—Jeje muy cierto...—Antes de que pudiera decir algo más, un Haxorus surgió de repente. No era un pokémon que me agradara demasiado, pero con solo su mirada me retaba. —¡Mira eso Alf! Me dispuse a atraparlo, no fue muy difícil. Podría aparentar rudeza, pero era un pokémon huraño. Ahora tenía un Haxorus, aunque no pensaba conservarlo por mucho tiempo.
—Gracias, aunque no es que me guste demasiado...—le dije. Más allá de nuestros pasos, la Torre se extendía, parecía infinita.
— Suena cruel, pero puedes usarlo para ganar un poco de puntos, en el centro de adopción pokémon sacas un buen dinero.
—Ummm...—miré la pokeball donde se encontraba mi nuevo pokémon.—Pero si lo dejo ahí, ¿Él encontrará un nuevo amo verdad? Era cierto que necesitaba los puntos, pero el binestar del pokémon era de mi interés más que cualquier punto.
— Por supuesto, por algo se llama "adopción"— Le contesté.— Te admiro por eso, yo no me preocupe cuando di a Porygon en ella...
—¿Dejaste a Porygon ahí? Wow seguro muchos se pelearon para adoptarlo.—Reí, ese pokémon era valioso, yo no lo habría dejado, pero seguro Alf tenía sus razones.--¿qué hiciste con esos puntos? De pronto un brilló fastidió mi mirada, ahí estaba, un Metang gris como las nubes de una tormenta y con detalles dorados como el oro.--¡Alf mira eso!
— Barcos y mujeres.— Bromee.— Creo...que...— Dije entrecortado.— Potencie y evolucione a Charmeleon a mi Charizard. ¡JO! Vaya niño con suerte. -- ¡Es Shiny!-- Exclamé.-- ¡Puño Fuego!-- Dije sacando a Charizard ya nombrado que acabó al pobre pokémon, no podría dejarlo escapar.
Ahí estaba el Metang variocolor, al parecer se encontraba en una sesión de entrenamiento. Con sus dos fuertes brazos golpeaba una y otra vez la pared, muy concentrado al parecer. —Es un shiny... ¿verdad?—me fui acercando lentamente para no asustarlo, mientras buscaba algún pokémon que pueda combatirlo.
— Si...— Mi Charizard que un ágil movimiento libere lo debilito con su Puño Fuego.— Niño con suerte..— Me quejé.— Pero es todo tuyo.
El ataque del Charizard fue como rayo, Metang ni tuvo tiempo de reaccionar. —¡Hey eso fue muy rudo!—Pero ya qué, así era Alf. Tomé una Lujoball, la había comprado en una ganga durante mi tiempo alejado de todo.—¡Eres mío Metang! Y así pasó, la Lujoball logró capturar al Metang de colores especiales, era una joya sin duda.
Reí guardando a Charizard. — Podría ser peor..— Le dije en un tono de burla.— Podría atacarlo con otro pokémon que le dañaría mas. Ademas eso se lo gano...nunca he visto un Shiny salvaje..— Me quejé, aunque contaba con 3 Shiny actualmente era algo injusto..
—¡Yeeeey!—fui corriendo y abracé a Alf mostrando mi enorme gratitud, encontrar un Shiny no era nada fácil.
Lo abracé igualmente, al parecer se emociono a máximo nivel. — Tranquilo, tranquilo.— Reí.— Ahora debes entrenarle.
Me separé, mientras apreciaba el raro pokémon que ahora estaba bajo mi tutela.—¡Eso haré, salgamos de aquí!
— Por supuesto.— Silbé y Gyarados volvió conmigo.— Sácanos de aquí.— La serpiente marina subió al par a su lomo y bajo nuevamente a la ruta 311.
Llegué a la ansiada torre de los dragones, y apenas entré me puse a explorar (1/50) Un pequeño Axew, era adorable, pero se fué corriendo