Ren kanzaki Mi primera batalla había acabado bien y estaba dispuesto a saludar a la chica pelirroja guapa que parecía llevarse bien con el tipo rubio, en fin esto solo quiere decir que deba enfocarme en salir vivo de aquí en lugar de solo pasear y conocer a una chica , al menos se que me divertiré descubriendo mis habilidades con la espada...solo me asegurare de vivir. —¿ah y esto?— repentinamente una luz me cegó y me trajo hasta un lugar muy distinto, no se que pase ahora. —oh vamos ahora que....— frote mis ojos y puede notar que era un pueblo que a juzgar por los adornos y una gran casa oscura... —una casa de sustos...genial— ver esas calabazas y fantasmas por ahí tal parece que el halloween tendrá su lugar aquí. — vaya creo que desparecieron....—dije cruzado de brazos al ver que tanto la belleza pelirroja, el rubio y Kaz no estaban cerca, estupendo vuelvo a estar como al principio. —si vamos a este paso no me molestara estar como un espadachín solitario —consideraba la mencionada idea, aunque no me acomodo mucho estando largo tiempo sin nadie. —¡veamos que hay de nuevo!—exclame a la par que daba una aplauso, sea como sea yo mantenía mi animo, eso junto a mis alborotos...sin querer tumbe unos adornos al suelo.
María Akizuki "Akizu" "Creo que hay otras formas de agradecerles a ellos sin la necesidad de entreponer vuestra "libertad de elección"" Suspiré, tal vez tenía razón, tal vez no la tuviera pero eso ya no importaba dentro de este juego, no otra vez "Pero bueno, ¿De que hablo?Si también soy prisionero por elección de una cárcel burocrática creada por mis padres." No planeaba reir o algo por el estilo pero cuando noté que él lo comenzó a hacer no pude evitar hacer lo mismo para aligerar un poco las cosas. "Sí, debes seguir haciendo lo que puedes, creo que al final podremos "escapar" no sólo de éste mundo sino de la "carcel" impuesta por nuestros tutores, y creo que eso también lo tendremos que celebrar, Akizu." Sonreí y lo empujé levemente con uno de mis brazos a juego, ya al parecer tendríamos que festejar dos cosas aquí, ojalá uno de esos festejos fueran descansar un poco. "Creo que los dulces son mucho más comestibles que los "tratos" así que con dulces.¿Ya deberíamos ponernos en marcha y encontrar la casa?" — Esta bien, serán dulces y sí... ya deberíamos ponernos en marcha a la casa del terror — sonreí y comencé a caminar tranquila por las calles hacia lo que sería la sede del evento
—Vaya...parece que ya se llevan muy bien ¿no? Pero claro aquí "nadie muerde" ¿verdad? Oh,cierto,soy Alex,mucho gusto.Entonces...¿no ponemos en marcha?— Dije con un tono un tanto sarcástico y una sonrisa para no entrar en un ambiente "hostil" Solo esperaba que no lo tomaran a mal los demás,solo era un pequeña broma...
Las calles concurridas de Tolbana comenzaron a alborotarse de un momento a otro, y una multitud de jugadores y NPC's pudieron comprobar como unas luces en el cielo en pleno movimiento indicaban la posición de la gran casa del terror; el evento estaba a punto de comenzar. A medida que iban llegando a la entrada del enorme edificio, los jugadores cayeron en la cuenta de que algo extraño pasaba: todas las personas allí reunidas, que no eran pocas, se encontraban amontonadas observando el lugar del evento a una distancia prudencial. Por lo que se veía, ninguno de ellos estaba dispuesto a unirse a la actividad, quizás por miedo o quizás porque no se veían capaces de ello. Dos hombres encapuchados y de aspecto hostil se encontraban parados en la puerta, vigilando la entrada con ojo crítico. No obstante y desencajando con el ambiente tétrico, un hombrecillo de aspecto gracioso con sombrero y gabardina y un altavoz para hacerse oír trataba de animar a la gente a participar. —Malditos miedicas, ¿es que aquí no hay nadie que quiera pasar un buen rato en la casa del terror? —murmuró para sí mismo, molesto. Alzó el altavoz de nuevo y entre griterios, se hizo notar—. Muy bien, el evento de Haloween acaba de ser inaugurado. ¿Qué jugadores se atreverán a adentrarse en la inmensidad de la mansión y alzarse con la victoria? >>Para poder participar deben inscribirse en ese tablón de allí escribiendo su nombre o nick de jugador. Una vez se complete la primera sesión, con 10 jugadores para empezar el evento, comenzará lo bueno. ¡Vamos! ¿Quién se anima?
Adrian Henderson Una multitud se reunió frente a la casa así que me acerqué a ver. Un par de encapuchados se encontraban frente a la puerta, esperando a algún voluntario para empezar. Ningún voluntario por el momento, ¿me iba a quedar parado? Pues no, di un paso al frente y me inscribí en el tablón que nos habían indicado. —¡Venga, más voluntarios! ¿Nadie se va a animar? Seguro que aquí se gana mucha experiencia —dije lanzando una mirada sarcástica a la chica de antes.
Contenido oculto Tú aun no sabes mi nombre (? Miu Shiraoka Volví a girarme sobre mis talones, siguiendo el camino hacia la casa. No merecían la pena Una vez alcancé la puerta, observé la escena con cierta curiosidad. ¿De verdad nadie se iba a apuntar? Ya que nos habían traído ahí era lo mínimo que podían hacer. Giré la cabeza hacia el chico que se había apuntado. Era el mismo del bosque. Y me estaba mirando con sarcasmo. Solté una carcajada. Quizás no me llevaría tan mal con él como pensaba. Sea como fuese, me acerqué al tablón y me inscribí sin dudar. Vamos, estábamos en el juego para salir vivos y qué mejor que una misión para mejorar. Tras escribir mi nombre, me acerqué a la puerta, curioseando un poco mientras el resto se decidía por inscribirse o no.
Mario. —Bien...—Dije al ver a la chica de pelo rosa alejarse y apuntarse; como nadie mas de tremenda multitud se acercaba decidí hacerlo yo.— ¡Bien!—Me acerque y me apunte.—Vamos Alex, Yumiko; no me dejen la diversión para mi solo.
Estaba por darle el golpe de gracia a aquella águila… cuando de repente fui envuelto por una luz violácea, similar a la que transportó al grupo desde el Campo Occidental al pueblo una vez finalizado el tutorial. Al abrir los ojos, descubrí que había sido teletransportado a otro pueblo del Piso 1 llamado Tolbana. Como respuesta a la pregunta que había formulado en mi cabeza, me llegó una notificación que explicaba qué rayos estaba pasando exactamente; las misiones en curso habían sido todas pausadas por el evento especial del día de Halloween. El aviso también aclaraba que la misión especial se llevaría a cabo en la mansión que se encontraba calles abajo. No hizo falta pedir direcciones para encontrar la tétrica mansión; no sólo todo jugador que veía se dirigía hacia allí, sino que además era tan grande, imponente y tenebrosa que incluso el jugador más idiota no podría haberla pasado de largo. Llegué y, tras apuntarme para el evento, me puse a observar las rejas negras y oxidadas tras las cuales se encontraba la mansión de Tolbana.
María Akizuki "Akizu" Finalmente había aparecido algo para que nosotros nos pudieramos registrar en el evento, camine junto con Ethan y antes de hacer cualquier otra cosa me giré hacia él y lo paré antes de que se registrará o hiciera cualquier otra cosa, para asegurarme más que nada que después si ibamos a "celebrar" después lo que habíamos platicado. — Hagamos un trato, tratemos de no morir como casi siempre acostumbramos allá fuera ¿vale? — Reí levemente, un poco más tranquila de lo estaba antes e ingresé mi nombre para el evento para finalmente acercarme a la puerta de la casa, esperando cualquier cosa que pudiera suceder.
Gaspar Mientras Gaspar y Reiko verificaban el buen estado de sus armas para pelear contra los próximos monstruos del Bosque, una intensa luz se interpuso entre ellos y al poco tiempo los rodeó como formando una pequeña prisión brillante. —Magistral —musitó en cuanto sintió que sus pies se elevaban ligeramente del suelo, lo que le hizo sentirse como un pájaro, un ave libre como el viento. Al finalizar la teletransportación, lo primero que se presentó ante sus ojos fue una ciudad de pesadilla, lúgubre y fantasmal. De no haber sido por el hecho de que divisó la presencia de otros jugadores, ya habría desenvainado la espada para darle Música de Acero a la primera cosa extraña que se le acercara. Verlos en una actitud normal le bastó para darse cuenta de que no había nada que temer, sensación que se fortaleció tras recibir una notificación, por parte del juego, de que todo aquello era con motivo de las celebraciones de Halloween. —Buena excusa para beber Vodka, ¿no te parece, leona? —preguntó, asintiendo con serenidad. Al no recibir una respuesta inmediata, insistió:— ¿Leona de nombre misterioso? Al final se dio cuenta de que a su lado no había más que aire. Al parecer, la luz que los sacó del Bosque también los separó al hacerlos llegar a su destino. Gaspar simplemente se encogió de hombros, pues confiaba en que volverían a encontrarse. Por ejemplo, en aquella mansión que destacaba de entre los demás edificios, y a la cual se acercó con las manos en los bolsillos, al tiempo que tarareaba una canción de Queen. En la entrada había unos tipos con cara de pocos amigos, a excepción del simpático hombrecillo de la gabardina que explicaba el sistema de inscripción a una actividad relacionada con la mansión. —Permiso~ —canturreaba cuando comenzó a atravesar la multitud que lo separaba del tablón de inscripciones—. Soy el Tigre de la Música y arañaré sus oídos como no me dejen pasar. Venga; perdón, bella dama, el roce no fue intencional; ahora no, joven, tengo que inscribirme; y tú guarda esa espada, le vas a arrancar el ojo a alguien; disculpen, permiso, viva la música y larga vida al Vodka; déjeme pasar, señor… Ah, que usted es una señora… Finalmente alcanzó el tablón arrastrando miradas de reprobación y confusión. Anotó su nombre, para después volver hasta donde se encontraban los demás jugadores. En cualquier momento, la leona debería aparecer. Seguro que no querría perderse aquello.
—¡Muy bien! Al fin vamos a empezar,vamos que después no vamos a alcanzar lugar.— Dije con una gran sonrisa y un entusiasmo increíble,decidí adelantarme para llegar al tablón y anotar mi nombre para el evento. Cuando termine,espera a mis compañeros para empezar...
Hikari (Yumiko) Los 3 en el grupo nos acercamos al tablon, Alex parecía emocionado al igual que Mario por la Quest y por lo que pasaría ahí dentro. Me acerqué con rapidez y anote mi apodo en el tablón. —Ya estamos los 3 anotados, ¿verdad? Contenido oculto @KBMaster @Rider
Mario. —¡Si! — Dije para abrazar a Yumiko y a Alex por el hombro.— ¡Por un momento creí que estaría solo! Ahora solo me dirigí a Yumiko.—Cuando salgamos de la mansión, te invitare a salir.—Sonreí.
Ethan_BlacKnight Sonreí levemente ante su propuesta.—¿Romperemos con la rutina de "morir"?—dije con un de sarcamo antes de agrandar mi sonrisa.—Acepto esa oferta si tiene celebración de por medio.—dije antes de extender mi brazo para anotar mi nombre en el tablón, me quedé pensativo por un momento luego de haberlo escrito. Realmente no tengo idea de lo que podría encontrar allá dentro y eso me preocupaba más de lo que quería admitir.—Y... supongo que tendremos que esperar a que lleguen los diez integrantes.—dije alzándome levemente de hombros mientras miraba a la chica.—Creo que hay más personas interesada en el evento de lo que realmente imaginé...—
Ren kanzaki Varios minutos dando vueltas en círculos y nada ocurrió en esos momentos solo tuve para entretenerme una calabaza hueca que probé en mi cabeza, no duro mucho porque impacte contra un árbol seco haciéndome caer sentado mientras mi calabaza estallaba en miles de cristales. —que mal, no se como pediré dulces sin un buen disfraz—susurre con pesar, pero creo que la falta de acción de ver algo o alguien más interesante ya me estaba afectando ¿como podía pensar que con una simple calabaza Jack en mi cabeza podía ser el mejor disfraz? o tal vez ¿debía ser eso mi preocupación ahora?. —mejor avanzo...—dije al escuchar como en las cercanías una voz hacia un llamado a los jugadores que se reúnen para averiguar más. —jaja en serio que era ese tipo...—el aspecto del curioso pregonero que se encontraba cerca de la casa tétrica, aunque no podía reír al ver el aspecto de los dos figuras a ambos lado de la entrada. tras un momento de reflexión solo pudo escapara de mi boca un gran bostezo—diablos, moriré de aburrimiento si no tengo aventura— sin chistar me aproximo a la multitud , unos cuantos tropezones y quejas por pisotones de mi parte más tarde llegue hasta el tablón donde se aprecia que varios ya se apuntaron . —veamos R..en—anote mi nombre en la lista, sin duda el aburrimiento me afectaba, eso de escribir mi nombre como si cien letras tuviera no era normal. —¡No lo olviden amigos....la aventura aguarda donde sea jaja!—grite para llamar a cualquier otro interesado, la mayoría eran NPC apostados al frente, di la espalda y corrí con una sonrisa en mi rostro
—¿Oh? —con una exclamación de sorpresa, el hombre encargado de la promoción del evento dejó de gritar por el altavoz para bajar del atril de un salto. A paso rápido (o al menos, lo que sus pequeñas piernas le permitían) se acercó hasta el tablón, y grande fue su sorpresa al comprobar que ya habían llegado a los diez participantes. Contento, hizo sonar una estridente vocina que ensordeció a los presentes por unos segundos y, de nuevo, ocupó su lugar—. Señoras y señores, ¡definitivamente hemos llegado a los diez! El público reunido observó con evidente sorpresa a los 10 participantes que estaban dispuestos en adentrarse al juego, pensando que estaban demasiado locos como para querer entrar en lo que ellos creían era una muerte segura. Aún así el hombrecillo no dejó pasar su alegría al poder comenzar el tan esperado evento, y dio la orden de abrir la enorme puerta de la mansión del terror. Se acercó a los jugadores inscritos mientras esperaba que le dieran el visto bueno para entar, y les dirigió una afable sonrisa al grupo de chicos. —Bueno bueno, ¿preparados para adentraros en la casa del terror? Habrá muy buenas recompensas para los ganadores por lo que habéis hecho bien en apuntaros. Chicos listos. Seguidme, por aquí —les indicó por último, y tras abrirse del todo las puertas los 10 participantes se perdieron en la inmensa oscuridad ante la vista de todos. Era la hora de comenzar.
—Ey, chaval, ¿estás bien? Te has debido de dar un buen susto, ¿eh? —Ren abrió poco a poco los ojos. Estaba desorientado, y su cabeza le daba vueltas. ¿Dónde...? ¿Acaso estaba en Tolbana? ¿Pero cómo? El hombrecillo encargado de la mansión le zarandeó, espabilándolo, y le ayudó a poberse en pie de nuevo—. Jajaja, tranquilo, ya pasó todo. Efectivamente, Ren estaba vivo. Todos los jugadores que admiraban desde las cámaras en la puerta todo el avance de los jugadores, aplaudió su llegada con fervor. Habían visto su despedida creyendo que iba a morir, y a todos les alegraba verle sano y salvo. —Has tenido mucha suerte, chavalín. La mansión no permite que nadie muera, hay un sistema que detiene el daño cuando te quedas en un 1% de vitalidad, cosa que fuera del evento no ocurre. Si llegas a morir fuera de allí, sí que hubiese sido tu final. ¡Pero oye, muy bien hecho! Me considero tu fan a partir de ahora. >>Te recomiendo ir a entrenar o a la misión que dicen que está habiendo en el bosque y así no pierdes el tiempo, tu vida ya se ha restaurado y vuelves a estar en plena forma. Suerte con todo, muchacho. Y tras estas palabras, se despidió del pelirrojo para volver a la sala de cámaras donde se dirigía todo, a continuar viendo cómo seguían los jugadores. Sin duda, Ren había tenido mucha, mucha suerte.
Ren Kanzaki Sentí como un brillo aun me rodeaba aun en ese instante escuche la voz de un ser, creo que ya me recibieron en el más allá tan espero me den la oportunidad para dar un susto de muerte a Kayaba y...¿esto? ¿más voces? espera y también esta este hombrecillo ¿que hacían aquí? ¿que ocurrió? "te has debido dar un buen susto ¿eh?" —¿susto? ¿p-pero como?— balbuceaba aun incrédulo, pellizque un poco mi mejilla e intente atravesar el suelo con una mano entre varios ademanes como tocar varias veces mi cuerpo, no era un fantasma ¡estoy vivo! aunque ¿cual seria la razón? más tarde el enano respondía a mis dudas, me fue revelado que la casa posee un sistema que no permite la muerte de un jugador algo común en los eventos, de veras que tuve suerte ahora. —wow la fortuna de veras que me ha sonreído...—dije atónito mientras la multitud vitoreaba por mi, vaya que me siento con algo de fama, entre ellos algunos parecían frotar sus ojos claramente conmovidos, ahora recuerdo que yo rompí en llanto, quizás parte de esos pensamientos fueron mencionados en voz alta durante ese aterrador momento y ellos fueron testigos, solo pude devolver una sonrisa de oreja a oreja al buen publico. "Si su barra de vida llega cero el Nerve Gear enviara una descarga mortal a su cerebro dejándolos fuera tanto de Aincrad como de el mundo real" —con palabras asi solo puedo esperar lo peor, pero como dijo aquel amiguito esto fue un tiro de suerte—comente mientras caminaba lejos de la aterradora mansión y rememoraba ese terrible aviso de parte de Kayaba. —jo...bueno...¡no pierdo más tiempo!—choque mis puños y coloque mi mejor cara, de nuevo estaba radiante dispuesto para la aventura—debo buscar antes algunas cosas para no permitir una muerte ridiculamente rápida— Por ahora mi prioridad será buscar unos items, entrenar y fortalecerme pues aun tengo la oportunidad de continuar la aventura.
Las grandes puertas de la mansión se abrieron de par en par, y la luz del día los sorprendió a todos, obligándolos a cerrar los ojos. Habían permanecido tanto tiempo inmersos en la oscuridad que ahora la iluminación llegaba a molestar, era cuestión de acostumbrarse. Pronto, los vítores y aplausos inundaron los oídos de los valientes jugadores y en cuanto su pudieron recuperarse un poco de aquel súbito cambio, repararon en toda la audiencia que tenían enfrente. Parecían realmente admirados con lo ocurrido allí dentro y no dejaban de aplaudir cada una de las salidas de todos los protagonistas del tan espeluznante evento. Todos estaban vivos y a salvo, nada había salido mal y el hombrecillo encargado de la actividad no podía estar más orgulloso. Con una escalerita plegable de su tamaño bajo su brazo correteó hacia el grupo congregado a las afueras de la mansión y se subió justo al lado del joven Adrian, ganador del primer evento de Sword Art Online. Le dio una palmada amistosa que le hizo balancearse hacia adelante por la fuerza ejercida, pero pudo recomponerse a tiempo. ¿Cómo podía tener tanta fuerza un cuerpo tan pequeño? —¡Enhorabuena, muchacho! ¡Oh, y a todos vosotros, por supuesto: han estado magníficos! —la gente pareció estar de acuerdo con el organizador, pues los aplausos volvieron a hacerse presentes. Se giró hacia todos los participante y sonrió, moviendo su pequeño bigotito de lado a lado—. Sin duda ha sido una gran partida, y se han desenvuelto muy bien. Creo que, con todas las recompensas que ya han obtenido, pueden enfrentarse fácilmente al jefe de este piso. Pero vamos, solo es una humilde opinión, ustedes pueden seguir preparándose —les guiñó el ojo, afable, y se bajó de un salto para volver con su público. Señaló la pantalla al fondo, encima de las puertas de la mansión. Allí dejaron de transmitirse las cámaras que los habían estado grabando durante el transcurso del juego y en su lugar aparecieron las recompensas de cada jugador. Pudieron comprobar en su inventario como ya habían sido añadidas todas ellas para su suerte, y al lado de todos ellos unos portales volvieron a activarse, emergiendo con su caracteríctica luz azulada. El hombre se explicó—. Por esos portales podrán volver a las misiones donde quedaron antes de llegar aquí, pero es opcional. Si no quieren, pueden continuar a pie hacia donde más les apetezca. >>Bueno, ya es hora de que esto se acabe, ha sido un placer conoceros a todos, y espero volver a veros en otra ocasión. ¡Mucha suerte y tengan cuidado, jóvenes promesas! —tras soltar aquellas palabras, el hombre y los guardaespaldas tomaron uno de los portales, y desaparecieron de allí no sin antes despedirse por última vez. La gente comenzó a dispersarse al fin, y volvieron a su vida en el juego. Las calles regresaron a su normalidad, y todo pareció volver como antes. Era hora de volver a la acción. Contenido oculto @Rider @Bruno EVF @Lucas Diamond @KBMaster @Nekita @Nami Roronoa @EN Auditore @Amane
Reiko Akuma Una jarra de cerveza se alzó espumosa ante un estridente grito de júbilo. —¡Yahooo!— chilló la joven Leona Roja, con la mejillas enrojecidas y los ojos brillantes, apostillada en la barra de una posada cualquiera. Había perdido la noción de tiempo que llevaba allí. Sí... ¿qué había pasado desde que había perdido de vista al Tigre de la música? Sus recuerdos estaban borrosos. Agh. ¿Qué importaba? Había sido una noche muy ajetreada, sin duda... En todos los sentidos de la palabra.— ¡Para despejar la resaca nada mejor que una buena jarra de cerveza virtual por la mañana! ¡Eh mozo, otra por aquí! >> ¡Y que me sirva una de esas gatitas a ser posible! Un tipo forzudo y calvo ataviado con ropajes humildes acercó otra jarra de licor, que Reiko aceptó de muy buen grado. Claro hubiera preferido que le sirviera una de las bellas camareras que pululaban por el lugar, pero alcohol era alcohol y no estaba en condiciones de hacerle ascos a nada. El tipo forzudo le dirigió una mirada significativa. —Se... Señorita, esto... ¿no cree que ya ha bebido demasiado?— preguntó, sintiendo como una gota de sudor frío le resbalaba por la frente—. Lleva toda la noche aquí. —¡Tonterías, tonterías!— exclamó Reiko entre risas, palmeando la mesa—. ¡Nunca es demasiado si la dicha es buena! —Creo que no era así ese refrán...— respondió el anciano con aquella misma mueca de circunstancias, deseando que la joven leona abandonase el local pronto. Si seguía a ese ritmo iba a terminar con las reservas. ¡Que aguante tenía esta chica! ¿Cómo es que no se había desmayado ya? Si bien no había muchos parroquianos a tales horas, la pequeña posada pronto no tardaría en llenarse. Y ella seguía allí de gratis, poniéndose las botas. >> ¡Además viejo, esto está muerto!— finalizó Reiko, apurando la jarra fría.—¡Le estoy haciendo un favor! El pobre posadero sólo pudo suspirar.
