Long-fic "Tu amor es mi destino"

Re: "Tu amor es mi destino"

Capitulo IV (Parte II)

Cuando el rostro de Koga estaba a escasos centímetros del de Aome, ella se asusto un poco así que lentamente aparto su rostro del de el, pero algo actuó mas rápido que ella, fue muy rápido así que sus ojos solo alcanzaron a ver una enorme mancha roja cayendo de lleno hacia Koga.

— ¿Que te pasa, maldito lobo sarnoso? aléjate de ella—dijo Inuyasha con la voz furiosa, estaba apunto de darle otro golpe, pero sintió unas suaves manos deteniendo su avance.

—Inuyasha, deja al joven Koga, creo que no es cortes empezar una lucha sin alguna razón—dijo la joven azabache con un poco de esfuerzo al estar de pie tan pronto, y tratando de evitar que ambos chicos comenzaran una riña.

— ¿Cómo te atreves a defenderlo? trato de besarte—dijo Inuyasha sin dar crédito a las palabras de Aome, de verdad que estaba furioso, todavía de que trataba de defenderla y se ponía de lado de ese lobo.

—Gracias por preocuparte por mi Inuyasha, pero creo que en este tipo de casos se cuidarme sola, además, yo no ando interrumpiendo mientras estas con Kikio ¿O si?—dijo Aome sin prestarle atención a lo que decía, por lo que no se percato de lo que pudieron desatar en el fondo del hanyo.

— ¡Inuyasha! ¿Por qué nos has dejado?—dijo el Miroku al entrar a la cueva, estaba agitado, por lo que se notaba que había estado corriendo sin parar por un buen rato— ¿Pasa algo malo?—pregunto al ver el rostro inexpresivo de su amigo.

—Que sucede Inuyasha, que paso, dijiste que algo malo pasaría, y corriste hacia aquí—dijo Shippo algo preocupado aun para su corta edad
El ambiente que se tornaba en la cueva, se había vuelto pesado, así que Sango empujo al Monje hasta el final de la cueva, donde podían apartarse de aquella pelea que estaba por acontecer, no era bueno que hubiesen mas integrantes de los debidos, además de que eso no les concernía en cierta parte, y era mejor dejar que las cosas se solucionaran entre ellos solamente.

—Vamos su excelencia, antes de que empiece la pelea—dijo la exterminadora caminando hacia el final del lugar, y como consecuencia Hakkaku y Ginta los siguieron, sin esperar ser llamados, pues sabían lo que estaba a punto de suceder, o al menos lo mas esperado. Shippo también los siguió subiendo al hombro del monje y dando un gran suspiro por las tonterías que hacían sus amigos.

—Escucha perro tonto, Aome es mi mujer, y no tienes que meterte en nuestros asuntos, además ella tiene razón, tu ya tienes a la sacerdotisa muerta—dijo Koga, ante la mención de Kikyo, Aome solo bajo la cabeza pues no estaba completamente segura de lo que acababa de decir Koga, pero en cierto punto era verdad, Kikyo siempre había estado allí, por lo que no tendría que ser distinto ahora.

—Mira maldito lobo sarnoso, no te permito hablar así de Kikyo en mi presencia, además Aome no es tu mujer, y nunca lo será—dijo Inuyasha con seguridad en la voz, después de estas palabras Inuyasha ya se había empezado a acercar para atacar al lobo pero Aome se puso en medio de los dos para mantenerlos separados.

—Basta ya por favor, no quiero verlos peleando como perros y gatos-dijo la joven con la voz aun agotada, volteo a ver a Koga—que tipo de ejemplo le estas dando a tu manada—y volteo la mirada hacia Inuyasha—y tu que ejemplo le estas dando a Shippo; quiero que ambos se estén quietos, y no se pelea a cada oportunidad que tengan, ¿Que no ven que eso me hace sentir mal?—concluyo Aome con un suspiro de tristeza, algo de ella por la razón que acababa de mencionar y la otra por lo que acababa de pensar, además de que sus fuerzas aun le fallaban.

—Lo siento Aome, pero es que ese perro siempre empieza—dijo Koga, y al percatarse de que podría seguir la pelea Aome decidió irse por la tangente y dejar ese asunto por la paz.

—Bueno, no importa quien comienza, lo que importa es que solo se están peleando; creo que lo mejor será que todos nos vallamos a dormir, ya es tarde—dijo en tono autoritario la joven sacerdotisa para dar fin a ese asalto, por que sabia que aunque no lo quisiera vendrían mas de esos.

—Esta bien Aome, tu dormirás en mi cama, y tus acompañantes de este lado—dijo Koga, pero antes de que Inuyasha protestar por lo obvio, Aome lo tranquilizo.

—Si no te importa Koga, creo que preferiría que todos durmiéramos en la parte mas grande de la cueva, para que no se preste a malas interpretaciones—dijo Aome con un toque de rubor en sus mejillas que aparentemente nadie noto.

—Bueno, lo que te parezca mejor—respondió Koga, al momento que le regalaba una sonrisa a la muchacha y se dirigía al otro lado de la habitación con paso seguro.

—Sango, Miroku, Shippo, Hakkaku, Ginta vengan es hora de preparar la cena, para irnos a dormir—dijo Aome mientras miraba hacia afuera de la cueva, sus amigos de seguro estarían pendientes de la discusión.

—Iré a prender la fogata—dijo Koga al momento que se acercaba a un montón de leña que estaba en la enorme cueva.

—Y creo que yo preparare la comida—dijo Aome mientras caminaba hacia uno de los lobos.

—Aquí esta su mochila, señorita Aome—dijo Ginta, dándole su típico bolso amarillo, en la cual tenia comida instantánea y algunas cosas que le servían en su estadía en la época antigua, aunque le gustaba el lugar, ha veces sentía que tenia algunas restricciones, pero eso no le importaba le agradaba la época del Japón feudal.

—Creo que mejor te ayudo—dijo Sango desde el rincón en que se encontraba, y así en poco mas de diez minutos la cena estuvo lista.

—Wow señora Aome, cocina delicioso—comento la manada de Koga.

—Si Aome te quedo riquísimo—comento Inuyasha, el cual tenia la boca llena de sopa instantánea.

—Gracias, pero solo es comida casera. — dijo Aome admitiendo que no quería hacer algo mas laborioso y complicado, pero al parecer nadie lo entendió.

—Aun así la cena le quedo maravillosa, señorita Aome—elogio Miroku que seguía comiendo.

—Pues claro, solo mi mujer podría cocinar así, —dijo orgulloso Koga dedicándole una hermosa sonrisa a la miko que provoco un leve sonrojo que el no paso desapercibido.

—Y dale con lo de tu mujer, que no te quedo claro que Aome no es tuya—dijo molesto el hanyo mientras miraba al lobo con malos ojos.

—Que les dije, basta de peleas, todos junten su basura, y vamos a dormir—dijo Aome algo irritada por esas peleas sin fin.

—Si señora Aome—contestaron Hakkaku y Ginta al unisonó, como si les fuese dictada una orden de su jefe.

Poco a poco todos fueron tomando sus lugares para dormir, y como lo dijo Aome, todos en la parte mas grande de la cueva, pues no quería que Inuyasha malinterpretara las cosas, ella ya sabia que no le debía explicaciones a el, pero creía que las cosas eran mejor así; Miroku acerco su manta todo lo que Sango le permitió, Hakkaku y Ginta se durmieron cerca de Koga, el cual, estaba lo mas cerca que se podía de Aome, mientras ella estaba acostada con Shippo entre sus brazos el cual ya se encontraba dormido; Y a su cabecera, apoyado de la pared y abrazando a su espada, se encontraba Inuyasha, tan cerca de Aome que parecía que iban a dormir juntos; los limites de ellos, cada vez se acentuaban menos, lo cual molesto Koga, pero decidió no pelear, pues no quería hacer enojar a Aome que aun no se encontraba muy bien, y además tantos enojos le podrían hacer daño.
La noche iba cayendo más, y mas, sobre ellos, hasta que el cansancio venció a casi todos, incluso a Koga, el cual se había quedado contemplando a Aome sin ser visto, imaginando la vida que tendría a lado de esa hermosa miko del futuro, la cual le robo el corazón el día que la secuestro (?), y cuidando que Inuyasha no se le acerara más de lo debido por que si no lo conocería realmente enojado y eso no le gustaría; los únicos despiertos eran Aome e Inuyasha, la primera tenia la mirada perdida en el techo de la cueva, tratando de encontrar formas en las manchas irregulares del lugar mientras cantaba una melodía en su mente, una canción que su madre le cantaba cuando era pequeña para que se durmiera, y el segundo miraba a la miko pensando en los momentos de hacia un rato.

—Aome ¿Estas despierta?—pregunto Inuyasha en un susurro apenas audible para que solo la miko lo escuchase.

—Si Inuyasha, ¿Por qué?—musito la azabache en otro susurro.

—No por nada, solo quería saber—mintió el hanyo para no decir mas de lo debido para él.

—Inuyasha, ¿Que tienes? te siento raro—pregunto la miko al poner mas atención al aura que lo rodeaba.

—Aome ¿Te puedo hacer una pregunta?—pregunto el hibrido fingiendo que no le importaba su respuesta.

—Si Inuyasha, que pasa—respondió Aome poniéndole más atención a sus palabras.

—Si no hubiese llegado cuando llegue, ¿hubieras besado a ese lobo?—pregunto Inuyasha, en su voz, había un tono de tristeza, aunque quisiera disimularlo su aura lo traicionaba y Aome se dio cuenta de esto.

—Inuyasha yo…—antes de acabar de hablar, Aome fue interrumpida bruscamente.

—Lo se Aome, yo no soy nadie para pedirte explicaciones, lo siento, no hare mas preguntas incomodas—se disculpo Inuyasha dándole la espalda a la joven sacerdotisa.

—No Inuyasha no es eso, es solo que me es difícil contestas, escucha, yo quiero a Koga—al escuchar estas palabras Inuyasha sentía como su corazón se encogía ante las palabras manifestadas—pero no de la manera en la que el quisiese, para mi el solo es como un amigo, así que no lo hubiese besado, de hecho, estaba a punto de voltearme, pero tu llegaste, he interpretaste mal las cosas-concluyo la joven recordando aquello últimos instantes.

—Lo siento Aome, creo que debería confiar mas en ti, lo lamento, es solo que no me gusta que ese idiota diga que eres su mujer, y que quiera besarte o abrazarte a cada oportunidad que se le presenta—al terminar estas palabras Inuyasha se sentía mas cómodo, pues ya había dicho lo que tenia que decir, y Aome se sentía alagada por que Inuyasha se preocupara por ella, de pronto Inuyasha reflexiono sus palabras y se sintió algo vulnerable por lo que su instinto le dijo que tenia que arreglar lo que hizo—Claro que no me importa su tu lo quieres, es tu decisión y no tiene nada que ver conmigo—compuso el hanyo que no sabia que decir.

—Gracias Inuyasha, eres una de las pocas personas que están al pendiente de mi, gracias por cuidarme, de todo y de todos, no importa cual es el problema tu siempre estas allí, sin importar nada, solo quería decirte eso, GRACIAS—susurro Aome, en ese momento sintió como una suave mano acariciaba su cabello suavemente.

-Yo siempre estaré aquí, para cuando me necesites, no importa que sea, yo te apoyare en lo que me pidas-dijo el hanyo mientras depositaba un suave beso en la frente de la chica sin pensar mucho en lo que hacia, por que estaba seguro de que si lo pensaba, no lo haría.

-Gracias Inuyasha, hasta que Naraku o el infierno nos separe-dichas estas palabras, Aome serró los ojos para dormir profundamente, pensando en las palabras que el hibrido le había dicho, y aquel beso en su frente.

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Jejejeje, querian mas??? Lo siento, no hiba a ver un lemos con todos mirando en la cueva, o si???,
Espero que les haya gustado...Besos a todos.

 

Re: "Tu amor es mi destino"

------------------------------Capitulo V……………………………………….

El sol se asomaba poco a poco en el horizonte, lo que significaba que avía comenzado un día nuevo, libre de problemas y conflictos, los rayos del sol despertaron al hanyo que estaba muy cómodo como estaba, y se sorprendió de ver lo que estaba tan cerca de el, era Aome, la cual seguía dormida, estaba tranquilamente recostada en sus piernas y aferrándose a su brazo, suavemente deslizo su mano sobre el rostro de la joven, era imposible no notar su belleza que radiaba mas con el sol en su piel, era tan hermosa, lastima que el no podría estar con ella, Aome despertó con el suave rose de Inuyasha y le dedico una de sus sonrisas preferidas, había felicidad, y una nota traviesa, en fin, era perfecta para Inuyasha.

—Buenos días Inuyasha—susurró la joven, para no despertar a los demás.

—Hola, Aome—susurró a se vez Inuyasha, al momento que la chica se erguía, acomodando a Shippo entre las cobijas, y se ponía de pie seguida por Inuyasha; ambos salieron de la cueva que estaba situada dentro de la cascada.

—Inuyasha, que te parece si preparamos el desayuno—preguntó la joven mientras se agarraba del brazo del hanyo.

—Lo que tú quieras—le dijo Inuyasha al momento que la subía ágilmente a su espalda y bajaba por la montaña sin prestar atención al panorama que tenia enfrente, solo veía intensamente hacia el suelo rocoso del camino.

Ambos recolectaron varias y diferentes frutas, que se hallaban en los arboles de los alrededores, pescaron o mas bien lo hizo Inuyasha, pues los peces eran demasiado veloces para Aome, casi no hablaban, mas bien disfrutaban del tiempo que tenían para ellos, cosa que siempre era un dilema, pues eran acompañados por un monje libidinoso, una exterminadora muy observadora y un zorrito un poquito insolente, y se eso no bastara, estaba Naraku, con el que tenían que lidiar en cada batalla, y una sacerdotisa que en realidad era un cadáver andando, la cual era la dueña del corazón de Inuyasha, y no tanto por amor, si no mas bien por compromiso, y a veces, un lobo que se creía el dueño de Aome. Así que sus ratos juntos se reducían hasta casi ser nulos.

Aome estaba encantada con aquel mitad demonio, mitad humano, que no cavia de felicidad ella misma, pero entre toda la felicidad por estar con el, se hallaba un profundo pozo de dolor, pues sabia que al final el no le pertenecería mas, el tendría que irse con Kikyo y nunca lo volvería a ver. Si es que no eran vencidos por Naraku antes de, pero aun así ella no estaría con el amor de su joven y corta vida. Por su lado Inuyasha estaba atónito de que aquella joven azabache lo quisiera como ella le decía continuamente, le era casi imposible aceptar, como lo perdonaba una y mil veces, a ella no le importaba nada de lo malo que el asía, solo parecía que le importaba estar con el. Era casi increíble que aquella hermosa mujer estuviese enamorada de el, el no se creía tan especial como para llamar la atención, pero por una extraña razón aquella niña de ojos café claro lo quería, y no solo por lo físico, si no mas bien por quien era el en realidad, por sus sentimientos, ella era perfecta, sin embargo el no podría estar con ella, pues el se iría con Kikyo al infierno, y ella se iría a su época, y se casaría con aquel chico de su época, Hoyo, lo cual no le agradaba en lo mas mínimo.

—Aome eres increíble, no sabia que fueras tan buena cocinando—elijó el hibrido, mientas contemplaba el manjar que ella hico, era un coctel de varias frutas, jugo de naranja y pescado.

—Si bueno, tome varios cursos, la última vez que estuve en mi época, pues no te agradaba mi forma de cocinar, además tome un curso de primeros auxilios, para estar preparada en cualquier situación—dijo la joven mientras recordaba el sin fin de cosas que hacia cuando estaba en su época, todos los cursos e investigaciones que hacia.

…………………………Dentro de la cueva…………………………………………………

Un lobo se despertaba con mal humor, al no notar la presencia de Aome ni de Inuyasha, ya había armado tremenda revuelta dentro de aquel lugar, despertando a todos como consecuencia.

—Por que es tan difícil, para ese chucho, entender que Aome es mi mujer y no debe estar con ella sin mi consentimiento, no le basta con viajar con ella todos los días, mi mujer debe estar a mi lado no al suyo—dijo furioso Koga, mientras golpeaba la pared con el puño serrado y rompía parte de esta.

—No debería decirte esto Koga, pero no debes fastidiar tanto a mi amiga Aome, o si no un día de estos terminaras hartándola, y te mandara al carajo, mas vale que no seas tan berrinchudo, si ella quiere estar con Inuyasha, sinceramente, ese es su problema, no el tuyo, créeme que es fastidiante que le recalques y le recrimines una y otra vez el por que de estar con Inuyasha mientras el va detrás de Kikyo, que no vez que eso en vez de ayudarla, solo la hace sufrir mas, así que por favor compórtate como un hombre por primera vez en tu vida—todos se habían quedado perplejos al escuchar las palabras de Sango, la cual aun no había terminado, solo necesitaba de un respiro para calmarse y pensar en sus siguientes palabras—escucha, esto es lo que aremos, saldremos de la cueva, y actuaremos normalmente, como si nada pasara ok—y sin esperar ninguna salió de la cueva, con Miroku y Shippo detrás de ella.

—Buenos días Aome, Inuyasha—saludo la exterminadora cuando llegaba hasta donde se encontraban conversando ellos.

—Buenos días Sango—saludo Aome cortésmente mientras veía como su amiga se acercaba con paso ligero, sabía que tenía algo pero no quería abordarla incómodamente así que siguió como si nada.

—Mmm que bien huele eso—dijo Miroku mientras se sentaba alrededor de la manta donde estaban los alimentos, la brisa del lugar era exquisita, puesto que estaban cerca de donde desembocaba la cascada, la cual se transformaba en un lago pequeño y rocoso donde caía el agua, era un lugar realmente hermoso.

—Wow Aome, cada día cocinas mas bonito…gracias—dijo Shippo mientras tomaba un trozo de fruta picada y la llevaba rápidamente a su pequeña boca.

—Óyeme enano mocoso, no le des todo el crédito a ella, yo también ayude—dijo Inuyasha ofendido, pero como Shippo lo miraba con escepticismo Aome decidió intervenir antes de que empezara una típica pelea.

—Es verdad Shippo, Inuyasha me ayudo con el desayuno—mientras decía esto le regalaba una linda sonrisa a este ultimo, al principio el hanyo e la sostuvo, pero al temer que lo pudiesen ver miro rápidamente hacia otro lado.
—Bueno días—saludo Koga, ocultando su disgusto, después de reflexionar las palabras de Sango.

—Buenos días a todos—saludaron Hakkaku y Ginta los cuales estaban detrás de Koga como siempre y se pararon a su lado mientras el se detuvo.
—Buenos días chicos—saludaron casi todos al unisonó cuando oyeron a la pequeña manada.

—Vamos, siéntense, el desayuno esta listo—invito Aome mientras hacia un ademan con la mano para que así se sentaran.

—Gracias señora Aome—dijeron el par de lobos mientas agarraban un pedazo de pescado y se lo metían a la boca rápidamente y lo saboreaban.

—Es una suerte que usted este aquí, si no fuera por usted, de seguro no comeríamos tan bien—dijo Ginta sin darle crédito a lo que decía y continuaba comiendo.

Todos comieron muy a gusto los alimentos que Aome e Inuyasha habían preparado para ellos, el bullicio se hacia evidente, todos platicaban de sus aventuras mas recientes, otro se disculpaban por actos de infidelidad (a que no saben quien) y Shippo ya había comenzado a jugar con las flores que se hallaban esparcido por el pasto, así transcurrieron los minutos, que se transformaron en poco mas de 1 hora.

—Bueno creo que es hora de que nos vallamos, los fragmentos de shikon no se encontraran solos—dijo Inuyasha, mientras se ponía de pie con mucha agilidad, aquella agilidad que le caracterizaba y lo hacia ver bien.

—Por que no se quedan un poco mas, de seguro han de estar cansados por su ultima batalla, además creo que Aome debería relajarse un poco, amenos que tu te quieras ir y la dejes, y en un par de días yo te alcanzo—lo ultimo que dijo molesto al hanyo, que ya estaba a punto de pelear, pero se vio interrumpido.

—Inuyasha, por que no nos quedamos un poco mas, además Sango y yo nos queremos bañar, además estaría bien ¿O no?—pregunto la joven sacerdotisa que había adoptado un poco de pereza al pensar en el largo viaje que le esperaba si partía en ese momento.

—Esta bien, pero partiremos mas al rato ok—dijo en tono serio el hanyo y aunque no le agrado la idea, tuvo que aceptarla sin decir nada.

—Gracias Inuyasha—dijo Aome mientras depositaba un pequeño beso en la mejilla del hanyo sin importarle quien la viera o lo que pensaras, ya era hora de dejar de vivir de estereotipos y trivialidades—Sango, Shippo a bañarnos-dijo felizmente la chica, después de esto de encamino al agua cristalina de la cascada.

—Pero Aome, no quiero bañarme, yo estoy limpio—decía el pequeño zorrito mientras arrastrava sus piernitas en la tierra.

—Por que no, todos ustedes van a dar un paseo, y regresan en 2 horas—dijo la exterminadora al reflexionar algunas cosas mientras veía el rostro del monje Mirokucu.

—Sango tiene razón, lo mejor será que se vallan, y no espíen—dijo Aome, mientras miraba a Miroku.

—Yo nunca haría eso mis queridas señoritas—se escudaba este con voz inocente y una mirada de ángel.

—Miroku, todos sabemos que eres un pervertido de primera, mejor vete a otro lado, y no molestes—dijo el pequeño zorrito mirando al monje.

—No se preocupen, yo cuidare que este Monje libidinoso y pervertido no se acerque, ni el ni ningún otro—dijo Inuyasha, dando a entender que tampoco Koga se acercaría aunque quisiera.

—Gracias Inuyasha—grito Aome, mientras los 5 partían hacia el bosque, aunque Miroku era mas bien arrastrado por Inuyasha.

—Vamos Shippo quítate esa ropa, tienes que bañarte—dijo Sango mientras acercaba sus manos a él.

—Pero Sango, no me gusta bañarme, además estoy limpio—se excusaba el zorrito.

—Por supuesto que no, mira toda esa tierra—decía Aome mientras metía al zorrito al agua.

Sango y Shippo ya se habían acabado de bañar, pero Aome seguía en la cascada, pues le era relajante la caída del agua sobre sus hombros, además le daba tiempo para pensar en las cosas que había pasado últimamente.

—Aome, Shippo y yo iremos a dar un paseo por los alrededores, te importa que te dejemos sola, o te esperamos—preguntó la exterminadora que ya hasta se había peinado.

—No te preocupes Sango, vallan, yo todavía quiero estar en el agua, solo asegúrate que Miroku no este cerca—se burlo Aome.

—Si, lo se, con ese Monje ya no se sabe—dijo Sango riéndose-bueno nos vemos en un momento-concluyo la castaña.

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Bueno chicas, aqui les traje el capitulo V 1887 palabras jsjsjs, entrare a la prepa este Lunes así que me cambiare de casa para tener serquita al CCH Oriente, jsjsjs, estoy feliz y triste a la vez, tendre que dejar a mi family (Pasenme los pañuelos) Asi que no se que tan seguido me conectare, pues nbo todos los fines de semana vendre a mi casa, y los civers "fuchila" no me gustan jsjsjs...vere que puedo hacer.
Les mando un beso a todas y cada una de las que leen mi escrito; en especial a Aomecita que siempre es la primera en postear (Espero que siga asi).
Bueno me laro, mi madre quiere que ya me duerma jsjsjs Sayonara.