Toyama Tonami

Misato Aoyama

Acompañe a los Fujibashi en la frustración de ha de dejado escapar a alguien de gran importancia, algo debía esconder aquel hombre...debí haber recurrido a un veneno de avispa de mar pero ¿Qué tan rápido hubiesemos ido a capturarlo? Podia ocultar aliados y estábamos en un río...no era muy reconocida por nadar sin muchos problemas...todo paso tan rapido.

Escuchar que era un hombre que podía ocultar algo que hasta el mismo maestro de los Fujibashi desconoce me inquietaba.

—Aun seguimos vivos, significa que aún tenemos oportunidad de dar con el...esta vez mejor preparados—declare luego de los ánimos de Yin, tan considerado como siempre.

El silencio reino por unos instantes y nada más parecía ocurrir, ni los Fujibashi sabían que esperar a continuación, ni una flecha. Kaze no daba pistas para un movimiento, era frustrante no verlo en persona...aún no podíamos estar cara a cara. Cuando estuve por mencionar la razón de mi presencia, Daigo pregunto sobre cómo Shingen dio con ellos.

Lo siguiente que relato me tomo por sorpresa, La señorita Shingen era parte de la nobleza y buscaba algo que el hombre que nos venció en la carrera le arrebató.

Era de Yamanashi, lugar de donde provienen los Fujiwara.

Shingen entonces solicito nuestra ayuda para recuperar lo perdido, estaba desviando mi misión pero se trataba de alguien de una prefectura de un clan aliado. Los Fujibashi nuevamente esperaron por una señal de Kaze pero no ocurrió. Al desviar la mirada di con la espalda de la chica la cual llevaba un muy particular mon, uno que podía ser diluido con agua...ideal para ocultar su apellido de ojos indeseables

—Takeda...nuestro lider fue capturado—dije a los Shinobis—Para intimidar a sus aliados...pero no se trata de el, es un señuelo, un chico llamado Rengo...algunos de nosotros decidió ir a notificar lo ocurrido.

Observé a Hikari otra vez, su mon me resultaba familiar de algún rollo pero no recordaba cual.

—Pareces ser una chica de buenos reflejos pero no está demás brindarte mi ayuda, eres la señora de la tierra de los Fujiwara, unos aliados nuestros.

Estábamos por llegar a la orilla y otra misión aguardaba luego de eso, aunque eso significaba hacer esperar al resto en Nagano, espero nada malo les haya ocurrido o no sabría cómo pedir perdón, al final estaba muy involucrada en otra guerra, la del mundo ninja.

 

​

 

Puerto
[Fujibashi; Misato; Yin; Hikari]

Hikari sonrió y afirmó a Misato — Así es; los Fujiwara han sido aliados nuestros por un largo tiempo — su sonrisa se difuminó; y en su mirada se notó un dejo de tristeza, uno que Hikari no planeaba ocultar — No los he visto; no han ido a la capital pues habían permanecido en el anonimato por varias estaciones, por eso no los busqué. Espero no crea que dejé a su suerte a mis aliados —llevó su mano al pecho — Enmendaré mi ausencia con ellos... han... hemos perdido demasiado.

Llegaron al puerto y fueron recibidos con aplausos por los ciudadanos; los cuales estaban alegres de que nadie resultó herido en aquel imprevisto; pero la gran mayoría esperaban a el barco Imperial para recibirlo con música y vitoreo.

—Avancemos antes de que lleguen esos —mencionó Ayame con discreción hacia el grupo —Perdámonos entre su gente

Pero un grupo de ancianos los comenzaron a rodear para felicitarlos; al parecer no sería tan fácil pasar desapercibidos siendo que fueron el evento principal del pueblo. También varios niños empezaron a acercarse mientras los señalaban.

—Con su permiso —Mencionó Daigo apartándolos; pero fue sobrepasado por el número de niños y ancianos. Miró a Anzai con preocupación y este respondió de la misma manera mientras un niño jaloneaba su ropa.

—Maldición— La frustración de Endo era evidente, mientras se intentaba zafar de una anciana —No nos dejarán ir tan fácilmente

—¡Mis muy estimados ancianos y niños!— gritó Yin — ¡Permítanme decirles que la ciudad de Tonami es horrible! ¡Jamás había visto algo como esto!

Todos lo miraron y no tardaron en fruncir el seño y acercarse a Yin con enojo; Yin miró a Misato y sonrió, dándoles la oportunidad a todos los presentes de escabullirse sin ser observados.

Hikari intentó sacar a Yin del embrollo jalándolo pero fue inútil; la gente comenzaba a acumularse a su alrededor reclamándole con voz altisonante —Su sacrificio no será olvidado — mencionó Hikari entre risas mientras los guiaba hacia la parte trasera del Santuario.

---

Santuario
[Fujibashi; Misato; Hikari]

​

Lentamente, todos fueron dejando atrás la indumentaria que los distinguía como participantes; el haori azul quedaba abandonado mientras avanzaban siguiendo a Hikari; detrás del santuario había un gran jardín zen; a esas horas y debido al festejo, se encontraba prácticamente desierto, a excepción de una persona que se encontraba debajo de uno de los arcos; estaba armado.

Hikari los llevó detrás de unos matorrales mientras observaban a aquel guardia —Creo que yo puedo con ese hombre —le sonrió a Misato —Pero si quieren encargarse de él por mi tampoco tendría problema con ello.

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Kuno Vizard
Puedes elegir tratar de noquearlo tú o mandar a algún Fujibashi a hacerlo. O simplemente dejar que Hikari se encargue.
Si decides hacerlo tú no necesitarías tirar dado; pues al tener sigilo con un d20 obteniendo 10 o superior lo logras noquear; y tienes una bonificación de +10 así que tu ataque sorpresa sería efectivo.

 

Misato Aoyama


Por fin habiamos desembarcado en la orilla, pronto iríamos hasta el punto exacto para ayudar a Shingen en su misión. Al llegar fuimos recibidos con aplausos y vitores, aunque el verdadero festejo iría dedicado al hombre del barco imperial; saludé a todos los presentes, y cuando los ancianos y niños de mi tripulación se acercaron sentí un muy especial alivio.

—Pequeños, estoy muy orgullosa de ustedes lo hicieron muy bien en el barco—Felicite a los pequeños dando palmadas en sus cabezas— y a ustedes honorables abuelos un honor y gusto haber tenido a tan valerosos guerreros—me incliné ante los venerables ancianos para agradecer su contribución en el juego—Gracias a los dioses todos están a salvo...

Pero me enteré que los demás estaban atiborrados con la multitud y no podíamos avanzar, estaba por rogar al público cuando Yin decidió tomar la iniciativa...de una forma algo temeraria.

Insulto al pueblo de Tonami ganándose una mala impresión de los lugareños, mis manos temblaron y una gota de sudor resbalo por mi frente, nuestro camino estaba libre para continuar. Todo a costa de Yin.

—¡T-traten de no ser muy rudos por favor!—rogue a los lugareños, aunque presentia que Yin podía librar su poco favorable situación.



Llegamos hasta el santuario, todos dejamos atrás los haoris exclusivos de la celebración. Al rededor no existía rastro de vida, lógicamente la mayoría asistió a los eventos, cerca del arco estaba un hombre armado protegiendo el acceso al templo. Todos permanecimos en los matorrales esperando el momento exacto para atacar.

—Puedo ser más como un Yurei señorita Shingen, no percibirá mi respiración entre las sombras—Dije ofreciéndome para noquear al guardia.

Al ver el rostro distraído del guardia, me aproxime hasta el, contuve mi respiración para asestar un golpe que lo enviaría a dormir.

 

Santuario
[Fujibashi; Misato; Hikari]

​

Misato se acercó sin hacer el más mínimo ruido; los Fujibashi la observaron sorprendidos, notando como se movía entre las sombras hasta llegar a aquel guardia quién no tendría la más mínima oportunidad ante una shinobi entrenada.

Misato levantó el brazo y el golpe descendió directamente a la nuca; aquella silueta colapsó de inmediato, dejando ver su rostro bajo la luz de luna.

Los Fujibashi y Hikari ya habían salido al encuentro; pero para sorpresa de los presentes, Hikari corrió a ayudar al hombre en el suelo. Daigo miró hacia Ayame con confusión y ella mostraba el mismo semblante hacia su amigo. Lentamente el hombre en el suelo comenzó a abrir los ojos lentamente.

—Sabía que vendría aquí, mi señora —dijo la voz mientras se colocaba de rodillas frente a Hikari.

Contenido oculto: Yato

—Yato —respondió Hikari con sorpresa, se notaba alegre; pero aquella expresión rápidamente se esfumó para mantener su seriedad—Usted no debería estar aquí, tenía una misión que cumplir ¿La ha terminado?

Yato negó — Pero al enterarme de lo ocurrido en Ibaraki y de la misiva, sabía que usted...

—Su deber no era aquí— reclamó Hikari con autoridad, haciendo que Yato bajara la mirada y después recargara su frente en el suelo en señal de disculpa; Hikari suspiró —Bien, ya estás aquí; por lo que podrás ayudarnos.

—Lo lamento, mi señora —dijo Yato

—Levántate; debemos recuperar algo importante en este sitio el cual seguramente está resguardado—aclaró Hikari

Yato se levantó y miró a Misato —Usted no tendrá ningún problema al ingresar —mencionó sobando su nuca— En cambio yo he tenido complicaciones— dijo señalándole una de las ventanas corredizas del segundo piso —En esa habitación, hay un sacerdote; pero es muy hábil. No creo que esté solo, he intentado entrar con todo el sigilo posible; pero siempre logra verme de algún modo. Parece que para él y su gente es un juego, y no he logrado descifrar como lo hace —negó hacia Hikari— Mi señora, usted no debe ir; ellos son capaces de recuperarlo — Yato se notaba nervioso ante la mirada de Hikari mientras se refería a los shinobis.

—¿Cómo sabes qué es lo que busco? —Preguntó Hikari

Yato mostró un rostro de asco y desvió la mirada —Porque lo he visto —miró a Hikari con recelo — Es por ello que usted no debe entrar.

—Por supuesto que iré — exigió Hikari

—Usted cree que lo que allí encontrará es alguna especie de caja de bambú o una bolsa de seda; no es así, créame no es así

Hikari guardó silencio.

—Lo recuperaremos y nos iremos —aclaró Yato para después volver hacia Misato — Tiene que ser usted, yo no tengo la habilidad suficiente para pasar desapercibido

—No puede ir sola; yo la acompañaré —interrumpió Ayame

—Dices que tiene aliados ocultos, creo que todos nosotros debemos ir —mencionó Anzai mirando a Yato —Pero no dejaremos a Hikari con un desconocido, podría estar engañándonos.

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Kuno Vizard debes decidir quién va contigo al santuario y quienes se quedan. También puedes llevar a todos y dejar a Hikari con Yato. También puedes volver a tirar un dado de 20 caras para sacar más info de Yato, con 15 o superior es suficiente para lograrlo.

 

Misato Aoyama

Golpee al guardia y no tuvo oportunidad de saber quién lo noqueó, yacia en el suelo con el rostro descubierto a la luz de la luna...un obstáculo menos.

La señorita Shingen se acercó rauda al guardia y parecía conocerlo, lo cual me tomo desprevenida ¿A caso lo conocía? Todo parecía indicar que si.

El guardia respondia al nombre de Yato y servía a la casa de Shingen...al menos eso parecía...entrecerrados los ojos en búsqueda de alguna "costura" que fuera motivo de preocupación...al parecer los Sugita no tenían planeado por el momento hacer uso de su artimaña. Lo cual me recordó que había bajado algo de mi guardia con la señora de Yamanashi la cual tampoco era portadora de algún disfraz.

—Estare muy complacida de ayudar—afirme ante las palabras de Yato, intrigada por saber que podía ser lo que estaba en manos de aquel sacerdote como para provocar la reacción de Yato en ese momento.

—El resto puede seguirme, Anzai, puedes quedarte si lo consideras adecuado y cuidar a la señora de Yamanashi, debemos permanecer alerta.

Antes de incursionar al santuario quise averiguar más sobre el hombre que suplantó al guardia en la entrada.

—¿Tienes algo más que agregar? Me gustaría saber qué es eso que busca también—trate de indagar la mayor información posible. No era alguien especialmente intimidante pero pensaba que una voz amable podría ayudar a dar con algo.

 

Santuario
[Fujibashi; Misato; Hikari]

​

Yato escuchó la voz de Misato, era calmada y en ella no se escuchaba ningún tipo de reproche o prepotencia; fue por ello que Yato afirmó, confiando en la mujer frente a él —Lamento no haberme presentado como es debido, ni haber explicado mis motivos por estar aquí —miró a Hikari y después nuevamente hacia Misato —Mi familia ha servido a los Shingen por generaciones; pero ese no fue el caso con mi padre... él traicionó la confianza de los Shingen y por ello mi legado quedó manchado.

—Ya has sido perdonado en múltiples ocasiones—interrumpió Hikari

Yato bajó la mirada en vergüenza —Pero no he logrado nada para ganar ese mérito; ha sido por la gran benevolencia de mi señora, y con todo ello no he logrado la misión que me fue encomendada —volvió a levantar la vista a Hikari, y ella afirmó, dándole la autorización necesaria para develar su misión ante Misato.

—No puedo ver de frente a ninguno de los Fujiwara; no pude unirme a ellos en su lucha como me fue ordenado; no les brindé la fuerza necesaria... no puedo, no mientras no elimine a el causante de su funesto destino... porque es por culpa de mi mi padre.... de mi maldito padre... —apretó sus puños con tanta fuerza que sus brazos comenzaron a temblar — Él dio información sobre los Fujiwara a los shinobis de Koga, la suficiente para que pudieran tejer su venganza lentamente sobre ellos. En mi sangre corre la sangre de un traidor —miró sus manos, temblando — la sangre de un asesino. Uno que vendió a su familia por muy poco. Es por la culpa de mi padre, Fujiwara Sumitomo, que las identidades del clan Fujiwara fueron develadas a su más grande depredador... Murai Sugita — miró a Hikari, quién ya lo miraba con los ojos enrojecidos —Es por eso que eliminaron de esa manera a mi señor Yami; y es por ello que también asesinaron a mi señor Taiyo —se dejó caer de rodillas —Si hubiera obedecido las órdenes de mi señora... tal vez ellos

—Basta— interrumpió Hikari — La muerte de mi hermano o de nuestro señor Taiyo no recaer en tus hombros; esas muertes son de la familia Sugita, familia que pagará por lo que ha hecho.

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Kuno Vizard descubriendo las identidades de dos protagónicos en una sola ciudad sin usar ni un gramo de intimidación; sólo amabilidad

 

Misato Aoyama

Yato accedió a contarme su pequeña historia luego de pedírselo amablemente. El hombre estaba sumido en una pena de gran magnitud, no dejaba de sentirse como un criminal a pesar de que fue su padre quien cometió la mayor deshonra para los Fujiwara; lo que debían cargar los hijos por las faltas de sus padres y ancestros...yo misma sufrí el ensañamiento de los Ichinose para con la única Aoyama capaz de presentar su rostro...para ellos peor era nada allí estaba mi presencia para pagar los errores de mis antepasados.

—Yami...cuando nuestro clan llegó a Kamakura tuvimos el disgusto de sufrir la emboscada de Murai aunque Kirara pudo detenerlo antes de asesinar a alguno de los nuestros—me referí al caso cuando nombró a Yami, el hombre que fue presentado en las faldas del monte Genji quien no resultó ser más que Murai oculto tras el disfraz del Shoninki—Aunque luego se valió de su manipulación para escapar a expensas de la ingenuidad de y vida de uno de los nuestros—dije recordando a Kobayashi la aprendiz de Kenzaburo, sus sueños y buenas intenciones fueron herramientas para el escape de Murai.

El hombre cayó de rodillas por el pesar, se lamentaba demasiado para su bien...no debía estar torturandose si aún tenía la confianza de su señora, me acerque hasta el para agacharme — Escucha a tu señora Yato-san, aún tienes su aprecio y no te ha dado la espalda, tienes la oportunidad de emendar el error de tu padre así como los Fujiwara siguen sin detenerse, Taiyo se sacrificó para traer información crucial para proteger a Shizuoka...no fue en vano, Shizuoka se salvó—mire a los Fujibashi—todos aquí tenemos el objetivo de acabar con los Shinobis de Koga, en algún momento tendremos la oportunidad de acorralarlos en cualquier lugar o si es posible en su capital...Si Nagano sigue en pie seguramente el imperio hará mayor uso de los Shinobis muy pronto, así que no es tiempo de lamentos...

Luego de animar a Yato, me ergui y observé el santuario donde ocultaban lo arrebatado a la señora de Yamanashi.

>>Como dije dejaré a uno de nosotros con ustedes, no sé que sorpresas puedan ocultar en el templo pero debemos empezar de una vez.

 

Santuario
[Fujibashi; Misato; Hikari]

​

Yato se mantuvo en silencio pero afirmó; Anzai se colocó a un lado de ellos —Seguiré tu estrategia; Misato. Yo me quedaré con Yato y Hikari —mencionó sin ningún honorífico — Vuelvan con bien, yo cuidaré de ellos.

—Esperen— mencionó Daigo —Yo soy un excelente ladrón —sonrió ante Misato, dándose un pequeño golpecito en la nariz, demostrando un poco de arrogancia por haberle podido robar a Misato aquella ocasión —Pero ni el mejor de los ladrones puede hurtar algo que no sabe qué es.

—Es... sólo recuperen aquello que esté a los pies de ese hombre —aclaró Yato.

Los Fujibashi afirmaron, siguiendo a Misato hacia el interior del Santuario.

---

Ingresaron por la ventana que Yato mencionó, encontrándose con una habitación vacía que llevaba a otra que parecía estar iluminada, sólo se veía el brillo tras el papel de arroz de la puerta corrediza.

—Nueva compañía— mencionó una voz detrás de una puerta; ni los pies sigilosos pudieron contra aquella persona. ¿Pero cómo lo hacía?

​

—Ocho ¿eh? — dijo acertando al número de los Fujibashi con Misato —Pasen por favor...— y antes de que cualquiera de ustedes pudiese deslizar la puerta, esta parecía hacerlo sola, mostrando en su interior a un hombre esperando pacientemente.

​

Su maquillaje se asemejaba al de Sawayama; pero no era la misma persona, y a sus pies; pudieron ver lo que Yato mencionaba....

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La cabeza decapitada de un hombre, en estado de putrefacción. El olor comenzó a inundar la habitación, resaltando aun más el incienso que todos los Fujibashi cargaban.

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Kuno Vizard

 

Misato Aoyama


Anzai acató mi sugerencia de cuidar a la señorita Shingen y al hombre Fujiwara. Estábamos listos para incursionar en el santuario, pero Daigo haciendo alarde de su habilidad de robo volvió a preguntar sobre que exactamente era lo que buscábamos...Yato solamente respondió a algo poco específico.

"Recuperen lo que este a los pies de ese hombre"

No podía entender aún el porqué de tanto secretismo. Pero no quería perder más tiempo, tenía la fe en que Daigo sería un juego tomar lo que sea que estuviera a resguardo del santuario.

Ingresamos por la ventana para encontrar una habitación vacía, frente a nosotros había otra iluminada, probablemente habitada.


Nueva compañía

Mi respiración se detuvo en cuanto alguien hablo ¿Fuimos detectados?

Ocho ¿Eh?

Había acertado nuestro número ¿Como podía ser posible? Podía estar segura de haber logrado un impecable nivel de sigilo, aquel sacerdote debía poseer algún sentido dotado por un Kami.

El hombre tras la puerta nos invitó a pasar a su aposento, aún con dudas aceptamos su invitación. Lentamente deslice la puerta y vi aquel hombre sentado, por un momento pensaba que teníamos nuevamente a Sawayama ante nosotros, pero no era el...poseía un maquillaje similar, su mirada era algo que no deseaba ignorar, pero sin ningún rodeo dirigí mi visión hasta los pies de aquel sacerdote.

—¿P-pero que significa esto?


A los pies del sacerdote no se encontraba ni una bolsa o caja que indicara algún tesoro. Supe entonces el porqué de la expresión de asco en Yato. Cubrí mi nariz y contuve una arcada al percibir el hedor a muerte de aquella cabeza cercenada en estado de putrefacción. Una visión para nada agradable.

—Tu...te vales de algún don especial por medio de cadaveres—acuse al sacerdote, estaba segura que algo le permitía percibir nuestra presencia...deseaba que solo hubiera sido un algún informante oculto, pero los santuarios siempre habían sido escenario de eventos extraños y peligrosos.

 

Santuario/ interior
[Fujibashi; Misato]

​

La reacción de Misato fue imitada por los demás Fujibashi, mientras el hombre sonrió, complacido por aquellos rostros de asco.

—Así es— aplaudió ante Misato sin moverse de su sitio — Los muertos son una gran herramienta —pateó la cabeza hacia ustedes, sin ningún miramiento —Veo que la señorita Shingen no subirá, es una lástima. Me hubiera gustado conocerla, pensé que mis palabras la habían cautivado — dejó escapar una risa —"Tengo el rostro de la vergüenza en mis manos; tu más querido consejero. No sé en que bosque perdido a quedado lo demás de él. Me han regalado su cabeza; ven a Tonami; celebra junto a mi la vida. Y con ello, te devolveré la muerte. Así podrás recuperar un poco de su orgullo; ya que su honor ha sido pisoteado" — citó sus propias palabras — He tenido mejores cadáveres en mis manos, y con ellos he creado maravillas —entrecruzó sus manos sobre sus piernas, demostrando la tranquilidad y la seguridad que tenía sobre sí mismo —Llévense a esa basura; y díganle a la señorita Shingen que no podrá eludirme por mucho más tiempo. Si ella no sube... haré que ustedes bajen por ella.

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Kuno Vizard
Puedes atacarlo; o seguir hablando con él. Si ese es el caso debes tirar un dado de 20 caras

 

Misato Aoyama

Mis temores estaban más que confirmados, el sacerdote era alguien que manejaba poderes más allá de los mortales, nuevamente el mundo sobrenatural pretendía demostrar su más oscura faceta. Tal como ocurrió con Shi.

El extraño espiritista tenía una clara intención hostil para con la señorita Shingen, abiertamente amenazó con "hacernos bajar por ella" no me apetecía saber el como pretendía hacer tal cosa.

—Tienes algo personal con ella...eso puedo ver—dije con frialdad sin apartar la mirada de aquel hombre—Creo que antes de intentar algo desearía saber ¿cuales son tus motivos?—solicite con amabilidad, aunque en mi mente deseaba atacarlo antes que nada. Pedí a los Kamis no ser víctima de su magia maldita con cadáveres.

 

Santuario/ interior
[Fujibashi; Misato]

​

Las palabras de Misato no llegaron a mermar la sonrisa de aquel hombre —Mis motivos siempre han sido claros; ella será mi mujer —aquello lo decía abiertamente; como si fuera una orden, algo que sucedería —Yamanashi será la Prefectura que dirija cuando el Imperio me de el control absoluto.

Chasqueó sus dedos y el suelo comenzó a retumbar. Los Fujibashi se alertaron preparando sus armas mientras la risa de aquel hombre inundaba aquel sitio.

—Mi nombre es Kotetsu; mejor conocido como Sukarukorekuta —El coleccionista de cráneos.

La vibración en el suelo siguió acrecentándose, hasta que pudieron ver de dónde provenía... Eso... era... un...

Contenido oculto

—¿UN ONI?— Preguntó Daigo mientra apuntaba con su arco directamente al rostro de aquel... ser. Su rostro estaba cubierto por una máscara negra, dejando oculto su rostro; su cuerpo era enorme, medía ocho cabezas más que Misato, y parecía que el color de su piel era un rojo intenso. De su obi, colgaban del cabello varias cabezas perfectamente petrificadas, no como aquella que les fue arrojada, todas tenían un rictus facial en agonía o tristeza.

—¿Entonces... bajarán por la señorita Shingen? —preguntó Kotetsu recargándose en la pared con tranquilidad —No pienso hacerle nada; no planeo secuestrarla —sonrió mientras cerraba los ojos —Sólo quiero que escuche mi propuesta de matrimonio.

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Kuno Vizard

 

Misato Aoyama

El hombre ni se inmutó por mis palabras, seguía con una sonrisa zorruna, estaba muy seguro de su posición pese a estar rodeado. Cuando explicó la razón de su insistencia en ver a Shingen no hice más que fruncir el ceño con disgusto.

—¿Tu mujer? ¿Yamanashi bajo tu control gracias al imperio?—el hombre resultó ser un oportunista que buscaba el poder en Yamanashi en alianza con los Taira. Algo que de ninguna manera iba a consentir, el imperio no tendría más de nuestras manos sin antes asesinarnos.

El sacerdote chasquear sus dedos, un extraño estruendo perturbó la quietud del santuario. Algo parecía acercarse, no sabía que era pero sentí un frío reptar por mi espalda...tenía un mal presentimiento.

Cuando Kotetsu se presentó como el coleccionista de cráneos, la vibración no hizo sino aumentar, lentamente una gran sombra nos envolvio, aquella sombra era de...

—Si, eso es...—respondi a la pregunta de Daigo,me fue imposible articular palabra alguna para la terrorífica visión. Un Oni, un ser monstruoso proveniente del Yomi se había manifestado por el poder de Kotetsu...trate de no perder la compostura, mi mano por inercia sujeto la empuñadura de Seishin, la misma katana que enfrentó a Shi y a Genbu, pronto debería enfrentar a otro ser más allá de nuestra comprensión.

—No tenemos nada que entregar a un esbirro del imperio—desenfunde a Seishin apuntando al Oni carmesí—¡Alguien como tú no pondrá sus manos en el pueblo de Yamanashi!—declare con firmeza, no era una opción, permitirlo sería una deshonra para los Fujiwara y su tierra.

Era el momento de atacar di una mirada rápida a los Fujibashi indicando en momento para atacar.

 

​

 

Santuario/ interior
[Fujibashi; Misato]

​

Misato se adelantó al ataque; aquel ser enfocó su energía hacia ella después de que el ataque lo había dañado profundamente, levantó sus puños con furia y arremetió contra Misato; pero Misato reaccionó en el transcurso del aleteo de una mariposa; sus movimientos fueron tan gráciles y veloces que dejaron impactados a los presentes, mientras que su enemigo impactaba con fuerza el suelo; quebrando la madera y disparándola a los aires, su fuerza era impresionante; y sabían que si no lo detenían, los podía matar de un solo golpe.

Los Fujibashi siguieron las palabras de Misato; atacando al gran oponente, fue tal su fuerza en conjunto que lograron derribarlo; haciendo que el suelo volviera a temblar.

Kotetsu no estaba perdiendo el tiempo; mientras aquel ser atacaba a Misato, el ya intentaba escaparse; pero una flecha en el pecho lo detuvo en seco. Tirándolo inconsciente al suelo.

Daigo soltó un suspiro —No sé cómo sucedió; pero lo logramos —dijo hacia Misato con confianza.

Endo se agachó a inspeccionar a aquel ser con apariencia de Oni —Un humano a fin de cuentas —aclaró mientras levantaba su dedo índice y medio, mostrando la tintura roja que había removido del cuerpo.

—Seguramente un esclavo; uno al que obligaron a usar su tamaño y fuerza; además de utilizarlo como mostrador de los trofeos de su amo—Ayame también miraba a aquel hombre con detenimiento para arrancar un poco de sus prendas, con ellas cubrió la cabeza del consejero de los Shingen; aquella que les había sido aventada por Kotetsu.

Arata se detuvo a observar los daños que el impacto de aquel hombre había causado; después miró a Misato —Si no tuviera tan buenos reflejos... creo que ya no estaría más con los vivos. Quedo en admiración de sus habilidades.

Daigo avanzó con Tanimoto y Keita hacia Kotetsu; Daigo lo pateó para ver si reaccionaba, al ver que no lo hacía se agachó a revisarlo —Aun respira —dijo para desprender una misiva de la flecha, la cual le entregó a Misato.

• Akai Oni
• Kotetsu
• Misato
• Daigo
• Endo
• Ayame
• Arata
• Handa
• Tanimoto
• Keita

• 
  Nivel: 5
  PV= 0/100
  Fuerza= 30
  Protección= 0
  Puños = +20
  
• 
  Nivel: 5
  PV= 40/100
  Fuerza= 10
  Protección= 20
  Katana= +3 ataque
  
• 
  Nivel= 3
  Pv= 80
  Fuerza= 12
  Protección= 3
  katana Aoyama +7 de ataque
  
• 
  Nivel: 5
  PV= 100
  Fuerza= 10
  Protección= 20
  Arco = +20
  
• 
  Nivel: 4
  PV= 90
  Fuerza= 15
  Protección= 15
  Katana = +12
  
  
• 
  Nivel: 3
  PV= 80
  Fuerza= 5
  Protección= 10
  
  
• 
  Nivel: 3
  PV= 80
  Fuerza= 5
  Protección= 10
  Kodachis = +5
  
  
• 
  
  Nivel: 3
  PV= 80
  Fuerza= 8
  Protección= 7
  
  
• 
  Nivel: 3
  PV= 80
  Fuerza= 6
  Protección= 9
  Naginata = +5
  
  
• 
  Nivel: 3
  PV= 80
  Fuerza= 9
  Protección= 6
  Kodachis = +5
  
  

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Kuno Vizard Te salvaste de un impacto de 99 ya restando tu defensa
+300 EXP al ganar la pelea
+150 EXP Encontrar algo útil para el clan

A Kotetsu lo puedes matar o dejar con vida, es tu decisión.

Ficha actualizada

 

Misato Aoyama


Mi ataque iba con todo para el Oni carmesi, la hoja de Seishin le había herido de gravedad, pero si se trataba de un ser sobrenatural aquello solo podía ser el principio, el corte hizo hervir la sangre de la criatura, fue raudo a intentar eliminarme de un golpe descomunal. No portaba una maza pero si unos puños como roca, sentí como si el tiempo estuviera por detenerse, algo me dijo que debía esquivarlo o sino.

Seria mi fin...

Mis dos otoños entrenando mi velocidad habían sido cruciales aquella noche, en un parpadeo evadí el ataque del gigante recibiendo una caricia de viento nocturno, el suelo del santuario se habia llevado la peor parte; el suelo retumbo con furia y las astillas volaron por todas las direcciones, su poder era descomunal convenía eliminarlo de una vez...

En conjunto, los shinobis atacaron al Oni infringiéndole heridas mortales...por las cuales sucumbió sin mas ¿En verdad cayo solo con unos ataques? un Yokai debia soportar un poco mas...segun los relatos de Shizune.

respire aliviada al saber que habia escapado de nuevo de la muerte.

—¡Espera!—Kotetsu pretendia huir del santuario pero antes de tan solo pensar en dar otro paso, una flecha aparecio de la nada acertando en su pecho, habia caido.

Endo se acerco al Oni y lo reviso descubriendo que solo era un humano, un esclavo destinado a cumplir las brutales ordenes de su amo, Yamanashi se convertiria en un infierno si alguien como el tomara el control

—Ha sido el resultado de años de esfuerzo aunque al ver la fuerza de esta bestia desearía entrenar para resistir golpes de tal magnitud—respondí al elogio de Arata, mas que un regodeo era un alivio poder contar con otra oportunidad, siempre suele existir una razon para vivir...y poder leer la misiva.

Pero antes debía decidir que hacer con el coleccionista de cráneos, me asqueaba el solo verlo, de por si era horrible poner cabezas en estacas más aún era conservarlas como "trofeos"; No podía soportar la idea de ver a Yamanashi bajo control Taira...y más con alguien como Kotetsu.

—Si no tuviera a un ser tan asqueroso como tú simplemente te dejaría...pero en manos de la señora de Yamanashi—acerque la hoja de Seishin al cuello de Kotetsu—Pero nunca estaría en paz si no elimino a alguien tan despreciable que solo el clan Taira pudiera apreciar...sea como sea morirás...descuida será rapido—Finalice con una voz atenta. Deslicé el filo de la katana ocasionando un corte certero, moriría en un solo instante con nula agonía. No era alguien que se regodeaba con torturas ni nada...solo debía dar un merecido final.

Tome la katana de Kotetsu para ayudar a mi economía en un futuro cercano. Decidí leer la misiva misteriosa que la flecha dejo, a medida que leía cada línea vieja información en mis recuerdos cobraron sentido y otra más desconocida era adquirida. Mis gestos delataban mi impresión al llegar a la mitad de la misiva. Sabía que los Fujibashi no partirían sin saber que me impacto tanto y no los haría esperar, ellos merecían la verdad... finalmente las últimas líneas daban por respondida una cuestión y una información que no debía ser mencionada ni en presencia de los cadáveres del santuario.

—Entonces...eso es lo que ocurrió—murmure con cierto pesar por vacío al leer las últimas palabras. Luego estaba aquellos nombres ¿Acaso ellos...?

—por favor debemos irnos y buscar a Anzai ustedes deben leer esto apenas se reunan—la urgencia desvaneció el pequeño escozor de dejar un cadáver sin enterrar (a pesar de sus tan horribles acciones) pero la información recibida ameritaba ir a un punto lejano y compartir las palabras de Kaze con especial cuidado.

 

Santuario/ interior
[Fujibashi; Misato]

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Los Fujibashi observaron como Misato eliminaba a Kotetsu, un corte limpio, sin sufrimiento. Daigo afirmó en silencio; mientras Ayame colocaba la cabeza del consejero Shingen en brazos.
Arata le pidió ayuda a Tanimoto, Endo, Handa y Keita; entre ellos colocaron el cuerpo de aquel "Oni" en una posición relajada; para después cubrirlo con telas que había en el santuario, así envolviéndolo en un profundo ritual de respeto y compasión. Mientras que a Kotetsu lo dejaban en el suelo.

Después de eso partieron para reunirse con Anzai; Hikari y Yato. Quienes los recibieron con alegría al ver a todos con bien. Rápidamente se reunieron y decidieron seguir a Misato, quién los guio a las copas de los árboles, dónde podrían hablar en privado.

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Allí, explicaron lo sucedido en el santuario.

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Kuno Vizard

 

Misato Aoyama

Tras lo ocurrido en el santuario fuimos hasta lo más alto de unos árboles, alli fueron aclaradas muchas cosas y más importante, se me confio una habilidad crucial para nuestro clan, luego de la caída de los Hattori, habíamos quedado sin información, pero ahora cabía la posibilidad de contar con algo que pueda inclinar a nuestro favor.

—Incluso yo aún trato de comprenderlo pero...solo debemos estar atentos a lo que podamos averiguar—acomode la katana de Kotetsu en mi cintura junto a Seishin y Aoyama estaba lista para bajar.

—Creo que es todo por ahora en mi misión, debería ir a ver cómo está el resto en Nagano y contarles todo—dije sonriendo al firmamento, tenía fe en que habían triunfado en defender a otro de nuestros aliados.

Repentinamente recordé a Yin quien seguro debía estar huyendo de los pobladores de Tonami, que los Kamis hayan protegido su humanidad de la furia de todos.

>>Solo faltaría ir por Yin, debe estar ansioso por librarse de ser el centro de atencion en el pueblo.

 

Clínica
[Fujibashi; Misato; Yato; Hikari]

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Tardaron en encontrar a Yin; tuvieron que preguntar a varias personas que parecían estar desinteresadas mientras celebraban la victoria del Imperio; pero un niño se les acercó y los guío hasta la clínica.

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Allí los esperaba Yin con una sonrisa; los ancianos y ancianas se inclinaron en disculpa ante los recién llegados.

—Son ancianos y niños muy fuertes aquí en Toyama— mencionó Yin —Tuve que explicarles que mi idioma natal no es el japonés. Confundí algunos caracteres y dije lo que no debía haber dicho —había mentido para librarse de la golpiza que le estaban acomodando —Ahora estoy rodeado de...— se detuvo unos instantes y vio a una anciana —¿Hospitalidad? ¿Está bien dicho? No me golpee si lo digo mal.

La anciana afirmó avergonzada.

Yin se levantó y miró a sus compañeros, enfocando la vista en Yato, un nuevo integrante —Me alegra que a ustedes no les fuera tan mal cómo a mi....

A diferencia de Yin; todos los presentes estaban sin un sólo rasguño; a pesar de que su misión fue en demasía peligrosa.

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Kuno Vizard Si quieres ir a Nagano ellos están en el día 47; no me importaría adelantarles días a ellos para que inicien en el día 49 Si es así, ya sabes la dinámica de movimiento. Tú dime si tú quieres tirar el dado o lo tiro yo.