Mie Tsu

Hideyoshi Soga 曽我秀吉

En la Casa Abandonada

—La señorita Kana es muy capaz. La he conocido brevemente, pero estoy convencido de que podrá ocuparse del tema del informante en caso de que aparezca antes de lo conveniente. En relación a los otros poblados, es entendible la preocupación, y es justa esa certeza. No podemos fiarnos que por ser parte de la prefectura sencillamente responderán, en este caso por ejemplo, a Toshiro. Pero al ser mucho más débiles en recursos y capacidades militares no me preocuparía demasiado de ellos. Mientras podamos conseguir el apoyo de la Casa Feudal principal tendremos a disposición lo mejor de la prefectura. Y por último, lo de Kawa utilizando hitodamas para herir a sus enemigos es algo que sencillamente me deja anonadado. Es más peligrosa de lo que parece, deberemos buscar una solución a ello más rápida entonces.

Hideyoshi no quería dejar de atender las necesidades del clan, pero si la audiencia no iba a realizarse hasta el siguiente día su presencia puede que fuese prescindible.

—Una cosa más, mi señor— refiriéndose nuevamente a Takeda—. Mi intención es poder acompañarlo a la audiencia con Toshiro, pero si no se hará hasta el siguiente día, me gustaría solicitarle permiso para recorrer Tsu. Estaré investigando la localidad... y también buscando un poco de sake para mi estómago.

Contenido oculto: Posible movimiento

Si Takeda acepta, entonces me muevo de la Casa Abandonada hacia el Santuario

 

Puerto (Mao; Kenzaburô; Heya )


El niño miró a Mao con curiosidad; no le causó miedo, sonrió hacia ella —Quinto día; del quinto mes; es sencillo porque ambos son en número cinco— dijo extendiendo su mano con sus cinco dedos abiertos, después se quedó pensando unos instantes —Día del Sol, domingo; el año no se pronunciarlo, Heian— recitó como si Mao lo estuviera poniendo a prueba, estaba avergonzado de no poder pronunciar el año —era de paz y tranquilidad— dijo como si aquello fuera un extra que compensara el no poder pronunciar el año.
Señaló a las tortugas —¿Tú sabes la historia del joven pescador, Urashima Taro?— fue él ahora quien retaba a Mao con una pregunta; estaba orgulloso de lo que sabía.

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Mercado Daruma (Yuzuki)

El hombre la miró preocupado —Creo que no debemos pensar en malos augurios, bien dicen que una mala acción corre mil kilómetros —le entregó su flauta; el trabajo en ella era muy bonito —Es mejor que la música muestre el camino, normalmente suele se uno de tranquilidad — El hombre estaba satisfecho, aquella venta se había logrado.

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Casa abandonada (Takano; Takeda; Ukita; Kuroki; Misato; Hideyoshi; Kohaku)
Exterior

Esta vez el ataque de Kuroki no le provocó nada a Takano, el impacto de su puño con él parecía haber sido de mano limpia hacia un muro de piedra —Por eso no me gusta dar halagos, no me hagas creer que ese primer golpe fue por pura suerte— dijo en su habitual tono de voz poco expresiva; esta vez el golpe de Takano en el costado de tu pecho se sintió con mayor intensidad —Vamos niño, un último intento— dijo colocándose en una posición de defensa; los movimientos de Takano eran muy pulcros, su técnica de pelea callejera parecía demostrar mas su porte de guerrero que él sosteniendo un arma.

Contenido oculto: Estadísticas de Takano

Estas estadísticas las puedes encontrar en el tema de personajes no jugadores:

Takano= nivel 4
Fuerza= 17
Protección= 13

(Takano te está entrenando así que el no tirará dados, sólo atacará y defenderá con los atributos marcados arriba)

Interior

Takeda afirmó hacia Hideyoshi —Tu formalidad es abrumadora, ya tiene tiempo que no me hablan de ese modo y he perdido costumbre — suspiró nuevamente mientras tallaba sus ojos —Me acompañarás mañana a la audiencia; yo esta noche iré al Shukusha del barrio viejo a descansar a recomendacción de Kuroki; puedes retirarte a buscar alimento y bebida amigo mío; procede con cuidado. No quiero mas incidentes dentro de esta Ciudad, ahora menos que estamos en buenos términos con su líder— Takeda se levantó dirigiéndose hacia Hideyoshi antes de que este se fuera de la casa —Soga no Hideyoshi; permíteme considerarte parte del clan Minamoto de ahora en adelante; agradezco enormemente la fuerza que nos has brindado—

Después de la interacción con Hideyoshi; Takeda se enfocó en Kohaku quien había entrado con Matsuda y Fuji, el joven comenzaba a realizar un tratamiento en Matsuda; quien parecía estar aterrado de las sanguijuelas mientras Fuji observaba preocupada.
Kohaku comenzó a murmurar una canción, esto provocó al instante el llanto de Fuji, quien había estado muy sensible desde que se anunció el envenenamiento de Matsuda, sujetó la mano de su esposo con firmeza mientras el sonreía hacia ella con un cariño propio de dos almas que se amaban incondicionalmente.
Takeda observaba el procedimiento perplejo, parecía que su mente viajaba a otros tiempos. Matsuda sentía la mordida de cada una de esas criaturas adheridas a su piel, al principio no fue placentero pero después de unos instantes no se sentía dolor o incomodidad alguna.
Fuji no pudo evitarlo, abrazó a Kohaku con fuerza —Gracias por todo esto que has hecho para ayudar a Matsu— seguía llorando. Ukita avanzó a un lado de Takeda, colocando su mano en su hombro —¿Cómo era aquella frase de Sugita-sensei?— preguntó Ukita con una sonrisa hacia Takeda quien no despegaba la vista de Matsuda —El cielo no pide permiso para llover— pronunció Takeda dejando escapar unas lágrimas ante aquella escena.

La habilidad de Kohaku era muy buena, con ese tratamiento había cancelado los efectos del envenenamiento antes de que el efecto fuera irreversible.

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Santuario (Hideyoshi)

El santuario era un lugar muy hermoso; aún poseía aquel arco que indicaba la entrada a un templo sintooísta; pero en su interior no había nadie, el jardín que adornaba los alrededores estaba vacío, no había olor a incienso, no había papeles de origami.
Un hombre estaba de pie en las escaleras que daban hacia el templo, clavó su mirada sin emociones sobre Hideyoshi para poder avisarle —La sacerdotiza no puede atenderlo; en estos momentos está en meditación con el Dios Mara— bajó un escalón —Vuelva esta noche si desea escuchar sus palabras—

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• Misato
• Natsu
• Kuroki
• Kohaku
• Mao
• Kenzaburô
• Hideyoshi
• Heya
• Suzume
• Yuzuki
• Daichi

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• Takeda
• Takano
• Ukita
• Matsuda
• Fuji

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Contenido oculto: Música

Kobayashi Masuyo
Mao "Ryouma"
En el Puerto


Observó sorprendida las respuestas del pequeño, y su estupefacción fue mutando con suavidad a una risa melodiosa, como el murmullo de flores en primavera; mejillas sonrojadas, cubriéndose levemente la boca con la manga de su Haori gris opaco, que alguna vez fue blanco.

—Gotsukibare~, ¿ne? —"Buen tiempo; ¿no es así?" Podría ser alguna de las interpretaciones de la risueña frase que soltó Mao, que utilizaba la palabra "Mes de Mayo". Se acercó con lentitud al niño, como quien camina para no despertar a un bebé; para luego sentarse a su lado con calma, manteniendo unos pocos centímetros de distancia, para que no se incomodara el chico— ¡Vaaaya!, sabes bastante, ¿no? —exclamó con sorpresa, usando su tono grave normal, pero agudizando la voz en ciertos momentos, para sonar más "adorable y animada"; una forma de hablar que le inculcaron de pequeña. A pesar de su rostro claramente agotado debido a sus palidez, y sus ojos demacrados y ojerosos debido a la mala alimentación; no irradiaba debilidad ni enfermedad. No en ese momento.

—Creo que es más importante saber que domingo es el día del sol, más allá de la fecha en la que nos encontremos—. Volteó a ver el horizonte, apartando la vista del chico, pero sintiendo grata su compañía. Apaciguada—. Los años... cambian mucho, pero los días perduran igual. Te servirá más saber en que día de la semana estás, cual mes del año transcurres; que el año mismo de la historia que cruzamos —comentó con calma, lento para que el chiquillo no le perdiera el hilo, con voz comprensiva. No sonaba soberbia, ni parecía estar tratándolo como estúpido.

Urashima Taro... Sonrió nostálgica; claro que conocía la historia, pero tenía tantas cosas propias en su cabeza, que no recordaba la palabra de los ancestros... Dragones.

>>"Isla de Ura, Gran Brillo" —respondió a la última respuesta del chico con calma, observando las tortugas en la arena de la playa—. Se muchos cuentos y leyendas sobre tortugas, o similares animales... pero... creo que la de ese tal Urashima Taro no está en mi repertorio —dijo mientras su vista se volvía más y más nostálgica, y su voz extrañamente maternal.

Volteo a ver el niño, con una sonrisa pacifica, que solo ojos expertos notarían la tristeza; y el niño podría ser un maestro en comprender las miradas, pero Mao; al cerrar los ojos, mostrando la leve hilera de dientes algo amarillentos, se notaba que estaba feliz con el asunto. No transmitía pena, ni peligro; solo calma y algo de alegría nostálgica.

—¿Me harías el favor de contármela, pequeño? Estaría muy agradecida con tu gran amabilidad, pues parece una historia muy interesante. Dudo que algún otro pueda contármela, ¿no? —halagó con algo de picardia al final.

Cerró los ojos, inclinando la espada y cabeza hacia atrás, apoyada por sus brazos; sintiendo el calor del sol, y la brisa del mar.

>>Aunque... si otro la supiera, solo me gustaría oírla de ti.

 

Misato Aoyama

La mañana transcurrió sin mayor novedad, en compañía de Kuroki velamos por la seguridad de un herido Takeda, quien reveló haber sostenido un enfrentamiento con la mismísima alma de Chikusa. Mi preocupación por lo que pudiese conseguir en Tsu en medio de la noche aumento, sabía que debía cuidar mis pasos incluso de fuerzas demoniacas.


Tras una larga espera Ukita regreso sin embargo no estaba solo, un hombre mayor de rostro y aire formal hizo acto de presencia ¿De quién se trataba? El sujeto se presentó como un ser de gran elocuencia, parecía unos años mayor a Kenzaburo; Hideyoshi...parecía alguien más en búsqueda de Takeda y el clan Minimoto, saludé rápidamente con una reverencia pues parecía tener prioridad a proponer ideas con Takeda.Takano por su lado invito tanto a Kuroki como a mí a un entrenamiento rápido en el exterior de la casa, se trataba de un combate a puño limpio;apenas recordaba la última vez que libré combates de ese tipo...

—Esfuerzate Kuro...—anime a Kuroki cuando senti su mano en mi hombro el había tomado la iniciativa, el niño parecía tener buena movilidad y tecnica aunque su oponente era de mayor experiencia podía decir que era un guerrero prometedor.

—¡Vamos Kuro!—volvia a animar al albino por instinto, un instinto que una sensei atenta podría tener con su joven aprendiz, hacía tiempo que no sentía algo así.

—Me pregunto si...—observe entonces mis manos, años de entrenamiento en aquel Dojo Taira esculpieron una habilidad con la espada, pero ¿Estarían mis puños a la altura? ¡Debía intentarlo si quería seguir avanzando!

 

Puerto (Mao; Kenzaburô; Heya )

El niño le sonrió con mucha emoción y la invitó a mirar a las tortugas —No soy buen contador de historias como mi abuelo; pero daré lo mejor de mi — sus manos se movían a velocidad, no podía contener las ganas de contar la historia, a su vez no sabía como empezar, dió un par de golpecitos en sus cachetes mientras se preparaba —¡Esta es la historia de Urashima Taro! —gritó con fuerza, como si aquello lo estuviera contando a una audiencia enorme —Un joven pescador de corazón honesto y curiosidad muy grande —señaló a las tortugas —él salvó a una tortuga que estaba siendo golpeada por niños tontos; la quitó de las manos; no, la compró, si; para luego liberarla en el mar —se sintió avergonzado pero continuó —Al día siguiente se fue en su bote a navegar cuando una tortuga lo llamó por su nombre— dió un brinco a la derecha —¡Urashima Taro! gritaba la tortuga a un joven que dormía en el bote— dió un brinco a la izquierda —¿Has dicho mi nombre? preguntó Urashima muy confundido. La tortuga afirmó y le dijo que lo llevaría al reino del rey dragón del mar— hizo una pausa dramática para ver la reacción de Mao, después continuó —Urashima aceptó y se trepó en la espalda de la tortuga quien lo llevó a gran velocidad por todo el mar para llegar a la puerta Ryugu-jo; dónde Urashima pudo ver el gran tejado del palacio del rey del mar. Al descender lo trataron como un heroe, Urashima no sabía por qué hasta que apareció una hermosa mujer— dió un brinco hacia atrás —Urashima Taro, me encanta darte la bienvenida al reino de mi padre. Dijo la princesa —miró a Mao mientras decía esto para ver su reacción —Ayer liberaste a una tortuga, por lo que mandé por ti, pues yo era aquella criatura ¡Yo seré tu esposa y viviremos felices para siempre! Dijo la princesa mientras Urashima aceptaba; el reino del mar hizo una gran fiesta para los novios y bebieron... —se acercó a Mao y susurró —....sake....—como si aquella palabra fuera una prohibida—Pasaron tres días y Urashima recordó a sus padres ya viejos, que deberían estar muy preocupados por él; por lo que le dijo a Otohime-sama que debía volver; ella trató de convencerlo a quedarse pero Urashima insistió, porque el deber con los padres siempre es primero. Otohime-sama le entregó una caja; la cual jamás debería abrir porque algo malo sucedería —se detuvo un momento —No entiendo para qué le dió la caja— dijo confundido y molesto, después prosiguió —Cuando Urashima regresgó a su pueblo; todo era distinto. Cuándo fue a su casa sus padres ya no estaban y el hombre que ahora vivía ahí pensaba que aquel hombre estaba loco, pues el único registro de un Urashima aro era de un joven de veinticuatro años que vivió allí hace trescientos años— dijo sorprendido— Urashima tardó mucho tiempo comprendiendo lo que sucedía; pobre Urashima; triste vino a una playa como esta, ya no sabía como volver con Otohime-sama; y tampoco tenía a nadie en esa tierra extraña. Así que abrió la caja, volviéndose viejo al instante, para después morir en la playa —dijo solemne juntando sus manos en oración; después miró a Mao —Mi abuelo dice que la lección aquí es que nunca debes desobedecer a aquellos más sabios que uno, pues la desobediencia es el inicio de todas las cosas malas y tristez de la vida— miró nuevamente a las tortugas —Yo no entiendo para que le dió esa caja si ella lo amaba— dijo confundido — mi abuelo dice que soy muy chiquito para entender—

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Casa abandonada (Takano; Takeda; Ukita; Kuroki; Misato)
Exterior

Takano escuchó que Misato salía a apoyar a Kuroki —Luego entrenaré contigo; pero no me detendré. Estos golpes son enseñanzas, del dolor nace la experiencia— dijo sin quitar la vista de Kuroki; jamás quitaba la vista de su oponente.

Contenido oculto: Estadísticas de Takano

Estas estadísticas las puedes encontrar en el tema de personajes no jugadores:

Takano= nivel 4
Fuerza= 17
Protección= 13

(Takano te está entrenando así que el no tirará dados, sólo atacará y defenderá con los atributos marcados arriba)

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Shukusha (Daichi;Kohaku)

Kagami dejó pensar al joven que había entrado con anterioridad, después se giró ante el nuevo que entraba, encajaba con la descripción que le había dado su hijo en la mañana; a diferencia de su hijo ella no se asustó, tenía mas experiencia —Muy buenas tardes joven viajero; ¿ha venido a nuestros baños a refrescarse de el día tan caluroso? ¿O acaso desea una habitación en nuestro humilde hostal? También ofrecemos espectáculos kabuki por la noche si es que desea una buena presentación— dijo nuevamente para Kohaku al igual que había hecho con Daichi.

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• Misato
• Natsu
• Kuroki
• Kohaku
• Mao
• Kenzaburô
• Hideyoshi
• Heya
• Suzume
• Yuzuki
• Daichi

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• Takeda
• Takano
• Ukita
• Matsuda
• Fuji

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Kobayashi Masuyo
Mao "Ryouma"
En el Puerto

Mao lo siguió en silencio; su rostro calmado casi expresaba indiferencia, pero en este caso era a todos los problemas que pudieran surgir alrededor: estaba centrada en el chico, y estaba feliz de poder ver esa alegría y hasta esperanza en ojos infantiles... Probablemente tenía una edad entre la de Kimura y Hiro.

Miró a las tortugas en cuanto el pequeño las apuntó, para sonreirle con suavidad risueña en cuanto exigió nuevamente su atención. Asintió en afirmación ante la leve confusión entre "quitar" y "comprar", no se vio molesta o decepcionada ante el pequeño error, simplemente comprensiva. Le agradaba con la energía que interpretaba el cuento; un torbellino de ideas... como una mariposa que revoloteaba alegre por un prado, dándose un par de vueltas indecisa, pero siempre manteniéndose con gracia en el viento.

—¡Wow! Ella era la tortuga —respondió en cuanto hizo la super revelación, que en realidad se la veía venir, pero la ternura que le transmitía le hizo soltar una genuina exclamación de asombro. Los pequeños siempre la asombrarían. Cuando el chico se acercó tanto, todo su ser se tensó; no le gustaba las confianzas repentinas, pero él era tan solo un niño, por lo que reaccionó pacíficamente; mostrando un rostro silenciosamente anonadado al escuchar la palabra "Sake", ultra-hiper-mega confidencial. Estaba bien, Kenzaburo también parecía mencionar con cuidado aquella palabra frente a ella; soltó una risilla suave tras la manga de su haori.

Al escuchar el final, se mostró nuevamente sorprendida sin una sonrisa, aunque no necesariamente molesta. Mientras escuchaba las palabras finales del chico, apaciguó toda su expresión en una sonrisa compasiva, relajando todos sus nervios.

Tortugas y viejos, ¿eh? Era una historia que podía calar hondo en tipos como Kenzaburo y ella, si no estuvieran acostumbrados a mostrar la debilidad más peligrosa: ira o avaricia.


—Es una historia muy... realista —comentó Mao con tranquilidad, para luego llevarse una mano al mentón, sosteniendo su codo con la otra, exagerando con naturalidad sus expresiones; para que el niño entendiera sus emociones—. Uhmmm... Familia, desobediencia... Cosas malas, la vida... —soltó una carcajada, algo cohibida—. Son cosas difíciles de entender, ¡pero no imposible! —abrió los ojos, mirando con ternura al pequeño, reflejado en sus ojos color sol.

>>Es... complejo, entender el amor. Cuando sientes que quieres a alguien que no es igual a ti, que es distinto; casi como si de otra criatura se tratara, entras en un dilema, una duda, confusión y caos —hablaba con suavidad y lentitud, observando el rostro del pequeño en busca de algún indicio de duda—. En un momento de nuestras vidas, debemos elegir entre lo que amamos y nuestra familia. Con "familia", hablo de los ancestros —enfatizó en la nueva palabra—, de aquellos que nos cuidan desde hace muchos, muchísimos años, pero somos incapaces de ver o tocar; pero los sentimos a través de nuestra sangre y alma, porque somos hijos de aquellos viejos que alguna vez vivieron.

Se acercó un poco al chico, observando las tortugas.

—Las tortugas viven muuuchos más años que los humanos, por eso son más sabias. Urashima vivió al lado de una chica muy sabia, por lo que a pesar de que sintió que pasó tres días con ella, en realidad fueron años; los mismos les pasa a notros los jovenes, viviendo con los adultos. La chica, seguramente al darle la caja, permitió que el chico pudiera volver a su tierra natal; reencontrarse con sus ancestros: Pero cuando conoces lo nuevo, pero también anhelas el pasado... Simplemente no puedes quedarte con ambos. Urushima y sus familiares serían lo que conocemos, la chica tortuga y el Kimi del mar, serían lo desconocido; aquello al inicio parece extraño, a veces atemorizante o incluso vulnerable, pero al final nos cegamos por lo maravilloso de conocer algo que nunca hemos visto.

Miró nuevamente al chico, sonriendo apenada.

>>Lo siento, creo que en verdad es algo difícil de explicar —dijo acuclillándose frente a él, a la altura de su rostro, para acariciar con suavidad y cariño su cabeza—. Cuando somos pequeños, debemos escuchar a los viejos. Cuando somos grandes, debemos saber respetar a los viejos, y valorar lo nuevo. Yo creo que eso es lo más importante de esta historia.

Volvió a erguirse, estirándose para desperezarse.

—... Mis amigos me llaman Mao; significa "Hilo de la verdad" —le explicó al niño—. Me llaman de esa forma, porque a través de mis historias, busco encontrar la verdad tras las acciones humanas. No siempre lo logro, mucho menos sale bien; pero amo seguir intentándolo —comentó con cierta alegría nostálgica en su voz—, pero mi nombre de viajera es Ryouma; significa "Caballo dragón", suena imponente, ¿verdad? Aunque los dragones son seres muy pacíficos, como notarás en la historia. El emperador del mar era un dragón de agua; él no juzgó al humano por ser humano, y permitió que se quedara con su hija, que era una tortuga... —Mao frunció el ceño con un sonrisa, y agarró una de las mejillas del pequeño, tirándola con extremo cuidado para que no llegara a dolerle, solo mosquearle un poco—, pero no se te ocurra irte con una tortuga, ya escuchaste lo que ocurrió con Urashima; ¡Y mucho menos bebas Sake con ella! O si no pasarán 300 años y cuando te des cuenta, será demasiado tarde.

>>Lo que quiero decir —dijo al final, tras un suspiro y retomando la calma—. Es que me gustó mucho tu historia, pequeño. Me gustaría poder escuchar otra nuevamente, algún día. Yo también pudo intentar decirte una, si lo deseas, pero me tendrás que esperar hasta mañana... —Frunció su ceño, recordando algo importante—. ¿Dónde vives, pequeño?, ¿quién es tu abuelo? —después relajó la frunción, no queriendo parecer atemorizante, reemplazándola por una sonrisa—. ¿Te gustaría ir a ver una obra de teatro con canto y música? Tengo entradas, creo que podría invitar a tu abuelo y a ti sin problemas —ofreció sonriente y amable.

 

Hideyoshi Soga 曽我秀吉

En el Santuario

"Bueno, bien parece que no hay mucho que hacer aquí. Takeda me pidió especialmente en no hacer nada arriesgado hasta la audiencia, es mi líder, y hacer movimientos a sus espaldas sería una falta de lealtad, por más que yo considere que pueda sacar provecho de alguna situación".

Hideyoshi dio media vuelta y se marchó. El Santuario lucía hermoso, pero podía esperar.

Contenido oculto: Movimiento

Del Santuario al Shukusha

 

Daichi Nishimura

Esperé por un breve momento, mirando en todas direcciones, pero no aparecía nadie. "Quizás me equivoqué de lugar", negué con mi cabeza para mi, estaba seguro que era el único lugar de interés en esta zona de Tsu todo lo demás se veía... Desolado, inclusive para ser de la zona pobre de la prefectura. Suspiré, podría esperar no tenía ningún problema, pero en ese momento apareció una mujer que me daba la bienvenida con una gran sonrisa. Rápidamente me puse erguido y me incliné para saludarla, "Por los dioses, la visita a las catacumbas me ha sensibilizado", escuché todo lo que ofrecía en ese lugar mientras sonreía ligeramente, asintiendo de manera leve con mi cabeza, pero en silencio.

—Todo suena muy agradable, señora Kagami...—me detuve un momento para mirar la posición del sol.—Pero estoy interesado en otros asuntos, tengo entendido que usted es una persona de interés para aquellos que buscamos información sobre acontecimientos, personas o... problemas del lugar, ¿me podría brindar algunas?...—estuve a punto de proseguir, pero a través de mi visión periférica pude observar una figura que se acercaba. Por supuesto, esta vez no me sobresalté, es más, estuve a punto de soltar una carcajada por lo extraño de la situación, demasiadas casualidades, primero el chico huía a toda velocidad después de las catacumbas y ahora volvía a aparecer.

La mujer pasó ligeramente de mi comentario para atender al recién llegado, así que espere con calma a que terminara su interacción. El chico se giró hacia mi, su rostro oculto detrás de la máscara, pero en sus ojos podía notar que parecía feliz, yo lo saludé con la mano, "Ah cierto, nunca me dijo su nombre...", ignoré ese dato cuando empezó a hablar.

"Lamento mi ida tan repentina. Si gusta, podríamos conversar un poco luego de que me haya dado un baño... Huelo bastante mal, ¿verdad?"

Alcé levemente mis hombros en señal de despreocupación referente a su repentina huida y su olor.—No pasa nada, chico, hueles a puerto, en ciertas situaciones suele ser útil oler como los demás, más cuando eres un extraño en ese lugar, es más fácil que la gente te ignore.—volví a mirar el cielo, viendo como el sol seguía descendiendo, quería poder hablar con la sacerdotiza antes de regresar al puesto comercial del señor Taki, pero quizás podría esperar un poco.—Suena bien chico, intentaré esperar para poder conversar, aún no has respondido la pregunta que te hice en las catacumbas.—volví a girarme hacia la mujer que atendía el lugar, mis pensamientos se habían esfumado, ni tan siquiera recordaba en que punto me había quedado, bufé en mi mente por mi falta de atención al detalle, pero continué.—¿Ha sucedido algo de interés últimamente por aquí, señora Kagami?—

Contenido oculto

Gigi Blanche

 

Suzume

Miro al rededor de todo el pequeño local, si el tiempo retrocediera, Suzu podría ver todo el esplendor de aquellos objetos, como la copa de buda, algunos objetos aún conservaban su gloria y santidad. Adornos para el pelo y cinturones para el obi, Suzu estaba enamorado... pero gastar dinero a lo loco no podría ser.

-Okyakusama, busco tela, para hacer un bonito obi, ¿que tienes para mostrarme?-decía mientras observaba los balones de papel, había unos muy bonitos, quizá si le alcanzaba le regalaría alguno a Miko.-Es para interpretar a la dama de las peonias, en el shukusa no me dejan hablar de fantasmas, pero esta historia de amor vale la pena, y me complacería un obi con bonitas peonias... yo las haré por supuesto. Quizá, si hago tributo a los muertos, no me molesten nunca mas.

Suzu le sonreía al vendedor, esperando ganar un descuento con su verborrea-También estas invitado a ver el espectáculo por supuesto

 

Puerto (Mao; Kenzaburô; Heya )

El niño estaba muy feliz, las reacciones de Mao eran todo lo que había esperado —¡Mi abuelo es el mejor contador de historias de todo Japón! — dijo sonriendo ampliamente — las lecciones de sus historias son raras, y no sabía que las tortugas vivían por tantos años, pensé que eso era mentira —y negó mirando ala tortuga —no perseguiría a una tortuga por el mar; en cambio al dragón si, algunos pescadores lo han visto cerca y es por eso que yo espero aquí, así algún día podré contar su historia— miró hacia el horizonte —Mi abuelo se llama Shiryu y es dueño de ese puesto de pescado —dijo señalando un puesto que permanecía cerrado —hoy no trabajó porque es día del Sol; puedo ir a buscarlo a casa e ir a ese lugar, nos encantan las presentaciones — su tono era de alguien bastante ilusionado — Yo me llamo Kibo—

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Casa abandonada (Takano; Takeda; Ukita; Kuroki; Misato)
Exterior

El golpe impuesto de Kuroki a Takano no tuvo ningún efecto en él, Takano iba a regañar a Kuroki por distraerse al mirar hacia Misato en pleno combate, pero decidió hacerlo con sus puños mas que con sus palabras. Su mirada era de alguien que parecía estar a nada de gritar mientras extendía su puño directamente a la cara de Kuroki, sin ningún remordimiento de andar golpeando a un niño, pero Kuroki hizo que aquel semblante en Takano se convirtiera de enojo a asombro mientras Kuroki esquivaba aquel puño con mucha precisión, aquello no era suerte, era habilidad.
Takano se quedó con su puño extendido y comprimido, al enderesarse —Jamás separes la vista de tu contrincante— decía con mirada seria hacia Kuroki —Pero no voy a mentirte Kuroki, esta vez me has sorprendido — era la primera vez que Takano no le decía "niño" el día de hoy, Takano había reconocido a Kuroki como un guerrero —Cuándo lleguemos a Kamakura te entrenaré sin piedad; me has demostrado que puedes pelear, de ahora en adelante voy a exigirte cada vez mas de lo que has mostrado hoy— desvió la mirada y se cruzó de brazos —Bien hecho— aquellas palabras salieron con mucho trabajo de su boca.

Se giró hacia Misato y la señaló —¿Qué dices? ¿Entrenarás? —

En ese instante, Takeda, Matsuda, Fuji y Ukita salieron de la casa abandonada. Takeda miró a Takano y habló —Está comenzando a obscurecer, nos vamos al Shukusha esta noche; necesitamos un buen descanso y aseo— Takano afirmó ante su líder.

Contenido oculto: Estadísticas de Takano

Estas estadísticas las puedes encontrar en el tema de personajes no jugadores:

Takano= nivel 4
Fuerza= 17
Protección= 13

(Takano te está entrenando así que el no tirará dados, sólo atacará y defenderá con los atributos marcados arriba)

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Shukusha (Takeda; Ukita; Matsuda; Fuji; Daichi;Kohaku; Yuzuki; Hideyoshi)

Kagami se dirigió hacia Daichi primero —¡Muchaho! Hoy ha sido un día de muchas sorpresas, una es este joven a tu lado que espantó a mi hijo en la madrugada— se dirigió hacia Kohaku —Perdonaras a mi Seneatsu, aun no sabe lidear con la presión de cuidar un negocio como este; aquí no juzgamos a ningún viajero por su apariencia ni religión—se detuuvo en esa última palabra —A menos que creas en ese dios de la muerte que dice la loca sacerdotiza en el santuario del barrio moderno; esas si son tonterías. Los caminos en Japón son muy difíciles de recorrer y las personas llegan cansadas o lastimadas, llegar a un pueblo que sólo habla de muerte es malo para mi negocio— de nuevo se dirigió hacia Daichi — y mas ahora con las noticias de que un clan anda creando conflictos con el otro clan, creánme cuando les digo que aquello no traerá nada bueno, Japón volverá a tener constantes batallas, en una era que se suponía sería de paz— por un momento se quedó en silencio, algo raro en Kagami —Pero si hay algo constante en esta vida son los cambios — la mujer sonrió — Hoy ha sido un día de cambios, jamás había tenido este lugar tan lleno de gente y eso me hace muy feliz — dijo mientras observaba como Yuzuki volvía a entrar al lugar, ella era una clienta que ya conocía — Bienvenida nuevamente; pasa, que la noche se acerca —volvió a dirigirse a Kohaku —Puedes dejar tu ropa fuera de los baños; mis empleados la lavarán por ti, ellos teentregarán una yukata mientras terminan de lavar— miró a Yuzuki —mi niña, perdona el atrevimiento pero ¿Podrías mostrarle al joven dónde se encuentran los baños? Así puedo seguir atendiendo a este joven —dijo hablando de Daichi, a quien volvió a mirar —Le recomiendo no salir de noche; hay muchos ladrones sueltos últimamente— justo cuándo decía esto, Hideyoshi entró al Shukusha, Kagami estaba demasiado feliz de tener el lugar tan repleto —Buenas tardes — dijo hacia Hideyoshi —Me da gusto que decidiera volver a este....—
En ese instante mas personas entraban al Shukusha y Kagami no podía dejar de sonreir ante aquella imagen —He hecho algo bien esta semana para que los dioses me otorguen tal bendición; el día de hoy tendré el hostal lleno—
Takeda; Matsuda; Fuji y Ukita habían ingresado a aquel lugar, entre Ukita y Takeda pagaron por el hospedaje de Fuji y Matsuda los cuales se habían quedado sin dinero ese mismo día —Seguramente vendrán mas personas —dijo Takeda con una leve inclinación —Ha corrido el rumor de que este es el mejor sitio para pasar la noche; las personas no dejan de hablar del éxito que es este negocio en Tsu — esto hizo que Kagami se sonrojara —Pasen por favor; disfruten su estancia—

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Mercado barrio antiguo (Suzume )

El hombre sonrió ante Suzume —Si hay algo a lo que no puedo resistirme es que jovenes como usted mantengan viva la cultura local — el hombre le entregó distintos retazos de telas viejas pero bastante lindas, un poco deshilachadas pero nada que un buen dobladillo no pueda arreglar —Llévate la que gustes, esta irá por cuenta mia — dijo el hombre —Y agradezco tu invitación; pero debo volver pronto con mi esposa, no quiero que se encele de que fui a ver a una muchacha tan linda —rió mientras se asomaba por la puerta para mirar al cielo —No la retendré más en este lugar, está anocheciendo y este barrio no es bueno para andar sola; corra de nuevo al Shukusha señorita— dijo el hombre —Salúdeme a la señora Miko por favor —

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La noche había llegado a la Ciudad de Tsu; algunos seguían en las calles, expuestos a posibles eventos a desarrollarse en aquel misterioso lugar. Ambos mercados comenzaban a cerrar sus puertas, el barrio viejo se mantenía en su silencio habitual dónde Suzume seguía comprando. Natsu esperaba este momento para visitar el Santuario; mientras Mao, Heya y Kenzaburo paseaban por el puerto.

 

Natsu Gotho
♤ Mercado Daruma - Santuario

El fresco viento palpó sus mejillas, provocando que sus párpados se abrieran con parsimonia, pestañeando lentamente al ver el sol escondiéndose, escuchando el sonar de los puestos cerrarse y las personas marcharse. El ruido de la risa de los niños jugando, las mujeres hablando y los sujetos vendiendo se desvanecieron al ritmo en que él comenzaba a estirar los brazos, frunciendo levemente el ceño.

Se levantó de la madera en la cual estaba apoyado, revisando su kimono. Todo estaba en su sitio, nadie había osado robarle el dinero que él había estado hurtando, provocando una pequeña curvatura en sus labios después de bostezar. A paso lento se dirigió hacia el santuario. Esperaba que la mocosa no lo hubiese hecho vagar por ahí en espera de la noche a cambio de nada.

El estar caminando por las calles desoladas lo hizo sentirse tranquilo; el ruido probablemente lo perturbaba un poco más de lo que él creía, por muy irónico que fuese al poder dormir tranquilamente recostado en una esquina de los puestos ajenos, quizá el profundo sueño lo embriagó por el sonar calmo de las flautas.

Fresco.

Se detuvo ante las gradas hechas de roca, dando un vistazo hacia arriba, comenzando a subir por ellas con las manos enterradas en los bolsillos de su kimono, al tener su espada en su cintura, esperando encontrarse nuevamente a la pequeña mujer que despertó curiosidad en él.

"Si no obedecen por propia voluntad, lo harán eventualmente por temor"

¿Temor?

Él no sentía aquella sensación hace mucho tiempo.

 

Tanaka Heya
Fuera del Shukusha

Heya ríe internameente de los puntos que la chica aclaró, pensó en contradecirla, pero al parecer le gustaba contar y le habria cortado el rollo.

Utilitarismo, si. Bufó ante la idea de separar su pasado de su "ahora". ¿Acaso no se daba cuenta de que era el primero lo que hacia posible el segundo?. Él no era muy diferente, se acercó al forastero que pensó le seria más útil y seria más abierto a dar información, y, ciertamente, agradecía haber acertado y que aquella persona no se andara con rodeos.

Avanzó a su paso cuando ella soltó la última frase, lo cual lo hizo sonrojar y darse cuenta de que debió ser más precavido. Por suerte, para él, iba detrás de ella, de modo que no pudo verlo.

Camino a ???


Comprendió porqué le decían grandulón. No era solo su tamaño, su presencia invadía el espacio de modo que no era fácil de ignorar. A pesar de ello, Heya intentó continuar el camino en silencio.

-No se maten. Comentó la joven antes de avanzar al mercado, dejándolos a él y al grandulón
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-No pareces del tipo que les gusta matar por matar como para que tengan que prevenirte. ¿O si?-Lanzó Heya para iniciar la conversación.

...
...

-No hablas mucho, ¿cierto?

...

-¿Conoces Tsu?... -dijo en un último intento- Digo, alguien tiene que decirle que este no es el puerto que busca. Con suerte llegarán al puerto un poco antes del atardecer- dijo como despedida, para desviar su camino a las afueras de la casa feudal, lo suficientemente cerca para observar sin llegar a ser visto por la guardia. Era uno de los lugares en Tsu que no habia visitado aún, y no quería que fuera el último

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Contenido oculto

Me tomé algunas licencias con el personaje de rapuma, para cuando leas esto siéntete libre de responder(o no) de acuerdo a lo que hubiera podido pasar

 

Kobayashi Masuyo
Mao "Ryouma"
En el Puerto

Mostró un genuino rostro de asombro en cuanto el chico contó todo eso. Un asombro casi infantil; tan risueño como anonadado, provocando que terminara juntando las palmas en un solo aplauso, sonriendo ampliamente. Si hace unos momentos trasmitía una tranquilidad de arroyo, ahora prácticamente era un cielo soleado con nubes pasajeras.

—¡Fabuloso! —exclamó sin poder contenerse, con su tono de voz natural; algo grave, pero jocoso—. ¡Vaya, con que es un pescador! Me fascina el pescado, y el nombre de tu abuelo en verdad es muy bueno; ¿me podrías llevar con él? ¡Para comentarle lo de la obra! —finalizó con un tono más sosegado, pero la energía le brotaba por cada uno de sus poros. Había llevado las palmas juntas a un costado de su rostro, mientras inclinaba levemente la cabeza hacia su costado derecho—. ¿Por favor, Ki~bo~kun? —melodiosa, como si todo el rato estuviera a punto de entonar alguna canción.

Abrió los ojos, cruzándose de brazos, observando con cariño el rostro del niño.

>>Tienes un nombre hermoso, pequeño. Quién te nombró de seguro te atesora.

Y en cuanto vio lo que hizo el chico, volteó su rostro en busca de los de Heya y Kenzaburo

—¡Hey, chicos! —gritó con un vozarrón para nada femenino—; ¡Estén listos prontos, nos devolveremos al Shikusha en cuanto acabe acá!

¿Los estaba mandoneando? Claro que si; el grandullón se lo debía por salvarle el pellejo, y a Heya le convenía obedecerle... O eso creía ella, tal vez el chico conejo ahora mismo se sintiera el mas desventurado viajero. Mao soltó una risa nasal, amarga; más le valía a ese chaval, que apreciara estar bajo el resguardo de dos asesinos experimentados...

Espera...

Volteó a ver nuevamente a su maestro... ¡¿Dónde diablos se había metido el chico conejo?! Soltó un gruñido, frustrada. En serio esperaba que no se metiera en problemas.