba sobre el buro izquierdo de la cama. Seguidamente camino hasta el tocador donde deshizo su peinado dejando la peineta sobre este soltando completamente su oscura cabellera, después se dirigió al amplio vestidor ahí se despojó de sus ropas y en su lugar se colocó un fresco camisón de seda celeste, junto con una bata que hacía juego al terminar volvió al interior del cuarto estaba por meterse bajo las sabanas para dormir, pero antes decidió llamar a casa.

Aome se encontraba en su conversación telefónica grupal, con Sango, Áyame, y Akari.

-Sí, esperen tengo otra llamada.-musitó Aome.

-Si.-respondieron unísonas.

-¿Diga?-preguntó Aome contestando la otra línea.

-Hola, hermanita.-saludo Rin alegremente, y después preguntó.- ¿Interrumpo algo?-

-Hola, hermanita no para nada hablaba con Sango, Áyame, y Akari espera déjame enlazarte con ellas.-contestó Aome.

-Espera.-pidió Rin.

-Está bien, por cierto ¿A dónde te llevo Sesshomaru de viaje?-preguntó Aome muy curiosa.

-A una playa realmente hermosa, estamos en un hotel precioso.-respondió Rin ilusionada.

-Qué lindo cuando vuelvas, debes contármelo todo.-mencionó Aome ansiosa.

-Jejeje, obviamente que si hermanita.-aseguró Rin riendo un poco y agrego.-Bueno solo llame para saludarte, y para que le digas a mi tía y a Inuyasha que llegamos bien.

-Si claro, yo se los digo.-respondió Aome.

-Buenas noches, hermanita.-se despidió Rin.

-Buenas noches, adiós.- dijo Aome terminando la llamada.

Después de colgar el auricular la linda Rin finalmente se metió bajo las sabanas dejando la bata de su camisón a los pies de la enorme cama, se cubrió también con el grueso edredón y recostó su cabeza sobre la suave almohada quedándose profundamente dormida en poco rato, arrullada por el suave sonido de las olas que acariciaban la arena, y el suave viento que mecía las palmeras.

Continuará----------------------------------------------------------------------

Espero que les haya gustado no me odien por dejarlo así el proximo capítulo se los traigo a más tardar el Lunes cuídense mucho sayo...

 

¡Hola! Si ya se ya se lo que estarán pensando muchas de ustedes desean matarme por no actualizar antes y de verdad les ofrezco una enorme disculpa pero es que la inspiración se me había bloqueado para una parte de vital importancia de este capítulo además tuvieron que formatearme la lap por un pequeño problemita. Casi muero al pensar que no había respaldado la historia T_T pero afortunadamente ¡Si guarde una copía en mi USB! Me puso muy feliz sin más aquí el capítulo.

Advertencia: Este cap tiene contenido Lemón apto solo para aquellos lectores mayores de 16 años o lo suficientemente maduros.

Nota: Este es el segundo Lemón que escribo sin embargo es la primera vez que uso la pareja de [SesshXRin] Me esforce mucho en ello en serio ojala les guste y una vez más lamento la demora.

Capítulo 86 Solo Quiero Amarte

Increíblemente desde su llegada a ese mágico lugar ya habían pasado 6 días. La pequeña Rin despertó al sentir el calor de los leves rayos de sol, que se filtraban por las cortinas del ventanal corredizo, se levantó de la cama y camino hacia el espacioso baño entonces lavo su angelical rostro con agua fría cepillo sus dientes, y tomo su ropa limpia del closet. Para ese último día eligió una blusa de tirantes rosa claro, unos shorts cortos arena, y unas sandalias que hacían juego con la blusa, cepillo su larga cabellera negra hasta desenredarla por completo en ese momento llamaron a la puerta.

-Buenos días-musitó Sesshomaru sonriendo.

El ojidorado lucía una camiseta sin mangas blanca que se le pegaba bastante al cuerpo, marcando su musculoso abdomen dejando ver también sus fuertes brazos además de unos pantalones cortos beige, y unas sandalias cafés sus cabellos plateados estaban sueltos.

-Buenos días, Sesshy te vez muy guapo.-contestó Rin halagándolo.

-Y tú luces encantadora ¿Vamos a desayunar?-comentó Sesshomaru.

-Sí, la verdad tengo mucha hambre.-admitió Rin algo apenada.

Dicho esto ambos jóvenes se encaminaron al restaurante del hotel, se sentaron en la misma mesa de la noche anterior, Sesshomaru eligió un sushi de camarón acompañado de un tazón de arroz y un jugo de guayaba Rin por su parte ordeno un plato de Surimi con una guarnición de verduras, un tazón de fruta fresca, y un jugo de naranja. Desayunaron gustosos disfrutando de la comida, y por supuesto de la compañía del otro.

Al terminar de desayunar la joven hizo un rápido viaje de regreso a su habitación, solo para tomar su bolso de playa que estaba sobre la cama, además de los pases para pedir toallas limpias. Una vez que tomo todo lo que necesitaba cerró la puerta con llave, antes de irse fueron a la recepción para pedir su juego de toallas cuando se los dieron se fueron al asoleadero, que se encontraba en la parte este del hotel. Esta área contaba con una pequeña alberca de olas artificiales, además de largos camastros de platico blanco para lograr conseguir un bronceado perfecto; al lado derecho de estos había una pequeña carpa para cambiarse.

El primero en cambiarse fue Sesshomaru portaba un bañador azul claro con dibujos de olas celestes, el cual marcaba perfectamente sus glúteos bien formados, permitiendo ver también sus ejercitados pectorales, además de su marcado abdomen, sin duda parecía un verdadero dios griego.

-Sesshy…-musitó Rin sorprendida.

-¿Tú no vas a cambiarte?-preguntó Sesshomaru sonriendo.

-Sí, ya regreso…-contestó Rin reaccionando un poco.

La joven entro a la carpa y se deshizo rápidamente de su blusa y shorts, quedando solamente en su traje de baño, un bikini tradicional de dos piezas azul metálico el cual hacia resaltar su piel blanca, además de permitir ver sus pechos bien formados y su delgada cintura; su caminar era muy grácil como si estuviese modelando en una pasarela, sus cabellos negros bailaban con la suave brisa creando el efecto de cámara lenta Sesshomaru se quedó atónito al observar lo sexi que se veía con aquellas pequeñas prendas, parecía como si fuera una sirena de carne y hueso.

-Te vez… muy hermosa…-mencionó Sesshomaru algo nervioso.

-Gracias…-respondió Rin algo sonrojada sentándose en uno de los camastros, y después le preguntó.- ¿Podrías ponerme bronceador en la espalda?-

-Si… Claro…- dijo Sesshomaru tragando fuerte.

En ese momento el muchacho tomo la botella de loción bronceadora vertió un poco en sus rudas manos, comenzando después a untarla en sus pequeños hombros, descendiendo a su espalda terminando en su esbelta cintura; en ese momento Rin sintió como poco a poco su respiración iba aumentando al igual que sus signos vitales. Se giró completamente colocando sus manos en el cuello de Sesshomaru uniendo sus labios con los de él comenzando con un rose gentil y tierno profundizándose de a poco tratando de alargar ese momento lo más posible, a pesar de que estaban quedándose sin aire.

-Te deseo tanto…-confesó Sesshomaru sensualmente.

-Yo también… te deseo…-concordó Rin acariciando sus mejillas.

Estuvieron en el asoleadero poco más de una hora, después fueron a la alberca olímpica la cual realmente era muy grande además de extensa, el firmamento celeste intenso estaba adornado por nubes blancas bastante esponjadas. Al llegar la joven se sentó en una de las orillas, seguidamente Sesshomaru se zambullo de un salto sumergiéndose por completo, volviendo casi en seguida a la superficie solo para acercarse a donde estaba Rin; al verla se dio cuenta de que estaba algo nerviosa así que coloco sus manos en su cintura atrayéndola hacia él ella a su vez coloco sus manos en sus hombros deslizándose hacia adelante, apenas entro al agua sintió su larga cabellera negra pesada, aun así logro flotar sin problemas durante un rato pero al darse cuenta de que no sentía el piso bajo sus pies se asustó ya que no sabía nadar muy bien.

-Creo que no fue buena idea…-tartamudeó Rin algo inquieta.

-Tranquila yo voy a cuidarte…-susurró Sesshomaru junto a su oído abrazándola de la cintura.

Para ese momento del día el astro rey se encontraba justo sobre sus cabezas sus luminosos e intensos rayos arrancaban leves destellos de la piel de los jóvenes, poco después Rin finalmente venció su pequeño temor y se sumergió por completo en el agua jugando a las atrapadas con Sesshomaru como si fueran niños pequeños, dejándose atrapar rápidamente por sus protectores brazos. Finalmente cayo la tarde justo cuando los rayos del sol se tornaron anaranjados salieron de la piscina totalmente mojados, regresaron a sus habitaciones para cambiarse e ir a su última cena en el restaurante.

-¿Te parece si mejor cenamos en tu habitación? Me parece que estas algo cansada.-musitó Sesshomaru.

-Si, por supuesto…-contestó Rin algo sorprendida.

-Vendré a las 9:00 en punto.- dijo Sesshomaru.

Seguidamente la pequeña Rin entro a su habitación dejando la toalla empapada y bañador en una cesta para ropa sucia que se encontraba en una de las esquinas del amplio vestidor. Después se dio un relajante baño de tina dejando correr el agua caliente por su cuerpo deshaciéndose del aroma a cloro que había en su piel, la cual ahora poseía un matiz bronceado gracias a los rayos del astro rey que había absorbido, lavando su larga cabellera oscura con shamphoo de durazno; cuando termino envolvió su cuerpo en la bata blanca que descansaba sobre la pequeña mesita de mármol.

Para esa noche eligió un vestido de playa tipo straple verde seco con detalles bordados en hilo de oro en el escote el cual realzaba sus pechos además como era corte sirena marcaba mucho las finas curvas de su delgada cintura se calzo unas zapatillas de cintas negras y tacón bajo; después tomo asiento frente a la lujosa luna del tocador y arreglo su cabellera en un elegante chongo entero, colocando entre el peinado un broche de bronce maquillo su rostro de manera suave, pinto sus ojos con una sombra del mismo tono pero de manera muy sutil para resaltar sus orbes oscuros, dio color a la piel de sus mejillas con algo de rubor, coloco en sus tiernos labios su brillo de durazno delineando su contorno con un lápiz café. Al final puso en su cuello aquella cadenita con el dije en forma de jazmín que siempre usaba, justo en ese momento llamaron a la puerta de la habitación.

-Buenas noches, mi niña.-musitó Sesshomaru al verla abrir la puerta.

-Buenas noches, Sesshy te vez muy guapo.-contestó Rin observándolo.

El muchacho de ojos dorados lucía una camisa de vestir blanca de manga larga que marcaba su abdomen bien formado atravez de la tela ya que era de su medida exacta, con una corbata azul marino, y un pantalón negro a juego con sus zapatos por supuesto su cabellera plateada estaba perfectamente peinada en una cola alta, permitiendo ver las facciones perfectas de su rostro.

-Y tú luces… muy hermosa…-mencionó Sesshomaru regalándole una sonrisa encantadora.

-Gracias…-respondió Rin algo sonrojada.

Minutos después tocaron de nuevo esta vez eran dos empleados del hotel, los cuales traían un carrito de servicio con un par de bandejas de plata, fueron directo al balcón del cuarto y arreglaron la mesa para dos personas, cubriéndola con un fino mantel hueso con detalles azul oscuro además de las sillas colocaron también la vajilla de porcelana china con sus respectivos cubiertos de plata y servilletas de tela a juego con el mantel, por supuesto un jarrón con una gran ramo de jazmines un par de copas de cristal, y un contenedor con una botella de vino tinto. Cuando los empleados se retiraron ambos jóvenes tomaron asiento en sus respectivos lugares, degustaron los corales que estaban cocidos a la perfección, disfrutaron del exquisito vino solo un par de copas.

Al terminar de cenar caminaron tomados de la mano hasta una de las orillas del balcón, el paisaje que ofrecía el ambiente era muy romántico sin duda, el oscuro firmamento estaba coronado por una luna llena perfecta, que bañaba el lugar con una fina y brillante luz plateada, un viento suave soplaba acompañando el vaivén de las olas del mar que rompían suavemente contra la arena blanquecina, moviendo también las hojas de las palmeras.

-Mi niña…-llamó Sesshomaru.

-¿Si?-inquirió Rin girándose para mirarlo de frente.

-Yo…-musitó Sesshomaru pero no pudo terminar de hablar, ya que los nervios le cerraron la garganta pero al cabo de un momento logro aclarársela y continuar.- ¿Quieres casarte conmigo?-preguntó depositando una cajita de satín blanco en una de sus manos.

-Sesshy… yo…-titubeo Rin sorprendida mientras abría la cajita con cuidado.

Ese pequeño objeto guardaba en su interior aquel lindo anillo de oro con un zafiro rosado, esa joya tenía muchos recuerdos muy dulces, tiernos, para Rin el volver a ver ese regalo de su caballero de cabellos plateados hizo que sus mejillas se ruborizaran y su corazón latiera muy fuerte.

-No puedo creer que… aun lo tengas…-mencionó Rin sorprendida.

-Claro que si… pero no me has contestado… ¿Quieres casarte conmigo?-repitió Sesshomaru mirándola fijamente.

-Si… Sesshy…-respondió Rin con una mirada brillante y una encantadora sonrisa.

-Te amo…- dijo Sesshomaru con voz dulce mientras tomaba su mano y le colocaba el anillo, y agrego.-Fue hecho para ti…

-Yo también, te amo…-musitó Rin tiernamente.

-Bueno… será mejor que descanses, buenas noches.-se despidió Sesshomaru dándole un tierno piquito en los labios soltando su mano.

-Sesshy…-llamó Rin deteniéndolo del brazo.

-¿Dime?-preguntó Sesshomaru girándose algo extrañado.

-Quédate conmigo… esta noche…-pidió Rin sonrojada.

-Rin yo… lo deseo, pero… ¿Tú?-respondió Sesshomaru algo inseguro.

-Yo también lo deseo…-contestó Rin mirándolo tiernamente después agrego.-Iré a ponerme algo más cómodo.

-Si.-acepto Sesshomaru.

Rin volvió al interior de la habitación más específicamente al vestidor ahí se despojó de su vestido, zapatillas, y deshizo su peinado haciendo que su cabello callera en cascada tras su espalda hasta la altura de la cintura. Estaba por buscar una pijama cuando de pronto vio aquel misterioso regalo que Aome le había dado justo antes de irse a la playa; aún continuaba sin abrir pues casi lo había olvidado por toda la diversión así que decidió ver finalmente lo que contenía ese paquete. Tomo la enorme caja cuadrada primero quito el moño rojo y después el brillante envoltorio, levanto la tapa dejándola a un lado en su interior había un bello babydoll hecho de seda color bronce con fino encaje a lo largo del escote del busto, también había una carta así que la tomo y comenzó a leer.

Hermanita ojala que te guste este pequeño obsequio, espero que no te moleste el atrevimiento que tuve pero cuando lo vi en la tienda una tarde que salí de compras, me gusto para ti. Después me dijiste que Sesshomaru te llevaría a un lugar especial, y aunque no sabías a donde seria creí que lo necesitarías pensaba dártelo mientras te ayudaba a hacer tu maleta sin embargo… Se me olvido debido a la emoción, fue por eso que al día siguiente baje corriendo las escaleras para dártelo en este paquete antes de que te fueses; aunque no imagino a qué lugar iras en fin espero que me cuentes absolutamente todos los detalles, como lo prometiste te quiero.​

Atte:​

Aome​

Termino de leer la carta y la guardo. Suspiro profundamente y sonrió finalmente se colocó esa hermosa prenda, aunque no podía vérsela puesta estaba segura de que se le entallaba mucho al cuerpo a pesar de que era muy fresca no sentía nada de frió pues la noche era calurosa de hecho mucho más que en los días pasados después de un momento de duda abrió la puerta. En seguida se percató de que el ambiente olía a frutas tropicales, durazno, y jazmín… Alguien había colocado velas aromáticas en lugares precisos las cuales proporcionaban también su cálida luz.

-¿Te gusta?-inquirió una voz a sus espaldas.

-Es… precioso… Sesshy…-contestó Rin volviéndose hacia él.

-Pareces una diosa reencarnada…-musitó Sesshomaru en tono seductor.

-Gracias…- dijo Rin apenada.

Aquí el Lemón: http://blogs.cemzoo.com/aomecita/bl...del-destino-solo-quiero-amarte-sesshxrin.html

-Mi amor… ¿Cómo estás?-preguntó Sesshomaru besando su frente.

-Feliz… inmensamente feliz…-contestó Rin suspirando mientras dibujaba formas en su pecho con sus dedos.

-Rin… Tú eres mía… Mía y de nadie más…-musitó Sesshomaru con voz tierna besando sus mejillas.

-Si… si Sesshy soy solo tuya…-respondió Rin entre risas.

Poco después Rin se recostó en el pecho del ojidorado suspirando profundamente, antes de que el sonido de los rítmicos latidos de su corazón junto con el vaivén del suave murmullo del viento y del oleaje del mar terminaran por adormecerla, de igual forma Sesshomaru cayo pronto en los brazos de Morfeo aspirando el dulce olor del durazno que emanaba de la oscura cabellera de su amada niña…

Continuara--------------------------------------------------------------------------

Espero les haya gustado me esmeré mucho para compensar mi tardanza cuidense mucho sayo...