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Re: Tu

Ahhh los amo a todos!! por apoyar mi fic ^^ que bueno que les gusta. Agradecimientos y Saludos a Cmmv (jeje sigo con errorsillos, seria mejor si me los marcas porfa:D) , a carlotaa preciosa ^^, a mi querida carmensita!! :beso:, a Izayoimywill por tu apoyo XD :beso: y por supuesto a la nueva lectora frambuesitha, GRACIAS A TODOS EN SERIO por su apoyo :D ^^ :beso: Aqui les dejo otra conti como recompensa ;)

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Capítulo 7: Comienzo… (Primera parte)


Sólo habían pasado dos semanas desde mi viaje a la playa y aun no podía quitarme de la mente su mirada ambarina, mientras que mi reciente amiga Sango resulto ser nueva en la escuela Furinkan donde yo asistía y aproveche la situación para armonizar las cosas. Habíamos quedado de vernos en la plaza central donde conseguiríamos un hermoso vestido para la fiesta de fin de cursos. Aunque para empezar, no tenía caso ir sin pareja y para terminar, no quería ir con cualquiera.


Me vestí lo mas sencillo posible, después de todo lo ultimo que quería era llamar la atención, era sábado por la tarde y el sol se encontraba en lo alto alumbrando todo lo que tocaba. Me lleve una camiseta blanca pegada al cuerpo, unos jeans y unos tenis, después de todo, la ropa la compraríamos allá. No le vi mucho caso ponerme maquillaje, solo delineador alrededor de mis ojos verdes y brillo labial, voilá estaba perfecta. Baje las escaleras apresuradamente ya que se me hacía un poco tarde, me despedí de mi madre y me retire.


- Mejor tomo un taxi – comente para mi mientras miraba la hora, tenía 10 min para llegar a la plaza y de seguro con el trafico que haría sería mas sencillo tomar un transporte ligero. Pedí un taxi que me llevó por un atajo y llegue en menos de lo que canta un gallo. Curiosamente ya estaba Sango esperándome, al igual que yo decidió irse vestida por una playera sin mangas y unos jeans que le quedaban ajustados, nada llamativo pero que la hacia lucir su bien formado cuerpo.


- ¡Hola Sango! – grité agitando mi mano para llamar su atención.


- Oh, Kagome – dijo mientras caminaba hacia mi encuentro - ¿Cómo estas? – me dijo emocionada.


- Pues bien, y ¿tu? – pregunte curiosa por la animada cara de Sango.


- Ah, muy emocionada, pero después te cuento, mejor vayamos a ver las tiendas de una vez para tener tiempo al rato para tomarnos un café, ¿te parece? – comento Sango mientras miraba alrededor.


Sólo asentí. Empezamos por lugares sencillos donde tenían lindos vestidos pero no eran lo suficientemente atractivos para nosotras, así que buscamos por toda la plaza hasta encontrar una tienda perfecta llamada Liz Minelli donde tenían vestidos que nos entallaban la cintura de una manera espectacular y el escote era perfecto. Yo elegí uno vino con espalda descubierta y que me llegaba hasta las rodillas y con dos tiras para sostenerse de los hombros, Sango eligió uno negro con decorado rosa del mismo estilo que el mío pero el suyo era sin mangas. Ambas nos veíamos preciosas y sentimos que no necesitábamos buscar más. Nos disponíamos a bajar por un café cuando el móvil de Sango sonó.


-¿Bueno? – Preguntó – Ah Hola amor, ¿Cómo estas? – dijo mientras se volteaba, yo ya sabía perfectamente que era el coqueto de Miroku – En la plaza ¿Por qué? – Contestó, yo solo mantenía mi vista fija en las personas que subían por las escaleras eléctricas – Oh, ¿en serio? Vamos para allá
– dijo por ultimo antes de colgar – Ven acompáñame – afirmó Sango mientras me jalaba de la muñeca.


Me llevo a una tienda de Squalo, al parecer vendían cosas para la playa y eso. La verdad no le encontré interés hasta que me di cuenta del porque me había llevado Sango a ese lugar. Una vez más ahí estaba Miroku apapachándola y abrazándola, se veían de lo más tiernos, aunque de vez en cuando a Miroku se le iba la mano por donde no, y siempre recibía su castigo… una mano roja en la mejilla.

- Hola Kagome, ¿Cómo has estado? – pregunto Miroku mientras se sentaba en una banca afuera del vestidor junto con Sango.


- Muy bien, gracias… ¿Qué haces aquí? ¿No vas a probarte nada? – pregunte algo curiosa porque solo se sentó ahí a esperar, ya que no llevaba prenda alguna para probarse.


- Ah pues es que estoy… - y no pudo continuar con su discurso porque otra voz nos interrumpió.


- Miroku, ni loco pensaras que me voy a poner esta cosa, o ¿si? – dijo una voz sumamente familiar. Y ahora lo recordaba, estas dos semanas habían parecido un castigo pero ahora el cielo me bendecía con una dulce sinfonía varonil. Me quedé petrificada cuando lo vi con su pecho descubierto y una bermuda de playa amarilla con flores hawaianas azules.


- Jaja Inuyasha, pareces Mmm de esos chavos que hacen shows hawaianos en restaurantes – comento Miroku antes de empezarse a reír junto con Sango, mientras yo solo lo admiraba, al parecer era invisible.


- Inuyasha, aquí tengo otro modelo por si te lo quieres probar – dijo Sango mientras sacaba de un gancho una bermuda negra con acabado rojo – ten – susurro Sango estirando el brazo para pasarle la prenda, pero en ese momento fue cuando mi campo de invisibilidad desapareció ya que el notó mi presencia. Me miro nuevamente con esas joyas ámbar que tanto me fascinaban y que después de dos semanas sin verlas, eran inolvidables, estaba sorprendido pues solo abrió más sus hermosos ojos.


- ¿Kagome? – pregunto asombrado mientras contenía el aliento, y yo ahí parada sin nada mas que decir, solo asentí con la cabeza y me acerque a el, mientras olvidaba todo a mi alrededor, a Sango, a Miroku, a su bermuda amarilla… solo estábamos en un nuevo comienzo, el y yo.

Espero les guste... ^^ hasta luego, sayonara prrrmiau :beso:

 

Re: Tu

hola Muchas Gracias por la observacion Cmmv, tratare de hacer 4 paginas, carlotaa cariño MUCHAS GRACIAS por el apoyo, que bueno que te guste... y me halaga que sea la mejor historia que has leido :omg:; Izayoimywill jeje si Miroku no pierde nunca su esencia y no importa como se vista Inuyasha, siempre se ve divino... y eso era lo que quería... ansias por leer y suspenso jaja tqm Gracias igual :beso:; en cuanto a mi querida Carmensita preciosa!! SI soy malvada Muajaja pero ntp pronto o talvez no... llegara el... mmm tu sabes :pervertido: jaja pero GRACIAS por tu apoyo, me hacen sentir TAN FELIZ :lindo:... luego les pongo la conti... ya la tengo y espero les guste, esta muy emocionante!! en estos momentos no puedo pero mañana sin falta se las pongo!! sayonara prrrmiau

 

Re: Tu

Ah bueno creo que ya los hice esperar mucho mis queridos y fieles lectores, asi que aqui les pongo la conti.. espero les guste :beso: GRACIAS a todos por su apoyo me hacen muy feliz!! :lindo::omg:

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Capítulo 8: Comienzo… (Segunda parte)

Dos semanas sin verla y ahora sin mas, ahí estaba ella… tan hermosa como la había visto ese día con su traje de baño vino. No había encontrado por más que busque, belleza semejante a la del ángel que ahora se encontraba parado frente a mí.

- ¿Kagome? – fue lo único que alcance a preguntar antes de perder el aliento una vez mas cuando me sonrío asintiendo. No podía creerlo, era ella… lo que no sabía y temía era si ella me recordaría. Pero se me quitaron las dudas cuando ella por impulso corrió a abrazarme, algo que nunca hubiera imaginado. Fue tanta la fuerza con la que se aferró a mí que casi me caigo otra vez dentro del vestidor, pero alcance a sostenerme y a corresponderle de la misma manera. No sabía lo que era esto, pero estaba seguro que fue felicidad lo que sentía, un sentimiento puro que llenaba cada fibra de mi ser y que se quedaba impregnado con el fresco olor de lavanda del cabello de mi hermosa Kagome. Esperen… acababa de llamarla MI Kagome, sin duda empezaba a perder la cabeza y no estaba seguro si era por ella.

Nuestro hermoso encuentro se vio interrumpido por una pareja curiosa.

- Ejem – carraspeó Sango para llamar nuestra atención mientras Kagome me soltaba lentamente muy sonrojada.

- Échenles agua – grito Miroku, haciéndome enfurecer y haciendo que le golpeara la cabeza fuertemente.

- Miroku, eres un idiota – dije alto para que me escuchara mientras me volteaba para que no vieran mi vergüenza y lo rojo de mi cara.

- ¿Se conocían? – le pregunto Sango a Kagome muy curiosa. Kagome solo asintió, al parecer ella también se sentía nerviosa.

- No, ¿tú crees? Digo, después de ese abrazo no creo que se hayan conocido en lo más mínimo - comentó Miroku otra vez mas utilizando su estúpido sarcasmo, y nuevamente se gano un golpe de mi parte mientras reía entre dientes.

- Bueno, será mejor que me cambie – dije algo nervioso, ya que estaba semi desnudo frente a ella, aunque no debía ser novedad ya que me había visto así antes. Me metí nuevamente al vestidor para colocarme mi pantalón de mezclilla, mi playera azul y mi chamarra negra. Nunca me había considerado a mi mismo como vanidoso pero en ese momento me quede pensando en ello mientras me acomodaba el cabello y veía que todo estuviera en orden. Salí del vestidor y ya todos me esperaban afuera del local, me apresure a llegar pero no esperaba lo siguiente.

- Bien Inuyasha, ya que esta mi hermosa Sango aquí, quiero aprovechar la oportunidad para llevarla a un lugar muy especial – decía el ingrato de Miroku muy seguro mientras me guiñaba un ojo – así que te recomiendo que escoltes a la señorita Kagome como se debe – río entre dientes nuevamente. Me enfurecía, desde que nos conocimos, el maldito siempre era así, y me chocaba que siempre arruinara mis planes o cambiara las cosas, sin embargo por primera vez le agradecí dentro de mi mente, ya que estaría a solas con la bella Kagome, el mejor regalo.

- Ah por cierto, Inuyasha… Feliz Cumpleaños – gritó Sango mientras se alejaba con Miroku por el pasillo.

Otra vez estábamos ella y yo juntos, estaba muy nervioso, iba a romper el silencio cuando la melodiosa voz de la joven a mi lado me sacó de mis pensamientos.

- ¿Es… es tu cumpleaños? – pregunto Kagome muy nerviosa mientras me veía curiosamente con sus hermosas esmeraldas.

- Jaja no, es solo una broma entre Sango y yo… por supuesto que es mi cumpleaños – dije sarcásticamente y me reí fuertemente por su expresión tan inocente de la chica. Al fin y al cabo, el idiota de Miroku si me enseñaba sus mañas inconscientemente.

- Mmm bueno, Felicidades – me dijo otra vez pero casi en un susurro, apenas pude escucharla, sin embargo no era su culpa, ambos estábamos nerviosos por nuestro reencuentro.

- Ah Gracias – dije haciendo una pausa para pensar y le dije con una dulce sonrisa, de esas que seducen a las chicas – quieres dar una vuelta. Ella asintió sonrojada y empezamos a caminar por la plaza. Empezaba a oscurecer, al parecer el tiempo volaba cuando estaba junto a ella, habíamos pasado a comprar algunas cosas, recuerditos principalmente y ella me había comprado algo pero no sabía lo que era ya que lo había envuelto, estaba muy emocionado y era algo que ya no había sentido con una chica diferente que no fueran mis queridas olas.

- Bien, se esta haciendo un poco tarde – dije mientras volteaba hacia arriba una vez que salimos de la plaza.

- Si, y esta haciendo algo de frío – dijo suavemente mientras se abrazaba a si misma. En ese momento la vi tan tierna, tan bella… tan Kagome, sin duda alguna era la mujer mas hermosa que había visto y que existía en TODO el mundo. Me quite la chamarra y se la coloque sobre los hombros. Ella se sonrojo y se la puso lentamente.

- Muchas… Muchas Gracias – me dijo nerviosa.

- ¿Tienes auto, o quieres que te lleve? – pregunte suavemente.

- Ah, no, no será necesario, puedo tomar un taxi – comentó Kagome mientras me sonreía. Dios mío, esa sonrisa era lo mas bello del todo el mundo, al igual que ella.

- Jeje no señorita, no voy a permitir que viaje a estas horas de la noche sola – dije seguro y empecé encaminarla hacia el estacionamiento de la plaza. Ella rió suavemente y me miro con esos bellos ojos verdes.

- Pero si son apenas las 6:40 de la tarde – susurró mientras veía su reloj.

- No me importa, nunca sabes cuando puede pasar algo malo y yo… yo… no permitiría que te pasara algo malo – dije nervioso y con la cabeza agachada. Ella me miró asombrado – No si puedo evitarlo – levante la cabeza con seguridad y apreté el botón de los seguros para abrirle la puerta a la chica, después de todo un Mercedes no era para cualquiera, solo para un caballero. Le cerre la puerta suavemente y entre por la puerta del piloto, ella ya se había colocado el cinturón de seguridad.

- Tranquila nena, no manejo tan mal, además esta belleza no debería lastimarse de ningún modo – dije mientras acariciaba el tablero del auto. Ella me miró fijamente y sonrió. Si seguía son esas sonrisitas por más de 5 minutos mas, juraba que la iba a besar, trate de quitarme el pensamiento de la cabeza, soy un hombre pero uno muy cuerdo o muy loco para no aprovecharme de esa preciosura que ahora se encontraba a mi lado, los dos juntos y solos, no pasaría nada malo, o ¿si?.

- Vivo en el barrio Shinjuku – me dijo suavemente sacándome de mis pensamientos y fantasías.

- ¿En serio? Yo vivo cerca de ahí, a unas cuadras del templo Higurashi – le dije mientras encendía el carro y empezaba a retroceder. Me volvió a mirar sorprendida.

- Yo… Mmm yo vivo en el templo Higurashi – me dijo emocionada y nerviosa a la vez. No lo podía creer, la pequeña y bella Kagome vivía a una cuadra y no era todo.

- ¿De veras? Ahh Entonces eres una sacerdotisa, ¿no? – le pregunte algo apagado, ya que si resultaba ser cierto, no podría tener relación alguna con la joven, a las sacerdotisas no se les permitía vivir como personas normales, solo dedicarse a la vida espiritual. Pero de nuevo, esperen… ¿había dicho relación? Vaya, yo mismo me sorprendía con mis comentarios.

- Jeje no, y me alegro, ser sacerdote es lo más aburrido de todo el mundo, mi abuelo es el encargado, yo solo vivo ahí – comentó sonriendo mientras miraba por la ventana.

- Uff que bueno – dije en voz alta, ash odiaba pensar en voz alta. Ella solo me miro sorprendida otra vez – Quiero decir… que bueno que no hay trafico, a estas horas siempre hay Jeje – dije de una manera segura para que no sospechara de mi error, pero estaba muy nervioso.

- Je Si, siempre lo hay – dijo volteando nuevamente por la ventana, no estaba seguro pero creo que fue sarcástico su comentario, no le tome mas importancia y vire en una calle, luego en otra y después de unos 2km ya estábamos en el templo, su casa.

- Bueno, aquí estamos jovencita… son 500 yens – dije riendo entre dientes. Mientras ella se reía abiertamente, y ¡que risa! Era la risa más melodiosa y bella de todas. Bueno todo proveniente de ella era hermoso, no que digo, bello al igual que su dueña. Ya no cabía mas duda, esta niña me estaba hipnotizando, tal vez era una bruja y me puso un hechizo ese día en la playa o tal vez era una sirena y con solo escuchar su voz había caído en sus redes seductoras, esa chica lo tenía todo.

- Muchas Gracias Inuyasha – comentó suavemente mientras abría la puerta del copiloto. Mmm bueno tal vez no aprovecharme pero tan siquiera.

- ¡Oye! – Grité llamándole la atención para que volteara – ¿no me vas a pagar? – pregunte sonriendo seductoramente. Me miro asombrada, al parecer cada cosa que yo decía le sacaba de onda o era inesperado para ella, mejor aun.

- Jaja no esperaras a que te pague los 500 yens o ¿si? – preguntó aun en el asiento del copiloto con una cara de “no te creo”.

- No, pero tan siquiera despídete bien – le dije acercando mi mejilla a su rostro. Ella solo sonrió nuevamente con cara de “no tienes remedio” y se acerco para darme mi beso en la mejilla, lo que no esperaba esta vez era que voltearía mi cabeza y si, efectivamente ella cayó. Estábamos los dos con las bocas juntas sin distancia alguna entre ellas, cuando se dio cuenta abrió rápidamente los ojos pero la tome de la cabeza para intensificar el momento y evitar que escapara. Esta vez no, y si tal y como lo imaginaba su beso era como un delicioso manjar, era como probar agua en el desierto o beber sangre si fuera un vampiro, era lo mas delicioso que había sentido en toda mi vida, sus labios carnosos y suaves se movían lentamente dejando paso a mi lengua; quería explorar mas, quería conocerla mucho mas a fondo, fue un beso tan intenso que no me di cuenta de cuanto tiempo había durado ni mucho menos de que no estaba respirando, por eso nos separamos rápidamente para tomar aire. Ella se toco la boca y se bajo rápidamente del auto cerrando la puerta. Si, estaba nerviosa.

- Me lo debías desde el otro día – alcance a decirle mientras le sacaba la lengua y arrancaba el auto. De repente lo sentí, el cosquilleo en mis labios de querer más. Al parecer, besarla era como una adicción para mi, o hasta ahora si. Quería más… y volvería por más, dije sonriendo mientras manejaba a mi casa.

Espero les guste, hasta pronto ;) sayonara prrrmiau adios

 

Re: Tu

holaPerdonen mucho la tardanza pero estos tres días había estado muy ocupada, de verdad lo siento mucho, pero bueno aqui hay una conti mas y quiero agradecer mucho de veras el apoyo de tod@s!! en especial de mis fieles lectores que son: Cmmv, Izayoimywill, mi querida carmensita :beso:, windmiko, la nueva lectora loveinuyasha :D, la preciosa carlotaa y por supuesto frambuesitha... GRACIAS!!:lindo:


TU

Capítulo 9: Compañía

Después de 10 minutos pude reaccionar y pensar una vez mas, era mi imaginación o sólo la realidad me tenía una jugarreta. Mis neuronas funcionaban a la perfección pero no mi cuerpo, no entendí porque aun me temblaban las piernas y sentía como el estomago me burbujeaba, una ansiedad jamás experimentada ahora gobernaba todo mi ser. Cada fibra de mi esencia tenía los deseos de probar aquel elixir. Los labios de Inuyasha fueron la maldición y bendición de toda mi vida, benditos porque creí estar en el cielo una vez que los toque y sentí maravilloso, malditos porque ahora necesitaba mucho mas de ellos y no los tenía. Seguía sin poder creerlo, lo había besado, mas bien el me había besado, eso significaba algo ¿no? Quería decir que sentía algo por mí… o al menos eso quería pensar.

- ¡Hermana! ¿Qué haces aquí abajo? – interrumpió la voz de Souta mis pensamientos. Lo vi distraída mientras me miraba fijamente.

- Ah…Souta, no nada… - dije totalmente ensimismada en lo que acababa de suceder.

- Mmm bueno en ese caso vamos – comentó mi pequeño hermano cuando me empezó a jalar del brazo. Yo solo lo seguí y casi me tropiezo mientras subía las escaleras. Después de irme casi arrastrando por el patio y la sala, finalmente llegue a mi cuarto. Me tiré en la cama y pensé, pensé mucho a decir verdad. No sabía que pasaba, al tipo sólo lo había conocido tantito y ya teníamos un sentimiento en común. Me quede nuevamente pensando cuando algo me llamó la atención. El regalo de Inuyasha, la bolsa que llevaba agarrada fuertemente por las azas con la mano derecha. Me fije nuevamente que estuviera en su lugar y sí, ahí estaba. Lo había comprado mientras Inuyasha se cambiaba en el vestidor, en ese momento no sabía que era su cumpleaños pero se me hizo correcto comprarle la bermuda negra que se iba a probar como muestra de… Mmm de ¿Qué? No era de gratitud… tal vez de cariño, pero ¿qué sentía yo exactamente por el? Esa era la pregunta más importante.

- Kagome, ya esta lista la cena, baja ya – gritó mi mama desde la planta baja.

- Si, ya voy – respondí, sin embargo no tenía hambre… ya había comido un delicioso beso en el camino, que más podía pedir. Baje lentamente las escaleras y ahí estaban los tres esperándome en la mesa, cada uno con un delicioso plato de pescado asado y verduras cocidas en frente. Agarre un plato y me serví la mitad de lo que tenían ellos.

- Cariño, ¿no vas a comer más? ¿Estas enferma? – preguntó mi madre preocupada tocándome la frente.

- No, solo no tengo hambre, comí tarde solo eso – dije mientras me levantaba para dejar el plato en el lavabo con toda la comida en el – Me retiro, en serio, estoy bien no se preocupen – comente con la mejor de mis sonrisas. Subí las escaleras nuevamente y me encerré. Caí en la cama instantáneamente y sin cambiarme me quede dormida. Al parecer prefería revivir ese momento en mis sueños.

Nuevamente me encontraba sola en una oscuridad infinita, así eran la mayoría de mis sueños, oscuros y solitarios.

- Kagome, te quiero tanto – alcance a escuchar mientras me volteaba, y ahí estaba el nuevamente, el causante de mis tristezas y proveedor de pesadillas, y esta sería una de ellas. Houyo se encontraba lejos… lo podía ver y escuchar, pero ya como antes lo había intentado sabía que jamás lo alcanzaría. Trate de no llorar pero fue inevitable, mis rodillas cayeron y las lagrimas salían con presión, creí jamás poder detenerlas cuando alguien mas mencionó mi nombre.

- Kagome, ven acompáñame – dijo una voz. Y ahí estaba el, tan atractivo y sonriente como cuando lo conocí, Inuyasha, mi salvación. Ni siquiera tuve que caminar porque el se encontraba ya parado a mi lado ofreciéndome la mano para poder levantarme. Sin duda, el era un ángel, un ángel que habían enviado para protegerme y hacerme feliz. Tome su mano y me levantó con tanta facilidad que me sentí tan ligera como una pluma, acerco su mano hacia mi rostro y borró los rastros de amargura que provenían de mis ojos – Mi vida, ya no llores… veras que no tendrás que preocuparte más, ya que siempre estaré a tu lado – susurró a mi oído mientras lo abrazaba fuertemente.

- Piip Piip Piip – fue lo único que alcance a escuchar antes de levantarme de golpe, la estúpida chicharra de mi despertador. Eran las 7am y por un momento me espanté pero inmediatamente recordé que era domingo. Apague el despertador y me volví a recostar, después de todo había tenido un sueño… con mi querido Inuyasha. ¿Querido? Exacto, era eso. Yo quería a Inuyasha, ahora estaba más que segura de ello. Sonreí para mis adentros cuando unos sonidos en la ventana llamaron mi atención. Me levante y me sorprendí muchísimo cuando lo vi aventando piedritas a la pared.

- ¿Inuyasha? – pregunté suavemente mientras sonreía de emoción.

- Hola princesa, ¿te gustaría salir por un rato? – dijo Inuyasha mientras movía su mano hacia su auto que se encontraba estacionado frente al templo. Sin duda ese chico estaba lleno de sorpresas y siempre quedaba impresionada por cada una de sus inesperadas acciones.

- Espera, deja que me cambie, no te muevas – le advertí mientras buscaba entre mi closet algo que me hiciera ver presentable. Escogí un vestido amarillo ligero que me llegaba hasta las rodillas y un suéter azul de manga corta. Baje rápida pero cuidadosamente las escaleras para no despertar a nadie, aunque se me hacía raro que no estuviera el abuelo barriendo la acera. Salí de la casa y lo vi tan diferente.

- ¿Inuyasha, eres tu? – pregunté una vez más fijándome en su aspecto.

- Si tontita, ¿quién mas iba a ser? – dijo acercándose para plantarme un besito en la boca.

Si, sin duda era el, su cara era la misma y su voz, no podría equivocarme, pero entonces porque ese aspecto – ¿Te parece si vamos a desayunar algo? Quiero llevarte a un lugar muy especial – comentó suavemente mientras tomaba mi mano y entrelazaba sus dedos en los míos.

- Claro – dije totalmente embobada en sus ojos ámbar que brillaban tanto como el sol, el cual apenas se encontraba apenas despertando. Caminamos hasta su auto y me abrió la puerta. Al parecer era todo un caballero, y me alegraba de ser su consentida. Entro por la puerta del piloto y encendió el auto. Manejaba con cuidado y en silencio, un silencio que me incomodaba y que me ponía nerviosa, más de lo que ya estaba, así que rompí el hielo.

- ¿Inuyasha? Ahm ¿a dónde vamos? – pregunté curiosa mientras veía el letrero de “Buen viaje”.

- Mmm No te preocupes, no iremos tan lejos, sólo vamos a pasar un tiempo en contacto con la naturaleza Jaja – rió suavemente mientras me guiñaba un ojo.

- ¿Pero no íbamos a desayunar? – dije algo angustiada por lo que pudiera pasar.

- Jeje si, tú solo espera – comento, pasaron unos 5 min y llegamos a un hermoso claro lleno de flores violetas y lilas. Un pequeño lago estaba escondido entre los arboles al igual que su maravillosa cascada que hacía un suave sonido que daba mucha tranquilidad al ambiente. Sin embargo el paisaje no era lo más impresionante, lo que mas me llamo la atención y robo mi aliento fue el precioso banquete que tenía preparado Inuyasha.

- ¿Ves? Te dije que desayunaríamos… Kagome, Kagome… ¿estas llorando? - preguntó mientras levantaba mi mentón con su mano – ¿Por qué lloras? ¿Hice algo malo? – cuestionó nuevamente preocupado.

- Jeje no – interrumpí quitándome las lagrimas de los ojos – lloro porque soy muy feliz. Estando a tu lado estoy… completa – dije mirando su mirada ambarina.

Nos mirábamos fijamente, el todavía tenía su mano debajo de mi barbilla, nos fuimos acercando mas. De repente sentí como si mi corazón se saliera por los intensos latidos que producía, esta vez no me tomaba por sorpresa y ahora ambos estábamos conscientes de lo que iba a suceder. Me acerque lentamente mientras iba entrecerrando los ojos, el hacía exactamente lo mismo y de un momento a otro sentí su respiración lo suficientemente cerca como para detectar su delicioso aliento a menta. Sus labios tocaron con suavidad los míos mientras se presionaban lentamente, sentí como el colocaba sus manos en mi cintura y yo las mías detrás de su cuello enredándolas en su cabellera mientras se intensificaba el beso. Mis labios permanecían cerrados aun, sin embargo no tardaron mucho en darle el paso a la pasión, su lengua. Mientras me iba explorando la boca también iba subiendo sus manos por mi espalda y al parecer me iba empujando lentamente hacia un árbol ya que no tarde mucho en toparme con algo duro en mi espalda, presionó todo mi cuerpo haciéndome sentir extraña, como nunca antes me había sentido. En ese momento lo escuche.

- ¡Kagome! – escuche mientras me levantaba de la cama, era mi mamá llamándome. Me sentí tan mal después de darme cuenta de que era sólo un sueño. Y que después de acostarme al escuchar la alarma chirriante mi cansancio me había ganado.

- ¡Ya voy! – grité para quitarle el pendiente a mi madre y no dejarla ver que en realidad estaba llorando. Me asusté cuando Buyo acarició mi pierna, pero luego lo mire lentamente y ahí apareció nuevamente la imagen de Inuyasha. No podía comprender porque lo veía de esa manera, un Inuyasha con cabello plateado y orejas de perro. Cargué a Buyo y lo abracé fuertemente, al parecer necesitaba de alguna compañía y en ese momento pensé en la mejor para ese trabajo.

-¿Hola? ¿Sango? – Pregunte mientras escuchaba una voz del auricular – Ah… ¿Kohaku? Hola ¿cómo estas? Ah que bien, oye me comunicas con tu hermana, por favor – pedí amablemente por el teléfono mientras escuchaba una voz familiar - ¿Sango? Hola, ah muy bien gracias y ¿tú? Oh me alegra mucho escuchar eso, ah cuéntame que paso ayer con Miroku, ¿A dónde fueron? – pregunte curiosa y emocionada por mi amiga, ya que al parecer se encontraba muy feliz. Pasaron unos 30 minutos entre pregunta y pregunta, mientras me relataba su cita y lo nerviosa que estaba cuando Miroku le propuso irse a vivir con el a su departamento. Pero luego llegó mi momento.

- Bueno y ¿qué onda contigo? ¿Cómo te fue con Inuyasha? – pregunto Sango algo eufórica por escuchar la crónica de mi cita.

- Ahm pues, mejor te cuento después, ¿ok? – Dije algo apagada y en susurros dudando si me escucharía – O ¿sabes qué? Podemos vernos en el parque a lado de la plaza, necesito un poco de compañía, ¿si? – pedí en forma de suplica, ya que realmente necesitaba de alguien a quien contarle todo lo que sentía y que me diera una opinión, después de todo mi abuela me dijo hace mucho que si atrapas y guardas algo tan fuerte y grande como el amor en el corazón, sin poder liberarlo, podrías enfermarte. Y era lo que menos quería en ese momento.

- Claro amiga, no te preocupes en unos 10 min te veo ahí, ¿esta bien? – dijo algo preocupada.

- Si, en 10 min te veo ahí – comenté colgando suavemente el teléfono. Intente arreglarme lo menos posible, solo unos pantalones de mezclilla, una playera negra de manga corta y algo holgada para no llamar la atención, de todas formas iba a ver a una amiga, no tenía caso que me arreglara, solo peine un poco mi cabello y salí sin siquiera avisarle a mi madre, a la cual después de desayunar no le hable de nada mas, aunque yo intuía que ella quería alguna charla mas privada para la explicación de mis ojos hinchados.

Salí sin tomar prisa, llevaba algunos minutos de ventaja y el parque no estaba lejos, aunque debía tomar un transporte, sin embargo no me convencí de ir en un auto, preferí caminar lentamente para ponerme a pensar nuevamente de lo que sentía, cuando algo me saco de mis pensamientos. Dos jóvenes detrás de mí con mirada furtiva y un aspecto aterrador. En ese momento me di por muerta sin razón alguna, sabía que algo no iba a salir bien.



Espero les guste ;) hasta luego y MUCHAS GRACIAS por ser tan pacientes T.T muah :beso: los amo!!! sayonara prrrmiauadios