Tolbana

Tema en 'Pisos del 1 al 10' iniciado por Hygge, 5 Octubre 2015.

  1.  
    Nekita

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    María Akizuki "Akizu"

    Finalmente había salido... finalmente estaba fuera.

    Casi de inmediato comencé a dar saltitos de emoción, más cuando noté cómo poco a los demás iban saliendo de esa mansión llena de monstruos y criaturas extrañas que nos habían mantenido cautivos allí por lo que parecía ser un muy largo tiempo. Pero no era momento de pensar eso, ahora tendría que centrarme en localizar a Ethan para ver si nos ibamos juntos a completar por fin la quest con Stan.

    Me quedé quieta por un par de segundo mirando a mi alrededor hasta que finalmente visualicé su silueta y una sonrisa se dibujó en mis labios — ¡Ethan! — grité con emoción mientras corría hacia él y le abrazaba con algo de fuerza debido a la emoción — ¿Lo viste? ¡Quedé segunda!, lo hice bien.. ¿verdad?

    Sonreí y sin dejar que me respondiera tan rápido miré hacia los portales— Tenemos que ir con Stan rápido, no quiero que se quede mucho tiempo solo con ese jabalí... — murmuré algo preocupada, no quería que después de todo el tiempo de ausencia comenzara a hacer bromas vergonzosas sobre nosotros.
     
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    Bruno TDF

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    Gaspar

    Al traspasar la mitad de su camino por la mansión, el joven se había encontrado con otra bolsa pequeña, en cuyo interior contó la nada despreciable suma de 500 Cols. Siempre había sido uno de los peores estudiantes en las clases de matemática, pero estaba seguro de que con ellos sumaba un total de mil Cols ganados en las espeluznantes habitaciones de la gran mansión. También era consciente de que se hallaba lejos de la meta. Pero con esto se conformaba. Animarse a arriesgar su vida había valido la pena.

    Casi como respondiendo a sus pensamientos, una luz lo envolvió sin previo aviso, haciendo que sus largos cabellos se erizaran. El salto que Gaspar dio, producto del susto, hizo que los lentes le quedaran torcidos sobre el puente de la nariz, aunque aquello no hizo que bajara la espada. Pronto advirtió que no se trataba de un enemigo, sino de una teletransportación. Lo recordaba bien, porque la misma luz lo había rodeado cuando terminó de realizar el tutorial del juego en el Campo Occidental. Por tanto, cerró los ojos y se dejó llevar. Claro, no sin antes acomodarse los lentes; qué diría la gente, si no…


    Fue llevado hasta el hall de la mansión, justo frente a las puertas de salida. También se hallaba el resto de los que habían participado del evento de Halloween, todos en perfectas condiciones de salud.

    La pregunta sobre quiénes habían ganado tan emocionante evento no duró mucho, pues el hombrecito hizo pasar al frente a un joven desconocido, al que declaró como ganador. También pasaron al podio otras dos personas a las que tampoco conocía (lo cual le hizo plantearse la meta de entablar más relaciones públicas). Todos ellos ganaron armaduras magníficas.

    A su inventario, por otro lado, habían sido añadido los 1000 Cols. Se sintió Alber Einstein ante el éxito de sus cálculos matemáticos, y desde el primer momento tuvo en clara las compras que realizaría. Así, cuando la ceremonia de premiación, vitoreos y chillidos terminó, se consiguió una espada nueva y un buen escudo en la tienda más cercana.


    Su siguiente parada fue una posada. Ingresó con el dramatismo de las películas del Viejo Oeste, con la diferencia de que nadie se quedó mirándole… porque no había casi nadie. Gaspar, por su parte, dirigió una mirada impasible hacia la barra, donde se sentaba una sola persona. Adoptaba la posición de quien está por desenfundar dos pistolas alojadas en su cinturón. Lo cual era una empresa más bien chistosa, pues él sólo tenía un escudo en su espalda y una espada pendiendo de su cinturón. Todavía llevaba puesta la ropa con la que había entrado a Sword Art Online.

    Se acercó con pasos pausados y expresión imperturbable hasta el anciano que servía licor.

    Deme algo para hombres que estuvieron a punto de morir —ordenó con serenidad, sentándose, sin saberlo, junto a la Leona Roja—. Y que sea pronto —dejó caer una moneda sobre la barra.

    El anciano la tomó con una expresión de derrota y, sin perder tiempo, le sirvió un licor fuerte. Gaspar lo bebió de un golpe e, inmediatamente, pidió otra ronda, dejando caer la respectiva moneda.

    No tiene la música del Vodka, pero se le perdona —reflexionó, mirando su vaso con graciosa concentración. Fue entonces cuando, al mirar de reojo a la persona que se sentaba a su lado, vio que era la pelirroja de nombre desconocido. Gaspar le mostró una sonrisa— Leona, qué bueno verte ¿Dónde te habías metido?
     
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    Reiko Akuma

    —''Leona, qué bueno verte ¿Dónde te habías metido?''

    Reiko dejó la jarra vacía con un golpe seco sobre la barra, suspirando dichosa. ¿Había bebido demasiado, tal vez? Santo dios, esa voz era demasiado conocida. Su vista estaba borrosa debido a la ingente cantidad de alcohol en su organismo, pero los leones eran expertos en reconocer a los miembros de su manada aún sin depender del sentido de la vista.

    —¿Hm?— musitó, mirando de reojo a su acompañante. No había reparado hasta entonces en su presencia. Su expresión adormilada se iluminó y volvió en sí cuando su mirada se encontró con la suya. En ese preciso momento, su cerebro hizo ''click'' y pudo reconocer a aquel joven andrógino y largirucho con el que había pactado la orquesta del acero. ¿Realmente era él?—. ¿Gaspar?

    ¿Qué importaba? ¡Estaba demasiado feliz para pensarlo siquiera!

    >> ¡Gaspar, Tigre!— exclamó entre risas, arrastrando las palabras. Le echó un brazo sobre los hombros con camaradería—. ¿Dónde estabas, ah? No volví a verte desde que entraste en esa mansión tan rara— comentó— ¿Era una casa de citas, no? Cuéntame, ¿cuántas han sido? ¿diez, veinte? ¡Vamos, vamos, no seas tímido! ¡Sabes que puedes contarle cualquier cosa a la buena de Reiko!

    Y lo zarandeó ligeramente, mientras pedía otra jarra fría al posadero.
     
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    EN Auditore La Hermandad de Asesinos

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    Ethan_BlacKnight

    Salí del lugar las personas vitoreaban, estaba confundido, di vueltas sobre mi eje sin entender del todo lo que sucedía. Parecía que había ganado, pero... "¿Cómo era posible?" me preguntaba, mientras miraba mi inventario y lo que aparecía, también, la cantidad de Cols había incrementado, pero... "No recuerdo haber hecho tanto", me dije. La gente se comenzó a dispersar, pero yo seguía confundido: "Creo que soy el tercer puesto me dije...", recordando que cuando salí sólo vi a Akizu de reojo y a otro chico más antes de que todos fueran transportados a la salida.

    Me senté en una banca de Tolbana, mientras respiraba fuertemente, veía a las personas pasar frente a mí, algunas seguía felices, otras simplemente se marchaban porque la fiesta se había acabado. El simple evento terminó y toda el pueblo volvió a la normalidad.—Se supone que iríamos a pedir dulces...—me dije pensando en Akizu y en dónde podría estar.

    Me levanté mientras me estiraba, mis brazos estaba un poco cansado. Me quedé parado, mirando el suelo por unos segundos, en un momento a otro escuché un grito:

    "¡Ethan!"
    , giré mi rostro intentando localizar la fuente de la voz, pero no veía a la persona que me llamaba. De sorpresa la chica me abraza y yo sólo abro los ojos por la leve sorpresa. Tardo unos segundos mientras múltiples pensamiento inundan y ahogan mi pensamiento y correspondo como puedo su acción, intentando no parecer antinatural, mientras con una mano levemente acariciaba su cabello rojizo.

    "¿Lo viste? ¡Quedé segunda!, lo hice bien.. ¿verdad?", sonreí y me quedé así por unos segundos.

    —Lo sé, te vi salir, pero cuando te iba a seguir simplemente todo se cerró y me quedé dentro...—respondí rascándome levemente mi nuca.—Creo que quedé tercero.—dije mientras hacia la cantidad de números con mi mano libre alejándome levemente de la chica.—Aún así, lo hiciste muy bien, Akizu...—dije acariciando suavemente su mejilla con una sonrisa.—Lo lograste.—respondí asintiendo con la cabeza.

    "Tenemos que ir con Stan rápido, no quiero que se quede mucho tiempo solo con ese jabalí..."

    Abrí mis ojos de golpe, se me había olvidado por completo el anciano, no participó en aquel evento, eso me preocupaba. Noté en el rostro que a Akizu también le preocupaba. Suspiré, aún debíamos encarganos del Jefe Jabalí, descansar debía esperar un poco.

    —¿Qué estamos esperando? Acabemos lo que hemos empezado.—respondí emocionado mientras miraba a la chica a los ojos antes de mirar el portal en la lejanía.—Vamos...—dije comenzando a correr en dirección al portal.
     
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    Nekita

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    María Akizuki "Akizu"

    A pesar de que al parecer a Ethan le había tomado por sorpresa mi acción de ir a abrazarlo, me alegró que aun así él pudiera corresponderme aunque sea solo un poco después de todo lo sucedido en la mansión, a fin de cuentas la emoción me superaba y aunque no acostumbraba a hacer actos como esos por algo como esto valía la pena.

    Pero, cuando estuve apunto de felicitarlo igual por su tercer lugar, sentí una de sus manos en mi mejilla seguido de una felicitación suya y no pude evitar sonrojarme un poco. Limitándome a asentir en silencio, no había esperado eso de ninguna forma.

    Finalmente Ethan estuvo de acuerdo conmigo en ir con Stan y acabar de una vez por todas con ese jabalí y acabar con el quest para poder descansar un largo rato. — Acabemos con esto entonces...— murmuré antes de correr detrás de él hacia uno de los portales, directo al campo occidental.
     
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    Alex Wood

    Finalmente...después de varias semanas ahí dentro por fin podíamos salir.Aparentemente alguien había terminado el ultimo tramo de la mansión.
    Las puertas de la mansión finalmente se abrieron,podíamos salir de una buena vez,la luz y la multitud era abrumadoras,casi no podía ver ni escuchar nada,apenas si podía ver a un pequeño hombrecillo que esta felicitando al ganador de la quest.

    En cuanto tuve la oportunidad me aleje un poco de la multitud y me senté,necesitaba un poco de aire...

    Por fin...se acabo...siento que llevaba semanas ahí dentro.— Dije mientras cubría mi cara y tomaba un pequeño suspiro...
     
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    Gaspar

    La pelirroja lo había mirado con una expresión adormilada a causa del alcohol. Se produjo un corto instante de silencio en el que el joven músico, sin abandonar su sonrisa serena, alzó una ceja, como a la espera de algún acontecimiento. Llegó de forma inmediata, cuando la chica, al reconocerlo, reaccionó como si estuviera sobria desde un principio. Fue recibido con algarabía; Reiko le rodeó los hombros con el brazo e hizo preguntas sobre la Mansión, entre sugerencias de que se trataba de un albergue transitorio o algo por el estilo.

    Ya me hubiera gustado que fuese algo así —convino mientras era zarandeado, abrazando a la pelirroja por los hombros y alzando su segunda jarra a medio vaciar—. Pero no… Se trataba de un averno infestado de monstruos y otras criaturas que desafinaban al chillar. A una de ellas le faltó poco para matarme, pero la Música del Acero salió triunfante, con melodías victoriosas —apuró los restos de su respectiva bebida y, dejando caer una tercera moneda sobre la barra, exigió que le sirvieran una tercera jarra—. La paga hizo que valiera la pena.
     
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    Yugen

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    Reiko Akuma

    — Siendo así, me alegra haber encontrado este antro antes de decidirme a participar— mencionó con una ligera risa, soltando a Gaspar. Realmente no recordaba mucho de ese momento, pero era bueno saber que había tomado una decisión acertada. Aquel juego de por sí ya era un averno infestado de monstruos—. Debió de ser divertido patearle el culo a esos bichos, no me cabe duda.

    Se terminó la última jarra del día— la última porque después de aquella escena cayó K.O, noqueada por su propia irresponsabilidad—, y se acercó a Gaspar, inclinándose de tal forma que el canal que quedaba entre su busto quedó expuesto ante los ojos de joven músico. Reiko no conocía lo que era el pudor estando sobria, mucho menos lo haría estando ebria. Esa reacción que lograba provocar en las personas que seducía la hacían sentirse poderosa.

    >> Pero, ¿sabes? hay muchos tipos de diversión— susurró con un tono especialmente empalagoso. Los dedos, helados de sujetar la jarra de cerveza, acariciaron el brazo del músico—. Y alguna que otra especialmente gratificante, aún más para un hombre que ha estado a punto de morir. Estoy segura de que la orquesta del acero puede hacer un impresionante concierto juntos.

    Su aliento cálido rozó la oreja de Gaspar, pero lamentable o afortunadamente— depende para quién— todo quedó allí. Antes de que la Leona Roja pudiera seguir su intoxicado jugueteo, en el que tan experta era, cayó profundamente dormida sobre su hombro.

    Como un tronco.

    El posadero tenía razón, dfinitivamente había tomado demasiado.

    ***

    —Agh... Mi cabeza— se quejó roncamente, llevándose la mano a la sien. Era un dolor agudo, martilleante. Su voz había perdido aquel tono alegre de antes y ahora se parecía más a la suya.

    ¿Quien iba a pesar que podía emborracharse con licor virtual? ¡Cielos, que ridículo!

    Menos mal que al fin había logrado despertar en una de las habitaciones de la posada, sobre una cama de paja que crujía con cada uno de sus movimientos.

    Ahora, una vez fuera de la posada, sintiendo después de días el calor del sol artificial, Reiko se sintió revitalizada. Las hojas de los árboles se mecieron con la brisa.

    Había un gran tumulto en la ciudad. Jugadores y personajes no jugadores iban y venían de todos lados.

    — ¿Y bien?— le preguntó a Gaspar, sobreponiéndose al dolor latente—. ¿Qué tienes planeado hacer ahora, musiquito? Debes estar cansado de tanta aventura, pero yo tengo que ponerme al día...
     
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    Bruno TDF

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    Gaspar

    Se encontraba apoyado en la fachada de la posada, no muy lejos de la puerta de entrada, tocando una pequeña armónica. La había hallado sobre una de las mesas del lugar, seguramente olvidada por el despiste de su dueño; y como el que se fue a Sevilla perdió su silla, Gaspar se proclamó dueño del instrumento. Los rayos del sol arrancaban brillo a sus largos cabellos, a sus lentes y a la armónica. Dejó de tocar cuando Reiko salió.

    Me voy a cazar jabalíes al campo —respondió, desperezándose hasta hacer tronar los huesos de brazos y cuello—. Hay un pobre chef penando por la posada del Pueblo de los Inicios, pues algún ladronzuelo se llevó la carne que tenía guardada y necesita reponerla para atender a sus clientes. Me lo contó el posadero anoche, después de que te dormiste… —se sonrió, cruzó los brazos y miró hacia el cielo—. Además, ahora entiendo el sentimiento de quedarse sin carne...

    Recordaba lo de anoche: Reiko sugiriendo otro tipo de diversión, el estrecho valle entre aquellas considerables colinas y el aliento dulzón de sus palabras, hasta que finalmente se quedó dormida sobre su hombro, roncando como toda una leona. El posadero, feliz de la vida, se apresuró a ofrecerles una habitación; Gaspar aceptó con toda la serenidad del mundo y dejó a la pelirroja durmiendo sobre una cama de paja. Como él no tenía mucho sueño, ayudó al anciano a ordenar la posada para el día siguiente (momento en el que se encontró con su nueva armónica)… Claro está, el pago por su ayuda fue más alcohol, pero gratis, lo suficiente como para adormecerlo.

    Por otro lado… —continuó, apartándose de la pared y desenvainando su espada nueva. La alzó apuntando al sol, para que éste arrancara destellos a su hoja— Quiero probar este nuevo juguete…
     
    Última edición: 13 Enero 2016
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    Pude descansar por unos minutos,me quede pensando en lo que había conseguido en la Quest...empezaba a cuestionarme si realmente había valido la pena...
    Después de un rato me puse de pie y empece a caminar por la cuidad,necesitaba por mis ideas en su lugar,ni siquiera podía recordar que fue lo ultimo que hice antes de entra a la mansión...

    —¡Ah! ¡claro! — Exclame en voz alta cuando finalmente recordé que fue lo ultimo que hice...estaba en el bosque...buscando "algo" aunque aun no estaba seguro de que era,y con toda la distracción de la cuidad no podía pensar claramente

    — ¡Bah,que más da!...posiblemente lo recuerde cuando este ahí.— Después de eso me dirigí de nuevo hacia la mansión,para tomar un portal que me llevara de vuelta al bosque.

    —Bueno Alex,tu nunca dejas las cosas a medias...y esta no sera la primea vez...— Con esas ultimas palabra mire hacia el portal,sin dudarlo mucho la atravesé para continuar con mi otra Quest...
     
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  11.  
    Yugen

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    Reiko Akuma

    Reiko dejó escapar un silbido de admiración cuando el filo de la hoja destelló al sol. Fue automático. Era una espada bastante simple, rudimentaria, pero mucho más ligera y elegante que aquella espaducha básica que pendía de su propio cinturón. ¿Una recompesa del evento, tal vez?

    —Wow, miren eso— comentó divertida, con una media sonrisa de suficiencia—. El Tigre tiene garras nuevas.

    Extrajo del cinturón su espada mellada y la alzó al sol, dando un vigoroso mandoble al aire. Demonios, sí. Demasiado tiempo inactiva, era hora de volver a la acción.

    ¿Y qué mejor manera que matando unos cuantos puercos salvajes?

    Aquello sería mano de santo para olvidar por unas horas su dolor de cabeza y de paso, lograr algo de experiencia y dinero... que dado su errático estilo de vida no le vendría nada mal.

    Sujetando la empuñadura del arma, alzó la hoja por encima del hombro de Gaspar.

    Mantuvo una expresión inalterable cuando sus ojos volvieron a encontrarse, serenos y brillantes. Si se tomaba un tiempo para observarla con claridad, Reiko se veía como una auténtica leona. Aquellos ojos gatunos y esa ardiente melena roja le conferían el aspecto indomable de uno de los animales más majestuosos del mundo.

    >> De más está decir que me uno a la fiesta— dijo—. No pienso dejar que tú, amigo mío, te lleves toda la gloria.
     
    Última edición: 13 Enero 2016
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  12.  
    EN Auditore

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    Ethan_BlacKnight

    Llegamos sin demasiado retraso a Tolbana, me puse a buscar casi frenético por el lugar las decoraciones que antes estaban en el lugar, pero simplemente ya no estaban. Halloween se había ido, suspiré derrotado, le había prometido a Akizu que celebraría con ella el día y más aún que le mostraría, pero simplemente ya no tenía sentido y no había posibilidad de hacerlo.

    —Creo que el evento literalmente se acabó, Akizu...—respondí alzando levemente mis hombros.—No podremos celebrar Halloween.—respondí suspirando antes de continuar mi camino por el lugar. Aún así, la mayoría de los negocios estaban abiertos, así que no había demasiados problemas, deseaba algo para tomar, mi cuerpo lo necesitaba, así que con la mirada comencé a buscar.

    —Por aquí debe haber una posada con comida y bebidas...—respondí buscando con la mirada, pero sin encontrar nada...

     
  13.  
    Nekita

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    María Akizuki "Akizu"

    Finalmente habíamos llegado a Tolbana en silencio, observando como las calles volvían a ser tan normales como antes y las grandes y vistosas decoraciones se habían esfumado y ya no había nada de nada, solo... simples calles.

    "Creo que el evento literalmente se acabó, Akizu...No podremos celebrar Halloween."

    ¿Hum?, me giré a ver a Ethan algo confusa, había olvidado por completo la actividad de ir a pedir dulces, él parecía algo bastante decepcionado sonreí ligeramente y negué con suavidad — No importa, tranquilo. — coloqué mis manos detrás de mi espalda mientras seguía caminando con él en busca de alguna posada — Para la próxima me llevarás a pedir dulces, este año no pudo hacerse y no podemos hacer nada...

    Suspiré algo resignada, después alcé mi vista levemente y encontré algo parecido a una posada — Eso parece que puede tener comida...no perdemos nada con ir, ¿no?
     
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  14.  
    Bruno TDF

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    Gaspar

    La Leona Roja desenvainó a su vez su propia espada y realizó un fuerte mandoble en el aire y, repentinamente, Gaspar se encontró con que la afilada hoja del arma de su acompañante se hallaba alzada por sobre uno de sus hombros. Miró de soslayo el metal que estaba a centímetros de su carne; en aquel momento, también sintió el arma como una garra felina. Y tal pensamiento se intensificó cuando hubo un momento en el que sus miradas se conectaron.

    Bien mirada, la pelirroja sí que apreciaba como una auténtica leona. Sus ojos tenían un brillo felino, hambriento y desafiante. Además, todavía llevaba los cabellos despeinados a causa de la borrachera de la noche anterior; en ese momento parecía una auténtica melena resplandeciendo al sol.
    Aunque, bueno… La melena correspondía a los leones machos… Pero igual le moló la imagen.

    De más está decir que me uno a la fiesta—dijo la Leona—. No pienso dejar que tú, amigo mío, te lleves toda la gloria.

    Que así sea —respondió él, dando un paso atrás.

    Cruzó la hoja de su espada con la de Reiko. Quedó así formada una cruz metálica; si bien podía ser una cruz cualquiera, lo que importaba eran las personas que empuñaban las armas. La Leona y el Tigre nuevamente reunidos en la Orquesta del Acero.

    Bien, entonces… —Gaspar giró sobre su talones y apuntó con su espada hacia lo alto, empezando a marchar con paso militar— Que tiemble la República de los Cerdos, pues los depredadores van en camino. En marcha… —empezó a alejarse, con su gracioso avanzar. En el camino, se cruzó con una pareja de jugadores que se dirigía a la posada de la que se estaban yendo; Gaspar les dedicó un saludo militar— Viva los novios.

    Y continuó marchando hacia la salida de Tolbana, a la espera de que la Leona se pusiera a la par del Tigre.
     
    Última edición: 14 Enero 2016
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  15.  
    Amane

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    Miu Shiraoka

    — Maldita hiedra y la madre que decidió... — así llevaba desde que salí en contra de mi fuerza de la mansión, completamente molesta por haberme quedado tan cerca del podio. Por un momento podía admitir que el primer puesto se lo llevase el Adrián ese pero sabiendo que había estado tan cerca del segundo.

    ¡Agh!

    Me fui de la reunión aquella nada más acabó, viendo que al menos algo de dinero y experiencia había ganado. Pero eso no quitaba que necesitaba desahogarme con algo o alguien.

    Como fuese, me senté en un banco durante unos minutos, pateando el suelo con verdadera frustración. Resoplé e insulté como si no hubiera un mañana para finalmente decidir que lo mejor era aprovechar lo que sí había conseguido para mejorarme y seguir con el juego. No podía olvidar mi objetivo principal, de todas formas.

    Así pues me puse en pie y fui hasta una tienda de equipamientos de la ciudad, dispuesta a gastarme el dinero que reposaba en mi inventario.

    Miu vuelve too bitches (??? okno, lo siento chicos, ya sabéis que yo os quiero xD
     
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  16.  
    Yugen

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    Reiko Akuma

    Gaspar era un tipo extraño, definitivamente. Cuando comenzó aquella especie de marcha militar, Reiko se limitó a sacudir la cabeza con condescencia.

    —Eres un tío raro, ¿sabías?— le comentó mientras caminaba detrás de él, muy cerca. Una ligera risa escapó de sus finos labios.

    Que pareja tan dispar y extraña. Reiko no creía en el destino, pero definitivamente era como si aquello hubiera estado predestinado. Conocerse. Formar una Alianza. El Tigre y la Leona formaban la mejor orquesta de acero de la historia y no era como si alguien pudiese atreverse a negarlo.

    Su mirada se desvió hacia la posada, sin embargo, cuando Gaspar exclamó con algarabía ese "Viva los novios". ¿Novios? ¿También sería cosa del destino cruzar miradas con aquella gatita pelirroja?

    Era pequeña y grácil como una flor de primavera... De hecho, se veía demasiado inexperta e inocente como para haber acabado en un juego así. Para su mala suerte, iba acompañada de un chico. Un joven que perfectamemte podría ser su pareja, tal y como el Tigre había insinuado.

    Sí... Dado el lugar al que se dirigían sólo era necesario atar un par de cabos.

    —Ah, que desperdicio...—mumuró Reiko con desiterés, pasándose una mano por el pelo.

    Ahora le vendría bien un poco de alcohol para olvidar eso. Otro posible interés amoroso que se iba al baúl de las fantasías imposibles.
     
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    Nekita

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    María Akizuki "Akizu"

    El trayecto a esa posada iba bastante bien a decir verdad, tan solo esperaba que Ethan estuviera bien con la decisión de que el proximo año haríamos eso y se dejara de preocupar por no tener dulces este año, a fin de cuentas solo eran dul...

    "Viva los novios."

    Dijo un chico bastante peculiar al vernos pasar a Ethan a mí acompañado de un raro saludo... me quedé congelada por unos cortos segundos mientras sentía el color volver a subir a mi rostro, ¿po-por qué él había dicho eso?, miré a Ethan algo confusa y luego al chico otra vez con la vergüenza inundando mi cuerpo, ¡eso no era cierto!

    — E-Eh... l-lo siento pero nosotros no... nosotros no somos pareja... — me aclaré intentando sonar lo más segura posible aunque, sabía que había sido un rotundo fracaso, pero tan siquiera había intentado aclarar un punto.
     
    Última edición: 14 Enero 2016
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    EN Auditore La Hermandad de Asesinos

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    Ethan_BlacKnight

    "Eso parece que puede tener comida...no perdemos nada con ir, ¿no?"


    La chica señaló el lugar, lo miré por un momento mientras enfocaba los ojos, no me había fijado en la posibilidad de que ese lugar fuese una posada. Reí por lo bajo por mi leve ingenuidad y miré a la chica que seguía con sus manos detrás de la espalda caminando a mi lado. Estuve a punto de decirle algo, pero frente a nosotros otra pareja que parecían jugadores se acercaban de un momento a otro el chico lanzó un comentario:

    "Viva los novios..."

    Me quedé helado por un momento intentando analizar lo que había dicho, mi cerebro tardó unos segundos en procesar la información. Cuando me disponía a contestar, Akizu, ya lo había hecho.

    "E-Eh... l-lo siento pero nosotros no... nosotros no somos pareja..."

    —¡Lo que ella dijo...!—respondí dudoso mientras reía un poco y me rascaba nuevamente la nuca. "Parece que a los demás se les pega las manía de Stan", me dije alzando ligeramente mis hombros mientras suspiraba. Antes de darme cuenta la pareja había desaparecido, respiré hondo, mientras me aliviaba, le sonreí a la chica ligeramente.—Bien, mejor no perdemos tiempo... Y entramos de una vez.—respondí mientras colocaba mis manos sobre sus hombros y la "empujaba"ligeramente, "guiándola" hacia el interior del establecimiento.
     
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    KBMaster

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    Mario.

    Todo de un momento a otro se detuvo, las puertas se abrieron y dejaron ver la luz del sol, sentía que habían pasado semanas desde que entramos a aquel lugar pero eso no me importaba en lo mas absoluto, ahora era libre y tenia una pequeña recompensa por mi valentía.

    —¡Genial! —Dije para posteriormente caminar entre la multitud, si que había bastante gente esperando.— Bueno mejor continuo con lo mio... Ahora ¿A donde voy? mejor comenzar desde cero, iré de nuevo al bosque... Pero primero, tengo que ver algunas cosas aquí...

    Caminé con tranquilidad por las calles, por el momento no tenia pensado, reunirme ni con Yumi, ni con Alex, necesitaba entrenar un poco mas y convertirme en alguien con un equipo decente por ende... Iniciaría desde cero.

    —¡Vamos haya!—Dije para emprender mi viaje.
     
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    Nekita

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    María Akizuki "Akizu"

    La pareja de jugadores ya se había ido probablemente sin siquiera habernos escuchado y eso me preocupaba, que alguien se llevara una idea errónea era algo preocupante pero ni siquiera tuve tiempo de pensar más en esas cosas porque después de un comentario de Ethan, me empujó ligeramente para seguir nuestro camino y adentrarnos a la posada.

    — Eso ha sido muy extraño... — murmuré una vez que estábamos adentro — ¿Por qué usualmente piensan eso...? — pregunté algo apenada aunque sabía que probablemente sería incómodo que él me respondiera, pero sentía la necesidad de preguntar esa pequeña duda.
     

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