Mie Tsu

Kenzaburô

El agarre lo tomó desprevenido, no por el fuerte agarre en su hombro sino porque no lo había sentido llegar. Mao, nuevamente, le sorprendía.

—¿Que ocurrió? —preguntó con voz ronca; hacía tres días que no descansaba bien y aunque su espíritu era persistente su cuerpo se resentía. La tomó de una mano y la inspeccionó desde su altura. Mao no tenía heridas a la vista y se veía saludable. Olía a fuego, a cenizas. —¿Alguien te atacó? —bajó mas la voz, casi imperceptible para él mismo. —¿Estás bien?

El regalo para ella podía esperar. No parecía buen momento.

 

Ashikaga Suzume

Suzume, lloró y cantó hasta que no tuvo ni aire en los pulmones, ni agua en su cuerpo, estaba agotado y triste. Sin mas remedio y recordando a su yurei humana, canino lento y con desgana hacia el shukusha. necesitaba té, arroz y silencio; tal vez se equivocaba pero dudaba encontrarla en aquel hostal.

Llegando a la casa que tanto tiempo le sirvió como "hogar", observo rostros desdibujados, por la hinchazón de sus ojos, se dirigió directamente al washitsu (lugar que hace de comedor) y espero a que Hiko-sama no le preguntara nada para poder comer en paz.

La decisión de Suzume estaba tomada, esperaría al hombre llorón, al único que tenia impregnada la sangre de Miko, necesitaba su versión, necesitaba descansar, necesitaba paz, necesitaba venganza y todo eso lo obtendría de aquel extraño demonio. En aquel momento Suzu sin su indumentaria de mujer quizá fuera un extraño para todos.

 

Mao "Ryouma"
Mercado Daruma

Contuvo nuevamente el aire en su interior, en cuanto Kenzaburo preguntó que había ocurrido. Desde que separaron, ella fue al Shuksuha, donde vio la presentación de Miko y Susume. Luego... Tensó los labios, empuñando su mano con fuerza en el hombro del mayor nuevamente, pero por un motivo diferente.

Desviando la vista al suelo, volvió a cerrar los ojos, ignorando de momento al tercer presente. La mano de Kenzaburo sobre la suya se sintió cálida, cuando de seguro era el viejo quién pasó más tiempo fuera, en la oscura noche. Se le oía cansado, y no era necesario mencionar la notable falta de baño. A pesar de lo ronco y tosco, notaba con facilidad la preocupación en su voz. No contestó de inmediato, para luego interrumpir su propio silencio suspirando. Sonaba agotada.

—Estoy... bien —respondió, el volumen de su voz era considerablemente más bajo, pero seguía siendo firme—. Creo... que deberíamos volver al Shukusha —Volvió callarse, y sus labios se tensaron conteniendo la creciente pena, sus cejas se fruncieron aún más intentando contrarrestar el sentimiento; aunque por tener la cabeza gacha, Kenzaburo solo podía ver su hebras negras, algo enmarañadas. No se había detenido a peinar su cabello al despertar, simplemente se arregló la ropa y salió en busca de Kenzo.

>>Debes bañarte, será un día largo, y esas pintas no nos ayudaran en nada. Vamos —sentenció al final, aferrando sus manos al brazo izquierdo de Kenzaburo, apegándose levemente a él. Mao no solía ser afectiva en público, por lo que aquel acercamiento podía significar dos cosas; pena o miedo.

 

Kenzaburô

Nunca había sido bueno con las palabras pero entrelazó las manos con las de ella y mantuvo una presión leve, como acentuando que él estaba allí. Era la única forma que tenía para transmitir lo que sentía y para darle seguridad.

—Un Taira está en esta ciudad. —habló despacio, casi en un murmullo mientras se alejaban de los artesanos. Kenzaburô ni siquiera volteó a ver los comercios. —El asesinato que aconteció aquí nos puso en su mira. Lo sé, no preguntes cómo.

El moño que usaba con su propio pelo estaba descuidado y amenazaba con deformarse. Las ropas y las pintas también llamarían la atención, Mao tenía razón.

—Agua helada es lo que necesito. Y ropa limpia. No te separas de mí hasta que lo tenga todo y luego nos marchamos. —se olvidó por unos momentos del grupo.

Takeda Minamoto.

Se detuvo en seco y con cuidado se desprendió del agarre y la tomó por ambos hombros. Incluso se puso en cuclillas para estar a su altura.

—No confíes en nadie del grupo. —silencio. No estaba seguro de compartir sus sospechas con ella. —Y lo más importante, está conversación se terminó ya mismo. —el tono y la mirada acentuaban sus palabras. Kenzo no hablaría más de ello hasta que lo considere necesario.

Para los curiosos del lugar seguro era un simple adulto con una niña. Nada fuera de lo normal, aún así Kenzaburô miró hacia los lados. Él no estaba seguro, pero alguien aún recordaría su rostro... esperaba que no.

—Llevame a asearme. Luego vamos por ropa. Nos reunimos con el resto. Y nos largamos... —lo último no lo dijo tan convencido. Prefería marcharse ella y él.

 

Shukusha (Ukita; Matsuda; Fuji; Takano; Misato; Kuroki; Kohaku; Yuzuki; Suzume; Heya )

Kagami observó a Heya mientras le preguntaba por nombres; se le veía preocupada, aquel era un pequeño ante sus ojos; así como varios de los que había visto en el transcurso del día anterior —Desconozco al que buscas; te recomiendo que no andes buscando problemas, Tsu ya no es seguro— dijo Kagami alejándose un poco de Heya para escuchar ahora a Kohaku, otro al cual consideraba un pequeño. Seneatsu se había ido hace un tiempo por lo que Kagami respondío al chico —Es seguro que los empleados ya lo han de haber dejado en tu habitación en estos momentos; perdona que tardaran tanto; no solemos tener tanta gente al mismo tiempo en el Shukusha— dijo sin la misma alegría que siempre mostraba a sus clientes.

Ukita; Matsuda y Fuji caminaban detrás de Heya para salir del Shukusha, y Ukita se detuvo al escuchar su nombre hace unos instantes, no se acercó; esperó a que Heya se alejara de Kagami para hablar con él en la salida del Shukusha; junto a Yuzuki y Takano —Veo que traes una misiva en tus manos, seguramente de Kahia ¿eres informante suyo?— dijo extendiendo su mano para recibir el documento.

Takano escuchaba a Fuji concentrado mientras giraba su cuello para masajearlo un poco; estaba adolorido pero sobre todo avergonzado de haber caído de un golpe y luego de recibir otro. La historia de Yuzuki comenzó a llenar ciertos vacíos en su memoria; recordando aquel llanto, el recordarlo lo hizo negar con la cabeza, jamás había escuchado tanto dolor, aquello le parecía un sentimiento muy incómodo —Siempre tratando de ayudarme Yuzu —dijo recordando su infancia —Pero sabes que estoy acostumbrado a recibir los golpes; no me afecta recibirlos por aquellos a los que protejo; me molesta haber perdido mucho antes de entrar al combate —dijo molesto —Salí corriendo a ayudar a esa mujer, pero alguien me noqueó de un golpe— gruñó —Un sólo golpe y me volví inutil y un estorbo — miró a Yuzuki después hizo una reverencia —del mismo modo que fui un inutil ante los Minami; no pude preveer nada — se irguió —Al menos Jiin no es un inutil; logró sacarlas de aquel infierno— dijo llevando su mano a su hombro, como si recordara los castigos impuestos por su falta de habilidad —me alegra que estés bien. En cuanto a Takeda... debemos buscarlo— en ese instante sintió una mirada sobre de él; se giró y pudo ver a Kuroki y Misato que hablaban no muy alejados de ellos, desde la distancia les indicó que se acercaran a la entrada, y estando reunidos habló —Ella es Yuzuki Minami; nos estará acompañando de ahora en adelante, una amiga mia de la infancia —dijo ante Misato y Kuroki, los cuales comenzaban a obtener la confianza de Takanao —Ellos son Kuroki y Misato; miembros del clan, yo mismo he probado su resolución; podrás confiar en ellos— dijo seguro de sí mismo —Ahora, debemos buscar a Takeda, sigo sin entender que ha pasado en su mente; pero temo que no esté del todo equilibrado en estos momentos—

Kagami se alejó de la recepción por un tiempo; sin Seneatsu en el Shukusha el lugar quedó sin nadie en la entrada mientras Kagami se dirigía a dónde Suzume; la abrazó fuertemente —Miko llegó mucho antes que tú a mis manos, siempre creía que la ciudad no era peligrosa si no se creía en las tonterías espiritístas; ahora ya no estoy segura. Cúando llegaste mejoraste a Miko, jamás hablaba y contigo cantaba —Kagami no lloraba pero apretaba mas fuertemente a Suzume —Pensaba que las cosas se solucionarían, que algún día hablaría. Me duele que amás recuperara su voz —

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Casa feudal (Takeda; Hideyoshi; Togashi)

Takeda observó a Togashi presentarse; después siguió con la mirada a Hideyoshi quien comprobó las palabras de Togashi —Si Takano y Hideyoshi hablan en tu nombre estoy seguro que hay potencial en ti; Togashi. Una presencia no me es inoportuna, la ausencia en cambio no me deja dormir —afirmó hacia Hideyoshi, sabía que tenía razón; el entendía muy bien que aquello era un castigo inútil impuesto a un cuerpo que ya no soportaría mas —No podía dormir, pero pude al menos encontrar la fuerza para caminar y buscar a alguien que sanara mis heridas físcas —suspiró —Cuándo uno es sorprendido por una repentina tormenta, puede bien correr lo más rápido posible a refugiarse bajo algún techo, aun con eso uno se mojará. Si ya estuviéramos mentalmente a la idea de mojarnos, estaríamos muy poco contrariados con la llegada de la lluvia— dijo con una mirada vacía. Después volvió a girarse a los guardias los cuales miraron a Hideyoshi y afirmaron entre sí para abrir las puertas dejándolos pasar a la Casa Hachi.

Toshiro los esperaba en un salón privado; la casa de té. Un mundo en miniatura, aislado de todo excepto de su pedazo de jardín, al que se entra con una renunciación simbólica del exterior a través de su incómoda, pero tradicional puerta pequeña. Adentro todo era claro, limpio, compacto y ordenado. Los materiales son los ofrecidos por la naturaleza, los mismos que hay afuera del jardín o cerca en los bosques; aquí ellos han sido modelados para las necesidades humanas. Adentro todo era armonía y paz; Toshiro estaba sentado en una amohadilla frente a una mesa baja dónde los esperaban tazas de té caliente.

—Bienvenidos; por favor tomen asiento—

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Mercado Daruma (Kenzaburô; Mao)

El mercader aceptó las monedas y al hacerlo cerró los ojos deseando que aquellos sujetos desaparecieran cuándo este los abriera nuevamente; el ambiente en Tsu era distinto, todos tenían miedo; todos juzgaban. Todos miraban a los viajeros con miedo u odio.
Tsu no volvería a ser la misma.

En su camino al Shukusha no vieron el flujo normal de personas; se sentía vacío, fue por ello que resaltó un sujeto que se dirigía al Santuario del barrio moderno, caminaba con extrema tranquilidad mientras portaba su katana a un lado. Seguramente era otro viajero.

• Misato
• Kuroki
• Kohaku
• Mao
• Kenzaburô
• Hideyoshi
• Heya
• Suzume
• Yuzuki
• Daichi
• Togashi

• 
  PV= 45
  
• 
  PV= 39
  Agilidad (+2 defensa)
  Deuda de honor
  
• 
  PV= 60
  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  
• 
  PV= 60
  Resistencia (+1 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  
• 
  PV= 60
  Mal descansado (-1 en defensa)
  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  
• 
  PV= 60
  Buena reputación (+2 suerte)
  Timidez (-1 suerte)
  
• 
  PV= 60
  Buena reputación (+2 suerte)
  Timidez (-1 suerte)
  
• 
  PV= 60
  Intuitivo (+3 suerte)
  Cobardía (-2 defensa)
  
• 
  PV= 60
  Intuitivo (+3 suerte)
  voluntad débil (-1 defensa)
  
• 
  PV= 60
  Voluntad fuerte (+4 ataque)
  Deuda de honor
  muy bien descansado +2 defensa
  
• 
  PV= 60
  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  

• Takeda
• Takano
• Ukita
• Matsuda
• Fuji

• 
  PV= 100
  Mal descansado (-5 en defensa)
  
• 
  PV= 65
  
• 
  PV= 90
  
• 
  PV= 80
  
• 
  PV= 60
  

 

Kenzaburô

No giró el cuello y tampoco miró de reojo a la persona que se cruzaban por el mercado. Hasta se dió por observar el cielo mientras la figura pasaba lejos de ellos.

—¿Cuántos viajeros has visto armados en este pueblo, chiquilla? —preguntó despacio, mirando las nubes sobre sus cabezas en un cielo azul. —Exacto. —contestó para sí mismo, deteniéndose un momento y agachándose, como si estuviera arreglando sus sandalias.

—Hazme un favor. —susurró mientras perdía tiempo en sus sandalias. Siempre mirando al frente. —Mantente lejos pero sígueme. No intervengas y lo más importante, si sucede algo corre lejos con el resto y váyanse de aquí.

Sonrió y le tocó la cabeza, despeinandola levemente con un ligero movimiento de muñeca.

—Tengo un presentimiento. Espero equivocarme.

Se reincorporó nuevamente y esta vez, ya habiendo calculado el tiempo suficiente para que el viajero se separe de ellos, se giró en su dirección.

—Promete bajo el nombre de tu clan que no intervendrás si algo sucede conmigo. Promételo por tu familia y por el honor a su memoria. —la voz era un peligrosa, Kenzaburô nunca se había dirigido así hacia ella.

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

En la Casa Feudal

— No queda duda, mi señor, que precisaremos esa clase de resistencia que usted posee.

"No tiene mucho sentido presionar ahora con esto, está claro que Takeda es fuerte, pero también muy cabeza dura. Ya entrará en razón"

Hideyoshi observó a Togashi de reojo, como invitándole a seguirlo apenas un paso por detrás. Takeda iría al frente, Hideyoshi a su derecha, y Togashi apenas un paso por detrás de ambos. Presentarse en ese orden era lo mejor. El líder del clan Minamoto era lo primero que debían observar sus ojos, no como un protegido de Hideyoshi que entraría detrás de él, sino como el hombre que iría al frente de todo esto, abriría esa puerta que daba al salón donde Toshiro los esperaba, y así el líder del clan Minamoto y el señor de la casa Hachi verían sus rostros por primera vez, de repente, sin mediaciones previas.

Luego seguiría Hideyoshi, ver un rostro conocido para Toshiro sería un alivio. Por último Togashi, era mejor que un rostro nuevo que Toshiro no esperaba entrara a lo último bajo el auspicio de los otros dos.

El lugar que los esperaba parecía de ensueño. Toshiro se tomaba muy en serio esta reunión, y estaba dispuesto a impresionar a Takeda. A Hideyoshi no le daba la sensación de que su líder fuese alguien que se dejase impresionar por la parafernalia de una entrada lujosa y refinada, Takeda le parecía alguien interesante, fuerte, decidido, con la voluntad necesaria para abrirse paso en este mundo deshilachado de facciones y clanes enfrentados. Pero también era terco, algo inmaduro, precisaba cierta orientación. Estaba claro que a Takeda podía importarle poco todo esto, pero fingir...

"Fingir es el arte de la política. Cuando un hombre del status de Toshiro prepara algo así, uno no puede despreciarlo sin más. Detrás de toda esta presentación hay un mensaje, un <bienvenidos, están como en casa, son huéspedes de honor y se los atiende como a tales>. Despreciar algo así es como abrir una puerta al desencanto y a la enemistad"

— Mi señor— refiriéndose a Takeda—, quizás usted no sea la clase de hombre que se deje cautivar por todo esto, pero recuerde que Toshiro sí, y para él es importante que se valore esta recibida. El viejo Obata me ha enviado para prepararlo y entrenarlo en los aspectos de la política y la negociación, por favor, déjeme serle útil.

—Bienvenidos; por favor tomen asiento—

Tal y como lo pensaba, el salón del té era aún más bello. Hideyoshi no tenía que fingir, estaba realmente cautivado.

Solo dos dudas iniciales consternaban este triunfal ingreso por la casa feudal. "Togashi parece un hombre decente, pero todavía no puedo predecir si intervendrá o no en esta audiencia, y qué dirá. Uno podría pensar que lo mejor cuando se trata de un desconocido es que no intervenga, pero la verdad es que esa idea es un tanto prejuiciosa. El mejor plan no es un conjunto de nudos de soga atados y anudados rígidamente, sino nudos flexibles, listos para adaptarse a nuevas necesidades, a nuevos contextos. Quizás si la cosa no va bien Togashi podría ayudar, quizás si la cosa sí va bien, Togashi podría mejorarla aun más, o quizás empeorarla, es difícil prever algo así", las reflexiones de Hideyoshi de daban mientras hacía una reverencia y se preparaba para acomodarse en ese salón.

"Pero más allá de Togashi... o de Takeda y su iniciación, lo que más perturba mi mente es qué hacer con la información que me concedió mi viejo amigo. Los Fujiwara... ¿qué debería hacer?"

Hideyoshi observó a Toshiro, el recuerdo de su sueño vino por un momento, pero no dejó escandalizarse por aquel sinsentido. Miró hacia su costado, estaba Takeda, entonces él (...)

 

Tanaka Heya
Shukusha

Escondió la carta durante un instante por inercia, debería comenzar a ser más precavido.

-¿Es usted Ukita?-Dudó, mientras le entregaba la misiva(aunque había mencionado a Kahia) a la vez que hacia una reverencia. -No soy informante de Kahia, pero ha sido ella quien ha enviado esta carta. Me ha dicho que usted podría ayudarme, entenderá mejor cuando la lea.

 

Misato Aoyama

El chico parecia imerso en sus pensamientos y recuerdos, unos muy profundos segun pense.

—Esta bien, pero recuerda conservar tu paz mental—aconseje entre breves risas, luego el menciono sobre algo que perturbaba a Takano...parece que no era un buen dia, muchos en el Shukusha no tenian buen semblante.

Justamente fue Takano quien llamo nuestra atención para presentarno ante una chica, una amiga de la infancia.

—Igualmente Yuzuki—salude inclinandome, observe entonces como Takano parecía frotar su cuello como si un fuerte golpe le hubiese lastimado ¿era por el entrenamiento? No, Takano poseia una destacable habidad que no le exigia mayor esfuerzo.

Más tarde supimos sobre la desaparición de Takeda, habia ido algun lugar sin avisar, nada parecia normal en aquel suceso.

—Opino lo mismo Kuro, lo parezca o no Takeda tomo la iniciativa de forma apresurada es algo raro no avisar—señale a Kuroki casi en voz baja, si no estaba el hombre mayor diplomático era factible la posibidad de la audiencia en la casa feudal.

 

Shukusha (Ukita; Matsuda; Fuji; Takano; Misato; Kuroki; Kohaku; Yuzuki; Suzume; Heya )

Takano observó a Kohaku mientras hablaba; había tenido la amabilidad de avisarle su ubicación lo cual agradeció internamente, sólo asintió a sus palabras mientras veía al muchacho salir de shukusha.
Miró a Kuroki quien daba una idea —He de admitir que no puse demasiada atención en esa discusión —dijo tratando de recordar el encuentro de Hideyoshi con Takeda —No sé dónde pueda estar Togashi, tampoco sé nada de Kenzaburo ni de Natsu —gruñó —me molesta la indisciplina— dijo ante los presentes, pues ni Kenzaburo ni Natsu reportaron sus ubicaciones del día anterior —Perdí el control; todo lo que ha pasado en Tsu ha sido un desastre, a este ritmo ya han de sospechar de nosotros. Debemos irnos hoy de este lugar y no voy a dejar que nadie opine al respecto— miró a Kuroki —Dividirnos no ha resultado; pero ya es muy tarde como arreglarlo así que sacaremos ventaja del asunto. Confío en ustedes, Kuroki y Misato, busquen a Kenzaburo y Togashi; Yuzuki y yo nos dirigiremos a la casa feudal para revisar si hay señales de Takeda allí; avisaré a Ukita y al resto para que busquen a Natsu— clavó su mirada en Kuroki y Misato —Nos reuniremos en la casa abandonada al anochecer; si ven a alguien mas del clan háganselo saber—estaba molesto, pero aquello no era inusual.

Ukita tomó la misiva entregada por Heya; la leyó con calma mientras Takano se acercaba a él, al verlo ocupado habló con Matsuda con respecto a los planes de ese día, Matsuda afirmó.
Cuándo Ukita terminó de leer miró a Heya —Estás buscando un familiar, ya veo. Tendrás que seguirme por el día de hoy, tengo una misión que cumplir; pero quiero que sepas que estoy dispuesto a ayudarte, una búsqueda como esta requiere viajar constántemente buscando nuevas pistas y obteniendo información; Kahia te ha enviado conmigo porque sabe que yo viajo con un grupo, viajar solo es peligroso— suspiró —Pero mi grupo parece que atrae cada vez mas peligros que oportunidades; puede que tu vida corra peligro al viajar con nosotros; sabiendo esto ¿Estarías aun dispuesto a unirte a nosotros?—

---

Casa feudal (Takeda; Hideyoshi; Togashi)

Takeda afirmó ante el consejo de Hideyoshi, después hizo una reverencia a Toshiro quien respondió acorde. Takeda avanzó junto a Hideyoshi y Togashi; lavó sus manos en el recipiento junto a la entrada, se quitó las sandalias antes de ingresar de rodillas, para después mirar los rollos colocados en la pared, esto dejó conmovido a Takeda, que humildemente se inclinó en reverencia ante el rollo con dos emblemas, el de la casa Hachi y del clan Minamoto.

​

Toshiro miró fijamente hacia Takeda quien seguía en reverencia ante su emblema—Jamás creí que volvería a ver a un Minamoto; ha sido una gran noticia saber que usted ha sobrevivido a aquella tragedia, una que mi padre jamás perdonó— mencionaba Toshiro mientras alimentaba el fogón, iniciando la ceremonia del té. Takeda se sentó frente a Toshiro seguido de Hideyoshi y Togashi.
—Mi nombre es Minamoto no Takeda; honorable señor de la casa Hachi; he venido a demostrar con humildad mi presencia en esta, su noble casa. He venido ha confirmar las palabres de Soga no Hideyoshi; un miembro de mi clan. El clan Minamoto se honraría con poder contar con su alianza para un futuro mejor— se inclinó nuevamente ante Toshiro, al erguirse tomó una de las tazas de té en sus manos.

—La casa Hachi siempre ha defendido al clan Minamoto de las injusticias impuestas por el clan Taira; siempre seremos sirvientes al emblema imperial, no por ello seremos ciegos ante la amenaza que rodea a los altos mandos en Japón. Apoyaremos su causa cuando el momento sea oportuno—

Aquellas palabras no habían provenido de Toshiro sino de un hombre detrás de ellos; entraba con cuidado a la habitación, también de rodillas en señal de humildad. Aquel hombre era Taisho Hachi, Señor Feudal de Mie.

—¡Padre!— dijo Toshiro sobresaltado, con una gran sonrisa en su rostro. El señor Taisho estaba allí frente a ellos, si aspecto era algo desaliñado.

Contenido oculto

—Esta casa siempre ha sido fiel a tu clan; eso jamás cambiará— sujetó el hombro de Takeda con firmeza, clavando la vista en la mirada perdida del líder.

—¿Pero cómo? Padre; no despertabas de tu letargo impuesto por la sacerdotiza— decía Toshiro emocionado por ver a su padre con bien

—La sacerdotiza ya no está mas en el santuario —mencionó Takeda con frialdad; miró a Hideyoshi —No debes preocuparte; no he hecho nada imprudente, fui a buscarla para darme cuenta que ya se había ido de aquel lugar—

—¡Mara ha dejado tranquila a la Ciudad por fin! Esas son grandes noticias padre; por fin has dejado de ser un rehén a sus amenazas —Toshiro no podía ocultar su felicidad de ver a su padre así —Eso explica mucho las palabras del informante —dijo dirigiéndose a Takeda —En la madrugada llegó un informante; la señorita Kahia me había prevenido mucho antes de aquello, así que lo dejé pasar para escuchar su mensaje— tomó una taza de té que una mujer había servido antes de retirarse— Era informante imperial; y la información que poseía me sobresaltó — sujetaba la taza en su manos con firmeza —mencionó que el clan Taira había terminado lo que vino a hacer a Tsu, que el sacrificio había sido completado— decia Toshiro mientras Takeda levantaba la vista —cuándo me dijo esto pensé que...—miró a su padre Taisho quien no quitaba la vista de Takeda, cubierto de vendajes —...pensé que lo asesinarían; pero no fue así —miró a Takeda quien parecía estar conteniendo sus emociones —Señor; y hubo algo mas que me dijo el informante —suspiró preocupado al ver la mirada de Takeda —"Dile al último de los Minamoto lo siguiente: un líder no infringe dolor; lo soporta"—

Takeda permaneció inmovil por unos momentos —Lo sabían, qué ingénuo he sido, se han burlado de mi todo este tiempo— miró a Toshiro —Se referían al sacrificio de Hana Harima...—suspiró fuertemente —...mi madre —esto último lo dijo rompiendo el vaso de cerámica en sus manos; al instante se inclinó —Discúlpeme por favor—

Todos permanecieron en silencio por unos instantes hasta que Taisho colocó su mano en el hombro de Takeda —Y aun después de lo sucedido está aquí; tratando de contener sus emociones para consolidar esta alianza —Takeda levantó la mirada ante Taisho —Porque debo volverme más fuerte; más inteligente; más rápido, más sabio. No puedo quedarme pensando en todo lo que he perdido, siempre debo preguntarme ¿Qué es lo que aun permanece? Tengo una nueva familia que proteger, tengo un deber más grande con Japón—

---

Herbolaria (Kohaku)

El herborista lo observó; después se dirigió al objeto que le mostraba —Son valiosas; cualquier mercader te las compraría por una muy buena suma de monedas, las utilizarían para adornos en joyerías y otros objetos de decoración; pero estas no son simples piezas como muchos creen, no conozco la receta muchacho; pero sé que estos son ingredientes muy valiosos para nosotros los herboristas; guárdalas, hasta que encuentres al herborista correcto que sepa utilizarlas — dijo emocionado —Eres un chico interesante; y veo en ti potencial para convertirte en un gran herborista; por ello compartiré esto, en la Prefectura de Shimane en la ciudad de Izumo existe un grupo de herboristas muy famosos, si alguien puede ayudarte con esto son ellos. También hay muy grandes herboristas en los caminos; pero es muy difícil encontrarse con uno de ellos y sus precios siempre son muy altos por el nivel de conocimiento que poseen—

• Misato
• Kuroki
• Kohaku
• Mao
• Kenzaburô
• Hideyoshi
• Heya
• Suzume
• Yuzuki
• Daichi
• Togashi

• 
  PV= 45
  
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  PV= 39
  Agilidad (+2 defensa)
  Deuda de honor
  
• 
  PV= 60
  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  
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  PV= 60
  Resistencia (+1 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  
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  PV= 60
  Mal descansado (-1 en defensa)
  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  
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  PV= 60
  Buena reputación (+2 suerte)
  Timidez (-1 suerte)
  
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  PV= 60
  Buena reputación (+2 suerte)
  Timidez (-1 suerte)
  
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  PV= 60
  Intuitivo (+3 suerte)
  Cobardía (-2 defensa)
  
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  PV= 60
  Intuitivo (+3 suerte)
  voluntad débil (-1 defensa)
  
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  PV= 60
  Voluntad fuerte (+4 ataque)
  Deuda de honor
  muy bien descansado +2 defensa
  
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  PV= 60
  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  

• Takeda
• Takano
• Ukita
• Matsuda
• Fuji

• 
  PV= 100
  Mal descansado (-5 en defensa)
  
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  PV= 65
  
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  PV= 90
  
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  PV= 80
  
• 
  PV= 60
  

 

Togashi
Casa feudal

Takeda le dirigió una mirada luego de que Hideyoshi intercediera a su favor, y le dio una suerte de bienvenida a su clan, asegurando que confiaba en su potencial gracias a que el hombre a su lado y Takano habían decidido confiar en él. Para Togashi fueron palabras le encendieron el ánimo, aunque su siempre rostro serio no reflejara en demasía sus emociones. Pero más significativa fueron las palabras con las que respondió al hecho de que él estuviera ahí:


—Una presencia no me es inoportuna, la ausencia en cambio no me deja dormir.


Tal frase dejó pensativo al deshecho samurái que renacía. Casi se sintió como si su Takeda estuviera haciendo una referencia a su propio pasado, pues él también padecía por la ausencia de dos personas… Sus ojos se apagaron por un segundo, mientras rememoraba, mientras a su cabeza acudían imágenes del pasado, pero pudo mantener la suficiente atención para comprender la mirada de Hideyoshi, quien luego de hablar con su señor lo observó de reojo. Togashi comprendió lo que le estaba pidiendo, pues había formado parte de un clan a cuya residencia acudieron decenas de representantes de otras familias, y por tanto entendía un poco del protocolo que estaban a punto de realizar en la casa feudal de Tsu. Siguió a Hideyoshi, guardando una distancia leve de él, la suficiente como para no quedar excesivamente apartado.

“Anoche estuve a punto de resignarme a morir por hambre —pensó—. Y ahora, casi sin intención, formo parte de una comitiva para tratar asuntos en la casa de un señor feudal. El destino sigue siendo extraño, casi como un infante caprichoso”

Hacer eso no le molestaba. Simplemente le resultaba raro y repentino. Se procuró que no hablaría durante la reunión a menos que le pidieran la palabra. Ahora que había comido y se sentía limpio, podía responder mejor a las personas. Pero se confió a Hideyoshi y su líder.

Entró a la sala del té siguiendo los protocolos correspondientes, y se sentó a la distancia distancia adecuada de los demás. Observó atentamente la reunión. Cuando Takeda hizo referencia a la muerte de su madre, Togashi admiró en silencio su fortaleza.

"Ojalá yo hubiera sido así cuando más falta hizo"

 

Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

En la Casa Feudal

Siguió el protocolo como correspondía, hizo su reverencia. Se sentó a la derecha de Takeda, quien mostró un profundo respeto hacia Toshiro al soltar sus primeras palabras, lo que dejó satisfecho a Hideyoshi. Su líder podía manejarse en estos pequeños pero importantes asuntos con notable desenvoltura.

—La casa Hachi siempre ha defendido al clan Minamoto de las injusticias impuestas por el clan Taira; siempre seremos sirvientes al emblema imperial, no por ello seremos ciegos ante la amenaza que rodea a los altos mandos en Japón. Apoyaremos su causa cuando el momento sea oportuno

Los labios de Toshiro se habían abierto, pero no emitían palabra. Claro, era su sorpresa. Su padre pronunciaba aquellas palabras y le habían traído a la reunión una notable y positiva sorpresa. El apoyo ya no del hijo del Señor de Mie, sino el mismísimo Señor de Mie.

—La sacerdotiza ya no está mas en el santuario.

Hideyoshi casi sufre de un infarto, por un momento pensó que Takeda había cometido un asesinato directo. La aclaración posterior le devolvió el alma al cuerpo.

—En la madrugada llegó un informante; la señorita Kahia me había prevenido mucho antes de aquello, así que lo dejé pasar para escuchar su mensaje.

"Bien hecho Kana, sabía que estábamos en la misma sintonía", Hideyoshi no se preocupó en ocultar su satisfacción.

Lo que vino después fue todo un poco más tétrico y lastimoso. Sintió pena al ver que su líder concentraba su frustración e impotencia en el vaso que cedía ante las manos de Takeda. Sorprendido al oír el desenlace de aquella conversación, reflexionó: "Entonces la muerte de la madre de Takeda está directamente vinculada a la huida de aquella sacerdotiza de la muerte. Por eso es que Takeda fue allí y no la encontró, pero sí encontró a... su madre... Por eso el señor Taisho vive... es por eso que..."

—Ahora la casa Hachi y el clan Minamoto están unidos por algo más que la tradición... están unidos por la desgracia. El señor Taisho... tu padre—esto lo dijo mirando a Toshiro—, sufrió de lo mismo que sufrió su madre—señalando a Takeda—, ambos víctimas de una servidora de los Taira, con el resultado de que a la señora Miko le tocó morir, mientras que el señor Taisho tiene la oportunidad de cobrar venganza. Ahora usted—lo dijo mirando fijamente al señor de Mie—, vive la vida que perdió la madre de Takeda. Mara lanzó una moneda entre ustedes dos... ahora la casa Hachi y el clan Minamoto están unidos por la desgracia, y hay un motivo en común de venganza más fuerte del que hubo nunca.

Hideyoshi trataba de apelar al orgullo de los Hachi, tratando de que estas palabras se grabaran en las cabezas de todos los presentes para que el lazo que uniría a ambos bandos fuese inquebrantable. "Las desgracias tienen a veces este propósito, esta virtud".

El silencio que siguió lo aprovechó para algo más: "Es ahora o nunca, hasta el señor Taisho está presente, y la alianza entre nosotros es más segura de lo que fue en cualquier otro momento".

Bebió un sorbo de té y se expidió con una carta que no sabía si mostrar, pero se decidió.

— Tengo noticias interesantes para el futuro de esta guerra, para nuestro ansiado ulterior triunfo. Tenemos más aliados que sumar a nuestra liga contra los Taira, aliados fuertes y de renombre que están esperando callados y silenciosos, como ustedes—esto último mirando a padre e hijo— a poder levantarse contra la tiranía de este clan ignominioso y depravado. Esos aliados son nada más ni nada menos que el Señor Hidetoshi, y su hijo, en Nara, pero aun mejor, Kirara, del clan Fujiwara, está buscando al señor Takeda. La única razón plausible para pensar algo así es que busca su apoyo, y nosotros necesitamos el de ellos. El clan Fujiwara ha sido debilitado, como bien saben, pero siguen siendo tradicionales, de mucha historia y con mucho influjo en Japón. Si podemos lograr conectar con todos estos aliados de modo que no nos descubran, si podemos coordinar los levantamientos y acciones a emprender, entre todos podremos dar golpes de muerte al clan Taira.

"Que sea lo que Buda quiera".

 

Casa feudal (Takeda; Takano; Hideyoshi; Togashi; Yuzuki)

Exterior

Takano y Yuzuki se dirigieron hacia la casa feudal donde dos guardias los miraron intrigados; Takano se acercó a ellos cuidadósamente —Buscamos a Hideyoshi, somos sus escoltas bajo contrato; hemos acordado encontrarnos aquí — los guardias los miraron y afirmaron —Deberán esperar a que el señor salga del recinto; ya ha entrado con compañía — esas palabras no le decían demasiado a Takano, debía ahondar mas.

Interior

El señor Taisho observaba a Hideyoshi mientras pronunciba aquella combinación de palabras "Mara lanzó una moneda entre ustedes dos... ahora la casa Hachi y el clan Minamoto están unidos por la desgracia, y hay un motivo en común de venganza más fuerte del que hubo nunca" se quedó en silencio unos instantes; no or falta de palabras sino por respeto a la pérdida de Takeda; cuándo consideró pertinente volvió a hablar —Los buenos guerreros, son capaces de escoger a la mejor gente y desplegarlos adecuadamente, has elegido bien al rodearte de personas inteligentes Takeda.—miró hacia Togashi —Y personas humildes— apreciaba la disciplina de aquellos que estaban simplemente a un lado de su líder; evitando que este quedara desprotegido.

Las siguientes palabras de Hideyoshi hicieron que Takeda lo mirara perplejo "Kirara" eran años que no sabía de ella, algo en su mirada cambió, recuperó un poco de luz.

—Los Fujiwara eran aliados competentes, seguramente siguen teniendo una buena red de espías por todo Japón. El señor Hidetoshi no Eizo es un buen estratega; a pesar que su ejército sea muy reducido; nuestra casa podrá apoyarlo en un futuro aumentando el número de hombres. Takeda...—dijo Taisho sin formalidades haciendo que Takeda lo mirara, Taisho señalaba el emblema Minamoto—... las tres flores de gentian sobre las hojas de bambú; ese es el emblema que debe representar a Japón; esa es mi justicia, y haré lo que crea prudente para mantenerme firme en ella— dijo Taisho haciendo una reverencia a Takeda.

Terminaron la ceremonia del té; satisfechos se retiraron del pequeño espacio para poder despedirse. Toshiro se dirigió hacia Togashi y Hideyoshi mientras Takeda hablaba con Taisho en el jardín; Takeda le entregó algo pequeño en la mano al Señor de Mie, parecía observarlo incrédulo mientras cerraba sus manos protegiéndolo afirmando a Takeda, quien hacia una reverencia ante Taisho.

—Estoy muy agradecido con este encuentro, su presencia es portadora de buena fortuna a la casa Hachi; las puertas siempre estarán abiertas para cualquiera de ustedes — dijo Toshiro hacia Togashi y Hideyoshi.
Takeda se unía nuevamente con su grupo mientras se encaminaban a la salida —Agradezo profundamente su presencia en esta reunión; su ayuda ha sido invaluable— mencionó Takeda saliendo de aquel lugar.

Exterior

La visita había tomado tiempo; pero los resultados eran satisfactorios. Takeda salía junto a Hideyoshi y Togashi, encontrándose con Takano y Yuzuki en el exterior. Takano no pudo evitar mirar con reproche a Takeda, a su vez estaba tranquilo, al menos la expresión de preocupación en sus cejas haía vuelto a la regular expresión de enojo. Miró a Togashi, entendiendo que había sido presentado—Ha sido otra larga noche amigo; una que tenía que pasar en soledad; pero me alegra ver que te encuentras bien— decía Takeda mirando hacia Yuzuki, luego hacia Takano —Hagamos las presentaciones formalmente en la casa —mencionó Takano, incómodo de tener que hablar en la calle; siempre podía haber alguien escuchando —Debo hacer algo antes en el Shukusha; he olvidado algo importante— dijo Takeda mientras Takano suspiraba —He hablado, nos reuniremos al anochecer en la casa, no me hagan ir a buscarlos; si me hacen ir por ustedes creánme cuando les digo que no será de buena manera—

Contenido oculto

Vuelven a quedar en libertad; pueden obtar por seguir a algún pnj o simplemente hacer lo que sus corazones quieran xD

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Mercado Daruma (Kenzaburô; Mao)

El viajero miró a Kenzaburô sentía su presencia y esto lo molestaba; lo observó detenidamente y comenzó a acercarse a él y Mao —Me molesta que me observen; si tienes algo que decirme dímelo de frente— sonrió ante Mao, también estaba armada —Ya veo, no son a quienes busco pero tienes algo que me pertenece —dijo el hombre hacia Kenzaburô —Estaré en el santuario del barrio moderno, debo revisar unas cosas por lo que no puedo perder mi tiempo contigo en este momento— dijo sarcástico mientras les daba la espalda sin ningún temor, avanzando hacia el santuario.

• Misato
• Kuroki
• Kohaku
• Mao
• Kenzaburô
• Hideyoshi
• Heya
• Suzume
• Yuzuki
• Daichi
• Togashi

• 
  PV= 45
  
• 
  PV= 39
  Agilidad (+2 defensa)
  Deuda de honor
  
• 
  PV= 60
  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  
• 
  PV= 60
  Resistencia (+1 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  
• 
  PV= 60
  Mal descansado (-1 en defensa)
  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  
• 
  PV= 60
  Buena reputación (+2 suerte)
  Timidez (-1 suerte)
  
• 
  PV= 60
  Buena reputación (+2 suerte)
  Timidez (-1 suerte)
  
• 
  PV= 60
  Intuitivo (+3 suerte)
  Cobardía (-2 defensa)
  
• 
  PV= 60
  Intuitivo (+3 suerte)
  voluntad débil (-1 defensa)
  
• 
  PV= 60
  Voluntad fuerte (+4 ataque)
  Deuda de honor
  muy bien descansado +2 defensa
  
• 
  PV= 60
  Agilidad (+2 defensa)
  Avaricia (-2 suerte)
  

• Takeda
• Takano
• Ukita
• Matsuda
• Fuji

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  PV= 100
  Mal descansado (-5 en defensa)
  
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  PV= 65
  
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  PV= 90
  
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  PV= 80
  
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  PV= 60
  

 

Tanaka Heya
Shukusha

Logró notar como su tono de voz cambió con la última frase. ¿A eso se refería Kagami con no buscar problemas? ¿Acaso alguien había muerto recientemente? A pesar de ello, Heya no dejaría pasar la oportunidad.

-Comprendo, y asumo los riesgos. No es como que no haya corrido riesgos, y si es usted quien me ofrece ayuda no puedo pedir además una seguridad que antes no tenía. Gracias, y que sepa que estoy a su disposición- Al parecer querían hablarle a él y su grupo, por lo que se distanció, indicándole que lo esperaría.

 

Kenzaburô

Actuó como pocas veces Mao lo había visto. El espadachín se interpuso entre su pupila y el viajero; incluso gruñó cuando el extraño se atrevió a mirarla. Avanzó un paso, casi hasta quedar nariz con nariz. Los ojos afilados y la empuñadura lista para desnudarse.

Pero poca cosa sucedió. El extraño se retiró sin más, no sin antes decirle algo curioso a Kenzaburô que seguramente la pequeña Mao no entendería, pero por ignorancia. Kenzaburô tenía muchos secretos.

Se aferró aún más a la empuñadura de su katana. ¿Habría reconocido la espada? ¿Era eso posible? ¿Qué tanto sabría aquel extraño sobre su pasado? Quizá nada. O quizá todo.

—Cambio de planes. —musitó a su discípula, con los ojos puestos en la espalda de aquél hombre. —Tú te vas con el resto. Si dos horas no regreso no me esperes más. Y vete.

Avanzó tres pasos y se detuvo. Se giró hacia Mao y sonrió levemente. Sacó el Daruma de piedra que había comprado para ella y se lo entregó.

—Es curiosa la historia del Daruma. Algunos dicen que se quedó sin piernas por tanto tiempo estar sentado, ocupando su mente en la meditación. No sé muchos acertijos y tampoco pretendo conocer el mundo. Pero entiendo que esto es el significado que uno no puede estancarse en la vida. Hay que seguir, por un propósito. Por un objetivo. El que sea. Y creo que yo seguí todo este tiempo aquí por ti. El ciclo se cierra, como la vida. Y me enorgullece enormemente que seas tan fuerte, de voluntad férrea; indómita y salvaje. Eres un tigre; una tigresa en realidad. Y nunca dejes de serlo.

Se giró nuevamente. ¿Era una despedida? La verdad que no lo sabía. El encuentro con ese extraño determinaría si volverían a verse. Podía sentir algo extraño en la mirada del viajero, un profundo vacío, peligroso. Inmisericorde. Lo pondría a prueba. No podía dejar que se escape sabiendo que la katana que él portaba aún seguía viva.

—Regresa con el resto. —esta vez la miró por sobre el hombro y la mirada era otra; felina, peligrosa, dura. Asesina.

Y se marchó tras el viajero, rastreandolo.