Long-fic de Inuyasha - Un Amor Del Destino

Hola mis amigas y lectoras wow estoy impresionada en serio ya 19 paginas *w* gracias por todos sus posts y me gusta en serio eso alimenta mi inspiraciòn en parte y mis ànimos de seguir publicando para ustedes jejeje bueno si màs aquì la segunda parte de este cap disfruten.

Capítulo 64 La Boda De Akari Y Karin (Segunda Parte)

En ese momento llego una gran limosina frente a la iglesia, todos los invitados posaron sus miradas en Akari que tomada del brazo de Inutashio comenzó a caminar por la alfombra roja, mientras Aome, Rin, Sango, y Áyame caminaban detrás de ella con gran delicadeza. Lucia realmente encantadora su vestido era blanco perla con pequeños tirantes, a lo largo del abdomen tenia un delicado bordado de seda que marcaba su cintura, en sus manos llevaba un hermoso ramo de azucenas blancas, su largo cabello plateado estaba perfectamente peinado en delicados caireles, y a través del delicado velo se podía observar su rostro que parecía el de una antigua y hermosa muñeca de porcelana, una gran sonrisa se dibujo en sus labios, al llegar junto a Karin.

-Karin te entrego a mi niña adorada y querida, amala y cuídala siempre.-pidió Inutashio.

-Lo prometo, señor.-respondió Karin tomando la mano de Akari.

La ceremonia transcurrió de manera muy armoniosa como se tenía pensado, todas las miradas de los invitados estaban puestas en Akari, a excepción de las de los ojidorados que observaban fijamente las siluetas de Aome y Rin, que se encontraban de espaldas a ellos.

-Karin Higurashi, ¿Aceptas a Akari Taishio como tu esposa y prometes serle fiel en lo prospero y en lo adverso en la salud y en la enfermedad y amarla y respetarla hasta que la muerte los separe?-preguntó el padre a Karin.

-Si, acepto.-respondió Karin con una sonrisa.

-Akari Taishio, ¿Aceptas a Karin Higurashi como tu esposo y prometes serle fiel en lo prospero y en lo adverso en la salud y en la enfermedad y amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe?-preguntó el padre a Akari.

-Si, acepto.-respondió Akari con gran alegría.

-Entonces los declaro marido y mujer, Karin puedes besar a la novia.-pronunció el padre con una dulce sonrisa.

Después de escuchar esas palabras, Karin levanto con gran cuidado el delicado velo que cubría el rostro de Akari y la beso con dulzura, todos los invitados aplaudieron con gran alegría, mientras Rin, Aome, Sango, y Áyame empezaron a lanzarles los pétalos de flores, que contenían las cestas. Los recién casados salieron abrazados de la iglesia, a recibir las felicitaciones de sus familiares, y amigos.

-Muchas felicidades.- dijo Sango sonriendo.

-Me alegro mucho, por ti.-comentó Áyame mirándola con gran alegría.

-Felicidades, prima.-mencionó Rin riendo un poco.

-Bienvenida a la familia, cuñada.- dijo Aome feliz.

Cuando terminaron de recibir las felicitaciones de sus amigos y familiares, los novios se fueron en la limosina dispuesta para ellos a la mansión Taishio, donde seria la recepción antes de que los recién casados, partieran a su luna de miel.

Al llegar Akari se quedo maravillada por la decoración, era tal y como había querido que fuera las mesas estaban cubiertas con manteles rosa pálido al igual que las sillas, y a lo largo de las orillas estos tenían bordado un delicado encaje, y listones blancos atados en moños perfectos, los centros de mesa eran azucenas iguales a las de su ramo de novia pero estas estaban hechas de fina porcelana. En una de las esquinas del gran salón había tres mesas, en una de ellas estaban perfectamente acomodados todos los regalos de los invitados, en otra estaba el gran pastel de tres pisos con flores de betún, y en la ultima que era la central habían dos copas de cristal, y junto a esta había un contenedor con una botella de vino para los recién casados, así que Karin saco con delicadeza una de las dos sillas para que Akari se sentara, una vez que ella se sentó él tomo asiento a su lado en la otra silla.

La muchacha de cabellos azabaches y Rin conversaban amenamente con sus amigas sobre como fue la boda y otras cosas. Todas las conversaciones cesaron de repente cuando todas las luces se apagaron, y solamente el centro de la pista de baile se ilumino, invitando así a que Akari y Karin bailaran su primer vals, como marido y mujer.

Cuando termino el vals los novios regresaron a su mesa, y empezó la música para que los invitados bailaran, al principio era algo movida pero aún así ni Aome ni Rin entraron a la pista de baile, en vez de eso siguieron platicando con sus amigas y los novios de estas, después de un rato la música cambio a lenta entonces Miroku y Koga sacaron a bailar a Sango, y a Áyame dejando a ambas muchachas solas en la mesa. Al percatarse de eso Akari, les hizo una señal a Inuyasha y Sesshomaru, para que se acercaran a ellas.

-¿Me permites mi princesa?-preguntó Inuyasha ofreciéndole su mano delicadamente y mirándola con aquellos ojos de oro fundido que reflejaban una mezcla de ternura, y amor un intenso amor.

-Claro Inuyasha…-musitó Aome sonrojada tomando su mano, y caminando hacia la pista mostrándole una de aquellas miradas que solamente el chico de cabellos plateados le provocaba, al igual que una sonrisa realmente dulce.

-¿Bailarías conmigo mi niña?-preguntó Sesshomaru tomando su mano cortésmente, y mirándola con esos ojos ámbar, que a simple vista aparentaban una gran frialdad pero realmente muy en el fondo, poseían una dulzura única.

-Yo preferiría salir al jardín si no te importa, Sesshomaru…-respondió Rin mirándolo con gran inocencia tomando su mano, se encaminaron hacia el enorme jardín trasero de la mansión, donde no había invitados.

Al llegar al centro de la pista, ambos hicieron una leve reverencia y después Aome coloco una de sus manos en los hombros de Inuyasha, él a su vez tomo su otra mano con una de las suyas, colocando la otra en su cintura y comenzaron a bailar, mirándose fijamente.

Eres todo lo que pedía​

Lo que mi alma vacía​

Quería sentir​

Parecía como si el resto del mundo hubiese desaparecido, para ellos dos cuando comenzaron a bailar aquella canción tan suave, y tierna que parecía relatar lo que había sido su historia de amor, su destino mismo.

Eres lo que tanto esperaba​

Lo que en sueños buscaba​

Y que en ti descubrí​

Inuyasha estaba completamente hechizado, por aquellos hermosos ojos chocolate que lo habían cautivado hace años estando en preparatoria, observaba cada detalle de su dulce rostro, desde sus largas pestañas negras, su fina y pequeña nariz, su piel tan delicada, hasta sus tiernos labios, no había criatura más hermosa que ella.

Tú has llegado a encender​

Cada parte de mi alma​

Cada espacio de mi ser​

Ella a su vez estando en sus brazos, podía escuchar su corazón latir con fuerza, mientras sentía como sus mejillas se sonrojaban, con su mirada chocolate fija en esos hermosos orbes de oro, desviándola solo un momento para observar esos labios tan deseables, que estaban tan cerca de su rostro.

Ya no tengo corazón​

Ni ojos para nadie​

Solo para ti​

En su corazón no existía nadie más solo aquella bella joven de ojos chocolate, su tierna y adorada princesa, la única a la que amaba la única que lo conocía mejor que nadie incluso mejor que él mismo, sabía entenderlo, apoyarlo, aconsejarlo, consentirlo, pero sobre todo amarlo.

Eres el amor de mi vida​

El destino lo sabia​

Y hoy te puso ante mí​

Aunque se resistiera a admitirlo, sabia perfectamente que jamás podría olvidarse de ese amor tan intenso que solamente aquel atractivo joven de cabellos plateados había despertado en su corazón, pues una vez que has encontrado a tu alma gemela, a tu otra mitad, no podrás desprenderte, u olvidarte de ella, y nadie más podrá complementarte, totalmente.

Y cada vez que miro al pasado​

Es que entiendo que a tu lado​

Siempre pertenecí​

Los años que había pasado separado de ella, habían reafirmado lo que sintió en el mismo instante en el que la había conocido, solamente a su lado pertenecía, y si no estaba con ella, no podría estar nunca junto a alguna otra.

Tú has llegado a encender​

Cada parte de mi alma​

Cada espacio de mi ser​

Podía sentir la respiración el aliento de Inuyasha chocando con su rostro, filtrándose en sus labios deslizándose por su garganta, provocando así que perdiera la cabeza ya que estaba tan cerca, pero a la vez tan lejos de su boca.

Ya no tengo corazón​

Ni ojos para nadie​

Solo para ti​

Solo para ti​

Solo para ti​

Solo para ti​

Estaba luchando con todas sus fuerzas por mantener su autocontrol, para no besarla con pasión, pero le estaba resultando muy difícil mantenerse firme, teniéndola tan cerca oliendo su exquisito perfume de rosas, que le encantaba.

Esto es en verdad​

Lo puedo sentir​

Se que mi lugar​

Es junto a ti…​

En ese momento ella, rodeo el cuello de Inuyasha con ambos brazos él a su vez la pego más a su cuerpo, abrazándola delicadamente de su pequeña cintura, quedando así a unos cuantos centímetros de sus labios tan suaves, no aguantado más la beso lentamente con mucha ternura, ella esta vez no lo rechazo se dejo llevar por ese beso tan tierno, y que tanto había estado deseando desde que volvieron a encontrarse profundizándolo más, tratando de alargarlo lo más posible, a pesar de la falta de aire mientras sentía latir su corazón desbocado, y deslizaba sus manos por los anchos hombros del ojidorado.

Eres todo lo que pedía​

Lo que no conocía​

Y que en ti descubrí​

Cuando el aire estaba por terminársele Inuyasha maldijo para sus adentros la necesidad de respirar, terminando aquel beso tan dulce, tan tierno, se despego lentamente de sus labios pero sin despegarla de su cuerpo, la miro tiernamente.

-Te amo, Aome…-musitó Inuyasha acariciando su rostro lentamente.

-I… Inuyasha yo…- dijo Aome nerviosa.

-Rompe tu compromiso, con Houyo por favor…-suplicó Inuyasha dulcemente.

-Yo… lo pensare…-respondió Aome sonrojada.

-Esta bien, princesa.- dijo Inuyasha acariciando su cabello.

-Pero…-mencionó Aome insegura.

-¿Si dime?-preguntó Inuyasha.

-Aún necesito saber lo que realmente ocurrió aquel día, entre tú y Kikyo…-respondió Aome con un punto de dolor en la voz al mencionar aquel nombre.

-Te explicare lo que realmente paso aquel día, princesa.-prometió Inuyasha tomando sus manos.

En el cielo se podía observar una hermosa luna gracias a que no había nubes oscuras ni muy brumosas, que obstruyeran el paso de sus rayos plateados los cuales iluminaban por completo aquel bello jardín con una luz suave que le daba un aspecto intimo a aquel lugar lleno de preciosas flores, pero sobre todo de hermosos jazmines de cuyos pétalos se arrancaban pequeños destellos de sus pistilos dorados cubriendo el cielo con leves chispas brillantes.

-Es una noche, muy linda.-comentó Sesshomaru.

-Si, muy linda.-coincidió Rin y después agrego.-gracias por sacarme, de la fiesta.

-No fue nada, me percate de que no te sentías cómoda al igual que yo.- dijo Sesshomaru esbozando aquella media sonrisa, que sabia que tanto le gustaba a Rin.

Esas palabras sorprendieron un poco a Rin, ya que según recordaba aquel gallardo caballero de mirada fría pero de dulce corazón, solía sentirse muy cómodo y ameno en las grandes y elegantes fiestas sociales, a las que habían asistido juntos.

-¿Y porqué no te sentías cómodo si tú estas acostumbrado a esta clase de fiestas o no es así?-preguntó Rin algo extrañada mirándolo de frente quedando recargada en la baranda de piedra gris en la que hace unos minutos estaba apoyada.

-Si es cierto me sentía cómodo en este tipo de fiestas, cuando tú estabas a mi lado.-respondió Sesshomaru tomando sus manos entre las suyas, y besándolas tiernamente.

Al sentir el calor de sus manos en las suyas, lo miro dulcemente perdiéndose de inmediato en su mirada de dorada miel, él a su vez miro fijamente aquellos tiernos y profundos ojos del color de la noche que tanto le gustaban, llevo una de sus manos a la cintura de ella atrayéndola más hacia su cuerpo; la pequeña Rin sintió como su corazón latía intensamente, al estar rodeada por esos brazos tan protectores en vez de negarse y deshacer ese abrazo, llevo sus manos al cuello de Sesshomaru encerrándose más en aquel abrazo tan cálido, al sentirla tan cerca tomo con gran dulzura, su tierno rostro entre sus manos, y beso con gran delicadeza sus dulces labios, esta vez no lo aparto se entrego a ese beso tan dulce, tornándolo apasionado, y profundizándolo poco, a poco mientras él iba deslizando sus grandes manos por su cintura.

-Te amo Rin…- dijo Sesshomaru con voz tierna al separarse de sus labios.

-Sesshomaru… yo…-musitó Rin inquieta.

-Termina con Kohaku, por favor...-pidió Sesshomaru tiernamente.

-Yo… lo considerare…-respondió Rin apenada.

-De acuerdo, mi niña.- dijo Sesshomaru acariciando sus mejillas.

-Aunque…-comentó Rin dudosa.

-¿Qué sucede?-preguntó Sesshomaru intrigado.

-Antes necesito saber que ocurrió realmente aquel día, entre tú y Kagura…-respondió Rin con un punto de amargura en la voz al mencionar ese nombre.

-Comprendo te contare lo que en verdad paso, mi niña.-prometió Sesshomaru abrazándola contra su cuerpo.

Después de tanto tiempo de no querer enfrentarse al miedo que les provocaba escuchar lo que realmente había sucedido cuatro años atrás, aquel día que había marcado sus vidas causándoles una herida que a pesar del tiempo no había logrado cicatrizar, ambas jóvenes decidieron por fin darles una oportunidad a aquellos ojidorados que tanto amaban, para que les explicaran sus versiones de aquella historia, que había quedado inconclusa y detenida.

Esa noche había sido maravillosa, para todos pero ya había llegado la hora de que terminara pues los novios debían irse al aeropuerto para partir a su luna de miel, que seria en Osaka.

-Se muy feliz, en tu matrimonio hija.-susurró Izayoi abrazándola tiernamente.

-Gracias mamá, te prometo que te llamare.- dijo Akari con una sonrisa.

-Cuídate mucho, mi niña.-pidió Inutashio mirándola tiernamente.

-Si lo hare, papá.-respondió Akari mirándolo de la misma manera.

-Me siento muy feliz, por ti hijo.- dijo Sukiomi con una sonrisa maternal.

-Gracias por todo, mamá.- dijo Karin abrazándola.

-Te voy a extrañar mucho, hermanito.-mencionó Aome con nostalgia en la voz.

-Igual yo, hermanita.-coincidió Karin.

-Cuídalo mucho, por favor Akari.-pidió Rin.

-Si lo hare, Rin.-respondió Akari tomando su brazo.

Cuando terminaron de despedirse de sus familias, ambos subieron a la limosina que los llevaría al aeropuerto estaba adornada de la manera tradicional con moños blancos, y un letrero en la parte trasera que decía “Recién casados” Akari espero a que el chofer arrancara, entonces bajo su ventanilla y saco su cabeza agitando su mano para despedirse de sus hermanos, que se encontraban en la puerta de la mansión junto con los demás invitados.

-¡Adiós chicos, suerte!-gritó Akari agitando una mano y guiñándoles un ojo.

-¡Adiós, hermanita!-gritaron unísonos sonriéndole mientras veían como se alejaba la limosina hasta salir de la mansión.

Todos los invitados comenzaron a irse, así que los sirvientes empezaron a recoger un poco el salón, mientras los pocos que quedaban conversaban amenamente, frente a la puerta principal, de la casa.

-Todo salió, perfecto.-mencionó Sango sonriendo.

-Es cierto.-coincidió Áyame y agrego.-Aunque Aome también fue afortunada, esta noche.

-¿Yo porqué?-preguntó Aome extrañada ya que no entendía la razón del comentario de Áyame.

-Pues porque de todas tú fuiste la afortunada, que cacho el ramo de Akari.-respondió Sango señalándole el ramo de azucenas blancas que tenía en una de sus manos.

-Lo que significa, que tú serás la siguiente en casarse.-comentó Áyame con gran entusiasmo en la voz.

-Será una boda, bellísima.- dijo Rin sonriendo.

-¿Y que tanto hablaban tú y Sesshomaru en el jardín Rin?-preguntó Áyame con curiosidad en la voz.

-Eh… Nada en especial, Áyame.-respondió Rin haciéndose la indiferente.

-Es verdad me sorprendió que aceptaras bailar con Inuyasha Aome-mencionó Sango con sorpresa en la voz.

-Hay… Acepte solo por cortesía, Sango.-mintió Aome inocentemente.

Continuarà---------------------------------------------------------------------------------

Espero que les haya gustado a partir de ahora habran varios capìtulos compuestos de dos partes debido a lo largos que me quedaron XD la proxima conti se las traigo el Jueves o Viernes

Pequeño adelanto:

-¿Por qué tardara tanto en llegar mi gatita?-se preguntaba así mismo Houyo.

-Doctor… estamos en horas, de trabajo…-objeto Aome inquieta.

¿Acaso esto significara...? XD

Cuidense mucho sayo...

 

Hola mis amigas y lectoras aquì vengo a actualizar antes de lo dicho es que me di cuenta de que estan comentando màs ràpido que en ocasiones pasadas eso me de mucho gusto que este sencillo fic se encuentre entre uno de sus favoritos arigato por todos sus posts y me gusta el cap de hoy como mencione anteriormente tambièn estara dividido en 2 partes lo escribì pensando en mi adorada mascota que murio ya hace 3 años aun me duele el no tenerla a pesar de que la perdida se compenso con otros 3 perritos en lugar de uno. Este cap tambièn va dedicado a mi hermanita AlexButerfflyBlack hermanita eres muy especial para mi no quiero que estes triste ¿Ok? Quiero que te rias siempre sabes bien que eres muy linda tù siempre me sacas una sonrisa ahora es mi turno disfrutala.

Capítulo 65 Luna Se Enferma(Primera Parte)

Sango y Áyame se habían ido con sus respectivas parejas, solo quedaban la joven de largo cabello color del ébano, Rin, y Sukiomi en la mansión, por lo tanto Izayoi le pidió a Inuyasha y a Sesshomaru que las llevaran a casa, pues ya era muy tarde para que se fueran solas, como la limosina no estaba se fueron en los deportivos de ambos como habían hecho en una ocasión pasada, de la misma manera Inuyasha y Aome se fueron en el deportivo color plateado, y Sesshomaru, Rin, y Sukiomi se fueron en el deportivo negro.

Al llegar a la casa la primera en bajar del deportivo negro fue Sukiomi ayudada por Sesshomaru, por lo tanto fue la primera en entrar, a pesar de que estaba haciendo frió Aome, y Rin se quedaron un momento en el umbral para despedirse, de los ojidorados.

-Gracias por esta noche tan dulce, mi príncipe… -pronunció Aome mirando esos cautivadores orbes de oro fundido perdiéndose en ellos un momento, pero después reacciono y quiso excusarse, ante lo que había dicho antes.-perdón quise decir, gracias Inuyasha…

-De nada, Aome…-respondió Inuyasha con una sonrisa encantadora.

-Esta noche fue muy agradable, Sesshy…- dijo Rin fijando su mirada profunda en esos encantadores ojos de dorada miel, como si no hubiera nadie más pero finalmente reacciono al percatarse de lo que había dicho, quiso retractarse.-lo lamento, quise decir Sesshomaru…

-Fue un placer, Rin…-contestó Sesshomaru tomando su mano y besándola cortésmente.

No había duda alguna de que esa noche tanto para la joven de cabello azabache, como para Rin había sido muy feliz, ya que por primera vez en años no habían tenido que fingir una sonrisa, o responder a un beso que no deseaban sentir, y eso fue por que estuvieron en compañía de su verdadero amor, a fin de cuentas en vez de sentirse mal por el “abandono” En el que las dejaron Houyo y Kohaku al no asistir con ellas a la boda, en su lugar ambas se sintieron agradecidas, por ello.

-Buenos días.-saludaron unísonas con una tierna sonrisa al entrar al comedor.

-Buenos días.-respondió Sukiomi.

Ambas desayunaron tranquilamente y sin prisas ya que era temprano, además hacia bastante tiempo que no comían apropiadamente, debido a sus múltiples ocupaciones de trabajo pero sobre todo por su ánimo, al terminar recogieron sus platos los lavaron, tomaron sus bolsas, y se fueron al hospital.

Ese día fue más tranquilo de lo normal e incluso relajado, pero aún así ambas esperaban ansiosas la hora de salir a comer ya que se verían con los ojidorados, hicieron todos sus deberes con más alegría que la habitual, finalmente la hora de comer llego entonces la joven de cabello azabache y Rin se dirigieron a la cafetería, entraron tomaron sus bandejas, y caminaron hacia la mesa donde acostumbraban sentarse, estaban por comenzar a comer, cuando sonaron sus celulares.

Hola gatita, espero​

Que te hayas divertido, en​

La boda de Karin, en verdad​

Lamento mucho, no haber estado​

Contigo por eso quiero compensarte,​

Iré por ti, cuando termines tu turno​

En el hospital,​

Te amo.​

Atte:​

Houyo.​

Cuando termino de leerlo, comenzó a escribirle la respuesta:

Hola Houyo, gracias​

Si me divertí mucho, en​

La boda de mi hermanito,​

No te preocupes por eso, ya​

Ok te veré, cuando termine​

Mi turno,​

Te quiero.​

Atte:​

Aome​

Al terminar de escribirlo se lo envió, y se dispuso a comer esperando ver a su amado príncipe.

Hola pichoncita, se que seguramente​

Sigues molesta conmigo, por no​

Haber estado contigo, en la​

Boda de Karin, lo siento​

Mucho no fue mí,​

Intención por eso quiero,​

Verte hoy,​

Te amo.​

Atte:​

Kohaku.​

Igualmente al terminar de leerlo, Rin se dispuso a responderle:

Hola Kohaku, no​

No estoy enojada,​

Contigo se muy​

Bien, que no fue​

Tu intención, así​

Que no te sientas mal,​

Esta bien, te veo​

Al terminar mi turno,​

Te quiero.​

Atte:​

Rin.​

Una vez que se lo envió comenzó a comer, esperando ver también a su amado caballero.

A los minutos de haber enviado las respuestas, llegaron sus amados ojidorados con sus bandejas y se sentaron con ellas, el almuerzo fue tranquilo, aunque los cuatro se sentían muy felices de compartir ese sencillo momento juntos, como cuando salían en aquellas tiernas citas, dobles.

-Quiero besarte, princesa.-musitó Inuyasha tiernamente.

-Doctor… estamos en horas, de trabajo…-objeto Aome inquieta.

-Necesito, abrazarte.-susurró Sesshomaru dulcemente.

-Sabes que aquí, no se puede…-recordó Rin nerviosa.

El almuerzo transcurrió tranquilo, los ojidorados estaban felices de comer nuevamente en la compañía de las chicas que tanto amaban desde hace tanto tiempo, y aunque se morían de ganas por tomarlas en sus brazos para besarlas con ternura, y dulzura como lo habían hecho en la boda, de su hermana menor.

Aún así con un gran esfuerzo se contuvieron, y terminaron el almuerzo tranquilos, ellas también se morían de ganas por besarlos, pero sabían que aún no podían hacerlo, ya que para todo el hospital ambas estaban comprometidas en matrimonio, con Houyo y Kohaku al terminar de almorzar los cuatro salieron juntos de la cafetería, sin embargo se fueron por separado a sus respectivas áreas de trabajo, para no despertar suspicacias, o algo parecido entre el personal del hospital.

Al terminar su turno la chica de ojos chocolate se dirigió a su casa como de costumbre en compañía de Rin, al llegar ambas subieron a sus cuartos para arreglarse, ya que se habían quedado de ver con sus “prometidos”, en un parque que se encontraba a unas cuadras para de una vez terminar con esos compromisos, los cuales solamente habían aceptado por gratitud y no por amor, además de que últimamente ambas relaciones, no iban muy bien.

Cuando termino de arreglarse bajo al comedor para avisarle a su madre donde estaría, pero no la encontró se disponía a llamar a Rin para decirle que ya la esperaba, en la puerta cuando vio a su querida mascota Luna, echada debajo de una de las sillas del comedor, su expresión lucia algo decaída, lo cual la preocupo.

-Luna…-llamó Aome.

Al escuchar su voz, Luna se puso de pie con cierta dificultad, y camino arrastrando un poco las patas traseras, obedeciendo al llamado de su bella dueña como siempre lo hacia, sin embargo cuando estaba a punto de llegar junto a ella, sin razón aparente se desvaneció.

-¡Luna!-gritó Aome y corrió a su lado poniéndose de rodillas.-reacciona, por favor…-le pidió acariciando su cabeza y mentón.

-¿Qué sucede hermanita?-preguntó Rin al verla de rodillas en el suelo del comedor.

-Es Luna… no reacciona, no se que le sucede.-respondió Aome angustiada.

-Tranquila llamare a Áyame, para que la atienda.- dijo Rin poniéndose a su lado y marcando el numero de la clínica de Áyame en su celular.

-Bueno clínica veterinaria, Takari.-contestó amablemente la recepcionista.

-Señorita soy Rin Hanabusa, por favor avísele a la doctora Áyame que voy para la clínica es una emergencia, se trata de una perrita labrador se desvaneció, y no reacciona.-informó Rin rápidamente.

-Si claro tendremos todo listo en la clínica, para atenderla.-aseguró la recepcionista.

A penas Rin cerro la tapa de su celular, ambas se fueron rápidamente hacia la clínica que estaba a unas cuantas cuadras más del parque, pero igualmente cerca de su casa Aún así el trayecto para Aome fue eterno, ya que cada minuto era sumamente, importante.

Finalmente llegaron a la clínica, después de lo que pareció ser una eternidad a penas cruzaron las puertas de entrada las enfermeras tomaron a Luna y la colocaron con gran cuidado en la camilla, que habían preparado para su llegada.

Y la llevaron al quirófano para practicarle, distintos estudios. Ella estaba tan angustiada por la salud de su amada mascota, que no había notado que Sango, Miroku, Koga, Sesshomaru, e Inuyasha estaban ahí.

Sus amigos de toda la vida estaban a su lado como siempre apoyándola, en uno de los momentos más difíciles para ella, ya que todos los presentes sabían lo que Luna era para Aome, y lo mucho que la quería. Pero entre todos el muchacho de cabellos plateados sabia perfectamente, lo que su adorada princesa estaba sintiendo, ya que él había sido quien le obsequio a Luna, el día en el que habían cumplido 1 año de novios, cuando estaban en segundo semestre, de preparatoria.

Apenas su dulce mirada chocolate, se encontró con aquellos hermosos ojos de oro fundido, corrió hacia sus brazos que se encontraban abiertos esperando por ella, acunándola tiernamente, en un cálido abrazo. La chica apenas sintió la protección de aquellos fuertes brazos estrechándola, recargo su cabeza en ese fornido pecho, y dejo salir sus lágrimas, de la gran angustia que sentía.

-Inuyasha…-musitó Aome llorando con la cabeza hundida en su pecho.

-Tranquila todo, estará bien…-susurró Inuyasha con voz dulce.

-No quiero perderla… no quiero…-pronunció Aome Aún llorando.

-Lo sé eso no pasara, Luna se recuperara.-musitó Inuyasha abrazándola más contra su pecho.

-Me duele tanto ver a mi hermanita, así…-comentó Rin a punto de llorar.

-No, no llores por favor…-pidió Sesshomaru secando tiernamente una lagrima que había logrado escapar de esos tiernos ojos oscuros.

-Gracias…- dijo Rin recargando su cabeza en su pecho.

-Pobre, Aome…-mencionó Sango con algo de tristeza en su mirada.

-No te pongas así por favor amor, ahora más que nunca necesita nuestro apoyo.- recordó Miroku acariciándole el cabello.

-Es cierto.-concordó Sango.

-Seguramente Áyame, pronto nos tendrá buenas noticias.-los animó Koga.

Mientras tanto en el parque…

-¿Por qué tardara tanto en llegar mi gatita?-se preguntaba así mismo Houyo totalmente confundido ya que por más y más que lo pensaba no lograba encontrar una razón lógica para la tardanza de su prometida.

Miro su reloj y eran las 5:00 pm incluso el clima no podía ser mejor. Era una bella tarde el cielo estaba de un azul más claro que en días anteriores, las nubes se veían blancas y esponjadas mecidas dulcemente, por la suave brisa que movía lentamente las hojas de los arboles, los rayos de sol empezaban a tornarse anaranjados, un hermoso paisaje sin duda. Pasaron unos 15 minutos más, por lo que Houyo camino un poco y decidió sentarse en una de las bancas para seguir esperando, empezaba a preocuparse mucho por Aome, estaba tan perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta de la presencia de Kohaku, hasta que este lo llamó.

-Houyo.-llamó Kohaku.

-Oh… Hola, Kohaku.-saludo Houyo saliendo de sus pensamientos.

-¿Qué haces aquí?-preguntó Kohaku.

-Aome me cito dijo que quería hablar conmigo, hace horas que debió de haber llegado.-respondió Houyo.

-Que curioso Rin también quería hablar conmigo pero no llego, estaba por irme a mi casa cuando te vi aquí.-comentó Kohaku.

Ambos decidieron irse a casa y llamar a sus prometidas, para ver que era lo que había ocurrido así lo hicieron pero nadie contestó, en casa de los Higurashi. Lo cual los hizo preocuparse aún más que en la tarde, e inclusive hizo que se les despertaran ciertas “sospechas”, sobre la ausencia de sus novias ya que cuando llamaron al hospital para ver si se habían quedado para realizar alguna guardia o practica, pero la recepcionista les informó a ambos que tanto Rin como Aome, salieron a su hora habitual.

Habían pasado horas desde que Luna había entrado al quirófano, y Áyame aún no salía para informarles que era lo que le ocurría, cada segundo que pasaba era realmente desesperante para la muchacha de cabellos azabaches, ya que mil cosas pasaban por su mente. Ni siquiera le había avisado a su mamá lo ocurrido ni donde estaba, pero eso estaba resuelto ya que en una salida a la cafetería, Inuyasha llamó a Sukiomi.

Un poco después…

-Miren ahí, viene Áyame.-señaló Rin.

Ante esto todos se pusieron de pie y caminaron hacia ella mirándola con impaciencia, y cierta incertidumbre por lo que estaba a punto de decirles, hubo un momento de silencio nadie se atrevía, a preguntarle nada.

-Luna ya esta fuera de peligro, tenia una grave infección intestinal pero afortunadamente pudimos controlársela.-informó Áyame con gran alegría ya que ella también le tenia un gran cariño a Luna, puesto que la había atendido desde que era una cachorrita, y durante todo el tiempo que Aome había vivido en Hon-Kong.

-Otra operación, exitosa gatita.-Halago Koga.

-Gracias, mi amor.-respondió Áyame con una sonrisa.

-Que alegría me da, muchas gracias Áyame en verdad.- dijo Aome con una sonrisa tierna en sus labios y abrazándola.

-De nada.-respondió Áyame.

-¿Cuándo se la puede llevar a casa?-preguntó Inuyasha.

-En un par de días, estará completamente recuperada.-aseguró Áyame.

Después de esas palabras Áyame los guio a todos hasta el cuarto, donde se encontraba Luna recuperándose para que pudieran verla un momento, entraron de dos en dos para no llenar la habitación, los últimos en entrar fueron Aome e Inuyasha. La joven se acerco a la cama y le acaricio la cabeza suavemente, en ese momento por instinto Luna abrió los ojos, al reconocer esa caricia.

-Chiquita…-llamó Aome.-me tenias, muy preocupada.-continuo diciendo sin dejar de acariciarle la cabeza.

-Ya todo paso, esta sana y salva.-mencionó Inuyasha acariciando su cabello.

-Si… gracias…- dijo Aome mirándolo tiernamente.

-De nada, sabes que siempre voy a apoyarte.-respondió Inuyasha abrazándola de nuevo contra su pecho.

Nadie más que Luna presencio aquella tierna escena, y aunque no era un ser humano ella más que nadie, sabía cual intenso era el amor que guardaba el corazón de su bella dueña, cuyo dueño era solo Inuyasha.

Continuarà------------------------------------------------------------------------------

Espero les haya gustado la segunda parte se las traigo el Sàbado o el Domingo.

Pequeño adelanto:

-¿Si doctor?-preguntó Aome volteándose para mirarlo de frente.

-Aún no princesa, por favor…-susurró Inuyasha al oído mientras bajaba sus labios a su delicado cuello.

Cuidense mucho sayo...