Personas reales Too Fast for Love |Mötley Crüe| Nikki Sixx

Tema en 'Otros Fanfiction' iniciado por Lady Stanley, 13 Mayo 2020.

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    Lady Stanley

    Lady Stanley Sweet Room

    Virgo
    Miembro desde:
    12 Enero 2008
    Mensajes:
    885
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Too Fast for Love |Mötley Crüe| Nikki Sixx
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    21
     
    Palabras:
    2228
    Capítulo XIX. Propuesta Pactada.

    Solo el sonido de las ruedas del carrito de súper mercado, rompía el silencio que se había hecho entre los dos. Mientras recorrían un pasillo de productos de primera necesidad.

    — ¿Qué llevaremos?—preguntó la rubia, rompiendo el silencio que los mantenía metidos en sus propios pensamientos.

    —Eh... no lo sé, nosotros solemos comer realmente lo que sea, que sea barato y rápido de preparar. Ya sabes... sopa instantánea, frituras, comemos en la calle hamburguesas, pedimos pizza... ninguno de nosotros es bueno manejando una sartén—contestó Nikki mientras se encogía de hombros—. Sigo insistiendo que es una pérdida de tiempo venir al súper mercado.

    Dallas suspiró y negó con la cabeza—. Toda esa comida chatarra repercutirá en tu persona cuando ya estés viejo—rió divertida al ver la mara cara que el bajista le había puesto.

    —Pero seré un gordo sexy y millonario—se defendió, contagiado por la risa de la muchacha—. Tendré nenas por todos lados y mi gordura no será un impedimento—Dallas le miró de mala gana y giró con el carrito a la derecha para llegar a la zona de frutas y verduras.

    —Nikki... eres un niño—sonrió y se acercó a los refrigeradores dónde había lechugas, chiles, cebollas, tomates y empezó a tomar un poco de todo. Fue a pesarlos en la báscula mientras el bajista únicamente observaba el actuar de la muchacha.

    Para ese momento ya habían recorrido el pasillo de lácteos, embutidos, carnes, habían echado al carrito de la compra golosinas que el bajista había visto. E incluso habían seleccionado cosas de aseo personal.

    —Oye... Dallas...—la rubia volteó a ver al músico que le hablaba—. ¿Me puedes explicar cómo pagaremos esto?—señaló que el carrito llevaba varios productos.

    —Lo haré yo, no te preocupes—dijo Dallas como si nada—. Recuerda que estoy invadiendo su casa y no pienso ser una carga. ¿Sabes? Estoy segura que cuando me asciendan en mi empleo, pronto podré irme a un departamento para mí sola.

    — ¿Enserio piensas irte?

    —En algún momento debo independizarme—dijo la rubia tranquila, mientras observaba una bolsa de lechugas tipo italianas—. Hasta yo necesito mi propio espacio.

    —No eres molestia para ninguno de nosotros, Dallas.

    —Lo sé y se los agradezco—sonrió la muchacha, echando su producto seleccionado—. Andando, es hora de irnos.

    — ¿En cuánto a Tommy?

    La rubia suspiró y miró al bajista que le miraba con seriedad—. Tommy y yo no somos nada, Nikki. Solo amigos, aunque creo que siento algo más por él... y no está bien. ¿Crees que es adecuado que cada que se lía con una chica debo molestarme?—volvió a suspirar—. Por supuesto que no... pero si quisiera que...

    —Que T-Bone te dijera algo lindo—sonrió arrogante mientras la rubia le miraba mal—. Tú y yo todavía tenemos algo que arreglar, pequeña Dallas—se colocó detrás de ella, acercándose de más y la joven se estremeció cuando sintió el aliento del bajista golpear su oreja. Su respiración se agitó cuando una mano traviesa se posó sobre su cintura y la atrajo a él hasta que sus cuerpos quedaron pegados, ella sintiendo sobre su trasero la naciente erección del muchacho—. Un trato es un trato, preciosa... y debes cumplirlo.

    La consternación en Dallas era demasiada, no podía pensar correctamente, sintiendo cómo la hombría de Nikki se restregaba suavemente contra ella. Tragó pesado y le miró sin poder contestarle e incluso, tuvo que reprimir un gemido cuando este se atrevió a lamer el lóbulo de su oreja.

    —Ba-basta—pidió, aferrando sus manos al mango del carrito—. ¿Podríamos h-hablar de esto cuando regresemos—suspiró cuando sintió en medio de sus nalgas la dura carne de Nikki—. Por favor...

    —No pequeña—contestó preso de su propia pasión—. Ya que si lo hacemos en casa... te escaparás a esa habitación y no me dejarás explicarte que quiero...

    —Nikki...

    —No me importa que la gente de este lugar nos vea. No me importa para nada que vean que muero por tenerte en mi cama...

    Dallas tenía la mente nublada, solo quería que el pelinegro se alejara de ella para que pudiera pensar y negarse, pero la caliente lengua de Nikki no le daba tregua y su constante apretón de su parte trasera contra su pelvis dura—. Ya... ya... te dije que a-aceptaba...

    —Deberás complacerme en todo lo que yo te pida... prometo cuidarte y demostrarte que puedo ser mucho mejor que Tommy...

    —S-sí—tan solo hablaba sin pensar, la tensión que había entre ellos solo provocaba que cierta parte de su anatomía se alborotara calurosamente y sentía cómo esa zona se humedecía.

    —Puedo enseñarte muchas cosas... pequeña Lawless...

    De un momento a otro, Nikki se había alejado de ella, dejándola con la vista nublada y luego empezó a caminar en dirección a los refrigeradores de la tienda. La chica se quedó azorada y empezó a seguirle en silencio.

    Con aquellas palabras... había dictado su sentencia... ¿O no?

    [​IMG]

    — ¡Ya llegamos!—gritó Nikki, cuando habían entrado al departamento. Pero no había nadie en casa, e incluso tuvieron que encender las luces para ver que todo estaba igual que en la mañana. Hasta que Sixx notó que había una nota en el refrigerador pegado con una goma de mascar.

    "Nos vemos en el Whisky a Go Go!. Tenemos el segundo show.

    ¡No llegues tarde, bajista!

    ¡Ah, y no olvides traer a Dallas si es que la encontraste!

    Tommy y Vince"

    ¡Mierda! Lo había olvidado. Toda la mañana y parte de la tarde había estado buscando a la rubia y en ningún momento pasó por su cabeza que esa noche también tocaban, así que miró como la joven guardaba todo lo que habían comprado en el súper mercado en sus lugares.

    —Dallas...

    La joven no volteó a mirarle, pues se encontraba guardando una caja de galletas en la vieja alacena—. ¿Sí, Nikki?

    —Tenemos que irnos—dijo tranquilamente mientras se acercaba a ella para mostrarle la nota.

    — ¿Qué? ¿Por qué?

    —Tenemos show esta noche—le mostró la nota y Dallas leyó la fea caligrafía de alguno de los otros dos integrantes de Mötley, no supo quien la había escrito pues firmaron los dos.

    Suspiró pesadamente—. ¿Es enserio? Cielos... ¿Crees que haya problema si esta vez paso?

    Nikki la miró unos momentos y una sonrisa arrogante se formó en sus labios, aprovechando que ella volvía a acomodar las cosas en su lugar, acercándose lentamente por detrás. Antes de que la joven gritara por tremendo susto, el muchacho le tapó la boca.

    —Yo pienso que no debería haber problema, siempre y cuando hagas lo que te pida... esclava...—los ojos de Dallas se abrieron bastante cuando escuchó de la boca de Sixx aquellas palabras, inmediatamente se alejó de él mirándolo ceñuda.

    Su rostro se encontraba colorado por lo que dijo el joven, ¿Cómo que su esclava? ¡Ella no era esclava de nadie! Quiso gritarle, ir y darle una buena cachetada. Pero solamente se quedó ahí parada, enfrentando esa mirada verde igual a la suya, sin poder decir algo más... tragó pesado y ni así encontró palabra para responderle. Después de todo... había metido la pata al decirle al músico que aceptaba esa tonta propuesta durante la mañana. ¡Todo por culpa de Tommy y esa tonta ofrecida! Porque eso era aquella mujer, de rojos cabellos... tan simple, pero de profundos y hermosos ojos azules.

    —Yo... no soy tú esclava, Nick—dijo enojada, arrastrando las palabras.

    —Esa es la primera condición de la propuesta que aceptaste... ¿O debo recordarte que puedo ir y contarle a Tommy que has ideado un plan conmigo para sacarle celos? ¿O prefieres que le diga que estoy interesado en ti para que se aleje?

    — ¡Has lo que quieras! ¡Canalla! ¡Maldito! ¡Idi...! —sus palabras quedaron atoradas en su boca cuando el grande cuerpo de Nikki, se movió rápidamente hacía su persona. Callándola con un beso hambriento, lleno de pasión. Le excitaba mucho, verla enojada. Desde que vio su rostro indignado en medio de la cocina tuvo ganas de arrancarle la ropa y hacerla suya.

    Pero ante todo, tenía todavía presente que debía llegar con o sin Dallas a la presentación de esa noche. Todo en pro de la banda si quería que Mötley Crüe saliera al estrellato, pero también su prioridad en esos momentos era Dallas... y esas ardientes curvas que lo volvían loco.

    Mientras la besaba, ambos se miraban, al mismo tiempo la apresaba contra su cuerpo y caminando en contra de la voluntad de la joven la estampó contra el refrigerador impidiéndole así que huyera en cuanto sus bocas se separaran. Sus manos se deslizaron a ese trasero que le volaba la cabeza e irremediablemente se había puesto muy duro... vaya que esa chica podía hacerlo explotar si así lo quisiera. Apretó ambas nalgas con lujuria y Dallas gimió.

    —Harás... lo que yo te diga—gruñó Nikki cuando liberó sus labios solo para llenar levemente sus pulmones de oxígeno y luego pegó su pelvis con la de ella. Escuchándola gemir—. Me vas a dejar... sentirte... acariciarte... probarte—sin que la muchacha se diera cuenta, había metido dos dedos sobre el resorte de su pantalón de colores... y el tacto de sus yemas con la piel fue caliente. Dallas se estremeció... y sintió como todos los vellos de la piel se le erizaron.

    —Ve-vete...

    —Quiero escucharte suspirar—le dijo mientras chupaba su labio inferior y había comenzado a mover su cadera de adelante hacia atrás, mostrándole a la joven lo duro que se encontraba—. Vamos... permíteme enseñarte a llegar al cielo...

    Sin dejarla contestar, volvió a besarla, pero ahora con más cuidado para hacer que perdiera la cabeza. ¡Joder! ¡Él era Nikki Sixx y podía tener a la mujer que quisiera! ¡Hasta la noviecita de Tommy caería ante sus encantos! Con cuidado de no asustarla, había descendido hasta su cuello dejando un camino húmedo de besos. Y por fin se encontró con el resorte de la braga de la muchacha... quería acariciar ese vello, sentir sus pliegues mojados.

    —N-no... Nikki—gimió presa de la pasión. Pero ahogó un gemido cuando sintió el dedo corazón del músico dentro de su ropa. Moviéndose sobre su clítoris en círculos... haciéndola perder la cabeza y toda voluntad de alejarse. Las piernas le temblaban y sentía que en cualquier momento caería... en esos momentos agradecía que Nikki la estuviera sosteniendo.

    —Estás tan mojada—aceptó Sixx, sin dejar de zambullir sus dedos, en esa cavidad virginal—. Tan apretada—cuando su dedo llegó a la zona femenina introdujo un dedo lo mejor que pudo. En suaves movimientos movía y sacaba sin llegar a penetrarla realmente. Solo quería que esa pequeña muchacha, ahí... le regalara su primer orgasmo. Viendo sus mejillas coloreadas y su respiración entre cortada, con los ojos apretados y la quijada de la misma manera para no gemir.

    Ahhh~

    —Así nena, más fuerte—dijo Nikki, besando sus labios, lamiéndolos con la punta de su lengua.

    Si él quisiera, en esos momentos podría hacerla suya, pero quería ella ahí se retorciera de placer por él.

    —Basta... por favor... ahhh~

    Nikki sentía que Dallas estaba próxima a terminar, pues había sentido como su flor comenzaba a contraerse y succionar su dedo índice mientras su dedo corazón nunca dejó de estimular su botón rosado, mojando su mano con sus jugos. Apretó un poco más hasta que la sintió temblar, aferrando sus manos a la puerta del refrigerador y echando la cabeza para atrás.

    Tan pronto como había empezado, terminó... viéndola ahí... se veía hermosa. Muy hermosa. Su primer orgasmo...solo para él, provocado por él.

    Las bolas habían comenzado a dolerle...

    —Perfecta—dijo este mientras retiraba su mano de la ropa interior de Dallas que todavía estaba desconectada mentalmente. Solo su cuerpo le regalaba los estragos de ese orgasmo.

    —Debemos irnos—dijo Nikki, haciendo que la mente de Dallas regresara a la tierra. Y sonrió con arrogancia al verla todavía sumamente sonrojada.

    —I-idiota—contestó la muchacha, caminando un poco tonta hacia las cosas que todavía no había guardado antes de que este la toqueteara de esa forma. Se sentía culpable por haber disfrutado tanto lo que ese patán le había hecho e irremediablemente pensó en Tommy.

    ¿Realmente quería hacerle eso? Debía pensar... pero ya no podía echarse para atrás. Debía seguir... y callar, hasta que todo saliera según Nikki le había dicho. Por un momento se sintió como esa niña boba que vivía en St. Paul con sus padres... indefensa...

    — ¿Cuánto tiempo tenemos?—le preguntó al bajista. Intentando aparentar normalidad.

    —Si nos apresuramos... mmm... treinta minutos—dijo sonriente al ver que Dallas estaba aparentando—. ¿Te gustó?

    Ella rodó los ojos, jamás le iba a decir que sí—. Déjame tranquila. ¿Quieres? Ya conseguiste lo que querías... así que vete... estaré lista pronto.

    Nikki sonrió y se encogió de hombros—. Cómo quieras... esclava... pero deberás estar lista o tendrás un castigo, si no te apuras. ¡Quince minutos!—le gritó mientras desaparecía por el pequeño pasillo que conectaba la sala con los dormitorios y el baño—. ¡Me daré una ducha rápida!

    Dallas suspiró y negó con la cabeza, aturdida... ahora sí se había metido en un problema mayúsculo.
     
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