Two-Shot de Pokémon - Two-shot: Más que atracción [Pearlshipping]

Tema en 'Fanfics Terminados Pokémon' iniciado por Laker, 9 Marzo 2012.

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    Laker

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    Two-shot: Más que atracción [Pearlshipping]
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    Creo que para algunos es raro que me vean rondar por aquí, ¿no es así? Muy pocos saben la razón, y no veo la necesidad de ser detallista. He regresado (de manera temporal) con un trabajo mío que hice no hace mucho, tal vez no será tan sobresaliente pero vengo a publicarlo para que varios 'users' tengan algo que leer al igual que los visitantes que no tienen cuenta en FFL. Mi gramática, redacción e ideas siguen siendo las mismas por lo visto, sigo buscando aprender más (para los que ya saben el por qué) y continuo abierto a críticas constructivas.

    Sin más que decir, les dejo mi creación.


    Ash Ketchum, un carismático, entusiasta y determinado entrenador de la región Kanto que persigue algo más que un simple sueño; una meta sumamente difícil pero posible: ser el maestro pokémon. Desde que comenzó su aventura a los diez años de edad ha aprendido bastante en el inmenso mundo de los pokémon, desde estrategias de batalla hasta los distintos tipos de entrenadores en cada combate. Estas enseñanzas con el paso de los años lo llevaron a ser un entrenador reconocido en cada región que pisó, gracias a sus espectaculares combates con un estilo único, y, aquellas peleas no sólo le proporcionaron popularidad sino también la admiración por parte de otros entrenadores así como dignos rivales.
    Actualmente tiene dieciocho años, y a su edad está más cerca de su razón de ser, es campeón de la Liga Añil y a la vez un miembro de la Elite Cuatro con el derecho de retar cuando quiera a cualquiera de los campeones Elite, ya sea Cynthia ‘la campeona’ ó Lance ‘el maestro dragón’. Además, finalmente aceptó la oferta de Scott para ser un cerebro de la frontera; le brindó su propio gimnasio con un diseño de cúpula –que a la vez sería ahora su hogar– con su respectivo símbolo en Pueblo Paleta, establecido a unos cuantos metros entre la casa de su madre y el laboratorio del profesor Oak.
    Algo curioso de él es que a los quince de edad –después de terminar Sinnoh– decidió viajar solo, para aprender algo que sus rivales más poderosos y competitivos hacían todo el tiempo: superarse sin compañía. Cabe mencionar dentro de este punto a Paul quien ha enfrentado varias veces y los duelos resultan ser empates ciertas veces.

    Luego de tantos viajes, combates, horas de caminata y de espera para cada liga en la que participó, el joven Ketchum ha decidido tomar un periodo de receso en su pueblo natal, aunque no le gustaba del todo quedarse por ser muy explorador tuvo que aceptar el receso puesto a que las competencias de todas las regiones suspendieron su periodo de actividad.
    En estos momentos se encuentra en su gimnasio, en una mañana cálida y perfecta entrenando a sus pokémon en dado caso que se le presentara un inoportuno contendiente.

    —Bien Sceptile, última prueba de hoy. Torterra usa tormenta de hojas, Pikachu usa trueno y Charizard usa aliento dragón.
    —¡Tor, terra! —exclamó una enorme tortuga, con un árbol que cargaba en su espalda lo hizo temblar para que de este saliera una potente ráfaga de viento con muchas hojas afiladas.
    —¡Chu! —siguió un pequeño roedor amarillento, de sus mejillas rojas salieron unas cuantas chispas de estática, luego su cuerpo se envolvió en electricidad y toda aquella energía contenida la dirigió hacia su objetivo.
    —¡Groa! —finalizaba un dragón naranja con fuego prendido en su cola, al abrir su hocico salió una poderosa llama verdosa.
    —Scept… —pronunció una extraña criatura verde con esporas amarillas en su espalda.

    Los ataques que iban en dirección hacia él no los debía esquivar, por lo que puso sus brazos en forma de una equis para cubrir su pecho. El impacto de todo ese poder hizo contacto con su cuerpo, formando así una cortina de humo, sus compañeros pokémon estaban a la espera de ver el resultado.

    —Muy bien —dijo el hombre con una sonrisa en su rostro al percatarse de que el resultado no fue en vano.
    —¡Sceptile! —exclamó el pokémon más veloz de su arsenal, su cuerpo había sufrido uno que otro golpe por tan mortales ataques, físicamente no se notaba tan lastimado por lo que su celebración era bien merecida.
    —Todos merecen un buen descanso, hicieron un gran trabajo, si gustan pueden irse a con los otros en el patio trasero para relajarse mejor.

    Sus fieles compañeros al escuchar aquellas palabras optaron por obedecerlas, el descanso sonaba bien, pero para ellos era mejor seguir con su dueño y más porque en todo el camino de Ash por ser el mejor maestro pokémon aprendieron a trabajar bajo presión con intensas horas de entrenamiento.

    —Relájense chicos, en estos momentos no hay retadores y más porque todas las ligas están en inactividad. Desde que decidí viajar solo, les he exigido mucho y quiero que descansen —apuntando con tres pokebolas en las que cada ser entró a la suya, a excepción de Pikachu que siempre está afuera—, en estos momentos consideren que tendrán un largo descanso.
    —¿Pi? —dijo confundido el ratón amarillo, dio un gran brinco hacia su entrenador para que este lo atrapada en sus brazos y así se fuera a su lugar favorito: a sus hombros.
    —Tal como oíste amigo, no más entrenamientos, no quiero que se fatiguen ni nada por el estilo. Quiero que estén bien —respondió el azabache con una sonrisa en su rostro, comenzó a caminar en dirección a un pasillo de su gimnasio que lo llevaría a la cocina—. Creo que ya es hora de la comida, ¿qué te apetece para…? —

    “Espera Ash” una voz interrumpió su paso para disponerse a comer, al principio pensó que se trataría de un retador pero su estómago ya quería alimento, por lo que si esa persona deseaba una batalla tendría que esperar, así que se dio media vuelta para ver al sujeto y notificarle esa noticia.

    —Cuánto tiempo.
    —Sí, hace mucho que no nos vemos cara a cara, por videoteléfono no es lo mismo —respondió una hermosa mujer de ojos azules.
    —Cierto. ¿Qué te trae a Kanto? —
    —Digamos que quise venir a visitarte y a pedirte un favor, si no es molestia para ti.
    —Por supuesto, lo que sea por ti —dijo Ash contento.
    —Gracias Ash —contestó la dama con una bella sonrisa—. Me preguntaba si….
    —Espera, mejor vamos a la cocina, de seguro tendrás hambre luego del viaje.
    —¿Cómo lo supiste? —
    —Te conozco bien, y aparte supongo que como fue viaje en barco el hambre se siente al instante, no siempre la comida de barco es buena ¿o sí?
    —Me leíste el pensamiento —sonrió apenada la chica con un leve sonrojo en sus mejillas.
    —Pika… —dijo Pikachu suponiendo lo increíble, se bajó de con su amo y fue directamente a con la chica que había llegado para verla de pies a cabeza—. ¿Pika pi? —
    —Hola Pikachu, se ve que has crecido y no te ha gustado la idea de ser un Raichu.
    —¡Cha! —asintió el pequeño, sintiendo confianza en aquella persona repitió la misma acción que con su dueño; se aventó a los brazos de la joven quien con mucho cariño lo recibió.

    Ambos adultos jóvenes fueron directamente a la cocina para poder conversar mejor, luego de un lapso sin tener contacto físico y aparentemente largo tal cual dijeron, el reencontrarse era más que grato, aquella amistad se mantenía fuerte y sólida como la piedra, cosa que cualquier ser en este mundo desearía.
    Al llegar, Ash preparó sopa fideos con verduras acompañado de una jarra de té frío de limón con hielo, esto era impresión para la visita puesto a que el azabache nunca se le había visto cocinar o que de menos supiera lo básico, después de todo siempre se aprende algo nuevo. Al terminar de cocinar sirvió primero a su acompañante, luego a Pikachu y al final él en señal de caballerosidad. La cocina era grande, más que la casa de su madre en comparación: tenía refrigerador de buena marca, estufa profesional para chef, un microondas al lado, una repisa para copas y vasos, otra para vinos, un lava manos, una lava bajillas y su mesa con sillas de madera fina.

    —Ash, ¿Cuándo aprendiste a cocinar? —preguntó la mujer, tomó su cuchara para probar y al introducir dicho alimento a su boca saboreo un perfecto balance de la salsa de tomate con algo de picante que neutralizaba lo amargo de las verduras—. ¡Está delicioso!
    —Me alegro que te gustara —contestó el morocho brindándole una sonrisa, el ver que ella comiera a gusto y con una expresión de felicidad en señal de que realmente le gustó era más que suficiente para decir que valió la pena cocinar—. Aprendí de Brock y unas cuantas lecciones de mi madre, cuando viajas sin nadie más te obliga a hacer cosas que nunca hacías antes.
    —Qué vergüenza, yo me dediqué a hacer lo mismo y no aprendí eso —dijo la oji azul, se detuvo un momento para beber de su té y la reflexión venía; ella debía ser quien supiera más que el varón por su madurez pero los papeles terminaron al revés.
    —Con tiempo se aprende, no creas que me formé de la noche a la mañana.
    —Muy cierto. Creo que ahora tendré que pedirte dos favores.
    —Los que sean, así me pidas mil o más los hare sin molestia, Dawn.

    La chica peli azul tenía cambios sumamente notorios, había crecido, aquel cuerpo de niña quedó en el olvido para darle la bienvenida al de una mujer, lo que aún mantenía de aquella niña que alguna vez conoció el peli negro era su corte de cabello, su lindo rostro con aquellos impactantes ojos zafiro acompañados de su fina y agradable voz. Vestía el mismo atuendo de Sinnoh, solo que ahora el color de las botas era rojo, así como su vestido blanco con rojo, esta vez ya no tenía su gorro para dejar libre su cabellera.

    —Eres muy considerado, me alegro de haber venido —dijo sonriente la peli azul.
    —Igual yo de que vinieras desde Sinnoh, a la próxima me toca ir a visitarte —respondió el azabache con su característica amabilidad—. Volviendo al tema principal, ¿qué era lo que me ibas a pedir? —
    —Ah sí, te iba a preguntar si no te importaba que me quedase aquí contigo por unos días en Kanto. Sirve que además aprendo a cocinar.
    —Sabes que la respuesta es muy obvia, no hay necesidad de que me preguntaras eso.
    —Entonces significa que… —suponiendo lo mejor en sus adentros, un brillo en sus ojos y una felicidad contenida estaban dando luz.
    —No, no hay espacio.
    —Ah…, lo siento, yo….
    —Jajaja, sólo bromeo Dawn, claro que puedes quedarte y el tiempo que quieras —decía Ash sonriente empezando a comer de su plato.
    —Tonto, ya verás —dijo Dawn lanzándole un cubito de hielo.
    —Oye, eso se llama violencia.
    —Te lo merecías —le respondió astutamente la joven, y para hacerlo más chistoso le saco la lengua en señal de que la broma fue bien aceptada.
    —Ya verás luego, el que ríe al último ríe mejor. ¿Trajiste equipaje contigo? —dijo el varón parando de comer.
    —Qué tonta, lo dejé afuera, espero que no se hayan llevado mi maleta —comentó preocupada la coordinadora procedente de Sinnoh, la plática y la comida habían provocado que se le olvidara. Se levantó de su asiento para disponerse a ir por ella pero esa tarea iba a ser realizada por alguien más.
    —Deja voy por ella, eres una invitada y aparte no has terminado tu comida, yo iré por tu maleta.
    —Pero….
    —Nada de ‘peros’, insisto —dijo el azabache levantándose de su lugar y fue hacia la salida del gimnasio en busca del equipaje de Dawn, dejándola con Pikachu quien se quedó dormido en un cojín que había cerca de la repisa de vinos.
    —Ash ha cambiado mucho por lo visto, es más caballeroso y gentil. Y se mantiene en forma —dijo la joven de ojos zafiro para sí misma en tono bajo, ella estaba realmente impresionada por el tremendo cambio de aquel chico que tenía su mente enfocada únicamente en los pokémon, no obstante, sus últimas palabras que mencionó respecto a él retumbaron en su pensamiento—. ¿Por qué me fije en eso? Tal vez ya no tenga esa misma mentalidad de no fijarse en chicas.

    Ash es más alto que Dawn por unos escasos centímetros, tal cual lo mencionó el azabache tiene un buen físico, ni tan exagerado ni tan flácido, simplemente en condición para tener una vida sana. El físico era su único cambio al estar semi-fornido. Lo nuevo era que tampoco ya no usa su famosa gorra, su cabello ahora podía andar libre con su corte alborotado. Su vestimenta era un pantalón azul oscuro con una camisa negra de manga corta, chaleco azul con amarillo y tenis deportivos negro con detallados azules a los costados.

    Luego de que la joven coordinadora terminase con su plato y bebida, Ash regresaba como si nada a la cocina para terminar de comer, lo malo fue que su comida medio se enfrío en lo que fue por su maleta, cosa que no le gusto a Dawn; para agradecerle le calentó nuevamente su plato en el microondas y se cercioró de que no le faltara nada al chico de las setas.

    —No es necesario que estés de pie, Dawn, ya tengo todo para comer.
    —No te preocupes, lo hago porque quiero, es lo mínimo que puedo hacer por dejar que me quedara.
    —Y cuando dices que no me preocupe más me preocupo.
    —Ay, mi mamá tiene la culpa de haberles dicho eso cuando los conoció.
    —Lo hace porque te quiere, y si te lo dicen mucho los demás es por la misma razón —dijo el muchacho azabache terminándose su sopa.
    —Bueno, eso ya cambia todo —respondió Dawn sonrojada, para ocultar el color carmesí de sus mejillas no quiso voltear a ver a Ash, por lo que dirigió su mirada a la entrada de la cocina—. Ash, ¿alguna vez has pensado en tu media naranja?
    —Ahora que lo dices, sí, en ocasiones cuando no tenía nada que hacer recordaba todas las veces en que Brock trataba de conquistar chicas y ciertas situaciones que tenían que ver con el amor. Por ejemplo, una obra teatral que me tocó ver en Hoenn con Brock, Max y May.
    —Ya veo, ¿y no había alguien para ayudarte a entender esas cosas? —continuaba sin darle la cara, lo más impactante fue que el entrenador no evadió el tema al principio y respondió tranquilamente.
    —Sí, de hecho fue May.

    Al escuchar el nombre ‘May’ la peli azul sintió incomodidad consigo misma, su pecho le dolía, la sangre le corría más rápido, su sonrojo se desvaneció a la velocidad de la luz, su mirada cambiaba a varias expresiones; desde depresión hasta una de enojo. Efectivamente eran celos, celos inexplicables.

    —Pero la verdad es que no le entendí nada, por más que ella me explicara no supe captar. Así que mejor quise olvidar ese momento y seguir adelante, si no hubiera seguido ese instinto mío no habría llegado a seguir mis rumbos, para mí es y sigue siendo más grato haberte conocido —continuo Ash con la explicación, se levantó de su asiento y tomó los trastes para lavarlos.
    —¿Lo, lo dices en serio? —preguntó nerviosa y a la vez asombrada, aquel chico del Pikachu que le destrozó la bicicleta pronunciaba palabras nunca antes oídas en él.
    —Claro, si de ti aprendí muchas cosas, hasta un estilo de batalla para mejorar mi defensa que me ha salvado de varios combates apretados, como aquel contra Paul en Sinnoh —contestó el Elite terminando de enjuagar el último plato, la jarra que estaba aún llena la guardó en el refrigerador.
    —Cómo olvidarlo, peleaste sensacional y Paul finalmente te respetó. Tal y como debía ser desde el inicio.
    —Puede ser pero cada quien es como es. Dawn, ¿te gustaría salir conmigo a Ciudad Pewter? —
    —Con gusto —sonrió Dawn—. ¿A qué irás? Si se puede saber.
    —Como formo parte de la Elite Cuatro tengo que presentarme a juntas, conferencias, comidas o eventos que organicen los demás del grupo. Esta vez le tocó a Bruno y escogió Ciudad Pewter, pero como no se puede hacer esto en público ni nada por el estilo será en las afueras de la misma.
    —Se ve que formar parte de la Elite Cuatro es mucho trabajo, ¿no es así? —
    —Más o menos, al igual que los Guardianes Pokémon estamos al tanto de todo lo que tenga que ver con los distintos pokémon, se podría decir que somos mitad policía.
    —Oyéndote hablar de esa manera no creo que sea agotador para ti, después de todo siempre quisiste esto. Regresando al tema principal, ¿no tendrán inconvenientes tus compañeros si voy contigo? No es porque no quiera ir, sino para evitarte problemas —decía insegura la peli azul, el salir con Ash no sonaba mal pero por si las moscas era mejor asegurar.
    —No lo creo, siempre y cuando sea alguien de confianza podemos llevar a más personas, el límite es una. Al principio pensaba no ir, no tenía a quien llevar pero ahora que estás aquí cambie de parecer. ¿Aceptarías ser mi compañera? —
    —Yo…, no sé qué decir. Digo, es que conoces a tantas personas, eres un Elite y cualquier otra chica desearía ser tu acompañan….
    —El hecho de que conozca mucha gente por mis viajes no implica que yo quiera decidir a quién llevar, ¿o sí?—
    —No, creo que no. Está bien, acepto ir contigo —dijo la coordinadora de tez blanca sonriendo.
    —Muchas gracias Dawn, la cena es a las 9:00, pero nosotros llegaremos antes porque quiero salir a pasear por las calles de la ciudad.
    —No hay problema, será lindo ver la ciudad de donde proviene Brock.
    —Entonces creo que no hay más que decir, únicamente que debemos ir de traje, no me agrada esa idea pero tengo qué.
    —Yo digo que te verías bien —dijo Dawn entre risitas al ver la negatividad de Ash por no querer usar traje—. Ahorita que recordé, ¿dónde pusiste mi maleta? —
    —Me tomé la libertad de llevarla a tu habitación, espero que sea de tu agrado; si quieres tomar una ducha puedes usar con confianza la regadera, el cuarto ya cuenta con ella y su respectivo baño. Yo me iré a la otra ducha.
    —Gracias Ash, ¿dónde queda esa habitación? —
    —Sígueme y verás.

    Ash y Dawn al dejar a Pikachu solito en la cocina, se encaminaron por un pasillo que había al otro extremo, el gimnasio del azabache casi tenía la apariencia de que era un hotel porque hasta contaba con gradas en dado caso que hubiera espectadores. La zona principal era el campo de batalla, en ella había varios caminos: a la derecha la cocina, al norte quedaba la tal habitación y a la izquierda la supuesta regadera.
    Luego de la breve caminata llegaron al cuarto donde se quedaría Dawn, abrieron la puerta y la primera en pasar fue la invitada; al dar sus primeros pasos dentro el cuarto apantallaba fácilmente a la cocina, contaba con una cama matrimonial, el suelo cubierto con alfombra roja, una televisión pantalla plana de sesenta pulgadas en la pared, el baño tenía un jacuzzi y dos closets. Los muros estaban tapizados de color durazno con franjas rojas en forma horizontal.

    —Creo que debí aceptar ser entrenadora desde un principio —dijo con cierta empatía—. ¿Dónde dormirás tú? —
    —Uhm, luego te cuento. Me iré cambiando antes de arrepentirme en usar el traje —contestó el azabache diciendo lo último en forma de broma, inmediatamente salió de la habitación dejó sola a la coordinadora para ponerse ‘elegante’.

    La mujer joven no creía todo lo que estaba viviendo, en sus viajes no había tenido una comodidad de esta forma, pero eso era lo de menos, lo que más le agradó de su visita fue que uno de sus mejores amigos le recibió sin problemas y la dejó sin palabras puesto a que presentó algo nuevo. El que la invitasen a salir a una cena ya era un ‘plus’ a su estadía, por lo que arreglarse tenía un motivo extra especial.

    —Espero lucir bien, no todo el tiempo se presentan situaciones así —dijo Dawn sentándose en la enorme cama. Al voltear a sus espaldas sin querer se le vino una imagen de Ash acostado en ese lado y al lado de dicha cama una cuna—. No estaría mal…. Sé que nos hablamos mucho y demás pero, ¿realmente me sentiré atraída por él? —

    El día continuo su transcurso hasta que cayó la puesta de sol, Ash estaba a fuera de su gimnasio acompañado de un enorme toro café de tres colas, esperando a por Dawn quien todavía no salía. Todo hombre en este caso se estresaría o se moriría de aburrimiento por esperar a una mujer que se arregla, pero la excepción nuevamente volvía a ser él, la prisa era un factor que ni en cuenta tomaba puesto a que Ciudad Pewter no estaba tan lejos, bien podían irse ya sea en pokémon o a pie.

    El joven azabache vestía todo un conjunto de smoking: zapato negro, pantalón, chaleco y saco de mismo color, a excepción de la camisa que es blanca y la corbata roja. Su peinado no cambiaba para nada, era el mismo de greñas alborotadas que lo hacían ver único.

    —Ese Bruno sí que es raro, entre todos nosotros él es el que nunca ha llevado camisa puesta más que su pantalón y ya —dijo Ash para sí mismo mientras acariciaba la cabeza de su pokémon—. ¿O crees que estoy exagerando, Tauros? —
    —Moa —negaba el mastodonte de color café.
    —Si Dawn estuviera aquí afuera me diría lo opuesto. Hablando de ella, desde que llegó me siento más feliz, aunque no viajé con nadie durante un tiempo ella se cercioraba de enterarse cómo estaba, y nuestra comunicación fue creciendo a pesar de estar lejos.

    Y en un breve momento, el Elite comenzó a recordar todas sus aventuras en Sinnoh, desde el momento que vio a la peli azul y aceptó viajar con ellos hasta en las situaciones en que ella se vestía de porrista en sus batallas de gimnasio, las diminutas peleas por cosas insignificantes, los momentos de tristeza, ratos de felicidad en las que ambos sonreían mucho, y, los consuelos por parte de ambos para animarse cuando se encontraban decaídos, ya fuese él o su amiga. Simplemente tenía ante sus ojos una mujer ideal que no se ven todos los días.


    ¿Qué sucederá con ambos? ¿Mostrará Ash más cambios? Esta historia continuará.
     
  2. Threadmarks: Parte 2
     
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    No sé si sea correcto hacer esto, como son dos capítulos y están independientemente separados por una finalización, supongo que no habrá problema en publicarlo como otro post. En todo caso, si me equivoqué favor de notificarmelo y corregirlo.

    Esta es la parte complementaria.

    —Ahora que la noto, por distraído no me fije que cambió por fuera, tal vez estuve muy acostumbrado a enfocarme en su rostro. Y cómo no hacerlo, tiene unos impactantes ojos azules —ante su último comentario, su pecho comenzó a sentir golpes que venían de su interior, golpes que no eran incómodos, sino sensacionales porque se sentían bien acompañados de un gran calor—. Aún me cuesta trabajo entender, pero con Dawn es….
    —¿Qué opinas? —dijo una voz femenina sacándolo de onda.
    —Wow Dawn, te ves impactante, se ve que le tomaste mucha importancia a lo de la cena.

    Dawn tenía puesto un largo vestido blanco con tirantes que dejaba descubierta sus hombros y espalda, zapatillas de mismo color, y su cabello estaba rizado –como en aquel concurso de Sinnoh cuando viajaron juntos y usó un vestido amarillo–. Un aroma suave a rosas llegaba hasta las narices del azabache, lo que la hacía más provocativa.

    —Cómo no tomarle importancia cuando se trata de algo que te incluye —decía la peli azul mirando profundamente aquellos ojos negros del entrenador, esta acción hizo que su amigo se sonrojase—. Si quieres dime chismosa por escucharte pero ¿qué era lo que no entendías? Si quieres puedo ayudarte.
    —Eh, así está bien, no te preocupes Dawn.
    —Y cuando dices que no me preocupe, más me preocupo. Vamos, puedes decirme.
    —Está bien. Me encontraba pensando acerca de ese tema que evadí hace tiempo en Hoenn, sé que esto que hago es ser terco por remontarme en un suceso antiguo que debió quedar en el pasado.
    —No eres terco, eres curioso y recordar no siempre es malo. Creo que esta explicación de ayudará un poquito; en el mundo hay dos cosas en las que nos confundimos muchas personas, el amor y estar enamorado. Ambos no tienen definiciones concretas, son dos cosas distintas; enamorarse es sentirse atraído por otra persona que te hace feliz, es cuando tu corazón te da golpes agradables en el pecho, y a pesar de que tenga uno que otro defecto no los notas o los minimizas.
    —Ya veo… ¿y qué es el amor? —
    —El amor es algo más complicado, es más que sólo enamorarse, es un sentimiento más fuerte que no se puede romper y más si es verdadero. No muchos saben, porque el amor puede ser ciego, puede ser a primera vista, puede ser de muchas maneras.
    —Dawn, ¿estás enamorada? —preguntó el chico novato en el amor, al escuchar toda esa explicación lo primero que supuso fue que palabras de esa magnitud podrían venir de alguien que esté enamorado—. (Pero qué torpe, no debí preguntar….)
    —No lo sé —respondía sonrojada la coordinadora, no entendía más el por qué sus mejillas se tornaban rojas y su corazón latía fuertemente cada vez que Ash hablaba acerca de temas tan profundos—. Sigo a la espera de alguien, sin embargo, no sólo depende de mí porque también necesito comprobar si siente algo por mí.
    —¿Esa persona no es Kenny? —
    —Como si estuviera tan loca, Kenny es un presumido que siempre busca molestarme y que yo sepa anda con Zoey desde hace algún tiempo.
    —Ya veo… —contestaba insatisfecho—. (¿Quién será ese chico del que Dawn está atraída?) Bueno, lo mejor será irnos.
    —¿Iremos a pie? —respondió Dawn, forzadamente se vio a seguir la corriente ya que al parecer al azabache no le apetecía hablar más acerca de ello.
    —Como gustes, si quieres caminar no hay problema. Ciudad Pewter queda como a una hora.
    —Yo pensé que quedaba más lejos.
    —Cuando comencé mi primer viaje pokémon tardabas medio día en llegar, sin olvidar que era novato, pero ahora todo Kanto ha tenido severos cambios en cuanto a carreteras y los caminos que conectan a unas ciudades con otras, incluyendo pueblos.
    —En ese caso me parece bien irnos caminando, tengo un guía personal que me dirá todo —dijo la dama de ojos azules mostrando una tierna sonrisa, en parte la caminata le haría bien por los viejos tiempos.
    —De acuerdo. Tauros —volteó a ver a uno de sus cuantos compañeros de viaje y peleas—, te encargo el gimnasio, por favor que no haya pleitos y si llegase a suceder algo despiertas a Pikachu para que te ayude. Me llevaré a Infernape por si las dudas.
    —Mm —asintió el pokémon cuernudo metiéndose al gimnasio.

    Procediendo a lo siguiente, el par de jóvenes se encaminaban a Ciudad Pewter, a un paso tal vez lento pero confortable ya que sus pláticas eran las que hacían no notar ese pequeño defecto, sin olvidar el panorama del día de un ambiente pacífico. Tal cual y dijo Dawn, Ash le explicaba ciertas cosas de su región natal, las rutas que no hay que tomar si no se conoce el alrededor, los distintos pokémon en su entorno y lugares de interés por si le apetecía algo. Todo esto ocurría en la misma ruta que él tomó por primera vez en el bosque.
    La conversación fue muy corta en cuanto a ése tipo de información, por lo que la chica comenzó a cuestionar sobre la vida de su amigo, es decir, conocer qué fue lo que lo orilló a ser un entrenador pokémon, además de sus primeras experiencias.

    —Tuve unas cuantas dificultades al inicio, debido a mi pereza no pude obtener a uno de los tres pokémon iniciales de la región, pero, si no fuese por el profesor Oak y a mi terquedad no habría tenido a Pikachu. Él fue mi inicial, literalmente.
    —¿Y no tuvieron problemas? Porque tú y él son muy unidos, creo que estaban destinados a conocerse.
    —No realmente. Aunque veas que no peleamos mucho, en el pasado sí, cuando lo vi por primera vez me alegré pero él no, terminó rostizándome a mí, al profesor, a mi madre y a toda la gente cercana a nosotros.
    —No inventes, ¿y no se enojaron? —dijo asombrada, ella no fue la única en tener esa experiencia.
    —La verdad no, yo sabía que Pikachu era un buen pokémon. Nos logramos entender bien hasta estar al borde del peligro; un grupo de Sperows nos atacó, tuvimos daños físicos pero él tuvo más ya que recibió más picotazos y me salvó por su ataque impactrueno. Lo peor es que terminé con la deuda de pagarle a Misty su bicicleta.
    —¿Su bici? ¿Qué hiciste o qué? —lo miró confundida.
    —Durante el incidente lo cargué en mis brazos y caímos en un canal de agua que terminamos dando con ella, le arrebaté su bici para llevar a Pikachu al centro pokémon, y sin querer terminó siendo destruida por él al salvarme con su ataque.
    —¿Y no te dijo nada? —
    —Digamos que se puso un tanto molesta, hasta me siguió a todas partes con tal de que le pagara, por lo que al final terminó siendo una compañera de viaje.
    —Ash, ¿Cuándo me pagaras mi bicicleta? —preguntó la oji azul simulando un tono de enojo.
    —¿Cuál? Que yo recuerde jamás te vi montando una cuando nos vimos cara a cara —respondió algo confundido el azabache—. No inventen, me quieren dejar paupérrimo.
    —Por si no lo supiste, encontré a Pikachu cuando iba en mi bicicleta con Piplup y la destruyó. Nunca quise cobrar los daños porque no sabía quién era el dueño. Ahora como ya sé quién es el responsable, ¿cuándo me pagarás? —
    —Ts…, primero Misty, luego May y ahora tú. Creo que el hobby de Pikachu es quemar bicis. En uno de estos días te compro tu bicicleta.
    —Y me crees más de media palabra —sonriendo inocentemente—, qué ingenuo eres. No quiero la bicicleta, sólo quise ver cómo reaccionabas jiji —cubría su boca con su mano derecha en lo que reía por la broma aplicada.
    —Tramposa —contestó el chico dando un suspiro de alivio, a la vez terminó sonriendo por el testeo.
    —El tramposo eres tú por hacerme “eso” al recibirme, me la debías.
    —Hablando de “eso”… —‘sin querer’ terminó empujando levemente a Dawn con su cuerpo—. Lo siento, es que no me fijé por dónde iba.
    —Mhm —le regresó el supuesto descuido, imitando la misma acción.
    —Te has hecho muy violenta eh, yo te recuerdo más inofensiva.
    —Pues ¿quién tiene la culpa, la persona que recibe la agresión o la que hace dicha acción? —
    —Uhm, ambas porque le siguen —dijo Ash volviéndola a empujar con su cuerpo—. La violencia genera más violencia.
    —¡Ahora sí verás! —

    Sonriente y dispuesta a desquitarse, el entrenador pokémon se hizo a un lado antes de que la ‘violenta’ joven le regresara el empujón, provocando que perdiera un poco su equilibrio pero haciendo que ésta tuviera más razones para hacerlo. Quería correr, pero sus zapatillas no se lo permitirían y el azabache al ver esta ventaja sólo se limitó a esquivar dando pasos hacia atrás.

    —¡Eso es injusticia, Ash Ketchum! —dijo Dawn haciendo un reproche como niña chiquita, aunque tenía razón ya que en cambio su oponente sí podía de menos trotar.
    —¿De qué? No estoy corriendo ni nada —retrocediendo unos pasos más, detrás suyo había un lago con una cascada, al parecer no había notado nada y seguía en dirección a él sin conciencia de sus actos.
    —Oye Ash, ¿qué ése de allá no es Suicune mirándote? —señalando a las espaldas del chico.
    —¿Suicune en Kanto? —haciendo caso a la señal, después de todo su pasión por los pokémon era la misma, y ver a un legendario es lo mejor del mundo para un entrenador. Sin querer, ya estaba casi al borde de caer al agua pero por el motivo de Suicune y que estaba bien metido en un mini juego con su amiga.
    —Es mi oportunidad para….

    “Estás mal, Dawn. Suicune es un pokémon de Johto y sólo aparece si….” Antes de que Ash pudiese indicar el error que era incierta la aparición de una leyenda viviente, terminó recibiendo sobre sí a su amiga, de tal forma de que ambos terminaran en el agua. Esto había sido por un mal movimiento de la peli azulada, al querer empujarlo uno de sus pies resbaló, por ende acabaron así, dentro del agua.
    Dawn fue la primera en salir a la orilla, en una zona alta, a tomar oxigeno, todo su vestido al igual que su cabello estaban arruinados, ahora ya no podía presentarse a la cena y mucho menos a arreglarse en un tiempo record.

    —Br —pronunció Ash saliendo del agua, al igual que Dawn su vestimenta no tenía solución, menos el cabello que a fin de cuentas nunca se lo acomodaba—. Y eso que me bañe, no acostumbro dos baños en un día.
    —Creo que pedirte perdón no será suficiente por haber arruinado tu presentación a la cena —decía Dawn tímidamente, cabizbaja y con sus manos juntas, sólo era cuestión de irse preparando para escuchar algún regaño o comentario de decepción por parte del morocho.
    —Sí, necesitarás más que eso.
    —De veras lo… —
    —Ahora sí estamos iguales —contestó el chico de los ojos oscuros lanzándole agua.
    —¿Eh? —dijo confundida la coordinadora, esto hizo mirar de frente al chico quien simplemente estaba sonriente y con mucha calma, no parecía enojado ni mucho menos decepcionado.
    —¿Qué pasa? ¿Ni en agua puedes? —dijo el joven de la cabellera despeinada echándole agua una vez más—. Al parecer ya perdiste tu habilidad para….

    Nuevamente tuvo que ser interrumpido por un gran salpicón de agua que entró a su boca, para que luego la escupiera y se topara con una coordinadora sonriente que sorpresivamente comenzó la guerra de agua, mojándolo más de lo que ya estaba, para que Ash le regresase el favor. Este pequeño juego los mantenía entretenidos, cada vez que uno mojaba al otro se reían sin parar, disfrutando del momento como si aun fuesen unos niños a pesar de su edad.
    Luego de salpicarse una y otra vez, ambos salieron del lago para luego sentarse al debajo de un árbol no tan lejano del lago. Ash se quitó su saco, su camisa de manga larga y sus zapatos incluyendo los calcetines, dejándose nomás su pantalón y una camisa de resaque blanca que tenía debajo, dejando al desnudo su trabajo físico más notorio que era el torso y brazos; en cambio Dawn no podía hacer nada más que quedarse así, el quitarse el vestido no era opción.

    —Ash, ¿puedo preguntarte algo? —dijo la oji azul mirándolo a los ojos con una expresión confundida.
    —Dime —contestó con simpleza.
    —¿Por qué no estás molesto? Una cena con un grupo de reconocidos entrenadores es algo que a muchos les interesaría tener y tú no pareces estar tan preocupado.
    —Eso es porque… —lentamente se acercó al rostro de su compañera, que lentamente se ponía roja por la cercanía, y fue en dirección a su oído derecho—. El que ríe al último ríe mejor —se alejó de ella como al inicio, soltando unas leves risas por parte suya.
    —Entonces ¿este era un plan? ¿No existió tal cena? —
    —Sí había una cena, pero nunca tuve la intención de ir, sólo quería salir contigo —respondió con una sincera sonrisa—. Y, dije que me vengaría de alguna manera.
    —Eres un tramposo —reprochó propinándole un empujón.
    —¿De qué hablas? En la guerra todo se vale. Y más si es con alguien tan atractiva como tú —dándose cuenta de su último comentario reaccionó de inmediato un poco confundido, creyó haberlo dicho en su mente pero todo fue lo opuesto al decirlo en voz alta.
    —¿Enserio crees que soy atractiva? —preguntó Dawn mirándolo fijamente a los ojos, sus mejillas comenzaron a pintarse de rojo tomate por el comentario.
    —Creer es una posibilidad de cincuenta por ciento o tal vez menos, yo lo estoy afirmando —contestó Ash, su cara también se ponía roja sin previo aviso, aquellas palabras salían como si nada de su boca pero con toda sinceridad.

    Al ver los impactantes y preciosos ojos azul zafiro de su amiga, quedó hipnotizado, y más porque la luna los hacía resaltar con un brillo que jamás había visto en ella; el día hizo de las suyas para tener ahora un panorama nocturno, algo que no notaron por el efecto de la plática. Esta combinación la convertía prácticamente en otra persona; en el otro bando era la misma sensación, aunque el chico no tuviese ojos de color la noche le daban un toque perfecto incluyendo a su alocado cabello, sin el gel por el baño nocturno, combinaba.

    Lentamente, por una razón desconocida, ambos volvían a acercar sus rostros sin perder un solo momento la vista de sus respectivos ojos. El sonrojo en sus mejillas incrementaba así como el acelerado ritmo de sus corazones al sentir cada vez más la cercanía del otro. Sin embargo, la ‘vista panorámica’ tuvo que ser finalizada al sentir la respiración tanto de uno como del otro, cerraron sus ojos y lo que restaba ya dependía de ellos; las palabras ya no eran necesarias, pues un delicado contacto expresó todo: un beso.

    —(Qué suaves son sus labios, así que esto es a lo que llaman besar) —pensó el distraído entrenador sin querer ver aún, el sentir cómo los labios de Dawn tenían un sabor a durazno era suficiente.
    —(Nunca imaginé esto, y quisiera que nunca acabase) —pensaba Dawn alegremente, Ash no era un novato para besar, en su criterio. La pasión y romance dominaban su ser, sin pensarlo dos veces atrapó al varón en sus brazos, rodeándolo del cuello y continuar con su beso.

    El mundo ya era diferente, las discusiones, peleas, guerras, indiferencias, todo lo negativo que existía en vida propia se iba volando como el viento sin dejar rastro alguno. Ese mundo se convertía en otro, en uno donde sólo ellos existían como los únicos seres vivientes, dejando salir emociones, emociones que tuvieron a lo mejor reservadas por mucho tiempo y que ni sabían que existían o de menos si sintieron alguna vez. Ash no se quedó atrás, al igual que su ‘amiga’ quería atraparla y tenerla únicamente para él en sus brazos, cosa que hizo sin problemas para llevar sus manos a la espalda de esta y convertir ésta acción en un tierno y cálido abrazo.

    Aquel beso en el que seguían muy sumidos se convertía más atrevido, el joven Élite sintió un poco de desesperación por parte de un ser vecino que pedía permiso por encontrarse con alguien; el acceso fue fácil, no podía negar que también esa persona a la que buscaba también quería confrontarla, una juguetona lengua que pronto inició contacto. Suave, lento, húmedo y mucho más era lo que experimentaban los dos jóvenes, la danza que estaba siendo interpretada dentro de sus bocas era algo nuevo en sus vidas, simplemente placentero y memorable.

    Lamentablemente todo lo bueno tenía que terminar, su falta de aire los obligó a separarse, como al inicio sin tanta prisa, abriendo sus ojos con todo el tiempo del mundo y enfrentarse cara a cara una vez más sin poder despejar el sonrojo de sus caras. El viento comenzó a soplar y un abundante silencio era lo que se apreciaba, y cómo no pasaría esto luego de que dos simples amigos se habían besado apasionadamente. Sin embargo, este momento tan callado fue roto por el azabache quien tuvo que desviar un poco su mirada de con la coordinadora para que no lo viera tan rojo.

    —Lo, lo siento Dawn, no era mi intensión hacerlo y….
    —¿Por qué te disculpas? Si yo también fui culpable por, besarte —dijo apenada, sobre todo por la última palabra.
    —¿No estás enojada? Digo, es que a lo mejor tienes novio y lo mejor sería recibir un regaño por haber hecho eso.
    —No tengo novio, ni estoy enojada. Al contrario, estoy feliz.

    La respuesta sorprendió mucho, la mayoría de los hombres esperarían alguna bofetada, gritos, algún golpe o cualquier otra acción que les hiciera ver su error cometido, pero este era un caso distinto. Dawn se encontraba sonriendo, con unas mejillas color carmesí mirando fijamente al morocho, esperando algo más.

    —¿Y tú cómo te sientes? —preguntó un poco insegura, ella sí se sentía bien consigo misma pero ahora la duda era él.
    —Más que feliz, es algo que nunca había sentido antes… —contestó el muchacho, sin embargo su última línea le hizo recordar la breve conversación que tuvieron antes de partir del gimnasio—. Son sensaciones muy fuertes y agradables, no tengo ni vocabulario para poder expresar cómo me siento al haber estado cerca de ti.
    —Yo tampoco tengo las palabras exactas, pero sí sé una cosa; me tomó tiempo resolverlo, aunque ya no es más una molestia y estoy más tranquila. A la vez un poco angustiada —desvió su mirada al lago para ocultar su timidez.
    —¿Y cuál era ese problema? —cuestionó el oji negro sin dejar de verla, tener a una bella mujer frente a sus ojos valía más que cualquiera de sus simples medallas que obtuvo en cada gimnasio, capaz y hasta las vendía.
    —Ash, te voy a ser honesta. En el tiempo que no pudimos estar juntos ya fuese solo nosotros o en grupo con otras personas, me sentía muy preocupada, no sabía si era porque me acostumbré a tu compañía o porque realmente no pude superar el hecho de que el viajar sola no era lo mío.
    —¿No? ¿Y eso? —
    —No sé, la verdad no sé. Es por eso que tenía la necesidad de ponerme en contacto contigo sin importar donde te encontrabas, contigo me sentía más libre al hablar y a la vez me tranquilizaba, aunque creo que te quité demasiado tiempo por estar molestándote —su expresión en el rostro se miraba una combinación entre feliz y triste, en realidad sentía en volver a esos días en los que no se podían ver físicamente—. Sigo siendo una niña, y una niña no puede llegar a ser una buena coordinadora.
    —No eres una niña, Dawn. Los tiempos van cambiando, te has desarrollado no solo como una de las mejores coordinadoras, sino también como mujer —dijo el entrenador posando una mano sobre el hombro derecho de esta, haciendo que lo volteara a ver—, sé de tus capacidades y puedes vencer a cualquiera que se te interponga.
    —Esta es la razón por la que pude aclarar mi problema —contestó con una bonita sonrisa en su rostro—. En otras palabras, todas aquellas maneras en las que me sentía por no vernos me hacían preguntarme a mí misma si te veía como un amigo o más que eso.
    —Eso es lo raro porque yo también hacía lo mismo.

    No era de esperarse que Ash saliera con palabras maravillosas de nueva cuenta, pero en una charla más seria las tornaban en algo más que bello. El azabache seguía firme con su trato inicial, mirarla directamente, con una mirada llena de nostalgia y honestidad que penetraría los ojos de cualquier otra chica.

    —En mis batallas tuve severos problemas al inicio, Pikachu que ya es un pokémon de años de entrenamiento al igual que yo tuvimos tropiezos de novatos; nos cuestionábamos una y otra vez qué pasaba, pero cuando recibía tus llamas en los centros pokémon me calmaba un poco más y los resultados variaban. Pero a cambio mi concentración poco a poco se recuperaba.
    —Qué bueno que de menos pude ayudar en algo —respondió con un tono de voz claramente alegre—. Oye Ash.
    —Dime.
    —¿Cómo me ves, como una amiga? —
    —No, yo diría que no. Por alguna razón he llegado a entender que todos mis logros no se pueden comparar a lo que tú me has dado.
    —¿Y qué es? —cuestionó ilusionada, la respuesta podía ser una en un millón por lo que el esperar se volvía tedioso.
    —El hacerme entender lo que es el amor. Debo admitir que me tienes hipnotizado y más con esos ojos zafiro que moriría por verlos siempre —dijo Ash con una cara más roja que el mismo tomate, una sonrisa perfectamente pintada en su rostro reflejaba todo lo que alguna vez en su vida trató de hacer, entender un tema tan complicado que le llevó años entender y hoy sus dudas estaban aclaradas. Aquellos hermosos ojos azules comenzaron a llenarse de lágrimas, cosa que lo alertó y preocupó—. ¿Dije algo malo? —
    —No Ash. Estas lágrimas son de felicidad —respondió abalanzándose sobre él y terminar en un gran abrazo de afecto, sumiendo su cabeza en el pecho de este. El chico no tardó en responderle al abrazarla fuerte pero delicadamente—. Lo que me angustiaba era saber si realmente sentías algo por mí, y por lo que acabas de decir me basta para estar más feliz de lo que ya estoy.
    —Entonces eso me conduce a una cuestión.
    —¿Cuál? —preguntó fingiendo no saber a lo que se refería. Dejó de abrazarlo por un momento y lo miró cara a cara esperando por lo siguiente.
    —Dawn Berlitz, —tomando ambas manos— ¿aceptarías ser la novia de un terco entrenador como el que tienes frente tuyo en estos momentos? —
    —¡Claro que quiero! —exclamó muy emocionada la coordinadora. La emoción contenida hizo abalanzarse sobre su ahora novio para plantarle un corto pero tierno beso en sus labios—. Aunque te faltó agregar que aparte de terco, tonto.
    —Y todavía me dices tonto, te digo, te gusta pelearme ¿verdad? —comentó en un tono de broma mientras se reincorporaba junto con su nueva compañera de vida, se sentó de piernas cruzadas y esta frente suyo de la misma manera.
    —Era broma —guiñándole un ojo en señal de que la guerra continuaba. Ahora que tenía novio, tomó una nueva posición; sin pena y sin pedir permiso, tomó asiento en las piernas del azabache para quedar de espaldas a él y recostarse.
    —Ya verás Dawn, ya verás —contestó. Instantáneamente la abrazó y echó un vistazo a donde se encontraban—. Justo en el mismo lugar.
    —¿Conoces este lugar? —cuestionó curiosamente su novia girando un poco su rostro para verle.
    —Aquí fue una de las cuantas paradas donde Pikachu y yo terminamos por la persecución de los Spearow, sin olvidar la parte de la bici, sin pedirle permiso a Misty la tomé —al recordar la escena del regaño más la preocupación por salvar a su mejor amigo le provocó soltar risas leves—. Lo mejor siempre me sucede cuando se trata de estar cerca del agua.
    —Y es porque así fue como Pikachu y tú lograron obtener un lazo de confianza y amistad, ¿o me equivoco? —dedujo la peli azul.
    —No sólo eso —acercó lentamente su rostro al oído derecho de su pareja quien no estaba de frente completamente, pero sí una parte de su cara que le observaba—. Pude forjar un lazo más fuerte contigo, muchas gracias por la oportunidad, Dawn —susurró suavemente para luego darle un lento y tierno beso en su mejilla.
    —Gracias a ti, Ashy, dices cosas muy lindas que no tienen precio —respondió sonriente con un leve tono de sonrojo en su cara.
    —Nunca me habían llamado así pero, por ti, no hay problema —dijo el oji negro aceptando el sobrenombre.
    —Y por esa razón tendrás un premio.
    —¿Premio? ¿Qué es? —
    —Tendrás que esperar.
    —¿Me puedes dar una pista? —
    —Uhm…. No.
    —Qué mala —dijo Ash fingiendo un poco de tristeza.
    —Lo sé —respondió Dawn con una expresión de niña traviesa.

    Ash al recordar que llevaba consigo a Infernape, lo dejó salir, el inicio le fue tal vez algo confuso para el pokémon ver a su dueño con una extraña persona en sus brazos pero este al explicarle de quién se trataba su personalidad cambió de inseguridad a lo contrario; después de la presentación, con una orden de su amo recolectó un poco de leña, que después encendió frente ellos, y con las llamas de su cola y cabeza se retiró en dirección a los trapos mojados para secarlas por su cuenta.

    —Ash —dijo la chica desacomodándose de su posición para mirar al entrenador de frente.
    —¿Sucede algo Dawn? —
    —¿Crees que tu mamá me acepte como tu novia? —preguntó en un tono entre preocupación y timidez, todo en este mundo puede pasar y perder su relación no era opción.
    —Claro que te aceptará, y si no, aún seguiré contigo. Se supone que es mi decisión con quien compartir mi vida. Pero no creo que tenga inconvenientes, ambas se llevarán excelente —brindándole una sonrisa de seguridad—. Aunque esa cuestión sería mejor para mí por tu mamá.
    —No te preocupes —sonrió inocentemente—, ella ya tenía una idea de cómo terminaríamos, así que, lo más seguro es que ya esté esperando la noticia.
    —Al parecer ambas ya tenían contemplado lo que pasaría —arqueando una ceja.
    —Casi casi —dijo la coordinadora abrazando a Ash por el cuello.
    —Me pregunto qué tanto tenían entre manos —comentó en un tono de sarcasmo mientras rodeaba de las caderas a la oji azul de la misma manera como ella lo tenía tomando del cuello.
    —No sé, tendrás que averiguarlo —finalizaron ambos todo con un corto pero lento, perfecto y dulce contacto labial.
    —Dawn —dijo suavemente, mientras alejaba por lo más mínimo su distancia de sus labios—, Te amo —pronunció las dos palabras más fuertes del mundo con un tono grave en su voz.
    —No tanto como yo a ti —contestó con su aguda y tierna voz—, mis sentimientos hacia ti siempre fueron más que atracción.

    Después de sus últimas palabras, volvió acortar la lejanía entre ella y hombre que la cautivó, con un leve ejercicio de movimientos lentos y pasivos, un beso lleno de amor.
    Infernape, quien estaba a una distancia no tan lejana miraba conmovido esta escena, su entrenador finalmente había mostrado interés por algo más que no fuesen batallas, expresando sus sentimientos profundamente en una frase, una frase que no se pensaba que algún día la diría pero lo imposible se puede volver posible cuando uno se lo propone.


    Lo sé, lo sé, no tuvo tanto romance al inicio como algunos esperaban, hasta los fics con una temática de este tipo debe tener algo que no sea todo el tiempo amor, amor, amor y más amor; se vuelve algo tan, empalagoso (en mi opinión) y no es mi estilo hacer eso. Espero que haya sido de su agrado, tengo más fanfictions guardados en mi ordenador, que después se los traeré, de momento estoy tomando un respiro y como mis visitas aquí son cortas o raras podré tardarme una a dos semanas para presentar algo nuevo (hasta meses, o lo primero que suceda). Catch you!
     
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  3.  
    Arkdash

    Arkdash Iniciado

    Tauro
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    Mensajes:
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    Pluma de
    Escritor
    Muy interesante la historia, me gusto bastante, estuvo bien estructurado las partes, describiste los lugares donde estaban lo que facilito el poder darse una idea como era el lugar y la trama me encanto.

    Espero leer otra historia tuya, que tengo por seguro que sera tan buena como esta.
     
  4.  
    Beau

    Beau Iniciado

    Libra
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    3 Enero 2012
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    3
    Pluma de
    Escritor
    Que bue fic, en verdad lo disfrute!!... Espero leer pronto tus otros fics :D
     
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  1. Yagami Raito
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