Tu

Re: Tu

Ahhh lamento mucho lo de los emoticonos pero no fue mi culpa, de repente lo subi y ya se veía asi!! T.T aun asi, lamento no haberles subido la conti aun, pero ya pronto la subire T.T aun no he podido, acabo de entrar a la escuela y esta algo pesado n.n y bueno muchisimas gracias a todos mis fieles lectores que dedican su maravilloso tiempo leyendo mi fanfic!!! LOS AMO :lindo: :beso: sayonara prrrmiau adios

 

Re: Tu

Perdonen mucho la tardanza se que fue muchisima la espera pero es que acabo de entrar a la escuela y esta algo pesado el 6° semestre... de todas formas quiero decirles a tod@s que los adoro por apoyar mi fanfic, son un amor!! :lindo: GRACIAS!!!


TU

Capitulo 10: Instinto

Desperté aterrada, me encontraba en una habitación blanca con un olor muy particular cuando me di cuenta, tenía un respirador… estaba en un hospital. ¿Pero cómo había llegado yo ahí? En primer lugar, no recordaba nada. De repente una silueta en el asiento izquierdo llamo mi atención. Era el.

-¿Inuyasha? – pregunte suavemente, no lo podía creer ¿el me había salvado? Pero aun no recordaba nada de lo acontecido, sin embargo me alegraba inmensamente saber que estaba ahí cerca de mí, pero mi susurro lo despertó.

- ¿Kagome? ¡Ahh Kagome! ¿Cómo estas? Tremendo susto que me pusiste jovencita – grito eufórico mientras me abrazaba fuertemente – Por favor no vuelvas a hacer esas idioteces de caminar tu sola por la calle.

- Mmm Inuyasha, ¿tú me salvaste? – pregunte rápidamente mientras intentaba recordar lo sucedido.

- No lo… recuerdas, ¿verdad? – dijo preocupado mientras se sentaba a mi lado – Pues veras… - pero no terminó su frase ya que alguien mas interrumpió.

- No, el bestia ese no te salvo, es muy idiota para protegerte – dijo alguien muy familiar. Cuando voltee, lo vi.

- ¡¿Kouga?! – grite emocionada, tenía muchísimo tiempo que no lo veía y ahora que me lo reencontraba no podía creerlo, muchas cosas habían pasado, sin embargo esta era una de las mejores sorpresas. Me levante olvidando que estaba en bata y que tenía el respirador, me lo quité y corrí para abrazarlo.

- Ya cariño, aquí estoy yo – dijo tranquilizándome mientras correspondía a mi abrazo - ¿Cómo estas Kagome? – preguntó levantándome el mentón.

- Ahh estaba muy asustada – dije abrazándolo nuevamente mientras lloraba de los nervios – pero ¿cómo? Es decir ¿qué haces aquí? Y ¿por qué le llamaste bestia a Inuyasha? ¿Ya lo conocías? – pregunte aun mas nerviosa y mirándolo fijamente.

- Jeje calmada, tanto éxtasis podría causarte otro ataque – dijo algo serio, mientras en ese momento… lo recordé.

----Flash Back ----

Caminé lo más rápido que podía sin correr, ya que no quería que me persiguieran, de seguro eran mucho mas rápida que yo. Viré en una calle que daba con una cuadra cerca del parque, imaginé que ahí estaría segura, sin embargo no contaba con que ellos empezarían a correr primero, cuando menos lo imagine ya tenía atrás a uno de ellos. Era moreno, alto con un cabello abundante en una larga trenza, era muy apuesto tenía que reconocerlo, pero de ninguna manera eso tomaría importancia si sus intenciones eran otras. Me tomó del brazo y me aventó contra la pared, me lastimé la espalda pero no me queje, sabía que tenía que salir de esa calle lo más rápido posible. Inmediatamente llego el otro, era gordo y muy pálido, pelón y muy feo. Iba a empezar a gritar.

- ¡Hey! No preciosa no hagas eso, sino esto podría terminar más rápido de lo que esperamos – dijo tapando mi boca y sacando una navaja que apuntaba a mi abdomen – estamos a medio día así podré ver el esplendido cuerpo que ocultas debajo de estos harapos – dijo con una cara maliciosa mientras yo cerraba los ojos, tratando de pensar que eso era una muy pero muy horrible pesadilla y que despertaría en cualquier momento.

- Hermano, ¿por dónde empezamos? – preguntó el otro sujeto feo con una mirada lujuriosa mientras acercaba sus manos a mi pecho.

- ¡Manten! Ella es mía, ve a checar que nadie venga – grito el tipo alto mientras acercaba la navaja al inicio de mi playera.

- Ahh pero hermano Hiten, yo también quiero divertirme un poco – refunfuño el otro. Yo en cambio lloraba del miedo, tenía que reconocer que jamás había experimentado tanto terror como en ese momento.

- Ya te dije Manten… después será tu turno, yo primero – dijo el sujeto “Hiten” mientras me veía a los ojos y lamía sus labios – Bien preciosa, espero que disfrutes esto – dijo mientras acercaba su asquerosa boca a mi cuello, sentí un tremendo impacto que me impidió moverme, al parecer estaba mucho mas que terrorífica… estaba completamente pasmada. Mientras el con la navaja lentamente corto por en medio la playera larga que llevaba. Mostró mi sostén negro, sin embargo yo ya podía esperar lo peor. Lloraba sin cansancio mientras el sujeto me tocaba y besaba sin dejar de quitar la mano de mi boca. Cuando recupere la razón y el miedo disminuyo un poco, aproveche una distracción del tipo para soltarle una patada en la ingle, eso hizo que soltara la navaja y me destapara la boca mientras se encogía del dolor. Corrí lo más rápido que pude del lado contrario de donde estaba el tal “Manten” pero de repente lo sentí. Una cortina negra cubrió mi vista mientras iba corriendo. Estaba totalmente consciente de que tenía los ojos abiertos pero no veía nada. En ese momento mi mente borró todo y desperté en el hospital.

---- Fin Flash Back ----

-Ahora lo recuerdo, sufrí un ataque – dije ensimismada en mis pensamientos – Pero entonces Kouga ¿Tú me…? – dije volteándolo a ver mientras el asentía.

- Si Kagome, esos idiotas ya están muertos – dijo muy serio. No lo podía creer.

- ¡Muertos! ¿Es en serio? – dije mientras me hincaba rendida y volvía a recurrir al recuerdo.

- Kagome, no… me refiero a que los condenaran a cadena perpetua, no que realmente estuvieran muertos – dijo Kouga hincándose mientras me tomaba de los hombros para que lo viera a los ojos - No te hicieron daño ¿verdad? – pregunto clavando sus ojos en los míos. Yo negué con la cabeza – Que alivio – susurró mientras me volvía a abrazar.

- Pero espera – dije suavemente y me separe de Kouga, había algo que no comprendía - ¿Qué hace Inuyasha aquí? – pregunte mientras me paraba lentamente y volteaba a ver a Inuyasha.

- Ahm estaba muy preocupado por ti, Kagome – dijo. Si, el era todo un ángel, pero no fue mi protección cuando mas lo necesitaba, después de todo, no era un superhéroe para que estuviera en todas partes – Kouga ¿cómo supiste que estaba allí? Y ¿cómo los derrotaste? Tenían una navaja.

- Jaja Kagome, crees que una navaja me va a detener, en especial cuando se que lastimaron a mi pequeña… -dijo nuevamente serio y me miro a los ojos. Yo evadí su mirada penetrante y pregunté de nuevo.

- ¿Pero cómo sabías que estaba yo allí precisamente? – cuestioné otra vez buscando una respuesta concreta mientras veía los ojos de Kouga.

- Mmm como decirlo, creo que fue Instinto – dijo mientras se colocaba en posición pensante – después de todo tu y yo tenemos un vinculo muy fuerte que me indica si estas en peligro – comento guiñándome el ojo. Yo solo me sonroje.

- Esperen – dijo Inuyasha capturando nuestra atención - ¿Ustedes son algo? – preguntó muy confundido.

- Si – dijo Kouga.

- No – reclamé – Kouga sabes perfectamente que tu y yo no somos nada, no podemos ser nada – dije muy molesta.

- ¿Por qué? – preguntó Inuyasha mirándome sorprendido.

- Eso no te importa bestia, de todas maneras ¿qué haces aquí? – gritó Kouga mientras se colocaba enfrente de mí.

- ¡Kouga! ¡Ya cálmate! – le grite mientras lo hacía hacia atrás – Inuyasha, Kouga y yo somos primos políticos, nos conocemos desde chicos y a pesar de que no estamos cercanamente relacionados, somos familia – dije seria dando mi explicación. Después de todo se alcanzaba a ver nuestro parecido por sus facciones finas y el cabello negro ondulado como el mío, lo que nos diferenciaba era el color de piel y el color de los ojos. El era moreno de ojos azules, yo era muy blanca de ojos verdes – Sin embargo, por alguna extraña razón, Kouga tiene la impresión de que somos algo más – dije molesta mientras miraba de reojo a Kouga que estaba volteado con los brazos cruzados en posición indignada.

- Oh ya veo – comentó Inuyasha dando un pequeño suspiro de alivio, a mi parecer.

- Pero Inuyasha, ¿tú cómo supiste que estaba aquí? – pregunte curiosa otra vez.

- Ahm tu mamá le llamó a Sango y Sango me llamó a mí, y aquí estoy – dijo Inuyasha levantando los brazos. No se porque pero en ese momento me dieron tantas ganas de abrazarlo, sabía que el no era mi salvador ni nada, pero no podía evitar sentirme feliz de que estuviera ahí. Me acerque y lo abrace fuertemente cuando alguien me jalo bruscamente.

- ¡Bestia! No quiero que le vuelvas a poner las manos a mi Kagome, ¿entendiste? – dijo Kouga sumamente enojado mientras me apartaba de Inuyasha.

- ¡Kouga! Por favor, pareces niño chiquito – refunfuñe, a veces los celos de Kouga llegaban a mi limite – Espera, ¿por qué le llamaste bestia?, ¿Se conocen? – pregunte sumamente sorprendida.

- Por desgracia si, mi querida Kagome – dijo Kouga resignado mientras colocaba un brazo sobre mis hombros.

- Nos conocimos en el trabajo – dijo Inuyasha algo molesto, al parecer no le caía bien Kouga, y me lo suponía, después de que alguien te llame bestia, es difícil que una relación así se reintegre.

- ¿Trabajo? Inuyasha ¿tú también trabajas en la corporación Taisho? – pregunte quitándome a Kouga de encima mientras veía fijamente a Inuyasha.

- ¿Trabajar? ¡Vaya! Así que no le has dicho – dijo Kouga en forma amenazante.

- ¿Decirme qué? – pregunte algo extrañada. Sabía que no conocía bien a Inuyasha, pero el hecho de que me ocultara algo simplemente me hacía sentir extrañamente triste, ya que creía confiar en el y viceversa, pero no podía culparlo, teníamos muy poco de conocernos, así que lo que fuera, lo iba a aceptar.

- El es Inuyasha Taisho, uno de los empresarios más ricos y famosos de Japón – dijo Kouga orgulloso por creer que había humillado a Inuyasha frente a mí.

- ¿Es en serio? – pregunte asombrada. No lo podía creer. Fascinante.

- Perdona que no te lo haya dicho Kagome pero es que no tenemos mucho de conocernos y creí que… - pero no continúo porque lo interrumpí.

- Vaya Inuyasha, eso es nuevo, que increíble – dije entusiasmada, mientras Kouga seguía sin comprender mi reacción de asombro – Creí que sólo eras un surfista.

- Jeje no, eso lo hago para relajarme y quitarme de la cabeza todo eso – dijo mas tranquilo.

- Vaya, pero entonces ¿tus padres? – pregunte seria. No quería tocar el tema, pero tampoco quería quedarme con dudas.

- Ah si, me la heredaron a mí y a mi hermano, Sesshoumaru después de morir – dijo serio nuevamente. Detestaba verlo así pero lo mejor sería cambiar de tema.

- ¿Tienes un hermano? – Pregunte con mucho mas entusiasmo. Mientras el asentía. Kouga en cambio parecía ver receloso la conversación.

- Bien, creo que será mejor que te vayas bestia, Kagome necesita descansar – dijo Kouga molesto para luego llevarme a la cama por los hombros.

- Kouga, no necesito reposo, ya estoy mucho mejor – dije quitando sus manos.

- Kagome, el tarado este tiene razón, necesitas descansar, vendré a verte después – dijo mientras caminaba para despedirse. Se acerco rápidamente y me depositó un beso en la mejilla. Yo me sonroje otra vez. Al parecer Kouga sacaba humo por las orejas y veía furioso como Inuyasha se retiraba.

- Kouga ¿Por qué eres tan grosero con el? – Pregunte seriamente - ¿Qué te ha hecho? – Espero que algo no muy malo… pensé.

- ¿Por qué eres tan cariñosa con el? El simple hecho de ver como le coqueteas me es… Ahh – dijo muy molesto mientras se volteaba.

- Espera Kouga, yo no le coqueteo, Inuyasha es un amigo sólo eso, además no se ¿por qué te importa tanto? Sabes que no me gustas y que nuestra relación sería muy extraña, además ¿Qué te ha hecho? No me respondiste – grite eufórica cansada de sus estúpidos celos.

- ¿Sabes qué? Sera mejor que descanses, has pasado por muchas cosas el día de hoy, además tu mamá vendrá en la noche por ti. Hoy te dan de alta – dijo serio antes de cerrar la puerta tras de sí.

Una vez mas estaba sola en ese cuarto blanco, pero ahora sabía que ya no podía confiarme tanto como creía, después de todo esto, mi mamá a duras penas me dejaría salir. Sin embargo me quede pensando, no tuve tiempo ni siquiera de preguntarle a Inuyasha lo que quería saber, y todo por la intervención de Kouga, no lo culpaba, al contrario le agradecía infinitamente por haberme salvado la vida, pero a veces era tan fastidioso y su tonta idea aficionada hacia mi me chocaba. Desde pequeño era así, no podía esperar a que cambiara, aunque realmente quería que algún día llegara una chica perfecta para el. Aun así, después de meditar eso y lo que le preguntaría a Inuyasha algún día caí dormida, esperando una nueva señal que me indique lo que tengo que hacer.

Espero les guste y lamento el retraso T.T sayonara prrrmiau ^^

 

Re: Tu

LAMENTO MUCHO LA AUSENCIA T.T:( en serio... pero es que no pude antes, sin embargo hoy les traigo la conti y mas larga ;) ^^ espero les guste, muchas gracias a todos por el apoyo, luego les hago comentarios individuales, ahorita vengo apurada... hasta luego LOS ADORO cemzoorianos!!! :beso:

TU


Capítulo 11: Revelaciones


No lo podía creer, simplemente era increíble… es decir, me habían dado de alta casi de inmediato pero su ausencia durante los siguientes 5 días fue una tortura total. ¿Para que me salí del hospital si sabía que me lastimaría de nuevo? Más bien no lo sabía y eso era lo que me angustiaba más. No sabía nada de el y no había manera de localizarlo, Sango ni Miroku querían decirme su ubicación ni nada, y para variar tenía que ir cargando con Kouga como compañía las 24hrs del día incluyendo la escuela, por precaución y preocupación de mi madre.


- Cariño, ¿segura que no quieres comer? – dijo mi mamá con un aire de preocupación mientras entraba a mi alcoba.


- Ah segura mamá, Gracias – dije totalmente perdida en algo que parecer era un pájaro de mi ventana.


- Mi vida, realmente lamento que ese chico tan noble no haya venido a visitarte, se que por eso estas así, ¿o me equivoco? – comentó suavemente mientras se sentaba en la cama, a mi lado. Mientras yo… ante esa respuesta, pues era cierto, pero ¿cómo lo sabía? La miré sorprendida. Después de todo era mi mamá y me conocía mejor que nadie.


- N… No, pero ¿cómo?...- no pude continuar porque mi madre prosiguió.


- Mira Kagome, en primera soy tu madre, por tanto se muchas cosas de ti aunque tu no te des cuenta, segunda no soy tonta Kagome, se perfectamente que sientes algo muy fuerte por ese joven y tercera estoy muy segura que el también siente algo por ti, ¿me entiendes? – dijo mi mamá sorprendiéndome al máximo, es decir nunca habíamos tenido una conversación tal cual pero al parecer, cuando quería decir algo lo decía y lo peor era que tenía razón.


- Mamá yo… la verdad es que me molesta que este Kouga conmigo todo el tiempo – dije poniendo cara de molestia.


- Jaja por eso no te tienes que preocupar, el regresa en una semana a Mousashin con tu abuela Kaede – dijo mientras reía divertidamente y me daba un beso en la cabeza para luego marcharse – Ya vendrá, no te preocupes – susurró detrás de la puerta.

Posiblemente tenía razón, tal vez la pelea con Kouga le causaba estragos o una fuerte depresión, fuera lo que fuera tenía que saber que había sido de el. Me había dado cuenta por completo que el era como una droga para mí, desde aquel día en la plaza. Desde aquel hermoso y delicioso beso que soñé volver a compartir y que simplemente no podía, ni siquiera sabía lo que el pensaba y eso me frustraba bastante.


- ¿Cómo estas hermosa?, ¿por qué tan sola? – dijo una voz sumamente familiar. Yo sólo gire los ojos en señal de que no quería ver a nadie, pero al parecer mi madre lo había mandado a cuidarme, tal vez sospechaba que me escaparía o algo así.


- Kouga, en estos momentos no estoy de humor – dije levantándome de la cama y empezar a acomodar algunos libros, era fin de semana nuevamente, pero el día anterior viernes, había dejado un desastre en mi escritorio.


- Oh vamos preciosa, sal, diviértete un rato… anda, acompáñame – dijo seductoramente mientras me tomaba de la mano, yo la quité rápidamente del agarre.


- ¡Kouga! Ya te dije que no, en serio contigo… tu sólo aprendes por las malas, ¿verdad? – refunfuñe mientras me volteaba para seguir organizando mis libros. De repente escuché el sonido de una bolsa de plástico, voltee y ahí estaba Kouga sosteniendo el regalo de Inuyasha.


- ¿Qué es esto? – dijo mirando curiosamente la bermuda. Yo me le acerque para quitársela pero el la levantaba y obviamente como el era más alto que yo, mi persona estaba en desventaja – No te la voy a dar hasta que me digas porque tienes esto, ¿es para mi? – dijo con aire ganador. Yo sólo negué con la cabeza mientras me cruzaba de brazos y me volteaba – Mmm ¿entonces? – preguntó. Hubo un silencio que no supe interpretar – No, Ay no… no puede ser, Kagome… ¿esto es para el bestia ese? – preguntó muy confundido. Me voltee rápidamente y asentí.


- Si Kouga, esa bermuda es para Inuyasha pero es por su cumpleaños, era su regalo – afirme totalmente segura de mi misma. Pero el sólo miro la prenda y la aventó como si nada al suelo – Oye pero ¿qué te…? – reclamé sin poder terminar ya que había pasado algo que no me hubiera imaginado jamás. Tenía los labios de Kouga sobre los míos. No pude pensar en ese momento… fue insólito, en mi vida creí que el llegara a hacer eso, sabía que le gustaba pero creí que yo había puesto el limite como para no llegar a estas situaciones, sin embargo antes de poder reaccionar y saber que intentaba abrir apasionadamente mi boca. Lo aparté.


- ¡Kouga! pero ¿qué rayos te ocurre? ¡Estás loco! Somos primos por el amor de Dios, ¿en que demonios piensas? – grité totalmente fuera de mis casillas, esto era demasiado.


- Kagome, sabes perfectamente que somos parientes lejanos, nuestra relación no afectaría la genética de la familia por lo mismo de que no
tenemos tantas similitudes en cuanto a ADN, además te amo – comentó tranquilamente mientras se acercaba a mí. Yo sólo podía alejarme más y más.


- ¡Largo de aquí! Vete Kouga, si no lo haces te juro que gritare y hare que te saquen de la casa – advertí totalmente amenazante. El solo levanto los hombros en señal de resignación y se fue de mi habitación. Yo sólo me tire en el piso mientras intentaba asimilar todo lo que había pasado, es decir… me había besado. El tipo que yo veía y reconocía como hermano mayor me había besado, era totalmente increíble. Esa era la gota que derramo el vaso. Si mi mamá sospechaba porque me escapara, ahora sus sospechas se harían realidad. Salté de mi ventana hacia el árbol que estaba en frente, no tarde mucho en bajar pero si me hice uno que otro raspón, especialmente en el estomago y los brazos.

Llevaba mi celular por si acaso, pero me dirigiría a la casa de Sango, no me importaba que.


- ¿Kagome? – alcance a escuchar mientras bajaba las escaleras del templo.


- ¿Miroku? ¿Qué haces aquí? – pregunté totalmente fuera de onda, el era la ultima persona a la que me imaginaba encontrar.


- Ah pues vengo de la casa de Inuyasha – dijo tranquilo mientras señalaba hacia adelante.


- ¿Inuyasha? ¿Dónde vive? ¿Cómo esta? ¿Por qué no me ha visitado? ¿No te ha dicho nada de mí? ¿Esta enfermo? ¿Le paso algo? – pregunté desesperadamente al escuchar su nombre. Si, definitivamente pensar en el me hacía otra persona, ni siquiera me había dado cuenta que agarraba fuertemente la camisa de Miroku.


- Cálmate Kagome, el esta bien y no te ha visitado porque… - se quedó callado. Eso me daba muy mala espina, ¿y si ya no me quería ver? ¿Y si todo lo que habíamos pasado solo era un juego para el?


- Porque ¿qué? Dime Miroku – grite confusa mientras las dudas abordaban mi cabeza sin límite.


- Kagome, no puedo decírtelo – dijo Miroku totalmente arrepentido.


- Pero… pero… yo lo amo – susurré lo suficientemente fuerte para que me escuchara mientras agachaba mi cabeza y las lágrimas corrían por mis mejillas. Miroku me miró sorprendido.


- Kagome, pero no entiendo, si lo conoces de hace menos de un mes – comentó Miroku totalmente fuera de lugar.


- Lo se… pero es que… su mirada, su forma de ser… Miroku, me ha cautivado, en menos de un mes… y ya no puedo estar lejos de el y mucho menos saber nada de el – dije levantando mi cara mostrando los ojos hinchados y las lagrimas secas que eran cubiertas por el paso de las nuevas.


- Ahh Kagome, mira me gustaría ayudarte pero… - nuevamente el silencio que me consternó y no pude mas.


- ¿Qué Miroku? ¿No me quiere ver? ¿Es eso? ¿No le gusto? ¿Es por lo de Kouga? O tal vez ¿No le gusta estar conmigo? ¿Qué? Miroku… ¿Qué? – grite totalmente perdida. De repente sentí como era hundida por el abrazo de alguien, y unos brazos rodeaban mi cuerpo. Por un momento creí que era Miroku pero su olor lo delató al igual que su voz.


- Kagome, ¿por qué piensas eso? Realmente crees que no me gusta estar contigo. Al contrario, estar a tu lado me da energía, fuerza y vitalidad, estar a tu lado es una bendición para mí. Cada día ruego por poder ver tus hermosos ojos esmeraldas una vez mas mientras agradezco a la vida el hecho de que me haya cruzado en tu camino – dijo suavemente mientras acariciaba la cabeza. Yo solo atine a abrazarlo fuertemente mientras las lágrimas salían sin cesar. Levante mi rostro y sí, ahí estaba nuevamente su mirada dorada que se reflejaba con el sol. Era tan hermoso… su olor era tan adictivo y delicioso y su aspecto era perfecto.


- ¿Inuyasha? – pregunté totalmente cautivada por sus palabras. Temía que esto fuera un sueño, al parecer esto sólo me pasaba en sueños, pero intente recapacitarlo de alguna manera y si me di cuenta que era la vida real y que en verdad tenía a Inuyasha frente a mí totalmente materializado, como mi sueño hecho realidad.


- Kagome, ¿por qué lloras? – preguntó suavemente mientras quitaba una lagrima de mi mejilla. Pero eso era el colmo, como era posible que me preguntara algo así, después de lo que había hecho. Lo mire totalmente confusa, me separe de el y en un ataque de furia le pegué una cachetada.
Me puse a correr quitando al totalmente inadvertido Miroku del camino, corrí muchísimo y muy rápido, tanto que sentí por milésimas de segundo
que volaba. Si, una vez más lo afirmaba. Inuyasha era una droga para mí y ahora que la había tenido por un momento, había recuperado fuerzas totalmente. Me di la vuelta en un callejón oscuro, había sol todavía pero ese callejón estaba bastante oculto, me detuve y me recargue en la pared totalmente agitada, no podía creer que fuera tan atlética pero al parecer, el enojo me dio el impulso. Cuando me di cuenta de lo que acababa de hacer volví a llorar. A pesar de ser atlética, era muy débil de corazón… de seguro Inuyasha no me volvería a hablar. Una respiración agitada ajena a la mía me saco de mis pensamientos, ¿era mi imaginación nuevamente o era realmente el enfrente de mi? No sabía como le hacía pero siempre aparecía oportunamente sin problema.


- Kagome, yo… escúchame - pero no lo deje continuar porque me enderece y lo mire a los ojos muy enojada.


- ¡No! Tu escúchame, desde ese día en el hospital ya no supe nada mas de ti, simplemente te desvaneciste y no se que rayos les dijiste a Sango y a Miroku para que no revelaran nada y te escondieras bien, la verdad es que me vale lo que te pase, pero puedes ser menos egoísta, no solo te preocupas por mi y me besas, sino también me dejas plantada por 5 días así sin mas como si no le importaras a nadie, pues fíjate jovencito, a mi me importas y ¿sabes que? Ya no me importa lo que me digas porque el hecho de que te ame demasiado me hace olvidar todo lo que me has hecho, desde aquel día en la playa, simplemente…-


- Yo también te amo –


- … y que me contabas la trágica historia de tu vida, pues tu realmente no me… ¿Qué? – pregunté totalmente sorprendida.


- Lo que te dije Kagome, te amo – comentó mientras agarraba mis manos y las juntaba entre las suyas para luego besarlas – desde ese día que te vi ahogándote en la playa, supe que ibas a cambiar mi vida, supe que ibas a ser sumamente especial para mi – dijo. No sabía que decirle, ya le había confesado que lo amaba y el también, sin embargo… no entendía.


- Pero… Inuyasha ¿Por qué? ¿Por qué me dejaste? Ni siquiera me visitaste en sueños – comente totalmente dolida y con una cara de preocupación. El solo me abrazo fuertemente, apoyo su mentón en mi cabeza y sus brazos apretaron fuertemente mi cuerpo.

- Kagome, yo quiero que sepas que hay cosas de mi que no conoces aun y que no son agradables, ¿si? – dijo tomándome de los hombros mientras me veía fijamente.


- No me importa, te amo por lo que eres, no por lo que tienes o lo que paso, ¿si? – pregunte tratando de imitar su tono.


- Je, no en serio Kagome… hay cosas de las cuales no me siento orgulloso, la verdad es que… paso algo, mi padre hizo una decisión muy estúpida
en su testamento y me vi afectado directamente- dijo seriamente.


- ¿Tiene que ver con tu empresa? – pregunte algo preocupada.


- Mmm algo así, pero es mas para beneficio personal, de mi padre porque yo no le veo ningún beneficio a la decisión que tomó, de hecho estoy haciendo lo posible para hacerlo cambiar de opinión – comento muy serio mientras volteaba a otro lado.


- ¿De qué se trata? – Cuestioné curiosa pero aun más preocupada por lo que me pudiese decir - ¿Tiene que ver conmigo? – pregunte inocentemente.


- No… tu no tienes nada que ver con eso – dijo corrigiendo rápidamente lo que acababa de preguntar, como si eso le preocupara mucho.


- ¿Entonces? ¿Te vas a mudar? – pregunte mucho mas preocupada por alguna respuesta positiva.


- Kagome no puedo decirte en estos momentos pero quiero pedirte un favor, algo rápido – dijo algo nervioso.


- Claro, ¿de qué se trata? – pregunte algo apagada porque realmente quería saber que era lo que había pasado.


- Bésame – ordenó mientras se acercaba lentamente. Yo en cambio, como podría no resistirme ante esos labios adictivos que me producían mariposas en el estomago… eso y mucho mas. Mis labios tocaron los suyos con suavidad y los apreté lentamente para crear una atmosfera mas romántica, no habían pasado ni siquiera 5 segundos y el ya me besaba apasionadamente tratando de profundizar el momento, lo hacía con tanta fuerza que temí por un momento a que me comiera y gemí, después de eso, el se dio cuenta y se calmo, al parecer se había dado cuenta que se estaba descontrolando pero luego poso una mano en mi cuello para jalarme mas y no separarme mientras la otra mano levantaba mi pierna para colocarla a la par con su cadera. Luego, al notar que no me separaría de el, bajo la otra mano hacia la otra pierna y me levanto, me recargo en la pared y hacia presión hacia mi cuerpo, esto me produjo un escalofrió jamás experimentado pero que me encanto de alguna manera, sin embargo estábamos en la calle y en un callejón, además me había escapado, era posible que mi mamá estuviera llamando a la policía para entonces.


- Inuyasha… - gemí suavemente mientras besaba mi cuello.


- ¿Ehm? – pregunto de una manera casi inaudible mientras se enterraba lentamente entre mi pecho.

- Ahm necesito ir a mi casa, me escape y mi… ah mamá debe estar angustiada – gemí nuevamente mientras el levantaba poco a poco la cabeza y me depositaba en el piso.


- Esta bien princesa, lo que desees – dijo muy tranquilo. Me agarro de la mano y me llevo caminando hacia mi casa sin embargo de un momento a otro se detuvo súbitamente. No entendí lo que me quiso decir con eso ni lo que pretendía hasta que la vi.


- ¿Ki… Kikyo? ¿Qué estas haciendo aquí? – preguntó Inuyasha sorprendido.


Espero les guste la conti... hago mi esfuerzo ;) sayonara prrrmiauadios