Tras la Victoria

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Borealis Spiral, 21 Septiembre 2013.

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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Órale, que emocionante competencia. Las tácticas entre Jeremías y Ax son muy buenas, además, no solo tienen qué cuidarse uno al otro, sino que también a sus compañeros, haciendo que ellos tomen la delantera, wow, a eso sí llamo jugar en equipo. La actitud de Ax con referente a la competición, la de ganar o perder se me hace equilibrada, quiero decir, a todos nos gusta ganar, pero también hay que estar conscientes que se puede perder y que cuando eso sucede, hay que tomárselo con calma, sin frustración, no obstante, comprendo también su objetivo, ganar por Andrés. Qué linda, es posible que una victoria le de más seguridad a este muchacho tan inseguro, lo que me preocupa más, porque significa que una derrota... Oh, ¿en qué estado sumiría a Andrés? Ay, estoy nerviosa, casi que siento miedo ver en la competencia a Andrés... no, no quiero pensar en las amenazas de Mario para hacerlo perder. ¿Qué hará? ¿Quién obtendrá la victoria?

    Por otro lado, vi como saltó el corazoncito de Jeremías por Ax y también estoy feliz que este chico llegar a "Los Cardenales" para su bien, sin embargo, me siento triste por Ron, ahora que sé cuál es su problema. Sin equilibrio, se ve obligado a abandonar el skate, su mayor pasión, awww, qué mal, pero me alegra ver que en un momento difícil, ha vuelto a retomar la amistad con Oscar, yo creo que sí porque fue capaz de confiarle algo tan delicado como su mal padecimiento, uno que fue originado por aquella pelea donde defendió a Ax, pero Oscar, oh, aunque siente culpa, creo que no debería sentirla.

    ¿Qué sentirá Ax si llega a saberlo? ¿Podrá Oscar guardar el secreto de Ron?

    No sé, así que espero seguir leyendo. Que la inspiración regrese pronto para que puedas seguir regalándonos más capítulos de esta genial historia.

    Nos vemos. TAM
     
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    Borealis Spiral

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    @Víngilot ¡Hola! ¿Ha paso mucho, cierto? Gracias por tus animadoras palabras de siempre, en verdad; no pensé que fuera a gustar tanto el capítulo, me alegro. No soy buena en deportes en general, mucho menos escribiéndolos, pero sí que me gusta verlos o leerlos, jejeje, así que intenté darle lo mejorcito que sé del tema a esta historia. En cuanto a cómo terminara, pues habrá que ver. También tendrás que esperar para ver qué pasa con Andrés, porque este capítulo es el fin de la conversación de Oscar y Ron y un poco de la competencia, con Lina como protagonista :o ¡Gracias por leer y cometar, lo aprecio mucho!
    @Marina ¡Master, gracias por tus apoyo incondicional de siempre! Me encanta n.n A mí no me gusta perder, la verdad (por eso prefiero no jugar, cof), pero es verdad, la cuestión es divertirse. Lo de Andrés y su decisión final tendrá que esperar todavía, pero ya llegará, lo extraño xD Ya lo creo que Jeremías hizo un gran cambio para "Los Cardenales"; a lo bien que se lo merecía, todos son buenos chicos (aunque a ninguno le tengo nombre lol). Y bueno, aquí el siguente capítulo que me costó horroes traer, pero que al final pude sacar de la mente. Más vale tarde que nunca. Gracias por leer y comentar. Sabes que te quiero requete mucho *u*

    A los demás que se pasan a leer, muchas gracias por tomarse el tiempo. Lamento mucho la tardanza, pero cuando no hay insiración, ni para qué obligarse o estresarse. Espero que este capítulo les guste. ¡Disfruten!

    Veintidós

    —Explícate, Ron —exigió Oscar, frunciendo el ceño, no estando seguro de cómo sentirse con respecto a la declaración de su amigo—. ¿Exactamente qué pasó esa noche?

    Oscar sabía cómo habían estado las cosas desde la perspectiva de Ax dado que se lo había contado, y por lo mismo sabía que Ron lo había ayudado, aunque no sabía cómo lo pasó él; no sabía qué heridas pudo recibir de aquella pelea, no sabía que le habían dañado algo tan importante como lo era el oído. Y es que cuando se enteró de todo, Ron no estuvo a la visa, ni esa noche ni los días siguientes a ese; simplemente borró su existencia del mapa. Así fue hasta que se vieron por primera vez después de casi tres meses, en la competencia que Jeremías organizó como nuevo líder de “Los Cardenales”. Oscar había estado preocupado, sí, pues la sombra de que Ron tuviese una posible herida de gravedad se mantuvo al acecho, pero su mortificación se vio reducida un poco al verlo ese día, ya que aparentaba estar bien, sano. De poroto, recordó ese instante en la participación de Ron; en esa contienda, su skate había sido lamentable, y aunque en el momento Oscar lo relacionó con poca práctica, ahora comprendía la verdadera razón de tan mediocre actuación.

    —¿Qué pasó esa noche? —repitió Ron, arrugando el entrecejo de igual forma—. Pasó exactamente lo que sabes, Oscar. El que era el líder del equipo en ese tiempo estaba demente y propagó su locura a muchos miembros; quiso justificar su pobre manejo de “Los Cardenales” primero con trampas y luego con amenazas, para después pasar a los ataques.

    —Sí, dos o tres chicos de los nuestros sufrieron de esas agresiones —asintió Oscar, apretando los puños—. Por la culpa de ese imbécil un tercio del grupo renunció ante el temor de ser el siguiente en la lista.

    —Sí bueno —Ron se encogió de hombros—. Por aquella época yo estaba realmente molesto con ustedes y sentía mucha amargura por todo lo que había pasado, así que no me importaba mucho lo que fuera del equipo.

    Oscar suspiró, cerrando los ojos y pellizcándose el puente de la nariz, sabiéndose culpable de ese supuesto desinterés. No debió ser fácil para Ron cargar con semejante resentimiento; debió suponerle una verdadera tortura fingir que odiaba o que no le importaba el grupo que siempre admiró, el grupo por el que se esforzó tanto en el skate, el que lo acogió y lo ayudó a mejorar, donde tenía grandes amigos; el equipo del que siempre quiso ser líder. Y todo por su causa. Porque no sólo le había arrebatado el puesto que deseaba, sino que también le quitó a su prometida y en el momento de la verdad, hasta terminó robándole el apoyo de sus camaradas. Era un monstruo. Lo miró con ojos llenos de culpabilidad.

    —Lo siento tanto, Ron. Te he provocado más sufrimiento del que pensaba.

    —Sí, lo has hecho —afirmó el otro, mirándolo con fijeza, taladrándolo—. Pero lo tengo claro ahora. Quizás Ax nunca termine por caerme bien; tal vez jamás llegue a confiar en Lina nuevamente; probablemente no sea capaz de recuperar el lazo que tenía con “Gecko”. Y así como tal vez no llegue a hacer nada de eso, de igual forma no puedo odiarte, Oscar, no puedo no perdonarte. Eres mi amigo, el mejor y eso fue lo que me obligó a vigilarte, y no sólo a ti, sino que a Ax y Lina también; porque aunque no me agraden, ambos significan tu vida y como tal, mi deber era…es protegerla a toda costa.

    —Y no sabes cuánto te lo agradezco. No hay manera de que pueda pagártelo, Ron —se sinceró Oscar con voz ronca ante el repentino nudo que se le formó en la garganta.

    —Da igual. Si lo hice en el anonimato era porque esperaba recibir nada y sigo sin hacerlo, mas no habría imaginado que las cosas terminaran como lo hicieron. La verdad, que estuviera cerca de la escena del crimen aquella noche fue mera coincidencia. Había estado atento a los movimientos de Ax por varios días y ese no fue diferente, pero cuando regresó a casa por la noche, supuse que ya no saldría, así que decidí irme también; no me cruzó por la mente que volvería a salir a una compra de última hora. Afortunadamente, yo no opté ir a casa de una vez, así que vagué por el vecindario un rato, hasta que en la quietud del entorno dada la hora, pude distinguir el sonido de una pelea y tuve un mal presentimiento.

    —¿Sospechabas que era Ax? —indagó Oscar, incrédulo y curioso. Ron negó con la cabeza.

    —No sabría decirlo. No estaba seguro realmente, pero algo dentro de mí se sintió inquieto; llámalo corazonada si quieres, o dile el resultado de semanas de paranoia. El caso es que mientras llegaba al lugar de los hechos, llamé a la policía y di la ubicación aproximada. Luego, llegué a medio combate.

    —Ya le habían hecho la herida, ¿cierto? —Oscar quiso asegurarse y Ron le lanzó una mirada indescifrable, entornando los ojos.

    —¿Eso te dijo? —Vio que Oscar asentía—. Ya veo. En ese caso te mintió.

    —¡Qué! —Oscar se exaltó un poco—. ¿Por qué lo haría? Ax no me ha mentido nunca, no le gusta. ¿Por qué haría una excepción y más tratándose de una situación tan delicada como esa?

    —¡Y yo qué sé! —Ron alzó los brazos, tan confundido como su amigo—. Ax me es un enigma completo, simplemente no lo comprendo. Tal vez no quería que te enteraras de que a pesar de que yo estaba allí no puede hacer lo suficiente para evitar que saliera lastimado; quizás lo hizo para que nuestra amistad rota no se despedazara más, o probablemente… no lo sé. No sé qué pudo pasarle por la mente en ese instante. Si tú no te das una idea siendo su hermano, ¿yo qué puedo saber?

    —De acuerdo, ya le preguntaré después. ¿Pero entonces? ¿Qué sucedió? —quiso saber el líder de “Gecko”, ansioso.

    —Conmigo en la pelea les resultó complicado acercarse demasiado a Ax, así que tuvieron que quitarme de en medio. Lo mejor que se les ocurrió fue darme ese tremendo trancazo que terminó de lleno sobre el oído; fue con algún tipo de garrote, aunque no estoy seguro. Después del golpe no recuerdo mucho. No perdí el conocimiento de milagro, pero estuve muy desorientado, tenía la vista nublada y todo daba vueltas, pero lo que nunca olvidaré será la sensación de quedar totalmente aturdido, sin escuchar nada, antes de que ese infernal pitido se presentara por primera vez. Cuando recobré la compostura un poco, Ax ya había sido herido y la imagen de él tendido en el suelo, con sangre bañando su rostro es algo que tampoco puedo olvidar. ¿Tiene pesadillas?

    —Durante las primeras semanas después del ataque sí que fueron recurrentes —confesó Oscar en tono sombrío—. Después fueron haciéndose aisladas y últimamente no las ha tenido.

    —Ya veo —Ron pareció destensarse un poco—. Eso es bueno. A mí me asaltan todavía y es espantoso, así que realmente no le deseo eso a nadie.

    —Lo lamento tanto, Ron.

    —Basta de disculpas. Me pones nervioso.

    —No puedo evitarlo. Es muy injusto que pasaras por todo esto. Me siento responsable de algún modo.

    —No lo eres. Ya te he dicho que fue mi decisión —lo reprendió el de ojos ámbares.

    —Ron, Ax tiene que saber esto —dijo al final Oscar, después de un rato de comerse la cabeza, exaltando a su interlocutor, quien se apresuró a negar con vehemencia.

    —¡No puedes! Prometiste que no se lo dirías a nadie y tienes que cumplir. Has dado tu palabra, con un demonio. Nadie puede enterarse de esto; nadie, en especial Ax.

    —¿Por qué no? Es algo que le concierne y mucho —Oscar no entendió la postura del otro.

    —Porque si se lo dices va a cargar con toda la culpa del mundo; va a sentir lástima por mí y se me pegará como una sanguijuela con la estúpida creencia de que tiene que compensarme por lo que sufrí al defenderlo. ¡Diantres! Si ya para pagarme el no favor que le hice de ayudarlo esa noche se adhirió a mí como un chicle, no quiero pensar qué hará si se entera de esto. ¡Qué fastidio! Definitivamente, no, no y no. No pienso soportar eso por nada del mundo, así que Oscar, sé hombre de palabra y cierra el pico.

    Oscar suspiró por demás exhausto, aunque ligeramente divertido. A veces simplemente no comprendía cómo era que Ron toleraba tan poco a Ax, y aunque le parecía un poco exagerado lo que dijo su amigo, sí tenía que reconocer que Ax podía tomar ese tipo de acciones extremistas cuando se sentía comprometido por algo; además, Ax sí que podía llegar a sentir lástima por los más desfavorecidos, sobre todo si se relacionaban directamente con su persona en el sentido que fuera. ¿No era por eso que ayudaba y pasaba tanto tiempo con Andrés? ¿Por qué le tenía lástima? ¡Y cómo no! El chico daba bastante pena, aunque a él lo exasperaba más bien, pero eso no iba al caso. Aquí lo que importaba era que le había prometido a Ron no hablar de aquello e iba a cumplirle, por lo que expuso con firmeza.

    —De acuerdo, nadie sabrá nada de mi parte, tal y como acordamos.

    —Bien, me alegro. Pero vamos, ya has perdido mucho tiempo conmigo. Debes esperar a los tuyos antes de que la carrera concluya en definitiva.

    —Tienes razón, pero antes, necesito asegurarme de que mantendremos contacto. No quiero que esta conversación haya sido para nada, Ron.

    —Sí, sí, lo que quieras. Seguiremos en contacto.

    —Entonces dame tu número de celular. Sé que lo cambiaste desde que pasó lo del Lina porque intenté llamarte y ya estaba fuera de servicio.

    —¿Puedes culparme? —Ron sacó su celular del bolsillo, el que estaba agrietado de la pantalla; tenía que arreglarlo ahora que dejaría el skate—. ¿Tú sigues teniendo el mismo número?

    —Claro. Yo no tengo el presupuesto para cambiarlo cada que me da la gana.

    —Ni creas, yo tampoco; ya no —se quejó Ron—. Desde que cambié el trabajo por ese de mecánico y sólo a medio tiempo, mis ingresos no son los mejores. Tengo que cambiar de empelo otra vez o conseguir otro de medio tiempo por la tarde. De ahora en adelante tendré mucho tiempo libre.

    Oscar no dijo nada, aunque no puedo evitar sentir una punzada de pesar por todo aquello. Aun le costaba creer que Ron en verdad fuera a dejar el skate, pero no podría hacer más que apoyarlo en esa decisión en lugar de obligarlo a reconsiderar algo que no tenía caso. Su celular vibró y vio la llamada entrante del número de Ron, por lo que lo guardó en sus contactos.

    —Listo, agregado —confirmó en cuanto terminó.

    —Igual aquí —notificó el de orbes ámbares.

    —En ese caso, te llamaré un día de estos y quedamos para salir.

    —Me parece perfecto. Eres mejor compañero de copas que Ax.

    —Gracias por el cumplido —Oscar rio con sarcasmo—. Nos vemos después, Ron. Cuídate mucho, por favor.

    —Lo mismo digo. Hasta otra, Oscar.

    Y sin agregar más a la conversación, Ron se dio la vuelta, alejándose en la distancia, dejando a Oscar plantado en su sitio unos segundos, observando su figura andante antes de colocar sus perlas cafés sobre el aparato que seguía en su mano. Sonrió alegre. Por fin habían arreglado todo; por fin volverían a recrear momentos y recuerdos de su recompuesta y reforzada amistad. No cabía duda, él ya había ganado una victoria ese día.

    -TV-​

    Lina continuaba con su patinaje, completamente concentrada en el camino, no deseando distraerse para que el esfuerzo que había hecho Darío no resultara en vano, y pudiera mantener aquella ventaja contra “Los Cardenales”. En patinaje rápido no se destacaba mucho, estaba a la par con lo que le permitía hacer su altura promedio y su físico, pero como la zona contaba con obstáculos, eso le sería provechoso ya que ella era excelente pasándolos, pues manejaba bien los trucos y mantenía el equilibrio. Sin embargo, cuando dio una vuelta rápida para ir por la siguiente calle de la carrera, descubrió que detrás de ella, a algunos metros de distancia, ya se encontraba uno de sus contrincantes, patinando a toda potencia con el fin de alcanzarla. Lina pensó que seguramente sus compañeros estaban ocupados con sus respectivos oponentes, por lo que ella también tendría que ponerse a la defensiva. Lo bueno fue que recorrió buena parte del trayecto sin mucha presión, lo que de por sí la ayudaba a mantener una mente serena, y eso la beneficiaría para pensar mejor.

    El sujeto acortó la distancia entre ellos cada vez más conforme los segundos transcurrían y casi le pisaba los talones a la mujer cuando uno de los obstáculos se hizo visible, el que consistía en que varios pedazos de madera largos y altos estaban ubicados en todo lo ancho de la calle, dejando el suficiente espacio para que el patinador continuara en línea, es decir, poniendo un pie frente al otro y patinara, o hacerlo sobre una sola pierna. Lina supo que el truco requería bajar la velocidad del patinaje, o de lo contario, el equilibrio podría verse afectado. No obstante, dado que venía practicando esa clase de movimientos desde que podía recordar, decidió mantener la rapidez, atravesando el segundo carril, en línea. Al verla, el otro tipo optó por imitarla, yendo por el tercer carril, un poco tocado en el orgullo masculino, pensando que no se dejaría vencer por una fémina, así que él pasó a través de las tablas patinando sobre una pierna, con una certeza también increíble, por lo que al reanudar la carrera, ahora sí que terminó justo detrás de la chica.

    Lina chasqueó la lengua, un poco decepcionada de que ese obstáculo no amedrentara un poco a su rival; pero a pesar de eso, comprendió que si era uno de los participantes en aquella zona, su patinaje debía ser bueno, así que evitaría subestimarlo; de hacerlo, podría cometer un gran error. Por ello, se dedicó ahora a evitar que el oponente la rebasara, bloqueándolo lo mejor posible, demostrando que sus reflejos eran buenos en aquella contienda de movimientos. Incluso en un instante en el que su contrario había aprovechado un bache de la calle en el que Lina había caído haciéndola trastabillar ligeramente, sin peligro real de caerse, pero sí reteniéndola apenas para que él la pasara de lado, la joven pensó rápido y haciendo una maniobra consistente en dar una increíble media vuelta, logró situarse justo frente a él cuando intentó hacerse a un lado y adelantarla, quedando cara a cara, en tanto ella patinaba hacia atrás sin aparente problemas, sorprendiendo mucho a su adversario, ya que la acción le resultó un poco temeraria.

    En realidad, Lina misma la consideró muy arriesgada, por lo que casi al instante volvió a dar media vuelta para mirar el camino frente a ella, mientras orgullosamente se mantenía a la cabeza de la carrera, y agradeció que sus nervios, condición física y habilidades no la traicionaran en el último segundo. En eso, llegaron al siguiente obstáculo, que consistía en saltar lo que parecían ser barricadas, las que aumentaban de altura conforme avanzaban. Las primeras fueron fáciles para los dos, pero luego resultaron complicadas al ser más altas cada vez, ya que la potencia del salto aumentaba, haciendo que el aterrizaje del otro lado se dificultara mucho y la estabilidad se viera perjudicada.

    Con todo, Lina fue capaz de pasarlos todos, usando un salto que no exigía demasiada energía, pero sí requería una buena posición del cuerpo en general, sobre todo de las piernas, el que le fue sencillo porque ella era muy flexible y atlética, así que lograba flexionar y alzar sus piernas de tal forma que apenas le estorbaran para pasar la barrera, quedando casi a la altura de su cintura, así que no sufrió retrasos innecesarios. Por el contrario, su contrincante se vio en apuros, ya que al caer de los saltos más altos, tenía que detenerse un momento a restablecer su firmeza y en el penúltimo obstáculo, chocó con la parte superior del mismo, robándole fluidez en el salto y desequilibrándolo, por lo que casi cayó al suelo cuan largo era de no ser porque metió las manos, retrasándolo y permitiendo que Lina se alejara.

    Jadeando profusamente por la adrenalina experimentada, por el deseo de ganar y por el gran esfuerzo que estaba ejerciendo, Lina decidió tomar ventaja de esa oportunidad pisando fondo, drenando gran parte de las fuerzas que no había usado al principio al verse tan adelantada. Afortunadamente, ya estaba por llegar al final de la zona; tan sólo necesitaba pasar el último obstáculo, el que divisó en ese instante, tratándose esta vez de la calle abarrotada de conos, colocados casi que de manera aleatoria, obligando a los participantes a atravesarlos haciendo zigzagueo con los patines, por supuesto, de una forma acertada. A pesar de que era un truco que necesitaba mucha concentración, estabilidad y reflejos, en comparación con los otros, a Lina este no le costó tanto trabajo, pero en cuanto lo pasó, descubrió que su oponente ya estaba por llegar a ese obstáculo también, demostrando que su principal habilidad era la velocidad, así que la chica volvió a patinar como si se le fuera la vida en ello. Tuvo que reconocer que “Los Cardenales” tenía miembros muy persistentes y apasionados; eran sin dudarlo, grandes rivales.

    Y en el siguiente sale Andrés, ¡sí!... Ojalá -.-' Por ahora es todo. Gracias por leer.
     
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    Víngilot

    Víngilot Usuario común

    Virgo
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    Eah! Sencillamente grande este capítulo. Pero bueno, comienzo con la charla entre Óscar y Ron en la que me da un gusto saber que definitivamente han hecho las paces, un gran esfuerzo si me lo preguntan porque ambos han tenido que hacer a un lado su orgullo, cosa nada sencila, insisto. Ha sido una charla reveladora, no me imaginaba que tanto Ax como Ron hubieran pasado por eso, han sido sucesos terribles para los dos, cada uno en su vida lleva y llevará ese lastre por siempre, afortunadamente ambos tienen extraordinarios amigos para aliviar y superar el trauma. Ax es una persona increíble, me parece que es la estrella de esta historia, mira que sobrevivir a aquello y sonreír y trabajar como si nada hubiera ocurrido y todavía darse a la tarea de apoyar a Andrés. Por cierto que Ron ha solicitado un favor muy peculiar, eso de guardarse el secreto para librarse de alguna manera de Ax es muy tierno, incluso. Ahora sé que Óscar apoyará, con ayuda de Lina, a su amigo para si no aliviar su problema auditivo, sí para tratar de llevar una vida lo más normal posible: trabajo, compañía, amistad; es hermoso contar con amigos así.
    Y en cuanto a Lina pues qué habilidad para hacer esas maniobras, no sólo temeraria como dices si no virtuosa y admirable ¡¿quién no disfruta esas jugadas de fantasía?! las vería mil veces con la misma pasión y emoción ¡el deporte es un arte, una chulada! Y pues a punto de ganar pero presiento que vas a hacer algo travieso con Andrés, ay no BS, ay no. Oye, acá entre nos ¿cómo es que sabes tanto acerca del skate? ¿acaso lo practicas, tienes amigos que se dedican a eso, lo ves por tv? Es que el dominio que tienes acerca del tema es impresionante, no creo que baste el internet para empaparse y describir de esta manera tan autoritaria este tipo de competencias ¿cuál es tu secreto? anda, dímelo, no seas mala.
    Bien, pues por el momento es todo, estoy a la espera del próximo en donde me encantaría ver a Andrés por fin cubrirse de gloria y levantar la copa en medio de los gritos eufóricos de sus compañeros y amigos, hagámosle justicia a este chico. Un placer BS, hasta pronto.
     
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Holaaa, por fin te comento también xD

    Y bien, ¿qué puedo decir? Solo que me ha encantado que Óscar y Ron hayan hecho la paces por fin. Me gustó mucho la conversación que tuvieron, porque así supe más acerca de esa noche que Ax fue atacada por aquél lunático ex capitán de los Cardenales y sus aliados. Ahora la cicatriz que veo en Ax es no solo literal, sino simbólica, pues representa esa noche en que la obtuvo, pero que se demostró que Ron era y es ese amigo en el cual se puede confiar, pues mira que a pesar de haber sucedido lo que sucedió entre él y Óscar, estuvo ahí siempre cuidándolos, aun cuando Ax no le cae muy bien... lo que no sé por qué si es un encanto. De todos modos lo tolera por el amor que le tiene a Óscar, qué lindo y si antes Ron me parecía un gran personaje, con esto a aumentado su valor a mis ojos u.u.

    Y Óscar debe sentirse muy privilegiado y bendecido por haber recuperado su amistad con él. Ay, voy a llorar, es que fue un momento tan tierno el final de esa conversación, pues seguirán en contacto, fortaleciendo esa amistad que vivió un tiempo muy, pero muy difícil.

    Ahora, la competencia sigue viento en popa, con Lina llevando la delantera, pero también tengo un presentimiento como Víngilot, de que harás algo con Andrés para que se pierda esa ventaja que Lina, la que resultó ser una excelente contrincante, logró.

    ¡Andrés, espero que no le falles al equipo!

    Buen capítulo, espero el que sigue, así que nos vemos. TQM
     
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    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Por fin, por fin y más por fin. Ya estoy de vuelta con mis comentarios. Primera mente, lo que más ha llamado la atención es, la amistad de Oscar y Ron ya volvió (quiero creer eso). En realidad se nota, pues que Ronaldo le haya contado sobre su problema con el oído, indica que en realidad lo aprecia y sigue viendo como amigo. Esa es la buena noticia, ahora, ¿sabes que sería la cereza en el pastel? (ni siquiera sé si en realidad a si va la expresión xD) la victoria de Andrés, sip, para que por fin se libere de esa opresión que siente y se anime un poquito. Y bueno, la victoria o no de Andrés (sí, digo Andrés, aunque es la victoria de los Gecko) en el próximo capítulo.

    Ahora, pero que buena es Lina para maniobrar de esa manera los obstáculos, te luciste describiendo esa carrera, muy buena. Me gustó mucho cuando hizo la maniobra de patinar hacía atrás, me imagine la escena y fue genial. Y otra cosa, pero que, es cierto, no les tienes nombre a los integrantes de Los Cardenales, ¿por qué? Solo el de líder y el médico, *que por cierto he olvidado su nombre :P*

    Creo que eso es todo de mi parte, nos estamos leyendo.

    Bye-Bye.
     
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    Borealis Spiral

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    @Víngilot ¡Gracias por pasar a leer y comentar! Valoro mucho tu apoyo. Jejeje, no yo no practico skate ni ningún otro deporte de los que se mencionan aquí; la verdad es que el ejercicio no se me da bien; tampoco tengo amigos que lo practiquen. Esta historia está basada en pura investigación y es por ello que a veces las carreras me salen cutres y también por eso tardo tanto en actualizar, se me complica mucho. Por cierto, en este capítulo hay una escena muy parecida a una de tu último capítulo, espero que no te moleste; no lo hice para copiarte, ya la tenía pensada más o menos, así que me sorprendió leer la tuya también. Espero que puedas tomarla como una fuente de inspiración para mí, en verdad lo siento.
    @Marina Gracias también por tu comentario, Master, me encantan n.n Sí, Ron es un buen amigo, haría lo que fuera por Oscar, lo quiere mucho, lo que me hace preguntarme qué tiene este hombre que todos se desviven por él (incluyéndome xD). En fin, me alegra que te gustara la carrera de Lina y en cuanto a Andrés y como termina la carrera, bueno, aquí se verá; espero que no me mates xD
    @GRSara Vongola ¡Gracias por pasarte a leer y comentar, Sati! Súper mega valoro tu esfuerzo, jejeje. Yo creo que todos queremos que Andrés gane, yo quiero, eso es seguro, pero por desgracia él tiene un enemigo muy... feo ¬¬ Y lo sé, me siento mal por "Los Cardenales" Merece que nombre algunos por nombre xD Mi error, a ver qué hago para enmendarlo... o no :p Fernando es el médico n.n ¡Gracias por leer!

    A los demás que se pasan a leer, muchas gracias, ¡los aprecio mucho! Aquí el traigo el siguiente capítulo, en el que creo ya vemos un cambio destacable en nuestro pequeño Andrés y conocemos un poco el pensar del antagonista o.o Espero que les guste. ¡Disfruten!

    Veintitrés

    Andrés había cesado su llanto hacía algunos minutos atrás y se había limpiado el rostro con su camiseta, por lo que los únicos rastros de que había estado llorando eran, sin contar a los testigos, los sollozos que aún sacudían su cuerpo y la irritación de sus ojos. No había encontrado ninguna respuesta correcta o que lo hiciera temer menos de su actual encrucijada. Con todo, ahora se hallaba más sereno y sin aquella gran opresión en el pecho, pero seguía cuestionándose en cuanto a si continuar o no. La idea de que Ax pudiese salir herido simplemente lo atenazaba sin piedad, pero el pensamiento de rendirse ahora lo agobiaba en gran medida. Quería ganar con cada fibra de su ser, pero tenía miedo; ansiaba participar en esa carera y triunfar en nombre de su equipo, pero estaba asustado; anhelaba cruzar la meta y probarse útil, pero temía por su amigo.

    ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Qué hacer?

    Ya no pudo pensar más porque escuchó que los espectadores comenzaron a hacer escándalo en cuanto divisaron que los competidores se acercaban a la zona de ciclismo, listos para hacer el cambio y proseguir. Andrés vio a Lina que era seguida de cerca por su contrincante y más atrás, algunos metros alejados, también pudo distinguir a Elías y su respectivo rival, quienes mantenían una lucha por el liderazgo entre ellos. Sus ojos grises no captaron a Ax, pero supo con certeza que por allí andaba también, esforzándose al máximo y él quería imitarlo, hacer lo mismo, dar todo su potencial. Por eso, ya después de que Lina llegara, montara su propia bicicleta y partiera, teniendo detrás de ella al miembro de “Los Cardenales” que fue el relevo en esa zona, Andrés también tomó su papel de cambio en cuanto Elías estuvo frente a él, notificándoselo al árbitro y arrancó.

    Fue un impulso, no pensó, fue casi instintivo el hecho de que comenzara a pedalear con energía envidiable, cuidándose del que había seguido a Elías y que ahora lo perseguía a él para que no lo rebasara, al mismo tiempo que ponía toda su atención en los participantes frente a él, pensando en cómo pasarlos. Y es que en verdad quería ganar; a pesar de cualquier cosa, de cualquier amenaza o vicisitud, él amaba esos deportes, amaba a su equipo, amaba a Ax y si no podía tomar una gran función para defender a su amigo cuando estuviera en problemas, al menos siempre podría fungir como su escudo personal y recibir los golpes en su lugar. Después de todo, ahora era parte de un grupo, un equipo, una especie de familia y debía ejercer un papel dentro de éste, así fuera el de servir como pieza para obtener la victoria o servir de escudo.

    De esa manera, con los ánimos más subidos que nunca, Andrés condujo su bicicleta por entre el camino designado en medio de aquel cerro boscoso y empedrado, cuya dificultad no sólo tenía que ver con la tierra suelta y las masas rocosas que de vez en cuando se atravesaban en su paso, sino que también por la vegetación que hacía más estrecho el camino, apenas para retener a una persona; además de algunas raíces de árboles que se elevaban sobre subsuelo dándole más inconveniencia a los participantes, quienes debían mantener un excelente control a la hora de atravesarlas, pues un movimiento en falso y podrían caer. Sin embargo, precisamente por eso era que Andrés había sido elegido, pues sus aptitudes en cuanto al equilibrio habían demostrado ser de gran nivel; sí, el joven tenía buenos fundamentos en la estabilidad.

    Y justo por aquello, Andrés mismo decidió que el momento perfecto para rebasar a su oponente sería cuando empezaran a descender el camino montañoso; era arriesgado dada la velocidad que tomarían y dado el relieve del terreno, pero era mejor que no intentar nada. Por el momento sería mejor mantener el ritmo a un paso equilibrado, lo que le quedó más que claro al ver que la distancia entre él y Lina se hacía cada vez más corta, dándole la delantera a su oponente, siendo evidente que la mujer empezaba a agotarse. Por si fuera poco, el miembro de “Los Cardenales” que iba a la cabeza pareció tener la misma idea que él, pues notó que se tomaba su tiempo en subir el sendero curvilíneo, dándole a entender que el manejo de la cuesta abajo determinaría la verdadera carrera de ciclismo.

    Dicho y hecho, en cuanto empezaron a descender, inició la contienda y Lina, sintiendo una especie de corazonada o gracias a su instinto femenino, le dio oportunidad a Andrés de que él se enfrentara contra el tipo que iba en primer lugar, por lo que lo dejó rebasarla mientras ella se encargaba del otro tipo; al fin y al cabo, Ax confiaba en él y lo hacía por algo, así que ella también le daría el beneficio de la duda. Lina no lo supo, pero el castaño le agradeció interiormente que le diera esa ocasión de probarse a sí mismo; se sentía enormemente valorado, comprendiendo que ese tipo de gestos amables que “Gecko” le hacía eran los que le habían dado la resolución de seguir adelante y pelear para vencer. Estaba infinitamente agradecido y no quería ni pensaba fallarles.

    Andrés sintió cómo la colina iba bajando y que su montura con ruedas tomaba rapidez, así que no fue complicado para él darle alcance a su adversario, corriendo justo detrás de él, a poca distancia pero la suficiente como para no chocarlo. Buscó alguna forma de tomar la delantera, pero el sinuoso y desnivelado sendero era demasiado estrecho como para hacerlo con facilidad. Así y todo, Andrés esperó el momento perfecto, el que se presentó en una curva un tanto cerrada que tomó un poco desprevenido al otro sujeto, por lo que su bicicleta derrapó un poco hace el exterior, robándole precioso tiempo, dándole oportunidad al castaño de pasar por el interior de la vuelta, tomando así la delantera en la carrera.

    A pesar de tener el corazón latiendo desbocado dentro de su tórax ante la adrenalina que estaba disparada a niveles descomunales, Andrés logró percibir una sensación nueva y diferente a cualquier otra que hubiese experimentado antes. ¡Iba a la cabeza de una competición! No lo podía creer; se sentía tan feliz que sus lagrimales estuvieron a punto de ponerse a funcionar nuevamente, pero comprendió que no era el momento de distraerse en nada, pues estaba en juego la victoria, así que se contuvo lo mejor que pudo y continuó con el recorrido saltando obstáculos, cuidando las curvas para que no le hicieran una jugada como la que él hizo y acortando camino en tanto zigzagueaba siempre que le fuera posible. Y fue precisamente en uno de estos últimos que su contrincante volvió a adelantarlo, pues encontró una manera de acortar trayecto al atravesar un pequeño montículo herboso que Andrés optó por rodear.

    El de mirada gris apretó los manubrios con fuerza y se mordió el labio inferior, en un intento por calmar los nervios que de pronto lo atacaron al verse relegado a segundo lugar otra vez. No debía desconcentrarse, debía mantener la serenidad para recuperar el primer lugar; la carrera no acababa todavía, así que todavía tenía tiempo para enmendarse. Lo estaba haciendo bien, no debía pensar negativo, no debía, no debía. Continuó pedaleando cerca del otro, atento a cualquier ocasión oportuna de pasarlo, mas ésta parecía no querer llegar, pues anduvieron un buen rato sin cambiar de posiciones y Andrés empezó a temer lo peor a pesar de que intentó por todos los medios no dejarse llevar por el pesimismo.

    No obstante, la bendita oportunidad brilló para él cuando divisó una caída, que era lo que separaba un nivel del relieve de otro aunque de forma un tanto abrupta. Naturalmente, para conseguir saltar esa pequeña pendiente debía tenerse un gran control sobre el transporte, por lo que las habilidades de Andrés se vieron puestas de manifiesto en su totalidad, con un resultado asombroso y a su favor cuando “el cardenal” saltó y al aterrizar no lo hizo de la forma más apropiada, sacudiéndose con violencia y habría caído de no ser porque sacó las piernas, plantándose firme sobre los pies, perdiendo valiosos segundos que ayudó al “gecko”. Y es que aunque Andrés también se tambaleó de manera amenazante, él consiguió el equilibrio suficiente para no detenerse y seguir su camino.

    Otra vez un disparo de emoción lo invadió de pies a cabeza, sobre todo al notar que ya salía del terreno montañoso y entraba a un suelo nivelado y plano; las afueras de la ciudad. Eso quería decir que pronto llegaría a la meta, lo que a su vez significaba que podía ganar, definitivamente podía hacerlo. Una felicidad incomparable lo envolvió y con energías renovadas, como si no hubiese corrido lo anterior, pedaleó con más intensidad para llegar cuanto antes al fin, pues ahora todo dependía de la velocidad. Y una inusual confianza nació dentro de él al ver casi completo su objetivo; estaba a punto de obtener el triunfo. Sin embargo, su intención le sería arrebatada de la peor manera posible.

    -TV-​

    Mario siempre había gustado de demostrar que tenía el control. Después de todo, era lógico que los fuertes y verdaderamente aptos se alzaran por sobre los incompetentes y mediocres; siempre creció con esa idea. Era el tercero de una familia de cinco hijos en la que los padres estaban demasiado ocupados trabajando todo el día como para prestar atención a su prole. La regla allí era que los hermanos mayores tenían control sobre los menores, así que Mario aprendió a ser abusado y a ser abusador. Por supuesto, aprovecharse de otros le gustó mucho más que simplemente seguir estúpidas órdenes de sus parientes, por lo que al no poder tener el dominio absoluto dentro de casa, optó por mostrar su supremacía fuera de ella, en la escuela y en el barrio, hasta que llegó a imponerse, a obtener una reputación de respeto.

    Llegó a conseguir cierto grado de autoridad, hizo su propio grupo, el que estaba conformado exclusivamente por personas de su mismo pesar que no toleraban a los débiles igual que él; incluso consiguió que sus hermanos mayores dejaran de ordenarle. Además, le gustó tener la oportunidad de manejar a su antojo a aquellos de espíritu frágil, pues aprendió que ésos eran los más fáciles de manipular y podía usarlos al menos para parar un rato de diversión; después de todo, no podían servir para otra cosa. Y entre esa clase de seres pusilánimes entraba Andrés; un espécimen único en su tipo, pues aunque Mario había conocido a cobardes y tímidos, él se pasaba. Era más que un fastidio o un estorbo, era más que un inútil; simplemente no era nada.

    Y Mario lo aborrecía con cada uno de los poros que lo conformaban; detestaba su actitud blandengue, odiaba su suavidad, repudiaba su ineptitud; lo despreciaba a todo él y sobre todo ahora, porque ya no demostraba ser la marioneta perfecta, la única utilidad que pensaba podría cumplir bien, que él le había otorgado y que ahora también decidía rechazar. ¡Ni para ser un buen y sumiso títere era bueno! Sin duda esa existencia suya era en vano. Mario estaba de pie cerca de la meta, junto a un sinnúmero de espectadores que aguardaban ansiosos la conclusión de todo. Tenía postrados en diferentes puntos del trayecto final a algunos de los suyos, por lo que ya le habían dado el informe: Andrés había decido ignorar sus amenazas y estaba decidido a ganar. ¿Cómo se atrevía esa escoria a sublevarse contra él? Sacó su celular y alejándose del bullicio hizo una llamada.

    —Tu monigote no te hizo caso, Mario. ¿No es triste? —respondió la voz burlona de Sebastián, el que era su mano derecha y el más sádico del grupo, aun más que él.

    —Será trsite para él; acaba de perder una oportunidad de funcionar para algo al menos —respondió Mario con frialdad—. No necesito de una marioneta descompuesta.

    —¿Entonces? ¿Te das por vencido sobre él? ¿Ya ganó?

    —¿Ganar? —Mario sonrió, irónico—. ¿Es que los planes de respaldo los hago nada más porque sí? ¿Es que ya olvidaste lo que les dije, Sebastián? Les aseguré que Andrés no ganaría esta carrera y sabes lo mucho que me disgusta estar equivocado en mis predicciones.

    La cínica pero encantada risa de Sebastián se dejó oír por unos largos segundos antes de que volviera

    —¿Entonces quieres que haga eso?

    —¿Estás listo?

    —Desde que me diste la tarea. Muero de ganas, sólo esperaba tu confirmación.

    —Pues adelante, arrásalo.

    —Dalo por hecho.

    Terminó la llamada justo en el momento en que los ruidosos gritos de los fanáticos aumentaban, indicando así que los competidores estaban a punto de llegar a la meta. Mario dirigió su atención a la calle, divisando a lo lejos que en efecto, Andrés iba en primer lugar y por lo que se veía, le llevaba buena ventaja a su oponente. Y aunque un sabor amargo se asentó en la boca de Mario y el coraje le revolvió el estómago, el sentir desagradable le duró poco cuando se alzó por sobre el alboroto el rugido de un motor antes de que de la nada apareciera una moto, como si hubiese estado al acecho todo el tiempo, lista para aparecer en el momento indicado. La moto corrió a velocidad sorprendente acercándosele a Andrés por detrás y sin pizca de duda o consideración lo envistió, golpeando la llanta trasera de la bicicleta con fuerza, por lo que el inocente joven se vio volar por los aires, demasiado sorprendido como para si quiera pensar en nada, antes de darse de lleno contra el suelo, arrastrándose por él, dando vueltas varias veces hasta que el vuelo de la carrera que llevaba se le acabó, quedando inconsciente ante el duro golpe.

    La multitud enloqueció de pánico e indignación por lo que acababan de presenciar, en tanto el perpetrador del crimen volvía a arrancar su moto, aumentando la velocidad en un segundo para irse de la escena antes de que los guaridas que andaban por allí lo detuvieran o le dieran alcance. En su lugar, Mario sonrió con autosuficiencia. No había ninguna duda después de todo; el lugar de lo perdedores estaba en la derrota y nunca debían dejar de saborearla. Se dio media vuelta para retirarse del lugar; le daba igual lo que pasar a continuación, Andrés ya no ganaría y eso era lo único que le importaba.

    No me maten D: *va y se esconde*
    Por ahora es todo. Gracias por leer.
     
    Última edición: 7 Agosto 2015
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    Víngilot

    Víngilot Usuario común

    Virgo
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    Espectacular. Intenso, vertiginoso, inspirador... Ha sido un capítulo de lo más agradable y BS tengo varias cosas qué comentar. Inicio con el deseo de Andrés por ganar la carrera, resultado de superar el trauma que le representa el desgraciado ese, por lo que debe tomarse como tal: un acto de auténtico coraje. Enseguida esa carrera trepidante ¡oye, cómo que no haces mucho deporte! ¡¿cómo le haces entonces para narrar así, de esta manera tan increíble de este tipo de deportes?! Eso es un gran logro, no cualquiera lo hace y también es parte de tu mérito, significa que puedes escribir cualquier historia con un poco de investigación, tremenda, tú tienes un talento ingente, lo he visto a lo largo de estos meses de leerte y me agrada haberme topado contigo, ha sido algo muy grato, discúlpame que me desviara un poco pero tenía que decírtelo, algo así no lo puedo sencillamente callar.
    Continuando con la competición vaya relevo que significó Andrés para Lina ¿eh? Ese movimiento (la rebasada y escapada) que realizó el chico es una genialidad, te he dicho que me encanta el deporte y esta clase de jugadas son un deleite para nosotros los amantes del deporte, se saborean hasta la última pizca y nos invitan de paso (al menos a mí) a ejercitarnos y dedicarnos a algún deporte o disciplina, es decir, no sólo representa un gusto si no que es inspirador. Ya hablando un poco de mí, he tenido la oportunidad de trabajar y vivir en la sierra, bosque por donde se le vea y una de las cosas más emocionantes que me enseñaron mis niños fue a bajar corriendo del cerro... Sí, sé que suena ridículo pero esa actividad es adrenalina pura. Nunca me caí, nunca me doblé o trastabillé por lo que pude disfrutar en su máxima expresión este deporte rudimentario, así que entiendo la sensación (más o menos) de Andrés al ir descendiendo la montaña.
    Respecto al "sujeto" lo entiendo, sí pasa y mucho. Como profesor te puedo decir que cada vez es más constante el abandono (a veces total) en que los padres dejan a sus hijos y esto repercute en su auto estima, alimentación, comportamiento y aprendizaje. Es triste ver estos casos que por lo general van aumentando de nivel, tal es el caso de Mario, por un lado lo detesto y por otro me duele saber que no pudo conocer a la persona indicada que le tendiera una mano a tiempo; ahora es un patán, un delincuente y tiene que pagar las consecuencias de sus viles actos.
    Pobre Andrés, esa sucia treta le va a costar su salud y me temo, su auto estima, le será difícil reponerse de tal embestida, pero sé que sus amigos estarán allí con él, algo que favorecerá bastante para su pronta recuperación, lo sé. Y curiosamente a Mario le saldrá el tiro por la culata, quiso convertir en perdedor a Andy y sólo lo convertirá en héroe, en "rey sin corona", muchas veces los fans vemos en esos casos una vía para apoyar, se ganan nuestro corazón y hacemos poco caso a la versión oficial, para nosotros representa un ganador y así lo vemos, eso pasará con Andrés, se ha convertido en un mártir, una estrella, eso sí, creo que ambos, tanto Andrés como Mario pierden y mucho.
    Gracias por el comentario acerca de la similitud de nuestras escenas, créeme que me siento halagado y para nada molesto ¡por Dios, no contigo, jamás! Y me quedo a la expectativa del próximo episodio donde si le haces algo a Andrés (una fractura) entonces sí te mataré, je, je. Un abrazote, chica, que estés muy bien.
     
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  8.  
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

    Leo
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    Mi opinión: Yo me imagino que Mario es más bien una persona que en realidad, no le importa si las demás personas piensen en Andrés sea o se convierta en un héroe, lo único que a él le importa es dañar a Andrés, no física sino emocionalmente. Pues por el final que recibió el pobre de Andrés, sin duda eso sera un muy buen golpe para la autoestima de él, pues en esa carrera se le veía animado, hasta el punto en que comenzaba a tener confianza en si mismo. Fue un gran golpe emocional Andrés, me lo imagino después llorando disculpándose con los de su equipo, más con Ax, mientras ellos le dicen que no fue su culpa. Y es que no lo fue. Ahora él tendrá que luchar contra eso, además de encarar a Mario.

    Solo espero que no le haya pasado nada, se que no, pues, lloraría mucho si descubro que se fracturó un hueso o que ya nunca volverá más jugar T.T Voy e inundo tu cama, ¿eh? Sí, a tu cama, es una amenaza, ¿tenla presente cuando escribas el otro capítulo? *Ok, no.* Fue un excelente capitulo, lleno de adrenalina como de emoción por Andrés, yo también comenzaba a sentir su alegría y hasta decía "tu puedes, tu puedes" y... Ah, ese maldito de Mario... y su mano derecha.

    "Me lo imagine a él cuando creció, dándole unos cuantos golpes a sus hermanos mayores en la cabeza xD ¿Recuerdas la explicación del otro día de nuestro hermanito sobre cuando los hermanos mayores molestan y se aprovechan de sus hermanos menores, pero cuando los menores crecían se vengarían de los mayores? xD"
    T.T y yo fui una de ellos, T.T agradezco que ustedes no me odien por eso, aunque bien me lo echan en cara, por lo menos aquel.

    *volviendo a la realidad* Se que ese teme es muy serio, y que debido a la falta de preocupación de algunos padres, algunos muchachos crecer sin sentir nada de compasión hacía otras personas, como también suelen ser frió. Es muy triste y eso es exactamente lo que le sucedió a Mario, notandose también que odia, pero odia a Andrés y si no sucede algo, es posible que este siga molestándolo, derrumbándolo. ¡Esto debe parar, debe hacerle frente! Pero no solo, pls.

    Bueno, yo me despido aquí, hasta otra.
     
    Última edición: 24 Agosto 2015
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  9.  
    Roseé

    Roseé Soy muy viejo

    Virgo
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    ¡¡¡¡Andrés!!!!
    TT.TT

    Pero esto... Significa... Pelea!!
    ¡Pelea, pelea, pelea, Yeah!
    Aquí va arder Troya y correrá mucha sangre, porque nadie sale ileso después de machucar a un amigo de Ax.
    Bueno, que digamos Mario me cae muy mal, pero se me imagina que es una persona que se siente molesto por ser un"inútil", y molestando a los demás y desprecia para sentirse una persona importante, cree que pone en su lugar a los demás, cuando es él quien no encaja. ¡Pero Bueno!, para buena historia debe haber un buen villano.

    Aunque hay muchos "Marios" en el mundo :V
    (O\\\O) Adoro a Andrés, Se sentía tan feliz, dio un gran paso al ignorar la amenaza de Mario y competir, yo creo que la carrera tendría que suspenderse o ¿no?

    Buena escritura, ¡¡¡nos vemos pronto!!!
     
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  10.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Oh, wow, no pues, si no quiero darle su merecido a la escritora, sino a Mario y a Sebastián, asi como a los amigos de ellos. Qué horrible pensar de Mario hacia los más débiles, pero desafortunadamente sí existen este tipo de personas. Su formación fue tan deprimente que se encierran en un estereotipo juzgando a los demás. Qué mal que no sean realmente "libres" y sean esclavos de sus pensamientos tan... bajos, tan opresivos, llenos de prejuicios, incapaces de ver más allá de lo que ellos mismos fueron, sin querer romper el círculo que los cerca.

    Y bueno, por un instante creí que Andrés iba a ganar, ya vislumbraba la victoria, en serio que sí, así que fue traumático ver de qué manera le quitaron su triunfo. Me duele lo que le hicieron, pero a la vez, me siento orgullosa de él, porque su actitud de valor ante las amenazas de Mario no lo atemorizaron lo suficiente como para no querer darle la victoria a su equipo, a su "familia", a sus amigos, a Ax e hizo todo de su parte para dárselas. El hecho de que un tercero interviniera de manera física, no le roban sus valientes esfuerzos y bonito propósito, aunque ese sujeto sí puede quitarle la vida.

    No murió ¿verdad? Porque mira que si murió, entonces sí voy a llorar y pido justicia para él y todos los demás que participaban en esta competencia sana. Porque no fue un atentado solo contra Andrés, sino para todos los integrantes de ambos equipos, pues lo ocurrido a sumido en una ansiosa preocupación a todos, estoy segura que sí, convirtiendo ese día que debió ser feliz para muchos, en uno de amargura, e incluso para los espectadores. Sus exclamaciones lo dicen todo.

    ¡Justicia Bore-chan! ¡Justicia, justicia, justicia!

    Estoy irritándome, así que mejor me voy u.u TQM Buen capitulo, aunque triste, muy triste.
     
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