Two Hearts as one (Dos corazones son uno)

Two Hearts as one


“A veces uno no quiere contar su historia, por que podría resultar aburrida, o solo tachada de romance pasajero, más la mía trasciende el tiempo y no tengo miedo de contarla solo espero que aprendan de ella, para que así sean felices y no dejes pasar de ella.”


Kallen Victorinni

(1989-2013)


Capitulo 1: La primera vez.


La primera vez que la conocí fue en segundo medio del año 2006, tenía 16 años, me estaba cambiando de liceo por situaciones del trabajo de mi padre quien viajaba mucho y la verdad me sentía vacío, todos los años nos cambiábamos y la verdad me sentía solitario al dejarlos atrás, a las personas que sociabilizaban conmigo; ya de un tiempo hasta ahora me daba igual si hacia amigos porque sabía que los iba a perder. Era un chico de estatura normal, ojos castaños, tez blanca, pelo corto del mismo color de mis ojos, malo para los deportes, nunca me gustaron, pero tenía una característica importante, mi memoria, nunca olvidaba nada de lo que pasaba o hacía, hasta que la conocí a ella, mi compañera de clases, tenía el pelo largo, de color castaño, era mas alta que yo y sus ojos eran tan hermosos que podía ver su alma, me reflejaban como si desnudo estuviera, solo la miré de reojo mientras entraba por primera vez al salón de clases mientras sentía mi corazón como latía a mil por hora, mis piernas flaqueaban y mis manos temblaban solo por el hecho de mirarla. La profesora titular hacía mi pequeña introducción diciendo de donde yo venía hasta que me dio el habla a mí diciendo:

— Kallen, ¿Desea acotar algo mas?— a lo que yo asentí.

— Me llamo Kallen Victorinni, mi padre trabaja como ingeniero civil industrial, y no sé cuando tenga que cambiarme nuevamente de hogar, pero mientras estoy aquí, deseo llevarme bien con todos y así poder tener nuevos amigos. — Decía con mi voz poco seductora y un tanto aguda.


Mientras la profesora me decía donde sentarme, yo iba hacia mi pupitre el cual estaba dos puestos atrás del que estaba cerca de la puerta de ingreso y daba hacia una ventana por la cual podía mirar al patio, pero antes de poder llegar a mi pupitre, me di cuanta que la chica que miré por un segundo y que captó mi atención al no mas entrar; me miraba, y mis ojos se cruzaron con los de ella, sacudía mi mundo de una forma que no comprendía, mi corazón volvió a latir a mil por hora, mis manos temblaban, me ruboricé un poco y agachando mi cabeza para que ella no lo notara. Me senté y entonces este sentimiento que surgía, que me dejaba intranquilo, yo lo llamé atracción sin darme cuenta que esto sería amor.


Era la hora de almuerzo, mis compañeros se juntaron para poder almorzar en pares, más yo estaba solo, como ya estaba acostumbrado a ello…, miré de reojo hacia atrás, para ver a la chica que sacudía mi mundo y noté que ella me estaba mirando, sentí un leve rubor en mis mejillas, y sin poder decir algo, volteé mi rostro al frente y saqué un sándwich, el cual había preparado en la mañana antes de venir, fue lo único que llevé de almuerzo ese día. Di mi primer bocado hasta que sentí unos toques en mi espalda, al voltearme noté que era la chica de pelo largo que sacudía mis pensamientos y me distraía con sus orbes, mi cabeza no daba más, me volví a ruborizar y la miré a los ojos. Ella me habló con una voz que para mis oídos era angelical:

— Hola, Me llamó Miriella Taylor, me preguntaba si querías comer conmigo y si podríamos ser amigos.—

Yo no sabía que contestar, solo asentí dándole un sí, me volteé y nos pusimos a conversar de varias cosas, unas tan sencillas como en cuantos lugares he vivido, si tenía hermanos, entre otras más. No sabía que cuando le comenté que tenía un hermano me iba a traer problemas…


Capitulo dos: Dolor.


Han pasado seis meses desde que conocí a la mujer que hace que mis días sean brillosos, que sentía mi perturbada alma yacer en paz un minuto, ella hacía que mis días no sean aburridos y mis ganas por ir a clases para verla sean cada vez mas fuertes. Ahora estamos en mi habitación viendo una película, eso esta haciendo que mi cuerpo se revuelque en un deseo de tenerla, mi corazón no deja de latir, mis mejillas están tan rojas sabiendo que si ahora la miro ella lo notará, pero al mirarla note que ella esta viendo a una visita inesperada, era mi hermano menor; tenemos una diferencia de dos años de edad pero la diferencia radica en que él es más alto que yo y de tez trigueña, además tiene una voz varonil y es más apuesto, mi orgullo como hermano mayor se siente pisoteado al ver que la chica que me gusta solo tiene ojos para él de forma amorosa mientras que a mi solo me concibe como su amigo.

Al terminar de ver la película, con toda la ternura y nerviosismo le comenté si quería tomar un tentempié, ella asintió y contento bajé a prepararlo todo, sin darme cuenta de que lo que ocurriría sería lo más doloroso que experimentaría. Mi hermano no bajó conmigo, se quedó con ella conversando, desde abajo se escuchaban carcajadas, sabía que se burlaban de mí en cierta medida pero no le di mayor importancia. Tenía un presentimiento, un miedo grande, un miedo que me hacia imaginarme, que mi hermano se estaba besuqueando con la chica de mis sueños, la chica de mis deseos, la chica que tanto me gusta, de la cual me estoy obsesionando, la que no deja de mirarme en clases y con ese miedo subí despacio las escaleras que me guiarían al segundo piso mientras esperaba que se preparara el té sentía un nerviosismo, no sabría como explicar el hecho de que mis manos temblaban de tal forma por las fantasías que me pasaba, mientras pisaba cada peldaño de la escalera me imaginaba a mi hermano y a ella besuqueándose, tocando cada parte de su cuerpo el uno con el otro, me llenaba de una rabia e impotencia que ni yo mismo podía controlar, subiendo lentamente y escuchando llegué hasta lo máximo de la cúspide de la escalera y mirando de reojo a la habitación noté lo que mi imaginación había invocado. Ellos estaban en pleno acto de amor; besándose y manoseándose, mi mundo se quebró, mi corazón se partió en dos y me llené de un vacío, mi alma se apagó y lo único que quedó fue un dolor tan intenso que no podía ocultar y en lagrimas callo, la tetera sonó y bajé sin hacer ruido para no interrumpirlos, luego llamé con una voz apagada a los susodichos, eh allí el comienzo de mi tristeza.

En pleno tentempié, mi hermano me miro y dijo:

— ¿Kallen, que te pasa?—Yo lo miré de reojo, luego pasé mi mirada hacia Miriella y me remití a responder:

— Nada, solo me siento un poco enfermo. — Articulé con desgano.


A lo que mi hermano contesta:

—Eso es típico de ti.— Al terminar mi frase me levanté un poco frustrado y sin mirar ni decir nada, me fui a recostar a mi cama. Mientras las dos personas que estaban abajo, me miraban perplejos por mi cambio repentino de actitud, al llegar a mi cuarto cerré la puerta de un portazo y me recosté en mi cama, todavía se sentía el olor a frutilla del shampoo que usaba Miriella, ese olor me embriagaba, me hacía pensar que lo que había visto nunca pasó pero no era cierto, me di media vuelta mirando al techo, poniendo mi brazo sobre mi vista murmulle “no puede ser verdad” y comencé a llorar desde el fondo de mi corazón, “la amo demasiado para poder olvidarla, la deseo tanto como para dársela a él, pero si ella quiere salir con mi hermano tengo que dársela...” Mas mis pensamientos fueron interrumpidos por el abrirse de la puerta, era ella quien entraba por esa puerta, mi mundo al mirarla se quebró y pregunte —¿Qué necesitas?—Dueño de un tono frio de voz, carente de los sentimientos que hasta ese momento había albergado por ella.

Ningún sonido pronuncio, hasta que se sentó a las faldas de mi cama y tocó mi pecho. Me ruboricé un segundo pero el solo hecho de recordar el acto de placer que se daban, hizo que mi rostro se oscureciera y me enfurecí entonces algo me sacó de mi trance, fue el hecho de esa pregunta, que pronunciaron sus finos labios:

— ¿Te… te duele el corazón…?— Hizo una pausa y después agregó: — Mírame y respóndeme…— Pude notar una preocupación por mí mas no quise mirarla por que le había acertado, “me duele el corazón por la traición que me hiciste”, pero ella dijo interrumpiendo mis lastimeros pensamientos.— …a mi también me duele… por que sé que nos viste…—Dijo tristemente.

Mis ojos se abrieron de par en par al escuchar su declaración, me di media vuelta mirando a la pared de mi pieza, no quería seguir escuchando cada lastimera palabra que su voz pronunciaba pero lo que me sorprendió fue lo que dijo a mi oído después de acostarse a mi lado, apegando su cuerpo:

— También me duele que me hayas visto como me roban un beso… es doloroso cuando la persona que amas sale dolido por un malentendido y sobre todo porque quien te besa es una persona que no me interesa. —

Al oírla mi corazón salto de un retumbe y sin pensarlo me di vuelta, quedando cara a cara junto a ella, me miró, estaba ruborizado y me sentía nervioso pero a la vez en calma, en mi estomago se sentía como si tuviera mariposas revoloteando y lo peor de todo era ver que ella se sentía de la misma forma, no sabía que hacer, si tomar la iniciativa o no, pero sin darme cuenta ella tomó mi rostro con sus cálidas manos y acercó mi rostro al suyo, se unieron nuestros labios en un apasionado y profundo beso de tierno sentimiento. Mi mundo se borró y entré en un mundo de relajación y paz extrema, cerré mis ojos y caí dormido a su lado.

A la mañana siguiente ella estaba junto a mí, no fue a casa, había dicho que no llegaría esa noche que se quedaría en la casa de una amiga y se quedó conmigo, mi padre tuvo turno extendido así que solo nos encontrábamos nosotros dos y mi hermano, quien se había encerrado en su habitación. Por nuestra parte aún en mi cama seguía embelesado con su visión y allí mirándola, acariciando su rostro le propuse:

— ¿Deseas ser mi novia?, digo… ¿te gustaría salir conmigo?— El nerviosismo hizo presa fácil de mí.


Miriella por su parte, sin pestañar y sonrojada de emoción me respondió:

— Llevo tres meses esperando que me digas esto… mi respuesta es sí.




Capitulo tres: Perdida.


Han pasado dos años desde que comencé a salir con Miriella, nos hemos graduado de la enseñanza media, y hemos decidido ir a la misma universidad, ella estudiara comercio exterior y yo decidí estudiar informática, pero llevo guardado dentro de mi una tranca y un dolor que me cuesta superar, es algo que tarde o temprano ella necesitará saber.


Flash Back:


Hijos, saben que por problemas de pega hemos tenido que viajar por varias partes y esta ha sido nuestra primera vez que hemos estados tanto tiempo quietos en un lugar, pero lamento decirles que por razones de trabajo, tendremos que ir a vivir a Canadá, espero que puedan comprenderlo y acepten este hecho.

Al escuchar esto, mi mundo se vino abajo, tendría que terminar mis profundos lazos con mi amada y partir de aquí nuevamente.

Fin Flash Back


Ese día había llegado, a una semana de irme a Canadá decidí juntarme con Miriella para contarle de la situación, quedamos de juntarnos en la plaza de la villa donde ella vive, a las 20:00 horas, ella llego con un hermoso vestido que hacia juego con sus orbes castaños. Y allí estaba yo sentado en un columpio con la vista ida, ella se me acercó y besó mi mejilla diciendo:

— ¿Que pasa mi amor?, ¿Por qué te vez tan triste?—Preguntó con ternura.



Mi mirada volvió a la vida por un momento al escuchar su voz y ésta se fue cuando miré a su rostro el cual en ese momento se veía feliz entonces dije sin titubear ni rodeos:

— La próxima semana me voy con mi familia a Canadá…— pero al terminar mi frase me invadió un gran sentimiento de melancolía.

Para mi sorpresa ella se lo tomó con mucha tranquilidad diciendo:


— Que bueno, que pases unas lindas vacaciones…—dijo con amabilidad.


Para mi estupor me di cuenta que ella no entendió que me cambio de casa y no se cuando volveré.


— Miriella… cariño… me iré y no se cuando volveré…— fue lo que dije mientras me carcomían mis lagrimas pero su rostro no cambio y respondió:


— Lo sé mi amor pero aquí te esperaré, por que te amo, te amo mucho… por eso seré capaz de esperar a que vuelvas…— decía mientras pequeñas lagrimas de tristeza caían de sus orbes.


Me levanté con el dolor en mi pecho y la amargura en mi boca entonces la abrace y la besé profundamente para poder recordar que nuestros lazos eran fuertes, demasiado fuertes entonces de mi bolsillo saque un anillo de oro, el cual lentamente puse en el dedo anular de su mano izquierda, lentamente volteé su mano izquierda y puse otro anillo de oro con lagrimas tanto de tristeza como de felicidad:


— Guárdalo, porque cuando vuelva nos casaremos…— Fue mi proposición de despedida.


A lo que ella con lagrimas de felicidad asintió y dijo:

— Yo, Miriella Taylor juro que desde la punta de mis pies hasta cada extremidad de mi cuerpo pertenecen a ti Kallen Victorinni, mi amado, te esperaré por siempre hasta que puedas cumplir con tu promesa.— Con esperanzas de que ese día llegara pronto.


Por mi parte yo repetí las mismas palabras que mi amada:


— Yo, Kallen Victorinni juro que desde la punta de mis pies hasta cada extremidad de mi cuerpo pertenecen a ti Miriella Taylor, mi amada. Te prometo que vendré a buscarte no importa lo que me demore para cumplir mi promesa que hacemos en estos votos.— y sellamos nuestras palabras con un profundo beso.




Han pasado cuatro años desde que me fui de Chile a vivir a Canadá, durante ese tiempo recuerdo haber escrito una carta para Miriella, diciendo que iba a ir a verla el 14 de Febrero del 2013 en la misma plaza donde nos juramos amor eterno. Recuerdo que viajé para allá con la incertidumbre de que tal vez no la vería. Tomando mi avión a tempranas horas de la mañana puesto que quería llegar temprano y así poder esperarla. Recuerdo que al llegar a Chile mi nerviosismo por volver a encontrarme con ella me llenaba más de inseguridades, era inevitable, no sabía si estaría pero para mi mala suerte, ese día ella… no llegó...


De ello han pasado cuatro años ahora, estamos en el año 2017 y todos los 14 de Febrero me devuelvo a Chile a esperar por ella en la plaza pero hoy será mi último día… si ella no aparece hoy, sabré que ella nunca me amó como ella lo decía. Estuve parado con un ramo de rosas en mis manos. Han pasado cuatro horas de espera, cansado me senté en el columpio con mi vista ida como la última vez que nos vimos y nos despedimos, susurre al viento.

— El amor… no dura por siempre…— deprimidamente… entonces una voz me responde.


— Kallen, no digas eso…siempre te eh esperado y al fin nos pudimos reunir...—Decía la voz adulta de una chica la cual se apoyaba en mi espalda.


— Veo que el paso de los años no te afecta cariño.— comentó la chica de forma pícara.


Entonces al voltearme vi a mi querida chica, ya no tenía 18 años sino que es toda una mujer hecha y derecha. Al levantarme y abrazarla le dije:


— Te espere por cuatro años, nunca perdí la esperanza de volver a verte—Decía entre lagrimas y ella respondiendo a mi abrazo me dijo tiernamente:


— Lo sé… para mi también fue terrible esta espera de siete años…— Con un tono melancólico.


Mi rostro se puso pálido y me separé de ella por un tanto…


— ¡Siete años!— Exclamé incrédulo. Entonces al mirarla, note que vestía un traje negro formal y pregunté:


— ¿De donde vienes?— y me quede mirándola esperando una respuesta.



Miriella guardo silencio por un rato y respondió con un tono triste:


— Vengo de visitar tu tumba…— Mientras caían las lágrimas de sus ojos.


Cada gota me mostraba parte de mis recuerdos de como había muerto, ese día en el año 2013 estaba emocionado tomando el avión que me llevaría a Chile para volver a rencontrarme con mi novia entonces no sabía que ese fatídico día me encontraría con la muerte cuando mi avión por averías este se estrelló en contra del cerro San Cristóbal. Ahora comprendí por que mi cuerpo no ha cambiado nada, me había quedado estancado para cumplir mi promesa.

Miriella me miró y sacando de su bolsillo el anillo de oro que le había regalado, el cual iría en mi mano lo puso con delicadeza en mi dedo anular, atrayéndome a su cuerpo me dio un profundo y apasionado beso con lágrimas de felicidad rompió en llanto dijo:

— Te esperé por siete años y ahora por fin nos hemos vuelto a encontrar. Siempre te amaré, siempre te he amado y nunca te voy a olvidar…— Dijome con lágrimas de dicha.


A lo cual respondí con una sonrisa de felicidad:

— Al fin cumplí mi promesa… al fin te pude ver… perdóname amor mio por la tardanza, gracias por amarme tanto. Siempre te amaré por el resto de la eternidad…—


Y así, lentamente fue desapareciendo la esencia de Kallen de las manos de la chica que se enamoró tan perdidamente de él.


Epílogo:


Han pasado diez años desde ese día y no me eh casado todavía, no después de perder a mi difunto marido, estoy trabajando aquí en una empresa comercializadora de Chile, en ella soy la gerente. Estoy en mi escritorio mirando al cielo recordando su rostro, el cual me llena de energías para continuar mis mañanas hasta que mi puerta es abierta por uno de mis subordinados, el cual me mira con rubor. Sé que está enamorado de mí pero no siento lo mismo que él, por que mi juramento es fuerte y mi amor también entonces él se acerca a mi preguntando:

— ¿Gerente, de quien es ese anillo?...— dudando el pobre.


Yo le respondí:


— ¿Quieres saber? Entonces toma asiento para contarte esta historia que no muchos podrán creer…— Decía con amor en mis palabras y un poco de melancolía.


“Sabes Kallen, llevo una vida de felicidad y mi amor por ti es fuerte. Sé que al final de mi vida estarás allí para venir a buscarme y llevarme a tu lado… Te Amo…”





The End