Tras la Victoria

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Borealis Spiral, 21 Septiembre 2013.

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    Roseé

    Roseé Soy muy viejo

    Virgo
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    *se escucha un grito a la lejanía* *se acerca* —...gggggeeeeniaaaall!!
    ¿Y Andrés? ¿Cuando lo volveré a ver? ya le hecho de menos.

    Me gusto mucho, /—¿No le preguntaste? ¿Qué clase de líder eres que no se preocupa por los suyos? —Ahora Ax estaba indignado./ jajaja estea Ax es un loquillo, aunque tiene razón, siempre hay que estar pendiente de la gente del grupo.

    ¿Y qué mas tendría que decir? esta buenísimo, pero eso ya lo sabes...
    Bueno, avísame para la continuación. (n.n)
    Un gran abraso cargadito de un lindo — "Que la pases muy bien hoy"—
     
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Hermoso capítulo, sobre todo por esos momentos en donde Ax se preocupa por la ausencia de Andrés. Me divirtió mucho la escena donde Lina dirige toda la atención hacia Oscar, jajaja, pero fue una buena treta para que los del equipo dejaran en paz a Ax; por otro lado, me pareció bastante interesante la manera en que la mistad de Ron y Oscar terminó, y me indignó un poco la actitud de Ron con Lina. Si comprendí bien, él mismo tiene la culpa de que Lina se enamorara de Oscar aun antes de conocerlo, se lo pintó tan bien que fue para ella imposible no hacerlo, así que... ¿quién es culpable en realidad? Pobre chica, me dio penita que se sintiera así de mal. No es lo que Ron le dijo, claro que no. En el corazón no se manda y todavía no se habían matrimoniado. Es mejor cortar antes de un compromiso documentado. Qué manera tan cruel la de Ron de lanzarle así el anillo de compromiso.

    Me pregunto si la perdonará algún día, tanto a ella como a Oscar. Hay mucho resentimiento en su corazón. Espero que pueda librarse de él y también espero que Andrés se mejore del castigo de ese "juego" y vuelva al equipo.

    El tema ya es interesante, pero ahora con esto de la futura competencia, se pone mejor, así que espero la conti para ver como irá todo.

    Abrazos y besos. TKM
     
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    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

    Leo
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    Por fin me doy el tiempo de leer este capítulo, que por cierto, me ha gustado. Pero más el anterior, el que no comente porque me dio sabe que al leerlo, (tal vez por como me sentía ese día). Pobre de Andrés, Bore, T.T por que lo haces sufrir y de esa manera tan humillante (me gusto el juego, de ¿donde lo has sacado? fue ingenioso a mi parecer).

    Ahora entiendo el comportamiento de Ron, aunque lo que le hizo Lina, no lo justifica, ya se que estuvo mal, pero en cierta forma él le metió ese amor cuando hablaba de Oscar una y otra vez y más de esa manera. Pero era su mejor amigo, y es verdad que no fue culpa de Oscar, me imagino que el no lo hizo adrede, ella se le insinuó hasta que él se enamoró de ella. Aun así, Ronaldo humilla muy feo a la pobre de Lina (te gusta hacerles humillaciones a tus personajes, ¿verdad?)

    Yo quiero saber como Ax se va a dar cuenta que su pobre Andrés esta siendo amenazado y quiero leer como va a reaccionar. Por que por la actitud de ella, va a indagar para saber porque actúa tan extraño ese muchacho. Ya quiero saber como se desarrollara la carrera de relevos.
     
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    Víngilot

    Víngilot Usuario común

    Virgo
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    Hola chicas! ¿Puedo unirme otra vez a su grupo? Son muy talentosas, saben, y persigo las buenas historias, como esta. No quiero enfadarlas así que sólo diré que me fascinan estos fics: más ligths, divertidos, inspiradores (para ejercitarme), motivadores, muy ad hoc con nuestra etapa juvenil (aunque ya me estoy alejando). Y luego presenta los elementos interesantes que me mantienen alerta, ansioso por conocer justamente acerca de los pasados de los personajes, sus relaciones, los villanos, las dificultades, las competencias...
    Pero, quiero centrarme ahora en Ax, a mi parecer el personaje clave. Él tiene una forma de ser particular, muy agradable, a su manera es un líder ejemplar en todos los sentidos, pero más me llama la atención el cómo tú, BS lo has definido ¿es acaso un reflejo de ti? Este personaje nació en ti y me parece que te has lucido, qué alma tan bella debes de tener... Recuerdo cuando Andrés abandona la competencia y Ax, enfermo, asiste y luego lo convence de regresar; la escena también con Jeremías es genial y admirable; y la de Ron... Conforme leía y distinguía esos detalles siempre te imaginaba tras las líneas y causabas mi admiración paulatinamente, Ax es extraordinario... tú debes ser extraordinaria.
    ¿Estoy exagerando? No, es sólo que no acostumbro conocer personajes así, fuera de lo normal: Himura Kenshin, Sam (LOTR)... ¿ven? Creaciones que influyen en la vida de los demás como un torbellino benigno alcanzando a muchos a su alrededor, a Ax lo pongo en ese renglón.
    Bueno, no quería enfadar, espero ansioso el siguiente capítulo que ya hace dos meses que no aparece, vamos preciosa, te extrañamos, tráenos más sonrisas que son buenas para la salud. Un placer, hasta pronto.
     
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    Borealis Spiral

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    Libra
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    Título:
    Tras la Victoria
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    24
     
    Palabras:
    2206
    @rosée ¡Gracias por tu comentario! Me encantan, son sencillos, pero tan tiernos ^u ^Veo que en verdad te ha gustado Andrés xD No te preocupes que ya aquí sale. No puedo dejarlo fuera de escena por mucho tiempo porque a mí también me encanta (aunque Oscar se queda con el primer puesto e.e)
    @Marina ¡Master! Tus comentarios también los amo como a ti y también amo la pareja de Oscar y Lina xD Descuida, ya se sabrá si Ron desecha los resentimientos o no. En cuanto a Andrés... meh, será mejor que sigas leyendo. ¡Gracias por tu apoyo! Te amuu~~
    @WarvsDark Creí que me conocías mejor, Sati. Sabes que adoro haver sufrir a mis personajes de la manera que sea y humillarlos está dentro de eso; es mi don xD Hm, el juego no sé cómo me vino a la mente ni me acuerdo si lo saqué de algo que vi o.o Sólo se me vino a la mente. Y en cuanto a la reacción de Ax, ya se sabrá aquí aunque, conociéndote, no será la que esperas xD pero aguanta que esto no termina todavía (no preguntes cuándo que no sé tampoco) ¡Gracias por leer!
    @Víngilot ¡Bienvenido a esta historia y gracias por leer y comentar! Fue agradable sorpresa verte por acá y no enfadas para nada :3 Me alegra que la historia te guste y que consideres a Ax del calibre de esos otros personajes que mencionaste y que vaya son buenos personajes, ¡gracias! Y puedes considerarlo como te apetezca, pero sí debo aclararte que él y yo, nada que ver xD No es mi alter-ego, es más bien mi contrario. Ax es demasiado activo para mi gusto x.x ¿Y no te gusta mi manera de enseñarles paciencia a mis lectores con la tardanza al publicar? :P

    Y bueno, a los demás que se pasan a leer, ¡gracias también! Los aprecio mucho y a ustedes es que les dedico el capítulo, corto, pero allí está. ¡Disfruten!

    Trece


    Aquel día había sido cubierto por una capa de nubes, impidiendo que el astro rey iluminara en todo su esplendor, opacando la ciudad. Ax se encaminaba a casa de Andrés. Hacía poco que él debió salir del trabajo y quería verlo, quería darle su póster; además, estaba preocupado. No dejaba de pensar en la llamada del día anterior. Su voz era vacía, afligida, diferente a la insegura y suave que siempre usaba; deseaba conocer el porqué. Si estaba enfermo quería saber qué tenía. Ese era un nuevo sentimiento que tenía y que sólo Andrés lo hacía sentir; la necesidad de saber y saber de él lo que fuera. Llegó a la residencia del chico. Se colocó frente a la puerta principal e iba a tocarla cuando escuchó un ruido y unas voces.

    —Corre que vamos a comer.

    —Sí, ya voy.

    Era en la puerta trasera. Dio la vuelta en la primera esquina a la derecha de la casa y allí vio a Andrés dándole la espalda, cerca de los botes de basura, intentando desarmar una caja de cartón de tamaño pequeño.

    —¡Oye!

    Al escucharlo, Andrés saltó en su lugar y giró sobre su eje. La sorpresa se imprimió en los ojos de ambos. En los de Andrés porque no esperaba una visita, mucho menos la de Ax; y en los de Ax al notar los múltiples moretones y un par de heridas pequeñas en el rostro del castaño, además de otra en el brazo derecho que estaba vendada, pero las vendas ya estaban sangrientas.

    —A-A-Ax —nombró Andrés más nervioso que nada.

    Ax caminó a él con seriedad y eso lo perturbó mucho más. Miró ambos lados intentando escapar de algún modo y al final se colocó la caja en la cabeza, la que apenas cupo; abochornado. Había decidido no presentarse ante “Gecko” hasta que sus heridas sanaran. Le daba vergüenza que lo vieran en tan lamentable estado; además de que no quería preocuparlos innecesariamente. No contó con que Mario y compañía lo esperaron ayer mismo en cuanto salió del trabajo para volver a jugar. Con la caja en la cabeza y la mirada baja, pudo distinguir el calzado de Ax.

    —¿Q-qué te trae por aquí, Ax?

    Tras la caja, su voz sonó hueca. Sintió que Ax trató de quitarle la caja, pero él la jaló más hacia abajo.

    —Andrés.

    Para sus oídos, el nombre fue pronunciado con molestia; tembló. No quería que lo viera, no quería, no quería. Iba a regañarlo; iba a enojarse con él por dejarse golpear, por no saber defenderse. Iba a gritarle tal como lo hacía su padre.

    —Andrés.

    Esta vez fue innegable la suavidad impregnada en la voz; sin embargo, no se sacó la caja. Al descubrir que no lograría quitársela, Ax se acuclilló en el suelo, muy cerca de él, prácticamente chocando con sus piernas y observó a través del pequeño espacio vacío que quedaba en la caja. No logró distinguir los ojos de Andrés de ninguna forma, pero esperó que él lo viera. Sonrió con diversión.

    —No es que esté en contra de tu moda, pero creo que es poco conveniente. ¿Cómo piensas patinar así? Además, ¿por qué esconder tus ojos? Son bonitos.

    —Hijo.

    La puerta, ubicada unos pasos a la derecha de donde estaban los botes, se abrió y una mujer castaña de facciones maduras se hizo visible.

    —Oh, hola —saludó al ver a Ax.

    Andrés se quitó la caja al tiempo que Ax se ponía de pie, los dos mirando a la mujer.

    —¿Eres amigo de Andrés? —preguntó mirando a Ax, quien sonrió plenamente.

    —Sí, mucho gusto. Me llamo Ax.

    —Así que tú eres el famoso Ax. Un placer, soy Elena.

    —El placer es mío, señora Elena —devolvió el saludo tomado la mano que la mujer le ofrecía.

    —Por favor, Elena a secas. Andrés me cuenta mucho de ti.

    —¿Sí? ¿Y qué dice? —Aquella declaración lo emocionó.

    —No te preocupes. Habla muy bien de ti. Te admira mucho.

    —No entiendo por qué. Soy yo quien lo admira a él.

    —¿Oíste eso, Andrés? —miró a su hijo, quien se mantuvo en silencio, sonrojado—. Lo siento, a veces es muy callado.

    —Lo sé —Ax lo miró con ternura y cariño.

    —Estábamos por comer. ¿Te gustaría acompañarnos? —Elena lo examinó con perspicacia.

    —¡Oh, no! No quiero molestar. Tan sólo deseaba saber cómo estaba Andrés.

    —En ese caso es mejor para ambos que te quedes. Entiendo que no ha salido el último par de días y creo que concordamos en que es necesario que lo haga. Por ello, si te quedas, podrás llevártelo a dondequiera que tengan que ir en cuanto terminen. Buena idea, ¿verdad?

    —Pues verá que sí —Ax lo meditó un poco.

    —No tienes problemas, ¿verdad, hijo?

    Andrés tan sólo sacudió la cabeza y los tres ingresaron a la morada. Era pequeña, aunque no tanto como el departamento de Ax, y muy acogedora. Se sentaron a comer y pasaron un momento agradable en el que Elena y Ax se trenzaron en una amena conversación. Elena estaba feliz porque nunca antes Andrés había llevado a un amigo a la casa; se sentía contenta de conocerle uno. Andrés se mantuvo taciturno y silente todo el tiempo y apenas probó bocado, como había estado haciendo en los últimos días. Al terminar, Elena mandó a Andrés a arreglarse para salir con Ax, en tanto éste se ofrecía a ayudarla con los trastes sucios.

    —Me alegra saber que Andrés tiene un amigo que cuida de él.

    —¿Cuidar de él? —Ax recordó las heridas del chico y se tornó triste.

    —Sí, de manera muy general cuidas bien de él. Te lo agradezco.

    —Pero su rostro… Es obvio que alguien lo golpeó.

    —Sí, hacía mucho que no llegaba así.

    —¿Mucho? ¿Quiere decir…?

    —Siempre ha sido muy tímido y supongo que por eso ha sido víctima de burlas y ataques desde secundaria. He intentado ayudarlo de cualquier manera, pero no me dice nada. No me cuenta quién lo agrede, siempre está inventando excusas inverosímiles como que se cayó y eso; así no puedo hacer mucho por él. Mi marido se desespera bastante por su suavidad y lo reprende frecuentemente. Sin embargo, he notado que su actitud es un poco diferente desde que se unió a ese equipo suyo. Lo he visto con más confianza, más fuerte de alguna manera y eso me tranquiliza. Sé que está en buenas manos, así que muchas gracias.

    —No, bueno, no es que hagamos nada especial. Es él quien toma las decisiones y quien elige cómo actuar ante las circunstancias.

    —Aun así, estoy muy agradecida por la influencia que tienen en él. Pero en fin, creo que se ha demorado bastante. ¿Por qué no vas a buscarlo? Su habitación está al fondo por el pasillo, a la izquierda.

    Ax asintió y se dirigió a la habitación de Andrés. Al encontrarla, lo vio sentado en su cama que estaba anexa al buró en el que había gasas, desinfectante de heridas y las vendas sucias. Se las cambiaba por unas limpias, por lo que Ax pudo ver con claridad la herida en el brazo. Era una especie de raspón grande con signos de quemaduras. Como si se la hubiesen hecho con algo áspero y se lo hubiese restregado una y otra vez. Ax barrió la habitación con sus ojos moca. Había poco desorden, mucho menos que en el suyo, podía decir. Y en las paredes, ahabía diferentes pósteres con skaters conocidos e incluso una colección de patinetas de juguete en el tocador.

    —Vaya, qué buen lugar has hecho de esto, Andrés —le dijo paseándose de aquí a allá—. Eso me recuerda.

    Se buscó en el chaleco y sacó un papel doblado.

    —Es un regalo. Está un poco arrugado ahora, pero sigue valiendo digo yo —Comenzó a desdoblarlo y alisarlo—. ¡Ta da! Saúl “El Grind” y su autógrafo. Lo conseguí hace un par de días en una convención a la que me invitaron. Iba a dártelo en cuanto llegara, pero era muy noche y ayer no te vi, pero aquí está. Es tuyo.

    —G-gracias… Gracias.

    Andrés lo tomó y lo miró. Se sintió sumamente feliz y la pequeña sonrisa que adornó sus labios lo confirmó; no obstante, las lágrimas no pudieron faltar y es que estaba emocionado. Jamás había recibido un regalo de nadie. Nunca había aparecido en los pensamientos de alguien que viajaba a un sitio como para que decidiera comprarle un recuerdo. Estaba conmovido hasta lo más profundo de su ser.

    —Déjame ayudarte con eso —se ofreció Ax viendo que batallaba para colocarse la venda al tener que usar la mano izquierda. Se sentó a su lado y comenzó ponerlas; pasaron unos segundos de silencio—. Dime, Andrés, ¿para ti que es un buen amigo?

    —¿Un buen amigo? —Ax asintió—. Supongo que el que está allí para ti.

    —Bien. Incluso en los momentos difíciles y los problemas, ¿verdad?

    —Sí. ¡Ouch!

    —Lamento mi brusquedad. Ahora, si te lo preguntaran, ¿cuántos amigos dirías que tienes?

    —¿Cuántos? —Andrés comenzó a pensar, a contar. Realmente se tomó su tiempo a pesar de sólo contestar—: Tú, Ax.

    —Ah, ah —Ax negó—. Tienes más.

    —¿Más? —Volvió a pensarlo, un poco desconcertado—. ¿Niebla también cuenta?

    —Claro que sí —respondió después de reír terminando con el vendaje.

    —Entonces son dos. Tú y Niebla.

    —Aún te faltan. Tienes muchos más, Andrés.

    —¿Más? ¿Quiénes? —Para ese punto no entendía nada.

    —Te los diré todos con una palabra.

    —¿Una?

    —“Gecko” —Andrés se sorprendió y Ax asintió—. Así es, Andrés. Todo “Gecko” es tu amigo. Nosotros somos más que simplemente un grupo de personas que comparten gustos; nos esforzamos por ser amigos todos. Es lo que nos hace diferente a muchos equipos que han desaparecido con el paso del tiempo. Ahora, si te pidieran describir físicamente a los miembros de “Gecko”, ¿cómo lo harías?

    —Pues…diría que son altos y fuertes —“O por lo menos más que yo”, pensó el chico recordando su baja estatura y su poca complexión física, aunque el entrenamiento estaba ayudándolo bastante con lo último.

    —¿Qué tan fuertes dirías que son?

    —Muy fuertes.

    —¿Crees que ganarían una pelea?

    —Ah… Sí, es probable.

    —¿Sabes qué significa eso? —Andrés sacudió la cabeza sin lograr encontrar el sentido de toda esa conversación—. Que no debes preocuparte por pedir ayuda. No debes tener miedo de decirnos que alguien te golpeó. Como amigos, estaremos encantados de ayudarte y como somos fuertes, mucho más que esos que se aprovechan de ti, no perderemos. No pelear no te hace débil, pero mucho menos te hace débil pedir ayuda cuando la necesitas. Así que, Andrés, por favor habla y confía.

    Andrés volvió a poner a funcionar sus lagrimales mientras espasmos y sollozos sacudían su cuerpo. Ax lo abrazó. Había tenido que controlarse bastante. Como familiar de Oscar, también tenía sus momentos explosivos y en ese momento deseaba sacarle a Andrés de una vez quién se había atrevido a dejarlo de aquella manera y darle su merecido; y eso que no le gustaba la violencia. Sin embargo, acertó en pensar que con él era mejor tomarse las cosas con calma. Además, realmente quería que se lo dijera por voluntad propia, no por obligación. Quería que confiara en él.

    Eso es todo por hoy. ¡Gracias por leer!
     
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Qué capítulo tan tierno. Me encanta esa manera tuya de darle sentimiento a los personajes. Me gusta mucho también cómo trata Ax a Andrés, cómo refrena su genio.
    La escena donde se pone la caja y como Ax se acuclilla para poder verlo me enterneció bastante y la parte final, cuando Ax comienza a hablarle de los amigos, a plantearle esas interesantes preguntas, me sacó una lágrima, de veras, porque su delicado manejo de las emociones de Andrés son su prioridad. Creo que de alguna manera, mi querida niña, te convertirás tú en mi Master xD

    Tus historias son tan dulces y tiernas, aunque hagas sufrir a los personajes, aunque les des un final infeliz, eso no les quita la dulzura que manifiestas en el desarrollo.
    Siempre encuentro algo que me llega.
    TKM, preciosa.
    Hermosa continuación.
     
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    Víngilot

    Víngilot Usuario común

    Virgo
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    Delicioso, delicioso capítulo. Me ha encantado la escena esta en casa de Andrés, muy íntima, muy cálida y sumamente necesaria cuando dos personas que se gustan (tal es mi percepción) piensan en dar el siguiente paso: conocer el hogar de la persona amada. Que Ax conociera y platicara con la mamá de Andrés mientras saboreaban una rica comida me gustó mucho, claro, hay veces que las mamás platican cada cosa que uno siente "morirse", pero en este caso, ella se alegra de conocer la razón por la que su hijo ha cambiado para bien ¡Son una maravilla los papás!
    Estuvo botana lo de Andrés tras la caja platicando con Ax e insisto, qué manera tan linda de este personaje de llegarle a las personas, me encanta.
    Cuando mencionaste que Ax se dirigiría a la habitación de Andrés, uuuuh, no soy morboso, pero me quise imaginar allí un encuentro más cercano, un beso, una mirada, Andrés sin playera... algo que sólo elevara las pulsaciones un rato, nada tampoco para persignarse. Y sí, ya me imaginaba el decorado de la habitación: alguien pulcro y apasionado, un auténtico santuario a donde entran sólo personas muy especiales.
    Me queda la espinita de estos desgraciados "ex compañeros", ojalá que alguien les dé su sano merecido, no van a andar por la vida haciendo de las suyas, no señor.
    Un placer BS y gracias por aceptarme en su círculo, hay algunos Andrés de carne y hueso. Hasta pronto, que estés muy bien.
     
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    Roseé

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    TuT que her-hermo-hermoso *sollozo*

    Me dejaste sin habla, estuvo tan lindo, Ax me sigue impresionando con su manera de ser (su sutileza con Andres) es tan tierno.
    El papá es algo brusco, debería buscar otra manera de enseñarle a pelear o a defenderse.
    Quiero la pelea, que todos los Gecko fueran y defendieran a Andres, ¡pero una buena pelea! de esas buenísimas (que no le sigan pegando al Andres o sino terminara mas machucado el pobre)

    ¡Avísame para la continuación! y te mando un saludo rellenito de reproche (un No al maltrato a los personajes)
     
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
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    @Marina ¡Gracias por tu comentario! Me da gusto ssaber que algo de mis historias te gustan xD Espero que esto siga y pues habrá que ver cómo avanza esto. Después de mucho tiempo dedo acturalización y gracias por tu apoyo, Master. La precio. TKM
    @Víngilot También agradezco tus palabras e insisto que me tengas paciendo que esto puede avanzar lento, ojalá no te desesperes. Estoy consciente de que existen Adnrés en carne y hueso :) No por nada es que lo plasmo aquí. Gracias por tu apoyo, vale oro y espero esto siga gustándote.
    @rosée Awww, tan tienna como siempre. Tus comentarios siempre me gustan, son tan lindos. Lamento la tardanza y que no te hayas desesperado D: Entiendo si es así, pero te recalco que aunque me tarde meses en actualizar, esta historia no la abandono por nada :3 ¡Gracias por seguir conmigo! Lo aprecio.

    Y después de un largo período de vacaciones xD vuelvo con esta historia, hm. A todas esas hermosas personas que se toman el tiempo de leer, ¡gracias les doy! Son valiosas para mí y es a ustedes que les entrego el capítulo en el que continúan las preparaciones de la carrera. ¡Disfruten!

    Catorce
    —¿Qué haces aquí?

    Ron miró a Jeremías más que sorprendido, fastidiado. Estaban en el taller donde Ron trabajaba.

    —¿Cómo supiste dónde hallarme?

    —Alguien de “Gecko” me lo informó.

    Y Ron maldijo mentalmente a Ax. ¿Quién más si no él? Debió decirle que no quería que nadie se enterara de su ubicación. Lo único bueno que tenía Ax era que sabía guardar secretos.

    —¿Qué quieres? Estoy en medio del trabajo —Lo apresuró volviendo su atención a un motor.

    —Sí, no quiero importunarte. ¿Por qué no has asistido a las prácticas? Son a la misma hora, los mismos días.

    —No he tenido tiempo.

    —¿Ya no? Antes sí lo tenías. ¿Qué ajustes has hecho en tu vida para restarle tiempo al skate?

    —¿Te importa?

    —Como tu líder, sí.

    —¿Y qué si no quiero que seas mi líder?

    —¿Amenaza? —Jeremías alzó una ceja, inquisidor.

    —Hipótesis.

    —Supongo que nada —Esta vez se encogió de hombros—. Eres libre de dejar el equipo cuando quieras si es a lo que te refieres. Aunque me gustaría saber la razón, si no hay mucho inconveniente. Tal vez pueda hacer algo para que lo reconsideres.

    Se sumieron en un silencio lleno de tensión en el que sólo podía escucharse la actividad de los otros empleados al trabajar y la del mismo Ron. Jeremías habló de nuevo.

    —En fin. Antes de irme quiero invitarte a la carrera que tendremos con “Gecko”.

    —¿Carrera? —Un atisbo de interés vislumbró en la voz de Ron.

    —Sí, me reuní con su líder ayer por la tarde y el próximo enfrentamiento entre ambos equipos será una carrera. Habrá que usar la patineta, los patines y la bicicleta; se ve entretenido. Dado que casi terminamos con el reclutamiento de gente, acordamos la fecha de una vez. Aquí están las reglas, la fecha y el mapa.

    —¿Mapa? —Ron lo tomó y lo desdobló.

    —Sí, en él se marca la trayectoria de la carrera completa con sus diferentes relevos. La zona azul es para el skate, la roja para el patinaje y la amarilla para el ciclismo. Como ves, esta última se hará en las afueras de la ciudad, por los senderos del cerro. Es un buen terreno para andar en bicicleta, ¿no crees? Le da emoción. El líder lo preparó muy bien.

    Ron no había prestado ninguna atención a las palabras del rubio. Se había sumido de lleno en la franja azul que resaltaba las calles en las que los participantes en skate andarían. La reconoció al instante. Era el recorrido de él y Oscar, el que crearon juntos; en el que compitieron entre ellos por diversión vez tras vez desde que podía recordar. Tembló. ¿De qué? No supo. Era una directa invitación para él del mismísimo Oscar. Sólo ellos dos podrían saber de ese camino y que precisamente funcionara como una carrera. Oscar quería que participara más de lo que Jeremías quizás quería; no iba a dejarlo con las ganas.

    —Oye, ¿qué tengo que hacer para garantizar un lugar en la carrera? Más específicamente hablando, en la sección de skate.

    —¿Ahora cambias de opinión? ¿Te has analizado psicológicamente?

    —Responde sin tonterías.

    —Ir a las prácticas, aceptar mis consejos, acoplarte a tus compañeros; básicamente ocupar tu lugar en el equipo como debe ser.

    —¿Y con eso puedo participar donde te digo?

    —Me encargaré de que así sea. Y si no es muy impertinente de mi parte, ¿podría saber por qué decides anotarte repentinamente y concretamente en esta sección cuando te mostrabas tan renuente?

    —Sí es impertinente y no puedes saber. Ahora, largo; estoy ocupado.

    Ron dejó los papeles con la información sobre la carrera en un lugar seguro y continuó con su labor, ignorando ya completamente a Jeremías, quien dándose por satisfecho, salió del taller.

    -TV-​

    “Gecko” se hallaba en el inicio de la carrera que habían organizado. Oscar los había citado a todos allí.

    —Muy bien —inició, mirándolos—. Están aquí para hacer una recreación de la carrera. Será una buena práctica, pero el motivo principal de esto es probar su destreza en los tres deportes que utilizaremos, así como su velocidad, la que estaré cronometrando. Dependiendo de lo que observe, con ayuda de algunos de ustedes, y de acuerdo al tiempo que obtengan y su rendimiento, decidiré quiénes serán los cuatro participantes iniciales y quiénes serán los relevos, ¿de acuerdo? —Todos asintieron—. En ese caso los dividiré en tres equipos de cuatro integrantes cada uno.

    Al escucharlo Ax, de estar en un extremo del círculo, corrió veloz al otro, en el que estaba Andrés y lo abrazó con fuerza, siendo evidente para todos que ambos estarían en el mismo equipo. Todos rieron con diversión, salvo Oscar que miró con vergüenza ajena al que era su pariente; pobre de Andrés. Carraspeó para continuar.

    —Bueno, los dividiré de esta forma para llevar un control un poco más exacto. No podría vigilarlos si todos lo hacen a la vez. Yo también haré la prueba, pero aviso de antemano que independientemente de mis resultados, participaré en la carrera en la primera zona. Eso sí, me anotaré como el primer candidato para el relevo. ¿Objeciones? —Ninguna—. Entonces comencemos.

    De esta manera, dieron inicio con la simulación de la carrera imaginando que estaban realmente en ella, dando le mejor de sí, dispuestos a no perder ni entre ellos, ya que cada cuarteto se había puesto la meta de ser el mejor entre los otros. Lo planearon de esa manera para agrandar un poco el ego y porque así sería más divertido, y en tanto la diversión estuviera presente, no había manera de perder. Siempre fue su lema el pasárselo bien haciendo lo que amaban al tiempo que gozaban de la encantadora compañía de esos que eran sus amigos, sus camaradas. Una estrecha relación que compartían y que Andrés pudo percibir, logrando que se sintiera cómodo. Además, Ax lo animó a esforzarse para que los dos participaran juntos en la carrera; eso lo emocionaba mucho. Ax era muy bueno en skate y demás deportes que implicaran andar sobre algo con ruedas; quería competir a su lado

    Después de que todos terminaron, volvieron a congregarse en un punto. Oscar observaba una libreta en la que hizo anotaciones. A los que les pidió observaran a los chicos desde los demás puntos y ángulos también ya le habían entregado las notas que hicieron, en las que venía el nombre correspondiente, el tiempo y otras observaciones. Con esto y con las idea mental que él tenía de cada uno y de que sabía más o menos bien quién era bueno en qué y quién no lo era tanto, podría sacar un buen resultado. Ante el que creía era un buen análisis, finalmente hizo saber su decisión.

    —Escuchen. Creo que los primeros seremos Ax, Darío, Elías y yo. Somos los más rápidos en cuanto a skate sin trucos se refiere… Bueno, yo y Elías no del todo, pero Ax y Darío podrán aventajarnos bastante.

    —Hey, Oscar, dijiste que serías el primero en salir por el relevo. ¿Qué pasa si Darío o Ax llegan antes que tú? —cuestionó Diana.

    —La regla es que si hay cambio, se haga y ya. No especifiqué que debía ser el primero en terminar la primera zona ni nada. En cada transición habrá un árbitro. Ellos deberán ver un relevo en la primera y la segunda en nuestro caso que hemos decidido hacer ambas. No importa el orden ni el puesto. De cualquier forma, intentaré estar a la par de todos para no perder tiempo; no nos conviene.

    —¿Y quién es el primer cambio? —quiso saber Ax.

    —Es Lina —respondió el líder mirando a su novia.

    —¿Yo? —La mujer se apuntó, sorprendida.

    —Así es. Tu experiencia con los patines es elevada, así como la de Ax, por lo que ambos serán nuestra arma secreta en esta zona. Haciendo un recuento de lo que tenemos hasta ahora, es que Ax, Elías, Darío y yo iniciaremos. Darío es aquí nuestro as. Luego yo cambio con Lina y si continuamos visualizándolo bien, el segundo relevo lo haría Darío porque si bien, puede clasificarse como el más veloz en el inicio, no rendiría la carrera completa, sin ofender, Darío.

    —No hay problema. Conozco mis limitaciones.

    —En cambio, Elías y Ax no tendrán problemas para soportarla toda, como pude darme cuenta hoy.

    —Vale, ¿y quién quedará en la zona del ciclismo? —inquirió David, curioso.

    —Es la más complicada, ¿no? Por los relieves —dijo Elías.

    —Tiene su dificultad, sí, e increíblemente quien logró el mejor tiempo y mostró ser un buen maestro de la bici fue Andrés.

    El nombrado, ubicado a un lado de Ax, abrió los ojos, pasmado. Ax rodeó su cuello con el brazo en tanto felicitaciones de su parte y los demás lo rodearon.

    —¿Escuchaste eso, Andrés? —Le preguntó Oscar—. Serás el segundo cambio. ¿Puedes hacerlo?

    —Ah… Yo creo…creo que sí.

    —¿Seguro o necesitas conversarlo con mi puño?

    —Oscar —lo nombró Lina con voz afable, tranquilizándolo. A Ax tampoco le gustó el comentario.

    —Necesito que esté convencido. No podemos permitirnos otra derrota y dependemos de él.

    —Lo harás, ¿verdad? —le preguntó Ax, sonriente, abrazándolo más.

    —Sí, lo haré —respondió sin apartar su vista del suelo, pero aparentemente seguro.

    —Excelente —encomió el líder—. En esta zona tú y Lina serán indispensables, pero ella estará un poco agotada, por lo que recaerá en ti un gran peso.

    —¿No estás asustándolo? —preguntó Marco al ver que Andrés se encogía de hombros.

    —Le hago saber la verdad. Necesita mentalizarse; quiero hacerlo responsable. Elías, Ax. Sé que será duro para ustedes que recorrerán los tres tramos, pero necesito que se esfuercen y aguanten hasta el final por cualquier cosa que pueda pasar.

    —Cuenta con nosotros —aseguró Elías con confianza. Ax asintió decidido.

    —Muy bien —Oscar observó el horizonte, donde el sol comenzaba a ocultarse. Les había llevado varias horas aquel examen—. Por hoy terminamos. Buen trabajo a todos, lo hicieron muy bien. Dispérsense.

    De aquella forma, cada integrante se dirigió a su respectivo hogar.

    Por ahora es todo. Hasta otra.
     
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    Víngilot

    Víngilot Usuario común

    Virgo
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    ¡Por fin regresas! No, no es regaño, es alegría por continuar una de mis historias favoritas: juventud, diversión, deporte, cotorreo, esfuerzo, amistad... un manjar.
    Ron regresa a la comunidad, excelente, no me agrada del todo pero representa rivalidad y la siguiente prueba se antoja muy emocionante. Y Óscar, su gran rival y amigo comportándose como todo un líder, pero siento que nomás ve a Andrés y le sale un sentimiento homicida hacia éste último, no le tolera nada, si no fuera por Ax quién sabe cómo le iría.
    El terreno para otro duelo de antología se prepara, la oveja negra regresa a la familia; el punto débil de Gecko se va tornando más sólido, cerrando sus fisuras... los ingredientes están de lujo ¡que se venga la carrera!
    P.D.: Me encantaría (pero no me hagas caso) que se viviera otro capítulo romanticón antes del duelo, de quien sea, pero que haya intimidad (no de la otra, todavía están chavos). Encantado de leerte otra vez BS, que estés muy bien, hasta pronto.
     
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    Roseé

    Roseé Soy muy viejo

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    ¡Volviste! ¡Genial!
    Hay Andrés, es tan inseguro el muchacho. (El pobre terminará traumado con Oskar)

    Me dio mucha risa esa parte, Ax es todo un personaje XD . (Los hermanos estamos hechos para molestar y dejar en vergüenza a los mayores :3)
    Muchas gracias por invitarme /también por no excluir a Ron/ ¡Estuvo genial!
    Te mando un abrazo cargadito de regalos de cumpleaños.
     
    Última edición: 27 Agosto 2014
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Ah, y aquí sigue Ron. Me gustó que aceptara participar en la carrera, que mediante ese mapa, viera que es Oscar quien lo está invitando a participar. Fue una bonita parte esta donde Oscar le habla por medio de ese mapa, el haber escogido esa ruta que ambos fabricaron fue un gran detalle. Me pregunto si será posible para ellos hacer las paces y volver a ser esos amigos que fueron.

    Por otro lado, la preparación para esa carrera fue muy interesante, como Andrés, también me sorprendí que fuera el mejor en la bici, pero era de esperarse pues debajo de toda esa inseguridad, anida un gran deportista. Por los preparativos, asumo que esta carrera será genial. Estará llena de mucha emoción y la espero con ansias, sobre todo, deseo ver si Andrés es capaz de hacer algo por "Gecko."

    Un gusto enorme que actualizaras, nos vemos en el próximo. TKM
     
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    Sonia de Arnau

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    ¡Yei! Ahora sí voy a dejar comentario, ¿quien dice que esperar 30 minutos a que venga el camión es aburrido? Voy a utilizar esa media hora leyendo :)

    Bueno, capítulo anterior, me pareció muy lindo y tierno, ya que Ax es una personaje muy comprensivo, y de verdad se preocupa por Andrés. Pero me dolió saber que Mario lo abusa de esa manera, "jugando" con ese juego tan abusivo. Oh, hace que me me enoje mucho. Espero que más a delante le den su merecido, unas buenas patadas y golpes en pleno rostro. U de otra manera, lo humillen, por que lo merece.

    Este capítulo me recompenso con el sentimiento de los anteriores, me alegro el saber que Andrés es muy bueno en la bicicleta y que depende del equipo. Se que lo harás ganar (hazlo pls, no seas malita) o por lo menos a él lo dejaras ganar. Estoy ansiosa por saber como desarrollaras la carrera, ya quiero leer. Así que estaré pendiente en esa media hora o cuando me lo digas :D

    TKM

    ¡Nos estamos leyendo!
     
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    Tras la Victoria
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    Amistad
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    @Víngilot ¡Gracias por tu apoyo y comentario! No, no lo tomé como un regaño, pero la musa no me ayuda a no ausentarme tanto. Gracias por ser paciente, lo aprecio y que esté gustándote la historia. Y creo que tienes razón con lo de Oscar y Andrés, pero es que son muy diferentes los dos xD Sus personalidades chocan. Gracias de nuevo.
    @rosée Gracias por comentar n.n Me hace feliz y es verdad, los hermanos menores sirven para avergonzar a los mayores xD Es nuestro papel en la vida a menos claro, que tengas complejo de hermano mayor ._. Espero que esto siga gustándote y que te mejores. A ti te dedico el capítulo ^u^
    @Marina Ya, acuérdate que Ron está a tu cuidad ahora, así que cuídalo xD Y bueno, habrá que seguir leyendo para ver si Andrés hace algo útil al fin por "Gecko" o no e.e Yo no sé así que no me preguntes. Como siempre, amo tus comentarios, como a ti. TKM
    @WarvsDark Mario es malo, tiene que hacer cosas malas, así que debe abusar de los débiles, pero ya sabrás qué pasará con él. En cuanto a Andrés, Sati, tú me conooces xD Me encantan los finales felices, jajaja. (No es sarcasmo) ¡Gracias por comentar y leer! Lo aprecio, lo sabes.

    A los demás lectores que se toman el tiempo de leer, también se los agradezco enormemente. A ustedes el capítulo. ¡Disfruten!

    Quince

    Oscar deambulaba por el departamento de aquí para allá; o mejor dicho, de la sala a la cocina y viceversa. Pasaban las dos de la madrugada y aún no lograba conciliar el sueño, aunque no era nuevo lo que le pasaba. Siempre que una contienda entre “Gecko” y “Los Cardenales” estaba por llegar, la presión hacía efecto en él no sólo aumentándole la migraña, sino que el insomnio también. No obstante, hacía cerca de seis meses que el asunto había empeorado. Precisamente desde aquella última vez que habló con Ron en persona; cuando dejaron de ser amigos. Se sentó sobre el sofá con cerveza en mano y se la colocó en la sien izquierda, esperando que de alguna manera las punzadas en ésta aminoraran con el frío de la lata. Ni siquiera podía moverse con libertad. Ax y Lina dormían, por lo que debía ser sigiloso.

    —Oscar.

    Levantó la mirada y descubrió a Lina en la entrada de la sala, vistiendo una ligera bata lila. Lucía preocupada y esa inquietud fue evidente en su voz al preguntar:

    —¿Estás enfermo? ¿Te sientes mal?

    —No, sólo no puedo dormir. Ve tú a hacerlo. En cuanto me dé sueño voy para allá.

    Lina vaciló un poco antes de darse la vuelta y caminar; se detuvo y vaciló una vez más para después regresar sobre sus pasos y quedar en el mismo lugar que antes.

    —¿Sabes? —inició dubitativa y con son quedo—. He estado preguntándome por qué escogiste esa ruta para el skate en la carrera.

    —¿Por qué? ¿Tendría que haber una razón?

    —Dado que es el trayecto que los dos usaban cuando se retaban, pienso… No, estoy segura de que lo hiciste para llamarlo, para verlo.

    —Imaginas cosas, Lina.

    —Oscar, sé tus mañas. Te conozco.

    Y vaya si lo conocía. Eso era lo que lo había cautivado de ella, lo que terminó por enamorarlo. Que a pesar de no haberse visto nunca, ella lo reconoció de inmediato en cuanto se presentó ante “Gecko”. Conocía cada uno de sus gestos. Sabía cuándo estaba enfadado y dependiendo del mohín, el porqué; sabía cuando le daba migraña y necesitaba tomar algo; sabía cuándo tenía algún antojo. Sabía sus gustos en música, deportes, comidas. Lo sabía todo y eso lo hechizó, lo atrajo; se sintió especial. Ron cometió una pequeña falta al hablarle tanto de él; pero él cometió un error nefasto, enorme e imperdonable al enamorarse de ella.

    —Dímelo, Oscar. Lo sé, lo leo en tus ojos, pero quiero escucharlo. ¿Lo extrañas? Echas de menos a Ron, ¿no es verdad?

    Oscar apretó la mano derecha en un puño y tembló. Pudo sentirse la tensión en el ambiente antes de su respuesta ahogada, afligida, llorosa.

    —Sí, es verdad. Lo extraño, lo extraño mucho. Extraño las estúpidas discusiones que teníamos, extraño patinar con él a su lado, extraño ir al Girasol a beber. Extraño todo lo que hacía con él.

    —Lo sabía… —La voz de Lina se quebró y no pudo contener más el llanto—. Lo sabía; sabía que lo hacías y todo por mi culpa. Debí haberme ido cuando estuve a punto de hacerlo. Debí regresar a casa y desaparecer de sus vidas, de tu vida. Sólo así podrías haber sido feliz.

    —Lina, Lina —Oscar se levantó del sofá y fue a abrazarla—. No digas eso nunca, ¿me oyes? Nunca. No puedo dejarte ir, no pude antes y no podré nunca. Si no hubiese llegado a tiempo habría ido tras de ti, lo sabes.

    Oscar recordó ese día que se enteró que ella regresaría a su ciudad después de terminar con Ron. Ese día que abandonó a su afligido amigo en el bar, eligiendo ir a buscarla en lugar de consolarlo. La encontró en la estación y la persuadió para que le dijera por qué había roto con Ron, por qué ser iría y fue cuando se confesaron. Aun si no la hubiera encontrado ese día, Oscar habría ido a buscarla, estaba seguro.

    —Pero es por mi culpa que tú y Ron terminaran como están —continuó ella, obstinada—. No soy más que una lluvia de gotas amargas.

    —Ya te he dicho que no te recrimines por nada. Yo soy el único culpable.

    —¡No es verdad!

    —Lo es.

    —Pero…

    Como aquella vez que calló sus protestas en cuanto el efecto que ocasionaría su nueva relación con su amistad con Ron, también esta vez la silenció con un profundo beso en el que ella al principio se resistió, pero luego se dejó llevar. Se separaron y él la miró con todo su amor al momento de tomar el rostro femenino entre sus manos.

    —Ahora escucha. Puedo echar de menos a Ron todo lo que quieras, pero no puedo echarte de menos a ti, ¿lo entiendes? Morir es lo menos que podría si te vas. ¿A quién le importa lo que pasa entre Ron y yo? Yo decidí esto. Yo te elegí a ti antes que a él y si verme consumido día con día por el pasado es mi castigo, está bien en tanto te tenga conmigo. Sin embargo, no puedo desearte lo mismo. No puedo obligarte a nada. No quiero ocasionar tu desdicha, es lo que menos querría. Así que dímelo tú, Lina. ¿Eres feliz así o no? Estoy dispuesto a lo que sea con tal de verte feliz.

    —Tú eres mi única felicidad —confesó incapaz de detener las lágrimas, rodeando el cuello masculino con sus brazos, abrazándolo y pegándose a él—. Quiero estar contigo siempre. Te amo, te amo mucho.

    —Yo también te amo.

    Y con otro beso apasionado sellaron esa declaración nacida desde lo más recóndito de su corazón; después ambos regresaron a la habitación.

    -TV-​

    Andrés salió de su trabajo, cauteloso. Los ataques habían estado continuando, si bien, no todos los días, sí con constancia. Ax había sido muy amable al querer ayudarle y por, al rogárselo, no decirle nada al resto del equipo. Le dijo que no diría nada durante un tiempo con la condición de que él se los dijera por su cuenta. Y a veces en verdad lo deseaba, pero al estar con ellos las palabras no salían. Era un cobarde asustadizo y el que caminara por las calles observando a su alrededor como desquiciado, alertándose por cualquier ruido raro, lo demostraba. Pero es que ya le tenía miedo hasta su propia sombra. Creyó que aquel día no vería a Mario y compañía, pero se equivocó cuando los divisó en una esquina, esperándolo. Intentó desviarse, pero fue demasiado tarde; lo habían notado ya. Lo rodearon.

    —Hey, hey, Andrés —le dijo Mario sonriente en cuanto no tuvo escapatoria—. ¿Te vas sin saludar? Qué malo eres. Además, hoy es día de juego, ¿no?

    —Yo…no…no tengo dinero para ir a apostar.

    De alguna manera siempre intentaba sacarse de encima aquel tormento, pero era imposible. La risa sarcástica de Mario lo confirmó.

    —¡Ay, Andrés, eres tan gracioso! —Colocó su mano en el hombro del castaño, clavándole las uñas con fuerza, logrando que éste se doblara un poco y gimiera. La voz de Mario sonó forzada al continuar—: Realmente gracioso, pero sabes que no nos referimos a esa clase de juego. Ahora vamos a jugar.

    —¿Jugar? Suena divertido, ¿me invitan?

    La voz detrás de ellos los sorprendió y al volverse descubrieron a Ax. Andrés palideció y abrió los ojos, sorprendido y mucho más asustado. ¿Por qué estaba allí? Era peligroso. Tembló con impetuosidad.

    —¿Entonces? ¿Hay lugar para mí? —preguntó otra vez Ax, con una impasibilidad inusual en él.

    Mario miró al intruso con seriedad y cambiando la posición de su mano, ahora la colocó sobre el cuello de Andrés, apretando lo suficiente como para sacarle un jadeo.

    —¿Quién es éste, Andrés? ¿A quién más se lo dijiste, soplón? —Apretó más.

    —Andrés no me dijo nada —respondió Ax mirando a Mario con frialdad, luego miró a Andrés y le sonrió—. Lo siento, te seguí. Creo que no soy un buen amigo, je —Volvió a mirar a Mario con indiferencia—. Sugiero que lo sueltes.

    —¿O qué? —retó a su vez.

    —Niebla y sus amigos se enfadarán.

    Ax silbó y de detrás de los autos estacionados por la calle, cuatro perros de la talla de Niebla, incluyéndola, se dejaron ver y rodearon a los abusones. Niebla, al percibir agresión por parte de Mario hacia su querido Andrés, se puso a la defensiva, gruñendo sonoramente y mostrando sus dientes, enfadada. Los otros perros la imitaron, intimidando un poco a los chicos, quienes miraron a Mario en espera de órdenes. Mario no dejó su seria expresión mirando a los canes.

    —Supongo que no hace falta decir que yo también me molestaré bastante —obvió Ax.

    Mario lo miró unos segundos con disconformidad antes de soltar a Andrés y sonreír con inocencia.

    —Cielos, pero qué densidad de ambiente. Simplemente estábamos bromeando, ¿no, Andrés? —Él no contestó y Mario le propinó una palmada en la espalda, empujándolo hacia donde estaba Ax—. En fin, quizás otro día podamos jugar y en verdad me veo tentado a invitar a tu amigo.

    Andrés tembló más al escucharlo y la preocupación se dibujó en su rostro. Todo menos eso, parecieron decir sus ojos. Mario sonrió con satisfacción al ver su reacción.

    —Bueno, vámonos, chicos. ¿Podrían decirle a sus mascotas que nos dejen el paso libre?

    Ax llamó a los perros y ellos se acercaron a él, aún a la defensiva, abriéndoles paso a los bravucones.

    —Nos vemos, fue un placer —se despidió Mario, sonriente y sacudiendo su mano—. Más les vale cuidar sus espaldas, muchachos.

    Y con esas palabras indudablemente amenazantes, se alejaron dejándolos solos. Andrés soltó el aire que inconscientemente había estado reteniendo y se arrodilló en el suelo. Al caer de lleno en éste, Niebla se acercó a él y le lamió las lágrimas que tampoco había notado. Andrés sonrió un poco y acarició el pelaje del animal. Los otros tres también se acercaron, dispuestos a ser apapachados de igual forma. Ax miró la escena desde arriba y sonrió fugazmente, ya que luego se tornó serio.

    —¿Te tenían amenazado, Andrés? ¿Por eso no decías nada? —Andrés sacudió la cabeza—. ¿Entonces?

    —N-no quería ponerlos en peligro. Ellos… son malos. Pueden h-hacer mucho daño.

    —No parecen tan valientes. No les tengo miedo.

    —Pero yo sí —reveló llorando más abundantemente—. Yo sí les temo porque sé de lo que son capaces, lo sé. ¿C-cómo ibas a entenderlo? No has visto… no has sufrido. Y-y-yo no quiero que… les pase nada. A nadie… No quiero que te pase nada, Ax.

    Ax se hincó a su lado y lo abrazó, protector y cariñoso.

    —No me pasará nada. ¿Sabes por qué? —Andrés negó con la cabeza—. Porque se lo diremos a los demás y no nos dejarán solos a ninguno de los dos. Así estaremos protegidos y no correremos peligro, ¿sí?

    Andrés dudó un momento antes de asentir; al fin Ax lo había convencido de hablar. Duraron unos momentos más abrazados hasta que los perros se pusieron fastidiosos y comenzaron a llamar su atención ladrando, lamiéndolos, chillando y encimándoseles, por lo que no tuvieron más opción que erguirse.

    —¡Ya oímos, ya oímos! —se quejó Ax y bufó irritado por la interrupción—. ¡Qué molestos!

    —¿Cómo los conseguiste? —inquirió Andrés acariciándolos. Nadie diría que una vez les tuvo pavor.

    —Son de mi trabajo, los pedí prestados a mis clientes habituales. Pasar tanto tiempo con ellos es bueno. Confían en ti y hacen lo que les pides si les das un premio. Iba a devolverlos ahora, pero están muy enérgicos, así que los llevaré al parque a jugar un rato. ¿Quieres ir?

    Andrés sonrió abiertamente, aceptando la invitación por lo que ambos se dirigieron al parque donde disfrutaron mucho jugando con los perros a ir por la pelota y correr. Después de casi una hora de ejercitar, Ax decidió que era momento de dejarlos en sus respectivos hogares, así que lo hicieron. Al finalizar, la tarde era avanzada y ambos estaban agotados.

    —Ah, todavía hay que ir a casa y está lejos —se quejó Ax suspirando—. ¿Qué tal si vamos en camión?

    —Pero Niebla…

    —No te preocupes por ella. Puedo entrar en tanto la tenga sujeta y no arme alboroto. Siempre llevo conmigo su correa por si acaso, pero me gusta dejarla sin ella —Ax le colocó la correa a su mascota—. Vamos.

    Caminaron a una parada de autobús en la que subirían a uno, luego desbordarían en otra parte de la ciudad, en otra parada en la que pasaría el autobús adecuado para acercarlos a sus moradas. Hicieron tal cual lo previsto hasta que abordaron el segundo camión, el que estaba abarrotado de gente.

    —¡Wow! Creí que a esta hora ya no había tantas personas —dijo Ax intentando ubicar asiento disponible, sin éxito.

    —Oye, ¿quiere sentarte? —le ofreció un hombre, levantándose—. Es por el perro. No quiero que se moleste.

    —Oh, bueno, no es agresiva, pero gracias —Ax se sentó y Niebla se echó sobre sus pies. Miró a Andrés desde su lugar—. ¿Estás cansado? Puedes sentarte en mis piernas —le ofreció sonriente.

    Andrés se sonrojó. ¿No sería eso algo muy extraño? ¿En qué pensaba Ax al preguntar algo así? Sintió miradas indiscretas y divertidas de algunos que lograron escucharlo y se incomodó.

    —No, gracias. Estoy bien.

    —¿Seguro? —Andrés asintió y Ax se encogió de hombros—. Allá tú.

    Quedaron en silencio todo el camino, lo que ayudó a Andrés a meditar un poco en algo que hasta entonces notaba bien. ¿No tenía Ax tendencias algo…raras? Con la incertidumbre sobre él el resto del camino, llegaron a su destino y cada quien tomó rumbo a su casa.

    -TV-​

    —¿Cómo así que ya no jugaremos con él, Mario? —preguntó uno de los que estaba reunidos en la casa de otro compañero mirando a Mario con desconcierto, quien simplemente asintió—. Creí que querías que dejara “Gecko”.

    —Y lo hará o mejor dicho, lo correrán.

    —¿Cómo sabes? —inquirió Sebastián bostezando.

    —¿Quién querría a alguien que los hiciera perder todo el tiempo? Como en la competencia pasada y la que se aproxima.

    —¿Y cómo sabes que Andrés participará? —preguntó otro, incrédulo.

    —Corazonada.

    —¿Y cómo sabes que perderá? —volvió a preguntar Sebastián, interesado.

    —Porque es un estúpido. Un estúpido muy ingenuo.

    Es todo por ahora. ¡Gracias por leer! Hasta otra.
     
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Ay, qué bonitoooooooo. Otro genial capítulo. Déjame decirte por qué.

    1.- Me gustó mucho el que pusieras un poco más sobre la relación de Oscar y Lina, cómo se siente ella con respecto a la situación. Pude sentir la tristeza de él, la de ella al saberse la manzana de la discordia. Una amistad rota en aras del amor. Siempre creí que Ron tuvo la culpa de que ese amor naciera y no, no pienso que el que le hablara tanto de Oscar a ella fuera una pequeña falta. Considero esa falta tan grande o enorme como la acción de Oscar. A mi parecer, Lina es inocente. Su amor a Oscar nació del mismo cariño que Ron le tenía a Oscar, además, ella fue justa, había terminado antes con Ron, así que cuando le correspondió a Oscar, entre ellos ya no había el lazo que los unía.

    2.- Me encantó la escena donde Mario quiere comenzar a jugar con Andrés, la intervención de Ax. Oooooooh, genial, pensé. Ax es muy valiente. Mira que enfrentarse a todos esos bravucones y ellos no saben que es una chica, pero igual, chica o chico, seguro que ellos no hubieran respetado eso. No fue sino porque los caninos se interpusieron que Mario tuvo que retirarse. Cuando Andrés le dijo a Ax que no sabe por lo que está pasando con Mario, que nunca ha estado en una situación igual, me dieron ganas de responder por Ax y decirle algo así como: ¿Qué sabes tú lo que he vivido? ¿Crees que esta cicatriz me la hice jugando al parchís? ¡Sé lo que es estar amenazado por alguien! ¡Sé del daño que ese alguien puede hacerte! ¡Mírame, Andrés! ¡Mírame! Hermosa escena, sin duda.

    3.- Mariooo, cielos, ¿qué se propone? ¿Y por qué está tan seguro de que Andrés arruinará todo? No, por favor, dime que está equivocado, que Andrés hará un buen papel en esa carrera. No va a darle gusto a Mario, ¿verdad? A menos que Mario tenga planeado hacer algo para arruinarle su participación en esa carrera.

    ¿Ves? Ahora quiero saber ya qué sucederá. Anda, pon el que sigue y no tardes otros mil años. Okey, tómate tu tiempo que sé lo ocupada que estás con tantas tareas.

    No me toca más que esperar el que sigue con paciencia. TKM.
     
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    Víngilot

    Víngilot Usuario común

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    Hola chica, cómo me da gusto leerte! Este fue un capítulo muy lindo, la verdad que sí. Me imagino como hombre (tonto muchas veces) qué ha de sentir Óscar al tener que soportar la culpa de decidir entre su mejor amigo y el amor de su vida y hasta creo que lo entiendo y le perdono cómo trata a otras personas, tal vez su enfermedad le pone los pelos de punta, no sé, pero esa parte de su pasado es intensa... por un momento me pongo en sus zapatos y ¡caray! creo que haría lo mismo, y se nota que Lina no es cualquier chavilla loquilla en busca de testosterona, si no una gran compañera ¡ah, Dios mío! uno puede envejecer al lado de una persona así.
    Respecto a Andrés, por un momento creí que volvía a pasar otro capítulo de pesadilla, me dio tranquilidad y gusto que llegara Ax salvadora y con ese método tan eficiente y tierno a la vez, ojalá que a esa bola de caones no les queden ganas de volver a ver a Andy, aunque en el fondo me muero por que los de Gecko les den una recia, no exactamente una paliza pero una lección sería suficiente.
    Lindo capítulo, cómo disfruto tu historia BS, es de esas cosas que uno no quiere que se terminen. Hasta la próxima. Que Dios te bendiga.
     
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    Roseé

    Roseé Soy muy viejo

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    Que lindo, la dedicación fue... bueno... me hiciste sonrojar... ;)
    ¡Hay! ¿Cuando Andres se dará cuenta que Ax es mujer?
    Estuvo genial!!! Me encanto la parte de los perros y ese bastardo de Mario, espero que le den una paliza por ser tan malvado.
    Se acerca el encuentro, Me encanta las competencias, aunque encuentro que Oskar se esta tomando muy a pecho esto, espero que Ron pueda perdonarlo, ya que el corazón es salvaje y no entiende que es "no" o "prohibido".
    Te mando un abraso cargado de corazones rellenos de chocolate de todos los sabores y un royo de sushy.
    ¡Un saludo!
     
    Última edición: 26 Septiembre 2014
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    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Lo prometido es deuda y ya estoy aquí :) Disculpa que no lo había leído antes. Equivocación mía, bueno ya sabes los detalles.
    Pero que linda pareja hacen Oscar y Lina, sin duda alguna, casi vomitaba por la escena *-* Aun así, pobre de Ron debe sufrir por ello, los tres por eso T.T
    Pasando acosas más tristes, ¿pero que planes hacer Mario? A mi mente se me vino que le van a provocar un accidente que tal vez lo lesione y de esa manera ya no podrá jugar. O tal vez, hará trampa en la carrera, para obligar que Andrés pierda. Cualquier cosa, tengo algo que decirle a él: "¡Vil cobarde! ¡Celoso!" si porque eso es lo que tiene, celos de Andrés porque a él no lo quisieron en el Gecko. O ¿acaso lo quieren en su equipo porque sabe que es buen jugador? *-* tal vez, ¿puede no?

    A por cierto, mi sonrisa se hizo lo más doble de grande cuando leí que Ax estaba allí. Sabía que tenía algo en mente cuando ayudo a Andrés, ella no sería tan imprudente de hacer algo sin tener un As bajo la manga y ese As, fueron sus perritos, porque hasta los tenía escondidos por si Mario y compañía le hicieran algo. Aunque me da la impresión de que Mario no se sintió para nada intimidado por los perros, al contrario, como que le daba igual o sabía que no lo iban a morder. Pienso que Mario es muy, pero terriblemente ingenioso.

    Bueno, por ahora eso es todo, Nos estamos leyendo Andy, hasta otra. Ah, por cierto, por tu culpa me dan ganas de cambiarme mi nick por "Sati". Pero N-O-L-O-H-A-R-É.
     
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    Tras la Victoria
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    @Marina ¡Gracias por tu comentario, Master! Sabes que me inspiran :D Me alegra que te gustara el capítulo y eso de que Ax le hubiera dicho esto o lo otro a Andrés no era tan mala idea, ¿ves? Y bueno, habrá que esperar para ver qué pasaŕa. Gracias por tu apoyo. TKM
    @Víngilot Como te dije, las mujeres también tendemos a ser tontas y me alegra que encontraras un punto de simpatía con Oscar, pues es verdad que no lo lleva tan fácil. Lina es buena persona ^u^ Y sí, Ax es la heroína de esta historia (? Y también espero que los malos tengan su merecido, hm. ¡Gracias por leer y comentar!
    @rosée ¡Gracias por comentar y de nada! Me alegra que el capítulo te gustara :3 Jajaja, yo también ansío que Andrés se dé cuenta de que Ax es mujer xD pero todavía falta. Me encantaron tu abrazos de chocolate, aunque el sushi no le probado o.o Gracias por apoyarme.
    @WarvsDark ¿Por qué no? Cámbiate el nick, anda *u* Gracias por leer y comentar aunque te haya hecho casi vomitar xD Significa que sí puedo hacer cosas empalagosas, ¿eh? En cuanto a Mario, habrá que ver si mueve ficha o no; depende de mi humor lol Gracias por pasarte.

    A los demás que también se toman el tiempo de leer, gracias! A ustedes mis diversos lectores le dejo el capítulo. ¡Disfruten!

    Dieciséis

    El día de la competencia llegó y junto a él la algarabía y emoción de decenas de personas aficionadas a los dos equipos que estarían participando ese día. Muchos de los seguidores se hallaban en uno de los barrios más humildes de la ciudad que sería donde se iniciaría la competencia con la carrera de skate. La mayoría de los integrantes de “Los Cardenales” y “Gecko” ya estaban presentes, contestando preguntas de fans y de los medios locales en tanto esperaban que la contienda empezara de una vez. Oscar, Lina y Ax arribaron en ese momento, alborotando mayormente a las masas, viéndose el centro de atención, y mientras Oscar contestaba algunas cuestiones, Ax pasó de largo el interrogatorio en busca de Andrés. Divisó a David y Elías coqueteando con algunas chicas.

    —Hey, muchachos —los llamó acercándose a ellos y luego miró a las jóvenes con una sonrisa apenada—. Lamento interrumpirlas, señoritas. Tan sólo les preguntaré algo a mis compañeros —Miró a los varones—. ¿Saben si Andrés ya llegó? ¿Lo han visto?

    En tanto David sacudía la cabeza de manera negativa, Elías asentía con confianza al momento de informar:

    —Sí, está aquí; fue de los primeros en llegar, de hecho. Después de que nos saludó se alejó y vagó solo por un rato hasta que unas chicas lo acapararon. Están por allá —Apuntó en la dirección por la que los había visto.

    —¿Chicas? —Ax frunció el ceño de pronto sintiéndose nada contento al respecto—. Bien, gracias por el dato. Nos vemos.

    Se despidió y se apresuró a encontrar a Andrés, esperando que la chicas a las que se refería Elías no fueran las fanáticas exageradas e imprudentes que ya se habían ganado cierta mala fama entre los seguidores. Y es que ese grupo era de lo peorcito de corriente entre el género femenino, siempre buscando carne fresca de la cual ganar cualquier tipo de ventaja. Había veces en las que al propio Ax le daba vergüenza formar parte del mismo género ante el actuar de ellas. Sin embrago, se dio cuenta de que sí era ese grupito cuando encontró al castaño en medio de la lozanía femenina, que no hacía más que incomodarlo con sus constantes comentarios personales.

    —¿Entonces no tienes novia? —inquirió una mostrando su expresión más inocente.

    —N-no, yo...

    —¿Y exactamente por qué no tienes? ¿No encuentras a la que satisfaga tus gustos? ¿Es que eres demasiado exigente? —indagó otra con tono provocativo.

    —Ah, es que...

    —Yo podría ser tu chica ideal, si quisieras —comentó una más con voz seductora.

    Andrés se sonrojó ante la sugerencia, pero en lugar de sentirse halagado, de pronto creyó que lo tomaban como un juguete y recuerdos del pasado lo asaltaron. Memorias donde él había sido el bufón de algunas chicas cuando Mario y compañía les pedían que lo acompañaran al salir a pasear; otorgándole un sentir de desazón a su existir al pensar que nunca había sido más que la burla de todos. Deseó que alguien lo sacara de su lío actual.

    —A ver, damiselas —Una voz que lo tranquilizó enormemente llegó a sus oídos y luego sintió que un par de brazos lo rodeaban por detrás.

    —Ax.

    Andrés nombró al recién llegado pensando que jamás había estado tan feliz de verlo. Ax le ofreció una sonrisa reconfortante antes de dirigirse a las acosadoras.

    —Por favor, señoritas, Andrés está a punto de competir en una carrera importante. Me lo van a desconcentrar.

    —Lamentamos eso, pero sólo queríamos saber cuándo patinaría exclusivamente para nosotras —dijo la más atrevida con una sonrisa pícara, secundada por las risas de la otras.

    —Uy, eso puede ser bastante complicado —siguió Ax en tono casual reforzando el agarre sobre Andrés de una forma que se antojó posesiva—. Yo soy quien maneja su agenda y no veo espacio para su pedido, pero estaré llamándolas en caso de algún cambio. Por ahora sería bueno que se esfumaran.

    —Pero nosotras...

    —He dicho, esfúmense.

    Ax les lanzó una mirada intimidante que no dio lugar a ningún tipo de reclamo, por lo que las revoltosas no pudieron hacer más que alejarse. Andrés suspiró sintiéndose aliviado y a la mente le surgió el problema de que muchas de las chicas de ahora no conocían del todo la discreción y la decencia.

    —Es complicado lidiar con los admiradores, ¿verdad? —comentó Ax sin soltarlo, disfrutando el cosquilleo que los cabellos de Andrés le provocaban en la mandíbula—. Yo no me acostumbro del todo todavía. Pero dejando eso de lado, es hora de la verdad. ¿Estás listo?

    —Yo... —El joven inhaló con profundidad y soltó el aire con parsimonia antes de responder con seguridad—: Sí, estoy listo.

    —¡Bien! Ese es el espíritu —Ax lo libreó al fin, colocándose frente a él—. En ese caso no dejaré que me retrasen. Derrotaremos juntos a “Los Cardenales” cruzando la línea de meta los dos.

    Andrés asintió decidido. Se había levantado hecho un manojo de nervios y aunque estos no terminaban por dejarlo completamente, llegar y ver a sus compañeros, contrincantes y aficionados tan emocionados, lo había cautivado, contagiándolo del ánimo y pensó que quizás podrían ganar, que él podía hacer algo por el “Gecko” que tanta paciencia le había tenido a la hora de ayudarlo con su skate. Se habían portado tan bien con él que se merecían su esfuerzo máximo. Por supuesto, quien más era digno de contar con todo su potencial era Ax. Es persona especial que le era infalible como confianza; anhelaba la posibilidad de cruzar la meta con su amigo a su lado. No obstante, muy en el interior sabía que la primera de sus razones a la hora de dar todo era él mismo, pues deseaba ganar a toda costa. Nunca antes lo había hecho y añoraba probar el dulce sabor de la victoria por primera vez e iría por él.

    —Ax, aquí estás —Lina se acercó a ellos—. Oscar y los demás están ocupando sus lugares, debes tomar el tuyo. Andrés, tú y yo también debemos ir a los nuestros en el respectivo punto de relevo. David nos llevará en su auto.

    —De acuerdo —accedió el joven.

    —Muy bien, voy en camino. Nos vemos en la zona final, Andrés.

    Ax se alejó de los dos para que se dirigieran su sitio en tanto él iba a hacer lo mismo; si tardaba más, seguramente Oscar lo regañaría. Se hacía paso por entre la gente, escuchando el sonido de las voces mezclarse haciéndose inentendibles, mas una potente y profunda se alzó sobre las otras.

    —¡Alexa! ¡Alexa! —Sintió una mano sobre su hombro y se volvió para ver a la persona.

    —Jeremías, ¿qué tal te va? —saludó sonriente.

    —Mucho ruido por aquí, ¿verdad? Te llamaba, pero no parecías escucharme —notificó el rubio sin signo de reproche.

    —Lo siento, es mi culpa. No estoy acostumbrado a mi nombre completo. ¿Y qué dices? ¿Listo para perder?

    —Pareces muy convencida de que vayamos a perder.

    —Claro, si no lo estuviera es como si dudara de mis capacidades y las de mis amigos, cosa que no hago.

    —Me parece bien, pero ya que puedes asegurarlo con tanta confianza, no sería muy imprudente de mi parte garantizarla con una apuesta, ¿o sí?

    —¿Una apuesta? —Ax amplió su sonrisa—. Suena interesante, te escucho.

    —Acaba de llegarme un casco autografiado por Roger Lizotte.

    —Ese es un skater famoso en el extranjero. ¿Cómo lo conseguiste? —Ax se sorprendió de enterarse de aquello.

    —Tengo algunos contactos. En fin, si nosotros perdemos, el casco es tuyo.

    —¡Hecho! —aceptó Ax como un impulso ante lo buena que le pareció la oferta, mas después pareció meditarlo mejor—. Espera, ¿qué pasa si nosotros perdemos? No es que lo crea, pero quiero saber qué debo dar para cumplir. Ese casco debió ser muy complicado de obtener y debió costarte demasiado. ¿Yo tendría que dar algo con el mismo valor? Porque si es así vamos a tener un problema. La verdad es que no...

    —Aguarda un momento, por favor —lo interrumpió Jeremías antes de que se extendiera por asuntos que nada tenían que ver con el tema—. El contra pago no es algo que salga de tu posibilidades, no te preocupes. De hecho, podrías considerarlo como un favor que te pido.

    Ax rio ante lo escuchado y Jeremías alzó una ceja, inquisidor. ¿Había dicho algo gracioso? Según él, no. En realidad, había planeado de manera minuciosa toda esa conversación con Ax para que viera que era algo sumamente serio el asunto que quería tratar; pero la risa divertida de su acompañante ya no le infundió la seguridad del inicio. Al notar que el rubio se desencajó por su repentina actitud, Ax dejó de reír haciendo un gran esfuerzo.

    —Lo lamento —se disculpó con sinceridad sin borrar su sonrisa—, pero me parece gracioso que hicieras lo de la apuesta como pretexto para pedirme un favor. Los favores no se hace ni se piden por conveniencia o por apuestas. Si necesitas algo sólo pídelo y siempre y cuando me vea capaz de ayudarte, lo haré con mucho gusto.

    —Así que era eso —el rubio se rascó la nuca, nervioso y sonrojado por su actitud—. Supongo que tienes razón, lo siento. En cuanto al favor, eres la única persona que puede ayudarme.

    —Entonces no hay problema, olvida la apuesta, ¿quieres? Aunque me habría gustado tener el casco —comentó en tono juguetón.

    —Entonces es tuyo.

    —Ay no, era una broma. No lo tomes en serio —quiso rectificar Ax su broma.

    —No importa, iba a dártelo de cualquier manera. Lo conseguí especialmente para ti; pensé en ti cuando lo vi la primera vez. Considéralo un regalo.

    —Vaya, qué amable. Gracias, en verdad no te hubieras molestado.

    —¡Ax!

    Un fuerte y molesta voz resonó envolviendo a los dos jóvenes, que al estar tan sumidos en la plática, no evitaron sobresaltarse un poco. Ax se encogió de hombros al tiempo que dirigía sus enmarcados orbes moca a la dirección en la que provino el rugido, encontrándose con nadie más que con su gruñón hermano, quien lo miraba con el ceño fruncido y ojos llameantes de irritación.

    —¿Qué estás haciendo, Ax? Hace rato que los chicos y yo estamos esperándote. ¿Por qué tardaste tanto? Este día es importante y lo sabes.

    —Déjame adivinar. Te levantaste otra vez con migraña y volvieron a olvidársete la pastillas, por lo que ahora estás de muy mal humor, ¿cierto? —quiso saber Ax en son inocente dándole a la pura verdad.

    —¡A jugar a otro lado, Ax! Si no vas a ponerte serio entonces muy bellamente puede irte al...

    —Es suficiente —Jeremías se metió en la conversación antes de que algo hiriente saliera de la boca de Oscar—. Es mi culpa, yo la entretuve al abordarla para conversar un momento.

    —¿Al abordarla? —repitió Oscar con recelo total intensificando la dureza en sus ojos. ¿Acaso Jeremías sabía que Ax era chica?

    —Así es, por lo que si debe haber un culpable que merezca una reprimenda, ese soy yo. Además, no veo por qué el afán. Aún si todos sus participantes están listos, debemos esperar que todos los míos también lo estén y lamentablemente falta uno por aparecer.

    —Pues parece que el ejemplo lo imitan del mismo líder que no toma su lugar a tiempo —profirió el cabecilla de “Gecko” con mordacidad.

    —¡Por favor! —exclamó Ax con sátira—. Como si tú fueras muy puntual, Oscar.

    —No te metas, Ax.

    —Les ruego que se calmen —volvió a intervenir el ojiverde para que no estallaran los humos y enfrentó a Oscar mirándolo directamente—. Tienes razón, ha sido un actuar imprudente de mi parte, por lo que me disculpo contigo en nombre de todo mi equipo. No volverá a ocurrir. Ahora, sería conveniente que todos partiéramos a ocupar nuestro puesto.

    —Por mí perfecto —concordó Oscar con acidez.

    —Bien —Jeremías miró a Ax y le sonrió—. Luego hablamos.

    Ax asintió y lo miró marcharse, estando dispuesto a hacer lo mismo de no haber sido porque Oscar lo sujetó del brazo y lo detuvo.

    —¿Qué se supone que van a hablar después? ¿De qué conversaban antes? —inquirió el hombre sin ocultar un tono de sospecha.

    —De la competencia y de un favor que me pidió.

    —¿Un favor? ¿De qué trata? —a Oscar eso le dio muy mala espina.

    —No lo sé, llegaste antes de que le preguntara o me explicara.

    —Ax, ¿cómo puedes ser tan confiado? ¿Cómo se te ocurre siquiera aceptar hacerle un favor a ese tipo?

    —¿Cuál es el problema? Jeremías es una buena persona. No es como el antiguo líder de “Los Cardenales” y te consta, así que deja la paranoia. Creí que volverían los días de rivalidad pacífica en lugar de seguir con las sospechas interminables.

    —No es por el hecho de que sea el líder o sea miembro de “Los Cardenales”.

    —¿Entonces por qué actúas tan antipático con él?

    —Por celos, ¿por qué más iba a ser? ¿Cierto, Oscar?

    Una tercera voz respondió la pregunta siendo el dueño ganador de la atención de los hermanos.

    —Ron —lo nombró Oscar posando sus ojos cafés en los ámbar del que una vez fue su mejor amigo.

    Por ahora es todo. ¡Gracias por leer!
     
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    Roseé

    Roseé Soy muy viejo

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    ¡Qué bien!
    ¿Qué favor le quiere pedir Jeremías a Ax? Me suena muy sospechoso... Y ese Ron, espero que algún día perdone a Oskar... ¡Y que empiecen los juegos del skate!
    ¿Me prometes algo Spiral? No dejes que esas mujeres babosas toquen a Andres.
    Me encanta tu escritura, y como haces que un personaje sea tan especial :D (Ax es muy generosa), te agradezco por avisarme, me alegras los días.

    Un abraso a la distancia, relleno de maní y almendras.
     
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