Long-fic "Tu amor es mi destino"

Re: "Tu amor es mi destino"

Hola mis queridas lectoras, le vengo a traer la continuación de mi fanfic, de verdad que cada vez me encanta mas escribir, cada vez que mis dedos tocan el teclado, bueno, basta de mis traumas, mi vida es ahora muy diferente a como era apenas hace una semana, ando un poco triste, pero ok, eso no tiene que ver nada con el fic, asi que ya me callo y les presento la segunda parte del capitulo anterior.


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Capitulo V (Parte II)


Aome se sumergía en sus pensamientos, mientras acariciaba el frasco que colgaba de su cuello, ese frasco tenía los fragmentos de Shikon que ella poseía, si no fuera por esa perla no estaría matando demonios en vez de dedicarse a sus estudios, pero aun así, le agradecía, por que si no fuera por la perla, ella jamás había regresado en el tiempo y conocido a Inuyasha y a todos sus amigos, su vida se había transformado, en algo poco real, los últimos meses que se la había pasado en la época feudal, habían sido los mejores de su vida, en gran parte por Inuyasha, aun le costaba trabajo entender, por que se había enamorado de aquel hibrido, que a simple vista era una persona con la que seria mejor no involucrarse, sin embargo estaba irracionalmente enamorada de él por que… estaba enamorada ¿Verdad? Eso era a lo que la gente llama ¿Amor? Al menos seria interesante descubrirlo.

De pronto sintió una leve energía maligna, a escasos centímetros de ella, con un ágil y rápido movimiento tomo la toalla que tenía a lado y se envolvió en ella, de pronto la energía maligna aumento constantemente, hasta que fue imposible no saber de quien se trataba.

—¡Naraku!—susurro la joven, pues el miedo y el horror repentinos se había apoderado de su cuerpo y de su voz, Naraku estaba parado enfrente de ella, a poco menos de un metro, y la miraba de una forma extraña, que la chica no pudo distinguir, pues el pánico de estar desprotegida era enorme, tomo el frasco que tenia en el cuello, temiendo que le fuese arrebatado, lo cual seria demasiado fácil para su adversario, pues ella no tenia armas, y no había nadie cerca que la protegiera, la mirada de aquel sujeto, era rara y desconocida para ella, pero tenia un tono familiar que no pudo descifrar, lo único que quería era correr, pero sus piernas no le respondían, se había quedado en shock y solo fue capas de dar tres pasos hacia atrás. De pronto se escucho un objeto que cortaba el aire seguido de un grito de horror.

—Aome cuidado—grito Sango-Hiraikotsu-ordeno mientras lo lanzaba en contra del cuerpo de Naraku, el cual tenía una asquerosa sonrisa en su rostro, mostrando arrogancia y apatía, su cuerpo se partió en dos, y se quedo suspendido en el aire.

—Esto no esta pasando—pensó Aome, pero que estaba pensando, claro que si esta pasando, su peor enemigo estaba frente a ella y no hacia nada para protegerse, de pronto sintió que su cuerpo era jalado desde su brazo derecho hacia atrás, y su cuerpo se azotaba contra el piso, eso era muy confuso para ella, era como si no se pudiese controlar, no era dueña de sus acciones, y seguía en estado de shock, la persona que la había jalado hacia un momento ahora la protegía con su cuerpo, y la quitaba de la vista del enemigo.

—Inu…yasha…—susurro la joven de modo casi inaudible mente.

—¡VIENTO CORTANTE!—Grito Inuyasha, pulverizando el cuerpo de Naraku, el cual se redujo a una nube de miasma y desapareció por el horizonte misteriosamente, pues él no era de los que huían con facilidad, si no daban pelea hasta que veía las cosas perdidas, pero este no era el caso, el se había marchado al primer ataque como si solamente hubiese ido por un propósito pequeño -Feh, ese maldito ha huido de nuevo, Aome te encuentras bien-dijo mientras se acercaba al cuerpo de ella, ella parecía no estar en ese plano, estaba como ida ajena de la realidad que en ese momento.

-¿Aome estas bien?-pregunto Koga que ya estaba a su lado también apreciando el rostro de la mujer, el cual estaba perdido, y de paso miraba su cuerpo que solo tenia un pequeña toalla que dejaba poco a la imaginación, cosa Que Inuyasha también noto.

—Señora Aome, esta bien—preguntaron los lobos llegando después de Koga, y ambos se ruborizaron un poco al ver a Aome.

—Aome, como estas—gritó Sango, algo histérica por lo ocurrido, si que se había preocupado por su amiga, y sudaba frio aun como cuando vio la primera escena.

-No se preocupen, estoy bien es solo que… mmm nada estoy bien, ahora si me disculpan quiero ir a vestirme-Aome estaba confundida, ¿Por qué razón estaba así?, que era lo que pasaba, que quiso decir nada sobre esa mirada de Naraku, asi que saliendo de su estado de shock prosiguió a caminar lentamente.

-Yo te acompaño-dijo la exterminadora, poniéndose de pie junto con Aome y tomándola por los hombros.

-En verdad te encuentras bien Aome-dijo Inuyasha, al momento que se paraba delante le la joven y la tomaba por los hombros alejando el brazo de Sango-que te hizo ese maldito—preguntó mirándola a los ojos.

—No te preocupes Inuyasha, es solo que me congele por el miedo, es solo que no sabia que planeaba, solo me dio un poco de miedo miedo, pero nada mas-dijo Aome-creí que no volvería a verte-susurro antes de abrasar a Inuyasha, este la abrazo fuertemente apretando la cintura de esta hacia su cuerpo, pero recordó que estaba en compañía de todos y tal vez se malinterpretaría esta opción, ya se iba a separar de ella pero Aome le gano—gracias por preocuparte por mi—le dijo a Inuyasha mientras subía con Sango hacia la cueva de los lobos.

— ¿Que raro no lo crees?-pregunto Aome a Sango, estando ya dentro de la cueva.

—De que hablas—le preguntó Sango que Aun Estaba perdida en sus pensamientos ajena de los de su amiga.

—Pues si, de la actitud de Naraku, creo que no lo entendí ¿Qué era, lo que trataba?, si quería los fragmentos, pudo haberlos tomado, no había quien se lo impidiera—reflexiono la joven azabache, mientras tenia la mirada perdida.

—Si lo se, y lo mas raro es que nos ataco a ninguno de nosotros—dijo Sango prestando mas atención a las palabras de la miko.

—Pues si eso también es raro, aunque debo decir que lo que mas me impacto fue aquella mirada en su rostro, no se que era lo que quería decir o hacer, era como si hubiese millones de palabras en sus ojos y querían ser descifradas, creo que eso fue lo que me dejo tan perpleja, había algo familiar en su mirada, pero nada concreto...lo siento creo que exagere un poco, no debe tener tanta importancia—dijo Aome, sintiéndose un poco tonta por lo que había dicho.

—No te preocupes Aome, eso debió ser demasiado perturbador, que ese malito estuviese mientras estabas en el agua, lo siento mucho—dijo la exterminadora mientras abrazaba consoladoramente a su amiga.

—Aome, ya podemos pasar—preguntó Inuyasha un tanto cohibido, mientras estaba fuera de la cueva esperando a que la joven miko acabara de cambiarse.

—Si Inuyasha, ya pueden pasar—respondió esta se separaba de su amiga.

—Como se encuentra señorita—preguntó Miroku realmente preocupado dejando atrás su lado pervertido.

—Si Miroku, no te preocupes, no paso nada—dijo mientras recibía un abraso de este sin pisca de mal intenciones.

— ¿Aome enserio estas bien?…no te preocupes buscare a ese maldito, y cuando lo encuentre, te juro que lo matare—dijo Koga al momento que se ponía frente a ella, pero fue desviado por Inuyasha.

—No te preocupes Aome, nosotros te cuidaremos—dijo Inuyasha mientras la tomaba por los hombros y la miraba a los ojos, cosa que ya se había hecho costumbre por parte de los dos.

—Gracias Inuyasha, y a todos ustedes por preocuparse por mi, pero estoy bien—dijo la joven, recuperándose mas del susto de hacia un rato, tener a Inuyasha tan cerca hacia que las palabras se enredaran en su lengua, cada vez que el hanyo la tocaba, era como si una descarga eléctrica muy placentera recorriera cada parte de su cuerpo, y sentía como si el corazón le fuese a saltar del pecho, claro que tenia que guardarse estos sentimientos, pues de sobra sabia que él aun amaba a Kikyo.

Después de eso, todos salieron de la cueva para apreciar un poco mejor el exterior, el aire revoloteaba por dondequiera, el susto que se habían creado por culpa de Naraku casi había desaparecido de sus pensamientos recientes, aunque el odio hacia este iba en aumento con cada cosa que el hacia.

Shippo y Kirara se habían puesto a jugar con los 3 lobos (Koga, Hakkaku y Ginta)lo cual se le hacia tierno a Aome por parte de Koga, Miroku abrazaba a Sango, sin gota de malas intenciones, cosa que era muy raro en este, pues no podían pasar 5 minutos con la exterminadora sin que pusiera la mano donde no debía.
Aome solo apreciaba la caída del agua, y como la suave brisa acariciaba su rostro, he Inuyasha estaba a su lado, perdido en sus pensamientos, como era costumbre del hanyo, se veía tan guapo en esa pose, el viento jugaba con su cabello plateado, y de vez en cuando causaba movimiento en esas orejitas tan divinas que el poseía, era casi imposible dejar de verlo.

No obstante Aome aun trataba de suprimir aquellos recuerdos de la mañana, aunque había algo que no podía olvidar; la mirada de Naraku, fue tan profunda, que por un momento pensó que se trataba de alguna otra persona, había algo en sus ojos que lo hacia ver no tan malo, como si hubiese una esencia positiva, mas que eso parecía revelar sentimientos humanos, ¿Cómo era posible que tan solo una mirada Aome supiera todo eso?, era complicado entender aquel tema, así que trato de suprimirlo de su memoria, y se puso a apreciar el paisaje que estaba frente a sus ojos, o mas bien al hanyo que estaba a su lado, con los ojos cerrados y una expresión despreocupada, era tranquilizador ver a aquel hibrido de esa manera.

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Bueno, mis lindas niñas, aqui el capitulo V Parte II, espero que les halla gustado fueron 1665 palabras, menos que en el anterior, pero en fin.

Les mando un abrazo y un kiss a todas, y bienvenida a mi nueva lectora.
gracias por sus post, por favor siga dejando sus comentarios, de verdad que cada vez son menos y eso me pone melancolica.
Sayonara.

 

Re: "Tu amor es mi destino"

……..………Capitulo VI………………………

Una miko que ya no pertenecía a este mundo se paseaba tranquilamente por una aldea pequeña, se había hospedado en aquel lugar desde la ultimas vez que había visto a Inuyasha, se había dedicado a ayudar a la sacerdotisa del lugar, la cual ya era demasiado vieja para valerse por si misma, y menos a los demás aldeanos; le gustaba esa aldea, pues le recordaba a la suya, en la cual vivió toda su vida, al lado de su pequeña hermana Kaede, esa aldea era igualmente algo rustica pero no por eso perdía la belleza, la pequeña aldea estaba rodeada por inmensos campos llenos de flores y plantas medicinales, las cuales eran de mucha utilidad para los habitantes de ese lugar.

La miko se sentía tranquila en aquel lugar, no obstante recordaba continuamente la ultima platica que había sostenido con Inuyasha, el cual no parecía estar tan ansioso por verla, como ella lo estaba, por mas que quisiera negarlo, en lo mas fondo de su corazón (si es que tenia uno) sabia que seguía teniendo fuertes sentimientos hacia aquel hanyou que le había robado el corazón en vida; pero para su desgracia ella ya no estaba viva, ya no pertenecía a este plano, debía irse al otro mundo a donde pertenecía, pero la sed de venganza la detenía en este mundo, tenia que acabar con Naraku… ¿O no?; contantemente Kikyo se hacia la misma pregunta a si misma ¿Por qué seguía en este mundo? a lo que ella misma que concluyo que era por dos razones, la primera, era matar a aquel demonio Naraku, el cual le había causado mucho daño a ella y a muchas otras personas, y la segunda, y quizá la mas importante, era Inuyasha, el cual había prometido que iría donde quiera que ella fuera cuando Naraku muriera; ¿Pero en verdad cumpliría su promesa?, ya se lo había dicho y repetido demasiadas veces, pero, aun así Kikyo no confiaba al 100%, y todo por culpa de aquella chiquilla, Aome, la cual decían era su reencarnación, aunque Inuyasha no lo admitiera, se había encariñado mucho de esa niña, pero ¿Por qué?, que tenia Aome que ella no, de hecho Kikyo pensaba que esa niñita era demasiado infantil para Inuyasha, una de las cosas que mas le dolían a Kikyo, era que cuando Inuyasha se entero que había vuelto a la vida (o algo por el estilo) no fue a pedirle que lo acompañara y juntos buscaran los fragmentos para derrotar a Naraku, pero no, en cambio siguió con esa niña, y se olvido de ella, claro que ella se había dedicado a alejar a ese hanyou, pero eso no importaba ¿O si?
La mente de la miko no viva, era una nebulosa en movimiento, había demasiados pensamientos, por una parte ella tenia la culpa del alejamiento de Inuyasha, pero por otra, el no se había dignado en ir por ella, además esa mocosa le ponía las cosas mas difíciles, pues era la razón principal por la cual Inuyasha no estaba con ella; Kikyo estaba tan sumisa en sus pensamientos que le sorprendió demasiado ver lo que tenia frente ella.

-Hola Kikyo-musito la voz de Naraku, con satisfacción al ver la reacción de esta-Veo que no esperabas mi visita.

-Que es lo que quieres Naraku- dijo al momento que se ponía de pie y encaraba a Naraku.

-Oh vamos Kikyo, no seas tan fría, además vine a hacerte un favor- dijo de manera arrogante.

-Aléjate de aquí Naraku, no quiera tener que ver tú estúpida cara tan cerca-dijo la miko.

-Cuida tus palabras sacerdotisa, o Buda te castigara-después de decir esto, Naraku soltó una estrepitosa risa.

-Sera mejor que te largas Naraku, no me subestimes- dijo al momento que le apuntaba con una de sus flechas sagradas al cuerpo de su enemigo.

-Fíjate bien a quien le apuntas con eso mi querida Kikyo-dijo al momento que le quitaba el arco y lo tiraba lejos, y casi enseguida una de sus extensiones la tomaba por el cuello-No quiero ser tu enemigo, solo vine a ayudarte.

-Y que podría hacer una persona como tu, por mi-pregunto retante Kikyo.

-Bueno, creo que un pajarito me dijo que Inuyasha no te presta la atención necesaria-dijo con forma maliciosa, el ambiente se había tensado, el cielo nublado, hasta las flores mas cercanas se habían marchitado, solo por la presencia de ese miserable ser, que contaminaba el ambiente con su sola presencia, por fortuna, estaban algo lejos de la aldea, y no sufriría daños.

-¿Me has estado espiando Naraku?-

-Pues… yo no lo llamaría de esa forma, pero en fin, creo que deberías ir a la aldea de la anciana Kaede, no se como en dos días, aproximadamente, creo que seria buena tu presencia en ese lugar- dijo Naraku, en su voz se notaba que había algo detrás de las palabras empleadas por el, pero en contra de su naturaleza Kikio las ignoro.

-Y por que querría ir a ese lugar-pregunto la sacerdotisa intrigada por el plan que Naraku tuviese en manos.

-No lo se, tal vez, se suscite una pelea en la cual salgas herida, y el pobre de Inuyasha se tendrá que olvidar de Aomecita, y te brinde mas de su tiempo a ti-dijo orgulloso de su plan arrastrando sus palabras de una manera desagradable.

-Quien crees que soy Naraku, yo no voy a ir a dar lastima para que me tomen en cuenta-dijo indignada la miko.

-Bueno tan solo es una opción- dijo Naraku- claro que yo si iré, y pues... sabes algo, seria divertido oír los gritos de los humanos mientras ven como su aldea es destruida- después de estas palabras soltó una carcajada llena de malicia, y gusto por el sufrimiento ajeno.

-Te juro que si pones un pie en ese lugar seré yo quien te mate con mis propias manos, eres un maldito- grito Kikyo demasiado furiosa, hasta sus ojos se habían vuelto mas obscuros que siempre viendo con miradas asesinas al ser que estaba frente a ella y la sujetaba por el cuello.

-Parece que no me conoces Kikyo-dijo mientras apretaba mas el cuello de la miko-y no sabes de lo que soy capas, en serio ve a la aldea…a no ser que quieras ver muerta a tu hermanita y a los demás aldeanos.

Apenas iba a contestar Kikyo, pero este desapareció en una nube de miasma y se esfumo por horizonte.

-Maldito que se cree, como se atreve a darme ordenes-dijo molesta- pero creo que lo mejor será que valla hacia la aldea, no creo que estuviese bromeando con lo de atacar a las personas.

Y dicho esto, la miko recogió su arco y su flecha del piso, y se encamino hacia la aldea en la cual había crecido, tenia que proteger a su hermana y a los habitantes del lugar, además si las palabras de Naraku eran ciertas, podría pasar tiempo con Inuyasha, y así alejarlo de esa niña, ella sabia que esos sentimientos eran egoístas, pero ya se había cansado de seguir el camino correcto, ahora seguiría el camino que le conviniera, y creyera mejor para ella.

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………………………..Capitulo VI…………………………………

Una pareja de jóvenes estaban semi-acostados en el pasto contemplando la puesta de sol, la chica miraba de una forma tan insistente el ocaso que el hanyo que tenia a lado igualmente se intereso en el tema, su mirada estaba algo perdida sus hermosos ojos dorados como el oro vagaban de un lado a otro, hasta que se posaron en el rostro de Aome, y quedo impresionado con lo que vio, pudo observar como la piel de esta lucia hermosa a la poca luz que destellaba en esos momentos, sus ojos achocolatados estaban llenos de vida y una luz admirable, se enrojeció un poco al notar que la chica lo volvía a ver, así que voltio el rostro para esconder el tono carmín de sus mejilla, ¿Por qué últimamente le pasaba eso cada vez que estaba cerca de ella? eso era un misterio que nunca sabría, o al menos no por ahora, la chica se percato de la mirada del hanyou pero no le dio mucha importancia y se salió por la tangente.

-Inuyasha, ¿No crees que el atardecer es hermoso?- dijo la voz de una joven.

-Claro que es lindo Aome-contesto el hanyou-pero, los atardeceres se me hacen algo tristes.

-¿Por que?-pregunto Aome intrigada por la respuesta que Inuyasha le había dado, se irguió completamente para darle la cara a este.

-Pues no lo se, significa que otro día acabo, no importa lo bueno que este allá sido, todos los días terminan al atardecer, no se por que a mi madre le gustaba mirar el atardecer mientras me cargaba y cantaba una canción, lastima que la olvide-contesto Inuyasha el tono de su voz se había disminuido hasta convertirse en un susurro, y había algo de tristeza en ella.

-Lo siento Inuyasha, no quería que te sintieras mal-dijo al momento que lo abrazaba
-No te preocupes, creo que ya me acostumbre al dolor.

-No digas eso Inuyasha, creo que todo tiene solución-musito Aome, al momento que se separaba de él.

La noche se hizo presente en ese lugar, y los cubrió con una manta negra adornada con varias estrellas, pusieron manos a la obra y en menos de 1 hora prepararon la cena, todos cenaron muy agusto, Aome sentada en medio de Inuyasha y Koga, para evitar cualquier pelea entre ambos, por suerte, los dos estaban cansados de haber jugado casi toda la tarde con Shippo, Kirara, y los acompañantes, los cuales para su edad, eran un poco infantiles, pero todos le siguieron el juego y acabaron rendidos, tanto que losa dos adversarios, ni ganas de pelear tuvieron, la cena fue amena, todos compartían una misma platica, evitando así que Aome tuviera favoritismo por alguno de los hombres que tenia a lado, Sango estaba en los brazos, por primera vez, malintencionados de Miroku, el cual se sentía muy dichoso de tener sobre el a la única mujer que quería, no solo por un rato, si no para todo el tiempo que durara su vida, lastima que era débil, y la tentación de la carne era demasiado fuerte para el (o mas bien, prefería estar de cusco), Hakkaku y Ginta platicaban muy animosos, se notaba que mientras viajaban con Koga, no hablaban demasiado, solo acataban ordenes de su líder, o mas bien se dedicaban a tratar de seguirlo, pues era muy rápido, gracias a los dos fragmentos de la perla de shikon que tenia incrustados en las piernas, Shippo ya se estaba quedando dormido en los brazos de Aome, y Koga e Inuyasha, aunque no peleaban, aunque si estaban al tanto de los movimientos del otro. La noche los abrazaba y a juzgar por el cansancio de todos, era ora de irse a dormir.

-Bueno chicos, creo que es hora de irnos a dormir-musito Aome, al momento que se ponía de pie, sosteniendo en brazos a Shippo, que ya se había quedado dormido
-Déjalo que camine, si no por eso, luego se mal acostumbra-dijo Inuyasha a Aome, con indiferencia.

-Hay Inuyasha, tu siempre sin gota de sensibilidad, ¿Así trataras a tus hijos?-pregunto la joven miko sin pensarlo, aunque deseo no haber dicho nada, pues Inuyasha se había puesto mas que rojo, y posteriormente ella también.

-Si, creo que es hora de ir a dormir, también yo estoy cansada-dijo Sango para romper aquel molesto silencio.

-Tienes razón Aome es hora de entrar a la cueva-dijo Koga dedicándole una hermosa sonrisa a la joven que aun se encontraba apenada-Hakkaku, Ginta, despierten, ya suban a la cueva-dijo Koga volteando a sus compañeros que ya se encontraban en los brazos de Morfeo.

-No mama, no quiero ir a bañarme al rio-musito Hakkaku aun dormido.

-He dicho que ya se paren-dijo Koga riendo por los disparates de su compañero, y como ninguno se movía, pateo suavemente a ambos, los cuales despertaron de golpe, y al ver que no había peligro alguno, con mucho esfuerzo se pusieron de pie, y se dirigieron a la cueva.

-Bueno, andando-dijo Miroku, que ya se había adelantado, con Sango enfrente, al caminito que guiaba a la cueva.

-¿Aome, te ayudo?-pregunto Koga, mientras la tomaba por los hombros y la abrazaba encaminándola hacia la cueva.

-Creo que ella puede sola- dijo Inuyasha furioso, de que aquel lobo, se aprovechara de cualquier momento para acercarse a Aome-no lo crees-dijo mientras se situaba entre los dos.

………………………En la cueva……………………..

-Buenas noches a todos-Susurro Sango, mientras se acomodaba entre sus mantas para dormir.

-Buenas noches Sango-respondió Aome, Koga y Miroku al unisonó.

Casi todos se durmieron al instante, el cansancio de haber jugado sin parar los había derrotado a casi todas, pero como siempre Inuyasha estaba sumido en sus pensamientos, ese día en particular, se la había pasado muy bien, en compañía de sus amigos, y por supuesto de Aome, lo único malo fue que ese maldito lobo sarnoso de Koga se la había pasado el día entero, tratando de estar a solas con Aome, pero como siempre, esta siempre lo rechazaba de una forma muy educada, evitando así que Koga se molestara con ella, aunque no estaría mal que se pelearan, así ya no se preocuparía de el, y que estuviese con Aome, era un sentimiento egoísta, pero eso no le importaba en lo mas mínimo, si se trataba de Aome, cualquier peligro que pudiese correr lo alteraba demasiado.

-Veo que tú tampoco puedes dormir Inuyasha-dijo Aome en un suave susurro, para evitar despertar a los demás.

-Tampoco tu puedes dormir- se escudo Inuyasha.

-Bueno no te pongas a la defensiva, es solo que, bueno olvídalo-dijo Aome.

-No ahora me dices-dijo el hanyo prestando más atención a la plática.

-Inuyasha, no es nada-dijo Aome para salirse por la tangente, pero al ver la expresión del hibrido, decidió seguir hablando, pues el no era de esos que se queda con la duda-He notado como últimamente has estado algo distraído, como si algo consumiera tu atención, además he visto algo de tristeza en tu mirada, y me preguntaba que es lo que te pasaba; y pues yo también tengo mucho en que pensar, voy mal en la escuela, de hecho estoy a punto de reprobar 3 materias, matemáticas, español y química, y eso no es bueno, pues mi madre se ha esforzado demasiado para que yo valla a una de las mejores secundarias de Tokio, y creo que le estoy pagando mal; además Sota esta enfermo, la ultima vez que fui a mi época estaba mal de las vías respiratorias, y, y ,y – la joven miko ya no sabia que decir, todo esto era la verdad y nada mas que la verdad, ella se la había pasado muy mal últimamente, y hablar de sus cosas con Inuyasha, abría la herida que tenia en el pecho-y por si fuera poco, ese maldito de Naraku, ya tiene poco mas de la mitad de la perla de Shikon en su poder y no creo que podamos destruirlo-al terminar estas palabras, la joven miko ya no pudo aguantar el llanto y varias lagrimas gruesas se asomaron por su rostro mojando sus piernas.

-Lo lamento mucho Ame, no llores por favor, odio verte llorar-dijo al momento que la abrazaba y delicadamente secaba sus lagrimas-pero no te preocupes, ya veras que ponto todo se solucionara, podrás derrotar a aquellos débiles demonios de Español, Química y ese otro, además tu hermano se curara, por lo que me dijiste ya esta yendo a ese lugar donde te curan sin ocupar yerbas, además tu misma mencionaste que ese lugar era bueno-Inuyasha trataba sin éxito, que el llanto de Aome cesara, así que la apretó mas hacia su pecho-Y por lo de la Shikon, no te preocupes, ya veras que seguiremos recolectando los fragmentos y derrotaremos a ese maldito de Naraku, te lo juro, te juro que lo mataremos.

-Gracias Inuyasha-dijo Aome al momento que se daba la vuelta y le correspondía al abrazo.

-Mira a ese par de tortolos-susurro Miroku a Sango en un susurro casi inaudible.

-Si lo se, se ven tan lindos juntos-respondía Sango en otro susurro, lo bueno era que Inuyasha estaba tan distraído abrazando a Aome que no se dio cuenta de lo que Sango y Miroku hablaban.

-Creo que es hora que duermas, has de estar cansada-le decía Inuyasha a Aome, en el oído, lo cual hizo que esta se estremeciera al roce de su aliento.

-Pues, creo que si-dijo mientras se ponía algo roja, y se acomodaba entre sus mantas y abrazaba a Shippo-Buenas noches Inuyasha.

-Buenas noches Aome-susurro el hanyou mientras se quedaba poco a poco dormido abrasando a su colmillo de acero.

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3450 palabras que espero que les guste, siento si los capitulos ya no son como antes pero... no importa espero poder seguir con esta historia.

 

Re: "Tu amor es mi destino"

……………Capitulo VII………………………….

En algún lugar muy en el corazón del bosque, un pequeño demonio lloraba desconsolada-mente, sabia que si no encontraba a su acompañante, el fin de su existencia pronto llegaría, su amo tenia un genio demasiado especial, y de seguro lo mataría en cuanto se enterara que había permitido que su pequeña acompañante se fuera, sus minutos estaban contados, su amo llegaría en cualquier momento y al percatarse de la ausencia de la niña, descargaría su furia en el, y no seria nada lindo……….

……………………Flash back…………………

—¿Amo Sesshomaru, a donde va? no se valla quedase aquí con el señor Jaken y yo— decía una pequeña niña, con un kimono de color naranja, y una sonrisa encantadora de nombre Lin.

—¡Jaken! cuida de Lin en mi ausencia—dijo un hombre alto fornido y más que guapo, llevaba puesto un traje de guerrero, un poco ostentoso, pero no por eso perdía su elegancia, sus ojos dorados como el oro, eran fríos e inexpresivos, lo cual causaba miedo a simple vista.

—Pero amo Sesshomaru, esa niña es un poco molesta, y además...—el sirviente de Sesshomaru, rápidamente dejo de hablar al notar la mirada asesina de su amo, el miedo y el respeto que tenia hacia el, le impedía desacatar las ordenes de este—esta bien amo Sesshomaru, yo la cuidare en su ausencia—y al terminar estas palabras el gran yokai se transformo en una esfera de luz blanca y se esfumo en el cielo, alejándose mas y mas, hasta que desapareció de la vista de sus acompañantes.

—Señor Jaken, ¿A dónde fue el amo Sesshomaru?—pregunto curiosamente Lin, esa niña veía con atención al pequeño sapo que se disponía a hablar.

—No lo se Lin, hace mucho que el señor Sesshomaru deja de comentarme sobre sus planes-las palabras de Jaken tenían una pisca de dolor verdadero— Además a ti no te interesa, en donde se mete el amo Sesshomaru—dijo al momento que componía el tono de su voz, y se enfurecía un poco por las preguntas de la niña, que solo lograban que el recordara su infelicidad.

—Hay señor Jaken, por eso esta así de feo, por tantos corajes y enojos—exclamo Lin al momento que se daba la media vuelta dignamente, y se sentaba en las raíces de un gran árbol.

Esa niña ahora acompañaba al señor Jaken y al amo Sesshomaru, pues su familia había sido asesinada por unos bandidos, y se quedo sola en este mundo, poco después conoció al señor Sesshomaru, el cual estaba herido por el viento cortante de Inuyasha, mientras se encontraban en el lugar donde descansaban los restos de el padre de ambos, Lin cuido de Sesshomaru, trayéndole comida donde reposaba, en el corazón del bosque, aunque claro, el la rechazaba; cuando Lin murió a manos de la manada de Koga, el amo Sesshomaru siguió su olor hasta que se encontró con su cuerpo sin vida, así que este desenfundo a tenseiga y le devolvió la vida matando a los sirvientes del averno, desde entonces Lin acompaña a Sesshomaru a donde sea que este se dirija, Sesshomaru le consigue ropas nuevas a Lin y le permite cabalgar a Ah-Un, así que Lin esta en deuda con Sesshomaru y por eso no tiene planes de separarse nunca de el.

De pronto la noche los tomo por sorpresa, lo bueno era que Jacken ya había hecho una fogata para el y su pequeña acompañante, la cual seguía un poco molesta por la actitud del pequeño yokai.

—Señor Jaken, creo que ya me voy a dormir, estoy cansada—dijo Lin, cuando termino con estas palabras dio un gran bostezo y se tallo los ojos para evitar quedarse dormida.

—Esta bien Lin, duérmete, además ya es tarde, y no vale la pena que esperes al amo Sesshomaru despierta, por que no creo que llegue todavía—respondió el pequeño demonio, que a decir verdad era mas pequeño que Lin, la cual apenas tenia poco mas de 7 años.

Sin decir una palabra mas, la chiquilla de paro del suelo donde estaba sentara, y se fue a acurrucar a las raíces del gran roble que se encontraba en ese lugar, las raíces habían crecido tanto que se habían deformado, de tal manera que daban la apariencia de formar pequeñas cunas, lo cual fue muy cómodo para la niña, poco a poco, se dejo vencer por el cansancio y se quedo profundamente dormida. Poco después el pequeño yokai siguió el ejemplo de la niña, al parecer, su amo iba a tardar un poco mas en regresar, así que tomo su báculo de dos cabezas y lo puso a su lado derecho y se que medio dormido.

La noche se carga varias sorpresas, varias indeseables, pues la noche es la hora en que varios yokais de divierten, y aprovechan de la ingenuidad de sus presas; en el aire, se veía como una extraña libélula rondaba cerca de donde Lin dormía, sobrevolando sobre ella, era realmente hermosa, lamentablemente, los seres de la obscuridad utilizan varios distractores para conseguir su objetivo, la pequeña niña nota la presencia de “algo” sobre su cabeza, y abre sus ojos para encontrarse con un hermosa libélula, era de un color purpura claro, con pequeños tonos de rosa y anaranjado, tenia varias figuritas incrustadas en sus alas, y al movimiento parecía brillar como si fuera un diamante, sus ojos eran rojos, pero por extraño que parezca no causaban temor, de hecho eran brillantes y hermosos, la niña quedo maravillada ante tal animal, se puso de pie tratando de atrapar a aquel ser que le parecía tan interesante, solo que este no se presto a su juego y voló un poco ,mas alto, haciendo que Lin saltara para alcanzarlo, pero sus intentos fueron en vano, pues la pequeña libélula comenzó a volar lentamente al interior del bosque, como tratando que la niña lo siguiera, casi había logrado su objetivo pero en ese momento Jaken despertó al momento que notaba algo inusual en el ambiente, y en cuanto vio a Lin siguiendo a esa libélula se mostro preocupado

—Lin, ¿Qué es lo que estas haciendo?, vuelve inmediatamente aquí—ordeno Jaken con tono preocupado, pues ese animal se veía un tanto sospechoso, y si por alguna razón Lin era dañada de cualquier manera, seguro que el amo Sesshomaru lo mataba.

—Esta bien señor Jaken—dijo Lin, pues notaba la voz del señor Jaken un tanto preocupara.

En ese momento la libélula se abalanzo sobre la nuca de la niña, y le enterró un aguijón que tenia en su boca, permaneciendo inmóvil en la cabeza de la niña, pero esto fue tan rápido que Jaken no pudo notar lo ocurrido, casi al instante Lin se torno mas pálida de lo habitual, y sus ojos perdieron su brillo y color, volviéndose negros, sin vida e inexpresivos, la niña se paro en seco y se dio la media vuelta para continuar su camino anterior hacia lo mas profundo del bosque, al notar esto el señor Jaken se enfureció, pues ya había dado una orden y esta no había sido acatada.

—Lin te he dicho que vengas aquí—dijo enojado el pequeño demonio, y al no notar la presencia de la libélula se relajo un poco, para después dar un horrible grito de horror, al ver que aquel animal estaba posado en la cabeza de la niña—Lin reacciona, despierta, y ven hacia aquí—pero la niña no hizo caso de sus palabras y siguió su camino, el señor Jaken trato de acercarse a la niña pero en el momento que ”esta” se percato de lo que intentaba de detuvo y lo encaro.

—No te metas en lo que no te interesa insignificante demonio—dijo Lin, pero esa no era su voz al 100% pues se había vuelto mas grave y por consiguiente más macabra, de hecho intimido al demonio, que tímidamente se trato de acercar otra vez, y por consecuencia, la niño levanto su mano en dirección de el, y contra toda lógica una pequeña pero poderosa esfera de poder, embistió a Jaken, el cual voló por los aires para finalmente estamparse contra un árbol, quedando semiinconsciente, pues se percato como la pequeña desaparecía de su vista en el interior del bosque obscuro.

…………..…Fin de flash back…………………

El pequeño demonio estaba sentado en la enorme raíz del sauce, lamentando lo sucedido, pues además de que sabia lo que le esperaba a la venida de su amo Sesshomaru, también le importaba, y quizá mas que lo primero, el estado en el que se encontraba su joven acompañante, por que aunque no lo demostraba, sentía un gras afecto hacia aquella niña malcriada, que en realidad era muy dulce en su interior, además de que había logrado lo que nadie en este mundo había hecho y probablemente nunca vuelva a pasar: “suavizo el corazón del señor Sesshomaru”, el cual era un bloque de hielo en cuanto a los sentimientos; pero últimamente, desde que Lin se apareció en sus vidas, este cambio su actitud ante los demás. Pero aun así, cuando se enterara de que había permitido que Lin se halla ido.....su cuello rodaría, claro que si planeaba algo, NO, en que estaba pensando, Lin estaba desaparecida y…

De pronto se oyó el crujir de una rama detrás de Jaken, y era más que obvio lo que iba a pasar, así que lo mejor era suplicar por su vida

—Amo Sesshomaru—dijo casi en un susurro, pues del miedo la voz se le había cortado—Lo lamento, le juro que no fue mi intención dejarla ir—su miedo iba en aumento al notar que el demonio que tenia enfrente, no reaccionaba ante sus palabras, ni siquiera lo había golpeado—Me tomo por sorpresa, y no pude hacer nada… ¿Señor Sesshomaru?—pregunto el pequeño Yokai con voz tímida al percatarse de la mirada de Sesshomaru.

Sin decir nada el señor Sesshomaru de suspendió en el aire y siguió el rastro que Lin había dejado, Jaken ya no sabia que hacer, de seguro ese problema le iba a costar muy caro, pero lo que mas odiaba (O mas bien lo que mas le dolía) era que su amo lo tratara tan indiferente, no es que anteriormente lo tratara mejor, pero al menos le dirigía unas cuantas miradas frías, lo cual para el ya era algo.

—¿Qué hago? el señor Sesshomaru ya se fue tras Lin, pero y yo que hago, ¿Lo sigo?, O mejor me quedo aquí a esperarlos, ¿Pero y si me necesita?—El pequeño demonio de pego suavemente en la cabeza- ¡Ja! como si el gran amo Sesshomaru necesitara la ayuda de un demonio tan insignificante como yo, o al menos si necesitara que lleve a AH-Un, para que Lin se suba en el cuando regresemos—Jaken hacia sus conclusiones, al mismo momento que pensaba en los pro y los contra de sus acciones—Bueno, será mejor que me de prisa, ¡Ah-Un! vengan aquí—ordeno Jaken.

Y sin mas ni mas, monto al dragón y siguió el rastro que el señor Sesshomaru había dejado minutos antes. Mientras que este ya llevaba una buena ventaja hacia el lugar en donde se encontraba Lin.

…………………………………Capitulo VII (parte II)…………………………………..

El ambiente se estaba tornando de un aura demoniaca muy interesante, pues era como si al entrar el ella te sintieras algo agotado, la visión se empezaba a nublar y veías las cosas sin cordura ni realismo, además de que el ambiente estaba cargado de un olor muy peculiar, como a flores, pero con un toque acido que quemaba la nariz (de los Yokais por supuesto, pues un humano difícilmente, lo notaria a menos que prestara demasiada atención. Y por si fuera poco el ambiente estaba cargado de varias vibras extrañas que hacían que los cuerpos pesaran mas de lo que en realidad era, como si la gravedad de la tierra aumentara; pero para Sesshomaru, esas eran solamente pequeñeces, pues el era demasiado fuerte como para fijarse en esas pequeñeces, su poder no se comparaba con el de aquel demonio que producía esa energía, poco a poco se fue acercando a un enorme castillo (algo así como los que había en la época medieval en Europa), no le dio importancia a lo que veían sus ojos y prosiguió con su camino, mientras mas avanzaba, mas pesado se iba haciendo el ambiente.

—Se que estas ahí, muéstrate—dijo con su típica voz fría.

—Veo que eres fuerte Sesshomaru— dijo una extraña voz melosa, al momento que dijo eso, el castillo desapareo casi por completo, y se presento ante Sesshomaru, el demonio dueño de aquella aura.

—Mucho gusto, mi nombre es Rish, el poderoso Yokai del norte—dijo este, poseía un cuerpo como el de los humanos, era alto, con una tez muy claro, pero no mas que la de Sesshomaru, se veía fuerte, llevaba puesto un haori color crema con unos adornos en rojo, y un pantalón rojizo claro con adornos morados, llevaba una cinta alrededor de la cintura y en esta una especie de espada, solo que mas delgada. Su cabello era corto, pero alcanzaba para que se hiciera una media cola, su cabello era lacio y obscuro, su mirada no mostraba odio, pero tampoco felicidad-Pero dime, que te trae a mis dominios- preguntó el yokai.

— ¡Ja! el poderoso Yokai del norte, no me agás reír, tu aura demoniaca no es muy fuerte que digamos—se burlo Sesshomaru de forma sádica, mientras le lanzaba una mirada de superioridad a ese insignificante ser que tenia enfrente.

—Bueno pero quien necesita ser fuerte, si es capaz de valerse por otros medios— se escudo Rish.

—Las ilusiones no son un escudo-dijo fríamente Sesshomaru—así que no me agás perder mi tiempo, y dame a la niña.

—Y tu para que la quieres, ¿Un aperitivo?, pues mira, un poco mas adelante hay una aldea con varios niños, ve a robar uno de allí, esta ya es mía, yo la conseguí—dijo Rish sin pensar en lo que decía.

—No me irrites, que no tengo humor para eso-mientras decía esto sus pupilas se volvían de un dorado más fuerte a causa del enojo y aburrimiento—Así que te largas de aquí o…-mientras decía esto hacia aparecer su látigo de energía y lo ondeaba amenazadoramente hacia el yokai, que ya estaba asustado, en cuanto sintió el poder demoniaco que estaba alrededor del señor Sesshomaru.

—Bueno, no hay que ponerse agresivos, ¿No lo crees?—pregunto el yokai saliéndose por la tangente, claro que siempre hay otras opciones.

En ese momento el yokai se concentro, y elevo su poder apenas un poco mas de la mitad de lo que ya estaba, extendió su mano y la paso formando varias formas en el aire, de pronto todo el panorama cambio abruptamente, ya no era el castillo que estaba hacia unos momentos, ahora era un campo, pero un campo antiguo, no había flores, todo estaba seco, había varias ramas secas en el piso, y el ambiente estaba pesado casi al 100%, se respiraba un aire no muy grato para el gran demonio, estaba un poco mareado, pero nada que lo hiciera caer, el era demasiado fuerte, desde siempre se había acostumbrado a que la derrota no era una opción factible, ni siquiera perdonable, así que jamás se dejaría vencer, y menos ante los patéticos intentos de combate de un ilusionista mediocre que no era capaz de pelear y por eso se escudaba en algo tan débil como una ilusión.

De pronto el gran yokai distinguió una sombra a lo lejos de donde estaba, esta sombra se estaba acercando poco a poco…

Sesshomaru, estaba frustrado por los patéticos intentos de Rish para poder sobrevivir, pero en cuanto lo volviera a ver, no lo dejaría escapar, y lo mataría sin piedad, esa escoria estaba ofendiendo al amo Sesshomaru al momento que utilizaba sus tontas ilusiones para salvarse, pero no lo lograría.

El yokai estaba sumido en sus pensamientos, así que le tomo de extraño cuando vio una sombra extraña a lo lejos del campo, poco a poco esta se acercaba sigilosamente, parecía la silueta de una mujer, con muy buen cuerpo a decir verdad tomando en cuenta la sombra que reflejaba, pero el señor Sesshomaru ni siquiera le presto atención, seguía en sus pensamientos, como siempre, frio e indiferente, aunque había algo en sus ojos, un brillo extraño difícil de descifrar, por su cabeza pasaban varios pensamientos, pero su rostro no mostraba signo alguno de preocupación, aunque el aire se volvía mas pesado cuando aquella mujer se acercaba, además de que le producía cierto molestar malestar estar cerca de ella, como si varios recuerdos le fuesen azotados en la cara, recuerdos nada lindos que el gran yokai prefería no recordar.

De pronto esa mujer ya estaba parada casi al frente de el, viéndolo con su mirada penetrante, como si quisiera descifrar algún código oculto en ellos, después de escudriñar bien sus ojos, su mirada se tornó decepcionada de no encontrar nada en su mirada que le ayudase.

—Sesshomaru, que gusto verte—Dijo la hermosa mujer, con un tono frio e indiferente, casi igual al de Sesshomaru, sus ropas estaban elaboradas con la mas fina ceda, eran de un color morado y blanco, el haori entallaba muy bien en su fina figura-hijo…- la voz de esta mujer se torno diferente a lo que era ahora.

De pronto Sesshomaru se mostro mas que irritado hacia la presencia de esa mujer, y pero aun ante sus palabras, ¿Cómo se atrevía a llamarlo hijo?, así que no aguanto mas y se lanzo contra la mujer desgarrándola con las garras haciendo caso omiso a que tenia la figura de Irasue, su madre, aunque ambos no tenían un lazo afectivo fuerte, pues ambos eran igual de fríos he indiferente. Así que no se conmovió por las imágenes que sus ojos le presentaban, poco a poco lo que veían sus ojos se fue desvaneciendo, hasta el olor casi desaparecía, había algo que si se tenia que admitir, aquel Rish tenia potencial, pero obviamente no la suficiente como para dañar al amo bonito, no señor, después de aquellas provocaciones, o al menos a si lo veía el, lo que merecía era la muerte, no sin antes encontrar a su pequeña acompañante. De pronto el panorama cambio abruptamente, dejo de ser aquel campo y se convirtió en el castillo medieval que había sido al principio de su llegada, el ambiente se hizo cada vez mas ligero, aunque aquel olor quemante seguía continuo, era como un olor muy dulzón, tanto que era como acido para el olfato tan sensible de aquel respetable demonio, pero este ultimo no le tomo importancia y encaro al demonio que estaba a un costado suyo.

—¿Ya comprobaste que tus patéticas ilusiones no salvaran tu vida?—Dijo Sesshomaru, con una voz muy grabe mientras miraba con desprecio al demonio que tenia enfrente.

—Bueno, mi querido demonio, no hay razón para tanta hostilidad— Él demonio se mostraba nervioso ante la mirada del gran yokai, así que trato de salirse por la tangente— Por que no te unes a mi y…—todavía no había acabado de decir lo que tenia pensado, pero inmediatamente guardo silencio al percatarse de la mirada asesina de Sesshomaru el cual estaba parado frente a el con el rostro inescrutable, de verdad que aquella mirada daba algo mas que miedo-Esta bien, esta bien, no quiero problemas contigo ok. Solo dime que es lo que quieres para que te vallas de mis dominios-Él gran yokai no tubo que decir palabra alguna, para que aquel ilusionista hiciera lo que tenia que hacer.

De pronto una pequeña niña con kimono anaranjado hizo acto de presencia ante los dos demonios, seguía teniendo a la extraña libélula detrás de la cabeza, y su mirada se veía perdida, como si tratara de distinguir algo que nadie mas podía ver, sus ojos habían perdido aquel brillo tan especial que las caracterizaba, se había puesto algo pálida, y la expresión de su cara se había anulado casi por completo, solo que tenia una pizca de dolor, lo cual irrito mas al yokai que ya de por si estaba a punto de explotar; la niña se poso a lado de el demonio Rish como si fuera una vasalla poniéndose de rodillas, eso era el colmo, así que el amo Sesshomaru no lo pensó mas y se lanzo contra el ilusionista dándole un buen golpe en el pómulo derecho haciendo caer Rish, todavía no se había recuperado del primer golpe cuando el yokai embistió de nuevo, esta vez golpeándolo en el estomago provocando que los pulmones de este expulsaran todo el aire que tenían y se ahogara, apenas había podido ponerse de pie y el ilusionista se percato de que Sesshomaru iba a embestirlo de nuevo, pero esta vez utilizaría sus poderosas garras lo cual significaba el final de la batalla, y era claro que el no ganaría. Él gran demonio estaba a escasos 15 centímetros de su cuello así que hizo lo que tenia que hacer; La libélula que tenia poseída a Lin se desprendió de ella y voló a una velocidad sorprendente para colocarse frente a su amo, él ilusionista Rish, en cuando la mano de Sesshomaru se acerco a cuello del ilusionista se vio desviado por un campo protector, era como un muro que impedía que Rish fuera afectado por las garras del yokai.

—Pero que es esto-se pregunto fastidiado Sesshomaru— No creas que esto te salvara.

Poco a poco Sesshomaru fue rompiendo el campo de ilusión que la libélula había creado para salvar a Rish, el sonido que producía este rompimiento era chocante, de pronto el gran lord sintió algo en su pierna derecha, era la pequeña Lin que se agarraba de ella suplicantemente.

—Amo Sesshomaru…no por favor—suplico la niñita con una lagrima en su rostro, ella no quiera apreciar esa escena, ver como su amo mataba a alguien, no era algo que desease ver, aunque el individuo no fuera bueno-Por favor- siguió pidiendo.

Poco a poco el gran yokai dejo de intentar alcanzar a Rish, y retiro completamente el brazo justo cuando el campo formado había desaparecido dejando inmune al ilusionista.

—Vámonos Lin— dijo Sesshomaru sin darle importancia al rostro perplejo de su adversario.

—Pero…pero…p—tartamudeaba Rish, no se podía creer que Sesshomaru no le diera el golpe de gracia, por lo que había escuchado sobre el, el gran amo de las tierras del oeste, era un ser sin ningún tipo de piedad, y no dejaba con vida a ninguno de sus adversarios; por lo que se preguntaba ¿Por que no se daba la vuelta y acababa con su vida?.

De pronto un pequeño demonio montado en un dragón con dos cabezas se diviso en el horizonte, poco a poco se fue acercando hasta donde se encontraba la pequeña Lin.

— ¡Amo Sesshomaru!—gritó el pequeño demonio con un tono de voz algo chistoso. Dejó de gritar al notar la mirada gélida de su amo. Después de haber aterrizado junto con el dragón, se bajó de el y empezó a andar hacia su amo, mientras caminaba se escuchaba el crujir de las hojas bajo sus pies, llegó casi al frente de su amo y caminó al lado de este al mismo paso; Lin los seguía muy de cerca, pues estar a lado de su Sesshomaru la tranquilizaba y la hacia sentir segura sin importar la situación.

Rish estaba que no cabía de su asombro, el gran Sesshomaru le había perdonado la vida. Él también era un demonio un tanto orgulloso, no le gustaba deberle nada a nadie así que cuestiono l gran yokai.

— ¿Por qué no me matas?— Preguntó con voz segura, sin embargo había una nota de temor inconfundible en sus palabras— Date la vuelta y acaba con mi vida.

Sesshomaru se detuvo en seco en su andar, lentamente se dio la vuelta para darle la cara a aquel demonio, Lin se había parado a lado de Sesshomaru al igual que Jacken, pero esta tenia una cara de tristeza tan solo de imaginarse lo que podía pasar. Rish pensó que su hora había llegado, pero para su asombro el gran Yokai hablo.

— ¡No vales la pena!— Fueron las palabras de Sesshomaru. Sé dio la vuelta y camino hacia Ah-Un con paso firme, y antes de llegar dijo— Sera mejor que no te vuelvas a atravesar en mi camino.

Después de haber dicho esto, subió a Lin a Ah-Un, se suspendió en el aire y comenzó a volar hacia lo profundo del bosque. Jaken se subió al dragón de dos cabezas y siguió a su amo.

—Señor Jaken ¿Por qué tardo tanto?— pregunto curiosa la niña.

—Pero de que hablas si vine lo más rápido que pude— se excuso el pequeño demonio.

— ¿Qué le pasa? lo noto extraño señor Jaken— dijo Lin.

— No me pasa nada— respondió cortante.

— ¡Vamos! señor Jaken, dígame lo que paso— Pidió la niña.

— ¡Que no me pasa nada! y deja de preguntar— exclamó.

— ¡Huy que genio!— fuel lo ultimo que dijo la niña, no quería tener problemas con aquel demonio, aunque aparentara ser gruñón, era muy dulce cuando lo conocías más a fondo.

— ¡Amo Sesshomaru! ¡Espérenos!— pidió el maestro Jaken, y como no recibió respuesta aluna, hizo que Ah-Un aumentaran la velocidad de su vuelo, casi hasta igualar a la de su amo.

Volaron durante varios minutos, y poco después Sesshomaru descendió al suelo firme, donde se encontraba el pequeño campamento en el que se encontraban hacia unos momentos, aun salía humo de la fogata que ya se había apagado, el ambiente parecía tranquilo en ese lugar, a pesar de ser el corazón del bosque, no había tantos demonios rondando cerca, tal vez por que sentían el gran poder de un demonio que se encontraba allí y no quieran comenzar una batalla que obviamente acabarían perdiendo; poco después Ah-Un también llego a tierra firme, Lin se bajó de el rápidamente y se situó a lado de su amo.

—Señor Sesshomaru, muchas gracias por haberme salvado, ¡Lo quiero mucho!—después de decir estas palabras se abrazo de la pierna izquierda de su amo este solo permaneció inmóvil en su posición anterior, su rostro no mostraba ningún sentimiento, aunque había algo es sus ojos, un tipo de luz peculiar, pero no más.Rápidamente se deshizo del abrazo de la pequeña y dio un paso hacia atrás.

—Es tarde, ve a dormir— fue lo único que dijo el demonio de forma fría, como si no tuviera ni un gramo de sentimiento.

—Si amo Sesshomaru— respondió de inmediato la niña.

Lin se fue a acostar a las raíces del árbol donde se encontraba hace poco, y a los pocos minutos se quedo profundamente dormida; Ah-Un se hecho a lado de un pequeño arbusto lleno de hojas. Sesshomaru se sentó en la rama de un árbol que estaba muy cerca del suelo, parecía que era una estatua pues no se novia en lo mas mínimo, miraba a la luna como si le pidiera respuesta a sus preguntas, lo único que lo diferenciaba a una estatua era que se movía continuamente por su respiración. Tímidamente Jaken se acerco a él, tenia que contarle que es lo que había visto antes de llegar donde se encontraba él y Lin combatiendo a Rish, no tenia mucha importancia pero al menos debía saberlo.

— ¿Amo Sesshomaru?—preguntó el pequeño demonio, como no recibió respuesta prosiguió— Tengo que decirle algo— siguió sin obtener respuesta— ¿Amo bonito?.

— ¿Qué es lo que quieres?—pregunto fríamente, al decir estas palabras su rostro se descompuso, Jaken se asusto al ver esa expresión de su amo, así que le retiro la mirada y se alejo a paso lento de el, Sesshomaru no le dio importancia a lo que le quería decir su vasallo.

—Bueno, después que no me reclame, que por que no le dije lo que vi — pensó Jaken- Es muy sospechoso ver a una de las sirvientas de Naraku rondando cerca de estos lugares, ¿Qué estaría haciendo Kanna?, mejor me duermo antes de que al amo bonito se le ocurra otra cosa-Siguió pensando el pequeño demonio.

La noche paso tranquila en ese lugar, Lin dormía plácidamente soñando en varias cosas sin sentido, lo que abundaba en sus sueños eran los colores del bosque, mas el café y por supuesto en verde, también aparecía varias veces el rostro de Sesshomaru, aunque frio he inexpresivo, hermoso como siempre.

Jacken dormía también, pero su sueño era mas inquieto, se movía mucho y aparentaba estar preocupado, sus sueños eran muy diferentes, en varios de ellos recordaba cuando era un demonio poderoso, para los de su especie, y varios yokais pequeños estaban a su cargo, todo esto hasta el día que inconscientemente Sesshomaru lo había salvado a él y a los suyos de un demonio poderoso para ellos, desde ese día, seguís a Sesshomaru para servirle como su gran vasallo por tanto durara su vida.

Por su parte Sesshomaru, seguía recostado en la rama del árbol en la que se encontraba momentos antes, su rostro no mostraba expresión ninguna, era como si fuese incapaz de sentir cualquier cosa, sus ojos estaban fijos en la luna que destellaba sus rayos por todo el bosque aquella mirada ambarina era hermosa de verdad sus ojos eras cautivadores y por consiguiente era muy fácil perderse en ellos, su piel tenia un tono encantador a media luz, sus finos cabellos plateados se movían con delicadeza a causa del viento, sus ropas ondeaban suavemente sobre su cuerpo, dándole una apariencia muy atractiva a quien lo mirara.

El viento siguió corriendo alrededor de aquellas personas, y la noche los abrazó con su manto adornado con miles de estrellas.

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Bueno, he aquí la continuación del fic, espero que les haya gustado, pero...por que ya no pasan a comentar snif snif snif snif...

Este capitulo va dedicado especialmete a mi hermano que el miercoles es su cumpleaños.¡¡¡FELIZ CUMPLE HERMANO!!!TKM...