Contenido oculto: Botan Doro esto es un resumen muy mediocre de la historia de la chica de linterna de peonia, les adjuntare el link con la historia para que quien guste la lea https://sobreleyendas.com/2012/06/06/la-leyenda-de-botan-doro/ Suzume Como hubo terminado los obi, Suzu se puso en marcha arreglando su cabello en un tradicional moño, No tenían suficiente dinero para pagarse un peinador, pero aquel moño seria muy sencillo para el con su aguja de cuenta roja, su maquillaje debía ser exagerado, así que empezó a darle forma a su fantasmal personaje con pintura tan blanca como el furisode que usarían, aceptaba que las pelucas ayudaban mejor al teatro, pero si un peinador era costoso, una peluca lo sería al triple. Suzu bufaba cada que esos pensamientos le invadían, como deseaba la cabeza mal formada de la perra Taira... y con esa rabia su pincel se rompió. Contenido oculto: proceso artistico por favor imaginen este Furisode con este obi pero mas sencillo Terminando su caracterización, se enfrasco en el cabello de Miko, su cabello no estaba ni de cerca de ser tan hermoso como el propio, pero un buen cepillado lo ayudaba, aquello era casi una terapia para Suzume, aunque a Miko no le hiciera gracia, ella sola se termino de vestir y en ese momento el le coloco un punto rojo en el labio inferior.—Que así ya estas hermosa...— Suzu se analizó en el pequeño plato de latón que tenían de espejo.—Ojalá Taki y Shiru ya se encuentren en la recepción-Mas bufidos... Este era su momento favorito del día, esto era todo su ser y alma, y su corazón se rompía al recordar todo lo que le quitaron... —Miko... es tiempo...— Bajaron ambos luciendo como sacados de una historia de fantasmas... justo como debía ser Contenido oculto: OBRA Por favor imaginen, que esto es un monologo, puesto que esta obra necesita muchos personajes, entonces imaginen que es una adaptación con baile de parte de Suzu y cantada por Miko, siéntanse libres de usar este audio como inspiración Contenido oculto: danza kabuki Esto sería lo que pueden esperar de esta obra...
Kobayashi Masuyo Mao "Ryouma" Dentro del Shukusha "Ryouma-chan" —Je —soltó, con voz profunda y suave, observando nada especifico más allá de la recepción; había apoyado los brazos sobre esta, recargándose. Escuchó la pregunta sobre el día, y a pesar de todo lo que recordó, solo atinó a ensanchar aún más la sonrisa. Su voz, levemente más grave que la natural, también trasmitía una vibra sosegada—. Ni te imaginas lo que uno encuentra en las ciudades —comentó mientras volvía a voltearse, ahora reposando sus codos en el mesón de la recepción, pero de espaldas a este; mirando el panorama. >>Zorros, conejos, tortugas y dragones. Todo muy variopinto —respondió con volumen y voz bajos—, pero creo que estuvo bien. ¿Qué tal te fue a ti? Tenía entendido que acompañaste a Fuji junto a quien escoltabas, o algo así, ¿no? —Y tras decir eso, volteó a mirar el rostro de Kohaku, dándole otra sonrisa. No era na infantil, ni rebosante de alegría, pero era una sonrisa en paz. Ahora si podía observar que era una linda máscara, aunque más que nada por quién la portaba. Aunque la anterior máscara tampoco estaba mal—. Gracias por suplir mi parte del trabajo —agregó, a pesar de que estuviera hablando de una farsa, para luego volver nuevamente a ver los alrededores. Y mientras hablaban, notó como dos personas entraban al lugar... ¿Esa era Miko? Mao quedó levemente boquiabierta, para luego fruncir el ceño mientras sonreía de oreja a oreja, codeando con suavidad a Kohaku. —Ya va a empezar, presta atención con cada uno de tus sentidos. De seguro será increíble —murmulló casi para sus adentros, pero de seguro el chico logró escucharla.
Natsu Gotho ♤ Santuario ¿Sacrificio? Todo le recordaba a cuando en los cultivos un grupo de niño asesinaron a un pequeño gato en pro de un ritual para pedir a los dioses por agua en medio de la sequía, por el incesante verano. Creyó en ese entonces que era normal, hasta que lo comentó en casa mientras bebía una taza de té y movía una de las fichas hechas a mano por el viejo, iniciando la partida. Para su sorpresa el hombre mayor frunció en demasía el ceño, mostrando su indignación al mantener la profundidad de su voz como un acto reprochable y ruín. En ese momento Natsu se dio cuenta, que el asesinar gatos, era un asco. Ser sacrificado por dioses ilusorios era una rotunda blasfemia. Su pesado abrigo se movió por el viento helado que entraba al templo entre la madera, comenzando a caminar hacia la estatua que probablemente, los que la diseñaron buscaban que ningún niño se acercara a ella. Le miró a los ojos al posicionarse de frente como le indicó la mujer, permaneciendo con la boina blanca y afelpada sobre su cabeza, cubriendo su cabello azabache bajo esta, permaneciendo con aquella expresión ambivalente mientras esperaba una bendición, considerada inexistente.
Shukusha (Takeda; Ukita; Matsuda; Fuji; Daichi;Kohaku; Yuzuki; Hideyoshi; Mao; Suzume) El espectáculo estaba comenzando; por la entrada corría Taki, aquel hombre que Kohaku y Daichi habían conocído en su comercio del puerto; cargaba un shamisen, un instrumento de madera bastante grande que constaba de tres cuerdas. Shiru ya se encontraba en el escenario con el koto un instrumento de madera de trece cuerdas que reposaba en el suelo frente a aquel hombre, quien era uno de los empleados en aquel negocio. Miko estaba junto a Shiru con una flauta de madera. La música comenzó a sonar como introducción al acto, y los espectadores comenzaron a tomar asiento en el suelo mientras veían a la pequeña tarima dónde los artistas estaban tocando en una de las esquinas; el preámbulo fue amplio para que Suzume pudiera aparecer junto cuando Kagami apagaba las lámparas creando un ambiente perfecto. Esto hizo que Takeda abriera los ojos, la música siempre lo hacía reaccionar de ese modo; talló sus párpados y se dirigió dónde estaban reunidos; observó a Mao y Kohaku y los dejó disfrutar sin interrumpirlos, y observó el espectáculo de pie justo en la entrada. —Uno de los espectáculos mas innovadores que verán; una nueva disciplina inspirada en algunos artistas chinos; hagan caso a mis palabras que yo sé que esta doctrina se volverá famosa en Japón— dijo Kagami presentando el espectáculo, y después saliendo de la tarima. La música se detuvo por unos instantes y el espectáculo se llevó a cabo con éxito. Suzume había podído cautivar a los espectadores con aquel arte que para la mayoría era algo nuevo. Los artistas se retiraron; por un tiempo mientras se preparaban para lo siguiente. —Después de tan.... —dijo Kagami enojada, odiaba las historias de fantasmas; miró a Suzume con desaprobación, después se giró al público sonriendo —es momento de que Miko nos deleite con su voz— Miko se levantó, volvía a tener el rostro lavado pero un poco embarrado del maquillaje que Suzume le había puesto. Aquella señora que parecía no tener voz cantaría; giró su dañada cajita de música, aún servía pero parecía sonar más apagada. Takeda miraba al fondo, estaba conmovido. Santuario (Natsu) Natsu permaneció junto a la estatua por unos momentos; sin entender que sucedía. Kawa miraba con una gran sonrisa mientras el fuego de la sala danzaba con normalidad. Hasta que un frío recorrió el cuerpo de Natsu y una voz se hizo presente en su mente "Mortal; vienes en búsqueda de poder, siento tu frustración ante tu propia debilidad" la voz era muy fuerte; pero no producía eco en las paredes, venía directamente de la cabeza de Natsu "El poder tiene un precio, podré darte la fuerza" soltó una risa "Tan sólo con estar dentro de ti me doy cuenta que no buscas darme nada a cambio del poder que te otorgare; no me gusta los mortales desagradecidos" dijo guardando silencio por un momento "Pero... si prometes hacer algo por mi te daré un poder superior al que tienes; sólo debes matar a alguien... sería simple, es una mujer débil en fuerza; pero ha interrumpido muchos de mis rituales, su poder espiritual me molesta ¿Qué dices mortal? ¿Podemos hacer este trato? Si lo logras hacer te trataré como a uno mas de mis hijos"
Kuroki Fusatada Cuando iba a ir con Takeda, Takano me frenó del hombro en seco, inclusive ese gesto me tomó por sorpresa el cual me hizo dar un pequeño salto de la sorpresa. Fue como al escucharlo y ver que Misato entrenaría, sonreí. Iba a dar ánimos como ella hizo conmigo pero no hubo ni tiempo, desafortunadamente le pasó como a mí. Recibió un tremendo golpe como me había dado hace poco, mientras Misato solo topó con su mano, tan duro como la piedra. Como siempre, los comentarios de Takano, tan cargados de cariño le dijo que así solo acabaría más rápido de lo normal, Misato parecía prenderle una llama similar a la mía en el cual la adrenalina la invadía y dejaba de lado todo temor que tuviese encima, pero justo cuando parecía llegar algo interesante, que hasta me hizo retroceder un par de pasos hacia atrás, algo captó la atención de Takano, quién frenó el entrenamiento y se giró hacia alguien que parecía alguien mas bien muerto... ¿Cuánto llevaba ahí? ¿Acababa de llegar? Takano le picó con su katana enfundada, y no fue que hasta su último diálogo que musite preocupado y me acerqué rápido a tomarle del brazo, pero aquél hombre habló antes, frenando mi accionar, le escuché con atención, y por muy pobre que fuese no me parecía lo correcto. Parecía que todo había pasado, no fue así, me impresionó lo rápido que Takano decidió revelar lo del clan, aunque lo segundo si fue el colmo. —Takano... Creo que no es necesario matarlo, quiero decir, sé que se ve muy mal pero. No lo sé, no es necesario tanto, lo que menos conviene ahora es que te ensucies de sangre—. Dije tenso, y preocupado, aunque más por la posible reacción de Takano.
Yuzuki Minami Shukusha Una vez que el muchacho había entrado a los baños había regresado sobre sus pasos. Esperarlo afuera no había estado en la petición de Kagami y hubiera sido, por demás, inapropiado. El movimiento en el hostal seguía su curso, más vivo que en los días anteriores y mientras esperaba por el espectáculo. No le pasó inadvertida la presencia del muchacho de cabello celeste. Agudizó el oído. Kohaku. Apartó la mirada entonces, no sonaba muy cómodo y seguro era por no llevar aquel armatoste encima. No había que ser ningún genio para saberlo o quizás ella observaba más de la cuenta. Pobre chico, ¿quizás debió esperarlo y así hubiera ella hecho las preguntas en su lugar, mientras él se quedaba dentro o algo? Qué va. Lo estaba pensado demasiado. Kagami le había conseguido un reemplazo, pero no es que pareciera algo que podía reemplazarse tan fácil. Fuese como fuese, lo aceptó. En aquel momento notó que la muchachita de la mañana entraba de nuevo al hostal. Vaya. Dio un respingo cuando se dio cuenta que el espectáculo de Suzume y Miko estaba por comenzar, y buscó un lugar desde el que poder apreciarlo. Cuando comenzó y la música llenó el lugar, una sonrisa se formó en sus labios. Sacó la flauta que había comprado en el mercado y, casi inconscientemente, la balanceó entre sus dedos, cubiertos por vendas.
Natsu Gotho ♤ Santuario Escuchar la voz profunda y sombría le erizó los vellos de su piel, sintiendo el frío recorrer lo más profundo de su nuca. Se mantuvo inmóvil, con la vista al frente mientras parpadeaba incrédulo, esperando ver algún movimiento, pero en vez de eso escuchó una asquerosa risa. ¿Ser su hijo? No le interesaba, ya tenía un viejo anciano muerto como padre, no necesita otro... Sin embargo, el poder le producía cosquillas en la punta de los dedos de sus manos, porque aquel sujeto le susurraba embelesándolo por un anhelo propio. ¿Prometerlo en voz alta? No, no era tan estúpido. —Dame el nombre de esa mujer —solicitó dentro de su cabeza, manteniendo la espalda recta como si solo respirar le costara por la presión del ambiente a su alrededor. No involucraría a nadie más, en caso de cometer un error nefasto lo guardaría para si. Se daría el privilegio de meditarlo caminando hacia su presa. Por un instante sus filosas pupilas se deslizaron por la estatua. Se sentía, suspicaz, dentro de su escepticismo.
Hideyoshi Soga 曽我秀吉 En el Shukusha Se quedó boquiabierto. Las revelaciones de ese hombre que se había recorrido un tercio del país para encontrarlo lo dejaron estupefacto. Hideyoshi hizo una reverencia y le deseó una buena estadía al hombre que había venido desde tan lejos. Ahora él sabía algo importante, las piezas se acomodaban en el tablero que su mente componía, la única música que le interesaba, no la que sonaba en el shukusha. Pasó de todos y se dirigió a su habitación. Necesitaba dormir, esperaba tener una noche tranquila, porque iba a precisar una mente fresca al otro día.
Daichi Nishimura [Shukusha] Escuché con atención las palabras de la señora Kagami. Negué con desaprobación ante el comentario de que la incompetencia de la guardia de Tsu al manejar los asuntos criminales de la Prefectura: "Es como si el acercarse a la capital se pusiera peor la situación...", pensé resignado.—Probablemente es burocracia o ineficiencia administrativa, supongo...—me detuve, no quería seguir, en mi mente, esa percepción de que la paz se había terminado creaba un aire de incertidumbre en mis ideales. Solo sonreí, la mujer continuó. "—...¿Qué es de ti? ¿Me contarías algo de ti y tu presencia en este establecimiento?—" Parecía que nadie notaba algo extraño en que el lugar estuviese tan lleno de personas ajenas a la prefectura. Es como si todo estuviera moviéndose a raíz de los sucesos recientes. Iba a continuar con mi intriga mental sobre los tiempos de crisis, pero la pregunta de la mujer me sacó de mis pensamientos. Cerré mis ojos y suspiré, antes de asentir con la cabeza y mirar a la mujer a los ojos.—Soy un viajero que viene del norte del archipiélago, comprometido con una causa que parece estar muerta en estos tiempos, intentando encontrar mi lugar en todo esto.—dije mientras sostenía la correa de mi pecho que sostenía la katana en mi espalda.—Lo siento si mis palabras son poco precisas, pero no hay mucho que decir, solo estoy recoletando información...— De pronto el espectáculo comenzó y la señora Kagami desapareció para hacerse cargo de los preparativos. Más personas llegaron. Miré al cielo por última vez y pude notar que lo mejor sería dejar mi visita al santuario debería postergarse para mañana. "Debería ir dónde el señor Taki...", en ese preciso momento el hombre apareció cargando un instrumento en sus manos, entrando sin deterse, tomando su posición cerca de la tarima. "Genial, porque no me sorprende...", suspiré, inevitablemente me encontraba allí varado porque todas las personas de interés parecían reunidas en ese punto. Caminé hacia el exterior y me senté en el suelo, coloqué mi katana a un lado. Solo sintiendo la lejana sonoridad de los cantos y los instrumentos, mientras observaba hacia el vacío exterior.
Kohaku Ishikawa Shukusha "Ni te imaginas lo que uno encuentra en las ciudades" El comentario de Mao le dio gracia, en especial por sus propias experiencias durante el día. Alzó las cejas al oír su lista de animales y, aún contagiado por lo anterior, ahora sí se permitió soltar una risa suave. No comprendió bien a lo que se refería sobre Fuji, pero decidió dejarlo correr. Después de todo, ninguno de ellos estaba siendo puramente honesto con las personas de la ciudad. —Mi día fue algo atípico, también. Bajé a unas cavernas en el puerto y... —Echó un vistazo a sus alrededores, chequeando que no hubiera nadie demasiado cerca, para proseguir—. Ocurrió algo muy extraño. Estaba junto a un hombre que conocí en el comercio de Taki, ambos fuimos testigos de ello. No sé realmente cómo describirlo. Se lo podía oír aún algo consternado por los eventos de la tarde. Era, además, la primera persona a la cual le contaba lo que había ocurrido. El espectáculo entonces comenzó a tomar forma y Kohaku le dijo a Mao, antes de acomodarse en el suelo: —Luego te cuento más al detalle, si quieres. Advirtió la presencia de Takeda a un costado cuando las luces se desvanecieron, mas no deseó alzar la voz para captar su atención. Además, aún le avergonzaba un poco saberse desprovisto de su máscara. Guardó silencio, entonces, hasta que el grueso del espectáculo acabó. No conocía ese tipo de danzas, eran muy distintas a las que Chiasa solía ejecutar en la peregrinación de Año Nuevo. Más afiladas, quizá, aunque cargadas de expresión. La gravedad de la música y los movimientos de la bailarina vibraron hasta su pecho y se anclaron allí, robándole brevemente el aliento. La sorpresa, sin embargo, llegó después. Reconoció de inmediato a la joven de la caja musical: era quien había aparecido en el bosque, la noche anterior. Así que... se presentaba allí. ¿Lo haría todos los días? ¿Y qué había estado haciendo sola, en medio del barrio viejo, bajo la quieta y silenciosa luz de luna? Sus dedos frágiles comenzaron a girar su pequeña caja musical y Kohaku acabó embargado en la melodía. Era... hermosa. No sabía muy bien por qué, pero quería alcanzarla. Quería poder preguntarle qué había estado haciendo la otra noche sin espantarla. ¿Podría hacerlo? Cuando la música murió poco a poco, Kohaku sonrió en respuesta y volvió el rostro hacia Mao. —Ha sido muy hermoso.
Togashi Respondió con una leve inclinación de cabeza a las palabras de la chica, que se había presentado con el nombre de Aoyama Misato. Pero cuando el joven que la entrenaba le respondió que no llevaba comida encima, no pudo evitar un breve suspiro de resignación, mientras en su fuero interno le surgía, cual incógnita, la cantidad de tiempo que seguiría oyendo el vacío lamento de su estómago. Sin tan sólo tuviera una espada para distraerse y recordar viejos tiempos… Pero no pudo perderse demasiado en sus memorias, de ellas se vio arrancado cuando sintió unas manos tomando las suyas. El hombre de los cabellos oscuros observaba de cerca los callos de sus dedos y con los dedos daba cuenta de la aspereza que presentaba la piel de sus manos. Togashi no pudo más que mirarle con confusión —Veo que tienes entrenamiento —le dijo el joven—; pero dudo que puedas demostrar tus habilidades con ese cuerpo tan débil, mucho menos sin una katana —sintió la fija mirada sobre él, transmitiendo fuerza— Somos parte del clan Minamoto. Has interrumpido un importante entrenamiento, y por ello estoy de mal humor; así que tienes dos opciones, la primera es simple y sé que la elegirás sobre la segunda. Esta opción es unirte a nosotros, necesitamos personas dispuestos a pelear en nombre del líder del clan, no te puedo asegurar alimento y techo, hemos perdido a quien nos podía solventar algo de alimento diario —golpeó sus rodillas— La otra es morir ¿Qué dices? —Unirme a ustedes, dices —empezó, cansado—. Conozco un poco de la infortunada historia de los Minamoto y cómo fueron doblegados por la tiranía de otro gran clan al que están enfrentados —mientras hablaba, pensaba con cierta diversión en lo caprichoso que era el destino con las personas—. Hace cuatro años tuve un altercado con miembros del clan Taira. Sus provocaciones me dejaron en la obligación de matarlos, al resto los despojé de una o dos extremidades. Por culpa de ese incidente he perdido mucho, incluso mi espíritu —sus ojos volvieron a vaciarse por un instante, pero luego se encendieron cual fuego—. Desde entonces me convertí en un hombre que huye, pero me siento afortunado por este encuentro fortuito… porque no me dejas más alternativa —se puso de pie y miró a los ojos a su interlocutor e hizo una reverencia— Serviré con gusto al clan Minamoto, pese a que a uno de sus más distinguidos miembros le resulta fácil meterse con unos chicos y amenazar a un hombre moribundo. No eres el único de mal humor…
Mao "Ryouma" Dentro del Shukusha Su expresión se oscureció, pensativa, al escuchar que algo extraño ocurrió en las cavernas. Así que había ido a parar allá. Asintió con la cabeza en cuanto mencionó que más tarde le explicaba a detalle. Entonces empezó la actuación. Pudo reconocer en pocos momentos a quien la había incordiado fuera del Shukusha; su maquillaje y vestimenta eran bastante pulcros, elegantes y bellos, a pesar de la notable falta de material. Mao no apartó la vista de Susu durante todo el acto, observando con ojo critico mientras sus oídos disfrutaban de la música. Cerró los ojos en cuanto Miko era la única interprete, deleitándose con su voz. Kohaku luego la sacó de su ensimismamientos, y abrió los ojos con cierta pesadez. —Si, ha estado bastante bien —le respondió con simpleza. Dejó de respaldarse en el mesón, sosteniéndose por si misma, estirando los brazos hacia el cielo al desperezarse— ¿Qué harás ahora, Kohaku? —preguntó dirigiéndole la mirada—. Yo voy a esperar a la recepcionista, quiero ver si puedo cenar algo acá.
Casa abandonada (Takano; Kuroki; Misato; Togashi) Exterior Takano no pudo evitar reirse ante las palabras de Togashi, antes de decirle algo primero se dirigió a Misato —Es tiempo de que regresen al Shukusha, conociendo a Takeda no va a dormir hasta saber que todos están a salvo; yo me quedaré aquí, esperaré a Natsu y a cualquiera que aún no ha regresado de su recorrido por la ciudad, además seguramente querrá hablar con el nuevo integrante— dijo Takano para después mirar a Togashi —Un par de chicos y un moribundo; creo que me he emocionado anticipadamente contigo —Señaló a Kuroki y Misato —Yo veo a dos guerreros, para mi no hay distinción. ¿Los ves flaquear ante sus heridas? ¿Escuchas que alguno de ellos se queje o me reclame? No—Takano jaló a Kuroki el cual se había acercado demasiado a ellos, seguramente para detener a Takano de cometer alguna imprudencia; a Togashi lo observó para que ellos emprendieran el camino al shukusha, mientras se disculpaba con Misato por haber detenido el entrenamiento; después volvió a dirigirse a Togashi —Tú también eras un guerrero; al mencionar a los Taira pude verlo en tu mirada. No te gustan mis métodos como a mi no me gusta tener lástima. Si buscas hablar de valores y desventajas podrás hacerlo con Takeda cuando te presenten ante él— Takano tronó sus nudillos —Si quieres darme una lección con tus puños, te esperaré cuando vuelvas a tener coraje— Takano tronó su cuello, se le veía de pésimo humor —Si te encuentras a un espadachín, saca tu espada. No recites poesía para quien no es poeta— Shukusha (Takeda; Ukita; Matsuda; Fuji; Daichi;Kohaku; Yuzuki; Hideyoshi;Mao; Suzume) La presentación había terminado; los empleados comenzaban a recoger todo mientras la señora Kagami llamaba a los invitados a cenar; una mesa con alimentos modestos estaban extendido en una mesa; aún así todo se veía delicioso, volvió a la recepción dónde aparecía nuevamente su hijo Seneatsu para tomar su lugar; Kagami miró a Daichi retirarse, pensando en sus palabras. Takeda se sirvió un poco de té y fue a disfrutarlo en soledad en el jardín que daba a los baños; de dónde Matsuda salía emanando vapor del tiempo que había permanecido allí. Se dirigió a su habitación para descansar. Hideyoshi; Ukita y Fuji ya dormían cómodamente en sus habitaciones sin ninguna molestia. Miko se despidió de Suzume, iba a hacer su típico recorrido por el viejo santuario donde oraba todas las madrugadas; por eso descansaba todo el día, era un ser nocturno. Takeda había terminado su té y se dirigía hacia la entrada del Shukusha, pues comenzaba a preocuparse por Kuroki; Misato; Natsu; Kenzaburo y Takano, ya había durado demasiado ese entrenamiento y no podía descansar hasta que todos estuvieran a salvo. En la entrada se encontró con Miko, quien cargaba aquella caja de música, algo destruída. —Lamento mucho que por la imprudencia de mis amigos y mia, tu caja de música se dañara— sonrió hacia Miko —Si me permites puedo arreglarla— Miko lo observó y sonrió; entregándole la caja de música; después de eso salió del Shukusha, para hacer sus recorridos usuales. Takeda la vió marcharse, sintió que debía detenerla para que no se fuera; pero sintió una mirada cercana, era Daichi quien descansaba fuera del Shukusha —Buenas noches— dijo como un saludo de cortesía mientras miraba al cielo — ¿Buscando alguna estrella que guíe tu camino? —preguntó. Santuario (Natsu) La voz siguió sussurando en su mente; sus palabras eran claras "Búscala en las calles nocturnas de Tsu, es muy débil pero no dudes en atacarla; no es alguien que no opondrá resistencia" esas fueron las últimas palabras que Natsu escuchó en su mente. La sacerdotiza lo miró intrigada, Natsu estaba sin ningún daño ante aquel encuentro —Así que has aceptado su propuesta— dijo alegre —No hay marcha atrás, has hecho una promesa— Por un momento, las plabaras de Takeda resonaron en sus recuerdos. "Meiyo; Honor; El auténtico samurai solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quién eres en realidad. No puedes ocultarte de ti mismo" Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 45 PV= 60 PV= 39 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 55 Mal descansado (-5 en defensa) PV= 87 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)
Kuroki Fusatada Me exalté al ser jalado por Takano, quién mas bien empezó a dejarnos ir al Shukusa, por o que solo me limité a asentir, no estaba de acuerdo con lo severo que era pero... Tampoco convenía seguir insistiendo, solo esperaba que Takano no se precipitase, pero también me preocuopaba Takeda, por lo que miré a Misato y comencé a hablar. —Dime por dónde queda el Shukusa, iré cuando Takano termine, sea cual sea el resultado—luego suspiré pesadamente. >>Me da mas bien tristeza ver así a Takano, pero tampoco quiero dejarlo sólo, ¿o tu qué propones?—le pregunté, sin dejar de caminar.
Natsu Gotho ♤ Santuario - Calles de Tsu, cerca al santuario del barrio antiguo. Escuchó atento, aquel nombre lo recordaba, sino mal estaba esa mujer estuvo presente en el Shukusha con la otra que cantó por la noche. No lo veía complicado, pero el que estuviera en ese sitio en aquella ocasión, bajo la sombra de alguien más rechinaba en cautela. Se estremeció ante la voz ajena mencionar la conversación como un trato firmado, procediendo a bajar los escalones sin voltear a mirar a la sacerdotisa, sintiendo el fresco aroma del aire soplar en su dirección, comenzando a caminar por la tierra firme cubierta de césped, manteniendo su cabeza en blanco luego de recordar a Takeda como un susurro de advertencia. La yema de sus dedos no dejaba de cosquillear al sentirse como un mocoso que es incitado a cometer una acción a cambio de un caramelo. Chasqueó la lengua. <<Natsu, cuando las promesas se rompen siempre hay reprimendas a cambio>> —Es algo tarde —murmuró para sí con la atención en la pálida luna. Su honor... no era más que un peso en sus hombros, escudriñarlo no era su intención, hacerlo más livianos tampoco. A fin de cuentas, él decidiría a qué llamaría honor y qué no. Sintió un ventarrón remover su espada, provocando que su muñeca izquierda se apoyara en la empuñadura. A medio camino del shukusha se desvió, introduciéndose en medio de los árboles hasta el santuario abandonado, notando las luciérnagas en medio de las calles desoladas. Con la cosa de su cabeza silbándole en donde podía encontrarla, no daría vueltas innecesarias.
Kohaku Ishikawa Shukusha Cuando Mao hizo mención a la idea de cenar, un claro y apetecible aroma a pescado y vegetales hervidos danzó hasta los sentidos de Kohaku. El muchacho olfateó el aire y sonrió, pero entonces... —Ah. No puedo comer con esto. La máscara de zorro le cubría el rostro entero. Arrugó el ceño, algo contrariado, y por un minúsculo momento deseó contar con la inexplicable libertad de no atarse a un simple objeto. Un objeto preciado, lleno de historias, voces y colores, pero... objeto en fin. Era una máscara, no su familia. —Lo siento, Ryouma-chan, creo que pasaré por hoy. Disfruta de la comida. Se despidió de la niña con una breve inclinación y, en su paso por la recepción, identificó de soslayo a la jovencita de la caja musical. Estaba conversando con Takeda y, luego de entregarle el instrumento, desapareció entre las oscuras calles de Tsu. Kohaku se posicionó junto al líder de los Minamoto y reparó entonces en la presencia de Daichi. —Buenas noches, señores —saludó, solemne, y luego su expresión se contrajo en una mueca de preocupación debajo de la máscara—. ¿Estará bien? Pareciera que hace estos paseos nocturnos todas las noches. Me inquieta que se confíe demasiado gracias a su buena fortuna. Tampoco es como si pudiera seguirla, no contaba con ese tipo de habilidades. Al parecer, lo único que podría hacer sería tragarse sus dudas y aguardar hasta la mañana siguiente para hablar con la muchacha. Quería comprender al menos sus motivos para tomar tales riesgos. Debían ser muy importantes.
Tanaka Heya Casa Feudal-Camino al cuartel militar -¿E-en serio?-dijo con un brillo en sus ojos que no pudo ser visto en la oscuridad. Se dió media vuelta de nuevo, mientras hizo una reverencia. -Es usted muy amable. Esta vez caminó hacia el cuartel. -Bueno se supone que si no se hubiera perdido Hide estaría en la prefectura de Kyoto. Hace algunos años tuve que hacer un viaje hacia Toyama, y cuando volví me enteré de que me había seguido unos días después de que me fuera. De algún modo logré seguirle el rastro hasta acá, pero no he logrado saber mayor cosa de él desde entonces.
Yuzuki Minami Shukusha Había continuando balanceando la flauta hasta el final del espectáculo, no había tocado todavía, pero sentía la necesidad de hacerlo. El aroma a té la atrajo, haciendo que se sirviera un poco, y dejara el espacio libre a los demás clientes. Se había dirigido a la recepción del hostal, esperando un poco menos de personas, y eso le permitió ver el intercambio que hizo Miko, antes de alejarse. Apretó los labios hasta convertirlo casi en una línea, porque esos paseos nocturnos de la chica no le daban la mejor de las espinas, y observó al joven a quien le había entregado la caja de música. Estaba por acercarse cuando una silueta conocida lo hizo. Notó la máscara de kitsune y sonrió para sí. —Buenas noches —saludó desde una distancia prudencial, anunciando su presencia antes de acercarse—. Espero que no les incomode la presencia de una señorita. Luego se volvió hacia el joven de la máscara. >>Ah, Kohaku. Veo que tuviste suerte con eso de quitarte la peste a puerto —bromeó mientras clavaba la vista en el horizonte, luego de mirar a Takeda, quien conservaba la caja de música, con el rabillo del ojo—. Miko se fue, ¿no? Me preocupa que salga de noche así... Contenido oculto tremenda chismosa eh
Kobayashi Masuyo Mao "Ryouma" Dentro del Shukusha Mao había vuelto a tener el rostro amargado de siempre, aunque no estaba enfadada precisamente, tal vez solo agotada. —Entiendo —contestó a Kohaku, y le respondió el gesto con una leve inclinación también—. Cuídate —agregó con volumen bajo. Mientras se dirigía a la mesa con alimentos, notó que Seneatsu volvía a estar en el puesto, lo saludó con una leve inclinación de cabeza. Siguió caminando y metió en un pocillo pescado, para luego servirse té e irse a comer al extremo más aislado de la mesa. Buscó con la mirada la figura de Miko mientras comía, notando que no estaba presente. ¿Habría salido nuevamente al templo? No le gustaba para nada la idea esa idea. Decidió concentrarse en comer y beberse el té, apurándose más de lo que acostumbraba.
Shukusha (Takeda; Daichi;Kohaku; Yuzuki) Exterior Takeda observaba la cajita de música; era algo rudimentaria pero efectiva, su hermano mayor solía tener una, eran artefactos extraños provenientes de China, sabía que con algo de tiempo adicional podría hacer algo por ella. Takeda se concentró en la voz de Kohaku, al mirarlo se confundió unos instantes por el cambio de máscara —Buenas noches —dijo en respuesta —A mi me preocupa del mismo modo; seguramente se dirige al Santuario donde la vimos, con sólo un día pisando aquel lugar yo casi...— confesó a Kohaku, explicando con escasas palabras por lo que había pasado ese día sin poder concretar la oración —Me gustaría saber mas de esta mujer, pues parece que a nadie le preocupan sus paseos nocturnos—volvió a mirar a Daichi; estaban hablando demasiado frente a un extraño —Perdone nuestro balbuceo — Había dicho demasiado —Creo que no estaría mal poder orar nuevamente; esta vez no hay nada que pueda aferrarse a mi— miró hacia Kohaku, estaba muy agradecido con su alianza al clan; sabía que Obata sólo podía enviarle aliados de fuerte calidad humana. En ese momento una señorita se acercó a ellos, al parecer conocía a Kohaku por nombre; tendría que regañarlo después, Takeda sonrió —Buenas noches señorita; la compañía nunca es una molestia— Takeda comenzó a avanzar; esta vez al menos sabía la ubicación. Santuario barrio antiguo (Natsu) Mientras Natsu esperaba; el lugar estaba destruído, no por medios naturales pues parecía que alguien había destruído con saña aquel sitio hace un largo tiempo. Natsu permanecía oculto; mientras que Miko caminaba hacia aquel sitio en llanto; sus lágrimas eran de una agonía muy profunda, se lamentaba constantemente. Su sufrimiento era tal que estremecía al más fuerte. Entró por el arco destruído para subir lentamente por las escaleras junto al pozo de agua. Miko subía limpiando sus lágrimas, parecía que el canto era algo que las detonaba; comenzó a cantar con un dolor inmesurable. Se incó con suavidad mientras cerraba sus ojos terminando el melancólico canto; para continuar con una oración en silencio. Contenido oculto: Natsu Tu acción depende de ti; si atacar en silencio con un dado de 50 O atacar de frente con tus dados usuales: Tirar un dado de 15 caras. Este representará el ATAQUE Tirar un dado de 10 caras. Este representará la DEFENSA Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa la SUERTE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” se le sumarán +5 de ataque. Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un ESQUIVE de tu personaje; si en el dado sale “5” esquivarás el ataque de tu oponente Puntos de vida= 60 Misato Natsu Kuroki Kohaku Mao Kenzaburô Hideyoshi Heya Suzume Yuzuki Daichi PV= 45 PV= 60 PV= 39 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 PV= 60 muy bien descansado +2 defensa Takeda Takano Ukita Matsuda Fuji PV= 55 Mal descansado (-5 en defensa) PV= 87 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 90 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 80 Mal descansado (-1 en defensa) PV= 60 Mal descansado (-1 en defensa)